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Capítulo 6 - FILOSOFÍA ANALÍTICA

INTRODUCCIÓN

La Filosofía Analítica comenzó a principios del siglo XX en el mundo anglo-


sajón, rebelándose con la corriente entonces dominante, la del Idealismo absoluto, y
apoyándose decididamente en el análisis lógico del lenguaje.
La escuela analítica desechó la metafísica en su totalidad al afirmar que las
proposiciones formuladas por los metafísicos no eran suficientemente buenas como para
ser siquiera falsas, sino que carecían totalmente de sentido.
Mientras que el legado de la Filosofía analítica como escuela de pensamiento
está abierto al debate, su legado en tanto proceso histórico en los países de habla inglesa
es irrebatible. Su objeto primordial era y es el de clarificar los temas filosóficos a través
de la argumentación, el análisis y el rigor lógico, una búsqueda que derivó,
inevitablemente, en una investigación exhaustiva del significado y de lo que contiene: el
lenguaje.
Para la filosofía analítica el tema filosófico, o sea aquello de lo que trata la
filosofía, es un tema secundario; no consiste, como ha venido siendo tradicionalmente
admitido, en describir el mundo ni siquiera en explicarlo, menos aun en cambiarlo; el
tema de la filosofía , o mejor, de esta filosofía es, ni más ni menos, que “hablar del
hablar”.
La Filosofía analítica es una tradición histórica dentro de la filosofía, que
comenzó a principios del siglo XX. Se inició con el pensamiento de dos estudiantes de
Cambridge, Bertrand Russell (1872-1970) y George Edgard Moore, que se rebelaron
contra los puntos de vista de sus profesores y de la filosofía dominante en esa época,
que era absolutamente idealista (Mc Taggart, Bradley entre otros)
El término Filosofía analítica se comenzó a utilizar a comienzos del siglo XX, e
intentó más que nada denotar una metodología. Existen dos interpretaciones: una
estricta y otra amplia.
La interpretación estricta es que la Filosofía analítica trata el análisis de los
conceptos, particularmente a través del lenguaje. Tomamos un concepto como el del
lenguaje es el que la gente siempre usa, lo analizamos, es decir lo separamos en partes
y demostramos como se combinan esas partes para producir el concepto.
La interpretación amplia no se diferencia demasiado de toda la tradición
filosófica que comenzó con Platón y Aristóteles. ¿Cuál es esa tradición?, bueno, en
Platón y Aristóteles se relaciona con las distintas virtudes intelectuales como la claridad,
la argumentación, la apertura a la objeción, la formación rigurosa, la honestidad de
pensamiento, el no ser oscurantista con las cosas.
Esa es la tradición y como ya sabemos, es básicamente una idea de no absorber
los prejuicios y los cuestionamientos contemporáneos. Esa ha sido la filosofía desde
Platón y Aristóteles, entonces eso es la Filosofía analítica y durante el siglo XX muchos
filósofos pertenecieron a esta corriente, desde Gottlob Frege y posteriormente Russell
influido por Frege y después Wittgenstein influido por Russell, Moore y muchos otros.

FREGE; EL LOGICISMO; SENTIDO Y SIGNIFICADO

Gottlob Frege (1848-1925) era una figura relativamente oscura en sus días, un
matemático que asumió la tarea de demostrar que las leyes de la aritmética se reducían a
la lógica, una posición conocida como logicismo. En la búsqueda de su objetivo, realizó
la mayor contribución individual al estudio de la Lógica en la historia de esta disciplina,
y sentó las bases para el estudio riguroso del Lenguaje que iba a caracterizar a la
Filosofía analítica.

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FILOSOFÍA ANALÍTICA - Capítulo 6

Sin embargo, sólo en retrospectiva, Frege fue reconocido como el abuelo de la


Filosofía analítica. Su trabajo principal “Fundamentos de la Aritmética” fue tenido en
cuenta por Russell, quien se transformó en su discípulo –su “Principiae Mathemática”
escrito junto a Alfred North Whitehead (1861-1947)- le debe mucho al trabajo de Frege.
Ahora consideramos a Frege como un fundador tanto de la Lógica como de la
Semántica moderna. Sus trabajos sobre sentido y denotación y otros, además de sus
propios intentos de nivelar los inconvenientes para reducir la Matemática a la Lógica,
son un objeto de estudio continuo; diría que aun hoy es probablemente considerado
como uno de los seis grandes filósofos analíticos.
Según Frege, todo lo que hay, todo acerca de lo que hablamos, es objeto o es
función. Función es todo lo que no es objeto. Objeto es todo lo que no es función.
Las personas, los vegetales, las plantas son objetos. También lo son los puntos
espacio-temporales, los números naturales e incluso los valores veritativos (la verdad y
la falsedad o, como Frege dice, lo verdadero y lo falso).
La adición, la multiplicación etc. de números naturales son funciones, funciones
cuyos argumentos son números naturales y cuyos valores son también números
naturales. Igualmente son funciones los conceptos (Begriffe) y las relaciones
(Beziehungen).
Los Conceptos son funciones de un argumento cuyos valores son siempre
valores veritativos.
Las Relaciones son funciones de dos argumentos (díadas) cuyos valores son
siempre valores veritativos.
Uno de los puntos clave de la Lógica de Frege es la distinción entre sentido
(Sinn) y significado (Bedentung). La relación entre sentido y significado resulta del
hecho de que un sentido no puede tener más que un significado único, mientras que un
significado puede tener varios sentidos. El significado de un concepto y en general de
un signo, es el objeto designado por el signo mismo, en cambio el sentido es el modo
como se nos presenta el objeto, o una indicación cualquiera que cumpla el oficio de
nombre propio (este tema será tratado con más detalle en el Libro II, capítulo de
“Lógica”).

