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El totalitarismo es un fenómeno de reciente incursión en la formación de

la geografía política contemporánea del siglo XX. Su aplicación atiende primordialmente a


la creación de una ideología de supremacía racial y étnica, que permite al líder proyectar
metas personales sustentadas en la sociedad general, lo cual le otorga legitimidad por
medio de la fuerza y la intolerancia. Sus orígenes ideológicos se encuentran en
la RevoluciónFrancesa ya que Rousseau postuló que la voluntad general es un enemigo
peligroso para la estabilidad de la República. ¿Cómo controlar esta voluntad, si fue la que
dio origen y cause a la Revolución?
El concepto de soberanía en una invención genial para legitimar el dominio sobre las
masas, limitando así la voluntad de los muchos mediante la manipulación de los mismos
muchos. El bien común del pueblo era algo que la Revolución proponía pero el
nuevo Estado francés no podía cumplir. Esta meta que implicaba la desaparición de
las organizaciones políticas llevaba en sí misma la complejidad que origina
toda libertad recién adquirida. Pero aquí entra el problema de toda nación que ha pasado
por un movimiento revolucionario, ¿cómo controlar la libertad?
No todos comprendían que era esa nueva libertad, mucho menos como podían ejercerla,
lo único que estaba claro era el deseo de una masa de gobernarse por nuevos métodos y
personas que no representaran la imposición feudal. Lamentablemente y ante la
inexperiencia política, el terror de Robespierre impone una justicia intransigente e inmediata
como medida de apremio para garantizar la democracia lograda con la revolución.
Sin embargo, la Revolución no unificó ideologías y las aportaciones que sus líderes hicieron
que al pensamiento social tan variado, coinciden tan solo en el pensamiento en torno a la
aceptación del régimen feudal como causa de los males del pueblo.
Esta falta de consenso propuso incluso destruir las instituciones puesto que eran estas las
que encadenaban al hombre al pasado, ya que el dominio ejercido por sus titulares era
similar al dominio del señor feudal.
Por lo tanto, la existencia y permanencia de un líder omnipotente que dirigiera los destinos
de la educación la libertad y el pensamiento se volvió un asunto de vital importancia para la
permanencia del régimen. Tenemos entonces que la aparición del totalitarismo se
encuentra en pleno proyecto. Queda demostrado que cuando se pretende salvar a los
movimientos revolucionarios, lo peor que se puede hacer es aplicar un régimen totalitario
con métodos de terror para controlar la libertad y aplicar la justicia, como lo hizo
Robespierre.
El totalitarismo se caracteriza por ser un régimen antidemocrático, donde el poder se unifica
en una sola persona o un grupo reducido que sobreponen la razón de Estado sobre la razón
humana. Pretende destruir las instituciones puesto que representan la opresión.
Así mismo controla completamente el sistema educativo y a la prensa, reduciendo sus
facultades a la mera contemplación de los avances científicos y tecnológicos ya que estos
únicamente se utilizan para bien del sistema y sus miembros. Está por demás hablar de
la economía.
Los rasgos básicos de todo régimen totalitario son:
1. El Estado tiende a regimentar la totalidad de las relaciones sociales.
2. Es el Estado quien controla la mayoría posible todos los aspectos de la vida
individual.
3. El Estado ostenta rango preeminente, tanto en el plano axiológico y en la
efectiva organización de la vida en sociedad, sobre todo cuanto concierne a la
existencia de cada individuo.
Importante es aclarar que las dos primeras características no pueden ser sino tendenciales,
aunque lo sean muy fuertemente.
Es obvio que ningún Estado está en condiciones de poder interferir en todos los detalles de
la vida de sus ciudadanos, pero se entiende que al Estado totalitario le importa regimentar
muchos más de esos aspectos –y más a fondo– que lo habitual en cualquier otro régimen.
Al servicio de esta estructura totalitaria básica, se ha hecho notar que el Estado maneja una
serie de medios típicos. Pueden clasificarse en dos rubros:
1.
1. Libertades de conciencia, expresión, información y educación.
2. Libertades políticas, de asociación y en general de participación
independiente –individual y grupal– en la formación de la voluntad estatal.
3. Libertades económicas, de propiedad individual, producción o comercio.
2. Medios negativos, aquello que a los individuos se les prohíbe específicamente.
Consisten en grados extremos de falta de libertad en los siguientes rubros
principales:
1. Partido único en cuyo frente hay un jefe con poderes prácticamente
ilimitados o en todo caso, formidablemente amplios y él mismo constituye
también la máxima autoridad.
2. Economía centralizada.
3. Una ideología oficial con alcance de cosmovisión social global y
globalizadora (Weltanschauung), impuesta de manera incondicional y
coercitiva para la totalidad de la población en el territorio sometido a la
soberanía estatal.
3. Medios positivos, lo que el régimen hace específicamente para imponerse como
tal. Los principales medios positivos son:

1. Organización policial aterrorizante, con el objeto de asegurar la efectividad de todos


los restantes medios tanto los negativos como los positivos.
Paralelamente al totalitarismo, el autoritarismo se rige por el mando y el poder vertical
personificado en un líder que resta valor a sus propias instituciones, procurando concentrar
en un reducido grupo la dirección del gobierno, siempre supeditado al líder y con ello
eliminar la libertad, igualdad y fraternidad reclamada en la Revolución Francesa.
"Para algunos, la palabra libertad puede significar que cada hombre haga lo que quiere de
sí mismo y del producto de su trabajo; mientras que para otros, la misma palabra puede
significar que algunos hombres hagan lo que les dé la gana con otros hombres y con el
producto del trabajo de éstos. [...] El pastor arranca de la boca del lobo a la oveja que iba a
ser victimada y, naturalmente, la oveja le agradece como su libertador; pero el lobo lo
maldice por el mismo acto, acusándolo de destruir la libertad..." (Abraham Lincoln).
El nazismo y el fascismo sustentan su ideología en el concepto nacionalista y su
explotación como factor de identificación, unión y participación. Ambos formaron
con disciplina militar a sus miembros, logrando aún más el control mediante la unificación
de vestiduras, cantos, hábitos y sobre todo pensamiento. De esta manera, el autosacrificio
por el bien del líder y después del partido se consideraba un acto altruista de la más alta
dignificación.
FASCISMO
¿Cómo es un estado fascista?
Si bien es un régimen totalitario de gobierno, el fascismo tiene numerosas características
propias. El fascismo se dio en Italia desde 1919 hasta 1943. Fue creado por Benito
Mussolini y en 1921 se constituyó como un partido. A diferencia de las dictaduras militares,
para llegar al poder se utilizó el medio social establecido sin violar las leyes ni imponerse
por la fuerza. Su fuerza se basa en el apoyo de las masas principalmente de la clasemedia,
la cual se ve perjudicada por los movimientos obreros y sindicales así como por los bloques
de poder del gran capital. Una vez en el poder, se acerca a los mencionados bloques de
poder del gran capital y aplasta a los movimientos obreros y sindicales (y a los obreros y
sindicalistas que se le opongan). El fascismo propugna que las diferencias sociales son
naturales y necesarias y se opone así al movimiento democrático surgido desde
la revolución francesa. Se opone también consecuentemente, al socialismo y
al comunismo. Se presenta una lista única de gobierno y, si bien se busca el apoyo de las
masas por las buenas, se destruye toda oposición expresa al fascismo. Se motiva y anima
al pueblo a ser racista y a discriminar a quienes piensan de una forma distinta. La vida es
controlada por el Estado, las libertades se mantienen únicamente cuando no interfieran con
la voluntad de los gobernantes y se aplican también las demás características de un
gobierno totalitario.
