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Las sabanas son biomas propios de los trópicos.

Se
encuentra en extensas regiones de África, Asia,
Australia y América del Sur. En ellas predomina la
vegetación herbácea. Sin embargo, no carecen de
árboles, aunque éstos se encuentran dispersos.

El suelo de la sabana es arcilloso e impermeable. Una


característica propia de este bioma es la alternancia de
una estación húmeda y otra seca. La estación seca es muy
árida, característica que facilita la propagación de
incendios. El fuego agiliza el crecimiento de las hierbas y
frena el desarrollo de los árboles, acelera la mineralización
del suelo y el crecimiento de las plantas que se adaptan a
esas condiciones.

La sabana africana

En la sabana africana, que ocupa el este del área central


de África, se registran temperaturas medias de 23º C, con
precipitaciones anuales de 600 mm. No existe una frontera
bien determinada entre el bosque y la sabana. En África el
terreno boscoso se interna en la sabana por medio de
especies arbóreas de hojas caducas, es decir, que caen en
la estación seca. Los árboles más frecuentes son acacias y baobabes. Este bioma está
poblado de antílopes, cebras, jirafas de más de cinco metros de altura, rinocerontes,
elefantes, búfalos y grandes mamíferos carniceros.

Las plantas herbáceas -hierbas, pastos y gramíneas- son típicas de las sabanas. Hace 50
millones de años el régimen de lluvias de la Tierra sufrió un cambio. En vastas zonas se
difundieron las herbáceas en perjuicio de los árboles.
El suelo de la sabana no llega a gran profundidad, en
la primera capa, llamada horizonte A, las partículas
de suelo se mezclan con materia orgánica en
descomposición, no muy abundante, en la segunda
capa, u horizonte B, prevalecen los minerales.

DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LAS SABANAS

Los animales de selvas y bosques acudieron atraídos por


la abundancia de alimentos. La clave de la continuidad de
las gramíneas y otras herbáceas en las sabanas consiste
en su gran adaptabilidad por un lado, y por otro, en el
hecho de que brotan a ras del suelo e inclusive, en
muchas especies, debajo de él. Esto permite que los
animales herbívoros se alimenten sin destruir la planta,
que puede seguir creciendo.

Dado que las gramíneas en épocas de sequía aumentan


su contenido de celulosa y ésta dificulta su ingestión, los
animales de la sabana desarrollaron molares más duros
y, en el caso de los rumiantes, un estómago dividido en
cavidades para facilitar la digestión.
Otras formas de vida típicas de este bioma son las
innumerables especies de insectos, que aparecen en la
temporada de lluvias.
Chaco, llanos y cerrados

En América existen tres tipos diferentes de sabanas:


los cerrados, el chaco y los llanos. Los cerrados son
formaciones que se extienden por el altiplano de
Brasil y cubren casi 2.000.000 de km2. Presentan
una amplia variedad de ecosistemas: campos
limpios, que son zonas de pastos, campos sucios,
donde hay árboles y arbustos, campos cerrados, que
son las típicas sabanas leñosas, y los cerradones,
donde la cobertura arbórea ocupa el 50% del terreno.

El chaco abarca casi 1.000.000 de km2 en territorios


de Bolivia, Paraguay y Argentina. Es una zona donde
predominan las plantas leñosas con espinas. Las
condiciones climáticas se vuelven progresivamente
más secas al oeste de los ríos Paraguay y Paraná. Los
bosques chaqueños pasan de tener un carácter de selva tropical en la llamada zona de
chaco húmedo, a ser una zona de bosque ralo a la que se denomina chaco seco.

Los llanos abarcan casi 500.000 km2 en Venezuela y en Colombia. De abril a octubre
las lluvias hacen desbordar los ríos y provocan inundaciones. En la estación seca, el
agua se evapora y el terreno se vuelve muy árido.
El hombre en la sabana

En 1924, el antropólogo Ragmond


Dart descubrió un pequeño cráneo
petrificado en Taung, Sudáfrica.
Declaró que pertenecía a un
antepasado del hombre actual, y lo
llamó Australopithecus. La idea de que
el hombre se originó en la sabana
africana fue confirmada por hallazgos
posteriores que permitieron acumular
un importante registro de restos
fósiles, gracias sobre todo a las
investigaciones de Richard Louis y
Mary Leakey en distintos lugares de
África.

Los zoólogos establecieron que los


hallazgos pertenecían a especies que,
como el hombre, integraban el orden
de los primates. Se piensa que estos
seres, menores en tamaño y fuerza que
los animales que capturaban, debían
necesariamente movilizarse en grupos,
con división de las tareas según el sexo y la jerarquía, y consumo compartido de los
alimentos.

 Disqus

Leer más: http://www.barrameda.com.ar/ecologia/sabana.htm#ixzz1a8NvxdbC

Sabana
Caracteres de la sabana
Una sabana es un ecosistema de pastizales que se caracteriza por los árboles pequeños y
separados. Ello permite que la luz pueda llegar a la tierra y se genere un estrato herbáceo
continuo que consiste principalmente en pastos. Son comúnmente utilizadas para el
pastoreo de ganado doméstico. Un resultado negativo en la ecología es que gran parte de las
sabanas del mundo han experimentado transformaciones, debido al pastoreo de ovejas,
cabras y vacas, que incluyen cambios en la composición de los pastos y la invasión de
malezas leñosas.
Las sabanas se caracterizan también por la disponibilidad de agua estacional. Son una zona
de transición entre el bosque y el desierto o las praderas. Cubre aproximadamente el 20%
de la superficie de la Tierra. El área más grande de la sabana esta en África.

Las ecorregiones de sabana son de varios tipo

Por un lado tenemos a las sabanas tropicales y subtropicales, que se caracterizan por los
pastizales tropicales, subtropicales y matorrales, son ejemplo de ello las sabanas de África.
Por otro lado tenemos a las sabanas templadas de latitud media caracterizada por los
veranos húmedos y secos inviernos como por ejemplo las sabanas y matorrales templados
que cubren gran parte de las Grandes Llanuras de los Estados Unidos.
Otro tipo de ecorregión son las sabanas del Mediterráneo con inviernos suaves y lluviosos y
veranos calurosos y secos; las sabanas de roble de California, que forma parte del chaparral
de California y la eco-región bosque, entran en esta categoría.
También tenemos a las sabanas inundadas que se inundan durante todo el año, esto ocurre
principalmente en los trópicos y subtrópicos.
Y por ultimo tenemos a las sabanas de montaña que se encuentran en torno a las regiones
de montañas altas, un ejemplo es la sabana de Angola.
Sabanas Africanas: Estructura de la
Vegetación, Grandes Mamíferos y
Diversidad de Suelos (Edafodiversidad)
Publicado por Juan José Ibáñez el 16 marzo, 2009
Comentarios (2)
Cuando en un ecosistema de sabana se impide de entrada de mamíferos, cambia completamente su
estructura. La sabana desaparece siendo reemplazada por un bosque subtropical seco muy cerrado.
Investigaciones recientes relacionan la respuesta vegetal con la diversidad de los suelos del área afectada .

