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Endodoncia II

Docente: Dra. Carolina Romero

Borrador de Tutoría

Tema: Síndrome del diente fisurado

Curso y paralelo: 6to “A”

Integrantes:
Pesantes Ulloa Valeria Ruth
Rendón Olaya Susy Maily
Tenorio Delgado Johanna Beatriz
Valladarez Olvera Emily Nicole
Vargas Wachter Cynthia
Villegas Zambrano Evelyn Dayana
INCICE
Fracturas Dentales.............................................................................................................................3
Fracturas del esmalte....................................................................................................................3
Fracturas de la corona sin afectación pulpar.................................................................................3
Fracturas de la corona con afectación pulpar...............................................................................3
Fracturas radiculares.....................................................................................................................3
Tratamiento endodóncico..........................................................................................................4
Evolución de las fracturas radiculares...........................................................................................4
Curación de las fracturas radiculares.............................................................................................5
1. Curación cálcica......................................................................................................................5
2. Curación con tejido conectivo...............................................................................................5
3. Curación combinada de hueso y tejido conectivo.................................................................5
4. Curación sin unión con formación de tejido de granulación.................................................5
Fracturas Coronorradiculares........................................................................................................5
Síndrome del diente fisurado............................................................................................................6
Fracturas Dentales
Fracturas del esmalte
Están lesiones lo único se ve afectado es el esmalte con una pequeña fractura (Completa o
incompleta) y se evalúan otros daños existentes. Como tratamiento se pulen los bordes del
esmalte eliminando las rugosidades, y si es necesario se restaura la estructura dental perdida.
Buen pronóstico sin complicaciones.

Fracturas de la corona sin afectación pulpar


No afecta a la pulpa, solo al esmalte y dentina. No provocan dolor y no requieren tratamiento de
urgencia. El tratamiento definitivo será la restauración de la corona fracturada, ya sea con
adhesivos y composites, carillas de cerámica o mediante la reposición del fragmento fracturado,
aunque este tratamiento no se ha de considerar definitivo. Usualmente no presenta
complicaciones, pero es necesario evaluar el diente lesionado de acuerdo al tamaño y afección
dental a medio o largo plazo, en especial si aparecen nuevos síntomas.

Fracturas de la corona con afectación pulpar


Al comprometer la pulpa sus complicaciones aumentan al igual que su importancia. Su tratamiento
debe ser inmediato para conservar la vitalidad de la pulpa, pero varía dependiendo del tamaño de
la lesión pulpar, la edad del paciente, y sobre todo la maduración del tiente. En dientes maduros
con ápice formado, el tratamiento será la biopulpectomía total y la restauración definitiva. Si se
requiere, incluso con poste y muñón para soportar la corona. Si el ápice está abierto, se practican
procedimientos para mantener la vitalidad pulpar e inducir la apicogénesis mediante protección
pulpar directa, pulpectomía parcial superficial y/o coronal con agregado trióxido mineral (MTA), si
la pérdida es extensa, se procederá a la biopulpectomía total y a la restauración definitiva.

Se considera que la pulpectomía parcial superficial puede ser exitosa si cumple con ciertos
requisitos como: diente asintomático, sin indicios radiográficos de periodontitis apical ni
reabsorción radicular, con formación de dentina en las paredes y constricción apical. La evaluación
se realiza a los 6 meses y al año. Si se observa el puente dentinario debajo de la restauración, se
considera favorable y el tratamiento ha finalizado.

Si se realiza biopulpectomía coronal posteriormente a la maduración apical, se requiere practicar la


biopulpectomía total por las complicaciones que puede comportar aquella, y si la fractura
coronaria es extensa, por razones prostodóncicas, sobre todo si se requiere poste, muñón y
corona8.

Si existe necrosis pulpar o se detiene la formación radicular, es necesario realizar tratamiento de


apicoformación con MTA

Fracturas radiculares
Siempre representan una complicación, porque afectan a la pulpa, la dentina y el cemento; son
también llamadas intraalveolares radiculares, que pueden ser horizontales u oblicuas, o incluso
verticales.