Ejemplos de Estados Fascistas
La Italia fascista de Mussolini (el exponente fundamental de este régimen) y
la Alemania nacionalsocialista o nazi de Hitler (a continuación se verá más sobre esto).
Otros movimientos fascistas: el salazarismo portugués, el falangismo español, la Ustasa de
Croacia, la Legión del Arcángel Miguel en Rumania, las Cruces Flechadas de Hungría, la
Unión Británica de Fascistas, el Nasjonal Samling de Noruega, el rexismo de Bélgica, las
Cruces de Fuego de Francia, etc.
¿Por qué cae un estado fascista?
Por las mismas razones por las que cae cualquier régimen totalitario. En el caso del
fascismo italiano, Mussolini comenzó a aplicar demasiado el terror y la fuerza en su
gobierno, no previó programas de acción social y no pudo hacer nada para impedir una
fuerte crisis económica. Todo eso sumado a las derrotas militares que sufrieron Alemania
e Italia en la 2ª Guerra Mundial, terminó definitivamente con el fascismo italiano.
NACIONALSOCIALISMO (NAZISMO)
¿Cómo es un estado nacionalsocialista?
La palabra fascista se refiere a un gobierno totalitario que posee una serie de
características propias, similares a las que aplicó el duce Mussolini en Italia entre 1919 y
1943. Por el contrario, al referirnos al nacionalsocialismo o nazismo nos referimos
exclusivamente a un gobierno fascista (y por lo tanto totalitario) que se aplicó en Alemania
en 1925-1945, bajo la dirección de Adolf Hitler. El filósofo Nietzsche había dicho que la raza
aria era superior a todas las demás razas de seres humanos.
Al principio esta doctrina no tuvo muchos adeptos. Luego de la 1ª Guerra Mundial, Alemania
cayó en una profunda crisis económica, social y política. El desempleo y la pobreza se
extendieron, Alemania perdió vastas extensiones de territorio y fue acusada de muchos de
los problemas ocasionados por la guerra. En esta situación de crisis, Adolf Hitler, copiando
la ideología fascista e introduciendo elementos propios, creó la doctrina nacionalsocialista.
En la misma establecía como verdadera la doctrina de Nietzsche, echaba la culpa de la
crisis financiera de Alemania a los comunistas y a los judíos y exaltaba el nacionalismo, el
culto a la violencia, a la guerra y el odio al liberalismo (capitalismo).
Al principio intentó imponerse por la fuerza, pero fracasó. Luego se impuso por una toma
legal del poder, dando propaganda a sus ideas y consiguiendo el apoyo popular. ¿Cómo lo
consiguió? Prometiendo acabar con el desempleo y consolidar una economía fuerte en
Alemania. Cuando Hitler subió al poder, efectivamente acabó con el desempleo y mejoró la
situación económica de su país. Consiguió el apoyo de cada vez una cantidad mayor de
ciudadanos y creó un fuerte sistema de difusión del nazismo y destrucción de la oposición.
Durante su gobierno se asesinó a millones de judíos, se esterilizó a personas provenientes
de otros grupos étnicos prohibiéndoles ocupar cargos de gobierno y se esterilizó también a
los tarados, es decir, a los deficientes mentales. Sin embargo, debido al férreo control de
los medios de comunicación, la población en general no se enteró de todo esto. Al
mismo tiempo, se animaba el antisemitismo y la xenofobia y odio a los judíos, llegando
incluso a enseñar esto a los niños en las escuela. ¿Qué tenía de particular el nazismo? Que
no se dedicó a aterrorizar a la población en general, como por ejemplo el fascismo italiano,
sino a ayudar a la población en general y a conseguir su apoyo, destruir a la oposición y a
las razas consideradas inferiores.
¿Por qué cayó el nazismo?
Principalmente, por la derrota militar que sufrió Alemania en la 2ª Guerra Mundial. Cuando
los Aliados consiguieron el control de Alemania, se dedicaron a dar a conocer a la población
las terribles crueldades a las que sometió el gobierno de Hitler a muchas personas. Se
fomentó la forma de gobierno democrática y la aceptación de todas las personas. Desde
entonces, salvo unos pocos movimientos neonazis de baja difusión, no ha vuelto a
aparecer.
COMUNISMO
¿Qué es el comunismo? Es una doctrina filosófica, política y social que propugna la
abolición de la propiedad privada (capitalismo) por lo tanto los bienes se poseen en común
entre el Estado y las clases sociales. Su lema es cada cual según su capacidad, a cada
cual según sus necesidades. En principio la doctrina estaba bien, es justa y no perjudica al
pueblo (quizás si a los grandes empresarios y a quienes se hallan en posiciones de
privilegio, pero no es mala la idea de igualdad), sin embargo, en la práctica los dirigentes
de este movimiento acapararon el poder pasando ellos a ser los privilegiados y obligaron a
todos los habitantes de sus naciones a aceptar y sostener este sistema.
Los ideales del comunismo tienen un largo tiempo de existir, ya Platón y los sofistas griegos
de los siglos V-VI a. C. habían propuesto la abolición de la sociedad privada y la tenencia
de bienes en común, pero en la realidad fue aplicada por primera vez en 1917
en Rusia donde teóricamente se siguió aplicando hasta finales del siglo XX y luego
en China a partir de 1947 hasta el presente; en Vietnam y Cuba cuyas tendencias
comunistas han hecho que los países capitalistas los aislasen; así mismo Etiopía, Benin,
Mozambique, Angola, Yugoslavia, y muchas naciones que en un tiempo formaron la URSS
pero que dejaron el comunismo por la crisis en la Unión Soviética.
¿Cuáles son las fallas de este sistema?
Al igual que con muchos otros sistemas políticos, si las aplicaciones de sus ideales fueran
reales y la organización perfecta, sería un buen sistema. Sin embargo, al imponerlo por la
fuerza y dejar de respetar los derechos propios de quienes se oponen al comunismo, pasa
a convertirse en un sistema que atenta contra la libertad y el desarrollo humano.
En todos los países donde se aplicó ha recibido el apoyo de gran parte de la población y al
mismo tiempo se ha obligado a sus opositores, a aceptar esta ideología o sufrir las
consecuencias. Sin embargo, es claro que no podemos identificar a este régimen como
malo desde un principio, sino solamente podemos decir que en ningún caso hasta ahora ha
dado resultados satisfactorios a largo plazo. La tendencia mundial es de aceptar
la democracia como forma de gobierno y dejar de lado el comunismo y los Estados
totalitarios.
DICTADURA
¿Qué es una dictadura?
Es un gobierno que invocando el interés público, ejerce su gestión sin tener en cuenta las
leyes constitucionales de un país; no representa la voluntad general y no permite ninguna
oposición ni control a su línea política.
Se diferencia de los regímenes totalitarios de gobierno porque la dictadura:
1. No tiene una ideología elaborada
2. No busca el apoyo de las masas.
3. No trata de cambiar la sociedad.
Se denomina gobierno de facto (de hecho) en contraposición al gobierno de iure (de
derecho). En general un gobierno de facto se instituye por un golpe militar y se sostiene en
tanto y cuanto las fuerzas armadas puedan defenderlo e imponerlo. No respeta los
derechos de las personas ni les brinda libertad: todos deben hacer lo que se les permite y
nada más. No se opone a un grupo político, étnico, económico, etc. en particular, sino que
reprime automáticamente toda oposición.
