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Sobre el concepto de “Dominación” en Weber:

Max Weber comienza su reflexión sobre la dominación indicando que ella caracteriza a
todas las comunidades. La dominación es una relación social, donde existe cierto grado de
liderazgo. La sociedad acepta que está liderada. Es decir la dominación se ve consensuada,
pero no por eso no existe una dominación por medio de la violencia.
La dominación -su desarrollo- determina que la acción de la comunidad se oriente hacia un
fin. La dominación no es exclusivamente dominación económica, ni se vale solo de medios
económicos. Sin embargo, el poder económico es, frecuentemente, un medio adecuado para
ejercer la dominación. La violencia es el medio específico del Estado (monopolio de la
violencia).
 Obediencia quiere decir que la actitud del que obedece se desarrolla como si el
contenido de la orden se hubiera convertido en una norma interiorizada de la propia
conducta del que obedece
 Ninguna dominación se conforma voluntariamente con tener como posibilidad de su
persistencia motivos exclusivamente materiales, afectivos o racionales con respecto a
valores. Todas se afanan más bien, por suscitar y fomentar la creencia en su
legitimidad.
QUIEN HACE POLÍTICA ASPIRA AL PODER; AL PODER COMO MEDIO PARA
CONSECUCIÓN DE OTROS FINES (IDEALISTAS O EGOÍSTAS) O AL PODER
“POR EL PODER”
Del tipo de legitimidad pretendida por la dominación (fundamental en Weber para construir
los tipos ideales) dependerán:
 El tipo de acatamiento
 El tipo de cuadro administrativo encargado de garantizarlo (de suma importancia para
Weber ya que es el cuadro administrativo el que permite la dominación ejecutando las
ordenes de los dominantes)
 El carácter que adopta la dominación
 Los efectos de la dominación

LOS 3 TIPOS PUROS DE DOMINACION LEGITIMA


El estado es una dominación, en la cual se necesitan justificaciones internas para obedecer.
Por eso conviene (propone Weber) distinguir las clases de dominación de acuerdo a sus
pretensiones típicas de legitimidad y propone sus construcciones de los 3 tipos ideales
puros de “Dominación” y son:

a) Racional (Legal, Burocrática)


La dominación legal se basa en varias ideas entrelazadas:
La dominación legal se caracteriza por estar sujeta a normas, contar con un cuadro
administrativo escogido por el dirigente, existir una separación clara entre el cuadro
administrativo y los medios de administración, tener un sistema de jerarquía administrativa
claro, que fije y regule las formas de resolver un problema o una queja (Weber, 1983). La
dominación burocrática es el tipo más puro de la dominación legal.
 supone administración por el “saber”, (Burocracia) que es un rasgo racional principal y
específico
 Se apoya en la creencia de la legalidad de ordenaciones establecidas y de los
derechos de mando de aquellos a quienes esas ordenaciones atribuyen el ejercicio de la
autoridad (Tipo de autoridad legal)
 Se obedece por estatuto. El que obedece lo hace en tanto miembro de una asociación y
únicamente obedece al “derecho”. De tal suerte que cuando obedecen no obedecen a
una persona (por ejemplo a Cristina K) sino a un “orden” caracterizado por su
impersonalidad. Derecho positivo, ley escrita.

b) Dominación Tradicional
 Se apoya en la creencia en la santidad de las tradiciones que tienen vigencia desde
tiempos remotos
 Se apoya en la legitimidad de aquellos a quienes estas tradiciones atribuyen el ejercicio
de la autoridad (autoridad tradicional). Es decir que el poder se hereda
 La obediencia a la persona del señor proviene de la “tradición”, la que vincula al que
obedece a lo “consuetudinario”
 En el pasado se veía vinculado con virtudes como la espiritualidad, la magia, heroísmo,
poderes sobrenaturales, inteligencia.

c) Dominación Carismática
 Se apoya en la entrega extracotidiana –extraordinaria- al heroísmo, la santidad o
ejemplaridad de una persona.
 Las órdenes que imparte esa persona son emitidas o reveladas (autoridad carismática)
 Se obedece a un caudillo carismáticamente dotado, por mérito de la confianza personal,
por revelación, por heroicidad, ejemplaridad
 En su forma pura es particularmente extraordinaria, rara
 Cuando no es totalmente efímera (pasajera, momentánea), puede adquirir los rasgos de
una relación duradera, en la forma de:
 Congregación de creyentes
 Comunidad de guerreros o discípulos
 Partido o asociación política o sacerdotal

