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Los Ángeles Caídos

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“Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero;
fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.”. Apocalipsis 12:9

A parte de Satanás, existen otros ángeles que se le unieron en su rebelión en contra de Dios. De acuerdo a Apocalipsis
12:3-4 la tercera parte de los ángeles siguieron a Satanás en su rebelión: “También apareció otra señal en el cielo: he
aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola
arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo”. Éstos a veces reciben el nombre de demonios, del griego daimónion
(δαιμόνιον), pero también se les da el nombre de espíritus inmundos (Marcos 6:7), espíritus malos o inicuos (Lucas 7:21;
Hechos 19:12-13), espíritus de adivinación (Hechos 16:16), espíritus engañadores (1 Timoteo 4:1) y espíritus de error (1
Juan 4:6). En cuanto a ellos, Charles Hodge comenta: “En cuanto al poder y a la actividad de estos malos espíritus, son
descritos como muy numerosos, como en todas partes eficientes, como teniendo acceso a nuestro mundo, y como
operando en la naturaleza y en las mentes de los hombres. Naturalmente, les pertenecen las mismas limitaciones en
cuanto a su actividad que a la de los santos ángeles”. En cuanto a su organización, es similar a la de los ángeles santos y
por medio de ellos el diablo ejerce su control e influencia maligna sobre esta tierra: “Porque no tenemos lucha contra
sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra
huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”, (Efesios 6:12). Charles S. Chafer nos dice: “La Biblia declara
enfáticamente que los demonios ejercen la voluntad de su rey, y parece que se han consagrado a llevar a cabo el último
propósito de Satanás. A tal propósito se dedicaron cuando dejaron su dignidad de ángeles no caídos (2 Pedro 2:4; Judas
6). Su servicio parece extenderse a todo el universo dondequiera que alcance la autoridad de Satanás. Aunque Satanás
desea ocupar el trono de Dios, con todo, él no es omnipotente; sin embargo su autoridad y poder se extienden
grandemente por tener a su mando todos los demonios. Satanás no es omnisciente; pero alcanza a saber mucho por la
inteligencia y observación de sus súbditos malignos. Tampoco él es omnipresente, pero puede actuar en todo lugar
mediante la presencia de su hueste leal de demonios”.

El campo de acción de estos seres malignos es el primer cielo y por ello se les
llama huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”, (Efesios 6:12), además
que no debemos olvidar que Satanás es llamado El Príncipe de la potestad del aire
(Efesios 2:2), no obstante, las Escrituras nos sugieren que no todos se encuentran
activos porque una parte de ellos se encuentran encarcelados en prisiones de
oscuridad. Así lo declara Judas: “a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que
abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día”,
(Judas 6). También Pedro lo enseña en una de sus cartas: “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino
que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio”, (2 Pedro 2:4). Ambos
nos dicen que éstos están reservados para el día del juicio final, lo cual es interpretado por muchos como parte de
uno de los terribles juicios que Dios traerá sobre esta tierra en la Gran Tribulación, donde Él los liberara de sus
prisiones para que atormenten a los hombres: “Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un
gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les
dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a
cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes… El
aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de
oro; sus caras eran como caras humanas; tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones;
tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos
corriendo a la batalla; tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar
a los hombres durante cinco meses. Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es
Abadón, y en griego, Apolión”, (Apocalipsis 9:2-4, 7-11). Muchos creen que la razón por la cual estos ángeles caídos
están encerrados es por su gran maldad, pero aquel día serán liberados para tormento de los impíos.

Su Acción Diabólica en el Mundo

“Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este
siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el
cual es la imagen de Dios”. 2 Corintios 4:4

El propósito principal de los demonios es influir en este mundo para apoyar el reino de maldad de su rey, Satanás.
Cuando el hombre cedió a la tentación en el huerto del Edén, su alma quedo condenada por causa del pecado y
subyugada a la esclavitud del reino de Satanás. Así el hombre es víctima de los ataques y trampas de Satanás y sus
demonios los cuales atacan la vida de los hombres con el fin de atormentarlos y conducirlos a la condenación eterna.
En el Antiguo Testamento vemos como los demonios influenciaban a los hombres para su propio mal. Lo vemos
cuando uno de ellos impulso al rey Acab a la guerra donde encontró su muerte.

