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Manipulación de las partes interesadas de la evaluación de impacto ambiental.

Álvaro Enríquez-de-Salamanca

DRABA Ingeniería y Consultoría Medioambiental, Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Cañada
Nueva, 13, 28200 San Lorenzo de El Escorial, España

RESUMEN

La Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) es un proceso en el que participan varias partes interesadas, cada una con
intereses diferentes, lo que hace inevitable el sesgo y una causa importante de preocupación, pero existe una gran
diferencia entre el sesgo y la manipulación inherentes de las partes interesadas, un intento ilegítimo de alterar las
decisiones para intereses espurios. Aunque la manipulación generalmente se ha atribuido a los desarrolladores, cualquier
parte interesada puede intentar usarla para beneficio propio. En este documento analizamos las posibilidades de
manipulación y cómo pueden ser utilizadas por las partes interesadas. Si bien el sesgo es inevitable y debe reducirse,
entenderse y manejarse en el EIA, la manipulación es inaceptable y debe excluirse.

I. Introducción

La Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) es un proceso en el que varias partes interesadas participan con diferentes
intereses y experiencia, lo que puede llevar a un sesgo intencional o no intencional en sus opiniones; pero la línea entre
el sesgo y la manipulación puede no estar clara.

Como concepto general, la definición de manipulación es interferir sin escrúpulos en la política, en el mercado, en la
información, etc., con una distorsión de la verdad o la justicia al servicio de intereses particulares. En la EIA, la
manipulación es un sesgo premeditado con intereses espurios introducidos para modificar decisiones para beneficio
propio; esto incluye tanto la intención de engañar como las acciones necesarias para lograr la intención (malas prácticas),
como el uso de información falsa, exagerada o alterada, u ocultarla, con un uso ilegítimo del proceso de EIA a través de
presiones políticas o mediante la manipulación de los medios, por ejemplo. Un interés es falso cuando no es lo que
pretende ser, es falso o parece ser lo que no es. Es difícil determinar los motivos de las malas prácticas, que pueden ser
un intento de manipular, o debido a un sesgo profesional, un error o profesionales no calificados, por ejemplo. Lo que es
realmente importante es evitar estas malas prácticas en la EIA, en lugar de discutir su origen; pero para hacer eso, es
necesario conocer las motivaciones, como la manipulación y su posible expresión en cada actor, como una herramienta
para ayudar a detectarlas y eliminarlas.

Williams y Dupuy (2017) utilizan el término corrupción cuando se refieren a EIA, y lo asocian con condiciones de secreto
y desequilibrios de poder ejercidos por actores poderosos, como desarrolladores o políticos. La corrupción es el abuso de
una oficina pública o privada para beneficio personal (OCDE, 2008; Banco Mundial, 1997), el uso indebido del poder
confiado para beneficio privado (Ministerio de Relaciones Exteriores de Dinamarca, 2011; Transparencia Internacional,
2017), o Ejercicio de los poderes oficiales sin tener en cuenta el interés público (Yingling, 2013). El último autor diferencia
la corrupción convencional, cuando los funcionarios del gobierno abusan ilegalmente de las oficinas públicas para obtener
ganancias privadas, y la corrupción no convencional, cuando los funcionarios electos toman decisiones sin tener en cuenta
el interés público, a fin de lograr la reelección para ocupar cargos públicos. El Consejo de Europa y las Convenciones de
las Naciones Unidas establecen diversas formas de delitos de corrupción: soborno, extorsión, pago de facilitación,
colusión, fraude, obstrucción de la justicia, malversación, malversación, influencia comercial, abuso de funciones,
enriquecimiento ilícito o lavado de dinero (UNODC, 2012); la manipulación no está incluida, aunque puede estar asociada
con algunos de estos delitos. La mayoría de las definiciones asocian la corrupción con la oficina pública; Etzioni Halevy
(1989) señala que cualquiera que se ponga en una posición de poder está tentado a usar el cargo público para su beneficio
y ventaja personal.

La manipulación es un concepto más amplio, no necesariamente asociado con un poder confiado o una oficina pública;
cualquier parte interesada puede tratar de manipular la EIA, por lo que es necesaria una visión más amplia con respecto
a este concepto. Williams y Dupuy (2017) incluyen una revisión de literatura sobre corrupción y EIA; pero la literatura ha
subestimado algunas formas de manipulación de manera sesgada (probablemente involuntaria), centrándose en los
desarrolladores. Por ejemplo, su revisión incluye como un riesgo de corrupción que el público es sobornado para dar su
consentimiento a los proyectos, pero no el público mismo soborna a alguien para cambiar un proyecto. Sin embargo,
nuestro artículo no está en desacuerdo con el trabajo de estos autores, sino que lo complementa.

Las posibilidades de manipulación difieren según las partes interesadas. El público puede y debe defender objetivamente
sus intereses; pero el uso de información falsa es inaceptable. Los políticos deben defender el interés general, por lo que
defender otro interés es la manipulación o la corrupción. Los practicantes deben hacer un gran esfuerzo para ser objetivos,
minimizar el sesgo y evitar la manipulación; La ética y la profesionalidad son esenciales. La integridad del desarrollador
también es esencial, ya que es el agente cuyos intereses y poder hacen que sea más probable que tome atajos a través
de la manipulación.

En este documento realizamos un análisis sistemático de las diferentes formas de manipulación y su posible uso por parte
de los interesados, incluidos ejemplos de la práctica de EIA en español durante las últimas dos décadas para ilustrar los
problemas planteados. La elección de estos ejemplos se basa en su idoneidad para aclarar los tipos de manipulación
discutidos, pero no por su frecuencia o importancia; Desde nuestra experiencia, la EIA en España no está muy
manipulada, pero es posible encontrar en ella, como probablemente en cualquier otro país, ejemplos de manipulación. El
objetivo del documento es resaltar la existencia de una amplia tipología de intentos de manipulación y ayudar a
identificarlos y excluirlos del EIA.

El documento no es una revisión sistemática, sino un trabajo conjunto de revisión de literatura y práctica profesional. Esta
estructura ha sido elegida porque una limitación importante en el análisis de la manipulación en EIA es el sesgo de la
literatura académica, que tiende a enfocar esta práctica en promotores y consultores, o como máximo en políticos, pero
no en otras partes interesadas, como el público o incluso académicos. En consecuencia, una revisión de la literatura,
aunque interesante, no proporciona una visión completa del problema, y es necesario incorporar opiniones de la
experiencia profesional, planteadas objetivamente, para abordar este tema y para enriquecer el debate sobre la EIA.

