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Rodolfo Dávaius
ACTUACION DE
LA MARINA
EN LA G UERRA
DEL CHACO
Homenaje a
ALFREDO STROESSNER
Cap. de Corb. (S. R.)
RODOLFO
DAVALOS
Consustanciado con las altas
responsabilidades que emanan
del deber ciudadano para con
la* patria, el hombre paragua
yo no desmaya en su afán de
contribuir —sea en la guerra
com o en la paz— en su cali
dad de agricultor-soldado, con
su grano de arena para el fo r
talecimiento de la nación, de
m odo a contem plarse en ella,
com o ejem plo de fe, de amor
y patriotismo.
Así, podemos sintetizar el
esfuerzo del Cap. de Corb.
<S. R.) don RODOLFO D AVA
LOS, quien com o ex-com ba-
tiente y laborioso hom bre de
trabajo, no obstante las ad
versidades propias del ambien
te, ha podido sobresalir la
brándose un porvenir, por en
cima de las vicisitudes, con
tesón, coraje y abnegación
singular.
Formado en la dura disci
plina castrense, materializó su
anhelo de servir a la patria
«Hdurant* U guerra del Cha-
Cap. de Corbeta (S. R.)
RODOLFO DAVALOS
ACTUACION DE LA M A R IN A
ee la Guerra del Chace
(... El Día 12 de Junio)
Homenaje a
Alfredo STROESSNER
Soldado en las trincheras de ayer.
PRESIDENTE de la PAZ y el
PROGRESO actual.
D E D I C A T O R I A
ís
diamarina a comienzos de 1926, su carrera abarca un
lapso de diez años, hasta los dias caóticos de fines de
1936, con lo que queda dicho que permaneció en los
cuadros del Servicio Activo desde antes de la primera
movilización, de 1928, hasta después de la Campaña vic
toriosa de 1932-35. Su foja de servicios es particular
mente expresiva en este sentido, pues en 1928, por orden
de la Dirección del Departamento de Marina, se hizo
cargo de la Comandancia del Transporte Nacional Mo
vilizado “Puerto Aguirre", destinado a la conducción, de
tropas, armamentos, materiales y viveres a los puertos
del Norte, en el Chaco, mientras que en marzo de 1935,
en la etapa final de la guerra, fue designado Coman
dante del Destacamento de Marineros de la Guarnición
de Bahía Negra, por decreto del P. E. N? 5.6.729, del 29
de marzo de 1935, el Capitán Dávalos fue trasladado co
mo Comandante del Destacamento de Marineros de la
Guarnición de Bahía Negra, que luego después fue ra
tificado en su cctrgo por orden de Comanchaco, en su
Cifrado N? 4930/42, del 12 de abril de 1.935 con la de
nominación y cargo de Comandante en Jefe del Sector
Norte.
Estábamos a finales de la Guerra, y ningún testi
monio puede ser más expresivo de kt situación, que la
del Comandante en Jefe del Ejército en Campaña. El
entonces General Estigarribia, consignó más tarde en
sus Memorias esta apreciación: " NUESTRO FRENTE
SE HABIA DILATADO EXCESIVAMENTE, Y COMO
LA SITUACION NO PODIA PROLONGARSE POR MU
CHO TIEMPO, ESTABAMOS COMPELIDOS A PRO
CEDER CON RAPIDEZ. PERO LAS LLUVIAS CONTI
NUADAS Y LA ESCASEZ DE MEDIOS DE TRANSPOR
TE TRABABAN GRANDEMENTE NUESTRA ACCION,
DE MODO QUE PARA FINES DE MARZO (1935) HU
BIMOS DE DEJAR LA MARGEN IZQUIERDA DEL PA-
RAPITI, ABANDONANDO YUQUY Y LA ZONA MAS AL
NORTE, PARA VOLVER A TAMACHINDY”*
Sigue el glorioso conductor de la victoria: 41TAM
BIEN ATRAVESABAMOS POR UN PERIODO DE GRA
VE CRISIS DE EFECTIVOS, PERO COMO TENIAMOS
QUE ACCIONAR CONSTANTEMENTE, ORDENE EL
14
\
15
de grandes unidades navales de la Armada, hasta la Di
rección o el Comando de importantes organismos y ser
vicios de la misma, su espíritu observador hizo acopio
de experiencias, que guiadas por su honestidad y pa
triotismo, ahorai se resumen como un aporte de los más
meritorios para trasmitir a las nuevas generaciones el
aliento espiritual, la moral y la irrevocable vocación de
servicio a la Patria, que siempre ha sido el Norte pre
ciso en la bitácora de la gloriosa Marina de Guerra del
Paraguay.
16
PRIMERA PARTE
DIA 12 DE JUNIO.
INTRODUCCION
19
capital del Paraguay, más de sesenta expediciones al oc
cidente, remontando su río durante más de cuatrocien
tos años, sumados a los actos de posesión efectiva e
ininterrumpida de la tierra, le daban pleno Derecho
sobre la ribera occidental del Río Paraguay y de su
interland o sea, sobre el territorio del CHACO BOREAL
hasta más allá de Bahía Negra al Norte, al mismo tiem
po de ser este puerto, algo asi como el mojón o hito,
donde la soberanía del Paraguay establecía su propie
dad, lisa y llanamente.
El litigio surgido más tarde por la tenencia de la
tierra del Paraguay del lado OOOidental con Bolivia, sim
plemente, era apenas una OUMtión de límites y de cons
tatar sobre el terreno, hatta dónde llegaban los Dere
chos de cada cual. Pero Bolivia, en cambio, pretendía
todo, más allá de Bahía Negra, puerto cumbre en la
dilatada extensión de nuestro territorio y probable
asiento y reparo, de muchas expediciones durante la
conquista. Al Sur, hasta el EÍO Filcomayo; al Este, el
Río Paraguay; al Norte, hasta más allá de Bahía Negra.
Bolivia, se ilusionaba manifestando, que la cuestión
suscitada como problema sobre el dominio del Cha
co, no era una mera cuestión de límites sino, tina for
mal cuestión territorial. Pretendía no sólo una parte,
sino, la totalidad del Chaco Boreal, tradicionalmente
paraguayo.
Con esa actitud, ya no era posible en la práctica,
llegar a un acuerdo entre dos tesis fundamental y dia
metralmente opuestas. En consecuencia, allí se encon
traban las primeras CAUSAS MEDIATAS de la Guerra
del Chaco. Pero no debemos olvidar, que al margen de
tales hechos, existía una SEGUNDA CAUSA MEDIATA:
En efecto, la República de Bolivia ya había tenido en el
orden internacional dos grandes descalabros, que le pro
porcionaron terribles desventuras: La primera, fue la de
safortunada alianza con el Perú en su guerra contra
Chile, conocida por la “Guerra del PacíficoM, por la po
sesión de una parte del desierto del ATACAMA en el
año 1879, donde la alianza, Perú-Boliviana fuera derro
20
tada en la batalla del “ Campo de la Alianza” en las
cercanías de TACNA, el 26 de Mayo de 1880, tras el
abandono de Bolivia a su aliada, el Perú, aunque esta úl
tima nación prosiguió luego la lucha hasta fines de 1882.
Bolivia quedó especiante hasta Mayo de 1904, cuan
do suscribió con Chile el Tratado definitivo de paz,
comercio y amistad.
Como resultado final de esta desastrosa guerra y
del mencionado tratado, Bolivia perdió su litoral ma
rítimo sobre el Pacífico, convirtiéndose de hecho, des
de aquél instante, en un país mediterráneo.
La segunda desventura boliviana en el orden inter
nacional, fue la controversia mantenida con los EE.UU.
del Brasil, sobre sus límites con el Matto Grosso y,
previa una corta lucha desarrollada en el territorio del
ACRE, firmó también el 13 de noviembre de 1903, el
Tratado conocido por “PETROPOLIS”, por cuyas cláu
sulas, Bolivia entregaba al Brasil, el rico territorio del
“ACRE”, cuya dimensión era de 191.000 kms2., a más
de otros territorios, a cambio de una franja de tierra
anegadiza, sobre la margen derecha del Río Paraguay
que abarca, desde la desembocadura del Río Negro u
Otuquis, hasta cinco kilómetros antes del Fuerte de
Coimbra.
Prácticamente, el Brasil entregaba a Bolivia, nues
tra real y efectiva BAHIA NEGRA, pues, en éste punto
geográfico, donde se encuentra asentada esta pobla
ción, no existe ninguna Bahía ni cosa parecida.
La verdadera Bahía Negra, se encuentra más al
Norte, comenzando su línea demarcatoria a cinco kms.
más allá, de este lugar, dentro de los límites de la tierras
presuntamente cedidas por el Brasil a Bolivia, donde
realmente existe un gran hoyo de agua y que forman
un gran lago, es decir, la cuenca del Río Negro y su
interland y que se extiende hasta las faldas de los con
trafuertes de la cadena de cerros, donde comienza en
el Fuerte de Coimbra y sigue por los cerros de Victrio-
nes, Santa Cruz, Quijarro, San Juan, etc.
21
Esa franja de territorio donde se halla ubicado
el hoyo de agua grande, un gran lago, es la única y
verdadera BAHIA NEGRA. Allí sí, que de verdad exis
te una grande Bahía y no, en este simple punto geográ
fico.
Nuestra Cancillería protestó ante el gobierno Bra
silero en nota de fecha 29 de abril de 1904, en salva
guardia de nuestros legítimos intereses de soberanía
e independencia, derechos que fueron lesionados no se
sabe si debido a la “miopía” de los bolivianos o a la “sa
gacidad” de los representantes del Brasil.
Bolivia, se encargó de hacer una distinción entre
este punto geográfico con coordenadas geográficas: 20?
13’ 58” 07 de Latitud Sur y 58? 09' 58” 2 de longitud O.
de G., para ellos PUERTO PACHECO y la BAHIA NE
GRA: dos puntos geográficos distintos; pues, Puerto Pa
checo es para ellos (los Bolivianos), este mismo lugar,
y, Bahía Negra otro distinto y se refiere al hoyo de
agua de la Cuenca del Río Negro y su interland y que
se extiende hasta muy cerca del Fuerte de Coirnbra.
Así lo expresó, el mismo Presidente de la Repú
blica de Bolivia, Dr. don BAUTISTA SAVEEDRA en
su libro “EL ULTIMO GIRON DE LA PATRIA” cuan
do afirma los siguientes, luego de referirse al Contra
to de Explotación del Petróleo, suscripto con la STAN
DARD OIL Co.: "Dentro de ese mismo pensamiento,
pactamos con la República Argentina, la construcción
de un Ferrocarril que correría a su cargo y que, par
tiendo de Yacuiba, rematase en Santa Cruz”.
A juzgar por la línea de tales pensamientos, se de
duce que, “esa vía férrea” estaba imaginariamente tra
zada por territorio paraguayo, que, una vez concreta
da, le daría a Bolivia un gran factor de dominio com
pleto del occidente de las tierras que más tarde nos
disputaron en las trincheras, tras la invasión.
De esa línea troncal, se desprenderían fácilmente
ramales y caminos de penetración hacia el Oriente, apro
ximándose siempre hacia el Río Paraguay, 1canal por el
22
cual y sobre el cual, deseaba establecer sus dominios
para tener acceso al mar.
Avizorando el peligro, impulsó al espíritu nacional,
a guiar sus pasos en la concretación de otro pacto con
el Brasil, para la construcción del Ferrocarril de Puer
to Esperanza en la margen izquierda del Río Paraguay
hasta Santa Cruz. Este ferrocarril, debería llevar toda
la acción del país para fortalecer el aprovechamiento
de aquella REGION DE PUERTO SUAREZ y BAHIA
NEGRA (el hoyo de agua), para recuperar Puerto Pa
checo (lugar geográfico) y avanzar al Sur hasta en
contrar un Puerto ideal que sirviera en el futuro a la
enorme producción.
Se nota, que el mandatario boliviano conocía muy
bien la historia y la geografía, ya que, determinó y lla
mó las cosas por su verdadero nombre al decir REGION
DE BAHIA NEGRA y no REGION DE PUERTO PACHE
CO. Al referirse a Puerto Pacheco, se refería al punto geo
gráfico donde se halla ubicado y al anotar REGION
DE BAHIA NEGRA, se refería al accidente geográfico
de la gran Bahía, al hoyo grande, al gran lago que na
ce a cinco kilómetros al Norte y que comprende la
cuenca del Río Negro y su interland, del que ya ha
bíamos hablado y que se extiende hasta los contra
fuertes de los cerros del Fuerte de Coimbra, donde ver
daderamente se halla ubicada la Real BAHIA NEGRA.
Si ello no fuera así, el Presidente Boliviano hubiera men
cionado Región de Puerto Pacheco y no, Región de
Bahía Negra.
Pero todas estas cosas, quedaron legalizadas, di
gámoslo así; como también quedó sin efecto práctica
mente, nuestra nota de protesta del 29 de Abril de
1904, con la entrega de parte de NUESTRO CHACO,
reconquistado a base de cruentos sacrificios y sufri
mientos, con sangre paraguaya derramada a torrentes,
al firmarse en Buenos Aires el Tratado de 1938.
Todos estos acontecimientos internacionales que afec
taron a Bolivia o a la incapacidad de sus hombres go
bernantes, revirtieron más tarde sobre el problema del
23
Chaco, como queriendo aprovechar circunstancias pa
ra sacar provechos. Ello, francamente, constituyó la
Segunda de las CAUSAS MEDIATAS de la Guerra. Pues,
Bolivia, quería liberarse de sus fracasos y creía, que
con la ayuda de poderosos vecinos o de intereses en jue
go, podía vencer al Paraguay al mismo tiempo de con
quistar un litoral marítimo que había perdido con Chi
le y Perú.
Por eso, comenzó a fijar su atención en las lia
nuras del Chaco Boreal, resolviendo de inmediato la
ocupación y apropiación silenciosa y efectiva de las
mismas.
Desde 1904 en adelante, con el gobierno del Ge
neral MONTES y demás gobiernos que le sucedieron,
Bolivia comenzó a cruzar con sus hombres las escar
padas montañas y baja en el llano del Chaco Para
guayo, para fundar los primeros Fortines, siguiendo el
curso del Río Pilcomayo, siendo los Fortines Ballivián
y Guachalla entre otros, los primeros en ser fundados.
Hasta aquí, siguiendo el proceso histórico, de las cau
sas mediatas de la Guerra del Chaco.
CAUSAS INMEDIATAS
24
De modo que, la mera cuestión territorial o de lí
mites, se transformó rápidamente en una cuestión ca
pital, de vida o muerte para la finanza y la economía,
para el comercio y la industria en general y, a partir
de aquel instante, para Bolivia ya no valdría ninguna
ley, ningún Derecho Americano, las Cédulas Reales o
posesión hegemónica de siglos por el Paraguay, de la
tierra del Chaco.
Ningún argumento por más esclarecedor, llevadas
a cabo en Conferencias y contactos diplomáticos sobre
las controversias, valdría para Bolivia. Su reclamo sin
más trámites y sin rodeos sobre las dos terceras partes
del Chaco Boreal o nada. La aona de Hayes debía ser so
metida a un nuevo arbitraje internacional. Su única
aspiración era tener acceso a un Puerto sobre el Río
Paraguay para llegar al mar, aunque para ello, se em
plearan todos los medios. Así contestó enfáticamente,
a una declaración conjunta en la reunión de las 19
Repúblicas Americanas realizada en Washington el 3
de Agosto de 1932, cuyo texto decía: “La 7mc\ón Bo
liviana necesita romper la barrera que le impide el ac
ceso a su litoral del Río Parcéguay para comunicarse
con el mundo. Esta es una de las bases de solución a
exigir al Paraguay para asegurar la paz de América”.
Pero nuestro pueblo, jamás aceptó una imposición,
sobre todo, jamás aceptaría una intromisión, el ava
sallamiento de sus legítimos derechos, más aún, el des
pojo de sus tierras, no sin antes, dirimir en el terre
no de la guerra, de la lucha y enarbolar, el pendón por
el cual en Cerro Corá el Mcal. López se inmoló: “VEN
CER O MORIR”.
Ya la guerra cobraba plena intensidad. No obs
tante, sobre el tapete de las discusiones, quedaba pen
diente la sensación de que la lucha, tenía un sólo mó
vil. Manejada por la Standard Oil Co., tras bambali
nas, ávida de voracidad financiera y económicas.
Cuando en un momento dado las Cancillerías de
Chile y Argentina se reunieron en Mendoza para tra
tar de hallar una fórmula que conciliara los intereses
25
de Paraguay y Bolivia, argumentaron que los Cancille
res de los países en guerra se reunieran en una de
las capitales vecinas, con el fin de limar las asperezas.
La guerra estaba imponiendo sacrificios económicos y
humanos y era menester, CONSIDERAR las condicio
nes de los países en situación mediterránea o de las
regiones fronterizas análogas. Sostenían los supuestos
mediadores que podrían repararse, por intermedio del
establecimiento de un régimen de “ TRANSITO CO
MERCIAL TERRESTRE Y FLUVIAL", capaz de ofre
cer facilidades y así, favorecer el INTERCAMBIO en
tre los Estados Mediterráneos y los Estados Marítimos,
etc.
26
que contaban, tratar de conquistar, para imponer su
voluntad sobre la ribera del Río epónimo.
Tras la apropiación silenciosa y efectiva del ejér
cito boliviano, de crear fortines y edificar fortalezas
y trincheras en nuestro Chaco, el Presidente SALA
MANCA, el más fervoroso partidario de la guerra, en
un Mensaje al Congreso Boliviano del 6 de agosto de
1932, expresó: “NO ES POSIBLE QUE BOLIVIA SE
RESIGNE A SER UNA NACION PERPETUAMENTE
ENCLAUSTRADA. BASTARIA MENCIONAR UN SOLO
CASO DE ESTE MOMENTO: BOLIVIA TIENE EN LA
VERTIENTE ORIENTAL DE SUS MONTAÑAS, GRAN
DES ZONAS PETROLIFERAS CON VARIOS POZOS YA
PERFORADOS, QUE PODRIAN ENTRAR EN INME
DIATA EXPLOTACION. BASTANTE NECESITA DE
ESOS RECURSOS Y SE VE OBLIGADO A CONTEM
PLAR COMO RIQUEZA ESTERIL. BOLIVIA NO PUE
DE LLEVAR ESE PETROLEO A LA ARGENTINA, POR
QUE DERECHOS PROTECTORES LE CIERRA LA
PUERTA EN VISTA DE SUS INTERESES. EL REME
DIO NATURAL Y LOGICO SERIA LA CONSTRUCCION
DE UN OLEODUCTO AL RIO PARAGUAY MAS, ALLI
ESTA LA REPUBLICA DEL PARAGUAY DETENTORA
DE TERRITORIOS BOLIVIANOS, CERRANDOLE
TAMBIEN EL PASO. BOLIVIA NO PUEDE RESIGNAR
SE A VIVIR MISERABLEMENTE COMO PAIS AISLA
DO DEL MUNDO Y TIENE QUE BUSCAR LAS CONDI
CIONES NECESARIAS PARA LA PLENITUD DE SU
VIDA’\
Tales fueron las argumentaciones invocadas por el
Mandatario Boliviano. Sin duda alguna, le asistía a Bo
livia un Derecho, digamos, “sui-géneris”, pero: el impe
rialismo económico en trasfondo, azuzaba para la gue
rra. Y la guerra fue cruel y sin ventajas para ambos
bandos, a pesar de ser injusta para los dos pueblos
hermanos.
Un testimonio irreversible de aquella época, es la
manifestación del Senador norteamericano, Mr. LONG,
quien en fecha 30 de Mayo de 1934, en pleno Congreso
de la Unión, sagrado recinto de la gran nación del
27
Norte, espetó: " Deseo que oigan respecto de lo que es
tá pasando en la guerra Paraguayo-Boliviana: Como
sucede habitualmente, hoy son las fuerzas de las finan
zas imperialistas, los responsables de la guerra de Bo
livia y Paraguay, como lo son los intereses financieros
de éste país ( los EE.UU. de Norteamérica), los respon-
sables, en gran parte, por las condiciones que preva
lecen en Cuba. Tengo ante mi vista un breve Memo
rándum que muestra el significado de la presente gue
rra entre Paraguay y Bolivia. Ultimamente se practicó
una exploración considerable de petróleo y que se co
noce por "área del Chaco en el P a r a g u a y E l Para
guay está bañado por un Río navegable y que desem
boca en el Océano Atlántico. La Standard Oil Co. de
New Jersey, corporación Americana promotora de Re
voluciones en América Central, Sud-América y México,
desde que deseó obtener concesiones de petróleo, con
sideró necesario poseer el territorio del Chaco. El te
rritorio del Chaco fue considerado y declarado perte
necer al Paraguay y ha sido conservado por dicho país
durante tanto tiempo que, prácticamente, no existe per
sona razonable que pueda alimentar cualquier duda so
bre quién es el dueño del Chaco. Más, Señor Presiden
te —continuó Mr. LONG— fue descubierto petróleo en
el Chaco y en Bolivia. Parece que costará mucho dinero
llevar al río el petróleo de la Standard Oü descubierta
en Bolivia y por eso está ella necesitada de un oleoduc
to en dirección a las aguas navegables del Río Para
guay, más no quiere adquirir el derecho de lanzarlos
en los términos y condiciones exigidos por el gobierno
paraguayo. Mas, no solamente eso. El territorio del Cha
co es rico también en otros recursos naturales y pro
bablemente en depósitos minerales. De modo que se de
sencadenó una guerra financiada por quién? La guerra
entre Bolivia, un país de unos tres millones de habi
tantes y el Paraguay, inferior al millón, más la Stan
dard Oil de los EE.UU. de América y otros intereses
ligados a ella, son los culpables de mover esta guerra
y proveer fondos a Bolivia, sin otro propósito, bajo el
sol de Dios, de arrebatar a aquel pequeño país Sud-
Americano a quien la América declaró ser el dueño
legítimo del Chaco. Una y otra vez, la América ha juz
28
gado el litigio y ha sustentado que dicho territorio es
paraguayo y, la misma Bolivia la reconoció, la Argen
tina también y los EE.UU., igualmente Señor Presiden
te, en un período de casi sesenta años. No obstante es
te hecho, nosotros nos reunimos aquí el otro día, pa
ra tomar una deliberación en la cual pretendimos de-
clarar muestra neutralidad. Pero, qué sucede? Sucede
que, informáronme personas fidedignas, que tienen ra
zón para saber que Bolivia, mediante la ayuda de la
Standard Oil Co., proveyóse abundantemente de mate
rial de guerra y combustibles necesarios para una gue
rra ofensiva al Paraguay. El Paraguay no penetró un
paso en territorio boliviano. En cambio, la penetración
la hizo el ejército boliviano, etc. etc/’.
Tales fueron, los principales párrafos de la expo
sición de Mr. LÓNG en el recinto del Congreso Nor
teamericano. Y Mr. LONG era una persona de renom
bre internacional, responsable y honorable ciudadano
norteamericano, quien sintiéndose asqueado de lo que
estaba ocurriendo en el Chaco, sin ser parte interesa
da, defendió los derechos del Paraguay, guiado talvez,
por su alto espíritu democrático, de fe en la justicia
y el derecho de su país.
Mr. LONG, en resumen, acusó abiertamente a la
Standard Oil Co., como la directa causante del derra
mamiento de sangre entre Paraguay y Bolivia. Razón
para sostener, que la verdadera CAUSA de aquella gue
rra, no fueron otra sino, LOS INTERESES FINANCIE
ROS de aquella empresa norteamericana y de las bas
tardas intenciones de los gobernantes bolivianos, em
barcados en una probable conquista de un territorio
que le daría salida a un río, hacia el mar. Conquista
que no pudo concretarse, merced al valor inmarcesible
del soldado paraguayo.
Una dura y esclarecedora prueba de esta afirmación,
fue, que tiempo después de la exposición en el Congre
so de los EE.UU. de Mr. LONG, este fue ultimado a
balazos en momentos en que transpasaba los umbra
les de aquel recinto sagrado, por manos desconocidas.
Quién o quiénes fueron los asesinos? Pura coincidencia
29
su muerte? Lo cierto es que, para nosotros, Mr. LONG
pagó cara su osadía de desafiar los intereses imperia
listas de la STANDARD OIL Co!
Pero la Nación Paraguaya, su heroico pueblo, sa
be reconocer los méritos ajenos y propios: así, rindien
do un merecido homenaje de recordación a aquel ca
ballero norteamericano, honró la memoria del único
y desinteresado defensor de nuestra causa poniendo el
nombre de Mr. LONG a una de las calles de nuestras
arterias capitalinas y a un Fortín de nuestro Chaco
perpetuando de ese modo la acción del solitario amigo
del Paraguay, que no conocía nuestro país.
La conflagación que se produjo y que tuvo por
escenario el calcinado CHACO BOREAL, debía du
rar tres largos años, durante cuyo lapso, dos pueblos
hermanos, rivalizaron en heroísmo y valor, para ven
cer no solamente en la batalla, sino al enemigo más
terrible y mortal: la sed y la enmarañada y espinosa
vegetación, al que nos envolvieron, la vorágine insa
ciable de la ambición imperialista del capitalismo ex
poliador. Fue el petróleo de la Standard Oil Co. la causa
inmediata de la guerra del chaco. Ahora veamos los m o
tivos de esta guerra y comencemos por los MOTIVOS
MEDIATOS.
Poseemos, más o menos, una visión de los móviles
que condujeron a la Guerra del Chaco. Seguidamente,
otearemos, en los probables MOTIVOS MEDIATOS: Re
salta en la memoria, en primer lugar, la infausta, pe
ro violenta inmolación de un joven y gallardo mance
bo, un arrogante oficial recién egresado de la entonces
modesta Escuela Militar, hoy “ COLEGIO MILITAR MA
RISCAL FRANCISCO SOLANO LOPEZ” en la plenitud
de sus años mozos, el Tte. ADOLFO ROJAS SILVA,
acaecida en forma aleve, traicionera, en manos de efec
tivos del ejército boliviano en las inmediaciones del
Fortín Sorpresa, el 25 de Febrero de 1927. Este hecho
insólito, por su naturaleza, produjo una reacción in
descriptible en el espíritu del pacífico pueblo paragua*
yo. El pueblo paraguayo se sintió ofendido y el drama,
poco a poco, encendía en el alma nacional, algo así como
30
una especie de ansiosa oportunidad, para devolver la
ofensa.
Al caso del Tte. ROJAS SILVA, siguieron otros ca
sos de evidente atropello a la soberanía nacional, ade
más de los insistentes rumores (confirmados), de que
el ejército boliviano ya se había asentado en tierra fir
me del Chaco.
El virtuoso agricultor y soldado guaraní, pareció
despertar de un letargo adormecido en que se hallaba.
Comenzó a vibrar interiormente, como sólo vibran los
valientes. El suelo patrio ha sido invadido y habría que
proceder contra el ultraje, la ignominia y la humilla
ción aberrante. La única forma de hacerlo, era afron
tando la situación en el terreno de los hechos, de la
acción.
32
tiva. Sin más preámbulos, procede a desalojarlo a
viva fuerza e incendia el Fortín recientemente fundado
por las fuerzas militares de Bolivia, en territorio pa
raguayo. El caso, tuvo su eco por toda América, in
cluso Europa.
No hubo periódicos, revistas y todo tipo de pu
blicidad de cada nación, que no hayan publicado en
lugares destacados dicho acontecimiento, al mismo
tiempo de predecir, la macabra guerra.
Era, que ya todo el pueblo paraguayo y el mismo
ejército, estaban cansados de tantas humillaciones e
ignominias.
i 33
damente, porque el Cap. CASTAGNINO con sus efec
tivos, los corrió con la vaina...
En esta acción del Fortín Mariscal López, tuvimos
una amarga y sensible baja, con la muerte heroica del
Cap. APARICIO FIGARI RIQUELME, quien ignorando
que el Fortín se hallaba ya en poder de las fuerzas ene
migas, fue entrando despreocupadamente y al ser inti
mado por las fuerzas bolivianas para que se rindiera,
respondió arrogante que: "un Oficial paraguayo no se
rinde!* y, al desenfundar su pistola, poco faltó para
que le levantara los sesos al Sargento Boliviano que
le intimara la rendición, tras lo cual, fue acribillado por
las balas, rindiendo así tributo de su vida, a la de
fensa de la heredad nacional, dando una lección de pa
triotismo y de heroísmo sin parangón, a imagen del
Mcal. López.
Magnífico ejemplo, que posteriormente sus cama-
radas de armas, tuvieron oportunidad de imitar en el
fragor de la guerra para vengar su muerte.
El Mando Boliviano con todo su Estado Mayor, no
atinaban qué hacer. Se hallaban perplejos, vacilantes.
Sabían muy bien que las fuerzas militares en el Chaco,
que se componían entonces de dos regimientos y uno
en formación, no daban para objetivos de envergada
ras, por lo tanto, no se hallaban en condiciones de
cumplir con las represalias exigidas por el pueblo bo
liviano, pueblo al que se debía satisfacer pues, de lo
contrario, el gobierno tambaleaba y eso, na favorece
ría las maquinaciones de aquellos que urdían la gue
rra, y en consecuencia, la acción fue muy limitada.
Las órdenes de que debían ser tomados SEIS FOR
TINES, luego otra contra orden para limitar a CUA
TRO, al que pospone otra contra orden de ser DOS, para
por último, contentarse con UNO, el Fortín Boquerón;
empequeñecieron aún más, las pretensiones de los in
vasores.
No obstante, las propagandas bolivianas daban la
impresión de que había llegado el momento, para li-
34
qui&ar a la “última republiqueta” de Sud-América, lo
que para nuestro mejor entender significaba, la guerra
desencadenada abiertamente...
Aun así, la Guerra del Chaco, aunque se inició en
1932 sólo fue declarada como tal, el 10 de mayo de 1933.
Las pretensiones bolivianas no fueron del todo bien
comprendidas. Hacían falta todavía unos años más, para
madurar una guerra, sobre todo, cuando en esa gue
rra se estaría peleando por NADA, es decir, por NADA
QUE BOLIVIA NO SENTIA COMO REALMENTE SU
YO. La tierra que estaba ocupando —ELLOS LO SA
BIAN— pertenecía al Paraguay, por la geografía, por
la historia.
De ahí, las actitudes incongruentes, actitudes en los
que gastaron energías físicas y quizás materiales. Nun
ca la moral, acompañó a los bolivianos, en los inten
tos de demostrar lo contrario al Derecho paraguayo,
aunque para ello, tuvieron que aceptar los buenos ofi
cios de la Comisión de Conciliación y Arbitraje reu
nida en Washington.
La contestación de la República de Chile, fue ter
minante, a raíz de la cual, Bolivia suspendió a rega
ñadientes las acciones de represalias, que había comen
zado luego de los sucesos de Vanguardia.
Se sobreentiende, que toda represalia debe ser in
mediatamente después, de ocurrido un acto de atro
pello, es decir, sin pérdida de tiempo. Pero Bolivia no
estaba en condiciones para afrontar una situación tan
aguda como ilimitada, ni tampoco tendría en cuenta la
actitud chilena silno, sencillamente, porque para bajar
de la montaña a la llanura chaqueña sin contar con
caminos accesibles, virtualmente paralizaba la acción
del ejército boliviano, que sólo podía cumplir limitada
misión.
Sólo para fines del año 1931, esa ansiada carre
tera estuvo lista y en Julio del año siguiente, 1932; la
actitud de Bolivia cambió radicalmente. Su lenguaje
ya era otra, muy distinta a la de 1928, año en que usan-
35
dó ardid, buscó la forma de ocultar sus propósitos ne
fandos ya que la impotencia de seguir adelante con
la guerra, prefirió momentáneamente armar pabellones,
para sentarse en la mesa de Conferencias, a la espera
del momento oportuno, para asestar el golpe aleve.
Una vez comenzada la guerra, tanto el Paraguay
como Bolivia se movilizaron, aunque algunos moviliza
dos bolivianos hubieron que desertar después.
Analizada crudamente aquellas movilizaciones, la
primera, del año 1928, resultó para el Paraguay una
verdadera pena, ya que los hombres llamados para la
defensa del terruño, debieron abandonar sus chacras,
sus cultivos, para dejar en manos de sus mujeres e
hijos aquellos cuidados.
También Bolivia sufrió sensibles deserciones en
sus filas, cuando sus tropas o contingentes llegaban a
inmediaciones de la costa argentina.
Por nuestra parte, concurrieron más de 30.000 hom
bres, ansiosos para tomar las armas y pelear por la
tierra que los Bolivianos querían despojamos.
En los cuarteles no habían alojamientos, ni se con
taban con elementos culinarios, ni víveres, etc. Era una
verdadera debacle, sin directiva militar capaz, ni civil,
dice un escritor en uno de sus libros. Y era la verdad
desnuda, cruda realidad, que no tenemos porqué ne
garlas ni ocultarlas.
Contingentes llevados en lentos transportes, en uno
de los acantonamientos ubicados sobre el Río Para
guay, eran devueltos a la capital porque en el pun
to de destino no había alojamiento, ni víveres, ni ves
tuarios, ni armamentos. Absolutamente nada. El con
tingenté entonces, regresaba a la ciudad en altas horas
de la noche, sin haber probado un bocado en todo el
día. Las autoridades responsables muchas veces se vie
ron obligadas a golpear las puertas de cuanto café o
restaurant habidos, en busca de algún enlatado, para
tratar de aplacar el hambre de los ciudadanos movi
lizados.
36
De aquellos tristes momentos, nadie que fue a
la guerra, podrá olvidarse, por que ello ocurrió y se
repitió en cuantos lugares de concentración hubo en el
país.
Miles y miles de compatriotas que se dieron citas,
fervorosos de combatir, se disolvían con honda decep
ción en el alma, frustrándose así, su ardor expontáneo,
el entusiasmo patriótico del campesino soldado, por
causa de la falta de previsión, obra solamente del de
sorden y la incapacidad de aquel momento.
Los contingentes llenaban los cuarteles, los hospi
tales, las canchas de clubes deportivos, plazas públicas,
etc., viviendo prácticamente de las ayudas de las per
sonas caritativas que hacían donaciones, mientras otros,
del saqueo, de la rapiña.
Los mercados de Concepción y de otros en la cam
paña, fueron saqueados, asaltados por la hambruna hu
mana, que golpeaba y corroía el estómago del reser
vista, que, imbuido de un santo patriotismo y ansio
so de combatir en el frente para salvar a la Patria
en peligro, esperaba ser embarcado a destino.
Bolivia habrá tomado muy buena nota de todo aque
lio, para pulsar, la extrema debilidad del Paraguay, qus
acusaba una falta alarmante de una preparación y or
ganización militar adecuada, para afrontar con éxito las
contingencias de una guerra moderna. Nos referimos
siempre durante la 1? movilización del año 1928.
Como consecuencia de una presión general de los
neutrales, el Paraguay tuvo que reconocer y ceder por
un momento, para pasar a ser el país agresor y el For
tín Vanguardia, es reconstruido por nuestros soldados,
en presencia de representantes de los neutrales y de Ofi
ciales, bolivianos, que se enorgullecían por lo que sus
miradas estaban presenciando. Por último, se i¿ó la
bandera boliviana que de ese modo, flameaba en tie
rra paraguaya.
Los incidentes provocados por las huestes bolivia
nas, seguían dentro de un plan previamente prepa
37
rado y, cada uno de esos incidentes fueron muy bien
aprovechados por el Ejército invasor para realizar sus
represalias y así, continuar amojonando Fortines en sue
lo guaraní y usurpar lugares importantes en cumpli
miento de su política de penetración y de apropiación
indebida del Chaco Paraguayo.
