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RESEÑAS

modelos educativos y culturales presentes cristianos: «Mientras en el diálogo con el


en la ciudad de Roma en torno al año 150 mundo gentil buscas afanosamente todos
d.C. Se ponen también de manifiesto los los puntos posibles de encuentro y en el
principales intereses de San Justino, su diálogo con el judaísmo mantienes al me-
trabajo como filósofo en particular. En el nos ciertos consensos mínimos, cuando te
capítulo 2º se recogen en forma de juicio refieres a otras maneras cristianas de pen-
las acusaciones que se hacían contra los sar diferentes a la tuya sacas los aspectos
cristianos en aquel tiempo, tanto por parte más beligerantes y agrestes de tu propia
del pueblo, como de los intelectuales paga- personalidad, destruyendo cualquier posi-
nos y las autoridades imperiales, así como bilidad de comunicación, no sólo con los
la apología que San Justino hace frente a judeocristianos, a los que reduces a una
ellas. El capítulo 3º plantea en forma de condición de gueto, sino sobre todo con
diálogo, un género muy apreciado en la los que denominas ‘herejes’» (p. 335). Pero
antigüedad grecorromana, las conflictivas al mismo tiempo le reconoce la inmensa
relaciones entre el cristianismo y el judaís- influencia y el aporte decisivo que ha su-
mo en el siglo ii. El capítulo 4º tiene como puesto San Justino para autores cristianos
objetivo recuperar la obra perdida de San posteriores como San Ireneo, que recupe-
Justino titulada Syntagma o «Tratado sobre ró su propuesta de plan divino (economía) y
todas las herejías», que recogía las dispu- rescato su enfrentamiento con el gnosticis-
tas entre las diversas corrientes cristianas mo; Clemente de Alejandría, que continuó
presentes en la Roma del segundo siglo. el diálogo fe-cultura, incidiendo en la con-
Finalmente, en el capítulo 5º, que lleva cepción del cristianismo como verdadera
por título «Justino y yo», el Autor trata de filosofía; y Tertuliano, que asumió su estilo
«plasmar los implícitos con los que me he apologético en defensa del cristianismo.
acercado a esta figura tan importante para Se trata, por tanto, de un libro de lec-
el cristianismo del siglo ii y explicitar la tura muy amena, unida a un absoluto rigor
imagen que me queda de Justino después intelectual. Un acercamiento novedoso y
de haberlo estudiado» (p. 11). didáctico a los Padres de la Iglesia, escrito
El juicio final sobre Justino revela las y dirigido a todos los públicos.
luces y las sombras que aprecia el Prof.
Juan Antonio Gil-Tamayo
Rivas en el más insigne de los Apologistas
Universidad de Navarra

simeón el nuevo teólogo


Catequesis (i-x)
a cargo de Francisco Mª Fernández Jiménez, San Pablo («Clásicos del Oriente Cristiano»),
Madrid 2016, 284 pp.

La colección «Clásicos del Oriente Cris- piritualidad de la Iglesia oriental, sobre


tiano» nos ofrece la traducción al castella- todo en el campo de la mística entendida
no de parte de una de las obras de Simeón como unión con Dios. La importancia de
el Nuevo Teólogo, uno de los autores que este monje, encuadrado en el movimiento
más ha influido en la teología y en la es- de la teología monástica (siglos iv-xiv), se