MOORE; EL SENTIDO COMÚN

Junto con el “Organon” de Aristóteles, “Principiae Mathemática” es quizás el


libro de más influencia en la Lógica jamás escrito. Popularizó la Lógica Matemática y
forjó la reputación de Russell. Otra de las primeras figuras importantes en la Filosofía
analítica fue George Edgard Moore (1873-1958), quien sostenía que el propósito de la
filosofía no era debatir la verdad de las creencias del sentido común acerca del mundo,
sino analizar su significado.
En un principio Russell estaba interesado en la matemática y buscaba un
fundamento sólido de certeza que pudiera utilizarse para basar todo conocimiento
matemático. Previo a Russell había existido un programa intelectual para reducir la
matemática superior a los fundamentos aritméticos. Russell deseaba completar ese
programa, tomando la aritmética misma y reduciéndola a pura Lógica.
Moore, por otro lado, comenzó con los estudios clásicos y fue atraído hacia la
filosofía por Russell, pero no estaba interesado en la filosofía matemática. La filosofía
de Moore trata de ser una defensa del sentido común; y en este aspecto la han utilizado
los analistas ingleses del lenguaje que han visto en ella la defensa del lenguaje común.
Pero, realmente, el propósito de Moore es la defensa de las creencias del sentido común,

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Capítulo 6 - FILOSOFÍA ANALÍTICA

creencias que declara él admitir como criterios de juicio de las opiniones filosóficas. Las
creencias del sentido común son, según Moore, sustancialmente dos:
 la que cree en la existencia de objetos materiales y
 la que admite la existencia de una multiplicidad de sujetos humanos dotados de
cuerpo y de conciencia.
Russell, Charlie Dunbar Broad (1887-1971) y Moore que eran filósofos
analíticos británicos, realmente estaban interesados en el análisis de conceptos, al menos
en parte, o en decir algo acerca de qué eran los conceptos, especialmente Broad y
Moore tal vez más que Russell. Eran todos amigos y pertenecían a una generación que
comenzó más o menos en 1903-1904, a principios del siglo XX.

FEIGL, RUSSELL Y EL ATOMISMO LÓGICO

Además estaba el Positivismo lógico, que en ese entonces se denominaba


Empirismo lógico, que es de donde Herbert Feigl (1902-1988) provenía, y también
pueden incluirse en la Filosofía analítica, los llamados Filósofos del lenguaje ordinario
británico que era en si misma una denominación errónea, porque los más famosos como
John Austin (1911-1960), Elizabeth Anscombe 1919-2001) y Gilbert Ryle (1900-1976),
en realidad fueron mucho más que analistas del lenguaje ordinario.
Russell llegó a creer que el mundo estaba hecho de una multiplicación de
elementos separados, a los que llamó átomos, elementos indivisibles que resultan del
análisis lógico (cf. Ensayo “Lógica y conocimiento”)

La lógica que propugno es atomista a diferencia de la lógica monista de quienes


siguen más o menos a Hegel. Cuando digo que mi lógica es atomista, quiero decir
que comparto la creencia del sentido común en que hay multitud de cosas
diferentes, estoy lejos de considerar, pues, que la multiplicidad del universo se
reduce simplemente a una diversidad de aspectos o divisiones irreales de una única
realidad indivisible.
Bertrand Russell
siglo XX

Russell y su antiguo alumno Wittgenstein, desarrollaron un sistema de filosofía


denominado atomismo lógico basado en la premisa de que existe un isomorfismo entre
la estructura oculta del lenguaje por un lado y la estructura de la realidad por el otro.
Sostenían que las proposiciones complejas están compuestas por proposiciones
atómicas o elementales que describen los hechos atómicos que componen el mundo
(Conferencia de 1918 “La filosofía de la lógica atomista”).
El análisis de nuestro lenguaje ordinario cotidiano revela una tremenda
confusión e incompetencia. Los problemas filosóficos son simplemente confusiones
lingüísticas y el modo de progresar en filosofía es disolver, deshacer, dichas confusiones
con el detenimiento apropiado para permitir que las oraciones expresen realmente qué
son estos problemas filosóficos.
Los hechos atómicos no admiten ulteriores análisis, son simples e
independientes entre si. El valor de verdad de las proposiciones elementales se
establece a partir de los hechos atómicos que pueden ser descubiertos a través de un
análisis riguroso y lógico y sería posible, al menos en teoría, determinar la verdad de
una proposición filosófica con la precisión de una ecuación matemática. Una nueva era

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FILOSOFÍA ANALÍTICA - Capítulo 6

en la investigación filosófica había comenzado, y una nueva generación de filósofos


aceptó el desafío.

