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Alimenta bien a tu bebé

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comentado

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Alimenta bien a tu bebé

Mar Gimeno Pedro Frontera

EDITORIAL SINTESIS

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Introducción

1. Esperando al bebé

1.1. La preparación para ser padres

1.2. Las medidas esenciales

1.3. Nutrición de la madre durante el embarazo y la lactancia

1.4. Necesidades de nutrientes

1.5. Alimentos para la mujer embarazada

1.6. ¿Qué alimentos hay que evitar durante el embarazo?

Caso práctico 1

Caso práctico 2

2. Menús para embarazadas

2.1. Comer bien

2.2. Las calorías de la dieta

2.3. Sugerencias de menús

2.4. Menús saludables para la primera mitad del embarazo

2.5. Menús saludables para la segunda mitad del embarazo

2.6. Platos para variar, sabrosos y nutritivos

Caso práctico 3

Caso práctico 4

3. ¿Cómo es el bebé?

3.1. El recién nacido

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3.2. Proteger la relación inmediata madre-hijo

3.3. El peso del recién nacido

3.4. Los órganos del recién nacido

3.5. La inmadurez del sistema digestivo

3.6. Aprender a alimentarse

Caso práctico 5

Caso práctico 6

4. Nutrición, crecimiento y salud

4.1. La renovación constante

4.2. Los nutrientes

4.3. Calidad y cantidad de los alimentos

Caso práctico 7

Caso práctico 8

5. ¿Pecho o biberón?

5.1. La lactancia materna es la natural

5.2. Las vicisitudes de las dos lactancias

5.3. Altibajos de la lactancia materna

5.4. ¿Por qué no es buena la leche de animales?

Caso práctico 9

Caso práctico 10

6. La leche humana es mejor

6.1. Beneficios de la lactancia materna para el bebé

6.2. Beneficios de la lactancia materna para la madre

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6.3. Interacción entre lactancia materna e intestino del bebé

6.4. El calostro

6.5. Los nutrientes de la leche

6.6. Variabilidad en la composición

6.7. Factores inmunológicos y de defensa de la leche humana

Caso práctico 11

Caso práctico 12

7. Dar el pecho es fácil

7.1. Los cambios en el pecho de la madre

7.2. Causas del abandono o fracaso de la lactancia materna

7.3. Promoción de la lactancia materna

7.4. La eyección de la leche

7.5. El agarre al pecho

7.6. Técnica de la lactancia materna

7.7. Posiciones para el amamantamiento

7.8. Postura del bebé

7.9. Signos de una posición correcta

Caso práctico 13

Caso práctico 14

8... .pero hay que saber darlo

8.1. Sujeción del pecho

8.2. Duración de las tomas

8.3. Alternancia de los pechos y frecuencia de las tomas

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8.4. Señales que indican que el bebé toma suficiente

8.5. Enfermedades de la madre que impiden la lactancia materna

8.6. La depresión posparto y la lactancia materna

8.7. El chupete y la lactancia materna

8.8. Duración de la lactancia materna

Caso práctico 15

Caso práctico 16

9. Problemas durante la lactancia materna

9.1. La hipogalactia o falta de leche

9.2. El aumento de peso normal

9.3. El pezón y la mama son muy delicados

9.4. Fármacos y lactancia materna

Caso práctico 17

Caso práctico 18

10. La lactancia con biberón también es buena

10.1. ¿Es buena la lactancia artificial?

10.2. El desarrollo de las fórmulas lácteas

10.3. La composición de las fórmulas lácteas

10.4. Leches de inicio y de continuación

10.5. Preparación de los biberones

10.6. La dilución correcta del biberón es esencial

10.7. Fórmulas o leches especiales

10.8. Técnica de la alimentación artificial

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Caso práctico 19

Caso práctico 20

11. Otros problemas

11.1. Ictericia

1 1.2. Regurgitación y vómito

11.3. Llanto

11.4. Cólico del lactante

11.5. Alergias e intolerancias alimentarias

Caso práctico 21

Caso práctico 22

Bibliografía

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Este es el primer libro de una serie que Editorial Síntesis va a dedicar al muy interesante
tema de la alimentación infantil a todas las edades. En este primer número de la colección
se abordan tanto la nutrición y los cuidados de la mujer embarazada como la
alimentación del bebé durante sus primeros seis meses de vida.

Se ha pretendido dar una respuesta tanto científica como emocional al interrogante


que se plantea toda mujer embarazada: ¿pecho o biberón?, y además explicarlo de
manera comprensible. El próximo libro de la colección estará dedicado a la alimentación
del bebé mayor de 6 meses de edad y a la del niño preescolar y escolar.

Alimentarse bien es una necesidad básica para todas las personas. La relación entre
dieta y salud se inicia ya en la época prenatal. El cuerpo humano está renovándose
constantemente y para ello necesita un flujo continuo de aportes de sustancias nutritivas.
Además, los niños de cualquier edad incrementan su masa corporal de una manera lenta
pero continuada. El estar creciendo y cambiando constantemente es la característica que
diferencia al niño del adulto. Por esa razón, la alimentación del niño, y sobre todo la del
bebé, tiene una importancia fundamental no solo para su crecimiento y su desarrollo, sino
incluso para su propia supervivencia.

Los avances en el conocimiento científico de las necesidades nutritivas de los niños


han sido muy significativos en las últimas décadas. Estos nuevos datos se han
incorporado ya a la medicina práctica, en forma de nuevas recomendaciones para
alimentar a los bebés de la manera más favorable. El objetivo es que, además de crecer
adecuadamente y sin enfermedades, esta alimentación saludable les proteja de la
posibilidad de adquirir muchos años después, ya durante su periodo de adulto, las
patologías de origen nutritivo que son un verdadero azote en el siglo xxi: la obesidad, la
ateroesclerosis, la osteoporosis, las enfermedades degenerativas, etc.

Los padres del siglo xxi no solo necesitan los consejos y las recomendaciones de los
médicos, los pediatras, los farmacéuticos y los profesionales sanitarios sobre la manera
más adecuada para alimentar a su bebé. También precisan saber el porqué, la razón de
cada una de las normas que deben seguir, para estar seguros de que dan a su hijo los
alimentos más adecuados, los que más le benefician.

Este libro está destinado sobre todo a los padres que esperan un bebé pero también a
los profesionales que están en contacto con ellos y que deben orientarlos: educadores,
maestros, personal de enfermería y profesionales sanitarios. Todos ellos precisan un

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conocimiento científico de los fundamentos de la alimentación del bebé, pero sobre todo
conocer bien su aplicación práctica.

Los autores del libro, una farmacéutica especialista en nutrición y un pediatra "senior"
con treinta años de ejercicio profesional como Jefe de Servicio de Pediatría del Hospital
Universitario "La Fe" de Valencia, se han impuesto la tarea de combinar el rigor científico
con la amenidad al exponer todas las recomendaciones prácticas de la alimentación del
bebé durante su primer año de vida al mismo tiempo que se comentan los motivos que
las sustentan.

Se ha incluido en cada capítulo un apéndice de historias clínicas verdaderas, muy


resumidas, sobre problemas prácticos de alimentación que se presentan a los padres a lo
largo de los primeros seis meses de vida de su bebé y cómo se resolvieron.

Agradecemos la ayuda y colaboración de la Dra. Gloria Cabezuelo, profesora de


Pediatría de la Universidad de Valencia.

Claridad, utilidad práctica y rigor científico ha sido el propósito, tanto de los autores a
la hora de escribir este libro. Esperamos haberlo conseguido.

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1.1. La preparación para ser padres

Ser padres supone el regalo de una nueva vida, pero al mismo tiempo una revolución
vital. El mundo personal y familiar se ensancha y enriquece con la llegada del nuevo
bebé. Los padres experimentan nuevas sensaciones, múltiples sentimientos de alegría, de
una promesa de felicidad hasta entonces desconocida. Pero al mismo tiempo tienen una
percepción de carga, de preocupación, porque se adquiere un compromiso de cuidar del
bebé, de velar por su salud hasta que se convierta en un adulto, hasta que alcance su
autonomía como persona.

`Seremos capaces de satisfacer todas sus necesidades?", se preguntan los padres. Y


una de las primeras necesidades que va a tener el bebé será que se le alimente bien, y
para ello hay que conocer cuál es la manera más adecuada.

El embarazo es un periodo de emoción y espera, pero también de dudas, de


incertidumbres. ¿Irá todo bien?, se preguntan los padres. Sí, irá todo bien. Pero si surge
alguna complicación durante el embarazo o el parto, la medicina actual está muy
avanzada y puede enfrentarse a cualquier problema y resolverlo con éxito. La confianza
es una actitud positiva que ayuda a cuidar al bebé ya durante su periodo intrauterino,
pero eso sí con la necesidad de cumplir normas y controles.

La futura madre necesita prepararse para ese nuevo acontecimiento decisivo en su


vida. Es esencial la ayuda de la familia, sobre todo la del padre. No solo ayuda psíquica,
compartiendo la ilusión, sino física y concreta programando los cambios en la vida diaria
para que la futura madre tenga el tiempo y la tranquilidad necesarias para ocuparse de su
hijo. Por eso hay que tomar decisiones importantes, en muchas ocasiones laborales para
liberar de tareas a la mujer, a veces intrafamiliares estableciendo los mecanismos de
ayuda. Porque es una tarea seria, importante, y deben planificarse todos los
acontecimientos.

UN ANTES Y UN DESPUÉS

El embarazo y el próximo nacimiento de un hijo, sobre todo si es el primero,

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es calificado por la mayoría de las familias y de las parejas como un
acontecimiento esencial, un antes y un después en sus vidas. El tener que
hacerse cargo de un bebé, y comenzar a cuidarlo desde el mismo momento de la
concepción, es un hito en sus vidas y les aporta felicidad y unión.

Se deben preparar adecuadamente.

1.2. Las medidas esenciales

Hay unas reglas esenciales que la futura madre debe conocer y seguir para que el
embarazo se desarrolle correctamente y el niño todavía no nacido (que se llama embrión
o feto) crezca y se desarrolle adecuadamente dentro del útero:

1.Controles médicos. El embarazo debe estar siempre controlado por el médico


especialista en obstetricia y ginecología, para seguir sus recomendaciones y
constatar que se desarrolla con normalidad.

2.Buena nutrición. El feto crece y aumenta de peso muy rápidamente, a un ritmo


todavía mayor de lo que lo hará el bebé recién nacido (cuadro 1.1), por lo que
tiene unas necesidades de nutrientes que debe cubrir la madre a través de su
propia alimentación. Como se decía antes, la madre "debe comer para dos", o por
lo menos "para uno y medio". Este tema es tan importante que se le dedica un
capítulo específico en este libro.

CUADRO 1.1

Valores promedio de peso y longitud del feto en una gestación normal

3.Descanso adecuado. La futura madre puede seguir trabajando o haciendo sus


tareas habituales, pero evitando el sobreesfuerzo, tanto físico como psíquico. En

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definitiva, se trata de evitar el agobio, el llamado estrés, situaciones que provocan
alteraciones orgánicas, respuestas anómalas del cuerpo de la madre que
perjudican el crecimiento del feto. También hay que evitar los disgustos fuertes,
bien en el trabajo o bien en la familia, que pueden conducir a sentimientos
negativos.

Algo esencial para el descanso es dormir suficientes horas durante todo el


embarazo. Nada de madrugones, nada de veladas prolongadas. Es conveniente
instaurar la costumbre de la siesta, solo de media hora, incluso aunque no se
logre conciliar el sueño en ese descanso, pues la relajación que produce el estar
tumbada en la cama con los ojos cerrados ya es favorable.

LA PREPARACIÓN

Si una mujer desea tener un bebé, tiene que estar bien preparada y debe:

Acudir a su ginecólogo y adecuar su peso corporal mediante una


alimentación sana, así como un estilo de vida saludable.

Antes de la concepción debe iniciar un aporte extra de ácido fólico, ya que


de esa manera se previenen malformaciones en el feto.

Debe realizar diariamente una actividad física moderada como caminar o


nadar. El fortalecer su cuerpo le será útil para después realizar los ejercicios de
preparación al parto, rehabilitar la musculatura y fortalecer el suelo pélvico.

No debe ingerir sustancias tóxicas como alcohol, tabaco o drogas, ni


tampoco automedicarse.

Con esas medidas estará mejor preparada para el embarazo, y su bebé


nacerá más sano.

4.Ejerciciofisico moderado. Durante el embarazo hay que evitar el sedentarismo, el


no mover el cuerpo la mayor parte del día. Esto se consigue haciendo un ejercicio
físico diario ligero o moderado como caminar, natación, juegos suaves, etc. El
ejercicio físico no debe ser aislado y esporádico, sino todo lo contrario, debe ser
constante y diario, pero de poca duración. Tampoco debe ser intenso, solo
moderado, se ha de cesar en cuanto aparezca el cansancio.

¡Cuidado!, siempre hay que evitar el otro extremo, tanto el sobreesfuerzo

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como el deporte de competición. Tampoco hay que exponerse a recibir golpes o
lesiones que pueden poner en peligro al feto.

Naturalmente, en las últimas semanas de la gestación, la mujer embarazada


se encuentra pesada y ya no puede hacer ejercicio. Debe conformarse con
pasear.

5.Evitar totalmente tabaco, alcohol o drogas. Estos tóxicos que inhala o ingiere la
futura madre son muy perjudiciales para el feto, ya que pasan a su organismo y
actúan sobre los delicados tejidos en crecimiento provocando alteraciones o
malformaciones. Este daño es casi siempre irreversible, es decir, que no se puede
reparar después de producido.

¡Ni un cigarrillo, ni una gota de alcohol, durante todo el embarazo!

6.Evitar las infecciones. La mujer embarazada debe intentar evitar ponerse enferma,
aunque sea de infecciones aparentemente banales como catarros o resfriados. A
veces es difícil conseguirlo si se sigue haciendo una vida normal, pero unas
simples precauciones como alejarse de familiares o conocidos enfer mos, o no
permanecer en lugares cerrados con el aire muy cargado ayuda a conseguirlo.

También es conveniente un buen arropamiento en los climas muy fríos, así


como el evitar el paso brusco entre ambientes con grandes diferencias de
temperatura. Las enfermedades de la mujer embarazada pueden repercutir sobre
el feto dentro del útero.

MEDICAMENTOS: LOS JUSTOS Y NECESARIOS

No es aconsejable para ninguna persona, de cualquier edad, la llamada


automedicación, el tomar medicamentos que no haya prescrito y recetado el
médico para una circunstancia concreta, para una enfermedad determinada.
Pero todavía es más desaconsejable tomar medicamentos sin control médico
durante el embarazo, ya que la madre y el feto forman una unidad orgánica y
cualquier sustancia que toma la madre la recibe también el feto.

Afortunadamente, la inmensa mayoría de medicamentos son totalmente


inocuos. Es más, son beneficiosos porque ayudan a resolver la enfermedad o el
problema para los que están indicados. Pero siempre hay excepciones, o
problemas no detectados con medicamentos nuevos como ocurrió

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desgraciadamente con la talidomida hace ya medio siglo.

Hoy los controles farmacológicos son mucho más rigurosos que hace unas
décadas, pero siempre hay que tomar la precaución de no tomar ningún
medicamento durante el embarazo que no haya sido recetado por el médico.

VI PROTEGER LA SALUD DE LOS DOS

Durante todo el embarazo la futura madre debe intentar proteger su salud,


todavía más de lo que lo hace habitualmente. Porque también es la salud de su
hijo todavía no nacido, ya que hasta el momento del parto formarán una unión
orgánica.

Aunque la mujer embarazada puede continuar con su vida normal, debe


evitar los sobreesfuerzos físicos, las preocupaciones psíquicas y sobre todo el
estrés. Debe dormir mucho, no exponerse a infecciones y alimentarse bien.

1.3. Nutrición de la madre durante el embarazo y la lactancia

Una buena alimentación de la madre desde los primeros días del embarazo mejora la
salud del feto y hace que pueda crecer adecuadamente. La mujer gestante necesita más
nutrientes porque en su cuerpo se están creando nuevas células, nuevos tejidos. Sobre
todo los del bebé que está procreando, pero también en ella misma ya que engrosa tanto
el útero como las mamas y además crea un órgano nuevo, la placenta, que adosada al
útero sirve para nutrir al feto.

La mujer gestante debe incrementar su propio peso corporal a lo largo de la gestación


una media de entre 12 y 16 kg. El aumento es escaso en el primer trimestre de
embarazo, para incrementarse según avanza la gestación. El aumento ideal recomendado
va a depender de la situación previa de la mujer. Las que están "delgaditas", con un
índice de Masa Corporal (IMC) bajo, menor de 19, deben aumentar más de peso a lo
largo del embarazo, entre 13 y 18 kg, para asegurarse de que el feto dispone de
nutrientes abundantes para crecer.

Las mujeres que están más "llenitas" antes del embarazo, con un IMC previo mayor
de 26, tienen reservas de nutrientes acumuladas en su propio cuerpo, por lo que es
suficiente con que aumenten entre 8 y 11 kg a lo largo del embarazo (cuadro 1.2).

Nunca, ¡nunca!, se deben hacer dietas restrictivas en alimentos o dietas adelgazantes

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durante el embarazo, ya que se puede perjudicar seriamente el crecimiento del feto.

La alimentación de la mujer embarazada debe ser variada y saludable, como la de


cualquier adulto, pero además un poco más abundante, para "comer para uno y medio".
Debe aportar entre 200 y 400 kcal diarias más de las que ingería la mujer antes del
embarazo, siempre que continúe teniendo una actividad normal, igual a la que tenía
anteriormente.

COMER PARA UNO Y MEDIO, PERO BIEN

Antiguamente, se decía que la mujer embarazada debía "comer para dos",


para ella y para su hijo. Sin embargo, tampoco es bueno aumentar
excesivamente la cantidad de alimentos, por el riesgo de sobrepeso. En realidad
hay que comer para "uno y medio", porque el embrión y el feto, aunque crecen
a gran velocidad, son muy pequeños.

Es mucho más importante que la alimentación sea variada, saludable y sobre


todo sin ayunos prolongados, sin que transcurra un tiempo excesivo entre las
comidas. Claro que la alimentación debe ser abundante, y de hecho están
prohibidas las dietas restrictivas durante el embarazo, pero también hay que
prevenir la "hiperalimentación" y el sobrepeso de la embarazada.

Hay que evitar las comidas preparadas o con demasiadas salsas y aditivos, y
tomar sobre todo alimentos naturales: verduras crudas y cocidas, legumbres,
leche y carnes magras. El aumento adecuado de peso durante el embarazo es un
signo de buena nutrición.

CUADRO 1.2

Aumento de peso recomendado para las embarazadas (en kg), según su peso previo

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De este aumento total de peso, solo una cuarta o una quinta parte se debe al peso del
propio feto. La mayor parte se debe al aumento de diversas partes del cuerpo de la
madre, que necesariamente deben crecer para que el embarazo transcurra con
normalidad (cuadro 1.3).

CUADRO 1.3

Componentes del aumento de peso durante el embarazo normal (en g)

La mujer del ejemplo recogido en el cuadro 1.3, a las 20 semanas de embarazo había
aumentado de peso 4,3 kg, de los cuales solo 300 g correspondían al peso del propio
feto. A término de su embarazo, a las 40 semanas de gestación, el peso del feto (3,5 kg)
era solo la cuarta parte de su aumento de peso total (14,7 kg).

1.4. Necesidades de nutrientes

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Durante el embarazo aumentan las necesidades de algunos nutrientes, los más necesarios
para "fabricar" el cuerpo del feto, por lo que la futura madre debe comer algo más de
cantidad de los alimentos que los contienen. Son los siguientes:

1.Folatos y ácido fólico. Estos nutrientes son esenciales para la correcta formación de
los tejidos fetales, de las nuevas células que se forman en el cuerpo de la madre.
Su deficiencia puede ocasionar defectos del tubo neural del feto, sobre todo
espina bífida. Pero el tubo neural se cierra muy precozmente, durante el primer
mes de embarazo, es decir, antes de que la mayoría de mujeres se den cuenta de
su estado. Es imprescindible una dieta rica en alimentos que contengan folatos
desde el primer día del embarazo, e incluso desde antes, cuando la mujer crea que
comienza a tener posibilidades de quedarse embarazada.

Los alimentos más ricos en ácido fálico y folatos son, en primer lugar, el
hígado de los animales y, en segundo lugar, todas las verduras de hoja verde,
sobre todo las hojas coloreadas, como son la escarola, la lechuga, las hojas de
roble, la rúcula, las zanahorias, las espinacas, las endibias o las acelgas.

También son ricas en folatos todas las legumbres (lentejas, judías, garbanzos
y guisantes). Además, tienen ácido fólico, aunque en menor cantidad,
prácticamente todos los vegetales como los tomates, los espárragos, los puerros,
la col, etc.

De una manera práctica, la recomendación es que todas las mujeres


embarazadas deben tomar al menos un buen plato de ensalada al día, compuesta
por una mezcla de los vegetales indicados, variados, los que quiera. Si algunos
vegetales no le gustan no es necesario que los tome, es preferible que tome
mayor cantidad de los que le gusten y que las comidas sean agradables y
satisfactorias. El hígado es un excelente alimento, pero no hace falta tomarlo en
cantidades excesivas, con un plato semanal es suficiente, siempre que se tomen
diariamente verduras crudas.

Actualmente, los ginecólogos quieren asegurar la ingesta de este nutriente


esencial y recomiendan la toma diaria de un preparado farmacológico que
contiene ácido fólico, entre 0,8 y 1 mg. Para que sea eficaz no solo debe
tomarse desde el primer día del embarazo sino desde antes, desde que hay
posibilidad del mismo, bien porque se planifique o porque se abandonen los
métodos anticonceptivos.

2.Hierro. El hierro es necesario para fabricar el mayor componente de la sangre, los

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glóbulos rojos, los hematíes. En el feto las mayores necesidades se producen en la
segunda mitad del embarazo, sobre todo en el último trimestre, cuando aumen ta
el volumen de la sangre fetal. El recién nacido tiene aproximadamente entre 250 y
300 ml de sangre y para fabricarla ha sido necesaria mucha cantidad de hierro.

Por esa razón, durante el embarazo las necesidades de ingesta de hierro son
altísimas, entre 25 y 30 mg diarios. Además, la mujer embarazada también
aumenta el volumen de su sangre, el número de sus hematíes, porque ha
aumentado su peso. Por consiguiente, también necesita hierro adicional para
fabricarlos.

El problema del hierro es que no se absorbe todo el que se toma con la


alimentación, sino solo una pequeña cantidad. El intestino absorbe alrededor del
25% del hierro que contienen los alimentos animales y del 6 a 8% del que
contienen los alimentos vegetales.

Los alimentos animales más ricos en hierro son el hígado y las carnes rojas
(ternera y cordero y los vegetales más ricos en hierro son las legumbres
(lentejas, judías, garbanzos y guisantes). En general, todos los vegetales tienen
algo de hierro, pero se absorbe poco. Sin embargo, la cantidad de hierro
contenida en la leche y en sus derivados como el yogur o el queso es mínima.

CONSECUENCIA PRÁCTICA

Durante el último trimestre del embarazo hay que aumentar la cantidad de


carnes rojas y de legumbres en la dieta porque son alimentos ricos en hierro.
Muchos ginecólogos quieren asegurar la ingesta de este mineral, para que no
exista posibilidad de déficit y, además de recomendar esa alimentación,
prescriben el tomar diariamente un preparado farmacológico de hierro.

3.Calcio. El calcio sirve sobre todo para mineralizar los huesos, para darles
consistencia, tanto los del feto como los de la madre, por lo que las necesidades
de calcio también se incrementarán durante el embarazo. Como los alimentos más
ricos en calcio son la leche de vaca y sus derivados (yogur y queso), habrá que
aumentar su consumo tanto durante el embarazo como durante el tiempo en que
se amamante al bebé.

¡Cuidado!, las leches vegetales, como la de soja, aunque son excelentes


alimentos, no tienen nada de calcio.

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4.Proteínas. Las proteínas son el principal componente de las células y los tejidos
corporales. La alimentación de la mujer embarazada precisa aportar proteínas con
alto valor biológico, ricas en aminoácidos esenciales, que son los elementos
estructurales con los que se va creando el cuerpo del embrión y el feto.

Los alimentos más ricos en proteínas son las carnes magras, los pescados y
los huevos, por lo que habrá que cuidar que no falte al menos alguno de estos
alimentos en la dieta diaria de la embarazada. También tienen proteínas las
legumbres y los cereales (el arroz, el pan), aunque en menor proporción y de
menor valor biológico.

5.Otros nutrientes. Para formar el cuerpo del feto también son indispensables
cantidades aumentadas de algunas vitaminas, como la vitamina E, que está
presente en cereales y verduras. También se precisan cantidades aumentadas de
ácidos grasos insaturados, presentes en el aceite de oliva, así como minerales
como el yodo, presente en los pescados.

Para asegurar todos los elementos que contribuyen a la óptima formación de los
tejidos del feto, la dieta de la mujer embarazada debe ser variada, abundante y nunca
restrictiva.

✓ HORRIBLES EXPERIENCIAS

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y también en los años


posteriores, muchas regiones europeas sufrieron grandes restricciones nutritivas
por carencia de alimentos. Especialmente relevante fue la llamada "Hambruna
holandesa", desde el otoño de 1944 a la primavera de 1945.

Más de 20.000 personas murieron de hambre en una Holanda sin posibilidad


de aprovisionamiento de alimentos, ocupada por el ejército de Hitler pero
cercada por las tropas aliadas que habían desembarcado en Normandía en junio
de 1944. La liberación del país, y la posibilidad de comer, no llegó para la
población holandesa hasta mayo de 1945.

En una sociedad muy civilizada y con un nivel sanitario alto, fue un


involuntario pero cruel experimento que mostró los efectos del hambre sobre las
mujeres en edad fértil. Quedó reflejado en un importante estudio médico, el
"Estudio de la hambruna holandesa". Además de las muertes por inanición, la
mayoría de mujeres tuvieron amenorrea por desnutrición, con incapacidad para

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procrear.

En las que se quedaron embarazadas en aquella época se pudieron constatar


los efectos nefastos de la escasa alimentación durante la gestación. En primer
lugar, se comprobó un gran aumento de los abortos espontáneos, de pérdidas de
gestación. Pero la consecuencia más grave se observó en los fetos que lograron
sobrevivir y nacieron: hubo un porcentaje enorme de prematuros y de niños con
muy bajo peso al nacer (desnutrición intrauterina). Además, hubo un gran
aumento de las malformaciones congénitas en los bebés, algunas muy
importantes. Fueron niños marcados para siempre por una nutrición intrauterina
muy deficiente.

1.5. Alimentos para la mujer embarazada

Así pues, la mujer embarazada debe aumentar sobre todo la ingesta diaria de los
siguientes alimentos:

•Verduras y hortalizas. Como tomates, zanahoria, lechuga, escarola, rábanos,


pimientos, pepino, calabacín, así como patatas y legumbres (lentejas, garbanzos,
judías, guisantes). Hay que tomarlos desde el comienzo del embarazo, incluso
desde antes,y mantener la ingesta durante toda su duración.

• Cereales y pescados. Los cereales es preferible que sean integrales porque tienen
más fibra y ayudan a evitar el estreñimiento. Pero si la mujer no está estreñida
tampoco son indispensables, ya que tienen peor sabor que los cereales refinados.

Los pescados pueden ser blancos (merluza, fletán, pescadilla, etc.) o azules
pequeños (sardinas, boquerón, caballa, etc.). La excepción son unos pocos
pescados que están cuyo con sumo está prohibido durante el embarazo y que se
detallan aparte. También es importante consumirlos desde el comienzo del
embarazo.

•Leche y derivados. La leche puede ser entera o semidesnatada, a gusto de la futura


madre. Sin embargo, no conviene la totalmente desnatada, que es menos rica en
vitaminas liposolubles. Los derivados más saludables de la leche son el yogur y el
queso fresco o no graso. Son más necesarios desde el cuarto mes de embarazo,
que es cuando se produce la mineralización de los todavía huesos blandos de feto.
Además, habrá que continuar esta ingesta aumentada después del parto si el bebé
toma lactancia materna.

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•Hígado y carnes magras. Es necesario consumirlas por su elevado contenido en
hierro, sobre todo durante el último trimestre del embarazo.

•Aceite de oliva. Es un alimento esencial por su riqueza en ácidos grasos esenciales


de la familia omega 3 y omega 6. También es rico en vitaminas y en
antioxidantes, sobre todo crudo. Sin embargo, no es necesario ingerir una gran
cantidad, basta el añadido a las ensaladas y a los hervidos de verduras.

El aceite de oliva es mucho mejor tomarlo crudo, ya que se desnaturaliza


con las altas temperaturas de las frituras, perdiendo gran parte de sus nutrientes.
También puede sustituirse por aceite de soja o de maíz, pero su contenido en
ácidos grasos esenciales es menor.

Esta alimentación saludable ayuda además a prevenir algunos trastornos habituales


del embarazo como el estreñimiento y debe continuar a lo largo del primer año de la vida
del bebé, mientras la madre lo lacte al pecho.

PESCADOS PROHIBIDOS

El pescado es un alimento esencial que no debe faltar en la dieta de los niños


mayores y adultos. Sin embargo, existen algunos pes cados, muy pocos, que
debido a la contaminación medioambiental y a su larga vida acumulan en su
cuerpo los residuos de mercurio que existen en el mar. Son concretamente el
pez espada, el tiburón, el atún rojo y el lucio, y también la cabeza de algunos
mariscos.

Todos ellos acumulan cantidades excesivas de metil-mercurio que pueden


ser perjudiciales para la salud. Por ese motivo, la Agencia Española de
Seguridad Alimentaria y Nutrición, dependiente del Ministerio de Sanidad,
recomienda evitar totalmente el consumo de estos peces a todas las mujeres
embarazadas o que puedan llegar a estarlo, e incluso durante el periodo de
lactancia, ya que el metilmercurio puede pasar a la leche materna. Esta
prohibición de consumo se extiende a todos los niños menores de 3 años y la
recomendación es que a partir de esa edad el consumo sea lo más reducido
posible.

La toxicidad del mercurio afecta sobre todo al desarrollo neuronal y cerebral,


tanto del feto como del bebé y el niño pequeño. En el adulto, fuera del periodo
de gestación y de lactancia de la mujer, el metil-mercurio no es tan peligroso,

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por lo que se pueden consumir estos pescados sin problema.

1.6. ¿Qué alimentos hay que evitar durante el embarazo?

La alimentación saludable durante el embarazo incluye alimentos que hay que evitar
totalmente, como el alcohol y los pescados citados, y otros que se deben consumir en las
menores cantidades posibles:

•Café y té. Se deben evitar o bien consumirse con moderación. Se pueden sustituir
por descafeinados, infusiones de manzanilla o preparados de cacao.

•Nata y mantequilla. Son alimentos muy ricos en grasas saturadas, poco saludables.
Se deben sustituir por los aceites vegetales crudos, sobre todo el de oliva, pero
también los de soja y maíz, que contienen ácidos grasos insaturados saludables.

•Bollería industrial. Tiene excesivas grasas saturadas y grasa "trans", también


perjudicial para la salud. La bollería se puede sustituir por un excelente alimento
que no contiene grasa saturada, las rebanadas de pan tostado, preferiblemente inte
gral. Se pueden untar con tomate natural, con aceite de oliva o con mermelada de
frutas.

•Beicon y grasa animal. Estos alimentos deben eliminarse de la dieta. Son preferibles
las carnes con poca grasa, como las de pollo, pavo o conejo. Si se consume una
carne grasa como la del cerdo o la de ternera, debe ser tras retirar y rechazar en lo
posible toda la grasa visible.

•Carnes y pescados crudos. Las carnes crudas y los embutidos curados, como el
jamón y el chorizo, pueden transmitir el parásito Toxoplasma gondii, un protozoo
que causa una enfermedad importante, la toxoplasmosis. Tampoco se puede
tomar steak tartar ni carpaccios.

El toxoplasma se destruye por el calor, por las altas temperaturas de la


cocción, por lo que las carnes bien cocinadas están exentas del mismo. Las
embarazadas pueden tomar jamón cocido, pavo cocido o mortadela.

Tampoco se deben tomar pescados o mariscos crudos, como el sushi o las


ostras, incluso el salmón ahumado, porque pueden contener el parásito anisakis.

✓ EL MOLESTO ANISAKIS

30
El anisakis es un parásito microscópico que, en forma de larva, está en los
tejidos de la mayoría de pescados. Si se ingiere pescado crudo infestado,
produce dos tipos de síntomas:

-Gastrointestinales, como dolor de estómago y del abdomen, náuseas,


vómitos y diarrea.

-Reacciones alérgicas, como enrojecimiento de la piel o urticaria leve, e


incluso reacciones más graves con dolor de articulaciones y fiebre.

El único aspecto favorable del anisakis es que, aunque la madre padezca su


infestación, no pasa a la placenta y por lo tanto no daña al feto. Pero es un
trastorno importante para la mujer embarazada, que sufre una enfermedad que
puede evitarse fácilmente, porque la larva se puede destruir de dos maneras:

-Por congelación a - 20 °C durante al menos 24 horas. Los congeladores


domésticos alcanzan esta temperatura, por lo que es muy sencillo
"limpiar de larvas" el pescado. El pescado congelado en origen, en los
propios barcos que lo capturan, también está totalmente libre del
parásito.

-La cocción a más de 60 °C también destruye las larvas, por lo que el


pescado cocinado está libre de ellos.

Solo hay que tener la precaución de no tomar pescado crudo que no haya
pasado por una congelación previa. Las larvas sí sobreviven al vinagre, la
salazón y el marinado, por lo que las llamadas "semiconservas" son de riesgo.

•Patés y embutidos. Aunque son alimentos muy sabrosos, tienen excesivas grasas
saturadas y algunos demasiadas especias. Pueden sustituirse por jamón de York o
paleta de pavo cocida, que son excelentes alimentos y tienen poca grasa:

a)Quesos grasos: los quesos más saludables son los menos grasos, como el
requesón o el queso fresco. Son preferibles al manchego, al de bola, al
camemberty al brie.

b)Tartas y pasteles: todas contienen nata o mantequilla y además demasiados


azúcares simples como la sacarosa, por lo que deben eliminarse de la dieta
de la mujer embarazada.

De postre es preferible siempre la fruta natural de temporada en todas

31
las comidas. Se puede alternar con yogur, queso fresco, calabaza al
horno o frutos secos.

c)Excesiva sal: sobre todo en los últimos meses, la mujer embarazada tiende a
retener líquidos, a "hincharse". El tomar una cantidad excesiva de sal con la
alimentación intensifica este problema.

d)Salsas, fritos y picantes: la mujer embarazada tiene el estómago muy sensible,


y de hecho a menudo tiene tendencia a los vómitos. Como la mayoría de las
salsas contienen nata o mantequilla, alimentos poco saludables y algo
indigestos, como también lo son los picantes, con viene suprimirlos
totalmente de la dieta. En la condimentación de algunos alimentos como los
pescados se pueden sustituir por sustancias naturales como el zumo de
limón.

Las frituras también son indigestas, sobre todo con el aceite recalentado a
altas temperaturas. Además, son menos saludables que los alimentos cocidos o
hechos al vapor, más naturales y que conservan mejor las vitaminas.

Una recomendación especial es la de no "saltarse" ninguna comida, no permanecer en


ayunas durante muchas horas seguidas, para no interrumpir el aporte de nutrientes. Es
más, las mujeres que estén acostumbradas a hacer cuatro comidas diarias conviene que
añadan una quinta, a media mañana o a media tarde, que no hace falta que sea
abundante.

✓ ALIMENTACIÓN DURANTE LA LACTANCIA

Si la madre da lactancia materna, para conseguir una adecuada producción


de leche debe continuar con esa misma alimentación variada y abundante. La
leche materna se produce con una eficiencia aproximada del 80%. Eso significa
que para producir 100 m1 de leche (que tiene alrededor de 68 kcal) el cuerpo de
la madre requiere un gasto de 85 kcal.

Como el promedio de producción de leche en los primeros meses de


lactancia es de unos 750 m1 al día, la madre necesitaría ingerir algo más de 600
kcal adicionales, sólo dedicadas a esta necesidad. Sin embargo, como la
lactancia suele ser un periodo de menor movilidad y más descanso de la madre,
con menos gasto de calorías y sobre todo porque parte de esos nutrientes se
extraen del exceso de peso que ha acumulado su cuerpo durante el embarazo,

32
los expertos recomiendan una ingesta de solo entre 300 y 400 kcal más de lo
habitual.

Si la madre hace algún tipo de restricción alimentaria y la ingesta de


nutrientes no es la adecuada, el organismo prioriza las propias necesidades del
cuerpo de la madre y reduce el volumen de leche que produce (hipogalactia),
hasta llegar a la supresión (agalactia).

Casos prácticos

Caso 1

Vanessa es una joven de 19 años que se encuentra en la semana 12 de


gestación, es decir al final de su primer trimestre.

Vanessa es delgada. Antes del embarazo su peso era de 59 kg y su altura de


1,70 m. Tenía por tanto un índice de masa corporal (que se calcula dividiendo el
peso, expresado en kg, entre el cuadrado de la talla, expresada en metros) de
poco más de 19. Es un IMC bajo, en la parte inferior del límite de la
normalidad. Lo ideal a cualquier edad es tener un IMC entre 20 y 25, aunque
hay muchas variaciones normales.

Ahora, con casi tres meses de embarazo, pesa 60 kg, por lo que solo ha
aumentado 1 kg en un trimestre. En el cuadro 1.2 se puede observar que el
aumento debía de haber sido mucho mayor. ¡Algo pasa!

Detallando su historia nutricional mediante una cuidadosa anamnesis,


Vanessa tiene un patrón de alimentación irregular, con desayuno escaso y
horarios de comidas muy variables. Consume principalmente alimentos
preparados, comida rápida y bebidas bicarbonatadas. Toma suplementos de
vitaminas y minerales recetados por su ginecólogo. Parece claro que la
alimentación es incorrecta e insuficiente.

Explicado bien el problema, y con la indispensable colaboración y apoyo de


sus familiares inmediatos, se logra que Vanessa cambie de hábitos alimentarios y
pase a horarios más regulares, con comidas más caseras, naturales y
abundantes. Consigue un aumento de peso normal en los siguientes meses de
embarazo y su hijo nace sano y con un peso adecuado.

Conclusión

33
Las comidas preparadas o rápidas (pizzas, tacos, snacks, hamburguesas,
patatas fritas, etc.) tienen la doble característica de saciar bastante el apetito
pero contener pocos nutrientes, insuficientes en una situación especial en que se
requieren más. La mujer embarazada las debe consumir solo de manera
ocasional.

Caso 2

Pascual, un bebé de 6 meses de edad, ingresa en el hospital por retraso en su


peso y en su desarrollo psicomotor. Es el primer hijo de padres jóvenes. Nació
tras 37 semanas de gestación y su peso al nacer fue de 2.100 g, mucho menor
de lo normal (ver cuadros 1.1 y 1.2). También eran bajos tanto su talla como su
perímetro cefálico, por lo que fue diagnosticado de retraso del crecimiento
intrauterino o recién nacido "pequeño para la edad gestacional".

La ganancia de peso postnatal estuvo siempre en el límite bajo de la


normalidad. Solo ganó 400 g en su primer mes de vida a pesar de tener una
alimentación correcta y controlada, y ahora a los 6 meses solo pesa 4.000 g,
muy por debajo de lo que le corresponde.

También la talla y el perímetro cefálico aumentaron menos de lo normal.


Fue siempre un bebé irritable, hiperactivo y con un retraso en su desarrollo
psicomotor. Actualmente todavía no mantiene erguida la cabeza, un proceso que
comienza a los 3 o 4 meses de vida y que a los 6 debería estar totalmente
consolidado.

En la exploración clínica Pascual tiene una facies peculiar ("dismorfia"), con


cabeza y ojos pequeños, labio superior fino, un maxilar inferior retraído y una
nariz muy corta. Sus músculos tienen poco tono ("hipotonía muscular") y
todavía no sostiene bien la cabeza ni comienza la sedestación, el sentarse sin
caerse. Tiene signos de mala nutrición como un escaso panículo adiposo.

En resumen, Pascual ha tenido un escaso crecimiento intrauterino, presenta


una facies peculiar, un retraso en el crecimiento postnatal a pesar de una
alimentación correcta y un retraso en su desarrollo psicomotor.

Una historia clínica más detallada de la madre durante el embarazo


descubrió el consumo ocasional, solo los fines de semana, de alcohol en
cantidades moderadas, ocasionalmente altas, y a lo largo de todo el embarazo.
Tras realizarle algunas pruebas complementarias, Pascual fue diagnosticado de

34
Síndrome Alcohólico Fetal (SAF).

El alcohol ingerido por la madre durante su embarazo es una de las


sustancias que más pueden alterar el desarrollo del feto, comprometiendo no
solo su desarrollo intrauterino, sino también su desarrollo postnatal, tanto físico
como intelectual. Una vez establecido el daño intraútero irreversible, el
tratamiento es sobre todo de apoyo y estímulo de su desarrollo psicomotor.

35
36
2.1. Comer bien

Comer bien no significa comer mucho, sino que la alimentación de la mujer embarazada
debe ser variada y equilibrada, además de apetitosa. Todos los nutrientes deben estar en
la proporción adecuada y los alimentos deben ser naturales.

Los alimentos han de cocinarse de la manera más sencilla posible, evitando los fritos,
las salsas, los azúcares añadidos y las especias. Las carnes y pescados mejor a la
plancha, las verduras al vapor, el aceite crudo, las frutas naturales.

Normas básicas para elaborar una dieta

Cada mujer puede elaborar sus propias dietas guardando las siguientes normas:

-Evitar intervalos largos entre comidas. Mejor hacer 6 comidas al día que 4, claro que
con menos cantidades en cada una.

-Son necesarias dos raciones al día de alimentos proteicos: carne, pescado o huevos,
alternando, aunque sin excesiva cantidad. Cada ración solo consta de 130 a 140 g
de carne o de pescado, pesados en crudo.

-Se deben tomar 4 o 5 raciones de pescado a la semana.

-Hay que tomar un mínimo de 3 huevos semanales, pero se pueden tomar de 4 a 5,


aunque no más.

-Es fundamental consumir dos platos al día de verduras o de ensalada, cocidas o


crudas.

-Tomar al menos dos raciones de fruta al día, pero pueden ser más.

-Es importante ingerir alrededor de 600 ml de leche al día, o bien su equivalente en


lácteos (yogur y queso).

-Conviene tomar al menos dos buenas rebanadas de pan, mejor más, preferiblemente

37
integral.

-Es aconsejable tomar un plato diario de arroz, pasta, patatas o fideos.

-De 3 a 4 cucharadas de aceite de oliva, preferentemente crudo.

-Al menos dos veces a la semana se tomarán legumbres, solas o mezcladas con
patatas o con arroz.

-El hígado se puede tomar una vez a la semana.

-Limitar el azúcar añadido y la sal. Usar siempre sal yodada.

✓ EQUIVALENCIA DE LÁCTEOS

Un buen vaso de leche de alrededor de 240 m1, contiene 7,5 g de proteínas


y 280 mg de calcio. Tiene su equivalencia nutritiva y se puede sustituir por:

-Dos yogures (de 120 m1 cada uno)

-150 g de requesón

-120 g de queso de Burgos

-60 g de queso manchego

En las dietas equilibradas, poco más de la mitad de calorías se generan del


metabolismo de los hidratos de carbono, sobre todo los contenidos en el pan, las
patatas, el arroz, la pasta, la leche, etc. Así:

-El 50-55% de las calorías proceden de los hidratos de carbono.

-El 25-30% de las calorías proceden de las grasas.

-El 15% de las calorías proceden de las proteínas.

Cada gramo de grasa produce 9 kcal, mientras que cada gramo de hidratos
de carbono y de proteínas produce 4 kcal.

2.2. Las calorías de la dieta

38
Las calorías que precisa una persona dependen de muchas circunstancias, entre ellas las
que "quema" con su actividad diaria y el ejercicio físico. Es bien conocido que los
deportistas de competición precisan una cantidad muy elevada de calorías en su dieta.

La mujer embarazada con un estilo de vida "normal" precisa alrededor de 2.000 kcal
diarias, variando un poco según su nivel de actividad física.

CUADRO 2.1

Menú estándar de 2.000 kcal para la mujer embarazada

39
Del total de esas 2.000 kcal, algo más de la mitad (1.024 kcal) procede de los
hidratos de carbono (256 g multiplicado por 4), el 28% (567 kcal) procede de las grasas
(63 g multiplicado por 9) y solo el 17,6% (352 kcal) procede de las proteínas (88 g
multiplicado por 4).

2.3. Sugerencias de menús

DESAYUNO

El desayuno saludable de una mujer embarazada debe ser abundante y constar


siempre de tres componentes: la triada de leche, cereales y fruta:

a)Leche o derivados. Puede ser un buen tazón de leche, al menos 240 ml, bien sola o
acompañada de café descafeinado. Pero se puede alternar con cualquier otro
lácteo, como el yogur natural, al menos 200 ml.

Si por alguna razón no se toma leche o alguno de sus derivados en el


desayuno y se sustituye por alguna infusión, como la manzanilla, que es muy
agradable pero que no tiene ningún nutriente, hay que asegurarse de que se
tomen lácteos durante el resto del día.

b)Cereales. Pueden ser cereales para el desayuno en forma de copos de trigo para
disolver con la leche, pero evitando los que tengan añadidos de azúcar o de

40
chocolate. También puede ser una buena rebanada de pan tostado, integral o no,
que se puede untar con tomate natural, con mermelada de frutas o simplemente
con aceite de oliva.

Hay que evitar la mantequilla, la margarina y la bollería industrial, todos


ellos alimentos son muy apetitosos pero poco saludables.

c)Fruta. Puede ser una pieza de fruta madura de temporada, una macedonia de frutas
recién hecha, o bien zumo de fruta natural, sin añadido de azúcar.

Si la mujer considera monótono este desayuno o alguno de sus componentes, de


manera esporádica puede alternarse con los siguientes alimentos: minibocadillo de jamón
de York (no de jamón serrano, pues la mujer embarazada tiene prohibido su consumo, al
igual que de todas las carnes crudas o ahumadas), queso fresco, requesón, o incluso 50
gramos de frutos secos como nueces.

LAS EDADES DEL HOMBRE

A lo largo de su vida, la persona recibe un nombre según la edad que va


alcanzando:

-Embrión: así se denomina en la primera etapa intrauterina, desde el


momento de la concepción hasta cumplidos los tres meses del
embarazo.

-Feto: es el nombre que recibe desde el tercer mes de embarazo hasta el


momento del parto.

-Recién nacido o neonato: desde las cuatro primeras semanas después del
nacimiento hasta los 28 días de edad.

-Lactante: se llama así al bebé desde que deja de ser neonato, a las 4
semanas de vida, hasta que cumple el año.

-Preescolar o niño pequeño: es el niño de 1 a 3 años de edad.

-Escolar o niño mayor: abarca desde los 3 años de edad hasta el comienzo
de la adolescencia, entre los 9 y los 10 años.

-Adolescente: la adolescencia biológica comienza antes en las chicas,

41
alrededor de los 9 años, mientras que en los chicos empieza un año o
año y medio después. Las chicas acaban antes su adolescencia,
alrededor de los 15 o 16 años, mientras que los chicos la prolongan
hasta los 18 años. Sin embargo, hay consenso en denominar
adolescentes a todos ellos hasta los 18 años.

-Adulto: es la persona mayor de 18 años.

TOMA DE MEDIA MAÑANA Y DE MEDIA TARDE

La toma de media mañana sirve para evitar el ayuno prolongado desde la hora del
desayuno, sobre todo si este se ha hecho muy temprano. No hace falta que sea
abundante. Preferiblemente, consistirá o en lácteos o en fruta natural.

