La digestión ruminal se basa principalmente en la digestibilidad de hidratos de carbono

estructural como la pectina, celulosa y hemicelulosa por medio de la digestión fermentativa

realizada por los microorganismo encontrados en el rumen este es el compartimento más

grande de los cuatro divertículos estomacales que tienen los rumiantes llamados retículo,

omaso y abomaso este se encuentra ubicado en el lado izquierdo de la cavidad abdominal.

El rumiante nace con su aparato digestivo no ruminal es decir el esófago, la gotera

esofágica y el abomaso tiene relación directa permitiendo la digestión de la leche y la

absorción intestinal de la glucosa la fisiología digestiva del lactante cierra la gotera

esofágica impidiendo el paso de la leche al rumen ya que de lo contratarlo causaría estragos

a nivel digestivo, cuando la leche pasa directamente del esófago al abomaso la digestión es

netamente enzimática formando la coagulación por la enzima renina convirtiendo la caseína

soluble en una red de paracaseinato de calcio reteniendo glóbulos grasos y liberando el

suero llevando la proteína soluble y lactosa al intestino esta última gracias a los enterocitos

quienes con la ayuda de las peptidasas permite la degradación de las proteínas y así

garantizando una buena actividad digestiva intestinal de mucosa si este sistema no

funcionara de esta forma la asimilación en el intestino seria deficiente y arrastraría una gran

cantidad de agua.

Por otro lado, en los primero días de vida es indispensable el consumo de calostros los

cuales aunque no tienen nutrientes para aportar a la dieta de los lactantes definitivamente

permiten el correcto desarrollo y función de los animales ya que transfieren inmunidad

pasiva de la madre.

Al paso de 3 semanas el lactante inicia una etapa transitoria donde sufre una transformación

morfológica y funcional desarrollando flora microbiana, cambios metabólicos y el

desarrollo de las papilas ruminales según la concentración de AGV sin embargo estos

cambios dependen de la dieta que se suministre al ternero.

Sin embargo a la 3er semana de vida inician el consumo de forrajes los cual activa los

divertículos estomacales e inician al proceso permitiendo que las 8 semanas de vida ya

tengan un estomago rumiante correctamente desarrollado y funcional. Sin embargo no es el

único factor influyente, el estómago predominan E-coli, streptococos y cotridium sin

embargo depende de los calostros, y el comportamiento del pH ya que si desciende este

podría retrasar o impedir el establecimiento de los protozoos, por otro lado el contagios de

la fauna microbiana depende del contacto con adultos por medio del contacto o directo o

consumo de agua o comida contaminada.

Al finalizar la primera etapa de vida la gotera esofágica se abre permitiendo la recirculación

del alimento. Y con el crecimiento se va perdiendo este reflejo sin embargo al mamar o al

tener deshidratación se vuelve activar ya que la hormona antidiurética (ADH) segregada

por la hipófisis estimula el reflejo para que el agua que se ingiere llegue directamente al

estómago otro factor que puede estimular este reflejo es el consumo de soluciones salinas.

En cuanto a la acción mecánica del estómago de los rumiantes es necesario preservar el

ambiente y correcto funcionamiento de los microorganismos en el rumen permitiendo su

multiplicación ofreciendo un medio apropiado con pH, temperatura, anaerobiosis, presión

osmótica y nutrientes que busca alimentar los microorganismo y por ende al rumiante.

Los AGV son indispensables para el correcto funcionamiento del rumen sin embargo este

debe eliminarse regularmente ya que si no se controla la presión osmótica aumenta y el pH

disminuye ocasionando un desequilibrio significativo.