Se sabe desde hace tiempo que sin mamíferos no hay sabana. Ya hace muchos años que se
detectó en espacial el papel de los elefantes en el mantenimiento de las estructuras de la
sabana africana. Como en Latinoamérica no existen grandes rebaños de mamíferos salvajes no
surgen sabanas, como las africanas. Se trata de un tema apasionante, por cuanto hasta el
Neolítico muchos bosques de Europa poseían grandes rebaños de herbívoros y sus
depredadores asociados. ¿Cómo serían entonces sus paisajes?: ¿sabanoides o cerrados?
Este post será la antesala de otro, en que os expondremos nuestra conjetura.

Elefantes en una Sabana de Kenia. Fuente: Animal Planet

Cuando se busca información en la lengua del imperio, conviene a menudo sustituir el vocablo
sabana por el suahileño “forest park”. Quedáis advertidos. El otro día, leyendo Eurekaert, me
tope con una nota de prensa en cuya cabecera se podía leer: “Airborne ecologists help balance
delicate African ecosystem”. Se trata de un resumen de un artículo de la prestigiosa Revista
PNAS que podéis bajaros pinchando en su propio Título:

Large-scale impacts of herbivores on the structural diversity of African savannas

Gregory P. Asner1, Shaun R. Levick, Ty Kennedy-Bowdoin, David E. Knapp, Ruth Emerson, James
Jacobson, Matthew S. Colgan, and Roberta E. Martin
Department of Global Ecology, Carnegie Institution, 260 Panama Street, Stanford, CA 94305

Tras leer tanto la nota de prensa como el artículo, tengo la impresión que quedan varios cabos
sueltos, y en especial aquellos afectan los razonamientos que se vierten sobre el papel de
los suelos. En realidad, el trabajo nos informa muy indirectamente del medio edáfico, por
cuanto se habla de sustratos graníticos poco fértiles y arenosos, frente a los volcánicos
muy fértiles y arcillosos. Sin embargo, la argumentación de los autores se fundamenta en
los aspectos de fertilidad y las precipitaciones que caen en las áreas estudiadas, soslayando
la componente textural, es decir que los suelos arcillosos retienen mucha mayor humedad
que los arenosos, a la par que son más sensibles a la compactación por el pisoteo de los
mamíferos de gran tamaño. No comparto para variar el triunfalismo de la nota de prensa, ya
que pongo en duda que el estudio sea de gran utilidad con vistas a la conservación de los
ecosistemas, si bien ofrecen datos de indudable interés. En cualquier caso. para todos aquellos
que requieran más detalles les remitimos al artículo original. El estudio, monitorizado en el
tiempo, fue realizado haciendo uso de sensores remotos.

Desde luego, comenzar proclamando que se trata de un nuevo tipo de ecología no deja de ser
más que una solemne estupidez. Pero vayamos al meollo de la cuestión. Algunos datos que
comentaré proceden de la nota de prensa, pero otros los he extraído del artículo original, por
lo que no los encontrareis abajo, sino allí. Como ya os ha comentado, al excluir los grandes
herbívoros el bosque se cierra (los autores no comentan el papel de especie clave que los
elefantes generan en tales cambios, ya demostrado sin discusión en investigaciones previas).
También me preocupa la falta de comentarios sobre la carga de animales en las zonas de
las que no se excluyeron los grandes herbívoros. Esta dependería de la densidad de
depredadores, incluido el hombre. Por tanto, no puede saberse a ciencia cierta si se produce
o no un sobrepastoreo. En la foto de abajo, a la izquiera, se observa la estructura de la
vegetación de la sabana sin herbívoros, mientras que a la derecha con ellos.

Lo cierto es que las sabanas pastoreadas poseían una estructura muy diferente que las que
si lo eran. Las primeras atesoraban una mayor biomasa vegetal, heterogeneidad estructural
etc. (ver imagen). Nada nuevo bajo el sol. Los autores nos hablan de que surgían dos niveles
paisajísticos diferentes sobre los cuales el pastoreo generaba patrones espacio-
temporales distintos, el primero era más amplio y contemplaba los tipos de suelos (a
cualquier cosa le llaman edafotaxa), mientras que el segundo se vislumbraba al nivel de una
heterogeneidad de detalle inducida por la disposición de la vegetación en paisajes
ondulados, es decir de colinas. Hablamos en términos edafológicos de las conocidas
toposecuencias. Las zonas pastoreadas no lo eran con igual intensidad, padeciendo un uso más
intenso las más ricas en nutrientes. Desde hace tiempo se sabe que la calidad del forraje
depende de la fertilidad del suelo. Los herbívoros no son tontos y prefieren disfrutar de un
manjar que apañarse con un plato de escasas calorías y pobre en nutrientes. Por lo tanto, la
sorpresa de estos investigadores deviene más de su ignorancia que de un verdadero
“descubrimiento”. Por tal razón, los suelos arcillosos sobre los sustratos volcánicos padecían
más manchas o calveros, probablemente debido más a la compactación de los suelos
arcillosos que al propio consumo de las plantas silvestres forrajeras, cuestión que omiten
también de su desiderata (de suelos ni idea).

Caption: 3-D images of African savannah vegetation in areas from


which large herbivores have been excluded (left) and allowed access
(right) give researchers a detailed picture of the ecological impact of
the herbivores. The researchers can quantify not only the amount of
vegetation change but also structural changes in the habitat. Fuente:
Asner Lab, Carnegie Institution

A nivel de ladera, descubren nuevamente la dinamita, al informarnos de que en los fondos de


valle se notaban más las repercusiones que en las laderas. Habría que documentarles sobre
el efecto del lavado lateral de nutrientes y sedimentos finos hacia los fondos de valle, que
por estas razones y los cauces cercanos, disfrutan de una mayor humedad y por lo tanto una
mayor producción primaria prolongada en el tiempo, así como su papel de abrevaderos para
saciar la sed de los herbívoros. Todo esto se observa perfectamente en una Dehesa
española: bosque abierto al estilo de una sabana en donde se crían los toros de lidia. Empero
sigue intrigándome la mayor extensión de los calveros en los suelos arcillosos: ¿no se
debería más a una sobrecarga de las manadas?. Dudo mucho que en una sabana equilibrada,
en lo que respecta a su cadena trófica, ocurra este tipo de degradación física del suelo, ya que
de ser así no podría considerarse sustentable, y como corolario los ecosistemas naturales
habrán cambiado hacia otro estado de equilibrio que sí lo fuera.

Aciertan, en mi opinión los autores al apuntar que, por “atesorar” menos biomasa, las áreas
pastoreadas, debían ser menos sensibles a los efectos de los incendios naturales. De
acuerdo. Cuanta más biomasa atesore un ecosistema en su estación seca, más susceptible será
de sufrir incendios de gran gravedad. Recordemos también que los aborígenes de la región
suelen apelar al uso del fuego para clarear la sabana y fomentar la fertilidad para el
crecimiento del pasto. Reitero que su ¡discurso sobre el rol del medio edáfico no me convence
en absoluto al soslayar las muy dispares propiedades hidrológicas de los suelos arenosos frente
a los arcillos (al retener agua por mayor tiempo amplían su periodo fenológico y productividad),
centrando toda su atención en la química (fertilidad). Quien desee saber más, y domine el
suahili, tiene el artículo original a su disposición para ello. Y termino con la pregunta inicial
¿Cómo debían ser los ecosistemas mediterráneos y templados cuando albergaron grandes
manadas de herbívoros y depredadores? En breve os ofreceré mi visión del tema.

