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“ HAIN: EL RITO DE INICIACIÓN SELK’NAM”

INTEGRANTES
 ISIDORA FUENTES
 VALENTINA BASTIAS
PROFESORA
 NATALIA BAEZA CONTRERAS
RAMO
 CULTURA CHILENA
FECHA
 23 DE NOVIEMBRE DE 2017

1
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN …………………………………………………. PÁGINA 3

JUSTIFICACIÓN DEL TEMA……………………………………….PÁGINA 4

CAPÍTULO I: LOS SELK’NAM ………………………………….. PÁGINA 5-6

CAPITULO II: CEREMONIA DEL HAIN…………………………. PÁGINA 7-8

CAPITULO III: EL FIN DE LOS SELK’NAM………………............P ÁGINA 9

CONCLUSIÓN……………………………………………………..P ÁGINA 10

BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………… PÁGINA 11

ANEXOS ………………………………………………………… PÁGINA 12-13

2
INTRODUCCIÓN

Considerando la amplia extensión territorial de Chile, hoy en día se conoce que existió un
gran número de pueblos prehispánicos, con culturas y formas de vidas completamente
distintas unas de otras, debido, en gran parte, a las diferencias que poseían los territorios
que habitaba cada uno. Desde la llegada de los colonos europeos en el siglo XV y XVI, los
pueblos originarios de Chile comenzaron a reducirse en gran tamaño, producto de los
conflictos territoriales y culturales, la explotación durante los trabajos forzosos y
mayoritariamente por culpa de las enfermedades. Ya durante el siglo XIX, los grupos
indígenas que siguen habitando las colonias chilenas han disminuido de forma drástica, y
varios de ellos han sufrido durante siglos la dominación española dentro de sus territorios.
Sin embargo, al extremo sur de nuestro país, aún existían tribus que hasta aquel momento
lograron mantenerse prácticamente intactas, ya que no habían sido mayormente afectadas
por la colonización. Los selk’nam u onas eran una de estas etnias australes. La
denominación selk’nam/ona derivaría de una palabra del lenguaje yámana, a la cual se le
atribuye el significado de “hacia el norte”, esto debido a que llamaban “norte-país” a la Isla
Grande y “norte-canal” al Canal Beagle1. Los onas habitaron principalmente la región norte
y central de la Isla Grande de Tierra del Fuego, y se caracterizaban por ser un grupo de
cazadores recolectores terrestres con amplia movilidad (nómadas).
Dentro de este trabajo, se hará una síntesis de la historia de este grupo originario, resaltando
sus modos de vida, las características principales de su asentamiento, su vestimenta, y
costumbres típicas, terminando con el abrupto fin de su existencia debido al exterminio
perpetrado por colonos en el siglo XIX. Por otro lado, se dedicará un capítulo a su especial
ritual de iniciación: el Hain, el cual aludía a los espíritus, representándolos con pinturas y
máscaras de madera. ¿Qué es lo que hace a este rito tan particular, para que siga siendo
evocado hasta el día de hoy? Sin duda, la vida de los selk’nam es digna de ser reconocida y
analizada, para así entender el valor actual que se da a su mágica cultura.

1CHAPMAN, A., Fin de un Mundo: Los Selk’nam de Tierra del Fuego. Pehuén. 1990

3
JUSTIFICACIÓN DEL TEMA

Los pueblos originarios chilenos presentan una gran diversidad en su cultura, y es


realmente interesante entender cómo el entorno físico de sus asentamientos influye de
sobremanera en la cultura y modos de vida que adoptan.
En este contexto, aparece el pueblo selk’nam con una impresionante riqueza cultural,
misticismos, mitología, y una forma de vida completamente primitiva dentro de la sociedad
humana. Lo relevante es, que este grupo de personas vivía en una sociedad primitiva,
incluso ya entrados al siglo XX, cuando la sociedad chilena, a pesar de que no estaba
pasando por un buen momento, poseía mayores tecnologías y una visión de desarrollo hacia
el futuro. Es interesante vincular a estas dos realidades dentro de un mismo país.
Los selk’nam, actualmente, suelen ser reconocidos alrededor del mundo por su ceremonia
del Hain, ya que llaman la atención las manifestaciones artísticas provenientes de ésta,
sobre todo sus máscaras y pinturas corporales. Al profundizar de mayor manera en este rito
selk’nam, se encuentra una variedad de significados, relativos a los espíritus y a la
naturaleza, que representan el complejo sistema de creencias que poseían.
Finalmente, es necesario precisar el punto del genocidio que terminó con la existencia de
esta etnia fueguina, ya que fue una masacre violenta y deshumana, que no ha tenido la
visibilidad necesaria dentro de las autoridades y de la historia del país.