Se puede volver a tomar un buen tazón de leche, sola o con descafeinado, o bien
yogur (evitando los grasos como el griego), o bien queso fresco en una rebanada de pan.
También puede tomarse simplemente una o dos piezas de fruta natural de temporada o
un plátano maduro.

De manera esporádica, para no hacer una dieta monótona, se puede cambiar por un
pequeño sándwich de jamón de York con zumo de fruta natural, o por un minibocadillo
de sardinas en aceite, o por una tostada con unas rodajas de tomate con aceite y sal.

La toma de media tarde, o merienda, va a depender de los horarios de la comida y la


cena. Si están cercanos porque la cena se hace pronto, no hace falta merienda y se puede
sustituir por la toma de un buen vaso de leche antes de acostarse, como resopón.

Si la cena se hace muy tarde y han pasado muchas horas desde la comida del
mediodía, es conveniente romper el ayuno con una pequeña merienda. Se pueden tomar
los mismos alimentos que los indicados para la toma de media mañana, alternándolos. Si
se ha tomado fruta a media mañana, ahora se puede tomar leche o yogur, y viceversa.

COMIDA DEL MEDIODÍA Y CENA

La comida y la cena deben planificarse conjuntamente para no repetir los alimentos y


así hacer los menús más variados y apetitosos. Tanto la comida como la cena deben
tener siempre dos platos y postre.

1. El primer plato de las dos comidas debe ser siempre vegetal.

El motivo es la necesidad que tiene la mujer embarazada de un elevado consumo de

42
vegetales. Además, al menos uno de los primeros platos ha de consistir en vegetales
crudos, en ensalada variada pero que siempre tenga hojas como lechuga, escarola,
canónigos, etc., junto con tomate y zanahoria.

El otro primer plato pueden ser vegetales cocinados, como verduras a la plancha,
hervido de patatas y verduras, judías verdes salteadas, arroz, fideos, espaguetis, o
legumbres como lentejas, garbanzos o judías, solas o mezcladas con patatas.

El que el plato sea vegetal no significa que lo sea totalmente, sino que sea el principal
componente, más del 90% del volumen. Para hacerlo más apetitoso se puede mezclar
con pequeñas cantidades de carnes o de pescados. Así, se les puede mejillones en
conserva a las ensaladas, un poco de jamón a las judías verdes para saltearlas, tomate y
un poco de carne a los espaguetis a la boloñesa. También los múltiples añadidos posibles
a los arroces o a las legumbres los hacen más sabrosos.

Se pueden hacer variadas combinaciones con estos alimentos según las preferencias.
Incluso los dos platos pueden ser de mayoría vegetal, el primero una ensalada variada y
el segundo un arroz, unos espaguetis o unas legumbres, con el añadido de un poco de
carne o de pescado.

¿ QUÉ ES LA TOXOPLASMOSIS 9

La toxoplasmosis es una enfermedad causada por un parásito protozoo


microscópico llamado Toxoplasma gondü, capaz de permanecer durante mucho
tiempo en forma de esporas en la tierra húmeda, adonde llega desde el intestino
del gato, su huésped definitivo.

Pero los huéspedes intermedios del toxoplasma son las ovejas, las vacas, los
cerdos o los caballos. Las carnes de estos animales pueden tener quistes de
toxoplasma, que también pueden contaminar las verduras y hortalizas de la
huerta.

Si la mujer embarazada se infecta y adquiere una toxoplasmosis durante su


embarazo, puede transmitir la enfermedad intraútero al feto, causándole graves
daños.

Las medidas contra la toxoplasmosis incluyen el averiguar, mediante análisis


de sangre, en qué situación respecto a la enfermedad se encuentra la mujer
embarazada: si la ha pasado y fabrica anticuerpos que la protegen o si no la ha

43
pasado.

Pero la principal medida es la preventiva: evitar el contacto con el parásito.

2. El segundo plato tendrá un componente proteico.

Los alimentos con mayor contenido en proteínas son las carnes magras, el pescado y
los huevos. También las tienen las legumbres, aunque en menor cantidad. Como una de
las características de la alimentación saludable es que sea variada, hay que alternar todos
esos alimentos como principal componente de los segundos platos tanto de la comida
como de la cena.

Así, si el segundo plato de la comida del mediodía ha sido carne, en la cena se tomará
pescado, huevos o legumbres, y viceversa. La mezcla en un plato de legumbres con
arroz suma las proteínas de los dos vegetales, que se complementan y las hacen
nutritivamente más completas.

El huevo es un excelente alimento que además de contener proteínas de alto valor


biológico es rico en ácidos grasos esenciales y en vitaminas. Por eso es un alimento
básico del que hay que consumir como mínimo tres unidades a la semana.

Los huevos solo tienen un inconveniente y es su alto contenido en colesterol. Por esa
razón hay que limitar el número de huevos que se toman semanalmente, aunque los
especialistas en nutrición no se ponen de acuerdo en el número máximo, que oscila entre
cinco y seis unidades.

También hay que tomar la precaución de distribuirlos a lo largo de la semana y evitar


tomar dos huevos en un mismo día. Esto es fácil si se acompañan de abundantes
vegetales, como en forma de tortilla con patata y cebolla.

La guarnición de estos segundos platos serán siempre vegetales, bien crudos en


ensalada o bien cocidos. Hay que evitar los fritos y las salsas, ya que muchas de ellas
contienen nata o mantequilla. Las patatas cocidas son un alimento muchísimo más
saludable que las patatas fritas.

3. El postre será preferentemente fruta.

La fruta madura de temporada, o bien la combinación de frutas en forma de


macedonia, debe ser el postre preferente, tanto en tras la comida del mediodía como tras
la cena. La oferta de frutas es muy variada y la mujer embarazada siempre puede
encontrar tres o cuatro que le agraden. Alternándolas, no deben hacer monótonas las

44
comidas.

No obstante, y de manera esporádica, se puede cambiar la fruta por un postre


también saludable como la calabaza asada, las ciruelas pasas, el queso fresco y la
cuajada. Se deben evitar los postres poco saludables como las tartas y los pasteles, que
contienen excesivos azúcares simples añadidos, ademas de nata o mantequilla.

✓ EVITAR LA TOXOPLASMOSIS

Hay unas medidas muy eficaces que debe tomar la mujer embarazada para
protegerse del contacto con este protozoo y evitar que penetre en su intestino
causándole la enfermedad:

1.No comer carne cruda (steak tartar, carpaccio), ni embutidos solo curados
(jamón serrano, chorizo).Tomar las carnes siempre bien cocinadas y
los embutidos cocidos (ja món de York, paleta). El parásito se
destruye con el calor de la cocción.

2.No tomar huevos crudos ni leche cruda.

3.Lavar bien las verduras y hortalizas que vayan a consumirse crudas. Se


puede hacer en un recipiente con agua al que se le añaden dos
cucharadas de vinagre. No dejar las verduras en remojo, solo
removerlas un poco y después lavarlas en el chorro del grifo para
eliminar bien cualquier resto de tierra que haya quedado adherido al
recolectarlas en la huerta.

4.Lo ideal es no tener ningún contacto con gatos, el reservorio del


toxoplasma. Si no puede evitarse, no manipular sus deposiciones.

5.Usar guantes si se hacen trabajos de jardinería o hay contacto con tierra


húmeda. Después de quitarlos, hacer un lavado de manos antes de
tocar el rostro o los utensilios.

6.Lavar las manos con frecuencia, sobre todo después de manipular carne
cruda. Mantener limpia la cocina y la vajilla.

Muchas mujeres embarazadas pasaron ya esta enfermedad anteriormente y


tienen anticuerpos que las protegen contra una nueva infección. Se detectan con
los análisis de sangre que solicita el ginecólogo. Teóricamente son inmunes, pero

45
como medida de precaución adicional siempre es mejor no exponerse a una
ingestión del parásito.

2.4. Menús saludables para la primera mitad del embarazo

Nos centraremos en los menús del mediodía y de la cena, porque el resto de comidas han
quedado bien detalladas anteriormente.

Siempre se deben acompañar de unas rebanadas de pan, preferiblemente integral y de


agua abundante.

LUNES

Comida: Ensalada variada, pechuga de pollo a la plancha con verduras y patatas


cocidas, fruta.

Cena: Judías verdes salteadas con jamón, tortilla de verduras, calabaza asada.

MAR TES

Comida: Espaguetis a la boloñesa, merluza a la plancha con ensalada, fruta.

Cena: Espinacas con piñones, conejo en papillote con patatas asadas, fruta.

MIÉRCOLES

Comida: Ensalada variada, cocido, fruta.

Cena: Puré de verduras, sardinas a la plancha con champiñones, cuajada.

JUEVES

Comida: Sopa de fideos y garbanzos, ternera a la jardinera, ciruelas pasas.

Cena: Ensalada de endibias, queso y nueces, tortilla de gambas, fruta.

VIERNES

Comida: Espaguetis, rape con ensalada, fruta.

Cena: Sopa de tapioca, hígado en su jugo con setas, fruta.

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SÁBADO

Comida: Ensalada variada, judías con patata y chorizo, queso fresco.

Cena: puré de patata y verdura, revuelto de huevo y espárragos, fruta.

DOMINGO

Comida: ensalada variada, paella valenciana con pollo y conejo, fruta.

Cena: Sopa de pescado, pan tostado con queso fresco y rodajas de tomate, manzana
asada.

LA MUJER VEGETARIANA

El vegetarianismo se está extendiendo cada vez más en las sociedades


civilizadas. Aunque se basa en no comer carne, tiene distintos tipos según se
puedan tomar o no otros productos animales como leche o huevos.

El vegetarianismo puede ser muy saludable para los adultos, sobre todo en
edades avanzadas. Pero no es saludable para los niños, de cualquier edad,
porque están en un proceso continuado de crecimiento y precisan de los
nutrientes que les aporta la carne, sobre todo proteínas de alta calidad, ricas en
aminoácidos esenciales, hierro y vitamina B 12. Lo mismo ocurre durante el
embarazo, en el que el feto precisa para desarrollarse unos nutrientes que no le
puede asegurar una dieta exclusivamente vegetal de la madre.

La vitamina B12 es muy especial porque solo existe en los alimentos


animales. Los vegetales carecen totalmente de ella. A cualquier edad, la ausencia
de ingesta de esta vitamina causa signos graves de carencia, que se manifiesta
por un tipo especial de anemia.

La madre vegetariana embarazada debe consultar con el médico ginecólogo


para asegurarse, bien tomando suplementos en su dieta durante el embarazo, o
bien con una modificación temporal de su vegetarianismo, que el feto va a
recibir los nutrientes adecuados y no va a sufrir déficits que pongan en peligro
su crecimiento y su salud.

2.5. Menús saludables para la segunda mitad del embarazo

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LUNES

Comida: Ensalada variada, filetes de pavo con patatas hervidas, fruta.

Cena: Espinacas o acelgas salteadas con jamón, sepia con patatas y guisantes, fruta.

MAR TES

Comida: Espaguetis con almejas, conejo guisado con tomate y verduras, fruta.

Cena: Ensalada variada, tortilla de patata y cebolla, queso fresco.

MIÉRCOLES

Comida: Sopa de fideos y garbanzos, pechuga de pollo a la plancha con patatas


cocidas, fruta.

Cena: Ensalada variada, sardinas a la plancha, calabaza asada.

JUEVES

Comida: Ensalada de endibias, aguacates y queso, guisado de ternera y patatas, fruta.

Cena: Sopa de arroz con verduras, tortilla de gambas, manzana asada.

VIERNES

Comida: Espaguetis a la boloñesa, rape a la plancha con patatas hervidas, fruta

Cena: Ensalada variada, hígado en su jugo con verduritas a la plancha, fruta.

SÁBADO

Comida: Ensalada variada, potaje de legumbres, queso fresco.

Cena: Hervido de patata, cebolla y judías verdes, tortilla de verduras, fruta.

DOMINGO

Comida: Ensalada variada, arroz caldoso con verduras, pollo y conejo, fruta.

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Cena: Sopa de pescado, pan tostado con queso, fruta.

Para que la dieta no sea monótona, se pueden alternar también los siguientes
alimentos saludables:

Frutos secos, como almendras, nueces, higos o avellanas, sardinas en aceite, maíz,
caballa, guisantes, dátiles, calabacín y gazpacho tradicional o andaluz.

✓ EL PLACER DE COMER

Comer no es solo saciar el hambre, cumplir con una necesidad fisiológica


que impone el organismo. Los menús, aunque estén bien planificados y sean
ricos en nutrientes, también deben ser apetitosos, placenteros. Si son
monótonos, repetitivos y faltos de sabor, si no atraen el gusto por comer,
pueden fracasar.

La mujer embarazada está en un periodo muy sensible, con "caprichos", y


puede perder el apetito, con la consecuencia de no ingerir los nutrientes que
necesita. Aunque en ocasiones ocurre al revés, el apetito le aumenta de manera
exagerada y come demasiado. En el término medio está la virtud.

Afortunadamente, la actual oferta de alimentos es amplia y variada, mucho


más que en décadas anteriores. Se debe a los avances tanto en la producción
(invernaderos para frutas y verduras) como en la conservación (cadenas de
frío), así como a un rápido transporte, lo que facilita la posibilidad de una cocina
muy variada y apetitosa.

2.6. Platos para variar sabrosos y nutritivos

La mujer embarazada está en una situación psíquica especial. Puede tener caprichos,
manías, "antojos", y a veces le resultan monótonas las dietas anteriormente señaladas.
Sugerimos algunas ensaladas y platos de cuchara para variar los menús. En todos ellos su
mayor componente son vegetales, verduras, patatas, cereales y legumbres, con muy
escasas grasas pero todos muy ricos en nutrientes esenciales y, por tanto, saludables.

Con un sabor algo diferente, pueden hacer las delicias del resto de la familia, por lo
que detallamos la receta para cuatro raciones.

Ensalada mediterránea

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Ingredientes para 4 raciones

Preparación

Se lavan bien las hojas, remojándolas un poco en agua con vinagre y luego
en el chorro del grifo. A continuación se secan y se ponen en una ensaladera y
se mezclan con el tomate y los rabanitos cortados en rodajas pequeñas. Se
añade el zumo de limón, el aceite y la sal y se remueve. Se espolvorea por
encima con perejil picado.

Olla gitana

Ingredientes para cuatro raciones

Preparación

Utilizar garbanzos ya cocidos. Si son secos hay que tenerlos en remojo con
abundante agua templada desde el día anterior y después cocerlos durante dos
horas en una olla con agua hirviendo. Las verduras se limpian y se trocean.

Cuando estén cocidos los garbanzos se añade a la olla las patatas, la

50
calabaza y las judías y se cuece todo durante 20 minutos más y se sazona.

En una sartén con tres cucharadas de aceite se dora el pan, el ajo cortado y
las almendras cortadas. Después de dorados se retiran, se trituran en el mortero
y se añade un poco de vinagre, unas hebras de azafrán y una pizca de
hierbabuena seca. Este es el triturado.

En el mismo aceite se dora y rehoga la cebolla, cortada finamente, durante


unos pocos minutos. Cuando esté blanda, se añade el tomate troceado y una
pizca de pimentón, mezclando con una cuchara de madera y sofriendo durante
unos minutos más.

Agregar este sofrito y el triturado del mortero a la olla, cociendo todo junto
durante 15 minutos más.

Valor nutritivo

Además de sabroso, este plato exclusivamente vegetal tiene muchos


nutrientes y muy equilibrados, ya que es una mezcla de legumbres, hortalizas,
cereales, aceite de oliva y frutos secos. Al tener pocas grasas, su valor calórico
es solo de 280 kcal por cada ración.

SIN EXCESIVO JABÓN

La higiene corporal, tanto de la mujer embarazada como de la que


amamanta, es muy importante. Es necesaria una ducha diaria. También lo es
lavarse las manos antes de manipular alimentos, ropas, utensilios y sobre todo al
bebé.

Sin embargo, al lavar el pecho y los pezones de la madre que amamanta


conviene evitar totalmente los jabones y los geles. La razón es que eliminan las
grasas naturales que producen tanto el pezón como las glándulas de la areola
(glándulas de Montgomery). Estas grasas naturales tienen una función
antiséptica y mantienen el pecho limpio e hidratado. Eso sí, conviene protegerlo
de la humedad, mantenerlo seco en todo momento.

Ensalada de cogollos de lechuga, dátiles y naranja

Ingredientes

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De origen marroquí, utiliza cantidades variables de cogollos de lechuga,
dátiles naturales maduros (partidos por la mitad y retirando el hueso) y naranjas
maduras peladas en rodajas pequeñas (retirando las semillas), según el gusto.
Además se precisa zumo de limón, aceite de oliva y sal.

Preparación

Se lavan bien los cogollos de lechuga, que pueden tener restos de tierra. Se
trocean y se mezclan en una ensaladera con los dátiles maduros partidos y las
rodajas de naranja. Se riega con zumo de limón y aceite de oliva y se espolvorea
con un poco de sal.

Arroz con garbanzos

Ingredientes para cuatro raciones

Preparación

Si los garbanzos son secos, hay que tenerlos sumergidos en agua templada
desde el día anterior. Pelar, limpiar y cortar todas las verduras. En una olla con
agua hirviendo se colocan los garbanzos, una pizca de azafrán, la cabeza de ajo
entera y las hojas de laurel. Hay que cocer durante 2 horas.

Dorar la patata cortada en rodajas o en dados en una sartén con cuatro


cucharadas de aceite. Reservar. Rehogar la cebolla, cortada finamente, en el
mismo aceite durante unos minutos, hasta que quede dorada. Añadir los ajos y
el pimiento, también cortado, y sofreír durante 4 minutos más. A continuación
se añade el tomate, que precisa menos cocción, junto con un poco de pimentón,
mezclando todo con una cuchara de madera y rehogando unos minutos más.

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Todo este sofrito se incorpora a la olla, que ya ha cocido durante 2 horas,
junto con la patata que estaba reservada y el arroz. Hay que cocer todo durante
19 minutos más y está listo para servir.

Escalivada

Es un plato típico catalán, una ensalada de verduras asadas. Escalivar


significa asar al rescoldo de las brasas, pero se pueden hacer en el horno.

Ingredientes para 4 raciones

Preparación

Con el horno ya calentado a 180 °C, se ponen en una bandeja metálica


colocada en medio del horno e impregnada de aceite de oliva, los pimientos, las
berenjenas, las cebollas y 2 dientes de ajo, todo entero, sin cortar. También se
riegan por encima con aceite de oliva y se asan durante 20 minutos. En ese
momento se les da la vuelta y se añaden los tomates, que no necesitan tanto
tiempo de cocción. Se hornea entre 10 y 15 minutos más, hasta que las verduras
estén hechas.

Se sacan del horno y se envuelven por separado en papel de plata,


dejándolas reposar durante 20 minutos para después poder pelarlas bien.
Después de peladas se cortan en tiras, se retiran las semillas de los pimientos y
se añade el propio jugo de las verduras que ha quedado en la bandeja.

Mientras tanto, en un mortero se pican bien los dos dientes de ajo ya asados
con dos cucharaditas de perejil picado, un chorrito de vinagre, un poco de sal y
aceite de oliva. Esta salsa, bien mezclada, se vierte sobre las verduras asadas
para darles sabor. Si se quiere más, se pican finamente 2 dientes de ajo crudos y
también se reparten por encima de las verduras.

Si no se quiere tanta sazón, en las mujeres de estómago más delicado, se


puede prescindir de la salsa y verter encima de las verduras simplemente un

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buen chorro de aceite de oliva y sal. En otra variante, más típica de Valencia, se
pueden añadir unas finas tiras de bacalao salado.

Potaje de acelgas y alubias rojas

Ingredientes para cuatro raciones

Preparación

Si las alubias son secas hay que tenerlas en remojo con agua abundante y
templada desde el día anterior. Pelar la patata y cortar en dados. Pelar y picar la
cebolla, el tomate y el ajo. Limpiar y cortar el pimiento y las acelgas. Trocear el
jamón.

Mientras se cuecen las alubias en una olla con agua durante una hora y
media, se pocha la cebolla cortada en una sartén con cuatro cucharadas de
aceite. Se añade el pimiento y un ajo picado y se sofríe todo unos minutos más,
hasta que quede dorado. Se añade el tomate y el pimentón y se rehoga todo
junto, mezclando, unos pocos minutos más. Este sofrito se incorpora a la olla
donde ya han cocido las alubias, junto con los dados de patatas, el jamón y las
acelgas cortadas. Se cuece todo durante 20 minutos más.

En el aceite del sofrito se fríe el ajo restante bien picado y el pan. Después
se majan en el mortero, junto con una pizca de comino y también se incorpora a
la olla. Se cuece durante diez minutos más y está listo para servir. En total la
cocción ha durado dos horas.

Valor nutritivo

En este plato a los variados nutrientes de los vegetales se añaden las

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proteínas del jamón, que además le da más sabor al guiso. Solo tiene 320 kcal
por ración. Una variante es sustituir el jamón por chorizo, algo más calórico
pero igualmente sabroso.

✓ DEFINICIONES DE LACTANCIA MATERNA

La lactancia materna puede ser exclusiva (también llamada completa) o


parcial.

Se llama lactancia materna exclusiva cuando el bebé no recibe ningún otro


alimento más que la leche de su madre, ni otros líquidos ni ningún sólido.

Se llama lactancia materna parcial, incompleta o mixta cuando se alterna la


leche de la madre con tomas de otros alimentos, como papillas, zumos o
biberones.

También está la llamada lactancia ocasional o parcial baja, cuando la toma


del pecho se hace con muy poca frecuencia, una o dos veces al día, y el aporte
principal de nutrientes del bebé viene de otras fuentes.

Ensalada griega

Ingredientes para 4 raciones

Preparación

Frotar la ensaladera con el diente de ajo partido para que quede impregnada.
Batir en esa ensaladera dos cucharadas de zumo de limón junto con media
cucharadita de azúcar, media cucharadita de sal y una cucharadita de aceite de
oliva. Dejar esa mezcla en el fondo mientras se añaden el pimiento en tiras
finas, la cebolla en aros finos, el pepino en láminas finas y el tomate en gajos
pequeños. Remover todo con el líquido del fondo y después añadir los dados de
queso, las aceitunas y las alcaparras, para finalmente espolvorear con el
orégano.

LA SANGRE BLANCA

La leche materna ha sido llamada "la sangre blanca", porque todos sus
componentes proceden de la sangre de la madre, que se "transforma" para dar al

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bebé los mismos nutrientes que antes del parto recibía a través de la placenta.

Especial relevancia tienen las grasas de la leche materna, rica en colesterol y


en ácidos grasos esenciales, necesarios para el desarrollo del cerebro y de todo
el sistema nervioso.

Destaca la riqueza de la leche materna en ácido linolénico y también en


ácido docosahexanoico, un ácido grado esencial poliinsaturado de cadena muy
larga, de la serie omega 3. Además de ser importante en el crecimiento cerebral,
interviene en la maduración de la retina, de la visión del bebé, que se desarrolla
en los primeros meses de la vida.

Tomates rellenos con jamón y huevo

Ingredientes para 4 raciones

Preparación

Con un cuchillo con punta afilada se extrae el pezón de los tomates, para así
poder extraer por el agujero con una cucharita y con cuidado, la pulpa y las
semillas, que se reservan en un plato. No hay que extraer todo, para intentar
mantener firme la estructura del tomate.

En un mortero se prepara el relleno, compuesto por la pulpa extraída del


tomate, el jamón picado fino, el huevo cocido picado, los dos dientes de ajo
picados, un poco de perejil, un poco de miga de pan remojada pero escurrida,
una pizca de pimienta y una pizca de sal. Se mezcla todo hasta que tenga la
consistencia de una pasta homogénea.

Se rellenan los tomates con la pasta del mortero y se disponen en una


bandeja para horno, ligeramente engrasada con aceite de oliva. Se espolvorea
con pan duro rallado la cima de los tomates y se riegan con un chorrito de aceite

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de oliva. Se introducen en el horno, previamente calentado a 180 °C, y se
hornean solo 10 minutos, quedando listos para servir calientes.

Tortilla de tomates y pimientos

Ingredientes para 4 raciones

Preparación

Sofreír la cebolla picada en una sartén con aceite de oliva. Cuando esté
dorada, incorporar los pimientos y los tomates, ya troceados. Salpimentar. Dejar
cocer a fuego suave, con el recipiente tapado y removiendo, unos 15 minutos.
Batir los huevos y agregar a las verduras, mezclando y cuajando por los dos
lados pero dejando el interior tierno.

Guiso de pescadilla

Ingredientes para 4 raciones

Preparación

Poner al fuego una cazuela antiadherente con el aceite. Cuando esté caliente,
colocar en el fondo una capa de patatas seguida de otra capa de cebolla. Le
sigue otra capa de rodajas de tomate y finalmente otra de patata. Añadir por
encima el vino, el caldo de pescado y una pizca de sal.

Cocer todo a fuego lento durante unos 14 minutos, pinchando con un


tenedor para saber el punto de cocción. Finalmente, se añaden las pescadillas
limpias y se cuece todo durante 4 minutos más.

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Comentarios

Es un plato muy sabroso, muy nutritivo y muy sano. Casi no tiene grasa,
salvo la saludable del aceite de oliva.

El cocinar con vino no es incompatible en absoluto con la estricta


prohibición de tomar alcohol que tienen las embarazadas, pues durante la
cocción el alcohol del vino se evapora total y rápidamente y en el guiso no
queda nada, solo el sabor.

Casos prácticos

Caso 3

Historia clínica

Asunción es una mujer en el cuarto mes de su embarazo, que se desarrolla


con normalidad. Ha aumentado de peso adecuadamente y continúa trabajando
como empleada de banca. Sin embargo, tiene un episodio de gastritis aguda, con
dolor de estómago, vómitos y deposiciones blandas que la obligan a seguir una
dieta especial durante unos días, hasta que se recupere su intestino.

Está preocupada por si esta dieta será pobre en nutrientes y puede perjudicar
su embarazo. Quiere conocer la más adecuada. Dieta de protección gástrica

En este caso, el estómago y el resto de intestino de Asunción necesitan un


poco de reposo, un descanso en su tarea de digestión. Hay que darle alimentos
ya predigeridos o de fácil absorción, y además en forma líquida o semilíquida.
Necesariamente no será una dieta completa en nutrientes, pero como durará
pocos días no perjudicará en absoluto su embarazo. Se propone la siguiente:

• Primer día de dieta

Si ha habido vómito reciente, probar antes la tolerancia gástrica con una


infusión de manzanilla azucarada. Cuando se compruebe que el estómago lo
tolera, hay que pasar a la llamada dieta líquida:

DESAYUNO:

Leche desnatada (200 mi) más dos cucharadas soperas de cereales para
bebés, que se disuelven inmediatamente en la leche caliente. La leche desnatada

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se digiere más fácil y más rápidamente.

TOMA DE MEDIA MAÑANA:

Una papilla de plátano y manzana bien maduros y bien triturados, como la


de los bebés. O bien yogur desnatado y azucarado.

COMIDA:

Puré de patata y zanahoria. O bien caldo de cocido con fideos finos, bien
hechos. Como postre un plátano muy chafado, regado con un poco de zumo de
limón.

MERIENDA:

Infusión de manzanilla con miel. Si hay más apetito, un yogur descremado.

CENA:

Se puede elegir entre sémola de arroz, sopa de tapioca o puré de verduras,


hechos todos con caldo de pollo desgrasado. Si hay más apetito, de postre
manzana asada.

• Días siguientes

Introducir lentamente alimentos de fácil digestión: leche entera, mermelada


de frutas, los yogures al gusto, todo tipo de sopas y sémolas, el pan de molde,
los arroces caldosos con verduras, los hervidos de patata y verduras bien
chafados, el pescado blanco hervido y mezclado con verduras, el pollo a la
plancha, el aceite de oliva y las pastas suaves como los fideos.

Alimentos que Asunción deberá evitar totalmente durante bastantes días,


hasta que su intestino se haya recuperado totalmente: los alimentos fritos, las
legumbres, la mantequilla, la bollería industrial, las pizzas, las hamburguesas, las
salsas, los condimentos, los quesos grasos, los mariscos, las carnes grasas y el
café.

Caso 4

Historia clínica

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José Ramón es un bebé de 11 meses de edad que ingresa en el hospital por
palidez y escaso aumento ponderal. Es el primer hijo de unos padres
vegetarianos estrictos (veganos), que solo toman alimentos vegetales.

Su peso al nacimiento fue de 3.200 g. Fue alimentado con lactancia materna


exclusiva durante cinco meses y después con una combinación de lactancia
materna, frutas, verduras y cereales. No ha tomado carnes, ni pescado ni huevo.
No ha recibido suplementos vitamínicos. Su aumento de peso fue normal
durante los cuatro primeros meses de vida, pero en los meses siguientes fue
cada vez más deficiente. Presentaba escaso apetito, palidez de piel y catarros de
repetición.

En la exploración clínica se comprobó un peso muy bajo, inferior al percentil


3, y signos de desnutrición como adelgazamiento de extremidades, escaso
panículo adiposo y piel pálida y seca.

Se realizó una encuesta nutricional sobre su dieta habitual, calculando los


nutrientes que tomaba diariamente. José Ramón tomaba pocas calorías y no
cubría sus necesidades energéticas, las adecuadas para su crecimiento. En
cuanto a nutrientes, la dieta era escasa sobre todo en proteínas. Además,
mientras que ingería cantidades excesivas de folatos y de fibra dietética, su
ingesta de hierro cubría solo la mitad de sus necesidades y su ingesta de
vitamina B12 la tercera parte de sus necesidades. Los análisis de sangre
confirmaron que José Ramón tenía una anemia mixta, ferropénica y
megaloblástica, causada por la carencia de estos dos nutrientes.

Diagnosticado de desnutrición y anemia por falta de aporte, José Ramón


mejoró rápidamente con un tratamiento de suplencia de nutrientes y una
modificación de la dieta. Unos meses después había superado la anemia y
aumentaba de peso de manera adecuada.

Comentarios

Probablemente, la madre de José Ramón, debido a su dieta vegetariana,


tenía en su cuerpo escasos depósitos de hierro y de vitamina B12. José Ramón
seguramente nacería con escasas reservas de esos nutrientes, lo que unido a su
dieta incorrecta, tuvo como consecuencia que se agotaran en los primeros meses
de vida, dando paso a las manifestaciones patológicas que presentaba.

Si no quieren abandonar su dieta estricta, las madres vegetarianas han de

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tomar suplementos vitamínicos durante el embarazo. Las dietas vegetarianas no
son adecuadas para los bebés y los niños.

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62
3.1. El recién nacido

El recién nacido tiene que recuperarse de un gran acontecimiento, el parto, y la gran


mayoría de ellos lo hacen con mucha rapidez. Además de lo que supone para su delicado
cuerpo el propio traumatismo del parto, desde el mismo momento del nacimiento el
neonato tiene que adaptarse a la vida exterior, fuera del útero donde ha crecido.

Es un cambio radical, porque dentro del vientre de su madre estaba resguardado,


siempre a la misma temperatura y alimentándose sin ningún esfuerzo a través de la
placenta y de los vasos umbilicales. Ahora, de repente, pasa a un ambiente más frío,
desde los 37 °C en el útero a la temperatura del paritorio, unos 24 °C. Además, tiene que
hacer inmediatamente sus primeras respiraciones para obtener el oxígeno que necesita.

Por si fuera poco, al cortarle el cordón umbilical por el que se nutría, bajan los
niveles de glucosa en sangre que desencadenan pronto la sensación de hambre. Como
consecuencia, tiene que comenzar a alimentarse a través de su propio tubo digestivo.

El cordón que los unía

Además de los cuidados generales para asegurarle la respiración, arroparle y limpiarle, el


neonato necesitará alimentarse de manera casi inmediata porque ha perdido el aporte
continuo de nutrientes que recibía de su madre a través del cordón umbilical. Afortunada
mente, al nacer tiene ya bien desarrolladas las funciones de succión y deglución de
líquidos, que realiza de forma instintiva y automática desde el mismo momento del
nacimiento, por lo que se le puede colocar al pecho para que inicie su alimentación.

Colocando al bebé al pecho de su madre lo más pronto posible tras el parto, además
de favorecer la "subida de la leche", el proceso mediante el que la madre comienza su
proceso de creación y excreción de leche, se refuerza el vínculo afectivo madre-hijo.
Esta unión afectiva ya comienza a formarse muy pronto, desde antes del nacimiento,
pero se favorece e incrementa con el contacto piel con piel de la madre con el recién
nacido.

El bebé se origina en el cuerpo de la madre, crece dentro de ella y su supervivencia

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después del nacimiento depende en gran parte de sus cuidados. Si además le alimenta
con un producto de su cuerpo, como es la leche materna, el hijo es todavía más su
prolongación vital. La madre desea este contacto inmediato piel con piel, no solo verlo a
distancia. Quiere abrazarlo y besarlo, ponérselo al pecho. Así la madre y el hijo quedarán
todavía más unidos afectivamente durante toda su vida.

✓ ESTUDIOS CIENTÍFICOS

En las últimas décadas han sido miles los investigadores y millones las horas
dedicadas a desentrañar tanto la composición como los efectos biológicos de la
leche de mujer.

Cuanta más información se obtiene sobre los macronutrientes y los


micronutrientes específicos de la leche humana, más pruebas existen de que la
leche materna ha sido diseñada específicamente para el bebé humano, que cubre
todas sus necesidades, y que ningún otro alimento artificial puede sustituirla

El estímulo emocional del bebé

El contacto continuo, los cuidados y el amor son esenciales para el estímulo del
desarrollo psicomotor y emocional del bebé. Se ha demostrado que muchos trastornos
psiquiátricos del adulto tienen su causa remota en un déficit de afectividad durante la
época de lactante.

El desarrollo emocional del bebé comienza con el estadio de unión con la madre que
se llama de "confianza básica". El recién nacido va adquiriendo esta confianza cuando
aprende que sus necesidades básicas (hambre, frío, etc.), que él solo sabe expresar como
nerviosismo o como llanto intenso, se satisfacen de manera inmediata y de forma regular
y continua por parte de la madre o de su cuidador. El bebé confía y se une afectivamente
a esa persona que está inmediatamente disponible para él. La tensión que le ha
provocado una sensación no placentera se anula inmediatamente por el comportamiento
de la madre.

3.2. Proteger la relación inmediata madre-hijo

En el posparto inmediato, el recién nacido es apartado de su madre para atenderlo, para


lavarlo, para asegurarse de que respira bien y de que su corazón late correctamente, para
protegerle del frío, para vestirlo y abrigarlo... Pero hay que separarlo de su madre el
menor tiempo posible. Ella quiere verlo, tocarlo, besarlo, cuidarlo.

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Proteger la relación lo más temprana posible entre la madre y su hijo, asegurar su
contacto cuerpo a cuerpo, ayuda no solo a culminar la satisfacción de ser madre, sino
también a asegurar el amor que mantendrá la continuidad de cuidados que precisa el
neonato.

También va a ser el primer estímulo para iniciar precozmente y con éxito la lactancia
materna. El recién nacido, acariciado y piel con piel con su madre, manifiesta su interés
por buscar el pecho en cuanto nota en su cuerpo que se ha cortado el suministro de
nutrientes continuos que le llegaban por el cordón umbilical. Levanta la cabeza, la gira, se
agarra con sus manos al vientre de su madre, abre los ojos y mira, busca con sus labios y
con la nariz el pezón nutritivo. Si la madre le acaricia y le habla dulcemente, incrementa
su búsqueda. Todos sus sentidos están dedicados a encontrar la fuente de su alimento. Si
se le coloca cerca, encontrará el pezón, abrirá los labios y comenzará su primera succión,
vigorosa en la mayoría de ocasiones.

Es su primera "comida", que le asegura la supervivencia, pero también el primer acto


de una relación de amor madre-hijo que se irá afirmando con el tiempo y que durará toda
la vida.

✓ EL HITO DEL NACIMIENTO

El parto es un acontecimiento biológico natural, pero algo traumático. En los


países desarrollados está muy asumida su medicalización y su asistencia en el
hospital. Supone un control de su evolución que asegura un resultado feliz,
incluso en los casos extremos como en la necesidad de tener que efectuar una
cesárea.

El parto significa el paso brusco desde una situación de protección total del
feto dentro del útero a una vida autónoma, donde el neonato se encuentra
totalmente desvalido e indefenso.

Para poder sobrevivir, el recién nacido precisa respirar solo, mantener su


temperatura corporal y comenzar a alimentarse, necesitando toda la atención y
el cuidado de sus padres.

3.3. El peso del recién nacido

El peso del recién nacido depende de muchas circunstancias, como una buena nutrición
de la madre a lo largo del embarazo, la ausencia de enfermedades, etc. Pero sobre todo

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depende de la llamada "edad gestacional", el tiempo en que ha pasado en el útero de su
madre, que habitualmente tiene una duración de 39 a 40 semanas después de la
concepción. Los bebés nacidos con esa edad gestacional se llaman "a término", mientras
que los que nacen antes de cumplir la semana 37 de embarazo se llaman "prematuros" o
"pretérmino" y su peso suele ser muy inferior, como se muestra en el cuadro 3.1.

CUADRO 3.1

Peso aproximado de los recién nacidos según su edad gestacional (en gramos)

3.4. Los órganos del recién nacido

¿Cómo son los órganos y las funciones corporales del recién nacido? Además de tener
todos sus órganos de tamaño muy pequeño, lo más importante es que todas las funciones
que están encargados de realizar son muy inmaduras, muy incompletas. Será necesario
no solo que aumenten su tamaño, sino que además maduren y perfeccionen sus
mecanismos. Lo harán a lo largo de toda la infancia, pero a veces con lentitud. Esto es
muy evidente en dos órganos o sistemas que manifiestan claramente su debilidad: el
sistema locomotor y el cerebro.

El inmaduro sistema locomotor del recién nacido, formado por huesos, músculos y
nervios, hace que el neonato sea incapaz de cambiar de postura, de mover el tronco, de
sostener la cabeza. Está "blando", sin tono muscular, y casi inmóvil. Solo mueve muy
activamente las extremidades cuando llora.

✓ EL VÍNCULO MADRE-HIJO

El recién nacido es frágil y está indefenso, demanda protección. No puede


sobrevivir sin los cuidados y el cariño de su madre. La atención regular,

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constante y amorosa, para satisfacer todas las necesidades del bebé y sobre todo
saciar su hambre, además de asegurar su supervivencia, ayuda a su desarrollo
emocional e incrementa la unión afectiva, el vínculo madre-hijo (bonding).

El lactante humano, como cualquier otro recién nacido, reconoce a su madre


de una manera táctil, por sus manos y sobre todo por su boca. La boca es el
órgano más sensible del recién nacido y clave para el proceso de "impronta" o
estampación (imprinting), el reconocimiento del pezón que le proporcionará el
alimento y saciará su hambre.

El neonato establecerá una conducta de apego (attachment) con lo que le es


grato, le libera de la tensión, con la persona que le alimenta, que le protege.

El cerebro inmaduro

También todo el sistema nervioso del neonato, y sobre todo el cerebro, son muy
inmaduros. Por esa razón el recién nacido tiene un comportamiento muy uniforme y
responde a los estímulos externos a base de "reflejos", unas respuestas automáticas y
primitivas que desaparecerán después poco a poco, cuando crezca de tamaño su cerebro
y maduren sus conexiones neuronales, cuando avance en su desarrollo psicomotor.

Sin embargo, el recién nacido tiene bastante desarrollados muchos de los sentidos,
como el tacto. Su piel es muy delicada y muy sensible, no tolera ni los cambios de
temperatura ni los contactos extraños. También su oído está muy desarrollado, y le
molestan los ruidos. Se pasa durmiendo la mayor parte del día, entre 16 y 17 horas
diarias y solo se despierta cuando tiene hambre, cuando tiene sed o sensación de
molestia, bien por frío, por calor o por ruidos o luces intensas.

Se puede decir que la vida del recién nacido es casi vegetativa, pero los avances en su
desarrollo psicomotor van a ser muy rápidos. Los padres lo verán transformarse, cambiar
su comportamiento casi de semana en semana, al tiempo que crece y aumenta de peso.

✓ NECESITA TIEMPO Y CUIDADOS

Tan inmaduras, tan poco desarrolladas están todas las funciones del neonato,
que la mayoría de bebés nacidos prematuros o con bajo peso, incluso tienen
dificultades para mantener su temperatura corporal. Pueden padecer hipotermia,
si están poco arropados, o bien hipertermia si se les abriga demasiado.

Por esa razón muchos prematuros precisan permanecer dentro de un

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aparato, llamado incubadora, que mantiene en su interior una alta temperatura,
la que precisa para que su cuerpo no se enfríe, y además la mantiene de manera
constante. Es lo más parecido a las condiciones de protección en que estaban
antes del nacimiento, dentro del útero materno.

En el recién nacido prematuro todavía es más intensa la inmovilidad y la


flacidez de sus músculos. Están en la llamada "posición de rana", con las
extremidades flexionadas y pegadas al suelo de la incubadora, incapaces de
mantener un tono muscular para sostener el cuerpo. Su comportamiento es
"primitivo" o elemental y alterna periodos de sueño prolongado con otros de
llanto intenso. Sus respuestas automáticas y estereotipadas a los estímulos
exteriores se llaman "reflejos".

El neonato, sobre todo el prematuro, va a necesitar mucho tiempo, muchos


cuidados y una buena alimentación para que se desarrolle todo el potencial que
guarda dentro de sí.

3.5. La inmadurez del sistema digestivo

El sistema digestivo del recién nacido está más "oculto" a las observaciones de los
padres, pero está igualmente inmaduro en su capacidad de tomar, digerir y absorber los
alimentos, la misión que tiene encomendada.

El intestino del neonato no solo es muy corto, tendrá que crecer a lo largo de su
desarrollo unas 20 veces más, sino enormemente sensible a los alimentos que penetran
en su interior. Su inmadurez hace no solo que no tolere sustancias extrañas, sino incluso
los alimentos que ya podrá digerir sin problemas varios meses después. Pero necesita
tiempo para crecer y madurar. Por esa razón, la ali mentación durante el primer año de
vida, especialmente en los primeros meses, debe ser tan especial, tan reglada.

Estómago pequeño

Como ejemplo, el estómago del recién nacido tiene muy poca capacidad, solo unos 30
ml, la octava parte de un vaso de agua. Como consecuencia, las tomas de alimento
durante los primeros días de vida que sobrepasen esta cantidad tendrán que esperar para
"caber", para ser "toleradas", a que el bebé vacíe el estómago rápidamente en el tramo
siguiente del intestino.

Por esa razón las tomas del recién nacido tienen que ser de escaso volumen, aunque
pueden ser muy frecuentes, cada dos horas e incluso cada hora. La motilidad del

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intestino del recién nacido es incluso mayor que la del niño y la del adulto, lo que se
manifiesta en una mayor frecuencia de expulsión de su contenido, y también en el
número de deposiciones, que pueden ser hasta ocho diarias.

Pero no solo es el intestino del recién nacido el inmaduro y vulnerable, lo son además
todos los órganos de su alrededor que participan en las funciones digestivas: el hígado y
el páncreas. Por todas estas razones la alimentación durante el primer año de vida debe
ser específica. Cualquier error, cualquier transgresión, en el alimento que se ofrece al
bebé puede perjudicarlo seriamente.

Alimentación cuidadosa

Por esas razones, durante toda la primera mitad del primer año, hasta los 5 o 6 meses de
edad, el bebé solo puede tomar líquidos, ni siquiera alimentos semisólidos como las
papillas. Y este líquido debe ser de manera casi exclusiva leche, preferiblemente la
materna. Si no es posible el amamantamiento, a la leche de madre solo puede sustituirla
una fórmula artificial que imite la composición de la leche materna.

A partir de los 5 meses de edad se puede comenzar a introducir en la dieta del bebé
los alimentos semisólidos como las papillas, pero también con una composición especial y
con un calendario reglado de introducción de nuevos alimentos, siempre de manera lenta
y progresiva.

Solo a partir del año de edad, el bebé tendrá su intestino lo suficientemente maduro
para poder diversificar la dieta.

LA DEBILIDAD INMUNITARIA DEL BEBÉ

El recién nacido "hereda" de su madre poderosos anticuerpos contra muchas


enfermedades. Son proteínas especiales que ella le transfiere directamente de su
sangre a través de la placenta durante la época fetal. Así el bebé está protegido
contra muchas enfermedades durante algunos meses, hasta que se agotan esos
anticuerpos. En ese momento es el propio bebé el que tiene que producir,
"fabricar" sus propios anticuerpos, sus escudos contra todos los virus y bacterias
que quieren invadir su cuerpo.

Pero en ese intervalo, en el periodo entre que se agotan los anticuerpos


maternos y el bebé produce los propios, hay una especie de socavón, un "bache
inmunitario", una época en que tiene pocas armas para defenderse de las

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infecciones. La leche materna puede ser su salvación porque no solo le aporta
anticuerpos, inmunoglobulinas, sino además células vivas que le protegen de
manera activa.

3.6. Aprender a alimentarse

El recién nacido, a pesar de su inmadurez, tiene bien desarrollados los reflejos de


búsqueda activa del pezón a donde agarrarse y de succión activa cuando lo encuentra,
pues esto es fundamental para su supervivencia. Todavía tiene un largo camino que
recorrer en su desarrollo psicomotor hasta que sea capaz de alimentarse por sí solo.

Este desarrollo es progresivo, pero quema etapas rápidamente. Los padres deben
adaptarse al ritmo madurativo del bebé, cubriendo sus necesidades en cada etapa y
ofrecer en cada una de ellas los ali mentos adecuados a las posibilidades que tiene el bebé
de tomarlo y de digerirlo.

Los tipos y texturas de los alimentos deben adaptarse a cada bebé concreto por lo que
no se trata de aplicar unas normas rígidas.

Ritmicidad del hambre

Después de los primeros días de vida, poco a poco el bebé establece un patrón rítmico de
hambre, con intervalos muy variables, entre dos y cuatro horas. Este patrón varía no solo
entre los distintos bebés, sino incluso en el mismo niño a la largo del mismo día. Es así
porque la sensación de hambre se produce cuando el organismo nota que disminuyen los
niveles en su sangre de algunas sustancias y eso depende sobre todo de la cantidad de
alimento que se haya ingerido y absorbido en la toma anterior.

Habitualmente, en el bebé todo es normal. Es normal que llore de hambre a las dos
horas de haber tomado, si ha sido poco, pero también lo es no llorar hasta las 4 horas, si
ha tomado mucho. La madre debe respetar los ritmos del bebé, debe adaptarse a ellos y
estar siempre disponible.

El bebé nunca se debe adaptar a la madre, sino todo lo contrario, no es adecuado ser
rígidos con los horarios.

El reflejo de succión

El recién nacido y el lactante succionan vigorosamente durante todo el tiempo que dura la
toma, pero se cansan y necesitan unos periodos de pausa, de descanso. Después

70
reanudan la succión. Cuando ya la abandonan y se duermen, es la señal de que están
saciados. No se debe insistir en la toma y se ha de respetar su descanso.

En la lactancia materna, para mantener la producción de leche es importante que el


bebé vacíe completamente al menos uno de los pechos, por lo que no se debe ofrecer el
otro hasta que el primero esté vacío.

El reflejo de extrusión

Consiste en expulsar con la lengua hacia afuera todos los alimentos sólidos o semilíquidos
colocados en la parte anterior de la boca. Lo tienen todos los lactantes pequeños,
menores de 4 o 5 meses. Suele desaparecer entre el cuarto y quinto mes de vida, pero
lentamente. Es una de las razones por lo que no está indicado dar papillas a los bebés de
menos de 5 meses. Simplemente la tiran, no la tragan. Aunque la razón principal es que
su intestino no está preparado todavía para digerirlas.

