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FRANCISCA EXPÓSITO
L
a definición más aceptada de violencia de nes tienden a buscar una causa externa, por lo
género es la propuesta por la ONU en 1995: que reducen el grado de responsabilidad de la
«Todo acto de violencia sexista que tiene como persona que lleva a cabo la acción.
resultado posible o real un daño físico, sexual Así, los principales modelos teóricos sobre
o psíquico, incluidas las amenazas, la coerción o violencia de género proponen teorías asenta-
la privación arbitraria de libertad, ya sea que das en problemas de tipo individual, investigan
ocurra en la vida pública o en la privada». alteraciones de la personalidad, disposiciones
En este marco conceptualizamos la violencia biológicas o experiencias violentas a temprana
como «la coacción física o psíquica ejercida so- edad que puedan explicar tales reacciones. Las
bre una persona para viciar su voluntad y obli- teorías basadas en la dinámica familiar asumen
garla a ejecutar un acto determinado». Puede que la violencia es el resultado de problemas
adoptar formas diferentes: física, verbal, psíqui- derivados de una interacción inadecuada en la
RESUMEN ca, sexual, social, económica, etcétera. Unas for- familia y de los patrones desadaptativos de re-
mas de coacción que se han ejercido, en mayor o solución de problemas de pareja o familiares (o
Agresión
menor medida, a lo largo de la historia. ambos) inherentes en sus relaciones. Las teorías
encubierta
sociales y culturales, por su parte, abogan por la
Un binomio inseparable
1 La cultura ha legiti-
mado la creencia de
la posición superior del
La violencia de género ha ido impregnándose
con el tiempo de significado social, adulterando
existencia de valores culturales que legitiman
el control del hombre sobre la mujer.
Tales hipótesis surgen precisamente ante la
varón, lo cual ha facili- de esa manera su definición original basada en necesidad de explicar el fenómeno emergente
tado que las mujeres se el binomio inseparable de violencia y género. de la violencia de género. Mas tal enfoque, en
sientan inferiores. Así, de satisfacer una necesidad de superviven- el que las mujeres aparecen a menudo como
cia se ha convertido en una conducta instru- las víctimas y los hombres como los victima-
2 El agresor actúa de mental que introduce desigualdad en una rela- rios, no señala a las disposiciones biológicas o
forma coherente con ción interpersonal o mantiene una desigualdad de interacción como factores que aclaran por
su propio objetivo de su- subyacente y estructural. Es precisamente en sí solos la violencia de género: ni las mujeres
misión y control, por lo este sentido que la violencia y el género se con- nacen víctimas ni los varones están predeter-
que no existe un único vierten en un binomio inseparable, ya que la minados para actuar como agresores. De hecho,
perfil de maltratador. primera se usa como mecanismo para conseguir los estereotipos sobre cómo unos y otras deben
un plus de presencia o influencia respecto a lo comportarse, las experiencias que refuerzan la
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Al tratarse de manio- segundo. conducta estereotípica y la estructura social que
bras habituales, no Para explicar la conducta del maltratador se apoyan la desigualdad de poder entre géneros
parecen dañinas. Las víc- ha apelado con frecuencia a la existencia de una ha contribuido a que se originen patrones de
timas deben reconocer serie de psicopatologías: carácter agresivo, falta violencia a lo largo de nuestro ciclo vital.
el maltrato y rechazarlo. de control de la ira o una infancia marcada por En las sociedades en las que no existe una
experiencias de malos tratos. Dichas explicacio- jerarquía formal de privilegios de unos grupos
jera lesiones de otra clase, quedará exento de naza de forma distinta y actúa en consecuencia.
pena. Estas reglas son aplicables, en análogas Así, solo podemos inferir que el elemento único
circunstancias, a los padres respecto de sus hijas en común entre los maltratadores masculinos
menores de veintitrés años y sus corruptores es su condición de varón.