4
CAPÍTULO I: LOS SELK’NAM
Como se mencionó anteriormente, la palabra selk’nam u ona derivaría de una palabra del
idioma que significa “hacia el norte”, esto debido a que la extensión territorial de su
asentamiento comprende principalmente la parte norte o central de la Isla Grande de Tierra
del Fuego. Según sus tradiciones, este grupo indígena llegó a la Isla Grande tras la caza de
guanacos, cuando aún ésta estaba unida al continente.2Según la información de la época, los
selk’nam se dividían en dos grandes grupos: los selk’nam del norte, que se ubicaban en las
extensas planicies esteparias septentrionales de la isla, y los selk'nam del sur, habitantes
de las zonas boscosas meridionales de lengas, coigües y canelos, llegando hasta la costa
norte del canal Beagle3.
Los selk’nam eran nómadas, y por tanto, debían utilizar sencillas viviendas que
generalmente estaban cubiertas de cuero de guanaco, para así poder trasladar sus
campamentos a donde sea que fueran. De todos modos, tenían 2 tipos de vivienda
diferenciados, dependiendo de las condiciones del territorio en que se encontraban: si
vivían en la zona boscosa de Tierra del Fuego, estaban construidas de madera y cubierta de
pieles cosidas; pero si habitaban la zona esteparia, la parte norte de la isla, generalmente
usaban viviendas hechas con palos trabajados y cubiertas de piel de guanaco o lobo
marino. Esta última tenía un carácter más provisorio y podía ser fácilmente llevada de un
campamento a otro en sus desplazamientos.4

El modo de vida de los selk’nam corresponde al más antiguo de la humanidad: el de la


edad de piedra, el Paleolítico de los cazadores, recolectores y pescadores 5. Destacaba su
habilidad en el uso del arco (Anexo 2), el cual utilizaban en la práctica de la caza; sin
embargo, al enfrentar la persecución de un animal, el cazador solía despojarse de toda su
vestimenta y ornamentos, quedando desnudo para tener mayor precisión y rapidez. Sólo
seguía manteniendo en su frente un adorno triangular confeccionado con piel de guanaco,
denominado “Kóschel”, al cual se le atribuía influencia mágica en la caza. El coruro, un

2
CHAPMAN, A., Fin de un Mundo: Los Selk’nam de Tierra del Fuego. Pehuén. 1990. Pág. 50
3
MASSONE, M., et. al. Perspectiva Arqueológica de los Selk'nam... Op. cit.: 15
4
CHAPMAN, A., Fin de un Mundo: Los Selk’nam de Tierra del Fuego. Pehuén. 1990. Pág. 49
5
CHAPMAN, A., Fin de un Mundo: Los Selk’nam de Tierra del Fuego. Pehuén. 1990. Pág. 21

5
pequeño roedor que tenía principal importancia en los selk’nam del norte, también
representaba una fuente alimenticia. El zorro igualmente era una presa apetecida, sobre
todo por la reutilización que hacían a su piel, en especial para la confección de bolsitas de
cuero. Sin embargo, la real base de su alimentación eran los guanacos, de los cuales no sólo
utilizaban su carne, sino que también los cazaban para usar su cuero en vestimentas (Anexo
1) y para cubrir sus hogares. A pesar de ser muy hábiles en la caza, no lo eran del todo en
la pesca, ya que no practicaban la navegación y no fabricaban canoas, por lo que del mar
destacaban la recolección de alimentos que complementaban su dieta en base a la caza.6 El
mar, además, les proveía las ballenas varadas, que proporcionaban alimento a muchas
familias por un largo tiempo. Las mujeres solían encargarse de recoger hongos, bayas,
huevos y moluscos.7
El perro fueguino era el único animal domestico de los selk’nam y por lo tanto, era muy
apreciado por ellos. Era un hábil cazador y tan fiel, que se convirtió en un elemento
insustituible para la comunidad aborigen.
Los onas tenían un modo de vida admirablemente constituido, y según los cronistas de la
época, eran la raza más grande y fuerte de los habitantes del extremo sur de América. De
hecho, existe el testimonio manifestado por el marino aventurero americano Frederick A
Cook, quien al entrar en contacto con los selk’nam en los últimos años del siglo XIX,
mencionó lo siguiente:
Corporalmente son los Onas unos gigantes, sin que lleguen a tener los siete y ocho
pies de estatura. Su altura media alcanza los seis pies (183 cms.) (…). Las mujeres
no son tan altas y por ello son algo más corpulentas. No existe raza humana en el
mundo de más perfecto desarrollo que los hombres Onas. Este único y singular
desarrollo se debe a las circunstancias locales y en especial a la caza, que requiere
grandes caminatas a pie.8