38
vamente sin resultado positivo, por que nuestras tro
pas fueron recibidas con buen plan de fuego de ame
tralladora liviana y pesada, circunstancia que demos
tró, que los bolivianos estaban bien preparados y que
ya no pensaban abandonar fácilmente el lugar.
Pero Bolivia, ni corto ni perezoso, hace sentir su
protesta señalando: “Nuestro Fortín “AGUA RICA” fue
de nuevo objeto de un ataque sorpresivo, ésta vez, por
un Regimiento paraguayo, acción que fue, sangrienta
mente rechazada”.
El 13 y el 21 de marzo de 1932, dos puestos para
guayos frente a Nanawa fueron atacados por fuerzas
bolivianas, felizmente rechazadas. El 25 de mayo de
1932, en horas del medio día, dos aviones bolivianos
incursionaron volando sobre Nanawa, en abierta pro
vocación.
La agresividad boliviana se hacía cada vez más
fuerte e insistente, enervando los ánimos del soldado
guaraní, que a pesar de todo seguía soportando con
extraño estoicismo tamaña violación.
La invasión boliviana de nuestro Chaco y las cons
tantes escaramuzas entre nuestros soldados con tro
pas regulares del ejército de Bolivia, en Asunción es
taba levantando los ánimos del pueblo.
El 23 de octubre de 1931, a raíz de los aconteci
mientos registrados en el chaco, una manifestación es
tudiantil, guiadas simplemente por el amor a la patria
e impulsada por el iónico deseo de solicitar al gobier
no que se organizara la defensa del territorio invadido,
fue violentamente masacrada por el gobierno del Dr.
José Patricio Guggiari. Los guardianes del Palacio de
López, en cumplimiento de órdenes superiores recibidas,
hicieron fuego sobre la juventud estudiosa que se con
gregó en los jardines, derramándose de esa forma,
la sangre generosa de una muchachada estudiantil, que
sólo pretendía a través de un pálido reclamo, pedir
los aprontes del gobierno para la defensa del Chaco.
Como consecuencia de aquel hecho horroroso, hubo re
nuncias de Ministros y altos funcionarios del Estado.
39
El Presidente de la República, no escapó al juicio po
lítico a que lo sometió el Congreso Nacional y el re
clamo de la Historia.
Todos los acontecimientos que someramente seña
lamos, al igual que otros hechos que se sucedieron rá
pidamente una tras otra, constituyeron los motivos me
diatos para la precipitación de la Guerra en el Chaco
Boreal y en la que se involucró a nuestro país, invo
luntariamente.
Corría ya el año 1932 y el Estado Mayor Boliviano
dispuso, en cumpliendo de órdenes superiores, “unir el
sistema de Fortines de la línea del Sur, que, partiendo
de Villa Montes bajaba por la ribera del Río Pilcoma-
yo, pasando por Ballivián, Guachalla, Muñoz, etc., has
ta Camacho; con el sistema de Fortines del Norte o
Sector Central, que partiendo de Reboré, pasaba por
Rabelo, Ingavi, Aroma, Junín, Sucre, Batista y Flori
da, frente a nuestro Fortín “CORONEL BOGADO”, pa
ra establecer un nuevo Fortín que sirviera de unión
entre Camacho y el sistema de Fortines del Norte en
Batista y Florida. Con la presencia en la Presidencia
de Bolivia del Dr. Salamanca, quien idealizaba el de
“PISAR FUERTE EN EL CHACO” a modo de “con
signa obligada”, los bolivianos procedieron a una in
tensificación de la fundación de Fortines en el Chaco,
allí donde había claros y no estaban ocupados por
nuestras tropas, respondiendo de ese modo a la con
signa política gubernamental. El Estado Mayor Bolivia
no dispuso en fecha 11 de marzo de 1932, para que la
4? División Boliviana lanzara una expedición que, par
tiendo de Camacho fuera a conectarse con Batista y Flo
rida. En cumplimiento de esta orden, la División men
cionada despachó dos comisiones sucesivas, al mando
del Cap. USTARES la primera, y del Tte. Víctor Eduardo
la segunda. Sin embargo, ambas comisiones al mando de
tan “ renombrados exploradores y conocedores de la re
gión”, no llegaron a realizar sus propósitos, fracasando
en su misión. En vista de los resultados negativos, despa
charon a uno de los “ases” de la aviación boliviana,
Mayor Jorge Jordán, teniendo como observador al Ma
yor Oscar Moscoso, con la misión de explorar a fondo
40
desde el aire la región y a fin de hallar rastros de los
exploradores ya citados.
El 25 de abril de 1932, decolaron de Camacho, Jor
dan y Moscoso en cumplimiento de la misión encomen
dádales, sin lograr avistar a la misión de Ustares y
Eduardo. No obstante, descubrieron una hermosa la
guna al que llamaron Gran Lago con dos ranchos en
su orilla oriental, lo que les hizo pensar, que sería un
Fortín ocupado por nuestras fuerzas.
Por aquellos días el gobierno boliviano era azu
zado desde Washington por sus representantes ante la
Comisión de Neutrales, para que tratara con urgencia
de completar la unión de la 4* División Boliviana con
la 3? División, teniendo la Primera como punta de
lanza a Camacho y la 2? a Florida y Batista. Porque
el diferendo entre Paraguay y Bolivia era objeto de
tratativas en el seno de la Comisión de Neutrales y es
ta Comisión venía urgiendo a ambos países para que
presentaran con exactitud, la consignación de sus res
pectivas posiciones avanzadas. La presión, pues, venía
desde Washington, de modo que, los bolivianos se apre
suraban para completar la unión del sistema de For
tines del Sur con el del Norte. En vista que los De
legados bolivianos urgían desde Washington, nuevamen
te fue despachada otra Comisión, la 3^., esta vez al man
do de un Jefe que previamente había sobrevolado la La
guna o Gran Lago, Mayor O. Moscoso ya conocedor del
terreno, en presunción de que obtendría una mejor
orientación para el éxito de la empresa.
Moscoso partió de Camacho el 28 de mayo de 1932
al frente de 25 hombres, luego de 18 días de penoso
recorrido, llega al Gran Lago de Pitiantuta (nombre
aborigen que en el idioma Chamacoco significa: HOR
MIGUERO MUERTO o LERDO, PEREZOSO), en la tar
de del 14 de junio de 1932.
Observando de inmediato los ranchos ubicados del
lado oriental del Lago, le pareció en la emergencia, que
denotaba ser un Fortín paraguayo ocupado por per
sonal de apronte.
Sin pensar mucho, ni siquiera, sin percatarse de
bidamente, Moscoso decide tomar a viva fuerza dicho
41
Fortín que se llamaba Carlos Antonio López y que fue
ra fundado apenas un año atrás por el Mayor de Ca
ballería Rogelio Chenú Bordón, exactamente, el 15 de
Junio de 1931.
Minutos antes de la aurora que indicaría el na
cimiento del nuevo día, del 15 de Junio de 1932, Mos-
coso rodea el Fortín con el propósito de sorprender
a los ocupantes y tomarlos prisioneros. Pero cual ha
brá sido la sorpresa de Moscoso, ya que los ocupantes
del Fortín eran un Cabo a cuyo mando se hallaban cin
co soldados, quienes descubrieron a tiempo las inten
ciones bolivianas abandonando el fortín, desaparecieron
en medio de la espesura del Chaco, con dirección al Fortín
Coronel Martínez para informar de lo acontecido. Pe
ro el Chaco, hostil, peligroso, cobró el precio de una
vida, la del Cabo Oliverio Talavera, quien desapareció
o murió en la acción. Mucho tiempo después, poste
riormente, se develó la historia, pues, por deposición
de algunos prisioneros bolivianos, se supo que el Ca
bo Talavera fue herido cuando inició la retirada y to
mado prisionero, fue quemado vivo por sus aprehen-
sores.
El Fortín tomado por los bolivianos, fue rebauti
zado con el nombre de Mariscal Santa Cruz, tal como
ocurriera un año antes con nuestro Fortín Samaklay,
rebautizado con el nombre de Agua Rica.
Ante el nuevo atentado contra la soberanía, el Pa
raguay denuncia oficialmente la agresión y retira in
dignado a sus representantes ante la Comisión de Neu
trales de Washington.
Lo que ocurrió después, la retoma del Fortín al
mes siguiente y luego, todos los episodios que le prece
dieron, ya corresponde al capítulo de la guerra misma.
Pero, el motivo principal o inmediato de la Guerra
del Chaco, constituyó la toma por fuerzas militares bo
livianas el 15 de Junio de 1932, del Fortín Carlos An
tonio Lópeíz o Pitiantuta, sumado a las innumerables
agresiones y violaciones del territorio nacional.
42
SEGUNDA PARTE
EVOCACIONES PERSONALES
El Chaco Boreal, cruento escenario de una matan
za sin paralelo en la Historia de América Latina, en
donde los contendores no se dieron tregua en todos los
frentes. El Ejército Boliviano, que se había preparado
muy bien, que con bastante anticipación se había for
tificado considerablemente, penetrando profundamente
en el Chaco, contando con mejores armamentos, inclu
sive, el asesoramiento técnico y táctico de profesio
nales especialmente contratados, contaba con muchas
posibilidades de salir airoso en sus pretensiones.
Lo que no esperaban, era, la valiente reacción del
Ejército Paraguayo, que a pesar de no encontrarse po
sibilitado inicialmente para enfrentar a un enemigo
mejor dotado y más numeroso en hombres, se había
debatido a lo largo y a lo ancho del Chaco Boreal para
luchar y conquistar palmo a palmo nuestras tierras que
el enemigo de entonces, pretendió adueñarse, a tra
vés de una deliberada y provocativa penetración sin pre
cedentes en la historia.
El Ejército Nacional, si bien es cierto, había lo
grado hacer retroceder al enemigo en todos los fren
tes, lo hizo pero a costa de incontables pérdidas y sa
crificios humanos. El ejército boliviano, bien pertrecha
do, equipado, con mejores armas y contando con la
ventaja de ser atacado en sus propios terrenos (pues,
cada Fortín, que con mucha anticipación a la guerra
habían construido, eran verdaderos reductos inexpuna-
bles), prácticamente impedían una rápida conquista de
nuestras tropas.
BOQUERON, SAAVEDRA y otros tantos Fortines,
fueron mudos testigos del cruento sacrificio a que ha
sido sometido al soldado paraguayo, sacrificio recla
mado en aras de la patria, de expulsar al invasor más
allá de nuestras fronteras.
El Ejército Paraguayo, desde el comienzo de la
guerra, sólo contaba como arma, con la fe nacionalista
del pueblo, del repudio que causaba en el alma po
pular, el desplante boliviano al invadir el Chaco, so-pre
texto del desconocimiento de nuestros derechos.
45
El pueblo, fue a la guerra, sin más armas que el
machete y el coraje de la raza. Sabía que fuerzas es
púreas pretendían adueñarse de sus tierras y compren
dían, que era su deber, expulsar a los invasores.
Imbuidos de un espíritu nacional, el soldado pa
raguayo se lanzó a la conquista de sus tierras, en la
certeza de que al hacerlo así, estarían emulando el pa
triotismo, la bravura y el heroísmo de sus mayores,
de los manes que forjaron con singular valentía, un
Paraguay Independiente, Lábre y Soberano!
Con el correr del tiempo, la Guerra del Chaco fue
convirtiéndose en un inmenso campo de sangre, muer
te y desolación. Para uno y otro bando, se ofrecía un
drama dantesco. Pero para el Paraguay, cuyos soldar
dos morían por una bella y justa causa, la guerra era una
cuestión de tiempo. Para el Ejército Boliviano en cam
bio, el fantasma de la guerra comentó a inquietar se
riamente.
De una posición ventajosa, de pronto, se vieron
acosados por todos los flancos. De todos sus reductos,
fueron desalojados mediante la briosa arremetida del
soldado guaraní, quienes, al extenderse la guerra, en
diversas acciones favorables, se apoderaron de valiosos
y novísimos armamentos con pertrechos, para luego
usarlos contra los propios enemigos.
La naturaleza hostil del Chaco, también contri
buía en gran medida para que el ejército boliviano ce
diera terreno y posiciones, buscando reagrupar sus cua
dros dispersos dentro de un amplio frente de opera
ciones, de modo a sostener una lucha con posibilida
des de contener el ímpetu arrollador del soldado pa
raguayo.
Pero a medida que la guerra se profundizaba y
entraba en años de negativas y esteriles conquistas, el
Estado Mayor invasor comenzó a desesperarse. Ya cun
día en sus filas la opinión de los escépticos. Y las tro
pas bolivianas, que se vinieron en la guerra engañados
por sus Jefes, por sus gobernantes no teman una mo
ral fija.
46
Diezmados y desmoralizados, fueron cediendo en
cada batalla, con graves pérdidas de hombres, armas
y municiones.
El mes de diciembre de 1934, cerraba su ciclo con
un cuadro desolador para el Ejército Boliviano y de
victorioso y esperanzador, para el Ejército Paraguayo!
BREVE RESEÑA
En los comienzos de la guerra del Chaco, éste te
rritorio fue dividido en dos grandes SECTORES:
El Sector Sur (COMANSUR) y el Sector Norte
(COMANOR), siendo Comandante en Jefe del Sector
Sur, el entonces Tte. Cnel. don JOSE FELIX ESTIGA-
RRIBIA y, Comandante en Jefe del Sector Norte (CO
MANOR), el Cnel. don JOSE JULIAN SANCHEZ.
Asiento de este último Comando fue nuestra his
tórica Bahía Negra y en síntesis: tanto COMANOR co
mo COMANSUR, dependían del Comandante en Jefe
del Ejército y Marina Nacionales, cuyo Comando ejer
ció, el Gral. de Brigada don MANUEL ROJAS A., te
niendo su base nuestra ciudad capital y luego Puerto
Casado, para volver de nuevo a la capital.
Este Comando General, desapareció posteriormen
te tras la renuncia del Gral. ROJAS, renuncia que fue
aceptada por Decreto N? 47.385 de fecha 5 de Mayo
de 1933, pasando a ejercer el Mando, el propio Pre
sidente de la República, conforme a prescripciones Cons
titucionales.
Luego, se creó el Comando en Jefe del Ejército
del Chaco, con la designación del Gral. don JOSE FE
LIX ESTIGARRIBIA com o Comandante, medida por
la cual, automáticamente fue absorvido COMANSUR.
No obstante, el Comando en Jefe del Sector Norte (CO
MANOR) siguió firme, con su denominación y juris
dicción correspondiente, hasta la terminación de la gue
rra.
Y Comandante en Jefe de COMANOR fueron en
este orden: Cnel. don JOSE JULIAN SANCHEZ, Cap.
47
de Navio ELIAS AYALA, Gral. NICOLAS DELGADO,
Cnel. FRANCISCO BRIZUELA y el Cap. de Corbeta
RODOLFO DAVALOS.
Quizás sea posible que haya una omisión en estos
datos, ya que se recurre más bien a la memoria es
pontánea.
La jurisdicción del Sector Norte abarcaba desde
Puerto Guaraní al Norte, incluyendo a Olimpo y los
Fortines: Mayor Torres, Gral. Díaz, Manuel Domínguez,
Cnel. Bogado, Florida (ex-boliviano), Bahía Negra, Pa
tria, Audivert, Galpón, y los ex-fortines bolivianos; Isla
Cuatro, Castrillo, Pascoe, Rosseti, Vanguardia, Vargas,
Palomares, Santa Elena, Campamento I, Campamento
II, Cabo Araújo y Campamento “ Humaitá” este último,
Fortín paraguayo frente a las posiciones bolivianas de
Vitriones, Santa Cruz y Quijarro, camino a Puerto Suá-
rez, hasta donde llegó la Marina con las coordenadas
geográficas de Campamento Humaitá: Latitud Sur 18?
27’ 27” 6 y Longitud W de Gr. 58? 17’ 04” 5.
Corría el mes de marzo de 1935, cuando la escasez
de efectivos (hombres) en nuestro Ejército se hacía
sentir en forma pronunciada y alarmante, vísperas por
otro lado, de grandes ofensivas tanto del Ejército Pa
raguayo como boliviano, cuando el Comanchaco pide
al Ministerio de Guerra y Marina, para que los efecti
vos de la Marina de Guerra se hicieran cargo del Sec
tor Norte (COMANOR), de modo a poder reforzar con
tropas avezadas del Ejército, los frentes de Villa Mon
tes, Camiri y el legendario Parapití.
Todos los hombres del Sector Norte, Comandado
entonces por el Cnel. BRIZUELA, compuesto por algo
más de 2.000 efectivos, agrupados en dos Regimientos
de Infantería y un Regimiento de Caballería, estaban
destinados a pasar al sector de apremio.
Fue así, que por Decreto N? 56.729 del P. E., de
fecha 29 de marzo de 1935, fue designado (el suscripto)
Comandante del Destacamento de Marineros, que iría a
reemplazar a las fuerzas del Cnel. BRIZUELA en el
sector norte.
48
La Marina de Guerra en este sector, en los prime*
ros momentos, actuaba en forma independiente de Co
rríanchaco, dependiendo de la Dirección de la Armada,
para luego, por Cifrado de fecha 12 de abril de 1935,
es comunicada por el Ministerio de Guerra la orden
de dependencia, directamente del Comanchaco.
Otro cifrado, esta vez, originada del propio Coman-
chaco indicaba en forma urgente a COMANOR: “Des
tacamento de Marina que conserva misma jurisdicción
y denominación de Comando en Jefe Sector Norte, de
penderá de este Comando. Los partes fin de jornada,
serán enviados todos los dias a las dies y nueve horas”.
Firmado: COMANCHACO.
A pesar de que el nuevo COMANOR se ha iniciado
con escasos 250 hombres, en momentos muy críticos
para nuestro ejército, muy pronto se llegó a comple
tar un efectivo de 1.500 hombres, formándose por con
siguiente un Estado Mayor propio del siguiente mo
do: un Jefe de Estado Mayor del Sector Norte, Cap.
de Corb. RUBEN AY ALA, Ayudante del Comandante
en Jefe del Sector Norte, Cap. de Corb. PORFIRIO
MACHUCA. Jefes de Departamento del Estado Mayor,
los Contadores de Ira. don ARTEMIO TORREANI
VIERA, don ANTONIO ABADIE RIVAROLA, don CAR
LOS RUIZ DIAZ y el Piloto de Ira. don NARCISO FER
NANDEZ.
Comandante de Regimiento fue (entonces) el Tte.
1? de Marina (hoy Cap. de Nav. SR) don JUAN C. PAEZ
y Comandante del Batallón de Zapadores de Marina (el
entonces) Tte. 1? de Marina (hoy Cap. de Nav. SR) don
MARCOS A. GONZALEZ.
Este Regimiento de Marina, posteriormente, por
Orden General de Comanchaco N? 40.455 del 10 de
mayo de 1935, fue denominado, Regimiento de Infan
tería de Marina N? 1 “Riachuelo”. Comandante del 1er.
Batallón de este Regimiento, fue el entonces Tte. 2? de
Marina y actual Contralmirante (S.R.) don RAUL GU
TIERREZ YEGROS y Comandante del 2? Batallón, el
49
Tte. 2? de Marina y actual Cap. de Nav. (S.R.) don JOSE
C. CESPEDES.
Comandante del 3er. Batallón fue el Tte. 1? JUAN
DE DIOS FRETES.
Comandante de la Escuadrilla de Hidroaviones, ads
crita al Sector Norte, fue el entonces Tte. 1? de Ma
rina y actual Contralmirante ¿Sflt), don RAMON MAR-
TINO.
Aunque el enemigo era virtualmente superior a
nuestras fuerzas, se organted adecuadamente nuestro
sector norte, utilizándose para el efecto, de todo lo
humanamente disponible, es decir: conforme a los
aportes de nuestra Marina, embarcaciones de toda
índole, lanchas, canoas, animales bajo la exhaustiva
tarea y dirección del factor humano, el hombre con el
fusil al hombro, con la consigna de “vencer o morir” .
50
LA MARINA
SOMERA VISION DE NUESTRO IMPROVISADO
EJERCITO PARAGUAYO Y DE LA
MARINA DE GUERRA
\
53
tallas libradas en el campo de operaciones. Nues
tro ejército a decir verdad no tenía Jefe ni Oficiales
de Estado Mayor, prácticamente, carecía de una direc
ción técnica, capaz de modelar las acciones de los sol
dados, de modo a conducirla, por el buen camino, con
mejores posibilidades de éxitos en la lucha.
A la inversa, la oficialidad boliviana, formada la
mayoría en instituciones de alta Escuela en el conti
nente Europeo y de América, se hallaba muy por en
cima de la capacidad cultural y profesional de nuestros
oficiales, formados muy apresuradamente y sorprendi
dos por la guerra, mediante cursos rápidos en nuestra
modestísima Escuela Militar, hoy Colegio “Mcal. Fran
cisco Solano López”.
Nuestro ejército al comienzo de la guerra, no con
taba —volvemos a resaltar— con armamentos adecua
dos, ni de armeros, mecánicos, automovilistas, radio-
grafistas, tan necesarios. . .
Nuestra naciente Marina de Guerra de aquel en
tonces, aún en pañales, contaba sin embargo con una
Escuela de Mecánicos, Escuela de Armeros, de automo
vilistas, de radiografistas, etc., con los cuales, ayudó
a proporcionar a sus camaradas del Ejército, el per
sonal técnico necesario aunque en escala muy redu
cida, para su ulterior desenvolvimiento.
De esta manera, fueron elementos de la Marina de
Guerra, formados en instituciones de enseñanza naval,
los primeros que marcharon al frente de operaciones
en el Chaco Boreal, para ayudar en lo que fuere po
sible.
LA AVIACION NAVAL
Formaba una pequeña Escuadrilla de hidroaviones
y contaba con su correspondiente Escuela de Pilotos
Navales. De su actuación consta, que los servicios pres
tados por la Aviación Naval en la Guerra del Chaco,
fueron importantes, similar a los prestados por sus ca
maradas de la Aeronáutica Militar.
54
El bombardeo nocturno, fue una novedad para to
da Sudamérica realizado por vez primera en este Con
tinente por la aviación naval paraguaya. La hazaña
fueron llevadas a cabo por el Tte. 1? de Marina, hoy
Contralmirante (SR) don RAMON E. MARTINO a igual
que el Contralmirante (SR) RAMON DIAZ BENZA, el
Tte. Observador JOB VON ZASTROW, el Guardiama-
rina FRETES YODICE y otros miembros de nuestra
Aviación Naval.
No existe la menor duda, del heroísmo de estos
hombres, para cumplir una hazaña sin precedentes en
la historia. Cerca de cien horas de vuelos nocturnos,
realizó la Aviación Naval en el Sector Norte (Bahía
Negra) donde fuera el teatro de aquellas hazañas.
Los fortines bolivianos: Vitriones, Santa Crus, Qui-
jarro, San Juan, Mutún, sintieron y soportaron los efec
tos de sus mortíferas bombas. Puerto Suarez, escapó
de los bombardeos, por la Orden del Señor Comandan
te en Jefe del Ejército del Chaco, ya que no lo au
torizó, por estar considerado como una población ci
vil, denegando la autorización solicitádole con insis
tencia.
Al final de la guerra, nuestra dotación de aviones
navales que se componían de TRES unidades, quedó
con DOS aparatos, ya que el R. 3 se perdió en un fatal
accidente.
Todo esto que señalamos, nos está dando la idea
o la pauta, de que en la Marina de Guerra ya existía
una cabal conciencia técnica y profesional, para la con
servación de los elementos valiosos para la defensa
nacional.
LA INTELIGENCIA NAVAL
Contaba con su Sección Criptográfica en donde se
trabajaba día y noche sin descanso, callada y reserva
damente, para descifrar nada menos que los partes y
56
órdenes de operaciones del Comando enemigo. Median
te esta Sección, el Comandante en Jefe del Ejército en
el Chaco operaba sobre cartas a la vista, circunstancia
esta, que facilitó enormemente el triunfo de más de una
batalla.
El Cap. de Corb. INFANTE RIVAROLA, el Tte. lc.
de Marina MARTINEZ R AMELLA, el Guardiamarina
QUEVEDO, fueron alma y nervios, verdaderos artífi
ces de aquella Sección, que contribuyó poderosamente
a cubrir las informaciones que ayudaron para nues
tras victorias.
MARTINEZ RAMELLA, un día enfermó de los
pulmones como consecuencia de las faenas nocturnas
y agotadoras. No habiendo otro combatiente por quien
suplantarlo para tan difícil como delicada tarea, con
tinuó impertérrito en su puesto de lucha, hasta que
finalmente, un día cae muerto en su puesto de comba
te, vencido por la grave enfermedad.
EL RIO PARAGUAY
LA INTELIGENCIA NAVAL
Contaba con su Sección Criptográfica en donde se
trabajaba día y noche sin descanso, callada y reserva
damente, para descifrar nada menos que los partes y
56
órdenes de operaciones del Comando enemigo. Median
te esta Sección, el Comandante en Jefe del Ejército en
el Chaco operaba sobre cartas a la vista, circunstancia
esta, que facilitó enormemente el triunfo de más de una
batalla.
El Cap. de Corb. INFANTE RIV AROLA, el Tte. 1-
de Marina MARTINEZ RAMELLA, el Guardiamarina
QUEVEDO, fueron alma y nervios, verdaderos artífi
ces de aquella Sección, que contribuyó poderosamente
a cubrir las informaciones que ayudaron para nues
tras victorias.
MARTINEZ RAMELLA, un día enfermó de los
pulmones como consecuencia de las faenas nocturnas
y agotadoras. No habiendo otro combatiente por quien
suplantarlo para tan difícil como delicada tarea, con
tinuó impertérrito en su puesto de lucha, hasta que
finalmente, un día cae muerto en su puesto de comba
te, vencido por la grave enfermedad.
EL UIO PARAGUAY
58
grumetes, cabos y marineros, quienes con sus sangres,
regaron los calcinados cañadones del Chaco en defensa
de una causa justa y gloriosa.
LA INFANTERIA DE MARINA
A la Marina de Guerra —no cabe duda— tras de
haber cumplido brillantemente su papel específico to
davía el destino le deparaba un ardoroso quehacer en
la Guerra del Chaco.
Nuevas exigencias, más esfuerzos, más sacrificios
sumados a los ya realizados en la medida de sus po
sibilidades, vendrían a robustecer aún más, La posi
ción de sus miembros que prestaban su concurso en
las distintas unidades del ejército combatiente, eran
objetos de admiración, no obstante de que su cuadro
de Jefes y Oficiales disponibles se hallaba bastante ra
leado. En efecto, en un momento dado de la situación
del Ejército en el Chaco, llegó a ser relativamente pre
caria, porque el potencial humano y económico de Bo
livia se hacía sentir por la elocuencia de los números
ya que nuestra punta de lanza o sea, el ejército com
batiente propiamente dicho, combatía con una despro
porción de uno contra cuatro y nuestro glorioso Ejér
cito en el Chaco, se hallaba equilibrándose sobre el
borde de un abismo sin fondo. Para lo peor, el Comité
Consultivo de la famosa Liga de las Naciones reunido en
Ginebra, había resuelto que el embargo de armas, que
se hallaba vigente para ambos beligerantes, fue levan
tado para Bolivia, quedando vigente para el Paraguay,
incluso, bajo la amenaza de otras sanciones económicas,
como si fuéramos el país agresor.
Las deliberaciones del Comité Consultivo en Gi
nebra, se hallaban dirigidas nada menos que, por el
Doctor José María Cantillo, representante personal del
Canciller Argentino Dr. Saavedra Lamas. Fue que, en
esta crítica y terrible encrucijada, cuando el Paraguay
se encontró sólo, terriblemente sólo, sin verdaderos
amigos. Ante aquella circunstancia dolorosa fue tam
bién, que el Señor Comandante en Jefe del Ejército
59
en el Chaco, pide al Ministerio respectivo, para que
la Marina de Guerra se hiciera cargo del extenso Sec
tor Norte, para reemplazar a la División del Cnel. BRI-
ZUELA —tal como ya lo hemos citado en la página 10—,
compuesta por los Regimientos de Infantería N? 26 “Ce
rro León” N? 21 “ Humaitá” y del Regimiento de Ca
ballería N? 8 "Gral. Escobar”, totalizando unos 2.000
hombres, de modo a reforzar allá donde las cosas apre
miaban y eran necesario de su concurso.
La División del Cnel. Brizuela, dejó un claro que
debía de ser cubierto por los efectivos de la Marina
a cargo de COMANOR, frente a las posiciones de la 5*
División boliviana al Mando del Cnel. GAMARRA quien
tenia como punta de lanza al aguerrido Regimiento
“Quijarro”, N? 13 de infantería boliviano a cargo del
Tte. Cnel. Valdez Natte y como segundo, el Tte. Cnel.
Benguria.
Pero he aquí, que los efectivos de la Marina a car
go de COMANOR, no solamente combatían contra aque
llas fuerzas enemigas muy superiores en número a la
nuestra, sino que, también se luchaba en contra de la
naturaleza, pués, tanto el Río Paraguay como el Negro,
el Verde y el Riacho Jara se habían desbordado, sa
liéndose de madre e inundando campos y valles to
talmente hacia nuestra retaguardia.
Más de 150 kilómetros de aguas a retaguardia, ha
cía no solamente difícil sino imposible, el aprovisiona
miento de los 1.500 hombres con que se contaba en
el frente de operaciones. Fue ante esta difícil situación,
adversa que —en mi carácter de Comandante—, con
sideré llegado el momento de solicitar el debido per
miso para una operación de retirada, decisión llevada
a la letra. Pero, el Señor Comandante en Jefe contestó
como sigue: “ Ud. me pide todo lo que necesita, pero
Ud. se queda allí, firme en la defensa
Ante tan terminante respuesta, se solicitó la re
misión inmediata de barcos a rueda y de poco calado;
“ Tesorito”, “Ypecuá” y “ Pollux”, a cuyas ruedas fue
ron adheridas planchuelas de hierros afilados en los
60
talleres de Puerto Guaraní y de ese modo, para que
pudieran navegar entre los palmares totalmente inun
dados, hasta llegar al mismo frente de operaciones y
así, resolver exitosamente el gravísimo problema del
aprovisionamiento de nuestras tropas.
El ala derecha de nuestro dispositivo de defensa,
se mantuvo en grandes sobrados asegurados en los tu
pidos palmares que abundan en las cabeceras del Ne
gro. Era imposible abandonar dicha ala, por que el ene
migo disponía de un activo escuadrón de caballería,
que incursionaba constantemente por dicho frente.
Por nuestra parte, no disponíamos tan siquiera de
una simple patrulla de Caballería, porque la División
que había bajado a Casado, se llevó consigo la tota
lidad de los caballos. Para afrontar la emergencia, se
pidió unas cien canoas y cachiveos, con las cuales se hi
zo después, patrullajes, al mismo tiempo, se emplearon
como un medio de complementar el transporte.
Otro elemento valioso y muy eficaz que me fue
ron remitidos, son 20 chalanas con proa cóncavas, cons
truidas apresuradamente en nuestros Arsenales, chala
nas que fueron estiradas por bueyes, reemplazando de
esa forma exitosamente a los camiones y carretas, prác
ticamente inmovilizada, ya que no podían transitar. Las
chalanas podían transportar hasta tres toneladas de
carga.
Es necesario destacar, que estos elementos anfibios,
fueron constantemente acosados por las bombas y me
trallas de la aviación boliviana que incursionaban des
de el frente hasta Bahía Negra y demás poblaciones
ribereñas que, de ese modo sufrían casi siempre los
efectos de sus mortíferas bombas.
Tales fueron las circunstancias y contingencias que
nuestra gloriosa Marina de Guerra afrontó y soportó
con valor y estoicismo hasta la terminación de la con
tienda bélica.
Y cuando sonaron las campanas anunciadoras de
la concertación de la Pa¡z entre ambos pueblos en Iu-
61
cha, los efectivos de la Marina se encontraban ya en
el Fortín "Campamento Humaitá”, hacia la retaguardia
del fortín boliviano “Quijarro”, con las Coordenadas
geográficas de 58? 17’ y 04” de longitud y 19? 27’ y 27”
de latitud Sud, el más avanzado en latitud de entre los
fortines conquistados al enemigo.
Hasta allí llegó la Marina de Guerra, no sólo re
tuvo libre de enemigos, el terreno que el Ejército habla
confiado a su custodia, sino que, conquistó más terri
torio a la fecha de 12 de Junio de 1935.
Como una justificación de los innegables servicios
prestados a la Nación, la Marina de Guerra fue con
decorada con la honrosa y benemérita distinción de la
“ Cruz del Defensor” galardón otorgada a los miembros
de la Agrupación de la Flotilla de Guerra, por su bri
llante actuación y comportamiento durante la Guerra
del Chaco y en homenaje a todos aquellos marinos que
cumplieron con su deber, cuando la patria se encon
traba en peligro.
62
“ CAÑONERO HUMAITA”
64
que abundan en la zona y fueron avistados por el vigía
del Cañonero ya a los 2.000 metros más o menos y de
inmediato se les hizo fuego con el Cañón 76, antiaéreo
de proa que estaba de guardia. Funcionó también la
central de tiro, pero esta central tiene la característica
de que a distancia corta, mil o dos mil metros no surte
ningún efecto por la excesiva rapidez del movimiento
del blanco. La central de tiro sólo surte efecto eficaz
contra blancos que toman un rumbo a los 10.000, 8.000,
5.000 metros, etc., razón por la cual no pudo hacer
blanco, porque estos aviones volaban a ras de las pal
meras y sólo el vigía de la cofa pudo descubrirlo cuan
do ya estaban a corta distancia (2.000 metros).
65
regreso, hiriendo de gravedad al Coronel Don José Ju
lián Sánchez, Comandante del Sector Norte (Comanor)
de cuya consecuencia, falleció.
ESPECULACIONES
A bordo viajaban personas completamente profan
ñas en la materia y no podrían desde luego, darse cuen
ta de lo que era un ‘‘zafarrancho de combate”. Este con
sistía en que cada personal del buque desde el Coman
dante hasta el último ayudante de rancho, debían ocu
par su puesto de combate con la rapidez que sea po
sible y a la carrera, a cuyo efecto, al escucharse el
toque de campana anunciadora del “zafarrancho de com
bate”, se produce a bordo un movimiento extraordina
rio de corridas, idas y venidas, y, el profano en la ma
teria, piensa que a todos les ha llegado un momento
de locura o miedo; pero, en realidad, tal cosa no ocu
rre y normalmente cada tripulante trata de llegar tan
prestamente como sea posible a su puesto de combate:
el que estaba en cubierta si su puesto de combate se
encuentra en la máquina o en la de Santa Bárbara o
en la Central de Tiro, corre escaleras abajo para llegar
a su puesto con la máxima rapidez, del que la agilidad
del hombre permite.