CARNAP; EL PRIMER WITTGENSTEIN: EL “TRACTATUS”

Entonces podemos ver que los filósofos estarán pensando: “Bueno, quizás
podríamos hacer esto de un modo más general, ¿no sería bueno? Rudolph Carnap
(1891-1970) que era uno de los primeros positivistas lógicos, escribió un libro acerca de
los fundamentos del conocimiento empírico intentando aplicar técnicas lógicas, las
mismas que Russell y Whitehead habían utilizado para explicar la ciencia matemática,
para analizar la ciencia empírica y Russell también estaba interesado en ese proyecto.
Tomaríamos las proposiciones de la Física, los traduciríamos a un grupo privilegiado de
proposiciones que fueran lógicamente impecables; también deberíamos tomar lo que
ellos llaman “primitivas”, que son lo que las palabras significan realmente en las
proposiciones. Russell y Carnap pensaban que las “primitivas” se referían a
impresiones de los sentidos, sensaciones primitivas y percepciones del mundo, entonces
plantearon esta idea de que podríamos abordar estos temas tradicionales usando técnicas
lógicas.

Ludwig Wittgenstein (1889-1951) fue una de las más brillantes figuras del
siglo XX; como su mentor Russell, sostenía que el lenguaje cuenta con un número de
proposiciones complejas, o moleculares, compuestas de proposiciones elementales.
Wittgenstein llamó tautologías a las proposiciones necesariamente verdaderas y
contradicciones a las necesariamente falsas. (“Tractatus…” 4.463). Las tautologías y
las contradicciones no describen nada del mundo.
Wittgenstein comenzó a trabajar en su primer libro “Tractatus logico
philosophicus”, mientras combatía en las trincheras durante la primera guerra mundial
y mas tarde en un campo de prisioneros en Italia. En el “Tractatus” presentó el lenguaje
artificial de las funciones veritativas como el armazón del lenguaje ordinario. Un
lenguaje artificial o lógicamente perfecto sería aquel que por contar con una
simbolización precisa dejaría en evidencia la estructura atómica de los hechos.
La función natural del lenguaje es la representación de hechos, esto le asegura a
la proposición un sentido; si el hecho en cuestión efectivamente acontece en las
condiciones establecidas, la proposición que lo expresa no solo tiene sentido, sino que
además es verdadera.

La mayoría de las proposiciones y preguntas que se encuentran en los trabajos


filosóficos no son falsas, sino que carecen de sentido.
Ludwig Wittgenstein
siglo XX

Durante siglos la filosofía se había dedicado a un programa de especulaciones


acerca de la verdadera naturaleza del mundo y la conciencia humana, casi de la noche a
la mañana Wittgenstein y Russell, redefinieron la filosofía como el análisis logico
estricto del lenguaje, mas un acto de clarificación que un conocimiento; como dice la
famosa frase de Wittgenstein “De lo que no se puede hablar, hay que callar”.
El “Tractatus” fue el único libro que publicó durante su vida, creo que pocos
trabajos en la Historia de la Filosofía recibieron una reacción más favorable que la que

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Capítulo 6 - FILOSOFÍA ANALÍTICA

inicialmente recibió el “Tractatus”, y de algún modo, es bastante sorprendente. Es uno


de los trabajos más idiosincrásicos, más opacos, realmente enigmáticos que se hayan
presentado, pero lo que lo hizo tan atractivo fue la gran idea que incorporó, es decir, la
idea de que toda la filosofía era un asunto de investigación del significado y que todo
progreso filosófico debía provenir de la correcta comprensión del significado y de la
disolución de las confusiones lingüísticas.
Esto era algo cuya semilla había ya sido puesta y plantada, pero ninguna defensa
sistemática de este punto de vista se había presentado hasta ese momento y Wittgenstein
lo hizo de un modo particularmente elocuente, un modo que la gente lo halló bastante
atractivo a pesar del hecho de que muchos detalles de su visión eran difíciles de captar o
eran problemáticos. La idea que la filosofía trata del lenguaje y de que los problemas
filosóficos puedan resolverse deshaciéndose de las confusiones lingüísticos es lo que
más tarde se llamó el giro lingüístico en filosofía y el “Tractatus” fue el primer
documento realmente importante de este giro lingüístico.