6MASSONE, M., Cultura Selknam (ONA). Departamento de extensión cultural del Ministerio de
Educación. 1982 pags. 31-39
7
CHAPMAN, A., Fin de un Mundo: Los Selk’nam de Tierra del Fuego. Pehuén. 1990. Pág. 58
8
GUSINDE, M., Los Fueguinos. Pág. 48

6
CAPÍTULO II: CEREMONIA DEL HAIN

Una de las ceremonias más importantes realizadas por los selknam es el Hain, la iniciación
de los varones púberes, la cual se conservó durante muchas generaciones gracias a la
transmisión oral. La ceremonia duraba entre dos a tres meses, en los cuales se ponía a
prueba a los jóvenes, y representaba una verdadera escuela para ellos.
Antiguamente, durante el período de “matriarcado mitológico” las mujeres habían
inventado una ceremonia secreta que utilizaban para mantener sojuzgados a los hombres,
se reunían en una gran cabaña denominada “Hain” (Anexo 4), donde se disfrazaban y
pintaban con el fin de representar y emular a diversos espíritus fingidos para aterrorizar a
los hombres y así mantenerlos obedientes al poder femenino. Sin embargo, un día, el Sol,
esposo de la Luna, descubrió las mentiras y le comunicó a los demás cazadores sobre los
engaños de las mujeres, y ante esta situación, los cazadores atacan, matan y hieren a las
mujeres. Desde ese momento, los hombres formaron un nuevo “Hain” para establecer un
completo dominio sobre las mujeres, dando inicio a un nuevo sistema de dominio
“patriarcal”.
Se adopta la nueva costumbre de reunirse en una cabaña cada cierto tiempo, para iniciar a
los jóvenes selk’nam de sexo masculino y para representar a los espíritus que permitieran
su dominio por sobre las mujeres. Entre los 14 a 16 años, los jóvenes selk’nam eran
separados de sus hogares y del lado materno para transformarse en iniciado o Klóketen. El
joven Klóketen, ingresaba a la cabaña, al cuidado de hombres más experimentados, donde
era sometido a múltiples pruebas, como mantener largos ayunos, dormir escasas horas,
permanecer en posiciones incómodas durante tiempo prolongado y caminar durante varios
días incesantemente por el bosque, donde con frecuencia se hacían presente las
representaciones de los espíritus más temidos y que le causaban profundo miedo9. A pesar
de todo esto, el joven demostraba coraje y resistencia ante estas pruebas y debía seguir
practicando con el arco, la lucha cuerpo a cuerpo, y efectuando cacerías hasta adquirir la
destreza necesaria de un buen cazador.

9MASSONE, M., Cultura Selknam (ONA). Departamento de extensión cultural del Ministerio de
Educación. 1982 pag. 60

