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Entre las ventajas del costo variable que se pueden mencionar, entre otras son:

Facilita la estrategia comercial: Se analiza el precio de venta del mercado, para tener en
cuenta el volumen de unidades a vender, que permita cubrir los costos fijos, o sea, brinda un
mayor margen de maniobra para poder vender en un mercado muy competitivo.

Es posible visualizar, por medio de la contribución marginal, el impacto de los costos fijos.

De lo anterior se puede determinar, por ejemplo, qué volumen de actividad se necesita para
absorber la totalidad de los costos fijos, o sea, evitar la capacidad ociosa.

Permite dilucidar cuáles son las líneas de productos más rentables.

Da pautas para la reducción de los costos fijos totales.

Es posible conocer el volumen adicional que debe producirse, para que otorgando un
descuento no altere la utilidad proyectada.

A través de esta técnica, es posible determinar hasta dónde pueden bajar las ventas para no
dejar de ganar o entrar en la zona de pérdida; o sea, es el margen de seguridad.

Los estados de resultado por línea de producto resultan más sencillos en lo que hace a la
interpretación al no mezclar la imputación de los costos fijos.

Facilita el planeamiento utilizando el método de Costo–Volumen–Utilidad, por medio del


estado de resultados.

El estado de resultados permite visualizar las áreas críticas que afectan a los costos; lo cuál
habilita la aplicación rápida de medidas correctivas. Todo esto se hace a partir del análisis de
los márgenes de contribución de cada línea de producto.

Atempera las oscilaciones de los costos por diferentes niveles en la producción.

Es de suma importancia en el aspecto financiero, por ejemplo, en el estado de origen y


aplicación de fondos, en lo atinente a los desembolsos que implican los costos variables.

Las desventajas más relevantes del costeo variable son:

Al no imputarse los costos fijos en la unidad del producto terminado y producción en


proceso, los inventarios quedan a un valor inferior al real.

En este caso, el costeo integral, por absorción o completo, refleja más la realidad económica
al contener los costos fijos, en los inventarios de producción terminada y producción en
proceso.

El grado de precisión con que se separan los costos fijos de los variables, aspecto
fundamental para la aplicación del sistema.

En lo que hace a decisiones de largo plazo, no es conveniente la utilización del costeo


variable, sino el costeo por absorción.

Al dividir los costos en fijos y variables, se realiza una simplificación, ya que no hay costos
totalmente fijos o variables, sino que, en realidad, existen costos semivariables o semifijos,
especialmente en la carga fabril.
La mano de obra directa constituye otro ejemplo. Por eso J.C. Vázquez agrega la parte fija de
la misma, imputándola a la carga fabril, a fin de que el segundo elemento del costo de
producción quede lo más variable posible.

De lo anterior se desprende que la linealidad de los costos (fijos o variables), en la cuál se


basa el sistema, es, en cierta medida, parte de la simplificación, puesto que los costos no son
necesariamente lineales y menos aún divisibles en costos fijos y costos variables. No obstante,
existen herramientas para atenuar el impacto negativo de su aplicación, que se detallarán en
el tema siguiente: Comportamiento del costo de producción.

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