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INTRODUCCIÓN
Resulta obligado referirse al caso de Corea, que junto con México, pertenecía al
grupo de países que en 1961 tenía una baja matriculación en educación media
superior y terciaria, Corea con un esfuerzo educativo sin precedentes, ha logrado
colocarse como el primer país de la OCDE, en 2011, en ambos rubros (gráfica 1).
Hoy prácticamente 100% de los coreanos entre 25 y 34 años cursaron la
educación media superior y más de 60% terminaron la educación
terciaria, superando a países como Canadá y Japón, quienes partieron de una
situación más favorable y tuvieron también avances significativos a lo largo de
estas 5 décadas. El caso de Corea demuestra que una apuesta vigorosa por la
educación puede constituir un impulso importante al crecimiento de la economía y
la reducción de la desigualdad.
GASTO EDUCATIVO
La inversión en educación tiene un alto rendimiento tanto para las personas como
para los países, siempre y cuando sea de calidad. México estableció (consciente
de esta realidad y del rezago significativo que registró en las evaluaciones de
PISA en 2000 y 2003) una meta de desempeño para lograr un promedio de país
combinado de 435 puntos en lectura y matemáticas.
Entre 2003 y 2006 los resultados de lectura aumentaron de 400 a 410 puntos y,
entre 2006 y 2009, los resultados subieron de nuevo de 410 puntos a 425. Estos
resultados están relacionados con una de las más altas proporciones de tiempo de
enseñanza dedicado a lectura, escritura y literatura (30% en comparación con la
media de la OCDE, de 23%), el segundo porcentaje más alto después de los
Países Bajos. En matemáticas, el desempeño de México continúa
mejorando, partiendo de 385 puntos obtenidos en 2003, a 406 en 2006, y 419 en
2009, de hecho, fue el país que más mejoró en este periodo. La diferencia en el
estatus socioeconómico, tal como lo mide el índice de estatus social, cultural y
económico de pisa, aparece principalmente entre las escuelas en México, y no
dentro de ellas. Esto muestra un nivel de integración bajo entre los diferentes
estratos sociales de las escuelas y una segregación entre los establecimientos
escolares.
En los últimos años ha observado la importancia del capital humano como factor
de producción para el crecimiento económico. Este factor productivo se analizó en
distintos aspectos de la teoría económica. Parte del análisis se basó en la
incorporación exógena del conocimiento en la producción, objetada
posteriormente por economistas que consideran al progreso técnico como variable
endógena en el proceso productivo.
La existencia se propuso, como el test fundamental que tenía que distinguir entre
los modelos de crecimiento endógeno y los de crecimiento exógeno. Esto se debe
a que solo predice la existencia de convergencia absoluta, mientras que los
modelos de crecimiento endógeno niegan que haya dicha convergencia.
Posteriormente, barro trata de analizas si existe convergencia condicional en
países que poseen diferentes niveles de capital humano.
Son instrumentos que nos guían o nos ayudan a determinar las posibles causas o características de ciertas
problemáticas que pueden tener las instituciones en cuanto a educación con respecto a una meta o una unidad de
medida esperada o establecida. Así como plantear previsiones sobre la evolución futura de los fenómenos educativos
.Estos indicadores influyen también en el desarrollo de los alumnos y nos darán la pauta para actuar oportunamente.
*CALIDAD DE LA EDUCACIÓN
1 Los ingresos suelen aumentar con la edad a una tasa decreciente. Tanto el ritmo
de aumento como el de descenso tienden a estar relacionados positivamente con
el nivel de cualificaciones.
4 Las personas más jóvenes cambian de trabajo con más frecuencia y reciben
más escolarización y formación en el trabajo que las personas de más edad.
5 La distribución de los ingresos está sesgada positivamente, sobre todo entre los
trabajadores profesionales y otros trabajadores cualificados.
