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Cjuli2516zc

*Andreina F*

Euma14
Sinopsis
Dedicatoria
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9 4
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Epílogo
Próximo libro
Sobre el autor
Mary-Jane no estaba buscando drama. Todo lo que quería era una
familia propia, así que decidió hacer que eso sucediera. Una confusión
en el banco de esperma la deja con un bebé en su vientre, pero el padre
no está enterado.
Ty fue herido en un accidente de montar toros, y ahora todo lo que
planea hacer es trabajar en su rancho y mantenerse solo. Es decir, hasta
que una pequeña morena aparece en su puerta.
Cuando sus caminos se crucen, ¿Mary-Jane podrá revelarle a Ty
que él es el padre? ¿Ty será capaz de evitar que Mary-Jane corra?
¿Habrá mucho vapor en este libro? ¡Puedes apostarlo!
Advertencia: Esta historia de una virgen embarazada es
maravillosamente ridícula y tan dulce como suena. Móntate y toma un
paseo por la noche con este sencillo rapidito.
5
Dedicado a todas esas vírgenes embarazadas por ahí... esperamos que
el papi vaquero de tu bebé te trate bien. ¡Arre!

6
—¿C
ómo te has metido en esto, Mary-Jane? —me
pregunto por vigésima vez hoy. Me hallaba
preparada para llegar a mi nuevo lugar temporal
de trabajo en poco más de dos horas y el temor pesaba sobre mí. Sólo
espero que la ropa que traje vaya bien para ocultar esta pequeña
pancita de bebé que se va haciendo más y más grande cada día. Me
estoy quedando sin tiempo.
Dejo escapar un largo suspiro mientras distraídamente froto mi
mano sobre el bulto. Este pequeño se ha convertido en mi mundo entero.
En toda mi planificación nunca pensé que esto pasaría. Justo cuando 7
pensaba que recibía algo que quería tanto, todo lo demás en mi vida
empezó a desmoronarse. Sólo te demostraba que: puedes planear todo
lo que quieras, pero alguien más puede venir a patearlo de debajo de ti,
y tienes que tratar de recoger las piezas lo mejor que puedas. Esta vez, sin
embargo, no son mis piezas las que estoy recogiendo. Tengo un bebé
que proteger y por el que hacer una vida.
»Te prometo, hombrecito, no dejaré que nadie te aleje de mí. —
Descanso ambas manos en mi estómago, rezando que mis palabras sean
verdad y que no estoy cometiendo un gigantesco error por ir a ver a la
persona que podría llevar a mi bebé lejos de mí. Mi corazón se aprieta al
pensar en perderlo. No puedo. No lo haré, me corrijo. Perder a este bebé
no es una opción.
Alguien no podía ser tan cruel, ¿verdad? ¿Para tomar un bebé de
su madre? Sin embargo, no estoy tan segura aquí. Si lo que he averiguado
sobre el padre de mi bebé es verdad, entonces cruel se halla
malditamente cerca.
La semana pasada, mi médico me dijo que cometieron un error.
Uno gigantesco. Me dieron una muestra del donante de esperma
equivocado. Alguien que no era un donante dispuesto en absoluto.
Conseguí dos patadas gigantes en un día. Perdí mi trabajo y
posiblemente perdería a mi hijo. La clínica dijo que tenían que informar al
hombre que había donado. Yo pedí su nombre y solicité que me dieran
un poco de tiempo antes de que se pusieran en contacto con él. Al
principio se mostraron reacios, pero me dieron ambos después de haber
amenazado con una demanda.
Después de una pequeña investigación en línea encontré al padre
de mi bebé. Cuando vi quién era él, perdí el aliento. Él era conocido en
todo Texas, o así parecía con todos los artículos de hace unos años. Solía
montar toros, pero ahora posee un gran rancho en el sur, a casi dos horas
de aquí. El lugar al que estaré llamando hogar por un tiempo.
Muchos de los artículos no eran halagadores. Él era uno de los
mejores corredores de toros, habiendo ganado docenas de
competiciones, pero tenía una reputación ligada a ello. Muchos artículos
y publicaciones que encontré lo llamaban un idiota arrogante. Más ruin
que los toros que cabalgaba. Me hizo pensar que no iba a tener ninguna
compasión cuando se tratara de esta situación. O tal vez sólo firmaría en
la línea punteada y dejaría que mi hijo y yo nos fuéramos.
O podría tratar de quitármelo. Tenía el dinero. La idea de correr
seguía revoloteando por mi mente. Tenía dinero ahorrado, y obtuve una
pequeña ganancia cuando vendí mi casita, hace apenas dos días, pero
algo sobre correr se sentía mal.
Tenía que estar segura de que, si decidía correr, tomaba la decisión
correcta. Que estaba protegiendo a mi bebé, asegurándonos de que 8
pudiéramos estar juntos. Por eso tenía que hacer esto. Tenía que ir a
conocer a este hombre. Ver quién era en persona, porque no siempre se
puede creer en los rumores.
Tal vez no sería tan malo. Lo ideal sería que pudiéramos compartir
la custodia. Podría conseguir un lugar en la ciudad, no lejos de su rancho.
Encontrar un trabajo local allí y podríamos hacer esto juntos, si eso es lo
que él quería. No fue por lo que me inscribí cuando decidí que quería un
bebé. Tomé la decisión de hacerlo sola, lo que he estado haciendo toda
mi vida.
¿Y si tiene una esposa o novia? El pensamiento hace que mi
estómago se revuelva. Podría estar volviendo sus vidas al revés. Entonces
mi bebé tendría otra mamá. Un bulto se forma en mi garganta. Se siente
como si cada vez que tengo algo bueno en mi vida, alguien o algo trata
de arrancármelo.
Busqué y busqué algo de él con otra persona y no encontré nada.
Leí artículo tras artículo sobre sus días de montar toros y nunca una mujer
era mencionada o fotografiada con él. Él tenía una mirada dura sobre su
rostro muy guapo, así que no estoy segura de si me gustaría estar a su
lado y posar para una foto tampoco.
Era difícil ver su cara en muchas fotos con el sombrero de vaquero,
pero siempre podía ver la línea severa de su boca y su dura mandíbula.
Siempre parecía encerrado en su lugar. Pensarías que si acabas de ganar
una gran competencia al menos sonreirías o algo así. Nop. No él. Imagen
tras imagen aún tenía esa mandíbula dura y cerrada. Casi como si no
pudiera hablar. Es aterrador e intimidante. No sé cómo voy a contarle
sobre este bebé.
Peor es pensar que tal vez quiera estar en la vida de este bebé y
será frío y duro con mi pequeño. Yo crecí con un padre así y no fue fácil.
Incluso hasta el día de hoy no puedo decir si me amaba o no. ¿Se ocupó
de mí? Sí. Pero sentía más como si me aguantara porque tenía que
hacerlo. No importaba si me encontraba allí o no.
Creo que preferiría que al menos se enojara o algo así. La
indiferencia y frialdad me dejaban vacía y entumecida.
Lo que encontré durante mi búsqueda en Internet fue una oferta
de trabajo en su rancho. Alguien para ayudar en la casa durante el
verano y hacer algunos de los libros. Podría ver de cerca al padre de mi
hijo antes de que tuviera que decirle la verdad.
—Señora, creo que eso es todo. —Miro a uno de los de la mudanza
que ha estado empacando mis cosas para colocarlos en el depósito.
Tomo el portapapeles que sostiene y firmo en la línea punteada. Me
entrega la llave del depósito en la cual pusieron todo.
Mi mano se cierra alrededor de la llave que tiene casi todo lo que
poseo, excepto dos maletas que he guardado en el maletero de mi auto.
Incluso las cosas para la habitación del bebé que comencé a juntar han 9
sido empacadas aquí. Retengo una lágrima, no queriendo hacer que
este pobre hombre se sienta incómodo.
—Gracias —le digo, devolviendo el portapapeles.
Él asiente antes de volverse para irse.
Estoy parada en mi casa vacía. El lugar donde pensé que iba a
criar a mi hijo. Una casa que habría estado llena de tanto amor. Él nunca
sentiría la frialdad como yo.
Incluso sin la confusión de los donantes me habría ido de todos
modos. Me mudé a esta pequeña ciudad porque quería alejarme de la
gran ciudad. Soñaba con vivir en algún lugar donde todos conocían a
todos. Quería tener una familia en un lugar como este.
El problema era que no podía encontrar a nadie con quien quisiera
tener una familia.
T
iro la cuerda en la parte trasera de mi camioneta y me dirijo a
casa. Tengo una yegua nueva que simplemente no se dejará
domar y me estoy quedando sin opciones con ella. Sementales
y toros, puedo manejarlos, pero dame un caballo hembra obstinado y
también podría colgar mi silla. Fue una confusión, y estoy tratando de
sacar lo mejor de ello. Quería un caballo nuevo para el rancho e hice un
trato con otro ranchero a pocas horas de distancia para comprar su
potro en la primavera. Me prometió un semental, pero cuando una
yegua salió, me dijo que podía tomarlo o esperar otros dos años. No tenía
mucha elección y acepté. 10
Mi hogar, el Branding Ranch, se ubicaba al sur de Texas. Me retiré
en este pedazo de tierra justo después de ganar mi último campeonato
de rodeo. Me metí en ello para hacer suficiente dinero para comprarme
un poco de ganado y me salí. Es una vida dura trabajar en los rodeos, y
una peligrosa como carrera. Tuve la suerte de marcharme con mis
nueces intactas, pero incluso yo me acerqué con eso.
Mi última cabalgata fue sobre Hércules, el toro más grande y malo
del circuito. Me tiró justo después de que establecí mi récord de ocho
segundos, y pisoteo justo en mis chicos. Me llevaron al hospital más
cercano y tuve que quedarme allí una semana. Tuvieron que tomar
muestras de esperma de mí, porque no podía ponerme duro para
eyacular. No he sido capaz de ponerme duro desde el accidente. Pensé
que perdí mi polla ese día, y aunque todavía la tenía unida, no
funcionaba. Me dijeron que mi esperma era todavía viable, pero para
qué me sirve cuando no puedo levantar la maldita cosa.
Tengo un par de chicos que trabajan en el rancho para mí, y todos
se quedan en el barracón. Pero ahora parece inútil, porque no es como
si necesitara mi privacidad. No voy a traer mujeres a casa, porque no es
como si alguien me quisiera. Una buena conversación sólo llega hasta
cierto punto. No traía a mujeres antes, pero siempre esperé que algún día
pudiera encontrar una esposa y pudiéramos hacer algunos bebés. Pero
ese sueño fue pisoteado, literalmente, el día del accidente.
Mi nuevo empleado, M. J., debería estar aquí hoy. Puse un anuncio
en el periódico por una nueva mano para ayudar con algunas de las
cosas del día a día. Tengo suficiente mano de obra, pero necesito que
alguien mire por encima de las casas y capture todas las cosas que estoy
perdiendo. Siempre he tenido una buena cabeza sobre los hombros para
los negocios, pero con la mierda cotidiana, parece que fallo. Necesito un
asistente que pueda ir conmigo durante el día y ver lo que hago y lo que
no hago.
Regreso a la casa, pongo la camioneta en estacionar y salgo. Mi
perro de caza, Blue, levanta la vista desde el porche por medio segundo
antes de bostezar y acostarse de nuevo.
—No te hagas daño —digo, sacudiendo la cabeza. El maldito perro
apenas se mueve, y mucho menos ladraba. Pensé que los perros de caza
se suponían que aullaban.
Me alojo en la casa principal, que es más bien pequeña, solo mi
dormitorio y baño, y un par de habitaciones vacías en la parte posterior.
Cuando la construí, pensé un día en llenarlas con niños, pero no ahora.
Hay una cocina sencilla y una mesa, pero la mayoría de las comidas se
hacen en la casa de los cocineros. Hay un gran edificio al otro lado del
camino donde hay una cocina industrial y largas mesas de picnic para
que los chicos coman durante la hora de comer. Pero, la mayoría de las
noches, termino aquí solo. No es que sea un solitario, simplemente no
puedo evitar el ceño fruncido de mi cara. Y puedo decir que la gente 11
preferiría que mantuviera mi actitud para mí mismo.
—¡Oye, Ty!
Miro a través del campo para ver a mi hermano menor, Blake, salir
de su camioneta. Tengo dos hermanos menores y una hermana menor.
Estoy yo, luego Blake, luego nuestro hermano Trace, y por último nuestra
hermanita, Dolly. Nuestra mamá falleció cuando éramos más jóvenes, y
luego nuestro papá la siguió hace unos años. Dejaron a cada uno de
nosotros un pedazo de tierra y así todos vivíamos en una especie de
comuna grande. Todos tenemos nuestros propios lugares y nuestras
propias granjas, pero juro que uno de ellos siempre viene. Creo que saben
que me he vuelto más retraído desde el accidente, así que les gusta
comprobarme.
—¿Qué? —murmuro mientras se acerca a mí.
—Siempre tan alegre —dice Blake, quitándose el sombrero de
vaquero y limpiándose la frente—. ¿Ese nuevo empleado viene hoy?
—Debe estar aquí en cualquier momento. —Mientras digo las
palabras, un vehículo todoterreno pequeño color azul oscuro viene
alrededor de la curva y se detiene en la casa—. Hablando del diablo.
—¿Cuál es su nombre de nuevo? —pregunta Blake, poniéndose su
sombrero de nuevo y apoyándose contra la cama de mi camión.
—MJ. Eso es todo lo que dice la solicitud.
Miro cómo se abre la puerta del vehículo, y salta una pequeña
morena con largo cabello rizado.
»Supongo que no es él. Ella debe estar perdida. —Mis palabras se
desvanecen cuando ella camina alrededor del auto y aparece
completamente a la vista. Lleva un vestido blanco con flores azules, y por
un segundo me quedo arraigado en el lugar. Ella es impresionante, y
siento mi mandíbula caer al verla.
—Deseo que una cosita como esa se pierda en mi rancho —dice
Blake, inclinando su sombrero.
No puedo responderle porque estoy observando mientras ella
camina para pararse frente a nosotros, una tímida sonrisa en sus labios.
Ninguno de nosotros dice una palabra, y ella extiende su mano hacia
delante y se presenta.
—Uno de ustedes debe ser Ty Jennings. Soy M.J. Diminutivo de
Mary-Jane.