RUTINIZACION DEL CARISMA


 La dominación carismática, pasados los tiempos iniciales, cambia el carácter que la
definióm en su momento de nacimiento y se “rutiniza”: se racionaliza, se legaliza o
tradicionaliza. Los motivos de esta “rutinización del carisma” son:
 El interés ideal o material de los seguidores en la persistencia y continua
reanimación de la comunidad
 El interés ideal o material –muy poderoso- del cuadro administrativo, (que en este
tipo de dominación puede ser un “séquito”, discípulos, círculos de hombres de
confianza, etc.)
 Estos intereses cobran vigencia cuando desaparece la persona portadora del carisma,
y aparece el problema de la sucesión
 Se consolide la propia posición –ideal y material- sobre fundamentos cotidianos
estables, externos: restablecimiento de la normalidad de la vida cotidiana (familiar,
laboral), es decir una vida “plena” en lugar de una vida de “misiones” ajena al
mundo cotidiano, alejadas de la familia, la actividad económica, etc. (es decir
normalizar o “rutinizar” la vida cotidiana"

CARACTERISTICAS DE LA BUROCRACIA MODERNA

Weber indica que toda dominación sobre una pluralidad de hombres requiere de un cuadro
administrativo.
El tipo más puro de dominación legal es la que se practica mediante un cuadro
administrativo burocrático. Este cuadro dirige su actividad a la ejecución de las órdenes de
la dominación en cuestión, ordenes cuya obediencia se espera. El cuadro administrativo de
las “Dominación Legal/racional” (propio de nuestras sociedades occidentales modernas) se
llama “Burocracia”, y sus rasgos centrales son:

De acuerdo a Weber, la burocracia es un sistema de gobierno o control legal (en tanto que
está sometido a reglas explícitas y generales). Tiene ciertas caráctersticas.

 Todo lo que sucede dentro de una organización burocrática está debidamente


reglamentada.
 Todo lo que se transmite, peticione,formule está en la palabra escrita, es decir que
existe un carácter formal de las comunicaciones.
 Es impersonal (es decir, la autoridad va a quien tiene la capacidad de ejecutar ciertas
funciones, determinado por criterios establecidos en relación al desempeño de la
tarea y no en función de personas determinadas ya sea por tradición o carisma; ver
también «Meritocracia»). Esto es para que el poder no se herede y no genere
corrupción o nepotismo.
 Eficiente, eficaz y perdurable (en la medida que distribuye y coloca funciones y
poderes a los niveles adecuados de manera racional)- racional división del trabajo
de acuerdo a su capacidad
 Jerarquías y autoridades claras. En caso de x situación, siempre existe cierto
personal al cual acudir.
 Tiende a disminuir las desigualdades sociales (en la medida que por un lado
distribuye autoridad y por el otro el acceso a esa autoridad y sus posibles privilegios
no se transmiten de generación a generación).
 Rutinas estándares, hay un conjunto de reglas y normal a seguir que facilitan los
procedimientos.
Sin embargo, Weber también enfatizó que la burocracia puede anquilosarse, dado que
quienes tienen poder buscan preservarlo; y/o a carecer de flexibilidad, por ejemplo,
cuando confronta casos individuales o especiales.

El cuadro burocrático más puro está integrado por


 Funcionarios individuales
 Personalmente libres y solo sujetas a los deberes objetivos de su cargo
 Incluidos en una jerarquía administrativa rigurosa
 Con competencias estrictamente definidas
 De libre selección de acuerdo a calificaciones profesionales que es la base de su
nombramiento
 Perciben en dinero sueldos estipulados
 Se abre una perspectiva de una “carrera”, de ascensos según los años de desempeño,
por servicios u opinión de los superiores, etc.
 Los funcionarios están completamente separados de los medios administrativos, no
existe apropiación del cargo
 La disciplina y la vigilancia administrativas son estrictas

En conclusión, el funcionario burocrático se encuentra en una posición privilegiada dentro


de esta organización, por lo que hará todo lo posible por mantener dicha posición, evitando
al máximo que la demanda de expertos disminuya, que su designación sea por elección de
los dominados y que se vea afectada su seguridad económica. El funcionario burocrático
puede terminar cambiando su relación con el cargo, en vez de servir a éste, el cargo lo
utilizará en su beneficio. Hasta dónde esto puede interpretarse como una apropiación de los
medios administrativos, no es claro y, al parecer, no está resuelto por este autor.