Se dio numerosas veces en las décadas del ´70 y del ´80 en Latinoamérica. Un golpe de
Estado es una violación y vulneración de la legalidad institucional vigente en un Estado por
parte de un grupo de personas que pretenden, mediante la fuerza, sustituir o derrocar el
régimen existente, sustituyéndole por otro propicio y generalmente configurado por las
propias fuerzas golpistas. Este ataque contra la soberanía implica que la mayoría de los
golpes de Estado supongan la retención de los organismos depositarios de aquélla
(cámaras parlamentarias, gobierno) o de sus miembros.
Los participantes suelen tener control sobre elementos estratégicos de las fuerzas armadas
y de la policía y, para asegurar el triunfo de su acción, intentan hacerse con el de los medios
de comunicación. Durante muchos años el golpe de Estado ha sido un instrumento habitual
para el derrocamiento de gobiernos en el Tercer Mundo. La pobreza, la insuficiente
madurez política, económica y social así como una larga tradición de liderazgomilitar, han
hecho que muchos países sean especialmente propensos a derrocar a los gobiernos de
este modo.
Es una realidad que ha ido espaciándose en el tiempo tras la virulenta década de los años
setenta, cuya máxima fue el derrocamiento de Salvador Allende en Chile en 1973. Acto al
que siguieron Uruguay, Bolivia, El Salvador, Argentina, uniéndose a los golpes de décadas
anteriores de Haití, Brasil y Paraguay.
El retorno de los gobiernos civiles en los años ochenta pareció dar respiro a esta constante.
Además el fin de la guerra fría era una circunstancia nueva que desanimaba intentonas
golpistas, la justificación anticomunista ya no podía ser argumentada. Hoy sólo el caso
de Venezuela rompe la dinámica. Pero ya vemos el resultado. La sociedad venezolana
salió en defensa de su gobierno legítimo y a escala internacional no hubo espacio para
avalar esta acción de sedición y ruptura del orden democrático. Tiene raíces profundas y
ello no debe desconocerse.
¿Gobiernos inestables? La estabilidad depende del grado de legitimidad de los gobiernos
en sus actos y en su compromiso adquirido electoralmente. La falta de democracia provoca
miedo. Se teme practicar la diferencia y expresar la crítica. Los resultados son
contraproducentes. Una sociedad que se fundamenta en el miedo no puede ser
democrática. Además, el miedo es seguido de una acción social conformista donde
deliberadamente se opta por la cobardía como comportamiento social inhibitorio de la
conciencia y la voluntad democrática. Los espacios de democracia se reducen en beneficio
de un poder cada vez más totalitario y represivo.
Los Golpes de Estado en América Latina han sido:
1) BOLIVIA. Acumuló 189 golpes militares en su historia. En 1971 fue derrocado el general
progresista Juan José Torres por un cruento golpe de Estado encabezado por el general
Hugo Banzer Suárez, ex alumno del Colegio Militar argentino. Se sucedieron varios
gobiernos militares y algunos civiles hasta que en 1980, para impedir la asunción de Hernán
Siles Suazo, el general García Meza comandó el más cruento golpe de la historia boliviana,
con apoyo de asesores militares argentinos. Fueron asesinadas 1.500 personas. Recién en
1982 Bolivia recuperaría la normalidad constitucional.
2) CHILE. El 11 de septiembre de 1973 fue derrocado Salvador Allende, con apoyo
norteamericano al golpe desde el mismo día de la asunción presidencial.
3) URUGUAY. El 27 de junio de 1973 un golpe cívico militar tomó el gobierno y disolvió el
congreso. En 1976 las fuerzas armadas tomaron el poder total hasta 1985.
4) PARAGUAY. Estuvo bajo poder dictatorial encubierto desde 1954 y bajo el general
Alfredo Stroessner tuvieron refugio en ese país toda clase de nazis y dictadores
perseguidos. Su fanática persecución de "comunistas" y opositores mereció la calificación
de "democracia viable" por los EEUU.
5) BRASIL. En 1954 se suicidó el presidente Getulio Vargas. En su testamento acusó
al imperialismo y a sus aliados internos de no permitirle gobernar con determinadas
aspiraciones populares y nacionales. Fue una alerta para otras naciones ya que Brasil, bajo
Vargas, había enviado un contingente de tropas a Europa para la invasión de Italia junto a
los norteamericanos, durante la segunda guerra mundial. Años después, en 1961, asumió
la presidencia Joao Goulart, heredero político de Getulio Vargas y su asunción creó
un conflicto con sectores militares que se solucionó con un plebiscito que lo confirmó en el
cargo. Pero su política de reforma agraria y reglamentación de dividendos de empresas al
exterior llevó a su derrocamiento el 1° de abril de 1964, en un golpe militar apoyado por
EE.UU. La legalidad volvería hasta en 1985.
6) ARGENTINA. El 24 de marzo de 1976 fue derrocado el gobierno justicialista que alcanzó
el poder el 25 de mayo de 1973. La más criminal dictadura de la Argentina llegaría hasta el
10 de diciembre de 1983.
JULIO CÉSAR GARCÍA RAMÍREZ
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
SISTEMA DE UNIVERSIDAD ABIERTA
FILOSOFÍA Y TEORÍA POLÍTICA CONTEMPORÁNEA

1. TOTALITARISMO contexto histórico


Antes de la primera Guerra Mundial el modelo de gobierno que habían adoptado los países
europeos, con excepción de Rusia, era el de la democracia liberal. En algunos de ellos el
sistema funcionaba deficientemente y en otros la evolución hacia esta forma de gobierno
todavía no era completa, pero la tendencia en todos era la de una competencia de partidos
políticos, con representantes electos democráticamente y el Poder Ejecutivo en manos de
un ministerio responsable ante el Parlamento. “ello significa por una parte, que el Estado
es, por definición, totalitario, física y espiritual, de los destinos individuales y delas
actividades de la sociedad que el dirige, [...]”
En cambio, en el periodo transcurrido entre las dos guerras mundiales, muchos países
fueron cayendo en manos de dictaduras totalitarias. Estos regímenes recibieron distintos
nombres: En Rusia era comunismo, en Alemania nacional-socialismo y en Italia, fascismo,
y aunque en cada lugar tuvieron sus características propias, participaban de numerosos
aspectos comunes: El jefe de gobierno era un dictador cuya voluntad era absoluta, solo se
toleraba un partido político, y aunque generalmente seguían existiendo órganos
representativos en el gobierno, los puestos eran cubiertos por adictos al partido o
incondicionales del dictador. Toda la economía del país estaba controlada estrictamente
por el gobierno y lo mismo sucedía con los sindicatos; se perfeccionaron al máximo los
cuerpos policíacos y de espionaje y la vida de todos los ciudadanos estaba estrechamente
vigilada, se estableció un control absoluto de la prensa y de todos los medios de
información, estaba prohibida la venta y hasta la posesión de numerosos libros, lo mismo
que la representación de muchas obras de teatro y la exhibición de ciertas películas. En
resumen, eran lo que se ha llamado gobiernos totalitarios, en que todas las actividades del
individuo están subordinadas al Estado.