7
Una vez superada esta etapa, era apto para ingresar al círculo de los adultos, quienes les
revelaban el secreto de los espíritus y el significado de la farsa representada por los
hombres para mantener con el apoyo de seres ficticios, el dominio sobre las mujeres.10 El
Klóketen debía conservar el secreto durante toda su vida sin poder revelarlo, de lo contrario
pagaría con muerte. Luego, los ancianos les traspasaban sus conocimientos y tradiciones
selk’nam, aconsejándolos con su comportamiento futuro, se les inculcaba la generosidad, el
sacrificio y estoicismo, el esfuerzo y laboriosidad, la mesura en todos los actos de la vida y
las principales reglas del comportamiento social; una de las pautas más llamativas de los
onas es la práctica de la venganza.
Durante el Hain, la representación de los espíritus servía para mantener el miedo de los
Klóketen como para reavivar el miedo de las mujeres (Anexo 3). Dentro de los espíritus, el
que tenía mayor representación durante la ceremonia de iniciación, era la figura de Short o
Schoórte, la cual era muy temida por las mujeres debido a los castigos y las muertes que
causaba, era el espíritu de las piedras blancas, llevaba una máscara cónica en la cabeza y
llevaba su cuerpo pintado con rayas verticales y horizontales destacando el color blanco. En
su paso por las comunidades aledañas al Hain, las mujeres debían lanzarse al piso boca
abajo junto a sus hijos. El espíritu en ocasiones maltrataba con su garrote a alguna mujer.
En cuanto a representación femenina, la más temida era Xalpen o Halpen, que se
consideraba una hembra caníbal, voraz y colérica que producía estragos al interior del
“Hain”; desconociendo la farsa, las mujeres imploraban piedad a Xalpen. Otro espíritu era
el de Hachai o Kótaich. De igual forma, había otros espíritus que se presentaban de forma
alternada durante la ceremonia.
Una vez finalizado el “Hain”, sus participantes volvían a sus toldos, luego de haber
escondido en el bosque las máscaras. Con esta ceremonia, el joven deja atrás sus travesuras
de niño y regresaría a casa en calidad de cazador, mesurado e indiferente con su familia,
convertido en un ser equilibrado y provechoso para la comunidad y los hombres
reafirmaban su rol dominante en la sociedad y por sobre la mujer. 11

10MASSONE, M., Cultura Selknam (ONA). Departamento de extensión cultural del Ministerio de
Educación. 1982 pag. 61
11MASSONE, M., Cultura Selknam (ONA). Departamento de extensión cultural del Ministerio de

Educación. 1982 pags. 59-64.

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CAPÍTULO III: EL FIN DE LOS SELK ’NAM

Hoy en día, se puede decir que el pueblo selk’nam está completamente extinto. A pesar de
que habían logrado sobrevivir a los procesos de colonización dentro del contexto de la
dominación española que se estaba viviendo en Chile y en gran parte de América desde el
siglo XVII, sus encuentros con los europeos y en varias ocasiones, con colonos argentinos,
comenzaron a hacerse habituales desde la segunda mitad del siglo XIX. Las principales
razones de la ocupación colonial en Tierra del Fuego se deben a la explotación de oro
aluvial y, más tarde, a la explotación de pastizales para la ganadería ovina. Es con este
último punto que comienza una de las mayores matanzas de la población indígena chilena,
el Genocidio Selk’nam.
La ocupación del territorio de los selk’nam ocurrió alrededor del año 1880. La presencia de
los colonos extranjeros produjo, como en todas las colonias de América, altas tasas de
mortalidad producto de las enfermedades transmitidas por éstos. (sarampión, influenza,
neumonía, tuberculosis, etc.).12
La motivación de los colonos europeos para despojar a las tribus selk’nam u onas de sus
territorios corresponde a una razón netamente económica, como fue el interés por poder
instalar en ellos las grandes compañías ovejeras y por perpetrar los yacimientos de oro. La
resistencia indígena para defender sus tierras y a sus familias, además del impulso que los
llevó a cazar y comer las ovejas por culpa del hambre, provocó reacciones violentas y
desmedidas por parte de los colonizadores, que no dudaron en terminar con las vidas de
este pueblo originario para lograr sus objetivos. Dos de los principales perpetradores de los
asesinatos hacia los selk’nam fueron el rumano Julius Popper y el estanciero José
Menéndez (ambos habían llegado desde Argentina).
A pesar de la resistencia de los selk’nam con sus arcos y flechas, no hubo indulgencia
alguna hacia ellos. Los hombres fueron asesinados sin compasión y las mujeres tomadas
prisioneras. ¡Es mucha la sangre y perversión moral pegada al oro de la Tierra del
fuego!13

12CHAPMAN, A., Fin de un Mundo: Los Selk’nam de Tierra del Fuego. Pehuén. 1990. Pág. 22
13
GUSINDE, M., Los Fueguinos. Pág. 99