12
M
iro a los dos vaqueros, que me miran como si nunca
hubieran visto a una mujer antes. O tal vez más como si
tuviera dos cabezas. Uno comienza a sonreír, extendiendo
la mano para tomar la mía, e inmediatamente sé que no es Ty. Incluso si
se parecen mucho. Ty es el que tiene la mirada dura en su cara que
coincide con todas las fotos que he visto. En la mayoría de ellas sólo pude
ver una parte de su rostro, pero mirándolo ahora, puedo ver casi cada
centímetro de él. El sombrero de vaquero no puede esconderlo de mí en
este ángulo.
Antes de que agite la mano del otro chico, Ty toma la mía, 13
agitándola primero, pero no la suelta por un segundo. Mira al hombre que
se encuentra a su lado, disparándole una mirada asesina antes de
finalmente dejarme ir. Están claramente relacionados. La sonrisa del otro
hombre sólo se vuelve más grande y levanta sus manos en el aire.
Ty se vuelve para mirarme. Sus ojos oscuros se encuentran con los
míos. Son de color marrón oscuro y casi parecen negros alrededor de los
bordes. —No eres un hombre —dice a través de dientes apretados. Ni
siquiera sabía que alguien podía hablar así. Sus ojos se estrechan en mí
como si estuviera estudiando algo. Tal vez espera que me convierta en
un hombre.
—Ah. No —digo simplemente, insegura de cómo responder a eso.
—Jodida mierda. —Me da la espalda y miro al otro hombre.
—Lo siento, es un idiota. Soy su hermano, Blake. —Me guiña—. El
agradable. ¿Y tú eres? —Un hoyuelo se forma en su mejilla, y me pregunto
si Ty también tiene uno. Supongo que si lo tuviera, nunca verías la cosa.
Entonces me pregunto qué tan lindo será mi pequeño con ese mismo
hoyuelo. Eso me recuerda por qué estoy aquí para empezar.
Estos hombres son la familia de mi pequeño, y no me parece no
tener un buen comienzo con ellos. Es claramente un problema que no
soy un hombre, y eso definitivamente no es algo que pueda cambiar.
—Mary-Jane —digo, tratando de ser cortés—. O M.J.
—¿No tienes un lugar donde jodidamente estar? —ladra Ty, dando
media vuelta y haciéndome saltar. Casi pierdo el equilibrio, pero me
agarra justo antes de que pueda caer, atrayéndome hacia él.
—No asustes a la cosita —bromea Blake, la risa clara en su voz. Al
menos alguien piensa que esto es gracioso.
Voy a alejarme del agarre de Ty, pero sólo me agarra más fuerte
mientras una cadena de maldiciones como nunca he oído sale de sus
labios. Entonces prácticamente salta lejos de mí como si estuviera en
llamas. —Tienes que estar jodidamente bromeando conmigo —ladra de
nuevo, haciéndome preguntar si puede decir una oración sin dejar caer
la bomba J.
—¡No! —dice Blake, riendo tan fuerte que se inclina, dándose
palmadas en el muslo mientras se parte de risa.
Ty sólo se vuelve y camina como una tormenta de nuevo a la casa,
dejándome de pie allí boquiabierta.
—Yo... —Miro a la puerta principal que ha dejado abierta. Me
pregunto si se supone que debo seguirlo, pero rápidamente paro ese tren
de pensamiento—. Tal vez debería ir y volver —sugiero—. Creo que se
supone que debo estar en el barracón o algo así. —Tal vez este tipo
podría llevarme allí. Realmente no quiero volver a manejar a la ciudad.
Siento que mis pies empiezan a hincharse un poco del viaje en auto y el
calor del verano. Realmente sólo quiero sentarme un minuto con las 14
piernas estiradas.
Blake solo sacude la cabeza como si estuviera poniéndose bajo
control después de su risa. La bola de nervios en mi estómago empieza a
crecer, lo que no es bueno, porque vomitar me viene muy fácilmente
estos días.
Parece que los artículos que llaman a Ty un idiota podrían haber
dado bastante en el clavo. La realidad golpea mucho más duro de lo
que pensaba.
—No creo que puedas quedarte en el barracón.
—No se quedará en el maldito barracón —ladra Ty, una vez más
haciéndome saltar.
—¡Podrías dejar de hacer eso! —respondo. Mi mano va a mi pecho
mientras trato de controlar mi corazón. ¿Cómo puede alguien tan grande
moverse sin que yo lo escuche?
Simplemente me ignora. —¿Dónde está tu mierda?
Tengo las ganas de decirle que puede metérselo donde el sol no
brille, pero me detengo. Esto no es solo sobre ti, Mary-Jane. Tienes que
darle una oportunidad. Aunque sólo sea por un tiempo.
Señalo detrás de mi vehículo, no confiando en mí misma para
hablar, porque el nudo que crece en mi garganta es tan grande que no
estoy segura de si incluso puedo hacerlo.
—Te vas —dice Ty, señalando a Blake antes de dirigirse hacia mi
auto.
—Él no muerde —dice Blake mientras me pasa en dirección a una
camioneta negra. No estoy segura de creerle.
Tomo unas cuantas respiraciones e intento empujar hacia abajo el
nudo en mi garganta.
—¿Por qué no voy al barracón? —suelto finalmente cuando Ty
empieza a tirar mis dos bolsos del auto.
Sólo gruñe una no respuesta, moviéndose más allá de mí hacia la
puerta. Lo sigo porque realmente no tengo elección.
Cuando entro en la casa, me detengo en seco, tomándolo. No hay
nada. Ni una cosa colgada en una pared, ni una baratija a la vista. Sólo
los elementos básicos que una casa necesitaría. Dos sofás, una televisión
montada en la pared y una mesa de comedor mediana que atrae mi
atención a la cocina igualmente desnuda.
No estoy segura de cómo algo se podría sentir frío en este calor de
verano de Texas, pero lo hace.
—Por aquí —dice mirándome por encima del hombro. Lo sigo por 15
un pasillo. Asiente a una puerta cerrada—. Oficina.
Tengo que morder mi lengua de señalar que dijo algo sin una mala
palabra o ladrido. Se detiene ante una puerta y la abre para revelar una
habitación con el mismo aspecto que el resto de la casa.
Se encuentra desnuda, con nada más que una simple cama
tamaño King con una mesita de noche y un tocador. Está pintado de un
blanco suave, haciéndome pensar que tal vez perteneció a una mujer
en algún momento. Es lo único suave de la casa. Lo sigo en la habitación,
colocando las llaves de mi auto y bolso en el tocador.
»El baño se halla en el pasillo, y hay comida en la nevera.
Me vuelvo para mirarlo, pero parece estar mirando a cualquier
lado, menos a mí. Quiero golpear ese estúpido sombrero de vaquero de
su cabeza. Desde esta distancia no puedo mirarlo bien. No como cuando
me hallaba de pie justo delante de él afuera.
—¿Por dónde debo empezar? —pregunto, sintiéndome un poco
perdida y aún más sola.
—La oficina. Mañana. —Se vuelve para irse.
—¿Tengo que prepararte la cena? —pregunto, sabiendo que se
supone que debo mantener su casa. Era parte de la descripción del
trabajo. Trabajo de oficina con ligeros deberes domésticos.
—No, voy a salir. —Agarra las llaves de mi auto del tocador mientras
sale de la habitación, sus pasos duros en el piso de madera. Me quedo
allí aturdida, luego escucho la puerta principal cerrarse de golpe.
Me dejo caer sobre la cama, mi cabeza cayendo en mis manos.
Incluso en casa no me sentía así de sola, aunque sólo era yo. La frialdad
de la casa trae de vuelta una infancia vacía en la cual realmente no me
gusta pensar.
Me agacho, sacándome mis sandalias y arrojándolas al suelo,
antes de recostarme en la cama y acariciar mi vientre.
De nuevo debato irme pero recuerdo que él tomó mis llaves por
alguna extraña razón. Tal vez necesitaba mover mi auto o algo así. Me
froto distraídamente el estómago, sabiendo que tengo que darle una
oportunidad, no importa lo mucho que quiera correr.
Ruego que tal vez Ty sólo esté teniendo un mal día, pero tengo la
sensación de que estoy equivocada. Realmente es sólo un idiota. La
pequeña esperanza que tenía de encontrar algo más se esfuma.