II. Formas de manipulación.

Para establecer las posibles formas de manipulación, hemos tenido en cuenta tanto la literatura como la práctica en EIA.
Se han incluido ejemplos prácticos para ayudar a comprender las formas de manipulación citadas, la mayoría de ellas
basadas en la experiencia del autor, a veces complementadas por referencias publicadas. Acusar a cualquiera de
manipulación es complicado, porque es una práctica inherentemente sutil, oculta o no evidente, difícil de probar; A
menudo, aunque su existencia parece cierta, faltan pruebas. Por este motivo, en los ejemplos citados en el texto hemos
evitado incluir información detallada sobre los proyectos, lo que, además, no es de particular interés para los fines de este
documento. A pesar de la falta de evidencia, estos son ejemplos reales de la práctica de EIA, y como tal, los consideramos
interesantes para ilustrar las formas en que se puede manifestar la manipulación.

2.1. Información falsa

Un caso claro de manipulación de EIA es el uso premeditado de información falsa. La información falsa puede incluir,
por ejemplo, el uso fraudulento de datos, precios irreales para reducir o aumentar los presupuestos, referencias
erróneas a las leyes para respaldar opiniones o juicios de viabilidad falsos. El último caso no es raro; una alternativa
puede considerarse no técnicamente viable para descartarla y excluirla del EIA. En una autopista en el norte de
España, el desarrollador indicó que una alternativa era geotécnicamente no viable, pero durante la información pública
un experto demostró que esto era falso; era viable, aunque más costoso que las otras alternativas (ver también la
Sección 3.3). Flyvbjerg et al. (2002) indican que la subestimación de costos en los proyectos de infraestructura de
transporte no se puede explicar por error y se explica mejor por mentir, una falacia sistemática (Flyvbjerg, 2013).
Morgan (2012) nota el temor de que el mayor peso dado a la viabilidad financiera de los desarrollos reducirá aún más
la influencia de la EIA en las decisiones; Si los costos son manipulados, EIA también puede ser. A veces se
proporciona información falsa sobre el objetivo del proyecto para facilitar la aprobación; la restauración de un molino
y la construcción de una granja-escuela, ambas sometidas a EIA, eran en realidad hoteles, aunque las Declaraciones
de Impacto Ambiental (EIS) no lo indicaban.

2.2. Falsas alternativas o elementos innecesarios.

Una práctica que no es infrecuente en EIA es proponer alternativas sabiendo de antemano que no son factibles o
muy desfavorables, compararlas con la que se pretende elegir y descartarlas en un proceso aparentemente objetivo
(Gregory et al., 1992). La EIA de carreteras en España es rica en estas falsas alternativas; una mala alternativa puede
dejar de serlo cuando hay otras que son peores.

También es posible introducir elementos controvertidos e innecesarios, y luego eliminarlos para demostrar buena
voluntad (Sager, 2006). El túnel de un ferrocarril de alta velocidad en el centro de España supuestamente necesitaba
una salida de emergencia, lo que afectó a una colonia de buitres negros. Aunque la EIS consideró el impacto
aceptable, durante la EIA, la agencia ambiental indicó que sería inaceptable; El departamento ferroviario lo eliminó
del proyecto y, finalmente, la línea se construyó sin esta salida, lo que no era realmente esencial.

2.3. Información exagerada

Algunas veces, parte de la información que apoya un proyecto no es exactamente falsa, sino exagerada. Un ejemplo
es el pronóstico de tráfico en la planificación vial; Según los supuestos (por ejemplo, la tasa de crecimiento del tráfico),
los resultados pueden respaldar la viabilidad de un proyecto. Durante la década de 2000, las previsiones de tráfico
en España fueron demasiado optimistas, en parte debido al fuerte crecimiento del tráfico desde la década de 1990
(truncado por la crisis económica), pero también se hicieron predicciones irreales; La previsión de tráfico para una
autopista en el norte de España se manipuló hasta que alcanzó una intensidad que la justificó, siendo una justificación
esencial del proyecto en la EIS y en todo el proceso de EIA. Tennøy et al. (2006) indican que las predicciones, los
datos y los supuestos estaban sesgados para que el sistema de transporte noruego basado en trenes pareciera más
sólido de lo que realmente era. Flyvbjerg (2007) habla sobre el "sesgo de optimismo" o, como indica el mismo autor
(Flyvbjerg et al., 2002), se encuentra. Durante la década de 2000, se diseñaron varias autopistas y aeropuertos, se
enviaron a la EIA y se construyeron en España basándose en pronósticos de utilización muy optimistas; En la
actualidad, la mayoría se encuentran en bancarrota.

2.4. Retener una información

Una forma de manipulación que es difícil de detectar es ocultar información o, como lo llama Sager (2006), retener
información. La definición de un proyecto bajo EIA varía mucho, por lo que no es fácil saber si alguna información
está oculta, por ejemplo, sobre objetivos o características. El EIA de un proyecto de restauración de un río en el sur
de España ocultó que el objetivo real era canalizar los arroyos para permitir viviendas en los alrededores. Los EIS
pueden ocultar los recursos ambientales, especialmente si no son ampliamente conocidos. Los grupos públicos o de
presión a veces ocultan sus intereses reales durante la EIA, o incluso mienten sobre ellos.

2.5. Impacto infravalorado o sobrevalorado

El valor de los recursos o impactos ambientales está abierto a interpretación y puede estar sesgado, o incluso
manipulado por cualquier parte interesada para apoyar sus intereses. La manipulación ocurre, por ejemplo, cuando
un recurso está subvaluado para disminuir el impacto esperado en él. Algunas veces los EIS utilizan criterios
inconsistentes para subvaluar los impactos. Los EIS de una línea eléctrica y un gasoducto en España, ambos
cruzando varios ríos incluidos en la Red Natura 2000, subestiman este impacto, lo que indica que el área afectada
es limitada, sin más análisis. El criterio "pequeña área afectada" se usa con frecuencia para infravalorar los impactos,
pero algunos impactos en un área reducida pueden ser críticos. Un impacto frecuentemente subvaluado en muchas
EIS es la contribución al cambio climático; se considera que los proyectos tienen poca influencia sobre el cambio
climático y, por lo tanto, el impacto no se evalúa (Smith, 2010). Lo mismo ocurre con otros impactos acumulativos.

