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RETORICA
POR
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1838.
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PRÓLOGO
DEL EDITOR.
A._J
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un torrente de elocuencia que arrastre a
todos ellos , como por fuerza, á aquel punto
á donde el intente llevarlos? Esto es lo que
hace la divina elocuencia : esto es lo que
supo hacer Tirteo cuando inspiró valor á
los desmayadosr Espartanos y los co'ndujo á
‘ DE: RETORICA.
CAPITULO PRIMERO.
De la Elocuencia en general.
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Yo vi : vo
. vi los o'os‘,
J no es mentira.
CAPITULO II.
De las Fuentes de la Eloeuencia.
CAPITULO III.
Del Estilo; de sus Modos Accidentales, y de los
Pensamientos.
._0—
CAPITULO IV.
Del Número y Armonía del estilo.
La abeja susurmnda ,
El trueno horrisonaule retumbaudo.
Rompu el cielo en mil rayos encendido
Y con pavor horrísono cayendo
Se despedaoe en lto'rrido estampida.
CAPITULO V.
De las Tropas á Traslaciones en general. '
P. ?Qué quiere decir Trapo ?
R. Es una palabra griega que quiere decir vuelta.
y es lo mismo que si dijéramos mudanza, 0’ (ras
lac1’on. Los tropos son unos modos figurados de ha—
blar, por los cuales se aplica á una palabra un sen
tido que no es rigurosamente el suyo. Así vela en
su sentido propio no significa embarcacion, pub
solo una parte de ella, y sin embargo decimos una
flota de cien velas, por decir de cien navíos te—
mando la parte por el todo.
P. Esplicad el uso y efectos de los tropos.
R. Uno de los efectOs mas sensibles y mas fre
cuentes de 105 tropos es de despertar una idea prin
cipal por medio de otra accesoria. Por eso decimos
cien fuegos por cien casas , la pluma por el estilo.
la lengua por el habla, etc. Los tropos dan mayor
energía á la espresíon del pensamiento : como en
en estos modos de hablar : estar inf/amado de
cólera :estar embriagado de deleites : despeñan—«
(í un abismo de miserias : no conocer la cara al
miedo.
P. ¿Para qué mas sirven los tropos?
R. Para dar hermosura y gracia á la oracion:
la muerte llama igualmente á la choza delpobre
_7 alpalacio del re_r. Sirven para templar , suavizar
y dorar las ideas duras, tristes, desagradables, é
mdecentes , como se verá tratando de la Perifrasu.
Sirven tambien para poner en cierto modo ante los
ojos aquellas imágenes que nos presentó la vivaci—
-39—
dad con que sentimos lo mismo que queremos
espresar : así decimos por semejanza : corre como
el viento; duerme como una piedra : y por esten
si0n : se deja arra.vtrar del torrente de .ru.t‘ pasio
nes; corre la vo: ; vuela lafa¡ha. ' í
P. ¿A qué dais el nombre de imágene.rz’
R. A aquellas pinturas, á aquellos rasgos que
especialmente en la poesía nos ofrecen las cosas
tan claras , y digámoslo así , presentes, que no las
escuchamos , sino que las estamos mirando. Así un
gpeta en la descripcion que hace de la Desidia,
¡ce :
Dejóse en fin caer en su regazo,
Derramando acá un brazo, allá otro brazo.
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CAPITULO VI. ’
De los Tropas. Metáf0ra , Sine’cdoque, Metouimia, Antoo
nomasia, Alegoria, Ircnía , Perifrasís , Hípérbole.
.- A*
_._45_
CAPITULO VII.
De las Figuras B.etóricas. Repeticion, Simploce, Condu
plieacion, Traduccion , Gradacion, Conjuncion , Disyun—
cion, Zeuma, Disolucion, Cadeneia semejante, Antistrofe.
CAPITULO VIII.
De las Figuras de Sentencia. Antitais, Amplificaeion
Epifonema, Énfasis, lntex‘rogeeion, Deprecacion , ¡lo 4
licencia, licencia, Pretericion , Correccion, Subjocioa ,
ó Hipófora, Anticipaeion y Apóstrofe.
r
Pi ¿Qué viene á ser Ant/tesis?
R. Es lo mismo que si dijémmos contrarledadt :
oposici0n de palabras a pa abras, de sentenciasa’
sentencias. En esta figura, los pensamientos sr
oponen unos á otros para que resalten mas : mas m
debe girar sobre las palabras sino sobre las cosas, e
fondo debe ser cierto , y_jamas demasiado multipli
cado. Pero esto se conocerá mejor ilustrándolo cor
algunos ejemplos. D. Quijote dice á Sancho Panza
« Yo Velo cuando tú duermes; y lloro cuando tú
cantas; yo me desmayo de ayuno cuando tú estas
perezoso y desalentado de puro harto. » Cornelile
en la Tragedia de Cinna pone en la boca de Au»
gusto la siguiente antítesis :
Je ne m‘en suis vengé qu'cn te donnant la vie:
Je te fis prisonnie:* pour te combler de biene,
Me e0ur i'm la prison , mes favenrs tes líens.
