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C.I: V-15.236.664
Tal como se ha visto, en la definición citada se aprecia que solo se expresan tres
formas de expresión de la voluntad del príncipe con carácter de ley, y excluye una
cuarta forma, los “mandata”, que según Vogel, en la época de Gayo no eran fuentes de
derecho, de carácter que adquieren posteriormente. Luego Peña Solís (2002) señala que
“desde el punto de vista lógico y también cronológico, solo se puede postular la
existencia del Derecho Constitucional como disciplina jurídica, después que los
Estados comienzan a ser regulados por un documento denominado Constitución”.
(p.158) Por lo antes señalado se recoge una doctrina denominada constitucionalismo.
Es por esto que no basta que la norma haya sido impuesta por el Poder de Imperio
que asume el Estado, sino que es para considerarla derecho, pues para merecer este
nombre, es menester que se adapte a la idea de justicia. Por otra parte, existen normas
obligatorias no impuestas por ninguna ley positiva, pero que surgen del derecho natural
o de la costumbre. Por consiguiente, la Carta Magna establece, en su artículo número
2, lo siguiente:
Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y
de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento
jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la
solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la
preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.
(p.10)
Es por ello, que el derecho tiene que ver con la fuerza, con la coacción, no es y
no debe ser sólo fuerza, sino que ha de ser justo. El mismo consiste, en parte de
legalidad, pero ni todo lo legal, por ser legal, es justo; ni lo justo es, por ello y sin más,
legal. Asimismo, la satisfacción efectiva de los fines del Derecho se realiza a través de
la tutela jurídica, para la realización de la paz social mediante la vigencia de las normas
jurídicas. Sin embargo, los fines del Derecho no consisten únicamente en la paz social,
son además los valores esenciales de la actual conciencia jurídica del mundo
occidental, la justicia, la seguridad, el orden y la libertad humana dentro del contexto
de cada realidad política y social.
Por lo antes expuesto, es que el derecho procura entonces no sólo la paz social,
sino que también es su objetivo el acceso efectivo a los valores jurídicos, siendo estos
y según la conciencia occidental la justicia, la seguridad, el orden y la libertad humana,
todo consagrado dentro del marco legal de cada Estado. De esta forma, se genera una
Tutela Judicial Efectiva; y la misma está compuesta por el libre acceso de los
ciudadanos a los órganos jurisdiccionales, la plena protección cautelar, la sustanciación
de un proceso debido conforme a las garantías procesales fundamentales, la correcta
aplicación del derecho y la efectiva ejecución de lo sentenciado.
En otro aspecto, se debe considerar lo expuesto por Sabino (2002), quien detalla
que la libre empresa “es un sistema económico en que los factores de la producción
están en manos de los privados y se utilizan para obtener beneficios para sus
propietarios, produciendo bienes y servicios que se venden directa o indirectamente a
los consumidores”. (p. 185) Es por eso que los dos rasgos principales de un sistema de
libre empresa lo constituyen la propiedad privada de los medios de producción y la
producción para el mercado, con el componente de riesgo e incertidumbre que esto
último implica.
Por lo antes expuesto, la norma establece que los consumidores tienen, derecho
a disponer de bienes y servicios de calidad, así como a una información adecuada y no
engañosa sobre el contenido y características de los productos y servicios que
consumen, a la libertad de elección y a un trato equitativo y digno. Además, en el
desarrollo de esta normativa constitucional se encuentra lo consagrado en la Ley de
Protección al Consumidor y al Usuario cuyo objetivo principal es la defensa, protección
y salvaguarda de los derechos e intereses de los consumidores y usuarios.