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PROBLEMAS DE APRENDIZAJE

Cuando ve televisión, juega con sus amigos o lo lleva a pasear, el rostro de su hijo parece
iluminado de felicidad. Su sonrisa no se borra por casi nada. Hasta que le indica que es
momento de hacer las tareas, y la alegría del pequeño se convierte en llanto.

Las actividades para la casa son una manera de reforzar el aprendizaje impartido en la escuela,
para evitar que los conocimientos se olviden por la falta de práctica. Son elementales para
complementar el aprendizaje. Pero, hay muchos estudiantes cuya sensación frente a las tareas
es de cansancio, frustración y tensión. Les parece inconcebible que su tiempo libre deba ser
ocupado por quehaceres escolares.

En muchas ocasiones el llanto de su hijo ha ganado la batalla, y usted ha permitido que no


realice sus actividades por la angustia de verlo triste. En otras, su determinación para no ser
manipulado, ha convertido su casa en una batalla campal, con lágrimas y gritos. Pero ninguna
de las dos situaciones es correcta, porque el aprendizaje positivo no se realiza. La motivación
no existe, solo la obligación de cumplir.

Hacerle la tarea al niño, perjudica su capacidad de disciplina e implica el deterioro del


aprendizaje. En el caso contrario, crear ansiedad en el hogar por asuntos escolares, genera
rechazo hacia el colegio.

«El sentido común, la gran herramienta que todos los padres tenemos aunque a veces no le
hagamos caso, ya nos lo está diciendo», comenta Carmen Guaita, profesora y vicepresidenta
del sindicato de profesores ANPE (España), sobre estos dos errores comunes de los
progenitores, cuando se trata de las tareas de sus hijos.

La forma correcta de actuar es, seguir un procedimiento simple pero seguro. Lo primero es
determinar la causa de su constante rechazo por realizar tareas. Hablar con él o con sus
profesores son formas de descubrirlo.

Puede deberse a presión académica,que generalmente sucede cuando los métodos del
maestro son demasiado estrictos, e impactan en la determinación del niño por cumplir con sus
deberes. También existe la posibilidad de que sea temor social, sentirse inadecuado para
ciertas materias que otros compañeros realizan a la perfección, genera inseguridad, temor y
falta de motivación.

Otras razones son, el cansancio, problemas de aprendizaje o la adicción a la televisión, los


videojuegos, entre otros.
Según el motivo, el padre debe ayudar a su hijo a superar los problemas. Consejos que sirven a
modo general son, apoyarlo resolviendo la tarea (no haciéndola por él), establecer un horario,
incluyendo factores como la alimentación, recreación y sueño, mostrar interés por sus tareas y
motivarlo a que él también se interese. Finalmente, elogiarlo por su esfuerzo y resultados es
importante.

«Les ayudamos si les animamos a establecer un tiempo mínimo y máximo, siempre a la misma
hora, en el mismo sitio, siempre con el móvil apagado. Todo tiene su momento, es un gran
aprendizaje para un niño, pero son sus padres quienes deben mostrárselo. También con el
ejemplo», recomienda Guaita.

Las tareas son un pilar esencial de la educación. Es justo durante las actividades en el hogar,
que los padres demuestran el interés que tienen por el avance académico de sus hijos,
aplicando las técnicas necesarias para que éste sea tranquilo y divertido.

LOS NIÑOS LLORAN

Es molesto para cualquier madre ver a su hijo afligido. Si tu hijo llora rutinariamente cuando
hace su tarea escolar, como padre quizás te sientas responsable, como si fueses la causa de su
angustia o no estuvieras haciendo lo suficiente para ayudarlo. Sin embargo, no te precipites a
dejarle pasar la tarea o ofrecerle hacerla tú mismo, esto solo enterrará el problema antes que
resolverlo. La tarea escolar es importante para el desarrollo educacional de un niño, así que si
le fastidia, tienes que encontrar la manera de trabajar para solucionarlo con él.

Determinar la causa

Determina cuál es el problema para ayudar a tu hijo a evitar que se fastidie mientras hace la
tarea escolar. Habla con tu hijo y trata de comprender por qué llora cuando necesita hacer su
tarea. Los niños necesitan expresar sus emociones tanto como las niñas y por lo tanto un
padre no debe enojarse con su hijo si éste encuentra el completar la tarea un momento
molesto. Siempre hay una causa subyacente.

Presión académica

Los niños sienten la tensión de la presión académica, especialmente si se acercan los


exámenes. Algunos profesores son más duros que otros y pueden haber asustado
inadvertidamente a tu hijo al hablar sobre los aspectos negativos de una tarea incompleta o
fallida. Quizás el profesor marca consecuencias estrictas ante una tarea escolar mediocre, o
quizás tu hijo lucha con la tarea escolar y sin un profesor en el hogar le parece difícil
completarla. Discute estos problemas con tu hijo y, si fuera necesario, arregla un encuentro
con su profesora para ver si puedes reducir la presión que tu hijo siente.

Presión social

Tu hijo puede tener amigos que sobresalen en la escuela y en la tarea escolar y quizás lo están
haciendo sentirse inadecuado porque tiene problemas comprendiendo el material. Otros niños
en su clase pueden haberse dado cuenta de sus dificultades y usarlas como método de
intimidación o presión en grupo. La presión social puede ser abrumadoramente influyente en
la vida de un niño, y la presión negativa puede hacer que tu hijo se sienta nervioso y
emocional.

Sensibilidad

Las dificultades de tu hijo pueden no tener nada que ver con la tarea escolar. Considera sus
patrones de sueño y determina si puede ser que esté demasiado cansado. Quizás está
sobrecargado con muchos otros compromisos y responsabilidades y hacer su tarea escolar
solo le recuerda el mucho peso que tiene sobre sus hombros. Puede que esté nervioso por
otras cosas, tales como problemas con sus amigos o problemas familiares. Los problemas fuera
de la tarea escolar pueden hacer que tu hijo sea demasiado sensible, lo que se manifiesta
cuando intenta concentrarse en la tarea en cuestión.

Ayúdalo a superarlo

Ayuda a tu hijo a superar su angustia ante la tarea escolar al aprender lo que la profesora
espera que aprenda y ayudando a tu hijo a alcanzar sus objetivos. Establece un área dedicada
al estudio para él y establece tiempos específicos para que no sienta como si tuviese que
sentarse allí durante toda la noche. Mantente positivo y atrae a tu hijo; háblale sobre su tarea
y muestra interés. Elogia a tu hijo por completar su tarea a tiempo y ofrece la asistencia
apropiada cuando se atasque. Haz de la tarea escolar algo que tu hijo pueda controlar y
completar; no agregues presión al insistir que lo haga de cierta manera.

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