Finalmente recordamos que para Weber el aumento de la “racionalidad” en todo el proceso


de secularización de las sociedades modernas, y el aumento especialmente de un tipo de
racionalidad no sustantiva (es decir de una racionalidad no guiada por valores si no por
fines “externos”), haría que progresivamente nuestra cultura o civilización se “mecanice”,
se “desencante”. Dado que la burocracia es indispensable y además se basa en un
sinnúmero de operaciones y acciones “instrumentales”, “impersonales” –según Weber- no
tendremos escapatoria de su “corcet de hierro”. Así Weber es pesimista con respecto al
destino de nuestras sociedades.

Consecuencias de la burocracia
Las consecuencias de la burocracia se pueden agrupar en socio-políticas y en económicas.
Dentro de las primeras se destaca que la burocracia es un recurso de poder valiosísimo para
el que controle su aparato, por ser “el mejor instrumento de societalización de las
relaciones de poder” (Weber, 1977, p. 79; Weber, 1983, p. 741). Contra las acciones
organizadas y dirigidas por el aparato burocrático, no puede actuar ninguna acción de las
masas o de la comunidad. En este sentido, la burocracia moderna se presenta como
inexpugnable; sin embargo, el peligro radica en que, por el carácter impersonal del aparato
y la necesidad objetiva del mismo, no es difícil controlarlo y hacerlo funcionar al servicio
de cualquier interés.
Otra consecuencia socio-política de la burocracia es el auge del secreto en las relaciones al
interior del aparato, con la única intención de aumentar la superioridad de sus miembros,
los que se consideran profesionalmente informados (Weber, 1977, p. 92). La utilización del
secreto oficial no permite que haya transparencia en los mecanismos burocráticos,
aumentando el recelo y la desconfianza por parte de la sociedad.
En el orden económico, la burocracia favorece los intereses del sistema económico
establecido en el Estado, sea capitalista o socialista. La burocracia se nutre de este sistema
y a su vez lo sostiene, ya que éste también necesita, al igual que el Estado, de una estructura
burocrática para lograr sus fines. No hay que olvidar que la burocracia no es más que un
instrumento en el orden económico, por tanto no hay que exagerar las implicaciones que
tenga en dicho orden. Estas implicaciones son, en todo caso, mucho menos importantes que
las que se tiene en el orden socio-político.
Sociedad Estamental-Orígenes del proceso de burocratización
El surgimiento de la burocracia está íntimamente ligado al desarrollo del Estado moderno.
Cuando el monarca decide centralizar su poder y consolidar su posición, expropiando los
medios de gobierno (económicos y bélicos) a la nobleza estamental, prefiere un personal
que dependa absolutamente de él, que esté separado de dichos medios de gobierno y que
sirva para la administración del territorio. En el campo bélico también se da una
centralización con la formación de ejércitos profesionales dependientes del soberano. Este
proceso termina en el Estado burocrático (Giddens, 1977).
El proceso de concentración de los medios administrativos va de la mano del proceso de
burocratización del gobierno. De igual manera que el desarrollo del Estado moderno va
paralelo a la evolución de una economía monetaria, la burocratización se sirve de esta
última para su progreso: “la evolución de la economía monetaria es un supuesto de la
burocracia, ya que hay que compensar pecuniariamente a los funcionarios” (Weber, 1977,
p. 25). La economía monetaria no es una condición previa de la burocratización, hay casos
históricos -como indica Weber- de burocracias desarrolladas que funcionan sin economías
monetarias, que demuestran lo anterior[1]; sin embargo, la burocratización necesita a estas
formas económicas (monetarias) para su conservación.
Además de estar en los orígenes de la burocracia moderna, la relación con la evolución del
Estado y de la economía monetaria, también tiene importancia el impulso a la
burocratización dado por el desarrollo cuantitativo y las transformaciones cualitativas de las
tareas administrativas.
En el primer caso, la burocracia encontró un terreno propicio para su desarrollo en la
política y en el Estado; la realización de tareas cada vez más importantes, por el
crecimiento del Estado hizo más necesario un aparato burocrático haciendo evidente que,
técnicamente, la burocracia es indispensable para el Estado, tanto más, cuanto mayor es. En
el caso de las transformaciones cualitativas de las tareas administrativas, este autor deja
claro que “lo que incita a la burocratización es, todavía más que la dilatación extensiva y
cuantitativa, la ampliación intensiva y cualitativa y el desarrollo interno de las tareas
administrativas” (Weber, 1983, p. 729). La complejidad creciente de la civilización y las
exigencias presentadas a la administración, impulsaron la burocratización mucho más que
los aspectos cuantitativos del Estado. Exigencias como el establecimiento de un sistema
fiscal, la creación de un sistema de orden y protección (policía), y la promulgación de
políticas de bienestar social, influyeron, fomentando y promoviendo, a la burocratización
(Weber, 1977).
Lo que está en el trasfondo de los orígenes del proceso de burocratización es la conjugación
de dos manifestaciones de la racionalidad: una racionalidad política y una racionalidad
económica. No es posible determinar cuál de las dos es anterior o previa a la otra, si algo
podemos decir es que están en una relación de causalidad recíproca, de la cual sale muy
beneficiada la organización burocrática.

