1. “La evaluación aplicada a la enseñanza y el aprendizaje consiste en un proceso
sistemático y riguroso de obtención de datos, incorporado al proceso educativo desde su comienzo, de manera que sea posible disponer de información continua y significativa para conocer la situación, formar juicios de valor con respecto a ella y tomar las decisiones adecuadas para proseguir la actividad educativa mejorándola progresivamente”. (Casanova, M. A. 1998).
2. “El acto de evaluar implica percibir su significado más allá de la presentación de
números, resultados o indicadores. Evaluar significa aprender una determinada realidad e indicar caminos que permitan rever o definir políticas, programas, planos y acciones para el enfrentamiento de las situaciones diagnosticadas”. (Tuttman, M. T. 2013).
3. “La evaluación educativa, se puede considerar como un instrumento para
sensibilizar el quehacer académico y facilitar la innovación”. (González y Ayarza, 1996).
4. “Las actuales evaluaciones de la calidad educativa son consideradas un
instrumento de regulación clave debido a que son puestas en marcha por el Estado para orientar las acciones y las interacciones de los actores sobre los cuales se tiene autoridad” (Maroy y Dupriez, 2000 citado por Miranda, 2011).
5. La evaluación es progresiva en cada una de las unidades y al mismo tiempo es
integral, pues se evalúa el logro de la competencia de acuerdo con la naturaleza de la EC y lo establecido en el sílabo, como resultado de la implementación de estrategias de enseñanza-aprendizaje método de casos, aprendizaje basado en proyectos, entre otros; así como la elaboración de productos académicos y el producto integrador que nos permite evaluar el nivel de logro (Escuela de Post Grado. Universidad Cesar Vallejo, 2019, pág. 17).
6. Evaluar es un proceso sistemático en el que se recoge y valora información
relevante acerca del nivel de desarrollo de las competencias en cada estudiante, con el fin de mejorar oportunamente su aprendizaje o mejorar los procesos de enseñanza. En este sentido, la planificación es flexible, porque se trata de una hipótesis de trabajo que puede considerar situaciones previstas o emergentes. No debe ser rígida, sino que debe posibilitar los cambios que se requieran. Puede entrar en revisión y modificación cada vez que sea necesario en función de la evaluación que se haga del proceso de enseñanza y aprendizaje, con la finalidad de que sea más pertinente y eficaz al propósito de aprendizaje establecido. Es por eso por lo que se dice que la planificación y la evaluación son caras de una misma moneda (Minedu, 2017, pág. 32).