Capacidad para comer solo

Hasta los 4 meses el bebé no usa las manos de manera orientada. A los 5 meses el bebé
ya intenta coger el biberón y llevárselo a la boca. A partir de los 7 meses quiere coger los
alimentos y la cuchara. A los 9 meses es capaz de coger una galleta y comérsela sin la
ayuda de nadie. A los 10 meses quiere manejar la taza, pero naturalmente no hay que
dejarle hacerlo solo para que no haya pérdidas en la vajilla.

A los 13 meses maneja la cuchara, aunque solo lo hace con destreza a partir de los 18
meses. La madre, comprensiva y feliz, aprecia los avances en el desarrollo psicomotor
del bebé, pero lo tiene que asistir para que no lo ensucie todo. Sin embargo la comida, a
cualquier edad, también es una actividad lúdica y satisfactoria, que el bebé comparte con
la madre en sus primeros meses de vida.

Comidas y desarrollo afectivo

La alimentación del bebé guarda una estrecha relación con su desarrollo afectivo. Desde
el primer día de su vida, cuando comienza a alimentarse, el recién nacido establece su
comunicación con la persona que lo alimenta, que satisface sus necesidades, que le
mantiene la vida. Es una de las razones de la superioridad de la lactancia materna, en que
la madre no solo le da al bebé un producto de su cuerpo sino que contacta con su piel
estrechamente. El vínculo que se establece es mayor que con la alimentación con
biberón.

71
En edades posteriores, la alimentación formará parte del proceso de integración
psicobiológica del bebé con sus padres. Las comidas siempre deben ser actos agradables,
satisfactorios, tanto para el bebé como para su madre, nunca obligados, nunca
conflictivos. Se debe efectuar en un ambiente agradable, sin prisas, sin ruidos ni
interferencias, con la madre relajada, algo que capta enseguida el bebé.

Madre paciencia

Si hay "guerra", conflicto, entre la mamá y el bebé en las comidas, a cualquier edad, es
que algo va mal y se debe consultar con el pediatra. La madre siempre debe estar
revestida de tranquilidad, de paciencia y de buen humor. Debe evitar el conflicto. Cada
bebé es diferente y tiene su propia personalidad, su propio gusto, su propia fisiología,
hasta sus propias manías.

Si algo falla y el bebé rechaza la toma, la madre simplemente debe averiguar el


porqué. Puede ser por el propio alimento, que no es el adecuado, o por la forma de
darlo, o bien porque el bebé no está preparado para tomarlo.

Cuando la madre no puede averiguar lo que ocurre, no tiene que desesperarse sino
acudir a la ayuda del profesional, fundamentalmente del pediatra.

PARTOS COMPLICADOS

La gran mayoría de los partos son espontáneos y naturales, y por tanto


necesitan escasa intervención médica, solo precisan de una experta comadrona.
Pero algunos partos, afortunadamente muy pocos, son difíciles, se complican...
y necesitan la intervención del ginecólogo y del anestesista para resolverlos de la
mejor manera posible, tanto para la madre como para el bebé.

En estos partos, llamados intervencionistas, se suelen utilizar medicamentos


"fuertes", incluso morfina, que son muy útiles para evitar el dolor de la madre
pero que atraviesan la placenta y también impregnan al bebé. El recién nacido
puede nacer somnoliento, adormilado por la medicación, y no muestra una
conducta activa en las primeras horas de vida. Necesita unas horas para
"expulsar" los fármacos empleados en el parto y puede retrasar el comienzo de
la succión activa que precisa la lactancia materna.

Casos prácticos

Caso 5

72
Rosa es una mujer embarazada de 5 meses que siempre ha sufrido de
estreñimiento, aunque se le ha agudizado con el embarazo. Tiene periodos en
que pasa varios días sin deponer y ocasionalmente necesita enemas. Tiene
miedo de tomar laxantes. Acude para consejo médico y dietético que le
solucione el problema.

Recomendaciones

En los estreñimientos habituales e intensos de la mujer embarazada, antes


del uso de laxantes por vía oral hay que intentar que se solucione con medidas
dietéticas, con o sin el añadido de suplementos de fibras vegetales. Las
principales medidas son las siguientes:

-Abundante hidratación. Hay que beber mucha agua, al menos dos litros y
medio diarios. Pero además, no hay que beberla con golpes aislados,
sino muy espaciada. Conviene acostumbrarse a llevar encima siempre
la botella de agua y dar un trago de vez en cuando. El agua también
debe estar en la mesita de noche, para beber un poco cuando la
mujer se despierta por la noche por cualquier motivo.

-Evitar totalmente los alimentos que estriñen. Es fácil evitarlos porque son
muy pocos: el arroz, la manzana, la zanahoria, la granada y el
plátano.

-Tomar bastante cantidad de las frutas que favorecen el tránsito intestinal. La


más efectiva, con mucho, es el kiwi. También la naranja (y su zumo
natural). Un poco menos efectivos son la pera, el melón y la sandía.

-Tomar abundantes vegetales. Todos los vegetales, tanto crudos en ensalada


(tomate, lechuga, pepino, etc.), como cocidos (judías verdes, cebolla,
legumbres, etc.) son muy ricos en fibra natural, que es la que en
definitiva constituye el componente principal del bolo fecal. Pero esta
medida solo es efectiva cuando la fibra natural esté bien aumentada
de volumen con una buena hidratación, una abundante ingesta de
agua.

La fibra dietética

Las medidas anteriores suelen ser eficaces, aunque su efecto no es


inmediato. Precisan de al menos un intervalo de entre ocho y diez días para que

73
se restablezca de una manera natural el tránsito intestinal normal.

Cuando las medidas mencionadas anteriormente fallan, se puede recurrir a


otra opción, también natural pero ya adquirida en farmacias: la fibra dietética.
Son extractos concentrados de plantas, en definitiva también fibra, que se toman
como suplemento. Para ser eficaces también precisan de la ingesta de abundante
agua. El más efectivo es el glucomanano.

Caso 6

Martina es una mujer embarazada, muy detallista, que acude a la consulta


porque quiere conocer con exactitud los nutrientes que ingiere, para saber si
están en la cantidad adecuada que requiere su embarazo.

Trae una lista completa (cuadro 3.2) con los alimentos que tomó en el día de
ayer, que anotó cuidadosamente, controló y pesó. Pide su análisis y valoración.
Es una tarea fácil, acudiendo a las tablas de composición de los alimentos.

CUADRO 3.2

Análisis de los alimentos ingeridos por Martina en un día

74
75
Valoración

Martina tiene una alimentación muy variada: toma leche, derivados lácteos,
cereales (pan), fruta, vegetales crudos, vegetales cocidos, aceite de oliva, carne
y pescado. Es una alimentación muy saludable y suficiente en nutrientes.
Además la toma muy repartida a lo largo de todo el día.

La energía que ingiere en un día, 2.075 kcal es la adecuada para su vida de


trabajo en una oficina durante 7 horas y con un moderado ejercicio físico por la
tarde. Son la suma de las 1.700 a 1.800 kcal/día que precisa de manera habitual,
más las 375 a 275 kcal añadidas de suplemento para cubrir las necesidades del
embarazo.

También es correcta la fuente de esa energía, ya que alrededor del 30%


procede de las grasas y algo más de la mitad procede de los hidratos de carbono.
Para sus 65 kg de peso, ingiere 1,4 g de proteínas por kilogramo de peso y día,
una cantidad adecuada.

En síntesis, la alimentación de Martina es correcta y suficiente, no necesita


ninguna modificación.

76
77
4.1. La renovación constante

El cuerpo humano, como todos los organismos vivos, está formado por órganos y
tejidos, a su vez compuestos por millones de células en actividad constante, que precisan
un "combustible" para ejercer sus funciones biológicas y mantener su existencia.

Por un lado, se necesita un suficiente aporte de materiales de "combustión" para que


proporcionen energía, calor, que se mide en calorías simples o mejor en kilocalorías. Por
otro lado, se precisan nutrientes "estructurales", los que forman las células y tejidos, para
que reemplacen a los que se van gastando con el llamado "metabolismo". Esto es así
porque nuestro cuerpo, a diferencia de lo que ocurre con las máquinas, está siempre en
un constante proceso de renovación, de "reestructuración" de su formato, sometido a un
cambio continuo de todos sus componentes.

Algunos de estos procesos de renovación son muy manifiestos: nos crecen


continuamente el pelo y las uñas, que tenemos que cortar periódicamente. Nos cambia la
piel, que se descama continuamente y va renovándose desde dentro. Se producen
evidentes cambios corporales con la edad, tanto en el niño como en el adulto, que acaban
en el lento proceso de envejecimiento.

Renovación rápida

Otros procesos de cambio y renovación están más ocultos pero son fáciles de adivinar. El
agua que posee nuestro cuerpo cambia totalmente en el curso de aproximadamente una
semana. La que tenemos actualmente la perdemos por la orina, por las heces, por el
sudor, etc. La compensaremos bebiendo una cantidad equivalente a la pérdida, para que
se mantenga el agua total y el equilibrio hídrico de nuestro cuerpo.

Si las pérdidas de agua son mayores de las habituales, por ejemplo con el calor del
verano o con un ejercicio físico intenso, aparece rápidamente el mecanismo de la sed
para obligarnos a beber lo que se ha perdido en exceso y así no deshidratarnos.
Tenemos, o intentamos tener, siempre la misma cantidad de agua pero la que tenemos

78
ahora es la que hemos bebido recientemente. La antigua la hemos expulsado al exterior.

Renovación lenta

Esta renovación se da también en los demás componentes del cuerpo, aunque su


recambio ("turnover'), es más lento. Por ejemplo, todo el hierro de nuestro organismo,
que es un componente esencial de los hematíes o glóbulos rojos de la sangre, tarda
alrededor de tres meses en renovarse totalmente. Su renovación es unas doce veces más
lenta que la del agua. Si una persona no bebe agua durante solo un día, o incluso unas
horas, los efectos de la carencia se manifestarán rápidamente, mientras que si una
persona no toma nada de hierro en su dieta, harán falta tres meses para que se note su
carencia, habitualmente en forma de menos hematíes en sangre, que se denomina
anemia.

El cuerpo humano no puede parar este proceso vital de renovación y precisa un


aporte continuo con la alimentación, tanto de calorías como combustible para "quemar",
como de múltiples nutrientes que sirvan para reconstruir, para renovar todos los
componentes de las células corporales.

Crecimiento y renovación a la vez

El niño se diferencia biológicamente del adulto en que, además de esa continua


renovación de su cuerpo, está en un proceso de crecimiento y maduración constantes,
aunque a un ritmo muy diferente según cada edad. El crecimiento de cada niño está
"programado", marcado en el ADN que contienen los cromosomas de todas sus células.
Es la impronta genética de sus padres, que le han donado cada uno de ellos la mitad de
sus propios cromosomas.

Los marcadores de crecimiento de cada niño señalan un potencial de incremento de


células y tejidos, que deberá desarrollar a lo largo de su desarrollo. Esta construcción de
un cuerpo cada vez mayor precisa de un continuo aporte de todos los materiales
necesarios, los nutrientes, y que además ese aporte siga el ritmo de sus necesidades, que
se aporten cuando se precisan, cuando se está creciendo, ni antes ni después. Es el "just
in time"

La función de la nutrición consiste en incorporar al organismo sustancias del medio


externo, los nutrientes contenidos en los alimentos. Estas sustancias ingeridas sufren en
los primeros tramos del intestino (estómago y duodeno) una "digestión" que las
transforma en moléculas pequeñas, para después poder ser `absorbidas" en el tramo
siguiente, el intestino delgado, e incorporadas así al organismo. Finalmente, los productos

79
que no se han absorbido, de desecho, salen al exterior por el intestino grueso en forma de
heces.

LOS ALIMENTOS CONTIENEN NUTRIENTES

Alimento es toda sustancia comestible, sólida o líquida. El alimento se


compone de sustancias con valor nutritivo, los nutrientes, que entran en el
organismo y sirven realmente para alimentar; y de partes no nutrientes como la
fibra, que no se absorbe y se queda en el intestino para ser expulsada por las
heces, pero que cumple una función importante para la regulación del bolo fecal.

Nutrientes calóricos: nutriente es el componente del alimento que se absorbe


y sirve para construir el cuerpo humano. Algunos, además de formar parte de la
arquitectura del organismo, células y tejidos, sirven para ser "quemados",
consumidos en el metabolismo diario y mantener tanto la vida como la
temperatura corporal. Son los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas.

Nutrientes no calóricos: son nutrientes contenidos en los alimentos,


indispensables para el funcionamiento del organismo pero que no generan
energía, es decir, calorías. Son los minerales (calcio, hierro, fósforo, etc.), los
oligoelementos (cinc, yodo, etc.), las vitaminas y las sustancias antioxidantes.

Nutrientes esenciales: son algunos componentes de las proteínas, como los


aminoácidos esenciales y de las grasas, como los ácidos grasos esenciales, que
tienen la característica, además de ser indispensables, de tener que aportarse
necesariamente con la alimentación, ya que no pueden ser sintetizados en el
organismo a partir de otros nutrientes.

Es muy importante que la alimentación del bebé cubra todas las necesidades
de nutrientes esenciales, pues en caso contrario, habrá carencia y posibilidad de
enfermedad.

4.2. Los nutrientes

Los nutrientes, las sustancias que el cuerpo humano recibe con la alimentación, son muy
numerosos, alrededor de 70, pero los más importantes son:

Agua

El organismo del adulto necesita mucha agua para reponer la que pierde continuamente

80
por la orina, el intestino, la piel, etc., y además renovar el agua "interna", el componente
de todas las células.

El cuerpo del niño todavía necesita más cantidad agua, sobre todo porque la renueva
a mayor ritmo. El recambio, el "turnover", de agua es más rápido cuanto menor es la
edad del niño. Por otro lado, el niño se diferencia del adulto porque necesita un "plus"
para incrementar su masa corporal en el proceso del crecimiento. Por todas estas razones
los niños tienen más facilidad para deshidratarse que los adultos, si les falla el aporte de
agua o la pierden en mayor cantidad de lo habitual.

Así, las necesidades de agua son muy elevadas durante los primeros 3 meses de vida,
entre 140 y 150 ml/kg de peso al día, disminuyendo a 125 ml/kg de peso al día a los 6
meses de edad y a 100 ml/kg de peso al día al año de vida. Durante los 5 o 6 primeros
meses de vida esta agua la proporciona la propia lactancia materna.

Cuando hay lactancia artificial, también es suficiente el agua que aportan los
biberones, siempre que estos estén bien preparados, con una dilución correcta. A partir
del inicio de la alimentación complementaria, de la introducción de las papillas a los 5 o 6
meses de edad, ya es necesario ofrecer al bebé agua entre las tomas a cucharaditas,
puesto que la consistencia de las papillas es semisólida, con un menor contenido líquido.

CUADRO 4.1

Necesidades aproximadas, según la edad, de energía (en kcal) y de agua (en ml)

CONSTRUCCIÓN Y RECONSTRUCCIÓN

El cuerpo humano está renovando continuamente todos sus componentes,


ya que sustituye todas las células y tejidos que se van desgastando y muriendo
en su proceso natural por otras nuevas. Por esa razón se deben aportar con la

81
alimentación todos los "materiales" necesarios para esta reposición. De lo
contrario, la reconstrucción será defectuosa. Nada más inexacto que la frase
coloquial: "estás igual que el año pasado".

El niño de cualquier edad tiene además un proceso de incremento de su


cuerpo, de aumento de masa ponderal y de crecimiento hasta que llega a la edad
adulta, por lo que todavía precisa más nutrientes. De la cantidad y calidad de
esos nutrientes dependerá la arquitectura final de su cuerpo

Energía

La energía se necesita para producir el calor que se precisa para mantener constante la
temperatura corporal y para los impulsos nerviosos entre las células. También para el
trabajo muscular, que consume una gran cantidad de energía. Por eso los trabajadores
manuales y los deportistas necesitan ingerir más cantidad de energía con su alimentación.

Además, las necesidades de energía también dependen de la edad. El bebé y el niño


necesitan relativamente mucha más energía porque precisan un extra para gastarlo en su
proceso continuo de crecimiento. Las necesidades diarias de energía también dependen, a
cualquier edad, de la actividad física, que "quema" muchas calorías. Por esa razón los
niños muy activos necesitan más.

Energía para el crecimiento

La energía necesaria para el crecimiento, expresada como porcentaje de las necesidades


totales de energía, es de un 35% del total diario al mes de edad. Esta cifra disminuye a
solo el 3% a los 12 meses de edad, porque ya se ha ralentizado el crecimiento.
Permanece baja hasta la pubertad, en que se necesita más para cubrir las necesidades del
"estirón puberal", el crecimiento rápido de los adolescentes.

En total un bebé de un mes de edad necesita un aporte de energía de entre 110 y 120
kcal/kg de peso al día, mientras que a los 6 meses de edad esas necesidades han
disminuido a 90 kcal/kg de peso al día y son de 80 kcal/kg de peso al día a los 12 meses
de edad.

La energía la extrae el cuerpo como resultado de la llamada "combustión" o


"metabolización" de solo tres tipos de nutrientes: las proteínas, los hidratos de carbono y
las grasas. Las grasas son el nutriente más calórico, ya que aportan 9 kcal por cada
gramo de grasa metabolizado, mientras que tanto las proteínas como los hidratos de
carbono solo aportan 4 kcal por cada gramo metabolizado.

82
Proteínas

Es el nutriente que forma la estructura del cuerpo, sobre todo músculos y huesos, que
contienen la mitad de las proteínas corporales. Pero las proteínas también están en las
vísceras y en los tejidos.

Están compuestas por aminoácidos. Hay 20 aminoácidos y 8 de ellos son esenciales.


Son indispensables para el crecimiento, para la formación de nuevos tejidos y el
crecimiento de los huesos. Por ello, las necesidades de proteínas son relativamente
superiores en el bebé pequeño que en el niño mayor y en el adulto. No obstante, tomar
una cantidad excesiva de proteínas con la alimentación puede ser perjudicial, ya que al
organismo le cuesta eliminar el exceso que no necesita.

• Calidad de las proteínas

Se llaman proteínas de alto valor biológico las que son ricas en aminoácidos
esenciales, los aminoácidos que son indispensables para que el bebé fabrique las nuevas
células y tejidos de su cuerpo en crecimiento, y que además necesariamente tienen que
tomarse con la alimentación, ya que no las puede fabricar el organismo humano.

El cuadro 4.2 muestra la ingesta proteica recomendada para cada edad.

JAUME ROIG CONTRA LAS MADRES EGOÍSTAS

Jaume Roig fue uno de los autores más influyentes del siglo xv español.
Médico y escritor, aunque de familia catalana vivió y mu rió en Valencia (en
1478). Fue médico de la aristocracia valenciana, que conocía bien y a la que
censuró cruelmente.

Su libro Espill (Espejo), también conocido como Llibre de les dones (Libro
de las mujeres) representa la culminación del Siglo de Oro de las letras
valencianas. En él efectúa una amarga crítica de las madres de clase alta,
frívolas y egoístas, que no quieren amamantar a sus hijos por miedo a perder la
belleza o la juventud, o simplemente por no querer asumir la carga del
amamantamiento.

Así se expresaba una madre valenciana de clase alta en el Medievo tardío:

¡No penséis que beba la leche de mis pechos! dijo con grandes gritos!...
¡quiero tomar placer, no me place consumirme y aún menos nafrarme los

83
pechos por dar a mi hijo la sangre de mi cuerpo! ¡Prefiero más el reposo! ¡No
soy serrana, ni hortelana, ni de trabajo! ¡Así pues, tendréis que recabar leche
extraña!... y viendo a una mujer lechera le dijo rogando: por tu bondad, sé tú la
nodriza de este niño que Dios nos ha dado ya que estás provista de tan buena
leche (Jaume Roig, Espill, 1460).

CUADRO 4.2

Ingesta proteica recomendada, en gramos de proteína por kilogramo de peso y día

Grasas

Las grasas son el nutriente que produce más energía. Pero al mismo tiempo los ácidos
grasos que contiene, sobre todo los ácidos grasos esenciales como el linoleico y
linolénico, son fundamentales para el crecimiento y la maduración de los órganos más
importantes como el cerebro.

Las grasas de la leche materna proporcionan alrededor del 50% de la energía que
necesita el bebé en los primeros meses de vida. También el porcentaje es similar cuando
el bebé toma lactancia artificial. Sin embargo, en los niños mayores y adultos se
recomienda que las grasas de la alimentación solo aporten alrededor del 30% de las
necesidades calóricas totales. Para conseguirlo, desde los 6 meses de edad en que se
comienza con la alimentación complementaria, introduciendo alimentos diferentes de la
leche, hasta los 3 años de edad en que la alimentación es totalmente variada y similar a la
del adulto, se debe reducir gradualmente la ingesta de grasa hasta que aporte solo el 35%
de las calorías totales y no disminuir hasta el 30% hasta que el adolescente finalice el
crecimiento.

• Calidad de las grasas

Casi tan importante como la cantidad total de grasa es la calidad, su composición en


ácidos grasos. El exceso en la dieta de los ácidos grasos llamados "saturados" se ha
relacionado con el origen de las enfermedades degenerativas crónicas del adulto como

84
ateroesclerosis y enfermedad cardiovascular, obesidad, diabetes e incluso con algunos
tipos de cáncer. Así pues, los ácidos grasos saturados no deben sobrepasar el 10% del
aporte total de grasas.

Al contrario, los ácidos grasos insaturados, sobre todo los poliinsaturados, son muy
saludables. El aporte de los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados debe ser de
entre el 15 y el 20% del total de la grasa ingerida. El aporte de ácidos grasos
poliinsaturados debe ser de entre el 7 y el 10% del total de grasa ingerida. De esa manera
se aporta la cantidad necesaria de ácido linoleico (3-4,5% del total de energía) y ácido
linolénico (0,5 % del total de energía).

Hidratos de carbono

Son los llamados vulgarmente azúcares, los nutrientes que se dedican casi exclusivamente
a producir energía, con pocas funciones estructurales. Durante los primeros seis meses
de vida el bebé los ingiere solo en forma del disacárido lactosa de la leche, ya sea
materna o artificial.

Con la introducción de la alimentación complementaria a los 5 o 6 meses de edad, el


bebé toma otros tipos de azúcares, que siempre deben ser los naturales, los contenidos en
los alimentos, sobre todo los hidratos de carbono complejos como el almidón de la
patata.

Es importante, tanto en el niño como en el adulto, evitar añadir a la dieta azúcares


simples externos como la sacarosa o azúcar común. La razón es que producen un
aumento rápido de los niveles de glucosa en la sangre (glucemia) con el resultado de un
aumento en la secreción de insulina. Estos cambios bruscos se han relacionado con el
origen a largo plazo de enfermedades como la diabetes y la obesidad.

Vitaminas

Las vitaminas no producen energía. Además se necesitan en muy pequeña cantidad, solo
unos pocos miligramos diarios o incluso microgramos. Pero son esenciales para activar
todos los procesos metabólicos de todas las células.

Algunas vitaminas tienen una función "especializada" como la vitamina A en el


desarrollo de la visión y la vitamina D en la absorción de calcio y su depósito en los
huesos. Por eso el déficit de vitamina A puede producir ceguera y el déficit de vitamina D
desmineralización de los huesos, raquitismo.

85
Las vitaminas de la leche

La leche de mujer contiene todas las vitaminas. En condiciones normales hay una
cantidad suficiente de todas ellas, excepto de vitamina D.La leche de madre solo tiene la
cuarta parte de la que necesita el bebé. Para que no exista riesgo de carencia vitamínica,
el resto lo tiene que obtener el lactante bien de la exposición al sol o bien mediante
suplementos dietéticos.

La concentración de vitaminas de la leche materna está influida por la alimentación de


la madre. En casos excepcionales de una alimentación muy restringida, por ejemplo la
vegetariana, puede haber carencia de algunas vitaminas como la B12, la tiamina o la
piridoxina.

EL AMAMANTAMIENTO DE LOS BALLENATOS

Los cetáceos son mamíferos que se adaptaron a la vida en el mar. Las


ballenas son los únicos mamíferos acuáticos que no salen nunca del agua, que
no pueden varar en la playa.

Las ballenas suelen parir una sola cría cada 3 años. Las crías de ballena, los
ballenatos, nacen con unos 5 metros de largo, pesan dos toneladas y saben
nadar desde el nacimiento. Crecen de 2 a 3 centímetros al día gracias a que se
alimentan de la rica leche materna durante alrededor de un año.

Pero no se agarran al pecho de su madre. Se aproximan, nadan lo más cerca


posible del mismo y la ballena expulsa con fuerza un chorro de leche, entre 30 y
50 litros cada vez, muy espesa y muy rica en grasas, gracias a lo cual apenas se
mezcla con el agua. Es el mismo fenómeno que impide que el aceite se mezcle
con el agua. El ballenato la toma con avidez

Minerales

Los minerales tampoco aportan energía al cuerpo pero son parte importante de su
estructura. Los huesos están compuestos en su mayor parte por calcio y por fósforo. Los
glóbulos rojos tienen una gran cantidad de hierro. Por esa razón es necesario ingerirlos en
bastante cantidad.

Otros minerales se necesitan en cantidades mucho más pequeñas, solo microgramos,


porque son componentes de hormonas, que aunque son muy importantes, circulan por el
organismo con niveles casi indetectables. Así, el yodo forma parte de la hormona

86
tiroidea. Por eso el déficit de yodo causa hipotiroidismo, el antiguo "cretinismo.

Otros minerales como el cloro y el sodio son componentes de los líquidos corporales,
como la sangre y la orina. Su equilibrio entre las necesidades de ingesta y su excreción
son la salvaguarda del equilibrio en la hidratación.

Los minerales de la leche

El contenido en minerales de la leche de mujer es óptimo. El contenido en sodio, en sal,


es muy bajo, y se cree que esa baja ingesta en sodio de los bebés amamantados al pecho
tiene un efecto protector sobre la aparición de la hipertensión arterial del adulto.

Aunque el contenido en calcio de la leche materna es relativamente bajo, la excelente


proporción calcio/fósforo favorece su absorción, mucho mayor que la de las fórmulas
artificiales. El contenido en hierro de la leche materna es bajo, demasiado bajo, solo 0,5
mg/l, es decir 0,05 mg/ 100 ml, insuficiente para las necesidades del lactante, sobre todo
en el segundo semestre de la vida. Sin embargo, su biodisponibilidad, su absorción
intestinal es óptima.

Es una de las razones por las que es necesario comenzar a dar al bebé alimentos ricos
en hierro, sobre todo carne, aunque sea en pequeñas cantidades, a partir de los 6 meses
de edad.

✓ NIÑOS DESNUTRIDOS

El drama de la escasa alimentación, e incluso la hambruna, de muchas


regiones del mundo, sobre todo África Central pero también Asia y Sudamérica,
tienen muchos resultados negativos para los niños que la padecen. El primero es
que la mortalidad infantil es elevadísima, porque al hambre se le suman
condiciones sanitarias muy deficientes, a veces sin acceso al agua potable, con
ausencia de vacunaciones ni posibilidad de tratamientos medicamentosos para
infecciones graves.

El niño desnutrido se defiende mal contra la infección, sobre todo sin el


tratamiento adecuado, y el binomio desnutrición-infección es el responsable de
la casi totalidad de las muertes.

Una segunda consecuencia es que los niños que logran sobrevivir a estas
circunstancias tan desfavorables, pero que no han ingerido los nutrientes
adecuados para su crecimiento físico y su desarrollo psicomotor (desnutrición

87
proteico-calórica), quedan para toda su vida tanto con una talla baja como con
déficits intelectuales que no se pueden recuperar.

4.3. Calidad y cantidad de los alimentos

El recién nacido, al igual que le ocurría al feto, precisa de una gran cantidad de nutrientes
para su proceso continuo de crecimiento y maduración, que se manifiesta en un
progresivo aumento en peso y en talla. Este crecimiento es enorme en los primeros
meses de vida, para ralentizarse después, pero es intenso durante todo el primer año.

Como se expone el cuadro 4.3, una buena parte de la energía (expresada en


kilocalorías) que ingiere el bebé se dedica al crecimiento.

CUADRO 4.3

Aumento de peso del bebé y su coste energético

Este hecho señala que los requerimientos biológicos del lactante, las necesidades
nutricionales, son relativamente más elevadas en los primeros meses de vida si se
relacionan con su peso.

Después, durante la segunda mitad del primer año de vida, la ralentización de su


crecimiento conducirá a unas menores necesidades energéticas por kilogramo de peso
corporal. Pero como cada vez pesa más, sus requerimientos totales diarios seguirán
aumentando, como expresa el cuadro 4.4.

CUADRO 4.4

88
Requerimientos energéticos a lo largo del primer año de vida del bebé

NUTRICIÓN Y CRECIMIENTO

El peso adecuado, con relación a la talla, es uno de los índices que sirven
para valorar el estado de salud de un adulto.

Como el niño está en un continuo estado de incremento de peso y talla,


aunque sea muy lento en algunos periodos de la vida como ocurre en la edad
escolar, el aumento adecuado tanto en peso como en talla es un buen índice de
salud infantil, significa que va bien.

Este hecho es todavía más manifiesto durante el primer año de vida del
bebé, en el cual el crecimiento es muy rápido, sobre todo en los primeros tres
meses.

La madre, junto con el pediatra, debe conocer y controlar estos aumentos.

Estos requerimientos no solo son de energía, sino de todos los nutrientes básicos,
necesarios para "construir" el organismo del bebé. Uno de los nutrientes esenciales son
las proteínas, por lo que se necesita un mayor aporte, con relación al peso corporal,
durante las épocas de crecimiento más rápido, como expresa el cuadro 4.5.

CUADRO 4.5

Aporte recomendado de proteínas en niños sanos y en el adulto

89
Se observa que las necesidades de proteínas, y sobre todo de su componente
principal, los aminoácidos esenciales, son altos en las épocas de crecimiento corporal
rápido como en los primeros meses de vida y también durante el "estirón puberal", el
periodo de crecimiento rápido del adolescente. Hay que asegurar la ingesta adecuada para
que el crecimiento sea óptimo.

El adulto, que ya no crece, necesita muchas menos proteínas en relación a su peso.


La dieta habitual de los adultos de los países desarrollados suele ser "hiperproteica" con
exceso de proteínas.

LA PREVENCIÓN DE LAS ENFERMEDADES DEL ADULTO

Es conocido que están aumentando de manera alarmante las enfermedades


del adulto llamadas degenerativas, como la obesidad, la ateroesclerosis, la
diabetes, etc., que tienen como consecuencia un incremento de la mortalidad en
edades tempranas de la vida a causa de enfermedades cardiovasculares, sobre
todo por infarto de miocardio.

Los grandes avances en el conocimiento del metabolismo, en nutrición y


dietética, han permitido no solo conocer que muchas de estas enfermedades se
deben a una alimentación inadecuada, sino también establecer las medidas
dietéticas necesarias para su prevención: la llamada alimentación saludable.

A lo largo de esta serie de libros de la editorial Síntesis sobre nutrición de


niños y adolescentes, se describirá con detalle tanto esa alimentación saludable
para los bebés como las dietas adecuadas para edades posteriores.

Casos prácticos

Caso 7

90
Pablo es un bebé de un mes de edad, alimentado con lactancia materna, que
nació con un peso normal, 3.550 g, y que aumenta bien de peso. Aparentemente
está sano, es vigoroso y hace deposiciones normales. Su madre consulta porque
en ocasiones tiene, en su propia descripción "días alocados", sin horario. En
ocasiones hay un periodo del día en que Pablo pide la toma muy
frecuentemente, incluso cada hora, en tres o cuatro ocasiones seguidas, que se
continúan con otros periodos de sueño más profundo y de tomas más
separadas. "jPone a prueba mi paciencia!', dice la madre.

Exploración física

Pablo tiene una exploración física totalmente normal. Su aumento de peso


también es normal. Tiene una actividad y desarrollo psicomotor adecuados a su
edad.

Interpretación

Esta conducta de tomas irregulares, frecuentes durante un periodo corto del


día, seguidas de otro periodo de sueño prolongado y tomas menos frecuentes,
son bastante habituales durante el primer mes de vida. Se denominan "tomas
agrupadas" y también "tomas en racimo".

En cuanto el bebé se hace un poco mayor ya comienza a estabilizar el


intervalo entre las tomas, aunque nunca son completamente regulares. Este
fenómeno se debe a que "el bebé lle- va reloj', pero no es el reloj convencional
del adulto sino su propio reloj biológico interno, que le dicta cuándo tiene
hambre y necesita tomar, y cuándo necesita un periodo de sueño más
prolongado para descansar.

La madre no puede programar nada. Es el reloj biológico del bebé, las


necesidades de su organismo, el que ordena. La madre debe obedecer al bebé y
no al reloj físico que lleva en su muñeca.

Caso 8

Emilio es un bebé de 6 meses de edad, alimentado con lactancia materna,


que aumenta bien de peso y que no tiene ningún problema de salud. Su madre,
muy informada y cuidadosa, está preocupada por su desarrollo psicomotor.
Enseña el informe clínico de alta del Hospital, que refiere una puntuación de
Apgar al minuto de 5, y de 10 a los 5 minutos. Ha oído comentarios, y también

91
leído sobre la relación de un Apgar bajo al nacimiento con el desarrollo de un
retraso psicomotor posterior y pide una evaluación.

Exploración física

Emilio tiene un peso, una talla y una exploración física totalmente normales.
También lo es su desarrollo psicomotor. Tiene un tono muscular normal,
sostiene la cabeza perfectamente y ya comienza la sedestación, el mantenerse
sentado, aunque todavía necesita el apoyo lateral, una ayuda para sujetarse, lo
que es completamente normal. La sedestación sin apoyo no la alcanzan los
bebés hasta al menos el octavo mes de vida.

Explicación

Virginia Apgar (Nueva Jersey, 1909-Nueva York, 1974) fue la primera


médica que se tituló en Anestesiología en los Estados Unidos y la primera
catedrática de esta especialidad en la Universidad de Columbia. Como
responsable de la asistencia obstétrica, desarrolló en el año 1953 el test que lleva
su nombre para conseguir valorar de una manera rápida, sencilla y útil el estado
vital del recién nacido.

El test de Apgar aplica una puntuación de 0 a 2 a cinco parámetros


fundamentales: la frecuencia cardíaca, el esfuerzo respiratorio, el tono muscular,
la coloración y la reacción ante estímulos. Este puntaje se mide al minuto y a los
5 minutos del nacimiento. El máximo es de 10 puntos.

Si la puntuación de Apgar es menor de 7 al minuto, significa que el neonato


no está totalmente bien y necesita alguna medida de reanimación, para conseguir
que a los 5 minutos la puntuación ya sea la máxima de 10. Es habitual que al
minuto la mayoría de los recién nacidos tengan puntuaciones algo bajas del test
de Apgar. Solo son preocupantes las puntuaciones muy bajas que precisan
grandes reanimaciones. Y lo más importante es que a los 5 minutos de vida el
neonato esté en la situación totalmente normal, lo que se indica con una
puntuación de 9 a 10.

La preocupación de la madre de Emilio no tenía ningún fundamento.

92
93
5.1. La lactancia materna es la natural

La lactancia materna es la natural, la biológica, la única posible para los pueblos


primitivos. Hay constancia gráfica en todos los museos del mundo, en relieves, en
esculturas y en dibujos, de que era la habitual entre los pueblos Mesopotámicos, en el
antiguo Egipto y en la antigua Grecia, y este hecho continuó con el paso de los siglos.

La idea egipcia de la lactancia como algo sagrado se proyectó al mundo


grecorromano, que la simbolizó mediante figuras de diosas lactando. En todos los países
mediterráneos, y desde alrededor del año 600 a.C., se extendió el culto a Isis, la diosa
egipcia de la vida y la fertilidad, esposa de Osiris y asociada con las virtudes de la
maternidad.

Son abundantes las esculturas que se conservan de Isis como `7sis lactan';
amamantando al bebé Horus (Harpocrates), sentado en sus rodillas. En las más antiguas,
Isis lleva sobre su cabeza el disco solar con los cuernos de vaca, la corona de la reina del
cielo (Museo del Louvre de París y Museo Arqueológico Nacional de Madrid). En otras
esculturas, como la `7sis lactan" del Museo PíoClementino (en los Museos Vaticanos de
Roma), ya ha perdido su corona de diosa pagana, y su veneración se considera el
antecedente de la `María lactan "del mundo cristiano y medieval.

Son innumerables las pinturas y cuadros de la Virgen María dando el pecho al niño
Jesús. La Virgen lactando ("Virgen de la Leche') es una imagen emotiva de modelo de
madre, de la estrecha relación materno-filial. Su leche, fluyendo generosamente de sus
pechos, fue muy grata a todo el mundo cristiano, como un símbolo del amor. Y no solo a
jesús sino que en ocasiones se extendía al resto de creyentes.

LA VIRGEN MARÍA COMO DONANTE DE LECHE

Antonio Peris, que vivió entre el final del siglo xiv y la mitad del siglo xv, es
el autor del "Retablo de la Virgen de la Leche", un conjunto de cinco óleos sobre
tabla de gran tamaño, datado de alrededor de 1415 y dedicado por entero a
"María lactans". Se conserva en el Museo de Bellas Artes de San Pío V, en

94
Valencia.

En las cinco tablas aparece la Virgen dando el pecho al niño Jesús, pero en la
tabla central su leche se desborda y la dona a los devotos, entre los que destaca
un niño, que utilizan vasijas y recipientes para guardar el preciado alimento que
cae de su pecho. Es la maternal misericordia que derrama el bien sobre sus
hijos.

De un siglo después, de 1517, es el óleo de Pedro Machuca "La virgen y las


ánimas del purgatorio", que se conserva en el Museo del Prado de Madrid. Es
una representación de la "Virgen del sufragio", la medieval abogada y
consoladora de las almas del purgatorio, que recogen en sus bocas la leche que
surge de su pecho.

Sería impensable para la iconografía cristiana una representación de la Virgen dando


el biberón al bebé jesús, entre otras razones porque en aquellos tiempos no existían, por
lo menos en su forma actual.

5.2. Las vicisitudes de las dos lactancias

La historia nos muestra que los bebés que no podían ser lactados con leche de mujer y
eran alimentados con leche de animales tenían una mortalidad muchísimo más elevada.
El conocimiento de que los bebés lactados al pecho eran más sanos y tenían muchas más
posibilidades de supervivencia es muy antiguo. Por esa razón, si la madre no podía o no
quería amamantar se recurría a las nodrizas.

Cuando ya en el siglo xix la medicina se hizo más científica y en los países


occidentales se comenzó a realizar estadísticas, se vio de una manera objetiva que la
mortalidad de los bebés no lactados al pecho era casi del 100%. Se atribuyó a dos
factores, que de momento todavía no podían demostrarse: que la leche de animales era
de peor calidad que la humana y que de alguna manera se "desnaturalizaba", se "pudría",
en el intervalo entre que se ordeñaba del animal y se le daba al bebé.

La leche se contamina

Mucho después, cuando gracias a la invención del microscopio se descubrieron los


microbios o "gérmenes" y además se demostró que eran los causantes de las
enfermedades infecciosas, se vio que efectivamente la leche de los animales se
"contaminaba", adquiría microbios en los recipientes que la almacenaban, expuestos al
aire libre. Esos gérmenes de la leche eran nocivos para el bebé que la tomaba.

95
Esta aterradora situación de los bebés no lactados al pecho mejoró muy poco a lo
largo del siglo. Mientras que en Berlín, al final del siglo XIX, la mortalidad de los niños
alimentados con biberón era siete veces mayor que la de los lactados al pecho, una
década después en Bremen la diferencia todavía era seis veces mayor.

La diferencia de mortalidad

En el cuadro 5.1 se observa que al final del siglo xix y comienzos del xx, los niños
alimentados artificialmente tenían una mortalidad durante el primer año de vida entre 2 y
5 veces mayor que los niños criados con lactancia materna. Esta proporción se mantuvo
posteriormente en las décadas centrales del siglo xx, aunque se produjo un fenómeno
muy favorable: la drástica disminución de la mortalidad infantil independientemente de su
alimentación. Se debió a las mejoras en las condiciones higiénicas de las viviendas, a la
mejoría económica de las familias y sobre todo a los avances en la medicina y en la
propia asistencia médica.

En este periodo se producen dos hechos fundamentales, dos hitos en la historia de la


medicina. Uno fue el descubrimiento de los antibióticos, que comenzaron a salvar vidas
en las frecuentes enfermedades infecciosas hasta entonces mortales. También otro hecho
decisivo fue la aparición de los sistemas de seguridad social, que pusieron los beneficios
de la asistencia médica al alcance de las clases más desfavorecidas.

A pesar de todo esto, la causa de la persistencia de esa diferencia de mortalidad entre


los niños lactados al pecho y los de manera artificial era sobre todo que el alimento que
se les daba a los bebés para sustituir a la leche materna no era el adecuado. Eran leches
de animales (sobre todo de vaca, pero también de cabra y burra), solas o con el añadido
de otro alimento como miel o cereales. No había métodos eficaces de conservación y la
leche se contaminaba rápidamente con gérmenes, que el bebé ingería y eran causa de
enfermedades mortales.

También era deficiente la manera de tomarla, ya que los utensilios antecesores del
actual biberón eran muy primitivos.

CONFIANZA

El amamantar, el dar el pecho, es muchísimo más fácil que dar a luz. "Si has
podido parir, ¿cómo no vas a poder amamantar?", decía a las madres un gran
maestro de la pediatría.

96
Se necesitan pocas cosas para poder amamantar: el tomar la decisión, el
apoyo familiar, el saber la manera correcta de hacerlo, y sobre todo la confianza
en una misma. Hay que reforzar la cultura de la lactancia materna,
incrementando la educación sanitaria de los jóvenes y eliminando los obstáculos
que se oponen al amamantamiento.

La madre debe siempre confiar en que puede amamantar a su hijo. Es lo


natural, es lo fácil, solo hay que conocer una técnica muy sencilla y tener
paciencia, con la seguridad de dar lo mejor para su hijo. Pero tampoco debe
frustrarse si no puede hacerlo, por cualquier circunstancia que se lo impida. La
lactancia artificial también es buena.

Historia del biberón

Los primeros biberones que se conocen eran simples cuernos de vaca, de toro, o de
otros animales, a los que se les había colocado una tetina de cuero en el agujero más
pequeño, en la parte más afilada del cuerno, que había sido perforada. Por el extremo
opuesto, el ancho, se vertía la leche de los animales. Con posterioridad se fabricaron
múltiples modelos de biberones, llamados "mamantaderas", bien de hierro, bien de
cerámica, pero siempre con la característica de poseer un material blando en el extremo
fino que debía entrar en la boca del bebé y un extremo ancho para llenar el recipiente.

En el siglo xix ya comenzaron a fabricarse biberones de vidrio. En la segunda mitad


de ese siglo aparecieron las primeras tetinas de caucho, después de que se inventara el
procedimiento de "vulcanización", para hacer más dura y resistente esta resina natural
procedente de un árbol tropical.

CUADRO 5.1

Muertes durante el primer año de vida en bebés alimentados con lactancia materna (LM)
y con lactancia artificial (LA) (por cada mil niños)

97
Como se observa en el cuadro 5.1 a partir de la tercera década del siglo xx la
mortalidad infantil en Europa disminuye de manera espectacular, sobre todo por la
mejora de las condiciones higiénicas de las familias. A pesar de ello se mantiene la
diferencia de mortalidad entre niños lactados al pecho y artificialmente, que en Liverpool
en la década de 1930 era todavía cinco veces mayor en los alimentados con biberón. Sin
embargo, solo una década más tarde en el total del Reino Unido la diferencia de
mortalidad entre las dos lactancias ya solo es dos veces mayor.

A las ubres de los animales

Los médicos franceses del siglo xix asistieron a un incremento progresivo del abandono
de bebés por madres que no podían o no querían criarlos. Los dejaban en acogida en los
"tornos" habilitados para este fin en los hospicios municipales o en los conventos de
religiosas. La mayoría de estos bebés eran de familias muy pobres, que no tenían
posibilidad de criarlos y alimentarlos, y otros eran nacimientos ilegítimos, hijos bastardos
repudiados por la sociedad.

Atemorizados y espantados por la altísima mortalidad de estos lactantes que no


podían alimentarse con leche de mujer sino de una manera artificial, con leche de
animales, los médicos intentaron solucionar el problema. Algunos creyeron que si se
eliminaba el biberón y la manipulación de la leche, con la casi segura contaminación, y el
bebé mamaba directamente de su ubre la leche de un animal se podría disminuir esta
mortandad.

LAS BURRAS DE PARÍS

98
En el año 1875 el doctor C.A.Coudereau presentó a la municipalidad de
París un proyecto de creación de establecimientos donde los niños pudieran ser
alimentados con leche de cabra mamada directamente de la ubre del animal. La
prueba fracasó por la indocilidad de estos animales, pero sí tuvo éxito el
sustituirla por leche de burra.

Dado el carácter apacible de este animal y las propiedades de su leche, el


amamantamiento directo de sus ubres fue introducido en 1877 en algunos
hospicios de París donde había muchos niños abandonados.

En lo que hoy día es el Hospital de Saint Vincent de Paul, uno de los más
importantes de París, se construyó un establo para burras, adosado al hospicio,
que llegó a contar con diez burras. El doctor J.M.Parrot, entonces su médico
jefe, lo explicaba así en una comunicación científica a sus colegas (Bulletin de
l'Académie de Médicine, 1882):

"Las cuadras donde se tiene a las burras, sanas, limpias y bien aireadas, se
abren a los dormitorios donde están los niños que hay que amamantar. Tratada
con dulzura, la burra se presta fácilmente... su pezón se adapta bien a la boca
del niño para la succión. La enfermera se sienta sobre un escabel a la derecha
del animal y con su mano izquierda dirige la cabeza del lactante, sirviendo sus
rodillas de apoyo al resto del cuerpo. La mano derecha sirve para actuar sobre la
mama, que presiona de vez en cuando para facilitar la salida de la leche, sobre
todo si el niño es débil. Se hace mamar a los niños cinco veces durante el día y
dos durante la noche. Una burra puede alimentar a tres niños de cinco meses"

Pero era un método caro y complicado. Aunque los resultados fueron


favorables y tuvo esporádicas tentativas de implantación en el resto de Europa,
al final fue abandonado.

Con estos fracasos ya se pudo intuir que la superioridad de la lactancia materna, y su


efecto protector contra la muerte del bebé, se debían a sus propiedades intrínsecas, que
no podían ser sustituidas por leches de animales.

En las décadas siguientes los médicos intentaron averiguar, a través de un análisis


comparativo de su composición, por qué la leche de la madre era mejor que la de los
animales. Solo lo consiguieron ya bastante avanzado el siglo xx.

5.3. Altibajos de la lactancia materna

99
Aunque la evidencia científica de que la lactancia materna es mejor que la lactancia
artificial es un motivo más que suficiente para preferirla, durante las últimas décadas
además se abrió paso en la cultura occidental moderna la vuelta a la percepción del
amamantamiento del bebé como un acto biológico natural, más afectivo, que refuerza el
vínculo madre-hijo, y que por tanto es beneficioso y recomendable.

Pero no siempre fue así, porque la tendencia ha sufrido numerosos altibajos en los
dos últimos siglos. La tradicional práctica de la lactancia materna ha estado siempre
condicionada por los cambios en el estilo de vida de las familias, sobre todo de las
mujeres.

La Revolución Industrial

La Revolución Industrial de finales del siglo xlx y comienzos del xx, con el aumento del
trabajo femenino, llevó a una gran disminución del porcentaje de bebés lactados al pecho
y a una menor duración de la lactancia. Las largas horas de trabajo en las fábricas
impedían lactar a la mujer. En Alemania, la duración de la lactancia materna se redujo
desde una media de 8,5 meses en 1885 hasta solo 2,1 meses en 1910. En Francia, la
frecuencia de bebés lactados al pecho disminuyó hasta solo un 55% en 1910.