Y, así también el personal que se encuentra bajo cu
bierta en dicho momento y su puesto de combate es ser
vir a las piezas, corre, subiendo escaleras arriba para lle
gar a su puesto también con rapidez, como por ejemplo
el sirviente de una pieza de artillería o de un telémetro
o anteojos director etc. etc. Todos estos movimientos,
para el profano en la materia da la impresión de que a
bordo se produce algo así como sería en tierra, un des
bande o algo parecido. Pero, no es así, ya que cada tri
pulante tiene fijado de ante mano el pasillo y la escalera
que deberá usar para acudir presuroso a su puesto de
combate. Así por ejemplo hay tripulantes que baja a
las bodegas y tripulantes que suben a cubierta cada
cual y cada uno a ocupar su puesto de combate; y para
evitar entorpecimiento en dicha operación, está dis
puesto, desde luego que para el personal que deba bajar
66
o subir, tiene ya ordenado si debe transitar por el pasi
llo de babor o de estribor, por las escaleras de estribor
o babor, y así, ordenadamente, sin aglomeración y sin
tropiezos cada cual y cada uno toma el pasillo o la esca
lera que le corresponde. Pero todo este movimiento debe
realizarse con presteza y a la carrera, todo lo cual da la
impresión de que, de la tripulación se ha apoderado algo
así como un pánico, cuando de que cada uno no hace otra
cosa que cumplir ordenada y disciplinadamente con las
instrucciones recibidas de antemano en los ejercicios y
entrenamientos. Es lo que el profano en la materia no
puede comprender y se manifiestan de acuerdo a la
impresión objetiva y subjetiva que en dicho acto re
ciben. Y profanos los hay y los hubo consistentes en
pasajeros que dijeron o propalaron de que la tripulación
quedó asustada y que se volvieron semilocos a la vista
de los aviones bolivianos. Inclusive, teníamos profa
nos dentro de la oficialidad, hasta Contraalmirante que
llegaron a tan alta graduación por un azar del desti
no, sin que nunca hayan pisado la cubierta de un Car
ñonero moderno. Ellos fueron los peores y más en
tusiastas propagandistas sin saber un ápice de lo que
se trata o de lo que dicen. Pero, como es una alta
autoridad, la sentencia pronunciada en medio de su
supina ignorancia, es creída por la vulgaridad de las
gentes. Fue así como nació la propaganda maliciosa
y mal intencionada de que tanto. . . el Cañonero “Ta
cuary”, que se defendió bravamente en Bahía Negra
como el Cañonero “Humaitá” en las proximidades de
Puerto Leda, aquel 22 de Diciembre de 1932, habían
sido sorprendidos con los cañones enfundados y que
la tripulación no hizo nada porque el pánico se apode
ró de la misma, etc., etc.”. Todo esto constituyeron ver
daderos infundios propalados por personas profanas en
la materia, uniformadas o no uniformadas que de am
bas clases existían. Todo esto no deja de ser sino un
disparate de marca mayor. Porque todo los tripulantes
y no tripulantes también, saben que en los buques de
guerra las piezas de artillería se desenfunda infa
liblemente, siempre que no haya lluvia, a las 08.00
horas y así permanecen sin fundas todo el día hasta
67
llegada la noche. Y, aun en horas de la noche las
piezas de guardia (porque durante la guerra había
guardias rigurosas hasta en las horas de la noche) per
manecían sin fundas para poder responder con la de
bida presteza a cualquier emergencia siempre posible.
Y, aquel día del 22 de diciembre de 1932, teníamos un
sol radiante con un día espléndido y la escuadrilla de
aviones atacó al medio día tanto al “Tacuary” como al
“ Humaitá” ensañándose más con el “Tacuary” cuyo
bombardeo duró más tiempo y este cañonero a pesar
de no disponer de artillería antiaérea, tuvo un éxito
rotundo al derribar a uno de los aviones enemigos de
los tres que formaban la escuadrilla atacante. El ata
que al “Humaitá” fue muy efímero, apenas segundos,
y solo una bomba pudo lanzar para luego huir preci
pitadamente, al parecer también uno de ellos seriamen
te averiado porque a la distancia se constató que iba
perdiendo altura. El ataque, entonces, duró así apenas
unos segundos y no más, y el resto de sus bombas, a su
regresó volvió a lanzar sobre el “Tacuary" y sobre Bahía
Negra. Nos preguntamos: Porqué el resto de sus bombas,
en vez de lanzarlos sobre Bahía Negra, no las lanzó sobre
el Cañonero “ Humaitá” siendo su objetivo hundirlo o
averiarlo seriamente por lo menos? La artillería antiaé
rea del Cañonero “ Humaitá” cumplió satisfactoriamente
así con su misión específica ya que, por aquel entonces,
la misión de la artillería antiaérea no era precisamente
derribar aviones, sino la de impedir que dichos aviones
cumplan con sus objetivos que, en este caso parti
cular, consistía en hundir o averiar al Cañonero. Eran
las 12 hs., cuando el vigía de la cofa avistó a los dos
aviones a una distancia de 2.000 metros volando a ras
de los palmares, por lo que era prácticamente impo
sible avistarlos a mayor distancia. El vigía de la cofa
dio la señal de zafarrancho de combate y toda la tri
pulación de abordo acudió prestamente a ocupar su
puesto de combate, incluso el técnico artillero, el ita
liano Don José Piccione quién dirigió personalmente
las piezas de ametralladoras antiaéreas desde el primer
instante. Apenas avistados dichos aviones el Cmdte.,
del buque que se hallaba en el Puente de Mando se
68
hizo cargo de una pieza antiaérea de 0,76 que se ha
llaba de guardia a proa y también desde el primer ins
tante proporcionó a los sirvientes de dicha pieza los
datos de tiros, altura y distancia, etc., y se le hizo
fuego al instante desde el primer momento; pero, con
una mala suerte que pronto dicha pieza quedó fuera
de combate porque la vainilla del proyectil disparado
se atascó en el caño del cañón y la tripulación era bi*
soña y tardó en reparar dicho accidente. Nunca ésta
tripulación había efectuado un tiro de combate por
que el Cañonero contaba sólo con 34 granadas de tiem
po y debido a esta circunstancia especial y muy crí
tica de la falta de suficiente proyectil, impidió se prac
ticaran los ejercicios necesarios y esta tripulación bi-
soña y sin ninguna práctica de tiro, hizo lo que pudo,
pero, consiguió que los aviones no cumplieran con su
objetivo y emprendieran una huida estrepitosa, al pa
recer, uno de ellos averiado. Repetimos, que, por aquel
entonces no se le daba a la artillería antiaérea como
misión la de derribar aviones y sólo impedir que el
avión cumpliera con su objetivo, lo cual fue conseguido
satisfactoria y ampliamente. Esta es la verdad de lo
acontecido en aquella única ocasión en que los Cañone
ros tuvieron que enfrentarse, en un combate aeronaval
con la escuadrilla de tres aviones bolivianos, de los
cuales uno fue derribado por el Cañonero “Tacuary”
en Bahía Negra y otro fue averiado por el Cañonero
“Humaitá” a más o menos treinta kilómetros al sur
de Bahía Negra y una sola bomba pudo lanzar,
dicha escuadrilla, sobre el “Humaitá”. El resto de sus
bombas a su regreso volvió a lanzar sobre Bahía Ne
gra y el Cañonero “Tacuary”, pero nada hicieron salvo
la muerte del Cnel. Don José Julián Sánchez, producida
por una imprudencia inexplicable debido a su teme
rario valor y cuyo cadáver tuvimos la honra de trans
portar hasta la capital.
69
sobresaltos ya que en ella figuraba conducir a Puerto
Casado 1.200 reservistas, un centenar de tambores de
nafta refinada de aviación y un centenar de cajones
con proyectiles para la artillería. Ante semejante or
den desembarqué y nos dirijimos ante nuestro Jefe,
el Director General de la Armada, de quién provenía
dicha orden. Al presentamos a su presencia solicitamos
permiso para manifestarle algunos reparos a dicha or
den. En primer término, le averiguamos si él se daba
cabal cuenta de la mencionada orden de operaciones
porque según nuestro criterio, ella entrañaba un peli
gro inminente y corríamos el riesgo de volar por los
aires todos los 1.200 hombres, más la tripulación, más
los cajones de proyectiles de artillería a los que debía
de sumarse los existentes en nuestra Santa Bárbara,
si llegaran a explotar los tambores de nafta refinada
de aviación y en cuyo posible caso fatal todo el Ca
ñonero explotaría por el aire. Mi jefe me contestó que
sí, que se daba cuenta de que era una operación ries
gosa pero que era necesaria y que confiaba en la pe
ricia, en la diligencia y el espíritu de sacrificio de
toda la tripulación del Cañonero para cumplir exito
samente la peligrosa misión que la ^Patria nos
confiara. Entonces le pedí que dejara los 1.200
reservistas para otra oportunidad porque sería muy di
fícil evitar que un reservista despreocupado prendie
ra fósforo o un cigarrillo, en cuyo caso la nafta re
finada de aviación explotaría de inmediato y a los
pocos minutos todos desapareceríamos. Me contestó
terminantemente: Las tropas deben viajar y llegar a
Casado con la rapidez que sea posible, porque nuestro
ejército en campaña necesitaba con toda urgencia de
refuerzos con lo que se evitaría un descalabro que se
vislumbraba. Entonces, le dije a mi Jefe, para que por
lo menos dej aramos para otra ocasión los tambores
de nafta refinada de aviación por el peligro que ello
entrañaba, a lo que me contestó en forma terminante:
Los tambores de nafta de aviación no podrá dejarse
tampoco porque allá en el frente nuestra aviación no
puede emprender vuelo por falta de combustible. En
tonces le dije: pero Señor, por lo menos dejemos en
70
tonces para otra ocasión el centenar de cajones de
proyectiles de artillería que sumados a los que, desde
luego, teníamos en nuestra Santa Bárbara era una enor
midad y un peligro en cierne. La contestación no se
hizo esperar y de inmediato me dijo: Hay verdadera
urgencia para que esos proyectiles lleguen al frente
de operaciones porque nuestras piezas de artillería ya
enmudecieron por falta de proyectiles, así que, tenga
en cuenta que estamos en guerra y que nada de lo
que me solicita se puede conceder porque nuestra si
tuación militar en el Chaco está pasando por momen
tos muy críticos y de necesidad apremiante. Con esta
contestación terminante del superior no tuve otra co
sa que decir ni qué hacer, sino solicitar permiso para
retirarme y a cumplir la orden. Al llegar abordo hice
una reunión de oficiales para explicarles la situación
muy particular y peligrosa que se nos había creado y
comunicarles además personalmente de que desde ese
mismo instante todos, absolutamente todos, estábamos
ya de hecho, de guardia, para impedir que la tropa
reservista, sin mayores disciplinas pretendieran fumar,
luego el Señor 2? Comandante en una formación de
toda la tripulación hizo llegar la orden del Señor
Comandante y les explicó el peligro inminente que
se cernía sobre nosotros y nuestro Cañonero. Fe
lizmente contábamos a bordo con una tripulación
consciente y disciplinada, que llegó a comprender am
pliamente el contenido y los alcances de la orden sur
perior y dispuesta a cumplir con el sacrificio y la di
ligencia que se le había ordenado. Y, mediante esa dis
ciplina consciente, mediante el gran espíritu de cola
boración y de sacrificio pudimos llegar a destino (Puer
to Casado), con toda felicidad sin ningún motivo de
queja. También se habían instalado sendos carteles en
todos los compartimentos del Cañonero donde se po
día leer: “PELIGRO” — “ NO FUMAR” — “PELIGRO”.
Así, el Cañonero “Humaitá” cumplió a satisfacción de
todos, una vez más en su misión específica, sin descui
dar la guardia que siempre, en toda circunstancia y a
toda hora, de día y de noche, se había instalado en
las piezas de artillería especialmente las antiaéreas.
71
Esta circunstancia se ha presentado siempre, una y mil
veces tanto a nuestro cañonero como a nuestros trans
portes de guerra en general. Pero felizmente en la ma
rina ha existido siempre una verdadera comprensión
de la hora histórica que estaba viviendo la Nación; y,
mediante el espíritu de una verdadera y consciente dis
ciplina, y de una gran fuerza de sacrificio, no escati
mando abnegación de todo orden, se pudo satisfacer
con creces todas las necesidades de la punta de lanza
de nuestro ejército del Chaco que estaba constituida por
el Ejército combatiente en primera línea.
RELEVO EN LA MARINA
Desde el comienzo de las hostilidades y mucho an
tes, venía ejerciendo la Dirección General de la Ar
mada, un Jefe capaz, organizador e inteligente y que
72
se ha distinguido por sus cualidades y aptitudes de gran
organizador de los servicios a que estaba llamado a
cumplir la Marina de Guerra. Mediante su previsión,
mucho antes de la Guerra ya tenía listo su Plan de
Movilización de los transportes nacionales, su Plan de
Movilización de las Reservas Técnicas y su Plan de
Movilización Industrial. Me estoy refiriendo al Señor
Capitán de Navio Don Manuel Toribio Aponte (recien
temente fallecido), y a quién la nación le debe mucho
por su eficaz actuación en la Marina de Guerra. A él
se debe la organización y la eficacia con que se desen
volvió nuestra Marina de Guerra en la contienda del
Chaco. Mucho antes de dicha contienda sentó las bases
para su ulterior desenvolvimiento y que, conjuntamen
te con el Capitán de Navio Don José Bozzano (h), quie
nes fueron los verdaderos padres de la Marina de Gue
rra Nacional, de ayer y de hoy. Desconocemos los mo
tivos, tal vez incomprensiones, pero lo cierto es que,
fue reemplazado en el alto cargo de la Armada, por
el Capitán de Navio Don Rufino Martínez. Felizmente
para este Jefe, la maquinaria estaba perfectamente ar
mada y organizada y su funcionamiento no necesitaba
ningún esfuerzo ni técnica especial. Todo estaba bien
preparado y funcionaba perfectamente organizado. Con
motivo de este relevo, el Cañonero “ Humaitá" que se
hallaba estacionado en Puerto Casado, fue llamado a
Asunción, pués en los últimos tiempos se turnaban la
guardia de estacionamiento entre ambos Cañoneros en
dicho Puerto: Un mes el “Paraguay” y el otro mes el
“Humaitá”. Y bien, ya muy por la tarde se recibió a
bordo del “Humaitá” la orden para bajar a Asunción.
Esto ocurría en el mes de diciembre de 1934 y la ba
jante del Río Paraguay era muy pronunciada, no ha
bía más de 4 y 1/2 pies de profundidad; pero, por un
error del timonel que venía navegando haciendo uso
de los grados del compás, varamos y estuvimos tres
días en esa emergencia, finalmente luego de zafar, con
tinuamos viaje aguas abajo y cuando llegamos a Asun
ción nos hallamos con el relevo ya mencionado. Du
rante el transcurso de los días de varadura, había su
frido un accidente, habiéndome golpeado en la cabeza
73
y por cuyo motivo, a mi pedido me concedieron un mes
de permiso para atender mi salud, mediante el Decreto
N? 55.103 de fecha 23 de diciembre de 1934. Vencido
mi permiso, fui nombrado Prefecto General de Puertos
por Decreto N? 55.819 de fecha 29 de enero de 1935.
No viene al caso narrar la vicisitudes pasada en este
delicado cargo en donde había que tratar con Señores
Gerentes prepotentes de poderosas Compañías Navieras.
74
jo, de acuerdo al Decreto del P.E. N? 27.279 del 29
de marzo de 1935. Con estas tropas Iniciales nos tras
ladamos a Bahía Negra para hacemos cargo del Sec
tor Norte, al mando entonces del Coronel don Fran
cisco Brizuela que contaha con una División de tres Re
gimientos: dos de Infantería N? 26, Cerro León y N?
21, Humaitá a más del Regimiento de Caballería N? 8.
Totalizando 2.000 hombres de gentes avezadas que irían
a reforzar a nuestras tropas del sector Casado donde
las cosas apremiaban y pronto se produjo Boyuivé en
cuya acción murió heroicamente el Comandante del
Regimiento N? 8 Capitán de Caballería Don Alberto
Gardel.
ORDEN DE OPERACIONES N? 1
(Para la Defensa)
3 de abril de 1935
1. a) SITUACION DEL ENEMIGO: En el sector
Parapití-Pilcomayo el enemigo se defiende actualmente
en Villa Monte y en otros sectores de este frente. En
el sector Roboré se encuentra la D. VI del III. cuerpo
del Ejército enemigo, sin mayores actividades.
En el Sector Vitriones se encuentra el R .I. 13 de
Infantería, “Quijarro” compuesto de 1.000 hombres más
o menos y cuyo regimiento compone la D. V al man
do del Tte. Coronel Gamarra, también del III cuerpo.
Este Regimiento enemigo se halla fuertemente fortifi
cado en la línea Vitriones—Santacruz—Quijarro y has
ta la fecha se mantiene estrictamente a la defensiva.
Este Regimiento no podrá recibir refuerzos del lado de
Roboré por las inundaciones del “Tacuaral” que cubre
los caminos que une Suarez con Roboré.
Su aprovisionamiento lo efectúa en la siguiente
forma: de municiones por avión, y de víveres por Sua
rez. El enemigo efectuaba patrullaje a corta distancia
de sus posiciones.
76
b ) SITUACION PROPIA: Se concentra efectivos en
los distintos sectores de la lucha de acuerdo al plan
del Comando en Jefe del Ejército en el Chaco, desde
Ingavi al Parapití y Pilcomayo, Las posiciones que
hasta ayer ocupaban nuestra D. III han quedado aban
donadas como ya se sabe y actualmente no contamos
con otras fuerzas que las propias bien conocidas.
c) FUERZA QUE TOMARA PARTE: El I Bata
llón dei Destacamento.
2. MISION: a) Vigilar nuestras posiciones avan
zadas del sector Vargas recientemente abandonadas,
mediante patrullares diarios a caballo que deberán
amanecer en dichos lugares y retirarse a su base al
anochecer.
b) Defender las posiciones avanzadas del Fortín
Galpón que comienza a 10 kms., en isla 4, Ypytú, isla
Pá&z y Galpón en cuyas posiciones podrá replegarse en
caso de fuerte ataque enemigo con superioridad numé
rica bien constatada que exceda en mucho a nuestro
pequeño efectivo.
3. INSTRUCCIONES Y AMPLIACION DE LA
MISION: A los efectos del cumplimiento del apartado
a) MISION VIGILANCIA; enviará una compañía a 18
Kms. de Galpón, en el Fortín Acuña (Pascoe) desde
donde se despacharán las patrullas correspondientes.
Establecerá estricta vigilancia al este, norte y oeste de
dicho Fortín y enviará también patrullas a pie hacia
el Fortín Castrillo. Ante un ataque enemigo y previa
señales convenidas para las patrullas, esta compañía se
replegará sobre Isla 4 con todos sus elementos y apa
ratos telefónicos y luego, si necesario fuere, sobre Isla
Páez donde se hará una fuerte y tenaz resistencia.
Además, mantendrá un retén de ocho hombres a
veinte y cinco kms. de Galpón, hacia el oeste, en el
pique Candía, desde donde también despachará patru
llas hacia adelante. Este retén tendrá a su disposición
una muía o caballo para comunicaciones rápidas.
A LOS EFECTOS DEL APARTADO: b ) MISION
DE DEFENSA, mantendrá un fuerte retén compuesto
77
Cíe una compañía en Isla 4 con misión de defender el
paso del riacho “Jara” y proteger al mismo tiempo la
retirada de la Compañía que se encuentra en el For
tín Acuña. Establecerá un pequeño retén al oeste de
Isla 4 en el Cerrito Jara, con la misión de vigilar el
sector del oeste del lado de Castrillo. Con el resto de
sus tropas ocupará las posiciones de Isla Páez con el
servicio de seguridad hasta Ypytú. En Isla Páez se hará
la más tenaz y enérgica resistencia de todo el sector.
Cuidará de cubrir de la mejor forma sus alas. En con
secuencia, dispondrá se tomen las medidas del caso
para mejorar las posiciones actuales especialmente en
Isla Páez e Isla 4 en las cuales se intensificarán los
trabajos de fortificaciones.
4. COMUNICACIONES: Teléfono, Estafeta y Lan
chas.
5. INTENDENCIA Y PARQUE: Se proveerá en la
misma forma y medios con que actualmente cuenta.
6. SANIDAD: Irá con el Batallón.
7. P.C, Bahía Negra hasta nueva Orden.
RODOLFO DAVALOS
Cap. de Corbeta y Comandante
en Jefe del Sector Norte.
DESTINATARIOS
DIRECCION GENERAL DE LA ARMADA Y COMAN-
CHACO como parte
I Batallón para su cumplimiento
Archivo
78
nuestro ataque. Y, efectivamente así ocurrió, los Bo
livianos esperaban ser atacados. Pero, como los días
pasaban sin recibir el anunciado y esperado ataque, por
fin se resolvieron a salir de su madriguera y enviaron
a un Escuadrón de Caballería para explorar el terre
no, justamente en el día mismo en que había resuelto
ocupar efectivamente las posiciones abandonadas por
Brizuela ya que, para ese entonces, contaba ya con
1.500 hombres. Lógicamente, pensaba efectuar un
corto reconocimiento del terreno en el cual íbamos
a operar y apenas pudimos conseguir un montado pa
ra el suscripto, otro para mi ayudante y un tercero
para el Comandante del Regimiento, sin ninguna otra
guardia porque no había montados ya que el Coronel
Brizuela tenía instrucciones de llevarse al Sector Ca
sado toda la caballada y nos dejaron de a pie. Pero,
no obstante llevamos a cabo entre los tres la corta
exploración y cual no fue nuestra sorpresa al cons
tatar rastros fresquitos de la Caballería Boliviana, más
o menos un escuadrón de Caballería, en las cabeceras
del Negro. Este Escuadrón explorador habría llevado
el informe que las antiguas posiciones estaban aban
donadas y, así fue que el Comando Boliviano del Sec
tor recibiera dos informes completamente contradicto
rios: El Cónsul de Murtiño Justino Danza Ondarza le
habrá informado del refuerzo que estaba recibiendo
Bahía Negra y que era posible esperar un ataque; pe
ro, como iban pasando los días y dicho esperado ata
que no se producía, enviaron a un Escuadrón de Ca
ballería en misión de exploración y cuyo escuadrón le
habría informado que aquello estaba todo abandonado,
resolvió avanzar para posesionarse de todas las po
siciones abandonadas y el Comandante de la 5? Divi
sión Boliviana al mando del Teniente Coronel Gama-
rra, a cuyo frente nos había dejado el Coronel Brizue
la, ordenó que al día siguiente el Regimiento de Infan
tería Boliviana N? 13, Quijarro, compuesto más o me
nos 1.000 hombres se encargara de avanzar para pose
sionarse de toda esa línea de fortines. Y el ataque se
produjo al día siguiente de habernos posesionado de
los reductos abandonados por Brizuela, llegando has
79
ta 100 metros de nuestra línea para de allí, ante la
fuerte resistencia nuestra, optaron por retirarse, aban
donando a sus muertos y varios prisioneros que cayeron
en nuestro poder.
Nuestra situación era por demás crítica, casi de
sesperante por la falta de Oficiales, de más tropas y
sobre todo de automáticas ya que apenas contábamos
con dos pesadas Cclt y seis fusiles ametralladoras para
todos los 1.500 hombres. El primer Cifrado DEMAR
(que significa Dirección General de la Armada) decía:
“Se embarcaron 214 hombres solamente. Según infor
mes que estoy recibiendo de las circunstancias, es ur
gente remisión de 300 hombres más prometidos", (fir
mado) Capitán Dávalos. El segundo Cifrado remitido de
cía: “ Demcúr. Inspector General del Ejérctio en Campa
ña, Tte. Coronel Oliver tiene instrucciones de retirar
todas las automáticas. Solicito medidas urgentes para
remediar este grave inconveniente” (firmado) Capitán
Dávalos. El tercer Cifrado decía: “DEMAR": los for
tines y posiciones a cubrir abarcan una extensión de
cuarenta kilómetros. Dos mil hombres componen la
División Brizuela y apenas bastaban para cubrir y man
tener posiciones. Sin armas automáticas y sin tropas
no podré en absoluto alejarme de Galpón con mis tro
pas insuficientes y quedarán abandonadas al enemigo
los Fortines y las posiciones conquistadas anteriormen
te. Espero contestación categórica este respecto. Reitero
pedido remisión urgente automática y 500 hombres con
Oficiales; pués, no cuento sino con tres Oficiales y dos
de Servicios Auxiliares inservibles. Solicito remisión
Hidroavión y Cañonero “Tacuary” para quedar de es
tación ésta. Enemigo dista 10 kms., posiciones y cuenta
más de 1.000 hombres. Coronel Brizuela tiene instruc
ciones llevar íntegramente elementos de todas clases.
Mañana saldré a visitar posiciones (firmado) Capitán
Dávalos. Luego el Cuarto Cifrado decía: “DEMAR: Rue
go conteste Cifrado anterior sobre remisión tropas, Ofi
ciales y automáticas (firmado) Capitán Dávalos”.
Tal era el cuadro desesperante de la circunstancia
en que la Marina de Guerra se estaba haciendo cargo
80
FORTIN GALPON (1935). Se observa en el grabado la crecida del río,
que poco a poco fue inundando los campos, factor éste, que obligó a
nuestras tropas, a permanecer en Sobrados en lo alto de los palmares.
81
tregada por Comando División que estuvo de guarni
ción esa, según telegrama Comanchaco que se le hizo
conocer en Cifrado 404 (firmado) “DEMAR”. Luego, en
fecha 4 de abril otro Cifrado, el N? 405 informando que
“Pingo” no conduce tropas porque pasó anticipadamente
Casado, (firmado) “DEMAR”. Mientras tanto enviamos
a DEMAR el Cifrado N? 10 que dice: “ Insisto remisión
urgente automáticas, tropas y Oficiales, pues aquí se
juega prestigio Armada Nacional (firmado). Capitán
Dávalos. Y otro que dice: “DEMAR”. Desde hoy quedan
abandonados ocho Fortines y las posiciones de enfrente.
Tengo puestos avanzados a 18 kms. de Galpón, en For
tín Acuña (nombre paraguayo), Pascoe (nombre boli
viano) y también el Cifrado N? 11 que dice: “DEMAR” .
Solicito remisión grupo de mando ese departamento con
su dotación de Oficiales para ocupar posiciones aban
donadas por Tercera División. Aviso “Capitán Cabral”
hay una liviana cuya remisión también solicito (firma
do) Capitán Dávalos. Luego otro Cifrado, el N? 12: “DE
MAR”. Espero con urgencia más Oficiales y Suboficia
les. Imposible atender todo servicio retaguardia sin per
sonal. (firmado) Capitán Dávalos.
También el Cifrado N? 13 que dice: “DEMAR”. “Pin
g o ” no trajo un sólo hombre. Aquí no puedo mover un
paso por falta de hombres. La Marina hará un papelón
si no se toma enérgica medida. Espero nuevas instruc
ciones sobre esta grave situación (firmado) Capitán Dá
valos”. Y, ahora por fin algo halagador en el Cifrado del
9 de abril de 1935 con N? 429/129 de “DEMAR”' que dice:
“ Con Cañonero Humaitá que salió sábado último viajan
Piloto 1ro. Narciso Fernández, Guardiamarina Domingo
Fkindro, Contadores Artemio Torreani Viera, Cesáreo
Dávak>s y Néstor V. Franco, Maquinista de Tercera Fi-
gueredo, Aspirante a Contador Gaircete. Guardiamarina
Fiandro conduce 200 hombres más esa. (firmado) “DE-
M A R Este Cifrado fue contestado con el siguiente N?
15 que dice: “DEMAR”. Tan pronto llegue contingente
volveré a ocupar posiciones abandonadas, pero necesito
10 Oficiales de Guerra, 5 Contadores, 5 Aspirantes a
Contadores y 12 Sub-Oficiales. (firmado) Capitán Dáva
los”. Y ahora otro S.O. S, con el Cifrado N? 16/44 que
82
dice: “DEMAR”. Solicito remisión urgente 20 teléfonos
de campaña con pilas y accesorios completos con 12
centrales de 6 líneas, un radio operador con estación
portátil con baterías y lámparas completa. Una clave
para los Fortines (firmado) Capitán Dávalos”. Y en el
Cifrado N? 17/26 decía: “DEMAR”. Nuestras patrullas
llegaron posición Sector Vargas sin novedad. “Pingo”
lleva orden de operaciones del Sector N? 1 (firmado)
Capitán Dávalos”.
83
La despedida que nos hizo el Director General de
la Armada, anunciándonos su tranquilidad y aliciente y
que dejaba en nuestras manos escribir la página en
blanco de la historia de la Marina, expresándonos, ade
más, su confianza, contrasta notablemente con nuestro
estado de ánimo en aquella emergencia dificilísima en
que nos encontrábamos, ya que nada podríamos hacer,
sin tropas suficientes, sin armas, sin teléfonos, etc. No
nos explicábamos por qué, confiaría en nosotros en di
cha circunstancia por demás angustiosa y que, si no
fuera por el ardid que empleamos tanto nosotros como
la tercera División, a nuestro paso por el Puerto Bra
sileño de Murtiño, la Quinta División Boliviana, com
puesta de 3.000 hombres y al mando del Coronel Gama-
rra hacía rato que se hubiera posesionado de Bahía Ne
gra, Olimpo, Guaraní, etc., etc. No obstante aquellos
augurios y la confianza depositada en nosotros, confiar
dos en la buena estrella, le contestamos lacónicamente
con nuestro Cifrado N? 37/20, que dice: “DEMAR”. Acu
so recibo de su Cifrado N? 450/152 y al agradecer con
fianza depositada en nosotros, prometemos no defrau
darla. (firmado) Capitán Dávalos. También ese mismo
día, recibimos de Comanchaeo otro Cifrado q.ue aclara
ba perfectamente nuestra situación y que decía así: “ 12
de abril de 1935. Comanor. Cifrado N? 4930/42. Oficial
urgente. Destacamento de Marina que conserva misma
jurisdicción y nombre de Comandante en Jefe del Sec
tor Norte dependerá de este comando. Los partes fin de
jomadas serán enviados todos los días a las 19.00 hs.
(firmado) “Comanchaco”. Como consecuencia de los
dos Cifrados de DEMAR y de Comanchaco, nos dirigi
mos desde el 13 de abril de 1935, al Comanchaco y co
menzamos con el Cifrado N? 34/39 y que dice: “Coman-
chaco. Sector de Vigilancia Castrillo, Vargas y Campa
mento 2 sin novedad. Al Este de Ruso Padin se avistó
patrulla enemiga de 30 hombres, (firmado) Comanor”.
Nosotros les llamábamos a las posiciones, o reductos y
fortines abandonados por la Tercera División Sector de
Vigilancia porque apenas vigilábamos mediante patru-
liaje. Y la ocupamos efectivamente recién, el 23 de abril
de 1935. De los dos Cifrados recibidos el N? 4.930/42 de
Comanchaco y el N? 450/152 de DEMAR, deducimos que
84
operativamente dependíamos de Comanchaco desde di-
cha fecha y administrativamente de DEMAR porque has
ta el 12 de abril la Marina actuaba independientemente
de Comanchaco de quien no dependíamos ni adminis
trativamente ni operativamente, y sí, única y exclusiva
mente de la Dirección General de la Armada. Esta nueva
dependencia y esta nueva circunstancia creádanos, no
mejoró en un ápice nuestra precaria situación por falta
de Oficiales, Sub-Oficiales, Automáticas, Teléfonos y ca
balladas. Siguió faltándonos todo hasta el final de la
guerra y, uno no se explica el abandono criminal en que
se mantenía a la Marina en ese Sector. Parece hecho de
propósito aquella situación, ya que estábamos total
mente abandonados a nuestra propia suerte y a una ca
tástrofe inminente. A Comanchaco reiteramos de nuevo
todos los pedidos hechos a la Dirección General de la
Armada, pero sin resultado alguno, salvo la tropa que
llegamos a completar, 1500 hombres. También le diri
gimos al Capitán de Navio Don José Bozzano (h) un Ci
frado particular que decía: "Capitán Bozzano - Arsena
les. Particular y confidencial. Cifrado N? 121. Ayer re
chazamos un nuevo ataque Boliviano después de tres
horas de lucha. Ruégole encarecidamente si le es posi
ble, facilitarme urgentemente algunas armas automáti
cas especialmente livianas de las cuales carecemos y 200
fusiles paraguayos. Hoy recibimos algunas pesadas de
las viejas Máxin que ya no funcionan como deben. Me
atrevo en hacerle este pedido confidencialmente en
nombre de nuestra Marina sobre quien pesa la enorme
responsabilidad de la defensa del Sector Norte. Salu
dos. (firmado) Capitán Dávalos”. El Capitán Bozzano
tuvo la gentileza de contestamos de la siguiente forma:
"13 de mayo de 1935. Cifrado 585/72. A su cifrado N?
121. Hoy más que nunca estoy con usted pues está toda
la Marina. Entrego al Departamento de Marina todo el
material disponible que usted solicita. Este material
tenía otro destino pero yo he de arreglar este asunto.
Ustedes no pueden sino triunfar. Saludos, (firmado)
Capitán Bozzano. Fue halagador recibir dicho mensaje
en momento de tanto apremio; pero, la verdad es que
nunca llegaron los materiales que dice haber entregado
al Departamento de Marina y así seguimos luchando sin
85
armas adecuadas y sin teléfonos tan necesario en una
guerra de transmisiones, de comunicaciones, soportan
do y rechazando todos los ataques del enemigo que dis
ponía de automáticas en número tal que impresionaba
grandemente en sus ataques en base, al funcionamiento
de dichas armas. A estas automáticas en cantidad ver
daderamente impresionante, le contestábamos con fusi
les p u m ... p u m ... pum y nada más que p u m ... pero
a pesar de todo, la Marina en ese sector mantuvo in
tacto en su poder el terreno que el Ejército había con
fiado a su custodia y ha llegado a conquistar más te
rritorio para el 12 de junio de 1935. Lastimosamente,
todo este esfuerzo desplegado y todo el sacrificio reali
zado para conquistar este territorio en el Sector (que
posiblemente contiene petróleo) con motivo del tratado
de paz de 1938, ha quedado en poder de Bolivia porque,
si bien ganamos la guerra expulsando a Bolivia del Cha
co Paraguayo; diplomáticamente, la perdimos, cediendo
gran parte de lo conquistado por medio de las armas,
a costa de 30.000 muertos en los campos de batalla.
Luego, los hostigamientos y ataques bolivianos se
produjeron en forma continuada porque ante tantos
informes contradictorios, que ellos recibieron, desea
ban tomar prisioneros para cerciorarse de la realidad
que estaba ocurriendo. Pues, primero el Cónsul bolivia
no en Murtiño, Justino Daza Ondarza, habrá informa
do al Comando Boliviano del Sector, que Bahía Negra
estaba siendo reforzada y que posiblemente serían ata
cados (cuando que lo que estaba ocurriendo era todo
lo contrario) y, en consecuencia cuidaron más sus pro
pias posiciones mejorándolas más, día a día, pero, co
mo dicho ataque anunciado no se producía con el trans
curso de los días, hicieron uso de un Escuadrón de
Caballería para explorar su frente hasta las posiciones
abandonadas por nuestra Tercera División y este infor
me no pudo ser otro que las mismas, fueron abando
nadas totalmente por parte de nuestras tropas de todos
los fortines adelantados, todo lo cual les indujo a tomar
la iniciativa, haciendo avanzar al Regimiento de Infan
tería N? 13, Quijarro, para recibir otra nueva sorpresa,
pues para entonces, ya habíamos ocupado efectivamente
86
las líneas de fortines avanzados que con anterioridad
estaban abandonadas y, recibieron un rotundo rechazo
dejando a sus muertos tras la retirada, además de pri
sioneros en nuestro poder. Luego, enviamos otro Cifra
do que lleva el N? 76/53 que dice: “Comanchaco. Fuerte
avanzada enemiga compuesta de Caballería e Infante
ría, después de efectuar una, marcha de aproximación
hasta las proximidades de nuestra línea de enfrente de
Vargas y Campamento 2, han vuelto a retirarse (fir
mado) Comcúnor”. De inmediato recibimos de Coman-
chaco la respuesta en Cifrado N? 5.067/122 y que dice
“Comanor. A su Cifrado N? 76. Importante es tener to
do dispuesto de modo a evitar o desbaratar posible mo
vimiento envolvente de los cuales exijo desde ahora la
más estricta vigilancia y el mejor alistamiento. Adviér-
tole que procedimiento corriente del enemigo consiste
en fuerte amarramiento por el frente al mismo tiempo
de un movimiento de desbordamiento. Esto aconseja
de disponer de una reserva para atacar la parte desbor
dada y desbaratar el movimiento. Recomiendo el em
pleo de la granada de mano que ha dado muy buenos
resultados en toda la campaña, (firmado) Comanchaco”.