La información positiva sesgada aumenta la posibilidad de que se elija una alternativa ambientalmente hostil (Mostert,
1996); Si es premeditado es manipulación. Un ejemplo es el énfasis exagerado en las ventajas económicas de
algunas actividades o infraestructuras, sin apoyo objetivo; estos argumentos son frecuentes en la EIA de proyectos
con fuerte rechazo social (por ejemplo, empleo y ventajas económicas regionales o locales en la minería).

También es posible sobrevaluar los impactos sin ninguna razón objetiva para justificar las alternativas que los evitan.
A veces se trata de una “manipulación bien intencionada”, por ejemplo, cuando los consultores o las agencias
ambientales asignan valores más altos de lo normal a algunos recursos naturales para evitar daños; Si bien el objetivo
puede ser loable, la distancia desde la manipulación bien intencionada hasta la falsa es limitada. Durante la fase de
selección de un vivero ubicado en un terreno de cultivo dentro de un Área de Protección Especial para las Aves, la
agencia ambiental declaró que el proyecto afectó la integridad del área sin ninguna justificación, lo que
automáticamente lleva a un EIA negativo. Además, a veces las ONG ambientales sobrevalúan los recursos naturales
durante el alcance o la participación pública en los procesos de EIA para reforzar su oposición a un proyecto; aunque
bien intencionados, puede ser una manipulación si saben que la afirmación es exagerada.

2.6. Información confusa o compleja.

Es difícil definir cómo se debe presentar la información en los procesos de EIA. El rigor científico y técnico requiere
el uso de lenguaje y declaraciones de expertos, pero esto puede dificultar la comprensión del estudio para un público
no experto, lo que afecta la participación pública (Hartley y Wood, 2005; Sager, 2006; Eckerd, 2017). Una solución
común es incluir resúmenes no técnicos en el EIS, pero esto permite una gestión manipulada si se busca obstaculizar
la participación pública.

2.7. Autocensura

Probablemente la forma más sutil de manipulación es permanecer en silencio mientras se tiene información relevante
para evitar conflictos o represalias. Cuando el que está en silencio es un ciudadano normal, es comprensible (no se
puede exigir heroicidad), pero si es una agencia pública, una asociación o incluso una institución académica, que
debe buscar el interés social, es una manipulación por omisión. La administración de fondos por parte de los políticos
es una herramienta muy poderosa de control, que puede promover el silencio.

2.8. Manipulación administrativa del proceso de EIA.

Hay varias formas de manipular los procesos de EIA. En las fases de selección y determinación del alcance, la
autoridad competente o la agencia de EIA deben decidir a quién se consulta y esto permite sesgos en la decisión o
manipulación si alguien es excluido deliberadamente. Una práctica indeseable (y no rara) es presentar un EIS a la
información pública durante los días festivos para reducir la participación, especialmente del público o las ONG; Si la
coincidencia de fechas no es accidental, es manipulación. Esto es más propenso a ocurrir en proyectos públicos
donde el desarrollador y la autoridad competente coinciden. Además, la fecha de publicación de anuncios sobre
información pública en la prensa local, o los medios de comunicación elegidos, puede usarse de manera
manipuladora.

Otra forma de manipulación está relacionada con la disponibilidad de información durante la participación pública; Si
la consulta es difícil, la participación será menor. Las tecnologías de la información facilitan al público el acceso a la
información, pero en este momento el gobierno electrónico se utiliza principalmente para compartir información, pero
no para promover el diálogo (Sinclair et al., 2017).

Como se indica a continuación (consulte la Sección 3.5), es posible manipular los procesos de EIA solicitando
información adicional sucesiva, a veces muy compleja y no es realmente necesaria.

La manipulación más fuerte de EIA es eludirla. Esto podría hacerse por razones políticas, por ejemplo, argumentando
que el proyecto es vital (Lawrence, 2013). Esto ha ocurrido en dos caminos en el centro de España, ambos excluidos
de la EIA a través de decisiones políticas, y ambos terminaron en los tribunales debido al incumplimiento de la
Directiva EIA de la Unión Europea (UE). En la primera, el objetivo político fue acelerar las obras, evitando la EIA;
Finalmente, se realizó un EIS con las obras ya terminadas. En el segundo, hubo fuertes discrepancias en cuanto a si
el proyecto era necesario (reducción de accidentes frente a daños ambientales), y el Gobierno Regional lo exime de
EIA; El Tribunal de la UE falló en contra de esta decisión, lo que resultó en un largo proceso judicial.

Otra forma es dividir un proyecto en partes homogéneas o heterogéneas para evitar alcanzar los umbrales de EIA, o
para minimizar el impacto global (Enríquez-de-Salamanca, 2016). No es raro en proyectos relacionados con el cambio
de uso de la tierra, la minería, el ganado, las represas, los parques eólicos o las carreteras. Los umbrales favorecen
los proyectos que no los alcanzan (Glasson et al., 2012), y también es posible adaptar los proyectos a la
jurisprudencia; esto puede llevar a manipulaciones (Enríquez-de-Salamanca, 2016) como "diseño por debajo de los
umbrales" (por ejemplo, granjas de ganado) y "ingeniería de división" (por ejemplo, parques eólicos).

2.9. Sobornos y sobornos

Williams y Dupuy (2017) incluyen como riesgos de corrupción en EIA (refiriéndose a Albania) sobornos y sobornos
para incluir algunos datos o interpretarlos favorablemente, en las adquisiciones, al público para dar su consentimiento
a proyectos o a funcionarios gubernamentales. También hay referencias a sobornos para tener resoluciones EIA
positivas en proyectos mineros en Mongolia (IRIM et al., 2016) y Guatemala (Dougherty, 2015) y en construcción en
Malasia (Abidin, 2010), por ejemplo. Otra forma de soborno es ofrecer regalos; como señala Wei (1999), la cultura
determina la diferencia entre un soborno y un regalo, pero la línea entre la cortesía y el soborno es sutil.
Lamentablemente, estas prácticas no son infrecuentes en la contratación pública, pero no hay pruebas de que afecten
la EIA en España (aunque con cierta sospecha aislada); Podría ser crítico si afecta a los evaluadores.

Como se señaló anteriormente, hay algunos casos aislados en España donde el público intentó sobornar a los
desarrolladores o consultores para cambiar los proyectos. Por ejemplo, en una EIS de una autopista, un ganadero
ofreció dinero a los consultores para modificar el diseño y evitar su tierra. En otro proyecto de carretera, presentado
a EIA, hay sospechas (sin evidencia) de posibles sobornos de los propietarios de tierras a la autoridad vial regional
(o alguien en ella) para evitar pasar por sus propiedades.

