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Las emociones son complejos procesos que han sufrido los sesgos peculiares que

imponen las tendencias dominantes en cada época. Las concepciones acerca de la


emoción no son sino la manifestación de las distintas escuelas, orientaciones y
planteamientos vigentes en ese momento y no sólo eso, sino que están sometidas al
entendimiento de cada autor ya que cada uno se ciñe a aquellos aspectos de la emoción
que son pertinentes a sus investigaciones. En general, las definiciones acentúan los
aspectos conductuales, otras los aspectos fisiológicos, algunas plantean el carácter
adaptativo, otras los efectos desorganizadores (Palmero, Guerrero, Gómez y Carpi, 2006),
etc.

Definir a la emoción resulta difícil por la gran aglomeración de trabajos, de ideas y


de teorías. Existe un abanico tan amplio de posibilidades que resulta prácticamente
imposible tomar una panorámica definida sobre la emoción, tanto cuando se la considera
como una respuesta adaptativa, como cuando se la considera como un proceso básico. A
ello se puede añadir la utilización de los distintos términos y variables que forman parte de
estos procesos entre ellos el afecto, el humor o el sentimiento. Definir el concepto de
emoción con la sana idea de coincidir con otros autores muchas veces resulta una auténtica
utopía (Palmero, Guerrero, Gómez y Carpi, 2006).

Sin embargo, para poder estudiarlas y generar una psicología o teoría de las
emociones es necesario analizar estos cambios en las definiciones y concepciones que han
sufrido a lo largo del tiempo en el ámbito del estudio científico. Aunque la existencia de
muchos investigadores, científicos, psicólogos, neurocientíficos y filósofos interesados en
el estudio de las emociones es amplio, no es necesario citarlos a todos y cada una de sus
teorías, experimentos e hipótesis, sin embargo, si es necesario nombrar a aquellos que
fueron considerados los más influyentes.

Hasta la fecha, la clasificación más detallada que se conoce ha sido realizada por
Kleinginna y Kleinginna (1981) quienes recopilan hasta 101 definiciones del concepto de
emoción, conseguidas a partir de diccionarios de psicología, textos de emoción, motivación,
psicología fisiológica e introducción a la psicología. Han encontrado un aumento
estadísticamente significativo en las definiciones que consideran los múltiples aspectos que
constituye el proceso emocional desde 1970, así como el aumento al mencionar lo afectivo
y los componentes cognitivos de la emoción. Por lo que una de las conclusiones que
proponen se refiere al hecho de que el estudio de las emociones se debe llevar a cabo
considerando los factores subjetivos, los factores ambientales o desencadentantes, los
procesos hormonales/neurales, los aspectos disruptivos que provocan, los aspectos
motivacionales, los aspectos cognitivos y los aspectos de respuesta (Kleinginna y
Kleinginna, 1981). De igual manera hay mucho desacuerdo respecto a qué tipo de
fenómenos mental son las emociones, la forma de clasificar los diferentes tipos de
emociones y también cuál es la naturaleza de las emociones (Zinck y Newen, 2007). Por lo
que el estudio de las emociones resulta una tarea compleja, que debe ser realizada de
forma delicada y sistemática.

Luego de haber entendido la historia de la psicología de las emociones se puede


agrupar todos estos estudios en dos corrientes principalmente, unas son las teorías sobre
la sensación que pretenden individualizar a las emociones por su contenido fenomenal
subjetivo y las teorías cognitivas de la emoción, que pretenden individualizar a las
emociones únicamente por las actitudes proposicionales. Ambas corrientes se ven
deficientes a la hora de elaborar una teoría de las emociones única y completa ya que los
que defienden la teoría de la sensación se olvidan de que existen emociones complejas por
un lado y reducen cada emoción a una sensación de cambios fisiológicos sin importar la
significación o su presencia en la patología por otro. Y las teorías cognitivas omiten el hecho
de que no toda emoción es consciente y que incluso los niños pueden sentir emociones a
pesar de que no tienen desarrollado los circuitos de la intención, deseos y creencias en su
plenitud.

Sin embargo, para no volver a cometer los mismos errores de estas dos corrientes
es necesario contestar o intentar contestar a las interrogantes planteadas por Zinc y Newen
sobre ¿Cuál es la clasificación de las emociones? ¿Qué tipo de fenómeno mental son las
emociones?, y ¿Cuál es la naturaleza de las emociones? para tener una mejor comprensión
y uniformidad sobre lo que se está hablando.

