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DEFINICIÓN DE CUENTO

La palabra cuento proviene del término latino compŭtus, que significa “cuenta”. El concepto hace
referencia a una narración breve de hechos imaginarios. Su especificidad no puede ser fijada con
exactitud, por lo que la diferencia entre un cuento extenso y una novela corta es difícil de
determinar.

Cuento

Un cuento presenta un grupo reducido de personajes y un argumento no demasiado complejo, ya


que entre sus características aparece la economía de recursos narrativos.

Es posible distinguir entre dos grandes tipos de cuentos: el cuento popular y el cuento literario.

El cuento popular suele estar asociado a las narraciones tradicionales que se transmiten de
generación en generación por la vía oral. Pueden existir distintas versiones de un mismo relato, ya
que hay cuentos que mantienen una estructura similar pero con diferentes detalles.

El cuento literario, en cambio, es asociado con el cuento moderno. Se trata de relatos concebidos
por la escritura y transmitidos de la misma forma. Mientras que la mayoría de los cuentos
populares no presentan un autor diferenciado, el caso de los cuentos literarios es diferente, ya
que su creador suele ser conocido.

Entre los primeros cuentos escritos en lengua hispana aparece “El conde Lucanor”, una colección
que fue escrita por el infante Don Juan Manuel entre los años 1330 y 1335.

Por otra parte, la Real Academia Española menciona que la palabra cuento también permite
referirse al relato indiscreto de un suceso, a la narración de un suceso falso o a un engaño. Por
ejemplo: “Pedro vino con el cuento de que no encuentra empleo”.
DEFINICIÓN DENOVELA

El concepto de novela proviene del italiano novella, que significa “noticia”. El diccionario de la Real
Academia Española (RAE) define la primera acepción del término como aquella obra de la
literatura que, desarrollada en prosa, se encarga de narrar acciones que pertenecen parcial o
totalmente al ámbito de la ficción.

Algunos ejemplos donde aparece el término: “Ernesto Sábato fue un escritor argentino que se
destacó por sus novelas y ensayos”, “Me regalaron la última novela de Stephen King”, “Algún día
escribiré una novela sobre las invasiones inglesas”.

La noción de novela también se utiliza para referirse a aquellas situaciones de la realidad que, por
sus características, parecerían propias de la ficción, o a las mentiras en general: “Ya me aburrió la
novela de Sol con su novio”, “Termina con la novela y cuéntanos qué ha pasado en el colegio”, “El
jefe creyó que todo era una novela, pero le estaba diciendo la verdad”. Así mismo, en algunas
regiones se le llama novelero a aquel que inventa mentiras o que se cree historias que no tienen
pies ni cabeza.

Por otro lado, en algunos países, la palabra novela permite nombrar a las telenovelas, que son
series televisivas de ficción que suelen pertenecer al género romántico: “Todas las noches miro la
novela de Canal 6”, “¿Cuál es tu galán de novela preferido?”.

La novela y sus diferentes elementos

En la forma en que la literatura entiende el término, una novela se caracteriza de textos de otros
géneros principalmente por su extensión (superior a las 60.000 palabras). De este modo, puede
diferenciarse de los cuentos por ser más larga, presentar varias historias entrelazadas y no tener
un carácter lineal. Además, generalmente las novelas (salvo algunas excepciones) presentan
tramas de gran complejidad, una cantidad de personajes elevados y, en algunos casos, varios
narradores.

La novela consta de tres elementos fundamentales, estos son: acción (los hechos que suceden),
caracteres (los personajes que participan) y ambiente (escenario, espacio donde se desarrollan las
acciones y donde están dichos caracteres). A su vez, en lo que respecta a su estructura, se halla
compuesta por tres partes: presentación, desarrollo y conclusión, en cada una varía la extensión
de cada parte, pero se mantiene rigurosamente la estructura, aunque en algunos casos sea difícil
identificar cada uno de estos fragmentos.