2.10. Extorsión

Williams y Dupuy (2017) también incluyen la extorsión como un riesgo de corrupción teórica, relacionado con la
recopilación de datos o su interpretación favorable. En un sentido más amplio, cualquier parte interesada que dependa
financieramente de otro, directamente (contrato laboral / comercial) o indirectamente (subsidios) puede ser
amenazada o extorsionada. Los gobiernos nacionales o regionales pueden amenazar a los gobiernos locales,
especialmente a los pequeños, con reducir la inversión en su territorio si su posición es contraria a un proyecto.

III. Posibilidades de manipulación por parte de los grupos de interés.

3.1. Desarrolladores

Los desarrolladores promueven proyectos, y obviamente están interesados en su éxito. Cuando estos proyectos
están sujetos a EIA, la primera etapa para un desarrollo exitoso es obtener una resolución positiva en este proceso;
en consecuencia, los desarrolladores tienen un interés personal en una EIA favorable, y tratarán de lograrlo; La
manipulación es un atajo tentador.

Los desarrolladores realizan proyectos y su EIS, por lo que el riesgo de sesgo y manipulación es claro, pero depende
de su integridad. En el siguiente punto, se analiza el papel de los consultores de EIA; pero su trabajo se basa en el
proyecto, por lo que un proyecto manipulado produce una EIS manipulada, aunque los consultores pueden no estar
conscientes de esto. Hay varias formas de manipulación al redactar un proyecto, como usar información falsa o
exagerada u ocultar datos, algunos de ellos difíciles de detectar. Una forma frecuente de manipulación es excluir
alternativas, o simplemente seleccionar una de ellas, argumentando razones de ingeniería, que no son totalmente
ciertas o incluso falsas, o introducir alternativas falsas. Otras formas son ocultando objetivos reales, o haciendo
predicciones optimistas (o falsas) sobre el uso, los costos o las ventajas sociales del proyecto.

Los profesionales generalmente creen que la EIA es beneficiosa para todas las partes interesadas, pero este mensaje
no es obvio fuera de esta comunidad (Morrison-Saunders et al., 2015). Por ejemplo, los desarrolladores no suelen
favorecer la participación pública, porque no ven el lado positivo de este proceso (Glasson et al., 2012); como
resultado, es probable que oculten información, o que no indiquen claramente datos que puedan ser controvertidos.

3.2. Consultores de EIA

La EIA es un proceso basado en la predicción (Glasson et al., 2012), juicios anticipatorios sobre impactos previsibles;
no es una ciencia pura (Beattie, 1995), sino un arte y una ciencia (Kennedy, 1988), o una ciencia aplicada o cívica
(Cashmore, 2004). Las predicciones dependen de la experiencia y la experiencia de los profesionales, lo que puede
llevar a un sesgo profesional.

Los desarrolladores son responsables de redactar EIS, directamente o a través de consultores externos. En
consecuencia, los consultores de EIA trabajan para los desarrolladores, y esta es una buena causa de preocupación
sobre la independencia de EIS; tienen conflictos de intereses que los harán especialmente propensos a abusar del
sistema de EIA (Williams y Dupuy, 2017). El riesgo de manipulación depende de la presión del desarrollador y la
profesionalidad de los consultores; para evitar la manipulación, los consultores deben aplicar estándares éticos
estrictos (Mostert, 1996), como los propuestos por la Asociación Internacional para la Evaluación de Impacto (IAIA,
2009). Cuando el desarrollador y la autoridad competente coinciden, los consultores pueden trabajar directamente
para el gobierno; Como señala Richardson (2005), es difícil definir la línea entre el hecho y el sesgo cuando se trabaja
para una autoridad que ha generado un impulso político detrás de un proyecto en particular.

Aunque el papel de los consultores es esencial en la EIA, el paradigma "los expertos saben mejor" ha estado
perdiendo credibilidad (Bond et al., 2004). Robinson y Bond (2003) encontraron diferencias significativas entre las
opiniones de los consultores y los residentes locales en el EIA. Chen (2009) propone un marco en el que los científicos
son responsables del análisis de los impactos ambientales y las partes interesadas ponderan subjetivamente su
importancia relativa. Sin embargo, este esquema no considera los riesgos de la manipulación de las partes
interesadas, y presupone un nivel de conocimiento sobre ellos que rara vez existe; Si algunas partes interesadas no
son conscientes de la importancia de un recurso ambiental, podrían considerarlo aceptable si este recurso se ve
afectado.

La credibilidad de los consultores no depende únicamente de la precisión de sus predicciones, sino también de la
aceptabilidad del proyecto (Kontic, 2000); Si la opinión de los expertos está de acuerdo con los intereses públicos, la
credibilidad es alta. Las EIS rigurosas a veces se cuestionan en proyectos en conflicto, mientras que las EIS
deficientes se aceptan si no hay rechazo social; La casuística sobre eso en España es amplia. En consecuencia, las
percepciones sociales del sesgo de los consultores o incluso de la manipulación no están necesariamente
relacionadas con su ética o profesionalidad.

3.3. Los politicos

Los proyectos distribuyen impactos y beneficios, y son un foco legítimo del debate político en una sociedad
democrática (Beattie, 1995); la selección de alternativas a menudo implica realizar concesiones que no satisfacen a
una o más partes interesadas (Kiker et al., 2005). La toma de decisiones es una acción política que debe integrar
aspectos sociales, económicos y ambientales, y la EIA es parte de ellos, por lo que está altamente politizada
(Cashmore et al., 2010) o incluso política (Beattie, 1995). La toma de decisiones presta mayor atención a los aspectos
sociales, financieros o ambientales según los casos, con un sesgo inevitable determinado por el concepto de interés
general de los políticos, pero a veces los criterios son puramente políticos, por ejemplo, para obtener votos o mejorar
la imagen del gobierno. manipular el proceso de decisión; La clave es si el interés general es realmente buscado o
no.