9
CONCLUSIÓN

La historia de los selk’nam, con sus condiciones de asentamiento, modos de vida, rituales, y
su violento fin, es también parte importante de la historia del sur de Chile y de nuestro país
en general. A pesar de que se menciona que esta etnia fue completamente extinguida, se
han hecho esfuerzos por mantener parte de su cultura dentro de nuestros tiempos actuales, y
ha recibido un real interés su principal ceremonia, el Hain, el cual hoy intenta ser
representado en distintos ámbitos de la vida de la sociedad chilena.
El interés por los selk’nam no se ha extinguido. Es más, incluso a mediados del siglo XX,
la considerada última selk’nam, Lola Kiepja, menciona en el texto de Anne Chapman “Fin
de un mundo: Los selk’nam de Tierra del fuego”, que solían ir a visitarla grupos de turistas
que preguntaban por sus historias y le sacaban fotografías.14 A pesar de su fallecimiento en
invierno de 1966, la tradición selk’nam se mantiene presente. Se han presentado obras con
la temática basada en los onas, como por ejemplo la obra “Extranjero, el último Hain”,
montaje perteneciente al Colectivo La Patogallina, que dirige Martín Erazo. También se
han presentado exposiciones fotográficas y proyecciones audiovisuales, como la que fue
llevada a cabo por Ximena Quiroz Peters y Tania Roitman Zoldán, quienes llevaron a cabo
el proyecto “Hain, interpretación de un rito”, el cual está inspirado en la ceremonia de
iniciación ona. Por otro lado, y desde una faceta menos formal, en el característico
“mechoneo”, la ceremonia de iniciación de estudiantes universitarios, algunas carreras han
cambiado las antiguas prácticas que se llevaban a cabo, para representar una idea de la
ceremonia Hain, con cuerpos pintados y máscaras que hacen cuenta de este proceso. Por
ejemplo, en la carrera de Antropología de la Universidad de Concepción, donde ya llevan
dos años representando esta ceremonia selk’nam.
Es por estas manifestaciones artísticas mencionadas anteriormente, que a pesar de que se
habla del fin del pueblo ona, su cultura y sobre todo su ceremonia del Hain es hoy en día
recordada por la particularidad de su representación, y porque es una fiel demostración de
la riqueza cultural perteneciente a la etnia selk’nam.

14CHAPMAN, A., Fin de un Mundo: Los Selk’nam de Tierra del Fuego. Pehuén. 1990. Pág. 31

10
Bibliografía

BENGUA, J. La memoria olvidada: Historia de los pueblos indígenas de Chile.


Publicaciones del Bicentenario. Santiago, 2004.

CHAPMAN, A., Fin de un Mundo: Los Selk’nam de Tierra del Fuego. Pehuén. 1990

GUSINDE, M., Los Fueguinos.

MASSONE, M., Los cazadores del viento: los Selk'nam. Santiago. Turismochile.cl.

MASSONE, M. Cultura Selknam (Ona). Departamento de extensión cultural del Ministerio


de Educación. Santiago. 1982.

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ANEXOS

Anexo 1: Familia selk´nam vestidos con cuero de guanaco. Fotografía de J. Ojeda- William S.
Barclay. 1902. En: “Fueguinos. Fotografías Siglos XIX y XX. Imágenes e Imaginarios del Fin del
Mundo.”Margarita Alvarado, Carolina Odone, Pedro Mege. Editorial Pehuén. S/F.

Anexo 2: Demostración de las diferentes poses para el uso del arco y la flecha. Selk´nam. Zona
norte, Isla Grande, Tierra del Fuego. Fotografía de Martín Gusinde. 1920- 1923. En: “Los Indios de
Tierra del Fuego: Los Selknam”. Martín Gusinde. Editorial C.A.E.A. 1982

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Anexo 3: Espíritus de la ceremonia de iniciación masculina selk´nam. Fotografía de Martín
Gusinde. S/F. En: “Los Indios de Tierra del Fuego: Los Selknam”. Martín Gusinde. Editorial
C.A.E.A. 1982.

Anexo 4: Gran choza de la ceremonia del Hain realizada por instigación de Martín Gusinde.
Selknam. Tierra del Fuego. Fotografía de Martín Gusinde. 1919-1923. En: “Los Indios de Tierra del
Fuego: Los Selknam”. Martín Gusinde. Editorial C.A.E.A. 1982.

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