Juan José Ibáñ

ÍNDICE
SABANAS Y PRADERAS
A) SABANAS ................................................................ 1

1. INTRODUCCIÓN..................................................................... 1
2. DISTRIBUCIÓN Y TIPOS DE SABANAS................................... 1
3. ESTRUCTURA DE LA VEGETACIÓN....................................... 2
4. FAUNA .................................................................................. 4
5. FUNCIONAMIENTO DE LAS SABANAS................................... 4
6. USOS E IMPACTOS HUMANOS EN LAS SABANAS................. 7

B) PRADERAS .............................................................. 9

1. INTRODUCCIÓN................................................................... 9
2. TIPOS DE PRADERAS........................................................... 9
3. ESTRUCTURA DE LA VEGETACIÓN..................................... 11
4. ESTRUCTURA DE LA FAUNA............................................... 13
5. FUNCIONAMIENTO DE LAS PRADERAS................................ 13
6. USOS E IMPACTOS EN LAS PRADERAS............................... 15

BIBLIOGRAFÍA ............................................................ 16
SABANAS Y PRADERAS
A) SABANAS
1.INTRODUCCIÓN
El término de sabana se aplica a diversos tipos de vegetación que
representan una progresión en aumento de cobertura vegetal leñosa, y que
comprende desde praderas abiertas y áreas con arbustos o árboles
ampliamente separados, hasta bosques abiertos relativamente densos.
Entre la sabana arbolada y sabana bosque existen todos los grados.

Desde el punto de vista geobotánico se denominan sabanas a aquellas


superficies herbáceas homogéneas y con plantas leñosas en dispersión
más o menos regular; cuando faltan totalmente las plantas leñosas
hablamos en los trópicos de praderas; cuando se trata de prados y
formaciones de árboles mayores o menores que crecen en mosaico,
hablamos de paisajes en parque formados por varias comunidades
vegetales ecológicamente distintas.

2.DISTRIBUCIÓN Y TIPOS DE SABANAS


Las sabanas tropicales cubren extensas áreas de África, India,
Australia, Brasil (campos cerrados), Colombia y Venezuela (llanos) y
algunas partes restringidas de Malasia, lo cual hace que se encuentren
diferencias en cuanto a las especies vegetales que las conforman.

El origen de las sabanas puede deberse a diversas causas:


 A las características del suelo.
 A fuegos periódicos provocados por rayos o por la acción
humana.
 A la influencia del clima.
Las sabanas que aparecen por razones climáticas, como las del
oeste y suroeste de África, se desarrollan en regiones con clima
continental cálido caracterizado por la existencia de estaciones húmeda y
seca bien marcadas y una precipitación media anual entre 100 y 400mm.
Estas sabanas van desde el bosque abierto con piso bajo herbáceo hasta
las auténticas praderas, dominadas por las gramíneas. Cuando las
precipitaciones oscilan entre los 100 y los 200mm anuales sólo las
gramíneas pueden resistir la estación seca. Cuando la precipitación
alcanza los 300mm el suelo retiene humedad suficiente para mantener
arbustos. Si la lluvia caída supera los 300mm anuales es posible el
desarrollo de árboles aislados. Cuando se superan los 400mm hay
suficiente humedad durante la estación seca como para que los árboles
crezcan con mayor profusión, hasta formar un dosel que da sombra a la
pradera.
En regiones de pluviosidad más elevada, como el este de África, la
vegetación de sabana se mantiene debido a los incendios periódicos. La
combustión de la hierba seca al final de la estación de las lluvias quema
la vegetación boscosa. Esto detiene la expansión de árboles y arbustos y
estimula el crecimiento de las gramíneas. El intenso apacentamiento de
mamíferos como el ñu o la cebra influye también en estas sabanas. Si los
animales son muy abundantes pueden reducir la vegetación hasta el
punto de eliminar la cubierta herbácea; entonces, la vegetación leñosa se
incrementa, dando como resultado un terreno arbolado. Este crecimiento
de las plantas leñosas puede verse reducido, a su vez, por la existencia
de animales de gran porte como los elefantes.
Entre las sabanas que vienen determinadas por sus suelos se
encuentran Los Llanos de Venezuela y los campos cerrados de Brasil.
Estos últimos se caracterizan por unos suelos cubiertos por una dura
costra, formada por óxidos de hierro. Las gramíneas crecen en el suelo
que se forma sobre esta costra, y las raíces de los árboles aprovechan las
fracturas de la misma para alcanzar el agua del subsuelo.

3.ESTRUCTURA DE LA VEGETACIÓN
ESTRUCTURA VERTICAL:

En estos sistemas la vegetación se dispone principalmente en dos o


tres estratos. El primero y más esencial del ecosistema, es la pradera, y
por encima el componente leñosos que puede estar formado por árboles y
arbustos. Estos estratos son dos tipos vegetales antagónicos que en
general se excluyen mutuamente. Sólo se encuentran en equilibrio
ecológico en los trópicos con lluvias estivales y sobre arenas arcillosas
profundas. Dicho antagonismo viene definido por las diferencias del
sistema radicular y la economía hídrica.
 El estrato herbáceo está dominado por gramíneas, ya sea en
matas amacolladas o formando un tapete, sin una estructura
vertical diferenciada. La mayor parte de esta biomasa
herbácea está constituida por unos sistemas radicales muy
desarrollados, que se concentra en los 10cm superiores, pero
que pueden llegar a una profundidad de 30cm. Los géneros
más representados entre las gramíneas vivaces son
Andropogon, Panicum, Hyparrhenia, Imperata; y además en
Australia: Triodia, Astrebla, Themeda o Pennisetum.

 El estrato superior está constituido por árboles y arbustos,


que por lo general no superan los 80cm en el primer caso y los
8m en el caso de las sabanas arboladas. Los árboles de este
sistema tienen unas raíces horizontales muy extensas que
pasan por debajo de la capa de raíces de las gramíneas. Puede
que exista cierta competencia entre las gramíneas y la
vegetación leñosa por el agua del suelo, pero la competencia
más notable tiene lugar entre los árboles, lo cual conlleva al
marcado patrón de separación de la vegetación leñosa. En
cuanto a las especies que conforman este estrato, varían
según la distribución de la sabana algunas de estas especies
que lo constituyen son matorrales xerofíticos: Prosopis sp,
Larrea sp, Acacia sp; pequeños arbolillos como Curatella sp,
Byrsonima sp, Bowdichia sp o árboles de gran talla como el
baobá (Adansonia digitata), etc.