Se le contestó como sigue: “Tengo dispuesto pequeña
reserva para ser empleada donde circunstancias aconse
jen. Vigilancias en mis alas es intensa y tengo conven
cimiento que nuestro patriotismo hará proceder con
firmeza para desbaratar cualquier intento enemigo a
pesar de nuestros medios insuficientes, (firmado) Co
manor”.
Y los ataques continuaron sucesivamente y en Ci
frado N? 81/22 informábamos: “Comanchaco. Este mo
mento Retén del Puesto Curupayty es atacado por el
enemigo, enviaré detalle, (firmado) Comanor” . Luego,
en Cifrado N? 82/49. “Comanchaco. El Retén de enfren
te de Campamento 1 fue atacado a las 17.00 hs. por el
enemigo compuesto por una Compañía con ametralla
doras pesadas y livianas. Después de una acción que du
ró 30 minutos conseguimos rechazar retirándose. No
sufrimos bajas, (firmado) Comanor”. Luego, Comancha
co pidió aclaración en su Cifrado que dice: "Comanor.
Sus Cifrados N? 82. Aclare si se retiró el Retén o el
87
enemigo, (firmado) C o m a n c h a c o Contestamos como
sigue: “Comanchaco. El enemigo es quien se ha retira
do. (firmado) Comanor". “Cifrado N? 86/49. Comancha
co.. Los bolivianos en su retirada en la acción de ayer
dejaron abandonados el cadáver del Cabo Segundo Ig
nacio Romero Vargas, perteneciente a la Segunda Com
pañía del Primer Batallón del Regimiento Quijarro N*
13 de Infantería Boliviana. Se encontraron rastros de
mucha sangre en el camino de la retirada (firmado)
Comanor". Luego, recibimos un Cifrado N? 5058/90 del
Comanchaco que dice: “Comanor. En caso de ser ata
cado debe resistir todo lo posible para conservar las p o
siciones actuales. En último caso debe tener previsto un
procedimiento de repliegue a otra posición más venta
josa que por principio no debe ser más de tres a seis
kms. Debe hacer reconocimiento del terreno personal
mente para poder dirigir el combate y la maniobra (fir
mado) Comanchaco". Contestamos con el siguiente Ci
frado: "Comanchaco. Tengo tomadas todas las medidas
para resistir tenazmente en posiciones actuales y he
completado con anterioridad personalmente reconoci
miento del terreno. Caso de movimiento envolvente del
enemigo por nuestra ala derecha tengo previsto para
replegarme en dicha ala sobre línea Caacupé-Ruso Pa-
dín-Río Negro. Caso que operen sobre nuestra ala iz
quierda sería difícil y en este caso debo replegarme so
bre Isla 4 o debo operar con una contra maniobra para
tratar de desbaratar dicho movimiento. Informaciones
de Corumbá sobre efectivos bolivianos es del señor An
gel Torres, (firmado) Comanor".
88
11 de mayo de 1935, como sigue: "Comanor. Por Orden
General Nv 40.455 de ayer fue constituido el Regimien
to de Infantería de Marina N? 1 “Riachuelo”, con asien
to en Bahía Negra, (firmado) Comanchaco”. También,
aprovechamos para constituir un Batallón de Zapado
res de Marina y el Estado Mayor del Sector Norte, Ca
pitán de Corbeta Don Rubén Ayala; Ayudante del Co
mandante en Jefe del Sector Norte, Capitán de Corbeta
Don Porfirio Machuca y fueron Jefes de Departamentos
del Estado Mayor los Contadores de Primera Don Ar-
temio Torreani Viera, Don Antonio Abadie Rivarola,
Don Carlos Ruíz Díaz y el Piloto de Primera Don Nar
ciso Fernández. Comandante del Regimiento de Infan
tería de Marina N? 1 “ Riachuelo”, fue nombrado el Tte.
Primero de Marina, hoy Capitán de Navio (S. R.) Don
Juan C. Páez; Comandante del Batallón de Zapadores
de Marina fue nombrado el Tte. Primero de Marina,
actual Capitán de Navio (S.R .) Don Mcúrcos A. Gonzá
lez. Comandante del Primer Batallón de nuestro Regi
miento, lo fue el entonces Tte. Segundo de Marina y
actual Contralmirante (S.R.) Don Raúl Gutierrez Ye-
gros, Comandante del Segundo Batallón lo fue el en
tonces Tte. Segundo de Marina, y después Capitán de
Navio (S.R .) Don José C. Céspedes (ya fallecido). Co
mandante de la Escuadrilla de Hidroaviones adscripta
al Sector Norte, lo fue el entonces Tte. Primero de Ma
rina y hoy Contralmirante (S.R.) Don Ramón E. Mar
tirio.
Luego remitimos el Cifrado N? 113/72 que dice:
“Comanchaco. Hoy a las 08.00 hs. recibimos un fuerte
ataque enemigo por el frente de Vargas con un intento
de envolvimiento por nuestra ala derecha. Después de
tres horas de lucha conseguimos rechazar el movimien
to envolvente del enemigo. Tenemos algunos heridos.
Se sienten disparos aislados de fusil en territorio bra
silero. (firmado) Comanor". Y este otro Cifrado N?
116/57. “DEMAR: Hoy después de tres horas de lucha
rechazamos un nuevo ataque boliviano. Nuestra situa
ción no es mala, pero angustiosa por carencia de Ofi
ciales. Es urgentísimo el envío de Oficiales si es posi
ble por Hidroavión. Por Orden General Com anchaco
89
N? 40.455 del 10 de mayo de 1935 fue constituido Regi
miento de Infantería de Marina N? 1 “R ia c h u e lo Ci
frado N? 117/69. “Comanchaco. Departamento de Ma
rina no ha podido completar cuadro de Oficiales a pe
sar de pedidos reiterados. Tengo varias Compañías sin
Oficiales y solicito remisión si es posible los de Marina
que prestan servicios en otros Sectores del frente, (fir
mado) Comanor”. Cifrado N? 119/37 del 12 de Mayo de
1935. “Comanchaco. Nuestras patrullas comprobaron
nueva actividad enemiga a 4 kms. de nuestras posicio
nes. Se ha tomado medidas de seguridad para prevenir
cualquier contingencia posible durante la noche, (fir
mado) Comanor”
En el día de la Patria 14 de mayo de 1935 remi
timos el siguiente Cifrado: “Jefes, Oficiales y Tropas
Sector Norte presentan sus felicitaciones a su dignísi
mo Comandante en Jefe por día Patrio, (firmado) Co
manor”. Este Cifrado fue contestado el 15 de mayo de
1935. Y que dice: “Comanor. Agradezco complacido fe
licitaciones Jefes y Oficiales y Tropas de Comanor, con
motivo de aniversario Patrio y pláceme hacerle llegar la
fe que tenemos en su acción heroica y abnegación ante
el enemigo nuestra sagrada causa, (firmado) General
Estigarribia”.
Cifrado N? 130/21 de fecha 14 de mayo de 1935.
“Comanchaco”. Estamos combatiendo frente a Campa
mentó 2 - Vargas. Detallaré resultado, (firmado Co
manor”. Luego el Cifrado Nv 131/67: “Comanchaco: El
enemigo realizó un fuerte reconocimiento atacando con
intermitencia desde las 10 am hasta las 12 y 45 hs. Al
ser rechazado retiróse precipitadamente y en 1a perse
cución se tomó prisionero al soldado Cayetano Villagra
de la Tercera Compañía del Primer Batallón del Regi
miento de Infantería Boliviana N? 13 Quijarro. Queda
ron rastros de mucha sangre en el “camino de retirada.
Se recogieron algunos efectos sin importancia, un fusil
y proyectiles, (firmado) Comanor” . Cifrado N? 135 14
de mayo de 1935. “Comanchaco: Las ametralladoras pe
sadas Máxin de las viejas remitidanos no funcionan
como deben y fallan totalmente. Me permito recordarle
que tenemos solamente cuatro livianas. El enemigo
ataca siempre con enorme superioridad de fuego que
contrasta notablemente con el nuestro. Solicito el envío
urgente de armas automáticas especialmente livianas. Si
en el frente no existen reservas solicito se me remita de
los arsenales. Informes de prisioneros coinciden con in
formes recibidos del Cónsul de Corumbá que el enemi
go tiene en ese sector 3.000 hombres, (firmado) Coma
n o r Cifrado N? 137/22. “Comanchaco. En el lugar de
la acción de ayer se ha encontrado el cadáver de un sol*
dado boliviano. Según informes, el enemigo en las ac
ciones del 2 y 11 de mayo último tuvo cuatro muertos
y diez y ocho heridos, (firmado) Comanor”. Cifrado N?
137/122. “Comanchaco: El prisionero, soldado Cayetano
Villagra, cruceño, dice no sabe leer ni escribir. Dice que
a él se le ha dicho que entre Suarez y Vitrione hay 3.000
hombres. Que se le prohíbe visitar a otras unidades ve
cinas y que por eso no sabe el efectivo de su Regimiento
N? 13 de Infantería Boliviana, Quijarro. Pero que él
calcula en 1.300 hombres y un Escuadrón de Caballería
cuyo efectivo desconoce. Dice que su Regimiento tiene
tres Batallones con dos morteros, nueve pesadas, 15 li
vianas, y 15 pistolas automáticas por batallones. Que
sabe que han recibido armas automáticas nuevas que
aún no fueron repartidas. Que el Jefe de las tropas es
un Coronel Gamarra y que el Jefe de su Batallón es un
viejo Tte. Coronel Lucio Venguria. Desconoce al Co
mandante del Regimiento (pero es el Tte. Coronel Val-
dez Natte). El rancho es regular y el aprovisionamien
to lo hacen por vía Quijarro, Villazón, San Juan, en
cuyo trayecto hay barriales en una extensión de 10 ki
lómetros, pero que ahora le habían contado que esta
ba seco, (firmado) Comanor".
91
el N° 3135/12: “Comanor. Hoy salen de Asunción para
Bahía Negra 6 ametralladoras livianas, (firmado) Co-
manchaco”. Igual como las entregadas por el Capitán
Bozzano al Departamento de Marina para el Sector Nor
te, estas armas nunca llegaron a destino. Como por arte
de magia no pasaron más allá de promesas y promesas,
cuyos anuncios alegraban y reconfortaban el espíritu pa
ra luego, caer nuevamente en una profunda depresión
moral por la falta absoluta de la más estricta colabora
ción necesaria. Aquí va otra muestra del apoyo de la
colaboración prestados a la Marina del Sector Norte, y
cuyo Cifrado N? 580/72 dice así: "■Comanor. Arsenales
de Guerra y Marina informa tener existencia de tres
ametralladoras pesadas Colt, 6 fusiles ametralladoras
Madsen y doscientos mil cartuchos para estos. Señor
Ministro indicóme necesidad autorización Comanchaco
para entregar dichas armas que vinieron en reparación.
Conviene dirigirse a Commchaco y solicitarle autoriza
ción para entrega, (firmado) DEMAR”. Así son todas
las promesas, pero no hay una decisión final, un espí
ritu expeditivo para la entrega urgente de dichas armas
a la Unidad que las necesitan angustiosamente, esperan
do, tal vez, que primero ella sea aniquilada para recién
entonces, prepararse en hacer llegar esas armas, tan
desesperadamente necesarias en el frente, todo lo cual,
nos impide reaccionar con eficacia con algún contra
ataque favorable con probabilidades de triunfar, ya que
la mejor defensa consiste en el ataque o contra-ataque
oportuno. Estábamos prácticamente maniatados, con
absoluta imposibilidad de reaccionar por faltas de ar
mas. No acertamos a comprender el destino que ha
brán tenido la cantidad enorme de automáticas que fue
ron tomadas al enemigo en cada gran batalla memora
ble y victoriosa com o Campo Vía, El Carmen, Ybybobo,
Yryndagué y otros ¿O es que sólo, no había automáti
cas para nuestra gloriosa Marina de Guerra? Da en qué
pensar esta circunstancia y a fe que así lo pasábamos,
horas interminables de cabilaciones, durante las cuales
proyectábamos una ofensiva de alcances y resultados
positivos, si acaso nos cedieran aunque sea en présta
mos dichas automáticas.
92
Cifrado N? 595/76 “Comanor. Felicitóle por com
portamiento ese Destacamento a su mando. Aquí estamos
pronto para ayudarlo en lo que fuere necesario. Tropas
se seguirán mandando como de costumbre con cada
contingente hasta completar la dotación que crea ne
cesaria. (firmado) DEMAR". Promesas incumplidas y
felicitaciones que a nada conducen para el objetivo de
guerra y salvar situaciones apremiantes y terriblemente
angustiosas del contingente de la Marina de Guerra
destinado al Sector Norte. No obstante esta circunstan
cia, resolvimos enviar el siguiente Cifrado N? 145/28 co
mo sigue: “DEMAR. Agradézcole felicitación y prome
sas colaboración y ruégole enviar urgentemente elemen
tos de zapas solicitados anteriormente por nota de fe
cha 18 de mayo de 1935. (firmado) C o m a n o r Cifrado
N? 158/35. Comanchaco. Contingente enemigo compues
to de una Compañía, desde 2.000 metros abrió fuego
sobre nuestras posiciones de Caacupé a Vargas sin que
le contestemos por la distancia, (firmado) Comanor”.
Luego el Cifrado N? 162/83. “Comanchaco: Anoche a las
20.00 hs. el enemigo intentó rodear nuestros Retenes
dando el golpe en el vacío y abriendo nuevamente un
nutrido fuego en toda la línea, al cual no se le contestó
por no encontrarse a distancia apropiada. El enemigo
hizo uso de cohetes luminosos durante todo el transcur
so de su maniobra, (firmado) Comanor” . Ese mismo
día remitimos otro Cifrado N? 163/37 que dice: “Coman-
chaco. Transcríbole parte de la nota de nuestro Cónsul
en Corumbá que dice: Se anuncia, según noticias re
cibidas a última hora la venida desde Roboré del Regi
miento Suarez. (firmado) Comanor”. El 25 de mayo de
1935 el Cifrado N? 172/19 que dice: “Comanchaco. Ene
migo está realizando aproximación en Vargas y Palo
mares. (firmado) C o m a n o r Y el 27 de mayo de 1935
enviamos este otro Cifrado N? 177/31 que dice: “Coman-
chaco. A las 10.40 hs. una escuadrilla de aviones enemi
gos en número de cuatro lanzó 16 bombas sobre Bahía
Negra sin causar daño, exceptuando algunos animales
muertos y heridos, (firmado) Comanor”. Y el 30 de ma
yo de 1935 enviamos el Cifrado N? 196/61. " Comanchaco.
Enemigo hizo reconocimiento sobre nuestra línea y se
combatió media hora sin causamos bajas. Constatamos
93
rastros de mucha sangre en el lugar de la acción. Hi
droavión bombardeó el Fortín Quijarro y posiciones
enemigas con éxitos y constató nueva pista de aviación
en Quijarro. (firmado) Comanor. El 1? de junio de 1935
enviamos Cifrado N? 203/10 que dice: "Comanchaco. Hi
droavión bombardeó Vitrione con éxitos. Sin novedad,
(firmado) Comanor. Con fecha 8 de junio de 1935 re
mitimos el Cifrado N? 225/49 que dice: "Comanchaco.
Nuestra patrulla consiguió llegar al Fortín Florida in
formando que hay dos kms. de agua antes de llegar a
dicho fortín. Camino en general es barroso y carretas
llegarían muy difícilmente. Sin novedad, (firmado) Co-
marvor'’. El 11 de junio de 1935 el Cifrado N? 232/20 que
dice: "Comanchaco: Noticias de Corumbá confirman la
llegada del Regimiento Suarez de Arana a Puerto Sua-
rez. (firmado) Comanor.
Los bombardeos llevados a cabo en fecha 27 de
mayo de 1935 fueron anunciados tanto por Comanchaco
com o por DEMAR en los siguientes Cifrados el N? 5202/
36 decía: "Comanor. 24 de mayo de 1935. Tenemos no
ticias será bombardeada Bahía Negra y tal vez otros
puntos con aviones. Sírvase Usted tomar medidas ade
cuadas para evitar pérdidas de vidas por imprudencia
sin alarmar población, (firmado) Comanchaco. Cifra
do N? 645/109 del mismo día que dice: "Comanor. No
ticia fuente indudable hace saber estos días enemigo ini
ciará bombardeos sobre Bahía Negra y otros Puertos
habiendo propósito hacerlo también Casado. Le aviso
para que esté listo para este caso y tomen medidas sin
que noticias transciendan otras personas pués perjudi
carían enormemente nuestros medios de información,
(firmado) DEMAR. Dos días después el 26 de mayo de
1935 un nuevo aviso de Comanchaco el Cifrado N? 5211/
30 y que dice: “Comanor. Tenemos noticias que cinco
aviones enemigos están reunidos en Puerto Suarez pa
ra bombardear hoy o mañana Bahía Negra y otros puer
tos.
Sin lugar a dudas los informes recibidos tanto por
Comanchaco como por DEMAR deben haber procedido
de la Sección Criptográfica de Inteligencia Naval, a cu
yo frente se encontraba el Capitán lujante Rivarola, se
94
cundado por el Guardiamarina Quevedo y Martínez Ra-
mella y en cuya Sección se trabajaba día y noche, sin
descanso, callada, silenciosa y muy reservadamente. Pues,
en ella se proporcionaban los informes a Comanchaco
día y hora en que sería atacado por tal fuerza enemiga
compuesta de tantos hombres y a tal lugar determi
nado.
El 8 de junio de 1935 recibimos el siguiente Cifra
do N° 5295/48 y que dice: "Comanor. Tenemos noticias
que III Cuerpo de Ejército enemigo transportará un
Batallón del Regimiento Quijarro para Rabello, en vis
ta desastre que sufrió Ingavi. Conviene constatar y ac
cionar en consecuencia apenas situación permita, (fir
mado). Comanchaco'’.
También recibimos el cifrado Nv 5321 del 12 de ju
nio de 1935 y que dice: " Comanor. Mañana 13 o día si
guientes Delegación Extranjera visitará en avión ese
frente para determinar nuestra línea actual. Sírvase Ud.
tomar medidas para facilitar dicho cometido y atender
mejor posible Delegados. Diciendo urgente estado de
pista aterrizaje en esa. (firmado) Comanchaco
Remitimos a Demar en esta fecha 12 de junio de
1935 el siguiente cifrado N? 233/41 que dice: “Demar.
Solicito envío de personal competente con aparatos pre
cisión para determinar coordenadas geográficas de for
tines adelantados. Carecemos de croquis y de papeles
adecuados para croquis cuya provisión reitero, (firma
do) C o m a n o r También ese mismo día el cifrado nú
mero 235/12 que dice: “Comanchaco. Acuso recibo su
5321 orden será cumplida, (firmado) Comanor”. El 13
de junio de 1935 recibimos cifrado N? 5329/34 que dice:
“Comanor. Mañana viernes 14 a las 8 horas daré orden
radiotelégrafica urgente que se servirá acusar recibo de
inmediato. Su estación de radio debe estar atenta, (fir
mado) Comanchaco”. Y, luego otro N? 5319 del mismo
día 13 de junio que dice: “Comanor. Hasta nueva dis
posición su estación de radio debe estar constantemen
te atenta a la de este Comando para recibir posibles ur
gentes. (firmado) Comanchaco”. Otro cifrado del mis
mo día que lleva el N? 724/45 y que dice: “Comanor. Po
95
siblemente hoy se firmará armisticio inmediatamente
haya noticias, se le avisará para empavesar su buque
sin salva, (firmado) Demar”. También recibimos el mis
mo día 13 de junio de 1935 la Circular N.R. 34 en el
cifrado N° 735/143 que dice: “Comanor. Por encargo
de S.E . el Señor Presidente de la República y del Se
ñor Ministro de la Defensa Nacional, hago llegar á los
Señores Jefes, Oficiales y Tropa de la Marina de Gue
rra la complacencia y felicitaciones del Gobierno por el
esfuerzo, eficaz colaboración prestada por todo el per
sonal en el curso de la Guerra facilitando así el cum
plimiento matemático de los servicios que le fueron en
comendados. (firmado) Cap. Martínez".
Mientras tanto, estaba llegando la terminación de
la lucha después de tres largos años de cruentos sacri
ficios, de titánicos esfuerzos, de heroísmos inauditos des
plegados por dos pueblos hermanos, como consecuen
cia de intereses foráneos que constituyeron las verdade
ras causas de la vorágine de la lucha a muerte que
no dejó otra cosa, que heridas sangrantes, desolación
y muerte. La bendita paz era la que vendría a tender
su niveo manto piadoso sobre los dos pueblos desan
grados y martirizados en la pira ardiente de la lucha.
El 15 de junio de 1935 recibimos el cifrado N?
5342/42 que dice: " Comanor. Por decisión tomada en
esta fecha por Comisión Militar Neutral, está prohi
bido que las tropas avancen por ningún motivo más
allá de la línea alcanzada ayer 14 de junio a las 12
horas, (firmado) Comanchaco”. Luego, en fecha 17 de
junio de 1935 el cifrado N? 5355/36 y que dice: “Co
manor. Comunico a los fines consiguientes que por
ningún motivo se debe permitir comunicación telefó
nica o radiotelegráfica así como contacto personal con
el enemigo sin autorización de este Comando en Jefe,
(firmado) Comanchaco
Habíamos ya recibido la orden de no avanzar ni
un paso más y suspender las operaciones tan luego en
el momento preciso en que teníamos despachadas dos
patrullas exploradoras a larga distancia, circunstancia
ésta que me apresuré a comunicar en fecha 14 de ju-
96
EN FORTIN “ QUIJARRO” (30 de junio de 1935). Luego del cese del fuego
acordado el 14 de junio de 1935, efectivos de Comanor encabezado por su
Comandante, el Cap. de Corb. don Rodolfo Dávalos, en el Fortín "Quija-
rro” confraternizan con los bolivianos, tras la cruenta guerra. LA PAZ,
hizo posible el camino de la concordia entre ambos pueblos.
97
Ud. disponer que mañana miércoles a primera hora hi
droavión emprenda viaje urgente a Asunción donde se
pondrá a disposición Mindefensa (firmado) Comctncha-
co" cifrado N? 5379/76: que dice: “ Comanor sin de
terminar lugares donde han alcanzado nuestras tropas
hasta la cesación de fuego, sírvase Ud. disponer que
sean amojonados dichos lugares con mojones de ma
dera dura de 10 diez pulgadas cuadradas y uno con cin
cuenta metros de altura, cada un km. y en la mayor
extensión posible grabando el Escudo Nacional en los
mojones, (firmado) C o m a n c h a c o Remitimos cifrado-
do N? 257/95 que dice: "Comanchaco: Demar remitió
chata corral “ Honrada” que se encuentra en muy ma
las condiciones de navegabilidad razón por la cual le
fue devuelta hoy mismo. Además, aquí se necesita cha
ta corral más chica capacidad 30 animales más o me
nos y de poco calado para conducir animales a faenar
se desde Galpón al frente según lo solicitado en el ci
frado N? 218/184 y la chata remitida no reúne esas
condiciones, (firmado) Comanor” Cifrado 263/93 dice:
"Comanchaco. Ayer recibimos la visita sorpresiva del
Señor Comandante del Fuerte de Coimbra, Coronel Don
Eloy de Souza Medeiros con algunos Oficiales y fami
lia. La visita lo hizo en forma completamente parti
cular para felicitamos por la paz y me rogó no se
hiciera ninguna comunicación oficial de ella. Para su re
greso a Coimbra tuve que mandarle en el “Coronel Mar
tínez” por desperfectos de la embarcación en que via
jaban. (firmado) C o m a n o r Cifrado 74/77 dice: “Co-
manor. Para desfile debe preparar una Compañía com
pleta con armamento y plana delante de la cual des
filará Ud. con su Estado Mayor. El Oficial que le sigue
a Ud. en antigüedad debe permanecer en Bahía Negra,
interinando Comando Sector. Oportunamente se le co
municará fecha de su embarque. Desfile se realizará
en Asunción entre el 15 y el 20 de agosto próximo, (fir
mado) Comanchaco”.
El Señor Comandante en Jefe del Ejército en el
Chaco resolvió efectuar una visita al Sector Norte y a
cuyo efecto remitió el cifrado N? 150/12 que dice:
98
“ Comanor. Estaré esa miércoles 14 corriente, (firmado)
Comanchaco”.
Efectivamente el Señor Comandante en Jefe del
Ejército en el Chaco se embarcó en el Cañonero “ Hir
maitá” para dicha visita y el Señor Comandante de di
cho Cañonero envió un cifrado N? 48 que dice: “Comar
nor. Vamos a llegar a las 08:00 horas de mañana, 13
de Agosto de 1935. Como así fue, desembarcando a di
cha hora indicada y pasó revista a las tropas del Sec
tor Norte, felicitando al Comandante del Sector por
sus combates. Luego, en horas de la noche Jefes y Ofi
ciales de Sector le ofrecieron una cena en la Coman
dancia del mismo para regresar al día siguiente a pri
mera hora. En fecha 19 de agosto de 1935 envió el
cifrado 33/54 que dice: “Comanor, Desde el 18 de agos
to de 1935 Gran Cuartel General del Comando en Jefe
del Ejército en el Chaco funcionará bordo del Caño
nero “ Humaitá” hasta el 22 de agosto de 1935 a las
06:00 horas fecha en que funcionará en Asunción. Se
servirá pasar parte de fin de jomada diariamente a las
17:00 horas (firmado) Comanchaco”.
Ahora, pasemos a otro capítulo de la guerra pro
ducido por las fuerzas ciegas de la naturaleza y contra
las cuales también la Marina tema que luchar.
CARACTERISTICAS Y MODALIDADES
DEL RIO PARAGUAY
99
de cada año. Estas aguas corren aguas abajo y primero
llenan los grandes pantanales ubicados frente y en las
proximidades de Corumbá, para luego seguir alimen
tando el río Paraguay y cuyas aguas llegan general
mente en Bahía Negra el día de Navidad, y el río, des
de ese instante, para de bajar sus aguas y comienza a
subir lentamente. Y como es el río más manso del
mundo, la subida de sus aguas, no es brusca ni a sal
tos, sube de a poco, de a uno a dos centímetros por
día, ocurriendo cosa muy distinta con las aguas del
río Paraná que a veces amanece subiendo 10-20 o más
metros en 24 horas. Esta crecida del río Paraguay se
opera en el transcurso de seis a ocho meses, para luego
producirse su descenso también lento, generalmente en
el mes de setiembre y dura dicha bajante hasta el 25
de diciembre de cada año normalmente, fecha en que
para de bajar para comenzar a crecer. Alcanza su má
xima altura o crecimiento en los meses de mayo a ju
nio. Estos datos que se proporcionan, son deducidos de
la observación de 30 años de vida en el Chaco sobre
el río Paraguay. Luego, en segundo plano vienen las llu
vias locales que también figuran como fuente de ali
mentación, pero, las aguas obtenidas de estas lluvias
locales, no son normales ni permanentes y apenas si
duran un mes dentro de cuyo tiempo ya todo se ha
escurrido y no duran más. En tercer plano vienen las
aguas que corren de Oeste a Este en el Chaco, es decir,
corren hacia el río Paraguay, por lo mismo que el te
rreno del Chaco no es o no tiene una superficie com
pletamente plana, sino con una ligera inclinación hacia
el río Paraguay. Estas aguas no se ha podido constatar
si se deben al deshielo de los Andes o si se deben tam
bién a grandes lluvias que caen muy lejos de la orilla
del río. A esto lo llamamos en la región “ creciente del
centro”, pero, así como las lluvias locales, tampoco du
ran y pronto se escurren y para un mes ya todo ha
desaparecido totalmente. Estas “crecientes del centro”
como se las llama, así como las lluvias locales, no son
regulares y a veces se producen o vienen y a veces no
vienen. Pero, las aguas que infaliblemente vienen de
su nacientes anualmente, sí, que son normales o fue
ron normales hasta el año 1959, año en que hubo una
100
gran creciente que el río Paraguay al salir de madre,
sus aguas se extendieron hasta diez km. en algunas
partes. Esta última creciente del año 1959, fue verda
deramente extraordinaria, mucho mayor de las “me
dias crecientes” que infaliblemente solían producirse
cada año. “Medías crecientes” pero que bastaban para
que el río Paraguay, salga de madre, y las aguas se
extendían hasta cuatro a cinco kms., del río. Pero, aho
ra, desde el año 1960 se ha producido una novedad,
un raro fenómeno en el régimen de las aguas de este
río, que, las “medias crecientes” producida infalible y
normalmente cada año, como consecuencias de las aguas
caídas en su naciente, no han vuelto a aparecer hasta
la fecha y cuyo fenómeno constituye una verdadera in
cógnita: no sabemos a ciencia cierta si las lluvias han
cesado de producirse en sus nacientes o si acaso si
guen produciéndose, no sabemos si sus aguas no han
sido desviadas o represadas.
Y bien, en el año 1935, en plena guerra, durante
los meses de mayo y junio, la creciente de las aguas
obligaron al río Paraguay a salir de madre, así como
también salieron de madre el río Negro, el río Verde
y los demás afluentes de ambos, como el riacho Jara
y aquello constituyó de hecho, un verdadero mar, di
ficultando enormemente el aprovisionamiento de los
1.500 hombres que teníamos en el frente de operacio
nes. La inundación comenzó con Bahía Negra que se
hallaba gran parte bajo agua así como también Gal
pón que se redujo a 100 mt. de diámetro de piso y lue
go, después los demás Fortines, como Isla 4, Ruso Pa-
dín, Vanguardia 1?, Vanguardia 2?, Castrillo, Pascoe,
Santa Elena, Caacupé, Vargas, Campamento 2, Campa
mento 1, Cabo Araujo, Isla Teyú, etc., etc. Es
tos ya no tenían pisos dejándonos aislad/os de
nuestra base, Bahía Negra, con más de 100 km. de agua
a nuestra retaguardia. Esta grave situación táctica o
estratégica que se nos ha creado por causa de esta
inundación que daba la impresión de un inmenso mar,
aunque las aguas no eran profundas en los campos y
palmares, pues, apenas daban por el vientre del bruto,
pero, eran lo susficiente para impedir el tránsito de
101
camiones y carretas. Esta difícil circunstancia que se
presentaba a la Marina de Guerra Nacional, para po
der mantener sus hombres frente al enemigo que se
manteman en los cerros de Vitriones, Santa Crue, Qui-
jarro y en las alturas precedentes a dichos cerros, te
nía que buscar y hallar la solución necesaria, pues, no
solamente estábamos luchando contra un enemigo te
naz y valiente, equipado con un armamento muy su
perior, con innegable abundancia más que el nuestro,
sino que, también estábamos luchando contra las fuer
zas ciegas desatadas por la naturaleza, cuyos flagelos
azotaban terriblemente a nuestros hombres. A la falta
de armamentos adecuados, a la falta de elementos de
comunicaciones y transmisiones y cuya provisión se so
licitaba en todos los tonos y a todas las reparticiones
habidas y por haber y que, por una grave incompren
sión y hasta desidia, no se nos proveía en la cantidad
y calidad indispensable para poder luchar con alguna
eficacia, se sumó aquella situación crítica que nos im
pedía el aprovisionamiento normal de víveres, de mu
niciones y de toda clase de elementos de guerra. Todo
esto nos exponía a un serio descalabro ineludible, a con
secuencias fatales y apremiantes, no siempre compren
didas y debidamente interpretadas por las autoridades
y organismos encargados y responsables de colaborar
y facilitar la defensa a nuestros marinos que se esta
ban desempeñando con sin igual ardor y valentía en
defensa de la sagrada causa de la heredad Nacional.
Ante tan crítica y angustiosa situación consideré llega
do el momento de solicitar el debido permiso de mi
superior para retirarnos, como así lo hice, solicitando
dicho permiso, para recibir la siguiente respuesta de
ComancJuico: “Ud. me pide todos los elementos que
necesita, pero Ud. se queda allí firme en la defensa”,
Ante tal terminante respuesta del superior, le solicité
la remisión inmediata y urgentísima de cien canoas y
cachiveos, 20 chalanas con proas cóncavas y 3 barcos
a ruedas: El “Tesorito”, el “Ypecuá” y el “ Pollux”. Los
dos primeros calaban apenas un pie y el tercero, en
aquel entonces, apenas tres pies. Felizmente, de esta
vez, hicieron una excepción con estos pedidos, que fue
ron atendidos prestamente, tal vez, por que por fin,
102
los organismos respectivos hayan llegado a compren
der que para obtener un éxito en el campo de la di
plomacia, había necesidad ineludible de que ella sea
precedido por un éxito militar. Y la paz estaba pró
xima y había la necesidad de evitar cualquier éxito del
ejército enemigo, por más efímero que sea o por más
aparente que fuere. Y, nuestra retirada de ese frente
podría haber dado un arma a la diplomacia boliviana,
para explotar y conseguir alguna ventaja. Pero, la Ma
rina de Guerra se mantuvo firme en la defensa de ese
Sector, tal como deseaba y ordenaba nuestro Coman
dante en Jefe del Ejército en el Chaco. A pesar de todo,
a pesar de los obstáculos y las dificultades, que las
fuerzas ciegas desatadas por la naturaleza se oponían
con caracteres, que de buena a primera, parecían insal
vables. Pero, la Marina de Guerra las salvó perfecta
mente, tal como acostumbra salvar todos los obstáculos
de otro orden, que siempre se han presentado en el
transcurso de toda la lucha. Con estas cien canoas y
cachiveos pudimos mantener el enlace necesario y co
municamos con todos nuestros retenes de nuestra ala
derecha, ubicados en las cabeceras del Negro. Y, apro
vechábamos también para efectuar patrullares, a falta
de caballería. No podíamos, desde luego, dejar abando
nada dicha ala, porque los bolivianos disponían de un
Escuadrón que incursionaba muy activamente por ese
Sector. Nuestros Retenes los teníamos en sobrados, fa
bricados en los tupidos palmares que abundan en dicha
región. En sobrados, porque la inundación no permi
tía mantenerlos en otra forma y tampoco podíamos
abandonarlos porque ello significaría darle al enemigo
la oportunidad de que nuestra ala sea desbordada y lue
go ser rodeados, que es lo que nuestro Comando en Je
fe nos recomendaba y nos ordenaba evitar bajo cual
quier sacrificio. Las veinte Chalanas pedidos urgente
mente para salvar nuestra situación por demás crítica,
fueron construidas de inmediato por nuestros Arsenales
de Guerra y Marina, que se hallaba bajo la competente
Dirección del Capitán de Navio don José Bozzano (h)
y que mediante la capacidad, inteligencia y su incan
sable actividad, se produjeron verdaderos prodigios en
dicha Institución, que llegó a constituirse en un brazo
103
fuerte y efectivo de la defensa. También llegaron a re
mitimos uno de los tres vapores solicitados, el “Teso-
rito”, a cuyas palas de las ruedas se hizo agregar unas
planchitas de hierros afilados, en los talleres de Puerto
Guaraní. Felizmente para ese entonces, nuestro Bata
llón de Zapadores de Marina, había conseguido ya lim
piar el Río Verde en una gran extensión, y el “Tesorito”
navegaba por dicho Río para luego seguir navegando
en campo raso, entre los palmares, sin ninguna dificul
tad, hasta llegar al frente, en Santa Elena y Vargas,
resolviendo así el difícil problema y en forma amplia
mente satisfactoria, del aprovisionamiento en víveres,
para poder alimentar los 1.500 hombres que teníamos
en el frente. Las Chalanas también fueron empleadas en
forma verdaderamente eficaz, siendo remolcadas por
bueyes. Ellas constituyeron un medio de transporte que
cumplían satisfactoriamente su misión, eran muy prác
ticas, simpáticas y novedosas, ya que las aguas no es
taban para nadar sino apenas cubrían el vientre del bru
to y se aprovechaban las carreteras que anteriormente
se usaban para los camiones y carretas. Teníamos una
gran ventaja sobre las carretas, pues como máximo de
peso, se transportaban 500 a 1.000 kilos de carga, más
en las chalanas se transportaban fácilmente hasta tres
toneladas de carga. Apesar de la duda, que la Dirección
de la Armada tenía sobre la eficacia o sobre la posi
bilidad de obtener el éxito necesario, con estos nove
dosos medios de transportes, en pleno campo raso, inun
dada de agua, la realidad mostró la factibilidad de los
mismos, dando el mejor de los resultados y solucionán
donos ampliamente nuestro difícil problema de la ma
nutención de tanta gente en el frente, con más de cien
kilómetros de agua a nuestra retaguardia y separados de
nuestra Base, Bahía Negra, por tanta distancia, con tan
tas dificultades, provenientes de las inundaciones pro
ducidas, porque tanto el Río Paraguay, como el Negro
y el Verde con sus afluentes, las aguas habían salido de
madre, para dar lugar a este fenómeno de la naturaleza.