mientras aquellas vivieren en la casa paterna». Pese a la dificultad para determinar un perfil
El contenido de este artículo no es más que el concreto, existen una serie de rasgos comunes
REGALOS ENVENENADOS reflejo de una sociedad en la que las relaciones de comportamiento en todos los hombres que
En la fase de remisión o «luna entre hombre y mujer se articulaban en torno maltratan a sus parejas o ex parejas. Responsa-
de miel», el agresor refuerza a a la relación de género y poder. bilizan a la mujer de la situación. Ellos son las
su víctima con regalos o signos víctimas, arguyen. De hecho, con frecuencia
de arrepentimiento, para man- Objetivo: sumisión y control se escucha en los grupos de tratamiento con
tenerla junto a él. El ejercicio del poder tiene dos efectos funda- hombres maltratadores comentarios como:
mentales, uno opresivo (uso de la violencia para «[...] ella saca lo peor de mí»; «[...] lo hace para
conseguir un fin) y otro configurador (redefine provocarme». O se aferran a ideales masculi-
las relaciones en una situación de asimetría y nos tradicionales. La violencia resulta para ellos
desigualdad). El sometimiento se convierte en una conducta aprendida y legítima, así como una
la única salida posible para mantener la nueva forma de simbolizar su poder. Muchos afirman
situación. La cultura ha legitimado la creencia que «es la única manera de calmarla y ponerla
de la posición superior del varón, reforzada a su en su sitio».
vez a través de la socialización. Todo ello ha A los anteriores rasgos se suman una empatía
facilitado que las mujeres se sientan inferiores pobre, una necesidad elevada de reafirmación,
y necesiten la aprobación de los hombres para una intolerancia a no situarse a la altura de su
sentirse bien consigo mismas y con el papel en papel, un pensamiento rígido, la creencia de te-
la vida para la que han sido educadas. ner siempre la razón en sus actos («[...] lo hago
La asimetría de poder de un género sobre otro por tu bien») y una minimización de las con-
ampara las diferencias y configura el diseño
Uno de los «apropiado» de proceder en las relaciones: los
secuencias de su comportamiento, además de
sentimientos de autoestima baja, inseguridad,
principales varones ofrecen la protección a las mujeres a dependencia y celos. Estos últimos suponen una
síntomas que cambio de la obediencia y el sometimiento. Ellos actitud posesiva más allá del aspecto puramente
ocupan así una posición de control y dominio. sexual, ya que sirven de mecanismo para conse-
experimenta El carácter sutil y encubierto de dicho tipo de guir el aislamiento social de la víctima.
la víctima de sexismo («sexismo benévolo») dificulta su de- Nuestro estudio cuestiona los estereotipos
tección al tiempo que obstaculiza las reacciones relacionados hasta ahora con la conducta y los
malos tratos de rechazo por parte de las afectadas. rasgos del maltratador (como el consumo de
es el síndrome Si la violencia de género es una cuestión cul- alcohol y drogas, las vivencias traumáticas en
tural que resulta de un proceso de socialización, la infancia, la violencia inherente al varón, los
del estrés cabría preguntarse entonces si todos los hom- problemas psíquicos) y destaca, en cambio, la
postraumático bres son maltratadores o si existe una psicolo- normalidad del agresor.
No existe un perfil único de maltratador. Tampoco se trata de hombres agresivos ni de psicópatas. Nuestro estudio pone en
cuestión los estereotipos relacionados hasta ahora con la conducta y los rasgos del maltratador, como puede ser el consumo
de sustancias tóxicas y de alcohol, la vivencia de experiencias traumáticas en la edad infantil o los problemas psíquicos. En este
último aspecto, los datos del patrón de personalidad de un grupo de maltratadores basados en el inventario clínico multiaxial
Millon-II señalan a la compulsividad como rasgo más destacado de estas personas; no obstante, el percentil no supera el grado
de normalidad, por lo que se descarta la posibilidad de una psicopatología. Otros rasgos, como la esquizofrenia, la personalidad
límite, paranoide o la neurosis depresiva, muestran un percentil aún menor (a). De todos modos, el tratamiento psicológico
contribuye a que la sintomatología específica de los maltratadores mejore, según demuestran los datos del inventario SCL-
90-R aplicado en un grupo de maltratadores. Este cuestionario indica, asimismo, la normalidad en los rasgos de personalidad
de los victimarios (b).
a b
90 80
80 70
Patrón
70 60
60
50
50
40
40
30 30
20 20
Pretratamiento Postratamiento
10 10
0 0
Formas de maltrato
No existe un consenso claro sobre qué es violencia de género y qué conducta debe excluirse de
la tipología penal de «violencia de género». No obstante, cada forma de violencia contribuye a
establecer el patrón de «configuración» que mantiene la relación de poder y dominio del hombre
sobre la mujer. Los diferentes tipos de maltrato son:
© FOTOLIA / PHOTOSANI
■ Negar el daño que se sufre.