“Entonces él dijo: Oye, pues, palabra de Jehová: Yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos
estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda. Y Jehová dijo: ¿Quién inducirá a Acab, para que suba y caiga en Ramot
de Galaad? Y uno decía de una manera, y otro decía de otra. Y salió un espíritu y se puso delante de Jehová, y dijo: Yo
le induciré. Y Jehová le dijo: ¿De qué manera? Él dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus
profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun lo conseguirás; ve, pues, y hazlo así. Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu
de mentira en la boca de todos tus profetas, y Jehová ha decretado el mal acerca de ti”. 1 Reyes 22:19-23

También vemos como un espíritu maligno atormentaba a Saúl rey de Israel: “El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y
le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová”, (1 Samuel 16:14). Fue un principado de demonio que se opuso a
Gabriel para que llevara la respuesta que Daniel estaba pidiendo en oración: “Más el príncipe del reino de Persia se
me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé
allí con los reyes de Persia. He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la
visión es para esos días”, (Daniel 10:13-14). El apóstol Pablo dijo que detrás de la idolatría a los ídolos se encuentran
involucrados los demonios: “Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no
quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios”, (1 Corintios 10:20). También son los responsables que la
apostasía en este mundo: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe,
escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios”, (1 Timoteo 4:1). Durante el ministerio de Jesús
vemos como mucha gente era atormentada por demonios, por ejemplo el padre que tenía un hijo que lo
atormentaba un demonio (Marcos 9:24) o la mujer siro fenicia que tenía una hija que era atormentada por un
demonio (Marcos 7:26) o la mujer que desde 18 años tenía un espíritu de enfermedad que la obligaba a andar
encorvada, (Lucas 13:10). Pero quizás la peor de todos los ataques de estos seres inmundos es la posesión
demoniaco. Charles Hodge hace diferencia entre dos clases de posesiones demoniacas: “La exhibición más marcada
del poder de los malos espíritus sobre los cuerpos y mentes de los hombres la dan los endemoniados tan
frecuentemente mencionados en la narración evangélica. Estas posesiones demoníacas eran de dos clases. Primero,
aquellas en las que sólo el alma era objeto de la influencia diabólica, como en el caso de la «muchacha poseída de un
espíritu de adivinación», que se menciona en Hechos 16:16. Quizá en algunos casos los falsos profetas y magos fueron
ejemplo del mismo tipo de posesión. En segundo lugar, aquellas en las que sólo el
cuerpo, o, más frecuentemente tanto el cuerpo como la mente, estaban sometidos a esta influencia espiritual. Por
posesión se significa la residencia de un espíritu malo en tal relación con el cuerpo y el alma como para ejercer una
influencia controladora, produciendo violentas agitaciones e intensos sufrimientos, tanto mentales como físicos. Está
claro que los endemoniados mencionados en el Nuevo Testamento no eran meros lunáticos o epilépticos u otras
dolencias análogas, sino casos de verdadera posesión”. En los evangelios sinópticos se nos ofrece un cuadro muy
pictórico de lo que una posesión demoniaca puede hacer en la vida de los hombres. Cuando Jesús arriba a la región de
Gadara le salieron al encuentro dos endemoniados. La Biblia los describe como feroces y violentos a tal punto que nadie
podía pasar por aquel lugar: feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino. También los tres
evangelistas nos dicen que estas personas vivían entre los sepulcros: “Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su
encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada en los sepulcros”, (Marcos 5:2-3).
Aparte de eso, estos endemoniados experimentaban por obra de los espíritus malos una fuerza sobrenatural ya que
anteriormente los habitantes habían tratado de aprisionarlos con cadenas pero estos las habían hecho pedazos: “Porque
muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, más las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y
desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar”, (Marcos 5:4). El comportamiento de estos endemoniados era
aterrador tal y como lo describe Marcos: “Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los
sepulcros, e hiriéndose con piedras”, (Marcos 5:5). Y de acuerdo a Lucas andaban desnudos y tenían ya mucho tiempo de
vivir en esta terrible condición: “Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde
hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros”, (Lucas 8:27). Basado en el cuadro
retratado por los evangelistas de estos endemoniados, podemos ver lo terrible que es el ataque de los demonios sobre
la vida de los seres humanos. Su deseo es destruir nuestras vidas y no descansara hasta que nuestras almas estén en el
infierno.