2. Definición de Totalitarismo
Lo característico del totalitarismo ha sido utilizar una determinada ideología, basada bien
sea en el conflicto racial o en la lucha de clases para modificar las estructuras de la
sociedad, por medio de la fuerza y la intolerancia, para crear una nueva sociedad
homogénea y controlada en todos los aspectos. Por un lado hay que tener presente que si
consideramos al totalitarismo como una forma contraria a la dignidad del hombre, no
importa cual sea su fundamento ideológico, religioso o político. “
Si se asumimos que lo anteriormente se puede decir que todo totalitarismo implica un
régimen autoritario y dictatorial, en las formas de totalitarismo moderno no importo mucho
que las razones para fundamentarlo hayan sido de derecha o de izquierda. Tanto el
comunismo soviético como el nazismo alemán fueron regímenes políticos despóticos que,
para imponer su concepción del mundo, sepultaron a una gran cantidad de seres humanos.
Así en palabras de Ebenstein “el totalitarismo como forma de gobierno y como sistema de
vida se caracteriza por un propósito fundamental: el control total del hombre por el Estad, no
reconociendo limites en cuanto a metas o a medios [...] el objetivo es máximo poder del
Estado, conquistable únicamente mediante la represión máxima de la libertad individual. El
estado es el amo, el individuo el servido, exactamente opuesto al concepto democrático”.
Así mismo totalitario es aquel régimen político no democrático en los que los poderes
ejecutivo, legislativo y judicial están concentrados en un reducido número de dirigentes ,
que subordinan los derechos de la persona humana a la razón de estado. “en cuanto a los
medios el totalitarismo no reconoce limites o restricciones”
Al hablar de autoritarismos y totalitarismos debemos tener en cuenta que se consideran tres
contextos: la estructura de los sistemas políticos, las disposiciones psicológicas
relacionadas con el poder, y las ideologías políticas.
3. Totalitarismo y la concentración de poder
En contraste con lo que ocurre en una democracia, el proceso principal en la sociedad nazi
es la concentración de poder, que conduce a una organización rígida de la pauta de vida.
Muchos de los aspectos de la concentración de poder nazi son pautas de la civilización
occidental en general. El creciente poder del estado no es un producto alemán. Lo mismo
es válido para la concentración de poder en el campo económico, que alcanza su apoteosis
en el sistema monopolista, o para la concentración de poder político en resultante de ciertos
aspectos en la evolución del sistema partidario, ”el gobierno autoritario aspira
principalmente a fiscalizar las actividades políticas del hombre, en contraste con el sistema
totalitario que procura el dominio de todos los aspectos de la vida, los apolíticos no menos
que los políticos.” . A pesar de todo esto el nazismo se puede considerar un caso clásico
en la concentración de poder de la Europa del siglo XX. Pues muestra como un Estado
omnipotente se construye de inmediato como resultado de circunstancias históricas
específicas, como el sistema monopolista se desarrolla al máximo por la técnica de los trust
obligatorios y contribuye a la concentración de poder al integrarse el Estado omnipotente y,
por fin, como único partido político devora a todos los cuerpos constitutivos de la sociedad
alemana. Se trata de una sociedad basada en el individualismo político y económico, en el
que la libertad individual aparece como una reacción contra un régimen absolutista de tipo
medieval.
Durante el período de las dos guerras, la sociedad alemana desarrolló tendencias hacia un
mayor poder estatal más fuertes y numerosas que en otras sociedades occidentales. En
primer lugar, la idea de un poder central fuerte siempre a constituido un principio básico en
la organización de esa sociedad.
En todos los estratos de la sociedad existía una tendencia a aceptar un gobierno fuerte y
protector; y los nazis explotaron esta situación. En muchas democracias modernas, la
evolución del sistema partidario ha exhibido cierta tendencia a la concentración de poder.
R. Michels lo llama oligarquización. La oligarquización es el resultado de la tendencia de
los partidos a basar sus actividades en un número limitado de miembros, y a considerar al
electorado como un medio para alcanzar el poder, así como la inclinación natural de los
líderes a organizar el partido de modo de consolidar su propia posición. En las democracias,
cuando un partido gana por mayoría absoluta, se lo considera el máximo representante del
pueblo y se tiende a dejar de lado a los demás partidos, así el régimen político se convierte
en un sistema unipartidario. En la república de Weimar había dos partidos políticos
principales, ambos en una estructura oligárquica, el socialdemócrata y el comunista, cada
uno de los cuales intentaba monopolizar el poder. Por tanto fue natural que surgiera un
nuevo partido, de derecha, con idéntico propósito.
4. El Fascismo como totalitarismo.
El fascismo prende la estricta reglamentación de la existencia nacional e individual de
acuerdo con ideales nacionalistas y a menudo militaristas; los intereses contrapuestos se
resuelven mediante la total subordinación al servicio del Estado y una lealtad incondicional
a su líder. ”el fascismo pone voluntariamente por delante la reconciliación del individuo y
del Estado; pero la funcion unificadora como la funcion represiva son la consecuencia
misma de esta reconciliación”. En contraste con los totalitarismos de izquierdas
identificados con el comunismo, el fascismo basa sus ideas y formas en el conservadurismo
extremo. Los regímenes fascistas se parecen a menudo a dictaduras —y a veces se
transforman en ellas—, a gobiernos militares o a tiranías autoritarias, pero el fascismo en
sí mismo se distingue de cualquiera de estos regímenes por ser de forma concentrada un
movimiento político y una doctrina sustentados por partidos políticos al margen del poder.
La enérgica actuación de los fascistas les presenta ante buena parte de la sociedad italiana
como defensores del orden. En octubre de 1922 se reúne el Consejo del P.N.F. (Partido
Nacional Fascista) en Nápoles y comienzan los preparativos de la “marcha a Roma”, dirigida
por los cuatro símbolos de los apoyos iniciales del fascismo: el Ejército, los propietarios
rurales, los escuadristas y el sindicato fascista. Su objetivo es “convencer” al Rey para que
acepte que Mussolini forme gobierno.
Cuando la oposición se debilitada era aún fuerte para dejar oir su voz y la libertad de prensa
pervivía. Mateotti, secretario del grupo parlamentario socialista, con una documentación
irreprochable, denuncia las graves violencias fascistas contra la libertad de voto en las
elecciones de 1924 y exige su anulación. A pesar de las sospechas, el Gobierno niega su
implicación. El affaire Mateotti pudo haber puesta fin a la dictadura fascista. La oposición
hace una llamada a la nación y reclama al Rey la aclaración de los sucedido, la vuelta a las
normas constitucionales y la abolición de la milicia fascista. Una vez más Víctor Manuel
antepone sus temores al bolchevismo, al interés de la justicia y la salvación del estado
democrático.
El abandono de la Cámara por parte de la mayoría de los diputados de la oposición -retirada
del Aventino-, con la pretensión de que el Rey destituyera a Mussolini pone en manos de
los fascistas las instituciones. A partir de 1925, da comienzo ya la institucionalización del
Estado totalitario en su fase ascendente (1926-1936). Mussolini anuncia su propósito de
“fascistizar” Italia y recibe de una Cámara en manos de los fascistas poderes muy
concentrados.