Transcribiremos a continuación los cifrados cruza
dos con Comanchaco y que hacen referencia sobre es
te particular o sobre estos medios de transportes para
enfrentar la guerra, porque existía la necesidad impe
104
riosa de seguir permaneciendo en los lugares conquis
tados, para no dar lugar a que Bolivia pueda ostentar
algún éxito aunque efímero o aparente y suministrar así
algún argumento que pueda pesar en la balanza de la
diplomacia, que seguía como un apéndice de la guerra.
LOS CIFRADOS
Cifrado N“ 98171 que dice: “ Comanchaco. La inun
dación de los ríos Negro y Verde y sus afluentes avan
zan cada día en mayor fuerza apeligrando seriamente
nuestro aprovisionamiento que comienza a ser muy di
fícil o casi imposible. Las aguas amenazan Vanguardia,
Russo Padin y otros Fortines. Hasta hoy no encuentro
solución a este serio problema del que di cuenta ante
riormente (firmado) C om a n orC ifra d o N? 127/149 di
ce: “ Comanchaco. La creciente avanza del lado de Gal
pón hacia el frente. El terreno comprendido entre Gal
pón y Pascoe se encuentra totalmente inundado y gran
parte del terreno comprendido entre Pascoe y Santa Ele
na. En total tengo a mis espaldas más de cien kilóme
tros de agua continuada. Lo difícil es el aprovisiona
miento de Galpón hacia el frente. Galpón también está
totalmente rodeado de aguas y no considero posible
mantenerse en él más de una Compañía. La retirada de
bo hacerla hasta Bahía Negra, para cubrir Cerro Cora
y Curupayty. Trataré de mantenerme unos días más
hasta último momento pero solicito autorización para
retirarme hasta Bahía Negra tan pronto considere opor
tuno y necesario, (firmado) Comanor’'. Este cifrado es
de fecha 13 de mayo de 1935. La contestación terminan
te ya lo sabemos, motivo por el cual no lo reproduzco.
Cifrado N? 143. “Comanchaco. Las aguas han rodeado
Vanguardia y Russo Padín, nuestras posiciones del ala
derecha están bajo aguas. Las carretas ya no pueden
llegar de Galpón al frente. El fenómeno consiste en que
nosotros sufrimos por abundancia de agua y el enemigo
por falta de ella. Nuestra situación en dichas condicio
nes es muy mala. El abastecimiento podría conseguirse,
sin embargo, bajo cualquier sacrificio, pero, según los
conocedores de la zona dentro de 15 a 20 días no habrá
ya piso donde estar ni en las posiciones ni en sus al
105
rededores. Ahora mismo tenemos ya algunos pasos en
que el agua está cubriendo el lomo del caballo. Una re
tirada en esas condiciones, tiene que ser desastrosa si
la caballería enemiga se percata de ella y hasta impo
sible hacerlo a pie. Si no me autoriza retirarme confor
me pedí mi cifrado N? 127, necesitaré cien canoas para
dentro de los 15 o 20 días que solicito desde ya para
cubrir las posiciones bajo agua con ellas. El problema
no es el abastecimiento que podríamos conseguir, el
problema es la retirada por falta de piso donde per
manecer que probablemente se hará sentir pronto y para
cuando eso tendremos todo a nado la retaguardia. Es
pero una contestación categórica a este respecto, (fir
mado) Comanor” Cifrado Nv 149/75. “Comanchaco. Sin
novedad. Solicito contestación urgente y categórica mis
cifrados N? 127/149 y 143 que el agua avanza cada día
en forma más alarmante y había que tomar medidas
decisivas y urgentes. Tenemos ya grandes trechos a nado.
Nuestra situación es muy mala y grave por el agua, no
contando con embarcaciones menores para un salvataje
(firmado) Comanor”. Cifrado N? 150/31 "Comanchaco.
Solicito envío urgente hidroavión para explorar pique
Candía y García y los alrededores de Bogado y Florida,
(firmado) Comanor" Cifrado N? 155/60 “DEMAR para
Cap. Bozzano. Agradeceré urgir la construcción de las
20 Chalanas o pontones del mismo tipo construido el
año 1932 para puentes flotantes en Olimpo y ésta, con
los cuales pienso resolver el serio problema de mi apro
visionamiento por kilómetros de agua. Saludos, (firma
do) Capitán Dávalos. "Cifrado N? 157/42. “Comanchaco.
Solicito urgir Arsenales la construcción de chalanas o
pontones de un tipo ya construido en dichos talleres para
remplazar a las carretas en el aprovisionamiento, (fir
mado) Comanor. "Cifrado N? 182/12. DEMAR. Ruego de
cirme cuántas canoas consiguieron. ( firmado) Comanor.
“Cifrado N? 184/130. “Comanchaco. Las aguas no paran
y cada día crecen con mayor fuerza. Las aguas del río
Negro se han unido con las del Verde. Las posiciones
de mi ala derecha se hallan totalmente inundadas. San
ta Elena y Caacupé también están rodeados por el agua
y se reducen a pequeños círculos terrestres de 50 y 100
metros de diámetros. Las posiciones de Vargas se ha-
106
lian seriamente amenazadas por el agua. Como conse
cuencia de esto debo correr más a mi izquierda para
cuyo efecto necesito elementos de zapa en cantidad su
ficiente y cuya provisión urgente solicito, (firmado) Co-
manoT” Cifrado N? 185. "Comanchaco. Solicito que el
número de chalanas pedidas sean aumentadas a un to
tal de 20. Cada chalana debe venir provista de dos bo
tadores largos. Así mismo solicito movilización y remi
sión del vapor a rueda Ypecuá para intentar navega
ción al norte de Galpón, (firmado) C om anorC ifrado
N? 189/40. "DEMAR. Solicito que con las canoas vengan
también algunos remos y horquillas de repuestos a más
de los que corresponde a cada canoa, (firmado) Coma-
rvor”. Cifrado N? 197/43. “DEMAR para capitán Bozza-
no. Agradeceré que las nuevas chalanas a construirse
sean completamente iguales a las primitivas con proa
cóncava en vez de angulosa, (firmado) Comanor. “Ci
frado N? 202/14. "DEMAR. Ruego remisión urgente ca
noas que tenga actualmente, (firmado) Comanor. “Cifra
do N? 204/77. “DEMAR. Navegación Río Negro toda su
extensión es imposible por hoy. Dada forma alarman
te creciente voy a intentar probar a lo largo Río Verde
a cuyo efecto tengo ya dispuesto un Batallón Zapadores
de Marina que se halla limpiando. Chatas necesito para
reemplazar a la “ Chajá” y “Amalia” y si es posible otra
Chatita corral, (firmado) Comcmor. Cifrado N? 205/62.
“DEMAR. Su 1050 Stop. Las cuatro chalanas recibidas no
son iguales en la forma a las anteriormente construi
das. Si es posible deseamos sean completamente iguales
por representar eso grandes ventajas en el transporte,
(firmado) Comanor". Cifrado N? 212/184 "Comanchaco
Las aguas continúan creciendo. Vanguardia, Russo Pa-
d*'n, Palomares Mboiretá, ya no tienen piso donde estar.
Estoy manteniendo mis hombres en sobrados. Las aguas
han tomado ya también Vargas y pronto tomarán Cam
pamento 2 y 1. Los animales para consumo ya no pue
den llegar al frente y es urgentísimo que lleguen los bar
cos a ruedas solicitados. Si el “Ypecuá” no está en con
diciones es urgente que se mande el vapor “Tesorito”
también a rueda y una chata corral para 20 o 30 ani
males. La situación se hace más difícil por cada día que
transcurre y dentro de ocho o diez días ya no habrá
107
piso donde estar, (firmado) Comanor”. Cifrado N? 213/27
“DEMAR. Si “Ypecuá” no esta en condiciones solicito
en forma urgente el envío del vapor “Tesorito” (firma
do Comanor”. Cifrado Nv 215/19. “Comanchaco. Hasta
este momento no he recibido ninguna canoa pero tengo
informes que están en camino, (firmado) Comanor”.
Cifrado N? 216/73 “DEMAR. Navegación con vapor a
rueda considero posible y a cuyo efecto tengo un Ba
tallón de Zapadores trabajando en limpieza. Es urgen
te remisión vapor “Ypecuá” o “ Tesorito”. La navega
ción se hará fuera del Río Negro por el campo raso,
(firmado) Comanor". Cifrado Nv 219/90 “DEMAR. Según
su cifrado N? 676 y 677 “Dayman” salió el 1? de junio
y hasta este momento no hay noticias de él. Ruego de*
cirme si qué contratiempo tuvo pues es urgentísimo que
las canoas estén ya en ésta. Si las canoas no llegan a
tiempo estamos expuestos a sufrir consecuencias muy
graves, (firmado) C om a n orC ifra d o N? 220/169. “ DE
MAR. La remisión del vapor “Tesorito” y canoas solici
tados es de carácter urgentísimo y no hay que perder
ni un sólo día más de tiempo. Las aguas avanzan por
cada día kilómetros enteros. Mis posiciones del centro
y ala derecha ya están bajo aguas y dentro de unos po
cos días más, mis tropas ya no tendrán piso donde es
tar. La situación es gravísima y hay verdadera urgen
cia. Las aguas del Río Negro se han unido con las del
Verde y esto es un verdadero mar. “Belford” y “ Mar-
cell” no son a ruedas como dice su cifrado N? 697.
Necesito vapor a ruedas, repito, con dos o tres pies de
calado. El “Tesorito” considero ideal para ésto. El pla
zo establecido a Comanchaco para que lleguen estos ele
mentos se ha cumplido y hasta hoy no llegan (firmado)
Comanor”. Cifrado N? 226/56. "Comanchaco. Hoy co
menzaron a llegar las canoas. Las aguas continúan cre
ciendo. La recta Vargas Vitriones ya ha comenzado a
inundarse, (firmado) Comanor”. Cifrado N? 227/36. "DE
MAR.. Los remos y horquillas solicitados no han veni
do. Han llegado sin remos 25 canoas y solicito remos y
horquillas para los mismos, (firmado) Comanor” Ci~
grado N? 228/28. “DEMAR. La lancha pedida anterior
mente no ha venido y solicito su envío urgente o la hé
lice de repuesto para lancha “Fortín” N° 7. (firmado)
108
Comanor”. Cifrado N? 231/52. “DEMAR. El 50 por ciento
de las canoas recibidas están por completo inutilizadas
y no es posible usarlas antes de repararlas. Solicito en
vío urgente de carpinteros de ribera con herramientas
para proceder a repararlas, (firmado) Comanor”. Cifra
do N? 258/126. “Comanchaco. Solicito autorización para
retirar las tropas que actualmente ocupan las posicio
nes del frente de Campamento 2, Tte. Fernández, Caa-
cupé, Vanguardia y Palomares hacia el Osste de Cam
pamento 1. Las posiciones de referencia están totalmen
te inundadas y compromete seriamente la salud de la
tropa. Dejaría entonces Retenes en sobrados frente a
Campamento 2, Tte. Fernández, Palomares e Isla Teyú.
Si la inundación continúa en la misma forma dentro de
pocos días inundará también varios kilómetros del te
rreno situado al Oeste de la recta a Quijarro que es tam
bién baja, (firmado) Comawor” . Cifrado N? 260/106.
“DEMAR. “Tesorito” ha llegado ya hasta las proximida
des del frente por el río Verde que en breve quedará
canalizado. El barco ideal para esta navegación es el
vapor “Pollux” y si consigue mandarme este barco le
devolveré la “Chata Piracuá” con el “Coronel Martínez”
y le canalizaremos el río Verde y el río Negro. Espero
una contestación urgente. Si manda el “Pollux” no ha
brá necesidad de la Chatita Corral, (firmado) Comanor".
Cifrado N? 261/42.“DEMAR. “Tesorito” llegó hasta muy
cerca de los fortines adelantados. Espero que para den
tro de pocos días podrá conseguirse la navegación a lo
largo de toda la extensión del río Verde, (firmado) Co*
manor”. Cifrado N? 269/26. “ Comanchaco; Navegación
del río Verde se ha conseguido hasta Santa Elena con
vapor “Tesorito”. (firmado) Comanor”. Cifrado N? 270/
31. “DEMAR. Navegación del río Verde se ha consegui
do hasta muy cerca de Vargas con “Tesorito” solucio
nando magníficamente abastecimiento, (firmado) Co
manor”. Hasta aquí las transcripciones de los cifrados
que contenían nuestras comunicaciones con Comanchaco
y con DEMAR. En cuanto a DEMAR, la colaboración que
necesitábamos no era una a desgano como la que está
bamos recibiendo, no tenía confianza en que nuestros
esfuerzos por salvar la situación daría resultado, cuan
do de que la solucionamos brillantemente. Otra muy
109
distinta hubiera sido aquella colaboración, si al frente
de dicha Institución no hubiésemos tenido a un Jefe de
concepciones más inteligente y de disposiciones más ac
tivas y a fondo, como lo ha sido siempre el Cap. de
Navio don Manuel T. Aponte. Para este señor, nunca
hubo dificultades, ni tropiezos, ni problemas insolubles.
Fue una lástima y un verdadero error del señor Minis
tro de Defensa Nacional, que lo haya relevado de dicho
cargo ya en las postrimerías de la guerra. Posiblemente,
el motivo obedeció, a falta de una cabal comprensión
de los problemas que la guerra nos iba creando a me*
dida que la misma se prolongaba. Pero, para felicidad
de la Marina de Guerra y de la Patria, cuando el Capi
tán Aponte se vio obligado a retirarse de la Dirección
de la Armada, todos sus servicios, absolutamente todos,
estaban perfectamente organizados y se hallaban fun
cionando en forma matemática sin ninguna dificultad,
sin ningún esfuerzo ni problema alguno. Pero, después,
DEMAR no tenia ninguna visión clara de nuestros pro
blemas y fue así que en vez de decidirse a remitimos
los barcos a rueda que necesitábamos con toda urgen
cia, estaba perdiendo tiempo en ofrecemos barcos a hé
lice como "Belford” y “MarceH” que no eran apropia
dos, ni podrían dar resultados satisfactorios, tal como
le expuse en el Cifrado N? 220/169.
Ya la guerra iba tocando a su término y no tardó
en venir la desmovilización del ejército, que reeditó las
hazañas inmortales de nuestros mayores. Pero, la des
movilización no le alcanzó a la Marina de Guerra, en
su justa medida. La Marina esperaba todavía la opera
ción previa, la operación final de volver a transportar
del Chaco, teatro de sus victorias y de sus titánicos es
fuerzos, a ese ejército que conoció los halagos de la
victoria desde Pitiantuta y Boquerón hasta el Parapití
legendario, nuestro límite irreversible. Y así lo hizo,
con la misma disciplina y con la misma diligencia con
que lo acostumbraba hacer en plena guerra. Porque
nuestra Marina sobresalió por su eficacia, en el campo
en que le tocaba actuar y muy especialmente, cuando
estaba al frente de la Dirección General de la Armada,
el Capitán de Navio don Manuel T. Aponte B., su eficaz
organizador, ya que ella, la Marina de Guerra, nació,
110
mejor dicho, en sus manos y bajo su productiva direc
ción, alcanzó su máxima organización para cumplir tam
bién con máxima y estupenda eficacia, todas las misio
nes que se le encomendara. Sus elementos y Unidades
se movían con una precisión, con una diligencia y una
exactitud matemática en el cumplimiento de su misión
específica. Tanto los Cañoneros “Paraguay” y “Humai
tá”, com o los demás buques de la Flotilla de Guerra y
demás barcos de transporte nacional movilizados, todos
ellos, sin excepción alguna, tenían su itinerario fijo y
su acción se hallaba configurada por el tiempo preesta
blecido con antelación y todo se cumplía en forma ad
mirable y satisfactoria. Nunca se han registrado fracar
sos o retrasos en el cumplimiento del deber. En cuanto
a la Marina de Guerra que actuó en el Sector Norte,
el señor Comandante en Jefe del Ejército en el Chaco,
dispuso que una Compañía completa con toda su do
tación, armamentos y elementos estuviera lista para ba
jar a Asunción para el Desfile de la Victoria y en cuya
ocasión, el señor Comandante en Jefe del Sector Norte,
con todo su Estado Mayor, desfilaría al frente de dicha
Compañía, como así se hizo.
111
ficación del protocolo por el Congreso tendrá lugar den
tro de los diez días”. La anhelada paz que se esperaba
dentro de las 48 horas fue anunciada por el General Es-
tigarribia a las 08.00 horas del 14 de Junio de 1935 y
que decía en un radiograma abierto: " El día de hoy, 14
de Junio de 1935, a las 12.00 horas, cesarán todos los
fuegos en todos los frentes. Las tropas harán alto a la
hora indicada en lugar alcanzado donde permanecerán
hasta nueva orden", (firmado) Comanchaco". Por su
parte, el Comando en Jefe Boliviano, General don En
rique Peñaranda, también daba la orden de cesar el fue
go por completo en toda la línea del frente de opera
ciones. Finalmente, a las 12.00 horas, al cesar el fuego,
el señor Comandante en Jefe del Ejército en el Chaco,
General de División don José Félix Estigarribia, lanzó
la siguiente histórica proclama, que decía: “A los Jefes,
Oficiales, Clases y soldados del Ejército en Campaña.
Con profunda emoción os anuncio la cesación de la lu
cha. En tres años de guerra habéis demostrado ser dig
nos de vuestros mayores, realizando una obra que las
generaciones del porvenir recordarán con orgullo; quie
ra Dios que ellas se inspiren siempre en vuestro ejem
plo. Habéis vencido en jomadas inolvidables a un ene-
migo tenaz y una naturaleza hostil. La nación no olvi
dará a quienes combatieron y sufrieron para salvarla
de la mutilación y la deshonra. Si un pueblo debe ser
grande por la inteligencia, el valor y el sacrificio de sus
hijos, digo que el nuestro está IkÉmado a los más altos
y nobles destinos. En este día tan feliz, recuerdo espe
cialmente, con el corazón dolorido a los hermanos que
cayeron desde Pitiantuta hasta Charagua, sea peora ellos
nuestro homenaje y sírvanos en todo tiempo el santo
ideal que los llevó a la muerte en plena juventud. Jefes,
Oficiales, Clases y soldados combatientes y de los ser
vicios; a todos mi gratitud de paraguayo y de soldado.
Yo llevaré a la tranquilidad de mi hogar, como el más
grande honor de esta guerra, él haber sido vuestro Co
mandante en Jefe", (firmado) JOSE FELIX ESTIGA-
RRIBIA. Así, en esta forma sencilla pero elocuente y
conmovedora, el señor Comandante en Jefe del Ejército
en el Chaco, General de División don José Félix Estiga
rribia, con la celebridad del momento histórico que vi
112
vía la nación, se despedía de sus huestes victoriosas, con
lo cual dejaba cumplida modestamente su misión y, sus
actos o acciones y antecedentes, desde ese instante, que
daba sometida al veredicto de la Historia y al del con
censo popular. Y ese concenso y ese veredicto no puede
ser otro que la confirmación de que el entonces General
Estigarribia, ha sido un gran estratega y que incursio-
nó en dicho campo transformando, con todo éxito, al
gunos de los principios generales que regían, por aquel
entonces, y creando otros nuevos, ajustándolos al cam
po o teatro donde se desarrollaron las acciones guerre
ras y que sirvieron, muchos de ellos, de verdadera guía
y escuela para la Segunda Guerra Mundial.
113
Trafalgar, donde la escuadra inglesa, al mando del Al
mirante Nelson, quedó dueña de los mares, obteniendo
luego a breve tiempo la derrota total del poder Napo
leónico. Luego viene la Primera Guerra Mundial, en
donde también triunfó la nación que dominaba los ma
res, Inglaterra y, finalmente, la tenemos como ejemplo,
la última Guerra Mundial, en donde Alemania, llegó a
dominar todo un continente, Europa, y hasta llegó al
Africa, pero como no disponía de una Escuadra que pu
diera arrebatarle a Inglaterra el dominio de los mares o
por lo menos neutralizar dicho dominio, tuvo que ceder
y conformarse con la derrota. Ni siquiera fue capaz de
impedir el reembarque del ejército inglés, maltrecho, en
Dunkerque. Inglaterra se encontró sola, en ese momen
to, sin aliados, sin armamentos y sin ejército práctica
mente pero, tenía su Escuadra que dominaba los mares,
circunstancia esta última, que le permitió rearmarse,
transportar ejércitos de sus colonias para poder afron
tar con ventajas la grave situación que se le creaba. Y
Alemania se sintió incapaz de atacarla en sus Islas por
falta, precisamente, de una Escuadra que le arrebatara
el dominio de los mares. Ni siquiera pudo neutralizar
dicho dominio, ni aún con su poderosa aviación. Claro,
hay que convenir que Alemania llegó a invadir sorpre
sivamente al Africa, pero Inglaterra empleó toda su Es
cuadra y estaba expuesta a la pérdida de la misma (don
de perdió muchos buques en realidad), pero impidió el
reaprovisionamiento de elementos de guerra al General
Rommel, si bien a costa del hundimiento de gran canti
dad de sus buques pero, al final, siguió dominando
también el Mediterráneo que es de la mayor importan
cia en una guerra europea. Está visto, pues, que el do
minio del mar constituye el factor preponderante y fue
dicho dominio el que contribuyó para la victoria de In
glaterra en la última guerra.
Y ahora, observando en nuestro propio territorio,
el resultado de todas nuestras guerras intestinas, nuestras
revoluciones internas, encontraremos que el factor que
ha dominado el río Paraguay, es la que ha triunfado
siempre sin excepción alguna. De aquí proviene la ne
cesidad sine cuanon de dominar nuestros ríos en la gue
rra con Bolivia. Sin este dominio, tendríamos como fa
114
tal consecuencia, la falta de nuestras comunicaciones in
ternas y en tales condiciones, tampoco el Ejército del
Chaco podría alimentarse, ya sea con víveres, con per
trechos de guerra y demás elementos necesarios y pron
to, al comenzar la guerra, ya estaríamos firmando una
paz desastrosa. De aquí que la Marina de Guerra previno
con tiempo este dominio y pensó, luego, también con
tiempo, el de paz, en su Plan de Movilización de sus
Reservas Técnicas, en su Plan de Movilización Indus'
triol y en su Plan de Molivilización de los Transportes
Nacionales.
MOVILIZACION DE LOS
TANSPORTES NACIONALES
El presupuesto de la Armada no daba para armar
o proveerse de tantos barcos que serían necesarios para
el caso dado de una guerra internacional. De aquí nació
la necesidad de prever a tiempo, tal como fue previsto,
esta movilización y, mediante la cual, apenas se vislum
bró la guerra y se procedió de inmediato a la moviliza
ción de todo el personal y el material (barcos especial
mente) de la Marina Mercante, obteniendo el concurso
y la colaboración de importantes Empresas Navieras pri
vadas como: Carlos Casado Ltda., International Product
Corporation, Industrial Paraguay, Mihanovich (después
Dodero), Camihort, Arce y Moscia.ro, Santiviago, Liebig’s
y otros que colaboraron sin retáceos, poniendo a dispo
sición de la Marina de Guerra todos sus elementos de
transportes; remolcadores, chatas y lanchas, que pres
taron invalorables servicios que con merecida justicia
los mencionamos. Al instante se alistaron todos los Prác
ticos, Pilotos, Baqueanos, Maquinistas, Motoristas, Fogo
neros, Carboneros, Estibadores en la cantidad que po
dría conseguirse y quienes prestaron de inmediato y du
rante toda la guerra, invalorables servicios, trabajando
de día y de noche, a la par de los de la Flotilla de Gue
rra con toda buena voluntad y patriotismo, sin reclamar
nunca ningún descanso por lo que merecen el recono
cimiento nacional. Si bien este personal era admirable,
no así ocurrió con el material en general, porque sus
maquinarias, sus cascos, sus calderas, no se hallaban en
115
buenas condiciones de conservación y necesitaban ur
gente reparación que tuvo que hacerse de inmediato en
el transcurso de los servicios y así fueron tapados mu
chos rumbos con portland. Aún así, la Flotilla de movi
lizados no perdió tiempo y con toda urgencia movió
aceleradamente y con toda precisión todo el material,
armamentos, personal y elementos que nuestro glorioso
ejército necesitaba en el Chaco. Esta Flotilla de movili
zados estaban compuestas de: “Desarrollo”, “Tucumán”,
“Castelli”, ““Holanda”, “Rodolfo B.”, “ Cuyabá”, “Pingo”,
“Parapití”, “Don Roberto”, “Rivadavia”, “Pirapó”, “Almi
rante Brown”, “ San Francisco”, “Tirador”, “Chaco”,
“Arroyo”, “Jorge 1?” , “Dayman”, “Ñatiú”, “Clarita”, “Ca-
richú”, “ Posadas”, “ Cavichuí”, “Tesorito”, “ Pollux” y
varias Chatas y lanchas. Con estas Flotillas, la Marina
trabajó sin descanso., con todo éxito durante toda la gue
rra.
MOVILIZACION INDUSTRIAL
El intenso trabajo de todo orden que pesaba sobre
los Arsenales de la Marina de Guerra, era necesario res
tarle algunas presiones, a cuyo efecto se movilizaron los
Talleres Privados de Gagliardi, Cusmanich, Astilleros
Schaerer, del Banco San Miguel, Gadea, San Isidro, que
por la eficaz colaboración que prestaron, merecen el
bien de la Patria. Mediante el concurso de estos Talle
res Privados, que trabajaron también sin descanso y
con toda eficiencia, para reparaciones y para hacer todo
lo necesario, de forma que la Marina de Guerra pudie
ra poner en movimiento el complicado mecanismo de
los transportes y demás organismos afectados a los mis
mos. Mediante éstas colaboraciones y esos concursos, la
Marina pudo satisfacer ampliamente, todas o casi todas
las necesidades del Ejército del Chaco. Muchas cosas
podría decirse en pro de la colaboración o concurso de
aquellas Empresas Privadas movilizadas que prestaron
servicios a la nación en momentos tan difíciles en que
se hallaba en peligro la integridad territorial. En aque
llos tiempos pensábamos que, alguna vez la Patria agra
decida habría de rendir el merecido homenaje, por ha
116
berse hecho presente en el ardoroso quehacer de la gue
rra que todo arrasaba a su paso infernal.
118
E N B A H IA N E G R A (Junio de
1935). El Comando de Comanor,
Cap. de Corb. don Rodolfo D ava
lo», en compañía del Padre
Amándola de Tebaldi (colombiano)
simpatizante de la causa paragua
ya en una visita a Bahía Negra.
LA AVIACION NAVAL COMO COMPLEMENTO
DEL DOMINIO DEL RIO
A la Marina de Guerra no le tomó de sorpresa la
contienda que ha rato se vislumbraba como único me
dio de resolver nuestro problema de límites con nues
tro vecino del Oeste. En previsión de esta emergencia,
la Marina de Guerra tenia ya elaborado, con mucha an
ticipación, todos sus planes, incluso los de la moviliza
ción. También comprendió muy bien que su papel his
tórico y específico ^sería DOMINAR SU RIO EPONIMO.
Comprendió que sin ese dominio, no estaríamos en con
diciones de dominar también nuestras líneas interiores
de comunicación y sin ese dominio, que llegó a consti
tuirse en factor principalísimo y condición sine qua non
de nuestra victoria, no podríamos vencer a nuestro con
tendor. Contábamos, por aquel entonces, con el Cañone
ro “ Tacuary” recientemente reparado y listo para entrar
en acción con seis cañones; el Aviso “Capitán Cabrcti”
con tres cañones; el Aviso " Coronel Martínez", con tres
cañones y más varias lanchas a motor, entre ellas, las
“Tipo Fortín” construidas en nuestros Arsenales. Duran
te el transcurso del año 1931 (mes de Mayo), llegaron
los modernos cañoneros "Paraguay” y "H u m a it á Con
la llegada de estas naves, construidas en Italia, bajo la
dirección competente del Capitán de Navio e Ingeniero
Naval don José Bozzano (h), se afianzó aún más el ob
jetivo principal de nuestra Marina de Guerra, el cual
consistía en el dominio absoluto y total del río Paraguay.
Y todos fuimos testigos de cómo fueron empleados
estos Cañoneros durante la guerra, comenzando con los
transportes de tropas y que, mediante estos rápidos,
importantes y oportunos refuerzos, nuestro Comandan
te en Jefe, ha podido salvar muchas situaciones apre
miantes en el frente de operaciones. Pero, no tan solo
eso, sino que estos Cañoneros constituían, desde luego,
y se erigieron en verdaderos símbolos de la seguridad de
la navegación y, en consecuencia, de nuestro dominio
del río que no ofrecía mayormente ningún problema,
porque nuestro futuro contendor, no disponía, en esos
momentos, de los medios adecuados para arrebatamos
119
ese dominio y esa seguridad en la navegación de nues
tros ríos. Pero, quién podría asegurar que, sin esos Ca
ñoneros, Bolivia no podía improvisar alguna flotilla
para perturbar y neutralizar, por lo menos, dicho domi
nio? Hay que tener en cuenta que Bolivia tenía ami
gos entre nuestros vecinos quienes fácilmente podrían
cederle esos elementos que necesitaba para emprender
un ataque sorpresivo a nuestra navegación, mediante
cuya libertad transportábamos tropas y abastecimientos
diversos de toda laya y, lo que es peor, contaba Bolivia,
con una poderosa aviación, superior a la nuestra, la que
podría ser empleada para.atacar a nuestro tráfico flu-
fial con bombas y torpedos. En previsión de estas po
sibles contingencias, es que la Marina de Guerra, tam
bién se dedicó a crear el Cuerpo Aéreo Naval con su
correspondiente Escuela, para la preparación de avia
dores navales. Esta aviación naval que se creó, tenía
como objetivo principal: 1). Reconocimiento a larga
distancia dentro del ámbito fluvial; 2). Ataque a las
fuerzas enemigas a lo largo del litoral; 3). Defensa
contra los ataques enemigos a los Puertos y transpor
tes; 4). Cooperación con el Ejército, bombardeando los
centros de concentración enemigos dentro de los lí
mites de su radio de acción.
Para el cumplimiento de este objetivo de guerra,
la Marina adquirió del Coronel italiano don Ernesto
Colombo, Jefe en (S.R.), de la aviación italiana, dos
hidro-aviones con los repuestos correspondientes. Y lo
componía, 1 hidro-avión Savoya-Matquetti, 59 bis con
motor ASSO y otro hidro-avión de exploración “KANT”
con motor “Larraine”. Teníamos así uno de explora
ción y otro de bombardeo. Para la Instrucción de vue
lo, la Marina adquirió del señor Nicolás Bó, un viejo
aparato “ SALM” sin motor pero en el que se instaló
un motor fuera de uso cedido por la Aviación Militar
y puesto en acción, previa reparación en los talleres
de la Armada. Como instructores fueron contratados
los señores Coronel don Ernesto Colombo, P. A. M.
Sandroni, motorista Vicente Geracce, montador, el se
ñor Costagliola, quienes pertenecían a la aviación mi
litar italiana y que habían actuado en la primera gue
120
rra mundial. Con estos personales y con el material ya
consignado, se dio comienzo a los primeros pasos de
nuestra Escuela de Aviación Naval. Todo este perso
nal contratado a cuya cabeza se encontraba el Coro
nel Colombo, quien trabajó intensa y entusiastamente,
y muy pronto nos dio su fruto egresando de dicha Es
cuela los siguientes Pilotos Navales: Ramón Díaz Benza,
Ramón E. Martirio (ambos Contra-almirantes en situa
ción de Retiro) Porfirio Machuca, Víctor Urbieta Ro
jas, Teófilo Fariña Sánchez, Heriberto Osnagui. Moto
ristas: Juan Kein, Carlos Olmedo, Reinaldo Pagani, Otto
Rocholl. Montadores: Hernán Zotti, Aníbal Zavala Spi-
ca, Hernán Dalquist. Esta incipiente aviación naval,
pronto se perfiló por su espíritu emprendedor y de
audacia, como una verdadera promesa para la Patria,
como así lo fue efectivamente.
BOMBARDEO NOCTURNO
El bombardeo nocturno nació y tuvo su cuna, aquí
en Sub-américa, en el Sector Norte. Y fue la aviación
naval paraguaya la autora de esta hazaña novedosa pa
ra aquellos tiempos. Bien sabemos que la aviación bo
liviana, dominaba el cielo de la patria. No disponía
mos nosotros de aparatos veloces capaces de enfren
tar a la misma. Intentar bombardear Fortines bolivia
nos con nuestros hidro-aviones era ir a una pérdida
segura de los mismos pues, serían de inmediato vícti
mas seguras de los cazas bolivianos. En vista de esta
circunstancia adversa, se dispuso que los Fortines bo
livianos de nuestro frente, fueran bombardeados en ho
ras de la noclre, como así se hizo con todo éxito. Las
alas bolivianas no emprendían vuelo a esas horas, de
ahí nuestro éxito. Los Fortines bolivianos Castrillo,
Vitriones, Santa Cruz, Quijarro y otros fueron vícti
mas de los impactos de nuestras mortíferas bombas,
lanzadas por nuestros hidro-aviones. Después de la to
ma de cada Fortín boliviano, se comprobaba que las
bombas lanzadas por nuestra aviación naval, hicieron
o habían hecho certeros impactos en los blancos ob
jetos del bombardeo. Bombardeos nocturnos que se
121
practicaron por primera vez en Sud-américa, durante
la contienda Ghaqueña, fueron novedosos ya que, por
entonces, se desconocían en esta piarte del mundo. Y
tuvo que ser la aviación naval paraguaya a la que por
primera vez le cupo la osadía de practicarla y con todo
éxito. Los Pilotos Aviadores Navales, don Ramón E.
Martina, don Ramón Díaz Berna (actuales Contraalmi
rantes en situación de retiro), el observador Von Zas-
trovo y otros fueron los actores de estas hazañas, he
chos heroicos que pasarán a la Historia con el cali
ficativo que se merecen. No en balde, la Marina de
Guerra había pensado y previsto la creación de la Es
cuela de Aviación Naval y que bien pronto dio sus fru
tos, con la obtención de sus Títulos de Pilotos Navales,
Motoristas, Montadores etc. Y de inmediato estaba ya
en condiciones de colaborar, completando desde el ai
re la misión u objetivo principal del dominio del río,
que se le había impuesto a nuestra Marina de Gue
rra. Con esto, había sentado previsoramente, las bases
firmes de su Aviación Naval para su ulterior desen
volvimiento. En el día de hoy, es una realidad tangible
y con un porvenir cada vez más risueño, avizorando
el cielo de la Patria, para facilitar y obtener el dominio
total y absoluto de nuestro río epónimo, nuestra co
lumna vertebral, tanto en la paz como en la guerra.
