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Grupo: 201550_6
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Código 73266702
Profesor
Marzo 10 de 2019
Desarrollo de la actividad
R/. Teniendo en cuenta que la palabra virulencia se deriva del latín “virulentia” que
significa “dañino o tóxico”. Este término sirve para referirse a la naturaleza nociva y
patogénica de un virus, bacteria u hongo que determina su virulencia. Esta se encuentra
asociada al nivel de patogenicidad o la capacidad de generar daño de un microorganismo.
Es importante señalar que la virulencia de un patógeno mortal, resulta sencillo de medir, sin
embargo la virulencia de aquellos patógenos con efectos no perjudiciales resultan mucho
más complejos de evaluar, tal como sucede con la resistencia a los antibióticos.
Otro dato interesante es que la virulencia de un patógeno puede cambiar, en función del
hospedador, lo que puede ocasionar que un género de bacteria sea perjudicial para todos los
vertebrados, pero que una especie específica de esa bacteria resulte sumamente virulenta
solo para una especie de vertebrados.
R/. Después de realizar varias consultas sobre su significado puedo inferir en que la
Inmunogenisidad es la capacidad que tiene el sistema inmunitario de reaccionar frente a
un antígeno, un estímulo bioquímico de naturaleza generalmente proteica. Cuando la
inmunogenicidad es parte de la actividad farmacológica esperada, como en las vacunas
aplicadas a los perros (antirrábicas), esta respuesta no se considera un efecto adverso. Sin
embargo, cuando dicha inmunogenicidad no es parte de las propiedades farmacológicas del
compuesto pueden aparecer reacciones inmunotóxicas que afecten tanto a la eficacia como
a la seguridad del medicamento
¿Qué es inmunogenicidad?
Consecuencias
Si se trata de una alergia por ejemplo, el medicamento no se puede usar, se debe cambiar
como cuando alguien es alérgico a un antibiótico. Si se trata de disminución de la
efectividad el médico puede revisar si cambia la dosis, si cambia el esquema de tratamiento
o si usa otro medicamento biológico para lograr el efecto deseado. De todas formas se debe
evitar que se reduzca la efectividad usando adecuadamente el medicamento y haciendo una
vigilancia estricta de los resultados clínicos del paciente. Es decir, a través de apoyo del
médico y de la institución prestadora de servicios de salud. Por esto la guía establece que se
debe realizar fármaco vigilancia activa a estos productos.
Los anticuerpos y TcRs tienen una diversidad casi ilimitada que les permite reconocer con
alta afinidad virtualmente todo el universo antigénico. La diversidad de estos receptores de
antígenos, que está en el orden de billones de moléculas diferentes, excede la diversidad de
los antígenos.
Los genes que codifican a los anticuerpos y TcRs están realmente compuestos por
centenares de fragmentos génicos, los cuales pertenecen a una de tres familias: V
(variabilidad), D (diversidad) y J (unión). Durante la maduración de los linfocitos se
activan mecanismos de recombinación somática que ensamblan las regiones codificadoras
de los receptores por medio de la unión de un fragmento V, un fragmento D y un fragmento
J. Este sistema combinatorio tiene un alto componente de aleatoriedad, de tal forma que
cada linfocito ensamblará un receptor diferente. Así, la diversidad del sistema es una
función del número de fragmentos génicos de cada familia.
R/. Muchos agentes patógenos existentes son viables, esto debido a que más de 250
enfermedades conocidas se transmiten a través de alimentos. Su incidencia ha aumentado
considerablemente durante las últimas décadas por la rápida globalización del mercado de
alimentos y por los profundos cambios en los hábitos alimenticios. Además, este problema
se acrecienta con el surgimiento de nuevas formas de transmisión, la aparición de grupos
poblacionales vulnerables, y el aumento de la resistencia a los compuestos antimicrobianos
en los microorganismos patógenos
Entre las bacterias más comunes se encuentran; Clostridium botulinum, Escherichia coli,
Salmonella spp.,Listeria monocytogenes, Yersinia enterocolitica, Staphylococcus aureus,
Shigella spp., Bacillus cereus, y Campylobacter jejuni.
Importancia
A través de la historia el ser humano ha tenido que adaptarse a una biosfera dominada por
microbios, ya que éstos existen desde mucho antes que el hombre apareciera en la Tierra. A pesar
de ello y con todo el tiempo en que hemos convivido con los microorganismos, sólo contamos con
conocimientos parciales acerca de la coevolución que ha prevalecido entre ellos. Sin embargo, lo
que sí podemos asegurar es que las relaciones que se establecen entre las bacterias y el hombre
han tenido una repercusión importante en el desarrollo del genoma, en la evolución de la
microbioma y en el destino de poblaciones humanas. En la mayoría de los casos, de la relación
hombre-bacteria se desprenden consecuencias importantes. Algunas de ellas son favorables para
la sociedad humana, como es el caso del proceso de fermentación, que el hombre lleva a cabo con
bacterias en la industria alimenticia. Por otro lado, en muchas ocasiones, estas relaciones son
desfavorables y oca-sionan daño, como ocurre con las enfermedades infecciosas. Debido a esto, los
microbios tienen un lugar preponderante en las actividades que desarrollamos los seres humanos.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Colimon, K.-M. (2008). Fundamentos de epidemiología. Recuperado
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Jaramillo Arango, C. J., & Martínez Maya, J. J. (2010). Epidemiología veterinaria. México, D.F.:
Editorial El Manual Moderno. Recuperado de http://bibliotecavirtual.unad.edu.co/login?
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