También los movimientos de emancipación de la mujer que comenzaron en los


primeros años del siglo xx, que tan bien retratan algunas novelas de Henry James y que
alcanzaron sus momentos álgidos a partir de la década de 1920, proclamaban como
símbolos de liberación del dominio y la tiranía de los varones las faldas sencillas, el pelo
corto, los cigarrillos y también el biberón.

La regresión de la lactancia materna

Los factores condicionantes de estos importantes cambios regresivos para la lactancia


materna fueron:

La importante incorporación de las mujeres al trabajo fuera de casa y por tanto la


dificultad para lactar.

La aparición de sustitutos de la leche materna, como mezclas de leches animales con


cereales.

El elevado grado de ignorancia sobre las ventajas de la leche materna.

En Estados Unidos la tendencia durante el siglo xx fue similar a la europea. Mientras


que en la década de 1940 todavía el 65% de los bebés se alimentaban al pecho después

100
de salir del hospital, el porcentaje cayó al 37%-en- 1956 y a solo el 28% en 1970.

Pero en la década de 1970 se produjo una fuerte reacción de los pediatras y de las
sociedades científicas como la Academia Americana de Pediatría, que se manifestó en
una activa campaña que resaltaba las ventajas de la lactancia materna. Coincidió con la
proliferación de estudios científicos que por fin descubrieron los componentes de la leche
de mujer que protegían al bebé de infecciones y enfermedades, las células vivas y las
sustancias antimicrobianas. Esos componentes biológicos específicos de cada madre
nunca los podrían contener las leches artificiales.

La divulgación de estas ventajas llevó a que el porcentaje de bebés lactados al pecho


en Estados Unidos subiera espectacularmente hasta un 54% en 1980. El número de
bebés que a los 5 meses de edad todavía tomaban lactancia materna pasó desde solo un
6% en 1970 hasta un 25% en 1980. Esta tendencia sigue actualmente en la mayoría de
países desarrollados, y en algunos como los nórdicos, los porcentajes de lactancia
materna están cercanos al 100%.

LA AMENORREA POSPARTO

Amenorrea es la ausencia del ciclo ovulatorio, del periodo menstrual de la


mujer. La lactancia materna induce en casi todas las madres una amenorrea que
dura aproximadamente 6 meses, y que implica una reducción de la fertilidad.
Mientras se está amamantando al bebé de manera exclusiva es muy poco
probable quedarse embarazada. Pero cuando la lactancia es incompleta o espo
rádica, no exclusiva al pecho, ya desaparece este efecto protector de la nueva
natalidad.

Otra ventaja de esta amenorrea inducida por la lactancia materna es la


protección contra el déficit de hierro, contra la anemia. Es bien conocido que las
reglas menstruales abundantes significan una pérdida de sangre importante, con
la posibilidad de producirse una disminución de los glóbulos rojos. La propia
lactancia materna extrae del cuerpo de la madre unos 0,3 mg de hierro diarios
para fabricar la leche que recibe el bebé. El que al mismo tiempo no existan
pérdidas menstruales es una ayuda a la conservación de las reservas de hierro de
la madre.

Menos enfermedades con la lactancia materna

También se conoce desde hace tiempo que los bebés alimentados con lactancia materna

101
enferman menos veces y también sufren menos ingresos en el hospital que los bebés
alimentados con lactancia artificial. La protección afecta a los tres trastornos más
frecuentes del bebé: la diarrea aguda, las enfermedades respiratorias agudas como la
bronquiolitis y la otitis media.

La protección de la lactancia materna contra las enfermedades infecciosas es mayor


durante los primeros meses de vida, aumenta con una mayor duración del
amamantamiento y es más intensa respecto a enfermedades graves como neumonía o
meningitis.

Es un hecho importante para el bienestar del bebé y de sus familias, que se pueden
evitar muchos sufrimientos, y que todavía marca diferencias entre lactancia materna y la
artificial. Sin embargo, hay que recalcar que en los países desarrollados actualmente ya
no existen diferencias de mortalidad entre los bebés lactados al pecho y los alimentados
con fórmulas para lactantes.

Este hito esencial en la historia de la medicina se debe sobre todo a los avances en la
asistencia sanitaria, que han sido enormes en las dos últimas décadas y que han eliminado
la ancestral diferencia ya relatada.

5.4. ¿Por qué no es buena la leche de animales?

El fracaso, demostrado a lo largo de la historia, de la alimentación con leche de animales


se debió a múltiples factores pero sobre todo al hecho de que la leche humana es muy
diferente en su composición a la leche de los animales que se usaron como sustitutos.
Existe la llamada "especificidad de especie", de manera que cada leche de animal es la
adecuada para sus propias crías pero no sirve para las de las demás especies. No se
pueden intercambiar. ¿Por qué?

La razón es que los recién nacidos mamíferos de cada especie presentan grandes
diferencias en la madurez de sus órganos esenciales, tanto en cuanto a sus capacidades
para metabolizar nutrientes como en su destino biológico.

Por ejemplo, en su rapidez de crecimiento, expresada en los días que necesita el


recién nacido de cada especie para duplicar su peso al nacimiento, bastante relacionado
con la riqueza en proteínas de la leche que mama de su madre.

Cada animal es distinto

En el cuadro 5.2 se puede observar que la leche de vaca tiene tres veces y media más

102
proteínas que la leche de mujer. Significativamente, los terneros necesitan un mes y
medio de vida para doblar su peso al nacimiento mientras que el bebé humano necesita
tres veces y media más: dobla su peso al nacimiento poco antes de los 5 meses de vida.

La leche de rata está superconcentrada en proteínas, tiene doce veces más que la
leche humana y casi cuatro veces más que la de vaca. También es muy rica en grasas,
cuatro veces más que la leche humana. Este hecho es el que permite al ratoncillo doblar
su peso al nacimiento en solo una semana de vida. Esto solo es posible porque el ratón
nace ya con sus riñones muy maduros, capaces de metabolizar esa alta carga de solutos
que ingiere con la leche que mama.

✓ REIVINDICACIÓN DE LA LACTANCIA MATERNA

La mayoría de culturas antiguas tenían en gran valor la lactancia materna.


En la ciudad-reino de Esparta, en la antigua Grecia, una mujer, aunque fuera la
esposa del rey, estaba obligada a amamantar a su hijo mayor, mientras que las
plebeyas tenían que dar el pecho a los demás hijos.

Plutarco, en sus Vidas paralelas, relata que el segundo hijo del rey Temistes
heredó el reino de Esparta solo porque su madre le había dado el pecho. El hijo
mayor fue rechazado como rey porque había sido amamantado por una extraña.

Una aristócrata, la condesa de Lincoln, escribió en 1662 sobre "el deber de


las madres de amamantar a sus hijos" y que evitaran los errores que había
cometido ella misma:

"No seáis tan desnaturalizadas como para rechazar a vuestros propios hijos;
no seáis tan endurecidas como para aventurar una tierna criatura a un pecho
menos tierno; no seáis cómplices de esta aberración que es hacer que una pobre
mujer abandone a su propio hijo para criar al de una mujer más rica".

CUADRO 5.2

Composición de la leche y días necesarios para duplicar el peso al nacimiento (valores en


g/100 ml de leche)

103
El problema del bebé humano es que tanto su intestino, como sobre todo sus riñones
son incapaces de metabolizar una cantidad de proteínas tan elevada. De hecho, le
perjudican las leches de animales en su estado puro, y está prohibido que el lactante tome
leche de vaca hasta que no haya cumplido el año de vida.

La leche de vaca frente a la humana

La composición en nutrientes de la leche de vaca, tan diferente de la humana, se expone


en el cuadro 5.3.

CUADRO 5.3

Composición de la leche humana y de la leche de vaca

104
Cabe destacar algunos hechos fundamentales:

-La leche de vaca tiene las mismas calorías que la leche de mujer.

-La leche de vaca tiene 3,4 veces más proteínas que la humana. Este exceso no lo
necesita el bebé.

-La leche humana tiene el doble de hidratos de carbono o azúcares (lactosa), por lo
que es más dulce que la de vaca.

-La leche humana tiene cinco veces más cantidad de ácido linolénico que la de vaca.
Es un ácido graso insaturado esencial para el crecimiento cerebral.

-La leche de vaca tiene tres veces más sodio, el componente de la sal, por lo que será
más salada que la humana. Este exceso perjudica al bebé humano.

-La leche de vaca tiene tres veces más carga osmótica que la humana. Es la carga de
solutos que deben eliminar los riñones, una cantidad excesiva que puede ser
peligrosa para el bebé.

-Tanto la leche humana como la leche de vaca tienen un escaso contenido en hierro
yen vitamina D.

-Como los riñones del recién nacido humano son muy inmaduros, la leche de vaca
con su alta carga osmótica no se puede eliminar con facilidad, al menos durante
los primeros meses de vida.

✓ EL MITO DE RÓMULO Y REMO

Rómulo y Remo fueron hermanos gemelos que vivieron en el siglo 1 a.C.


Hijos de Marte, dios de la guerra y de Rea Silvia, una virgen vestal heredera del
trono de los aqueos, fueron abandonados en el río Tíber. La cesta que los
llevaba varó cerca de la colina Capitolina y allí fueron amamantados por la loba
Luperca, que les salvó la vida. Posteriormente, Rómulo mató a Remo y fundó
Roma.

Esta leyenda ya fue puesta en duda por el historiador romano Tito Livio,
que pensaba que en realidad fueron amamantados por Laurentia, una mujer
generosa y salvaje que los pastores del lugar llamaban "la Loba".

105
Actualmente conocemos la imposibilidad de la leyenda inicial. La leche de
loba tiene 9 g de proteína por cada 100 ml, nueve veces más que la leche
humana, por lo que es altamente tóxica para el bebé humano. Rómulo y Remo,
si realmente hubieran sido amamantados por una loba, hubieran muerto a los
pocos días de insuficiencia renal.

Casos prácticos

Caso 9

Dolores es un bebé de 3 meses de edad, alimentada con lactancia artificial,


que toma muy bien y aumenta de peso más de lo normal. Su madre consulta
por un problema de "aires y malas digestiones". Dolores lo pasa mal después de
cada toma: está molesta, llora y el vientre parece que esté abombado, muy
hinchado. Las deposiciones de Dolores son normales. Regurgita un poco, pero
no de manera excesiva. No tiene ningún otro síntoma patológico.

Exploración

Dolores es un bebé totalmente normal, con un poco de sobrepeso y un


abdomen prominente lleno de gases. Preguntada la madre sobre cómo intenta
eliminar los gases de Dolores, su respuesta nos da la clave del problema.
Después de la toma, sostiene a Dolores en posición horizontal y en decúbito
prono, boca abajo sobre sus rodillas, de manera que el propio peso del bebé
aprieta su abdomen.

Solución

La solución de los aires y malas digestiones de Dolores pasa por las


siguientes medidas:

-Disminución del volumen de la toma. Puesto que el aumento de peso de


Dolores es superior a lo normal, la disminución de la cantidad de cada
toma mejorará sus digestiones, al tiempo que normalizará su aumento
de peso. Dolores está en peligro de sobrepeso.

-Descansos en las tomas. Evitar los periodos prolongados de succión


haciendo descansos durante la toma, que deben aprovecharse para
eructar.

106
-Posición adecuada para el eructo. La posición horizontal en decúbito prono
(boca abajo) sobre las rodillas comprime el abdomen y molesta al
bebé. La posición correcta es la vertical, bien con el bebé sentado y
erguido sobre las rodillas de la madre o bien con el bebé de pie, con
su cabeza apoyada en el hombro de la madre. En los dos casos es
importante que nada comprima el abdomen del bebé. Es la misma
razón por la que están prohibidas todo tipo de fajas, vendajes o
sujeciones que aprieten el abdomen.

Caso 10

Beatriz es un bebé de mes de edad, alimentada con lactancia materna, que


aumenta bien de peso y no tiene ningún problema. Su madre consulta en
relación a su propia dieta. Conoce que para amamantar bien debe tomar
alimentos ricos en calcio, como leche. Pero nunca ha sido su alimento preferido,
no le sienta bien y su médico le dijo que probablemente tendría "intolerancia a la
lactosa" y que no la tomara.

La lactosa es el azúcar de la leche, el único azúcar de procedencia animal.


En cambio la mamá de Beatriz tolera bien los azúcares como la sacarosa, de
origen vegetal. Está preocupada por si una escasa o nula ingesta de leche
disminuirá el calcio de la leche que fabrica y perjudicará a Beatriz.

Resolución

Aunque se recomiende a todas las madres que dan el pecho tomar leche
como fuente de calcio, en realidad no es totalmente necesario. Simplemente es
la fuente más cómoda y más barata. Pero hay otros muchos alimentos que
también contienen calcio, como los vegetales, aunque lo contienen en menos
cantidad y son más difíciles de digerir.

Ningún animal mamífero toma leche para producir la suya propia. Las vacas
obtienen el calcio para fabricar la abundante leche que producen de los
vegetales, aunque los comen en cantidades enormes.

Una solución para la madre de Beatriz, que no tolera la lactosa de la leche,


es en primer lugar tomar leche sin lactosa. Las hay comercializadas con un 0%
de lactosa y que tienen además añadidos suplementos de calcio.

Otra posibilidad son los derivados lácteos, que tienen menos lactosa (aunque

107
sí alguna) y mucho calcio. Mientras que la leche de vaca tiene casi 5 g de
lactosa/100 ml y solo 120 mg de calcio/100 mi, el queso manchego casi no tiene
lactosa y tiene 600 mg de calcio/100 g. Es el más recomendable, junto al queso
tipo Emmental que tiene tan solo 1,5 g de lactosa y nada menos que 1 .000 mg
de calcio por cada 100 g. Una solución intermedia puede ser el queso tipo
Burgos, pero ya tiene 2,5 g de lactosa y solo 180 mg de calcio/100 g. Además,
deberá incrementar la ingesta de vegetales.

La intolerancia a la lactosa es un trastorno relativamente frecuente, pero que


permite al paciente llevar una vida totalmente normal si evita la ingesta de este
azúcar. Se debe a que estas personas tienen un déficit de la enzima lactasa, que
es la encargada en el intestino de desdoblar la lactosa, digerirla y permitir que se
absorba. Si falta esa enzima, la lactosa no absorbida sigue circulando por el
intestino, causando molestias como aires y diarrea, hasta que se expulsa por las
heces.

Las mujeres que, como la madre de Beatriz, tienen intolerancia a la lactosa


no tienen necesidad de renunciar a dar lactancia materna a sus bebés.

108
109
6.1. Beneficios de la lactancia materna para el bebé

"El pecho es lo mejor". Así se dice en el preámbulo del Código Internacional para la
comercialización de los sustitutos de la leche materna. La leche de madre no solo es la
que más beneficios proporciona al bebé, sino que además es la más segura, e incluso más
barata que cualquier leche artificial.

Los beneficios que el bebé obtiene de la lactancia materna son los siguientes:

-Adecuación de todos los elementos que contiene a las necesidades del bebé para
crecer y desarrollarse. Con su composición y su equilibrio adecuado de nutrientes
proporciona una alimentación óptima, que ninguna otra leche animal puede
ofrecer.

-La concentración de minerales y de iones de la leche materna es similar a la del


plasma sanguíneo, por lo que cumple con las necesidades de agua y de elementos
minerales sin necesidad de ningún suplemento.

-Los nutrientes que contiene se adecuan a las posibilidades de absorción por parte del
inmaduro intestino del bebé.

-Su contenido relativamente bajo de proteínas en comparación con la leche de vaca


satisface los requerimientos del bebé en aminoácidos esenciales y además sin
sobrecargar sus riñones inmaduros con los productos nitrogenados de desecho de
su metabolismo.

-Sus cantidades generosas de lípidos y de ácidos grasos esenciales son necesarias


para el crecimiento y la maduración de órganos esenciales como el cerebro y el
hígado del bebé.

-Previene las infecciones del bebé mediante las células vivas y los componentes
inmunológicos que contiene.

110
-Con la lactancia materna se obtiene un mejor desarrollo psicomotor del bebé y un
mejor vínculo afectivo con su madre.

-Sus componentes nutritivos previenen enfermedades alérgicas a corto plazo, así


como muchas enfermedades degenerativas durante toda la vida adulta, sobre
todo, ateroesclerosis, diabetes y obesidad.

-Está siempre a punto, a la dilución correcta y a la temperatura adecuada. Es estéril,


no contiene gérmenes patógenos y no puede contaminarse desde el exterior
porque pasa directamente a la boca del bebé.

COMODIDAD EN EL VESTIDO

Cuando llegue el bebé, la madre que amamanta debe vestir de la manera


más cómoda posible. Nada de vestidos ajustados. Blusas amplias que se
levanten con facilidad, o abotonadas para desabrochar en el momento de dar el
pecho. Sudaderas y camisetas grandes, estas últimas es preferible que sean de
algodón, todo práctico.

También hay que pensar en los sujetadores para la lactancia, Deben ser
grandes, porque lo normal es aumentar al menos una talla en las dos semanas
siguientes al parto. Deben ser de algodón, transpirables, evitando los aros que
pueden restringir la producción y el flujo de la leche. Los más útiles son los que
se abren fácilmente por delante y por arriba, desabrochándose con una sola
mano.

6.2. Beneficios de la lactancia materna para la madre

La madre también se beneficia del amamantamiento del bebé.

Beneficio psicológico

Se ha demostrado que las madres que dan el pecho incrementan su vínculo afectivo con
el bebé, que le responde con una conducta de apego. Pero además desarrollan un
sentimiento de mayor autoestima y confianza, presentan un mayor nivel de extroversión
y muestran una interacción con sus hijos de carácter más maduro, en comparación con
las madres que alimentan a sus bebés con lactancia artificial.

Mejor recuperación tras el parto

111
En las mujeres que amamantan, parte del tejido adiposo adicional que se desarrolla en el
embarazo se utiliza para la producción de leche por la mama, por lo que vuelven a la
situación anterior que tenían antes del embarazo con mayor rapidez que las mujeres que
no dan el pecho. Además, muestran una menor tendencia a la obesidad en etapas más
avanzadas de la vida.

La secreción de oxitocina que se produce con la succión del bebé durante la lactancia
materna estimula las contracciones uterinas con cada toma, con la consecuencia de que la
reducción del gran tamaño del útero hasta su situación anterior al embarazo es más
rápida que en las mujeres que no lactan.

Disminución del riesgo de osteoporosis

Durante el embarazo hay una pérdida de mineral óseo del esqueleto de la madre, que es
temporal y se recupera posteriormente. La lactancia materna estimula el incremento de la
absorción de minerales por el intestino de la madre, sobre todo de calcio, por lo que la
mujer que amamanta recupera con mayor rapidez que la que no lacta la densidad mineral
ósea que tenía antes.

También es mucho menor el riesgo de osteoporosis durante las edades tardías de la


vida en las mujeres que han lactado respecto a las que no han lactado.

Disminución de la incidencia de cáncer de mama

La observación de que en los países en los que la lactancia materna es habitual es


infrecuente el cáncer de mama y de que en Estados Unidos la incidencia del cáncer de
mama aumentó al mismo tiempo que disminuía la frecuencia de la lactancia materna,
estimuló a los investigadores a profundizar en el tema de su efecto protector.

La conclusión es que sí existe este efecto protector, pero no es potente, no disminuye


drásticamente la posibilidad de cáncer para la mujer que ha lactado. Además este efecto
protector se produce solo durante la edad premenopaúsica.

LACTANCIA MATERNA DE UN SOLO PECHO

Los Tanka (que significa "gente del agua", "gente del barco"), es una minoría
étnica de origen malayo, predominantemente pescadores, que vivían
tradicionalmente en las islas del Sur de China, Hong Kong, Macao y Cantón,
bien en sus juncos de pesca (sampanes) o en asentamientos en sus orillas.
Tenían una curiosa y remota costumbre ancestral: la lactancia materna

112
unilateral, limitada al pecho derecho. Nunca daban a sus bebés el pecho
izquierdo.

El investigador R.Ing y sus colaboradores se propusieron investigar si la


mama que no había amamantado tenía un mayor riesgo de cáncer que la que sí
lo había hecho. Estudiaron todos los datos disponibles en los hospitales de la
zona sobre los cánceres de mama que padecieron esas mujeres en los siete años
anteriores al estudio, tanto las que lactaron a sus bebés como las que no lactaron
y también las que no habían tenido hijos.

Las conclusiones del estudio fueron que el cáncer de mama tiene una
incidencia similar en las mamas izquierda y derecha en las mujeres que no han
lactado. En las mujeres Tanka que lactaron a sus bebés, el amamantamiento no
protegió a la mama izquierda, que tuvo la misma incidencia de cáncer que las
que no lactaron, pero sí protegió del cáncer a la mama utilizada para la lactancia,
aunque no totalmente. La incidencia de cáncer en esa mama fue menor.

6.3. Interacción entre lactancia materna e intestino del bebé

El intestino del recién nacido y del lactante es muy inmaduro, necesita muchos años para
crecer, desarrollarse y madurar totalmente. Como su función es digerir y absorber los
alimentos, estos deben adaptarse a la edad y a la etapa madurativa del niño ya que de lo
contrario aparecen trastornos y enfermedades.

Es bien conocido que los trastornos intestinales son mucho más frecuentes en el niño
que en el adulto, y muchos de ellos se deben a alimentos que no se digieren, muchas
veces porque son inapropiados. Por eso la alimentación de los niños debe ser especial,
sobre todo en el primer año de vida.

Una situación de extrema inmadurez es la del recién nacido. Durante la vida


intrauterina solo ha circulado por ese intestino el líquido amniótico, que el feto "traga",
estimulando así el movimiento. Solo después del parto el neonato recibe su primer
alimento, que debe ser el adecuado para que no le haga daño, lo "tolere", y pueda
digerirlo y absorberlo sin problemas. Y lo mejor para ese intestino "virgen" es la leche
materna, un producto biológico de su propia madre, "homólogo".

La primera toma de leche materna

La primera toma de leche materna ya provoca en el recién nacido una liberación de las
hormonas gastrina y entero-glucagón, que no solo favorecen la adaptación intestinal sino

113
que tienen efectos sobre la glucemia y la insulina que circulan por su plasma,
favoreciendo el bienestar del neonato.

Con esta primera toma, pegados piel con piel la madre y su hijo, comienza a
reforzarse el vínculo, el poderoso lazo afectivo que los unirá durante toda su vida. Eso
no significa que las madres que dan lactancia artificial no desarrollen también vínculos
afectivos con su hijo, simplemente que la lactancia materna lo refuerza más a través del
mecanismo de un mayor contacto físico durante la toma.

La madre, además de haberle dado la vida, le sigue dando a su hijo una parte de sí
misma, su "sangre blanca", su leche, que permitirá al bebé crecer y desarrollarse
adecuadamente.

LA RECOMPENSA DE LA MADRE, SEGÚN LUIS VIVES

Juan Luis Vives (1492-1540) fue un humanista, filósofo y pedagogo español


de repercusión europea. Nació en Valencia el mismo año que los Reyes
Católicos conquistaron Granada. De familia judía, huyó de la Inquisición y vivió
en París, Brujas y Londres, donde llegó a ser canciller del rey Enrique VIII.

Nos recuerda la recompensa de la madre por amamantar a sus hijos:

"No es, sin duda, pequeña la recompensa que la propia naturaleza otorga a
la madre que alimenta a sus hijos por su trabajo y el agradecimiento dado por
nutrir al recién nacido, de manera que están más sanos los cuerpos de las
mujeres que hacen esto, en tanto que las otras, que rehúyen la molestia de criar,
corren mucho peligro al tratar de secar esa fuente láctea... porque la nodriza no
pocas veces da el pecho al niño de mala gana o algo enojada, en cambio la
madre siempre lo hace contenta y alegre o, si existe en su ánimo algún motivo
de tristeza, con la misma mirada del hijo se toma risueña, alegre y jovial..." (De
institutione faeminae christianae, 1538).

6.4. El calostro

El calostro es la primera leche que produce la mujer. Al contrario que la leche definitiva,
que es clara y de un color blanquecino azulado, el calostro es más espeso y de un color
amarillento. Solo se produce los primeros dos o tres días después del parto, y además en
cantidades pequeñas. Cuando tiene lugar, a partir del tercer día, la llamada "subida de la
leche", además de aumentar la cantidad que se produce cambian sus características para

114
convertirse en "leche madura".

La sabiduría de la naturaleza es impresionante, porque la composición del calostro es


bastante diferente a la de la leche madura (cuadro 6.1) para adaptarse perfectamente a
las necesidades nutritivas del recién nacido en sus primeros dos o tres días de vida.

CUADRO 6.1

Composición del calostro y de la leche materna (por cada 100 ml)

El exceso de líquido

El bebé nace con un exceso de líquidos en su cuerpo, hiperhidratado. Muchas madres


incluso notan que la cabeza y la cara están "hinchadas", e incluso que el neonato no
puede abrir bien los ojos por el edema de párpados.

Efectivamente, el recién nacido necesita eliminar ese exceso de agua y lo hace


excretándola por la orina durante los primeros tres días de vida. Se refleja en su peso,
puesto que disminuye normalmente en lo que se llama la "pérdida fisiológica de peso". Es
de alrededor del 5% de su peso al nacer (entre el 3 y el 7%), unos 150 g para el bebé que
pesó 3.000 g al nacimiento

¿Qué le interesa al recién nacido tomar durante esos dos primeros días en que
necesita perder líquidos? Pues una leche que sea:

-Más espesa, con mayor contenido sólido, para no sobrecargar más al cuerpo de
líquidos.

-En poca cantidad, escasa, ya que el objetivo es perder el peso sobrante.

-Con un contenido mayor en proteínas, para que no falte ese nutriente esencial.

Esas son precisamente las características del calostro. Cuando ya no se necesita, a

115
partir del tercer día después del parto, deja de producirse y da paso a la leche madura,
menos espesa, más abundante y menos rica en proteínas.

El calostro es escaso

La madre puede preocuparse, erróneamente, por la escasa cantidad de leche que


producen sus pechos en los dos primeros días tras el parto. Piensa que el bebé no tendrá
bastante. No es así, tiene suficiente. Esperando unos días más, la producción se
incrementa notablemente.

✓ EL MECONIO: LAS HECES DEL RECIÉN NACIDO

Las deposiciones del bebé durante los dos o tres primeros días de vida tienen
un color verdoso oscuro, o incluso negro. Son muy espesas y viscosas. Están
compuestas por el líquido amniótico que el feto ha ingerido, junto a sus propias
células intestinales de descamación y los pigmentos biliares verdosos que ya
comienza a producir el hígado fetal.

A partir del segundo día de vida las heces se aclaran progresivamente y se


llaman "heces de transición", compuestas ya en su mayor parte por los residuos
del alimento que toma. Más tarde, a partir de los cuatro días de vida, ya se
convierten en las típicas heces del bebé, de un color amarillo grumoso y muchas
veces algo "sueltas", semilíquidas.

Una cuestión importante es que el recién nacido normalmente debe hacer su


deposición en las primeras horas de vida, habitualmente a las pocas horas y
siempre en las primeras 12 después del nacimiento. Es un signo de que su
intestino funciona bien.

Es anormal que la primera deposición no se realice dentro de las primeras 24


horas de vida. Si es así debe ser motivo de consulta con el pediatra. Un
elemento de confusión puede ser que esa primera deposición meconial del recién
nacido se haya realizado en el mismo momento del parto. Si se ha eliminado al
limpiar a la madre y al lavar al recién nacido, puede pasar inadvertida para
todos.

Es importante que en los registros escritos del parto que hace el personal
sanitario quede constancia de esa primera deposición del neonato, así como de
su primera micción.

116
Pero la sabiduría de la naturaleza no acaba aquí, porque el calostro va adaptando su
composición a las necesidades del bebé en cada momento. Así, su riqueza en proteínas
va disminuyendo lentamente. Si en los primeros días de vida se necesitaba más cantidad,
a los 15 días después del nacimiento la leche de la madre ya tiene solo un poco más de
proteínas que la leche definitiva. Al contrario, el azúcar, la lactosa, que está baja en el
calostro del primer día, va aumentando lentamente su concentración hasta alcanzar las
cifras de la leche madura (cuadro 6.2).

✓ EL DILEMA DEL AUMENTO DE PESO

Habitualmente, aunque no siempre, los bebés alimentados con lactancia


artificial ganan peso más rápidamente que los alimentados al pecho. Se debe
sobre todo a la mayor facilidad para ingerir la leche que le proporciona al bebé la
cómoda succión de la blanda tetina. Los bebés con lactancia artificial suelen
tomar más cantidad de leche en cada toma que los amamantados al pecho.

También influyen las diferencias en su composición. Aunque la leche de


mujer y la de fórmula contienen las mismas calorías por cada mililitro, la calidad
de las grasas es muy diferente. La leche de vaca, de donde procede la fórmula
para bebés, es rica en grasas saturadas y está diseñada para agrandar la masa
corporal, para un rápido aumento de peso del ternero, que puede aumentar 100
kg en su primer año de vida. En la leche de mujer hay más ácidos grasos
insaturados, que potencian menos el aumento en volumen y más el desarrollo
cerebral y el de otros órganos internos.

Los bebés lactados artificialmente tienen más posibilidad de desarrollar


sobrepeso y obesidad, tanto durante la infancia como durante la vida adulta.

CUADRO 6.2

Composición de la leche humana entre los días 1 y 30 tras el parto (en g/100m1)

117
LA NODRIZA

Históricamente, cuando una mujer no podía amamantar a su hijo tenía que


recurrir a alimentarlo artificialmente mediante recipientes provistos de una
boquilla que se adaptara a la boca del niño. Se han encontrado estas piezas en
las tumbas infantiles de la antigua Grecia y en otras partes de Europa.

Otra alternativa de las clases altas era la nodriza, una costumbre muy antigua
pero que se generalizó sobre todo en el siglo xvüi, porque las madres "deseaban
conservar la belleza y el frescor". Nodriza es la mujer que amamanta a un bebé
que no es suyo, habitualmente por dinero.

Dionis escribía en el año 1718 que en París: "Hoy en día no solo las damas
de la nobleza, sino también las ricas y las esposas del último de los artesanos
han perdido la costumbre de amamantar a sus hijos".

Tanto se generalizó que se dictaron leyes para controlar esta lactancia


mercenaria. Estas leyes exigían que las nodrizas estuvieran registradas, les
prohibían criar a más de dos bebés además del suyo y hasta concretaban que
hubiera una cuna para cada niño para evitar que durmieran en la cama de la
nodriza y esta pudiera aplastarlos o sofocarlos. Incluso se conocían los nombres
de las nodrizas de los príncipes, que gozaban de relevancia social.

6.5. Los nutrientes de la leche

La leche humana tiene todos los nutrientes necesarios, así como la adecuada cantidad y
proporción, para dar al recién nacido y al lactante una alimentación completa, adaptada a
sus necesidades.

La leche de animales, como la vaca, tiene una composición muy diferente y no sirven
para alimentar al bebé durante su primer año de vida, a no ser que se modifique
profundamente su composición como ocurre con las fórmulas artificiales para bebés.

Proteínas

La leche humana madura contiene una baja cantidad de proteínas, alrededor de 1 g/100
ml, pero que son suficientes para alimentar al bebé, sobre todo porque predominan las
proteínas de alta calidad como las del suero (alfa-lactoglobulina, lactoferina y
lactoalbúmina) y las que sirven para la defensa contra las infecciones, que constituyen el
60% del total de proteínas. En cambio tiene solo un 40% de proteínas menos útiles como

118
la caseína.

Al contrario, en la leche de vaca aunque tiene tres veces más cantidad de proteínas
que la leche humana (3,4 g/100 ml) predomina la caseína, con menos valor biológico,
más escasa en aminoácidos esenciales y más difícil de digerir. La leche de vaca tiene el
80% de caseína y solo un 20% de proteínas del suero.

Así, la leche humana es muy rica en aminoácidos esenciales como taurina, carnitina,
metionina, cisteína, histidina, leucina e isoleucina, mientras que la leche de vaca tiene
cantidades menores. Por todas estas razones, para fabricar las leches artificiales
adecuadas para la alimentación del bebé hay que hacer dos cambios importantes,
disminuir su contenido proteico y corregir el coeficiente caseína/proteínas del suero. Solo
así se podrá conseguir en las fórmulas para bebés un aporte de aminoácidos similar al de
la leche humana.

Hidratos de carbono

La leche humana tiene un alto contenido en hidratos de carbono (6,5-7 g/100 ml), mucho
más elevado que el de la leche de vaca (4-5 g/100 ml). Por esa razón la leche humana
tiene un sabor dulce, en contraste con la leche de vaca que tiene un sabor algo salado.

Pero en las dos leches el hidrato de carbono predominante es la lactosa, un disacárido


formado por glucosa y galactosa, que se puede llamar en propiedad "el azúcar de la
leche", ya que lo sintetizan las células de la glándula mamaria durante la lactancia. Es el
hidrato de carbono más abundante en la leche de todos los animales mamíferos y no se
encuentra en ningún otro alimento natural.

La lactosa es un azúcar mucho menos dulce que otros como la sacarosa o azúcar
común, que tiene una procedencia totalmente distinta ya que se extrae de vegetales como
la caña de azúcar o la remolacha.

Recientes investigaciones sugieren que el acostumbramiento del lactante a un hidrato


de carbono poco dulce puede influir en los hábitos dietéticos del niño mayor y del adulto,
reduciendo el deseo de ingerir alimentos dulces y explicando así la acción preventiva de
la lactancia materna sobre enfermedades degenerativas del adulto como diabetes,
ateroesclerosis y obesidad.

Grasas

Aunque la leche humana y la de vaca tienen cantidades de grasa casi iguales, entre 3,5 y

119
4 g/100 ml, las calidades de las dos son muy distintas. Entre otras diferencias, la leche
humana es rica en ácidos grasos esenciales insaturados como oleico, palmítico y linoleico,
que cumplen un papel fundamental en el crecimiento y maduración de órganos esenciales
como el cerebro.

Para conseguir en las leches artificiales para bebés un patrón de ácidos grasos similar
a los de la leche humana hay que desgrasar parcialmente la leche de vaca y reemplazarla
por aceites vegetales como los de oliva, girasol o soja, ricos en ácidos grasos insaturados
y poliinsaturados.

✓ BEBÉS ABANDONADOS

En los siglos pasados, con la generalización del abandono infantil sobre todo
entre las clases pobres o en épocas de hambruna, hubo necesidad de crear
hospicios donde acogerlos. Muchos eran conventos o establecimientos
religiosos, y otros corrían a cargo de la municipalidad. La literatura nos ofrece
numerosas descripciones de las malas condiciones de muchos de ellos.

Cuando el niño abandonado era todavía bebé, algunos hospicios tenían


nodrizas contratadas para amamantarlos, aunque no se podía evitar que la
mortalidad infantil fuera elevada. Pero todavía era mayor, casi del 100% si el
bebé abandonado era alimentado con la "crianza a mano", con la administración
de leche de animales o engrudos de cereales.

Vitaminas

La leche humana contiene todas las vitaminas necesarias para el desarrollo del bebé con
una excepción, la vitamina D.Solo contiene la cuarta parte de lo que necesita el lactante.
Tanto la leche humana como la leche de vaca tienen escasa cantidad de vitamina D,
insuficiente para los requerimientos nutricionales. Por esa razón, tanto las fórmulas
especiales para lactantes como las leches de vaca comerciales están "fortificadas", tienen
un añadido suficiente de vitamina D, que figura en el propio envase.

La vitamina D es una vitamina muy especial, ya que es posible sintetizarla en la piel


por la acción de los rayos solares, es decir simplemente con tomar el sol. La madre que
amamanta a su bebé puede cubrir las necesidades de vitamina D de su hijo que su leche
no le proporciona, simplemente con exponerlo al sol un rato todos los días. Es suficiente
una exposición del bebé de media hora diaria mientras se pasea, y solo exponer una parte
del cuerpo, como brazos y piernas, protegiendo las zonas sensibles como la cara.

120
Si las condiciones atmosféricas o la latitud no lo permiten, por ejemplo en las zonas
nórdicas donde la insolación es muy escasa, o en los inviernos de las zonas templadas
donde lo habitual es no ver el sol, el lactante amamantado al pecho tiene riesgo de tener
hipovitaminosis D.La solución es muy sencilla, se debe recurrir a suplementos
nutricionales de vitaminas. Unas pocas gotas de un suplemento vitamínico recetado por
el pediatra cubren fácilmente esas necesidades.

Agua

Alrededor del 87% de la leche humana es agua, con lo que se cubren todas las
necesidades hídricas del lactante, que son enormes. Con la lactancia natural no hay que
preocuparse de dar agua entre las tetadas, porque habitualmente no es necesario.

La excepción son casos extremos, bien en zonas tropicales o en veranos muy cálidos
de las zonas templadas, en que el bebé está expuesto a temperaturas muy altas, con lo
que pierde por la piel una cantidad excesiva de agua y puede necesitar suplementos entre
las tomas, que se deben dar a cucharaditas y siempre mineral, nunca del grifo.

Minerales

La leche humana contiene la cantidad adecuada de minerales para cubrir las necesidades
del bebé. Además tiene escasa sal, solo 7 mEq/1 de sodio (Na), una tercera parte del que
tiene la leche de vaca. Así no se sobrecargan sus riñones, que son los encargados de
eliminar la sal sobrante e incluso se previenen enfermedades del adulto como la
hipertensión arterial, en parte ligada a un exceso de sal en la dieta.

6.6. Variabilidad en la composición

Todas las cifras de composición de la leche materna que se han indicado son cifras
medias, extraídas de múltiples análisis, de muchas mujeres de diferentes países, razas y
en diferentes tiempos de su lactancia. En realidad, la composición de la leche humana
varía consi derablemente, no solo de una mujer a otra sino en la misma mujer según la
hora del día e incluso en cada momento de la tetada.

Al comienzo de la toma la leche es más acuosa, tiene un color más claro, y es más
rica en lactosa, en minerales y en vitaminas y más pobre en grasas. Al finalizar la tetada,
cuando la mama está más exprimida, la leche es de color más blanco, porque tiene más
cantidad de grasa. Las grasas aparecen al final de la tetada porque la mama tarda más en
liberar los lípidos hacia los canalículos excretores.

121
Agotar siempre un pecho

Esta es otra de las razones por la que hay que intentar agotar al máximo una mama antes
de pasar al bebé a mamar de la otra: esa leche final es más calórica. Incluso se han
descrito casos de bebés a los que se les cambiaba de mama en cuanto la leche ya no fluía
con tanta facilidad y que, como consecuencia, tomaban menos nutrientes de los
necesarios.

Actualmente, está totalmente desacreditado, por inútil, el "análisis de leche" al que se


sometían algunas madres que tenían dudas sobre la riqueza en nutrientes de la leche que
producían. Dada la variabilidad de composición, los resultados eran totalmente diferentes
según en qué momento de la toma se tomaba la muestra de leche.

LA LECHE DE BRUJAS

En algunos recién nacidos, no en todos, se observa a veces un fenómeno


muy curioso que incluso puede alarmar a algunas madres: les gotean del pecho
unas pocas gotas de leche. Desaparece espontáneamente en pocos días.
Antiguamente se llamaba "leche de brujas" y era objeto de creencias y
supersticiones.

En realidad es un fenómeno normal y natural, ocasionado por las mismas


hormonas del embarazo de la madre que preparan el pecho de la mujer para la
producción de leche. Como el feto forma una unidad orgánica con la madre,
estas hormonas encuentran en el pequeño pecho del bebé, aunque sea varón,
unas cuantas glándulas que también responden a su estímulo.

6.7. Factores inmunológicos y de defensa de la leche humana

La leche humana no solo aporta los nutrientes que necesita el recién nacido y el lactante
para su adecuado crecimiento y desarrollo, sino que además tiene una gran cantidad de
sustancias bioactivas, que mejoran su maduración corporal y sobre todo lo protegen de
las enfermedades infecciosas causadas por los microbios patógenos.

Son muy numerosos los elementos que contiene la leche humana que protegen contra
las infecciones:

Leucocitos

La leche humana contiene una gran cantidad de células vivas, células de la madre que

122
viajan a lo largo del intestino del lactante a modo de ejército, destruyendo los microbios.
Son más numerosas en el calostro y durante las primeras semanas de lactancia, entre 100
y 200 células por mililitro de leche, pero después disminuyen su número.

Un 50% de estas células son los llamados rnacrófagos, que destruyen las bacterias
patógenas mediante un mecanismo llamado fagocitación. Consiste simplemente en que,
después de rodearlas, las introducen dentro de ellos, se las tragan para digerirlas.

Además de macrófagos, la leche humana contiene un 40% de células polinucleares


neutrófilos, y un 10% de linfocitos inmunoactivos, unas células pequeñas que transfieren
al bebé los factores inmunitarios protectores que ha creado el cuerpo de su madre. Así
estos bebés quedan protegidos durante muchos meses contra múltiples enfermedades.

Inmunoglobulinas

La leche humana contiene anticuerpos específicos contra la mayoría de bacterias y de


virus. Es muy rica en una inmunoglobulina especial, la IgA secretora, un anticuerpo que
aunque no es capaz de des truir las bacterias sí inhibe su adherencia a la pared del
intestino, por lo que quedan inactivas y no pueden hacer daño.

Lisozima

La lisozima es un agente bactericida directo, un "limpiador" de microbios patógenos del


intestino. Los ataca disolviendo su pared o caparazón, con lo que mueren rápidamente.
La concentración de lisozima en la leche humana varía entre 0,3 mg/ml y 0,5 mg/ml, y es
mil veces superior a la que contiene la leche de vaca.

Lactoferrina

La lactoferrina es una proteína quelante del hierro, presente en bastante cantidad en la


leche materna. En parte no se digiere y llega intacta a la parte final del intestino del bebé,
donde es capaz de inhibir el crecimiento de bacterias patógenas como la Escherichia coli,
protegiendo así al lactante de importantes enfermedades como la diarrea aguda e incluso
de infecciones generalizadas como bacteriemia y sepsis.

Oligosacáridos

Los oligosacáridos de la leche humana también favorecen, como la lisozima, el


crecimiento de las "bifidobacterias buenas" del intestino como el Bifidobacterium
bifidum, que con su proliferación inhiben el crecimiento de bacterias patógenas, las
productoras de enfermedades, como Salmonella, Shigella y Escherichia col¡.

123
Además de todos esos elementos, la leche humana contiene componentes
antioxidantes, fijadores de nutrientes y otros factores bifidogénicos. Todos favorecen la
llamada microbiota, la flora intestinal específica del lactante amamantado, muy diferente
de la del alimentado con biberón.

Los BANCOS DE LECHE

La leche humana es tan extraordinaria, tan buena para los recién nacidos que
desde hace bastantes años existen en la mayoría de las maternidades y servicios
de neonatología de los grandes hospitales los llamados "bancos de leche".

Las donantes de ese banco son las madres que amamantan a su bebé y
producen mucha más leche de la que toma su hijo. Donan solo el exceso,
extraído con un sacaleches en el propio banco, para que sirva de alimento a
otros bebés.

También pueden ser donantes las madres que tienen "subida de leche" y
producción pero su bebé no puede tomarla porque está ingresado en el hospital,
a veces muy enfermo. La leche, extraída en condiciones totalmente estériles, se
mantiene en frío si se va a usar pronto, o bien congelada, para que mantenga
íntegras todas sus propiedades durante bastante tiempo.

Los beneficiarios del banco de leche son los bebés que la necesitan, bien por
estar muy débiles, por ser prematuros, o para que les ayude a combatir una
infección. La toman con biberón, naturalmente, pero es leche humana. ¡Han
salvado muchísimas vidas!

Caso 11

Víctor es un bebé de un mes de vida fruto de un embarazo de 39 semanas.


Su peso al nacimiento fue de 3.000 g. Consulta por irritabilidad, rechazo de la
alimentación y algún vómito aislado.

Víctor está alimentado con lactancia artificial, con biberones de 90 ml cada 2


horas y media, preparados por su padre por enfermedad materna.

Exploración física

Es verano, hace calor y Víctor va demasiado abrigado. Pesa 3.200 g, con un


aumento de solo 200 g en un mes. En la exploración está irritable, tiene las

124
mucosas secas, la boca casi sin saliva y una piel con el turgor disminuido. Todos
son síntomas de una deshidratación moderada.

Tras una cuidadosa anamnesis se descubre que el biberón de Víctor lo


preparan poniendo primero 3 medidas rasas de polvo de leche y después
añadiendo agua hasta enrasar los 90 ml. Es una técnica inadecuada porque la
cantidad de agua que recibe en cada biberón es menor de los 90 ml y la
concentración queda superior al 14%

Resolución

La técnica adecuada consiste en verter primero el agua y después el polvo


de leche. Así resultan unos 100 ml de biberón pero a la concentración adecuada.

Víctor hubiera podido soportar la hiperconcentración de sus biberones, que


le restaban aporte de agua, si al mismo tiempo no hubiera estado demasiado
arropado con relación al calor exterior. Tenía por esa causa una pérdida excesiva
de agua por la piel, habitual en verano, y la suma de los dos factores lo
deshidrató. Tras la rehidratación y modificación de su alimentación, Víctor
volvió a la normalidad.

Caso 12

Elena es un bebé de 2 meses de edad. Su madre consulta porque presenta


irritabilidad, distensión abdominal, llanto continuo y algún vómito. Elena pesó al
nacer 3.100 g. Alimentada con lactancia artificial desde el nacimiento, aumentó
bien y al mes de vida pesaba 3.700 g, 600 g más que al nacer. Según el relato de
la madre, poco después "se torció" y comenzó a estar irritable, con llanto
vespertino intenso. El pediatra la diagnosticó correctamente de "cólico del
lactante".

Como el cólico era intenso, y para intentar calmárselo, la madre de Elena


comenzó a darle entre las tomas infusiones de hierbas, "anisetes", muy diluidas,
con abundante agua. El cólico mejoró pero Elena comenzó a disminuir la
cantidad de biberón que tomaba en cada toma. Estaba con poco apetito y
notaban su abdomen distendido. También aumentaba menos de peso.

Exploración física

Elena pesa a los dos meses 3.800 g. Solo ha aumentado 100 g el último mes,

125
el mes de los problemas. Está delgada y tiene el abdomen distendido.
Profundizando en la anamnesis se descubre que la cantidad de agua en forma de
infusión que Ele na recibe entre las tomas es importante, tanto que tiene un
efecto de dilución del biberón que toma, en menos cantidad porque pierde el
apetito. No toma los nutrientes necesarios para un adecuado crecimiento y el
agua extra que toma la elimina rápidamente por orina. Su mamá confirma, que
efectivamente orina mucho.

Resolución

La resolución pasa por suprimir el agua extra que Elena no necesita. En


pocos días vuelve a tomar bien y a aumentar de peso adecuadamente.

Los cólicos del lactante provocan una gran ansiedad en algunos padres, que
quieren solucionar el problema lo más pronto posible, a veces con medidas
equivocadas.

126
127
7.1. Los cambios en el pecho de la madre

Existe la falsa idea de que el amamantamiento estropea o deforma el pecho. La realidad


es la contraria: los tejidos mamarios que realizan la función biológica para la que han sido
creados quedan más sanos. Además quedan protegidos contra el cáncer de mama, el
cáncer más frecuente de la mujer adulta, aunque solo de manera parcial. La incidencia
del cáncer de mama es algo mayor en las mujeres cuyos pechos no han amamantado.

Los cambios en el pecho tienen lugar a lo largo de todo el embarazo, sobre todo en
los meses finales. Los pechos aumentan de tamaño, se ponen más llenos y pesados por el
crecimiento del tejido glandular mamario, que será el que produzca la leche. La areola, la
zona que rodea el pezón, crece de tamaño, se oscurece y las protuberancias situadas por
encima se hacen más prominentes.

Todos los órganos y tejidos se adaptan para cumplir su misión.

Tipos de pechos

El que una madre tenga los pechos grandes o pequeños no va a influir en absoluto en su
capacidad de amamantar al bebé, porque el interior productivo, la glándula mamaria,
tiene prácticamente el mismo tamaño en todas las mujeres. Lo que varía en el diferente
tamaño de los pechos de cada mujer es el tejido conjuntivo que envuelve a la glándula
productiva.