En lo que se refiere a la economía hídrica, las hierbas graminoides


típicas se caracterizan por su intensa fotosíntesis y producción de biomasa
en un corto periodo de tiempo siempre y cuando la disponibilidad de agua
sea favorable. Cuando finaliza la estación de lluvias la transpiración
continúa hasta que las partes aéreas terminan por secarse y sólo
perpetúa viviendo el sistema radical y parte del tallo. Por el contrario las
plantas leñosas poseen otro sistema de economía hídrica; cuando se
producen los primeros indicios de falta de agua se cierran los estomas
para evitar la transpiración. Si aumenta la falta de agua las hojas caen, de
modo que durante la estación seca el vegetal conserva únicamente las
ramas con sus yemas. A diferencia del caso anterior, las leñosas necesitan
cierta cantidad de agua muy pequeña durante la estación seca. Por esta
razón se secan y mueren cuando el suelo no contiene agua que la planta
pueda absorber.

ESTRUCTURA HORIZONTAL:
La estructura horizontal de las sabanas, aunque poco aparente, está
bastante desarrollada. Las matas amacolladas de gramíneas se distribuyen
en el terreno abierto, creando manchas de vegetación baja.

Las plantas leñosas tienen una gran importancia puesto que crean unas
condiciones microclimáticas que en conjunto suponen un aumento de la
estructura horizontal incluyendo la del suelo. Los efectos de los árboles
son:

- Aportan materia orgánica y nutrientes al suelo bajo ellos.

- Reducen la evapotranspiración.

- Se crean condiciones adecuadas para un aumento del crecimiento


de las gramíneas y arbustos leñosos.

- Crean zonas de sombra empleadas por los herbívoros para


descansar durante el calor del día, y estos al mismo tiempo aportan
nutrientes en forma de excrementos y orina.

Rompiendo la aparente monotonía de la sabana aparecen numerosas


depresiones donde el nivel freático está más próximo a la superficie,
sustentando formas de vida propias de los humedales. Aparecen grandes
franjas de bosque de ribera o de galería que serpentean a través de las
sabanas. Asociado a estos bosques de ribera se encuentra una gran
diversidad de vida salvaje, ya que ofrecen refugio y alimento a la fauna.

4.FAUNA
Las sabanas pueden contener una gran variedad y abundancia de
herbívoros, tanto invertebrados como vertebrados alimentándose de
gramíneas o de las hojas de las plantas leñosas. Los herbívoros
dominantes son los invertebrados, incluyendo ácaros, saltamontes,
hormigas consumidoras de semillas, escarabajos peloteros y termitas. La
vegetación de la sabana sustenta un increíble número de insectos:
moscas, saltamontes, grillos, escarabajos carábidos y especialmente
hormigas y termitas. La abundancia de insectos tiene carácter estacional y
está notablemente afectada por los incendios.
En las sabanas sudamericanas, existe un elemento importante de
ungulados ramoneadores, representados por el ciervo de la pampa y el
capibara. Las aves insectívoras, granívoras y frugívoras son también un
importante componente de la comunidad de consumidores.

La sabana africana, al menos visualmente, está dominada por una


fauna abundante y variada de ungulados, con al menos 60 especies que
comparten los recursos vegetales. Algunos como el ñu y la cebra, son
migratorios durante la estación seca, y otros como la jirafa o la gacela de
Grant, muestran muy poca o ninguna dispersión estacional. Entre los
ungulados las cebras y los ñus son ramoneadotes generalistas. Existe una
estrecha interacción entre los individuos ramoneadotes, de forma que una
presión intensiva de ramoneo por parte de una especie puede afectar a las
poblaciones de las demás. A pesar de su conspicua apariencia, los grandes
ungulados consumen tan solo alrededor de un 10% de la producción
primaria.

Existe además toda una fauna de carnívoros que se alimentan de la


fauna de los ungulados como leones, guepardos, hienas, perros salvaje,
etc. Las presas muertas y abandonadas son también alimento importante
para los carrroñeros, incluyendo buitres y chacales.

5.FUNCIONAMIENTO DE LAS SABANAS


Las sabanas están adaptadas a dos estaciones muy marcadas, una
estación seca y otra lluviosa, presentando pocas variaciones de
temperatura estacionalmente. Por tanto el funcionamiento de este bioma
estará condicionado fundamentalmente por la precipitación. En general
entre noviembre y junio hay humedad suficiente para permitir el
crecimiento de la hierba. Los herbívoros van “siguiendo” a su alimento (la
hierba) y a su vez los grandes carnívoros siguen a los herbívoros para
poder alimentarse. En definitiva la lluvia marca el ritmo de la vida en la
sabana.

Fundamentalmente hablaremos de las sabanas africanas ya que son


las más estudiadas, y por lo tanto la información de las mismas es más
abundante.

A causa de la gran variedad de tipos de sabanas, resulta difícil hacer


una generalización sobre la producción primaria. En cualquier caso, por
norma general, las sabanas se caracterizan por presentar una alta tasa de
renovación. La producción primaria neta varia considerablemente a lo
largo de un gradiente entre la sabana herbácea y la sabana arbolada y los
bosques abiertos. Las estimas de producción varían desde 37 hasta 800
g/m²/año, o, referidos a la estación de crecimiento, de 0,67 hasta 8,12
g/m²/día. Estas estimas hacen referencia sólo al estrato herbáceo aéreo,
existiendo pocos datos de la contribución que hacen los árboles a la
producción primaria, aunque sean la principal fuente de alimentación de
herbívoros ramoneadores tan importantes como la jirafa y el elefante.

Los fuegos, como se ha comentado anteriormente, influyen en el


paisaje de la sabana y determinan sus espacios de manera no muy
distinta a la presión que ejercen los herbívoros en su pastoreo. Cuando la
hierba contiene todavía un alto porcentaje en agua, al comienzo del
período seco, el fuego se limita a consumir el armazón de las hojas y
hierba muerta, en tanto que la acumulación de material no sea excesivo.
Se trata de un fuego lento, bajo, que no ataca a los árboles. No hay
aumento de la temperatura en el suelo en las en cuanto nos alejamos de la
superficie, por lo que generalmente no se ven afectadas las semillas ni las
raíces, y mucho menos los animales que están en sus madrigueras.

A medida que avanza la estación árida, en julio, los incendios se vuelven


más frecuentes, extensos y destructivos. Resultan especialmente
vulnerables los árboles inmaduros y los retoños, mientras que los árboles
grandes en general casi no son afectados. Las acacias de más de tres años
son capaces de resistir fuertes incendios. Se ve moderado así el
incremento de árboles jóvenes y la difusión de bosquecillos y matorrales.
Del fuego por tanto depende la ausencia del sotobosque y de árboles
muertos. Muchos de los árboles son de la misma edad precisamente
porque la regeneración ocurre a largos intervalos.

En conclusión sin los incendios, unidos a la acción del pastoreo, gran


parte de las sabanas acabarían invadidas por el boscaje.