Richardson (2005) señala que la información introducida en la evaluación ambiental está condicionada por el poder
cuando ya existe apoyo político para un proyecto en particular, citando un camino donde se seleccionó una única
alternativa para intereses políticos, pero se argumentaron razones de ingeniería (ver también la Sección 2.2) . Moon
(1998) habla abiertamente de la manipulación política de la EIA en Queensland, señalando que el deseo político de
mejorar el éxito de los proyectos de desarrollo ha superado la responsabilidad de la administración ambiental. Wachs
(1990) considera que las violaciones de la confianza pública son intentos flagrantes de manipular la política pública
para promover ciertos intereses a expensas de otros. En 2002, un petrolero naufragó en la costa noroeste de España
y se discutió la acción del gobierno. Como resultado, se aprobó un ambicioso plan de inversión regional, que incluye
puertos, autopistas o ferrocarriles; el origen de estas acciones fue político y, por consiguiente, especialmente
propenso a la manipulación durante los procesos de EIA.

Otro riesgo de manipulación ocurre cuando los gobiernos locales, regionales y nacionales de diferentes partidos
políticos participan en un proceso de EIA. Aunque el interés general debe prevalecer, existe el riesgo de ataques
políticos a expensas de la EIA. En el este de España, el Estado presentó un sitio de almacenamiento de desechos
radiactivos a la EIA; el Gobierno regional se opuso e intentó incluir el área en la Red Natura 2000, pero el Estado
bloqueó este intento. Los límites entre los intereses ambientales y políticos no están claros. La manipulación política
suele estar asociada con el gobierno, pero los partidos de oposición también pueden usar el EIA para atacar
políticamente o mejorar su imagen.

3.4. Autoridad competente

Una autoridad competente es el departamento gubernamental (local, regional o nacional) responsable de la


autorización del proyecto, generalmente a cargo del procesamiento de EIA (excluyendo la resolución de la agencia
EIA). Tiene atribuciones sobre el tema del proyecto y, por lo general, está más sensibilizado con respecto a ese tema
que con el EIA, por lo que el sesgo puede ser inherente. El paso entre el sesgo y la manipulación depende de los
intereses en juego y de las presiones políticas o de lobby. Si la autoridad energética quiere promover las renovables,
puede ser abiertamente favorable a los nuevos parques eólicos, con una predisposición positiva en el EIA antes de
una evaluación de los efectos en aves o áreas protegidas, por ejemplo.

En proyectos privados, la autoridad competente es un agente intermedio entre los desarrolladores y las agencias de
EIA y es independiente (aunque está relacionado con el tema del proyecto), por lo que el riesgo de sesgo es menor,
pero en algunos inversionistas de inversiones públicas y autoridad competente puede ser el mismo agente (por
ejemplo, infraestructura de transporte), y tiene un interés personal en el éxito del proyecto. Esto implica un mayor
sesgo y, a veces, manipulación debido a intereses políticos, por ejemplo, manipulación burocrática de los procesos
de EIA.

3.5. Agencias EIA (evaluadores)

Las agencias de EIA son públicas, con políticos como líderes y, por lo tanto, abiertas a la manipulación política. La
independencia de los evaluadores depende de su profesionalismo y ética, pero también de los criterios para la
asignación de cargos; cuanto mayor es la influencia política en la designación de posiciones (por ejemplo, posiciones
de confianza), menos independientes son las agencias. También hay factores no ambientales que pueden influir en
las decisiones, como la presión de las partes interesadas, sucesivas resoluciones negativas o retrasos en los
procesos; estos criterios pueden ser una manipulación administrativa. La presión sobre las agencias de EIA es mayor
cuando los desarrolladores dependen del mismo gobierno, con capacidad para ejercer presión política, o cuando son
gobiernos locales del mismo partido político.

A veces, las agencias de EIA demoran el proceso cuando se oponen al proyecto, pero no quieren reportarlo, por
ejemplo, haciendo solicitudes sucesivas de información adicional al desarrollador; en algunos casos, la información
solicitada es prácticamente imposible de producir o llevaría años de estudio. Williams y Dupuy (2017) incluyen algunos
ejemplos de sobornos o influencias de los desarrolladores en las agencias de EIA en China, Perú e India; No hay
evidencia de esto en España, más allá de las presiones políticas.

3.6. Departamentos y agencias gubernamentales.

La participación en las EIA de las agencias públicas con atribuciones sobre los sujetos afectados (cultura, agua, vida
silvestre, agricultura ...) es esencial, pero cada agencia tiende a centrarse en sus atribuciones, por lo que sus
opiniones pueden ser sesgadas. A veces las atribuciones compiten en el mismo territorio; durante un proceso de EIA
de una carretera en el noroeste de España, la agencia medioambiental consideró que algunos cultivos de secano
eran esenciales para las aves de la estepa y deseables para la transformación del riego por parte de la agencia
agrícola, ambos usos incompatibles. Este tipo de sesgo es inherente a las agencias públicas, pero los intereses
políticos pueden introducir un sesgo manipulado.

Como señala Leknes (2001), sin un consenso entre las decisiones de los participantes administrativos se politizará,
y se reducirá el papel de la EIA. Un conflicto entre los Ministerios de Medio Ambiente y Desarrollo sobre el EIA de
una autopista de peaje en el centro de España llevó a ser aprobado por el Consejo de Ministros, en lugar de seguir
el proceso ordinario.

3.7. Público

La participación pública es una parte clave en la EIA, pero también es una forma posible de manipulación, que puede
llevar a decisiones cuestionables. Existe una multiplicidad de tipos públicos, cada uno con puntos de vista específicos
(Glasson et al., 2012); solo entre el público rural y urbano / suburbano es posible encontrar algunas diferencias en
las opiniones relacionadas con el EIA (Robinson y Bond, 2003). Con frecuencia, el público busca intereses
particulares más que los ambientales o generales; por ejemplo, la expropiación de tierras generalmente implica una
mayor respuesta social que los daños a hábitats o especies.

La densidad de población también tiene una gran influencia en la respuesta social; Las áreas altamente pobladas
tienen una mayor respuesta a los proyectos que las áreas con menos población, pero con frecuencia los valores
naturales más altos se encuentran en las áreas menos pobladas. El nivel socioeconómico de la población también
está relacionado con la participación pública; Cuanto más alto sea el nivel, mayor será la respuesta,
independientemente de los impactos ambientales. El EIS de un ferrocarril de alta velocidad en el centro de España
incluyó dos alternativas, la primera, que cruza un área densamente poblada y de altos ingresos, y la segunda que
cruza un área con menor población y riqueza; La movilización social en la primera fue mayor, y finalmente esta
alternativa fue descartada, aunque los impactos ambientales fueron menores. En este sentido, MorrisonSaunders y
Fischer (2006) observan una elevación de las consideraciones socioeconómicas en las evaluaciones, inconsistentes
con los objetivos de sostenibilidad.