SCHLICK Y EL CÍRCULO DE VIENA

Estoy convenido que nos encontramos en un punto de viraje definitivo de la


filosofía. Leibniz vio confusamente su principio, Frege y Russell abrieron sendas
importantes, pero el primero en avanzar hasta el punto de viraje decisivo fue
Ludwig Wittgenstein en su “Tractatus logico philosophicus”.
Moritz Schlick
siglo XX

En las décadas de 1920-1930, el profesor Moritz Schlick (1882-1936) fue


centro de un variado grupo de pensadores de Viena que se reunían para discutir sobre
filosofía. Fueron conocidos como “El Círculo de Viena” y entre sus miembros estaban
nuestro ya conocido Rudolph Carnap, Otto Neurath y Kurt Gödel (1906-1978). En esas
reuniones comenzó a gestarse el Positivismo lógico, uno de los movimientos más
profundamente influyentes del siglo XX. El Positivismo lógico afirmaba que el único
discurso con sentido era el científico. Con su énfasis en el sentido y el significado el
Círculo de Viena le debe mucho a los primeros trabajos de Wittgenstein. Ellos (los
positivistas lógicos) realmente pensaban que algunos detalles de la teoría de
Wittgenstein sobre la significación debían cambiarse. Pensaban que en el sistema lógico
el impulso no era demasiado estricto y consideraban que había toda clase de elementos
metafísicos en la enunciación de la teoría que no debían estar allí; entonces, asumieron
el replanteo de esa idea general e introdujeron lo que llamamos “Teoría
verificacionista” o “Criterio del significado”
La idea era que los enunciados con sentido se dividen en dos clases principales:
en una clase tenemos enunciados que son verdaderos o falsos solo en virtud de su
significado y no es necesario en absoluto investigar el mundo para entenderlos o
considerarlos verdaderos. Pero la otra clase de enunciados con sentido, son enunciados
acerca del mundo y estos deben ser enunciados que pueden someterse a la verificación
o falsificación por medio de la observación empírica ordinaria.
En 1929 el Círculo de Viena publicó su texto “Manifiesto Científico Universal”
que propuso que los únicos enunciados con sentido eran aquellos empíricamente
verificables o basados en la Lógica y en la Matemática, todo lo demás se consideraba

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FILOSOFÍA ANALÍTICA - Capítulo 6

“emotivo”. Como consecuencia, el Positivismo lógico sostenía que las proposiciones de


la Metafísica, la Ética y la Estética no eran enunciados en absoluto.

Proposiciones de

Metafísica
Ética Estética

No matarás
No me gusta el cubismo
Viva el impresionismo

Los enunciados de la Ética y la Estética eran órdenes o exclamaciones básicas de


aprobación o desaprobación. Los enunciados de la metafísica simplemente carecían de
sentido.

El sentimiento o la actitud armoniosa que los metafísicos tratan de expresar en un


sistema monístico, está más claramente expresado en la música de Mozart… Los
metafísicos son músicos sin habilidad musical.
Rudolf Carnap
siglo XX

El Positivismo Lógico rechazaba como ilegítimo todo enunciado que no se


basara en la experiencia directa. Esta posición fue la base del Principio de verificación.
Una oración tiene sentido si y solo si se puede verificar empíricamente o se
puede demostrar que es verdadera mediante el análisis de los significados
convencionales de sus signos o símbolos; en otras palabras, comprender el significado
de una proposición requiere saber como verificarla.
Una oración sólo tiene sentido cuando la podemos verificar con la experiencia,
por alguna experiencia visual, auditiva o cualquier otro tipo de experiencia. Cuando una
oración no puede ser verificada o demostrarse o probarse que es al menos bastante
probable o algo así por la experiencia, entonces carece de sentido y realmente,
literalmente, no tiene sentido en absoluto, ni siquiera es falsa: carece de sentido.
Los positivistas lógicos sostenían que las hipótesis científicas podían reducirse a
lo que denominaron enunciados protocolares (Otto Neurath), que son los informes
básicos de la observación directa. Estos informes constituyen la norma mediante la cual
se verifican otros enunciados empíricos. Este punto de vista planteó la siguiente
pregunta: ¿No sería también necesario verificar los propios enunciados protocolares?

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Capítulo 6 - FILOSOFÍA ANALÍTICA