En cuanto al pastoreo, es decir al efecto de los herbívoros, es un


proceso fundamental para llegar a entender el funcionamiento de la
sabana. El manto herbáceo de la sabana tal y como hoy lo vemos es el
resultado de la evolución simultánea de las gramíneas y de los ungulados.
Las gramíneas son están muy adaptadas a la presión de los herbívoros.
Presentan puntos de crecimiento a nivel de los entrenudos del tallo,
además de en el ápice, lo que las vuelve menos vulnerables que las
dicotiledóneas frente al pastoreo. Para compensar la reducción de los
tejidos producida por los herbívoros se ha incrementado la capacidad
fotosintética y una utilización más eficaz de la luz limitando las zonas de
sombra entre las hojas. Además la hierba se “defiende” del pastoreo
mediante toda una serie de barreras, que va desde el endurecimiento de
los tejidos (silicificación, lignificación y cobertura de espinas) hasta la
acumulación de moléculas orgánicas altamente tóxicas o únicamente
repelentes, pasando por la selección de tipos de crecimiento rápido y
rastrero, menos vulnerables, y la tendencia a mezclarse con tipos no
comestibles en asociaciones vegetales de tipo defensivo. A pesar de todas
estas especializaciones los herbívoros de la zona han evolucionado al
tiempo que la vegetación consiguiendo aprovechar este alimento de una
forma óptima (por ejemplo la jirafa y el rinoceronte negro tienen una
gruesa cubierta cornea en su boca para defenderse de las espinas de las
acacias).

El pastoreo, si no es excesivo acaba por estimular la producción primaria,


eliminando con una parcial defoliación de los tejidos más viejos y las
acumulaciones de almidón que impiden la fotosíntesis. Algunas especies,
como Andropogon greenwayi, resultan más bien “pastoreo-dependientes”,
en el sentido de que crecen sólo en las zonas que son roídas, aunque sea
duramente, dado el desarrollo de una forma floja muy resistente. Otras
especies, más altas y erectas, como el género Pennisetum, sufren un
pastoreo mucho menor.

Uno de los secretos de las sabanas es cómo siendo aparentemente tan


homogéneas pueden soportar una gran cantidad de manadas de
ungulados. Pero la sabana es mucho menos uniforme de lo que parece, y
esto permite una separación ecológica entre las distintas especies
limitando la competencia. La sabana ofrece un abanico de posibles
elecciones alimentarias (muchos tipos de plantas e incluso más niveles de
vegetación, desde la hierba hasta la copa del árbol, desde los prados bajos
de las cimas de las colinas hasta las hierbas altas de los valles). La sabana
también ofrece hábitats diferentes y fluctuaciones estacionales que
multiplican los ambientes. Desde el punto de vista de los ungulados,
vegetación significa alimento, agua, sales minerales, sombra y refugio.

Los herbívoros se “reparten” los recursos alimenticios en el espacio y en el


tiempo. Vesey-Fitgerad (1960) observó que se producía un ciclo estacional
de pastoreo, con las gacelas que sucedían a los ñus los cuales habían
sucedido previamente a las cebras y los topis.

Además se produce una selección del alimento por parte de los ungulados.
Las distintas especies consumen partes diferentes de las gramíneas. En
general las especies más pequeñas procuran un alimento más rico y
proteico para su elevada tasa metabólica, mientras que los grandes
herbívoros apuntan a la cantidad. En el transcurso de la evolución esta
tendencia he llevado a dos tipos de especializaciones. Por una parte a
gacelas y antílopes de media altura, con boca estrecha, labios móviles y
lengua flexible, capaces de escoger entre hojas, tallos y flores. Y por otra
parte a los grandes herbívoros, como los búfalos y ñus, con una amplia
abertura bucal para engullir rápidamente la hierba sin casi hacer selección
de la misma.
En cuanto al flujo de nutrientes los árboles pueden servir en la
sabana de bombas de nutrientes, por tener un sistema radical más
desarrollado, tomando los nutrientes de las zonas profundas del suelo y
enriqueciendo las capas superficiales con el desprendimiento de las hojas.
Estos árboles de sabana, en especial las acacias, presentan una
circulación interna de nutrientes bastante cerrada. Por ejemplo la
concentración de nutrientes en las hojas disminuye en la estación seca
siendo mínima antes de la caída de las hojas. Los árboles transportan
parte del nitrógeno al nuevo crecimiento leñoso, pero la mayor parte se
transporta a las reservas de las raíces, donde estará disponible para
estimular la siguiente estación de crecimiento. La mayor parte del
nitrógeno de la biomasa subterránea seca se volatiliza hacia la atmósfera
si el fuego arrasa la sabana; pero si no lo hace, una parte de él será
transferido al suelo por los efectos de lavado del agua de lluvia.

En todos estos ciclos de nutrientes la fauna del suelo ejerce un papel muy
importante. Los escarabajos desempeñan un importante papel ecológico al
remover el estiércol de los grandes mamíferos, este papel es esencial ya
que el estiércol por acumulación asfixiaría las plantas.

Tampoco hay que olvidar el importante papel de las termitas.


Existiendo dos grupos claramente diferenciados: las que se alimentan de
material orgánico en descomposición y las lignívoras que atacan a las
plantas y a la madera. Cualquiera de ellas ejerce un papel fundamental en
el ciclo de nutrientes. Gracias a la actividad de las termitas se modifican
las propiedades del suelo. Éstas al construir grandes termiteros excavan y
remueven toneladas de suelo, permitiendo que se mezcle el suelo mineral
con la materia orgánica. Algunas especies hacen grandes galerías y otras
acumulan materia orgánica. Las termitas por tanto tienen un efecto
considerable en las propiedades físicas y químicas del suelo de la sabana,
y en general hacen que este sea más fértil.

6.USOS E IMPACTOS HUMANOS EN LAS SABANAS


Desde el inicio de la evolución, los humanos han estado tan
estrechamente asociados a la vegetación de la sabana, sobre todo en
África, que es difícil separar la influencia humana de la influencia natural
en la conformación de los sistemas de sabanas. En Sudamérica, la
vegetación de la sabana todavía permanece relativamente libre al impacto
humano. Pero en África y Australia la llegada de los antiguos humanos
aumentó notablemente la importancia de los incendios.
Al principio el hombre vivía como depredador, persiguiendo a sus
presas migradoras y constituyendo una parte de la ecología natural de su
hábitat, al igual al igual que los herbívoros de los que se alimentaba. En
los últimos tiempos los humanos han afectado de forma más intensa y
adversa a los ecosistemas de sabana. Algunos de los efectos de la acción
del hombre son los siguientes:
 Se ha acentuado la estación seca, aumentando la desecación de las
sabanas más áridas por el efecto de la introducción de cultivos y
rebaños de herbívoros entre otros factores. Esta desecación ha
permitido el avance del desierto en determinadas zonas. Por otro
lado el suelo es más afectado a la erosión eólica e hídrica como
consecuencia entre otras causas de la tala y quema de árboles y la
destrucción causada por los rebaños domésticos de herbívoros.
 Por otro lado un gran problema de la acción humana es el
incremento del número de incendios. Quienes generan el fuego son
los pastores y los agricultores en los límites de las zonas protegidas.
Incluso se producen incendios provocados en el interior de las zonas
protegidas, cómo los furtivos con el objetivo de borrar sus huellas.
 En algunas zonas de África la sabana se está transformando en
bosques de pinos y eucaliptos para la obtención de madera y pulpa
de papel. Los cultivos humanos también afectan en gran medida a la
sabana, entre otros aspectos por el uso de fertilizantes y plaguicidas,
así como por la introducción de especies exóticas.
 La ganadería doméstica también ejerce un efecto notorio en la
sabana. La sabana ha evolucionado con los ungulados salvajes
siendo capaz de resistir grandes presiones por parte de los mismos.
Sin embargo los animales domésticos son rumiantes menos
eficientes, por lo que altas cargas de herbívoros domésticos pueden
afectar muy negativamente a las sabanas aridificándolas.
 En cuanto a las reservas y parques nacionales creados para
proteger y preservar el ambiente de la sabana, el turismo es uno de
los principales problemas. Un entrelazamiento excesivo de
carreteras, los safaris y las residencias del personal pueden alterar
el funcionamiento del parque y determinados hábitos de los
animales. Así las carreteras se convierten en rutas de migración
para los herbívoros, las piscinas de los albergues en una alternativa
de los abrevaderos en la estación seca, y las basuras un deposito
inagotable para las hienas que se apiñan alrededor de algunos
albergues con resultados impredecibles.