Es posible lograr la movilización social si hay un líder o grupo de presión; la preparación de acusaciones colectivas,
por ejemplo, puede agregar una gran cantidad de personas a favor o en contra de un proyecto, independientemente
de sus efectos ambientales. La falta de participación pública debido a actitudes pasivas, poca capacidad, falta de
tiempo o pocos recursos técnicos, educativos o financieros (Wiklund, 2011; Glasson et al., 2012; Chi et al., 2013)
puede permitir que los grupos movilizados monopolicen el público Respuesta, aunque no representa la opinión
mayoritaria. Fischer (2016) relaciona el referéndum BREXIT con la evaluación de impacto, señalando que las
emociones pueden ser más importantes que la evidencia comprobada.

La movilización social no siempre es proporcional a los impactos del proyecto. A principios de la década de 1990, se
construyeron muchas autopistas en Madrid; una de ellas, que afectó a un bosque de encinas emblemático, fue
adoptada como bandera por las ONG ambientales y provocó mucho rechazo social e incluso un nuevo proceso de
EIA que incluye alternativas menos impactantes, pero al mismo tiempo otras secciones de carreteras con impactos
similares o mayores fueron sometidos a EIA, aprobados y construidos sin ningún rechazo social.

Un gran apoyo u oposición a un proyecto no significa necesariamente que sea ambiental o socialmente preferible, ni
que tenga una gran aceptación o rechazo social; a veces implica que algunos grupos o grupos, a favor o en contra
del proyecto, están más movilizados que el resto de la población, y esta movilización puede defender intereses
generales o privados, y también puede ser objetiva o parcial, e incluso manipulada. Esto no es una excusa para
reducir la participación pública. Por el contrario, una mayor participación pública reduce el riesgo de manipulación por
parte de colectivos con intereses privados, pero es importante no idealizar la participación pública, porque muchas
de las opiniones expuestas durante este proceso son individuales e incluso espurias, no necesariamente relacionadas
con preocupaciones ambientales, y cuando es así, puede no ser exacto o incluso falso.

3.8. Público afectado o preocupado

Algunas leyes de EIA (por ejemplo, la UE, 2011) diferencian entre público y público interesado; mientras que la
primera es toda la sociedad, la segunda incluye al público afectado, que probablemente se verá afectado o con interés
en la toma de decisiones ambientales de un proyecto. La principal diferencia para EIA es un papel reforzado de la
participación pública posterior en el futuro. Glasson et al. (2012) diferenciar dos grupos de personas afectadas, grupos
voluntarios, cuerpos cuasi estatutarios o grupos de presión y personas que viven cerca del desarrollo propuesto.

Las más comunes en el primer grupo son las ONG ambientales, con intereses en la conservación del medio ambiente
y supuestamente independientes, pero su independencia puede verse influenciada por las fuentes de financiamiento;
Si una ONG depende de la financiación de una agencia pública, se puede cuestionar su independencia para alegar
en contra de ella. Palerm (1999a, 1999b) cree que se deben dirigir mayores recursos a las ONG locales para ampliar
sus capacidades, pero esta dependencia de la financiación puede ser una forma de control o autocensura. Una ONG
española que solía protestar en las fases de alcance de los proyectos de desarrollo dejó de hacerlo después de un
acuerdo de colaboración con el desarrollador principal (y la autoridad competente) del estado.

El segundo grupo incluye a la mayoría de las personas con intereses personales afectados por el proyecto. Salomons
y Hoberg (2014) señalan que restringir la participación en la evaluación ambiental a aquellos que están directamente
afectados, generalmente debido a preocupaciones materiales directas como los derechos de propiedad, los
problemas de seguridad o los costos financieros, implica un sesgo significativo. Las personas afectadas por el
proyecto tienden a utilizar todas las formas posibles para defender sus intereses, no siempre de manera objetiva, y
en ocasiones incluso con argumentos falsos. Durante la fase de participación pública de los procesos de EIA de un
ferrocarril en el centro de España y una autopista en el norte de España, los vecinos afectados alegaron en ambos
casos la presencia de especies de fauna en peligro de extinción para defender sus propiedades, lo que en realidad
era falso.

Hay una diferencia importante entre las preocupaciones de la gente por los daños ambientales o la calidad de vida y
la preocupación por la expropiación de tierras. En ambos casos, es razonable alegar, pero en el primero, se defiende
un interés común, mientras que en el segundo es privado, y los intentos de manipulación pueden ser mayores. El EIS
de una autopista en el norte de España incluía dos alternativas, la primera que cruzaba las plantaciones de Eucalyptus
y la segunda, una llanura costera con hábitats naturales. Aunque el primero tuvo una mayor incidencia visual, el EIS
concluyó que era menos agresivo para el medio ambiente; los municipios se movilizaron contra esta opción, y
finalmente se eligió el segundo, con mayor aceptación social, pero también mayor daño ambiental. El interés local
(incidencia visual en las aldeas) prevaleció sobre el interés general (conservación del hábitat).

3.9. Los medios de comunicación

Los medios de comunicación son esenciales para la información pública y pueden tener un papel importante en la
EIA. La publicidad en los medios de comunicación sobre proyectos bajo EIA permite un mayor conocimiento y una
mayor participación pública. Pero dependiendo de cómo se muestre la información, es posible manipularla.
Los medios deben ser independientes y objetivos, pero generalmente tienen una tendencia política y pueden informar
sobre un proyecto bajo EIA con mayor o menor apoyo o agresividad, dependiendo de la relación con el desarrollador
o el gobierno que lo promueva. Como lo indica la ONU (2004), en un mundo ideal los medios tienen integridad, pero
en realidad, en muchos países los medios están efectivamente "a la venta" al mejor postor.

Por lo general, los periodistas entrevistan a expertos para preparar noticias; Dependiendo de quién sea elegido y
cómo sean entrevistados, el enfoque puede ser muy diferente. Si la decisión sobre cómo exponer la información o
quién es entrevistado es premeditada, puede ser una manipulación. En un parque eólico, el enfoque debe ser
bastante diferente si la opinión elegida es la de un experto en ornitología, cambio climático o energía.

