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Observaciones Sobre el Vocabulario Social Ordenes,


puede prestar, por su lugar en la comunidad rural o en la fábri-
del Antiguo Régimen ca lo que lleva consigo una cierta estima, un cierto respeto hacia Estamentos y
él, una especie de temor tal vez, que hace que no deje nunca, Clases-
Frente a las encuestas sistemáticas que han sido iniciadas en en los papeles que tiene que firmar o que hacer firmar (general- Coloquio de
Saint-Cloud y en torno a Saint-Cloud por gentes que han ataca- mente sabe escribir), de adornarse con este título de laboureur. Historia Social
do directamente el gran tema del vocabulario antiguo, sus for- Se ha subrayado que en ocasiones, cuando los laboureurs
mas, su frecuencia, su. significación, me gustaría ofrecer unas perdían sus caballos, conservaban el título de laboureurs. A
observaciones poco numerosas y asistemáticas y, sobre todo, decir verdad, no he encontrado más que un ejemplo de este tipo Ponenciasrecogidas
aportar, en lugar de porcentajes o teorías nuevas, los testimo- en las 150 parroquias del Beauvaisis. Pero otros centenares de por D. Roche y pre-
nios de una experiencia que comienza a alargarse. laboureurs han tenido un destino histórico, un destino pedagógi- sentadas por C. E.
co bastante extraordinario. Están hasta tal punto vinculados a su Labrousse
Esta experiencia ha sido, sobre todo, rural; primero se ha referi- arado y a los elementos que dependen de éste que cabe pregun-
do a algunas provincias situadas al norte de París, luego a otras tarse qué sucede con esta categoría eminente de campesinos
cuando abordamos las regiones donde no existen estos grandes
P. Goubert (Autor)
provincias situadas hacia el oeste del reino, extendiéndose
luego mediante algunas incursiones al sudoeste y también arados, donde se utilizan pequeños arados hechos en casa, a los
mediante algunas lecturas. A este testimonio personal me gus- que el herrero añade un pedazo de hierro llamado rejá.
taría añadir otros que no lo son. Provienen de investigaciones
en curso, aún inéditas en su mayoría: investigaciones de las que Esta imagen excesivamente clásica del laboureur se limita,
han tenido a bien informarme algunos de mis amigos, jóvenes y pues, a la Francia del norte. Partiendo de los alrededores de la
menos jóvenes. No tengo la ambición de abarcar todo el voca- ciudad de-Beauvais hacia los confines occidentales, he busca-
bulario social del Antiguo Régimen, pero me gustaría proponer- do en Bretaña laboureurs y, dejando a un lado el condado de
les una reflexión sobre algunos ejemplos: ejemplos en primer Nantes, he encontrado uno solo. Con ayuda de mis estudiantes
lugar rurales, porque son los campesinos a los que mejor bretones, he encontrado campesinos que se llamaban François
conozco, y luego otros de los que estoy menos seguro y sobre Le Floch, Hervé Le Bozic o incluso René Pleven. No llevaban
los que me ayudarán a ver claro sus críticas. antenombre, su nombre no iba seguido de ninguna indicación
profesional, salvo en el caso del posadero o del herrero. En oca-
Me gustaría primeramente tomar una palabra: la palabra siones se encuentra el nombre de domanier en la Baja Bretaña,
laboureur. En todas las regiones en torno a París, en todas las pero esta palabra va asociada al problema dei domaine con-
buenas tierras de cereales de la cuenca de París, el término géable *, del que no hablaré aquí. A veces se encuentra el nom-
está perfectamente claro, como lo está también en Borgoña y en bre de 'métayer [aparcero] en estas provincias del oeste, pero
las llamádas provincias del este y del norte. Designa habitual- esto sólo quiere decir que el métayer tenía una métairie, que es
mente al personaje que posee ese instrumento de cultivo que es una explotación rural (la cual, por otra parte, no está forzosa-
el gran arado del norte, en el que hay mucho hierro y que cues- mente sometida a un contrato de aparcería).
ta caro, como sabemos por los inventarios por defunción. Este
gran arado necesita varios caballos, o varias parejas de bueyes,
para ser utilizado. Un laboureur es, pues, un propietario o
agricultor bastante acaudalado, que destaca entre la población * Domaine congéable: En Bretaña, arrendamiento en el que el señor se
de la aldea por la importancia de sus medios, por el personal reserva la facultad de recuperar las tierras en cualquier momento. (N. T.)