Eliminada la oposición, suprimida la libertad de prensa y de reunión, comienza la represión
y persecución -con registros domiciliarios- de los políticos no fascistas. En 1926 los poderes
legislativos del Duce son ampliados y legisla mediante decretos-leyes al margen de la
Cámara. El mismo año establece la Ley de defensa del Estado y crea un Tribunal especial
para juzgar delitos políticos y una nueva policía, la OVRA (Organización para la Vigilancia
y la Represión del Antifascismo).
El Partido Fascista, a pesar de que incrementa su influencia, es despojado de poder político
y reducido a mero órgano burocrático de propaganda y encuadramiento de masas. El poder
reside sólo en el Duce, asistido por el Gran Consejo Fascista que, desde 1928, es el órgano
constitucional supremo y el que decide la composición de la Cámara de diputados. El Gran
Consejo Fascista recibe el derecho de nombrar sucesor al Duce y aunque supeditado a él,
en 1943 le derrocó.
Simultáneamente a la instauración del Estado totalitario que aspira a controlar todas las
organizaciones sociales bajo el principio de la colaboración de clases, se establece el
sistema corporativo. Con la Carta del Trabajo (1927) quedaba formado el Estado
corporativo, regulador y legislador único de la actividad económica, subordinando la
iniciativa privada al interés general. En su seno, las corporaciones unificaban a los
representantes de la empresa y de los sindicatos para supuestamente organizar la
economía, pero esto era una simple fachada para el creciente intervensionismo autoritario
del Estado fascista en la economía.
En el plano educativo y cultural, el fascismo trata de extender sus brazos. La reforma
escolar de Gentile en 1923 acentúa la orientación cultural greco-latina, dejando en segundo
término los aspectos técnicos. Además de la fascistización de las instituciones políticas y
de la economía, y de la identificación Estado-PNF y del control de la enseñanza, se regula
el ocio de los niños y jóvenes encuadrándoles en las organizaciones fascistas (Balillas y
grupos Universitarios Fascistas) y de los adultos (Opera Nazionale Dopolavoro).
La conciliación con la Santa Sede, los Pactos de Letrán (1929), dan prestigio al fascismo.
La situación de no reconocimiento del Estado italiano por la iglesia católica se remonta a la
llamada “cuestión romana” en 1870. El Tratado reconoce ahora la soberanía del Papa sobre
la ciudad del Vaticano y se le indemniza por la pérdida de los Estados de la Iglesia. No
obstante, se fue abriendo un foso entre las tendencias autoritarias del Duce y la Iglesia en
las cuestiones de familia, enseñanza y religión.
El Estado totalitario-corporativo italiano inaugura la política intervensionista en la economía.
A raíz de la crisis de 1929 se emprende un programa de autarquía y de relanzamiento de
la industria militar. En el camino hacia la puesta en práctica de la autarquía nos encontramos
con tres fases:
La primera pretende la reducción de las importaciones, el fortalecimiento de la moneda y el
aumento de la producción. Se acomete lo que el propio Mussolini denominó las “grandes
batallas”. La del trigo es una de las más significativas. Se trataba de evitar las importaciones
aumentando la producción, mediante la extensión de las zonas cultivadas. La batallas de la
lira consistía en revaluarla, lo que resultaría negativo para las industrias de exportación y
los trabajadores. Por último, las grandes obras públicas que, además de contribuir a la
exaltación del régimen, modernizaron las comunicaciones y una política urbanística de
arquitectura colosal. El fascismo hace hincapié en el nacionalismo, pero su llamamiento ha
sido internacional. Surgió con fuerza por primera vez en distintos países entre 1919 y 1945,
sobre todo en Italia, Alemania y España. En un sentido estricto, la palabra fascismo se
aplica para referirse sólo al partido italiano que, en su origen, lo acuñó, pero se ha extendido
para aplicarse a cualquier ideología política comparable. Del mismo modo, Japón soportó
durante la década de 1930 un régimen militarista que presentaba fuertes características
fascistas. Los regímenes fascistas también existieron en periodos variables de tiempo en
muchos otros países. Incluso democracias liberales como las de Francia e Inglaterra
tuvieron movimientos fascistas importantes durante las décadas de 1920 y 1930. Después
de la derrota de las potencias del Eje Roma-Berlín-Tokyo en la II Guerra Mundial, el
fascismo sufrió un largo eclipse, pero en los últimos tiempos ha reaparecido de forma más
o menos abierta en las actuales democracias occidentales, sobre todo en Francia y en Italia.
5. Ascenso y triunfo del nacionalsocialismo. (Alemania)
La fragilidad del régimen se muestra en la naturaleza de la constitución. Esta debilidad de
la estructura y del parlamentarismo fue aprovechada por el partido nazi. Enero de 1919 se
funde el Partido Obrero Alemán (DAP). Meses después Hitler se afilia al partido al que en
1920 se incorporan los nazis de Munich. En el mismo año, ya bajo la influencia notable de
Hitler, se aprueba el programa de “25 puntos” y el partido pasa a denominarse Partido
Obrero Nacionalsocialista Alemán (NSDAP) o abreviadamente “nazi”.
A semejanza del fascismo italiano aboga por un Estado nacional fuerte que reconcilie a
todas las clases sociales y suprima la lucha de clases mediante “ un socialismo nacional”
con ciertos elementos anticapitalistas que atraigan a las clases medias. Sin embargo, el
nacionalsocialismo tiene como idea motriz la preservación de la pureza racial (la aria) y la
extirpación de los enemigos de Alemania: los demócratas, los marxistas y los judíos.
Asimismo, rechaza los Tratados de Versalles y de Saint-Germain; persigue la unión de
todos los alemanes en una Gran Alemania dotada de un “espacio vital” para el
desenvolvimiento del pueblo alemán y también el proyecto Anchluss para unir Austria y
Alemania. Fracasado el intento de golpe de Estado (el putsch de la cervecería), Hitler
escribe en prisión su libro-programa Mi lucha (Mein Kampf). Al salir de la cárcel militar a
finales de 1924, prepara de forma metódica la conquista del poder. Reconstituye el partido,
le impone una férrea disciplina y le dota de una gran capacidad propagandística. La
burguesía empieza a financiarle y dijo que no quería ningún punto socialista y las ideas
socialistas las dejaron en nada. Tenía un problema, fundó las S.A. y cuando salió se
encontró con su jefe, Strasser, que tenía dos ideas: aferrarse a los puntos socialistas y
querer que cuando ganara el partido los homologasen y fundasen con el ejército. Estas
ideas eran contrarias a Hitler.
Así que iba a fundar otro grupo para acabar con la S.A. y fundó las S.S. cuyo jefe era Wille
Zur Match. En las primera elecciones los nazis sacaron muy poco. Los extremos no se
comían ni una rosca. Los años 1924-1928 confieren cierta estabilidad. La situación de la
República mejora tanto en el interior -estabilización del marco, plan Dawes que hizo para
lograr los pagos (obra de Dawes), evacuación del Ruhr, reactivación económica- como en
el exterior- reconciliación franco-alemana, pacto de Locarno, ingreso en la SDN-.
El régimen democrático parecía apuntalado bajo los gobiernos moderados -Centro católico
y socialdemócratas-. En 1929 sucede el crack de Wall Street. En 1931, la crisis económica
está en su apogeo, producto del crack, y el espectro del paro y del hambre se cierne sobre
Alemania. Se presenta Hitler como candidato a la presidencia de la República en 1932,
frente al mariscal Von Hindenburg, presidente de la misma desde la muerte de Ebert en
1925. Resulta elegido Hindenburg frente a la candidatura de Hitler. Las batallas callejeras
entre las organizaciones paramilitares de los nazis (SA y SS), de los nacionalistas y de los
comunistas se suceden.