Antes de contestar a las preguntas planteadas es necesario hacer una


diferenciación entre las variables intrínsecas de la emoción, es decir, el afecto, el humor y
el sentimiento principalmente, para lograr obtener un lenguaje único, uniforme y
comprensible para las emociones. Young (1961) (en Kleinginna and Kleinginna, 1981)
describe una variedad de procesos afectivos, pero afirma que la emoción es una sola, que
se caracteriza por ser aguda, intensa y de orden disruptivo (disturbing) aunque
posteriormente habla sobre el efecto organizador y de adaptación de las emociones,
aspecto que afirma no es bien comprendido pero que debe tener un papel esencial o de lo
contrario las emociones habrían sido extinguidas por procesos evolutivos. Este mismo autor
introduce la distinción conceptual y funcional de distintos componentes de la emoción. Los
criterios que utiliza para distinguir entre los sentimientos, afectos, emociones y humor,
incluye la fuente de estimulación, intensidad, duración, disrupción, la participación cognitiva
y presencia de patología.

Tradicionalmente, los sentimientos se han definido como la experiencia subjetiva


primaria, que constituyen la base para los procesos más complejos llamados emoción
(Izard, 1971). Por otro lado, Palmero, Guerrero, Gómez y Carpi (2006) distinguen que
sentimiento requiere la toma de conciencia de la emoción mientras que la emoción está
adscrita al procesamiento emocional que no necesariamente debe ser consciente y que
pertenece a todos los organismos que poseen una estructura funcional base. El sentimiento
permite la percepción o duración en el tiempo de una emoción. En cambio, la emoción
corresponde con una respuesta multidimensional con connotaciones adaptativas que suele
ser muy breve, muy intensa y temporalmente asociada con un estímulo desencadenante
actual, tanto externo como interno, esto es, hace referencia a una relación concreta del
sujeto con su ambiente en el momento presente. La emoción es un proceso anterior a la
consciencia, ya que ésta es un producto de la propia evolución, que aparece cuando el
cerebro adquiere la suficiente capacidad de desarrollo (Palmero, Guerrero, Gómez y Carpi,
2006).

Por otro lado, el afecto es considerado por estos mismos autores desde un punto de
vista filogenético y ontogenético, el más primitivo. El afecto posee tono o valencia, que
puede ser positiva o negativa, e intensidad, que puede ser baja o alta. El afecto tiene que
ver con la preferencia; permite el conocimiento del valor que tienen para el sujeto las
distintas situaciones a las que se enfrenta. El afecto representa en alguna medida la esencia
de la conducta, entendida ésta en la formulación más elemental de aproximarse a lo que
gusta, gratifica o satisface, y de alejarse de aquello que proporciona las consecuencias
opuestas (Palmero, Guerrero, Gómez y Carpi, 2006). Y humor viene a ser lo que perdura
en el tiempo, También implica la existencia de tono e intensidad. El humor, además, denota
la existencia de un conjunto de creencias acerca de la probabilidad que tiene el sujeto de
experimentar placer o dolor en el futuro.

Otra fuente de desacuerdo o divergencia en el campo de la emoción tiene que ver


con el número y tipo de componentes que conforman el proceso emocional. Al entender
esto se puede llegar a contestar las preguntas planteadas.
En esta forma de entender la emoción, se considera la relevancia de la unión entre
la elicitación de un proceso emocional y las respuestas derivadas del mismo, teniendo en
cuenta que lo que éstas sean depende del proceso de valoración (appraisal) que realice la
persona sobre la situación o estímulo que elicita el proceso emocional. En este orden de
cosas, algunos autores (Smith, 1989; Izard, Kagan y Zajonc, 1990; Scherer, 1992, 2000)
(citados en Palmero, Guerrero, Gómez y Carpi, 2006) ponen de relieve que son 3 los
aspectos o componentes en los que existe mayor coincidencia entre las diversas teorías de
la emoción: 1) neurofisiológico y bioquímico, 2) motor o conductual-expresivo y 3) subjetivo
experiencial. Por lo que respecta al componente neurofisiológico-bioquímico, es relevante
el papel de los neurotransmisores, así como la actividad del sistema nervioso autónomo y
sistema nervioso central. Por lo que respecta al componente motor o conductual-expresivo,
que puede ser considerado el más conocido, tiene una especial importancia la expresión
facial, aunque los aspectos que implican acciones posturales, gestuales y de entonación de
la voz son también dignos de tener en cuenta. Por lo que respecta al componente subjetivo-
experiencial, suscita bastante controversia, ya que, muchas veces, la cuestión importante
es determinar si se trata de un estado de sentimiento, de un tipo especial de proceso
cognitivo, o una combinación de sentimiento y cognición (Palmero, Guerrero, Gómez y
Carpi, 2006). A continuación se desarrolla con más profundidad estos tres aspectos.