Los síntomas dependen de su movilidad, son ligeros si no hay mucha movilidad dependiendo de la
zona de la fractura, si es vertical existirá más movilidad y molestias por el desplazamiento coronal.
En el diagnóstico por palpación manual se puede apreciar movilidad tipo 1 o ligera (<1 mm), tipo 2
(>1 mm) o tipo 3 (>1 mm tanto horizontal como vertical), la percusión puede ser dolorosa. Si la
lesión no está en comunicación con la cavidad bucal la pulpa podría no verse afectada; pero si se
encontrara comprometida la lesión puede evolucionará hasta llegar a la necrosis (sobre todo si es
en el tercio coronal). El diagnóstico radiológico de la fractura radicular requiere una proyección
angulada verticalmente 45° (acortada) y 110° (alargada)14, además de la proyección paralela o
perpendicular directa, ya que la línea de la fractura solo se observa si los rayos X pasan a través de
ella.

Cuando es una fractura oblicua, el rayo no es paralelo a la línea de la fractura y no se observa.


Algunas veces la hemorragia aguda evita la detección de la línea de fractura. Si con la radiografía
no se llega a un diagnóstico definitivo pero hay sospecha de fractura radicular, se debe esperar 1 o
2 semanas y repetir la radiografía. Actualmente el diagnóstico de certeza se realizará mediante
tomografía computarizada de haz cónico (CBCT, cone beam computed tomography).

El tratamiento consiste en la ferulización durante 3, la ferulización será rígida, con alambre de


ortodoncia y composite, hasta permitir la calcificación en la línea de fractura. Si hay reparación sin
que aparezcan necrosis pulpares, no requiere tratamiento endodóncico, solamente controles
radiográficos y estudio de la vitalidad pulpar cada 2 semanas.

Tratamiento endodóncico
En las fracturas radiculares se puede producir necrosis pulpar coronal y, como consecuencia,
lesiones inflamatorias en la línea de fractura, y la vitalidad de la porción apical se puede conservar
o no.

1. El poste intrarradicular inmoviliza y colabora en la fijación de los dos fragmentos de forma


interna. Si la fractura se da en un diete con ápice abierto se puede optar por rellenar todo el
conducto radicular con MTA y, a la vez, colocar el poste intrarradicular que fije ambos fragmentos,
de forma que el MTA consolide los fragmentos junto con el poste simultáneamente.

2. Colocación de MTA en la zona de la fractura y tratamiento endodóncico de ambos fragmentos si


están alineados. Se coloca el MTA se espera que fragüe y se deja la luz del conducto permeable
para posteriormente realizar el tratamiento de conductos.

3. Inducción a la aposición de tejidos calcificados en la línea de fractura con MTA y tratamiento


posterior del segmento

Si la línea de fractura es vertical, en caso de dientes unirradiculares la extracción será el único


tratamiento del diente fracturado.

Evolución de las fracturas radiculares


Cuando estamos frente a una fractura radicular debemos realizar una reposición o reubicación del
diente y ferulizar rápidamente. El tratamiento de la fractura radicular con ferulización tiene
mejores resultados cuando se realiza en la primera semana; se originará menos necrosis si la
aposición de tejidos calcificados se produce en la línea de fractura.

Las fracturas pueden evolucionar a degeneración cálcica en uno o ambos segmentos por ende las
pruebas de vitalidad pueden a veces ser negativas o dudosas.
Si durante el diagnóstico radiológico no se encuentran signos de lesión pulpar con imágenes
radiolúcidas en la línea de fractura o síntomas dolorosos, la endodoncia no está indicada. La
mayoría de las fracturas radiculares cicatrizan bien de forma espontánea o con férula.

La fractura radicular más frecuente en un según un estudio realizado se produjo en el tercio medio
(57%), seguida del tercio apical (34%).

