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Texto N°4: “Una Confrontación Silenciosa”

 Informe de Lectura

¿Es posible reducir al máximo, la pobreza o desigualdad en el mundo? Claramente como lo


expresa Klingsber Bernardo: “Las desigualdades no son producto de la naturaleza. Son la
resultante de determinadas políticas. Hay políticas que las aumentan y hay otras las disminuyen.”

Por una parte, el Informe de Desarrollo Humano del PNUD, ha llamado a estas brechas, entre
la riqueza descomunal, y la falta de recursos más elementales para garantizar el derecho a la vida,
como las “desigualdades groseras” que están creciendo en las últimas décadas, dejando a niños
con problemas severos de trastorno cognoscitivos a causa de una pésima e insuficiente
alimentación básica que se requiere para el que ser humano se desarrolle en sus respectivas
facultades motrices ya sean corporales como intelectuales.

Por otra parte, se han intentado legitimar tanto las grandes injusticias en la historia del género
humano como, el constante desequilibrio y aumento de la desigualdad en el mundo y en América
Latina, por medio de un “negacionismo sistemático”, es decir, por cada debate político que se
disputa existe un choque de paradigmas silencioso entre:

1) Aquellos que no le interesa discutir evidencias, se siente mucho más cómodo discutiendo
sobre dogmas. Nos intentan convencer de lo “es bueno para 1% más rico, es bueno para el
99%”. ¿A qué se debe esta afirmación? parafraseando a Bernardo, quien señala a mi modo
de ver, de forma precisa, sus modos de pensar y sus niveles de vida privilegiado que no los
dejan presenciar la realidad de las diferentes clases sociales, o ¿es que no quieren ver?:
“Ellos poseen casi la mitad del producto bruto mundial, según un banco suizo y ganaban
promedio en el 2013, 1746 millones de dólares cada uno”. Si nos remontamos a los años
90 en el Consenso de Washington sobre como conducir una economía, la pobreza era
definitivamente parte de la historia, “pobres hubo y habrá siempre” decían algunos de
sus líderes, pero tampoco es necesario ir lejos en el tiempo, sino que, hoy en día, siguen
con dichas ideas: “la pobreza se combate con crecimiento pero no suficiente para eliminarla,
ni mucho menos con programas sociales o asistencialismo”, prefieren que la economía se
una cuestión técnica que solo ellos entienden dejando en manos de los de comunicación
masivos, la tarea de trasmitir que su paradigma es única la verdad infalible.

2) Aquellos que intentan buscar diversas vías o reformas sociales integradoras, para que la
economía no genere boquetes de pobreza extrema y que solo exista tanto capitales como
recursos naturales en manos de unos pocos. Klingsber señala que estas políticas han
bajado considerablemente en estas décadas del 40% al 28% para los países de Argentina,
Brasil y Uruguay, ampliando las clases medias sociales.
Ahora bien, es preciso educar a las sociedades mediante un Estado solido que invierta en la

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