Una vez más nos damos cuenta cómo el hombre durante miles de
años ha sido capaz de subsistir como un componente más del ecosistema
de la sabana, y de cómo el hombre actual en tan sólo unas pocas décadas
está provocando el “derrumbamiento” de dicho ecosistema.
B) PRADERAS
1.INTRODUCCIÓN

Hubo un tiempo en que los pastizales cubrían cerca de un 42 % de


la superficie continental de la Tierra. En el hemisferio norte, las grandes
extensiones de pastos cubrían gran parte de Norteamérica y Eurasia. En el
hemisferio sur, estos ecosistemas herbáceos cubrían gran parte del
extremo sur de Sudamérica y la gran meseta del extremo sur de Sudáfrica.
Hoy en día, los pastizales ocupan probablemente menos de un 12 % del
terreno, ya que en su mayoría han sido transformados en tierras de cultivo
de cereales o han sido degradados por el sobrepastoreo.

Todas los pastizales tienen en común un clima caracterizado por


precipitaciones entre 250 y 800 mm, una elevada tasa de evaporación y
sequías periódicas extremas. Otra característica común es que se
presentan en terrenos llanos y ondulados. Los animales dominantes son
especies ramoneadoras y excavadoras de madrigueras. La mayoría de los
pastizales requieren incendios periódicos para mantenerse, renovarse y
eliminar el crecimiento leñoso.

Las hierbas de los pastos tienen un modo de crecimiento que las hace
estar bien adaptadas al ramoneo y al fuego. Las gramíneas están
constituidas por brotes foliares denominados cañas. Cada brote tiene una
lámina o brizna foliar, en cuya base encontramos una vaina tubular. Estas
cañas crecen a partir de tallos cortos y subterráneos (rizomas), que sólo
crecen hacia arriba cuando la planta comienza la floración. Las gramíneas
que agrupan sus cañas alrededor de un tallo y unas yemas centrales, se
denominan hierbas en manojo o en matas. Las especies que extienden sus
brotes ampliamente a partir de sus rizomas distribuidos horizontalmente,
produciendo un tapete que recubre la superficie del terreno, se denominan
hierbas en tapete o hierbas tipo césped. Junto a estas gramíneas, también
suele aparecer una variedad de leguminosas y compuestas.

2. TIPOS DE PRADERAS

Prados domésticos: Los pastos que nos resultan más familiares a


la mayoría de nosotros son los campos de heno y los terrenos de pasto,
creados y mantenidos por el esfuerzo humano. La mayoría de ellos ocupa
terrenos forestales rozados para la urbanización o la agricultura. Los
prados domésticos pueden ser permanentes, rotativos (transformados cada
pocos años en otros cultivos) o agrestes. Estos últimos suelen ser terrenos
marginales, casi silvestres, utilizados principalmente por el pastoreo.
Muchos pastizales de la situación inicial se engloban en esta categoría.
Pastizales norteamericanos: En Norteamérica, las praderas
cubrían en el pasado gran parte del interior, entre las Montañas Rocosas y
el bosque caducifolio del este. Existían tres tipos principales según la
altura de las especies dominantes, lo cual estaba influido por el clima y las
precipitaciones.

1. La pradera de hierba alta ocupaba una estrecha franja


que iba de norte a sur, pegada al bosque caducifolio de la zona
oriental. Estaba bien desarrollada, en una región que podría
sostener bosques. Los incendios, con frecuencia provocados por
los indios americanos en otoño, estimulaban un crecimiento
vigoroso de gramíneas y eliminaba el bosque que comenzaba a
invadir la pradera. En la actualidad quedan muy pocas áreas de
este tipo de pradera. La cola de venado grande (Andropogon
gerardi) era la gramínea dominante de los suelos húmedos.

2. Al oeste de la pradera de hierba alta se encontraba la


pradera mixta. Era típica de las Grandes Llanuras, y estaba en
gran parte constituida por comunidades de Bouteloa stipa. Las
gramíneas predominantes eran especies en mata de estaciones
frías, las cuales inician su crecimiento a principios de abril,
florecen en junio y maduran al final de julio y en agosto.

3. Al sur y al oeste de la pradera mixta, y penetrando


gradualmente hacia el desierto, encontramos la pradera de
hierba baja, un tipo de pradera que, hasta cierto punto, ha
permanecido prácticamente intacta. Las llanuras de hierbas
bajas poseen un clima en que la lluvia es reducida y poco
frecuente (hasta 400 mm en el oeste y 500 mm en el este), la
humedad es baja, los vientos fuertes y la evaporación actúa con
rapidez. Las plantas predominantes son gramíneas en tapete
como Bouteloa gracilis y Buchloe dactyloides. Debido al denso
tapete de gramíneas, crecen pocas especies que no sean de este
grupo (como compuestas y leguminosas), pero entre ellas
destacan los lupinos (Lupinos spp.).

Estepas eurasiáticas: Hubo un tiempo en que las grandes praderas


de Eurasia se extendían desde Europa oriental hasta Kazajstán. Estas
estepas, carentes de árboles con la excepción de algunas franjas y
pequeñas áreas de bosque, están divididas en cuatro cinturones
latitudinales, desde las estepas pratenses del norte, hasta las praderas
semiáridas del sur. La estepa pratense ocupa una región con precipitación
de 500 a 600 mm, que se extiende hacia el sur a partir de la taiga. Las
estepas pratenses, dominadas por gramíneas en mata como las cañuelas
(Festuca) o espartos (Stipa), además de muchas especies de compuestas,
hubo un tiempo en que eran realmente bellas en primavera y principios de
verano. Pero ahora quedan pocos restos de la estepa pratense, casi por
completo convertida en cultivos de cereales. Hacia el sur, donde la lluvia
alcanza entre 400 y 500 mm, dominan las especies de Stipa en matas, y se
reduce el número de especies con flores vistosas. En las estepas de Asia
central, con su fría y seca estación primaveral, no existen plantas
efímeras, y las gramíneas dejan paso a especies leñosas y herbáceas del
género Artemisia, bastante resistentes a la falta de humedad. En los
alrededores del Mar Negro y en Kazajstán, donde la humedad es mayor, la
vegetación de la estepa está dominada por grandes especies de espartos y
por la cañuela de las ovejas (Festuca ovina) así como plantas efímeras de
primavera como los tulipanes silvestres (Tulipa).