Curación de las fracturas radiculares


Existen 4 formas de reparación dependiendo de la magnitud de la separación de los fragmentos,
de la gravedad de la lesión y de la capacidad de curación de la pulpa:

1. Curación cálcica
La pulpa puede tener vitalidad, puede haber disminución del nivel de respuesta, la movilidad será
la fisiológica y en la radiografía se observa una línea fina a través de la raíz. Si los fragmentos se
oponen correctamente se puede formar un callo cálcico en el lugar de la fractura tanto en el
exterior como en el interior de la pared del conducto.

2. Curación con tejido conectivo


Las pruebas de vitalidad pueden ser normales, puede tener mucha o escasa movilidad y en la
radiografía se puede observar una línea de fractura definida. La formación de callo cálcico en este
caso está impedida por la separación de ambos fragmentos o la movilidad. Se forma una fijación
fibrosa semejante al ligamento periodontal y la superficie de la fractura puede quedar revestida
con cemento.

3. Curación combinada de hueso y tejido conectivo


La respuesta a las pruebas de vitalidad será positiva y el diente no presenta movilidad o es escasa,
en la radiografía se puede ver la línea de fractura algo más densa y gruesa. El tejido de reparación
que se formará será hueso nuevo. Las superficies fracturadas pueden tener cemento, con un
ligamento periodontal entre el diente y el hueso nuevo.

4. Curación sin unión con formación de tejido de granulación.


Se da cuando la pulpa está necrótica ya sea porque la zona de fractura está en comunicación con la
cavidad bucal o por luxación de la raíz fracturada. La pulpa necrótica estimula la inflamación y la
formación de tejido de granulación en la línea de fractura. La porción apical puede conservar la
vitalidad. El diente presentará movilidad, sensibilidad a la percusión y aparecerá ligeramente
extruido. En la radiografía se observará el ensanchamiento de la línea de fractura y pérdida de
hueso alveolar adyacente a la zona fracturada, provocando reabsorción ósea con imagen
radiolúcida.

Fracturas Coronorradiculares
Este tipo de fracturas afectan al esmalte, dentina y cemento radicular; puede incluir o no la pulpa.
Suelen ser oblicuas y afectan de forma subgingival la zona radicular incluyen la pulpa sobre todo si
se extiende hasta el tercio medio radicular, es por ello que se consideran complicadas.

Pueden afectar a dientes posteriores premolares y molares, sobre todo si están endodonciados.
Necesitan tratamiento urgente por la inserción en el ligamento periodontal de parte de los
fragmentos radiculares, y su movilidad provoca dolor. Las radiografías se deben angular para
observar la fractura o utilizar la CBCT.
En urgencia a veces es necesario extirpar los fragmentos con movilidad y realizar tratamiento
pulpar. Luego del tratamiento endodóntico se debe evaluar la vitalidad del resto de la raíz. Si se ha
decidido realizar pulpectomía coronal, el tratamiento requerirá una serie de posibles tratamientos
adicionales: extrusión quirúrgica u ortodóncica, con gingivoplastia o alveoloplastia si la viabilidad
del diente lo permite. Antes de llevar a cabo el tratamiento pulpar se planteará la extracción y
prótesis fija o implante posteriores, así como el cierre del espacio ortodóncicamente. Si la línea de
fractura es vertical (dientes unirradiculares) la extracción será el único tratamiento del diente
fracturado.

Síndrome del diente fisurado


El síndrome del diente agrietado, o también denominado fisurado, es una patología clínica común
con unos síntomas característicos, pero de difícil diagnóstico. En un gran número de casos se llega
a ella a través de un diagnóstico por descartes. Precisamente por la coincidencia de síntomas y
signos con otras patologías dentales, como caries profunda, endodoncia fracasada o presencia de
conductos accesorios, inclusive problemas periodontoles, es clave poder establecer un cuadro o
guía de referencia para tomar decisiones enfocadas a un diagnóstico certero y temprano, llevando
a cabo un tratamiento etiológico.

El síndrome del diente agrietado fue acuñado y descrito por Cameron, en 1964, como la fractura
de dientes vitales posteriores afectando a la dentina y, ocasionalmente, a la pulpa.
Actualmente, se ha determinado que este síndrome hace referencia a las fracturas planas con
profundidad y dirección desconocida, que pueden prolongarse desde la estructura dentaria hasta
la pulpa y el ligamento periodontal. El síndrome del diente agrietado, o también denominado
fisurado, es una patología poco conocida, difícil de diagnosticar y aún más compleja cuando se
trata de establecer el momento de aparición y el tipo de tratamiento. Cada vez tiene más alta
prevalencia en la población.