El 30 de enero de 1933, Hindenburg bajo la presión de sus más íntimos consejeros, nombra
canciller a Hitler que forma un gobierno de todas las fuerzas políticas que le han apoyado
y en el sólo hay dos ministros nazis, Goering y Frick. Con insultada rapidez Hitler implanta,
desde la legalidad, su dictadura totalitaria, entre febrero de 1933 y agosto de 1934.
Aprovechando el famoso incendio del Reichstag (cámara baja) -falsamente atribuido a un
complot comunista- en febrero de 1933, suspende las garantías constitucionales. Por la Ley
de Defensa del Pueblo y del Estado, el poder legislativo es asumido por el ejecutivo.
Hitler forma un gobierno más homogéneo e incorpora a Goebbels al nuevo Ministerio para
la “Educación del Pueblo y la Propaganda” y con él controlar los medios de comunicación
y galvanizar al pueblo alemán según sus directrices. Días más tarde, por la Ley de
Reorganización de la Burocracia quedan excluidos de la administración los que nos sean
adictos al régimen y los no arios. Se suspenden las autonomías de los Estados (Länder) y
por la Ley de Unificación son prohibidos los partidos políticos y los sindicatos, y el NSDAP
se convierte en el partido único del Reich.
En agosto de 1933, Hitler anuncia el nacimiento del Tercer Reich y simultáneamente
Alemania abandonará la SDN. En enero de 1934, Hitler queda autorizado a modificar la
Constitución y, finalmente, a la muerte de Hindenburg en agosto de 1934, respaldado por
los círculos industriales y el ejército y con un Reichstag con representantes nazis, asocia a
su persona la Chancillería y la presidencia del Reich. El Estado totalitario se hallaba
firmemente asentado. A partir de este momento, la influencia del nazismo se afianza entre
todas las clases sociales. El ejército, remiso al principio a los nazis, consintió a los deseos
del Führer tras la “noche de los cuchillos largos”. En esa noche, la vieja tirantez de la SA y
el mando del partido, y entre las SA y el ejército, se resolvió cuando Hitler dispuso el
fusilamiento de Roehm y otros jefes de las SA. Los viejos adversarios de Hitler son
asesinados, arrancando de cuajo toda oposición. El ejército, cómplice de los
acontecimientos, se convierte en uno de los puntales del totalitarismo hitleriano.
En abril de 1933, la creación de la GESTAPO (Policía Secreta del Estado, mandada por
Himmler) completa los resortes del control ideológico. La policía nazi de hacer de la
educación un instrumento de su dominación totalitaria se plasma en la manipulación de
asignaturas que convenientemente resaltan los valores “étnicos “ y militares.
Durante 1938, estando ya funcionando en secreto los campos de concentración para
“reeducar a los descarriados”, se agudiza la política antisemita iniciada con las leyes de
Nuremberg. En la “noche de cristal” se acusa a los judíos de haber asesinado a un miembro
de la embajada alemana, se destruyen 280 sinagogas y se detienen a más de 20.000 judíos.
Hasta 1944 se calcula que de 5 a 7 millones de hombres, mujeres y niños judíos son
asesinados en masa. Mientras que en la Italia fascista continúa la monarquía junto al
régimen del Duce -con la posibilidad, realizada en 1943, de la destitución de Mussolini-, en
Alemania, tras abolirse la doble jefatura del Estado, se implanta una dictadura unitaria y
omnipotente.
6. El nazismo y las clases sociales
El origen del nazismo podríamos decir que es puramente económico. La esencia del
nazismo radica en la política agresiva de los magnates de la industria alemana, es una
dictadura del capitalismo monopolista. La estructura del nazismo esta estrechamente
relacionada con los intereses de los estratos social y económicamente superiores de la
sociedad alemana. El movimiento nazi fue financiado por muchos representantes
destacados de la industria alemana; pero Hitler nunca fue un títere de las clases altas
alemanas.
Otra opinión es que el nazismo fue un movimiento de la baja clase media. Erich Fromm
basaba su interpretación psicológica del nazismo en este criterio sociológico.
Los principales rasgos mentales del grupo nazi, encarnados en su concepto del "carácter
autoritario", constituyen rasgos distintivos de la baja clase media. Muchos individuos que
supuestamente pertenecen a estas clases de hecho se encuentran en un estado transitorio
desde el punto de vista social y, en tal condición, corresponde describirlos como individuos
sin clase.
Más adelante veremos que los individuos y los grupos sin clase poseen una significación
especial para la estructura del nazismo.
En nuestra opinión, cualquier enfoque realista del nazismo debería comenzar por
considerarlos como el producto de un grupo étnico - nación alemana-, que vivió bajo
condiciones de tensión originadas por circunstancias históricas específicas.
7. El Nazismo y la economía
El orden económico nazi descansaba fundamentalmente, en la capacidad de Hitler para
aprovechar la contradicción entre dos grupos de intereses: los industriales y los Junkers,
por un lado, y los obreros por el otro. Hitler habló desde el comienzo con dos voces. Con
una se dirigía a las clases económicamente superiores, acentuando el repudio nazi
respecto de cualquier programa de clases en el campo económico. En el lenguaje de estas
clases, ello significaba que no se utilizarían contra ellas métodos revolucionarios. Con la
otra voz, hablaba a las clases trabajadoras, predicando un nuevo tipo de socialismo.
El sabor socialista del orden económico nazi era objeto de una ostentosa propaganda
mediante un cierto control ejercido sobre la libre empresa a través del sistema de trusts
obligatorios y otras formas de control estatal. Pero, al mismo tiempo se alentaba el espíritu
de iniciativa y beneficios privados. El estado mismo creó, un amplio campo para la
expansión de los grandes monopolios. La alianza entre ambos constituía un hecho
evidente, pues el mismo estado mostraba gran preocupación por el bienestar de las masas
y encontraba recursos, es cierto que temporarios, para reducir la desocupación, aumentar
los jornales, etc.
Hitler nunca consideró a los industriales como miembros de dos grupos de intereses
constitutivos, sino como miembros de la nación alemana que pasaba por una situación de
tensión. Veía sus frustraciones y su inseguridad, antes que sus intereses de grupo y de
clase. El factor común a todas las clases era la inseguridad. Mostró a los industriales el
peligro del comunismo y de la competencia internacional. Peligros bastante reales como
para que los capitalista prefirieran el orden nazi, en el cual siempre se convertían en
gerentes de sus propias empresas.
Con los trabajadores Hitler explotó sus temores a la explotación y la desocupación y, por
encima de todo, sus tendencias igualitarias denunciando la igualdad material como
extrínseca y mecánica y desviando a voluntad " la mirada de las masas" de las cosas
materiales a las espirituales.
Hitler alentó los prejuicios de la clase media y el campesinado contra el comunismo y su
respeto por la propiedad privada. Los nazis trataron de complacer a todo el mundo.
El éxito económico nazi en el aumento de la producción y la práctica desaparición del paro
que en 1933 ascendía a casi 6 millones, supone la consolidación definitiva del nazismo y
hace olvidar al pueblo alemán los sacrificios impuestos por la política de autarquía y de
rearme y obras públicas.
