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La pena de muerte puede evitar crímenes, puede disuadir a asesinos en potencia, puedesalvar vidas.
Debido a que a partir de la aplicación del castigo a uno, los próximoscriminales, que generalmente
no creen que serán descubiertos y castigados, sabrán laconsecuencia de su accionar, pudiendo
perder su propia vida, siendo castigados por elgobierno; y de esta manera lo pensaran dos veces
antes de cometerlo.
Utilizar la pena de muerte en casos justificativos, es una manera de proteger la vida delos
ciudadanos, ya que así quedaría totalmente garantizada la seguridad de ellos. Debido aque es una
forma de no correr el riesgo de que el criminal vuelva a cometer su delito, ybrindando así,
tranquilidad, no sólo a las victimas afectadas, quienes mientras el agresor siga con vida están con el
alma en un hilo porque puede regresar, sino también al resto de lapoblación quienes están expuestas
a otro ataque.
¿Es justo qué con los impuestos que uno paga tenga que mantener a asesinos,
violadores,delincuentes...? Ya que estos estando vivos requieren de algunos servicios,
comoalimentación, revisión médica, vestimenta, personal para su control, los cuales todos
losciudadanos deben pagar.
Todos los ciudadanos tenemos el derecho de defendernos de las agresiones que seatentan contra
nuestra vida.
Cuando el criminal es enjuiciado, es muy probable que éste salga de la cárcel, ya sea por errores de
la demanda, por si compra su libertad o si su defensor es muy inteligente.Quedando así un
delincuente totalmente culpable en libertad.
Hay veces que se nos presentan personas, las cuales son irremediables, irrescatables, y esinútil
aplicar en ellas ningún tipo de rehabilitación o enviarlos a cárcel.
La Iglesia Católica jamás, hasta el día de hoy, ha discutido el derecho de la autoridadpara aplicar la
pena de muerte en casos extremos. La Iglesia Católica siempre haconsiderado a la autoridad como
delegataria por parte de Dios de todo aquello que atañe ala conservación del bien común,
incluyendo también en ese derecho la aplicación de laspenas, incluso la máxima. Y es así que los
u1timos documentos eclesiásticos, los delConcilio Vaticano II y el Catecismo de la lglesia Católica,
admiten en casos excepcionalesla pena de muerte
.
El Padre Haring, teólogo católico, revindica el derecho que tiene laautoridad en casos extremos para
aplicar esta pena. Esta es la posición oficial de la Iglesia.
Uno de los más grandes filósofos que ha tenido Occidente, y que ha sido el formador
delpensamiento cultural que hoy tenemos: Kant, es partidario de la pena de muerte. Él,incluso, es
talionista, o sea, sostiene prácticamente y en forma explícita la doctrina delTalión del "ojo por ojo,
diente por diente".
En todas partes adonde existe la pena de muerte, se cree que ella es temida por loscriminales, y que
la supresión aumentaría la audacia de ellos. Por otra parte se trata de un
A FAVOR
Para hacer más entendedor este apartado iremos enumerando las diferentes ideas:
Por otro lado, se fundamenta en las Teorías Absolutas de la pena, cuya máxima
era la pena justa (punitur quia peccatum est). Estas teorías se basan en la libertad
e igualdad naturales de todos los hombres. Por lo tanto, cuando un hombre
comete un delito, se ha de retribuir al autor del delito con una pena equivalente al
mal que ha ocasionado.