Doctrinas erradas en cuanto a los demonios

Quizás una de las doctrinas erradas relacionadas con estos seres espirituales es la sostenida por el Reverendo Clarence
Larkin, un teólogo y pastor Bautista dispensacionalista que desarrollo en su libro El Mundo Espiritual en el cual afirma
que los ángeles que están en prisiones de oscuridad que mencionan 2 Pedro 2:4 y Judas 6 fueron los que pecaron
fornicando con las mujeres de Génesis 6: “Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de
la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí
mujeres, escogiendo entre todas”, (Génesis 6:1-2). Los títulos los hijos de Dios, se traduce del hebreo ben elojím
(‫)אֱֹלהִ ים ן‬, mientras que las hijas de los hombres proviene del hebreo bat adám (‫)ַּת אָ דָ ם‬, donde Clarence Larkin afirma
que los ben elojím fueron los ángeles de 2 Pedro 2:4 y judas 6, mientras que las bat adám son descendientes de Adán. Al
respecto de esto él comenta: “¿Quiénes son estos ángeles? No son de Satanás pues sus ángeles no están encarcelados
en tinieblas, sino que andan libremente como su jefe. El lugar de su encarcelamiento no es el infierno, sino el tártaro.
¿Qué fue su pecado? La fornicación, y esto de una naturaleza anormal, la relación sexual ilegal de seres angélicos con
'carne extraña', o sea seres con una naturaleza distinta que las suyas. ¿Cuándo se cometió este pecado? El texto dice en
los días de Noé y que fue la causa del diluvio”. Él basa su aseveración en la declaración de la carta de Judas que dice: “Y
a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad,
en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma
manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo
el castigo del fuego eterno”, (Judas 6-7). Es un error común entre los lectores unir estos dos versículos y asociar el
pecado de estos ángeles con el de fornicación de Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas. Si leemos el contexto del
pasaje nos vamos a dar cuenta que Judas está advirtiéndoles a los apostatas la terrible condenación que les espera sin
no se arrepienten y les pone tres ejemplos de cómo los que mal hicieron en el pasado fueron condenados. Primero el
ejemplo de los incrédulos de Israel: “… el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los
que no creyeron”, (Judas 5), segundo, el ejemplo de los ángeles que se revelaron junto con Satanás: “…Y a los ángeles
que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad…”. Finalmente,
Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas: “… como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales (quiénes, las
ciudades vecinas y no los ángeles) de la misma manera que aquéllos (quiénes, Sodoma y Gomorra), habiendo fornicado e
ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno”. Son tres
ejemplos diferentes que Judas usa para ilustrarnos el castigo de Dios hacia los que se revelan ante Él.

Algunos apoyan aún más la postura de Larkin enlazando la historia bíblica de Génesis 6:1-2 con el relato de 1
Enoc, donde se describe a 200 ángeles que descendieron a la tierra para tomar mujeres para sí: “Así sucedió, que cuando
en aquellos días se multiplicaron los hijos de los hombres, les nacieron hijas hermosas y bonitas y los Vigilantes, hijos del
cielo las vieron y las desearon, y se dijeron unos a otros: Vayamos y escojamos mujeres de entre las hijas de los hombres
y engendremos hijos… Entonces todos juraron unidos y se comprometieron al respecto unos con los otros, bajo anatema.
Y eran en total doscientos los que descendieron… ”, (1 Enoc 6:1-2,5-6). Sin embargo, apoyarse en esta premisa es un
completo error ya que 1 Enoc no es un libro inspirado por Dios por lo que su contenido no puede elevarse al mismo nivel
de las Escrituras. También algunos rabinos judíos llegaron a creer en esta teoría llamando a los hijos que les nacieron a
estas mujeres nefíl (‫ )נְ פִ יל‬o nefelín, que generalmente se traduce como gigante. Sin embargo, no es la postura oficial de
los judíos ortodoxos. Por ejemplo, el rabino Simeón bar Yachai condeno esta doctrina maldiciendo a aquellos que la
defendieran. El teólogo Agustín de Hipona desmintió esta postura ya que contradecía la enseñanza de Jesús donde dice
que en la resurrección ya no se casaran los hombres con las mujeres, sino serán semejantes a los ángeles, aludiendo a su
a-sexualidad: “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino que serán como ángeles en el
cielo”, (Mateo 22:30). Por tanto, es errado creer en esta doctrina la cual ha sido desmentida por muchos.

Otra creencia asociada con la teoría que los ángeles pueden tener relaciones sexuales con las mujeres es la
sostenida por Larkin quien enseña que Satanás tendrá un verdadero hijo en la persona del hombre de pecado. Su teoría
es tomada de la interpretación que hace del pasaje de Génesis 3:15: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu
simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”, donde la simiente de la serpiente,
es decir, la de Satanás, la interpreta como si fuera un hijo de carne y hueso que será engendrado por él de una mujer y
lo identifica como el anticristo. Obviamente, desmentimos esta posición de la misma forma como se hizo con la anterior.

Otra interpretación que no tiene mucha sustentación bíblica es la que hace diferencia entre los ángeles caídos y
los demonios. El teólogo Myre Pearlman es uno de los que afirman tales cosas, pero no encuentra la evidencia bíblica
para fundamentarla: “Las Sagradas Escrituras no describen el origen de los demonios. Esa cuestión parecer ser una parte
del misterio que rodea el origen del mal”. Algunos sin mucha o ninguna base bíblica afirman que estos demonios son los
espíritus de una cultura pre-adámica la cual ubican entre Génesis 1:1, donde se dice que en el principio Dios creo los
cielos y la tierra, y luego en Génesis 1:2 se nos muestra a la tierra desordenada y vacía. A esto se le conoce como la
teoría de la brecha. Dios en el principio creo un mundo perfecto donde ubican a los dinosaurios, las diferentes eras
prehistóricas y a una especie de hombres que denominan una cultura pre-adámica. Entre Génesis 1:1 y 1:2 se dice que
hay millones de años y fue durante la rebelión de Satanás que esta quedo desordenada y vacía, siendo los hombres pre-
adámicos destruidos y sus espíritus se convirtieron en lo que hoy conocemos como los demonios. Todas estas posturas
carecen de fundamento bíblico

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