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Quedémonos un momento en el oeste, tomando un ejemplo medio, entre 130 y 140 familias propietarias, se observan exac-
procedente de un joven compatriota originario de los alrede- tamente dos excepciones a este esquema, rondando ambas los Ordenes,
dores de Durtal (cabeza de partido del nordeste de Anjou). En fatídicos 25 jornales. Más aún, el más rico de los propietarios de Estamentos y
este pueblo de un millar de habitantes no hay un solo laboureur. este valle del Adour, que posee unas cuarenta hectáreas, está Clases-
Pero si exceptuamos al inevitable posadero, al herrero y a algu- regularmente provisto del título de bourgeois [burgués] y en las Coloquio de
nos muertos de hambre, nos econtramos con dos categorías de actas figura siempre como monsieur. No reside en la ciudad, no Historia Social
personajes: los métayers y los closiers; el métayer está en una ejerce un oficio, no ejerce un cargo: vive en su mas y dirige su
métairie, el closier en una closerie. Desde el punto de vista explotación.
jurídico, uno y otro son habitualmente arrendatarios. La diferen- Ponencias
cia es la siguiente: una métairie cuenta por lo general con una Si viajamos mentalmente desde el valle del Adour hasta la recogidas por
veintena de hectáreas; una closerie, con seis o siete. El título, si diócesis de Lavaur y llegamos al gran consulado de Puylaurens, D. Roche
hay un título, si hay un "estate”, es el de la explotación, que se patria de Georges Fréche -5.000 personas y 8.000 hectáreas, y presentadas por
define por su extensión y su riqueza. aproximadamente, en tiempos de Luis XIV, un gran centro C. E. Labrousse
urbano, numerosas aldeas y granjas dispersas-, nos encon-
Pasemos por alto el Poitou, sus laboureurs con bueyes y sus tramos ante una masa considerable de documentos fiscales,
laboureurs sin animales de tiro, sobradamente conocidos, y notariales y parroquiales. Las gentes del campo se agrupan P. Goubert (Autor)
penetremos francamente en el Mediodía, región de la langue habitualmente bajo cuatro denominaciones principales: en
d'oc. La palabra laboureur, aquí, no figura desde un principio; si primer lugar, los bourgeois, campesinos y propietarios, que son
la encontramos en francés es la traducción bien de un término los más afectados (aproximadamente seis libras) por la capi-
latino, bien de un término occitano. La traducción francesa tación; estos bourgeois son dueños de un mas: hay 17. Vienen
"laboureur" significa habitualmente trabajador de la tierra; es el en segundo lugar los ménagers --ésta es la palabra que se uti-
antiguo sentido, es decir, campesino a secas. Esta es probable- liza en el Mediodía- de sus bienes. Son propietarios menos
mente la razón de que los soldados de origen rural de A. importantes y más numerosos -de 200 a 500- que pagan tres
Corvisier sean tan frecuentemente laboureurs en el mediodía libras de capitación. Vienen a continuación los métayers, que
del reino, porque laboureur quiere decir solamente campesino, pagan 40 sueldos de capitación; son unos 300. Si dejamos a un
y no sería sin duda E. Le Roy Ladurie, si estuviera aquí, el que lado a los mendigos y vagabundos, queda una categoría final en
dijera lo contrario. Vayamos más lejos y tomemos algunos ejem- la que se incluye a un centenar de cabezas de familia denomi-
plos del Emblavés, el Bigorre y el Alto Languedoc (estudiados nados brassiers, laboureurs y travailleurs de terre. Son gentes
respectivamente por G. Sabatier, A. Zink y G. Frêche). Vayamos que no poseen casi nada, y que pagan una capitación muy baja,
en primer lugar al valle del Adour, que se encuentra en Bigorre, 20 sueldos o menos. Si se busca la diferencia entre estos últi-
región bastante original. Existen aquí, en el vocabulario social mos, se observa que 1) la expresión travailleur de terre com-
habitual, el de los catastros, el del notario, el del juez, el de los prende tanto a los laboureurs como a los brassiers; 2) los méta-
registros parroquiales, distinciones muy marcadas. Dejando a yers residen en las métairies como una especie de peones a los
un lado las excepciones habituales, el que no es laboureur, que se da un trozo de tierra por un año, lo que nos recuerda a
pues el término existe en Bigorre, es brassier. Un análisis pre- la Media Garona de Pierre Deffontaines, y 3) los brassiers son
ciso muestra que el laboureur es el que tiene más de 25 jornales jornaleros intermitentes o temporeros que no poseen bien
de tierra, es decir cinco hectáreas aproximadamente, y brassier, alguno y que residen en el centro urbano de Puylaurens, desde
el que tiene menos; y que si, por desgracia, se pierden hec- donde van a trabajar a los campos cuando se les necesita.
