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Lo anterior significo, que los conspiradores tanto balagueristas-trujillistas como los del
Partido Revolucionario Dominicano, jamás pensaron en organizar una revolución popular
nacional, para derrotar al triunvirato: se sobre entendía, que se trataba de un simple golpe
de estado. Pero, tal y como dijimos anteriormente las contradicciones provocadas a la hora
de decidir, la forma de sustitución el derrocado gobierno, motivaron la conversión de la
conspiración, en una formidable insurrección popular, a favor del regreso de Bosch al poder
sin elecciones.
Por supuesto, antes que los comandos constitucionalistas estaban subordinados militar y
políticamente a la dirección burguesa populista del Partido Revolucionario Dominicano, y
alto mando constitucionalistas a cuya cabeza se encontraba el coronel Caamaño, quien
además fue elegido presidente de la República en base a una sugerencia y con la
aprobación del profesor Juan Bosch. Sin embargo, tal subordinación no implicaba,
naturalmente, que los comandos representaban un autentico poder popular. De forma pues,
que la base de sustentación del gobierno constitucionalista, eran los sectores militares, la
burguesía populista, la pequeña burguesía radicalizada, sectores obreros y sindicales.
CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN DE ABRIL DEL 1965:
Bosch y Balaguer organizaron una conspiración cívica militar, en la cual militares jóvenes, y
de baja graduación, vinculados al Partido Revolucionario Dominicano, pero con una
conciencia democrática y constitucionalista, se unieron con militares trujillistas-balagueristas
como el llamado Clan de San Cristóbal, encabezado por Ney Nivar Seijas, y que respondía
al liderazgo del Dr. Balaguer. La conspiración fue desvelada, el 24 de abril de 1965, pero
simplemente ya era muy tarde para READ Cabral, el cual fue apresado por oficiales que
horas antes, lo apoyaban. En esta coyuntura, se aceleran las discusiones y negociaciones
entre los bandos militares que coadyuvaron al derrocamiento del gobierno.
Dos bandos enfrentados, los constitucionalistas, cuyo objetivo militar era destruir al viejo
Ejercito Nacional Trujillista, el cual estaba controlado en su totalidad, por lo militares
trujillistas-balagueristas, en cuanto al objetivo político, se trata simplemente e restablecer el
Gobierno de Bosch sin elecciones.
Un hecho interesante que hay que mencionar, fue la conversación sostenida por un grupo
de militares constitucionalistas, encabezados por Francisco Alberto Caamaño, con el
embajador Norteamericano; a quien se le solicito su mediación, justamente para evitar la
guerra civil. Este sin embargo, se limito a decirles a los constitucionalistas que se rindieran
para evitar males mayores. Indignados, los militares constitucionalistas se dirigieron de
inmediato a la cabeza del Puente Duarte, pues las tropas de CEFA dirigidas por Wessin y
Wessin, se dirigían al centro de la ciudad con la intención de tomarla y derrotar a los
constitucionalistas.
La batalla del Puente Duarte en la revolución del 1965
La batalla del Puente Duarte fue un de las más sangrientas, pero al final de la misma, las
tropas reaccionarias de Wessin y Wessin fueron derrotadas y obligadas a volver sobre sus
pasos. Fue tan formidable la participación popular, que muy pronto el aparato militar regular,
quedo virtualmente desarticulado por las acciones militares del pueblo en armas. Fue
tomada la fortaleza del Ozama en donde se encontraba la odiada Policía Nacional, en su
versión de los cascos blancos.
De los soldados YANKEES. En aspecto político, los partidarios de Balaguer y cuya base de
operaciones estaba en la base Naval de San Isidro, instado por los ocupantes, tomar la
escisión de proclamar la formación de un gobierno Militar llamado: Gobierno de
Reconstrucción Nacional, a cuya cabeza se encontraba el general Imbert Barreras. El
gobierno de Reconstrucción Nacional esencialmente era un gobierno títere. Un gobierno que
respondía a la política imperialista de Washington, y cuya finalidad era evitar por todos los
medios el regreso de Bosch a la presidencia. En fin, era un gobierno rabiosamente
anticomunista, formado por los Estados Unidos para manipular la política local.