Los medios de comunicación tienen un papel importante en la toma de opinión; la manipulación en la información
produce manipulación en la opinión pública, aunque los receptores pueden no ser conscientes. Diferentes titulares
de prensa sobre una mina de uranio en el oeste de España, presentados a la EIA, transmiten mensajes a favor o en
contra del proyecto, algunos de ellos sensacionalistas ("un crimen casi perfecto", "holm oaks lloran").

3.10. Académica

Huesemann (2002) define tres tipos de sesgo en la investigación ambiental, personal, institucional y socio-cultural.
Las posibles razones para el sesgo personal con los científicos son la ideología o un mayor interés en el crédito por
su trabajo en lugar de en los resultados de la investigación objetiva (Huesemann, 2002); También por razones
económicas. A veces, las empresas pagan a los expertos para usar su nombre en su EIS (Williams and Dupuy, 2017).
Esto puede ser aceptable si los expertos garantizan la calidad de la EIS, o por el contrario, es un simple soborno; La
práctica de EIA en España tiene algunos ejemplos de ambos tipos de comportamiento entre los académicos.

Aunque los académicos reconocen prejuicios en las partes interesadas, también pueden tener visiones sesgadas.
Kirchherr et al. (2016) analizan los impactos sociales de las represas y concluyen que existe un sesgo en cuanto a
qué puntos de vista están incluidos por los académicos, y los de los desarrolladores rara vez se examinan. Sin
embargo, no hay manipulación a menos que haya intereses ocultos.

Las instituciones académicas pueden dirigir sus actividades a la perpetuación de su propio poder (Huesemann, 2002),
y existe una influencia política sobre ellas (Van den Hove, 2007); como resultado, pueden evitar entrar en discusiones
sobre proyectos controvertidos. Algunas veces trabajan como consultores de EIA para desarrolladores, y los riesgos
de manipulación mencionados anteriormente son aplicables. Los acuerdos de investigación académico-empresarial,
aunque no están directamente relacionados con proyectos bajo EIA, pueden generar simpatías hacia los
desarrolladores (que financian la investigación) e incluso la autocensura.

IV. Conclusiones y posibles vías de avance.


4.1. Conclusiones

El sesgo es una preocupación frecuente relacionada con EIA; pero hay una gran diferencia entre el sesgo de las
partes interesadas, que es inevitable y debido a los diferentes intereses y experiencia, y la manipulación, un sesgo
inaceptable para defender intereses ocultos o espurios.

La literatura sobre EIA utiliza con frecuencia el término sesgo, y más raramente manipulación o corrupción, pero
tiende a asociarlo con desarrolladores o consultores de EIA (por presiones de los desarrolladores), mientras que se
considera que el público genera objetividad. Algunas publicaciones sobre planificación y toma de decisiones utilizan
el concepto de manipulación e incluyen con frecuencia a los políticos, pero cualquier parte interesada puede tratar de
manipular la EIA, desde los desarrolladores hasta el público, o desde los políticos hasta los académicos (Tabla 1).

El riesgo de sesgo y manipulación es inherente a los procesos abiertos a un gran número de partes interesadas,
como EIA, y no los invalida, pero es necesario tenerlos en cuenta y no caer en puntos de vista simplistas. Es necesario
evitar los temas y analizar de forma objetiva cuáles son los posibles sesgos y manipulaciones en cada proceso de
EIA.

Aunque todas las partes interesadas pueden intentar manipular el EIA, el riesgo o la frecuencia no son los mismos,
ni las posibilidades de detectar o evitarlo. Probablemente el mayor riesgo de manipulación esté asociado con los
desarrolladores y, por extensión, a los agentes que dependen de ellos, como los consultores. Es lógico porque los
desarrolladores tienen intereses personales en los proyectos que promueven, y por lo tanto una mayor propensión a
utilizar todos los medios posibles para hacerlos realidad. Además, los individuos son propensos a manipularse para
defender sus propiedades o intereses, aunque con un medio y alcance mucho más limitados. La manipulación política
puede aparecer en proyectos de gran magnitud y repercusión social, que pueden influir en la imagen de un gobierno
o partido.

La frontera entre acciones legítimas, malas prácticas y manipulación puede ser difusa. La manipulación es una
distorsión premeditada de la verdad con fines espurios, pero no es fácil determinar cuándo se distorsiona la verdad,
cuándo se hace de mala fe y no por una visión parcial o sectorial, o cuando el interés es espurio. Por esta razón, un
cierto grado de interpretación sobre qué es y qué no es manipulación es inevitable. En cualquier caso, lo importante
es detectar prácticas incorrectas en EIA; conocer el riesgo de manipulación es necesario para detectar estas malas
prácticas, pero no se convierte en un propósito en sí mismo, lo que terminaría transformando los procesos de EIA en
procedimientos judiciales.

Dependiendo del tipo de proyecto, algunas u otras formas de manipulación son previsibles. En proyectos privados,
el riesgo de manipulación por parte del desarrollador es mayor, al igual que las presiones sobre los consultores,
porque los costos son un factor determinante. Por el contrario, en los proyectos públicos, el costo no es un factor
determinante, y los consultores generalmente están bajo menos o ninguna presión. Sin embargo, en grandes obras
públicas existe el riesgo de presiones políticas y manipulaciones.

En conclusión, el sesgo de las partes interesadas es inevitable, y los profesionales deben tratar de reducirlo,
comprenderlo y gestionarlo adecuadamente en los procesos de EIA. La manipulación es inaceptable, un intento
ilegítimo de alterar las decisiones por intereses ocultos y espurios, y debe excluirse de la EIA.

4.2. Posibles caminos hacia adelante

Algunas formas de manipulación son fáciles de detectar, mientras que otras pueden pasar desapercibidas. El uso de
información falsa para defender intereses puede ser contrastado y detectado. Sin embargo, es difícil detectar
información oculta; Este es el caso de proyectos con intereses ocultos, o acciones indefinidas que pueden descubrirse
después del proceso de EIA.

Además, las posibilidades de combatir la manipulación varían según la tipología y los agentes involucrados. Cuando
un desarrollador o consultor trata de manipularse con un interés privado, generalmente se enfrenta a la mayoría de
las partes interesadas, tanto las agencias estatales como el público, lo que facilita la detección y neutralización de
esos intentos. Sin embargo, cuando la manipulación es política, puede impregnar a las principales partes interesadas,
como las autoridades competentes o ambientales, y es difícil de erradicar, porque no hay un consejo de supervisión
no politizado.

