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Sin embargo, para poder estudiarlas y generar una psicología o teoría de las
emociones es necesario analizar estos cambios en las definiciones y concepciones que han
sufrido a lo largo del tiempo en el ámbito del estudio científico. Aunque la existencia de
muchos investigadores, científicos, psicólogos, neurocientíficos y filósofos interesados en
el estudio de las emociones es amplio, no es necesario citarlos a todos y cada una de sus
teorías, experimentos e hipótesis, sin embargo, si es necesario nombrar a aquellos que
fueron considerados los más influyentes.
Hasta la fecha, la clasificación más detallada que se conoce ha sido realizada por
Kleinginna y Kleinginna (1981) quienes recopilan hasta 101 definiciones del concepto de
emoción, conseguidas a partir de diccionarios de psicología, textos de emoción, motivación,
psicología fisiológica e introducción a la psicología. Han encontrado un aumento
estadísticamente significativo en las definiciones que consideran los múltiples aspectos que
constituye el proceso emocional desde 1970, así como el aumento al mencionar lo afectivo
y los componentes cognitivos de la emoción. Por lo que una de las conclusiones que
proponen se refiere al hecho de que el estudio de las emociones se debe llevar a cabo
considerando los factores subjetivos, los factores ambientales o desencadentantes, los
procesos hormonales/neurales, los aspectos disruptivos que provocan, los aspectos
motivacionales, los aspectos cognitivos y los aspectos de respuesta (Kleinginna y
Kleinginna, 1981). De igual manera hay mucho desacuerdo respecto a qué tipo de
fenómenos mental son las emociones, la forma de clasificar los diferentes tipos de
emociones y también cuál es la naturaleza de las emociones (Zinck y Newen, 2007). Por lo
que el estudio de las emociones resulta una tarea compleja, que debe ser realizada de
forma delicada y sistemática.
Sin embargo, para no volver a cometer los mismos errores de estas dos corrientes
es necesario contestar o intentar contestar a las interrogantes planteadas por Zinc y Newen
sobre ¿Cuál es la clasificación de las emociones? ¿Qué tipo de fenómeno mental son las
emociones?, y ¿Cuál es la naturaleza de las emociones? para tener una mejor comprensión
y uniformidad sobre lo que se está hablando.
Por otro lado, el afecto es considerado por estos mismos autores desde un punto de
vista filogenético y ontogenético, el más primitivo. El afecto posee tono o valencia, que
puede ser positiva o negativa, e intensidad, que puede ser baja o alta. El afecto tiene que
ver con la preferencia; permite el conocimiento del valor que tienen para el sujeto las
distintas situaciones a las que se enfrenta. El afecto representa en alguna medida la esencia
de la conducta, entendida ésta en la formulación más elemental de aproximarse a lo que
gusta, gratifica o satisface, y de alejarse de aquello que proporciona las consecuencias
opuestas (Palmero, Guerrero, Gómez y Carpi, 2006). Y humor viene a ser lo que perdura
en el tiempo, También implica la existencia de tono e intensidad. El humor, además, denota
la existencia de un conjunto de creencias acerca de la probabilidad que tiene el sujeto de
experimentar placer o dolor en el futuro.
Por otra parte, la mayoría de las tipologías de las emociones distinguen entre las
emociones básicas y no básicas (Damasio, 1994; 2000, Charland, 1997, Ekman, 1972;
1984, Plutchnik, 1962, Izard, 1994), algunos clasifican las emociones a lo largo de un
espacios uni o multi-dimensional, tales como agradable-desagradable, la relajación/la
atención y la excitación de máximos y mínimos (Wundt, 1896 para las tres dimensiones),
positivo o refuerzo negativo (Rolls, 1998), modelos de componentes (Arnold, 1960; Scherer,
1984) o modelos de circuito (Ekman, 1984; Panksepp, 1998) que explican las emociones
como circuitos neuronales evolutivamente desarrollados (citados en Palmero, Guerrero,
Gómez y Carpi, 2006).