El éxito de la lactancia depende de otros factores. Sin embargo, hay que conocer las
características de cada pecho.

• Pechos grandes

Si una madre tiene los pechos grandes, su peso los inclina y así el pezón queda
orientado hacia abajo y hacia afuera. Es una postura buena, la ideal para encarar la boca
del bebé. Pero si la caída es excesiva, durante la toma será necesario sujetarlo por abajo
con una mano, para elevarlo un poco y que así el pezón apunte mejor hacia los labios del
lactante.

Otra manera sencilla de sujetarlo es hacer un cabestrillo de tela y deslizarlo por


debajo del pecho y alrededor del cuello. Así, tirando de la cinta se puede levantar el

128
pecho más o menos hasta encontrar la postura ideal.

COMODIDAD Y RELAJACIÓN

Mamá, busca el lugar ideal en una habitación sin ruidos, un sillón, un sofá, e
incluso la cama, hasta encontrar la postura más cómoda, con la espalda bien
apoyada hacia atrás. No debes estar tensa.

Usa cojines para apoyar también brazos y codos. Si es necesario, apoya


también los pies con una banqueta o usa un reposapiés. Deja a mano una botella
de agua mineral por si acaso tienes sed durante la toma del bebé. Ponte música
suave si te relaja.

Una vez cómoda y relajada, sujeta al bebé con el brazo. No te inclines hacia
delante para ofrecerle el pecho. No pierdas el apoyo de la espalda. Acerca el
bebé al pecho, no el pecho al bebé. Así encarará cómodamente y hará un buen
agarre.

• Pechos pequeños

El pecho pequeño tiene el pezón más horizontal, y por lo tanto más fácil de agarrar
por la boca del lactante. La madre no necesita sujetar el pecho. A veces sí es necesario
elevar al bebé para que pueda alcanzarlo y esté cómodo, lo que se consigue fácilmente
con la ayuda de un cojín o una pequeña almohada colocada en las rodillas de la madre.

• Pezones invertidos o ahuecados

Un porcentaje pequeño de madres tienen lo que se llama pezones invertidos, que no


sobresalen hacia afuera sino que apuntan hacia dentro formando un hoyuelo, dificultando
así el agarre del bebé.

¿Debe una mujer con pezones invertidos renunciar a la lactancia materna? De


ninguna manera, ya que la situación se puede solucionar fácilmente. Detectado el
problema durante el embarazo, se debe comenzar un tratamiento muy sencillo antes de
que nazca el bebé. Se trata de usar una "pezonera", un plástico en forma de cono o
cúpula, agujereada en el centro, que la futura madre se coloca dentro del sujetador para
que cubra la areola mamaria. La cara interior, la que está en contacto con la piel, ejerce
una presión suave y uniforme sobre la areola que empuja el pezón hacia fuera, para
introducirse en el agujero de la pezonera.

129
Además, el impulso hormonal del parto y del comienzo de la lactancia hacen crecer
los pezones, que ayudados por la fuerza de la succión del bebé en los primeros días de
vida los desarrolla y alarga, permitiendo una correcta lactancia materna.

• Extractores de leches

Si el problema del pezón invertido es muy intenso, también puede ayudar a resolverlo
los sencillos aparatos extractores de leche. Los hay manuales y también eléctricos.
Consisten en una ventosa de plástico que se adapta a la areola, comunicada mediante un
tubo también de plástico con un aspirador manual o bien con un pequeño aparato
eléctrico. Los dos producen una aspiración, es decir se crea un vacío sobre el pezón
hundido para tirarlo hacia afuera. Inicialmente hay que colocar el aparato eléctrico en
modo de succión mínima, evitan do un vacío repentino que puede ser doloroso, para
después de un periodo de adaptación poder aumentar de intensidad.

✓ BIBERONES SUPLEMENTARIOS

Cuando en el periodo neonatal comienza a establecerse la lactancia materna,


pero todavía no está clara, no está consolidada, no se ha producido aún la
"subida de la leche", siempre existe la tentación de dar un "biberón
suplementario" para "completar la toma". Esta tentación también aparece
cuando por cualquier circunstancia "flojea" la lactancia materna, parece que sea
insuficiente.

Pero ese "biberón suplementario" es muy desaconsejable, la "puntilla", de la


lactancia materna, una carrera cuesta abajo que siempre conduce al abandono o
fracaso de la lactancia materna. Hay que resistir en lo posible esta tentación y
seguir la táctica de dar el pecho con más frecuencia, más a menudo, acortando
los intervalos entre tomas, para estimular la producción de leche.

7.2. Causas del abandono o fracaso de la lactancia materna

Durante el embarazo, algunas madres ya han decidido el tipo de lactancia que van a dar a
su bebé pero otras dudan si dar o no el pecho, no se deciden. Algunas lo dan los
primeros días pero abandonan pronto, a la primera dificultad. Muchas se ven obligadas a
cambiar a la alimentación con biberón por circunstancias externas, como el trabajo fuera
de casa. Hay que ayudar a todas, informándolas y apoyándolas.

Desconocimiento de sus ventajas

130
Muchas madres desconocen las grandes ventajas de la lactancia materna, sobre todo para
el bebé pero también para la misma madre. Pueden pensar que la lactancia artificial es
más cómoda y fácil, e incluso con mejores resultados. Sin embargo, sucede todo lo
contrario, la lactancia artificial, además de no ser la que dicta la naturaleza, es más
engorrosa y está sujeta a más errores. Además, no protege al bebé, que está más
expuesto a problemas y enfermedades, tanto agudas, durante el mismo periodo de la
lactancia, como a largo plazo.

Ignorancia de su técnica

Dar el pecho es fácil, pero es necesario conocer algunas normas básicas sobre cómo
colocar el bebé al pecho correctamente, cómo estimular la producción de leche o cómo
interpretar las reacciones del bebé.

Muchas madres que quieren dar el pecho desisten ante la menor dificultad, tienen
dudas de si será suficiente o toman por hambre cualquier llanto del lactante,
interrumpiendo la lactancia materna para pasar al biberón.

Circunstancias laborales

Si la madre trabaja fuera de casa y disfruta de un escaso tiempo de baja laboral por
maternidad, es difícil compaginar la actividad laboral con dar el pecho a su bebé. Por esa
razón son necesarias políticas sociales que amplíen el periodo de baja, haciéndola más
prolongada. Sería un estímulo imprescindible para la madre que la posibilidad de dar el
pecho a su hijo no se obstaculizara por circunstancias externas.

Avances de la industria dietética

Es indudable que en las últimas décadas la industria dietética ha avanzado mucho en la


fabricación de leches artificiales. Actualmente ofrece leches o fórmulas muy parecidas en
su composición de nutrientes a la leche materna, que siguen rigurosos controles de
calidad. Hoy la lactancia artificial es mucho más segura y satisfactoria que en el siglo
anterior, lo que significa una garantía para muchas madres que no quieren o no pueden
lactar al pecho.

Sin embargo, la industria dietética no ha logrado, y seguramente nunca lo conseguirá,


ofrecer los factores inmunológicos y de defensa que contiene la leche de madre. Es
imposible ofrecer en una leche artificial las células vivas de la madre que tiene la leche de
mujer, así como las inmunoglobulinas específicas que destruyen los microbios patógenos
y protegen de las enfermedades, agudas y crónicas.

131
Además, la preparación del biberón requiere una técnica adecuada y son muy
frecuentes los errores en la lactancia artificial, muchos de ellos causantes de graves
trastornos para el bebé.

Falta de apoyo familiar y sanitario

La lactancia materna requiere un firme apoyo a la madre de los familiares inmediatos,


sobre todo del padre y los abuelos. También precisa el aliento de los médicos y el
personal sanitario que la atiende. Este apoyo debe comenzar mucho antes del embarazo,
mediante una educación sanitaria que informe bien sobre las ventajas de la lactancia
materna y que prepare mentalmente a la futura madre.

Esta ayuda de todos a la decisión de la mujer de dar el pecho a su hijo debe continuar
durante el embarazo y se debe concretar en el momento del parto con una serie de
normas en el hospital que favorezcan el amamantamiento.

✓ EVITAR LA CULPA

Cuando una mujer que había pensado, y soñado, dar el pecho a su bebé y
no puede hacerlo por una circunstancia imprevista y sobrevenida, por ejemplo
una enfermedad propia, un parto difícil o la necesidad de ingresar al neonato, se
puede producir una reacción de pérdida, de duelo.

También ocurre cuando una madre comienza a dar el pecho y tiene que
suspender la lactancia materna por cualquier motivo. En todos estos casos la
madre puede tener sentimientos negativos, de fracaso e incluso de culpa. Pero
no hay ninguna razón para ello. Es esencial ver todos esos acontecimientos
como circunstancias inevitables, a las que necesariamente hay que adaptarse.

La madre necesita más que nunca el apoyo de los familiares inmediatos y


sobre todo del padre. Si el bebé no puede tomar el pecho, tomará biberón.
También es bueno y el bebé se alimentará bien.

7.3. Promoción de la lactancia materna

Habitualmente, los padres toman la decisión de dar lactancia materna al bebé poco antes
o al principio del embarazo, pero influidos por sus conocimientos y actitudes establecidas
mucho antes. Por esa razón es muy importante divulgar la información de que el
amamantamiento es natural, sano, fácil y por tanto de preferencia en la alimentación del

132
recién nacido.

Se ha sugerido que en los planes de estudio y en los textos escolares debe incluirse
esta información, dentro de la amplia "educación para la salud" que deben recibir los
niños y los adolescentes.

Esta formación e información debe incrementarse durante el periodo de embarazo de


la mujer, como parte importante de los servicios de salud prenatales. Además, debe
reforzarse la decisión de la madre de amamantar como la más beneficiosa. Junto con la
necesidad de evitar totalmente durante el embarazo tanto el tabaco como el alcohol y las
drogas, ya que perjudican seriamente el desarrollo del feto, se debe insistir en evitarlos
totalmente durante todo el periodo de amamantamiento, ya que estas sustancias tóxicas
pasan a la leche y son ingeridas por el bebé.

Es muy importante que el hospital en que se produzca el parto cumpla una serie de
normas que favorecen la lactancia materna, como los diez pasos de la iniciativa OMS-
UNICEF.

✓ DIEZ PASOS DE LA INICIATIVA HOSPITALES AMIGOS DE LOS


NIÑOS. OMS-UNICEF

1.Disponer de una política (por escrito) para favorecer la lactancia materna


que conozca todo el personal sanitario.

2.Adiestrar y capacitar a todo el personal para cumplir estas directrices.

3.Informar a todas las embarazadas de los beneficios de la lactancia natural y


de cómo realizarla.

4.Ayudar a las madres a iniciar la lactancia en la media hora siguiente al


parto.

5.Mostrar a las madres cómo se debe dar de mamar al bebé y cómo se


puede mantener la lactancia incluso si se ha de separar
temporalmente de su hijo.

6.No dar a los recién nacidos más que leche materna.

7.Facilitar la cohabitación de la madre y su hijo las 24 horas del día.

133
8.Fomentar la lactancia a demanda, cuando lo pida el bebé, sin horarios.

9.No dar chupetes durante la primera semana de vida, hasta que la lactancia
materna esté bien establecida.

10.Fomentar los grupos de apoyo a la lactancia materna.

7.4. La eyección de la leche

Al final del embarazo la mama está preparada para producir leche. Ha aumentado mucho
de tamaño y en su interior se han desarrollado tanto las glándulas lácteas productoras de
leche como los conductos que llevarán esta leche hasta el pezón para que pueda ser
succionada por el recién nacido.

Las glándulas lácteas son una maravilla de la naturaleza, que extraen de la sangre de
la madre todos los nutrientes necesarios para la fabricación de un producto único: la leche
materna. Se debe a que tienen una rica vascularización sanguínea en forma de red que
las abraza.

Es la misma sangre y los mismos productos con los que el feto se ha nutrido hasta
antes del parto a través de la placenta del útero. Con la lactancia materna hay una
continuidad biológica entre la vida intrauterina y la extrauterina: nada extraño entra en la
boca del bebé, por eso se llama "homóloga".

El estímulo para la producción

El estímulo para que comience la producción y secreción de leche de la mama la provoca


el propio recién nacido cuando comienza a ponerse al pecho y a chupar el pezón.
Entonces estimula la producción en el cuerpo de la madre de varias hormonas diferentes.

El proceso es el siguiente:

-Al succionar el pezón se estimulan las abundantes terminaciones nerviosas cutáneas,


que transmiten la información a través de la red del sistema nervioso (nervios
cutáneos, médula espinal, cerebro) hasta un órgano cerebral neuroendocrino,
pequeño pero muy complejo, llamado hipotálamohipófisis, situado justo en la
base del cerebro.

-Esta glándula endocrina llamada hipotálamo-hipófisis reacciona a ese estímulo


liberando en la sangre de la madre dos hormonas que previamente ha fabricado y
almacenado, la prolactina y la oxitocina.

134
-La prolactina llega rápidamente a las mamas a través de la sangre, estimulando la
producción de leche por las glándulas lácteas.

-También llega rápidamente la oxitocina, que estimula los pequeños músculos que
rodean a los conductos lácteos haciendo que se contraigan, exprimiéndolos para
que la leche fabricada en las glándulas llegue hasta el pezón, hasta la boca del
recién nacido.

-La oxitocina también actúa sobre el útero de la madre, que está muy agrandado, ya
que ha albergado en su interior hasta hace poco al bebé y a la placenta, haciendo
que se contraiga su musculatura. Esta contracción disminuye su tamaño y hace
que recupere más pronto su estado anterior. Previene así las hemorragias uterinas
posparto, una complicación que puede ser peligrosa para la madre si son intensas.

Por ello, es necesario ponerse al pecho al recién nacido lo más pronto posible después
del parto, idealmente dentro de la primera hora de vida. Así se ponen en marcha dos
procesos importantes:

-Los mecanismos hormonales que provocan la llamada "subida de la leche", para que
sea lo más temprana posible.

-La recuperación del útero que ha sufrido el trauma del parto.

7.5. El agarre al pecho

El recién nacido tiene, ya desde el mismo momento del nacimiento, un reflejo que le
impulsa a buscar y a agarrarse al pecho de la madre. Se favorece colocándolo de tal
manera que la cara del bebé esté justo delante de la mama y en contacto con el pezón.
Con el llamado "reflejo de búsqueda", el neonato abre la boca, sus mandíbulas rodean la
areola y sus labios se separan y agarran el pezón, comenzando la succión.

135
Figura 7.1. El agarre al pecho.

Es muy importante que no solo el pezón, sino también gran parte de la areola, sobre
todo la parte inferior, queden dentro de la boca del bebé. Así, al succionar, su lengua
realiza un movimiento ascendente presionando tanto la areola como el pezón contra su
paladar y vaciando los conductos lácteos (figura 7.1).

LA OLOROSA AREOLA

El recién nacido tiene muy desarrollados algunos sentidos, sobre todo el


oído, el gusto y el tacto. En cambio su visión es muy inmadura, todavía muy
defectuosa.

En la areola, alrededor del pezón, se desarrollan durante el embarazo unas


pequeñas glándulas sebáceas llamadas "glándulas de Montgomery". Son
específicas tanto del embarazo como de la lactancia. Fabrican pequeñas
cantidades de una secreción grasa blanquecina y espesa, de un olor muy
agradable. Es un concentrado del olor de la madre.

136
Tiene su función biológica, ya que sirve de llamada y referencia al recién
nacido, un hilo conductor sensorial que guía al neonato en su búsqueda del
pezón, de la fuente de su alimento.

Es el olor de la ternura materna. Atraído, el recién nacido busca con su nariz


e intenta localizar con su boca la areola y el pezón, el lugar donde nutrirse.

7.6. Técnica de la lactancia materna

La lactancia materna es natural y sencilla, sin embargo, tiene sus pequeñas dificultades,
pequeñas trampas que pueden hacerla fracasar. Una madre bien informada las puede
superar fácilmente siguiendo las siguientes recomendaciones:

La primera tetada

El momento ideal para ponerse al pecho al recién nacido es lo más pronto posible
después del nacimiento, en cuanto la madre y su hijo se hayan recuperado del parto,
idealmente dentro de la primera hora. El neonato está preparado, el reflejo de succión es
intenso y tiene un reflejo de búsqueda moviendo la cabeza de un lado a otro. Incluso le
tiemblan los labios y puede empezar a llorar. Es el momento.

Si todavía está somnoliento a causa de los medicamentos que se le han administrado


a la madre, y que han llegado a su cuerpo a través de la placenta, le vendrá bien
estimularlo un poco. Se puede conseguir abrazándole, acariciándole, hablándole y
poniéndolo en contacto con la piel de la madre.

Es muy importante que el recién nacido no reciba ningún otro alimento más que la
leche materna, sobre todo en los primeros días de vida. No se le debe dar agua, ni
siquiera a cucharaditas, ni mucho menos biberones, bien sea de suero glucosado o de
leche artificial. Si se da alguno de estos alimentos, sobre todo en biberón, es muy
probable que fracase la lactancia materna. El bebé encuentra mucho más fácil succionar
la tetina, que es blanda y no precisa ningún esfuerzo, que el pezón de la madre en el que
tiene que trabajar más para obtener el alimento.

DICE LA MAMÁ

"¡Ya está!, ¡Ya ha pasado! ¡Ha ido todo bien! ¡Tanto miedo que tenía!

Pero el bebé ha nacido, están atendiéndolo para dármelo inmediatamente y


debo tranquilizarme, centrarme en mi primer contacto con mi hijo, una gran

137
alegría.

¡Quiero abrazarlo, besarlo, ponérmelo al pecho!".

El ambiente tranquilo

Tras el estrés del parto, hay que aprender a relajarse lo más pronto posible, para no
interferir con la "subida de la leche". Para dar el pecho es necesario un ambiente
calmado, sin ruidos fuertes, sin interrupciones, sin teléfonos ni visitas, con una luz suave,
con la madre relajada.

Para amamantar hay que encontrar una postura cómoda y relajada. Habitualmente se
da con la madre sentada en una silla pero sin nada de tensión, con la espalda bien
apoyada, sin ningún músculo que "tire", sin apresurarse, porque hay que dedicarle todo el
tiempo que sea necesario. Otras madres encuentran más cómoda, sobre todo si todavía
se están recuperando del parto, la postura tumbada sobre la cama de costado, con el
recién nacido a su lado.

La postura cómoda

Cualquier postura es buena siempre que la madre esté bien apoyada, sin tensión
muscular, sin hacer fuerza, respirando despacio y con regularidad. La relajación de la
madre y la confianza en su capacidad de lactar porque conoce la técnica adecuada son
las claves del éxito de la lactancia materna.

✓ DINÁMICA DE LA SUCCIÓN DEL BEBÉ

Con las modernas técnicas de imagen, sobre todo la ecografia, se ha logrado


filmar las interioridades de cómo succiona el bebé:

•Una vez que se establece el agarre, los márgenes laterales de la lengua del
bebé rodean al pezón, creando un conducto central.

•La succión se inicia con la aplicación del extremo de la lengua contra la


parte de la areola introducida en la boca del bebé y la base inferior del
pezón.

•La mandíbula del bebé aprieta y ejerce presión hacia arriba. El pezón se
estira, empujado por su base, se alarga dentro de la boca del bebé.

138
•La lengua muestra un movimiento de arrastre hacia la parte posterior de la
boca.

•La elevación de la lengua desplaza el bolo de leche hacia la faringe del bebé.

•Hay coordinación para deglutir cuando la leche llega al fondo de la boca.

7.7. Posiciones para el amamantamiento

Posición de cuna o sentada tradicional

Es la posición clásica, la más utilizada (figura 7.2). La madre, cómodamente sentada,


coge el bebé con el brazo. Utiliza cojines para apoyar el codo.

Figura 7.2. Posición de cuna o sentada tradicional. Mano derecha de la madre debajo del
pecho izquierdo, sosteniéndolo.

Si la madre va a ofrecer el pecho izquierdo, coge al bebé con el brazo izquierdo,


procurando que:

139
-El bebé esté recto, con la cabeza y el cuerpo alineados. La palma de la mano de la
madre sujeta los glúteos del bebé.

-La cabeza del bebé se apoya sobre el antebrazo de la madre, en la parte interior del
codo.

-Barriga contra barriga, el ombligo del bebé queda justo contra el ombligo de la
madre.

-La cabeza del bebé y su boca quedan a la altura de la mama, del pezón.

-El bebé mira un poco hacia arriba y no tiene que hacer esfuerzo alguno para encarar.

-La mano derecha de la madre puede sujetar el pecho que se ofrece (en este caso el
izquierdo) para facilitar el agarre.

-El pezón nunca debe encarar hacia arriba. Siempre un poco hacia abajo.

Posición sentada cruzada

En esa posición, la madre sujeta su pecho con la mano del mismo lado y al bebé con el
otro brazo, pasándoselo por la espalda y sujetándole la cabeza con su mano (figura 7.3).
Precisa una almohada de apoyo debajo del brazo. Permite el cambio de pecho sin
cambiar la posición del niño, simplemente desplazándolo lateralmente

140
Figura 7.3. Posición sentada cruzada.

Posición recostada de lado

Es la posición con la madre recostada en la cama (figura 7.4). Se usa sobre todo para
amamantar a los bebés por la noche o si la madre tiene que guardar cama por
prescripción facultativa, como después de una cesárea.

Es muy cómoda, porque tanto el bebé como la madre están acostados de lado, en
decúbito lateral, mirándose de frente. Sin embargo es algo difícil de conseguir las
primeras veces, porque el cuerpo del bebé debe estar en línea recta y hay que utilizar
almohadas, cojines o una toalla enrollada para evitar que se mueva durante la toma.

La cara del bebé queda a la altura del pecho o un poco más abajo, con su barriga
pegada a la de la madre. El niño mira ligeramente hacia arriba, porque el pezón está
inclinado hacia abajo. El brazo de la madre queda por detrás del niño, el izquierdo si se
ofrece el pecho izquierdo, asegurándose que su cuerpo está recto y no tiene que hacer
esfuerzo alguno para encarar. Con la mano libre, la derecha en este caso, puede manejar
el pecho y facilitar el agarre.

141
Figura 7.4. Posición recostada de lado.

Postura de "rugby"

En esta postura, la madre en posición sentada dobla y eleva un poco las rodillas y se
coloca una almohada encima para elevarlas más y que se apoye el bebé (figura 7.5). La
madre sujeta al bebé con el brazo del lado del pecho que quiere ofrecer, se lo pasa por la
espalda y sujeta la cabeza para orientar el agarre.

Es una postura útil tras operaciones cesáreas y también para amamantar a bebés
gemelos de manera simultánea.

142
Figura 7.5. Posición de rugby.

✓ EL AGARRE NO ES SIMÉTRICO

El agarre del pecho por la boca del bebé no es simétrico. Lo debe encarar
desde abajo y debe meter en su boca, además del pezón, parte de la areola
inferior, al menos dos centímetros, En cambio la parte superior de la areola debe
quedar casi toda visible, fuera de la boca del bebé.

De esa manera es la mandíbula inferior del bebé la que realmente extrae la


leche, comprimiendo desde abajo hacia arriba los senos galactóforos y
empujándola hacia el pezón.

7.8. Postura del bebé

Una postura incorrecta del bebé puede hacer fracasar la lactancia materna. La madre

143
debe utilizar los reflejos naturales del bebé que buscan el pezón, el "reflejo de búsqueda".
Al rozar el pezón con sus labios el bebé abre completamente la boca para agarrarse.

El bebé no debe esforzarse

Hay varias posturas para amamantar y hay que elegir la más cómoda, la más relajada.
Hay que comenzar con la idea de que la cabeza del bebé tiene que enfrentar
directamente a la mama y el pezón, sin que tenga necesidad de hacer ningún movimiento
con la cabeza más que agarrar el pezón.

El bebé no tiene que hacer esfuerzos para alcanzar su objetivo, y es la madre quien
debe facilitarlo. Para ello, la madre debe poner al bebé por debajo de su brazo,
sosteniéndole la cabeza con la mano y guiándola frontalmente al pecho: así el cuerpo del
niño debe estar frente a la madre, ombligo contra ombligo, pero con la cabeza y el
cuerpo del bebé alineados, rectos. La cabeza nunca debe estar torcida, rotada o
flexionada.

Todo el cuerpo está pegado

Es lógico que para que el agarre y la succión del bebé sean cómodas su cabeza descanse
naturalmente, sostenida por el brazo de su madre, recta y alineada con el cuerpo, sin
tener que molestarse en torcerla o flexionarla. El encare con el pezón debe ser frontal y
natural.

La madre debe acercar al bebé a su pecho moviendo todo su cuerpo al unísono con
el brazo que lo sujeta. No es correcto empujar y acercar solo la cabeza del bebé, ya que
entonces se dobla o se flexiona la cabeza y se pierde la alineación natural entre la cabeza
y el cuerpo

Si el bebé queda en situación forzada, puede tener el reflejo contrario, el de arquear


la espalda separándola del pecho y dando la falsa impresión de que rechaza el pecho,
cuando no es así. Simplemente esta posición incómoda no favorece la tetada.

¿Cómo es el agarre?

Para que la succión sea productiva el agarre debe ser adecuado. La mandíbula del bebé
debe quedar muy por debajo del pezón y el labio inferior doblado hacia fuera, nunca
metido dentro de su boca. Así, el bebé presiona desde abajo con la mandíbula y la lengua
tanto el pezón como la areola y consigue exprimir la leche succionando toda la porción
introducida. Además, de esta manera no hay fricción ni movimiento del pezón dentro y

144
fuera de la boca, no se traumatiza y se evitan las irritaciones que pueden provocar dolor.

✓ EL RITMO DE LA SUCCIÓN

Al comienzo de la toma, si el bebé tiene hambre, mama a un ritmo rápido,


succiona de cinco a seis veces seguidas y solo se detiene unos segundos para
descansar. A veces la cantidad de leche succionada es mayor que la que el bebé
es capaz de tragar. La madre se da cuenta de que la leche desborda por la boca
del bebé. Necesita parar la succión, descansar un poco.

Después de ese periodo inicial, la succión se hace más lenta y el bebé ya


hace más pausas. Cuando el bebé ya siente el cansancio, hace pausas más largas
y comienza a quedarse dormido. Pero si la madre le estimula un poco las
mejillas o lo separa del pecho, casi siempre se pone a succionar de nuevo.

7.9. Signos de una posición correcta

Hay que comprobar que agarre al pecho sea el adecuado. Esto depende sobre todo de la
posición del bebé, para la que se debe tener en cuenta lo siguiente:

-La cabeza del bebé está alineada con su cuerpo, no doblada.

-La barriga del bebé enfrenta a la de la madre, ombligo contra ombligo.

-El bebé mira el pecho enfrente y un poco hacia arriba. En esa postura tiene facilidad
para soltarlo y volverlo a coger.

-La boca del bebé está muy abierta y el labio inferior doblado hacia fuera.

-Gran parte de la areola, especialmente la inferior, queda dentro de la boca del bebé.

-La nariz y la mandíbula del bebé quedan pegados, o muy cerca, del pecho.

-Se observa el movimiento de la mandíbula con la succión.

-La succión no es dolorosa ni molesta.

Si existen dudas, siempre se ha de consultar a la enfermera especializada o al


pediatra.

145
LOS ENTUERTOS

Los "entuertos" son las contracciones uterinas que se producen en el


posparto inmediato. El útero, que en condiciones norma les es un órgano
pequeño, crece desmesuradamente durante el embarazo para cumplir su misión
biológica de albergar al feto. Se hace redondeado y llega a pesar casi un kilo.
Cuando en el parto expulsa al feto que ha albergado, además de grande queda
con la superficie interior sangrante, con la herida de la separación de la placenta.

Para ayudar a la vuelta a su situación anterior es esencial la hormona


materna oxitocina, que lo contrae, disminuyendo así tanto su sangrado como su
tamaño. Pero la oxitocina se libera sobre todo durante la succión del bebé en el
pecho. Es la hormona que también contrae los conductos de la mama para
expulsar la leche hacia la boca del bebé.

Consecuencia: cuando el bebé comienza a mamar, la secreción de oxitocina


hace que se contraiga el útero, y la madre nota un dolor en su interior, a veces
fuerte, "como un segundo parto", refieren algunas. Es molesto, pero significa
que el útero se contrae y por lo tanto que vuelve lentamente a la normalidad.

Los entuertos son menos fuertes en las primíparas, pero en los embarazos
siguientes pueden realmente molestar, e incluso alarmar a la madre que no
conoce este fenómeno. Afortunadamente, cesan totalmente al cabo de una
semana del parto.

Casos prácticos

Caso 13

Juan Enrique es un recién nacido de ocho días de vida que ingresa en el


hospital por escaso aumento pondera¡, escasas micciones, irritabilidad y
ausencia de deposiciones en las últimas 48 horas.

No había ningún dato llamativo en sus antecedentes familiares y personales.


El embarazo fue controlado y a término. El parto fue algo prolongado. Juan
Enrique precisó reanimación y observación clínica durante unas 8 horas. El peso
al nacimiento fue de 3.300 g. Aunque comenzó tarde la primera toma, el
neonato se cogió bien al pecho y la madre siguió con lactancia materna
exclusiva, aproximadamente cada dos horas.

En la exploración de Juan Enrique destaca el aspecto desnutrido, con escaso

146
panículo adiposo. Está irritable pero sin fiebre. Pesa 2.800 g, con una pérdida de
500 g desde el nacimiento. Tiene las mucosas pastosas y la piel seca y
descamada. Al pellizcarle la piel entre los dedos pulgar e índice, se nota pérdida
de elasticidad, el pliegue tarda en volver a su situación de piel horizontal (signo
del pliegue positivo).

Los datos de laboratorio confirman el diagnóstico clínico de deshidratación,


de pérdida de agua corporal, con una concentración sanguínea de sodio elevada
(deshidratación hipernatrémica) y una sangre concentrada (elevación del
hematocrito y de la hemoglobina).

Juan Enrique se diagnosticó de deshidratación y desnutrición entre moderada


y grave por hipogalactia. Se inició rehidratación paulatina con reposición de agua
y posterior tolerancia oral con lactancia artificial. La mejoría clínica y analítica
fue notable y tras cuatro días de hospitalización alcanzó un peso de 3.100 g, 300
g más respecto al peso del ingreso.

Interpretación

La alimentación materna es la ideal, sobre todo en los primeros meses de la


vida, pero también necesita controles de suficiencia, con la observación de estos
datos principales que pueden indicar que hay una escasez en la cantidad de las
tomas, una hipogalactia:

-Control de las de las deposiciones y de la diuresis (pañales mojados).

-Su escasa cantidad significa falta de líquidos corporales, que el cuerpo


intenta "ahorrar". Quedan pocos para ser expulsados por la orina y
por las heces.

-Control de la ganancia pondera) o de recuperación de la pérdida de peso. Si


el recién nacido no recupera entre los días 3 y 6 de vida el peso que
pierde en los primeros dos o tres significa que toma poco.

-Control del estado general. Si el bebé está adormilado o durmiendo


demasiado, tomando poco, en los periodos de vigilia está muy
irritable y tiene seca la mucosa de la boca es seguro que está
iniciando una deshidratación.

Caso 14

147
Ana es una madre que ya amamantó felizmente a su primer bebé durante un
año y medio. Ahora vuelve a estar embarazada y viene muy excitada de la
consulta del obstetra-ginecólogo con una gran noticia: son gemelos, casi iguales,
muy grandes.

Dice: "Yo quiero, pero ¿podré amamantarlos?". Ana es una mujer sana,
vigorosa, y además tiene la posibilidad de no tener que trabajar fuera de casa.
Así podrá tener más dedicación para sus bebés.

Resolución

"¡Claro que podrás amamantar a los dos, sin duda!" Las recomendaciones
fueron las siguientes: Ana, ya sabes de tu embarazo anterior lo que hay que
comer: alimentos naturales, variados, repartidos durante todo el día, con muchos
vegetales, con carnes magras, con lácteos...

Ahora, y sobre todo durante el periodo de lactancia, olvídate del peso, de las
tallas de los vestidos, de tu silueta y de los problemas de la casa. Necesitarás
ayuda para que te libren de tareas y obligaciones. Nada de preocupaciones, que
se encarguen otros. No restrinjas la alimentación. Ya lo normalizarás todo
después.

Tendrás que producir leche para dos bebés, que según las ecografías son
grandes, serán tragones. Para amamantar a gemelos, lo mejor es alimentarlos
juntos. Cuando los dos pechos se estimulan a la vez con la succión de los dos
bebés, hay más liberación hormonal y por tanto más estímulo para la
producción de leche. Aunque parezca contradictorio, son menos frecuentes los
casos de hipogalactia.

El amamantar a la vez dos bebés requiere su colocación en una postura


especial, que no es la clásica (figura 7.6). Es fácil, pero conviene ensayarla antes
del parto con muñecos.

En realidad, el único problema del amamantamiento de gemelos es la


frecuente posibilidad de aparición de fatiga materna. Si un bebé requiere una
gran dedicación, dos la requieren casi exclusiva. El amamantamiento solo tendrá
éxito si la madre no precisa trabajar durante unos meses y además tiene una
ayuda constante y duradera en la casa que le libre de otras tareas.

148
Figura 7.6. Amamantamiento de gemelos.

Los trillizos son más difíciles de amamantar, sobre todo porque suelen nacer
con muy bajo peso. En muchas ocasiones son prematuros y necesitan cuidados
especiales que dificultan el tomar directamente del pecho de la madre. Pero no
es tarea imposible, incluso se puede extraer con un sacaleches y dársela en
biberón.

149
150
8.1. Sujeción del pecho

La madre en postura relajada, que sostiene con uno de sus brazos el cuerpo del bebé
desde abajo, debe ayudar con su otra mano, la contraria a la del pecho que se ofrece, a
que el encare del pezón hacia la boca del bebé sea la adecuada. Para ello, se sujeta un
poco su pecho y puede hacerlo de dos maneras:

Mano en tijera

En esa posición los dedos pulgar e índice de la mano de la madre se colocan encima del
pezón y los otros tres dedos por debajo. Con esa tijera se puede posicionar el pezón,
para dirigirlo mejor hacia la boca del bebé. La tijera debe ser amplia para permitir que
quede libre la areola, ya que gran parte de ella se introducirá en la boca del bebé (figura
8.1).

Mano en presa

Esta posición es más útil para las mamas grandes, que caen más por su peso y por tanto
inclinan demasiado el pezón hacia abajo. Para levantarlo se coloca solo el dedo pulgar
por encima de la areola, mientras que el resto de los dedos están por debajo, haciendo
una ligera fuerza hacia arriba (figura 8.2).

151
Figura 8.1. Mano en tijera.

152
Figura 8.2. Mano en presa.

Dirección del pezón

Para facilitar el agarre, el pezón debe encarar hacia delante pero un poco inclinado hacia
abajo, es decir, no totalmente horizontal. Nunca debe encarar hacia arriba, ya que
entonces el agarre será defectuoso y la succión puede ser dolorosa, incluso con la
posibilidad de erosionar el pezón (figura 8.3).

153
Figura 8.3. Encare incorrecto, con el pezón hacia arriba.

La subida de la leche

La importancia de poner al recién nacido al pecho de la madre lo más pronto posible


después del parto radica, entre otras cosas, en que la succión del bebé es el estímulo para
que se produzca la "subida de la leche", el proceso de su producción y excreción por la
mama que estaba en situación de espera. Por esa razón, la cantidad de leche (llamada
calostro en esos primeros días) que puede obtener el recién nacido en las primeras
tetadas es muy escasa, aunque suficiente para cubrir sus necesidades.

CÓMO RETIRAR AL BEBÉ DEL PECHO

Si el bebé se queda "enganchado" al pecho, sin soltarlo, bien porque ha


finalizado la toma o porque se queda dormido, y también cuando la madre
quiere obligarle a soltar la mama para que descanse, la manera adecuada de
hacerlo es introducir un dedo de la madre en un extremo, a un lado de la boca
del bebé.

Cogiendo el pezón con el dedo en forma de gancho y con un suave estirón


del pecho hacia atrás el bebé se desengancha fácilmente (figura 8.4).

154
Figura 8.4. Maniobra para retirar al bebé del pecho, con el dedo de la madre.

8.2. Duración de las tomas

La duración de las tomas, el tiempo que debe estar el lactante al pecho, la marca el
propio bebé según sus necesidades. Cuando está saciado lo abandona. También es el
bebé el que indica, con sus signos de llanto e inquietud, el intervalo entre las tomas, los
horarios.

La madre siempre debe adaptarse y respetar todas las necesidades del bebé, que
habitualmente son muy variables y dependen de múltiples circunstancias. Ni la duración
de cada toma ni el intervalo entre las tomas suelen ser siempre las mismas. No hay que
preocuparse del reloj porque el bebé se rige por su reloj biológico interno.

Como la producción de leche es escasa en los primeros dos o tres días tras el parto, el
bebé requiere la toma con bastante frecuencia, cada dos horas o incluso cada hora. Al
aumentar la producción con el paso de los días, el bebé ingiere más cantidad en cada
tetada y suele espaciar más la demanda de toma.

Cuánto toma el bebé?

Transcurrida ya una semana desde el parto, la producción de leche suele ser abundante y

155
conviene regular un poco las tomas, poner un poco de orden. Pero ese orden nunca debe
ser rígido, para que siempre sea el propio neonato el que marque la pauta, ya que cada
bebé es diferente y tiene su propio ritmo para cubrir sus necesidades.

Se ha demostrado que el 85% de la leche que ha producido un pecho, la succiona un


bebé vigoroso en los primeros cinco minutos de tetada. La cifra llega casi al 100% en los
primeros diez minutos, por lo que parece inútil prolongar la toma de un solo pecho más
allá de ese tiempo.

Sin embargo, hay bebés "rápidos" que hacen tomas cortas e intensas y bebés "lentos"
que hacen "descansos" y que necesitan más tiempo para ingerir la misma cantidad de
leche, por lo que puede haber un tiempo más flexible de duración de la tetada.

Tetadas prolongadas

Siempre hay que respetar las características de cada bebé y el tiempo que necesita para la
toma, pero las tetadas prolongadas, de más de 15 minutos de duración por cada pecho no
son buenas, por dos razones:

-Se saca poco provecho de alargar más la tetada, ya que la mama suele estar ya
vacía.

-Se puede irritar el pezón por el roce y la humedad prolongados, con el peligro de
aparecer grietas, muy dolorosas y que ponen en peligro la continuidad de la
lactancia materna.

En resumen, como lo habitual es dar los dos pechos a la vez, la duración total de la
tetada no es conveniente que sea superior a la media hora.

MITOS Y FALSOS PROBLEMAS

Una de las falsedades sobre la lactancia materna es que cansa, que agota a la
madre. Incluso algunas mujeres piensan que se debe tener una fortaleza
extraordinaria para amamantar. Es totalmente erróneo.

Es verdad que toda la maternidad cansa y que las últimas semanas del
embarazo son pesadas. El parto, visto de manera objetiva, es un evidente
esfuerzo físico y psíquico para la mujer. También las primeras semanas de un
recién nacido a veces son difíciles: hay que adaptarse a la maternidad, a la
nueva situación, cuidar al bebé, hacerlo bien.

156
Hay tensión, pero el amamantamiento del bebé es fácil, y sobre todo
satisfactorio. Se inscribe en el proceso natural de continuación del parto y da
mucho menos trabajo que la tarea de dar el biberón.

¡El biberón, no solo hay que prepararlo, y además siempre de manera


correcta, sino que además después hay que lavar y esterilizar todos los
utensilios!

8.3. Alternancia de los pechos y frecuencia de las tomas

Para estimular la producción de leche, además de la succión precoz, es importante vaciar


el pecho completamente, no dejarlo medio lleno. Así, el cuerpo recibe la señal hormonal
de que debe comenzar otra vez la producción de las glándulas mamarias.

Si el bebé solo toma la leche inicial, la que extrae más fácilmente, y deja el pecho
medio lleno, el organismo interpreta que no hay necesidad de producir más y la mama no
recibe el estímulo que precisa.

Alternancia de los pechos

En la lactancia materna el bebé debe "trabajar" para succionar activamente, sobre todo
cuando ya la mama se ha vaciado parcialmente y la leche le llega con más dificultad.

Los bebés "vagos" son "listos" y saben que les espera la otra mama llena, donde
obtendrán la leche más fácilmente y tienen la tentación de cambiar pronto. No obstante,
es importante procurar que se vacíe completamente el primer pecho antes de ofrecerle el
otro, para seguir estimulando la producción de leche y mantener la lactancia materna.

En muchas ocasiones, el bebé tiene suficiente con agotar un pecho y tomar un poco
del segundo pecho, sin vaciarlo. En este caso es muy importante ofrecer en la siguiente
toma en primer lugar ese segundo pecho que no se ha vaciado en la toma anterior. Así se
sigue estimulando la producción de leche en los dos pechos.

Se puede seguir siempre la norma de comenzar la tetada siguiente ofreciendo el


último pecho que se dio en la toma anterior.

✓ ¿ TODO VA BIEN?

Actualmente, en los países desarrollados prácticamente todos los partos


tienen lugar en un hospital. Es una medida que se justifica por razones de

157
seguridad, aunque la inmensa mayoría son partos espontáneos, naturales, que
van bien y que necesitan escasa intervención médica, hay un pequeño
porcentaje de partos que tienen alguna complicación y necesitan que todo esté
preparado para resolverla.

También para un mayor bienestar de la madre y del recién nacido, en la


mayoría de ocasiones se produce el "alta hospitalaria precoz", el envío a su
domicilio apenas transcurridas entre 24 y 48 horas después del parto.

Esta alta rápida tiene la ventaja de evitar los inconvenientes de la


hospitalización prolongada, pero también un potencial problema: durante ese
corto periodo todavía no se ha consolidado la lactancia materna. Puede haber
alguna dificultad y la madre se puede sentir desasistida. Además, el bebé está
todavía en el periodo de "pérdida de peso", que acontece en los dos primeros
días de vida.

Por todas estas razones todos los recién nacidos, sin excepción, deben
someterse a un control pediátrico precoz, una revisión a tan solo los dos o tres
días del alta hospitalaria, cuando el bebé tenga 5 o 6 días de vida.

En esa necesaria revisión se debe controlar:

•Que el bebé tiene ya establecida la lactancia, sea materna o artificial y toma


la cantidad adecuada de leche para sus necesidades.

•Que ya ha remontado la "pérdida de peso fisiológica", está ganando peso y


ha recuperado al menos el peso con el que nació.

•Que todo va bien

Aerofagia

El propio bebé suele tomarse los descansos que necesita durante la toma, habitualmente
de escasa duración. A veces los aprovecha para eructar parte del aire que ha tragado con
la succión. Lo hace mejor en posición vertical, sentado o semiincorporado.

La ingesta excesiva de aire con la succión se llama aerofagia y suele molestar mucho
al bebé, que se muestra inquieto y hace mal las digestiones por la excesiva acumulación
de aire en su estómago.

Para evitar la aerofagia es importantes adoptar dos medidas:

158
-Un buen agarre al pecho, evitando los huecos entre la mama y los labios del bebé,
hendiduras donde se aspira el aire con la succión.

-Evitar las tomas prolongadas, de más de media hora de duración, ya que la succión
es más débil debido al cansancio del bebé. En realidad traga más aire que leche.

✓ ALCOHOL Y LACTANCIA

Durante la lactancia materna, lo ideal es que la madre no tome nada de


alcohol. Si se hace debe ser un consumo solo ocasional y moderado, ya que una
buena parte del alcohol ingerido pasa a la leche que toma el bebé.

Un mito muy difundido y perjudicial es que el consumo de cerveza por la


madre aumenta la producción de leche. Es totalmente falso.

Cuando la madre que amamanta consume alcohol de manera habitual, el


bebé muestra signos de irritabilidad, seguidos de periodos de sedación, de
quedarse dormido más de lo habitual. En realidad se está intoxicando. Es un
abuso que entra dentro del llamado "maltrato infantil", un delito castigado por la
ley.

El resultado, además del trastorno en la conducta del bebé, es que disminuye


la cantidad de leche que toma, con la consecuencia de ganar cada vez menos
peso. Si la situación continúa, puede conducir a una desnutrición del bebé.

Si hay un consumo esporádico de alcohol, en una celebración, en una fiesta,


debe ser siempre en cantidades pequeñas y tener la precaución de esperar
durante un periodo de al menos dos horas y media o tres horas antes de dar el
pecho al bebé, para disminuir la cantidad de alcohol que pase a la leche.

¡La madre que lacta sí puede tomar cerveza sin alcohol, del tipo 0.0, sin
ningún problema!

Frecuencia de las tomas

En los primeros días y semanas de la vida del bebé no hay horarios. Las tomas se hacen
"a su demanda", según sus necesidades, cuando lo pide con su llanto. Pero como es
necesario que se vacíen totalmente los pechos, o al menos uno de ellos, para estimular la
producción de leche, las tomas no deben hacerse a intervalos menores de hora y media.
Si la toma se hace más frecuentemente, el bebé no tiene todavía suficiente hambre,

159
mama solo superficialmente y no vacía el pecho completamente. Así se puede poner en
peligro la producción de leche y la continuidad de la lactancia materna.

Hay una gran variabilidad normal en las demandas de los bebés y es la madre la que
debe adaptarse a ellas y estar disponible permanentemente. Lo habitual es que en los
primeros días y semanas de vida la demanda del pecho sea aproximadamente cada dos
horas, de día y de noche. Así el bebé puede hacer entre 10 y 12 tomas diarias.

Horarios irregulares

Cuando ya hay más producción de leche, el bebé se sacia más en cada toma y como
consecuencia va espaciando progresivamente el intervalo entre tomas. Pero las tomas
suelen ser irregulares, porque la cantidad que ingiere en cada toma depende de muchas
circunstancias y es muy variable.

Alrededor del mes de vida, el bebé ya ha espaciado el intervalo entre las tomas y
suele pedir cada tres horas aproximadamente, e incluso comienza a alargarlas más por la
noche. Así hay más descanso entre las tomas, tanto para el bebé como para la madre,
que ha tenido un primer mes muy intenso, con el peligro de agotamiento físico y
psíquico. En este momento comienza para el bebé un periodo de horarios no tan libres
como durante las primeras semanas. Ahora deben regularizarse un poco, pero no han de
ser rígidos. Las tomas deben hacerse aproximadamente cada tres horas, pero con
flexibilidad.

Manda el bebé, no el reloj

Si el bebé está durmiendo, no se le debe despertar para la toma, aunque sea la hora. De
manera similar, nunca se le debe dejar llorar desconsoladamente por hambre porque
todavía no sea la hora de la toma.

Muy pronto, la simbiosis madre-hijo funciona y la madre conoce cada vez más a su
bebé, se comprenden, se adaptan. Ella capta cada signo que le indica si el bebé tiene
hambre o no, si tiene sueño, si tiene gases, si está mojado... Siempre hay que atenderlo y
satisfacer sus necesidades.

¡Al servicio del bebé!, ¡esa es la misión que ha encomendado a los padres la
naturaleza!

El descanso es esencial

Tener el descanso adecuado solo le es posible a la madre que amamanta si cuenta con la

160
ayuda de los familiares directos, o de otras personas. Es necesario liberarla de todas las
demás tareas de la casa en estas primeras semanas en que el bebé la necesita más, casi
de manera exclusiva.

La madre debe adaptarse al bebé, intentando dormir al mismo tiempo que lo hace él,
después de la toma y de la expulsión de los gases del bebé, de día y de noche, sin
preocuparse de otra cosa.

Uno de los motivos por los que la lactancia materna puede no ir bien se debe al estrés
o agotamiento de la madre, habitualmente por falta de descanso nocturno, ya que el bebé
toma igual por el día que por la noche.