Un tercer autor es Blaug (1983), en este artículo hace un análisis de los aportes de
este enfoque, lo aborda desde el punto de vista académico o de investigación,
centrando la atención en los aspectos metodológicos. Señala que el capital
humano se caracterizaba por un individualismo metodológico, el cual no
consideraba que la formación del capital humano es realizada por individuos que
actúan por cuenta propia, pero que en muchos países el cuidado médico, la
educación, la recuperación de información y la formación laboral son realizadas en
su totalidad o en parte por los gobiernos. También cuestiona si el programa de
investigación del capital humano es capaz o no de proporcionar nuevos criterios
normativos para la acción pública. Su respuesta a ese cuestionamiento es que la
investigación en capital humano sí suministra un nuevo criterio de inversión social:
los recursos se deben asignar a los niveles de educación y años de enseñanza de
una forma tal que las tasas sociales marginales de rendimiento de la inversión
educativa sean iguales y que ese rendimiento de la inversión educativa no debería
ser inferior al rendimiento de inversiones privadas alternativas. Pone especial
énfasis en que el rendimiento de la inversión en educación se tiene que calcular
exclusivamente con base en valores cuantificables y observables; pues, tanto los
rendimientos no pecuniarios de la educación como las externalidades asociadas a
la enseñanza se ajustan invariablemente a juicio cualitativo y éstos difieren de un
autor a otro (Blaug, 1983). El presupuesto anterior nos muestra el talón de Aquiles
del capital humano, los rendimientos no pecuniarios y las externalidades derivadas
de la inversión en educación, son precisamente los elementos que no son
susceptibles de ser medidos a ciencia cierta, hay diferentes modelos propuestos
en ese sentido, pero los criterios o métodos utilizados caen en el terreno
cualitativo, restándole cierto rigor a dichas mediciones, sobre todo desde el punto
de vista de los opositores a esta teoría. La teoría del capital humano a pesar de
haber recibido fuertes criticas, se ha empeñado en seguir buscando respuestas
convincentes a dichas criticas, Blaug dice que para que un programa de
investigación científica sea abandonado se necesitan: refutaciones repetidas; una
embarazosa proliferación de ajustes ad hoc encaminados a evitar estas
refutaciones y, lo más importante de todo, un programa rival que trate de explicar
los mismos hechos mediante un entramado teórico diferente pero igualmente
poderoso, en este sentido, el programa rival del capital humano es la hipótesis de
la selección o credencialismo, que está ligado con la teoría de los mercados
duales de trabajo. El capital humano en la actualidad Estudios recientes relacionan
a este enfoque con el crecimiento económico en economías abiertas, donde la
educación dentro de la apertura económica tiene un papel importante para el
crecimiento de la productividad laboral que impacta al desarrollo de los países.
Éste tiene que ver con el crecimiento del capital humano, así es expresado por
distintos autores, citamos uno en particular que caracteriza al desarrollo desde la
relevancia del capital humano: “es un proceso que entraña, entre otras
consecuencias, un aumento sostenido de las inversiones en capital humano, sin
que haya alguna razón a priori para suponer otra cosa que un desequilibrio
temporal entre la demanda y la oferta de trabajo calificado” (O’connor, 2002: 284).
Para tratar de explicar las diferencias en las trayectorias de crecimiento, este autor
se vale de la apertura económica y del capital humano, señala que diversos
estudios han encontrado que la dotación inicial de capital humano de un país es
importante para explicar el subsiguiente crecimiento de su PIB. Por ejemplo, Barro
(citado por O’connor, 2002) señala que el acervo de capital humano afecta el
crecimiento, sobre todo por la inversión en capital físico, siendo ambos
complementarios, además ejerce un impacto positivo en el ingreso per cápita,
debido a su relación negativa con las tasas de fertilidad. Lucas (citado en
O’connor, 2002) le atribuye al acervo de capital humano la atracción de inversión
en capital físico, sobre todo mediante la inversión extranjera directa. Por su parte,
Nelson y Abramovitz, señalan que el capital humano por si solo no garantiza el
éxito de la innovación o las nuevas tecnologías, es necesario el capital social
(capacidades tecnológicas, organizativas y sociales), es decir, para que haya un
crecimiento rápido se tiene que combinar la educación con las tecnologías
empleadas en organizaciones bien estructuradas para su aprovechamiento
(O’connor, 2002). Estudios de Sachs y Warner (citados por O’connor, 2002), han
demostrado que con la apertura de las economías, el capital humano pierde
significado en su medida, pues los resultados muestran una convergencia
incondicional entre las economías abiertas y ninguna tendencia significativa hacia