Diagnóstico
El diente agrietado puede ser vital o estar previamente endodonciado. Por eso, los síntomas son
diversos. En el diente vital hay síntomas pulpares, y en el no vital los síntomas son frecuentemente
periapicales.
Los pasos para realizar el diagnóstico serán:

 La historia clínica dental


 La exploración visual y táctil
 La prueba de mordida
 El sondaje periodontal
 Las radiografías
 Eliminar la restauración
 Las pruebas de tinción
 La transiluminación
 La exploración quirúrgica

Signos y síntomas clásicos son:

 El dolor al masticar, que cesa al disminuir la presión


 El dolor a la temperatura, especialmente al frío
 La percusión positiva a veces o negativa
 La radiografía (en el inicio de los síntomas puede ser anodina)
 La historia larga a veces, de dolor no identificado
 Los signos y síntomas de pulpitis irreversible o de necrosis con patología periapical
 El defecto periodontal, si es radicular

En el inicio, el dolor puede ser mínimo, e incluso la grieta también, pero puede agrandarse con el
transcurso del tiempo hasta llegar a estallar. El tratamiento precoz puede evitar la pérdida del
diente.

Historia clínica dental

Antecedentes de dolor tratados de varias formas, incluso con alivio oclusal sin éxito, suelen ser
frecuentes. Cuando un paciente ya tuvo un diente fisurado contralateral, nos puede llevar a pensar
en este diagnostico, ya que los accidentes masticatorios pueden ser reincidentes. Se debe
preguntar al paciente acerca de antecedentes de morder algo duro de forma inesperada y
coincidencia con el inicio del dolor. Hábitos nocivos como apretar y morder objetos duros pueden
in influir en el accidente. Hay que intentar de identifcar el diente afectado mediante el
interrogatorio.

Exploración

La exploración visual y la táctil son complementarias. Hay que buscar en premolares y molares
posibles indicativos de desgaste, así como analizar la relación cúspide fosa y las líneas de fisura
visibles con buena luz . Además la magnificación puede ayudar en el diagnóstico. La palpación de la
encía en busca de zonas inflamadas puede hacer sospechar de una fractura vertical de la raíz. La
sonda de exploración en la cara oclusal puede detectar grietas, y si es una cara lateral, además se
retiene. El sondaje periodontal se realiza en pequeños incrementos alrededor del diente para
descubrir una bolsa periodontal estrecha donde la sonda encuentra obstáculos para seguir el
contorno del diente. El diagnóstico diferencial sería una bolsa periodontal de base ancha.

Radiografías

Cuando un diente ya tuvo un tratamiento de conducto previo, se pueden observar los postes (si los
hay), el tamaño, la forma, el diseño, la colocación, la fricción, los roscados, los colados y la
proporción o no respecto al tamaño de la raíz. Además la presencia de pins puede hacer pensar en
una grieta. Cuando hay lesión radiolúcida periapical debido a un proceso antiguo, existe una forma
difusa longitudinal a lo largo de la raíz, en forma de jota. Espacios vacíos entre la gutapercha y la
pared interna de la raíz pueden hacer sospechar de una grieta si se compara la radiografía con otra
anterior. Si el diente es vital, casi no se observan las grietas en la radiografía, ya que por lo general
son mesiodistales. Si son vestibulolinguales, a veces se pueden observar cuando la separación
entre los fragmentos está en el mismo ángulo que el haz de rayos X. El diagnóstico diferencial son
las reabsorciones dentinarias internas o externas. La transiluminación, la prueba de mordida,
eliminar la restauración, la tinción y, por último, la confirmación quirúrgica de la sospecha son los
pasos siguientes en el diagnóstico.
Transiluminación

Se realiza con fuente de luz o fibra óptica en la superficie dental. La grieta bloquea la luz (–). En el
diente sano, la luz se transmite a través de la corona (+) incluso con grietas pequeñas.