Sin embargo, poco a poco el bebé duerme más por la noche, hace la pausa entre
tomas más prolongada y la madre puede descansar más.

LOS PLATOS DEL MENÚ

Como un exquisito menú, el bebé toma en cada tetada en primer lugar una
leche de comienzo más acuosa y más dulce, rica en lactosa, que le calma la sed
inicial. Además sale del pecho más fácilmente.

Hacia la mitad de la tetada, la leche de la madre se hace más blanca y


espesa, más rica en proteínas y en grasas, esenciales tanto para su crecimiento
como para la maduración de su cerebro, pero ya hay que succionar con más
fuerza.

Al final de la toma, la leche materna todavía es más rica en grasas, más


cremosa. Es como el postre, que hará ganar peso al bebé por su riqueza
calórica. ¡Es importante vaciar totalmente al menos un pecho en cada toma para
aprovechar esta rica leche final!

8.4. Señales que indican que el bebé toma suficiente

Un inconveniente de la lactancia materna que señalan muchas madres es que algunas


veces dudan, o no saben con seguridad, qué cantidad de leche ingiere el bebé en cada
toma, lo que sí ocurre en la lactancia artificial con biberón. Puede surgir el interrogante
sobre si la cantidad que toma el bebé es suficiente para sus necesidades.

Es una falsa preocupación, porque hay muchas señales que indican con bastante
precisión si el bebé está tomando suficiente cantidad de leche con la lactancia materna.

161
1. El aumento de peso

Es una señal totalmente infalible. Si el bebé aumenta de peso adecuadamente, es


siempre seguro que la cantidad de leche que toma es suficiente. La madre debe conocer
el aumento normal de peso del bebé, semanal y mensual (véase cuadro 9.1).

2. La satisfacción

El bebé que toma suficiente lactancia materna está satisfecho, duerme bien después
de la toma y no se despierta antes de la hora de la siguiente toma.

Al contrario, el bebé insatisfecho, que toma poco, llora de hambre antes de tiempo.
La madre pronto aprende a captar las señales que emite el bebé y debe valorarlas. Si
además hay un escaso aumento de peso durante dos semanas seguidas es un dato que
puede confirmar que las tomas son insuficientes.

3. Otros datos indirectos

Hay otros datos indirectos que permiten valorar la suficiencia o no de la lactancia


materna. Uno de ellos es el número de pañales que moja el bebé, que está relacionado
con la cantidad de orina que emite. Durante el primer mes de vida, el bebé debería mojar
los pañales entre 6 y 8 veces al día. A partir del mes de vida disminuye de manera natural
la cantidad de orina que emite, porque ya puede concentrarla más, y solo debe mojar los
pañales entre 5 y 6 veces al día. Una frecuencia menor puede indicar que no toma
suficiente cantidad de líquido para fabricar orina. La confirmación la dará el aumento de
peso. Si es el adecuado se tratará de una falsa alarma.

LA POSICIÓN DE LA IGLESIA CULTA Y RENACENTISTA

Fray Luis de León (Belmonte, 1527-Madrigal de las Altas Torres, 1591) fue
contemporáneo del rey Felipe II (los dos nacieron en el mismo año) y uno de los
pensadores más influyentes del siglo xvi español.

Fraile agustino y profesor de la Universidad de Salamanca, fue encarcelado


por la Inquisición. En su obra hace una defensa tan clara y rotunda de la
lactancia materna que incluso condena sin misericordia la lactancia mercenaria,
la de las nodrizas:

"Porque no ha de pensar la casada que el ser madre es engendrar y parir un


hijo: que en lo primero siguió su deleite, y a lo segundo les forzó la necesidad

162
natural... Lo que sigue después del parto es el puro oficio de la madre, y lo que
puede hacer es bueno al hijo, y lo que de veras la obliga. Por lo cual téngase
dicho ésta perfecta casada, que no lo será si no cría a sus hijos" (La perfecta
casada, Capítulo XVII, 1583).

8.5. Enfermedades de la madre que impiden la lactancia materna

Solo una enfermedad importante o grave puede impedir a una madre dar el pecho a su
hijo.

Entre ellas están:

•Un parto complicado que debilite mucho a la madre en los primeros días, que
necesite tratamiento en el hospital y le dificulte la lactancia. La prioridad es que
recupere su salud.

•Enfermedades graves como cáncer, sida, hepatitis B o hepatitis C.En estos casos no
solo la madre está debilitada, y necesita todas sus fuerzas para curarse, sino que
también existe el peligro de transmisión de la enfermedad al bebé.

•Si la madre padece una infección activa por citomegalovirus. Una infección de la
madre desaconseja la lactancia.

-Si la madre está tomando de manera continuada algún medicamento que


contraindica la lactancia materna, y cuyo listado se expone en el siguiente
capítulo.

8.6. La depresión posparto y la lactancia materna

El embarazo y el parto son acontecimientos importantes en la vida de una mujer. En


ocasiones significa un cambio familiar decisivo, una alteración que hay que "digerir",
aceptar, adaptarse. Algunas mujeres pueden tener dificultades para superar este trauma
emocional.

En estos días difíciles, en un ambiente frío y diferente como el hospital, a pesar del
apoyo familiar no son infrecuentes las crisis de llanto, la "llorera posparto", como un
medio de descargar la tensión acumulada. Todos estos fenómenos son normales y
comprensibles y se espera que sean transitorios, que con el alta hospitalaria y la vuelta a
casa con el neonato la madre recupere la normalidad perdida.

El apoyo familiar

163
La madre no puede afrontar en solitario todos estos acontecimientos, precisa para
superarlos del apoyo y el cariño de su entorno familiar, sobre todo del padre. También
necesita el descanso adecuado, por lo que la ayuda debe ser física además de psíquica,
con el fin de librarle de tareas y cargas. Así podrá dedicarse exclusivamente al cuidado de
su hijo.

Pero en bastantes ocasiones todos estos cambios no se superan y se produce una


alteración profunda en la psique de la madre: la depresión posparto. Se origina por
múltiples razones pero sobre todo por la situación de estrés de estos días tan críticos.

Si existe algún conflicto familiar previo no resuelto todavía, si falta el apoyo familiar,
sobre todo del padre, o existe una actitud no del todo positiva frente al embarazo y al
nuevo bebé, puede haber una base para que se desencadene una depresión psíquica de la
madre tras el parto.

Reconocer la depresión

La depresión posparto es un problema bastante habitual, que afecta a muchas


parturientas. Se reconoce fácilmente, porque sus síntomas son casi los mismos que los de
cualquier otra depresión a cualquier edad:

•Tristeza y sensación de desdicha.

•Llanto fácil. También incapacidad para reír o ver el lado divertido de los
acontecimientos.

•Pérdida de la ilusión por el futuro. La madre es incapaz de hacer planes, incluso a


muy corto plazo.

•Ansiedad y preocupación sin motivos verdaderos, por cosas nimias. Sentimiento de


culpabilidad.

•Miedos no racionales o absurdos, como a la oscuridad. Necesitan una pequeña luz


encendida toda la noche.

•Insomnio.

•Pérdida de la capacidad de hacer frente y solucionar cualquier problema.

La lactancia materna ayuda a superar esta depresión

164
Sobre todo en la fase inicial, cuando todavía no es intensa, el amamantamiento del bebé
puede ayudar a superar esta depresión o hacerla menos intensa. El mayor contacto con el
bebé que supone la lactancia materna, los lazos de unión afectiva que se establecen con
el recién nacido, pueden ser un anclaje emocional para prevenir e incluso remontar la
depresión.

Sin embargo, cuando la depresión es intensa, la madre puede caer en una fase de
escaso contacto con la realidad, de semiausencia, en que "no se entera de nada", que
precisa consulta médica y tratamiento farmacológico, dificultando la lactancia materna
pero no impidiéndola totalmente, ya que los fármacos antidepresivos son compatibles con
la lactancia.

Cada caso es diferente y hay que seguir en todo momento las indicaciones del
médico.

MEDICAMENTOS ANTIDEPRESIVOS

Si la depresión posparto de la madre es intensa o prolongada suele requerir


un tratamiento farmacológico, muy eficaz y muy seguro, sin prácticamente
ningún efecto secundario ni para la madre ni para el bebé.

Los medicamentos más usados para la depresión son los inhibidores de la


recaptación de la serotonina, paroxetina y sertalina, pero también el
escitalopram. Todos ellos tienen la ventaja de que tomados a las dosis
habituales, entre 5 y 10 mg diarios de escitalopram, pasan a la leche en
cantidades mínimas, por lo que son totalmente compatibles con la continuación
de la lactancia materna.

El amamantamiento del bebé puede ayudar a la madre a superar este "bache


psíquico". El contacto íntimo con el bebé cuando mama, los ojos que la miran
fijamente, su sonrisa de satisfacción antes de quedarse dormido... animan y
reconfortan a la madre.

Para mayor seguridad, siempre conviene la consulta con el médico.

8.7. El chupete y la lactancia materna

El uso del chupete siempre ha sido una cuestión muy discutida por los pediatras, con
partidarios y detractores. En el momento actual ya se tienen ideas muy claras sobre su

165
utilidad y sus perjuicios, basadas en datos científicos. Estas ideas sobre el chupete
podrían resumirse en las siguientes normas:

No dar en las dos primeras semanas de vida

La razón es que el chupete puede interferir en el proceso de impronta o apego a la madre


que se inicia al nacimiento. El lactante humano, al igual que todos los recién nacidos
mamíferos, reconoce a su madre por la percepción táctil de su boca al contacto con el pe
cho, por las características de su pezón. Como respuesta a su reflejo innato de búsqueda
de alimento, al que le sigue el agarre al pecho y la succión inmediata, el recién nacido
obtiene el premio de la leche materna que le sacia y le nutre.

A través de ese pezón, y poco a poco, el neonato reconoce a la madre, esa persona
que cubre sus necesidades. Establece con ella su primer afecto, imprime en su cerebro
una unión que le llevará a una conducta de apego de la que están excluidos el resto de su
entorno.

Si en los primeros días de vida, además del pezón materno, se le ofrecen al neonato
chupetes o tetinas, se puede alterar este proceso de impronta, produciéndole una
desorientación táctil, una contradicción en sus preferencias. Es el motivo por el que
tampoco debe ofrecérsele ningún biberón, aunque sea aislado. Son un peligro para la
continuidad de la lactancia materna.

Dar después de la tercera semana

Cuando han transcurrido dos o tres semanas tras el parto y la lactancia materna está
totalmente consolidada, ya se puede ofrecer el chupete porque no va a interferir ni en el
amamantamiento ni en el proceso de apego.

El chupete es útil para servir de consuelo o "pacificador" (en inglés se llama pacifier)
cuando el bebé está tenso o llora. También es útil para ayudar al bebé a iniciar el sueño.
Además se ha demostrado que también contribuye a prevenir, entre otros factores, como
la propia lactancia materna, una enfermedad muy rara pero letal que se denomina
Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante (SMSL).

La necesaria limpieza

Una condición necesaria es mantener el chupete escrupulosamente limpio, porque de lo


contrario es una fuente de microbios que pueden introducirse en la boca del bebé y
causar enfermedades. Es necesario lavarlo con frecuencia y sobre todo después de caer

166
al suelo.

VEGETALES MOLESTOS

Algunos alimentos vegetales, aunque sean muy saludables, tienen un sabor o


un olor muy fuertes. Si los ingiere la madre que está lactando, aunque sea en
pequeñas cantidades, pueden pasar a la leche y molestar a los sensibles sentidos
del bebé. Son el ajo, los espárragos, las coles, la cebolla cruda y también las
especias que contienen algunas salsas y embutidos. Conviene evitarlos.

Otras plantas contienen productos que tampoco son beneficiosos para la


lactancia materna, por lo que conviene evitarlos totalmente. Estos son: el anís de
cualquier tipo, el comino, la regaliz, el boldo, el ginseng, el hinojo, la salvia, la
efedra y la nuez moscada.

8.8. Duración de la lactancia materna

La leche humana es tan beneficiosa para el bebé que todos los organismos científicos (la
OMS, la Academia Americana de Pediatría, la Asociación Española de Pediatría, etc.)
recomiendan que el amamantamiento se prolongue durante el máximo tiempo posible,
incluso después del segundo año de vida, aunque siempre acompañada de la alimentación
complementaria a partir del sexto mes de vida.

Sin embargo, el periodo esencial es el primer año de vida. Es cuando la lactancia


materna ejerce un mayor efecto sobre la prevención de enfermedades agudas y crónicas.
Este efecto protector es máximo si se mantiene una lactancia materna exclusiva, sin dar
al bebé ningún otro alimento, durante los seis primeros meses de vida.

En los países desarrollados es difícil que una madre mantenga la lactancia materna
después de cumplir el bebé el año de vida, la mayoría de veces porque se extingue
espontáneamente. Lo causa la escasa frecuencia de las tetadas y por consiguiente el
escaso estímulo para la producción de leche.

El amamantamiento ideal

El amamantamiento ideal, el que tiene el máximo efecto protector, sería el siguiente:

•En los seis primeros meses de vida: lactancia materna exclusiva, sin ningún otro
alimento.

167
•A los 6 meses de edad: comenzar la alimentación complementaria, las papillas,
sustituyendo inicialmente una papilla a una toma de pecho.

•A los 7 meses de edad, o como máximo 7 meses y medio: el bebé toma ya tres
papillas diarias que han sustituido a cuatro tetadas.

•A los 9 o 10 meses de edad: el bebé toma cuatro papillas diarias y las tetadas quedan
reducidas a solo dos, una a primera hora de la mañana y la otra como un resopón
tardío.

•Continuar con esas dos tomas de pecho el máximo tiempo posible, incluso hasta los
dos años de edad.

RAMÓN LLULL Y BLANQUERNA

Ramón Llull (1232-1316) nació en Mallorca de padres catalanes que


acompañaron a Jaime 1 en la conquista de las islas. Fue uno de los personajes
más relevantes del mundo literario, espiritual y teológico de la Edad Media.
Además fue uno de los creadores del catalán literario, una de las primeras
lenguas neolatinas.

Blanquerna, el protagonista de su novela más famosa, intenta a lo largo de


toda su vida la perfección espiritual. Pero también nos ilustra Llull sobre algunos
aspectos de la alimentación del bebé:

"En todo aquel año que nació Blanquerna otro alimento Aloma no dio a su
hijo sino tan solo la leche. Pues por desfallecimiento de fuerte digestión los
lactantes en el primer año de vida no pueden cocer ni digerir alimentos tales
como las sopas de pan mojadas con leche o aceite" (Libro de Evast y
Blanquerna, 1283).

Casos prácticos

Caso 15

Teresa es una mamá que acude a la consulta muy nerviosa. Begoña, su bebé
de 4 meses ha ingresado en el hospital por traumatismo craneoencefálico. Sufrió
un pequeño golpe en la cabeza, quedando conmocionada. Aunque ahora está
bien y lloró enseguida, los médicos prefieren que se quede ingresada en
observación durante 48 horas. En ese periodo llevará un gotero con nutrientes y

168
no quieren que tome alimento por boca.

El problema es que Begoña toma lactancia materna exclusiva, con excelentes


resultados. Teresa está preocupada por si en este periodo en que Begoña no
mama se pierde la lactancia.

Resolución

Nada más sencillo de solucionar que este problema. Consiste simplemente


en que Teresa se extraiga la leche con un sacaleches. Para seguir estimulando el
pecho y continuar la producción como si mamara Begoña.

Las normas son muy sencillas:

-Sacarse la leche con regularidad, cada tres horas.

-Mantener activo el sacaleches hasta el final del flujo, hasta que la leche deje
de salir totalmente.

-Sacar la leche de los dos lados a la vez, agotando los dos pechos.

Sila leche parece que disminuye de flujo o de volumen, sacarla con más
frecuencia, cada dos horas.

Si la hospitalización del bebé es corta, como en este caso, no suele haber


ningún problema y la lactancia materna se reanuda con normalidad después del
episodio. Si la hospitalización del bebé es más prolongada, habitualmente se
permite la lactancia materna en todos los hospitales, siempre que el bebé no esté
grave y la madre pueda acudir con regularidad.

Si, finalmente, los obstáculos a la continuación de la lactancia materna son


insuperables no hay que preocuparse: la lactancia con biberón también es buena.

Caso 16

Carmen es una compañera, también médica aunque de otra especialidad. Ha


tenido un bebé que nació prematuro y delicado, alimentado con lactancia
artificial pero que se ha desarrollado bien. Ahora tiene 3 meses y Carmen
requiere información específica sobre el llamado "método calórico", la manera
de calcular la cantidad de biberón que necesita el bebé para crecer
adecuadamente.

169
Resolución

Se trata de un cálculo sencillo, basado en el peso actual más que en la edad.


Se fundamenta en una idea básica: cuando se toma una leche artificial las
necesidades en nutrientes quedan totalmente cubiertas si se cubren las
necesidades de energía (en kilocalorías).

Como las fórmulas son equilibradas en nutrientes, solo basta tomar la


cantidad adecuada de calorías, que variará no solo con la edad, sino sobre todo
por el peso.

Durante el primer mes de vida las necesidades calóricas son de 110 a 120
kcal/kg/día, que van bajando progresivamente a 110 kcal/kg/día en el segundo
mes, a 100 en el tercero, a 95 en el cuarto, a 90 en el sexto y a 85 en el octavo.

Sabiendo que la leche para bebés, la fórmula de inicio, proporciona siempre


que esté disuelta de manera correcta al 14%, unas 67 kcal/100 ml es muy fácil
calcular la cantidad de leche que necesita tomar el bebé cada día. Es una simple
regla de tres. Después, ese total de leche diario deberá dividirse entre el número
de biberones que habitualmente toma el bebé cada día. Pero los prematuros,
que han nacido con bajo peso, casi siempre necesitan un poco más de cantidad
porque suelen aumentar más rápidamente de peso, "recuperan" lo que llevan
retrasado.

Carmen queda satisfecha, porque va a participar activamente, como madre y


como médica, en el experimento biológico natural que es ver crecer a su bebé
adecuadamente aportándole los nutrientes que necesita.

170
171
9.1. La hipogalactia o falta de leche

En el curso de la lactancia materna puede ocurrir que disminuya la producción de leche e


incluso que la cantidad sea insuficiente para las necesidades del bebé: es la llamada
hipogalactia. Constituye el motivo más frecuente del abandono de la lactancia materna y
el paso a la lactancia artificial con biberón.

Las causas de hipogalactia son múltiples pero suelen producirse en dos periodos muy
concretos: precozmente, durante las dos primeras semanas de la vida del bebé o más
tardíamente, después del segundo mes de lactancia.

Hipogalactia precoz

Es la que se produce muy pronto, en los primeros días de la lactancia o dentro de las dos
primeras semanas, y su origen casi siempre es una técnica inadecuada del
amamantamiento o errores por desconocimiento de las consecuencias.

Los errores más frecuentes son los siguientes:

1.Dar algún biberón entre las tomas de pecho. El bebé encuentra más fácil succionar
la blanda tetina que el duro pezón de la madre. Si se dan de manera simultánea
puede rechazar el pecho. Aunque lo tome, si parte de su hambre ha sido saciada
por el biberón, su succión no será tan vigorosa y no vaciará totalmente el pecho.
Si la mama no se vacía completamente no se estimulará la producción de leche,
que irá disminuyendo poco a poco.

2.Postura incorrecta en la toma. El error más habitual es que la cabeza del bebé no
esté alineada con su cuerpo de forma natural, de manera que no tenga que hacer
esfuerzo alguno para agarrarse al pezón. Si su cabeza está torcida o bien tiene que
tomar un pezón orientado hacia arriba, la succión no es eficaz e incluso puede ser
dolorosa. Además del peligro de que se produzcan grietas en el pezón, el bebé no
vacía completamente el pecho, disminuyendo así el estímulo para la producción

172
de leche.

FÁCIL DIGESTIÓN

Una de las grandes cualidades de la leche materna es la facilidad con que


puede digerirla el bebé. ¿Por qué?

Porque las proteínas de la leche materna son más pequeñas que las
contenidas en las fórmulas artificiales. Además de ser más pequeñas son
"homólogas", similares a las del propio bebé ya que todas proceden de su
madre.

Y también porque las enzimas que posee la leche materna son específicas y
facilitan la absorción de nutrientes por el intestino del bebé.

Hipogalactia tardía

La falta de leche tardía se suele producir durante el segundo o el tercer mes de lactancia.
En la mayoría de ocasiones las causas no son la mala técnica del amamantamiento, sino
los problemas de la madre que dificultan una adecuada dedicación a la atención de su
hijo.

La lactancia materna precisa que la madre tenga tanto una alimentación como un
descanso adecuados para poder mantener la producción de leche que precisa el bebé.
También precisa tranquilidad y tiempo. Los problemas y el estrés son su principal
enemigo.

Si la madre está demasiado ocupada, o simplemente preocupada, por las tareas de la


casa, por su trabajo, por los otros hijos, etc., y no cuenta con la ayuda adecuada de los
familiares inmediatos, tanto física como psicológica, puede descuidar tanto su
alimentación como su descanso, lo que afecta inmediatamente tanto a su bienestar como
a su producción de leche.

De manera ideal, la madre debe estar apoyada constantemente en su tarea de crianza


del bebé por el padre y los demás familiares, que deben compartir los deberes y trabajos
de su cuidado. Además, ha de estar liberada todo lo posible del trabajo, sobre todo el de
fuera de casa, que dificulta mucho la lactancia materna.

La obligación de trabajar muchas horas seguidas a mucha distancia del hogar es una
causa muy frecuente de abandono de la lactancia materna después del tercer mes de la

173
vida del bebé. Por esa razón es importante una legislación laboral que proteja a la madre
lactante y le permita una baja prolongada, al menos durante los primeros seis meses, que
es el periodo en que se debe dar lactancia materna exclusiva.

✓ RAPIDEZ INTESTINAL

Si la leche materna se digiere mejor y se absorben más rápidamente sus


nutrientes, significa que los bebés amamantados al pecho tienen unos
movimientos intestinales más rápidos que los bebés alimentados con fórmulas
artificiales. ¿Esto es bueno?

Sí, es bueno porque:

-Hará las tomas con más frecuencia, ya que vaciará pronto su estómago y
tendrá hambre antes.

-Regurgitará menos y tendrá menos "indigestiones", ya que tiene un tránsito


intestinal más rápido.

¡Pero hay un inconveniente!, tendrá más deposiciones diarias y sus heces


serán más blandas, aunque menos olorosas, que las de los bebés alimentados
artificialmente.

Algunas madres pueden preocuparse por el número excesivo de


deposiciones del bebé lactado al pecho, de 4 a 6 al día, a veces más. Pero son
deposiciones pequeñas. Si se mide el volumen de las mismas, el total diario es
similar al del bebé lactado con fórmula. Algunos pediatras llaman a este
fenómeno "reflejo gastrocólico", porque el bebé depone inmediatamente
después de la toma, y también "falsa diarrea".

9.2. El aumento de peso normal

Aunque la valoración del adecuado aumento de peso del bebé la debe hacer el pediatra
en cada caso concreto, los padres deben tener una orientación y conocer si el aumento de
peso de su hijo es normal o si este se desvía demasiado de la normalidad, lo que puede
indicar que no toma suficiente alimento.

El problema, además de que cada niño es diferente y tiene su propio ritmo de


crecimiento, consiste en la gran variabilidad del peso al nacimiento, que depende
fundamentalmente de la edad gestacional, es decir, del número de semanas que el bebé

174
ha pasado en el vientre materno.

Los niños nacidos prematuros, antes de cumplir la semana 37 de gestación, no solo


pesan menos al nacer, sino que tienen un ritmo de aumento ponderal más lento, crecen a
menor velocidad. Por eso nos centraremos en los niños nacidos "a término", después de
la semana 37 de gestación. También tienen una gran variabilidad en su peso al
nacimiento, pero tienen un patrón más uniforme de aumento ponderal.

La pérdida de peso fisiológica

En los dos o tres primeros días de vida tiene lugar un fenómeno fisiológico, la pérdida de
peso del recién nacido. Pierden bastante, alrededor del 5% del peso al nacimiento. Por
ejemplo, un neonato que pesó al nacimiento unos 3.000 g pierde alrededor de 150 g. Así,
al tercer día de vida pesaría unos 2.850 g. Esta pérdida normal se debe a que el recién
nacido nace con exceso de líquidos corporales, es decir, "hinchado de agua", así que
necesita eliminar este agua y así lo hace, sobre todo por la orina.

Lo anormal en un recién nacido es una pérdida en los primeros días superior al 8% de


su peso corporal, es decir más de 240 g en el caso del ejemplo anterior. Esta pérdida
excesiva puede señalar bien algún problema en sus funciones corporales o bien una
alimentación insuficiente en esos dos primeros días de vida, y debe ser motivo de
consulta inmediata con el pediatra para detectar el problema.

✓ TABACO Y LACTANCIA

El tabaco es perjudicial a todas las edades. Mata al fumador, como indica en


grandes letras la propia cajetilla. Pero el humo del tabaco es especialmente
perjudicial para los niños de cualquier edad, que son "fumadores pasivos".

Ya se ha indicado la prohibición de fumar para la mujer gestante. Esta


prohibición continúa tanto para la madre que amamanta como para la que no da
el pecho, por dos motivos:

-La nicotina del tabaco pasa a la leche y puede ser tóxica para el bebé.

-La inhalación por el bebé del humo del cigarrillo del ambiente daña sus
pulmones.

-Los bebés de padres fumadores tienen más riesgo de padecer el raro pero
terrible Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante (SMSL).

175
Es necesario que la madre fumadora haga un esfuerzo y deje de fumar. Es el
momento ideal para dejar definitivamente el hábito.

La recuperación del peso perdido

Después del tercer día de vida, el recién nacido comienza ya a ganar peso poco a poco y
en los cuatro días siguientes recupera el peso perdido. De esa manera, a la semana de
vida, o como máximo a los ocho días, el neonato debe pesar al menos como al
nacimiento. En realidad la mayoría de ellos ya pesan más, han comenzado su carrera
imparable de crecimiento.

Así es, porque después de la primera semana de vida el bebé debe aumentar
diariamente entre 25 y 30 g diarios. ¡Nada menos que un gramo por hora!, un ritmo
excelente que durará solo dos o tres meses.

El aumento semanal debe estar entre 175 y 200 g. Si el bebé va a un ritmo inferior, si
aumenta menos de 150 g semanales durante dos semanas seguidas, puede ser una
indicación de que la alimentación es insuficiente y es necesario consultar con el pediatra.
Las causas pueden ser una técnica de amamantamiento incorrecta, que no aprovecha
toda la leche del pecho, o una verdadera hipogalactia, una escasa producción de leche
por parte de la madre.

Cuidado con las mediciones incorrectas

En ocasiones la causa es muy sencilla: la medición del peso del bebé es incorrecta. Esto
se debe a que una cosa que parece tan fácil, el pesar en una balanza, en realidad tiene su
dificultad. Muchas veces son defectos de las propias balanzas utilizadas en la medida,
que no están bien calibradas y son inexactas. Otras veces se debe a la diferente ropa que
lleva el bebé en cada pesada, que pesa más o menos.

En pocas ocasiones la madre utiliza siempre el mismo peso, bien equilibrado, y con el
bebé desnudo o con la misma ropa, para poder comparar los pesos semanales sucesivos.
¡Cuidado con las falsas alarmas! Cuando un peso no cuadre, antes de preocuparse hay
que revisar la pesada.

V' ¿Y SI NO PUEDO DEJAR DE FUMAR?

Es un dilema que se plantearon los expertos de la Academia Americana de


Pediatría: la madre que a pesar de todos sus esfuerzos no ha podido dejar de
fumar. ¿Debe renunciar a amamantar a su bebé? La respuesta fue que no.

176
La lactancia materna es tan beneficiosa para el bebé, le protege tanto, que
los expertos consideraron que: "la asociación de tabaquismo y lactancia es
menos perjudicial que el tabaquismo y la alimentación con leche artificial".

Eso sí, hay que seguir unos consejos útiles para atenuar el efecto negativo
del tabaco sobre el bebé:

-Fumar después de dar el pecho y no antes.

-Esperar más de una hora después de haber fumado para amamantar otra
vez. Así quedan menos restos de nicotina en la leche.

-Fumar fuera de casa o en el balcón, pero nunca en la habitación del bebé.

-Disminuir drásticamente el número de cigarrillos diarios.

El periodo de mayor aumento de peso

Este periodo de aumento rápido suele durar hasta los tres meses de vida. Con ese ritmo
de aumento, a esa edad el bebé suele pesar entre 2.300 y 2.500 g más que al nacimiento,
incluso algunos se acercan a los 3 kg. Pero cumplidos los tres meses de edad este ritmo
tan rápido de aumento ponderal disminuye considerablemente.

Poco antes de cumplir los 5 meses de edad se produce un hecho importante: el bebé
dobla su peso al nacimiento. Los que pesaron 3 kg al nacer llegan ahora a los 6 kg y los
que pesaron 3,5 kg llegan a los 7 kg. Ha sido un avance espectacular, pero hay que saber
que a partir de ahora no va a seguir así, que el bebé va a ralentizar mucho su aumento de
peso de una manera totalmente normal.

El aumento entre los 3 y los 9 meses

Entre los 3 y los 6 meses de vida el aumento normal del bebé es de una media de 20 g
diarios, es decir 140 g semanales y 600 g mensuales. Es muy importante que la madre
conozca esta ralentización normal del aumento ponderal a partir de los 3 meses de edad,
ya que de lo contrario podría pensar, erróneamente, que el bebé no toma suficiente
alimento.

CUADRO 9.1

Aumento de peso normal (en gramos) durante el primer año de vida

177
CUADRO 9.2

Peso normal aproximado (en gramos) durante el primer año de vida de bebés nacidos a
término, pero con diferentes pesos al nacimiento

Pero es después de cumplidos los 6 meses cuando todavía disminuye más el aumento
ponderal. Entre los 6 y los 9 meses normalmente el bebé solo aumenta alrededor de 100
g semanales, es decir, 450 g mensuales. Esta ralentización continúa en los meses
siguientes y entre los 9 y los 12 meses el bebé solo aumenta poco más de 300 g al mes.

Los cuadros 9.1 y 9.2 indican estos aumentos para diferentes pesos al nacimiento.

178
LA PÉRDIDA DE PESO ES NORMAL

La pérdida de peso del recién nacido durante los dos o tres primeros días es
normal, ni se puede ni se debe evitar. El neonato nace con un exceso de líquidos
que necesita eliminar.

Pero esta pérdida no debe ser excesiva, no debe superar el 8% del peso al
nacimiento. De lo contrario hay que consultar urgentemente con el médico.
Además, debe recuperarse rápidamente en los días siguientes, en que el bebé
comienza a tomar más cantidad de leche.

A la semana de vida el bebé debe pesar al menos lo mismo que pesó al


nacer, pero la mayoría ya lo superan porque inician un periodo de crecimiento
muy rápido.

¡Cuidado con la fiabilidad y exactitud de las pesadas de los bebés!, ¡pueden


dar falsas alarmas!

9.3. El pezón y la mama son muy delicados

Cuidados del pezón

Los pezones y areolas necesitan un cuidado especial. Son zonas muy sensibles y además
traumatizadas por la succión del bebé, por lo que deben cuidarse de los roces, de la
humedad y de las infecciones. Después de dar al pecho deben limpiarse con una gasa
estéril empapada con agua hervida, para eliminar los residuos de leche. A continuación
debe secarse muy delicadamente, presionando suavemente con una toalla de algodón, sin
roces para no causar microtraumas. Si la zona está muy sensible incluso se puede
emplear el aire tibio de un secador de pelo, pero colocado a distancia para evitar
quemaduras.

Dolor y grietas en el pezón

La causa más habitual de dolor en los pezones durante los primeros días de lactancia
materna es la postura errónea del recién nacido al mamar.

El dolor en la parte inferior del pezón se produce cuando la madre presenta al


neonato su pezón inclinado hacia arriba. En esa postura el bebé al chupar erosiona la
parte baja del pezón y lo puede irritar. La corrección de esta postura inadecuada es fácil,
ya que basta modificar la presión de la mano de la madre que sujeta su pecho, orientando
el pezón un poco hacia abajo. También hay que comprobar que el labio inferior del bebé

179
esté doblado hacia afuera contra el pecho y no metido dentro de su boca.

Curar el pezón

Las escoriaciones o grietas del pezón son muy dolorosas y pueden dificultar o incluso
impedir la lactancia materna. Cuando ya se han producido se debe intentar curarlas lo
más rápidamente posible. Además de revisar la postura del bebé al mamar, es esencial
secar el pezón sin tocarlo, usando el aire tibio de un secador. A continuación se cubre la
zona con una pomada emoliente y antiséptica, que lo cicatrizará en pocos días. Encima
hay que colocar una gran gasa estéril, para evitar roces con la ropa.

CUIDAR EL PEZÓN

El pezón es muy delicado y requiere cuidados. Si se lesiona puede poner en


peligro la continuidad de la lactancia materna. El principal peligro es un agarre
inadecuado debido a una postura in correcta del bebé. El pezón debe estar
orientado hacia abajo, y no hacia arriba, y el bebé debe meter en su boca parte
de la areola. Su labio inferior debe estar doblado hacia fuera contra el pecho.

También es importante la limpieza del pezón después de cada toma para


eliminar los restos de leche. Se hace con agua estéril o suero fisiológico.
Después hay que secar bien, pero sin irritar.

Ingurgitación mamaria

La ingurgitación es un estado de excesiva presión dentro de la mama producida por la


retención de leche. Es un fenómeno frecuente y benigno que suele afectar a las dos
mamas a la vez. La causa habitual suele ser una excesiva producción, que el bebé no
extrae suficientemente. También es posible que se obstruyan algunos canalículos que
impidan el vaciado y conduzcan a la retención.

La mama ingurgitada es molesta pero no muy dolorosa. Desaparece la ingurgitación si


se logra extraer la leche sobrante que presiona, bien porque mame más el bebé o bien
extrayéndola artificialmente con un sacaleches. También suele ser útil un suave masaje.

Mastitis

La mastitis o inflamación infecciosa de la mama no debe confundirse con la ingurgitación


mamaria. Al contrario que ésta, la mastitis afecta a una sola mama y es una verdadera
infección por microbios, que necesita consulta y tratamiento médicos. La causa son los

180
gérmenes, como el estafilococo, que están siempre en la piel y que penetran dentro de la
mama, infectándola. Para curarla ser necesario tomar antibióticos.

La mastitis es fácil de identificar porque hay un dolor muy localizado, que puede ser
intenso, en el punto de la infección. La zona afectada se enrojece y está caliente, al
mismo tiempo que pueden aparecer otros signos de infección como fiebre o malestar
generalizado.

Es importante la consulta inmediata con el médico para que el tratamiento se


comience lo antes posible. Habitualmente el tratamiento incluye:

•Un antibiótico por vía general para actuar contra la infección.

•Un vaciamiento suave del pecho afectado con un sacaleches, evitando el dolor. El
bebé puede continuar mamando del pecho sano.

•Calor local, no muy intenso, con una almohadilla caliente.

•Reposo en cama si hay fiebre o malestar.

•Si hay fiebre o dolor intenso, la madre puede tomar algún medicamento antipirético-
analgésico compatible con la lactancia, como el paracetamol.

9.4. Fármacos y lactancia materna

Cuando la madre toma algún medicamento, este circula por su sangre y la mayoría de
ellos pasan a la leche materna, aunque siempre en pequeñas cantidades, solo alrededor
del 1% de la dosis que ha tomado. Este hecho hace que existan tratamientos
farmacológicos de la madre que sean incompatibles con la lactancia materna, ya que su
paso a la leche, aunque sea en pequeñas cantidades, puede perjudicar al bebé.

Otros tratamientos farmacológicos no impiden la lactancia materna, bien porque


pasan a la leche materna en cantidades inapreciables o bien porque lo que pasa no
perjudica al bebé.

De esta manera, los medicamentos que se administran a la madre pueden ser


clasificados en tres grupos, que se detallan a continuación.

A) Fármacos prohibidos o totalmente incompatibles con la lactancia materna

Si la madre los debe tomar por indicación médica, debe interrumpir la lactancia

181
materna y pasar a lactancia artificial.

B) Fármacos contraindicados en la lactancia materna

Solo son compatibles con la lactancia materna si se toman durante un corto periodo
de tiempo y a las dosis habituales, siempre vigilando si existe alguna reacción anómala del
bebé. Es necesario informar al médico que los prescribe que se está dando el pecho y
pedir su consejo.

Si hay dudas, y como medida de precaución, es mejor no correr riesgos, suspender la


lactancia materna y pasar a la lactancia artificial.

C) Fármacos compatibles con la lactancia materna

La madre los puede tomar sin ningún problema o riesgo para el bebé.

✓ ANTIBIÓTICOS Y LACTANCIA MATERNA

La madre que amamanta puede padecer, como cualquier otra persona en


cualquier circunstancia, algún tipo de infección o enfermedad infecciosa, desde
una simple amigdalitis o faringoamigdalitis hasta infecciones más severas como
otitis o infección urinaria. Para curarse, la mayoría de enfermedades infecciosas
precisan un tratamiento con antibióticos, y a veces con antivirales o
antiparasitarios.

En estos casos puede plantearse la duda de si ese tratamiento será


compatible o no con la lactancia materna que toma el bebé. La mayoría de
antibióticos y antivirales pasan a la leche materna, aunque en muy pequeñas
cantidades, totalmente insuficientes para poder causar ningún efecto secundario.

Son muy escasos, y se recetan en raras ocasiones, los antibióticos y


antiinfecciosos que son incompatibles con la lactancia materna. La inmensa
mayoría son totalmente compatibles con la continuación de la lactancia. En las
siguientes páginas se expone el listado.

El profesor Ángel Nogales contaba la anécdota del médico poco experto que
prohibió, incorrectamente, el amamantamiento a un lactante porque prescribió
un antibiótico a la madre, con la evidente contradicción de prescribir, pocos días
después, el mismo antibiótico al bebé por una otitis.

182
Fármacos prohibidos durante la lactancia

Son totalmente incompatibles con la lactancia materna los siguientes fármacos:

Analgésicos: metimazol.

Antibióticos: cloramfenicol, doxorrubicina, tiouracilo.

Anticoagulantes: fenindiona.

Antineoplásicos o anticancerosos: Todos. Ciclofosfamida, sales de oro, isótopos


radioactivos.

Cardiovasculares: amiodarona, ergotamina.

Ginecológicos: bromocriptina, cavergolina, lisurida, ergotamina, dietilbestrol.

Inmunosupresores: Todos.

Psicofármacos: anfetaminas, metilanfetamina, litio, fenciclidina.

Yoduros: Todos, incluso los de uso tópico sobre la piel o las mucosas.

Sustancias radioactivas: Todas.

Drogas de abuso: Todas. Anfetaminas, cocaína, fenciclina, LSD, heroína, marihuana


y alcohol.

RITMOS DIFERENTES

Es esencial que los padres conozcan el hecho normal que los elevados
aumentos de peso de los primeros tres meses de vida del bebé van
disminuyendo de manera progresiva según aumenta su edad.

Durante el último trimestre del primer año, el bebé aumenta normalmente a


un ritmo tres veces menor que durante el primer trimestre. Mientras que en el
primer trimestre puede aumentar casi un kilo al mes, en el último trimestre
apenas aumenta un kilo en los tres meses. Sin embargo, en ese periodo
desarrolla más deprisa sus capacidades físicas y psíquicas.

Fármacos contraindicados durante la lactancia

183
Solo son compatibles si se toman durante un corto periodo de tiempo. Como medida de
precaución, si fuera necesaria su toma sería prudente abandonar la lactancia materna.
Estos fármacos son:

Antibióticos: amantadina.

Antiepilépticos: primidona, fenobarbital.

Cardiovasculares: reserpina.

Betabloqueantes: Todos menos propranolol, oxprenolol y labetabol.

Vasodilatadores: Todos menos metildopa e hidralazina.

Descongestivos nasales: efedrina y pseudoefedrina.

Diuréticos: tiazidas.

Endocrinológicos: estrógenos, antidiabéticos orales.

Gastrointestinales: laxantes activos. Permitida la fibra vegetal.

Los CONTROLES FARMACOLÓGICOS

Actualmente se ha avanzado mucho en los controles que debe pasar un


medicamento antes de que esté disponible para su prescripción por el médico.
Los controles incluyen no solo la medición de su eficacia para una determinada
enfermedad sino también posibles efectos secundarios e incluso su potencial
toxicidad.

Antes de ser usados en humanos todos los medicamentos se prueban


repetidamente en animales. Si pasan el examen, antes de salir al mercado
necesitan superar lo que se llaman "ensayos clínicos controlados", ya en grupos
de personas seleccionadas a las que se les somete a todo tipo de análisis.
Finalmente, las agencias estatales encargadas de la seguridad de los
medicamentos estudian toda la documentación y dan la autorización para su
comercialización.

El laboratorio fabricante está obligado a incluir en cada envase un largo


folleto informativo de las características del medicamento, de sus posibles
efectos secundarios y de su compatibilidad o no con el embarazo y la lactancia

184
materna, por lo que a pesar de su letra pequeña es necesario leerlos.

Fármacos compatibles con la lactancia materna

Son la gran mayoría de los que se usan habitualmente, inocuos a las dosis correctas.

A continuación se presenta el listado por orden alfabético del principio activo:

185
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189
190
UCCIÓN ESTIMULADA

La "subida de la leche" es un mecanismo hormonal que la madre


desencadena con el parto, con independencia de que el bebé vaya a ser
amamantado o no. Tras el parto, todas las madres tienen los pechos dispuestos
para amamantar. Sin embargo, la producción de leche y su mantenimiento solo
se estimulan por la succión del bebé y la extracción continua.

Es la succión la que indica al hipotálamo-hipófisis de la madre que debe


liberar más oxitocina y prolactina, las hormonas que mantienen la lactancia. Si
falla la succión y la extracción, se paraliza la producción de leche.

Es un maravilloso sistema de autorregulación: cuanta más leche toma el bebé


más leche se produce. Amamantar con frecuencia y vaciar el pecho
completamente es el mejor estímulo para el mantenimiento de la lactancia
materna.

Todo lo que reduce el hambre o la necesidad de succionar del bebé reduce la


producción de leche. Si se da al recién nacido "algo más", bien sea suero
glucosado, un biberón de leche artificial o incluso el chupete, disminuyen sus
ganas de succionar el pecho y se puede comprometer el éxito de la lactancia.

Casos prácticos

Caso 17

Nora es un bebé de 2 meses de edad. Su madre consulta, preocupada,


porque cree que no aumenta bien de peso. No tiene ningún síntoma anormal, no
vomita, ni siquiera regurgita, sus deposiciones son normales y no ha estado
enferma en estos dos meses de vida.

Su madre tiene 38 años y este es su segundo bebé. El primero ya tiene 10


años de edad, nació con un peso de 3.600 g y aumentó siempre muy bien. Nora
nació tras un embarazo de 40 semanas de gestación, sin ninguna patología.Se
practicó amniocentesis prenatal, por madre añosa y para descartar
malformaciones, que fue normal. El parto fue eutócico, sin incidentes.

Nora nació con un peso de 2.400 g, una talla de 47 cm y un perímetro


cefálico de 35 cm. Para su edad de gestación, el peso de Nora fue bajo, pero

191
armónico con las cifras también bajas de su talla y su perímetro cefálico.
Técnicamente estos niños se denominan "pequeños para su edad gestacional".
Probablemente Nora no aumentó bien intraútero debido a la denominada
"insuficiencia placentaria", la placenta de las madres añosas que no tiene tanta
capacidad para nutrir al feto como la de las madres jóvenes.

Nora pesó al mes de vida 3.100 g, 700 g más que al nacer, y actualmente, a
los 2 meses de edad pesa 4.000 g, 900 g más que un mes antes, un aumento
totalmente normal. Además mide 53 cm, 6 más que al nacer.

Actualmente, Nora toma lactancia artificial con fórmula de inicio,


correctamente preparada, de 90 a 100 ml cada tres horas aproximadamente, con
pausa nocturna, siete tomas al día. Es decir, Nora toma aproximadamente 170
ml de leche/kg de peso/día, una cantidad por encima de lo normal.

La exploración física de Nora es normal, como normal es su crecimiento.

Interpretación

La mamá de Nora recuerda el gran aumento de peso de su anterior bebé,


que a los dos meses pesaba más de 5 kg, pero son casos totalmente distintos, ya
que aquel nació con un peso muy alto, nada menos que 1.200 g más que Nora.

Aunque el aumento de peso de Nora es totalmente normal, durante los dos


primeros años de vida, sobre todo en el primero, siempre estará "penalizada"
por su bajo peso al nacimiento. Estos bebés necesitan mucho tiempo para
conseguir el llamado "crecimiento de recuperación" o "catch-up growth".

Fue necesario explicárselo con detenimiento, pero la madre de Nora


entendió bien que no debía preocuparse.

Caso 18

Lucas es un bebé de 4 meses y medio de edad. Su madre consulta por


rechazo parcial de la alimentación, vómitos y estancamiento de la curva
ponderal. Lucas nació a principios de octubre, tras un embarazo de 39 semanas
de gestación, sin ninguna patología. El parto fue normal, con una puntuación de
Apgar de 9/10 y pesó al nacer 3.500 g. Alimentado con lactancia artificial desde
el nacimiento, ha tenido un buen aumento de peso hasta el tercer mes de vida. A
los 3 meses pesó 6.400 g.

192
A principios de enero, con poco más de 3 meses y debido al trabajo fuera de
casa de ambos padres, Lucas comienza estancia en guardería infantil desde las
ocho de la mañana hasta las tres y media de la tarde.

Desde pocos días después del inicio de la guardería presenta un cuadro


catarral casi continuo, con obstrucción nasal, abundantes mucosidades, ruidos al
respirar, y tos esporádica. Sin embargo, no ha presentado fiebre. Al mismo
tiempo comenzó a tomar mal los biberones. Rechaza algunos, toma poco de
otros y ocasionalmente tiene vómitos con abundante mucosidad.

Ahora, a los 4 meses y medio, Lucas pesa 6.700 g, con un aumento de solo
300 g en el último mes y medio. Sin embargo, su exploración física es normal
salvo su obstrucción nasal, sus abundantes mucosidades y la respiración bucal.

Interpretación

El escaso aumento pondera) de Lucas en el último mes y medio se explica


bien por su catarro nasal duradero. La obstrucción de la nariz le impide respirar,
tiene que hacerlo por la boca, y al mismo tiempo le impide tomar bien, puesto
que con la boca tapada por la tetina se ahoga. Es normal que rechace la toma, y
como consecuencia que ingiera escasa cantidad de biberón y que por tanto
aumente poco de peso.

También son normales los vómitos en los procesos catarrales. El bebé es


incapaz de expulsar al exterior sus abundantes secreciones nasales, se las traga y
se acumulan en su estómago. El vómito es una manera de librarse de ellas.

Aunque el estado de Lucas no reviste gravedad, y tampoco su escaso


aumento pondera) puesto que lo había acumulado bien en los meses anteriores,
es necesario solucionar el problema para que no dure demasiado.

Solución

La solución pasó por retirar a Lucas de la guardería durante los tres meses
de invierno que quedaban. Hubo que hacer reajustes familiares para hacerse
cargo del bebé y que permaneciera en casa, sin contacto con otros niños
acatarrados que pudieran contagiarle.

Los catarros en los bebés son muy molestos y además difíciles de resolver
en poco tiempo, sobre todo en las épocas de epidemias invernales y acudiendo a

193
las guarderías. Las guarderías tienen grandes ventajas, sociales y educativas,
pero en ocasiones conviene una suspensión temporal de la asistencia, sobre todo
en bebés muy pequeños.

194
195
10.1. ¿Es buena la lactancia artificial?

La lactancia materna constituye no solo el alimento ideal para el bebé por su composición
en sustancias nutritivas, sino que además le protege de infecciones y previene muchas
enfermedades, tanto agudas, a corto plazo, como crónicas, a largo plazo.