Por este canal se ha introducido la civilización, así co
mo por él han pasado todas las expediciones con mi
ras a la exploración y conquista de las tierras de occi
dente. Es la savia que nutre a la nación y ha sido
siempre la vida misma de la raza Guaraní. Y por él,
también, un día fatal, han pasado las fuerzas que debían
convertir en cenizas cada jalón del territorio patrio.
Nada seríamos, entonces, sin el dominio de nuestro río
que es fundamental para nuestra existencia como nación
libre y soberana, dueña de su propio destino. No po
dría concebirse un Paraguay con su pueblo Guaraní,
sin el dominio de su Río Epónimo. Y este papel his
tórico, esta sagrada misión, que nos viene de siglos
constituye el patrimonio exclusivo de la gloriosa Ma
rina de Guerra Nacional.
122
C K O M I S w ........
O í 0 ? t * A Citfir£ S O t L D Í S T A C * - ,V-’A ^ * ¿ £ 1 L.
M£*ro G A L POH
R C F £ í f N d A t f e / j
£ j t * l * AP/t ax/MAt A t i l * * * » !
11 N I A P A O PI A ‘ ^ ■ . ' „
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A r J tv j* .— •*» £ n ^- / <»
TERCERA PARTE
.E L DIA 12 DE JUNIO
(rendir culto a la Paz)
La guerra había terminado poniendo fin a una
cruenta lucha entre dos pueblos hermanos. La paz,
había separado a un rincón del pasado toda esa gama
de crueldad del que hicieron gala por ambas partes los
contendores, durante el fragor de los combates.
Sin embargo, aunque la herida poco a poco se iba
cicatrizando, en el corazón de los veteranos el recuerdo
por sus muertos, heridos, mutilados y lisiados, surgía
una nueva forma de veneración.
No era fácil olvidar a aquellos que dieron todo por
la patria!
Si por nuestra parte hemos perdido más de 30 mil
almas al repeler la agresión y expulsar al invasor de
nuestro Chaco, la acción valió el sacrificio de aquellos
muertos. Y son, los que hoy perennizan el derecho que
ostentamos por el Chaco, con el polvo de sus carnes
y de sus huesos, inverosímil ejemplo de todo un pue
blo que fue a la guerra, en defensa de su legítima he
redad.
Tal ejemplo —digno de perpetuarse en la Histo
ria—, trasunto de las grandes gestas libertarias, de eman
cipación e independencia, constituye hoy en día, un mo
tivo de aliciente recordación, de veneración y de gloria
hacia aquellos héroes.
A ese Altar de la Patria, pertenecen los 30 mil muer
tos en la guerra del Chaco. Constituyen los peldaños
o ladrillos inmortales que conforman la estructura bá
sica de nuestra hoy pujante Nación, a cuyo frente se
encuentra batallando en otro nivel, un sobreviviente
victorioso, veterano que ayer, desde las trincheras de
BOQUERON hasta el final del conflicto, contribuyó
en la defensa de los fueros soberanos del Paraguay:
Gral. de Ejército don ALFREDO STROESSNER.
Es el hombre que, con un profundo conocimiento
del drama vivido y de lo que significa la guerra, como
gobernante, ha sabido elegir el camino de la paz, para
a través de ella, ofrecer a su pueblo la ruta de un nue
vo amanecer, donde entrelazados los corazones, se unen
125
por el esfuerzo creador el hombre paraguayo, con los
planes o proyectos esquematizados de la técnica in
dustrial y la tecnología, en pro del progreso económico
y social del Nuevo Paraguay.
En la segura comprensión de un destino superior,
los veteranos ex-combatientes, lisiados y mutilados de
la guerra del Chaco, se han sumado a la acción pa
triótica del gobierno nacional, bajo la sombra de la
enseña tricolor y a su modo, bajo la insignia de sus
organizaciones gremiales, teniendo por emblema el
nombre de sus heroicos Regimientos, para colaborar
por el mantenimiento de esa PAZ, en la certeza de que
al hacerlo así; está contribuyendo al fortalecimiento del
progreso, en memoria de aquellos que sucumbieron en
holocausto de la patria.
Y, aquel 12 DE JUNIO DE 1935, histórica fecha,
se convirtió por obra y gracia de DIOS, en una es
pecie de credo religioso, para los que lucharon y so
brevivieron. Hoy, aunque en la dilatada dimensión del
tiempo, la guerra quedó atrás, cada 12 DE JUNIO, sigue
siendo el tópico de encendidos verbos, por que ese
día, marca feriado en el calendario nacional y es pro
picia ocasión, para que los veteranos e hijos de los so
brevivientes y el pueblo todo, renuevan sus mensajes
y vocación de patriotismo ante el Altar de la Patria..
El día 12 DE JUNIO, DIA DE LA PAZ DEL CHACO,
constituye en la actualidad una fecha donde el AYER
y HOY se confunden en una bella policromía de fer
vor nacionalista, donde los veteranos, muchos de los
cuales, lisiados y mutilados (algunos, apenas un expec*
tro o piltrafa humana), al conjuro del amor a la patria,
cumpliendo con su credo, al pie del mástil, se reúnen
en jolgorio de fraterna amistad y camaradería, para
rememorar épicas batallas, jomadas de heroísmos sin
paralelo, de bravura individual que sólo cabe en las
páginas de leyendas mitológicas. . . !
Por que allí, bajo la sombra augusta del pabellón
nacional, ese día de cada 12 DE JUNIO, de ayer, hoy
y siempre, vibrará incólume, toda una generación
126
—aquella que defendió con su sangre el Chaco Bo
real!!—, remarcada por la gloria, por que en verdad,
fue honor y gloria morir por una causa bella!
Una de las tantas organizaciones de ex-combatien-
tes, que en cada 12 DE JUNIO hace profesión de fe de
esa veneración, es la constituida por los veteranos del
Sector Norte (COMANOR) cuyo epicentro, BAHIA
NEGRA, fue un verdadero bastión durante la guerra.
Desde aquel feliz momento del día 12 DE JUNIO
DE 1935 en que se proclamó la PAZ, Bahía Negra ha
sido entonces, una cita obligada de los ex-combatientes
sobrevivientes, donde cada año se conmemora con alti
vez y patriotismo, los acontecimientos históricos que fue
ron causas y motivos de la guerra.
En cumplimiento de una honrosa misión juramen
tada, el autor de éste libro, transcribe sus alocuciones
personales, en ocasión de llevarse cabo, los actos de
homenajes a los héroes en el dí,a de la Paz en Bahía
Negra, rindiendo así culto a la amistad y al recuerdo,
de aquellos marinos que se confundieron en un todo
con sus camaradas del ejército, en defensa de la patria
invadida. Sin olvidar, que Bahía Negra, más que un
lejano pueblo, fue un punto capital y estratégico desde
cuya base, se defendió todo el Sector Norte y demás
fortines, manteniéndose intactos el espíritu de cuerpo
a pesar de las vicisitudes pasadas.
Lo que sigue a continuación, es —como ya lo he
mos dicho— un extracto de la versión original, de los
actos realizados en cada aniversario del día de la Paz
del Chaco, de discursos y alocuciones personales, del
Cap. de Corb. (SR) don RODOLFO DAVALOS, verti
das en cada 12 DE JUNIO:
127
BAHIA NEGRA
12 DE JUNIO DE 1962
128
crificio de quienes pasaron privaciones, sinsabores y
tribulaciones y soportaron con estoicismo espartano el
hambre y la sed y convivieron con todas las alimañas
de la selva chaqueña, por defender con no menos es
toicismo y con no menos heroísmo, el sagrado terruño
que nos viera nacer, sería tremenda ingratitud, incon
cebible en todo paraguayo por cuyas venas corren esa
generosa amalgama de la sangre del aguerrido español
con la del no menos aguerrido guaraní, fuente y ori
gen de nuestra raza paraguaya. Es por esto, señores,
que nos hallamos congregados en esta fecha memora
ble, para recordar a nuestros muertos y festejar este
día feliz de la paz del Chaco, que de nuevo trajo la
tranquilidad a los hogares de dos naciones hermanas,
después de tres duros años de guerrear, y en cuya
circunstancia, hemos demostrado que las sublimes vir
tudes de la raza, seguían intactas. Y, sólo se hallaban
adormecidas, como fruto obligado de ideas extranje
rizantes, que orientaren la vida nacional, en los pri
meros tiempos, después de nuestra guerra grande. Pe
ro, la reacción pronto se hizo sentir porque una de
esas virtudes cardinales de nuestra raza, es, precisa
mente, el Patriotismo. Si, ese Patriotismo innato y que
permaneció y siguió purificando la sabia de nuestra
existencia, apesar de todas las vicisitudes de la vida
nacional, y que nuestros mayores nos legaran y nos re
transmitieran de generación en generación, por atavis
mo histórico, desde los días ancestrales de la conquis
ta, hasta llegar a la guerra del Chaco, donde el pa
triotismo y el valor del hombre paraguayo, brilló bien
alto, con luz propia y refulgente. Pero, no vayamos a
creer que este Patriotismo, como fruto del concepto
de nacionalidad y de Patria, sea patrimonio exclusivo
de la presente generación. No, ese sentimiento y ese
claro concepto de lo nacional, no es de reciente data
y su origen se confunde y se remonta, allá, en las le
janías del tiempo desde la época misma de la conquis
ta. Pues, ya hacen casi tres largos siglos que, aquí,
en esta tierra del Guarán, se dieron los primeros gri
tos de libertad y se tenía formada una idea exacta de
lo auténticamente nacional, ese ideal sublime de lo que
es la Patria. Y como corroboración y confirmación de
129
este acertó, recordemos, a guisa de hacer historia el
grito comunero y revolucionario de Mompox, José de
Antequera y Castro, Juan de Mena, Ramón de las Llanas
y varios otros, quienes por sostener el atrevido con
cepto, si bien claro y firme, de NACION, de PATRIA,
refundidos en el común, sufrieron el supremo castigo
de la horca. Estos adalides de nuestra nacionalidad,
sostuvieron de que los Derechos del COMUN, o sea,
de los de PATRIA y de la NACION (entonces en pa
ñales) eran superiores a los Derechos del mismo REY.
Ideas y conceptos nuevos, atrevidos y temerarios para
aquella época de cerrado absolutismo. Este grito li
bertario de la superioridad de los Derechos del Común,
fue ahogado en sangre; pero, ese sacrosanto pensamien
to, ese ideal sublime de Patria y de Nación, siguió vi
viendo y mimado en los corazones de los hombres de
esta tierra y apenas se presentó la oportunidad y, ese
ideal adormecido por casi un siglo, afloró de nuevo
con ímpetus incontenibles. Esta oportunidad advino,
cuando la naciente oligarquía porteña, pretendió ava
sallar nuestra heredad en los comienzos del año 1811.
Y nuestros titanes, aunque sin armas con que luchar
con alguna eficacia, rechazaron al invasor y la expe
dición conquistadora del General Belgrano, terminó en
una terrible derrota, en las memorables batallas de
Tacuarí y Paraguarí. Vencido Belgrano, tuvo que ca
pitular y la generosidad de los vencedores, patrimo
nio de los valientes, hizo que reandara lo andado y re
gresara con todas sus huestes y armamentos. Pero, no
vayáis a creer que fue el ejército español, al mando
del entonces Gobernador Velazco, el que obtuvo este
triunfo memorable. Nó, ya que este abandonó a los
patriotas y sí, fue el CRIOLLO PARAGUAYO, quien por
entonces ya tenía una idea clara y perfecta de PATRIA
y de NACION, el que se impuso a las contingencias
del momento para salvar SU PATRIA Y SU HOGAR
amenazados. La independencia patria, ya no podía ser,
desde aquel momento, sino cuestión de días, como así
lo fue y se operó triunfante, desde el primer instante,
nuestra revolución del 14 y 15 de Mayo de 1811, re
cientemente conmemorada en su sesquicentenario ani
versario.
130
Obtenida la independencia, ese mismo ideal de PA
TRIA y de NACION, encamados definitivamente en el
alma de la raza, es el que pudo mantener incólume di
cha independencia, contra todas las acechanzas de las
corrientes extranjerizantes de aquel entonces: Por un
lado, el porteñismo absorbente, que no cesaba de aca
riciar la idea ambiciosa de anexar el Paraguay y, por
otro lado, la Corona de España no se resignaba to
davía a perder una Provincia que, en un tiempo, fuera
Gigante de las Indias, y sede y reparo de sus conquis
tas. Pero el patriotismo de nuestros mayores pudo más
que todas las ambiciones que rondaban alrededor de
nuestra joven y naciente nacionalidad. Y mediante ella,
llegó a convertirse el Paraguay en un emporio de ri
quezas, de cultura, de progreso, tanto material como
espiritual. Recordemos al respecto ya que estamos ha
ciendo historia, que aquí en el Paraguay, antes que en
toda sud-américa, se ha extendido la primera línea fé
rrea e instalado el primer hilo telegráfico y se intro
dujo la primera imprenta del Río de la Plata. Esto
basta para demostrar lo que en un tiempo hizo el pa
triotismo paraguayo. Eramos en aquel, entonces, la na
ción más progresista de sud-américa, algo así como “ el
reflejo civilizador de España”, para luego sufrir el eclip
se de nuestra buenaventura, cuando el destino impío,
cubrió nuestros lares con el manto sombrío de una
larga noche, al sobrevenir la guerra grande del año
65/70, donde este pueblo laborioso' y valiente, fue
convertido nada menos que en cenizas, dando la im
presión que el Paraguay desaparecía, con su territo
rio arrasado a sangra y fuego, de norte a sur, durante
cinco largos años y mutilado su primitiva configura
ción geográfica. Pero, nó, el Paraguay no podía mo
rir por el patriotismo de sus hijos, por ese sentimien
to de PATRIA y de NACION, los cuales nos hizo so
portar aquella terrible encrucijada para, al fin, obrar
el milagro de resurgir de las cenizas humeantes de esta
Patria encarnecida, como el ave FENIX de la leyenda.
Y así, señores, llegamos a la guerra del Chaco, cuando
la República de Bolivia, guiados sus gobernantes, por
intereses foráneos y mezquinos y creyéndonos despro
131
vistos, o tal vez despreciando las virtudes ya mencio
nadas de nuestra raiza a través de nuestra historia y
sabiéndonos desarmados, pensó en una victoria fácil
y nos trajo la guerra. Uno de sus gobernantes de en
tonces llegó hasta a negar la sagrada Institución del
DERECHO, para afirmar de que “EL DERECHO NO
ERA MAS QUE UNA FICCION DE LOS PUEBLOS DE
BILES”. Nuevamente el patriotismo del paraguayo tuvo
que someterse a duras pruebas, para luego brillar bien
alto en el cénit de los Dioses de la Guerra. Pero esta
guerra, cuya bendita paz la estamos festejando alboro
zados, aparte de los grandes males que nos trajo apa
rejada nos devolvió de nuevo la confianza en nosotros
mismos, la confianza en nuestras propias virtudes para
sobrevivir y progresar como lo estamos haciendo en
la actualidad, ya que, antes de ahora, una corriente de
ideas foráneas, corroía las entrañas mismas de nuestra
nacionalidad y de nuestro patriotismo. En nuestras ins
tituciones de enseñanza, se llegó hasta el sacrilegio de
instamos al desprecio de lo auténticamente nacional.
Afloraba por entonces, ese espíritu pesimista, derro
tista que nos legaron, com o maldita herencia, los le
gionarios que acompañaron a las huestes invasoras del
setenta y que luego se hicieron cargo del gobierno na
cional. Dudaban en cuanto a los valores morales que
atesoraban a nuestra raza, cuando de que son esos mis
mos valores los que, ahora guiados por un gobernante
Patriota y constructivo, nos están impulsando por los
caminos del progreso fecundo, retomando así la ruta
de nuestro pasado de gloria. Esa confianza en noso
tros mismos, en nuestros propios valores ya mencio
nado, es la importante y gran virtud que heredamos
de la guerra del Chaco.
Bahía Negra también tiene suficientes motivos pa
ra enorgullecerse por la actuación de sus hijos en la
Guerra del Chaco. Están los Benítez, los Apantes, los
Pereiras, los Alvarez, los Aliendres, los Alvarengas, l,os
Valdez, los Nováis y varios otros. El Mayor Leandro
Aponte, oriundo de Bahía Negra, llegó a comandar con
brillo y dinamismo, nuestra escuadrilla de aviones en
campaña. Pero, entre todos ellos, tenéis Bahianegren-
132
ses, un hijo dilecto, el Capitán de Navio don Manuel
T. Aponte, hoy en retiro y en el exilio, pero no porque
posea ideas políticas adversas a las nuestras, tengamos
que desconocer sus méritos. Este benemérito Jefe de
nuestra Marina de Guerra, quien conjuntamente con el
Cap. de Navio e ingeniero Naval don José Bozzano hijo,,
son los verdaderos padres de nuestra Marina de Gue
rra. Ellos fueron quienes, mediante su inteligencia, su
dinamismo y su capacidad, la organizaron y echaron
las bases para su ulterior desenvolvimiento y mediante
ellos, la Marina pudo prestar a sus camaradas del Ejér
cito todo el eficaz apoyo ya mencionado. Y, alguna
vez, cuando el fuego ardoroso de las pasiones políticas
de extingan, y la calma y la serenidad vuelvan a los
espíritus, la posteridad agradecida, ha de rendir su me
recido homenaje de admiración y gratitud, a estos es
clarecidos y beneméritos hijos de la Patria. Finalmen
te, había dicho en los comienzos de esta alocución,
que este lugar era histórico, y me ratifico en este aser
to. Si, señores, Bahía Negra es histórica por múltiples
y variados conceptos, y su destino se confunde con el
de nuestro propio Chaco. Aquí fue donde, desde nues
tro penoso amanecer histórico, hasta en los comienzos
de la guerra con Bolivia, hemos iniciado mediante ac
ciones decididas y pujantes, las primeras defensas de
los títulos de nuestro Chaco, ya sea contra los ban-
deirantes portugueses o ya sea, contra los propios bo
livianos. Esta lejana y sufriente población de Bahía
Negra, bien merece otra suerte, ya que hasta hoy sigue
siendo la cenicienta de la República.
Ahora, antes de terminar, permítaseme recordar a
la mujer paraguaya, a esa sencilla y modesta mujer
que en los días azarosos de la guerra del Chaco, no
titubeó un momento para tomar la azada y empuñar
el arado, en ausencia del esposo, del hermano o del
compañero, del hijo querido, para producir el raro
fenómeno de que, el Paraguay durante la guerra del
Chaco, produjo tanto o más que cuando antes de la
guerra. Rindamos pues, nuestro sincero homenaje a esa
heroína y siempre ignorada de la historia, quien des
de los albores de nuestra nacionalidad, fue siempre
133
digna y fiel compañera del labriego y del soldado, co
partícipe de todas sus inquietudes patrióticas.
Pido disculpas a este amable auditorio si me he
extendido más de lo debido en esta modesta alocu
ción y al finalizar, agradezco a mis camaradas de la
Unión Paraguaya de Ex-combatientes de la Guerra del
Chaco, el alto honor que me han dispensado.
Muchas gracias.
134
BAHIA NEGRA
12 DE JUNIO DE 1963
135
taran, muy tempranamente, al pueblo ya en armas, a uno
de sus más aguerridos representantes, apenas iniciada
la contienda chaqueña. Este guerrero, de temple espar
tano, era ya una figura nacional, llamado a grandes
destinos por sus virtudes cívicas y sus condiciones de
guerrero auténtico. Era un regio varón en quien la
patria en peligro cifraba fundadamente, sus más caras
esperanzas. Pues, era la más sólida reserva, llamado a
dirigir la guerra en que la nación se hallaba empeña
da, si por el avatar de las circunstancias de la contien
da, siempre posible y siempre cambiante, algo fatal
llegara a ocurrir a nuestro glorioso conductor, el en
tonces Tte. Coronel don José Félix Estigarribia. Su
muerte, ocurrida tan tempranamente, constituyó una
verdadera pérdida irreparable para la nación y tiñó de
negro crespón el corazón de todos los paraguayos del
frente y de la retaguardia. Este holocausto, generosa
mente rendido ante el altar de la Patria, sirvió de ejem
plo y tonificó los ánimos para afrontar con el mayor
estoicismo y con un patriotismo singular, la contienda
que se estaba desarrollando en la vastedad de los cam
pos de batalla del Chaco Paraguayo. Habiendo ejerci
do, por aquel entonces, el Comando de una de nues
tras gallardas Unidades de nuestra Marina de Guerra,
nuestro “Cañonero Humaitá”, me tocó la honrosa mi
sión de conducir a abordo del buque a mi mando, desde
esta BAHIA NEGRA hasta el puerto de la Capital, los
sagrados despojos, los restos mortales de este glorioso
héroe de la Patria, para que una vez allá, el pueblo
capitalino todo concurriera en masa a dar la despe
dida eterna a uno de los tantos que, con el sacrificio
de su vida, rindiera el tributo supremo en aras de los
derechos de la nacionalidad, para transponer los lin
des de la gloria y de la inmortalidad.
Señores: Nuevamente, los manes de la patria, nos
han impuesto el sagrado deber de reunimos, una vez
más, en esta histórica fecha del 12 de junio, para re
cordar a nuestros muertos gloriosos y rendirles el me
recido tributo de nuestra admiración, de nuestro res
peto y de nuestra gratitud eterna, con la invocación
de Dios, mediante esta santa misa que acabamos de
136
rezar, ante el recuerdo y en homenaje de quienes no
escatimaron nada para concurrir al llamado de la Pa
tria en peligro, rindiendo con toda abnegación y pa
triotismo, con desprecio total del peligro, con el valor
espartano de nuestra estirpe, todo lo más caro que de
si pueda ofrendar am ciudadano, amante de la tierra
que lo viera nacer. Los esfuerzos de todo orden, fue
ren grandes, así como grandes fueron los sacrificios
cruentos, rayanos a lo inverosímil, rayanos a la leyen
da. Había que vencer la agobiante sed, enemigo mor
tal de ambos contendientes, soportar el arenal calcinado
por un sol atormentador del verano chaqueño, vencer
a la selva umbría con todas sus alimañas de toda clase
y convivir con ellas, abrir piques y picadas intermina
bles a fuerza de corazón, músculos y machete, para
luego buscar al enemigo, también tenaz y valiente, pa
ra enfrentarlo y vencerlo, al fin. El soldado paraguayo
que combatió en el Chaco, no tiene parangón con los
mejores del mundo y no tiene nada que envidiar a
aquellos valientes del 70, quienes forjaron una histo
ria apoteótica, admirada por propios y extraños* Este
soldado del Chaco se ha hecho digno de sus gloriosos
antepasados, venciendo a la propia hostil naturaleza
chaqueña y venciendo, también, al enemigo en más de
cien batallas memorables, para llegar, luego, a trans
pasar las aguas milenarias del río cautivo, el límite ar-
cifinio de nuestra heredad territorial, el legendario “PA-
RAPITI”. Esto representaba desalojar a Bolivia de ca
si todo el Chaco Paraguayo, venciendo más de 500 kms.
de distancia, satisfaciendo así las ansias infinitas del
pueblo paraguayo en armas, que creía y cree tener De
recho a dicho territorio. Pero, hay que tener en cuenta
que estos éxitos estupendos, fueron a costa de 30.000 pa
raguayos muertos gloriosamente en defensa de la pa
tria y que quedaron para siempre en las vastas sole
dades chaqueñas. Así también, aparte de la recupera
ción de gran parte del territorio del Chaco Paraguayo,
le tomamos a Bolivia mucho más de 30.000 prisioneros
y un armamento más que el triple de la capacidad del
Paraguay para armarse y, prácticamente, hicimos la
guerra con armas y equipos arrebatados al enemigo en
históricas jornadas guerreras: Boquerón, Arce, Saave-
137
dra, Pozo Favorito, Pampa Grande, Campovia, Cañada
Tari ja, El Carmen, Yrendagué, Charagua y otros, fueron
los parques donde se armaron nuestras huestes victorio
sas. Pero, ante estos resultados, que no dejan de ser
asombrosos y, ante esta estupenda gesta guerrera, cabe
pensar en los factores tanto morales, sobre todo, en los
materiales que hicieron posible este final sorprendente.
En primer término, el paraguayo es humano, valiente e
intuitivo por naturaleza, cultiva el amor a la responsabi
lidad en alto grado y forma parte intrínseca de su mo
do de ser, la iniciativa: cuando su Jefe reemplazante,
es generoso con el vencido e incapaz de actos de cruel
dad; pues, se le ha visto compartir la escasa agua de
su caramayola con el enemigo vencido, y esto en un
desierto de calcinada arena, donde la falta del líquido
elemento, era sencillamente mortal. La terrible sed ha
tragado a miles de soldados en el Chaco. El paragua
yo posee también un alto espíritu de humana solida
ridad cuando la Patria es la que está en peligro. Esta
solidaridad común, este espírtiu de unidad y un com
pañerismo innato, constituyen también uno de los fac
tores que hicieron posible el sacrificio soportado en
las dos guerras: la del 70 y la del Chaco. Y también
es esa virtud la que nos ha hecho resucitar de nuestras
cenizas después de nuestra Guerra Grande. Desgracia
damente, después de nuestro martirologio del 70, se
hicieron cargo del Gobierno y orientaron la vida na
cional, aquellos que vinieron colaborando con el enemi
go bajo las carpas del General Mitre, los traidores, los
legionarios que nunca faltan en ninguna parte. Este
hecho constituyó un factor negativo para la recupera
ción de los valores intrínsecos de la raza. Ese espíritu
pesimista, esa falta de confianza en los valores que ate
sora nuestra estirpe, ese ambiente de ideas extranjeri
zantes que tendía al desprecio de nuestras propias vir
tudes para colocar, por sobre todas las cosas, lo forá
neo, con un sacrilego desprecio de lo nacional y, esas
ideas divorciadas de nuestra propia naturaleza, cons
tituyen la triste herencia que nos legaron dichos go
bernantes. Felizmente, luego, vino la reacción y la gue
rra del Chaco, sobre todo, obró el milagro de devolver
al paraguayo, esa confianza en nosotros mismos, en
138
nuestras propias virtudes y, ese pueblo que defendió su
territorio invadido, volvió a tener conciencia de su pro
pio valer y se sintió de nuevo dueño de sus propios
destinos, para imponer el gobierno de su propia elec
ción. En la hora actual, esa recuperación se ha com
pletado mediante el feliz descubrimiento que, este pue
blo intuitivo por excelencia, tuvo en la elección de su
lider, el gobernante genial y patriota que está marcan
do de nuevo rumbos felices para la nación, mediante
sus obras constructivas y grandiosas. Mediante él, el
paraguayo de la hora actual, se siente de nuevo feliz al
vislumbrar un futuro promisor. Tenemos pas y tran
quilidad, tenemos pan espiritual y material y, sobre
todo, el pueblo, está entregado a las árduas tareas de
un trabajo fecundo en todos los órdenes de la vida
nacional, que nos permite avizorar el horizonte con
tranquilidad, con fe y esperanza el porvenir de la Pa
tria. Sobre todo hay fe y hay esperanza en el preclaro
ciudadano que se encuentra al frente de los destinos
nacionales. Y es esa fe y esa esperanza, convertidas
ya en una bella realidad, las que obraron el milagro de
nuestra recuperación, ya en el orden económico, ya en
el espiritual, político, material o cultural. Sería un
pleonasmo, si cabe la expresión, enumerar aquí, las
obras de progreso fecundo, de positivo aliento, del go
bernante a quien me estoy refiriendo pues, está a la
vista de todos la apertura de nuevas Facultades, de
nuevos Colegios, de nuevas Escuelas, de nuevos Hos
pitales, del trazado de varias rutas camineras que se
proyectan hasta nuestro gran Chaco y a cuyas veras,
florecen nuevas colonias agrícolas y ganaderas, porque
se está dando tierras a quien quiera trabajarlas y se
está incrementando por doquier el trabajo y la indus
tria nacional. Tenemos aeropuerto internacional y em
presas de aereonavegación que nos están librando de
nuestra mediterraneidad, conjuntamente con nuestra
joven pero ya interesante Marina Mercante Nacional y
nuestra Marina de Ultramar, recientemente inaugurada.
Ya de nuevo, como antaño, el pabellón tricolor ondea
airoso en el mástil de nuestras gallardas naves por to
dos los mares del mundo, llevando en sus bodegas las
fructíferas cosechas de esta tierra ubérrima. De nuevo
139
nos sentimos orgullosos de nuestro pasado y de nues
tro presente promisor y miramos el futuro de frente
y no cabial)ajos, con la absoluta confianza en nuestra
resurrección económica, material y moral y, sobre todo,
ya no tenemos vergüenza de ser paraguayos. Ya el pe
simismo no se anida en nuestros corazones, porque han
desaparecido del ambiente nacional las ideas nefastas
que nos inspiraran después del 70, esa corriente forá
nea que nos obligaba a contemplar con desprecio todo
lo nacional. Era esa una corriente perniciosa, de fac
tores negativos, que ejercían en cierto modo una ver
dadera dictadura hasta en nuestras pocas y míseras ins
tituciones de enseñanza, en las cuales se llegó hasta
a prescindir de los valores autóctonos nacionales.
Señores: En todos los fenómenos sociales produ
cidos en el seno de la humanidad, siempre han exis
tido dos factores, promotores de los mismos: el ideal
y la acción. De la acción ya hemos hecho bastante re
ferencias. AHORA, diremos algo del ideal, de la idea
promotora de los acontecimientos y que vienen a ser
la acción, como de causa y efecto. Conviene, antes que
nada, recordar en este instante a aquellos Manes de la
Patria que, mediante su capacidad, su inteligencia y
su consumada dedicación al estudio de nuestros Dere
chos sobre el territorio del Chaco, oteando y hurgan
do con paciencia la verdad histórica, hasta en los ar
chivos de Indias de España, influyeron en forma de
cisiva sobre el espíritu público para afrontar con en
tereza y particular decisión patriótica, las contingen
cias de la guerra del Chaco. En primer término, de
bemos mencionar y recordar al paladín de nuestros De
rechos, nuestro inmortal Dr. don Manuel Domínguez,
al Dr. Blas Garay a Fulgencio R. Moreno, Audivert y
otros tantos preclaros intelectuales, quienes mediante
su acerada pluma, su lógica de hierro e irrebatible, im
primidas en libros, folletos, artículos periodísticos e
inolvidables conferencias, nos llevaron al conocimien
to cabal de nuestros derechos legítimos sobre el Chaco
y, ellos más que nadie, ejercieron su bienhechora in
fluencia para que el pueblo paraguayo volviera a tener
conciencia de sus derechos sobre dicho territorio hasta
140
el punto que, para ninguno de nosotros, era ya inconce
bible un Paraguay sin el Chaco. Bajo la influencia de
cisiva de los escritos de estos patriarcas, el pueblo todo
de la República, reaccionó decididamente con entereza
varonil y sacudió el polvo legionario que cubría toda
vía el ambiente todo de la nación, para erigirse como un
sólo hombre, sin distinción de credos políticos ni religio
sos, para imponer a los gobernantes de aquel entonces, la
defensa por medio de las armas, alegando para el efec
to, el vacío constante de las arcas fiscales y la extrema
pobreza del Paraguay y por que, decían que la So
ciedad de las Naciones y las naciones americanas to
das, no permitirían el derramamiento de sangre en esta
parte de América pacífica. No olvido que el Clero na
cional también tuvo sus voceros. Y qué voceros, de ver
ba encendida y convincente, elocuentísima, siendo uno
da ellos, Su Señoría Uustrísima, Monseñor ROA. Re
cuerdo que cuando la muerte del intrépido y arrogan
te Tte. don ADOLFO ROJAS SILVA, ocurrida en ma
nos del invasor en pleno territorio paraguayo y en plena
paz, cuando el gobierno ocultaba su muerte o si al fi
nal la admitió, culpaba a la propia víctima del patrio
tismo. a este gallardo y adolescente mancebo, recién
egresado del Colegio Militar y, como ya dijera, Mon
señor ROA, en aquella ocasión, fue el portavoz de aque
lla histórica como imponente manifestación, compues
ta de rojos, blancos y azules, todos hermanados y de
brazos sus caudillos para recordar y pedir al gobierno,
en nombre del pueblo, cumpliera con el sagrado deber
de asumir la defensa del Chaco. Ante tanta insistencia,
el gobierno adquirió luego, con el óbolo sagrado del
pueblo, 10.000 fusiles que, luego resultaron inservibles
y que el soldado del Chaco lo calificara, con todo acier
to de “fusiles mata paraguayos”.
Camino errado era éste, el del gobierno, que pen
saba resolver pacíficamente el problema del Chaco,
pues, poco tiempo después, sufriría un grotesco mentís,
mediante una cruda realidad al verse obligado a afron
tar las contingencias de una guerra moderna para la
cual el Paraguay no estaba preparado, ya que sus par
ques estaban vacíos y su Ejército no tenía ni Jefes ni
141
Oficiales de Estado Mayor prácticamente. Y como lo
estamos viendo, fue el pueblo paraguayo, en cuyo seno
ha formado una clara conciencia nacional de sus de
rechos inalienables del Chaco Paraguayo, quien impuso
al gobierno hasta su objetivo político, que, resumien
do, consistía en la recuperación integral y defensa a
ultranza del territorio del Chaco, invadido ya por el
ejército boliviano que con toda osadía, erigía fortines
tras fortines con miras a llegar al rio epónimo, ante
la mirada contemplativa del gobierno, quien, a pesar de
todo, no creía todavía en la efectividad de la borrasca
que se cernía en Occidente y que estaba desencadenán
dose a pasos acelerados.
Mientras esto ocurría del lado Paraguayo, el go
bierno de Bolivia que había preparado ya una pode
rosa y moderna maquinaria guerrera, con sus parques
repletos de armamentos y su ejército con un excelente
cuadro de Jefes y Oficiales de muy vasta preparación
profesional y general, formados, muchos de ellos en
Instituciones Militares Extranjeras, estaba lista para dar
el zarpazo de gracia al Paraguay desarmado. Su polí
tica internacional se movía ladinamente por todas las
Cancillerías americanas y europeas, y su trabajo era
intenso, llegando a conquistar amigos, mientras que el
Paraguay llegó a la guerra del Chaco sin amigos. Sí,
señores, sin amigos por la ineficiencia y la ineptitud
con que se conducía a nuestra política internacional.
Ante esta pasmosa realidad, favorable a sus aviesas in
tenciones, y azuzado por un capitalismo extranjero, el
gobierno boliviano declaraba que “EL DERECHO NO
ERA MAS QUE UNA FICCION DE LOS PUEBLOS
DEBILES”, expresada Cínica y públicamente, con des
precio total y absoluto de una sagrada INSTITUCION,
base angular de todas las civilizaciones de todos los
tiempos: EL DERECHO. Con estas declaraciones del
Presidente Salamanca, Bolivia sintetizaba su intención
de apoderarse del Chaco, manu militaris, a espalda de
la Sociedad de las Naciones y a espalda de la herman
dad y solidaridad americana y sólo esperaba el más
fútil motivo, para bolivianizar el chaco, desencadenando
una guerra relámpago contra la “REPUBLIQUETA DEL
142
SUDESTE” desarmada. Y, sólo mediante el valor, la
abnegación, la unidad, hermandad, solidaridad y he
roísmo sin límites del soldado paraguayo, se pudo con
tenerlo, para luego rechazar al invasor hasta sus gua
ridas de la inmensa mole granítica de los Andes. Co
mo ya habíamos dicho, el pueblo paraguayo tenía una
conciencia cabal de sus derechos al Chaco, y los in
telectuales ya mencionados y otros no mencionados,
fueron los verdaderos artífices que contribuyeron po
derosamente para la formación de esa conciencia na
cional, por lo que, alguna vez, la patria agradecida les
ha de rendir su homenaje de eterna gratitud y de jus
ticiera admiración.