16
S
algo de la casa y saco uno de mis caballos, ensillándolo. Tuve
que salir de allí antes de que me volviera loco. Meto sus llaves
en mi bolsillo trasero y me dirijo a través del prado. Uso mi
rancho en su mayoría para unos cuantos ganados y caballos de
entrenamiento. Cuando buscaba contratar a alguien nuevo, no
esperaba una mujer, y estoy seguro de que no esperaba una cosita como
ella. Mientras paseo por los bosques y a lo largo del borde del arroyo,
pienso en lo que sucedió cuando la toqué.
Cuando toqué su mano, lo sentí hasta en mis huesos, y luego mi
polla se removió. Menos de un tirón todos estos meses, y luego sostengo 17
su mano por un segundo y mi polla se hincha tratando de liberarse. Mis
médicos dijeron que tal vez algún día podría volver, pero no existían
garantías. Un pequeño toque, sin embargo, y parece que he sido curado.
Me cabreaba que Blake estuviera de pie allí y supiera inmediatamente lo
que sucedió. Y me sentía aún más enojado conmigo mismo porque no
podía hacer nada al respecto. No quería a esta mujer en mi tierra, pero
no iba a dejarla ir. No sólo sentí que mi polla se endurecía por primera vez
desde que puedo recordar, sino que algo en mi pecho se apretó cuando
la miré. Algo que nunca sentí se instaló en mí y tiene mi mente volviéndose
loca. Tuve que salir de esa casa y tomar un poco de aire fresco.
—Escuché que tu pene funciona.
Ruedo los ojos al sonido de mi otro hermano Trace detrás de mí.
Mirándolo, lo veo en su caballo mientras cruza el arroyo que divide
nuestra propiedad.
—Imaginé que Blake iría a correr su boca al segundo que pudiera.
—Le doy a mi caballo un pequeño empujón con mis pies y él avanza.
Trace viene a mi lado y sigue el ritmo.
—Oh, al mismo segundo en que saltó de su camioneta. Pensé que
podría encontrarte aquí.
—Sí, bueno, creo que tal vez necesites ocuparte de tus propios
jodidos asuntos.
Un silencio pasa entre nosotros. Normalmente somos muy cercanos,
pero esta situación es un poco embarazosa, y el hecho de que mis
hermanos hablan de ello lo hace peor. Inmediatamente me siento mal,
así que miro y me disculpo.
»Lo siento. Ha sido un día extraño.
—No te preocupes por eso. A Blake sólo le encanta darte mierda.
—Mira hacia delante pensativo y luego de vuelta a mí—. ¿Crees que se
quedará?
El peso de sus palabras me golpea. Pensé en dejarla ir, pero ¿y si
quiere marcharse? No sé nada de ella, ¿y qué si se fuera? ¿Cómo podría
encontrarla? ¿Cómo podría convencerla de que regresara? ¿Por qué
querría volver a alguien como yo? Sé que soy gruñón y un dolor boca
sucia en el culo la mayor parte del tiempo. Pero si esta mujer es la cura
para lo que me pasó, y alguien que quiero que llegue a quedarse,
entonces tengo algunos cambios que hacer.
—Tiene que hacerlo —digo, dando la vuelta a mi caballo y
dirigiéndome de vuelta a mi casa.
—Linda charla, Ty.
Oigo la voz sarcástica de Trace sobre el pisoteo de los cascos de
mi caballo, y lo ignoro. Tengo algo de mierda que arreglar si quiero hacer
de este un lugar en el que ella quiera estar.
18

Para cuando termino con todo, ya es tarde cuando llego a casa.


Vi la forma en que miró alrededor del lugar cuando llegó, así que fui a la
tienda en la ciudad y compré algunas cosas para alegrar el lugar.
Silenciosamente, arrastro toda la mierda que conseguí y comienzo a
trabajar. Llené la mitad de mi camioneta con flores frescas, limpiando la
tienda. No tengo floreros, así que compré un montón de frascos y los puse
por toda la casa, llenándolos mientras lo hacía. Puse algunas alfombras y
algunas mantas que la vendedora dijo que harían que cualquier espacio
pareciera “cómodo”. Le dije que cómodo para mí era un buen par de
botas, pero no pensó que eso fuera lo mismo.
Me muevo por todo el lugar, poniendo velas y cosas al azar que
espero que a Mary-Jane le pueda gustar. Cuando finalmente termino y
limpio, es tarde, y no he oído ni un pío de su habitación. Antes de ir a la
cama, decido comprobarla, sólo para asegurarme de que está bien.
Camino por el pasillo y me paro fuera de su puerta por un segundo,
después presiono mi oído a ella. Puedo oírla incluso respirar y decido
arriesgarme. Giro la perilla y echo un vistazo, viéndola dormida de
costado. Mi polla da un pequeño tirón, y casi me sacude de dejar ir la
puerta. Afortunadamente me doy cuenta en el último segundo y me
aferro a ella. Me tomo un momento y solo la miro a la luz de la luna.
Su cabello oscuro y rizado se halla colocado sobre la almohada, y
juro que la luz hace que parezca que su piel brilla. La curva de su cadera
se muestra en esta posición, y tengo el más fuerte deseo en lo profundo
de mi pecho de acostarme detrás de ella y cucharear. Ni siquiera para
hacer algo más con ella, sólo para sostenerla y sentirla durmiendo en mis
brazos. Mi corazón da un pequeño quejido, y me obligo a dejar de
mirarla.
Después de cerrar la puerta, me arrastro silenciosamente de
regreso a mi propia habitación y me preparo para la cama. Una vez que
estoy solo en mi ropa interior, me acuesto en la cama y pienso en ella.
Alcanzando entre mis piernas, siento que mi polla se remueve un poco, y
no puedo evitar sonreír. No es todo el camino como lo fue cuando la
toqué, pero esto es algo.
Cuando cierro los ojos y ruedo hacia mi lado, la visualizo junto a mí
en la cama. Y cuando sueño, es sobre una belleza morena que sonríe
como un ángel.

19
M
e giro hacia un lado, mirándome en el espejo para
asegurarme de que mi pequeña pancita de bebé no se
muestra. El vestido de verano de color melocotón se
ensancha en las caderas, dándome la cobertura adicional que necesito.
No sé cuánto tiempo más voy a poder ocultarlo. Sólo estoy orando para
que los hombres de aquí tengan modales y nadie me grite por estar
embarazada. Tengo miedo de que podría decir que no lo estoy y hacer
las cosas todo tipo de incómodo.
Tomando una respiración profunda, intento conseguir el torbellino
de emociones bajo control, con la esperanza de que tal vez Ty solo tuvo 20
un mal día ayer y hoy estará de mejor humor. Me deslizo sobre mis
sandalias planas, salgo de mi habitación y bajo por el pasillo hacia la
cocina. Una parte de mí quiere conocer a Ty, la razón por la que estoy
aquí, pero otra parte espera que tal vez lo haya perdido y ya esté
trabajando en el rancho.
Me quedo corta cuando entro en la cocina abierta, la luz de la
mañana brillando a través de las ventanas. Todo parecía diferente del
día anterior, incluyendo a la mujer de pie en la isla de la cocina. Ella se
vuelve hacia mí, su masa salvaje de cabello rojo rebotando con el
movimiento. Una sonrisa tira de su cara redonda, y parece ser unos años
más joven que yo. Su pálida piel es un impresionante contraste con sus
grandes ojos azules y su cabello rojo fuego.
Parece que encaja aquí. Como si realmente perteneciera a un
rancho, con sus botas de vaquero y su camisa de franela azul metida en
sus jeans. Pero ella no es lo único que es diferente. La casa ha cobrado
vida. Tengo que morderme el labio para no reírme porque no sé si la mujer
delante de mí decoró el lugar. Parece un desastre, como si alguien solo
tiró un montón de cosas sin ton ni son, pero todavía es mejor que el frío
que cubría el espacio de ayer. Sólo que ahora es un desastre decorado.
—Hola, soy Dolly Jennings. —Da un paso hacia mí, extendiendo su
mano. Por supuesto su nombre es Dolly. Incluso cae de sus labios con un
acento dulce. Sonrío de regreso, entonces su apellido me golpea fuerte.
Dios mío, ¿esta es su esposa? Mi estómago cae, y levanto lentamente mi
mano para encontrar la suya.
—Soy, ah... —Respiro profundamente, tratando de controlarme.
Sabía que esto era una posibilidad, pero la realidad es mucho más difícil
de tomar. ¿Sería ésta la otra mujer en la vida de mi hijo?—. Soy MJ —
empujo finalmente. Trato de ponerme bajo control, librando una batalla
interior que he estado teniendo durante días desde que descubrí sobre
Ty. Siempre he sabido que podría destruir su mundo si él tuviera una
esposa, pero trato de encontrar lo bueno. Que sólo sería una persona
más que podría amar a nuestro hijo. Pero todavía se siente como que
estoy perdiendo algo, y no estoy segura de qué es ese algo.
Ladea su cabeza a un lado, estudiándome, antes de que de
repente me tire en un abrazo, apretándome más fuerte de lo que pensé
que alguien de su tamaño podría. Tengo que mantener mi cuerpo lejos
de ella un poco hacia fuera para que no sienta mi pancita.
—Ah, él no es tan aterrador. Te prometo que Ty no muerde —dice
mientras se aleja de mí. Esa sonrisa sigue iluminando su rostro. Así de cerca
puedo ver las pecas salpicando su nariz y la hacen parecer aún más
joven de lo que inicialmente pensé—. Los grandes aterradores son
siempre los que tienen el malvavisco en el centro. Solo tienes que... —
Hace un movimiento con las manos y un sonido de pop con su boca—…
abrirlos.
21
Con eso, regresa a la isla de la cocina, recoge su taza de café y
toma un sorbo.
—¿No tienes clases? —Una profunda voz retumba detrás de mí. No
me vuelvo a mirar. Sé que es Ty. Todavía tiene la voz gruñona de ayer, o
tal vez así es como siempre habla.
—¿Qué le pasó a este lugar? —Dolly mira alrededor de la cocina,
luego hacia la sala de estar—. Quiero decir, cualquier cosa es mejor que
lo que era, pero esto sigue siendo un poco... —Arruga su cara, su disgusto
por la decoración clara. Ahora sé que esto no fue obra suya—… raro.
—Clases, Dolly. —Gruñe Ty de nuevo, y puedo sentirlo moverse más
en la habitación. Más cerca de mí. Se necesita todo en mí para no girar
y mirarlo.
—Cálmate. Es verano. —Ella toma otro sorbo de café.
—¿Dónde has estado? —pregunta Ty. Miro a mi lado y lo veo
parado sin camisa. Sus ojos apuntan a mí, pero solo miro de nuevo a Dolly,
pensando en su pregunta.
—La pequeña cabaña que se encuentra junto al lago —Levanta
su mano—. Ni siquiera empieces. Poseo parte de la tierra, y tengo
dieciocho años. Me quedaré allí todo lo que quiera y no puedes
detenerme. No puedes obligarme a quedarme aquí. Quiero decir…
Ty la corta. —Estoy bien con la cabaña. —No puedo evitar mirarlo
de nuevo, y estoy sorprendida de ver sus ojos todavía en mí. Toma toda
mi fuerza de voluntad mirar lejos y no abajo a su pecho desnudo.
La boca de Dolly cuelga abierta como si no pudiera creer lo que
Ty acaba de decir, y estoy tan confundida. Tal vez no viven juntos. Eso
explicaría por qué la casa luce casi vacía. Tal vez ella tomó casi todo con
ella. Odio que me guste esa idea mucho más que estar bajo el mismo
techo.
»¿No te gusta la mierda que conseguí? —pregunta Ty, y sigo
mirando a Dolly, sin saber con quién habla. No voy a hablar, por si acaso.
Ese cliché que “si no tienes algo bonito que decir...” suena fuerte en mi
cabeza.
Siento un pequeño tirón en mi cabello, y levanto la mirada para ver
que Ty tiene una hebra girando alrededor de su dedo.
»¿No te gusta mi mierda? —pregunta de nuevo, mirándome
fijamente.
—Es diferente —admito. De alguna manera consigo mantener mis
ojos enfocados en su rostro. Dios, es aún más grande de lo que recuerdo
de ayer. Es todo duro, y en mi visión periférica veo que el pelo en su
pecho coincide con su barba. Parece que no se ha afeitado en unos
días.
22
—Podemos conseguir mierda diferente si quieres. —Sigue jugando
con mi cabello, y escucho un susurrado—: ¿Qué carajos? —De Dolly.
Parece que todo el mundo tiene una boca sucia. La primera palabra de
mi hijo va a ser una maldición.
—No es mi casa. Estoy bien con lo que sea. —Quiero decir, sólo voy
a estar aquí por un corto tiempo. Solo se supone que es un trabajo a
tiempo parcial, y quién sabe cómo las cosas van a estallar una vez que
Ty descubra todos mis secretos. Se mostrarán más temprano que tarde.
Suelta mi cabello y mete la mano en el bolsillo trasero de su jeans,
sacando su billetera. Saca una tarjeta de crédito y la lanza sobre el
mostrador junto a él.
Luego se da la vuelta y regresa por el pasillo. —Haz esa mierda de
Amazon. No te vayas de mi rancho —lanza sobre su hombro. Como si
pudiera irme. ¡Todavía tiene mis malditas llaves!
—Guau. —Exhala Dolly mientras camina hacia el mostrador y
recoge la tarjeta de crédito—. Ni una vez en toda mi vida he conseguido
que mi hermano me deje usar su tarjeta de crédito. Estás aquí cinco
segundos y él simplemente te lo entrega.
—¿Hermano? —pregunto, sintiéndome aliviada. Un obstáculo
menos.
—Síp. Y hay más de ellos. Sé que ya conociste a Blake, no ha
dejado de hablar de ti toda la mañana, pero todavía te falta Trace. Pero
no te preocupes. Ty es el único idiota del grupo. —Se ríe de su propia
broma, como si Ty lo hubiese oído, y es entonces cuando veo el hoyuelo.
El que todos los Jennings parecen tener.
Me entrega la tarjeta. La tomo de ella, pero no pienso usarla. A
menos que sea lo que él quiere que haga. Me contrató para ocuparme
de la casa y ayudar con la oficina. Supongo que puedo conseguir
algunas cosas. Pienso en todas mis cosas empujadas en una unidad de
almacenamiento, cosas que me tomó años adquirir para hacer un
pequeño hogar para mí. Siento una punzada de tristeza. Todavía los
tengo, me recuerdo. Un paso a la vez.
»Te dije. Esos grandes bastardos caen con fuerza. —Guiña y
despacha su café—. Sólo quise pasar y ver si lo que Blake decía era cierto.
Pararé más tarde para provocar al oso. —Con esto, gira y sale de la casa,
dejándome sola en la cocina sin la menor idea de lo que debo hacer.
Supongo que iré a encontrar la oficina.