Pampas sudamericanas: En el hemisferio sur, las praderas más


extensas se encuentran en el sur de África y el sur de Sudamérica.
Conocidas como pampas, las praderas sudamericanas se extienden desde
Buenos Aires hacia el oeste, formando un inmenso semicírculo que cubre
cerca del 15 % de la superficie de Argentina. En la parte oriental de la
pampa, las precipitaciones superan los 900 mm, repartidas de forma
bastante homogénea a lo largo del año. En esta área húmeda, las praderas
de hierba alta dominan la pampa. Hacia el sur y el oeste, donde la
precipitación es de unos 450 mm, empieza a dominar la vegetación
semidesértica. Más hacia el sur, en la Patagonia, con precipitaciones de
unos 250 mm, la pampa se transforma en una pradera esteparia
dominada por Stipa y Festuca, y plantas xerofíticas de tipo almohadilla.

Estas pampas han sido modificadas por la introducción de hierbas


forrajeras europeas como la alfalfa (Medicago sativa), y las pampas de
pradera de hierba alta del este han sido convertidas en gran parte de
campos de trigo y maíz.

El veld sudafricano: Las pampas argentinas se sitúan en tierras


bajas; por el contrario, los velds sudafricanos ocupan la parte oriental de
una meseta elevada entre 1500 y 2000 m sobre el nivel del mar, en el
Transvaal y el Estado Libre de Orange. La lluvia llega principalmente en
verano, gracias a las masas de aire húmedo procedentes del Océano
Índico. Las precipitaciones más intensas se producen en el este, y las
menos cuantiosas en el oeste, donde la pradera pasa gradualmente a una
formación arbustiva semiárida denominada karoo.

Praderas australianas: Australia posee cuatro tipos de pradera: la


pradera árida en matas se sitúa en la zona norte del continente, donde la
precipitación media es entre 200 y 500 mm, principalmente concentrada
en verano; la pradera árida ondulada, dominada por Trioda y Plectrachne
aparece en áreas con menos de 200 mm de lluvias; la pradera costera,
dominada por Sporobolus, en la región tropical con lluvias veraniegas; y la
pradera subhúmeda, dominada por gramíneas como la Poa y la hierba del
canguro (Themeda), situada en áreas costeras con precipitaciones entre
500 y 1000 mm. La mayoría de estas praderas ha sido transformada a
causa de la fertilización, la introducción de diferentes gramíneas y
leguminosas, y el pastoreo ovino.

3. ESTRUCTURA DE LA VEGETACIÓN

La característica que mejor define la estructura de las praderas es la


presencia de hierbas efímeras y altas en primavera y que desaparecen en
otoño.

Las praderas se consideran divididas o constituidas por tres zonas o


estratos:

- Estrato herbáceo.

- Estrato superficial.

- Estrato subterráneo.

1. Estrato herbáceo: constituido por plantas de altura variable, la


planta
típica sería la gramínea.

Según avanza la estación de crecimiento se puede observar una serie de


cambios en la estructura, inicialmente solo se observan plantas bajas o
pegadas al suelo, posteriormente aparecen las plantas de tamaño
intermedio y alto.

A medida que avanza la primavera las condiciones de luz, temperatura,


humedad y aire cerca del suelo, varían como consecuencia de los cambios
en la vegetación. Con la aparición de las plantas de mayor tamaño, la
radiación solar que llega al suelo disminuye, por lo tanto la temperatura es
más baja y la humedad relativa es más alta, también la cantidad de viento
que afecta a la superficie del suelo es menor.

2. Estrato superficial: constituido por el mantillo acumulado en el


suelo.

La capa de mantillo es importante para la vida microbiológica ya que,


cuanto más espesa sea ésta, mayor cantidad de agua puede retener y
mayor es el desarrollo microbiano.

A su vez la capa de mantillo es importante porque provoca una mayor


infiltración y por lo tanto menor escorrentía superficial, una menor
evaporación y una menor erosión. Por lo tanto se puede decir que con un
grosor de capa adecuado la capa de matillo permite la pervivencia de la
pradera como tal.

El grosor de la capa de mantillo es importante, si es muy pequeño el suelo


se erosiona y la pradera sería colonizada por especies oportunistas y si es
muy grande las gramíneas desaparecen y aparecen especies leñosas y
plantas no graminoides.

3. Estrato subterráneo: constituido por las raíces de las plantas.

En las praderas este estrato está mucho más desarrollado que en


cualquier otro tipo de ecosistema.

Las raíces, además de para conseguir nutrientes y agua, son empleadas


para propagarse mediante rizomas o tallos subterráneos. Llegan hasta
distintas profundidades, lo que permite que no todas la plantas se
alimenten de la misma zona, pudiendo existir mayor número de plantas.
Las perturbaciones que más afectan a las praderas son los incendios y el
pastoreo. Las consecuencias de estas perturbaciones son:

- En el l estrato herbáceo el pastoreo disminuye la altura de las


plantas, dando lugar a un aumento de la radiación incidente, un
aumento de la temperatura y una disminución de la humedad
relativa respecto a cuando no existe.

- En el estrato superficial tanto los incendios como el pastoreo


influyen. El fuego provoca una disminución en la cantidad de
mantillo húmico y también del mantillo reciente. El pastoreo influye
de distinto modo en función de la intensidad de éste. Si es un
pastoreo de intensidad baja, se produce un aumento del mantillo
húmico descompuesto y una disminución del mantillo reciente; si es
un pastoreo de intensidad media, aumenta la compactación del
suelo favoreciendo la actividad microbiana y como consecuencia
disminuye el mantillo reciente y el mantillo húmico; si se trata de
pastoreo intensivo, la cantidad de mantillo disminuye
considerablemente.

4.ESTRUCTURA DE LA FAUNA

La estructura animal, está compuesta básicamente por dos estratos:

- Estrato de invertebrados e insectos.

- Estrato de vertebrados ramoneadotes, aves y mamíferos


excavadores.

1. Existe una gran variedad de invertebrados e insectos. Esta variedad


es diferente según la época del año en que nos encontremos. Los
insectos presentan dos picos de crecimiento: uno en verano (el
principal) y otro en otoño.
2. Las especies grandes son también muy variadas. La variedad
depende del continente donde los estudiemos. Las aves son quizás
las más afectadas por las siegas, ya que quedan al descubierto sus
nidos.

Ya sean praderas naturales o artificiales

presentan la misma estructura de vida animal.

5. FUNCIONAMIENTO DE LAS PRADERAS

Las praderas están adaptadas a periodos de sequía, y los vegetales


presentes sobreviven en condiciones de precipitación escasa. No obstante
las gramíneas crecen mejor con una temperatura y humedad óptimas. Así,
las praderas progresan adecuadamente cuando la precipitación media
anual es mayor de 800 mm y la temperatura media anual supera los 15º
C. La precipitación el factor más importante en la determinación de la
producción primaria neta, gracias a que un incremento en la humedad
reduce el estrés hídrico y facilita la absorción de nutrientes.
Relación entre la producción primaria aérea y la precipitación media anual, en 55 puntos de
vegetación de pradera en todo el mundo.

