El impacto

humano

Evaluación de
Impacto
Ambiental II

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Principales presiones humanas
sobre los ecosistemas.
Generalidades
Como ya se ha afirmado, las actividades humanas o antropogénicas, con el
solo hecho de realizarse, tienen algún tipo de impacto sobre el ecosistema.
El desafío de los responsables de llevar adelante los procedimientos de
Evaluación de Impacto Ambiental es que ese impacto, en caso de ser de
tipo negativo, esté siempre dentro del rango de aceptabilidad, y que su
magnitud sea perfectamente justificable contrapuesta a los beneficios
globales provocados con la puesta en marcha de la actividad o proyecto, ya
sea en calidad de vida o en aporte de beneficios sociales directos o
indirectos.

A medida que las poblaciones crecen y que crece su consumo, también lo

hacen las demandas de recursos impuestas a los ecosistemas y el impacto
de la huella ecológica producida. Como ya hemos establecido, los recursos
naturales no tienen una disponibilidad infinita. El impacto ambiental a nivel
planetario de las acciones antropogénicas o actividades humanas, son ya
inocultables y de consecuencias que ya exceden la duración de la vida de
quienes los han provocado: la calidad del aire y del agua está cada vez más
comprometida, los océanos están sobre- explotados por encima de su
capacidad de generación de biomasa desde hace décadas, las plagas y las
enfermedades se extienden más allá de sus fronteras históricas llegando a
regiones nunca afectadas anteriormente, y la deforestación indiscriminada
está produciendo pérdida irreversible de suelos por desertificación o usos
incompatibles y la falta de cubierta vegetal está aumentando en gravedad
y frecuencia los eventos de inundaciones agua abajo en las cuencas de
numerosos ríos.

Son ya visibles los graves efectos de un cambio climático velocísimo en

términos de posibilidades adaptativas de las diversas especies, que si bien
forma parte de las fluctuaciones naturales del clima a lo largo de la
evolución del planeta, es cada vez más evidente que se desencadena con
una velocidad nunca ocurrida en periodos previos de calentamiento global,
y esto no puede ser ajeno a la acción de las actividades antropogénicas,
que han inyectado cantidades enormes de dióxido de carbono y otros
gases de efecto invernadero en la atmósfera. Esta inyección de gases en la
atmósfera en un breve término de 200 años de actividad industrial no tiene
precedentes en la historia planetaria, y estamos comenzando a pagar las
consecuencias en cambios del clima cuyos alcances aún no están claros,

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pero se van acelerando al mismo ritmo que se incrementan las emisiones
sumadas de los complejos industrial y de transporte basados en la
combustión de hidrocarburos que alimentan la matriz energética de la
humanidad en un 75-80%. El carbono secuestrado a lo largo de millones de
años está siendo liberado a la atmósfera sin freno ni control eficaz alguno.

La sumatoria de estos eventos ha provocado que, en una conservadora

aproximación cuantitativa, según datos presentes en diversos informes de
PNUMA, un 40-50% de la superficie terrestre libre de hielo ha sido
fuertemente transformada o degradada por actividades antropogénicas,
habiendo perdido gran parte de la capacidad de los suelos para generar
biomasa, ya sea por fenómenos de desertificación o por pérdida y
degradación de la capa fértil de los suelos, 65% de los recursos pesqueros
marinos están sobreexplotados o llegaron a su límite, el dióxido de carbono
presente en la atmósfera se ha incrementado más de un 30% desde el
inicio de la industrialización (con mayor intensidad en los últimos 100
años), y casi 25% de las especies de la Tierra se extinguieron en los últimos
dos mil años, aumentando en los últimos dos siglos de manera
exponencial, desde el año 1993 se calcula que se extinguen unas 30.000
especies por año. Para encontrar en la historia biológica del planeta un
evento de extinción de especies de una magnitud comparable, debemos
remontarnos a la gran extinción de fines del período ordocívico, hacen 440
millones de años en el que se extinguieron el 25% de las especies (un
cambio climático extremo, combinado con cambios de acidez de los
océanos y modificaciones masivas en la composición atmosférica) o al
evento de fines del período pérmico, hacen 245 millones de años, en el que
se extinguieron un 54% de las especies (una combinación de movimientos
tectónicos masivos con posibles impactos cometarios) (Elredge, 2001,
recuperado de: https://goo.gl/G7S79t).

Comparada con la que ya es llamada la Sexta Extinción, provocada

exclusivamente por la existencia y el impacto de las actividades de la
especie humana, con un clímax en el modelo de extracción y consumo de
recursos aplicado de manera intensiva en los últimos 200 años
denominado capitalismo, la extinción más promocionada, la que llevó a su
fin a los dinosaurios, ha quedado pequeña en significación y alcance
(producida por una serie de impactos cometarios y los cambios climáticos
resultantes, se extinguió el 17% de las especies, dentro de las cuales estaba
la totalidad de los dinosaurios) (Elredge, 2001, recuperado de:
https://goo.gl/G7S79t).

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Referencias
Elredge, N. (2001). La Sexta Extinción. En: ActionBiosciencie.org. Recuperado de:
http://www.actionbioscience.org/esp/nuevas-fronteras/eldredge2.html#primer