23
O
igo a Dolly salir por la puerta principal y luego oigo los pasos
de Mary-Jane. Cuando oigo abrirse la puerta de la oficina,
no puedo quedarme más en mi dormitorio. Quería vestirme
y luego salir, pero algo me mantiene en la casa.
Me pongo una camisa con botones, pero la dejo abierta mientras
me pongo las botas y agarro mi sombrero. Camino a la oficina y doy un
golpe en la puerta abierta, sorprendiéndola. Se da la vuelta y se muerde
el labio, y todo en lo que puedo pensar es en hacer lo mismo. Hundir mis 24
dientes en su labio inferior completo y averiguar cómo sabe.
Mi polla se revuelve en mis jeans apretados, y no puedo impedir al
torrente de sangre que martillea en mis oídos. La quiero como nunca he
querido nada en mi vida. Estar en la misma habitación que ella es como
escalar sobre un toro por primera vez. Estoy emocionado, nervioso, y no
sé qué hacer con mis manos.
Agarro mi sombrero y trato de pensar qué decir mientras sus ojos se
deslizan por mi pecho. Muevo el sombrero de vaquero delante de mi
polla justo antes de que sus ojos aterricen sobre ella y vea lo duro que
estoy. Jesús, nunca he sido tan incontrolable antes, y odio cómo de
alterado me tiene. Veo que sus mejillas se ruborizan mientras toma mi
apariencia, y no puedo decir que no estoy haciendo lo mismo. Mis ojos
vagan por sus rizos oscuros hasta su cuello expuesto, y pienso en lamer el
pulso allí. Enterrar mi nariz y oler su aroma. Miro su escote que se derrama
del vestido de verano color melocotón, los volantes en él sólo
exagerando lo pesada que es en la parte superior. Tengo una imagen de
su redondo culo quemado en mi cerebro de cuando la vi por detrás esta
mañana. Mis ojos vuelven a su rostro y nos atrapamos mirándonos.
Mi boca comienza a trabajar antes de que mi cerebro tenga la
oportunidad de detenerme. —Ven a montarme.1

1Acá la frase en inglés es “Come ride me”, que puede ser usada en doble sentido, ya
que “ride” puede ser usada para decir “pasear”, “cabalgar”, “montar”, etc.
Si es posible, sus mejillas arden aún más rojas y mira hacia otro lado.
—¿Qué?
Me aclaro la garganta y vuelvo a intentarlo. —Ven al granero
conmigo. Puedes ver a los caballos y quizás ir a dar un paseo. —Quiero
patearme en el culo por dejar escapar lo que mi polla pensó que era
apropiado, pero trato de controlarlo—. Puedo mostrarte las cosas de la
oficina más tarde.
—Yo, um, no sé montar a caballo. Pero me gustaría ver el rancho.
—Me mira, y veo que sus manos se retuercen a su lado como si quisiera
apretarlas o aferrarse a algo.
—¿Alguna vez has montado antes? —No puedo evitar lo profunda
que es mi propia voz, pensando en lo que esa pregunta podría significar.
Joder, Ty, contrólate.
—No. —Desvía la mirada, y veo el indicio de una sonrisa que trata
de ocultar.
—Bueno. Seré yo quien te enseñe cómo hacerlo.
Sin pensar, le extiendo la mano y me quedo allí mientras ella baja
la mirada. Durante medio segundo creo que no la tomará, pero se
extiende y coloca su pequeña mano en la mía.
—Tal vez deberías terminar de vestirte. —Su voz es jadeante, y la
miro mientras se lame los labios. 25
Bajo la mirada y veo que mi camisa sigue abierta y mi pecho está
expuesto. Me olvidé de abotonarla en mi prisa para llegar a ella, y por
alguna razón no tengo ganas de cerrarla. Me gustan sus ojos en mí. Me
gusta la forma en que su cuerpo se inclina un poco hacia el mío y la forma
en que su pulso vibra entre nuestras manos ahora mismo.
—Hace calor fuera. Creo que necesito refrescarme.
Mientras me pongo mi sombrero y tiro de ella fuera, casi puedo jurar
que la oigo decir—: Yo también.