■ Apelar a ideales (mantenimiento de la familia). su situación según el papel
■ No separarse por el perjuicio a los hijos. masculino y femenino
■ Atribuirse el fracaso en el papel de mujer, como esposa y madre. aprendido.
Uno de los principales síntomas que expe- una baja autoestima y una disminuida valora- BIBLIOGRAFÍA
rimentan las mujeres maltratadas, como su- ción de sí misma, sentimientos que inciden en COMPLEMENTARIA
cede en cualquier otro tipo de delito o hecho una alta probabilidad de que conviva de nuevo
traumático, es el síndrome de estrés postrau- con el maltratador o empiece una relación con IT’S FOR YOUR GOOD: BENEVO-
mático (a nivel general, un 25 por ciento de los otro hombre que también la maltrate. Es un LENT SEXISM AND WOMEN’S
afectados). Pero mientras que en el caso de una comportamiento aprendido: la mujer busca de REACTIONS PROTECTIVELY JUS-
agresión sexual el porcentaje se sitúa entre el 50 forma inconsciente modelos de varón (y de re- TIFIED RESTRICTIONS. M. Moya,
y el 60 por ciento, en circunstancias de maltra- lación) que refuercen la conducta que ellas han P. Glick, F. Expósito, S. de
to alcanza el 51 por ciento de las víctimas. Los aprendido ante la agresión. Las víctimas de ma- Lemus y J. Hart en Persona-
síntomas principales son depresión, ansiedad, los tratos muestran una gran complacencia y lity and Social Psychologi-
baja autoestima e inadaptación en diferentes deseo de agradar, se creen capaces de realizar cal Bulletin, vol. 33, n.o 10,
áreas de la vida. Existen también otros síntomas todo a la perfección que su maltratador recla- págs. 1421-1434, 2007.
temporales como estrategia de afrontamiento ma. Mas, cuando fallan en esas expectativas
ante una situación insostenible (abuso de alco- irreales, se sienten culpables (influencia de la DON’T ROCK THE BOAT:
hol y fármacos). Todo ello puede provocar en ideología sexista). Asimismo, piensan que de WOMEN’S BENEVOLENT
las mujeres maltratadas el desarrollo de cierto ellas depende el funcionamiento de la pareja y SEXISM PREDICTS FEARS OF
tipo de comportamientos que pueden resultar de la familia, convicción que se traduce en un MARITAL VIOLENCE. F. Expósi-
problemáticos fuera de la situación de maltrato. comportamiento sumiso, dócil en exceso, que to, M. C. Herrera, M. Moya
Entre los más comunes están ciertas pautas de entorpece la recuperación posterior. y P. Glick en Psychology of
comunicación de tipo manipulativo-seductor La respuesta social es otro de los elementos Women Quarterly, vol. 34,
ya que la mujer maltratada ha aprendido a ma- fundamentales en la lucha para erradicar el págs. 36-42, 2010.
nipular como medio eficaz de mantener el con- problema. La Ley Integral de Violencia de Gé-
trol de su situación. Asimismo, puede mostrarse nero es sin duda una herramienta necesaria VICTIM BLAMING AND EXONE-
seductora, sexualizando las relaciones sociales para ello, pero no suficiente. Urge la necesidad RATION OF THE PERPETRATOR IN
para ganar afecto y neutralizar la agresión. Y de abordar la verdadera causa del problema, su DOMESTIC VIOLENCE: THE ROLE
sobre todo, desarrolla suspicacia en exceso, un naturaleza ideológica. Una cuestión de ideología OF BELIEFS IN A JUST WORLD
estado de hipervigilancia crónica que le hace de género que afecta a hombres y a mujeres de AND AMBIVALENT SEXISM.