Novela

La ciencia que se encarga de establecer las condiciones que debe cumplir cada texto
correspondiente a un tipo de narración, se denomina narratología. Durante el estructuralismo esta
ciencia creció considerablemente, subdividiendo y clasificando los aspectos más importantes de
toda narración. Para marcar estas diferencias estableció formas de estudiar al narrador (la voz
narrativa, la relación con el cual, el punto de vista, etc), a los personajes (las funciones en la obra),
la trama (todo lo que acontece en la historia y cómo lo hace) y el tiempo y espacio de la narración
(representados con el concepto de cronotopo y que se fija en la conexión entre diferentes lugares
y tiempos en una misma obra narrativa).

La novela puede catalogarse de varias formas, según su extensión, según su contenido, según su
narrador, etc.

Según su estructura puede ser: novela corta o simplemente novela.

La novela corta tiene una estructura sencilla y carece de largos diálogos y descripciones muy
detalladas. Presenta historias muy concisas y no se profundiza en demasía en la vida de los
personajes sino que la atención se enfoca directamente en los hechos que van a narrarse.

Por su parte, la novela presenta las características que antes citamos y se divide en capítulos,
donde cada unidad tiene una coherencia y una cierta autonomía.

Según el narrador la novela puede ser: narrada en primera persona (narrador protagonista o
personaje secundario) o en tercera persona (narrador testigo, omnisciente u observador).

De acuerdo a la estructura de la historia, a los temas que se tocan y a la forma en la que se


abordan los conflictos, la novela puede ser de varios tipos: romántica, dramática, histórica,
política, entre muchos otros tipos.

Por último citaremos otra forma de caracterizar a la novela, según el discurso narrativo que
presente y cómo lo haga. El discurso narrativo es la forma en la que la historia se cuenta, quién es
el que la narra y cómo lo hace. Existen varios tipos de discursos en narrativa, estos.

Discurso narrativo propiamente dicho es una forma de introducir las historia como si fuera
contada. No es tan importante el cómo se expresa el autor sino lo que expresa. Es importante
prestar especial atención a las conversaciones y a cada palabra dicha.

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DEFINICIÓN DE LEYENDA

La etimología del término leyenda nos lleva al vocablo legenda, que pertenece al latín. Legenda
puede traducirse como aquello que “debe ser leído”: por eso, en su origen, una leyenda era una
narración que se plasmaba en un texto escrito para que pudiera ser leída públicamente, por lo
general dentro de una iglesia o de otro edificio religioso.

Leyenda

Las leyendas no se caracterizan por narrar hechos reales con rigor y exactitud, sino que su
finalidad era subrayar un componente espiritual o una intención asociada a la moral y las buenas
costumbres.

La historia avanzó y la idea de leyenda comenzó a vincularse a una narración, ya sea escrita u oral,
que se exhibe como verdadera (al sustentarse en lo real) pero que incluye ciertos componentes
propios de la imaginación y de la ficción. Las leyendas se transmiten de generación en generación,
lo que posibilita que se vayan modificando de acuerdo al contexto social y a la época.

Una leyenda, de este modo, permite explicar y respaldar una cierta cultura. Siempre se halla ligada
a un personaje, un espacio geográfico o un objeto preciso, y muestra cómo dicho elemento
concreto se integra a la historia o la vida cotidiana de la comunidad.

Teniendo en cuenta todo lo anteriormente expuesto, sí es necesario dejar patente que no existe
un único tipo de leyenda sino varias categorías de ella que se caracterizan o definen básicamente
por la temática entorno a la cual giran. De esta manera, podríamos subrayar que existen leyendas
de corte histórico, míticas, de carácter religioso, las escatológicas que se refieren al mundo de los
muertos o las llamadas etiológicas que son las que explican diversos fenómenos relacionados con
la naturaleza.

Así, por ejemplo, con respecto a las primeras citadas, merece la pena subrayarse aquella que gira
entorno a la figura de El Cid y que determina que este ganó una batalla después de muerto. La
tradición oral ha llevado hasta nuestros días la historia que las tropas de El Cid tenían que llevar a
cabo un enfrentamiento bélico después de que este falleciera. Una noticia esta, la de la muerte del
caballero, que despertó la alegría de los rivales quienes estaban completamente seguros de su
victoria.