Le muestro a Mary-Jane, o M.J., como se presenta a los chicos del


rancho, cómo funciona el lugar y para qué la contraté. Los chicos
parecen saber de inmediato que tienen que mantener su distancia, y no
sé si es porque me pongo delante de ella cada vez que uno de ellos trata
de estrechar su mano, o el hecho de que la alejo cada vez que uno de
ellos intenta hacerle una pregunta.
He mantenido su mano en la mía todo el día, y no soy capaz de
dejarla ir. Ni siquiera cuando tiro de ella para abrir la puerta de uno de los
edificios. Si necesita una puerta abierta, lo haré por ella. No hay
necesidad de soltar mi mano.
También he mantenido mi camisa abierta porque me gusta la
forma en que me mira. Así de simple. Me gustan sus ojos en mí y sólo en
mí, y si tengo que caminar medio desnudo para conseguirlos en mí,
entonces que así sea.
—Esta es la nueva yegua que conseguí. Aún no la he quebrado. Ha
sido un verdadero problema.
Caminamos hasta la cerca, y Mary-Jane mira asombrada al
caballo blanco como la nieve. —¿Cuál es su nombre? —pregunta,
mirándome con ojos brillantes.
—No tiene uno. ¿Crees que podrías hacer los honores?
—¿En serio? —La pura emoción en su voz me hace querer dejarla
renombrar todo el maldito lugar. Cualquier cosa para poner una sonrisa
en su cara como la que tiene ahora.
—Sí. —Mi voz es ronca, y miro mientras ella rebota un poco,
sacudiendo su escote y haciendo que mi polla duela.
—Es tan linda. Se parece a Rarity.
—¿Quién?
—Ya sabes, de Mi Pequeño Pony. Creo que ese debería ser su 26
nombre. —Me sonríe, y en este momento, nunca le negaría nada.
—Rarity. Supongo que ese es su nombre ahora.
Pasamos la mayor parte del día caminando por el rancho y
hablando del lugar, y ella hace preguntas sobre mí. Quiero saber sobre
ella, pero cada vez que he intentado dirigir la conversación de esa
manera, cambia de tema. Quiero empujar por más, pero tengo la
sensación de que hay algo que no me está diciendo.
—¿Puedo cocinar la cena esta noche? —pregunta, otra nota de
esperanza en su voz.
—Sí. —¿Por qué alguna vez le diría a esta mujer que no?
Caminamos de la mano de regreso a la casa cuando el sol
comienza a ponerse. Parece que la he conocido mucho más de un día.
Todavía hay mucho que no sé, pero algo sucede aquí. No es sólo su
toque mágico y todo lo que siento cuando estoy a su lado. Hay algo más
profundo y dulce, y me sacude hasta el fondo.
No soy un hombre que cambia muy a menudo. Me gustan las cosas
como me gustan, y luego las mantengo así. Pero se siente como si Mary-
Jane estuviera a punto de volver mi mundo al revés.
M
e muevo por la cocina, sintiendo los ojos de Ty en mí todo
el tiempo. No estoy segura de qué pensar hoy. Fue
divertido y fácil, pero un gran contraste con el hombre que
conocí ayer. A veces todavía es seco y abrupto con las cosas, pero no
tan frío. Algo ha cambiado, y no puedo decir qué es.
No me ha dejado salir de su vista desde que tomó mi mano esta
mañana. Incluso empezó a seguirme al baño en un momento. Me
muerdo el labio y miro por encima de mi hombro hacia él. Sus ojos se
posan en mi culo. Siento que me sonrojo y vuelvo a las chuletas de cerdo
que estoy friendo. Una cosa es segura: a Ty le gusto, sexualmente al 27
menos, y no sé qué hacer con eso.
Seguro que he tenido hombres coqueteándome, pero nunca ha
sido nada como Ty. Ty realmente no me coquetea. Sólo hace lo que
quiere. Si quiere tocarme, lo hace. Si me quiere de pie justo a su lado, él
sólo me mueve allí. Si quiere mirarme el culo, mira y no se disculpa por
ello. La forma en que fácilmente toca o se mueve para acercarse a mí.
No es un suave coqueteo. Es posesivo, y me está haciendo algo. Tal vez
por eso nunca mostré mucho interés en los hombres, porque ninguno de
ellos ha actuado como este hombre. Porque lo que Ty está haciendo,
funciona, y eso me asusta hasta la mierda.
Cada vez que me toca, siento que mi cuerpo cobra vida. Al
principio intenté distanciarme de algunos de los toques, tímida e insegura
de lo que me hacían sentir. Pero a medida que transcurría el día, me
encontré inclinándome hacia ellos, preguntándome cuándo conseguiría
otro. Empezaba a volverse adictivo, y esa era otra cosa para añadir a mi
lista de miedo.
No sería bueno caer en algo con Ty y hacer que me explotara en
la cara. Ya iba a ser difícil dividir mi tiempo con un niño si tuviera que
hacerlo, pero ¿y si me enamoro de Ty y no funciona? El corazón sólo
podía soportar tanta pérdida. Ver a la familia que siempre he querido
deslizarse a través de mis dedos me rompería.
—La cena estará hecha en solo un ratito —le digo, sin mirarlo.
Todavía puedo sentir el rubor en mis mejillas. Me ha estado poniendo así
todo el día. Fue aún peor cuando conocí a algunos de sus hombres en el
rancho. Él fue muy territorial conmigo, y no estoy muy segura de qué
pensar sobre eso, pero al menos ya no me gritaba. Fue un cambio
agradable. Incluso capturé su hoyuelo unas cuantas veces cuando lo
miraba. Sus ojos se volverían suaves y su sonrisa iluminaría su rostro.
—Huele muy bien, cariño. No he tenido una comida casera desde
que Dolly se fue a la universidad —dice. Saco las chuletas de la sartén
colocándolas en el plato junto a la estufa. Recogiéndolo, lo llevo a la
mesa del comedor y noto que sus ojos me siguen todo el camino.
—Ella parece dulce. —Espero que Dolly esté más alrededor. Es la
única otra mujer que he visto aquí. Y me gusta el mordisco de regreso que
le dio a Ty esta mañana, algo que probablemente tendré que aprender
a hacer yo misma. Es uno de mis defectos. Tengo un problema con ser
insolente de regreso. Simplemente no está en mí. No es mi naturaleza.
Regreso a la cocina, cogiendo el puré de papas y los panecillos que hice,
y los traigo a la mesa, también.
—Ella es un problema. —La forma en que lo dice hace que suene
como que no le molesta. Es ligera, y puedo decir que la ama.
—¿Primer año de universidad? —pregunto, haciendo un gesto para
que tome asiento en la mesa, pero se acerca y extrae un asiento para 28
mí. Lo tomo, y él se sienta en el asiento justo al lado del mío. Luego
empieza a poner comida en mi plato. Lo miro. Es un acto dulce e íntimo
que no esperaba.
—Sí, su primer año. Fue una pelea para conseguir que se fuera. —
Se vuelve para mirarme y me atrapa mirándolo—. No quería irse. Este tipo
de vida se cría en tu sangre. Si fuera por ella solo se quedaría aquí y
entrenaría a los caballos.
—Entonces, ¿cómo la hiciste ir?
—Ladro y la gente tiende a saltar. —Levanta sus cejas hacia mí en
tono burlón.
—Me di cuenta. —Río. Ha ladrado varias veces, lo que me hizo
saltar—. ¿Qué hay de tus padres? ¿Querían que se fuera? —Veo algo
destellar en sus ojos y sé lo que viene—. Lo siento. Mis padres también se
han ido.
Se extiende, metiendo un mechón de cabello detrás de mi oreja.
Lo ha hecho un millón de veces hoy. Nunca he tenido alguien que me
toque tan fácilmente. Es como si lo hubiera estado haciendo por siempre.
Todo lo que hace parece ser así, y me pregunto si es así como es. Si tuviera
que adivinar, diría que sí. Ty parece un hombre que hace lo que quiere.
—He estado cuidando de mi familia por un tiempo ahora. No estoy
seguro de lo que mamá hubiera querido para ella, pero quiero
asegurarme de que tiene opciones. Mierda. —Se recuesta en su silla,
tomando un respiro—. No sé si estoy haciendo lo correcto o no. Para ser
honesto, no tengo ni puta idea, pero lo intento.
Le sonrío. Una cálida sensación se instala profundamente porque
Ty acaba de darme mucho más de lo que sabe. Puede que parezca duro
y un poco frío, pero se preocupa por su familia. Quiere asegurarse de que
su hermana tiene todo lo que pueda necesitar. Tendría que ser lo mismo
con un niño que es suyo, ¿verdad? O tal vez ya tiene demasiado en su
plato. Empujo ese pensamiento a un lado, deseando agarrarme a esta
pequeña chispa de esperanza.
Me encuentro inclinándome hacia él. Entonces sus labios se posan
en los míos.