El primer aspecto tiene que ver con la consideración de la existencia de un número


mayor o menor de emociones, así como con los criterios que se utilizan para entender su
ocurrencia. Las aproximaciones a la naturaleza de la emoción sugieren la existencia de
emociones fundamentales o básicas que tienen connotaciones adaptativas. Dentro de esta
consideración categorial de la emoción, la investigación también se ha decantado hacia la
localización neuroanatómica diferencial de cada una de las emociones particulares. De
hecho, como indica Panksepp (1992), la clave para entender la emoción es considerar que
el número de las emociones básicas, así como su diferenciación, se encuentran
determinados por los circuitos neurales evolutivamente desarrollados. Cada emoción
básica se produce por la activación neural de un circuito específico

Por otra parte, la mayoría de las tipologías de las emociones distinguen entre las
emociones básicas y no básicas (Damasio, 1994; 2000, Charland, 1997, Ekman, 1972;
1984, Plutchnik, 1962, Izard, 1994), algunos clasifican las emociones a lo largo de un
espacios uni o multi-dimensional, tales como agradable-desagradable, la relajación/la
atención y la excitación de máximos y mínimos (Wundt, 1896 para las tres dimensiones),
positivo o refuerzo negativo (Rolls, 1998), modelos de componentes (Arnold, 1960; Scherer,
1984) o modelos de circuito (Ekman, 1984; Panksepp, 1998) que explican las emociones
como circuitos neuronales evolutivamente desarrollados (citados en Palmero, Guerrero,
Gómez y Carpi, 2006).

Alexandra Zinck y Albert Newen (2007) sugieren a las emociones como una
subclase de estados mentales que están determinadas por su papel funcional. Clasifican a
las emociones de acuerdo a cuatro etapas de desarrollo. En esta clasificación las
emociones se convierten en más complejas de acuerdo a cuanto aumentan los factores
relevantes que constituye cada emoción, especialmente en relación con el contenido
cognitivo de las etapas tres y cuatro:

1. Pre-emociones, como estados de expresión de la emoción no enfocados,


que no son programas biológicos de reacción refleja, sino que se refieren a
un programa de comportamiento expresivo de interacción. Las dos pre-
emociones más relevantes pero que todavía no son específicas y
reconocidas como reacciones emocionales son la comodidad y la
incomodidad. La etapa pre-emocional permite a un niño hacer una simple
distinción (positiva-negativa) en la evaluación general de una situación dada.
En las propiedades de la respuesta emocional se exhibe: la activación
fisiológica, la evaluación automática, la expresión fisonómica, la sensación
de la emoción, la orientación interactiva que permite reacciones más flexibles
a las situaciones más demandantes que las de la sensación de estados del
cuerpo.
2. Emociones básicas, que no requieren un procesamiento consciente de los
estímulos. La necesidad de introducir una clase de emociones que funcionan
sin los procesos cognitivos se basa en los hallazgos hechos sobre las dos
maneras diferentes de procesamiento emocional del miedo, la ruta ventral, a
través del circuito límbico y la ruta dorsal a través de la corteza cerebral
(LeDoux, 1996), por otra parte, la exclusión de la cognición compleja permite
reacciones más rápidas, aunque menos variadas a situaciones de
supervivencia. Las emociones básicas están caracterizadas por cambios
coordinados, automatizados y complejos. En ellos se establece una compleja
interacción de cambios de expresiones faciales, reacciones fisiológicas
(respuestas musculo-esqueléticos, endócrinos, del sistema nervioso
autonómico), y cambios de expresiones vocales. Estos son a corto plazo, las
respuestas son muy estereotipadas e implican poco procesamiento cognitivo
con especial atención a la situación actual. Para estas emociones básicas la
diferencia entre los individuos y las culturas es mínima ya que son también
llamados programas básicos y estos programas básicos de respuesta
emocional deben ser los evolutivamente más antiguos (Damasio, 1994,
2003; LeDoux, 1996; Panksepp, 1992). Zinc y Newen proponen cuatro tipos
de emociones básicas (miedo, ira, alegría y tristeza) que son
sistemáticamente diferenciadas de las emociones más complejas durante el
desarrollo emocional. La clasificación distingue entre emociones básicas y
no básicas y considera múltiples factores como cognitivos, experienciales,
fisiológicos y de comportamiento considerados como pertinentes para la
constitución de una emoción.
3. Emociones cognitivas primarias, constituyen la primera etapa de las
emociones en el que un conjunto mínimo de contenido cognitivo está
presente en el patrón emocional. El contenido cognitivo ya es un componente
esencial de la emoción y es una parte importante de la causa de la conducta
que se desencadena por la emoción y el contenido cognitivo juega un
importante papel explicativo de la conducta causada por la emoción. Este
contenido cognitivo puede dar cuenta de las variaciones culturales de las
emociones. Estas son extensiones de los programas básicos.
4. Emociones cognitivas secundarias. Requieren de una mini-teoría como un
elemento constitutivo del patrón de la emoción, además de las
características experienciales, conductuales y fisiológicas. Una mini-teoría
incluye un concepto del sí mismo (Lewis, 1992), así como una evaluación
cognitiva de una situación, las creencias acerca de las relaciones sociales
concretas de los individuos, así como sobre general las normas sociales
(Stipek, Recchia, y McClintic, 1992), y las expectativas o esperanzas sobre
el futuro dada la situación (Zinck y Newen, 2007).