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ha revitalizado mucho gracias a las edicio- de una época muy marcada por la relación
nes de sus obras en la colección «Sources del patriarcado de Constantinopla con la
chrétiennes», en los años sesenta y seten- sede de Roma, que desembocó, tras di-
ta. Francisco Mª Fernández, catedrático versas tensiones e incomprensiones, en la
de Literatura cristiana antigua y medieval ruptura entre las dos partes, en 1054.
en el Instituto Teológico San Ildefonso, Simeón nació en Paflagonia, al norte
de Toledo (centro agregado a la Facultad de Asia Menor. Pertenecía a la aristocracia
de Teología de la Universidad San Dáma- provincial. Recibió educación en Constan-
so, de Madrid), especialista en este autor tinopla, fue miembro del cuerpo de guar-
bizantino, nos brinda ahora una completa dia y admitido en el Senado. Durante un
introducción a su época, vida y obras, junto tiempo llevó una dura vida ascética y de
con la traducción a sus primeras diez Cate- oración, a la vez que llevaba a cabo sus
quesis (Discursos de catequesis). ocupaciones, en este caso llevando la di-
Simeón el Nuevo Teólogo (Jorge, an- rección de la casa de un patricio. A lo largo
tes de hacerse monje) vivió a caballo entre de su vida tuvo diversas visiones, una en
los siglos x-xi (949-1022), en una época 969. Intentó en varias ocasiones ingresar
especialmente interesante del Imperio en el Monasterio de Estudios, después de
bizantino, marcada, en parte, por la bri- las cuales su vida espiritual se relajó, hasta
llante política imperial llevada a cabo por que en 976 volvió a la vida fervorosa, debi-
Basilio  ii (emperador entre 976 y 1025) do en parte a una intervención divina y en
y, en parte, por lo que se conoce como parte a su director espiritual. En 977 entró
«primer humanismo bizantino». Res- por fin en Estudios, donde profundizó en
pecto a lo primero, tuvo que lidiar tanto la lectura de la Escala del paraíso, de Juan
luchas por el trono como luchas con los Clímaco, y tuvo una visión de los demo-
pueblos vecinos: árabes, armenios, búlga- nios. Allí siguió unas prácticas muy rígi-
ros, pechenegos, la república veneciana y das, bajo la dirección de Simeón Eulabes,
el emperador Otón. A esto debe añadirse su director espiritual. Tras una segunda
un crecimiento y desarrollo irregular en visión y los recelos de los demás monjes,
los diferentes ámbitos del Imperio: latino, fue expulsado. De allí, pasó al monasterio
eslavo y griego. En defensa de la sociedad de San Mamas, donde también llevó una
predominantemente rural, implantó una vida muy austera, y del que fue nombrado
política anti-aristocrática que no funcionó superior tras la muerte del higúmeno Anto-
bien del todo. Sí que hubo, por el contra- nio. En 980 fue ordenado sacerdote por el
rio, un auge de la industria y del comer- patriarca. En el monasterio promovió una
cio, aunque esto fue acompañado de un gran restauración tanto de la vida espiritual
gran crecimiento de la sociedad urbana como material. Fue allí donde escribió sus
y su concomitante incremento de pobla- Catequesis, con las que instruía a los monjes
ción depauperada. Respecto a lo segundo, sobre el cumplimiento de los mandamien-
parte del apogeo cultural correspondió a tos de Dios y para que avanzasen en la vida
un florecimiento de la mística (Pseudo- espiritual. Tuvo allí, además, una nueva vi-
Dionisio, Máximo el Confesor, Simeón, sión, en la que todo su cuerpo se convirtió
Calixto Catafigiotis), y de la filosofía pla- en una luz inmaterial, un cuerpo glorioso,
tónica (Miguel Psellos, Juan Ítalos). Des- y contempló la gloria de Dios. Renunció al
de el punto de vista eclesiástico, se trató cargo en 1005.

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Los años 1003-1009 de Simeón estuvie- Podría sintetizarse el pensamiento de


ron marcados por una disputa con Esteban Simeón en la afirmación de que la meta
de Nicomedia, metropolita de esa ciudad que debe alcanzar todo ser humano es su
y asistente del patriarca. Parece ser que propia divinización, llegando así al paraí-
una de las razones fundamentales fue el so celestial. En esta divinización se dan
culto que Simeón empezó a tributar a su dos movimientos: el primero, que la hu-
director espiritual. Simeón Eulabes, falle- manidad queda santificada mediante la
cido en torno a 987. En todo caso, hubo redención de Cristo; el segundo, el que
un enfrentamiento de modos de concebir cada individuo debe procurar mediante
la ciencia teológica: para Simeón, sólo los la recepción del bautismo, la Eucaristía y
que poseen el Espíritu pueden enseñar, y una vida pura. Aquí aparece la noción de
éste no se tiene sin tener consciencia del imperturbabilidad o impasibilidad, una
mismo. A esto se sumó el viejo litigio en- actitud dinámica del hombre que busca la
tre clero regular, los monjes y el secular. perfección con la ayuda de Dios, ya que
En 1009, Simeón fue exiliado a causa de la impasibilidad perfecta es una gracia de
sus ideas, y aunque, después de escribir un Dios. El modo de alcanzarla es el cumpli-
libelo de defensa, pudo volver, volvió a exi- miento de los mandamientos y el dominio
liarse voluntariamente, levantado otra co- de todo tipo de pasión, la compunción, la
munidad de monjes, en la que estuvo hasta huida o renuncia del mundo, el abandono
su muerte. de los placeres de la carne, el silencio, la
Simeón escribió sermones y cartas, los mortificación del cuerpo, la aspiración a
capítulos e himnos divinos. Entre sus ser- los bienes eternos y la lucha contra los de-
mones, se encuentran los 34 Discursos ca- monios. Esta imperturbabilidad que lleva a
tequéticos (o Catequesis), obra realizada en la divinización nos hace conocer a Dios de
San Mamas, entre 980 y 1005, casi toda una manera diferente al conocimiento hu-
ella como instrucción ante los monjes. En mano, un conocimiento de la luz de Dios
estas catequesis exponía los puntos centra- que el ser humano tiene conscientemente;
les de la práctica monástica, caracterizada si no es consciente, es que no lo posee.
por una rigurosa ascesis. Son textos co- Es muy bienvenida, por tanto, esta ex-
loquiales, llenos de similitudes de la vida celente traducción de las diez primeras Ca-
cotidiana, de extensión muy desigual y de tequesis de Simeón el Nuevo Teólogo (he-
agradable lectura. Otra de sus obras, los cha a partir de la edición crítica de Basile
Discursos de los escritos, será una revisión de Krivochéine y Joseph Paramelle), llevada
adaptación y sistematización de estas ca- a cabo por un experto en el autor y en su
tequesis para el gran público. En otras de obra, y que hace accesible al gran público
sus obras, los Tratados éticos, se encuentra una de las obras más importantes de la es-
la afirmación de que el conocimiento de piritualidad bizantina.
Dios viene a través de la experiencia y no Juan Luis Caballero
del estudio. Universidad de Navarra

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