una convergencia entre las economías cerradas. La apertura o liberalización de
las economías y la inversión en capital humano son complementarias, es decir, las
ganancias tienen más posibilidades de ser mayores si existe la inversión en capital
que cuando se carece de ella. Ambos elementos tienen que estar sustentados en
la política porque los rendimientos de la inversión en capacitación y desarrollo de
habilidades serán limitados si los gobiernos no logran crear un ambiente adecuado
para que tal capacitación pueda redituar al máximo. La inversión en capital
humano es a futuro, es decir, entre más años de escolaridad se obtengan,
aumentan las probabilidades de obtener un empleo bien remunerado. Existen
estudios empíricos al respecto que nos muestran dicha relación.3 A manera de
resumen podemos decir que la teoría del capital humano tiene una estrecha
relación con la economía de la educación, porque, según Fermoso (1997), ambas
tienen como principal objetivo, investigar lo referente a: costos, financiamiento,
planificación, crecimiento socioeconómico, educación y empleo, entre otros
factores. La teoría del capital humano desde sus orígenes hasta nuestros días,
sigue siendo una visión conceptual influyente en el marco de la globalización,
porque concibe a la educación como una inversión que generará utilidad en el
futuro y que favorece de diversas formas al crecimiento económico: calificación
laboral, producción técnica, investigación, movilización física y optimización de
movilidad funcional. El papel de la educación desde este enfoque, es importante
en la generación de conocimiento. En este proceso tiene un papel fundamental el
aprendizaje, porque nos permite descubrir problemas e idear soluciones,
implicando también su evaluación y resultado, lo que conduce al descubrimiento
de nuevos problemas. Con esto queda claro que la investigación aplicada es la
directamente encargada de producir nuevo conocimiento que aporte elementos
para el desarrollo de los países. Es importante aclarar que en este proceso de
generación de conocimiento, la formación de recursos humanos se convierte en
uno de los pilares que sostienen dicho proceso, el cual no ha permanecido
estático ante las exigencias de la nueva conformación mundial de la economía.
Anteriormente se hablaba solamente de capital humano, ahora se hace referencia
al capital intelectual, conformado no solamente por todas aquellas destrezas,
habilidades y conocimientos que posee el individuo y que le permiten
desempeñarse de manera eficiente en su campo laboral, sino por otros elementos
como: la información, la propiedad intelectual o patentes, las bases de datos, los
software, las marcas, que están considerados como el capital estructural y que por
lo general pertenece a la institución. Zamorano y Reza (2002) plantean que el
capital humano sumado al capital estructural da por resultado el capital intelectual.
Desde el punto de vista de la contabilidad, el capital humano está considerado
como un activo intangible, difícil de medir y cuantificar, mientras que el capital
estructural representa un activo tangible fácilmente medible y cuantificable.
Para desarrollar el capital humano es necesario realizar una inversión directa por
concepto de educación, salud, capacitación y migración, incluyendo también los
ingresos no percibidos por los estudiantes. La noción de capital humano es
estructurante para la teoría del capital humano, en tanto que es una categoría que
articula a la explicación empírica de la vinculación entre educación y desarrollo. De
aquí que sus principales tesis sean:
Los gastos que efectúan las familias por concepto de educación, debieran ser
desgravados, ya que favorecen indirectamente al crecimiento económico y le
ahorran gastos al Estado.
La calificación adquirida por la educación es gran parte del factor residual, que
se detecta por antiguas fórmulas econométricas para calcular la productividad, sin
saber a que atribuirlo, por ello, se cree que es equivalente al capital humano.
Los supuestos arriba descritos nos ponen de manifiesto que se presume una
relación directa entre educación, empleo e ingresos, y que en dicha relación
participan diferentes actores sociales: trabajadores, empleadores, sistema
educativo, capital físico y capital humano, entre otros; la conjugación de todos
estos factores propicia el desarrollo económico de los países. No obstante lo
anterior, aunque sabemos que cuando se lleva a cabo una inversión, se establece
una relación entre ingreso y capital; al analizar esta relación, con frecuencia queda
excluido todo tipo de capital humano, debido a que resulta difícil su medición. Ante
esta situación surge la duda en cuanto al aumento sin explicación de los ingresos
reales de los trabajadores, ¿podemos considerarlo una ganancia inesperada? Lo
que parece más razonable es que represente más bien una respuesta a la
inversión que se ha hecho en seres humanos (Fermoso, 1997).