Tiene otros muchos beneficios, como favorecer el apego y la unión afectiva entre
madre e hijo y el estar siempre lista, a la temperatura adecuada y sin ninguna posibilidad
de contaminación. Siempre hay que intentar dar el pecho, a no ser que la madre tenga
una enfermedad grave o esté tomando medicamentos incompatibles con el
amamantamiento.

Solo leches para bebés

En muchas ocasiones y debido a múltiples circunstancias, no es posible la lactancia


materna y hay que recurrir a la lactancia artificial con biberón. No hay problema, la
lactancia con biberón también es buena. Ahora bien, se debe hacer siempre y de manera
exclusiva con unas leches o fórmulas especiales para los bebés, que antes se llamaba
"adaptadas" o "humanizadas"

¿Qué significaban estos términos? Que se había intentado por parte del fabricante
obtener un producto cuya composición en nutrientes se acercara el máximo posible a la
composición de la leche materna, aunque no tengan ni las sustancias antiinfecciosas ni las
células vivas que ésta sí posee.

Como ya se ha indicado, las leches de animales que bebemos los humanos, de vaca,
de oveja, de cabra, de camella, etc., no sirven para alimentar a los bebés menores de un
año, porque su composición en nutrientes es muy diferente de la leche materna. De
hecho sería muy perjudicial que las tomaran.

La madre que no puede o no quiere amamantar a su hijo no debe tener sensaciones


negativas de que está haciendo algo mal. La lactancia artificial no es mala, ni mucho

196
menos, ya que actualmente las fórmulas para bebés son productos con una buena
composición nutritiva. Simplemente la lactancia materna sigue siendo la mejor, además
de ser más sencilla y más barata.

Actualmente la industria dietética infantil ha logrado unos productos muy elaborados


y seguros, mucho mejores que los disponibles hace unas décadas, aunque caros. Sin
embargo, es necesario saber manejarlos y preparar el biberón de manera adecuada, ya
que se pueden cometer errores de elaboración que pueden perjudicar al bebé.

✓ DOBLAR Y TRIPLICAR

Doblar el peso al nacimiento, multiplicarlo por dos, lo deben hacer la


mayoría de bebés entre los 4 y los 5 meses de vida, aunque hay muchas
variaciones individuales porque cada bebé es diferente.

Triplicar, multiplicar por tres el peso al nacimiento, lo hacen la mayoría de


bebés alrededor del año de vida.

10.2. El desarrollo de las fórmulas lácteas

Desde hace más de un siglo, tanto los médicos como la industria de la alimentación han
intentado fabricar una leche artificial ideal para lactantes, una fórmula lo más parecida
posible a la leche materna, que se "adaptara" al máximo, tanto en su contenido en nu
trientes como en su digestión y absorción por el delicado intestino del bebé.

Los fundamentos científicos y técnicos de la lactancia artificial se basaron tanto en los


avances del análisis químico de las leches, tanto materna como de vaca, como en los
estudios sobre su metabolismo en el cuerpo del bebé. Los avances en este conocimiento
fueron aprovechados para el desarrollo de una potente industria de dietética infantil.

Se estudiaron estas cuestiones:

•La digestibilidad de los componentes de la leche, humana y de los animales, sobre


todo la de vaca, la más abundante y disponible.

•La capacidad de creación de calor, el balance energético.

•Las cantidades de alimento que debía recibir el bebé con arreglo a su edad y a su
peso.

197
•Los procedimientos para conservar la leche de vaca y reducir los riesgos de
contaminación bacteriana.

LA LECHE DE ANIMALES

El recurso a la leche de animales como alternativa a la humana en la


alimentación del lactante es tan antiguo como la humanidad y es un tema común
en la mitología y literatura clásica.

Cuando nació Zeus, rey de los dioses del Olimpo, su madre Rea lo escondió
en una gruta del monte Ida, en la isla de Creta, para evitar que lo matara su
padre, Cronos, que devoraba a todos sus hijos según iban naciendo. En la gruta
fue alimentado por la ninfa Amaltea, con leche de cabra y miel de abeja.

En otras representaciones, Amaltea es el nombre de la cabra ordeñada por la


ninfa, como en el óleo de Jacob Jordaens "Infancia de Zeus" que se conserva en
el Museo del Louvre de París.

Está prohibido dar al bebé leche de vaca, ni entera, ni desnatada, ni


semidesnatada, ni la de otros animales (oveja, cabra, etc.) hasta que haya
cumplido el año de edad.

Los pioneros

Los primeros intentos se remontan a 1865, cuando Justus von Liebig (1803-1873)
comenzó el análisis químico de los componentes de la leche. Como consecuencia,
describió una fórmula basada en la leche de vaca, con una mezcla de harina de trigo,
harina de cebada, agua y bicarbonato potásico. Todo ello se mezclaba y hervía, para
después enfriarse y quedar listo para calentarlo ligeramente antes de ofrecérsela al bebé.

También en 1865 se patentó en Estados Unidos un método para fabricar la que se


llamó "leche condensada": la ebullición de la leche de vaca y su mezcla con azúcar. En
1878, Henri Nestlé comenzó a fabricar leche condensada en Suiza. Hasta entonces había
fabricado harinas lacteadas, compuestas por leche de vaca, harina de trigo, malta y
azúcar.

La leche condensada tenía la enorme ventaja de que no se contaminaba con


gérmenes, que habían sido eliminados con la ebullición, por lo que se podía conservar
largo tiempo con la seguridad de no transmitir enfermedades. Tuvo una función esencial
en la alimentación de los soldados en numerosas guerras, que disponían de un alimento

198
envasado fácil de consumir y seguro, sin microbios contaminantes.

Aunque la noción de "contagio" de las enfermedades infecciosas es muy antiguo,


recuérdense las medidas que la sociedad medieval tomaba contra la peste o la lepra
aislando a los enfermos, no pudo ser explicada hasta que se descubrieron los gérmenes
patógenos como su causa y su transmisión a las personas. La microbiología médica se
inició en la segunda mitad del siglo xix con Louis Pasteur (1822-1895) y Robert Koch
(1843-1910).

Los análisis comparativos

La leche condensada, aunque se conservaba bien tenía un 38% de azúcar, una cantidad
muy elevada. Para utilizarla en la alimentación del lactante había que diluirla mucho en
agua, con lo que se quedaba pobre en los otros nutrientes, proteínas y grasas. No servía
para alimentar al bebé.

En 1884 el pediatra estadounidense Arthur V.Meigs publicó un artículo exponiendo un


análisis comparativo de la leche de mujer y la de vaca, subrayando la baja concentración
en proteínas de la leche de mujer (1 g/100 ml) y la alta concentración en azúcar (7,4
g/100 ml). Como consecuencia, diluyendo la leche de vaca con agua de cal, para
disminuir su concentración en proteínas, y añadiendo a esta dilución tanto grasas,
mantequilla, como azúcar, se obtuvo la primera aproximación artificial a la leche de
mujer, aunque todavía muy grosera.

Un paso importante al final del siglo xix y comienzos del xx fue la obtención de la
leche de vaca "pasteurizada", una leche más segura porque se habían destruido mediante
el calor la mayoría de gérmenes patógenos que la contaminan.

Afinando la composición

En la primera década del siglo xx se intensificaron las investigaciones calorimétricas y


metabólicas sobre la composición de las diferentes leches de animales. Esto dio un nuevo
giro a la fabricación de leches artificiales, ahora no solo empíricas sino basadas en datos
precisos y objetivos de los estudios científicos.

Así en 1915, Gerstenberger y Ruhr describen una fórmula sintética de leche adaptada
en que combinan grasas animales y vegetales en un intento de imitar la composición en
lípidos de la leche materna. Después, ya en 1920, Marriot describe la leche "acidificada",
mucho más fácil de digerir, que desempeñó un papel muy importante en la alimentación
de los lactantes europeos de la primera mitad del siglo xx.

199
El perfeccionamiento de la manipulación industrial y los progresos en los procesos
térmicos, que lograron crear la leche en polvo, junto al descubrimiento del envasado al
vacío, hicieron cada vez más seguras estas leches que se llamaron "humanizadas".

Pero habría que esperar a la década de 1970 para poder disponer de leches
"adaptadas", fórmulas que modifican totalmente la base de leche de vaca, cambiando casi
todos sus componentes: proteínas, grasas, hidratos de carbono, sales minerales,
vitaminas, etc. También a partir de entonces surge la distinción entre "leche de inicio" o
tipo 1, para utilizar en los primeros seis meses de la vida del bebé y "leche de
continuación" o de seguimiento, tipo 2, para la segunda mitad del primer año de vida.

CONFUSA DENOMINACIÓN

La antigua calificación de leche "adaptada" y todavía más el de


"humanizada", hacía pensar a muchas madres que el producto artificial que
daban a sus bebés tenía las mismas características que la leche materna. Nada
más lejos de la realidad, porque aunque su composición en nutrientes fuera
similar, que no idéntica, las fórmulas artificiales carecen de las células vivas, los
anticuerpos y las sustancias antiinfecciosas que hacen tan valiosa e insustituible
a la leche de mujer.

Tampoco era adecuada la propaganda de la alimentación artificial que hacían


las marcas comerciales, ya que omitían que la lactancia natural es mejor. Como
consecuencia, se prohibieron esas denominaciones inexactas y se obligó a incluir
en los envases el mensaje de que la lactancia materna es la ideal. También se
prohibió la publicidad en los medios de comunicación de las fórmulas artificiales,
con el fin de favorecer la lactancia materna.

10.3. La composición de las fórmulas lácteas

Las sociedades científicas pediátricas, como la ESPGHAN (European Society for


Paediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition), han elaborado normativas muy
estrictas de composición de nutrientes que deben cumplir las marcas comerciales que
fabrican leches para bebés, la última del año 2005.

Estas recomendaciones de composición se hacen teniendo en cuenta numerosos


estudios científicos que los avalan, la mayoría de veces después de amplias polémicas
para cada nutriente para conocer cuál debe ser la cantidad ideal que tendrían que
contener. Tanto es así que no hay casi nunca acuerdo unánime entre los expertos y

200
siempre está sujeto a sucesivas revisiones.

Una de las polémicas más relevantes fue la de la cantidad de proteínas que deben
tener las fórmulas, que concluyó recomendando una cantidad algo superior de la que
tiene la leche de mujer. También llama la atención la cantidad recomendada de hierro,
que es doble en la fórmula de continuación respecto a la de inicio.

La Directiva europea

Desde junio de 1994 una Directiva de la Comunidad Europea elevó a norma de elevado
cumplimiento muchas de esas recomendaciones. Los gobiernos de cada país, antes de
dar la autorización de fabricación a las casas comerciales, deben controlar que las
fórmulas que producen cumplen esta norma.

CUADRO 10.1

Comparación de la composición de la leche materna con la exigida por la Directiva de la


Unión Europea para las fórmulas comerciales (por 100 ml)

La Directiva fue un paso fundamental en la lactancia artificial al garantizar unos


niveles suficientes de nutrientes.

DECLARACIÓN DE LA ACADEMIA AMERICANA DE PEDIATRÍA (1997)

201
"La leche humana es de calidad excepcional para la alimentación infantil y
específica de la especie. Todas las demás opciones de alimentación con
sustitutos tienen características muy diferentes. El niño alimentado al pecho es el
modelo con respecto al crecimiento, salud y desarrollo".

DOCUMENTO DE LA ACADEMIA AMERICANA DE PEDIATRÍA (2012)

"La lactancia materna no solo previene infecciones del bebé sino que además
disminuye la incidencia de obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes
de los tipos 1 y II, asma y atopia, enfermedad celíaca, enfermedad inflamatoria
intestinal, leucemia y síndrome de muerte súbita del lactante. Además de reducir
la mortalidad total de los bebés estos mejoran su desarrollo psicomotor y
obtienen mejores puntuaciones en sus pruebas neurológicas".

10.4. Leches de inicio y de continuación

Leches para lactantes

Las fórmulas o leches llamadas "de inicio", "para lactantes", o tipo 1, son las adecuadas
para que las tome el bebé desde el nacimiento hasta cumplidos los 6 meses de vida.
Dadas a la dilución adecuada, cubren todas las necesidades del bebé en ese primer
semestre de la vida, tanto en agua como en nutrientes, de manera que no es necesario, ni
conveniente, dar ningún otro alimento adicional durante ese periodo de tiempo.

La única excepción es dar agua, pero solo si el bebé la pierde de manera anormal por
el sudor o transpiración, bien sea en las épocas calurosas de año o por el excesivo calor
ambiental. También hay que dar agua adicional cuando el bebé tiene fiebre.

El agua extra debe darse entre las tomas de biberón y en pequeñas cantidades cada
vez, aunque todo lo que se necesite. El agua debe ser estéril, lo más pura posible. Son de
elección las aguas minerales embotelladas con bajo componente en sales minerales (aguas
de mineralización baja).

Leches de continuación

Las fórmulas o leches "de continuación", o tipo 2, son las adecuadas para dar al bebé en
el segundo semestre de su vida. Como se observa en el cuadro 10.1, tienen algunas
diferencias de composición con las leches de inicio, entre otras que son más ricas tanto
en proteínas como en hierro, que son dos nutrientes que se precisan más en esta etapa de

202
la vida. Además, a partir de los 5 o 6 meses de vida se comienzan a dar las papillas, que
aportan otros nutrientes igualmente necesarios, además de preparar al bebé para una
alimentación más variada.

En el segundo semestre de su vida, el bebé ya ha avanzado mucho, tanto en su


desarrollo psicomotor, como en sus capacidades para digerir y absorber los alimentos. Se
puede decir que es un periodo de transición desde la alimentación exclusivamente líquida
del primer semestre de la vida hasta la alimentación mucho más variada que tomará
después de cumplir el año de edad.

Así pues, una vez cumplidos los 6 meses, no solo se debe cambiar la leche de inicio
por leche de continuación, sino comenzar a dar al bebé otros alimentos: las papillas.
Además, debe tomarlas a cucharaditas puesto que ya ha adquirido la función de deglutir,
de tragar el alimento semilíquido que se le deposita en la boca.

✓ ERASMO

Erasmo de Rotterdam (1466-1536) fue el pensador más importante de su


época, hasta el punto de crear el "erasmismo", una corriente cristiana basada en
la vida interior, el humanismo y el pacifismo, que se extendió por toda Europa.

En su obra da una gran importancia a la lactancia materna e insiste en que


sean las propias madres las que críen a sus hijos:

"Tan pronto como se ha parido viene el cuidado de la lactancia. Una madre


no está liberada de su hijo ya que está encargada del cuidado de alimentarlo... es
cosa enteramente contraria a la naturaleza negar el dar el alimento al niño que se
ha parido... en fin que es de una extrema consecuencia que sean las mismas
madres las nodrizas de sus hijos, tanto para que ellos tengan un buen
temperamento y un buen natural como para cimentar ese amor y esa ternura
mutua, que hace la dicha de las familias" (Christiani matrimonü institutio,
Basilea, 1526).

Fórmulas o leches para lactantes

Teóricamente deberían tener una composición lo más similar posible a la leche materna
en todos sus componentes, pero no se llega a alcanzar en su totalidad.

A) Energía

203
La recomendación de tener un valor calórico de entre 64 y 72 kcal/100 ml se basa en
el contenido medio de la leche materna (68 kcal/100 ml), evitando hacerla más calórica
para no favorecer la aparición de obesidad. Las grasas son la fuente principal de esas
calorías, un 55,9%, los hidratos de carbono un 38,6% y las proteínas solo un 5,5%.

B) Proteínas

Se recomienda que las fórmulas contengan entre 1,2 y 2 g/100 ml, una cantidad
mayor que la que tiene la leche de mujer (1 g/100 ml), ya que son proteínas procedentes
de la leche de vaca, que tienen me nor contenido en aminoácidos esenciales. No se puede
aumentar más porque un aporte excesivo de proteínas sobrecargaría al riñón del bebé y
sería perjudicial. También es importante que se establezca la norma de una relación
caseína/proteínas del suero igual a la de la leche de mujer, 40/60.

Así mismo, deben tener un nivel adecuado de aminoácidos esenciales como taurina,
carnitina, arginina y triptófano.

C) Carbohidratos

Se cree que el aporte exclusivo de lactosa como único carbohidrato es lo mejor para
el bebé, y las cantidades recomendadas son similares a las de la leche de mujer, aunque
con una horquilla más amplia. La incorporación de gangliósidos haría a la fórmula más
similar a la leche materna.

D) Grasas

La cantidad total de grasas es muy similar a la de la leche materna, pero lo difícil es


conseguir una composición en ácidos grasos similar. Para ello, hay que aumentar los
ácidos grasos poliinsaturados, hasta que sean un total del 12% de ácidos grasos, de
vitamina E para su metabolización, y de ácidos grasos monoinsaturados como el oleico.
Al contrario, hay que disminuir la cantidad de ácidos grasos saturados, excesivos en la
leche de vaca.

También es esencial el añadir los ácidos esenciales linoleico y linolénico, muy


abundantes en la leche de mujer y muy escasos en la leche de vaca. Para conseguirlo se
debe recurrir a añadir aceites vegetales, de oliva o de soja, muy ricos en estos nutrientes.

LA DISCUSIÓN SOBRE EL COLESTEROL

La leche humana contiene cantidades elevadas de colesterol, bastante

204
superiores a las de la leche de vaca. Este hecho tiene efec tos muy beneficiosos
durante los primeros meses de la vida, porque el colesterol es esencial para el
crecimiento y la maduración de los órganos con alto contenido en lípidos, como
el cerebro, y en los procesos de mielinización.

Su presencia abundante en la leche de mujer se relaciona con la


imposibilidad que tiene el lactante para sintetizarlo en las primeras etapas de su
vida. Este efecto beneficioso continuaría después, porque el bebé ya tendría
bien desarrollada una vía para su metabolización. De esa manera, aunque los
bebés lactados al pecho tiene unos niveles de colesterol plasmático superiores a
los lactados artificialmente, en épocas posteriores de la vida pueden defenderse
mejor de la hipercolesterolemia y tienen más protegidas sus arterias contra la
ateroesclerosis.

E) Sales

Las fórmulas para bebés deben disminuir drásticamente la cantidad excesiva de sales
que contiene la leche de vaca, sobre todo el sodio.

F) Minerales

Se puede aumentar la cantidad de hierro, pero no de manera excesiva, ya que no es


necesario antes de los 3 o 4 meses de edad, en que el bebé utiliza las reservas que le ha
pasado su madre. Sí hay que aumentar la cantidad de cobre y de zinc, ya que en las
fórmulas tiene menor absorción (biodisponibilidad) que el que contiene la leche de mujer.

G) Vitaminas

Las fórmulas deben contener las 13 vitaminas consideradas como esenciales, cuatro
liposolubles (A, D, K y E) y nueve hidrosolubles, en cantidades superiores todavía a la
de la leche de mujer, ya que su absorción es menor.

Mención especial es la obligación de suplementar la leche para lactantes con vitamina


D, como ya se ha indicado muy escasa en la leche de mujer.

Fórmulas de continuación

Las fórmulas de continuación o de seguimiento están indicadas como la parte líquida de


la dieta del bebé a partir del sexto mes de vida. La composición recomendada tiene en
cuenta que a partir de esa edad la dieta se diversifica con la toma de papillas. Los
nutrientes que ingiere el bebé ya no dependen solo de la leche y ese hecho hace que la

205
composición de la fórmula de continuación pueda ser bastante diferente que la de inicio.

A) Energía

Prácticamente no varía, solo se amplía la horquilla posible.

B) Proteínas

Hay dos variaciones importantes. Por un lado, se aumenta la cantidad recomendada,


que pasa a ser de entre 1,8 y 3,2 g/100 ml, un contenido que supone entre el doble y el
triple de la leche materna. Tiene las siguientes explicaciones:

•La fórmula de continuación se toma dentro de una dieta más variada, junto con
alimentos que tienen pocas o muy pocas proteínas, como son las frutas, los
cereales y las verduras.

•Los riñones del bebé siguen madurando, y aunque no lo estarán totalmente hasta el
año de edad, ya pueden metabolizar estas cantidades.

El otro importante cambio respecto a la leche para lactantes es que no se modifica la


relación proteínas del suero/caseína de la leche de vaca, 20/80, por lo que hay menor
ingesta de aminoácidos esenciales, casi ausentes en la caseína. Esta pérdida se suple en
parte por ese mayor contenido total en proteínas, pero sobre todo porque a partir del
sexto mes de vida el bebé comienza a tomar pequeñas cantidades de carne, muy rica en
esos aminoácidos esenciales.

C) Hidratos de carbono

La principal novedad es la presencia de otros azúcares además de la lactosa, como


son la dextrinomaltosa y otros.

D) Grasas

Lo más importante sigue siendo mantener altos contenidos en ácido linolénico.

E) Minerales

En el segundo semestre de vida ya falta hierro y es importante que la fórmula de


continuación esté bien suplementada en este mineral.

✓ EL CASO DE LA VITAMINA D

206
Las necesidades de vitamina D del bebé son de 200 a 400 U.I. diarias. La
leche materna contiene cantidades escasas de vitamina D, solo entre 1,6 y 6 U.I.
por cada 100 ml, que no cubre sus necesidades. Como la vitamina D también se
sintetiza en la piel mediante la exposición al sol, el lactante podría cubrirlas de
esa manera.

Pero dado que la exposición regular al sol no es prácticamente posible en


muchos bebés durante los primeros meses de vida, tanto la Academia
Americana de Pediatría como la Asociación Española de Pediatría recomiendan
dar a los bebés amamantados al pecho un suplemento diario de 400 U.L, pero
no más. ¡Hay que tener cuidado con las dosis porque la vitamina D dada en
cantidades excesivas puede perjudicar seriamente, a cualquier edad!

Los bebés con lactancia artificial no necesitan esos suplementos porque la


composición de las leches para lactantes ya incluyen 40 U.I. de vitamina D por
100 ml. Tomando solo 500 m1 diarios de una fórmula artificial, el bebé ya
ingiere las 200 U.I. que necesita como mínimo, y habitualmente toma más
cantidad.

10.5. Preparación de los biberones

La preparación de los biberones debe ser cuidadosa. Es fácil, pero hay que evitar
cometer errores que puedan perjudicar al bebé. Es esencial que la preparación sea limpia,
higiénica, idealmente en condiciones de esterilidad.

Los pasos son los que se señalan en los siguientes apartados.

Lavado de manos con agua y jabón

Antes de comenzar a prepararlo debe hacerse un cuidadoso lavado de manos, para no


contaminar con gérmenes ni el biberón ni su contenido.

Limpieza de utensilios

Después de cada toma se deben limpiar meticulosamente en el grifo con agua a chorro
tanto el biberón como la tetina, con el fin de eliminar los restos de leche. Después se
deben esterilizar, bien sea por ebullición en agua hirviendo durante cinco minutos o
sumergiéndolos en las soluciones comerciales de líquidos esterilizantes. A continuación se
guardarán en un armario limpio y cerrado, hasta la próxima toma.

207
Cómo debe ser la tetina?

Aunque todas las tetinas son parecidas, el bebé puede mostrar predilección por una o por
otra, e incluso es posible que se niegue a tomar de la nueva cuando se desgasta la que
siempre ha usado. La madre debe armarse de paciencia y probar varias.

Lo más importante de la tetina es el tamaño del agujero, que no debe ser ni excesivo
ni escaso. Si el agujero de la tetina es demasiado grande entrará excesiva cantidad de
leche en la boca con cada suc ción, y el bebé puede atragantarse. Si el agujero es
pequeño el bebé tiene que hacer un esfuerzo de succión excesivo para extraer una
cantidad escasa de leche, por lo que se irrita, protesta y se cansa.

El tamaño adecuado del agujero de la tetina

El tamaño adecuado es aquel que al invertir el biberón hacia abajo permite que la leche
caiga espontáneamente en gotas rápidas y muy seguidas. Si la leche cae en chorrito, el
agujero es demasiado grande. Si la leche cae en gotas lentas, es demasiado estrecho.
También orienta a la madre el comportamiento del bebé al tomar el biberón.

Cómo debe sostenerse el biberón?

Uno de los problemas habituales de la lactancia, tanto de la materna natural como de la


artificial con biberón, es la gran cantidad de aire que traga el bebé con la succión de la
leche. Este fenómeno se llama aerofagia y es casi inevitable. Cuando es excesiva, los
gases se acumulan en el estómago del bebé y le provocan muchas molestias y malas
digestiones.

Aunque parte de ese aire se pueda expulsar con el eructo, es importante impedir que
se trague. Para ello, durante la toma el biberón debe sostenerse en posición bastante
vertical, nunca horizontal. Así el aire sube hacia la parte alta del biberón, no está en la
tetina y no puede ser tragado por el bebé.

✓ EL SOL Y LA VITAMINA D

La deficiencia en vitamina D es más frecuente, tanto en los bebés como en


otras edades, en los países y regiones poco soleadas, como las nórdicas y en
latitudes elevadas como Canadá (50-55° de latitud Norte) o Alaska (60-65° de
latitud Norte), en las que es difícil o casi imposible tomar el sol.

Sin embargo, esta deficiencia también se ha encontrado en países muy

208
soleados, en los que bien por temor a la insolación o bien por motivos culturales
o religiosos, casi no existe esta exposición solar de la piel (países árabes, la
India). Otro de los obstáculos para la producción de la vitamina D por la piel es
su coloración oscura en algunas razas, que dificulta la captación de los rayos
ultravioleta.

Cómo debe ser el agua para el biberón?

Existen fórmulas o leches para bebés que se presentan ya en forma líquida, preparadas
para la toma sin necesidad de dilución. Sin embargo, suelen ser más caras y poco usadas.
Lo habitual es que las fórmulas para bebés se presenten en forma de polvo dentro de
envases metálicos. Para preparar cada biberón hay que efectuar la dilución del polvo con
agua.

Hay que tener la precaución de cerrar bien el envase después de extraer el polvo de
leche necesario para preparar un biberón. Cerrado herméticamente, a presión, ya no
pueden entrar en su interior ni gérmenes patógenos ni humedad, que podrían alterar el
contenido. Hay que guardar el envase cerrado en un sitio frío y seco.

El agua para preparar el biberón debe ser estéril, potable y con bajo contenido en
nitratos y en sales minerales. En muchas zonas de España el agua del grifo, aunque
potable, es decir sin gérmenes patógenos, contiene excesiva cantidad de cloro y de
nitratos, que pueden ser perjudiciales para el lactante. Es el motivo por el que se
desaconseja su uso. Es preferible para fabricar el biberón el agua mineral embotellada,
que también es estéril pero además no contiene nitratos.

En el etiquetado de las botellas de agua mineral figura su contenido en sales,


expresado en miligramos por litro. Hay que preferir el agua que menos sales contenga,
sobre todo las menos ricas en sodio (Na). Preferiblemente, el contenido en sodio debe
ser inferior a 15 mg/l. También es conveniente que sea pobre en sulfatos y en
bicarbonato.

Una cantidad excesiva de sales en el agua del biberón sobrecargaría el inmaduro riñón
del bebé, que tendría dificultades para eliminarlas por la orina.

✓ FALSEDADES REPETIDAS

Una de las falsedades que se repitieron sobre todo en la segunda mitad del
siglo xx, en parte debido a la propaganda de las casas comerciales, fue que la

209
lactancia con biberón era más fácil que la materna. Es evidente que no es así,
observando bien todas las precauciones y cuidados que necesita su preparación
y que es necesario cumplir para no perjudicar al bebé. Todo un ritual preciso
que da mucho trabajo.

En cambio, la leche materna siempre está disponible sin necesidad de ningún


utensilio, siempre a la temperatura adecuada, sin precisar diluciones, totalmente
estéril y sin posibilidad de contaminación. Además es más barata, porque la
lactancia artificial puede ser una carga económica para muchas familias.

10.6. La dilución correcta del biberón es esencial

Disolviendo el polvo en el agua

Para que la disolución del polvo de leche en el agua sea más rápida y además el lactante
tome mejor el biberón, el agua debe estar tibia, no fría. El biberón tiene que estar a una
temperatura bastante menor que el cuerpo, 37 °C, para que no queme ni lesione las
delicadas mucosas de la boca del bebé.

El biberón debe estar tibio pero no caliente, a una temperatura similar a la leche que
surge del pecho de la madre. Como medida de seguridad, antes de dar el biberón, la
madre debe dejar caer unas gotas sobre el dorso de su mano para constatar que tiene la
temperatura adecuada.

Así, el agua se hierve durante solo un minuto y se deja enfriar. Solo se mezcla con el
polvo de la leche cuando ya se ha enfriado, al menos a 45 °C ¿Cuál es la razón? Porque
a 60 °C o más se inactivan las vitaminas que contiene el polvo de leche, con la
consiguiente pérdida de nutrientes esenciales en la alimentación del bebé.

La proporción polvo-agua

Una de las grandes ventajas de la lactancia materna es que la leche surge del pecho a la
dilución adecuada. Para imitarla, es esencial que los biberones se fabriquen diluyendo el
polvo de leche con la cantidad adecuada de agua.

Todos los envases de fórmulas para bebés contienen en su interior un cacito de


plástico, medidor del polvo de leche. Dada la importancia del tema, todas las marcas
comerciales se han puesto de acuerdo para que este cacito raso, sin monte, contenga
entre 4,3 y 4,5 gramos de leche. Para que sea exacto, sin monte, después de llenarlo del
bote se debe rasar con un cuchillo.

210
La dilución correcta del biberón es de entre el 13 y el 14%, es decir, de 13 a 14
gramos de polvo de leche por cada 100 ml de biberón ya reconstituido, lo cual se obtiene
diluyendo un cacito raso de polvo de leche por cada 30 ml de agua. En el biberón hay
que poner primero el agua, tiene unas rayas que miden la cantidad. Después del agua hay
que añadir el polvo.

Así, con 60 ml de agua deberemos añadir dos cacitos rasos de polvo de leche y
resultará un biberón de alrededor de 70 ml. Con 90 ml de agua deberemos diluir tres
cacitos rasos de polvo de leche, con lo que resultará un biberón de aproximadamente 100
ml.

La concentración correcta es:

•Para 60 ml de agua, 2 cacitos rasos de polvo de leche.

•Para 90 ml de agua, 3 cacitos rasos de polvo de leche.

•Para 120 ml de agua, 4 cacitos rasos de polvo de leche.

•Para 150 ml de agua, 5 cacitos rasos de polvo de leche.

•Para 180 ml de agua, 6 cacitos rasos de polvo de leche.

LA DISCUSIÓN SOBRE LA TEMPERATURA DEL AGUA

Nadie discute que el biberón debe estar algo tibio pero nunca caliente, para
no quemar la delicada boca del bebé. ¡Siempre hay que comprobarlo antes de
darlo!

Tampoco nadie discute que el agua para el biberón debe ser estéril, sin
gérmenes. Y además sin nitratos, abundantes en el agua del grifo. Pero el agua
embotellada, teóricamente estéril y sin nitratos, ¿debe hervirse?

En los países del tercer mundo no se plantea esta polémica. Toda el agua
disponible está teóricamente contaminada y la OMS ordena hervirla durante al
menos 5 minutos para que quede estéril, mueran todos los gérmenes que
contiene. A continuación se deja enfriar y se prepara el biberón.

¿Nos podemos fiar del agua embotellada? Teóricamente sí, debe ser estéril,
pero para mayor seguridad, la mayoría de expertos recomiendan hervirla,

211
aunque no durante mucho tiempo, para no concentrar las sales minerales por el
efecto de la evaporación. Con un minuto es suficiente para destruir la posible
contaminación.

Pero también es importante enfriarla después, antes de diluir el polvo de la


leche. Si se disuelve el polvo en agua muy caliente, a más de 60 °C, se
destruyen las vitaminas que contiene. Lo mejor es diluir cuando ya se ha
enfriado a 45°. Pero ¿tenemos que estar midiendo continuamente la
temperatura? No hace falta, se nota al tacto, cuando esté solo tibia, no caliente.

Consecuencias de una mala dilución

Si el biberón no se diluye correctamente, en la proporción que se ha indicado, las


consecuencias pueden ser perniciosas para el bebé.

Cuando el biberón se diluye a menor concentración, es decir poniendo o bien más


agua o bien menos polvo de leche que el indicado, el biberón queda más diluido, aguado.
Tiene una excesiva cantidad de agua y menor contenido en nutrientes. La consecuencia
es que el bebé no recibirá el aporte alimenticio que necesita para su adecuado
crecimiento.

Si, al contrario, el biberón se diluye a mayor concentración, es decir o con menor


cantidad de agua o con más cantidad de polvo de la indicada, el biberón queda
demasiado espeso. Además de la mayor dificultad para la toma, la consecuencia más
grave es que el bebé puede tener falta de agua, lo que puede conducirle, si la situación se
prolonga, a una deshidratación, que produce daño en órganos muy sensibles como el
riñón o el cerebro.

No añadir nada al biberón

Algunas madres pueden verse tentadas a añadir al biberón ya diluido algún otro alimento
"para aumentar su valor nutritivo". Puede ser un poco de azúcar, o miel, o un poco de
papilla, etc. Es un error. La leche adaptada, preparada a su correcta dilución, ya contiene
todos los nutrientes y la energía necesaria para cubrir los requerimientos nutritivos del
lactante, por lo que sobra cualquier añadido. Además algunos de ellos pueden ser
peligrosos, como la miel, prohibida durante todo el primer año de vida.

✓ HACERLO SIEMPRE BIEN

Es importante cuidar la higiene al manipular el biberón y la tetina, así como

212
la correcta dilución del polvo de leche en agua, guardando siempre la proporción
de un cacito raso de polvo añadido a cada 30 m1 de agua.

10.7. Fórmulas o leches especiales

Algunos bebés tienen características especiales que condicionan una alimentación


también especial. Son dos grupos principales, los prematuros y los bebés con algún
trastorno o enfermedad que requiere una nutrición específica.

Leches para prematuros

Prematuro es todo bebé nacido antes de cumplir la semana 37 de gestación. La


característica fundamental del prematuro es que sus funciones corporales son todavía
más inmaduras, menos desarrolladas, que las del bebé nacido a término, de más de 37
semanas de gestación, porque no ha permanecido suficiente tiempo en el útero de su
madre para poder madurarlas. Además de tener un aspecto físico diferente del recién
nacido a término, tiene menos peso al nacimiento y por tanto son bebés más débiles, más
frágiles.

Pueden distinguirse dos tipos de prematuros, los que nacen antes de cumplir la
semana 37 de gestación pero se aproximan a ella y pesan al nacer más de 2.000 gramos,
y los prematuros extremos que tienen menor edad gestacional y menor peso al
nacimiento. Esos últimos casi nunca se pueden alimentar por boca, porque tienen el
intestino muy inmaduro y algunos no han desarrollado ni siquiera la función de succionar,
y por tanto necesitan alimentación introducida por vena o por una sonda de plástico que
se coloca en su estómago.

El niño prematuro tiene unas necesidades alimenticias diferentes de las del recién
nacido a término, ya que precisa de mayor cantidad de unos nutrientes concretos, sobre
todo proteínas, calcio y fósforo. Incluso la leche materna por sí sola puede que no sea
suficiente para sus necesidades, por lo que hay que enriquecerla con suplementos, lo que
se llama fortificación.

Para la alimentación de estos niños se han creado unas fórmulas especiales, que
tienen en su composición los nutrientes que precisan y que se llaman leches para
prematuros. Hay que seguir en todo momento las recomendaciones del pediatra
responsable del bebé, que deberá controlar el adecuado crecimiento postnatal de estos
niños.

Fórmulas para trastornos especiales

213
Algunos bebés tienen trastornos, sobre todo gastrointestinales, que precisan de una
alimentación especial, siempre indicada por el pe diatra y casi siempre temporal, hasta
que se cura el trastorno. Destacaremos los más frecuentes:

•Reflujo gastroesofágico. Para tratarlo existen unas leches antirreflujo.

•Intolerancia transitoria a la lactosa. Para tratarla existen unas leches sin lactosa.

•Intolerancia a las proteínas vacunas o a la leche de vaca. Para tratarla existen


preparados a base de proteínas de soja (exentas de proteínas vacunas) y también
fórmulas de hidrolizados de proteínas.

VI' CONTAMINACIóN

Entre enero de 2010 y julio de 2011 se produjo en varias comunidades


autónomas españolas un brote de gastroenterocolitis por el germen Salmonella
poona que afectó a 289 bebés, 222 de los cuales eran menores de 6 meses.
Intervinieron las autoridades sanitarias y se determinó que la causa fue la
contaminación, probablemente durante el proceso de fabricación, de unos lotes
de dos marcas de leches para lactantes. Naturalmente, se retiraron de la venta
esos lotes.

Las fórmulas para lactantes pueden no ser productos totalmente estériles, a


pesar de que se ha avanzado mucho en su fabricación y su control. Siempre
existe la posibilidad, aunque sea muy pequeña, de estas contaminaciones por
gérmenes patógenos como Salmonella o Enterobacter.

10.8. Técnica de la alimentación artificial

La primera toma

Cuando la madre no puede dar lactancia materna por cualquier circunstancia y el recién
nacido debe comenzar con lactancia artificial, la primera toma se debe dar pronto, dentro
de las cuatro primeras horas de vida, cuando el bebé ya se ha recuperado del trauma del
parto.

La primera toma debe ser de una pequeña cantidad, solo 10 ml, del llamado "suero
glucosado", que es una simple solución del azúcar glucosa en agua. El suero glucosado
adecuado es el de concentración al 5%, y no el de concentración al 10%. Esta pequeña
toma inicial sirve para comprobar que el recién nacido succiona y traga sin ningún

214
problema y que además "tolera" este primer alimento, es decir, lo mantiene en el
estómago para digerirlo y absorberlo.

Algunos neonatos pueden vomitar esta primera toma porque tienen ocupado el
estómago con los líquidos y mucosidades que han tragado en el momento del parto. Si es
así, una vez se han deshecho de esas mucosidades con el vómito, suelen tolerar una
segunda toma de suero glucosado y tienen vía libre para comenzar a tomar su primer
biberón. Naturalmente, debe ser de la llamada fórmula de inicio, y solo en muy pequeñas
cantidades.

El primer día

En el primer día de vida, los biberones deben ser mínimos, de tan solo 15 a 20 ml cada
vez, cada dos horas y media o tres. La razón es que hay que preparar poco a poco a
todo el tubo digestivo del bebé, que todavía no ha digerido ningún alimento y tiene que
adaptarse. Si la tolerancia es buena y el bebé admite el alimento sin problemas, en el
segundo día de vida se aumenta progresivamente la cantidad de leche en cada biberón.
No se debe dar más de 45 ml de biberón por toma durante el segundo día de vida, pero
al final de la primera semana ya pueden darse 60 ml en cada biberón.

Las tomas se deben hacer sin forzar y sin horarios rígidos, respetando los deseos del
bebé que los expresa claramente con el sueño si está saciado y con el llanto si tiene
hambre. Sin embargo, conviene que las tomas sean como mínimo cada tres horas, para
dar tiempo a que se vacíe el estómago después de cada toma. Como cada bebé tiene un
ritmo determinado de succión, los hay "rápidos" y otros son "lentos", siempre hay que
adaptarse a sus características particulares.

En la toma hay que hacer pausas, breves descansos de vez en cuando, tanto para que
el bebé no se fatigue demasiado como para darle tiempo a eructar y expulsar gases. Para
ello se debe incorporar al bebé en sentido vertical, bien sentado en el brazo de la madre o
bien contra su hombro.

LAS TOMAS DE PECHO Y DE BIBERÓN SON DIFERENTES

El pezón es duro y el bebé tiene que succionar fuerte para obtener su


alimento. Cuando han transcurrido unos minutos de tetada, el pecho está
semivacío y el bebé todavía tiene que trabajar más para extraer la leche.
Descansa, vuelve a intentarlo, a veces se duerme cansado por el esfuerzo. Pero
ha valido la pena, además de nutrirse bien, ha tocado el pecho de su madre, ha

215
sentido su piel, han compartido una intensa satisfacción emocional.

La tetina es blanda, la leche casi fluye sola. El bebé puede acabar el biberón
en poco tiempo, con escaso esfuerzo. La toma con biberón es muy diferente de
la tetada.

¿Es más rápida la lactancia artificial? No, si también se cuenta el tiempo


dedicado a la cuidadosa preparación del biberón.

Las primeras semanas

En la primera semana de vida puede haber horarios anárquicos porque todavía no se ha


establecido una rutina, pero hay que intentar que las tomas se hagan aproximadamente
cada tres horas. Como durante la segunda semana de vida ya se puede aumentar la
cantidad de biberón hasta 80 ml por toma, es más fácil hacer más larga la pausa entre
tomas. El bebé suele hacer ocho tomas al día, cada tres horas aproximadamente.

Algunos bebés incluso comienzan a hacer un poco de pausa nocturna, es decir, por la
noche duermen más horas seguidas y no deben ser despertados, dando tiempo también a
la madre para el descanso. Cuando tienen hambre se despiertan con llanto y es hora de
preparar un nuevo biberón.

Alrededor del mes de vida el bebé debe tomar alrededor de 100 ml de biberón por
toma, pero ya con siete tomas al día, es decir una ingesta total aproximada de 700 ml
diarios.

A los dos meses

Aproximadamente a los 2 meses de edad los biberones se deben aumentar a 120-130 ml


por toma, que a siete tomas al día hacen que la ingesta total diaria suba a alrededor de
850 ml al día de leche de inicio.

El bebé sigue aumentando en peso y vigor y puede reclamar más alimento. Así, en
los meses siguientes se debe aumentar lentamente la cantidad de biberones, de esta
manera:

•A los 3 meses de edad puede tomar 150 ml por biberón, pero ya aproximadamente
cada cuatro horas. Con seis tomas al día ingiere un total de 900 ml diarios.

•A los 4 meses de edad puede tomar 180 ml por biberón, pero ya solo cinco tomas al
día porque alarga la pausa nocturna. El total diario se mantiene alrededor de 900

216
ml.

Todas estas cifras son aproximadas, porque cada bebé es diferente y tiene unas
características distintas, pero no deben desviarse demasiado para no caer en dos errores,
la alimentación insuficiente o al contrario, la alimentación excesiva.

Lo QUE SIEMPRE FALTARÁ

En las leches para lactantes siempre faltarán, porque es imposible añadirlos,


los elementos inmunológicos de defensa contra las infecciones que posee la
leche de madre: células vivas, lactoferrina, inmunoglobulinas, etc.

Pero además hay componentes de la leche de mujer únicos y diferentes. En


las fórmulas artificiales las proteínas son de vaca, "heterólogas", y por tanto
capaces de ocasionar alergias o intolerancias. Las grasas se aprovechan peor
porque falta la enzima lipasa, que sí está presente en la leche de mujer. En las
fórmulas artificiales hay pocos oligosacáridos, indispensables para la flora
intestinal y también faltan ácidos grasos insaturados de cadena larga.

Muchas de estas carencias son difíciles de salvar para la industria dietética.

La cantidad de biberón

La cantidad de biberón que toma el bebé puede ocasionar dos errores:

•Si el bebé toma bastante menos de la cantidad indicada, es posible que no tenga el
aumento de peso adecuado.

•Si el bebé toma bastante más de lo indicado, además de aumentar demasiado de


peso, con el peligro de obesidad, puede tener trastornos digestivos por la cantidad
excesiva de leche que entra en su intestino. El trastorno más frecuente son los
vómitos: el estómago del bebé no tolera tanta cantidad.

Así pues, el aumento de peso semanal y mensual del bebé es la mejor guía para saber
si la alimentación es suficiente, insuficiente o excesiva. Durante los primeros tres meses
de vida el bebé aumenta semanalmente entre 175 y 210 g, entre 800 y 900 g al mes.

Es muy fácil para la madre anotar el peso semanal realizado en una balanza exacta, a
ser posible siempre la misma y con la misma ropa y compararlo con las cifras de
aumento normal que se han expuesto en este libro. Si hay alguna duda se debe consultar

217
con el pediatra.

También hay que recordar que cumplido el tercer mes de vida disminuye este elevado
aumento ponderal, y el bebé pasa a aumentar unos 140 g semanales, alrededor de 600 g
mensuales. Muchas madres olvidan este hecho y pueden preocuparse sin motivo.

Otra regla para saber la cantidad de leche diaria que debe tomar el bebé es la referida
a su peso corporal. Habitualmente al mes de vida el lactante debe tomar la siguiente
cantidad de leche de inicio al día: entre 150 y 170 ml/kg de peso corporal. Algunos bebés
"muy tragones" pueden tomar y tolerar 180 ml por kilogramo de peso y día, aunque con
el peligro de malas digestiones. Así, si el bebé de un mes pesa 4,5 kg debe tomar
diariamente un mínimo de 680 ml de leche y un máximo de 780 ml.

Al tercer mes de vida los bebés toman habitualmente entre 145 y 160 ml de leche por
kilogramo de peso y día.

CUIDADO CON LA HIPERALIMENTACIÓN

La hiperalimentación, dar una cantidad excesiva de alimento, es mucho más


fácil con la lactancia artificial que con la natural. ¿Por qué? Por sus mismas
características: el biberón se ingiere con poca dificultad, no requiere el esfuerzo
de succión de la lactancia materna, y si el bebé es "tragón" exige más y más. La
madre se deja tentar fácilmente, ¿por qué dejarlo insatisfecho?

Si la hiperalimentación es moderada, la única consecuencia será un ritmo de


aumento de peso mayor de lo normal. Pero si la hiperalimentación es excesiva,
el peligro a largo plazo será la obesidad, que a estas edades tempranas es el
preludio de la obesidad infantil y del adulto.

Pero también hay un peligro agudo de la hiperalimentación: la alteración del


intestino. Como no puede digerir el exceso de alimentos, su protesta se
manifiesta sobre todo con vómitos pero también con molestias o dolor
abdominal.

Casos prácticos

Caso 19

Isabel es un bebé de 2 meses que nació por cesárea y pesó 3.800 g. Tomó
lactancia materna exclusiva durante el primer mes y medio de vida,

218
aproximadamente cada dos horas. El aumento de peso fue normal y al mes y
medio pesaba 4.850 g. Había aumentado 1.050 g desde el nacimiento, 23 g al
día (1.050 dividido entre 45). A pesar de ello, la madre notaba inquieta a Isabel,
que seguía pidiendo la toma cada dos horas o un con un intervalo un poco
mayor, y que sobre todo lloraba mucho, más por la tarde.

El llanto intenso y continuado de Isabel puso "de los nervios" a toda la


familia. La madre lo interpretó como hambre y decidió darle "una ayuda", un
poco de biberón tras cada toma de leche materna. Desde hace 22 días Isabel
toma el pecho, y muy bien, seguido del suplemento de biberón con leche para
bebés cada dos horas y media, unos 50 ml más en cada toma.

La madre consulta porque Isabel presenta irritabilidad, distensión abdominal,


deposiciones algo blandas y sobre todo vómitos en algunas tomas, a veces
intensos.

Exploración física

Isabel tiene ahora dos meses y una semana y pesa 5.850 g. Ha aumentado
1.000 g en los últimos 22 días, ¡45 g por día!, lo que indica claramente la
h¡peral imentación. Todos los síntomas que presenta se deben a esta causa.
Aparte de un abdomen prominente y abombado, la exploración de Isabel es
normal, es un bebé sano.

Interpretación

La mamá de Isabel interpretó mal los síntomas que presentó al mes y medio
de vida. Si el aumento de peso hasta entonces, tomando lactancia materna
exclusiva, había sido normal no podía haber hipogalactia, falta de leche.

El llanto intenso y la irritabilidad de Isabel se debían a otra causa,


probablemente al "cólico del lactante", que es más intenso entre el mes y medio
y los dos meses de edad. Como consecuencia de esa mala interpretación tomó
una decisión equivocada, darle el suplemento de biberón. Isabel es un bebé
"tragón" y tomaba una cantidad excesiva de leche. La sobrecarga del intestino,
que no podía digerirlo todo, le causaba los vómitos y el resto de sintomatología.