Prueba de mordida

Permite diferenciar el diente causante del dolor. El paciente muerde un disco de goma o un palillo
de madera, lo que produce dolor en la cúspide específica. A veces el único síntoma es el dolor al
morder, tanto si el diente está endodonciado como si no lo está. La prueba de mordida negativa no
descarta la grieta. Eliminar la restauración facilita la exploración de la cavidad si la hay; la grieta se
puede descubrir visualmente, sobre todo en las caras mesiales y distales.

Prueba de tinción

La prueba de la tinción con azul de metileno se puede realizar en la cavidad y en el exterior del
diente.

Colgajo quirúrgico

Si hay dudas sobre el diagnóstico, a veces hay que efectuar un colgajo quirúrgico que confirme la
fisura. Esta confirmación quirúrgica comporta simultáneamente el tratamiento correspondiente,
que muchas veces es la extracción.

Signos y síntomas

Muchos de los casos se refieren a dientes sin caries dentales y sin restauraciones. Esta patología se
caracteriza por la aparición de un crack o fisura, a lo que sigue una fractura de los dientes. El origen
de este cuadro puede deberse a la existencia de un macrodefecto del esmalte o un crack.

El síndrome del diente agrietado presenta los siguientes signos y síntomas:

1. Dolor súbito, que es agudo al masticar o al morder, y en algunos casos al rebote.


2. Paciente de más de 20 años. La mayor prevalencia es entre los 30 y los 60 años.
3. Respuesta positiva a los test vitales; reacción exacerbada al frío.
4. Los síntomas pueden estar presentes por periodos que oscilan entre semanas y meses.
5. Normalmente, es difícil la localización del diente afectado.
6. El dolor puede aparecer al ocluir y en movimientos excursivos.
7. Las líneas de fractura se distinguen bien clínicamente con magnificación y transiluminación.
8. La radiografía no suele mostrar alteraciones.

El síndrome del diente agrietado se da predominantemente en el primer molar y en los premolares


inferiores, sin poder afirmar que se produzca en un porcentaje estadísticamente mayor cuando
éstos estén tratados o, como antiguamente se citaba, que era más común si éstos se habían
sometido a un tratamiento de conductos y la posterior rehabilitación con un poste colado.
Mientras que las fracturas clásicas implican a los dientes anteriores, siendo generalmente el
resultado de traumatismos dentales, en este síndrome no, afectando incluso a dientes que no han
sufrido ningún tipo de maniobra ni por impacto ni tras realizar un tratamiento. La evidencia no
muestra datos claros sobre si hay una relación directa con hábitos parafuncionales como el
bruxismo.

Lo que sí podemos afirmar es que hay factores que predisponen a las fracturas longitudinales que
no pueden ser alterados o controlados por el odontólogo. Éstos son: accidentes masticatorios, la
morfología natural de las fosas y las cúspides dentarias y su relación de intercuspidación, el
bruxismo y los ciclos térmicos bruscos. Hay quien encuentra relación con ciertas profesiones que
predisponen a momentos de estrés dental, apretamiento o malos hábitos: jugadores de fútbol,
boxeadores, músicos de instrumentos de viento, etc.

Clasificación

Dependiendo de la profundidad de la fisura y de los tipos de tejido involucrados, se han propuesto


diferentes clasificaciones.

Williams propone cuatro categorías diferentes:

1. Clase I: fractura vertical incompleta del esmalte y la dentina, que no afecta a la pulpa.
2. Clase II: fractura vertical incompleta que afecta a la pulpa.
3. Clase III: fractura vertical incompleta que atraviesa el aparato de inserción.
4. Clase IV: fractura completa que divide el diente.