Alexandra Zinck y Albert Newen (2007) sugieren a las emociones como una
subclase de estados mentales que están determinadas por su papel funcional. Clasifican a
las emociones de acuerdo a cuatro etapas de desarrollo. En esta clasificación las
emociones se convierten en más complejas de acuerdo a cuanto aumentan los factores
relevantes que constituye cada emoción, especialmente en relación con el contenido
cognitivo de las etapas tres y cuatro:
Por otro lado, defienden que las emociones presentan una diversidad de elementos
entre ellas son las (a) características fisiológicas: la activación y expresión fisiológica y
fisonómica o dicho de otro modo, la evaluación automática, el procesamiento neural en los
circuitos límbicos del cerebro, (b) el hecho fenomenal, una sensación subjetiva cualitativa,
(c) características cognitivas, antecedentes cognitivos y desencadenantes, (d) un objeto
intencional; y (e) las características de comportamiento, las tendencias de acción.
En el siguiente nivel, las emociones las que están caracterizadas por un gran
conjunto de diferentes propiedades:
Y las actitudes cognitivas son los estados mentales cognitivos con el contenido
proposicional (por ejemplo, deseos, creencias). (Ibíd).
El segundo punto de divergencia el tipo de fenómeno que son las emociones, tiene
que ver con los determinantes de las funciones sociales de la emoción. Esto es, la eventual
relevancia de la biología y la cultura a la hora de entender las características esenciales de
la expresión emocional, considerada ésta en cualquiera de sus posibles manifestaciones.
Es de suma relevancia la atención que se ha venido dispensando a la expresión de la
emoción en forma de cambios faciales, corporales, en la entonación de la voz, etc.
(Palmero, Guerrero, Gómez y Carpi, 2006). Los estudios basados en la relación
emoción/comportamiento se enfocan a las respuestas externas emocionales observables.
Estas respuestas pueden incluir ciertos cambios en los músculos de la superficie del
esqueleto, la respiración, cambios vocales u otras estructuras que producen sonidos, el
pelo, los cuerpos capilares, secreciones de las glándulas (Kleinginna and Kleinginna. 1981).
Sin embargo, existe un nivel más amplio y complejo del porqué son necesarias las
emociones. Estas son importantes tanto funcionalmente como evolutivamente, tienen un
propósito de ser y de existir. Las emociones son importantes para el ejercicio de la razón.
Entre el sentir y el pensar, la emoción guía todas las decisiones, trabajando con la mente
racional y capacitando o incapacitando al pensamiento mismo. Del mismo modo, el cerebro
pensante desempeña un papel fundamental en las emociones, exceptuando aquellos
momentos en los que las emociones se desbordan y el cerebro emocional asume por
completo el control de la situación (Goleman, 2001).
Según Lazarus (1994) (en Espina y Ortego, 2002) las emociones constan de un
estado subjetivo, un impulso para actuar, así como de cambios corporales que preparan y
mantienen el afrontamiento de la situación desencadenante del estado emocional y un
lenguaje corporal que comunica esas emociones a los demás. Siguiendo ese
planteamiento, se puede hablar de tres componentes principales en las emociones:
Como se iba diciendo, la expresión emocional actúa en el nivel social y sus funciones
son la adaptación social y la comunicación de los estados emocionales. Así el desarrollo de
las expresiones emocionales implica la habilidad para producir diversas emociones y para
reconocer y discriminarlas en uno mismo y en los otros (Garrido, 2000) (en Espia y Ortego,
2002).
Darwin (1872/1965), así como varios otros autores (Izard, 1971; Ekman, 1971;
Lazarus, 1984) hacen particular hincapié en aspectos de la expresión emocional. Estas
expresiones pueden tener sentido para otros organismos por ejemplo una expresión facial
de enojo puede ser reconocido y respondido por otro organismo de una manera funcional.
Una buena definición de emoción es aquella que toma en cuenta todos los
fenómenos antes mencionados. Así Kleinginna and Kleinginna. (1981) definen a la emoción
como un conjunto complejo de interacciones entre los factores subjetivos y objetivos,
mediados por sistemas neuronales y hormonales, lo que pueden dar lugar a (a)
experiencias afectivas como sentimientos de excitación, placer/displacer; (b) generar
procesos cognitivos como los efectos de percepción emocional pertinentes, las
evaluaciones, los procesos de etiquetado, etc.; (c) activar ajustes fisiológicos generalizados
a las condiciones del umbral; y (d) llevar a un comportamiento frecuentemente, pero no
siempre, expresivo, dirigido a un objetivo, y de adaptación.