En esas condiciones, los estrategas norteamericanos comprendieron que tomar por la fuerza
la zona constitucionalista, implicaría una cantidad extraordinaria de muerto, heridos y de
destrucción de la propiedad. El hecho de que, como bien afirmamos anteriormente, la
revolución de abril de 1965 no se expandió a la zona rural del país, salvo un intento frustrado
en San Francisco de Macorís por parte de algunos revolucionarios, podía es países de
Latinoamérica tropas del gobierno de Reconstrucción Nacional, decidieron inteligentemente,
buscar como dijimos la salida negociadora. En los demás pueblos los comandantes militares
se mantuvieron en la expectativa, controlando militarmente sus diferentes departamentos.
En verdad fue un gran alivio para los marines la calma reinante en los pueblos del interior,
donde los comandantes militares mantenían un control militar de los diferentes pueblos,
manteniéndose al margen y a las expectativas. Al final, naturalmente se inclinaron a favor
del gobierno de Reconstrucción Nacional, como era muy natural. Es un hecho
incontrovertible que la consecuencia más importante de la ocupación militar norteamericana
fue que evito el triunfo de la revolución de abril de 1965. Y por supuesto, impidió el retorno
a la constitucionalidad, aspiración máxima del movimiento. Es decir, que la derrota del
movimiento constitucionalista, sé debió única y exclusivamente a la intervención
desvergonzada, y violatoria de las más elementales tomas de convivencia de las naciones
del mundo y del derecho de las naciones. Pero, como siempre l derecho internacional, es
en realidad el derecho del más poderoso a aplastar y dominar las naciones mas pequeñas.
Otra consecuencia, fue que acrecentó los ánimos en contra de los Estados Unidos, en
amplios sectores de la población. Asimismo, la intervención militar de los estados unidos
facilito y condiciono el triunfo del Dr. Balaguer en las elecciones realizadas bajo tutela de las
botas norteamericanas.
Nadie hoy en día puede poner en dudas que la decisión de Washington había sido
planificada con mucha antelación al estallido del 24 de abril de 1965.Por supuesto, que la
celebración de las elecciones de junio de 1966, representaron el inicio de un proceso de
reordenamiento y reorganización del estado, el cual quedaría más fuertemente vinculado a
los organismos interventores, como el cuerpo de asesores militares, agencia de desarrollo,
la CIA, entre otros. La guerra de abril en 195 finalizo después de muchas rondas de
negociaciones, dirigidas por la OEA, La cual había integrado la llamada Fuerza
Interamericana de Paz, donde participaron soldados de diferentes países.
La República Dominicana conmemora este lunes el 52 aniversario de la insurreción y
victoria cívico-militar que dio inicio a la Revolución de Abril de 1965 o Guerra Patria, uno
de los sucesos más relevantes de la historia política y social de ese país caribeño.
El 24 de abril de 1965 se sublevaron los campamentos militares 16 de agosto y 27 de
febrero -ubicados al este de Santo Domingo (capital) y simultáneamente miles de
dominicanos salieron a las calles con el objetivo de restablecer el gobierno constitucional
del presidente Juan Bosch, derrocado el 27 de septiembre de 1963 por una conspiración
del Estados Unidos a través de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la oligarquía y la
jerarquía eclesiástica dominicana.
Ese día, un grupo de oficiales creó el Comando Militar Revolucionario encabezado por los
coroneles Vinicio A. Fernández Pérez, Giovanni Gutiérrez Ramírez, Francisco Alberto
Caamaño Deñó y lograron cohesionar un movimiento cívico-militar que destituyó el
triunvirato encabezado por Donald Reid Cabral y el pueblo en armas juramentó al Dr.
Rafael Molina Ureña como presidente provisional de la República Dominicana, siguiendo el
hilo constitucional de 1963 y en su condición de presidente de la Cámara de Diputados
que fungía al momento del golpe a Bosch.
Wessin y Wessin y los militares afines a los poderes fácticos nacionales y extranjeros
fueron derrotados de manera definitiva y aplastante por el pueblo dominicano en la Batalla
del Puente Duarte.
“Abril del 65 nos muestra lo importante que resulta en la sociedad dominicana la claridad
acerca de un objetivo programático adecuado para la movilización popular en pos del
desarrollo social”, afirmó el historiador Roberto Cassá en un video difundido por la
Presidencia de la República Dominicana este viernes.