El esfuerzo del régimen nazi va dirigido a mantener un capitalismo controlado por el Estado
pero sin ninguna pretensión de socialización.
8. Rasgos comunes, del fascismo y el nazismo.
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A diferencia del liberalismo y del marxismo que cuentan con una coherente exposición de
principios ideológicos, las doctrinas del fascismo y del nazismo se configuran a la par que
estos movimientos surgen con el propósito de alcanzar el poder y establecer su sistema de
dominación. No hay doctrina. Una primera característica es su exaltación del Estado, de un
Estado omnipotente o totalitario.
A ello, el nacionalsocialismo o nazismo agrega la configuración de un Estado sustentado
en supuestos étnicos y racistas. Por ello, el fin supremo del Estado nazi es la preservación
de la pureza racial, la que justifica la política racista y antisemita del Tercer Reich.
Antiparlamentarismo bajo la dirección de un jefe o caudillo -Duce (Mussolini), Führer
(Hitler)- dotado de un poder “carismático” y capaz de crear por sí sólo la voluntad nacional
y de dirigirla en beneficio de la colectividad insustituible.
Su odio febril a la democracia y a sus manifestaciones más comunes, la libertad y la
igualdad políticas. Así frente a la “falacia” de la igualdad democrática, exhiben como ideal
la dicotomía superiores-inferiores. En el “código” social fascista el hombre es superior a la
mujer, el militar al civil, el miembro del partido al que no lo es, se puede expresar las
principales características:
a) Se halla un imperialismo militarista.
b) El dogmatismo de las ideas y las intolerancia fundamentan la fe ciega en el caudillo.
c)Utilizan los símbolos y los nuevos medios de propaganda de masas. Existe un partido
único.
9. El comunismo totalitario
el comunismo es visto como Ideología política cuya principal aspiración es la consecución
de una sociedad en la que los principales recursos y medios de producción pertenezcan a
la comunidad y no a los individuos. En teoría, estas sociedades permiten el reparto
equitativo de todo el trabajo en función de la habilidad, y de todos los beneficios en función
de las necesidades. Algunos de los conceptos de la sociedad comunista suponen que, en
último término, no se necesita que haya un gobierno coercitivo y, por lo tanto, la sociedad
comunista no tendría por qué tener legisladores. Sin embargo, hasta alcanzar este último
estadio, el comunismo debe luchar, por medio de la revolución, para lograr la abolición de
la propiedad privada; la responsabilidad de satisfacer las necesidades públicas recae, pues,
en el Estado.
El concepto comunista de la sociedad ideal tiene lejanos antecedentes, incluyendo La
República de Platón y las primeras comunidades cristianas. La idea de una sociedad
comunista surgió, a principios del siglo XIX, como respuesta al nacimiento y desarrollo del
capitalismo moderno. En aquel entonces, el comunismo fue la base de una serie de
afirmaciones utópicas; sin embargo, casi todos esto primeros experimentos comunistas
fracasaron; realizados a pequeña escala, implicaban la cooperación voluntaria y todos los
miembros de las comunidades creadas participaban en el proceso de gobierno.
Posteriormente, el término `comunismo' pasó a describir al socialismo científico, la filosofía
establecida por Karl Marx y Friedrich Engels a partir de su Manifiesto Comunista. Desde
1917, el término se aplicó a aquellos que consideraban que la Revolución Rusa era el
modelo político ideal, refundido el tradicional marxismo ortodoxo con el leninismo, creador
de una verdadera praxis revolucionaria. Desde el inicio de aquélla, el centro de gravedad
del comunismo mundial se trasladó fuera de la Europa central y occidental; desde finales
de la década de 1940 hasta la de 1980, los movimientos comunistas han estado
frecuentemente vinculados con los intentos de los países del Tercer Mundo de obtener su
independencia nacional y otros cambios sociales, en el ámbito del proceso descolonizador.
10. La fase leninista del totalitarismo.
La pregunta que surge de inmediato es ¿hubo en realidad una diferencia sustancial de
propósitos entre ambos líderes de la revolución, más allá del estilo personal de gobernar
de cada uno de ellos? Es decir, ¿hubo acaso una diferencia esencial en el régimen que
imperó desde 1917 hasta 1924, con lo que realizó Stalin a partir de 1929? Como explicamos
en el artículo precedente, los métodos aplicados por Lenin fueron tan violentos como los
que utilizó Stalin y en cierta medida es irrelevante que el primero los usara fríamente, como
método para alcanzar un fin- el control total de la sociedad rusa- por los bolcheviques y que
Stalin ejerciera la violencia como resultado de una paranoia y de una sed de poder personal
desmedida. En ambos casos predomina la misma razón de estado. Ambos gobernaron en
nombre del comunismo revolucionario, eran los líderes de un partido predestinado a llevar
a cabo la realización de una verdad absoluta. Una característica determinante del
totalitarismo, es precisamente, la negación de toda verdad contraria a la lógica del sistema
y por consiguiente su absoluta intolerancia a cualquier otra forma de pensamiento que no
siguiera los lineamientos impuestos, de ser necesario, por la fuerza para crear una sociedad
nueva basada en una visión utópica de la misma.
Tampoco creemos que sirva de atenuante la justificación histórica de que el régimen se
insertaba en una tradición autocrática y despótica característica de Rusia y de los gobiernos
de los zares. Aquí el punto importante sería discutir si en una sociedad, sobre todo en una
atrasada, es posible que el Estado establezca su dominio sobre todas las esferas sociales
sin recurrir a la represión violenta y masiva, independiente de los matices y estilos
personales. Lenin, era la cabeza de un régimen absolutista y Stalin lo mismo, pero más
perverso. El partido Bolchevique fue creado por Lenin como una fuerza cuasi-militar, donde
la cabeza se imponía a la base con poca discusión y el partido se imponía a toda la
sociedad. Con Stalin, la diferencia radica en la personalización y ulterior perversión del
paradigma, pero es posible sustentar la tesis que fue un cambio de grado y no uno
sustancial. Así siguió funcionando el esquema, con los matices reformadores de Kruschev,
hasta que Gorbachev dio el gran viraje.
Suponer, sobre la base de la llamada Nueva Política Económica que Lenin instrumentó (
un retorno tímido hacia el mercado después del fracaso del "comunismo de guerra”), o por
los rasgos de su carácter, que una vez destruida la resistencia social, este habría virado
hacia formas democráticas, es una discusión un tanto irrelevante. Lenin murió antes de que
Rusia emprendiera el “camino soviético” hacia la industrialización forzada. Son ciertas las
diferencias de carácter y capacidad intelectual entre Lenin y Stalin, sin embargo eso no es
lo sustancial. El problema central es que el llamado “socialismo” que se impuso en Rusia
tiene una necesidad de una gigantesca y opresiva burocracia: Está en el corazón mismo de
este tipo de régimen, en el centro mismo de su dinámica de acumulación. No sólo para su
implantación sino también para su funcionamiento ulterior.
La consulta de los archivos soviéticos que han podido efectuar los historiadores después
de 1991, confirman que tanto Lenin como Trotski estaban dispuestos a usar cualquier
medida, por cruel e inhumana que estas fueran, para mantener para los bolcheviques el
control absoluto del Estado y de la sociedad soviética.