Otto Neurath (1882-1945) nacido en Viena donde estudió Economía y


Sociología, además de Heidelberg y Berlín, aplicó los ideales del positivismo lógico a
los problemas sociales, tratando a la Sociología como un “Behaviorismo social” y como
una rama de la “ciencia unificada” fundada en el fisicalismo. Comparó el conocimiento
con un barco que debe ser continuamente reconstituido mientras está aun en el mar.
Reconciliar la objetividad de la ciencia con la subjetividad de la experiencia
personal presentó un desafío al Círculo de Viena; si la experiencia adopta la forma de
datos de naturaleza privada, ¿cómo puede la ciencia lograr la actitud imparcial a la que
aspira? Neurath y Carnap trataron de resolver este conflicto con una versión revisada
del materialismo denominada Fisicalismo.
El objetivo del Fisicalismo era convertir a la Física en el catalizador que
unificara a todas las creencias (“Psicología y Lenguaje físico” de Rudolf Carnap).
Afirmaba que todo lo que existe o sucede puede describirse totalmente a través del
lenguaje de la física. Aquí estaba entonces el Santo Grial del Positivismo Lógico, un
lenguaje científico que podía, en teoría, darle la voz a todas las ciencias. El problema
fue cuando se preguntaron “¿Qué quiero expresar exactamente con observación, qué
quiero expresar exactamente cuando digo que una oración es verificable de este modo
o demostrada como falsa a partir de ésta, aquella u otra observación?”, descubrieron
que cada vez que intentaban precisar o aclarar estas nociones fracasaban.
Inicialmente sus problemas consistían en tratar de hacer esas nociones de
verificación y falsificación bastantes fuertes y toda clase de de oraciones de la ciencia, a
las que consideraban paradigmas del significado, terminarían siendo clasificadas como
sin sentido, esto era considerado, con razón, como un verdadero desastre.

Hay dos temas centrales que constituían la base de la crítica de los positivistas a
la metafísica:
 Tema 1. Todo lo que equivale a la necesidad es verdad por convención, y
 Tema 2. La significación es un asunto de verificabilidad y tal vez podríamos
agregar falsabilidad, demostrable como verdadera o falsa por la observación
directa.
Por eso estas dos ideas constituyen una amenaza a la metafísica, pero lo interesante es
que no debió pasar mucho tiempo para ver que ambas ideas eran absolutamente
erróneas y, no es llegar demasiado lejos, decir que hay una suerte de consenso en la
filosofía contemporánea considerar que esas ideas estaban mal dirigidas, simplemente
mal dirigidas.

EL ÚLTIMO WITTGENSTEIN: “JUEGOS DE LENGUAJE”

Dos años después de la muerte de Wittgenstein se publicó su libro


“Investigaciones filosóficas”; la obra representó entonces una separación radical de sus
primeros trabajos, e influyó de manera continua en el modo en que se maneja la
filosofía. En este libro se estableció la naturaleza del vínculo entre las palabras y las
cosas. Wittgenstein sostuvo que no existe la experiencia primitiva o pre-lingüística,
toda experiencia es lingüística. Adquirir el lenguaje es adquirir un modo de
experimentar el mundo, el lenguaje nos da nuestra ventana al mundo y cada lenguaje es
una ventana a un mundo diferente.
En sus “Investigaciones…” Wittgenstein desplazó el concepto de significado del
hecho u objeto que las palabras representan, hacia el uso que una determinada
comunidad hace de ellas. Puesto que el lenguaje solo adquiere significado a través de su
uso social, todo vínculo entre una palabra y su objeto depende de las reglas fijadas por

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FILOSOFÍA ANALÍTICA - Capítulo 6

aquellos que usan esa palabra. Estas reglas definen lo que Wittgenstein denominó
Juegos de lenguaje.
Los Juegos de lenguaje vienen como con todo lo último de Wittgenstein, es
decir el Wittgenstein de “Investigaciones…” al que debemos entender en relación a sus
primeros trabajos, dado que solo consideraba sus propias opiniones, no estando
interesado en opiniones ajenas; por eso, cuando él dice en “Investigaciones…” algo
sobre los errores de los filósofos, generalmente se refiere a sus propios errores
anteriores.
En el “Tractatus…”nunca tenemos la idea que las personas usan el lenguaje para
decir algo, es un sistema abstracto, influenciado por la lógica, es un cálculo que subsiste
en el reino platónico que estamos tratando de analizar y comprender. En las
“Investigaciones…” rechazó la visión total e introdujo dos temas que son directamente
negaciones de los dos temas previos, uno es que siempre debemos ver el lenguaje en uso
por los habitantes, no mirarlo en abstracción como si fuera un cálculo abstracto, sino
pensarlo como lo que la gente usa en un contexto específico para lograr propósitos
específicos, entonces eso era una parte, la otra consistió en enfatizar la diversidad de
clases de oraciones, otro gran tema de las “Investigaciones…” No todas las oraciones
hacen lo mismo, no todas describen hechos, servirán a diferentes propósitos y no
deberíamos tener esta posición demasiado simplista acerca de lo que hacen las
oraciones. La idea de “Juego de lenguaje” intenta captar eso, por eso la idea era que un
“juego de lenguaje” es una actividad; por eso tenemos la idea de juego, una actividad
del uso del lenguaje en la que están entrelazados, como él dijo, muchos otros aspectos
de los hablantes, lo que Wittgenstein denominó “Su forma de vida”.
La filosofía tradicional, según lo expresado por Wittgenstein, despoja a las
palabras de aquello que le da vida, el aire fresco del uso cotidiano y el sustento de los
contextos ordinarios; percibiendo esencias, conceptos puros, procesos inmateriales y
fundamentaciones últimas, los filósofos lograron crear un recipiente bien sellado que los
aísla del mundo tal cual es. Caen ellos mismos en esa trampa como moscas encerradas
en una botella. El propósito de la filosofía, dice Wittgenstein, es mostrar la salida de
esa botella.
Aquí hay una clase de filosofía que es terapéutica, cura, lo que él denomina
“Una batalla contra el hechizo de nuestra inteligencia por medio del lenguaje”.