Csarnecki propone la siguiente clasificación:

1. Fracturas cuspídeas sin exposición pulpar.


2. Fracturas verticales con pulpa vital:
a. Sin exposición pulpar, acompañadas por síntomas de hiperemia.
b. Con exposición pulpar o síntomas de pulpitis.
c. Con extensión apical a través del aparato de inserción, pero sin bolsa periodontal (pulpa vital).
3. Fracturas verticales con pulpas necróticas:
a. Sin evidencia radiográfica de pérdida de hueso, sin defectos periodontales que se puedan
sondar.
b. Sin evidencia radiográfica de pérdida de hueso (excepto apicalmente), pero con bolsas
periodontales adyacentes a la línea de fractura o dolor agudo.
c. Extraña pérdida ósea, defectos periodontales y/o síntomas agudos.

Abou Rass clasifica las fisuras de la siguiente manera:

1. Líneas de fisura.
2. Fisuras estructurales.
3. Fracturas de cúspides.
4. Fracturas verticales.
Se han propuesto otras clasificaciones, pero la de Walton y Rivera parece estar ganando
popularidad en la literatura dental. Su clasificación, también aceptada por la AAE (American
Association of Endodontists), es la que sigue:

1. Líneas de fisura.
2. Cúspide fracturada.
3. Diente fisurado.
4. Diente rajado.
5. Fractura radicular vertical.

Evidentemente, existen diferentes criterios al respecto de la clasificación de las fracturas


coronarias y radiculares completas e incompletas, tanto de origen tensional como iatrogénico.
Tomando en consideración la dificultad en conseguir un diagnóstico correcto, se aprecia fácilmente
que las diferentes clasificaciones sólo complican la situación. Rivera cuestiona el término
“síndrome del diente fisurado” y propone la clasificación previamente mencionada, la cual, de
acuerdo con su opinión, proporciona por sí misma un mejor entendimiento, etiología y tratamiento
de diferentes lesiones.

Asimismo, es más frecuente encontrarse con fracturas incompletas en dientes cariados o tratados
con técnicas restauradoras, mientras que estudios de Hiatt indican que hasta en un 35% de los
casos nos encontramos con dientes sanos y libres de cualquier patología y/o tratamiento cursando
con este síndrome.

Tratamiento

1. Tratamiento inmediato:

Se admite que cuanto antes se trate un diente agrietado, más fácil será evitar daños irreversibles;
asimismo, será primordial evitar el dolor al paciente con este tipo de abordajes. Aquí
encontraremos diferentes técnicas, como la realización de ajustes oclusales en los dientes
afectados para reducir las fuerzas ejercidas sobre él, previniendo así la propagación de la fractura y
aliviando los síntomas asociados al diente. No obstante, hay autores que discuten que las cúspides
sigan sufriendo flexión cuspídea debido a la masticación, teniendo así un beneficio limitado y de
pronóstico dudoso.

La inmovilización inmediata se puede realizar extracoronalmente mediante, por ejemplo, bandas


de ortodoncia bien ajustadas y cementadas sin interferir en la oclusión. Pese a esto, la
hipersensibilidad térmica puede persistir y debemos considerar la opción del tratamiento de
conductos como la vía resolutiva que más va a valorar el paciente en lo que se refiere a la
eliminación de la sintomatología.

La preparación de coronas acrílicas provisionales se ha descrito como una opción para el


tratamiento inmediato de fracturas incompletas, pero, debido a su complejidad –a ser altamente
destructivas y de elevado coste–, no se recomienda su uso, más cuando, una vez confeccionadas e
instaladas, la sintomatología puede que no cese.
Un novedoso tratamiento que aún debe contrastarse es la colocación de resina compuesta,
llamada ferulización directa con composite, que se une directamente sobre la superficie del diente
a ferulizar a través de la fractura e inmoviliza los segmentos. Se puede utilizar con una mínima
reducción del diente en las áreas funcionales de la superficie oclusal, pero los autores prefieren
usarlo como una férula no invasiva sin reducción del diente, creando una fina capa de resina
compuesta de 1-1,5 mm sobre la superficie oclusal del diente afectado. La restauración se debe
contornear para mostrar la ausencia de contactos oclusales en cualquiera de los movimientos
excursivos. Este tipo de tratamiento tiene las cualidades para ser el de elección en el tratamiento
inmediato e intermedio: biológicamente conservado, estético y eficiente, reversible y con un coste
adecuado. Uno de los parámetros a tener muy en cuenta es realizar siempre previamente un
consentimiento informado. Algunos autores, aunque sin la evidencia suficiente, defienden realizar
esta novedosa técnica, previa preparación y acondicionamiento de las superficies para un onlay
adhesivo.