P. ¿ Qué es Enfasz‘s?
R. Es una breve esplicacion misteriosa , á veces
una sola alabra , que en el lugar que ocupa signi
fica muciio mas de lo que descubre á primera vista.
Un célebre trágico frances en la tragedia intitulada
Bruto , despues que en este personage manda que
su hijo sea conducido al sup icio , dirigiéndole la
palabra , dice : « Ven á abrazar á tu padre : él ha
debido condenarte : pero te hubiera perdonado á
no ser Bruto. »
Mais s’il n'était Brutus, il t‘allait pard0nuer.
..59_
Al viento fiero air-ado ,
Estando tú encubierta?
¿ Qué norte guiará le nave al puerto?
¡Ay! nube envidiosa ,
Aun de este breve gozo ¿qué te aquejas?
¿ Dó vuelas presurosa?
¡ Cuán rlea tu te alejas!
¡ Cuáu pobres y cuán ciegos ¡ay! nos dejas! a
_>60_
CAPITULO IX.—
Concesi0n , F;clamacion , Imprecam’ou , Conminacion ,
Duhitacion , Suspension , Comunicaci0u, Descripcion,
Etopeyn, Epílogo, Congeries, ó Aglomeracion, Preso
popeya , Simi! , Paralelo , Imposible, y Divinacion.
CAPITULO X.
De las diferentes especies de Locucion pública. Partes en
que se divide un Discurso; Exordio; Division; Narra—
ciou; Pruebas; Refutacion; Peroracion; Patético.
_.s7_
CAPITULO XI.
CAPITULO XII.
De las Cartas, del género didáctico, de las obras de His
toria y de los Romances y Novelas.
- l
APÉNDICF.
—99 -.
rables pisadas, que para memoria eterna de su ad
mirable sabiduría nos han dejado impresas los mas
elocuentes Es añoles?
« En el estilo familiar (ademas de las Epístolas
históricas del bachiller Fernan Gomez de Ciudad
Real, que feamente adulteró D. Antonio de Vera
y Zúñiga , Conde dela Roca , imitando los antiguos
caracteres y la impresion de Burgos de 1499; ade—
‘ mas tambien de las ingeniosas de Hernan o del
ï Pulgar; de las eruditisimas, asi del bachiller Rua ,
" como del doctor y canónigo de Toledo Juan de Ver
gara , y de las sabias y utilisimas cartas pastorales
ï de aquel virtuosísimo y prudentísimo prelado el
Patriarca de Antioquia y Arzobispo de Valencia D.
Juan de Ribera de inmortal memoria) tenemos en
tre otras muchas que publiqué, las serio—burlescas
ï de D. Francisco de Quevedo; las juiciosas y graves
de D. Nicolas Antonio; las doctas de D. Juan Lu—
cas Cortés; las discretas de D. Antonio de Solis; y
las eruditas y elocuentes de D. Manuel Martí dean
de Alicante , y singular esplendor de la elocuencia
5 española, latina y griega.
, « En la ficcion entretenida ó bien se llame jocosi—
‘ dad milesia, que es un género de narracion fabu
í losa, que pide menos gravedad, y mas arte en
v deleitar , ue la verdadera ó histórica, tenemos á
Miguel de ervantcs Saavedra, y á D. Francisco de
A Quevedo.....
« En el estilo filosófico, que es el propio de los
hombres juiciosos , y bien enseñados ,,tenemos á los
tres grandes maestros Alejo Venegas, que por su
t gran doctrina y erudicion vastisima, profana y sa
grada, fue justamente celebrado, como Español
Varron : a' Fernan Perez de Oliva, que fue en su
1 tiempo un Marco Tulio, de tan elegante estilo que
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aun hoy admira ; á Pedro Ciruelo, impug’nador acér—
rimo de las supersticiones del vulgo : y acercándo
nos á nueslros tiempos, a Antonio Lopez de Vega,
que c'n el ingenio parece un Séneca , y en el decir
le escede......
« ¿Quién hay que s‘ca tan’ poco leído que ignoro
hasta donde hemos llegado en el estilo histórico?