La producción neta de una pradera se produce en gran medida bajo


tierra, incluso por encima de la producción aérea, excepto en climas
tropicales y dependiendo siempre de la altura a la que se mantenga la
hierba en cada pradera (a mayor altura de hierba mayor producción neta
aérea). Por tanto, excepto en la estación de crecimiento (donde se prima la
producción aérea), la mayor parte de la producción neta (entre un 75 y un
80%) en praderas poco transformadas y templadas se dedica a las raíces,
donde se almacena incluso dos y tres veces más que la producción de
biomasa aérea.

Desde el Cenozoico el ramoneo de los ungulados ejerce una presión


selectiva sobre las praderas que se deja notar en su estructura y en sus
modos de crecimiento, los cuáles suponen que los tejidos de crecimiento
esenciales se sitúan en la superficie del suelo o bajo ella, protegidos del
ramoneo y del fuego. Cuando los ramoneadores arrancan y consumen las
hojas, las hierbas responden con un aumento de la tasa fotosintética en el
resto de tejidos no afectados, estimulando nuevo crecimiento y
transportando nutrientes y productos no sintetizados de una parte a otra
de la planta, especialmente desde las raíces hasta el tallo. Los herbívoros,
por su parte, devuelven los nutrientes al suelo en forma de excrementos,
dejándolos de nuevo disponibles a las plantas.

A su vez la presión por parte de los herbívoros cambia la composición


específica de la pradera, haciendo desaparecer algunas especies y
potenciando o favoreciendo otras, llegando en algún caso (dehesas y
praderas mediterráneas) a aumentar la diversidad biológica (cierto grado
de ramoneo aumenta la biodiversidad según el patrón de la perturbación
intermedia).

Sin embargo, no son los herbívoros (ganado, conejos, saltamontes, etc)


los que presentan la mayor presión sobre las plantas, ya que su consumo
está entre 2 y 5 g/m2. Bajo tierra tiene lugar un consumo mucho más
intenso (desde 1 hasta 50 g/m2 ) debido a la biomasa de invertebrados
consumidores de vegetales, donde los nemátodos pueden llegar a consumir
hasta 135 g/m2 . Por tanto representan un 90% de los herbívoros, un 95%
de los carnívoros y un 93% de los saprófagos subterráneos. Además, bajo
tierra se utiliza mayor proporción de producción primaria en cada nivel
trófico. Algunos invertebrados, saltamontes o langosta, suponen un efecto
devastador en el consumo de biomasa vegetal aérea, igualando el de los
ungulados.

Los productos de desecho de los invertebrados, poco eficaces en la


asimilación del material ingerido, vuelven al suelo en forma de heces muy
solubles que permiten un rápido reciclado de nutrientes al sistema. Por su
parte los grandes herbívoros expulsan excrementos que sirven de alimento
a una bien desarrollada fauna coprófaga, que facilita la descomposición del
estiércol y acelera la actividad bacteriana. Pero, sin embargo son los
organismos descomponedores (hongos principalmente) los depositarios de
la mayor parte de la producción primaria cuya biomasa sobrepasa a la de
invertebrados y supera hasta en siete veces la de las bacterias.

La importancia de estos detritos en la pradera es fundamental para el


reciclaje de nutrientes, aunque puede tener un efecto muy negativo sobre
la regulación del ciclo del nitrógeno, muy especialmente en las praderas de
hierbas altas. El estiércol intercepta la lluvia, de la cuál algunos microbios
asimilan nitrógeno inorgánico, impidiendo que éste llegue a las plantas;
mientras estos mismos desechos inhiben la fijación de nitrógeno por parte
de los microorganismos fijadores del mismo. Al aislar la superficie del
suelo de la radiación solar, el estiércol dificulta la producción de nuevas
raíces y reduce notablemente la actividad de la microfauna edáfica.
Incendios periódicos eliminan esta capa de estiércol, liberando nutrientes
al suelo e incorporando gran cantidad de nitrógeno (equivalente al que
llega a suelo por acción de la lluvia durante dos años) a la atmósfera;
estimulando el crecimiento de leguminosas fijadoras de nitrógeno y
mejorando las condiciones para las lombrices de tierra.

6.USOS E IMPACTOS EN LAS PRADERAS

Los humanos han transformado las praderas más productivas en


campos de monocultivo de cereal, mientras que en las menos productivas
las plantas nativas se han sustituido por plantas forrajeras altamente
productivas favorecidas por la fertilización, el control de plagas, el riego y
otras prácticas intensivas. Además se han eliminado los ungulados
salvajes para reemplazarlos por grandes rebaños de ganado doméstico.
Esto ungulados salvajes son o eran en muchos casos migratorios y
ejercían cierta presión sobre la pradera y frente a ellos, los rebaños de
ganado, siempre muy densos, sedentarios, agrupados en vallados
(ramonean siempre la misma superficie), cuya consecuencia es un serio
deterioro del sistema de pradera.

El sobrepastoreo en las praderas reduce la competencia entre las


gramíneas, potenciando la presencia de unas pocas especies y eliminando
gran cantidad de plantas autóctonas y en algunos casos endémicas. Otro
efecto del sobrepastoreo es el deterioro del mantillo debido a que la
cantidad de hojas y de forraje que se incorpora al suelo es muy reducida,
lo cuál supone a su vez un aumento de la escorrentía superficial que
elimina la capa superficial del suelo. Al faltar el agua y los nutrientes
necesarios, las especies originales no pueden sobrevivir por lo que la
cubierta vegetal se reduce y el suelo se erosiona, llegando incluso, en
climas templados y semiáridos, a la desertificación del sistema.

La tala de zonas boscosas ha creado nuevas praderas para el cultivo de


plantas forrajeras y de cereales, permitiendo en algunos casos la
expansión de plantas típicas de praderas en detrimento del bosque con el
consiguiente aumento de la erosión y de la pérdida del suelo.

BIBLIOGRAFÍA
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 Ricklefs R. E. Invitación a la ecología. La economía de la naturaleza. Ed.
Médica Panamericana, 1984.
 Walter H. Vegetation of the Earth. An Ecological System of the Geo-
biosphere. Ed. Springer-Verlay. Berlin Heidelberg New York Tokyo.
Stuttgart, 1984.
Definición de pirámide trófica

Pirámide Trófica

Una pirámide trófica es un modo de representar las relaciones tróficas de un ecosistema en


el que cada eslabón o nivel trófico se representa con un rectángulo de área proporcional a la
biomasa, al número de individuos… del nivel. Así resulta que el primer nivel de
productores se representa con un rectángulo más grande y el último con un rectángulo más
pequeño porque tienen menos biomasa, o menor número de individuo.

Fuente: http://www.esi.unav.es/asignaturas/ecologia/Hipertexto/04Ecosis/100Ecosis.htm

-Los productores transforman materia inorgánica en materia orgánica.

-Los consumidores transforman la materia orgánica que comen en materia orgánica propia.

-Los descomponedores transforman la materia orgánica compleja en materia orgánica


simple.

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