29
N
o puedo contenerme mientras mi boca moldea la suya, mis
manos van a su cintura y tiran de ella más cerca de mí.
Siento que la saco de la silla mientras su boca se abre con
sorpresa, y meto mi lengua, aprovechando. La tengo en mi regazo en la
mesa, y siento sus curvas contra mí. Mis manos se mueven de arriba abajo
por su espalda como si empujarla contra mi pecho lo suficientemente
fuerte nos convertirá en uno.
—Mary-Jane —susurro y vuelvo a besarla como si estuviera
desesperado por ello. Y lo estoy. Desde el momento en que mis labios
aterrizaron sobre los suyos, he estado perdido por las sensaciones que 30
corren a través de mi cuerpo.
Pruebo su suave lengua contra la mía, y canturreo de deseo. Un
rayo corre por mis venas, y mi polla late y pulsa con cada latido de mi
corazón. La sangre fluye a través de mí, y siento que he conseguido una
inyección de adrenalina mientras la excitación hace casi imposible
sentarse quieto. Intento lo mejor para aferrarme a la sensación
simultáneamente tranquila y salvaje. Tenerla en mis brazos se siente loco
y maravilloso a la vez.
Una de mis manos recorre su suave cadera y bajo su muslo hasta el
borde de su vestido. La otra mano sigue firme en su espalda baja,
presionándola aún más hacia mí. La mano que llega al final de su vestido
siente la suave seda de su piel y necesita más. Empujo el vestido hacia
arriba, solo un poco, y lentamente muevo mi mano hacia arriba.
El beso se profundiza y siento que sus manos se mueven hacia mi
pecho, luego hacia mi cuello. Me acerca más a ella, y la necesidad entre
nosotros crece imposiblemente más fuerte.
Cuando las puntas de mis dedos llegan al borde de sus bragas,
siento que Mary-Jane se pone rígida en mis brazos. Extiendo mi palma en
la parte superior de su muslo, deteniendo mi movimiento. Besándola
suavemente ahora, muevo mi boca por su barbilla y su cuello.
»Lentamente, cariño. Iremos muy lentamente.
Frotando el lado de su muslo, siento que se relaja en mis brazos
mientras coloco besos suaves en su clavícula y de nuevo en su oreja.
»Hay algo sobre ti que no puedo controlar. Pero no puedo sacudir
esta necesidad, y para ser honesto… —Me detengo para retroceder y
mirarla a los ojos—… no quiero hacerlo. Me gusta cómo se siente tu mano
en la mía, y me gusta la forma en que encajas en mi regazo. Esto es
rápido, y no sé lo que sientes, pero para mí, esto nunca ha sucedido
antes.
Se muerde el labio y mira hacia otro lado antes de mirarme de
nuevo y asentir. —Yo tampoco, Ty. Nunca me he sentido de esta manera
antes. —La preocupación chispea en sus ojos, y por un segundo creo que
va a decirme algo. En cambio, libera un suspiro y mete su barbilla contra
su pecho, así no puedo ver su cara—. Tal vez esto es demasiado rápido.
Saco mi mano de su vestido y la pongo bajo su barbilla para
hacerla mirarme. —Vamos a ir tan despacio o tan rápido como quieras,
cariño. Pero mi objetivo es mantenerte.
—Hay tantas cosas que no sabes.
El sonido de su voz me duele en el pecho. Es como si hubiera algo
que quiere decir, pero la pone nerviosa. Pero también hay esperanza.
Hay algo que quiere decirme y quiere ser aceptada.
—¿Tienes algo que quieres decirme?
31
Su boca se abre, pero luego se cierra de nuevo. Durante una larga
pausa espero, pero sólo me sonríe y pone su cabeza en mi pecho. —
Llegaré allí pronto. Pero todavía no.
—Mientras te quedes, puedes tomar todo el tiempo que necesites.
Pasamos el resto de la cena sentados en la misma posición, con
ella en mi regazo. La alimento y luego me alimento, y nos reímos mientras
hablamos. Dios, no sé cuánto tiempo ha pasado desde que me he reído,
y la idea se siente extraña. No sabía que no estaba sonriendo hasta que
ella entró en mi vida y me hizo hacerlo. Es como si un día ella apareció y
mi vida realmente comenzó.
Después de la cena, lavo los platos y me niego a dejarla ayudar.
Así que se sienta en el mostrador junto a mí mientras limpio la cocina.
—Podría acostumbrarme a esto —dice, inclinándose hacia atrás y
bebiendo limonada mientras me ve trabajar.
—Me alegra oírlo. Porque vas a tener que hacerlo. —Le hago una
mirada seria, pero sólo se ríe.
—Sigues diciendo que vas a mantenerme. ¿Debo tener miedo de
que digas la verdad?
Pongo el último de los platos en la alacena y camino hacia donde
se halla sentada. Me muevo lentamente para que vea lo que estoy
haciendo, y separo sus rodillas. Dando un paso entre ellas, tiro de su culo
hasta el borde del mostrador, haciéndola soltar un pequeño chillido.
Sus manos van a mis hombros, y una risa sale de sus labios.
—Me encanta escuchar ese sonido.
La agarro de la cintura, y a esta altura nuestros ojos están al mismo
nivel. Me quedo allí sólo por un momento, maravillado por su belleza y
pensando en cómo se vería con sus rizos oscuros extendidos sobre mi
cama.
—¿Qué he hecho viniendo aquí así? —susurra. Es como si estuviera
hablando sola, pero de todas formas contesto.
—Has venido aquí y me has abierto los ojos por primera vez en mi
vida. No me hagas volver a cerrarlos.
Con eso, mis labios caen sobre los suyos, y nos quedamos así,
besándonos en la cocina hasta que los grillos nos dicen que es hora de
acostarse. La llevo a su habitación y reúno toda la fuerza dentro de mí
para dejarla allí y decirle buenas noches.
Después de cerrar su puerta, presiono mi frente en ella, deseando
que mi cuerpo se aleje mientras mi corazón se queda ahí. Es lo más difícil
que he tenido que hacer, pero saber que cuando me despierte estará
aquí me da esperanza.
32
M
e despierto con un cálido cuerpo fusionándose a mí
alrededor, y un rostro enterrado en mi cuello. La respiración
lenta y uniforme de Ty me permite saber que sigue
dormido. Su olor terroso me envuelve, y me encuentro empujándome
hacia él aún más, absorbiendo su comodidad.
No puedo recordar un momento en el que me haya acostado en
una cama y acurrucado. Debería estar enojada de que se metió en mi
habitación, pero me sentía triste cuando nos separamos anoche. Había
querido acostarme en la cama con él, quedarme dormida en sus brazos.
Ayer fue más perfecto de lo que podría haber imaginado. El cambio en 33
él fue loco, y todavía no sé qué hacer con él. Todavía parecía gruñón
con los demás, pero no conmigo. Extrañamente me gusta que sólo yo
consiguiera ese lado de él. Sus palabras son siempre suaves y bajas
cuando me habla. Casi como si fuera algo precioso que podría asustar.
Me maneja con cuidado para evitar asustarme.
Me estoy enamorando de él y no estoy segura de poder detenerlo.
Todavía puedo sentir sus labios contra los míos. Cuando salí de la ducha
anoche, me quedé mirándome en el espejo durante un largo rato.
Mis labios seguían hinchados de sus besos, mi vientre se hallaba
hinchado con su hijo, y miraba como siempre soñé: feliz después de
encontrar a un hombre que me amaba y emocionada por crear una
familia con él. Pero no es real. Tengo que tener cuidado de no dejarme
llevar. Las cosas no han ido como lo planeé, y tengo miedo de hacer
estallar esta pequeña burbuja. Me pregunto cómo van a cambiar las
cosas cuando Ty se entere. Me pregunto si incluso quiere hijos. Ya ha
pasado un buen pedazo de su vida ayudando a criar a sus hermanos y
hermana. Su hermana apenas ha salido de la casa, y tirarle un bebé
podría ser una sorpresa desagradable.
Siento que sus labios comienzan a moverse contra mi cuello. El
rastrojo de barba en su rostro roza contra mi piel, haciendo que la piel de
gallina estalle por todo mi cuerpo. La suavidad de sus labios emparejada
con la aspereza de su barba se siente perfecta. Incluso sus besos son
como él. Primero sientes su aspereza, luego la suavidad que oculta allí
sale. Presiona perezosamente sus besos contra mi cuello. Inclino la
cabeza un poco, queriendo que siga haciéndolo. Queriendo esos besos
por todas partes.
—Podría despertarme así todas las mañanas —murmura, y solo dejo
salir un pequeño gemido. Lo siento sonreír contra mí—. Lo siento, traté de
mantenerme lejos. No sé por qué, pero no puedo.
Siento que una de sus manos comienza a levantar mi muslo, su
áspera palma se siente bien contra mi piel. Mis piernas se separan un
poco por sí mismas. Él toma la abertura para deslizarse entre mis muslos,
acunándome. Jadeo al contacto y mi cuerpo despierta. Cualquier resto
de somnolencia es borrada mientras siento que mi pulso comienza a
acelerarse.
Mis caderas se levantan, deseando lo que está haciendo. Su dedo
se mueve hacia delante y hacia atrás, lentamente burlándose de mí, y
me oigo gemir.
»¿Quieres que siga adelante, cariño? —pregunta, con una voz
ronca, y me pregunto si se siente tan excitado como yo. No creo que me
haya sentido así antes. Cada parte de mí duele.
—Por favor —digo tan suavemente que no estoy segura de que
pueda oírme. Mi timidez empieza a tomar el control. Pero entonces su
mano se desliza bajo mis bragas desde el costado. Una de sus piernas se 34
envuelve alrededor de la mía, tirándome abierta para él.
—Haría cualquier cosa para oír ese pequeño gemido que acabas
de hacer. Yo debería ser el que dice por favor. No tú.
Mis ojos se cierran cuando sus dedos comienzan a moverse.
»No sabía que algo pudiera sentirse tan suave —susurra contra mí—
. Se siente tan perfecto. —Otro beso aterriza, esta vez su lengua barre
para probarme—. Se siente tan mío. —Gruñe mientras un dedo empuja
en mí. Puedo sentir lo húmeda que estoy, la facilidad con que su dedo se
desliza en mí.
»Joder, cariño. Te sientes tan malditamente apretada. —Su dedo
empieza a moverse dentro y fuera de mí. La palma de su mano frota mi
clítoris, y siento que me aprieto a su alrededor—. Muévete conmigo.
Muéstrame cuánto te gusta esto.
Mi cuerpo hace lo que manda mientras mis caderas comienzan a
empujar, imitando el sexo. —Ty. —Gimo.
—Jesús, ese es el sonido más dulce que he escuchado en mi puta
vida.
Parece que no puedo parar. Su nombre se derrama de mi boca
una y otra vez hasta que mi cuerpo se bloquea y exploto. Siento
humedad saliendo de la esquina de mis ojos, y me quedo allí, incapaz de
sentir un músculo en mi cuerpo. Es como si toda la tensión y preocupación
que tenía se evaporó y lo único que queda es una sensación dulce y
cálida que cae sobre mí como una cálida manta.
Mis ojos vuelan abiertos, arrancándome de mi fulgor, cuando siento
que el cuerpo de Ty se mueve entre mis piernas. No tengo ni idea de
cómo se movió sin que me diera cuenta.
Me mira. »Quiero ver todo de ti. Probarte. —Voy a agarrarle la
mano, pero él sube mi camiseta y todo mi cuerpo se congela cuando sus
ojos se cierran sobre mi estómago. Siento que todo el mundo se detiene.
Mi momento perfecto se rompe. La burbuja en la que quería quedarme
un poquito demasiado tiempo se fue.
Las lágrimas de placer que derramé hace momentos se congelan
en mis mejillas. La mano de Ty cae en mi estómago como si no pudiera
creer lo que ve. Entonces sus ojos viajan lentamente hasta los míos.
»¿De quién es?
Parece que no puedo encontrar las palabras, y entonces me salva
del problema.
»No respondas eso. —Veo que su respiración se acelera. Su mano
se mueve sobre mi vientre—. Eres mío ahora —dice a mi estómago, y no
sé si habla conmigo o con el bebé.
35
B
uscando en sus ojos, veo que hay algo allí. Es un indicio de lo
que parece culpa, y supongo que es porque me lo ocultaba.
No hay nada que pueda decirme que me haría no quererla,
y un bebé no va a hacerlo. Siempre he querido una familia, pero seguí
poniéndolo en segundo plano. Pensé que en algún momento sucedería,
y luego pensé que nunca lo haría, sobre todo después de mi accidente
con el toro. Era intratable y acostumbrado a hacer las cosas a mi manera,
y sabía que este tipo de vida no era para todos. Pero de lo que Mary-
Jane y yo hemos compartido, esto es correcto. Lo sé en lo profundo de
mi alma que es la única para mí, y se encontraba destinada a estar aquí. 36
Me trajo de vuelta a la vida, y estoy hablando de algo más que mi polla.
Me hace querer ser alguien más suave para ella.
—Sólo déjame amarte un poco, cariño.
Extraigo sus bragas y me muevo entre sus piernas. Quiero besar
cada centímetro suyo, y quiero empezar aquí mismo.
— Ty. Hay um... —tartamudea Mary-Jane mientras me inclino hacia
delante y le doy una larga lamida—. Debemos hablar. —Sus palabras
terminan en un gemido mientras pongo mi boca abierta en su coño y
empiezo a chupar.
Su sabor llena mi boca, y estoy perdido. Muevo dos dedos hasta su
abertura y los deslizo dentro de ella. Se siente tan jodidamente apretada
que no sé cómo voy a meter mi polla en ella, pero lo haré. No me importa
cuánto tiempo tome, quiero hacer el dulce amor a esta cosita.
—Estoy limpio, bebé. Tuve un accidente hace unos años, y tuve
todas las pruebas bajo el sol hechas en mi polla. Te voy a tomar a pelo.
—Casi gimo ante mis propias palabras mientras pienso en tomarla sin
nada entre nosotros. Algo así me habría asustado antes. Habría sido
demasiado íntimo. Pero no con ella.
Deslizando mis dedos dentro y fuera, trato de estirarla un poco más
con cada empuje. Pongo mi boca en su clítoris e intento darle placer
mientras la estoy preparando para tomarme. Gime y tiembla debajo de
mí, y puedo sentir sus jugos empapando mis dedos. Se halla tan cerca de
venirse, y siento que estoy a punto de explotar. No he hecho nada más
que tocar mi polla y palpita de necesidad como nunca antes he sentido.
Han pasado años desde que he tenido un orgasmo, y estoy un poco
aterrorizado de la cantidad de esperma que voy a poner dentro de ella.
Diría que si ella no estuviera ya embarazada, es probable que lo estuviera
después de esta primera vez.
Sus manos se acercan para agarrar mi cabello corto, y aunque
creo que va a sacarme de ella, sólo me sostiene mientras chupo su coño.
Los malditos sonidos que hace me vuelven loco, y necesito hacer que se
venga más de lo que necesito mi siguiente aliento. Al sentir sus piernas
temblar a ambos lados de mi cabeza, alcanzo mi mano libre y la deslizo
hacia uno de sus pechos, pellizcando el pezón duro. La pequeña
sensación extra es suficiente para hacerla disparar, y ella llega al borde
con un grito de placer.
Me como su orgasmo mientras se viene en mi boca, y sabe
jodidamente dulce. Soy adicto a cada centímetro suyo, pero este premio
entre sus muslos me hace sentir como un maldito medallista de oro.
—Más, cariño. Quiero otro.
Y me lo da. Se espalda se arquea, y se dispara en otro clímax
mientras trabajo mi lengua en su clítoris y mis dedos dentro de su coño.
La froto tranquila y suavemente y persuado otro pequeño orgasmo 37
después de ese. Su cuerpo se estremece y tiembla con las secuelas, así
que suavemente saco mis dedos y los lamo para limpiarlos. No quiero que
ni una gota de ella vaya a perderse.
Cuando me siento y la miro, ella es un lío hermoso. El sudor ha
brotado en su cuerpo, y ha causado que sus rizos se peguen al lado de
su cara. Su camisón está empujado hacia arriba y casi toda ella está
expuesta en la luz fresca de la mañana.
Nunca he visto nada más hermoso, y no tengo intención de dejar
de complacerla.
Se estira por mí, y me muevo encima de ella. Siento sus manos
empujando mi ropa, y la ayudo a sacármelas. Deslizo su camisón el resto
del camino, así estamos piel con piel mientras el sol fluye sobre nosotros.
Soy duro y rígido, y ella es cálida y suave. Su cuerpo me protege mientras
me muevo entre sus muslos y presiono la cabeza de mi polla roja enojada
a su abertura.
—Ve despacio, Ty. Nunca he hecho esto antes.
Bajo la mirada a su pancita y creo que quiere decir que no ha
tenido sexo estando embarazada. No quiero saber los detalles de cómo
llego a esto y por qué tuvo que huir, pero me alegro de que corrió en mi
dirección. Porque la he atrapado, y ella no va a ninguna parte. Voy a
amarrar su pequeño trasero en mi cama.
—Despacio, cariño. Muy despacio.
Cuando nos besamos, todavía puedo saborear la dulzura de su
coño, y me vuelve jodidamente salvaje. No sé cómo demonios se supone
que debo controlarme cuando tengo algo tan perfecto y hermoso
debajo de mí.
Empujo lentamente, tratando de controlar a la bestia en mi
espalda que me dice que la folle a través del colchón. Mary-Jane es
especial y dulce, y quiero ir despacio con ella. Entro en ella centímetro a
centímetro, y se tensa mientras avanzo. Me detengo unas cuantas veces
para dejar que recupere su aliento, pero me dice que siga adelante. No
me gusta pensar en ella estando con otra persona, pero debe haber
tenido una pequeña polla si todavía se encuentra apretada como una
virgen como lo es ahora. Ese pensamiento de alguien dejándola en su
estado me hace enojar, pero también feliz por ello, porque ahora voy a
hacerla mía. Voy a hacerle saber que bajo ninguna circunstancia alguna
vez va a dejarme, y que su bebé es ahora mi bebé. Y vamos a ser una
maldita familia. Para siempre.
Finalmente, estoy todo el camino dentro de ella, y me detengo
para dejarla relajarse un poco más. Nos besamos y siento cada
centímetro de ella, frotando su piel suave y curvas. Cuando finalmente
empieza a mover sus caderas debajo de mí, sé que está lista para que
haga el amor con ella. Tengo cuidado de mantener mi peso fuera del
vientre del bebé, y empujo lentamente dentro y fuera. 38