POLÍTICOS QUE VIVEN “DE” Y “PARA” EL ESTADO.


Como sabemos los políticos son personas que intentan influir en la distribución del poder
con el fin de obtenerlo para determinados fines.
¿Quiénes ejercen de políticos? Como toda actividad se puede realizar por ocio, distracción
o como profesión. Ej como nosotros cuando vamos a votar.
Weber se pregunta si por ejemplo un cientofico, un médico puede hacer política. Pues en
cuanto mejor sea el médico, lo más racional es que se dediquen a su profesión. Trasladada a
nuestros días, un verdadero aficionado a la política, entendiendo por ello a quien no ha
vivido permanentemente de ella, puede resultar mucho más profesional que quien cree
serlo. Viviendo para la política, ha podido dedicarle más energía y recursos, mientras
desarrollaba otra actividad profesional, que quien lleva veinte años cobrando del erario
público por calentar un escaño. Y sin costarle un euro al Estado. No habría más que analizar
la libertad de su pensamiento, la hondura de su razón, el espíritu creador de su obra, las
iniciativas políticas que ha emprendido desde la sociedad civil y el dinero que todo ello le
ha costado personalmente. Incluso comprobando cual ha sido su actividad económica entre
cargo y cargo público. Alguien así, vive para la política sin vivir de la política porque tiene
vocación. Si hoy tiene un cargo público, es consciente de su carácter temporal. Y se ha
preparado para ello.
Entonces quiénes hacen de la política su profesión?
 Quién vive para la política hace de ella su vida, ya sea por motivaciones internas,
ideales, causas, convencimiento interno. Vive para la política quien la convierte en
el centro de gravedad de su existencia, “hace de ello su vida en un sentido íntimo”,
ya sea disfrutando del ejercicio del poder logrado, desarrollando su programa, u
obteniendo la tranquilidad de conciencia que otorga poner la vida al servicio de una
causa que le transciende.Para ello se debe tener un ingreso privado.
 Quién vive de la política lo hace con el afán de encontrar sus ingresos en ella.
(reclutamiento plurocrático).
Vivir de la política como profesión es convertirla en una fuente permanente de
ingresos. Ambas formas no son excluyentes. Quien no disponga de dinero de cuna o no
haya sabido ganarlo en suficiente cantidad como para no tener que depender de él antes
de dedicarse a la res publica, necesitará que la profesión de la política le financie sus
necesidades vitales.
Para Weber, aquel político que no puede costearse su actividad debería recibir u na
remuneración para que pueda dedicarse a ello de forma profesional, constante y ética.
Sin embargo, puede haber, y los hay, profesionales que han hecho de la política su modus
vivendi, sin la menor vocación. Es el caso de quien vive de ella sin vivir para ella. También
resulta fácil identificarle. Carece de ideales y no tiene otro objetivo que el disfrute, no
tanto del poder como de las prebendas que éste le regala como dádiva divina. Aquel
cuyas obras completas suponen algún puñado de tuits y concede más espacio en el salón de
su casa (no tiene despacho profesional propio) a los videojuegos de sus hijos que a su
famélica biblioteca. Aquel que cubre la dignidad del amor propio del que carece con la
indignidad de la soberbia que rebosa. Habiéndole sido negada la gracia de la creatividad y
del sentido del esfuerzo, le suelen hacer los programas que tan poco le cuesta traicionar.
Los llamamos las castas parasitarias y si alguien cree que no existen, entreténgase en
analizar la vida de muchos políticos que han engrosado la nómina del Estado los últimos
veinte años.