D. Diego de Mendoza compitió con Cesar en la pu
reza, facilidad y elegancia. Pero su Gilerra de
Granada debe leerse como él la escribió. El Maes—
tro Fr. Juan Márquez en su Gobernador Cristiano,
si solamente se lee en las vidas de .WIoirz‘s‘Ü7-J0snr,
las cuales estan artificiosamente separadas, sirviendo
como de testo a sus cscelcntes discursos moralesi
y políticos , nos dejó una idea nobilisíma de la per
fecta historia, por el juicio, arte, singular pro—
piedad’y dulzlura’ con que escribió. Fr. Diego de
Yepes, obispo de Tarazona, fue tan puro Español.
como Cornelio Nepote fue Latino; y dio d sus es
critos mucha mayor eficacia. La vida que publim
de Santa Teresa de Jesus, está escrita con gran es—
píritu, y pureza de estilo. El maestro Gano, hom
‘re de severo , pero del justisimo juicro , grave
mente se dolía de que los Filósofos gentiles hdbic5en
logrado historiadores mas hábiles que los héroes
cristianos. Dióse por entendido el P. Pedro de Rí:
badeneira, y publicó las vidas de los Sahlbs con
suave, ameno y elegante estilo. Despues escribifn
el licenciado Luís Muñoz , de cas’tizo , dulce y agra
dable decir; en cuyas partes no cede á Suetonio
Tranquilo....;... ,
« En lo que toca á la descripcion delas ersonas.
me parece Hernando del Pulgar en sus z‘ aro.r em—
roner un Volcyo Patérculo; el licenciado Argole
de Molina supo escribir con verdad; y l). José Pe
-—101-—
llicer justamente mereció el nombre de príncipe de
los Genealogistas de España. En lo que toca a la des—
cripcion de los lugares de nuestro continente el ma
estro Florian Ocampo fue el Estrabon , el segundo
Mela, el Plinio de España....... En la narracion
de los sucesos, segun mi juicio , igualó en pruden
cia y graVedad, y escedió en diligencia y abun—
dancia á Tito Livio, príncipe de los historiadores
romanos, el gran Gerónimo Zurita. D. Diego Saa
vedra Fajardo, en su Corona Gótica, tiró á imitar
las oraciones de Tito Livio : como tambien las de
Quinto Curcio , D. Antonio de Solis con su discreto
y florido estilo ...... ..
«¿Pero qué diré del estilo oratorio? Flaqueamos
algo en el arte, pero side los mejores libros histó
ricos se entresacasen algunas oraciones, y de los
místicos algunos discursos, se verían tales piezas ó
retazos de elocuencia , que pudiesen dar una nobi—
lisima idea, así del modo de pensar; como de la
prudencia en disponer, eficac1a en persuadir, y
propiedad y dulzura en el decir. .... .. La lástima es,
que las obras de Fr. Luis de Leon , de los venera
bles maestros Avila y Granada y de otros pocos
(pues semejantes á ellos en muchos siglos hay p0
cos) 'ó no suelen leerse , ó si por ventura se leen no
se suele conocer lo mejor ue tienen ; y únicamente
se imita lo que se debiera uir : y es que por lo re
gular_ se ignora donde está, ó falta el artificio que
prescribe el arte.......
u Yo quisiera ver á la juventud mucho menos ins—
truida en tanta multitud de preceptos, y mas bien
ejercitada con pocos claros documentos. Quisiera,
digo , ver á la juventud mas aplicada á fecundar la
mente de noticias útiles, ejercitar el ingenio en
razonar con juicio, elegir las cosas que sean mas
6.
-102—
del in'terito, escog’er las palabras co‘n que se decla
ren' mejor, disponerlo todo con la debida orden , y
dar á la oracíon una herm05ura natural , y no afec—
tada armonía. Quisiera, digo, una y mii veces,
unos entendimientos mas libres , sin las pigüelas del
'arte; unos discursos mas sólidos, sin afectaciori de
vanas sutilezas , un lenguage maspropio sin oscuri—
dades estudiadas, y por acabar de decirlo , un jui—
eioso pensar disimuladamente dulce en la espresíon,
p eficazmente agradable. Esto es elocuencia. Todo
o demas bachillerla.;..... La elocuencia suponé
un entendimiento capacisimo, que perfei:tamente
informado del asunto que emprende debe proponer
y esforzar' aquellas mas eficaces razones que se pue
den hallar , para mantener constantes á los bien me
tos, inclinar á su dictamen los ánimos indiferen
tes y dudosos, yconvencer tamblen á los pertinaces
y rebeldes : para lo cual se necesita de un conocí“
miento grande del ingenio de los oyentes, 'y de los
medios, y fines de las cosas, para callar con bru
dencia lo qué no se debe decir, esibr2ar con viveza
lo que se debe persuadir, y convencer los ánimo:
con una disimülada violencia, tahtn mas halagüeña;
cuant_o mas lmpeflosa o’cultáímente. Este singnlli
triunfo de la mon humana no es para entendimien—
los vulgares; ni aun para aquellos mas sublimes, si
no seaplican á ell’o con la mayor dillgencid¡.....z.