Pensemos en herramientas, dentro de una caja hay un martillo, pinzas, un


serrucho, un destornillador, una regla, pegamento, clavos y tornillos. Las funciones
de las palabras son tan diversas como las funciones de esos objetos.
Ludwig Wittgenstein
siglo XX

Para ilustrar su posición, Wittgenstein da el ejemplo de enviar a alguien a un


negocio con una lista que dice “Cinco manzanas rojas”. El vendedor abre el cajón con
el letrero “manzanas” y cuenta cinco manzanas rojas. Podríamos preguntar ¿Cuál es el
significado de la palabra cinco? Wittgenstein responde: “tal cosa no era cuestionada
aquí, sólo se usa la palabra cinco, las explicaciones –dice Wittgenstein- se acaban en
algún punto”.
“Investigaciones…” representa el punto de partida de una profunda
transformación en el interior de la Filosofía del Lenguaje y en la filosofía, como

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Capítulo 6 - FILOSOFÍA ANALÍTICA

totalidad, marca un verdadero punto de inflexión en el desarrollo del giro lingüístico, es


el llamado giro pragmático.

LA ESCUELA DE OXFORD

Entre los movimientos que siguieron a Wittgenstein, se encuentra la


Escuela de Oxford que incluía al filósofo británico John Austin (1911-1960), nacido
en Lancaster y que fue profesor de filosofía moral (White`s Professor) en Oxford desde
1952 hasta su muerte. En su breve pero brillante carrera, Austin intentó describir los
distintos modos en que hablamos, prestando particular atención a lo que él denominó
enunciados performativos. Los “performativos” son oraciones directamente
relacionadas con una acción, no porque expresan tal acción, sino porque la realizan.
Típicamente estos actos de habla, comienzan con las palabras “Yo prometo…”, “Yo
juro…”, “Yo perdono…”etcétera. Si alguien se está casando y la persona que está
celebrando el matrimonio dice “los declaro marido y mujer”, al hacerlo los transforma
en marido y mujer, él los hace marido y mujer, él no expresa que son marido y mujer,
los hace marido y mujer; entonces lo que Austin denomina acto de habla, es algo que
produce algo, no es simplemente la idea de que si vamos por el mundo haciendo
enunciados llevamos “actos de habla”. Partiendo de eso Austin analizó lo que los actos
de habla implicaban e hizo varias distinciones entre los aspectos de un enunciado, habló
acerca del núcleo de un enunciado, que es lo que éste significa en su sentido literal y
habló de la fuerza ilocucionaria de un enunciado.
La “fuerza ilocucionaria” es una orden, una promesa, una declaración, una
pregunta. Entonces si tenemos estos dos enunciados: “Cierra la puerta” y “Quiero que
cierres la puerta”, ambos de algún modo expresan el mismo significado, la misma
proposición, como algunos la llaman a veces –no hay una palabra adecuada para ello-
pero tienen una “fuerza ilocucionaria” diferente, una es una orden, la otra es una
declaración. Hizo esta distinción y también distinguió esas dos cosas de la fuerza
perlocucionaria que es lo que el hablante está intentando hacer al expresar el
enunciado.
Lo que Austin hizo, fue llevar la atención de los filósofos al funcionamiento del
lenguaje desde el punto de vista de entender realmente al lenguaje en si mismo, esto es
lo que se denomina la Teoría del acto de hablar, el análisis del uso del lenguaje y los
varios tipos de oraciones que podemos usar.

Una vez que descubrimos que lo que se debe estudiar no es el enunciado en si sino
el hecho de estar expresando algo en una situación de habla, entonces es casi
imposible no advertir que el hecho mismo de hacer una declaración es realizar un
acto.
John Langshaw Austin
siglo XX

Austin afirma que ejecutamos un acto ilocucionario cuando proferimos cierta


oración con sentido y referencia, lo que es aproximadamente equivalente a
“significación” en el sentido tradicional. Decimos también que ejecutamos actos
ilocucionarios tales como informar, ordenar, advertir, emprender etcétera, esto es
proferencias que tienen una cierta fuerza (convencional), lo que distingue los actos
ilocucionarios, en los que se hace algo al decirlo, de los actos perlocucionarios, en los

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FILOSOFÍA ANALÍTICA - Capítulo 6

cuales logramos algo diciéndolo, como sucede al ejecutar actos (lingüísticos) de


convencer, persuadir o inclusive sorprender o confundir. (En “How to do things with words”,
1962, traducción española “Como hacer cosas con palabras”, 1971.)
Nota: Proferir, ofrecer, prometer, proponer.