La solución fue muy sencilla, la disminución de la hiperalimentación. Isabel


volvió enseguida a la normalidad.

219
Caso 20

Andrés es un bebé de 3 meses y medio. Sus padres consultan porque vomita


con frecuencia con las tomas. Fue fruto de un embarazo de 39 semanas de
gestación. Diabetes gestacional tratada con insulina. Andrés nació por cesárea,
indicada por presentación podálica, con un peso de 3.800 g.

Andrés tomó lactancia artificial desde el nacimiento, con un intervalo de tres


horas entre las tomas hasta los 3 meses. El aumento fue excelente y a los 3
meses Andrés pesaba 6.400 g, 2.600 g más que al nacer.

Desde hace 15 días, Andrés solo pide aproximadamente cada cuatro horas,
pero la madre lo despierta cada tres horas, le obliga a tomar y fuerza el vómito.

La exploración física de Andrés es totalmente normal.

Interpretación

Para su edad y su peso Andrés debe tomar aproximadamente entre 900 y


960 ml de leche al día (resultado de multiplicar 4,6 por 140 ml/kg y 4,6 por 150
ml/kg), pero no más. Sin embargo, la cantidad que se le ofrece es mayor, sobre
todo porque la madre ha olvidado que a los 3 meses de edad las tomas deben
pasar de ser cada tres horas a ser cada cuatro, es decir como máximo de seis
tomas al día.

Estableciendo biberones de 160 ml cada uno, cada cuatro horas y no antes,


Andrés dejó de vomitar.

Consecuencias:

-No se debe hiperalimentar a los bebés.

-No se debe forzar a tomar el biberón.

220
221
11.1. Ictericia

Se denomina ictericia a la coloración amarillenta de la piel y de las mucosas. Se observa


sobre todo en la mucosa conjuntival, en el blanco del ojo.

La ictericia durante el periodo neonatal es un fenómeno frecuente. En la inmensa


mayoría de ocasiones carece totalmente de importancia, es totalmente inocua y
anecdótica. Pero el hecho de que a veces persista durante algunas semanas y que sea
más frecuente o más intensa en los bebés que toman lactancia materna precisa una
información sobre lo que es, el motivo por el que se produce y si puede tener alguna
consecuencia negativa.

¿Por qué se produce la ictericia?

Todo se origina porque el recién nacido normal y a término tiene un exceso de glóbulos
rojos, de eritrocitos. La proporción entre células y líquidos de la sangre (valor
hematocrito) en el neonato es de alrededor del 55 al 60%, cuando en las edades
posteriores de la vida es mucho menor.

Así pues, la sangre del recién nacido normal está "concentrada". Estos glóbulos rojos
"sobrantes" y también envejecidos se destruyen rápidamente en el propio organismo,
pero dejan como "residuo" un producto de su degradación, la bilirrubina, que es un
pigmento de fuerte color amarillo.

Normalmente los niveles de bilirrubina en la sangre del recién nacido pueden ser de
hasta 2 mg/100 ml, pero pueden aumentar en los primeros dos o tres días de vida hasta
los 5 o 6 mg/100 ml, nivel a partir del cual el pigmento impregna la piel y las mucosas,
que comienzan a colorearse de amarillo.

Eliminando la bilirrubina

En alrededor de la mitad de recién nacidos, la ictericia es muy leve y casi pasa


desapercibida para los padres. En la otra mitad la ictericia es evidente y en algunos es
muy intensa y duradera. ¿Por qué?

222
Las razones son complejas, pero se pueden resumir en que el hígado, que es el
órgano encargado de conjugar la bilirrubina y eliminarla por la bilis hacia el intestino,
queda sobrecargado y "superado" si la velocidad de destrucción de los eritrocitos es
mayor que su capacidad de "depuración" (conjugación y eliminación). La clave es, pues,
que se destruyan más o menos glóbulos rojos, y sobre todo la velocidad a la que se
destruyen.

La ictericia anormal

La ictericia anormal es la que se produce por una destrucción anormal y excesiva de los
eritrocitos. Está causada por algunas enfermedades que se llaman "hemolíticas", porque
licuan la sangre. Afortunadamente son muy raras.

Hasta hace pocos años era bastante frecuente la llamada "incompatibilidad Rh", pero
actualmente se averigua el factor Rh en todos los embarazos y se toman las medidas
preventivas adecuadas si hay incompatibilidad. También es posible la incompatibilidad de
grupos sanguíneos, 0, A y B.

Otro motivo de ictericia anormal es el funcionamiento deficiente del hígado por una
enfermedad, por ejemplo la atresia de vías biliares o algunas metabolopatías. Si el órgano
encargado de "depu rar" no lo puede hacer adecuadamente, aunque la destrucción de
glóbulos rojos sea escasa puede aparecer ictericia.

✓ EL AMAMANTAMIENTO DE LOS HÉROES

Que las madres amamantaran a sus hijos era lo natural en las culturas
antiguas. Ya son míticos los amamantamientos de héroes épicos troyanos o
aqueos por sus madres. Hécuba amamantó a Héctor y Thetis a Aquiles. Cuando
Clitemnestra quiere ablandar la furia de Orestes, que quiere vengar la muerte de
su padre Agamenón, le enseña el pecho con que lo ha alimentado.

El historiador romano Plutarco, en su libro Vidas paralelas, describe así la


crianza del hijo de Marco Poncio Catón (Catón el Censor):

"Su mujer lo criaba con su propia leche. Y aún a menudo ella daba el pecho
a los hijos pequeños de sus esclavas a fin de que este alimento común les
inspirase afecto por su hijo".

El caso de los prematuros

223
Un grupo de niños que padecen con mucha mayor frecuencia de ictericia neonatal son
los nacidos prematuros. La causa es la propia inmadurez de su hígado. Aunque esté
sano, el hígado del prematuro todavía es muy débil y realiza la función de depurar la
bilirrubina con gran lentitud.

Para ayudarles a depurar la bilirrubina, los prematuros ictéricos se someten a sesiones


prolongadas de la llamada "fototerapia", una potente luz especial que degrada la
bilirrubina que impregna su piel y ayuda a que desaparezca antes. Tienen que estar
desnudos, para que la luz alcance la máxima superficie de piel, y dentro de la incubadora,
para que mantengan el calor corporal y no se enfríen. Además deben estar con los ojos
tapados con un amplio antifaz, para proteger su sensible retina de la luz.

Características de la ictericia anormal

La ictericia que debe ser motivo de alarma y consulta médica inmediata tiene estas
características:

•Es de comienzo muy precoz. La ictericia anormal se inicia antes de que el recién
nacido cumpla las 24 horas de vida. Si la coloración amarillenta de la piel o de las
mucosas comienza antes de las 12 horas de vida, es seguro que es anormal y
requiere la intervención del pediatra, tanto para averiguar las causas como para
adoptar las medidas oportunas.

•Aumenta rápidamente. Cuando la ictericia es anormal, las cifras de bilirrubina en


sangre se elevan en más de 5 mg/ 100 ml diarios.

•Es intensa. Cuando la ictericia es anormal, además de colorear intensamente de


amarillo la piel y las mucosas, el nivel de bilirrubina en sangre alcanza cifras
superiores a los 13 mg/100 ml.

•Es prolongada, dura más de 8 días. Este punto tiene una excepción: cuando el bebé
toma lactancia materna. Es un pequeño inconveniente del amamantamiento.

La ictericia normal

La ictericia normal o fisiológica aparece en la mayor parte de los recién nacidos, más del
60%, y tiene unas características muy claras, casi las opuestas a las de la ictericia
anormal.

Se manifiesta a partir del segundo día de vida, y es más intensa alrededor del cuarto
día de vida para después disminuir rápidamente, de manera que ya no se aprecia hasta el

224
noveno o décimo día de vida.

Los niveles en sangre de bilirrubina total no pasan de un máximo de 13 mg/ 100 ml.

Cómo es la ictericia de la lactancia materna?

La leche materna contiene sustancias biológicas que prolongan la ictericia normal, aunque
nunca provocan ictericia anormal. Las sustancias de la leche de mujer que favorecen la
ictericia son la presencia de betaglucoronidasa, de pregnandiol o el exceso de lipasa.
Todas ellas interfieren con el metabolismo de la bilirrubina y dificultan el mecanismo
hepático de excreción.

La ictericia prolongada originada por la lactancia materna en ocasiones es de


comienzo más tardío, ya que aparece entre el cuarto y el sexto día de vida. Pero puede
durar dos o tres semanas más, incluso a veces todavía quedan restos de coloración al
mes de vida. Sin embargo, siempre tiene las características de la ictericia normal, es decir
que las cifras de bilirrubina en sangre no superan los 13 mg/100 ml.

Si las cifras de bilirrubina son superiores o la ictericia se prolonga más de un mes, es


posible que no se trate de una ictericia normal prolongada por lactancia materna, sino
ocasionada por algún trastorno.

LA MUJER EN EL ANTIGUO EGIPTO

En el antiguo Egipto el papel de la mujer fue muy relevante y los niños


egipcios eran queridos y cuidados con esmero. Estas son las máximas que el
sabio Khonshotpou dirige a su hijo Ani sobre su madre:

... es una gran carga la que ella ha sufrido en ley sin que yo haya podido
ayudar a llevarla. Cuando, cumplidos los meses, finalmente has nacido, ella
se ha convertido realmente en una esclava de ti durante los tres años que su
mama ha estado en tu boca... y ahora que eres adulto ten siempre presente a
tus ojos... todos los cuidados que tu madre ha tenido contigo" (Papiro de
Ani, Tebas, 19.' Dinastía. Año 1275 a.C., British Museum, Londres).

11.2. Regurgitación y vómito

Tanto la regurgitación como el vómito consisten en la expulsión por la boca al exterior del
alimento contenido en el estómago. Sin embargo, son muy diferentes y conviene
diferenciarlos, porque la regurgitación es normal y el vómito siempre es anormal.

225
La regurgitación es normal

La regurgitación consiste en el retorno a la boca de pequeñas cantidades de leche durante


la toma o poco después de la misma, a veces de manera continua, hecho que puede
alarmar a la madre pero que es completamente normal. Se debe a dos circunstancias:

a)Escaso tamaño del estómago. El estómago del bebé es pequeño, tiene poca
capacidad. Para poder retener toda la leche que va tomando debe estar
vaciándose al mismo tiempo en el tramo siguiente del intestino (el duodeno). Si el
bebé toma a un ritmo muy rápido, mayor que el de vaciamiento, el estómago
lleno rebosa hacia arriba con la regurgitación.

b)Escaso mecanismo de cierre. El estómago del bebé está "abierto por arriba" y
cuando está lleno deja paso libre a la leche que rebosa. Tiene todavía inmaduro el
mecanismo de "cierre del estómago", una válvula que se llama cardias y que
impide la regurgitación. Se irá desarrollando a lo largo de los meses, al mismo
tiempo que el bebé aumenta de peso y crece.

Medidas para disminuir la regurgitación

La regurgitación es completamente normal durante los cinco primeros meses de vida.


Como puede ser intensa, sobre todo en los tres primeros, se pueden tomar algunas
medidas que la reduzcan, como son:

•Favorecer la ingesta lenta de la leche, haciendo frecuentes descansos durante la toma


y sentando al bebé para darle tiempo a eructar.

•Después de la toma, mantenerlo sentado un buen rato antes de colocarlo en posición


horizontal en la cuna.

•Mantener al lactante en posición vertical o semivertical, bien sentado en las rodillas


de la madre o incorporado contra su hombro. Así la propia fuerza de la gravedad
ayuda a que no salga tanta leche.

•Hay que intentar no comprimir nada el abdomen del bebé, ya que cualquier presión
en la zona ayudaría a la expulsión.

•No usar fajas ni los vestidos apretados para vestirlos.

Hay que recordar que el bebé debe dormir siempre sin almohada, para evitar que se
asfixie con ella, y preferentemente boca arriba, lo que se llama decúbito supino. La

226
posición de dormir boca abajo aumenta las posibilidades de padecer un raro pero terrible
acontecimiento, el Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante (SMSL).

¿Hasta qué edad es normal la regurgitación?

La regurgitación va disminuyendo poco a poco a partir del tercer mes de vida, según el
bebé va aumentando la capacidad de su estómago, muy pequeña en los primeros meses,
y sobre todo madurando el mecanismo de cierre del estómago, la válvula del cardias.

La regurgitación suele desaparecer alrededor del sexto mes de vida, coincidiendo


también con el inicio de la alimentación con papilas, que son semilíquidas, más espesas y
por lo tanto más difíciles de regurgitar.

Un pequeño porcentaje de bebés no logra madurar ni desarrollar el mecanismo de


cierre del estómago, el cardias. Pasa el tiempo, crecen, pero siguen regurgitando igual o
incluso más. Si a los 6 meses de edad no ha cesado la regurgitación o al menos no ha
disminuido de manera significativa, se debe consultar con el pediatra porque el bebé
puede padecer lo que se denomina "reflujo gastroesofágico", un trastorno que puede
perjudicarle mucho.

Hay que hacer unas pruebas que confirmen que existe esta anomalía y en los casos
intensos está indicada una intervención quirúrgica, una operación que consiste en "crear"
con los propios tejidos del estómago el cierre que no se ha desarrollado normalmente.

Y/ LA LACTANCIA MATERNA TRANSMITE LA NATURA DE LA MADRE

Francesc Eiximenis (Gerona, 1330 - Perpiñán, 1409), un fraile franciscano


catalán que vivió en el siglo xiv, fue uno de los pensadores más influyentes de la
época medieval. Se formó en Oxford y fue asesor del Gobierno de Valencia
("Consell"). Su libro más importante es Lo Cristiá (El Cristiano).

Eiximenis no solo fue un defensor de la lactancia materna, sino que creía


que con ella se transmitía a los hijos las virtudes y naturaleza de la madre:

"...la madre de sancto Agostin, que aunane era noble, todos sus fijos quiso
criar con su leche propia; porque mamando su leche traxesen la natura della,
é así, segund la costumbre de la madre sirviesen a Dios, lo cual fue fecho"
(Libre de los dones, 1393).

El vómito es diferente

227
El vómito es muy diferente de la regurgitación. Consiste en la expulsión del contenido
alimentario del estómago por una contracción brusca del mismo, así como de los
músculos del abdomen. Al contrario de la regurgitación, que se emite de manera pasiva y
poco a poco por la boca, el vómito se produce de manera activa y con fuerza. Tanto que
a veces se proyecta a distancia, los llamados "vómitos en escopetazo".

El vómito suele ir precedido de náuseas o de arcadas, que el bebé puede expresar por
inquietud o con muecas. Otra diferencia es que mientras la regurgitación aparece durante
la toma y puede continuar durante un rato después, el vómito no guarda relación con ella
y a veces aparece más tarde.

El vómito es anormal

Al contrario que la regurgitación, el vómito siempre es anormal. Sin embargo, tiene una
importancia diferente según sea aislado o bien repetitivo, varias veces durante el día.
También tiene importancia el contenido, ya que si solo es el contenido del estómago,
leche mezclada con mocos, no es relevante.

Si el vómito no es blanquecino, sino que está "coloreado", siempre hay que consultar
con el pediatra. Sobre todo si es de color rojo o negruzco "en posos de café" (puede ser
sangre), o verdoso (puede ser bilis), o marrón oscuro, el "vómito fecaloideo", que puede
indicar una grave patología del abdomen.

El vómito aislado y alimenticio

Es bien conocido que los niños, sobre todo los más pequeños, tienen mayor facilidad
para vomitar que los adultos. Esto se debe a que tienen una mayor inmadurez digestiva y
su intestino se altera más fácilmente que el del adulto ante cualquier problema.

Los factores más frecuentes que provocan el vómito en el niño son dos:

a)Las transgresiones alimenticias. Ocurre cuando los niños, sobre todo los bebés,
toman un alimento que no es el adecuado para su edad y que por lo tanto no
pueden digerir. También cuando es un alimento adecuado pero lo toma en
cantidades excesivas. En los dos casos el estómago se altera, protesta y expulsa su
contenido por medio del vómito.

b)Las mucosidades. Los niños de cualquier edad, sobre todo los bebés, tienen más
predisposición a tener mucosidades en sus vías respiratorias, sobre todo en la
nariz y en la garganta. No solo tienen más sino que además tienen más dificultad

228
en deshacerse de ellas expulsándolas al exterior. Al contrario, lo habitual es que se
las traguen y que poco a poco se acumulen en su estómago. Cuando esto ocurre
la reacción es expulsarlas mediante el vómito. En los catarros infantiles también es
frecuente la llamada "tos emetizante", unos golpes de tos con los que el niño
quiere expulsar sus mocos y que acaban con un vómito mucoso.

Además, muchos niños tienen facilidad para vomitar sin causa aparente. Incluso hay
un término pediátrico que los define como "vomitadores habituales". Casi todos ellos
tienen como desencadenante del vómito una circunstancia banal como una rabieta, el
llanto intenso o el intento de la madre de forzarles a comer. El forzar a comer a un niño
se considera una técnica alimentaria inadecuada.

El vómito que no debe causar preocupación

Así pues, el vómito que debe causar poca preocupación, ya que no suele tener
importancia, es el vómito aislado, el que se produce una sola vez y cuyo contenido son o
bien mucosidades o bien el alimento que se ingirió en la toma anterior, o incluso una
mezcla de los dos. Es importante que además no vaya acompañado de ningún signo de
enfermedad, es decir que no haya fiebre, ni dolor abdominal, ni diarrea, etc.

Al contrario, si el vómito va acompañado de alguno de esos otros signos de


enfermedad siempre se debe consultar al pediatra, ya que es seguro que el niño tiene
algún trastorno patológico.

El vómito aislado de contenido alimenticio, posterior a la toma y sin ningún otro signo
de enfermedad puede ser una señal de so brealimentación. Si el bebé ha tomado un
alimento adecuado, pero en una cantidad excesiva, su estómago no puede hacerse cargo
de digerirlo y "protesta", expulsándolo. Se corrige fácilmente dando una alimentación
adecuada.

LOS HERMANOS DE LECHE

La lactancia con nodriza fue muy utilizada hasta hace solo un siglo, porque
no existía alternativa fiable a la leche humana para la supervivencia del bebé.
Aunque la lactancia con nodriza era casi siempre mercenaria, en ocasiones
también era solidaria o compartida.

Cuando una nodriza criaba a la vez al hijo del señor y a su propio hijo, lo
que era habitual en las edades Media y Moderna, estos se convertían en

229
"hermanos de leche", un vínculo que disminuía la diferencia estamental y de los
que hay numerosos ejemplos en la literatura y en la historia. Así Amadís de
Gaula, protagonista de la más famosa novela de caballerías, la preferida por Don
Quijote según Miguel de Cervantes, tuvo un hermano de leche, Gandalín, que le
sirvió de escudero en sus hazañas.

Relata Romero en La Odisea que la esclava Euriclea fue la nodriza de


Ulises, Odiseo, y también de su hijo Telémaco. Cuando Ulises vuelve a casa
después de su viaje a Ítaca, disfrazado de mendigo para no ser reconocido y
librar a su esposa Penélope de sus pretendientes, sí lo reconoce la ya anciana
Euriclea, que al lavarle los pies por orden de Penélope descubre una antigua
cicatriz en la pierna: "Sin duda eres Odiseo, hijo mío...".

El vómito repetitivo

Cuando el vómito no es aislado, sino que se repite en dos o más tomas seguidas ya es
preocupante puesto que es la señal de que hay algún trastorno. Conviene la consulta con
el pediatra para detectar si se trata solo de una mala técnica alimentaria, en que se le da al
bebé algo inapropiado o bien excesiva cantidad de alimento, o bien si se trata del
comienzo de una enfermedad.

Otra mala señal es que el vómito esté "coloreado". En este caso las sustancias
vomitadas no son solo mocos y alimento sino que contienen sustancias extrañas como
sangre, que lo colorea bien de rojo (sangre fresca) o bien de negro (sangre digerida).
También puede estar coloreado de verde cuando tiene bilis en su contenido. En estos
casos la consulta con el médico debe ser urgente ya que son signos claros de
enfermedad.

11.3. Llanto

El llanto es habitual en los niños, sobre todo durante el primer año de vida. En la mayoría
de ocasiones es una manifestación de normalidad, una forma de expresión del bebé, un
indicador del estado de vigilia. Es el llanto "normal" también llamado "llanto sin causa".

Pero el llanto es también un signo de expresión de una situación de mucha


incomodidad que el bebé no sabe expresar de otra manera: sensación de hambre, de sed,
de calor, de frío, de sueño, de tener el culito mojado, etc. Este "llanto con causa" lo
puede resolver la madre fácilmente poniendo el remedio adecuado: dándole la toma,
cambiando el pañal, etc. Muchas madres aprenden rápidamente a conocer el motivo por
el que llora su bebé.

230
Pero también en ocasiones, afortunadamente pocas, el llanto es la expresión de un
dolor o del comienzo de una enfermedad. Es el llanto "anormal" o "patológico". El gran
problema es cómo distinguirlos.

El llanto normal

El llanto es muy frecuente en los primeros meses de vida porque es la única manera que
tiene el bebé de comunicarse con sus padres y con el mundo exterior. El bebé duerme y
descansa cuando está cómodo y satisfecho y llora enérgicamente cuando no lo está.

Así pues, el llanto del bebé está relacionado también con sus horas de sueño. Es bien
conocido que los recién nacidos duermen durante la mayor parte del día y de la noche
aunque algunos, muy llorones, duermen menos tiempo. La horquilla de normalidad del
sueño durante el primer mes de vida es muy amplia, entre las 14 y las 20 horas diarias de
sueño, demostrando que ya desde el nacimiento "cada niño es diferente".

Como los recién nacidos necesitan tomar alimento muy frecuentemente, cada dos o
tres horas, después de cada toma tienen un periodo de sueño hasta que se vuelven a
despertar porque tienen hambre. Pero se pueden despertar mucho antes, llorando, si
están incómodos por cualquier causa y también si tienen algún tipo de molestia.

El llanto con causa

Aunque no siempre es fácil, se puede distinguir el llanto "normal", el habitual del bebé,
del causado por algún trastorno:

•El llanto por hambre o por sed es muy enérgico, pero se calma inmediatamente si el
bebé comienza a tomar el alimento líquido y se sacia.

•El llanto por sueño se acompaña de inquietud. Al bebé le molestan la luz fuerte, los
ruidos y cualquier estímulo que le impida dormir.

•El llanto por gases retenidos (aerofagia) o por digestiones difíciles suele ocurrir
después de la toma y ser intermitente, no continuo. Aparece y desaparece porque
los continuos movimientos intestinales hacen cambiar de situación los gases que le
importunan.

•El llanto por dolor suele ser intenso y continuo. También es así el llamado "cólico del
lactante", aunque tiene unas características que lo identifican claramente.

231
EL PARTO EN LA POESÍA

Horas de llanto

Se han realizado numerosos estudios intentando averiguar cuántas horas diarias de llanto
son normales. Los resultados son los siguientes:

•Como el recién nacido duerme más horas, también llora menos durante las primeras
semanas.

•El máximo de horas diarias de llanto se alcanza al mes y medio de vida, a las seis
semanas, para después descender poco a poco según el bebé se hace mayor.

•A los dos meses de edad el bebé llora normalmente entre dos y dos horas y media
diarias, contando el total. Los periodos de llanto son más intensos y duraderos por
la tarde y por la noche.

•En el primer trimestre de su vida, una tercera parte de los bebés lloran tres horas
diarias, o incluso más.

•Después del tercer mes de vida las horas de llanto disminuyen de manera progresiva.

El llanto anormal

Si el bebé presenta llanto fuerte, continuo y además no tiene aparentemente ninguna


causa para hacerlo, siempre se plantea la duda de si será un "llanto anormal", si estará
enfermo. Esta sospecha se hace evidente si además de llanto tiene algún signo de
enfermedad como fiebre, diarrea, vómitos, etc. En estos casos está indicada una consulta
urgente con el pediatra.

232
Otro motivo de llanto intenso sin causa aparente y sin ningún otro signo de
enfermedad es el llamado "cólico del lactante".

✓ EL HORARIO DEL SUEÑO

Los horarios de sueño de los bebés son muy diversos, porque cada uno es
diferente, tiene su propia personalidad, su propio "genio". Los hay tranquilos y
dormilones y otros revoltosos y nerviosos. Pero se ha establecido una media de
horas de sueño a cada edad.

Se observa que las horas se sueño total disminuyen lentamente, a expensas


del sueño diurno, mientras que las horas de sueño nocturno son casi iguales en
la etapa de recién nacido que al año de edad.

11.4. Cólico del lactante

El "cólico del lactante" también se llama "cólico vespertino" ("evening colic') porque es
más frecuente al final de la tarde y primeras horas de la noche, y también "cólico de los
tres meses", porque es muy frecuente alrededor de esa edad y desaparece después.

Consiste en una crisis de llanto intenso y duradero, que se repite durante varios días,
a veces durante semanas seguidas, y que no guarda relación con la alimentación ni con
ninguna enfermedad. Suele comenzar alrededor del mes de vida, tiene su punto álgido
entre los 2 y los 3 meses y desaparece entre los 3 y los 4 meses.

Las crisis de llanto del cólico del lactante suelen empezar de repente y al final de la
tarde, pero pueden prolongarse por la noche. El bebé llora intensamente, a veces horas
seguidas, y es difícil calmarlo por ningún medio. A veces mejora si el bebé expulsa gases
o hace una deposición.

233
LEON DUFOUR Y LA GOTA DE LECHE

León Dufour (1856-1928) quiso luchar contra la alta mortalidad infantil


provocada por la mala alimentación que se le ofrecía al bebé cuando faltaba la
leche materna. En 1894 fundó en un pueblo de la alta Normandía, Fécamp, la
primera institución dedicada tanto a favorecer la lactancia materna como a
proporcionar una lactancia artificial de calidad a los bebés a los que sus madres
no podían amamantar. Se llamó "La gota de leche".

Dufour no daba leche de vaca pura sino que la sometía a diversas


modificaciones para asemejarla a la materna. Se cortaba al tercio con agua, se
añadían de 15 a 20 g de crema fresca por litro, 35 g de azúcar y 1 g de sal
común. Después de mezclar se distribuía en frascos pequeños, uno por toma,
que se esterilizaban en un autoclave para eliminar los gérmenes contaminantes, a
110 °C durante un cuarto de hora.

El éxito fue inmediato, con una espectacular disminución de la mortalidad


infantil. Muy pronto las "Gotas de leche" se extendieron por toda Francia y
muchos países europeos.

La causa del cólico

Aunque la causa no se conoce con exactitud, sí se saben los factores predisponentes o


con los que está relacionado:

•Tipo de lactancia. El cólico es más frecuente en bebés alimentados artificialmente, y


mucho menos frecuente en los amamantados al pecho.

•Alimentación excesiva. El cólico es más frecuente en los bebés "muy tragones", que
aumentan mucho de peso, con frecuencia demasiado, y que tienen "digestiones
dificultosas".

•Aerofagia. El cólico es más frecuente en los bebés que toman con avidez y tragan
excesivo aire con las tomas, sobre todo si después no los expulsan.

•Estreñimiento. El cólico es más frecuente en los bebés con deposiciones escasas y


duras, o que deponen con dificultad.

•Ansiedad familiar. El cólico es más frecuente y más intenso en los ambientes


familiares tensos o ansiosos, que el bebé capta con facilidad, aumentando su
llanto.

234
Las crisis de cólico del lactante pueden angustiar a los padres y son muy frecuentes
las consultas al pediatra por este motivo. Es difícil evitar la ansiedad familiar, ya que los
padres creen que el bebé está enfermo y lógicamente se ponen nerviosos. Si el llanto es
persistente pueden aparecer en los padres reacciones de impotencia, a veces seguidas de
desesperación.

Es muy importante evitar reacciones negativas ante el cólico del lactante, pues esto
aumenta la duración del episodio de llanto.

¿Es normal el cólico del lactante?

El cólico del lactante es un problema frecuente. Afecta a casi la mitad de los bebés de
manera más o menos intensa, por lo que no se puede calificar de anormal o de
enfermedad. Se considera solo un trastorno, una alteración que hay que controlar, pero
que no tiene consecuencias perjudiciales, aunque sea muy molesto.

Lo esencial que define al cólico, además del llanto aparatoso y duradero, es que no
hay ningún otro signo anormal en el bebé: no hay fiebre ni vómitos ni hay diarrea. Ni
siquiera hay disminución del apetito, el bebé sigue aumentando bien de peso. Además, un
signo muy importante, en cuanto cesa el llanto el bebé se alimenta como siempre.

CONSECUENCIA

No son cólicos del lactante las crisis de llanto que se producen después de
los 5 o 6 meses de edad.

No son cólicos del lactante las crisis de llanto que van acompañadas de algún
otro síntoma anormal como fiebre o vómitos. En estos casos se requiere la
consulta con el pediatra ya que puede tratarse de una enfermedad.

Qué hacer en el cólico del lactante?

No hay ningún tratamiento que sea totalmente efectivo para evitar el cólico del lactante,
aunque algunas medidas pueden disminuir mucho tanto su frecuencia como su
intensidad. Son:

a)Disminuir la ansiedad y la tensión que provoca. La ansiedad de los padres se


transmite rápidamente al bebé, que también está muy molesto, y aumenta el
círculo vicioso del cólico. La disminución de la ansiedad es difícil de lograr sin la
colaboración externa de familiares o del personal sanitario. Un pediatra experto es

235
una ayuda indispensable. La idea esencial que hay que repetir es que aunque sea
muy aparatoso no va a perjudicar al bebé.

b)Disminuir la aerofagia. Los aires en exceso que traga el bebé con las tomas
contribuyen mucho a la intensidad del cólico, por lo que hay que intentar evitarlos
del siguiente modo:

•Si el bebé toma lactancia materna hay que revisar la postura con la que se coge
al pecho para comprobar que es la correcta, que no hay "huecos" en el
agarre por donde se succione aire. También hay que hacer más pausas o
descansos en las tetadas, para que la succión sea más tranquila.

•Si el bebé toma biberón, hay que comprobar que se sostiene en posición casi
vertical para que el aire suba arriba y no quede en la tetina. También deben
hacerse pausas para que el bebé eructe.

•Hay que revisar la cantidad de la toma. Si es excesiva para lo que le


corresponde al bebé por su edad y por su peso, hay que disminuirla.

LA GOTA DE LECHE EN ESPAÑA

La reina regente María Cristina de Austria (madre de Alfonso XIII) presidió


en septiembre de 1903 la inauguración en San Sebastián de la segunda "Gota de
leche" en España. La primera había sido abierta pocos meses antes en
Barcelona.

Eran instituciones públicas de ayuda a la alimentación de los bebés que ya se


habían extendido en Francia después del éxito del primer establecimiento de
Leon Dufour. Estaban dedicadas sobre todo a proveer de leche a los niños
desnutridos y pobres, que la recibían de manera gratuita, pero también a los
bebés necesitados de otras capas sociales, que tenían que pagarla si podían
hacerlo. Utilizaba leche de vaca modificada, pero en condiciones muy seguras,
procedentes de vacas propias y esterilizada en autoclave durante 15 minutos a
110 T.

Una de las beneficiadas por la "Gota de leche" de San Sebastián fue la


escritora Carmen Castro (esposa del filósofo Xavier Zubiri), nacida en 1912,
que lo relata así:

"Nací asustadamente depauperada y mi abuelo (el médico Juan de

236
Madinaveitia) pidió un ama, pero mi padre (el historiador Américo Castro)
rechazó la nodriza y me crié con los biberones de la Gota de leche".

Las "Gotas de leche" se extendieron por todas las ciudades de España y


persistieron hasta bien avanzado el siglo xx, con una labor social inestimable.

11.5. Alergias e intolerancias alimentarias

Qué es la intolerancia alimentaria?

La intolerancia alimentaria es un problema exclusivamente del aparato digestivo, que es


incapaz de digerir o de absorber un determi nado alimento o parte de él. La más común
es la intolerancia a la lactosa, el azúcar que contiene la leche.

La intolerancia a la lactosa consiste en la incapacidad del tubo digestivo para


metabolizar el disacárido lactosa. Para ser absorbida, la lactosa tiene que disociarse
mediante la enzima lactasa en los dos monosacáridos que la componen.

• La intolerancia a la lactosa

La causa de la intolerancia es sencilla: el intestino de la persona afectada tiene escasa


cantidad de la enzima lactasa, la encargada de digerir la lactosa. En los bebés este
trastorno se suele producir después de un episodio de diarrea aguda causada por la
infección por un virus que ataca a las células intestinales, como el rotavirus. La
inflamación de la mucosa intestinal y la destrucción de sus células por el virus provoca la
desaparición de la lactasa. Cuando en esas circunstancias se toma leche con lactosa, al no
poder metabolizarse este azúcar, se queda en la luz intestinal provocando diarrea líquida,
explosiva, con abundantes gases, que solo cede cuando se interrumpe la ingesta de
lactosa y se da al bebé una leche sin lactosa.

El tratamiento es muy sencillo: dar al bebé una leche sin lactosa durante uno o dos
meses, hasta que se regeneran totalmente las células de la mucosa intestinal que
producen la enzima lactasa.

Qué es la alergia alimentaria?

La alergia alimentaria es un problema totalmente distinto, más importante que la


intolerancia, porque además del sistema digestivo interviene el sistema inmunológico y se
desarrollan en el organismo reacciones generales, que pueden ser graves.

La reacción alérgica se produce cuando proteínas alimentarias que llegan al intestino

237
no son digeridas y penetran íntegras en el cuerpo, provocando una reacción a ese
"elemento extraño". Enton ces se fabrican unas inmunoglobulinas IgE específicas contra
esa sustancia alergénica, que provocan la "reacción alérgica".

La leche de vaca, que es la base con la que se fabrican las leches artificiales para
bebés, puede desencadenar reacciones alérgicas en algunos niños. Cuando se producen,
es conveniente un diagnóstico precoz porque si se confirma el bebé necesitará una
alimentación especial, exenta de proteínas de origen vacuno.

Alergia e intolerancia a las proteínas de la leche de vaca

La alergia o intolerancia a las proteínas de la leche de vaca (A-I a PLV) no debe


confundirse con la intolerancia a la lactosa. En esta última, el componente que está
implicado es el azúcar, la lactosa, mientras que en la primera son las proteínas.

La alergia a las proteínas de la leche de vaca (APLV) es la alergia más frecuente en


los primeros meses de la vida del bebé, y está relacionada con su alimentación. Se
produce porque el delicado intestino del lactante no tolera las proteínas de la vaca,
presentes tanto en esa leche como en las fórmulas artificiales para bebés. El lactante
puede hacerse alérgico a cualquiera de los componentes de las proteínas vacunas, a la
caseína, a las proteínas del suero o a ambas.

Solo los bebés que toman proteínas vacunas pueden adquirir la APLV. Sin embargo,
los bebés que nunca las han tomado, es decir, los alimentados con lactancia materna
exclusiva están totalmente protegidos. Pero debe ser totalmente exclusiva, sin haber
tomado nunca ningún biberón de leche artificial.

Signos de alergia a las proteínas de la leche de vaca

Las reacciones que se originan por la APLV pueden ser:

-Rápidas, de aparición inmediata.

-Lentas, de aparición retardada.

LA LACTANCIA MATERNA EN LA POESÍA

238
Miguel Hernández, "Hijo de la luz y la sombra"

Habitualmente, la APLV de aparición rápida es una reacción inmunitaria que se inicia


al poco tiempo de la toma de leche, en minutos o en horas. Es la que se considera la
verdadera alergia.

En cambio, la forma retardada se suele denominar alergiaintolerancia, porque aparece


días o semanas después del comienzo de la ingesta de leche.

Las manifestaciones de la APLV son muy variadas y afectan a varios órganos:

a) En la piel:

-Hay enrojecimiento, sensación de calor, manchas de urticaria, picor, etc.

-Hay hinchazón, edema, en los párpados, en la cara o en cualquier otro lugar del
cuerpo.

-Puede haber hinchazón de labios o de la lengua.

b) En el intestino: náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal.

c) En el sistema respiratorio:

-Picor en la nariz, congestión y goteo nasal.

-Dificultad para tragar y para respirar, ruidos al respirar, tos, ronquera, etc.

En los casos más extremos de reacción alérgica aguda, la reacción anafiláctica puede
desencadenar un "shock" y poner en peligro la vida.

239
En la forma retardada de la A-I a las PLV suele haber diarrea, a veces con sangre,
vómitos, una gran disminución del apetito (anorexia) y un estancamiento de la curva
ponderal. Es el dato más llamativo: el bebé no solamente no aumenta de peso sino que lo
pierde. La gráfica de peso es esencial para detectar esta enfermedad.

Qué bebés están expuestos a la APLV?

La A-I a las PLV suele aparecer cuando el bebé pasa de tomar lactancia materna a
artificial, en el momento en que se cambia de lactancia, por la razón que sea. Cuando su
frágil intestino, acostumbrado a las proteínas "homólogas" de la leche de madre, pasa a
tomar las proteínas "heterólogas" de la vaca. La mayoría de bebés toleran ese cambio
perfectamente, pero en ocasiones aparece esta enfermedad en unos pocos.

La A-I a las PLV también pueden aparecer en los bebés lactados al pecho, pero que
en los primeros días de su vida tomaron algún biberón de leche artificial, quedando
"sensibilizados". Si es así, las proteínas de vaca que ingiere su madre con una
alimentación normal (leche, derivados, carne de ternera, etc.) pueden desencadenarle una
reacción alérgica.

Diagnóstico y tratamiento de la A-I a las PL V

El diagnóstico a veces es dificil. Puede haber sospecha por todos los antecedentes
relatados, pero la confirmación solo se puede hacer con pruebas específicas de
laboratorio.

Una vez diagnosticado, el tratamiento de la A-I a las PLV consiste en dar al bebé un
alimento totalmente exento de proteínas vacunas.

Los lactantes que se alimentan con leche artificial precisan de una sustitución de su
fórmula habitual por una fórmula específica, especial para la A-I a las PLV. Consiste en
un "hidrolizado", una leche cuyas proteínas han sido desnaturalizadas, "cortadas" en
trocitos muy pequeños para que puedan ser absorbidas sin causar daño.

Cuando el bebé toma leche materna y presenta la A-I a las PLV por haberse
"sensibilizado" con algún biberón de leche artificial en el periodo neonatal, lo mejor es
que la madre siga amamantando al bebé, pero suprima de su propia dieta las proteínas
vacunas. Esto implica que no puede tomar leche de vaca, ni sus derivados (quesos,
yogur) ni carne de ternera.

Prevención de la A-I a las PL V

240
Teóricamente, la prevención de la A-I a las PLV es muy fácil: la lactancia materna
exclusiva durante los seis primeros meses de vida. Pero debe ser totalmente exclusiva, sin
ofrecer nunca ningún biberón, sobre todo en los primeros días de vida.

Vale la pena, porque hay que recordar que la A-I a las PLV es una enfermedad
importante, que en ocasiones causa manifestaciones graves. Además los bebés que se
"sensibilizan" precozmente tienen mayor riesgo de sufrir posteriormente otras alergias
alimentarias, cuando en los meses siguientes se introducen nuevos alimentos como el
pescado, los huevos, las fresas, etc.

Qué personas están más expuestas a la alergia alimentaria?

Aunque cualquier persona puede tenerla, están más expuestas:

•Las que tienen padres alérgicos.

•Los bebés prematuros, con bajo peso o debilitados por desnutrición.

•Los bebés alimentados con lactancia artificial

Efectivamente, la lactancia materna protege contra las alergias, pero solo si es


exclusiva, si el intestino del bebé no tiene contacto con ningún otro alimento.

¿Qué* alergias alimentarias son más frecuentes en edades posteriores?

Cualquier nuevo alimento puede ser potencialmente alergénico, pero destacan los
cacahuetes, las nueces, el melocotón, los mariscos, el kiwi y el huevo.

LA NODRIZA DE MOISÉS FUE... SU MADRE

El código de Hammurábi, del año 1800 a.C., ya contenía regulaciones sobre


las nodrizas mesopotámicas que amamantaban al hijo de una mujer por dinero:
la alimentación al pecho se debía prolongar durante un mínimo de dos años y se
prohibía que una nodriza a la que se le hubiera muerto un niño pudiera
amamantar a otro bebé.

Las nodrizas del antiguo Egipto procedían con frecuencia de estamentos


sociales inferiores. En el Antiguo Testamento, el libro del Éxodo relata con la
historia de Moisés el recurso a las nodrizas judías en la corte del Faraón de
Egipto. Cuando la hija del Faraón recoge al recién nacido colocado en una cesta

241
en las aguas del Nilo, piensa en adoptarlo. Myriam, la hermana de Moisés, le
sugiere contratar a una nodriza judía, que era su propia madre, Jocabed:

"Entonces su hermana dijo a la hija del Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza
de las hebreas para que te críe a este niño? Y la hija del Faraón dijo: Ve"
(Éxodo, 2: 7-9. Año 1400 a.C.).

Casos prácticos

Caso 21

Julia es un bebé de 4 meses de edad, alimentada con lactancia artificial, que


presenta regurgitaciones desde el nacimiento. Comienza a regurgitar a mitad de
la toma, le sale la leche por los labios de manera pasiva, con mayor cantidad al
finalizar la toma. Tiene un hábito intestinal que tiende al estreñimiento, pero
nunca ha sido intenso.

Julia toma muy bien, ávidamente y una cantidad algo mayor que la que le
corresponde por su edad y por su peso. Su curva de peso es excelente. No
presenta ningún otro síntoma.

Diagnosticada correctamente de "regurgitaciones fisiológicas", consultan en


el hospital porque se les aseguró a los padres que el problema se resolvería
espontáneamente con el tiempo y no ha sido así.

La exploración clínica es totalmente normal, Julia es un bebé muy sano, que


tiende al sobrepeso.

Medidas que se han de adoptar

El diagnóstico de Julia era correcto, y también la previsión de resolución


espontánea. Pero el cierre del estómago, el desarrollo del cardias, puede tardar
unos meses más. La hiperalimentación, el tránsito intestinal lento y el
estreñimiento aumentan las regurgitaciones fisiológicas en todos los bebés.

Se indica tomar las siguientes medidas:

1.Disminuir la cantidad de biberón. Julia está por encima de su peso normal


y no precisa tanto alimento. La disminución del volumen de sus
tomas mejorará sus regurgitaciones y se normalizará su peso.

242
2.Espesamiento de las tomas. Aunque Julia todavía no tiene edad para
comenzar con las papillas, sí pueden espesarse las tomas añadiendo a
cada biberón una o dos cucharaditas de crema de arroz instantánea.
Esta medida se debe ir acompañada de la de adoptar la costumbre de
ofrecer agua entre tomas a cucharaditas.

3.Posición semisentada. La posición semisentada, en la sillita con un ángulo


de 45°, durante una hora después de cada toma, dificulta la
regurgitación.

Otras medidas complementarias son: disminuir la avidez de las tomas


haciendo pausas, intentar el eructo en esas pausas sosteniendo al bebé sentado,
no ponerlo en posición horizontal antes de trascurrida una hora después de cada
toma y evitar el estreñimiento.

Caso 22

Diego es un bebé de 5 meses alimentado con lactancia artificial, que toma


bien. Presenta un crecimiento y un desarrollo completamente normales. Sigue
unos controles mensuales regulares.

Lo visitamos en su domicilio por amistad familiar y también porque la madre


ha llamado informando de que lo nota "inquieto" cuando era un bebé tranquilo.
Relata que está "diferente", más gruñón, se despierta con frecuencia y no saben
lo que le pasa. Toma igual de bien como siempre y sus deposiciones son
normales. No tiene aires. No tiene fiebre ni otros signos anormales.

Cuando entramos en la casa y en la habitación de Diego notamos enseguida


el excesivo calor. Diego va demasiado arropado, con camiseta. Su exploración
clínica es totalmente normal, aunque Diego está inquieto.

Una detallada anamnesis a la madre nos permite descubrir que desde hace
unos pocos días añade al biberón unas pocas cucharaditas de papilla de cereales
sin gluten, "para darle más alimento, porque es muy tragón". Sin embargo, la
madre olvidó ofrecerle entre la tomas unas cucharaditas de agua.

Diego sencillamente tenía sed. Entre el espesamiento del biberón, que le


restaba ingresos de agua, y el excesivo calor ambiental, que incrementaba sus
pérdidas de agua por la piel, había cambiado su balance de líquidos. Sus
cambios de comportamiento eran la única expresión que podía manifestar Diego

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de su necesidad.

Se le ofreció un biberón de agua mineral, que Diego tomó con avidez.


Después nos obsequió con una amplia sonrisa de agradecimiento.

Comentario

Las madres tienden a arropar excesivamente a los bebés, por miedo al


enfriamiento. Es verdad que los recién nacidos, especialmente los prematuros,
necesitan una temperatura ambiental algo mayor de lo normal y un cuidado
exquisito. Pero después de los 2 o los 3 meses de vida el bebé tiene un
termostato parecido al de los adultos y suele necesitar las mismas capas de
vestido que ellos.

Mientras que el bebé toma solo leche, materna o artificial, el agua que
contiene es suficiente para sus necesidades. Pero cuando comienza a tomar
papillas, o en este caso a espesar el biberón con papilla, es necesario
acostumbrarse a ofrecer agua entre las tomas, de manera rutinaria y constante,
para evitar que pase sed. Si no la tiene, simplemente no la tomará.

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245
Ballabriga, A. y Carrascosa, A. (2001): Nutrición en la infancia y adolescencia. 2.a ed.
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Barcelona.

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Zamora Pasadas, M. y Cañamero Pascual, 1. (2008): Lactancia materna. Formación

246
Alcalá. Madrid.

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Índice
Introducción 13
1. Esperando al bebé 16
1.2. Las medidas esenciales 18
1.3. Nutrición de la madre durante el embarazo y la lactancia 22
1.4. Necesidades de nutrientes 24
1.5. Alimentos para la mujer embarazada 27
1.6. ¿Qué alimentos hay que evitar durante el embarazo? 29
Caso práctico 1 33
Caso práctico 2 34
2. Menús para embarazadas 35
2.2. Las calorías de la dieta 38
2.3. Sugerencias de menús 39
2.4. Menús saludables para la primera mitad del embarazo 45
2.5. Menús saludables para la segunda mitad del embarazo 47
2.6. Platos para variar, sabrosos y nutritivos 49
Caso práctico 3 57
Caso práctico 4 59
3. ¿Cómo es el bebé? 61
3.2. Proteger la relación inmediata madre-hijo 64
3.3. El peso del recién nacido 65
3.4. Los órganos del recién nacido 66
3.5. La inmadurez del sistema digestivo 67
3.6. Aprender a alimentarse 69
Caso práctico 5 72
Caso práctico 6 73
4. Nutrición, crecimiento y salud 76
4.2. Los nutrientes 80
4.3. Calidad y cantidad de los alimentos 87
248
Caso práctico 7 90
Caso práctico 8 91
5. ¿Pecho o biberón? 92
5.2. Las vicisitudes de las dos lactancias 94
5.3. Altibajos de la lactancia materna 99
5.4. ¿Por qué no es buena la leche de animales? 102
Caso práctico 9 106
Caso práctico 10 107
6. La leche humana es mejor 108
6.2. Beneficios de la lactancia materna para la madre 111
6.3. Interacción entre lactancia materna e intestino del bebé 113
6.4. El calostro 114
6.5. Los nutrientes de la leche 118
6.6. Variabilidad en la composición 121
6.7. Factores inmunológicos y de defensa de la leche humana 122
Caso práctico 11 124
Caso práctico 12 125
7. Dar el pecho es fácil 126
7.2. Causas del abandono o fracaso de la lactancia materna 130
7.3. Promoción de la lactancia materna 132
7.4. La eyección de la leche 133
7.5. El agarre al pecho 135

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