Para calcular la inversión en los hombres existe un método alternativo que se basa
en el rendimiento. De aquí se desprende que a medida que aumenta la
instrucción, aumenta también la productividad y los ingresos futuros, entonces, la
instrucción se convierte en una fuente o factor de desarrollo económico. Al
respecto, San Segundo (2001) confirma que la población más rica es la que tiene
mayor educación; sin embargo, no todos los que mejoran su nivel de vida estudian
más allá de lo obligatorio. Por otra parte, el rendimiento laboral tiene que ver
directamente con la inversión en la enseñanza; dicha inversión, provocará a su
vez, otros rendimientos como la mejora en la salud, el incremento de la eficiencia
en la producción de bienes y servicios, entre otros. Desde la perspectiva de las
agencias internacionales (ONU, 1998), el capital humano son todas aquellas
destrezas, habilidades y conocimientos acumulados a través del tiempo,
adquiridos por medio de la educación a través de diferentes herramientas como:
bases de datos, software e información general que son aplicados por el individuo
para realizar un trabajo específico de manera eficiente, contribuyendo a la
producción de bienes y servicios regulados por patentes o marcas en una
sociedad determinada.
A la vez, los debates del SITEAL muestran que el aumento de la cobertura escolar
en el nivel medio durante la década del ‘90 implicó tanto una reducción de las
brechas sociales al favorecer el ingreso de estudiantes provenientes de hogares
de menor nivel
socio económico antes excluidos de la escuela media como también una
reducción de
las brechas de acceso entre las áreas urbanas y las rurales.
¿Qué habrá pasado con los jóvenes? ¿El aumento de los años de escolarización
habrá significado una reducción de las desigualdades sociales y geográficas?
¿Hubo diferencias a este respecto entre los países de la región?
Para responder estas preguntas tomaremos en consideración datos de las
encuestas de
hogares de inicios y fines de la década del ‘90 de Argentina, Brasil, Chile, Costa
Rica.
En cualquier caso, una tasa de paro superior al 8 % de la población activa (1). Una
tasa similar a la italiana, belga o canadiense, inferior a la portuguesa y danesa y
algo superior a la francesa, inglesa y norteamericana. Una tasa que ha alcanzado
esos valores recientemente, pues antes de la crisis de 1974-1975 se situaba entre
el 2 ó 3%. La crisis económica se manifiesta en España, como en otras economías
occidentales, en un crecimiento importante de la tasa de paro, que ha
cuadruplicado en poco tiempo sus primitivos valores.
En estas coordenadas se sitúa, hoy por hoy, el problema del empleo en nuestra
sociedad: alta tasa de paro y baja tasa de población activa, con claras dificultades
a corto plazo para modificar su tendencia. El público tiene clara conciencia de la
gravedad de estos datos y por ello coloca al desempleo en el primer puesto de su
preocupación económica. Es vano, por tanto, volver sobre la necesidad de corregir
este desequilibrio de nuestra economía, pero no lo es, en ningún caso, el
profundizar:
b) en el análisis de las causas del paro, muy heterogéneas y que, por lo mismo,
reclaman remedios diversos para afrontar con eficacia su tratamiento.
Características
Paro juvenil
Por otra parte, los menores de treinta años con estudios superiores soportan
proporciones de paro superiores en más de veinte veces a las que se observan
entre los que cumplieron ya más de treinta años. Esta discriminación la revelan
también las cifras referentes al primer empleo. La proporción de parados en busca
de su primera ocupación adquiere niveles crecientes en la medida en la que se
asciende en las titulaciones. Es cierto que el paro engrosa, fundamentalmente, sus
cifras con los niveles más bajos de instrucción, pero no lo es menos que las
dificultades mayores de empleo se encuentran entre los titulados superiores.