RYLE Y EL FANTASMA EN LA MÁQUINA

Gilbert Ryle (1900-1976) nacido en Oxford, tomó la noción de que los


problemas filosóficos surgen de un uso equivocado del lenguaje, y lo aplicó al problema
de la relación entre la mente y el cuerpo. Notó que incluso aunque el cuerpo humano
existe en el espacio y la mente no (“The concept of Mind”), hablemos de la mente como
existente dentro del cuerpo.
Ryle señaló que ya que la mente no ocupa espacio alguno, no puede estar en
ningún lugar específico y menos aun dentro del cuerpo. Está convención de referirse a
la mente como dentro del cuerpo, lleva inevitablemente a lo que Ryle denominó el
dogma del Fantasma en la Máquina.
Ryle llamó a esta clase de equivocación como un error de categoría, una
confusión de una categoría lógica con otra. El alma es al cuerpo –decía Ryle- como un
puntapié es a la pierna.
En el concepto de lo mental, Ryle argumentó que Descartes y otros filósofos
malentendieron por completo el lenguaje. Si digo que estás pensando en algo, no lo
digo como un hecho interno, extraño, que solo tu puedes percibir y que yo puedo
percibir que ocurre en este mundo inferior de tu extraña sustancia inmaterial espiritual,
sino que cuando digo que tu estás pensando en algo, lo que digo es que es probable que
en algún momento me digas “¡Ay, está lloviendo afuera!” o “He estado pensando en que
voy a almorzar”. Entonces, cuando expreso una proposición sobre lo que llamamos tu
mente, estoy expresando una proposición sobre lo que probablemente hagas, sobre
como será probablemente tu comportamiento, estoy afirmando algo sobre el mundo
público de objetos ordinarios, estoy expresando una clase especial de proposición
sobre eso, y una de las ideas de Ryle era que estaba expresando lo que generalmente se
conoce como propensión, es decir, tu tienes una cierta predisposición, lo cual significa
que harás algo en ciertas circunstancias.

Determinar la geografía lógica de los conceptos es poner de manifiesto la lógica de


las proposiciones que los contienen, o sea, mostrar que proposiciones son
congruentes o incongruentes con ellas, cuales se siguen de ellas, y de cuales se
infieren.
Gilbert Ryle
siglo XX

Así como el Círculo de Viena intentaba continuar el trabajo del “Tractatus…”,


los filósofos posteriores trataron de refinar el trabajo de los positivistas. La distinción
entre enunciados analíticos y sintéticos residía en el núcleo del Positivismo Lógico.
Como las ecuaciones matemáticas, los enunciados analíticos adquieren significado a
partir de las definiciones de sus palabras o símbolos. La frase “Todas las mujeres son
hembras” es verdadera porque las definiciones de mujer y hembra permiten que el
enunciado sea verdadero. Los enunciados sintéticos en contraste, requieren experiencia
del objeto para determinar su verdad o falsedad y aquí es donde entra en juego la tarea

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Capítulo 6 - FILOSOFÍA ANALÍTICA

de verificación de los positivistas: el enunciado “Hay nueve planetas en nuestro sistema


solar” debe verificarse para que sea verdadero.

QUINE

El destacado filósofo estadounidense Willard Van Orman Quine (1908-2000)