Felizmente la guerra del Chaco ha terminado en
esta fecha memorable que la estamos festejando re
gocijados y el clarín que anunciaba esta paz tan anhe
lada y deseada por todos, sorprendió a nuestro glo
rioso ejército del Chaco, al poner los pies en las pri
meras estribaciones andinas. Bolivia había sido desa
lojada del territorio del Chaco. Y ahora, después de
28 años de la terminación de aquella gesta guerrera,
que inmortalizó al soldado paraguayo por sus épicas
hazañas, nos sorprende esta fecha de la bendita paz,
sin odio ni rencores entre los dos pueblos hermanos
que ayer no más fueron contendientes.
No podemos, tampoco, dejar de mencionar la tran
quilidad en que actualmente vive la República, median
te la bienhechora paz proporcionádanos por el gobier
no progresista de un preclaro ciudadano, soldado y es
tadista, ex-combatiente como nosotros, camarada nues
tro que tuvo la rara virtud de saber auscultar las pal
pitaciones de su pueblo. Hablemos pues, de la paz, ya
que sólo ella es fecunda y sin ella no se puede edificar
nada perdurable y valedero y ya que ella es un tema
de actualidad. En efecto, los pueblos todos de las na
ciones desean la paz en medio de un mundo convulsio
nado y esta aspiración general en una humana herman
dad universal, en paz y tranquilidad es también una
realidad en el presente paraguayo que ha conquistado
por fin, su paz espiritual y material. Ya las largas y ás
peras sendas y caminos reemplazados, ahora, por mo
dernas rutas, no se verán sembrados por nuevas cru-
143
cesitas solitarias, como consecuencia de la agitación am
biciosa y las guerras fratricidas, frutos todas ellas de
las rencillas políticas entre caudillos de un mismo par
tido político. Pero, felizmente, esa es ya una época su
perada por la firme unión y la solidaridad de todo
un pueblo en mancomunión con el esfuerzo patriótico
de un gobierno que se ha esmerado en crear ese clima
propicio para la paz general de que goza la República.
Y, mediante esta bendita paz se ha podido promover
el bien de la comunidad nacional, ya que el bienestar
del pueblo es la senda por donde debe transitar y el
norte que debe guiar los pasos de toda autoridad ho
nesta.
No pedemos olvidar en este instante el esfuerzo
magnífico realizado por nuestra gloriosa Marina de
Guerra por cumplir su cometido, ya sea en la retaguar
dia o en el frente de operaciones en el Chaco. Su mi
sión, facilitada grandemente por craso error del Esta
do Mayor Boliviano, la cumplió brillantemente, resol
viendo, en primer término, gran parte de sus proble
mas logísticos al ejército del Chaco, mediante el pa
triotismo y la eficaz colaboración prestada por todos
los Marinos: Jefes Oficiales, Sub-Oficiales, clases y mar
rineros y a cuyo frente actuaron con singular brillo los
Capitanes de Navio don Manuel T. Aponte y don José
Bozzano (h), quienes supieron dirigir, orientar y apro
vechar tan eficaz como abnegada colaboración. Pero,
nuestra Marina de Guerra no sólo se ocupó de cosas
de la retaguardia, sino que también actuó con brillante
ejecutoria en el frente de operaciones, ya sea engro
sando los Batallones y Divisiones del Ejército del Chaco
o ya sea formando sus Unidades independientes con sus
cuadros de Jefes y Oficiales propios, como ocurrió cuan
do se hizo cargo de todo este extenso Sector Norte (Co
manor). Tiene sus héroes y también sus muertos glo
riosos: Carreras Saguier — Pratt GUI — Jara Troche —
Martínez Ramella y varios sub-oficiales, Clases y Ma
rineros.
Bahía Negra, también, como todos los pueblos de
la república, no estuvo ausente, como no podría es
tarlo, y actuó a tono con la hora histórica que le tocó
144
vivir a la nación. El esfuerzo y el sacrificio desplegado
por sus hijos, están a la altura de cualquiera de los
otros pueblos de la república. Están todavía con vi
da gran número de bahíanegrenses y que para no
herir su modestia, no los cito, que merecen justicie
ramente el bien de la patria.
No podemos tampoco olvidar la brillante actuación
del Cuerpo de Capellanes del Ejército del Chaco du
rante la contienda chaqueña. Estos beneméritos hijos
de la patria, representantes de Cristo sobre la tierra,
salvadores de almas, desafiando el peligro, siempre es
tuvieron o en los puestos de Comandos o en la línea
misma de fuego, derramando a manos llenas ios be
neficios espirituales de la gracia de Dios. Aunque su
oficio no es la guerra y pacífica es su misión, mediante
su acción bienhechora, sostuvo la fe del soldado que
luchaba por su Dios y por su patria. También este
Cuerpo de dignísimos Capellanes del Ejército del Cha
co tiene sus muertos gloriosos y sus héroes. Se hizo
presente siempre hasta en la línea de fuego o donde
quiera que fuera necesaria su presencia para mitigar
dolores o curar heridas, sobrellevando los dolores, amar
guras y la suerte del soldado para, al final llevar al
moribundo el merecido consuelo y la paz espiritual,
preparando su alma para el viaje del más allá en ins
tantes tan solemnes.
Finalmente, cómo no recordar a esa bendita mu
jer paraguaya que ha cumplido como el que más su
sagrada misión, actuando ya sea en la retaguardia como
en el frente de operaciones? En la retaguardia, empu
ñando hasta el arado o la azada para producir su pro
pio sustento y el de los combatientes y, en el frente de
operaciones cuidando con sus manos generosas de las
heridas del soldado en reemplazo de la madre, la es
posa, la novia o de la hija querida. Los sufrimientos y
la abnegación de esta mujer paraguaya rayó a la al
tura de las más esforzadas heroínas de la humanidad.
Señores: al dejar cumplido en esta forma el man
dato de mis camaradas ex-combatientes de la guerra
de Chaco, me permito agradecerles la distinción con
que me han dispensado. He terminado.
145
BAHIA NEGRA
12 DE JUNIO DE 1965
149
bieron para que la patria paraguaya, siguiera subsis
tiendo libre y soberana en el concierto de las naciones
también libres y soberanas. La memoria de estos már
tires de la nacionalidad deberán ser sagradas, así como
sagrada deben ser, la memoria de los grandes de la
patria. La posteridad no podrá olvidar ese sacrificio
supremo, ese holocausto en aras de los fueros de lo
que constituye el patrimonio de los pueblos soberanos.
Y qué sacrificios!!. Y qué sublime desprendimiento el
de la madre, el de la hermana, el de la novia o el de
la hija querida, al entregar ese ser también querido, a
la vorágine devastadora para que el Paraguay siga sien
do Paraguay eterno. Sólo un patriotismo acrisolado,
pudo haber engendrado tanta grandeza, magnanimidad
tanta!!. Pero es que ese sentimiento de Patria, como
ya lo dijéramos, constituye la esencia misma de nues
tra nacionalidad, ya que el paraguayo es patriota por
excelencia. Hacer historia sobre este tópico no es cosa
de momento porque nos viene desde los albores de
nuestra nacionalidad para culminar en Cerro-Corá, gól-
gota glorioso de nuestro infortunio inmerecido. Fue
ese mismo sentimiento el que nos hizo resucitar de
entre las cenizas humeantes de la Patria, como el ave
fénix de la leyenda y fue ese mismo sentimiento el que
obró los milagros de nuestro triunfo en el Chaco. Digo
milagro; pero en realidad es pura metáfora, ya que, en
verdad no hubo tal milagro, sino era el esfuerzo man
comunado, era el sacrificio conjunto, era la voluntad
misma puesta al servicio de los ideales nacionales, los
que impulsaron al paraguayo a soportar con tanto es
toicismo, la terrible viacrucis de la Guerra del Chaco.
Era el patriotismo mismo, era ese conjunto de vir
tudes cardinales de los pueblos grandes... grandes por
su pasado y grandes por su historia. El esfuerzo y el
sacrificio fue de todos y como testimonio de los mis
mos, tenemos a la vista esas sagradas reliquias, quie
nes en su hora dialogaron con la muerte y con los sa
crificios y a quienes todavía no se les ha hecho toda
la justicia que la patria agradecida debe brindarles.
Me refiero a esos gloriosos mutilados de la Guerra del
Chaco, así como a los ex-combatientes que hemos so
brevivido a la vorágine. La generación del Chaco, se
150
ñores, ha cumplido con su deber. Ha salvado a la Pa
tria de su mutilación moral y material y ha dejado
tras de sí, como una estela cristiana y limpia, una su
blime lección de patriotismo para las generaciones pre
sentes y venideras, quienes tienen el sagrado deber de
la gratitud cuando menos. La juventud de hoy no pue
de albergar en su corazón la ingratitud, tratando de
olvidar o de ignorar ese pasado reciente, mediante una
indiferencia. Por eso, jóvenes y niños, esperanzas del
porvenir de la Patria, cuando véais cruzar por las ca~
lies de nuestros pueblos y ciudades a un mutilado de
guerra o a un simple ex-combatiente de la Guerra del
Chaco, es igual (porque quien más o quien menós
hemos regresado a nuestros hogares, más o menos mu
tilados), tenéis el deber de contemplarlos con reveren
cia y gratitud, así como reverenciáis el símbolo sagra
do de la patria, porque ese ex-combatiente es un hom
bre que ha soportado con estoicismo espartano, todo
un enorme sacrificio, porque su cuerpo, su carne y su
sangre han sidos martirizados, mortificados y flagelados
dolorosamente por cruentas penurias, hallándose, por
tanto, sublimado por el patriotismo más puro. Ese
hombre, merece, pues, ser reverenciado y objeto de ve
neración y la juventud debe tratarlo con respeto y la
consideración debida porque así, y sólo así, se honra
también a la patria. Ese hombre ha dado todo por la
patria y es un deber de la nueva generación, reveren
ciarlos y venerarlos donde quiera que se los encuentre.
Esta reverencia y esta gratitud debida a los héroes, cons
tituye una fuerza moral muy grande y poderosa que
revertirá favorablemente sobre los pueblos que la prac
tican. Los pueblos que no respetan o no reverencian a
sus héroes y a sus mayores que le dieron una patria
libre y soberana, pronto pierden sus virtudes que sólo
adornan a los pueblos dignos y pujantes. De aquí es
que nace la perentoria necesidad de que los programas
escolares contemplen la enseñanza de más historia en
las escuelas y colegios, para que la niñez y la juventud
puedan tener conciencia cabal de lo que es la patria
y de lo que se han hecho y se puede hacer por esa pa
tria, cuando ella requiere la colaboración de sus hijos,
tanto en la guerra como en la paz. Los pueblos son
151
grandes por su historia y, el Paraguay es una nación
creada y predestinada para hacer historia. Y qué HIS
TORIA tenemos! Posiblemente ninguna nación está tan
cargada de historia como la nuestra. Y nuestra histo
ria nos enaltece, nos enorgullece porque está, como nin
guna otra, plagada de sacrificios heroicos, de genero
sos esfuerzos que sublimizan el patriotismo. He dicho
que ninguna nación tiene tanta historia heroica como
la nuestra y al afirmarlo, no hago excepción ni siquiera
a los pueblos de la antigüedad, donde existió una Es
parta en la antigua Grecia, y que brillara tan alto en
el cielo estelar de las naciones con patriotismo ejem
plar. Tenemos, pues, motivos suficientes para enorgu
llecemos de los hechos heroicos que nos recuerdan nues
tra historia. La historia patria debe ser la primera cien
cia que el niño debe aprender, ya que la historia es
también la de los errores da los hombres y no sólo cró
nica de proezas y heroísmos. Mediante la historia, ad
quirimos la experiencia inapreciable de la vida a cos
ta de los aciertos o errores de nuestros antepasados y
nos ahorra aprender a costa de nuestros propios es
fuerzos. Si no aprendemos las lecciones del pasado, nos
veremos en la dura necesidad de vivir de nuevo, y sólo
estudiando cuidadosamente los errores, adquirimos la
experiencia, tan necesaria en la vida, ya que ella, la
experiencia, “siempre llega tarde”. Escudriñando el
pasado, es que aprendemos a interpretar y a vivir con
ventajas el presente y programar el futuro. Lecciones
de historia no nos faltan, tanto en nuestra guerra gran
de com o en la guerra del Chaco, en las cuales, el hom
bre paraguayo se entregó de lleno a la patria, dio todo
por ella porque ese sentimiento de patria es innato en
los hombres que vieron la luz del día en esta tierra
de guaran. Pero, aparte de todo esto existe un sen
timiento muy grande que nos guía por la senda del
triunfo cuando ello es puro, y ese sentimiento es la fe.
La fe, es el nervio-motor que mueve todas nuestras
acciones. Sin fe, nada es posible y esa creencia en algo
es una necesidad imprescindible para salir airoso de
la maraña de problemas que nos presenta la existen
cia. En nuestro caso particular de la Guerra del Chaco,
nunca faltó la fe en nuestro Dios, la fe en la santidad
152
de nuestra causa, la fe en nuestro derecho y la fe en
nuestros propios valores, en nosotros mismos. Para lo
primero, tuvo su influencia decisiva el sagrado minis
terio ejercido por los Capellanes del Ejército del Cha
co, quienes estuvieron siempre al lado del combatiente
para avivar esa llama sagrada de la fe en Dios. A ellos
se los debemos en gran medida que el cambatiente de
primera línea, marchara resuelto y peligrosamente para
asaltar y conquistar posiciones enemigas erizadas de
metrallas y automáticas, segadoras de vidas. En cuanto
a lo segundo, ese convencimiento de la santidad de
nuestra causa y esa fe en nuestros derechos sobre el
Chaco Paraguayo, se lo debemos a los escritores y eru
ditos nacionales que nos enseñaron, como Domínguez,
Moreno, Garay, Audivert y otros, a tener conciencia de
nuestros propios derechos al Chaco Paraguayo, y que
nos viniera de las profundidades de nuestra historia.
Fueron ellos quienes, mediante folletos, libros, escritos
de prensa e inolvidables y remarcables conferencias, nos
dieron la pauta y nos guiaron por el sendero que de
bía desentrañar de las profundidades y marañas del
pasado, la verdad histórica. En cuanto a lo tercero, es
cudriñando el pasado, desde nuestros orígenes, llega
mos a conocer las virtudes de nuestra raraa, de esta raza
del guaran que naciera en los albores de la conquista.
Y son precisamente estas virtudes de nuestra raza las
que nos dieron la conciencia de nuestro propio valer
y fe en nosotros mismos. Esta palabra fe, algo difícil
de explicar, este sentimiento de la fe en Dios, y en nues
tros derechos y en nosotros mismos, fue uno de los fac
tores preponderantes y positivos que nos ha guiado por
los caminos del triunfo en los campos de batalla del
Chaco Paraguayo. Esta fe, creadora de milagros, fue la
que nos ha hecho soportar con estoicismo inigualable,
la terrible sed, que como fantasma agorera, rondaba
siempre a nuestro alrededor, así como las interminables
marchas y contra-marchas, con un sol abrazador, por
caminos y sendas espinosas, como Yrendagué, en Cam
po Vía, en El Carmen, en Ybybobo, en el Parapití, en
Ingavi etc. etc., testimonios irrecusables y estupendos
del amplísimo panorama de energías desarrolladas, tan
to espiritual como material. Y, al llegar este día de
153
la Paz del Chaco, que puso término a un drama san
griento, debemos entregamos a la meditación, no para
el mero recuerdo de que existió dicha tragedia, dicho
cuadro dantesco y sombrío, que exigió una víctima ino
cente como Cristo en el calvario, el pueblo paraguayo
y el pueblo boliviano, no para volver a apostrofamos
como en aquel entonces, sino para comprendemos me
jor y colaborar de corazón a corazón en busca de un
porvenir mejor mediante una renovación espiritual y
material. En el día de esta paz, siempre fecunda, es
hora de meditación he dicho, meditar sobre lo que ocu
rrió y sobre lo que pasó en horas aciagas de incom
prensión para alentar la fe en nuestros destinos. Pués,
esa fe y ese fervor místico en las virtudes propias
de nuestra raza, es la que nos hará encontrar la senda
del progreso de la nación paraguaya, como ya la es
tamos encontrando con el gobierno constructivo y edi
ficante del General Stroessner. Uno de los atributos
de esta fe, es el valor, y necesitamos de ese valor para
los emprendimientos futuros en pos del bienestar na
cional, que lo obtendremos sólo contemplando siem
pre a nuestro Paraguay con la unción suprema del pa
triotismo.
Nuestra gloriosa Marina de Guerra también se hi
zo presente en el Chaco. En efecto, había llegado un
momento en que la situación del Ejército del Chaco
era aparentemente precaria y desesperante. Situación
creada por la inferioridad numérica de nuestro ejército.
La punta de lanza del mismo, el ejército combatiente
propiamente dicho, era numéricamente muy inferior al
de Bolivia y estaba equilibrándose sobre el borde de
un abismo sin fondo. Estábamos luchando práctica
mente UNO contra CUATRO y el potencial humano y
económico de Bolivia se hacía sentir con la elocuencia
de los números, y sólo mediante la sabia aplicación por
nuestro Comando en Jefe de los Principios Generales
de la Guerra, estábamos no sólo sosteniendo nuestro
dilatado frente, sino, obteniendo victorias estupendas
como el de EL CARMEN y sus consecuencias directas,
las demás grandes victorias que desmoronaron estrepito
samente el frente enemigo, así como también repercu
154
tían desastrosamente en su retaguardia, produciéndose
el derrocamiento del Presidente Salamanca, quien siem
pre se manifestaba despectivamente con respecto a nues
tro país. De él brotaron expresiones como éstas: LA
REPUBLIQUETA DEL SUDESTE y aconsejaba pisar
fuerte en el Chaco para BOLIVIANIZAR EL CHACO (a
falta de títulos) y agregaba que EL DERECHO no era
más que una "ficción de los pueblos débiles" etc. etc.
También en Ginebra, el Comité Consultivo de la famo
sa Liga de las Naciones, resolvió que el embargo de
armas, subsistente para ambos combatientes fuera le
vantado para la República de Bolivia y mantenido firme
para el Paraguay, amenazándonos, además, con otras
sanciones económicas, tratándonos prácticamente, como
país agresor. Y estas deliberaciones del Comité Consul
tivo, estaban dirigidas nada menos que por el Dr. José
María Ccúntilo, representante personal del Canciller Ar
gentino, Dr. Saavedra Lamas. El Paraguay, en tal con
tingencia, se encontraba huérfano de amigos, como
consecuencia de la desastrosa política internacional que,
por aquel entonces practicábamos. Habíamos llegado a
la Guerra del Chaco sin amigos!! Ni el gobierno de
Chile, que enviaba mercenarios (jefes y oficiales) para
engrosar al ejército de Bolivia y obreros que reempla
zaran al brazo boliviano de las minas; ni el gobierno
Brasilero, que alimentaba al ejército de Bolivia por
Puerto Suarez, ni el gobierno Argentino que dirigió y
votó en contra nuestra en el Comité Consultivo de la
Liga de Naciones en Ginebra, estaban con nosotros.
No teníamos amigos y nos debatíamos solos, confiados
únicamente en nuestros propios y ya menguados re
cursos. Tal era la situación, aunque en el frente de ope
raciones, existían, no obstante, vastos planes de ofen
sivas, tanto del lado paraguayo como del lado bolivia
no. Y en estas críticas circunstancias, el Comandante
en Jefe del Ejército del Chaco, pidió al Ministerio res
pectivo, que la Marina de Guerra se hiciera cargo del
SECTOR NORTE. Fue así, como la Marina de Guerra,
después de haber resuelto al Ejército del Chaco la ma
yor parte de sus problemas logísticos, después de ha
ber cumplido eficaz y brillantemente su misión espe
cífica, después de colaborar instalando en el propio Cha
155
co una sucursal de sus Arsenales, después, de que sus
gloriosos miembros han engrosado ya los Batallones,
Regimientos y Divisiones del Ejército del Chaco, pe
leando codo a codo con sus camaradas del ejército,
también vino a defender este SECTOR de la lucha con
sus cuadros de Jefes y Oficiales propios y cuyo SEC
TOR abarcaba desde Puerto Guaraní hasta las avanza
das del frente, allá por las cabeceras del Río Negro,
frente a los Fortines bolivianos de Vitriones, Santa Cruz
y Quijarro, camino de Puerto Suarez, sin descuidar
Olimpo, Mayor Torres, General Díaz, Bogado y Flo
rida. Y tenemos la satisfacción de afirmar, que la Ma
rina de Guerra, en este Sector de la lucha, no sólo man
tuvo libre de enemigos el terreno que el Ejército con
fiara a su custodia, sino que, conquistó más territorios
para el 12 de Junio de 1935.
La» historia de la actuación de nuestra gloriosa Ma
rina de Guerra, durante la contienda Chaqueña, aún
no se ha escrito y es una página todavía en blanco de
la Historia de la Patria. Alguna vez se han de llenar ese
claro, que por cada día que transcurre está constitu
yendo una verdadera necesidad, porque la nación y el
pueblo paraguayo tienen el derecho de conocer en for
ma pormenorizada la actuación de todos sus hijos, en
una contingencia tan trascendente como la guerra del
Chaco.
Habíamos dicho que en las postrimerías del con
flicto bélico que nos ocupa, el Paraguay estaba luchan
do en forma desproporcionada y desventajosa en el fren
te de operaciones en el Chaco, debido principalmente
al factor humano y económico que revertía) favorable
mente hacia Bolivia, ya que su población era cuatro
veces más que la nuestra. Pero, felizmente, el Paraguay,
en cada época y en cada lapso de su Historia, siempre
ha encontrado su hombre, su CONDUCTOR, su CAU
DILLO., como lo fuera en ese entonces nuestro glorio
so Mariscal don JOSE FELIX ESTIGARRIBIA. Perso
nalidad de preclaras virtudes ciudadanas, de preciados
quilates: Sereno, inteligencia privilegiada, capaz y de
mucho amor a la responsabilidad, audaz y siempre con
156
m a clara visión de las contingencias y circunstancias,
siempre cambiantes en el teatro de operaciones y, so
bre todo, con una inmensa confianza, con una inmensa
fe en las virtudes del soldado guaraní, de quien fuera
su egregio y digno CONDUCTOR.
Al dejar cumplida en esta forma la misión que
mis camaradas ex-combatientes de la Guerra del Cha
co me confiaran, aprovecho para agradecer a este ama
ble auditorio por la atención prestada.
Nada más.
157
BAHIA NEGRA
12 DE JUNIO DE 1966
Sras. Sres.
A pedido de mis camaradas ex-combatientes de la
Guerra del Chaco, he aceptado pronunciar unas breves
palabras en este acto por demás solemne, en que nos
hallamos reunidos para conmemorar una fecha más
de la Paz del Chaco. Y para comenzar debo deciros,
que he traído conmigo la voz del pasado. Esa voz, que
para mi y mis compañeros de armas, tienen la misma
sonoridad y la misma elocuencia que las glorias inmar
cesibles que nuestros mayores supieron conquistar, pa
ra honra y bien de la Patria. Pero al mismo tiempo,
he traído también acompañando a esa voz del pasado,
mis propios sentimientos, mi propia manera de sentir
y de ver las cosas, a través del binóculo sagrado del
más puro patriotismo. Y he venido a este acto con una
renovada unción patriótica, para recordar a nuestros
muertos gloriosos y a los hechos heroicos que jalo
naron y coronaron a esa gesta grandiosa, estupenda y
sublime que fue la guerra del Chaco. Y no está demás
recordar estos hechos heroicos, porque todos ellos, en
su conjunto, constituyen un verdadero emporio de ri
queza espiritual, que irá aumentando y que irá acre
158
centando el patrimonio moral de la nación. Y es por
eso, señores, que años tras años en todos los rincones
de la República, del uno al otro confín hasta en la
lejana e histórica Bahía Negra, nos reunimos, al pie
del pedestal, verdadero santuario nacional, erigido en
memoria de uno de los héroes auténticos de la Guerra
del Chaco, el Coronel don José Julián Sánchez. Y aho
ra, nos encontramos aquí, para, a la vez de recordar
esta fecha del calendario nacional, tratar de conmemo
rar los hazañosos hechos realizados por esa figura incon
fundible y legendaria del héroe paraguayo, del guerre
ro guaraní, quien derramando su sangre generosa du
rante siglos, nos escribiera las páginas más brillantes
de la historia patria. Sí, señores, la HISTORIA, esa ma
dre generosa de la experiencia, que también tiene sus
miradas retrospectivas, pero que, mediante esa visión
del pasado, nos ayuda a transitar con más tranquili
dad y con mayor seguridad por los senderos que el
destino ha deparado a nuestra nación. Y hablando de
HISTORIA, también es verdad que ella por sí sola, nada
decide, por sí sola, nada resuelve pero, eso sí nos sirve
de buena consejera y también irradia destellos de luz
sobre el entendimiento humano.
La guerra entre dos pueblos ha concluido. Dos
pueblos hermanos que se conocieron y se encontra
ron en medio del fragor de las batallas y en medio del
quehacer ardoroso de la Guerra del Chaco. Hoy, han
vuelto a encontrarse, pero no ya con ímpetus guerre
ros, sino con ímpetus de paz, para practicar la her
mandad, la fraternidad y una amistad sincera y cuya
prueba nos la dio, recientemente, en ocasión de su vi
sita a nuestro país, el ilustre Presidente de Bolivia, Gral.
de la Fuerza Aérea, don René Barrientos Ortuño. El ár
bol de la bendita paz, de este modo, ha vuelto a fruc
tificar, derramando a manos llenas sus pétalos dora
dos por doquier y, cubriendo con sus blancas fio reci
llas todo el ámbito nacional.
Muchas gracias.
159
BAHIA NEGRA
12 DE JUNIO DE 1967
160
gaba a cobijar a los combatientes de uno y otro bando,
marcando así una etapa más en la vida y en el hori
zonte de dos pueblos hermanos; hermanos por su co
mún destino impuestales por la geografía que los ha
cían víctimas de la configuración mediterránea de sus
destinos semejantes. Guerra causada por intereses di
ferentes a sus realidades comunes y que motivaran la
terrible sangría durante tres largos años de cruentos
sacrificios, de penurias inenarrables, ante los cuales,
los cuadros dantescos del apocalipsis, quedaron opa
cos, quedaron pálidos ante esta realidad vivida en las
selvas y en los cañadones chaqueños. Pero-, esta guerra
que, de hecho configura y ha desatado los malignos sen
timientos de la naturaleza humana, también lleva en
vuelta en sus pliegues pecaminosos, sus grandes virtu
des, si acaso una guerra pueda engendrar también vir
tudes. Pero, la realidad es que ella nos ayudó a cono
cer mejor nuestras propias virtudes intrínsecas que se
anidaban adormecidas en las entrañas de la rasa, de
esta raza tan y tantas veces golpeadas por la injusta ad
versidad de su sino, en la vida que le tocó soportar
con el estoicismo, la constancia y el valor indomable,
digno de otro porvenir mejor. Me estoy refiriendo a
las dos grandes guerras que se vio obligada a aceptar
en legítima defensa de su libertad y de su integridad
territorial. La primera, que fue de exterminio al su
cumbir ante las fuerzas poderosas de la coalición tri
partita, de funesta memoria, y que convirtiera en ce
nizas a todo lo largo y lo ancho del territorio nacional
y que sólo se vieron obligadas a paralizar su destruc
tora máquina guerrera, ante la inmolación de Cerro
Corá, gólgota sublime de nuestro infortunio inmere
cido. Pero esta raza bendita1, madre de tantas glorias,
surgió de entre sus cenizas humeantes, parodiando al
ave fénix de la leyenda. La segunda que también nos
fuera impuesta por las circunstancias y que nos vié
ramos obligados ha afrontarla para salvar nuestra li
bertad, para salvar de una nueva mutilación nuestra
heredad territorial, para salvar el honor y la dignidad
de hombres libres con historia que raya en los lindes
de la leyenda. Si, señores, una raza y una patria que
conoció a un Antequera -y Castro, a un Juan de Mena,
161
a un Ramón de las Llanas y que afrontara batallas me
morables como las de Faraguarí y Tacuarí, no podía
menos que erigirse vertical como el quebracho de
nuestras selvas, en defensa de su soberanía; una pa
tria y una raza que forjó en el yunque acerado a un
José Gaspar Rodríguez de Francia, a quien le debe
mos en gran medida la consolidación de nuestra inde
pendencia, ya que luchó decidida y denodadamente,
con ímpetu incontenible, contra la anti-paitria tratando,
al mismo tiempo de formar, de inculcar e incrustar
en el alma del SOBERANO, las ideas y sentimientos
que forjaron, luego, nuestra nacionalidad. Esta lucha
a muerte se tuvo que afrontar contra tres enemigos
principales o tres corrientes que caracterizó a los ene
migos de la patria: Contra los bandeirantes portugue
ses quienes desde tan lejana base (el atlántico) aflo
raban por nuestras fronteras; contra la prepotencia y
oligarquía de Buenos Aires en convivencia con la SECTA
maldita de los legionarios porteñistas, que, por aquel
entonces estaban ya en gestación y que no otra cosa
constituían sino viles contrabandistas que veían peli
grar sus intereses particulares, ya que, como conse
cuencia de todo ello, no guardaban ni sentían en su
fuero interno, ningún sentimiento de patria, ni de na-
cionalidad y sólo contemplaban sus mezquinos intere
ses que sobreponían a todo sentimiento sagrado de
patria y de nacionalidad, que nacía augusta y soberana
e independiente. Estos legionarios porteñistas de tem
peramentos y sentimientos inadaptables e incompati
bles con la idea de patria y de nacionalidad, fueron
los que combatieron haciendo uso de las armas más
viles, contra la formación de nuestra nacionalidad que
nacía refulgente a la vida independiente y para ello crea
ron e inventaron "tiranías", ya sea de Francia, ya sea de
don Carlos Antonio López o ya sea, del Mariscal Frctin-
cisco Solano López. El legionario porteñista odiaba pro
fundamente a estos prohombres de nuestra nacionali
dad y a nuestra patria misma por lo mismo que pen
saban, en sus elucubraciones, que la Patria Paraguaya
era creación exclusiva de estos “ tiranos” para uso tam
bién exclusivo de los mismos, de aquí su odio caver
nario, contra todo proceso de nuestra evolución. Y res
162
pondiendo a ese sentimiento de la anti-patria es que,
vinieron acompañando a Belgrano, ofrecieron sus ser
vicios a Rosas en el año 1851, para invadir el Para
guay y, así Rosas incorporaría al Paraguay com o Pro
vincia Argentina y, finalmente, acompañaron a Mitre
y sus aliados entre los cuales se encontraba un impe
rio esclavócrata, para venir a mutilar y destruir nues
tra hermosa Patria Paraguaya con una guerra de exter
minio. Ese sagrado sentimiento de patria estaba au
sente de sus corazones y se mofaban de los mismos por
que no podían admitir o concebir la formación de
la nación paraguaya, que, para ser nación y defen
derse de sus enemigos y poder subistir como nación,
creó esta raza formidable y sus propios dictadores a
la manera de la antigua Roma, ya que un solo “ tirano”,
sin la colaboración del auténtico pueblo paraguayo, no
podría nunca formar una nación, lo cual sería, desde
luego, un contrasentido que reñiría con el buen sen
tido. Eso si, perjudicados en su intereses de contraban
distas con el aislamiento del Paraguay, impuesto por
el Dr. Francia, no pudieron nunca concebir a la na
ción paraguaya, no auscultaron ni escucharon a la voz
sacrosanta de la patria, cuyo eco nos venía de las pro
fundidades de nuestra, historia, ignoraban nuestra virtu
des y la formación de la nación paraguaya, les parecía
cosas disparatadas de los habitantes de algún otro pla
neta. Esa fue la causa por la cual el Dr. Francia los
perseguía tenaz y denodadamente porque comprendió
que era necesario extirpar, cauterizar ese cáncer que
se pretendía incrustar en el alma de la raza. Y fue así
que el Dr. Francia y los López constituyeron el fac
tor preponderante, el elemento vital de quienes se sir
vió o se valió el pueblo paraguayo para poder defen
derse de sus enemigos que lo acosaban por todas par
tes: Bandeirantes portugueses, porteñistas y legionarios
y, finalmente la misma madre patria no se resignaba
todavía a perder una Provincia que en un tiempo fue
ra la gigmte de indias. . . .
En cuanto a la segunda guerra, la del Chaco, que
también nos fuera impuesta porque intereses foráneos
rondaban por el altiplano hasta conseguir desatar la
163
vorágine de la guerra, la cual tuvimos que afrontarla en
condiciones muy desventajosas porque nuestro ejército
carecía de una eficiente preparación técnica y sin nin
guna organización para hacer frente a una guerra como
la del Chaco Boreal. Es esta guerra la que nos devolvió
la conciencia de nuestros propios valores, de la vir
tudes ancestrales de la raza que no había sufrido men
gua como consecuencia de la guerra grande, a pesar
de que al terminar, fueron los viles personajes de la
anti-patria quienes orientaron, por varios años, la vida
nacional y nos impuso la moral y el espíritu legiona
rio porteñista con la negación de nuestra glorias más
puras, mofándose de nuestros héroes legendarios, quie
nes un día asombraron al mundo por la forma en que
ese grandioso plebiscito nacional defendía palmo a pal
mo el suelo sagrado de la Patria; y luego, nos impu
sieron normas y costumbres e instituciones foráneas,
extranjerizantes que sirvieran de base al desenvolvi
miento de la vida nacional. Como consecuencia de todo
ello, el paraguayo fue desheredado de su tierra y se
convirtió, en un paria dentro de su propia tierra, que
pasó a manos de extranjeros sin humanidad y sin al
ma, para amontonar riquezas fabulosas a costa del sa
crificio y a fuerza de subcionar la sangre del hombre
paraguayo. Felizmente, en la hora presente, el Para
guay se está recuperando a pasos acelerados y el pa
raguayo vuelve a tener tierras, como antaño, median
te el constructivo y progresista gobierno del General
Stroessner,
Como ya dijimos, la paz ha vuelto a florecer sobre
ambos pueblos, ayer en porfiada lucha ai muerte y la
estrella rutilante de una nueva aurora, está guiando el
porvenir de la patria. El paraguayo, ese hombre que
siempre ha sustentado la religión del patriotismo, está
emergiendo de nuevo, triunfante, dueño del terreno mien
tras que aquellos, ya están marcados por la conciencia
nacional como viles traidores a la patria que es el es
tigma infamante que corona sus frentes y golpea sus
conciencias de mercaderes pérfidos y traidores.
Muchas gracias.
164
BAHIA NEGRA
12 DE JUNIO DE 1970
166
nes que nos sucederán con el tiempo, seguirán mante
niendo enhiesta la bandera del patriotismo, del valor
y abnegación que le hemos brindado, que le hemos le
gado con nuestra sangre, con nuestro propio ejemplo
y con nuestra muerte, con nuestros inmensos sacrifi
cios, con nuestra! abnegación y estoicismo sin paralelo
en la historia de la humanidad.
JUVENTUD DE MI PATRIA: En breves y apreta
das síntesis os he recordado los esfuerzos sobrehuma
nos, los sacrificios inmensos, el valor legendario que
raya en la leyenda, que la esforzada generación del
Chaco ha realizado en las horas solemnes de la lu
cha durante el tiempo que duró la Guerra del Chaco.