2. Restauración directa:

- La amalgama: las amalgamas convencionales no tienen un potencial adhesivo intrínseco, sino


que se retienen mecánicamente. Así, tienen poca capacidad de interferir sobre las fracturas
incompletas y restaurar dientes agrietados.

No obstante, se dispone de una técnica adhesiva para las amalgamas, adquiriendo mayor
resistencia a la fractura que las convencionales y, como afirman los estudios de Davies y col.,
reduciendo significativamente la hipersensibilidad a estímulos térmicos fríos, tanto por la técnica
adhesiva como por el tallado necesario que resulta menos agresivo. A pesar de lo favorable que
parece ser, no es el tratamiento de elección, debido a situaciones de márgenes con esmalte sin
soporte dentinario, requerimiento de cajas interproximales, surcos o de una preparación cavitaria
demasiado agresiva, que incrementaría la hipersensibilidad o incluso haría aumentar el tamaño y
la situación de la grieta.

Igualmente, y como ya citamos a lo largo de este trabajo de revisión, se describe la restauración


con onlays de amalgama con cobertura cuspídea, principalmente en tratamientos primarios de los
dientes afectados.

- Resina compuesta: los composites son una alternativa estética a la amalgama adherida, aunque
deben valorarse escrupulosamente en casos subgingivales. Se ha descrito cómo las restauraciones
con composite pueden alcanzar una resistencia a la fractura mayor incluso que los dientes sanos.

Tanto los composites como las amalgamas adheridas son menos efectivos cuanto mayor sea su
extensión, sabiéndose que si las cavidades afectan a más de la mitad del espacio intercuspídeo
tienen un pronóstico dudoso. Asimismo, un factor a tener en cuenta es el uso de una técnica de
estratificación por capas y las características de la polimerización, ya que la contracción intrínseca
del composite puede hacer empeorar el pronóstico de las fracturas. Igualmente, aunque con
muchos detractores, se ha descrito una técnica de composite con recubrimiento cuspídeo que
parece reducir significativamente el estrés de la cúspide debilitada, siendo bastante satisfactorio el
resultado. Sin embargo, muchos de los detractores de esta técnica argumentan la escasa
supervivencia a largo plazo de las resinas en dientes posteriores con este síndrome.
- Cemento de ionómero de vidrio: este material, incluso reforzado con resina, no posee la
resistencia ni la adhesión suficientes para utilizarlo como material restaurador en dientes
agrietados. Pese a ello, se ha demostrado que aumenta la estabilidad dental de clases II
posteriores, a pesar de las pobres propiedades adhesivas, por lo que, como ya sabemos, cada vez
se recomienda más como base cavitaria, también en el caso de dientes agrietados.

3. Restauración indirecta:

Antes de la realización de cualquier tratamiento debe valorarse la necesidad del tratamiento de


conductos, sin olvidar que es la vía más rápida, aunque no más sencilla ni más conservadora, para
cesar la sintomatología del paciente. Así, como norma, se toma como tratamiento de elección la
restauración con oro con recubrimiento cuspídeo o la restauración mediante coronas completas,
siempre teniendo en especial consideración factores como el bruxismo, que puedan provocar una
rotura a posteriori. Esto dependerá del material utilizado; se estima que dientes tratados con
overlays o coronas metálicas poseen tres veces más resistencia a la fractura que los dientes no
tratados. Se podrán realizar coronas de metal-porcelana en casos en los que la estética sea un
factor a valorar, sin olvidar que la inversión en tiempo, dinero y confianza del paciente puede irse al
traste al no cesar la sintomatología característica del diente agrietado.

Bibliografía:

Canalda C. Endodoncia técnicas y bases científicas. Elsevier 3ra Ed. 2014

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