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CULTIVO Y PREPARACIÓN
La preparación para cultivar hongos tibetanos es más sencilla de lo que se cree, sin embargo debes estar
muy atento al paso a paso para así no cometer errores y no alterar las propiedades curativas de estas
bacterias.
INGREDIENTES
Colador de Plástico
Chancaca o Panela (También llamada piloncillo, raspadura, rapadura, atado dulce, panetela)
PREPARACIÓN
El proceso de preparación de los hongos tibetanos es muy sencillo. Primero tomaremos los hongos que
hemos obtenido y los lavaremos bien utilizando agua filtrada, purificada, mineral o embotellada. Si es que no
puedes obtener ninguna de estas, hierve agua potable del grifo, deja enfriar y luego lavas bien los hongos.
Por otro lado, toma la panela o chancaca y corta unos cuantos trozos de tamaño medio. Estos debes
agregarlos al frasco de vidrio que elegiste. La porción perfecta de panela que debemos utilizar es de un
tercio del tamaño del frasco (si usas más o menos pueden morir las bacterias de los tíbicos).
Ahora agrega al frasco los hongos chinos, utilizando una cuchara de madera o de plástico. Nunca uses
cuchara de metal (aluminio, acero, etcétera), pues contaminan y dañan los tíbicos.
Rellena el frasco con agua purificada. Nunca agregues agua potable directamente, pues esta agua es muy
pesada y rica en minerales que son dañinos para el cultivo de los hongos tibetanos.
Para finalizar, tapa el frasco de vidrio con una gasa estéril o con un film plástico. Si utilizas film plástico debes
hacer unos cuantos orificios, para que los hongos puedas recibir oxígeno, que es fundamental para su
desarrollo.
Deja el envase guardado unas 24 horas, en un ambiente fresco y cerrado, de temperatura ambiente.
Una vez pasadas las 24 horas, está listo el líquido para ser utilizado. Para esto debes utilizar un colador de
plástico (recuerda, nada de metal) y colar el líquido de los tíbicos o búlgaros de agua.
El líquido obtenido es lo que debes consumir, comenzando en ayunas y también después del almuerzo.
Puedes acompañar el líquido con un poco de jugo o pulpa de frutas, jugo de limón o agregar un poco más de
agua purificada.
Una colado el líquido, debes volver a repetir el procedimiento, es decir, lavar los hongos nuevamente,
agregar chancaca o panela, el agua purificada y tapar con film plástico o gasa para después dejar guardado
24 horas.
DATOS ADICIONALES
Recuerda nunca utilizar materiales de metal en la preparación de los hongos tibetanos, aunque sea acero
inoxidable o aluminio, sólo utiliza vidrio, plástico o madera.
No olvides que a medida que los hongos van creciendo debes también ir aumentando la cantidad de
chancaca o panela.
También puedes alimentar los hongos con trozos de frutas altas en fructosa (por ejemplo manzanas, uvas
peladas, sandía, piña) combinada siempre con un trocito de panela, así la calidad del líquido no se pierde y la
fuente de azúcar que va para tu organismo será aún mejor.
Cuando ya acumules muchos puedes ir repartiendo en más frasco y también regalar a otras personas que
deseen.
Si decides dejar de consumirlos por un tiempo y quieres guardarlos, puedes congelarlos. Para eso los lavas
muy bien, luego los colocas en un recipiente plástico con tapa y lo pones en el congelador.
Muy Importante: Si esta medicina natural te ha servido no olvides compartir el dato con otras personas,
regala hongos, no los vendas, es la mejor manera de agradecer por este maravilloso producto de la
naturaleza.
La investigación fue publicada en los Anales del Instituto de Biología de la UNAM, en el año de 1932, en
donde se explicó que estos búlgaros o sus productos resultantes podían ser usados a nivel doméstico, en el
hogar, como por ejemplo, para preparar vinagre de tíbicos o bebidas refrescantes que tienen bajo contenido
de alcohol y acético, que además se asegura tienen ciertas propiedades curativas, y en las personas con
sobrepeso, les ayuda a bajarlo (Moreno y León, 1998), así se creía en ese entonces.
En otra investigación que mencionan (Moreno y León, 1998) afirman que Moreno y Díaz también los
estudiaron en el mismo año, en 1932, en un trabajo en el que analizaron el vinagre que se obtiene de los
tíbicos de agua; en las investigaciones subsecuentes, se tiene una tesis de Macott y Terrés, quienes en 1952
volvieron a tomar a los búlgaros de agua para su investigación, la tesis fue presentada en la Facultad de
Ciencias de la UNAM.
Moreno y León (1998) mencionan a Horisberger, quien en 1969 estudió la matriz gelatinosa de los búlgaros,
si usted ya los conoce, sabrá de esa consistencia, este investigador aseguró que está formada por dextranas,
entendiendo así la composición molecular, más o menos el saber por qué las gelatinas tienen esa
consistencia, en uniones de polisacáridos. Es así que en estos trabajos se revisan microscópicamente a los
búlgaros y también se revisan sus productos como el agua de tíbicos y como el vinagre de búlgaros.
En el trabajo de Moreno y León se sigue explicando más sobre los búlgaros, pero por esta ocasión está bien
para conocer un poco de su historia, si quieres saber más sobre ella, entonces espera el segundo documento
de la historia de los tíbicos de agua, o también puedes acceder al documento que se encuentra en las
referencias, para que leas todo lo que se investigó de ellos por parte de estudiosos de la UNAM.
Referencias
Moreno, A. y León, H. (1998). Primer Encuentro Nacional de Etnomicólogos. Memorias del Primer Encuentro
Nacional de Etnomicólogos, Celebrado en Xoxocotlán, Oaxaca, México. Noviembre 6 de 1998. Recuperado
desde la fuente:
http://www.asociacionetnobiologica.org.mx/mx2/administrator/Rev.%20socios/rev%201%20art%205.pdf