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¡Muchos son los llamados y pocos los escogidos!.

Reflexión.
En el Evangelio, según San Mateo, Jesús le dice a sus discípulos, en el capítulo
7, versos del 13 y 14:

13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso


el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;
14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida,
y pocos son los que la hallan.
En los versículos del 16 al 20, Jesús les habla de cómo debe ser el
hombre de todos los tiempos:
16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos,
o higos de los abrojos?
17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos
malos.
18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos
buenos.
19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
20 Así que, por sus frutos los conoceréis.

Muchos seres humanos de estos tiempos, han nacido engañados por el


diablo, y no desean renunciar al camino pecaminoso y destructor para
sí mismos, que han escogido.

Desde antes de nacer o ser concebidos, ya Dios tiene un proyecto para la


criatura que vendrá al mundo, ¡y!, ¿por qué nos apartamos de ese proyecto,
que es hacer el bien a los demás, honrar y glorificar a Dios sobre todas las
cosas y ser humildes y sanos de corazón.

El diablo, desde que fue expulsado del paraíso y la presencia de Dios, conoce
que el ser creado por Dios, poseía todos los Dones y Frutos del Santo Espíritu
de Dios, pero, también poseía la fragilidad de su Espíritu y que podía ser
engañado.
La tarea inmediata de satanás, fue engañar sutilmente, hasta lograr
corromper a la criatura creada por Dios.

El diablo, utilizó para ello, todas las acciones que trastornaran la mente
humana, porque con la mente corrompida, se corrompería el corazón del
hombre, y se inclinaría hacia el mal, que es un sendero fácil de encontrar.

El Padre Dios, al ver esto, envió a su Hijo Jesucristo (hombre y Dios a la vez,
sin mancha y sin pecado), a que se entregara como pecador a muerte para
redimir los pecados del hombre con el camino torcido por satanás.

En la actualidad, las Iglesias están llamando al arrepentimiento a toda la raza


humana, pero, el diablo tiene engañada a muchas personas con la mentira de
que no se van a salvar.

Afortunadamente la obra Evangelizadora de muchos cristianos de Antilla, ha


logrado apartar de los caminos del mal, a lugareños y de otros sitios de Cuba
y el mundo, que por sus errores caminaban directo al infierno.

Sin embargo, estos hermanos que buscan la salvación pacíficamente en la fe,


son calumniados y en ocasiones atacados verbal o físicamente por personas
del mundo.
Lo que esas personas del mundo no conocen es que Jesucristo, es el Hijo de
Dios, y Él dijo en el Evangelio, según San Juan 21, versos del 15 al 23: 15
Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de
Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que
te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos.
16 Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?
Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea
mis ovejas.
17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se
entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió:
Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta
mis ovejas.
18 De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas
a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te
ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras.
19 Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a
Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme.
20 Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba
Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le
había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?
21 Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste?
22 Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti?
Sígueme tú.
23 Este dicho se extendió entonces entre los hermanos, que aquel
discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si
quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti?.

Las Iglesias, están llamando hoy, pero, al parecer, pocos son los
escogidos. ¡Qué lástima, porque el mundo se está envenenando de la
maldad humana!, y si tú que lees esta reflexión, no te vuelves a
Jesucristo, pasarás a ser uno de esos engañados de hoy día.

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