A. Cristo murió para redimirnos de la muerte eterna
(condenación), 1 Tes. 4:13.
Nota: La iglesia de Tesalónica ignoraba verdades
acerca de lo que sucedía cuando un cristiano moría… y por eso había suma tristeza cuando la muerte llegaba a uno de ellos, y se ponían “como los otros que no tienen esperanza”, pues nosotros tenemos una bendita y segura esperanza:
La muerte es un paso a la eternidad con Cristo para
siempre, porque hemos alcanzado vida eterna aquí en la tierra por la fe en Jesucristo nuestro Señor, pues está escrito: “todo aquel que en él creyere, no vendrá a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida”.
B. Cristo murió y resucitó, y todos los que han muerto
en Cristo también resucitarán, 1 Tes. 4:14. Nota: Cristo venció, la muerte y el hades no lo pudieron retener, y les quitó su autoridad, por eso dice: “Cristo venció por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es al diablo” y todos los muertos en Cristo, también experimentarán esa victoria.
II. EL ARREBATAMIENTO ES FUNDAMENTO ESENCIAL
DE NUESTRA FE, 1 Tes. 4:15-17.
A. En un principio Cristo descenderá hasta las nubes.
Nota: Es necesario distinguir aquí que Cristo vendrá
hasta las nubes primero a encontrarse con su novia la Iglesia, y luego se desarrolla su “segunda venida” al pararse en el monte de los olivos para salvar a Israel del ejército del Anticristo, y viene a establecer su Reino.
B. Los resucitados en Cristo y los cristianos vivos
seremos arrebatados al cielo.
Nota: La palabra “arrebatados” del griego “arpazo”
traduce también: tomar por la fuerza, atacar, apoderarse, asir rápidamente. Nos habla entonces de una toma veloz y con fuerza.
C. Dios otorgará a sus hijos un cuerpo nuevo,
glorificado semejante al de Cristo resucitado.
Nota: Recordemos que en Génesis se nos dice que
Dios hizo al hombre a Su imagen y semejanza, pero el pecado dañó, distorsionó esa semejanza. Pero Cristo, el postrer Adán vino a recuperar lo que el hombre perdió, y por eso de Dios recibiremos un cuerpo semejante al suyo, recuperaremos esa gloriosa semejanza.
1 Corintios 15: 51- 53 nos habla de cuerpos
incorruptibles e inmortales, porque para habitar en la ciudad de Dios, para habitar delante de su gloria se requiere una naturaleza nueva, es decir celestial, pues la naturaleza misma nos enseña: los vestidos y la naturaleza del cuerpo son acordes con el lugar donde habitan. Una cosa es vivir en la tierra, otra es vivir en el cielo. Veamos 1 Juan 3:2, “seremos semejantes a él” entonces recuperaremos nuestra semejanza a Dios, “porque le veremos tal como él es”, entonces cuanto más miras a Jesús, más te pareces a él, por eso Dios nos manda a buscar Su rostro.
Cuando tu visión es Jesús todo tu ser quiere ser más
como él, Su presencia tiene el poder de transformarte. Sí los satanistas cada vez se parecen más a diablo, pues nosotros cada vez debemos parecernos más a Dios.
D. Se tocará la trompeta de convocación y reunión.
Nota: En el A.T. en Israel se tocaba la trompeta para
reunir al pueblo, para formar para la batalla, para que el rey les hablara, para informar una nueva ley, o para mover los campamentos cuando andaban por el desierto.
En Apocalipsis siete ángeles tocarán siete trompetas,
pero éstas serán para desatar terribles juicios sobre la tierra en la gran tribulación… Aquí será tocada una trompeta, según 1 Tes. 4:16, podemos concluir que El Señor da la orden para el toque, un arcángel tocará la trompeta, y a causa de esto los muertos oirán y se levantarán y luego los demás serán arrebatados.
Recordemos que Jesús llamó a Lázaro quien había
muerto y éste oyó y obedeció saliendo del sepulcro, Jesús le habla a las siete iglesias de Apocalipsis y a todas les dice: “el que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.
Nuestro oído se entrena al llamado de Dios
escuchando Su palabra en la iglesia, escuchando al Espíritu Santo, y “esos” oirán el sonido de la trompeta y responderán al llamado de su Señor reuniéndose con él en el aire, la novia se encontrará con su Novio y éste la llevará a su casa…
III. ES UNA VERDAD QUE NOS ALIENTA Y
AFIRMA.
A. 1 Tes. 4:18. B. 1 Cor. 15:57-58.
Nota: Cristo nos da victoria sobre la muerte, Cristo
vuelve por nosotros, sé fiel, vive una vida agradable a Dios, ejercita tu oído, no permitas que se llene de impurezas, o se vuelva pesado para oír a Dios, obedece, permanece firme y constante, creciendo en el Señor y sirviéndole, porque él tiene para ti recompensa, pues no le seguimos y servimos en vano.
Cristo te quiere bendecir aquí y en el cielo, prepara tu
vida, Cristo vuelve, un día él descenderá hasta las nubes, dará la orden, el arcángel tocará la trompeta y la recompensa más grande no será material, ni la corona que recibiremos, la mayor recompensa será estar para siempre con el Señor.