Por otro lado, defienden que las emociones presentan una diversidad de elementos
entre ellas son las (a) características fisiológicas: la activación y expresión fisiológica y
fisonómica o dicho de otro modo, la evaluación automática, el procesamiento neural en los
circuitos límbicos del cerebro, (b) el hecho fenomenal, una sensación subjetiva cualitativa,
(c) características cognitivas, antecedentes cognitivos y desencadenantes, (d) un objeto
intencional; y (e) las características de comportamiento, las tendencias de acción.

Y aportan con la conclusión de que las emociones básicas se caracterizan


principalmente por los aspectos de sentimiento, mientras que un componente de actitud o
proposicional se considera como una parte relevante del patrón de las emociones
complejas.

Así mismo, estos autores hablan sobre la naturaleza de las emociones.


Conceptualizan y distinguen tres tipos de fenómenos mentales: (1) las representaciones
mentales básicas, (2) las emociones, y (3) las actitudes cognitivas.

En el nivel básico de las representaciones mentales se distinguen los fenómenos


mentales que son relevantes para registrar las situaciones concretas en el mundo (la
percepción), los fenómenos mentales que constituyen las condiciones de fondo para el
registro de todo el mundo (básico y disposiciones mentales), y los que registran un estado
corporal e iniciar una reacción inmediata, instintiva de comportamiento que asegura la
supervivencia (sensación del estado del cuerpo) (Zinck y Newen, 2007)

En el siguiente nivel, las emociones las que están caracterizadas por un gran
conjunto de diferentes propiedades:

a) Una evaluación automática que se ajusta a: un rápido inicio de acción, de


corta duración, y por lo general de ocurrencia espontánea;
b) distintas reacciones fisonómicas y fisiológicas;
c) cogniciones distintivas: pensamientos, recuerdos, imágenes;
d) una experiencia subjetiva distintiva,
e) una orientación interpersonal/interactiva; y
f) las características propias de comportamiento y de motivación (Ibíd.).

A pesar de la gran o poca cantidad de emociones, ellas comparten una serie de


funciones generales. Ellas se caracterizan por incluir una valoración extraordinariamente
codificado del medio ambiente o el sistema cognitivo en sí, una preparación (motivación)
para la acción por la obtención de cambios fisiológicos, una típica expresión (expresión
facial, gestos, vocalizaciones, etc.) que es principalmente automática, a veces instintiva que
indica la emoción en sí y la disponibilidad de acción hacia el otro sujeto (que contribuyen a
la interacción), que permiten una flexibilidad de respuesta de comportamiento que puede
ser que incrementarán de acuerdo con el grado de contenido cognitivo en cuestión. El
comportamiento causado por una emoción también puede variar de acuerdo a las
experiencias y se ajustan deliberadamente a una situación.

Y las actitudes cognitivas son los estados mentales cognitivos con el contenido
proposicional (por ejemplo, deseos, creencias). (Ibíd).

El segundo punto de divergencia el tipo de fenómeno que son las emociones, tiene
que ver con los determinantes de las funciones sociales de la emoción. Esto es, la eventual
relevancia de la biología y la cultura a la hora de entender las características esenciales de
la expresión emocional, considerada ésta en cualquiera de sus posibles manifestaciones.
Es de suma relevancia la atención que se ha venido dispensando a la expresión de la
emoción en forma de cambios faciales, corporales, en la entonación de la voz, etc.
(Palmero, Guerrero, Gómez y Carpi, 2006). Los estudios basados en la relación
emoción/comportamiento se enfocan a las respuestas externas emocionales observables.
Estas respuestas pueden incluir ciertos cambios en los músculos de la superficie del
esqueleto, la respiración, cambios vocales u otras estructuras que producen sonidos, el
pelo, los cuerpos capilares, secreciones de las glándulas (Kleinginna and Kleinginna. 1981).