desafió la validez de la distinción analítico-sintética y al hacerlo cuestionó una tradición
que se remontaba al menos hasta Kant o tal vez antes.
Quine en cierto modo estaba realmente más cerca de los positivistas que algunas
de las personas del otro grupo, el grupo de Wittgenstein. En 1951 Quine publicó un
artículo llamado “Dos dogmas del empirismo” que recibió una importante respuesta de
una parte de la comunidad filosófica.
Entonces, aquí está lo que no funcionó correctamente en la Teoría de la
verificación en manos de los positivistas; ¿estaban equivocados en que la verificación es
la clave para el significado?, no, la aplicaron equivocadamente, trataron de aplicarla a
oraciones una por una pero, en realidad, solo puede aplicarse a sistemas completos de
oraciones que expresan nuestras teorías completas del mundo.
Ahora había un segundo escenario según Quine, que se relacionaba con esto y
era la doctrina positivista de que hay una clase de oraciones analíticas que expresan
verdades que son totalmente indiferentes de cualquier declaración acerca del mundo,
son verdaderas solo en virtud del significado. Pero, dice Quine, ahora que sabemos que
el significado es holístico sí vemos que las oraciones no tienen esta clase de significado
independiente. Todas las oraciones obtienen su significado mediante la contribución que
hacen a toda nuestra teoría completa y en principio, ninguna oración esta exenta de ser
revisada si las predicciones acerca de la experiencia llevadas a cabo por nuestra teoría
completa resultan falsas.
Entonces, el resultado final es una visión que conserva la concepción
verificacionista central acerca de qué es el significado, pero rechaza el punto de vista de
que hay una clase especial de oraciones que implican análisis puramente conceptuales y
que constituyen los problemas especiales de la filosofía.
Al tomar esta posición abandona el punto de vista de que todos los problemas
filosóficos son esencialmente problemas de significado y adopta una posición en la que
sostiene que la filosofía sigue, fundamentalmente, la línea de las ciencias naturales y la
matemática.
Para Quine la Ontología –el estudio de la existencia o del Ser- es simplemente la
investigación de lo que está implícito en el lenguaje, en consecuencia, los filósofos
deben tratar con las presunciones ontológicas del lenguaje; aunque lo que hay no
depende del uso que hacemos del lenguaje, lo que decimos que hay si depende de tal
uso. Quine concebía el lenguaje como un todo estructural (Holismo *) que responde a la
experiencia como entidad única. La experiencia penetra la capa exterior y se filtra,
aunque de manera diluida, hacia el núcleo interior (compuesto de mitos y fantasías).
De este modo no existe una clara distinción entre las proposiciones hechas a
partir de la experiencia (“Word & Object”) y aquellas hechas independientemente de la
experiencia; en el fondo Quine era un empirista pragmático que creía que todos los
esquemas conceptuales, la Ciencia y la Lógica incluidas, son simplemente herramientas
que sirven para entender el mundo.
(*)Por medio de cuantificaciones nos comprometemos a veces admitir solo entidades concretas
y a veces entidades abstractas. El resultado de lo primero es un nominalismo, la consecuencia de lo
segundo un platonismo. Quine (que rechaza todo “universo superpoblado”) se inclina por el
nominalismo, habiendo intentado (con N. Goodman) ver hasta donde puede

. 81
FILOSOFÍA ANALÍTICA - Capítulo 6

constituirse un lenguaje que reduzca todo enunciado sobre entidades abstractas a un


enunciado sobre entidades concretas.

Cada hombre recibe una herencia científica de más de una continua descarga
de estimulación sensorial, y las consideraciones que lo guían en la alteración de
su herencia científica para adaptar sus continuas impresiones sensoriales son,
en el caso que sean racionales, pragmáticas.
Willard Van Orman Quine
siglo XX

EPÍLOGO

Al tiempo que la Filosofía Analítica cambió su enfoque del lenguaje hacia la


Epistemología, también se dividió en otras áreas con mayor afinidad natural por el
modo analítico. Filósofos como John Rogers Searle (n.1932), Paul Weiss (1901-
2002), Hilary Putnam (n.1926), Daniel Dennett (n.1942) y muchos otros, hicieron
contribuciones significativas a la Filosofía de la Mente, la Filosofía de la Ciencia, la
Lógica, etc. Esto nos lleva nuevamente a la pregunta ¿qué queremos expresar al decir
Filosofía analítica? ¿Es un área de estudio en si misma como la Estética? ¿Es una
metodología? ¿Es simplemente un contrapunto a la tradición continental de Hegel en
adelante? Gilbert Ryle una vez dijo que “Platón en realidad fue un filósofo analítico,
Aristóteles fue un filósofo analítico. ¿Quién no fue un filósofo analítico? Bueno”,
agregó, “Hegel o cualquier cosa que haya surgido de Hegel”; entonces él es casi
negativo, “mientras no tengas nada que ver con esa confusa cosa alemana, eres un
filósofo analítico”. Creo que esa razón, es la razón por la cual es imposible decir
realmente que es la Filosofía analítica, pero si puedo decir que es lo que los filósofos
analíticos leen y toman seriamente; leen a los positivistas. Nadie es un positivista hoy
en día, pero leen a los positivistas, leen a Carnap, hay toneladas de artículos acerca de
lo que Carnap quería decir realmente; leen a Quine, reaccionan ante Quine, reaccionan
ante una tradición para la que la lógica es tremendamente importante.
La filosofía de los siglos pasados, con la que estamos familiarizados, tomó a
menudo la forma o estructura de grandes sistemas o perspectivas integrados que nos
permiten conectar los puntos de vista de un tema con los puntos de vista de un montón
de otros temas diferentes, y en la filosofía analítica hubo algunos grandes sistemas y
grandes ambiciones filosóficas. Sin embargo, eso no agota a la filosofía analítica, existe
un sentido generalizado entre los filósofos analíticos de que una buena manera de hacer
filosofía es comprometerse con investigaciones muy intensas centradas en problemas y
áreas problemáticas particulares, manteniendo otros asuntos importantes lo más lejos
posible. Entonces, lo que hay que dejar a un lado de todo esto, es cuando la gente dice
“los filósofos analíticos están solo interesados en analizar el habla ordinaria o
nuestros conceptos”, eso es una caricatura de lo que ocurría. Se trataba de un intento
por continuar con las antiguas tradiciones ante técnicas nuevas que parecían ser y eran
realmente impresionantes y prometedoras.

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