LA EDUCACIÓN PROHIBIDA

Estamos en un contexto social en el cual la educación es el centro de la formación del individuo,

pero entramos en el cuestionamiento ¿Será este el modelo adecuado de educación para las
nuevas generaciones, que garantice su calidad de vida? Así comienza el documental “La
educación prohibida” filmado en Argentina y estrenada en el año 2012 en un formato de cine
independiente, con la visión de diferentes especialistas y profesionales en la educación de
América Latina y España.

El objetivo del documental es mostrar cómo somos víctimas de un sistema político y educativo,
como afirma el especialista Carlos Calvo “El estudiante no fracasa, es el sistema mal planteado”,
tanto maestros como estudiantes son esclavos de una estructura obsoleta, que busca educar
trabajadores sin ningún criterio, todo lo contrario, busca personas que sean uno más en la masa,
cuyo objetivo no sea la transformación social, si no, por lo contrario, es solo buscar la
supervivencia y el bien individual, la escuela se convierte en un espacio que aburre, que inculca
temor y presión cuantificable al individuo, ya que sus capacidades son medidas mediante
números, premiando unas competencias adquiridas y un currículo instaurado para cumplir con
rigurosidad, dejando de lado la formación del ser humano.

Ahora bien, no se debe culpar en su totalidad al maestro que es aquel que pone el pecho en el
aula de clases, en base a mi experiencia personal, muchas veces como maestros nos vemos entre
la espada y la pared, ya que cuando iniciamos nuestra práctica docente tenemos el ideal de
transformar el mundo desde las aulas, con el entusiasmo de darle un giro al proceso de
enseñanza- aprendizaje, pero sin darnos cuenta somos hijos de un sistema, y caemos en el error
de educar como fuimos educados, siendo así víctimas de un régimen en el cual se nos limita y
nos presiona para dar lo que ellos denominan “ resultados”, al igual que los niños, también
somos medibles y cuantificables.

Si la información, la sociedad, las culturas y el conocimiento van en constante cambio, ¿Por

qué los sistemas educativos no cambian? ¿Por qué el objetivo de educar es medir un
conocimiento y unas competencias de manera homogénea? ¿Será el miedo de salir de una zona
de confort en la que llevamos años? Todos estos interrogantes nos llevan a concluir que no
somos capaces de generar un cambio, que olvidamos los valores, el respeto, el pensamiento
crítico y la humanización del individuo por cumplir por ser esclavos de unas leyes que, (como
a los niños en nuestras aulas) no se cumplen somos castigados, en eso consiste ese círculo
vicioso.

Para finalizar, vemos el desentendimiento del padre de familia en la formación del niño, como
buscan de alguna manera quitarse la responsabilidad de formar a su hijo, de compartir, de jugar
con él y brindar tiempo de calidad, dejando así un vacío emocional y formativo en los niños,
delegando responsabilidades en la escuela que no deben existir.

Una de las grandes expectativas cuando hablamos de política educativa, es conocer la norma,
aprender a interpretarla, apropiarla, conocer sus desequilibrios, pero también sus fortalezas, y
cómo partiendo de la misma, podemos ser agentes de cambio educativo, que herramientas
tenemos y cuales debemos conseguir con esfuerzo y dedicación, para hacer del proceso
educativo algo coherente con las necesidades actuales, siendo el acto de aprender un proceso
que se disfruta y que sea una vivencia significativa, no solo para el niño, sino también para el
maestro.