El problema de la mujer
Dos datos configuran la problemática del mercado laboral femenino: la alta tasa de
paro y su baja participación en la población activa. Respecto al primer punto, el
paro femenino es más importante que el de los varones, pues su tasa alcanza casi
el 10 % de su población activa.
Causas
Remediar el paro reclama conocer sus causas. Sus causas, se afirma, ya que no
es una, sino muchas las que contribuyen a. Engrosar sus cifras y a disminuir las
de la población activa con las que deben relacionarse para enjuiciar correctamente
las alternativas que el empleo plantea en cualquier sociedad.
Una relación de las causas más importantes tendría que contabilizar al menos las
ocho siguientes:
La crisis económica. El paro ha tenido una aparición súbita y una causa inmediata.
Una aparición súbita tras los años 1974-75. Una causa inmediata, la recesión
inflacionista que se inicia en esos años. Una crisis que se manifiesta en un hecho
externo: la caída de la tasa de desarrollo económico. En España, entre los años
1975 y 1978, inscritos en la crisis económica mundial, la tasa media de
crecimiento del PIB fue del 2,1 %, frente al 6% anterior a la crisis. Una economía
que reduce de forma tan sustancial el crecimiento tiene que ofrecer
necesariamente oportunidades menores de ocupación. Cierto que esas menores
oportunidades no se traducirán de forma inmediata sobre las cifras de paro. Y ello
por dos motivos: de una parte, porque las empresas se resisten a perder a
trabajadores incorporados a la empresa, entrenados y habituados a los trabajos
que realizan. De otra, porque esa traducción no la hacen posible las disposiciones
vigentes. El coste y las dificultades procesales y sociales del despido limitan éste
en proporciones muy importantes en España, creándose así un trabajo redundante
en muchas empresas y sectores. Pese a esta rigidez en el trabajo, las menores
cifras de producción posibles se traducirán necesariamente en menores cifras de
ocupación, con retraso, si se quiere, pasando en última instancia por el trauma de
la desaparición de las propias empresas. No resulta fácil estimar con precisión el
impacto de este efecto del menor desarrollo sobre la creación de empleos en
nuestro país. Sin embargo, no parecería exagerado situar en 700.000 los empleos
perdidos en los cuatro últimos ejercicios, esto es, un promedio de 175.000
empleos por año.
Factores demográficos
Supuesta una tasa de actividad del 50% para este grupo de población, resultarían
necesarios unos 180.000 puestos de trabajo por año, cifra que se irá reduciendo
lentamente a razón de 5.000 por año, a consecuencia de la menor natalidad
registrada a partir de 1964, pero que podría aumentar si, como es previsible, un
mayor nivel de estudios y preparación profesional en las mujeres de las nuevas
generaciones favorece su demanda para incorporarse al trabajo fuera del hogar.
Junto a la evolución demográfica comentada no debe olvidarse que la crisis
internacional ha promovido el retorno de los emigrantes españoles, salidos al
extranjero -Europa básicamente- a razón de unos 85.000 por año entre 1964 y
1973.
Costes de trabajo
Este crecimiento de los costes de trabajo que ha originado esa ciudadela a la que
se refieren las palabras de La Mala tiene como constructores. A todos los
ciudadanos que jamás renuncian al mayor aumento posible de sus retribuciones
nominales con independencia de sus efectos sobre los precios y la ocupación. Y
tiene como fuerza que encauza esas aspiraciones a los sindicatos, forzados a
aceptar esa gravitación de las masas hacia las elevaciones salariales obtenidas
por toda clase de presiones. Esta estrategia sindical es un mal ampliamente
extendido en las sociedades contemporáneas.