Sin embargo, existe un nivel más amplio y complejo del porqué son necesarias las
emociones. Estas son importantes tanto funcionalmente como evolutivamente, tienen un
propósito de ser y de existir. Las emociones son importantes para el ejercicio de la razón.
Entre el sentir y el pensar, la emoción guía todas las decisiones, trabajando con la mente
racional y capacitando o incapacitando al pensamiento mismo. Del mismo modo, el cerebro
pensante desempeña un papel fundamental en las emociones, exceptuando aquellos
momentos en los que las emociones se desbordan y el cerebro emocional asume por
completo el control de la situación (Goleman, 2001).

Según Lazarus (1994) (en Espina y Ortego, 2002) las emociones constan de un
estado subjetivo, un impulso para actuar, así como de cambios corporales que preparan y
mantienen el afrontamiento de la situación desencadenante del estado emocional y un
lenguaje corporal que comunica esas emociones a los demás. Siguiendo ese
planteamiento, se puede hablar de tres componentes principales en las emociones:

1. Experiencia (cognitiva) que sirve para adaptarse cognitivamente y matizar las


cualidades de las emociones.
2. Cambios neurofisiológicos y endocrinos (físicos) que regulan la intensidad de la
emoción y la adaptación fisiológica.

3. Expresión emocional (social). Permiten la adaptación social y la comunicación del


estado emocional (Espia y Ortego, 2002).

La experiencia emocional se procesa a nivel cognitivo y su función es la adaptación


cognitiva y la discriminación de la cualidad de la emoción. A nivel neuroanatómico implica
la activación del sistema reticular autónomo (SRA) sobre el córtex y el sistema límbico. Los
cambios neurofisiológicos y bioquímicos tienen como función la adaptación fisiológica y la
regulación de la intensidad de la emoción, las estructuras neuroanatómicas implicadas son
el sistema reticular que activa el sistema nervioso autónomo (SNA), el hipotálamo, el
sistema límbico y el sistema endocrino, Sin embargo, esto será desarrollado con más
detalles en otro apartado.

Como se iba diciendo, la expresión emocional actúa en el nivel social y sus funciones
son la adaptación social y la comunicación de los estados emocionales. Así el desarrollo de
las expresiones emocionales implica la habilidad para producir diversas emociones y para
reconocer y discriminarlas en uno mismo y en los otros (Garrido, 2000) (en Espia y Ortego,
2002).

Darwin (1872/1965), así como varios otros autores (Izard, 1971; Ekman, 1971;
Lazarus, 1984) hacen particular hincapié en aspectos de la expresión emocional. Estas
expresiones pueden tener sentido para otros organismos por ejemplo una expresión facial
de enojo puede ser reconocido y respondido por otro organismo de una manera funcional.

Es necesario establecer estudios sobre la naturaleza de la conducta expresiva


emocional o qué tan bien otros (de distinta o misma especie) pueden leer, comprender e
interpretar este comportamiento emocional (Ekman, 1977) (en Kleinginna and Kleinginna.
1981). Ya que la respuesta emocional prepara el escenario para el comportamiento flexible
y distinguido dirigido hacia el medio ambiente en una situación más compleja. Las
emociones son los fenómenos identificados como evolutivamente más recientes (Darwin,
1872) con la gran ventaja de tratar situaciones más complejas por medio de la conducta
expresiva siendo útil para comunicar el estado, las expectativas, y la reacción-
probabilidades de un individuo.
Y el tercer punto más estudiado sobre las emociones se refiere a que la emoción es
una respuesta a la valoración de la significación. Kleinginna Y Kleinginna (1981) recolectan
varias categorías sobre definiciones afectivas, que hacen hincapié en cualquiera de los
sentimientos de excitación/depresión o de placer/displacer y aspectos cognitivos que
enfatizan en la evaluación o apreciación y/o etiquetado de los procesos emocionales.

Una buena definición de emoción es aquella que toma en cuenta todos los
fenómenos antes mencionados. Así Kleinginna and Kleinginna. (1981) definen a la emoción
como un conjunto complejo de interacciones entre los factores subjetivos y objetivos,
mediados por sistemas neuronales y hormonales, lo que pueden dar lugar a (a)
experiencias afectivas como sentimientos de excitación, placer/displacer; (b) generar
procesos cognitivos como los efectos de percepción emocional pertinentes, las
evaluaciones, los procesos de etiquetado, etc.; (c) activar ajustes fisiológicos generalizados
a las condiciones del umbral; y (d) llevar a un comportamiento frecuentemente, pero no
siempre, expresivo, dirigido a un objetivo, y de adaptación.

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