Moviendo mi boca más abajo, chupo sus pezones, y ella casi se


sale de la cama. Son tan sensibles, y pienso en cómo van a saber una vez
que su leche entre en juego. El pensamiento hace que mi polla dura-
como-el-acero gotee un poco dentro de ella. No puedo creer que estoy
consiguiendo todo lo que siempre he querido con la mujer más hermosa
que he visto. Puede que no nos conozcamos mucho, pero ya sé que es
la persona más amable que he conocido, y haré todo lo que esté en mí
para cuidar de ella. Para mantener esa mujer suave y dulce viva y
vibrante mientras crecemos juntos.
Llego entre nosotros y froto su clítoris con mi pulgar, sintiéndola
apretarse alrededor de mí.
—No puedo... —comienza a protestar Mary-Jane contra otro
orgasmo, pero no la dejo escapar.
—Puedes, cariño. Y lo harás. —Me inclino y chupo su pezón en mi
boca, y ella grita de placer. Lo dejo salir con un pop de mi boca y lamo
entre sus pechos—. Dame lo que quiero, Mary-Jane. No me detendré
hasta que lo consiga.
Me inclino y la miro, observando la suave luz de la mañana
extendiéndose sobre ella, y se viene debajo de mí. La vista es suficiente
para enviarme por el borde, y empujo duro una última vez, vaciándome
dentro de ella. El orgasmo viene de cada centímetro de mi cuerpo, la
liberación a diferencia de cualquier placer que he sentido. Es palpitante
e intensa, y puedo sentir el semen corriendo entre nosotros porque hay
demasiado para que ella lo retenga.
Una vez que recupero el aliento, la miro, sonriendo, y ella me
devuelve una sonrisa suave. Quiero colapsar encima de ella, pero no
puedo, así que me retiro y me acuesto a su lado, acunando su vientre y
acariciándole el cuello. Quería tomarlo con calma e ir poco a poco con
ella. Sé que soy demasiado fuerte, y eso podría asustarla. Cuando quiero
algo sólo lo tomo, pero esto ha cambiado las cosas. No habrá el tomarlo
lento. Tengo que hacer mi reclamo.

39
M
e quedo allí, sin saber qué decir. Tantas cosas corren por
mi mente. Eso fue increíble y más de lo que jamás me
imaginé que mi primera vez podría haber sido. Cierro los
ojos, disfrutando de la sensación de Ty frotando distraídamente mi
estómago. Me siento entera por primera vez en mi vida. Algo se ha
reunido en mí, y ni siquiera sabía que lo necesitaba tan mal. No puedo
perder esto.
No puedo creer cómo respondió. Cómo actúa al averiguar sobre
el bebé. No parece enojado. En todo caso, me parece aún más posesivo.
Pero, ¿qué pensará cuando descubra que es su hijo dentro de mí? 40
¿Cómo reaccionará ante el hecho de que no haya elegido tener a este
bebé?
Abro la boca para decir algo, pero no puedo pensar en cómo
decirle. Entonces se levanta de la cama y se pone sus bóxers. Me siento
y lo observo, agarrando la sábana para cubrirme mientras sigo
sintiéndome un poco cohibida. Nunca he estado desnuda frente a un
hombre antes. Es algo que tomará algún tiempo para acostumbrarme.
Ty recoge mis cosas, arrojándolas a mi equipaje que he situado en
la esquina de la habitación. Había desempaquetado todas mis cosas, y
verlo embalar hace que mi sangre se enfríe. ¿Lo malinterpreté? O tal vez
la realidad lo ha alcanzado ahora que la bruma de la lujuria se ha
desvanecido.
Se acerca al armario, y en un gran agarre tira de mi ropa. Luego
agarra el equipaje y sale de la habitación, sobrecargado con ropa y
cajas.
—¡Ty! —grito y lo persigo, pero no se dirige hacia el frente de la
casa. En cambio, entra en su dormitorio. Lo sigo, sosteniendo la sábana
mientras lo veo empezar a poner mis cosas en su habitación.
—Quería ir dulce y lento y hacer que te enamores de mí, hacer que
te quieras quedar, pero ahora lento no va a funcionar —dice. No estoy
segura de si habla conmigo o consigo mismo. Abre su armario, saca algo
de su ropa del camino, y cuelga la mía junto a la suya. Ver mi ropa junto
a la suya hace que algo se asiente dentro de mí. Un sentido de
pertenencia, que nunca había sentido antes.
»Ningún hijo de puta va a aparecer aquí pensando que tú o mi
bebé le pertenecen. —Gruñe, pisoteando hacia el equipaje que arrastró.
Abre mi bolsa negra y saca más de mis cosas. Se detiene y mira uno de
los libros de bebés y se mueve para poner ese en la mesita de noche.
»¿Sabes qué? Espero que trate de aparecer aquí. Este es el maldito
Texas, después de todo. No puedes caminar sobre la tierra de otro
hombre y tratar de tomar lo que es suyo sin terminar con algunos agujeros
en ti.
Se vuelve para mirarme, sus ojos duros y posesivos se centran en mí.
Sólo lo miro, con la boca abierta, los ojos muy abiertos. Entonces se
suaviza.
»Lo siento, querida. —Sus largas piernas comen por completo la
distancia entre nosotros—. Nunca te haría daño, no tengas miedo. —Se
inclina y coloca un suave beso en mis labios. Mucho más suave de lo que
crees que conseguirías de un hombre como él. Luego me levanta, me
lleva a su cama y me acuesta.
»Te ves bien en mi cama. Nuestra cama —se corrige—. No te
muevas. —Se levanta de la cama y se acerca a su tocador, cava a través
de uno de los cajones, y regresa. 41
»Este bebé será un Jennings. —Siento que algo se desliza en mi
dedo—. Serás la señora Jennings. Nadie aparecerá aquí tratando de
decir lo contrario. Mañana iremos al tribunal y lo haremos oficial. —Echa
un vistazo al reloj en la mesita noche—. Tal vez todavía podamos ir a la
ciudad hoy y empezar los trámites.
Va a retirarse de la cama, y lo agarro. —Vas tan rápido. No puedo
ponerme al corriente —le digo. Todo parece demasiado bueno para ser
verdad.
—No tienes que ponerte al corriente. Está pasando. —Su rostro se
endurece de nuevo, y puedo ver la preocupación en su mirada—.
Quienquiera que te dejó escapar entre sus dedos. No cometeré el mismo
error, aunque tenga que amarrarte a esta cama para mantenerte aquí.
Sobornaré a un juez para que firme nuestro matrimonio. Sucederá.
Eso probablemente debería asustarme, pero no lo hace. De hecho,
siento que mi cuerpo se calienta de nuevo. —No estoy diciendo que no,
pero hay algo más que debes saber.
—Tenemos toda nuestra vida para ponernos al día. —Se inclina,
colocando su frente contra la mía—. Necesito esto. Tengo que saber que
no vas a ir a ninguna parte. Que no voy a perderte. —Pienso en cómo
perdió a su mamá y papá, y que el miedo de perder a alguien más monta
duro en él.
—No voy a ir a ninguna parte —le digo. Me acerco para correr mis
dedos a través de su mandíbula, sintiendo el rastrojo contra mis dedos.
Asiente y se levanta. Extiende la mano por mí para tirarme de la
cama con él. —Pongámonos en camino entonces. Necesitamos... —Sus
palabras se desvanecen, y su rostro palidece. Sigo su línea de visión hasta
el punto entre mis piernas, y veo un rastro de sangre en mis muslos. Verlo
hace que mi cara se ruborice.
»¡Oh Dios mío! ¡Mary-Jane, estás sangrando! ¡El bebé! —grita, el
pánico claro en su rostro. Se arrodilla ante mí, inspeccionando la sangre—
. Tenemos que llevarte a un hospital. —Se levanta, pero antes de que
pueda correr, agarro su brazo.
—Ty, estoy bien —trato de tranquilizarlo.
—No sé mucho, si cabe, sobre el embarazo, pero estoy
jodidamente seguro de que no se supone que debas sangrar.
—Esa sangre no es del embarazo. —Se detiene y me mira fijamente
confundido—. Es porque fuiste mi primero. —Puedo decir por su cara que
todavía no entiende lo que estoy diciendo—. Tomaste mi virginidad.
—Pero…
Lo corto sólo queriendo sacar las palabras. —El bebé. —Tomo una
respiración profunda, tomando mi rumbo—. El bebé es tuyo.
—Como la mierda que tienes toda la jodida razón. 42

Tengo que morder mi mejilla para no reírme de eso.