táreas se pierde también el título, y viceversa. En un siglo y
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Si seguimos en Languedoc y- vamos con Gérard Sabatier a una haber encontrado esta curiosidad: unos campesinos, todos ellos
cuenca del Velay que se llama Emblavés (les remito a la publi- ricos y grandes propietarios, llamados bourgeois -cierto que sólo Ordenes,
cación colectiva del Centre de Recherches de Lyon que dirige en el Mediodía-, lo que constituye una nueva acepción, tal vez Estamentos y
Pierre Léon), vemos -gracias a la conjunción de documentos inesperada, que se añadirá a la decena de acepciones relativas Clases-
precisos, numerosos y sabrosos, el catastro, el fisco, los nota- al empleo de la palabra bourgeois en el Antiguo Régimen. Coloquio de
rios y, por supuesto, los registros parroquiales- que los Historia Social
laboureurs (pues existen) se colocan en segundo término. En Esta acepción se añade a los grandes grupos de significación
primero están los ménagers, los grandes propietarios, dueños que ofrece este término tan cómodo y tan mal utilizado... Hay
de la región, con sus cómplices, sus aliados, los notarios (dos o burgueses, yo diría por suposición social, que vienen de la Edad Ponencias
tres). Debajo de ellos están los laboureurs, que son una especie Media y que, con enormes variaciones en el tiempo y sobre todo recogidas por
de clase media por la que se pasa, de la que se sale, para subir en el espacio, constituyen una parte importante, o pequeña, o D. Roche
o bajar. Finalmente, el confuso grupo-cajón de sastre de lo incluso pequeñísima, de los habitantes de las ciudades. Hay y presentadas por
peones" y los miserables. ¿Para qué seguir? Esta. rápida vuelta burgueses por su modo de vida, burgueses "que viven burgue- C. E. Labrousse
a Francia en la época de Luis XIV, en el pequeño mundo de la samente de sus rentas sin trabajar", tal como me descubrieron
tierra, en busca del simple vocablo de laboureur, permite ofrecer hace tiempo los textos de Beauvais...
unas conclusiones provisionales: P. Goubert (Autor)
En Beauvais, en una época ya lejana, estudié a los burgueses
1. La palabra laboureur está lejos de estar atestiguada en toda la de escasa renta, de rentas. inmobiliarias, de rentas rurales, de
Francia rural: parte del enorme campesinado no lleva ningún títu- rentas del Estado, de rentas particulares, un poco (o un mucho)
lo o ningún título preciso. La luz no puede salir, pues, sólo del usureros: un tipo de burguesía que sobrevivió mucho tiempo al
estudio del vocabulario social. Antiguo Régimen. Fueron sobre todo las desgracias del franco
después de 1414 las que parecieron afectarles. Hay por último
2. Cuando está atestiguada la palabra laboureur, no siempre ni a una especie de burguesía de costumbres, una cierta villanía,
menudo tiene el mismo sentido. A veces permite descubrir o una cierta pequeñez, una cierta estrechez de- la que se burlan
expresa un rango, una estima, una fortuna relativamente impor- los aristócratas y las gentes de mundo, lo que indica simple-
tante. En algunas partes no permite detectar más que una mente una condescendencia mundana. Están los bourgeois des
situación mediana o mediocre. Y en otras no significa más que compagnons de métier, que son los que encargan y pagan un
campesino, trabajador de la tierra. Hace falta algo mas que estu- trabajo: trabajo para un burgués, dicen el carretero, el carpin-
dios de vocabulario para emprender, estudios sociales serios. tero, el cerrajero, el albañil. Este burgués puede llevar, por otra
parte, tanto sotana como peluca. Está el bourgeois de nàvire,
3. Finalmente, en la mayoría de los censos, el título de laboureur, que es simplemente el propietario de un navío, como han
como muchos otros, corresponde sistemáticamente a una cierta demostrado los especialistas en cuestiones de navegación.