Si los Labini ha afirmado que existen dos estrategias sindicales diferentes: una
estrategia de reivindicaciones salariales, que concentra en éstas, en la reducción
de las horas trabajadas y los sistemas de promoción en la empresa, todos los
esfuerzos, y otra -la política de reformas- que, sin abandonar las reivindicaciones
salariales, concede al menos una importancia igual a las condiciones de trabajo, a
los problemas de la vivienda. de los transportes, de los hospitales y de otros
bienes públicos y, desde un punto de vista más amplio, al tema de las reformas y
a la participación de los trabajadores en las decisiones de inversión y en las
grandes orientaciones de política económica. La práctica sindical dominante sigue
la primera estrategia, casi con exclusividad en muchos países. Estrategia que
origina en muchas ocasiones ventajas sectoriales o «corporativas» y a favor de los
obreros ocupados en las grandes empresas que pueden pagar salarios altos y
crecientes en virtud de la productividad obtenida o del poder del mercado. Esas
mismas empresas, para huir de la factura de los mayores salarios, no es
infrecuente que contraten con otras pequeñas parte de su producción, con lo cual
consiguen ingresos mayores, pero sin que en ellas se perciban retribuciones del
mismo nivel. Esta experiencia parece sugerir, concluye Si los Labini, en la
necesidad de variar una estrategia sindical que tanto perjudica a los desocupados,
de cuya situación nadie se hace responsable, y que tampoco beneficia a los
intereses generales de la clase trabajadora. Debe de afirmarse, sin embargo, que
mientras estas estrategias sindicales no adquieran conciencia de que la
moderación de los costes del trabajo forma parte de una política de empleo, el
paro aumentará.
Para mostrar cómo la demanda fue superando la oferta educativa, en la gráfica 3.1
se muestra la cantidad de escuelas primarias y de alumnos matriculados en ese
nivel, desglosada por periodos quinquenales desde la creación de la SEP, en
1921, hasta 2016. Los datos muestran cómo, a pesar del esfuerzo del Estado
mexicano por construir inmuebles escolares, la cantidad de alumnos matriculados
fue incrementándose de forma acelerada desde 1921 hasta la primera mitad de
los ochenta, y fue en la segunda mitad de esa década cuando empezó a reducirse
la cantidad de alumnos que requería atención, en consonancia con las políticas de
planificación familiar que se implementaron a finales de los setenta y se
impulsaron con ahínco durante los ochenta.
Las escuelas requieren de una enorme variedad de recursos para operar, los
cuales se pueden clasificar en cuatro grandes tipos: 1) infraestructura física
escolar (INFE); 2) equipamiento y mobiliario escolar; 3) materiales educativos, y 4)
personal. La INFE es el conjunto de instalaciones y servicios básicos que permiten
el funcionamiento de una escuela, así como el desarrollo de las actividades
cotidianas en el edificio escolar. El equipamiento escolar está constituido por la
serie de medios o recursos y servicios que requiere la escuela para planear y
llevar a cabo determinadas actividades académicas y administrativas; entre los
recursos de equipamiento se encuentran las tecnologías de la información y la
comunicación (TIC) y el mobiliario escolar, que se define como el conjunto de
muebles que se instalan en las escuelas en función de los objetivos de planes y
programas de estudio vigentes (INEE, 2007b). Los materiales educativos son las
herramientas de apoyo para el personal docente que facilitan el desarrollo de las
actividades de enseñanza y aprendizaje; se les divide en dos tipos: los materiales
curriculares —que incluyen el plan y los programas de estudio, los libros de texto
gratuitos (LTG) y los libros para el maestro, entre otros—, y los materiales
educativos, que son aquellos que sirven de apoyo para el trabajo de ciertos temas
dentro de una asignatura. Por último, el personal de la escuela está integrado por
los recursos humanos que cumplen algunas de las siguientes funciones: docencia,
dirección, apoyo administrativo, apoyo en actividades pedagógicas y psicológicas,
apoyo general para la operación del centro educativo, entre otras (INEE, 2007b)
3.2
3.3
Sirve para el largo plazo y hace referencia a las reducciones en el coste unitario a
medida que el tamaño de una instalación y los niveles de utilización se aumentan.
Horizonte de planeación:
-mediano plazo: en este caso l capacidad puede variar por alternativas como la
contratación, despidos, nuevas herramientas, compras menores de equipo y
subcontratación.
4. COSTOS DE LA EDUCACIÓN
4.1 SISTEMA EDUCATIVO NACIONAL
INDICADORES NACIONALES
Son instrumentos que nos permiten medir y conocer la tendencia y las
desviaciones de las acciones educativas con respecto a una meta o unidad de
medida esperada o establecida; así coma plantear previsiones sobre la evolución
de los fenómenos educativos. Algunos ejemplos de indicadores educativos son :
• Indicadores de contexto social.