—Quiero decir, me inseminaron artificialmente, y hubo una
confusión. —Simplemente sigue mirándome como si las cosas no
sumaran, así que continúo—: Fui al Centro de Fertilidad Caro para
hacerlo. En realidad es por eso que estoy aquí. He venido para decírtelo.
—Está claro por su cara que conoce el Centro y que las cosas comienzan
a hacer clic en su lugar—. Me dieron a tu bebé.
Sólo me mira un segundo antes de dar la vuelta y salir de la
habitación. Me quedo allí, insegura de si debo seguirlo, hasta que oigo
gritos procedentes del otro extremo de la casa. Tomo una de sus camisas
y la deslizo sobre mi cabeza antes de ir a ver lo que sucede. Cuando entro
en la cocina, anda de un lado a otro con un teléfono presionado a su
oído.
—¡Quiero que todo sea destruido! —grita en el teléfono. El volumen
de su voz me hace saltar—. Todo.
Se queda callado por un segundo. »¿Hubo alguna otra confusión?
—Esas palabras son tranquilas y siniestras, y mi corazón se congela
cuando las escucho—. Tienes jodida suerte. —Con eso, cuelga el teléfono
y lo deja caer sobre el mostrador. Me quedo congelada en el lugar, y él
se vuelve para verme allí.
Suelta un suspiro profundo. »Está bien —me dice, pero no puedo
moverme—. Lo tengo todo destruido. —Doy un paso atrás lejos de él.
Parece tan enojado.
»Ninguna otra jodida mujer va a tener mi semen en su interior,
excepto tú. Si hubiera descubierto que tuvieron otra maldita confusión,
habría quemado ese maldito lugar para ti. —Cierra la distancia entre
nosotros—. Sólo tú llevas a mis bebés.
Su boca cae sobre la mía con un beso posesivamente dulce. Mis
pies dejan el suelo, y nos siento moviéndonos por la casa hasta que mi
espalda golpea la cama.
»Nunca pensé que estaría feliz de que ese toro casi me quitara mis
bolas, pero lo haría de nuevo si te pone en el camino hacia mí. —Le
sonrío—. Sabía que eras tú en el momento en que saliste de tu auto. Me
despertó de nuevo. Sabía que sería el hombre que te amaría para
siempre.
—Yo también te amo —le digo, pensando en cómo todas estas
pequeñas cosas nos unieron. Como si el universo estuviera asegurándose
de que nos encontráramos, de una manera u otra.

43
L
a acuesto en la cama, y luego me cierno sobre ella y miro a su
hermoso rostro. Su mano sube a mi mejilla y siento la banda fría
contra mi piel. Apartando su palma, miro el anillo en su dedo y
luego de nuevo en sus ojos.
—Eso pertenecía a mi mamá. Mi papá se lo dio cuando se le
propuso, y después de que murieron, vino a mí. Pensé que tal vez Dolly
debería tenerlo, pero dijo que si un hombre quería casarse con ella y no
tenía un anillo, ella no lo quería.
Mary-Jane me da una sonrisa, y siento que mi corazón se hincha de
44
amor.
»Lo guardé, pensando que tal vez uno de mis hermanos lo querría
un día. Pero después de verte, supe dónde acabaría. Sé que mi mamá
te hubiera querido desde el momento en que entraste en la casa.
Envuelto sus brazos alrededor de ti y te hubiera hecho una parte de la
familia. Tienes un espíritu como ella. Tu corazón es bueno y puro, y sé sin
sombra de duda que eres la única para mí.
Mis labios caen sobre los suyos, y saco la ropa de nuestros cuerpos.
No puedo mantener mis manos y boca fuera de ella. Cuando estamos
completamente desnudos, me muevo entre sus piernas y ubico mi polla
en su abertura, pero no empujo hacia delante.
»Quiero saber todo lo que hay que saber sobre ti, Mary-Jane, pero
primero quiero hacerte el amor lento y dulce.
—Nada me haría más feliz.
Empujando dentro de ella, cubro mi polla en su calor cálido y
resbaladizo. Su agarre apretado pulsa alrededor de mí, y gimo ante la
sensación. Ella es tan perfecta, y nunca pensé que pudiera ser tan bueno.
Es increíble.
A un ritmo perezoso, me retiro y luego hago mi camino de vuelta.
Cepillo mechones de cabello lejos de su rostro y la beso suavemente
mientras sólo disfrutamos de la sensación de hacer el amor. La sensación
de ser uno y estar completo.
No puedo creer que vamos a tener un bebé. Me he comprometido
y seré un padre en una sola mañana. No hay manera de saber cómo será
el resto de nuestras vidas si es así como empezamos. No puedo esperar a
que empiece la aventura.
—Te amo tanto, Mary-Jane. Y amo a nuestro bebé. —Apoyo mi
mano en su vientre entre nosotros, con cuidado de no poner demasiada
presión sobre ella—. Estoy tan feliz.
—Yo también, Ty. Yo también.
Beso su cuello hasta sus pechos, chupando un pezón en mi boca y
luego moviéndome hacia el otro. Amo cada centímetro suyo mientras mi
gruesa polla la llena. Su clímax se construye, y siento sus piernas
envolverse alrededor de mi cintura, apretándome fuerte.
»Tan cerca, Ty. Estoy justo ahí. Vente conmigo.
Dos golpes largos más y explotamos juntos. Siento que su coño se
aprieta y se estremece, viniéndose en mí. Me sostengo sobre ella mientras
la lleno, y dejo que mi semilla inunde su vientre apretado.
Nuestro hacer el amor no creó a este bebé dentro de ella, pero nos
unió. Y esa es la parte más importante. Tendremos que trabajar siempre
en los detalles, pero lo más importante es tenerla a mi lado. 45
Volviéndonos, pongo a Mary-Jane encima de mí sin retirarme. Yace
sobre mi pecho, y después de un momento se sienta y comienza a
moverse. Mi polla no ha bajado desde que la conocí, y va a tomar mucho
tiempo antes de que finalmente lo haga.
Le sonrío mientras se mueve lentamente de arriba abajo, gimiendo
a cada paso. Se ve como una diosa sobre mi polla, y quiero acostarme
aquí y adorarla hasta mi último aliento. Me aferro a sus caderas y la
mantengo firme mientras me monta. La he marcado con mi bebé, y
ahora quiero imprimirme en su alma.
—Cásate conmigo hoy, cariño. Después de esto, quiero llevarte al
tribunal y obtener la licencia. No quiero que pase otro día sin hacerlo
legal. Tú y yo y nuestro bebé. Hazme el hombre vivo más feliz y cásate
conmigo.
—Soy tuya, Ty. Yo y nuestro bebé. Fui tuya desde el momento en
que nos conocimos, y mi objetivo es mantenerte también.
No toma mucho tiempo antes de que ambos alcancemos nuestra
cima y nos corramos juntos.
Quiero hacer todo lo posible para sellar este trato, y el pensamiento
de eso me arrastra fuera de la cama.
Agarro mi celular en el camino y llamo al primer número en él.
—¿Hola? —dice Dolly, todavía medio dormida.
—Me voy a casar hoy. Ve a buscar a Blake y a Trace y nos
encontramos en la corte. Voy a pedirle al viejo juez Thompson que
ejecute los papeles hoy. Me debe un favor después de que rompí a su
último caballo.
—¿Qué carajos? —escupe Dolly, y cuelgo.
Miro a Mary-Jane, que se ríe de mí. Mi sonrisa coincide con la suya
mientras la tiro en la camioneta y la hago sentarse en el medio, justo a mi
lado. Justo donde estará para el resto de nuestras vidas.

46
Un poco más de un año después...

—C
reo que finalmente está lista para ti.
Me acerco y tomo a Mary-Jane de la mano. Mi
hermano Blake se halla sentado en la hierba con
mi hijo T.J. y le está hablando de mujeres. Sólo ruedo mis ojos. Él es la última
persona en el mundo que quiero dándole consejos de vida amorosa a mi
hijo. Anda todo colgado por alguien que no le dará ni la hora del día.
Pero T.J. balbucea muy bien ahora, así que tal vez podría ofrecerle un
poco de ayuda a Blake. 47
Mary-Jane y yo caminamos al corral del caballo y miramos a Rarity.
Me tomó mucho tiempo amansarla en donde me sentía lo
suficientemente cómodo para que Mary-Jane la montara, pero creo que
las dos están listas. Mary-Jane ha estado trabajando con ella a mi lado, y
creo que algo sobre su presencia ha contribuido en gran medida para
calmar al caballo. Han creado una conexión, y estoy feliz de que Rarity
se haya unido a mi Mary-Jane.
—¿Estás lista? —pregunto, apretándole la mano.
Me mira con ojos brillantes y asiente con la cabeza. —Síp. Hoy es el
día.
Caminando dentro del corral, Mary-Jane camina hacia Rarity y le
acaricia el cuello. Me retiro, apoyándome en la valla y viendo cómo
habla con ella en una voz calmada y suave. Dios, mi esposa es hermosa.
Si es posible, se pone más hermosa con cada día que pasa. Lució
radiante todo el embarazo con Ty Junior, o T.J. como lo llamamos, pero
incluso después sigue teniendo ese brillo. Algo en ella sólo tira de cada
parte de mi corazón, y la amo más cada día.
Miro mientras se sube a Rarity y la estabiliza. Toma un momento
para adaptarse, y luego Mary-Jane se inclina hacia delante, acariciando
su melena. Le susurra palabras de calma, y después de unos momentos,
comienzan a caminar alrededor del corral.
—Ella se ve bien allí arriba.
Miro detrás de mí a mi hermano y luego de vuelta a Mary-Jane.
Trace se acerca a mí y se apoya en la valla.
—Sigues mirándola y voy a hacer que sea lo último que veas.
—Cálmate, hermano mayor. No quiero a tu mujer. Sólo quería decir
que hace un buen trabajo aquí en el rancho. Jesús, eres tan sensible con
ella.
Lo miro y le doy una sonrisa socarrona. —Sólo espera. Un día
encontrarás a la única, y entonces tendrás que mantenerla alejada de
cualquier otro hombre en el planeta.
—Pfft —se burla—. Nunca voy a sentar cabeza. Blake es el que tiene
la mirada de cordero degollado por esa chica de la ciudad. —Se vuelve
para mirarlo y al pequeño T.J. sentado en la hierba—. ¿Yo? Me voy a
quedar solo. No necesito el drama de las mujeres. Todo lo que necesito
es mi tierra y mi caballo.
—Hablas como un verdadero tejano.
Miro de vuelta a Mary-Jane, y ella me mira. Le doy un pequeño
saludo, y me sopla un beso. Lo atrapo y luego se lo soplo de vuelta. Es
tonto y estúpido y jodidamente no me importa. Amo a esa maldita mujer
y no tengo miedo de mostrarlo.
»Un día, hermanito. Un día cambiarás de opinión. Ella volverá tu 48
mundo al revés, y suplicarás que se quede así. Recuerda mis palabras.
Blake Jennings siempre ha querido lo
que sus padres tenían: un amor dulce y
sencillo que dura toda la vida. Y cuando
conoce a Luciana, sabe que ella es la
única.
Luciana Salazar proviene de una familia
muy unida que la empuja a seguir sus
sueños. Cuando toma un trabajo en el
Rancho Braided Rope, la última cosa
que espera es enamorarse de su dueño,
el hombre de cabello oscuro que ha
visto mirándola en el pueblo.
Roping the Virgin es excesivamente
dulce, con una cucharada enorme de
vapor sexy. Blake saca a Luciana de sus
pies y le da la vida que siempre ha
soñado.
49
Advertencia: Ridículo es lo
suficientemente cerca para describir
esta breve historia irresistible. Vuelve a la granja Jennings y saca una
mecedora. Te gustará la forma en que te tratan.
Alexa Riley son dos amigas atrevidas que
se juntaron y escribieron algunos libros sucios.
Ambas son madres casadas que aman el fútbol,
donas y tienen una obsesión por los héroes de los
libros.
Se especializan en historias de amor insta-
love, exageradas, dulces y cursis que no toman
todo el año para leer. Si quieres algo SEGURO,
corto, y siempre con un felices para siempre, entonces, ¡Alexa Riley es
para ti!

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