RESPONSABILIDAD DE LOS POLÍTICOS

El auténtico funcionario no debe hacer política, sino limitarse a <<administrar>>, sobre


todo imparcialmente.
El funcionario descarga la responsabilidad sobre la autoridad superior.
Mientras que el periodista como tipo de político profesional tiene ya un pasado apreciable,
la figura de funcionario de partido se ha desarrollado en los últimos tiempos.
Puede decirse que son tres las cualidades decisivamente importantes para el político:

1º) Pasión.

2º) Sentido de la responsabilidad.

3º) Mesura.

Pasión en el sentido de entrega apasionada a una causa. La pasión no convierte a un hombre


en político sino está al servicio de una <<causa>>. Responsabilidad para que esa
<<causa>> guíe su acción.
Mesura para saber guardar la distancia con los hombres y con las cosas.
Por eso el político tiene que vencer cada día y cada hora su mayor enemigo: la vanidad.
En último término, no hay más que dos pecados mortales en el terreno de la política:
1º) La ausencia de finalidades objetivas.
2º) La falta de responsabilidad.
La vanidad es lo que más lleva al político a cometer uno de estos pecados o los dos a la vez.
Weber plantea la cuestión de un modo indudablemente clásico, preguntándose por las
cualidades que debería reunir quien se dedica a la política. Para él la política requiere
pasión en primer lugar, pues consiste en la entrega a una causa y a los ideales que la
inspiran. Pero esa pasión responde a la importancia real de una causa y presenta fines
objetivos, sin nada que ver con la “excitación estéril” a la que tan dados son los
intelectuales. Debe ir acompasada con el sentido de la responsabilidad, que es lo que echa
en falta en no pocos de los colegas y estudiantes envueltos en el torbellino revolucionario
“La pasión no convierte a un hombre en político si no está al servicio de una ‘causa’ y no
hace de la responsabilidad con respecto a esa causa la estrella que oriente su acción.” De
modo similar a como pensaban los clásicos, las tres virtudes de las que nos habla Weber se
necesitan y refuerzan unas a otras. La tercera es la cualidad que el alemán considera
decisiva en el político, pues si la pasión por una causa ha de venir disciplinada por la
responsabilidad, ello requiere en el político mesura o sentido de la medida
Cuando el afán de poder que caracteriza al político no está al servicio de una causa, cuando
se convierte en un profesional del poder sin convicciones, ahí ve Weber el pecado mayor
contra la política. Así los duros pasajes que dedica a los políticos de poder, detrás de cuyas
formas ostentosas detecta la perfecta vacuidad de quien carece de fines y proyectos más
grandes que su propia carrera. Como afirma, siempre tiene que haber una fe; sin ella los
éxitos aparentemente más sólidos llevan consigo la “maldición de la inanidad”.
El texto de La política como vocación (o como profesión) es una versión más extensa de la
conferencia que pronunció Weber ante una asociación de estudiantes en el Múnich
revolucionario de 1919. Tras el armisticio, las circunstancias no podían ser más convulsas
en una Alemania derrotada y desgarrada por el conflicto civil. Días antes de la conferencia
los líderes espartaquistas Luxemburg y Liebknecht habían sido asesinados en Berlín
durante la segunda intentona revolucionaria y en Múnich se había proclamado la República
soviética de Baviera. Muchos estudiantes e intelectuales conocidos de Weber tomaban parte
en las actividades revolucionarias. Las páginas finales van dirigidas a ese público
estudiantil y el texto conserva la viveza y el apasionamiento con los que Weber interpela a
su audiencia. Weber culmina su reflexión sobre el político de vocación, el que vive para la
política y no solo de la política, abordando el sentido moral de esa vocación.

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