Aunque todas las partes interesadas deben evitar la manipulación, las responsabilidades de prevención varían. Es
inevitable que los individuos hagan todos los esfuerzos para defender sus intereses o propiedades; En lugar de
requerir un comportamiento más ético, es necesario hacer un análisis objetivo de sus argumentos, para separar
motivos objetivos y espurios. Los desarrolladores deben hacer un esfuerzo mucho mayor en la transparencia, ya que
concentran la mayoría de las quejas sobre manipulación o sesgo. Un aspecto a menudo deficiente en EIS es la
justificación de los proyectos. Con frecuencia, los proyectos son necesarios en sí mismos, sin una justificación
detallada de su utilidad y necesidad, y el EIS se limita a evaluar los impactos previsibles. También es necesario que
los EIS recopilen todas las acciones principales y secundarias asociadas con el proyecto, para evitar proyectos
incompletos o acciones ocultas que se envíen a EIA. Los consultores ambientales deben seguir códigos éticos
estrictos en sus estudios, como los de la IAIA. Los documentos asociados con EIA siempre deben estar firmados,
como ya lo exigen algunas reglas de EIA (en español). La existencia de responsabilidad civil, como en el caso de los
proyectos de ingeniería, puede ayudar a reforzar el rigor en los documentos.

Una forma de mejorar la transparencia en los procesos de EIA y la toma de decisiones es incorporar el análisis de
incertidumbre y sensibilidad en los EIS. En el primer caso, es necesario establecer brechas de información y efectos
inciertos, y cómo estas incertidumbres pueden afectar la toma de decisiones. En el segundo, se deben establecer
diferentes escenarios de evaluación, con mayor o menor enfoque en el entorno natural o social, por ejemplo,
comparando la solidez de las conclusiones.

La manipulación es inherente a cualquier proceso con múltiples partes interesadas con diferentes intereses, como
EIA, por lo que puede plantear preguntas como quién debe determinar si hay manipulación, actuar en contra de ella
o proporcionar los recursos para evitarla. A pesar de su dependencia política, el agente menos propenso a la
manipulación parece ser la agencia EIA. Estas agencias deben garantizar la transparencia y objetividad de los
procesos de EIA. Para hacer eso, es necesario garantizar un cuerpo de evaluadores solventes y no politizados. Los
recursos para esto deben provenir de los gobiernos, que son los garantes de la protección del medio ambiente. No
sería una mala idea incluir una evaluación de los riesgos de sesgo y manipulación de cada parte interesada durante
el proceso de EIA, que sería responsabilidad de la agencia de EIA, y hacer pública esta información para garantizar
que se lleve a cabo de manera objetiva. . El público puede actuar como manipulador o como detector de manipulación.
Es importante reforzar su participación, siendo conscientes de esta doble faceta. La incorporación de sesiones de
audiencia pública durante la fase de información pública, más o menos extensamente según el proyecto, es altamente
recomendable para captar la opinión pública y detectar los intereses ocultos de los intentos de manipulación. Las
regulaciones de EIA deben incorporar estas audiencias públicas, que ya se están desarrollando en muchos países
(Parenteau, 1988; Sinclair y Diduck, 1995; Sadar y Stolte, 1996; Richardson et al., 1998; Palerm, 1999a, 1999b;
Ogunlanaet al., 2001; Appah-Sampong, 2003; Fitzpatrick y Sinclair, 2003; Heather y Koontz, 2004; Nadeem y Fischer,
2011; Ngouana et al., 2013; Sánchez y André, 2013; Sainath y Rajan, 2015; Brombal et al., 2017). Sin embargo, su
efectividad depende de la voluntad real de participación pública en la EIA. Por ejemplo, Bawole (2013) indica que, en
Ghana, las audiencias públicas fueron cosméticas para cumplir con los requisitos legales, en lugar de un interés
intencional en obtener aportes de los interesados locales; Ogunlana et al. (2001) encontraron que era demasiado
tarde para realizar un cambio significativo en el proyecto después de la audiencia; y Sinclair et al. (2012) encontraron
que cierto proceso de audiencia no cumplía con muchos de los requisitos clave de una participación significativa y
dejó a algunos participantes públicos sintiéndose irrespetados y marginados.
A veces, la manipulación por parte del público o de personas interesadas surge de la idea de que la plataforma está
en su contra, y tienen una desventaja con respecto al desarrollador, lo que les lleva a utilizar información exagerada
o falsa para reforzar sus opiniones. Una mayor transparencia en los procesos de participación pública, tales
audiencias públicas anotadas anteriormente o la respuesta individualizada y razonada a todas las acusaciones, puede
llevar a los interesados a comprender que sus opiniones son realmente consideradas en la toma de decisiones,
reduciendo el sentimiento de indefensión y la tendencia a usar la manipulación como una respuesta. También se
debe garantizar que toda la información relacionada con los procesos de EIA se haga pública, tanto los documentos
principales (como EIS) y cualquier documentación adicional que se pueda solicitar a lo largo del proceso que, si se
presenta después de la información pública, no llegue a todas las partes interesadas ( Carrasco y Enríquez-de-
Salamanca, 2011).

Además, el uso del poder de la tecnología para crear intercambios dinámicos y continuos entre las partes interesadas
permite una mayor transparencia en los procesos de EIA; de hecho, esta es una de las diez formas de combatir la
corrupción propuesta por el Banco Mundial.

La manipulación puede tener lugar dentro o fuera del EIA, desde el inicio de la concepción de un proyecto. En las
fases previas a la EIA, la manipulación está asociada con agentes involucrados en el diseño del proyecto, como
desarrolladores o políticos. Las relaciones de los principales desarrolladores con gobiernos, que trascienden la EIA,
pueden influir en las decisiones. La manipulación política puede ser muy poderosa, afectar los procesos de EIA y ser
difícil de evitar si un gobierno no es ético. En este sentido, es deseable acercarse a los evaluadores de EIA con
jueces, ambos funcionarios públicos, sin influencia política. Otra posibilidad es establecer una auditoría independiente
en la EIA y en los procesos de toma de decisiones, pero no existe una garantía real de independencia en ninguna de
las partes interesadas, por lo que parece preferible centrar los esfuerzos en asegurar la independencia de las
agencias de EIA.

Expresiones de gratitud

Este trabajo ha recibido el apoyo del Programa Español de Investigación, Desarrollo e Innovación [números de
subvención CTM2014-56668-R y AGL2015-69151-R].

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