LA ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD EN LA REGIÓN DE LAS AMÉRICAS A

40 AÑOS DE LA DECLARACIÓN DE ALMA-ATA

Desde su fundación en 1978, han pasado 40 años de la declaración del alma ata, cuya
misión era lograr no solo lo que se propone el concepto básico de salud, ausencia de
enfermedad, sino también el bienestar de la persona, materializando el propio derecho a
la salud mediante la APS que va más allá de todos los enfoques centrados en la
enfermedad. Desafortunadamente como menciona la lectura, en américa latina es muy
privilegiado el modelo medico industrial, el que está al servicio de la “salud como negocio”
y no a la “salud como derecho” lo que no define bien el verdadero espíritu del alma ata ya
que se interpreta de forma inadecuada la APS como servicios pobres para los pobres.

Ya sea por alternancia de gobiernos democráticos y presencia de gobiernos autoritarios,

dictaduras militares, etc. que no favorecen la implementación correcta de la atención
primaria en salud, a 40 años de su fundación, no se ha logrado captar lo que realmente
propone el alma ata que no solo enfoca la atención en salud, como la resolución de una
enfermedad sino la atención completa del paciente que busca su completo bienestar.
Todo esto según se menciona, tendría que ver con la capacidad resolutiva de los centros
de primer nivel de salud ya que a lo largo de los años se han priorizado adquisición de
nuevas tecnologías envés del recurso humano o la capacitación adecuada de los mismos,
o simplemente el hecho de no cubrir las necesidades explicitas de una población o
comunidad.

Aunque la implementación del APS no se ha llegado a implementar como se esperaba

después de 40 años, se pueden contrastar avances significativos desde entonces, se
observa que las tasas de inmunización en la Región se mantienen elevadas, se aumenta
de manera importante la cobertura de tratamiento antirretroviral, se duplica el gasto per
cápita en salud y baja la mortalidad infantil, materna y por causas evitables. Además, la
esperanza de vida aumenta cada vez más igual que la población mayor, lo que a su vez
incrementa el padecimiento de enfermedades crónicas no transmisibles, disminuyendo
también la calidad de vida.

La reducción y el tratamiento de estas enfermedades crónicas, es función del primer nivel

de atención que se lograría con la inversión en el aumento de la capacidad del primer
nivel de atención para la prevención de enfermedades, diagnóstico temprano y detección
de los factores de riesgos es uno de los pilares principales de la Declaración de Alma Ata
y de la Estrategia de Salud Universal, que se ha logrado en cierta forma en otros países
como el caso de Chile, Costa Rica y Uruguay, estos países también presentan una
tendencia positiva en el aumento del uso de servicios de prevención del cáncer de cuello
uterino y de seno, del uso de anticonceptivos, de las consultas prenatal y de los partos
atendidos por personal calificado.

En nuestro país a pesar de que ya ha pasado mucho tiempo, la implementación del APS
aún es errática, Cabe preguntarse si en esa falta de coherencia entre discurso y acción,
ya que la implementación de servicios de primer nivel es decifiente tanto por parte del
recurso humano como el tecnológico, hace que estos sevicios sean ineficientes lo que
ocaciona que una fuga de pacientes a centros de mayor nivel, pacientes que podrían ser
tratados de forma efectiva en el primer nivel, esto ocaciona además un mayor gasto en los
servicios de salud