situación material, a una cierta explotación, e incluso a una cierta Están incluso los soldats de bourgeoisie del Antiguo Régimen,
propiedad, a un cierto nivel de vida. cuyo rasgo principal consiste en que son rurales. Están también
quizá los burgueses fabricados por ciertos historiadores dema-
El título se define, pues, mucho más por la situación material siado apresurados. Están sin duda muchos otros que olvido, ya
que por sí mismo; y lo que se llama "estima social" es un home- que los burgueses y la burguesía me proporcionan un pretexto
naje que la pobreza rinde a la riqueza o que la riqueza se rinde para sacar unas conclusiones un poco más generales; y estas
a sí misma. Lo más asombroso de nuestra encuesta rural es conclusiones son en el fondo lo esencial, porque corresponden
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a una profunda convicción (susceptible de revisión, por supues- algunas excepciones. La estima sólo determina las funciones
to, de acuerdo con los resultados de las encuestas actuales y parroquiales, las funciones políticas y el rango, es decir, el lugar Ordenes,
futuras): en la procesión, ceremonia importante pero que no implica toda Estamentos y
la realidad. Clases-
1. La determinación exacta de los diversos sentidos que puede Coloquio de
tener de una provincia a otra y de arriba abajo de la sociedad el 4. El estudio de este, vocabulario es indispensable, pero absolu- Historia Social
vocabulario social del Antiguo Régimen es siempre algo funda- tamente insuficiente. Desconfiemos de los rangos, de las etique-
mental, algo previo a un análisis correcto; hay que conocer a la tas de esta Francia procesionaria que los autores y los teóricos
perfección en su lugar y en su tiempo el vocabulario que utilizan nos muestran en procesión según un cierto orden; desconfiemos Ponencias
nuestros documentos. de los mitos que las sociedades elaboran sobre sí mismas. Es recogidas por
bueno saber lo que un puñado de personas, en el grado casi D. Roche
2. Para estudiar este vocabulario, los diccionarios, los teóricos, superior de la sociedad, decía de ésta; es bueno también saber y presentadas por
los grandes escritores constituyen fuentes importantes, pero que una gran parte de las ideas o de los principios propagados C. E. Labrousse
son fuentes que reflejan ante todo a sus autores, el clima socio- eran fórmulas que databan de Santo Tomás o incluso de épocas
económico-intelectual, etc., en que han nacido, tradiciones ge- anteriores. Conviene conocer estos mitos, estos rasgos, estas
neralmente muy antiguas, esquemas, mitos que tienen varios etiquetas, comprenderlos y, sobre todo, superarlos. Hay aparien- P. Goubert (Autor)
siglos de antigüedad. Por ejemplo ese mito de los tres órdenes cias que corresponden a realidades, que las anuncian; pero hay
o los tres estados que viene sin duda del antiguo fondo indoeu- también realidades que se ocultan bajo apariencias.