Sólo para refrescar la memoria recordemos que fue Lenin quien disolvió la Asamblea
Constituyente, creó el control absoluto del partido, utilizó a los militares para aplastar las
protestas civiles, creó la Tcheca como instrumento para aplicar el terror rojo, mandó
asesinar a la familia imperial en 1918, destruyó la fuerza autónoma de los sindicatos,
prohibió todo fraccionalismo y por lo tanto el derecho a disentir en el marco del partido
comunista, el primero que empleó los juicios ejemplarizantes, el que inició la persecución
de los Kulaks, el que creó los primeros campos de concentración o los denominados
Gulags.
11. El estalinismo como totalitarismo
Tras la muerte de Lenin, Stalin se unió a Grígori Zinóviev y a Kámenev para, los tres juntos,
gobernar el país. Con esos aliados temporales, Stalin actuó contra su gran rival Trotski,
principal candidato para suceder a Lenin y cuya teoría de la revolución permanente
contrastaba con la opinión del triunvirato que defendía `la construcción del socialismo en
un sólo país'. Una vez eliminada la amenaza de Trotski, Stalin giró de nuevo, alineándose
con Nikolái Bujarin y Alexéi Ivánovich Ríkov en contra de sus antiguos compañeros. En
respuesta, Trotski, Zinóviev y Kámenev desafiaron la autoridad de Stalin al considerase
como la `oposición de izquierdas'. Stalin venció a todos sus rivales gracias a una hábil
manipulación y utilización de los órganos del partido y del Estado, y en 1929, ya había
consolidado su posición como reconocido sucesor de Lenin y reforzado su poder como líder
único de la Unión Soviética.
Ante el descenso de la productividad agraria a finales de la década de 1920, Stalin
reaccionó con el abandono de la NEP (Nueva Política Económica) y el inicio en 1929 de un
programa de colectivización acelerada, dirigida contra los kulaks (campesinos propietarios).
Millones de kulaks fueron deportados y miles de ellos murieron durante la aplicación de esta
política que fue especialmente dura en regiones como Ucrania. El proceso de
industrialización desarrollado durante la década de 1930 tuvo mucho más éxito. Elevó a la
atrasada URSS al nivel de otras potencias industriales.
A mediados de la década de 1930 Stalin inició una gran campaña de terror político. Las
purgas, los arrestos y las deportaciones a los campos de trabajo afectaron a gran parte de
la población de la URSS. Sus antiguos rivales, Zinóviev, Kámenev y Bujarin admitieron
durante una serie de juicios multitudinarios y con muy pocas garantías las acusaciones de
crímenes contra el Estado y fueron condenados a muerte. Un número indeterminado de
dirigentes del partido y del Ejército desaparecieron durante este periodo, lo que despejó el
camino a una nueva generación en la que se encontraban futuros dirigentes como Nikita
Jruschov y Leonid Brezhnev. La dictadura del proletariado se había convertido en la
dictadura de la burocracia del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y del propio
Stalin; el temor inspirado por la policía secreta política formaba parte esencial del régimen.
Stalin, por su parte, siguió aplicando los mismos criterios y acentuó algunas acciones, como
fueron la colectivización forzada de la agricultura, exterminando como clase a los pequeños
propietarios, creando a costa de la agricultura una industrialización forzada, extendiendo el
campo de aplicación de la policía secreta y del terror, mas allá de las fronteras de la URSS,
desarrollando lo que se denominó el archipiélago de los Gulags, destruyendo los supuestos
enemigos internos y externos y convirtiendo al comunismo en un instrumento de los
intereses del Estado Soviético. A esto hay que añadir el genocidio cometido en 1932 en
contra de la población de Ucrania, cuando Stalin llevó a cabo el exterminio del pueblo
ucraniano por medio de una hambruna artificial que trajo como consecuencia la muerte de
alrededor de 8 millones de campesinos .También centenares de miles de intelectuales y
muchos ciudadanos comunes fueron fusilados o deportados a Siberia. Todo esto se hizo
con el propósito de destruir la conciencia nacional ucraniana.
Posteriormente, cuando se efectuaron las grandes purgas de 1937-38 , Stalin hizo arrestar
en sólo 14 meses a 1.800.000 personas, de las cuales, 690.000 fueron asesinadas. A partir
de ese momento, los enemigos ya no son ni los burgueses, ni los capitalistas, ni los
campesinos, sino la sociedad en su conjunto.
Pese al Pacto Germano-soviético de 1939, las tropas alemanas invadieron la Unión
Soviética en junio de 1941 durante la II Guerra Mundial. El Ejército soviético (el Ejército
Rojo) se encontraba muy debilitado por las purgas políticas de la década de 1930. Stalin
dirigió personalmente la guerra contra la Alemania nazi y, tras la victoria soviética en la
batalla de Stalingrado, se convirtió en uno de los líderes mundiales.
Stalin participó en las conferencias de Teherán (1943), Yalta (1945) y Potsdam (1945), en
las que logró el reconocimiento internacional de una esfera de influencia soviética en la
Europa del Este. Acabada la guerra, extendió el dominio comunista sobre la mayor parte
de los países liberados por el Ejército soviético, en los que se establecieron las
denominadas democracias populares, uno de los elementos que propició el inicio de la
Guerra fría. En enero de 1953 ordenó la detención de numerosos doctores en medicina de
Moscú, principalmente judíos, acusándoles de asesinatos médicos y de conspiración contra
el Estado. El llamado `complot de las blusas blancas' parecía presagiar una nueva purga,
que sólo evitó el repentino fallecimiento de Stalin el 5 de marzo de 1953 en Moscú.
12. El terror como método totalitario (Alemania EXURSS)
Para implantar en forma definitiva un régimen totalitario en Alemania e iniciar la campaña
de expansión del poderío germánico por Europa y las políticas de depuración racial y
biológica que van a caracterizar el ejercicio sucesivo del poder. Mucho se ha escrito sobre
el exterminio de los judíos, de los gitanos y de otras categorías sociales consideradas por
los nacionalsocialistas contrarias al espíritu y cuerpo de una nueva nación basada en el
predominio de la raza aria. Esos objetivos van a ser cumplidos mediante una política
sistemática de terror, en la que contará con cierto grado de complicidad de numerosos
alemanes, quienes llegaron a aceptar las tesis del gobierno que a quienes se le suprimía la
libertad o la vida no eran seres humanos, sino sub hombres, por lo que el sentido de
responsabilidad por las atrocidades cometidas quedaba, en alguna medida, atenuado.
El estalinismo se hace referencia al informe de Kruchev -que se analizara más adelante, en
el curso-, en el vigésimo congreso del PCUS expuso públicamente muchos de los
atropellos, sin embargó, trato de diferenciarlos de los de Lenin hubiese podido hacer,
justifico el uso del terror cuando este fue necesario para combatir a los enemigos de la
revolución. Según en este informe lo mas grave fue que Estalin siguió ejerciendo violencia
y los métodos de represión masiva cuando la revolución había triunfado y había acabado
con sus enemigos. Cuando el Estado soviético era una realidad y por lo tanto
aparentemente no se justificaban los crímenes. Al menos los externos. No obstante, es
difícil entender como puede marchar una sociedad administrada totalitariamente por una
cúpula política, sin la intimidación y un fuerte aparato policial represivo. Lo que me interesa
resaltar es que estos crímenes no solo se cometieron en funcion a determinada ideología,
sino que ese régimen permitió que se fabricaran además un pernicioso culto a la
personalidad que terminaría por justificar todos los actos cometidos por el dictador supremo

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