Sin embargo, el ejército de aquel decidió jugar sus cartas y colocó el cadáver de El Cid sobre su
caballo. De ahí que cuando se produjo la batalla y los soldados del bando contrario vieron a aquel
que estaba presente en la contienda pensaron que aún muerto seguía luchando por lo que
salieron huyendo despavoridos. Por ello se dice que ganó una batalla ya difunto.

Una de las leyendas más famosas a nivel mundial es el relato de Robin Hood, perteneciente al
folclore inglés. De acuerdo a la leyenda, Robin Hood vivió en los bosques de Sherwood en la época
de Juan Sin Tierra, dedicándose a robar a los más ricos para repartir el botín entre los campesinos
más pobres. Los historiadores encontraron a varios sujetos con nombres parecidos, pero nunca
pudieron demostrar la existencia histórica de Robin Hood.

Además de todo lo expuesto, también tenemos que dejar patente que el concepto de leyenda
también es utilizado de manera frecuente para referirse a los textos que acompañan a cuadros,
mapas o esquemas donde se explica parte del significado de los mismos.
DEFINICIÓN DE FÁBULA

La palabra fábula proviene del término latino fabŭla. Tal como explica el diccionario de la Real
Academia Española (RAE), se trata de un relato de ficción que carece de gran extensión, puede
estar desarrollado en verso o prosa y tiene como principal característica su voluntad didáctica. Lo
habitual es que la fábula enseñe a través de una moraleja que cierra la historia en cuestión.

Fábula

Por ejemplo: “¿Conoces la fábula de la hormiga y la cigarra?”, “De chico me fascinaban las
fábulas”, “El abuelo Tomás me contó una fábula sobre la importancia de cuidar la naturaleza”.

Las fábulas pueden presentar a seres humanos, animales y otras clases de seres como personajes.
Como género literario, se trata de una narración breve que finaliza con alguna enseñanza.

Los historiadores afirman que las fábulas surgieron cuando los esclavos grecorromanos dedicados
a la pedagogía buscaban transmitir nociones éticas a los pequeños. Estas instrucciones respetaban
la moral pagana e indicaban que las virtudes naturales de las cosas no podían cambiarse. Con el
cristianismo, en cambio, las fábulas comenzaron a incluir la posibilidad de cambio dentro de la
conducta humana.

Muchos son los autores que a lo largo de los siglos han llevado a cabo la creación de fábulas con el
objetivo de entretener, de enseñar y de mostrar sus cualidades literarias. Entre ellos destaca, sin
lugar a dudas, el francés Jean de La Fontaine que realizó durante el siglo XVII una gran colección de
obras enmarcadas en este tipo de género.

No obstante, tampoco podemos obviar el papel que jugaron otros escritores de gran relevancia en
esta área como sería el caso de Boisard, Jean Pons Guillaume Vennet o el polaco Ignacy Krasicki,
que adquirió una gran fama en el período de la Ilustración.

A todos ellos, habría que añadir el de un escritor español cuyo nombre se identifica claramente
con el género de la fábula pues consiguió crear una amplia colección de obras de este género que
han conseguido sobrevivir al paso del tiempo y que han ido pasando de generación en generación.
Nos estamos refiriendo a Félix María Samaniego.

Este autor, nacido en Álava en 1715, se caracterizó porque utilizó el verso para realizar sus fábulas
y porque ellas estaban cargadas de una gran crítica a determinadas costumbres o normas morales,
a las actitudes llevadas a cabo por los políticos de aquel momento o a personajes de la sociedad
que no eran precisamente un dechado de virtudes.

Entre sus fábulas más conocidas y que, como decíamos anteriormente, han llegado de manera
muy activa hasta nuestros días se encuentran La cigarra y la hormiga o La zorra y las uvas.
El término fábula también se utiliza en algunos países como un adjetivo coloquial que destaca algo
como muy bueno o extraordinario. Algo que “está de fábula”, en este sentido, es maravilloso,
sorprendente, de gran calidad, etc.: “La fiesta de anoche estuvo de fábula”, “Ayer vi una película
de fábula sobre tres dragones que recorrían el mundo en búsqueda de aventuras”, “¡Qué partido
de fábula! Hubo tres goles en cinco minutos”.

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