Por esto Vemos, 'qde el coman consentimiento de
los_doctos solo ha tenido por elocuentes á áquellm
que estuvierón dotados de un conocimiento univer—
sal de casi todas las ciencias : á lbs Demóstenes y
Ciceton'es, y por hablar de nuestros Españoles alos
wnerables padres Fr. Luis de Granada y Fr. Luis
de León .... ' .
«Toda Europa desprecia, y aun hace burla del
—108-3—
cstrá'vagánte modo de escribir, que casi todos los
Españoles practican hoy. (Hace noventa años.) Es
casi nada lo que se traduce de nuestra lengua en las
otras : argumento claro del poco aprecio que se
hace de nuestro modo de pensar, enseñar y decii‘,
y mas en ¡in tiempo en que codiciosa Fiancia de
enriquecer Su idioma con los mejores escritos que
ha logrado el mundo , no se acuerda de los nuestros.
' No sucedía así cuando tenía España á los venera
bles Luises, carididisimas listas de la elocuencia Es
pañola , Granadá y Lean; al ingeniosísiúte Quevedo,
juicíosisiino Sáavedra y otros semejantes. ¿Mas qué
digo semejantes? Un Pícarillo de Alfaraehe no se
contentaba de andar per toda España, sino que
atravesahdo los altos Pirineos 'y fríos Alpes, gut
tosaménte entrétenía á toda Europa. ¿Qué mucho
si se paSBaba támbien por toda ella, y placentera
mente la embelesabáud ciego astuto, uíado de un
Laz'arillo? Pero lo que es mas, aun e flaco Roci
nante de aquel ingertioso hidalgo lo corría todo en
com aiiia del Ruexo.;..... ,
« on raz'on nie duelo de que en el arte; de decir
no prqcúremos, no sold igualar, sino ta_mbíen esce—
der ii las demas naciones, y mas siendo tan notoria
la vent 'a-, que nuestro lenguage hace á los estra
ños. Te emos una lengua sumamente copiosa, grave,
magestuosá suavísima. Fuera de todo esto, las
ciencias en uropa llegaron ya al mayor auge que
nunca. Todas tuvieron sus veces. Todas nos deja
ron 'sus ideas en varios siglos, ara que fuese el
nuestro mas sabio. El que tne'dio entre Orfeo y Pi
tágoras, fue poético; entre Pitágoras y Alejandro,
filosófico; entre Alejandro y Augusto , oratorio; en
tre Augusto y Constantino , jurídico; entre Cons
tantino y San Bernardo; teológico; entre San Ber
—-iÓ4-v
nardo ,y Leon Décimo , escolástieo; entre Leon
Décimoynosotros, fisico y crítico : de suerte que
en nuestra edad se manifiestan la naturaleza y los
progresos de la sabiduría humana. Siendo pues
ciertísimo que la fuente del escribir es el saber;
para escribir, ¿qué tiempo hay mas a propósito
. que este , en que mejor se puede saber? ¿Pues qué
embarazo hay nos impida adelantar el paso hácia la
verdadera elocuencia ? .... ..
« Siendo esto así , el que desee formar y seguir
una perfectísima idea de la verdadera elocuencia,
observe con juicio la erudicion de Rua, Venegas,
¿Agustin; la invencion de Cervantes, Gracian y
avedra en su admirable República Literaria; la
eleccion y método de Fr. Luis de Leon; la abun
dancia de voces de D. Francisco de Quevedo; la
ggreza de los vocablos , pro ¡edad de las frases de
nta Teresa de Jesus; la acilidad y elegancia de
decir de D. Diego de Mendoza; el espíritu y gallar—
día del obispo Manera, y del dean de Alicante
D. Manuel Martí; la dulzura y numerosidad de Fr.
Luis de Granada; la eminencra del estilo de la Re
pública Literaria, una y otras mil veces digna de
alabanza; y considerando así en otros pocos y felices
escritores , las perfecciones que brillan mas en sus
obras tenga bien entendido , que la bien ordenada y
decorosa‘ composicion de todas ellas, es la idea ver—
dadera de la elocuencia española, y la única que con
aplicacion , diligencia , y ejercicio se debe imitar
y procurar seguir. Aspiremos pues a esta. Trabaje
mos por acercarnos á ella cuanto nos sea posible.
Está España infamada de poco elocuente. Vindicad
su honra, Españoles. Generosísimos espíritus, vin—
dicad la vuestra. » .
FIN.
INDICE.
rm mu. intes.