ropeo. Expresan su medio, hasta cierto punto la clientela más o
menos culta a la que llegan, pero no forzosamente el objeto de 5. Finalmente, y con esto voy a terminar, los historiadores vivi-
su análisis y en cualquier caso mucho menos de lo que se ha mos a menudo en una frecuente confusión. Mezclamos dos pro-
creído, sobre todo si se piensa en esa población mayoritaria del cesos intelectuales absolutamente diferentes, que han sido
campo. Puesto que tenemos pocos libros de cuentas de cam- admirablemente analizados en el cuestionario que Jacques Le
pesinos, será. en los documentos que emanan de su entorno Goff habría debido leemos ayer: por una parte, el análisis a ras
más inmediato donde encontremos las acepciones más corrien- de suelo, el análisis del documento; que no es nunca lo bastante
tes y más exactas; nos guardaremos bien de generalizar desde fiel, que no es nunca lo bastante avanzado, mediante el que
la Picardía al Rosellón y desde la Bretaña del Morbihan hasta debemos comprender y tratar de situarnos en el tiempo y en el
los Bajos Alpes. Es en el tesoro de los papeles señoriales, de pensamiento más íntimo de las gentes que escriben. Entra aquí
los papeles judiciales, de los papeles notariales, municipales y en juego la honradez elemental del historiador y también su sim-
parroquiales, que todavía no está suficientemente explotado, patía, en el sentido propio de la palabra, hacia el marco mental,
donde yacen los documentos esenciales de esta encuesta mas hacia el marco de las ideas, hacia el marco social que estudia.
o menos semántica y no en las lucubraciones de los retóricos. Pero después de años de análisis viene fatalmente el momento
de la síntesis. Es entonces cuando el historiador, para compren-
3. Este vocabulario social me ha parecido traducir hasta ahora, der mejor, para interpretar correctamente y sobre todo para hac-
con mucha precisión y enormes variaciones, sobre todo la erse comprender, necesita desprenderse del vocabulario
situación material de los campesinos; dejando a un lado nimie- antiguo y crear una lengua que sea suya con los términos de su
dades, la jerarquía social en el campo es la jerarquía de la tie- época. Es entonces cuando puede, si lo desea, hablar del
rra poseída y cultivada, es decir, a grandes rasgos, la de la for- laboureur o del bourgeois en un sentido diferente al que tenían
tuna. Los factores materiales prevalecen habitualmente, con estas palabras en tiempos de Luis XIII o de Luis XIV, pero, por
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supuesto, precisando sus términos, su vocabulario y su método.
No es un anacronismo, en mi opinión, al nivel de la interpre- Ordenes,
tación, explicar las sociedades antiguas con palabras nuevas. Estamentos y
De otra forma no hacemos sino resumir o repetir nuestros do- Clases-
cumentos. Si la historia trata de ser o de seguir siendo una cien- Coloquio de
cia, no puede evitar este doble proceso, que es en primer lugar Historia Social
conocimiento íntimo y respetuoso de los hombres del pasado y
en segundo lugar intento de síntesis, de reconstrucción, de
interpretación. Y no discutamos por palabras como clase, orden, Ponencias
casta, que después de todo no son sino etiquetas; me es igual recogidas por
que los laboureurs hayan constituido en Languedoc o en D. Roche
Picardía una clase, un orden, una categoría, un grupo, con tal y presentadas por
de que sean verdaderos laboureurs, de que estén verdadera- C. E. Labrousse
mente vivos, de que hayan sido correctamente analizados con
todos los documentos que poseemos. Por lo que a mí respecta,
estoy todavía en el momento del análisis paciente y apasio- P. Goubert (Autor)
nante, a veces un poco apasionado, con el ánimo libre o que
intenta estar libre de toda teoría preconcebida, sea cual fuere,
con un escepticismo profundo, que espero sea saludable y que
en cualquier caso está continuamente abierto a todos los
esfuerzos, a todas las interpretaciones, incluso a aquellas que
me resultan poco simpáticas, rápidas, gratuitas, y de las que
hay, sin embargo, algo que sacar, en especial la invitación a tra-
bajar aún más. No obstante, el ánimo se rebela contra las cons-
trucciones apresuradas, prematuras, demasiado simples o
demasiado bellas, porque estoy persuadido, como decía un
inglés hace tres o cuatro siglos, de que "hay más cosas en la
tierra... de las que ha soñado nuestra filosofía", o de las que ha
hablado nuestra sociología e incluso nuestra lingüística.

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