Cuatro días después de la victoria popular dominicana, el presidente Lyndon B. Johnson
ordena invadir la República Dominicana con 42 mil marines en la denominada
“Operación Power Pack”, con el apoyo de la Organización de Estados Americanos
(OEA) y bajo la excusa de “no permitir otra Cuba en el Caribe”. En dicha invasión
estadounidense, la segunda en menos de 50 años a la isla caribeña, duró un poco más de
un año y fueron masacrados miles de dominicanos y dominicanas.
El Dato: Juan Bosch fue el primer presidente elegido democráticamente luego del
ajusticiamiento del dictador Rafael Leonidas Trujillo, impuesto por Estados Unidos en 1930
y gobernante hasta el 30 de mayo de 1961.
Mártir de la Revolución: A raíz del derrocamiento de Juan Bosch el 25 de septiembre de
1965, el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez y otros militares como Caamaño
iniciaron un plan para acabar con el Gobierno de facto del Triunvirato y restaurar el
Gobierno constitucional de 1963.
Los combatientes civiles y militares que luchaban por el regreso de Juan Bosch
a la presidencia, estimados en 1,800 militares y 5,000 civiles armados
distribuidos en 117 unidades de combates conocidas como “Comandos”,
convocaron al Congreso Nacional y proclamaron al coronel Francisco Alberto
Caamaño Deñó como presidente constitucional, el 3 de mayo de 1965.
Los comandos, que integraban a civiles y militares, se organizaron por simpatía
política, profesionales, localidades del interior, barrios y unidades que se
identificaban con nombres de héroes o simplemente con letras y números. Los
partidos que participaron en la parte constitucionalistas fueron el Movimiento
Popular Dominicano (MPD), el Partido Revolucionario Dominicano (PRD),
Partido Revolucionario Social Cristiano (PRSC), el Movimiento Revolucionario
14 de Junio (1J4), y el Partido Socialista Popular (PSP); además existieron
comandos de obreros, sectores sociales y laborales, sindicatos, asociaciones
de profesionales, y estudiantiles.
Durante los primeros días de la guerra los periódicos más importantes del país
dejaron de salir, como fueron los casos del “Listín Diario”, “El Caribe” y “La
Información”. En cambio, el conflicto permitió el nacimiento de nuevos medios
informativos: “Patria”, “La Nación”, “La Hoja” y el “Boletín del Gobierno de
Reconstrucción Nacional”.
También, en los meses del conflicto salió regularmente apegado a los intereses
del gobierno de Reconstrucción Nacional y de los Estados Unidos, el
periodiquito conocido como “La Hoja”, que bajo dirección de Pedro Gil Iturbide
apareció a mediados de mayo y concluyó sus tiradas en 1966 antes de finalizar
el Gobierno Provisional de Héctor García Godoy. Por su parte, el “Boletín del
gobierno de Reconstrucción Nacional” salió por primera vez el 13 de mayo y la
última el 28 de agosto. Este boletín era el de menor incidencia y pasó
desapercibido entre los lectores. Al parecer circulaba principalmente en las
oficinas públicas de la zona bajo control del general Imbert Barrera; diferente a
“Patria” que tenía gran incidencia en la zona de combate, y de manera
clandestina en la zona controlada por los Estados Unidos y el gobierno de
“Reconstrucción”.
Esto no fue posible, debido a que otras personas habían recibido ese encargo.
Por esa razón se propusieron utilizar la imprenta de la Editora Enriquillo, pero
en medio de la guerra, constataron que no tenían los recursos para adquirir los
materiales y comenzar la impresión. Para ese fin, contaron con el apoyo
económico de Carlos Nolasco y Tulio Carvajal, quienes aportaron cien pesos
que sirvieron para obtener papel en la Editora Duarte, quedando Carvajal como
director y como administradora María Mercedes Jiménez (Chea), «una
muchacha residente en la casa de su suegra, en la calle Salomé Ureña No. 8».
También se contó con el apoyo de los linotipistas Félix Peguero y Conrado
Roques, responsables de hacer que la maquinaria, una prensa Chandler que
estaba instalada en un patio de la barriada de Villa Francisca, funcionara y de
tirar el periódico en “formato de cuatro páginas tamaño ocho y media por once
pulgadas».