Por todo ello, cuando en el transcurso de vuestra vida,
os lleguéis a topar con uno de estos veteranos de la
Guerra del Chaco debéis rendirle la debida pleitesía, la
debida veneración, el debido respeto y consideración
porque debéis tener presente que ese hombre es un
héroe nacional que salvó a la Patria y como todo hé
roe, debe estar muy cerca de Dios.
Pero, al mismo tiempo de conmemorar tan digna
mente, aunque dentro de la modestia de nuestros me
dios, esta fecha del 12 de junio, al cumplirse el 35 ani
versario de la bienhechora y bendita paz del Chaco, no
podemos pasar por alto otras dos fechas o efemérides
nacionales muy recientemente conmemoradas por toda
la ciudadanía del país, y ellas son: En primer término
la del 1? de Marzo, fecha cumbre de nuestro mártir
rologio y que, después de haber trazado, con el sacri
ficio de nuestro muertos gloriosos, la diagonal de san
gre de uno a otro confín de la república, culminara
en el escenario del gólgota sublime de CERRO CORA,
cuyo CENTENARIO, todo el pueblo paraguayo, al uní
sono, sean descendientes o no de legionarios, acaban de
festejarla tan dignamente, desde nuestro Primer Ma
gistrado de la República hasta; el más humilde ciuda
dano, con toda la majestad que el acto requería.
Guerra aquella, la más horrorosa, la más cruel y
la más injusta de todas las guerras de que se tenga
memoria en el continente americano, y que tuviera por
167
causa principal, no la cuestión de límites precisamen
te, ni otros motivos aparentes, igual como en la guerra
del Chaco, victimándose a los pueblos, sino más bien
y muy principalmente, intereses foráneos, completa
mente ajenos a los pueblos en lucha. Siendo uno de
ellos o de esos factores, el mercantilismo inglés, que
tenia como punta de lanza y como caballo de batalla
para su codiciosa penetración en los mercados del Pla
ta, a una doctrina política abstracta, el liberalismo con
sus logias masónicas y que, la Gran Bretaña había ex
portado, por distintos medios y conductos, al Rio de
la Plata, con fines utilitarios exclusivamente, con fines
puramente mercantilistas, con fines inconfesables de la
explotación sin medida de las riquezas que atesoraban
estas comarcas prodigiosamente dotadas por la natu
raleza. Figuraban como cabera principales de esta doc
trina, Bartolomé Mitre, Elizalde, Domingo Faustino Sar
miento y otros en la República Argentina, con muy
altos grados en las logias masónicas y, en el imperio del
Brasil, todo el Gabinete de SAN CRISTOBAL. Esta
nefasta doctrina que la Gran Bretaña impusiera en el
Plata, apoyada por sus poderosas Escuadras, domina
doras de todos los mares del mundo, no podía mirar
con buenos ojos a un Paraguay que estaba progresando
a pasos agigantados, trayendo la felicidad en pos de
sí, del hombre paraguayo, sin ninguna necesidad de in
troducir en sus costumbres, ni en sus instituciones au
tóctonas, esa rapiñera doctrina del liberalismo, ni de
más costumbres e instituciones foráneas. A los ojos de
estos asaltantes mercantilistas, el Paraguay, encerrado
en el misterio de sus selvas milenarias, constituía un
mal ejemplo para las otras naciones sud americanas,
especialmente para las del Plata, dentro de cuyos ám
bitos ya había conseguido imponer y conquistar sus
designios ocultos de la explotación de las riquezas con
tenidas dentro del territorio de dichas naciones.
El Paraguay, al contrario de las otras nacionalida
des hermanas, constituía un círculo cerrado a sus pre
tensiones explotativas y no estaba apegado a las doc
trinas foráneas del “Partido de los Principios”, como
lo denominara sus doctrineros, Bartolomé Mitre y sus
168
cofrades, principalmente los representantes de las lo
gias masónicas, organizaciones éstas de catapultas, an
te altares misteriosos del genio invisible, que, con toda
tenacidad, con toda saña e implacable maestría, estaban
imponiendo dichas doctrinas sobre el sepulcro de las
ideas nacionales y autóctonamente argentinas.
El Paraguay, mientras tanto, haciendo uso exclu
sivamente, de sus propias y autóctonas instituciones,
de sus propios Caudillos, que en todas las horas de
su historia, siempre los ha encontrado, seguía pros
perando aceleradamente en todos los órdenes de la vida
nacional, organizando y haciendo uso de sus propias
riquezas, para el fomento de la vida cultural, espiri
tual y material de la nación.
Este mal ejemplo que el Paraguay estaba dando
mediante su progreso a todo vapor, a la doctrina ra-
piñera del liberalismo inglés, fue su grande e imper
donable pecado mortal, ya que atentaba contra los in
tereses egoístas e irrefrenables de quienes estaban tra
mando la guerra desde tiempos atrás, y se le venía en
cima, bajo cualquier pretexto o motivo aparente, vién
donos atrapados, por enmarañados proyectos maquia
vélicos de exterminio, desolación y muerte.
Allí están brevemente expuestos, las verdaderas
causas de la guerra grande. Por otro lado, no podían
permitir que el Paraguay siguiera recelando de las teo
rías importadas y cuyo recelo, hizo que siguiera ela
borando con mayor empuje aún, su doctrina propia,
la del hombre paraguayo, porque más le interesaba las
voces recónditas de sus selvas virginales y de la tierra
materna, antes que los vacíos principios ds las doctri
nas foráneas.
Necesitaba más de las ideas vernáculas, para que
el alma mater de la paraguayidaú, celosamente guar
dadas por sus Caudillos máximos: el Dr. Francia y los
López, en el cofre sagrado de sus corazones, pudiera
surgir de sus entrañas profundas, amparada bajo el
manto sagrado de un patriotismo sin mácula.
169
Y así ocurrieron las cosas que, los falsificadores
de la Historia, pretendieron darle otro caris, disfra
zando con argumentos diametralmente opuestos a la
verdad histórica, a la realidad consumada bajo el sa
crificio y el exterminio de un pueblo pacífico y tra
bajador, como lo era1 y lo es el pueblo guaraní. No
sotros, cuando niños, no tuvimos la suerte de apren
der la verdadera historia patria y, sí, la historia falsi
ficada impuesta por los falsificadores y mistificadores
de la verdadera historia patria.
Los Mitres, los Elizáldes, los Sarmientos y los hom
bres del Gabinete Imperial, no constituía en esos even
tos otra cosa que verdaderos muñecos, verdaderos tí
teres, que cumplían estricta e incondicionalmente las
resoluciones tomadas, por esos poderes ocultos, que
deliberaban dentro de cuatro paredes, herméticamente
cerradas y celosamente custodiadas.
Al festejar tan dignamente aquel CENTENARIO re
ciente del martirologio de CERRO CORA, el pueblo
paraguayo ha rehabilitado para siempre a nuestros hé
roes gloriosos, con su Jefe máximo a la cabeza, el Ma
riscal de acero, don Francisco Solano López y, cuyos
nombres sagrados, fueran tan vilipendiados por los le
gionarios y enemigos de la patria, que después del de
sastre, se enseñorearon de la nación, imponiéndonos
Instituciones y costumbres foráneas, extraj erizantes y
que repudiaban todo lo autóctono, todo lo nacional,
todo lo que era auténticamente paraguayo, hasta nues
tra dulce lengua vernácula, para luego, seguidamente,
entrar con las manos libres para explotar todo el po
tencial de nuestras riquezas y chupar como sanguijue
las, la sangre generosa del hombre paraguayo, convir
tiéndole, mediante esa inicua explotación, en un ver
dadero paria dentro de su propia tierra.
Felizmente, el mitrismo está ya en decadencia pronun
ciada, prácticamente está muerto, el legionarismo tam
bién y es el revisionismo histórico el que está batiendo
alas, triunfando plenamente sobre todo el suelo ame
ricano y hemos vuelto, mediante ello, por los fueros
de la nacionalidad. El Paraguay ha vuelto a retomar
170
el histórico sendero que nuestros mayores nos indica
ron y nos enseñaron, vivimos feliz, vivimos en paz, acu
ñando en nuestro propios valores con el progreso ac
tual y volviendo a renacer de entre sus cenizas, como
el ave fénix de la leyenda...
La otra fecha que mencioné y que acabamos de
festejar es la del 14 y 15 de Mayo en su 159 aniversa
rio, fecha no menos gloriosa parai la nacionalidad, por
su significado histórico, en que los grandes de la pa
tria, nos han abierto el anchuroso campo de una vida
independiente y soberana, no sujeta a poderes extra
ños y, que fuera festejada alborozada por toda la ciu
dadanía de la república, tan fausto como glorioso acon
tecimiento, ya que su CENTENARIO, en el año 1911,
no ha podido ser festejada porque este suelo de gua-
rán se hallaba en desgracia. Negros nubarrones cu
brían el cielo de la patria, porque querellas intestinas
entre sus propios hijos, para no decir entre paragua
yos de un mismo partido político, se hallaban ensan
grentando el suelo nacional, combatiéndose enconada
mente entre hermanos. Pero todas estas desgracias na
cionales han pasado, ojalá para siempre, para que la
juventud del presente pueda transitar más tranquila,
estudiar y pensar en paz y más despreocupada de in
tereses mezquinos, en bien del porvenir de la nación,
que debe ser el norte y la estrella luminosa que guie
sus pasos para que así, la juventud del presente, pue
da encontrarse capacitada para rendir el sagrado tri
buto que ella debe ante el altar de la patria.
Para terminar, señores, debo agradecer a este ama
ble auditorio por la atención dispensada.
Muchas gracias.
171
ASUNCION - PARAGUAY
31 de Octubre de 1970
172
Excelentísimo señor Ministro de Defensa Nacional,
Gral. de Div. don LEODEGAR CABELLO,
Señor Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas
de la Nación, Gral. de Div. don JUAN A. CACERES,
Señores Senadores y Diputados de la Nación,
Señores Edecanes, Naval y Militar, representantes de
S.E. el señor Presidente de la República, General de
Ejército don ALFREDO STROESSNER
Señores Presidente y Miembros de la Misión Naval
Argentina,
Señor Comandante de la Flotilla de Guerra Nacional
Señores Comandantes del Cañonero “Paraguay” y “Hu
maitá”
Gloriosos Jefes y Oficiales, ex-combatientes de la Guerra
del Chaco,
Señoras y Señores:
173
Su protagonista, el cruaado del Chaco, vencedor
de un enemigo valiente, tenaz y bien armado; vencedor
de los rigores de cuatro inviernos y del fuego abrasa
dor de veranos infernales; vencedor, sobre todo, de la
angustia tremenda de la sed, “es acreedor — diré con
un compatriota ilustre — más que de un pétreo mo
numento labrado por el cañón, de la página fulgente y
vivida, digna de su esfuerzo esquiliano, que lo inmor
talice en la emoción de los hombres venideros y lo ctínte,
con arrobadora elocuencia, en la epopeya de los siglos"
La Marina de Guerra, fiel a su gloriosa tradición,
cumplió también con abnegación y valor la consigna
de la hora, colaborando patriótica y eficientemente en
el sacrificio común.
Se hizo cargo de los Arsenales, de los servicios téc
nicos del frente de operaciones y de la retaguardia, del
transporte de los hombres y del correspondiente ser
vicio logístico, del transporte automotriz, de las trans
misiones telegráficas y telefónicas, de los servicios de
criptografía y, por sobre todas las cosas, del dominio
seguro, incuestionable, del Río Paraguay.
He de recordar asimismo que Jefes y Oficiales de
la Armada han actuado con eficiencia técnica en la lí
nea de fuego y que algunos jefes gloriosos han tenido a
sus Batallones y Regimiento tal com o el caso del Capi
tán Rubén Ayala comandados por distinguidos mari
nos que merecieron la máxima condecoración.
Los Cañoneros “ Paraguay” y “ Humaitá”, entonces
los más modernos en su género, con capacidad de sur
car todo el ámbito de nuestro río epónimo sin reabas-
tecerse de combustible, capacidad de transportar Re
gimientos pesados de 1.600 hombres equipados, capa
cidad de tiro antiaéreo hasta 8.000 metros de altura,
con potencia de fuego rápido —según los datos técni
cos—, dominaban todo el litoral chaqueño, permitien
do el normal abastecimiento de nuestro Ejército en Cam
paña, sin que la poderosa aviación enemiga osara in-
cursionar por sus dominios. Lo intentaron una sola vez,
luego se fueron para siempre.
174
Para señalar la eficacia con que se utilizaban estos
Cañoneros y la seguridad con que eran manejados —nos
decía el benemérito Capitán Bozzano— basta recordar
que el Regimiento pesado “ Pittantuta”, después de 18
horas de navegación, a toda máquina, desembarcó en
Casado los 1.600 hombres con todo su armamen
to automático; llega al km. 7 de la recta Herrera y,
sin pérdida de tiempo, entra en acción a 760 km. del
punto de partida, es decir, de Asunción.
Así la Flotilla de Guerra lleva y trae a los puntos
básicos del litoral —según las estadísticas— más de
160.000 hombres, víveres, combustibles, armamentos,
proyectiles, camiones, carros y tantos otros elementos
más, sin ningún trastorno, ni pérdidas humanas ni de
material, contribuyendo en forma decisiva a la Victo
ria Final.
Treinta y cinco años después, aún resuena nítida
mente en nuestros oídos “el presagiante ulular de sus
sirenas”. Aquel grito que anunciaba la partida hacia
el frente en los días aciagos e inciertos de la guerra,
conmovía a todo el pueblo paraguayo que lo escuchaba
al retirarse lentamente de los malecones, con su ban
dera de guerra desplegada al viento, envueltos en densa
humareda, a los sones marciales del épico “Campamen
to Cerro León” y en medio del significativo agitar de
miles de pañuelos blancos. . .
Excmo. señor Ministro: Agradecemos esta honrosa
distinción, alcanzada gracias a la patriótica actuación
de nuestra gloriosa Marina de Guerra, con nuestro más
sincero homenaje de admiración y gratitud al Soldado
del Chaco y al Gran Conductor de nuestro glorioso
Ejército en Campaña, Mariscal don José Félix Estiga-
rribia. Asimismo al Cap. de Nav. don Manuel T. Aponte,
a la saaón Comandante de la Armada Nacional, y al
Cap. de Nav. don José Bozzano, entonces Director Ge
neral de los Arsenales de Guerra y Marina, otro autén
tico obrero de la Victoria.
Agradezco a las altas autoridades civiles y mili
tares, a los señores Jefes y Oficiales Veteranos de los
175
Cañoneros “Paraguay” y “Humaitá”, familiares y ami
gos su grata y honrosa presencia, con la cual dieron a
esta significativa ceremonia mayor realce y solemnidad.
Finalmente, valgan mis palabras para expresar asi
mismo al Excmo. señor Presidente Stroessner, gran
soldado del Chaco y gobernante ejemplar, nuestro ho
menaje de gratitud y admiración por su constante preo
cupación por la suerte de los veteranos, lisiados y mu
tilados de la guerra; por sus grandes obras de gobier
no y por sus patrióticos desvelos por el engrandecimien
to constante de nuestra querida patria, imagen superior
de todos los anhelos, " síntesis de todos nuestros es
fuerzos y destino final de nuestros huesos”!
(grandes aplausos)
176
ALOCUCION DEL CAP. DE CORB. (SR) RODOLFO
DAVALOS EN EL ACTO DE CONDECORACION DE
LA CRUZ DEL DEFENSOR A LAS TRIPULACIONES
DE LA FLOTILLA DE GUERRA
177
cual en el puesto que le tocara actuar, el máximo es
fuerzo, para poder satisfacer en forma eficaz y opor
tuna, las necesidades terriblemente angustiosas del fren
te de operaciones del Chaco Boreal. Así que, el Go
bierno Nacional, al otorgarnos la Cruz del Defensor, no
ha hecho otra cosa, que reparar una injusticia tan lar
gamente esperada. En aquella histórica ocasión, cada
tripulante, cada marinero, tenía plena conciencia de su
responsabilidad, para afrontar con decisión, con estoi
cismo y entereza, las peripecias de la terrible encru
cijada que el destino nos deparara nuevamente, ape
nas medio siglo después de nuestro martirologio y que
culminara en el Gólgota sublime de Cerro Corá y, cuyo
centenario, acabamos de festejar tan dignamente, de
uno a otro confín de la república.
Creemos de nuestro deber y considero oportu
no este simpático acto de camaradería, para tratar de
justificar de que esta benemérita distinción otorgada-
senos, no es un presente caído milagrosamente del cielo,
ni tan siquiera un favoritismo, y a cuyo efecto haré
una muy breve reseña, en apretada síntesis, sobre la
actuación de la Marina de Guerra durante la guerra del
Chaco, y para lo cual, no tendré reparos en repetir ne
cesariamente, algunos capítulos ya recordados en algu
na oportunidad.
Previo este introito, entraré en materia con toda
la unción patriótica que me embarga en estos instantes
de recordación histórica.
AVIACION NAVAL
179
que los prestados por sus camaradas de la Aeronáutica
Militar. El bombardeo nocturno, fue una novedad para
toda Sudamérica, realizado por primera vez en este
continente por la aviación naval paraguaya. El enton
ces Tte. 1? de Marina, hoy Contraalmirante en retiro,
don Ramón E. Martino; el Contraalmirante también en
retiro don Ramón Díaz Benza, el Tte. Observador Job
von Zastrow, el guardiamarina Fretes Yódice y otros
miembros de la aviación naval, fueron los autores de
esta hazaña novedosa para aquellos tiempos heroicos.
Cerca de cien horas de vuelos nocturnos se realizaron
en el Sector Norte (Bahía Negra) que fuera el teatro de
sus hazañas. Los fortines bolivianos: Vitriones, Santa
Cruz, Quijarro, San Juan, Mutún, sintieron y soportaron
los efectos de sus bombas mortíferas. Puerto Suarez, se
escapó de estos bombardeos porque el Sr. comandante
en Jefe del Ejército del Chaco no lo autorizó, por lo mis
mo que lo consideró como una población civil, dene
gando la autorización solicitádale tan insistentemente.
Al final de la guerra llegamos con sólo dos aparatos de
los tres que teníamos, ya que el R. 3 se perdió en un
accidente fatal. Pero, todo esto: qué nos está diciendo?
No nos está dando, acaso la idea, no nos está dando
acaso la pauta de que en la Marina de Guerra existía
una cabal conciencia técnica para la conservación de
estos elementos valiosísimos para la defensa nacional?
Y ya que estamos hablando de Aviación Naval, tengo
la gran satisfacción de hacer notar a esta amable con
currencia, la presencia muy grata entre nosotros, de
un esforzado caballero del aire quien, después de haber
prestado sus servicios en la Flotilla de Guerra, en su
carácter de director de Tiro del cañonero “ Humaitá”,
bajo mi comando por aquel entonces, pasó a servir en
el arma de sus amores, volando con toda gallardía y
singular prestancia por los cielos de la patria, en cum
plimiento de misiones difíciles, pero muy difíciles y
arriesgadas, durante la contienda chaqueña. Me estoy
refiriendo, señores, al Contraalmirante don Ramón E.
Martino, para quien pido un aplauso, (estruendosos
aplausos).
180
ARSENALES DE LA MARINA DE GUERRA
INTELIGENCIA NAVAL
EL RIO PARAGUAY
182
del comienzo de las operaciones del conflicto guerre
ro, ya tenía previsto su Plan de Movilización, de sus
Reservas Técnicas, su Plan de Movilización, Industrial,
y su Plan de Movilización de Transportes Nacionales.
Y así fue, que cuando sonó la clarinada bélica del Cha
co, fueron movilizados y puestos en acción inmediata
mente los transportes “Cuyabá”, “Holanda’’, “ San Fran
cisco”, “Rodolfo B.”, “ Parapití” y otros varios, con los
cuales, la Marina de Guerra hizo todo y solucionó gran
parte de sus problemas logísticos al Ejército del Chaco.
INFANTERIA DE MARINA
Pero, a la Marina de Guerra, señores, después de ha
ber cumplido tan brillantemente su misión específica
y después de haber resuelto al ejército, también en for
ma eficientísima, gran parte de sus problemas logís
ticos, aún le estaba deparando algo más en este que
183
hacer ardoroso de la guerra del Chaco. Se le iba a
exigir nuevos y más esfuerzos; nuevos y más sacrifi
cios, y eso que, ella, ya había distribuido en la medida
de sus posibilidades, sus miembros, dentro de las Uni
dades del ejército combatiente y su cuadro de jefes y
oficiales disponibles se hallaban ya bastante raleado. En
efecto: llegó un momento en que la situación del Ejér
cito del Chaco, era relativamente precaria, porque el
potencial humano y económico de Bolivia se estaba
haciendo sentir con todo el peso de la elocuencia de
los números, ya que nuestra punta de lanza, o sea el
ejército combatiente propiamente dicho, estaba comba
tiendo en la proporción de uno contra cuatro y nues
tro glorioso Ejército del Chaco, se hallaba equilibrán
dose, pero muy peligrosamente sobre el borde de un
abismo sin fondo. Para peor, el Comité Consultivo de
la famosa Liga de las Naciones, reunido en Ginebra,
había resuelto que el embargo de armas, que estaba
subsistente para ambos beligerantes, ordenó que fuera
levantado para la república de Bolivia y siguiera con
más rigor aún para el Paraguay, amenazándonos con
otras sanciones económicas y tratándonos, prácticamen
te como un país agresor. Estas deliberaciones del Co
mité Consultivo en Ginebra, se hallaban dirigidas nada
menos que por el Doctor José María Cantillo, repre
sentante personal del canciller argentino doctor Saa-
vedra Lamas. En esta crítica y terrible encrucijada de
la vida nacional, el Paraguay se encontró sólo, pero te
rriblemente sólo, sin verdaderos amigos, Y ante tan
críticas circunstancias el señor comandante en Jefe del
Ejército del Chaco, pide al Ministerio respectivo para
que la Marina de Guerra se hiciera cargo del extenso
Sector Norte, para reemplazar a la División del Coro
nel Brizuela compuesta de los Regimientos de Infan
tería Nv 26 “Cerro León” y N? 21 “ Humaitá” y del Re
gimiento de Caballería N? 8, totalizando 2.000 hombres.
Estas fuerzas aguerridas y avezadas, bajarían al Sector
Casado donde las cosas apremiaban.
Este extenso Sector Norte, abarcaba desde Puerto
Guaraní hasta las cabeceras del Negro, frente
a los fortines bolivianos de Vitriones, Santa Cruz y
184
Quijarro, camino de Puerto Suarez, sin descuidar Olim
po, Mayor Torres, Madrejón, Florida y Bogado. Y al
que os dirige la palabra, le cupo el alto honor de me
recer la confianza de sus superiores de la Marina y
también del señor comandante en Jefe del Ejército del
Chaco, para ser nombrado comandante en Jefe del Sec
tor Norte, que iría con jefes, oficiales y tropas de la
Marina de Guerra a defender dicho Sector. Y las fuer
zas de la Marina que defendieron el mencionado Sec
tor Norte, estaban constituidas por el Regimiento de
Infantería de Marina N? 1 “Riachuelo”, el Batallón de
Zapadores de Marina, una parte de la Escuadrilla
de Hidroaviones, una Flotilla compuesta por el Aviso
de Guerra “Coronel Martínez", el “ Tesorito”, el "Jorge
Primero", otros varios barquitos de menor porte; 20
chalanas y más de un centenar de canoas y cachiveos.
Son estos los elementos y las Unidades con que con
tábamos para cumplir con nuestro difícil cometido, ya
que era la primera vez que bajabamos a la lid y éra
mos novicios e improvisados guerreros.
La División del coronel Brizuela, nos dejó frente a
la 5? División boliviana, al mando del coronel Gamarra
que tenía como punta de lanza al aguerrido Regimiento
“ Quijarro", N? 13 de Infantería boliviano, al mando del
teniente coronel Valdez Natte y como segundo, al te
niente coronel Benguria. Pero, no solamente combatía
mos contra estas fuerzas enemigas muy superiores a
las nuestras, sino que también contra la naturaleza,
pues, tanto el Río Paraguay, como el Negro, el Verde
y el riacho Jara, se habían salido de madre, inundando
totalmente nuestra retaguardia.
Teníamos 150 kilómetros de aguas a retaguardia y
se hacía difícil, hasta imposible el aprovisionamien
to de los 1.500 hombres que teníamos en el frente de
operaciones. Y fue ante tan crítica situación adversa
que consideré llegado el momento de solicitar el de
bido permiso para retiramos, como así lo hice; pero
el señor comandante en Jefe me contestó como sigue:
“Ud. me pide todo lo que necesita, pero Ud. se queda
allí firme en la defensa”. Ante esta álgida y terminante
185
respuesta del superior, fue que solicité la remisión in
mediata de barcos a rueda de poco calado: “ Tesorito”,
“ Ypecuá” y “Pollux” a cuyas ruedas fueron agregadas
planchuelas de hierros afilados, en los talleres de Puer
to Guaraní y así, para que pudieran navegar por los
palmares totalmente inundados, hasta llegar al mismo
frente de operaciones para resolver exitosamente el gra
vísimo problema del aprovisionamiento de nuestras
tropas. El ala derecha de nuestro dispositivo de defensa,
lo manteníamos en grandes sobrados, asegurados en
los tupidos palmares que abundan en las cabeceras
del Negro. Era imposible abandonar dicha ala porque
el enemigo disponía de un activo escuadrón de caba
llería, que incursionaba constantemente por dicho fren
te. Nosotros no disponíamos ni tan siquiera para una
simple patrulla, porque la División que bajó a Casa
do, se trajeron la totalidad de la caballada. Tam
bién habíamos pedido unas cien canoas y cachiveos, con
los cuales hacíamos nuestro patrullaje al mismo tiempo
de emplearlos como medios de transportes. Pero, el ele
mento más valioso y eficaz que también se nos remi
tió, fueron las 20 chalanas con proa cóncavas, cons
truidas apresuradamente en nuestros Arsenales y que
las hicimos tirar por bueyes que reemplazaban efi
caz y exitosamente a los camiones y carretas, que ya
no podían transitar, transportando hasta tres tonela
das de carga. Demás está decir que todas estas Uni
dades y elementos anfibios, eran constantemente aco
sados por las bombas y metrallas de la aviación bo
liviana, que incursionaban desde el frente hasta Bahía
Negra y demás poblaciones ribereñas y cuyas pobla
ciones sufrían siempre los efectos de sus mortíferas
bombas.
Tales fueron las circunstancias y contingencias que
nuestra gloriosa Marina de Guerra, afrontó y soportó
estoicamente, hasta la terminación de la contienda bé
lica y, cuando sonaron las campanas anunciadoras de
la concertación de la paz entre los dos pueblos en lu
cha, estábamos ya en el fortín “ Campamento Humai
tá”, hacia la retaguardia del fortín boliviano “Quija
rro”, con las coordenadas geográficas de 58? 17’ y 04”
186
de longitud y 19? 27’ y 27” de latitud Sud, el más avan
zado en latitud de entre todos los fortines conquistados
al enemigo. Hasta aquí, señores, llegó la Marina de Gue
rra, reteniendo libre de enemigos, no solamente el te
rreno que el Ejército había confiado a su custodia, sino
que, conquistando más territorio para el 12 de junio
de 1935.
Tal, señores, en brevísima y apretada síntesis, la
actuación de la Marina de Guerra en la contienda cha-
queña y que justifica ampliamente, esta honrosa y be
nemérita distinción, otorgada a los miembros de la
Agrupación de la Flotilla de Guerra, en reconocimien
to de los méritos que hábeis conquistado durante la
guerra del Chaco y, cuya condecoración, la llevaréis
en el seno, en la paz y tranquilidad de vuestros hoga
res, para satisfacción íntima de vosotros mismos y de
vuestros familiares y amigos, con todo el orgullo pa
triótico de haber servido a la patria en peligro, en ho
ras por demás angustiosas de la vida nacional.
Para terminar, beneméritos miembros de la Agru
pación de la Flotilla de Guerra, permitidme que este
vuestro camarada de armas de la guardia vieja, que
os está dirigiendo la palabra, os felicite efusivamente
por este sagrado galardón conquistado muy justiciera
mente; al mismo tiempo, aprovecho para agradecer a
esta amable concurrencia, por la atención dispensada” .
NADA MAS.
187
BAHIA NEGRA
25 DE MARZO DE 1971
188
Partido es Nacional desde su fundación, porque es au
ténticamente PARAGUAYO, defensor intransigente de
nuestras glorias más puras y de la tradición más pura
de esta raza inmortal. Y es NACIONAL porque es la
prolongación de CERRO CORA, porque es el patrio
tismo sin mácula y la sana doctrina y la orientación
democrática que se encamó redivivo en las venas del
pueblo que resucitó de entre sus cenizas, después de
la inmolación del héroe máximo de nuestra naciona
lidad. Por todo esto y por algo más, es enminente-
mente NACIONAL el GRAN PARTIDO COLORADO. El
Mariscal López había dejado dicho en su legado a la
posteridad, cuando el 16 de octubre de 1869, a orillas
del Arroyo “TANDE-Y” decía: “ Yo descanso en vues
tra fidelidad y sé que, aún faltando en mi puesto de
honor, aún triunfante la traición, no ha de faltar un
jefe que os enseñe el camino de la gloria y en mi au*
sencia os encamine. Si yo llego a morir, aquí teneis a
mi reemplazante. El General Caballero sintetiza en sí
toda vuestra lealtad, todo vuestro heroísmo, toda vues
tra abnegación. Su ejemplo ha sido estímulo para vo
sotros. Jamás declinó su entusiasmo, nunca se debi
litó su fidelidad a la Patria y a su infortunio. A mi
lado le habéis visto siempre, el primero en el peligro,
el último en la retirada. De soldado como vosotros ha
ido subiendo, hasta llegar a la más alta dignidad. La
República tiene en él, el más gallardo de sus genera
les y yo ai mejor de mis amigos. Yo os recomiendo,
en esta hora amarga de mi vida, que le améis siem
pre, como yo lo amo, y que le sigáis confiado como
me seguís. . . ” Allí lo tenéis, correligionarios, el his
tórico legado del Mariscal. Y para poder cumplir con
ese legado histórico, el General Bemardino Caballero
estuvo ausente en CERRO CORA, por mandato del Ma
riscal, so pretexto de buscar algún vacuno que faenar
a sus escuálidas y hambrientas tropas, lo comisionó
hacia Miranda, territorio de Matto-Grosso, ya unos días
antes del 1? de Marzo. Esta ausencia de CERRO CORA,
bien premeditada, constituía para el General Caballero,
una sagrada e indeclinable obligación de recibir en he
rencia y com o legado sacro-santo, cargar sobre sus
hombros, como predestinado por la historia la enorme
189
responsabilidad de reconstruir la nación paraguaya,
convertida en escombros de uno a otro confín de la
república.
Y bien, correligionarios, ahora con esta justa de
mocrática, habéis cumplido con vuestro deber de co
lorados, no penseís que aquí terminó vuestra misión.
No correligionarios, recién ahora ha nacido vuestro
deber, vuestra obligación de ser colorados disciplina
dos, y en tal sentido, debéis dar por terminada cual
quiera o toda divergencia entre correligionarios, para
acatar y respetar el voto de la mayoría. Ahora, debe
volver la unión y el abrazo fraternal debe producirse
por doquier, para así, todos unidos, poder defender
la santa causa del coloradismo. De nuevo debe primar
la fraternidad, la cordialidad, el compañerismo sobre
todo, la disciplina partidaria para que así, sólidamen
te unidos, podamos colaborar, con la eficacia necesaria,
con nuestros Directores Partidarios, con nuestra Ho
norable junta de gobierno y, en especial, con el patrió
tico programa de gobierno de nuestro Gran Presidente,
Reconstructor de la Patria en el presente, el Gral. de
Ejército don Alfredo Stroessner. Solo así, el coloradis
mo con Stroessner podrá transitar con plena confian
za y seguridad por los caminos del progreso fecundo,
com o lo está demostrando a propios y extraños. El
coloradismo con Stroessner, es el símbolo sagrado de
la defensa intransigente de la nacionalidad paraguaya,
porque mediante ello, lo auténticamente paraguayo, lo
auténticamente nacional y la tradición, superviven y
sigue con ritmo acelerado los cauces por los cuales
transitaron los Padres de la Patria: el Dr. Gaspaír Ro
dríguez de Francia, don Carlos Antonio López, el Ma
riscal Francisco Solano López y el Gral. don Bemar-
dino Caballero, héroe de cien batallas, Primer Re-
constructor de la República y fundador del Partido
de hombres libres, nacionalista por excelencia, el gran
Partido Colorado, restaurador de la vida institucional
de la nación. No se puede pretender que todos pen
semos de la misma forma; pero, dentro de este pa
norama aparentemente diferencial, debe primar la doc
trina y la sana orientación partidaria, porque nuestro
190
Partido, repito, es auténticamente nacionalista y demo
crático por excelencia.
La disciplina partidaria, de hoy en más, exige de
cada uno de vosotros, la tolerancia mutua, los erro
res ya deben ser olvidados y sepultados, para renacer
de nuevo, con más bríos aun, la fraternidad republi
cana en el máximo grado. Por algo, nuestro glorioso
fundador decía en alguna ocasión: “No venimos a enar
bolar una bandera de odios; levantamos la enseña sa
grada de la unión, bajo cuyos amplios pliegues puedan
cobijarse todos los hombres que participen de nues
tras sinceras intenciones. Yo aborresco las divisiones
que puedan separarnos en bandos opuestos y desearía
que esta grande agrupación fuese el vínculo de concor-
dia y fraternidad entre todos los hermanos de la pa
tria p a r a g u a y a Y también agregaba la siguiente sen
tencia: " Sumar y no restar en p o l í t i c a Tales fue
ron las ideas orientadoras de nuestro partido al nacer
a la vida pública para bien de esta patria paraguaya.
Para terminar, estimados correligionarios, permi
tidme que os felicite muy efusivamente, por este acto
de civismo que acabáis de cumplir y os ruego me acom
pañéis a un VIVA a nuestro gran Presidente, Presi
dente Honorario de nuestra Honorable Junta de Go
bierno. Gral. de Ejército don Alfredo Stroessner; otro
VIVA a nuestros directores partidarios y a nuestra Ho
norable Junta de Gobierno y, un VIVA final a nues
tro glorioso Gral. de División don Bemardino Caba
llero, fundador de nuestra gran Asociación Nacional
Republicana, PARTIDO COLORADO.
Muchas gracias.
191
BAHIA NEGRA 1972
198
Recuerdese que en el año 1850 (14 de Octubre)
cuando una fuerza Brasileña, igual que la anterior, in-
cursionaba por esta región hasta llegar al Pan de Azú
car, el verdadero organizador de la República, Don
Carlos Antonio López, destacó una fuerza expedicio
naria que desalojó a los invasores.
Recuerdese que en el año 1887, el héroe de 100 ba
tallas en nuestra guerra grande y que la historia lo
recuerda como el rubio Centauro de Ybycui, y fun
dador, además, de nuestro glorioso partido, la Asocia
ción Nacional Republicana, (Partido Colorado), el Ge
neral de División Don Bemardino Caballero, en cono
cimiento de que un Señor Miguel Suárez Arana, Jefe
de una importante empresa Boliviana, había enarbola-
do una bandera Boliviana y colocado el escudo de ese
mismo país en el portal de su administración, y pre
tendiendo al mismo tiempo, cambiar el nombre de Ba
hía Negra por el de Pacheco, en aquella ocasión, sin
más trámite, sin trepidar y sin vacilación alguna comi
sionó al Capitán de Nuestra gloriosa Marina de Guerra,
don Domingo A. Ortiz, con la cañonera Pirapó, para
evitar este atentado contra la soberanía nacional, co
mo asi se hizo.
Recuerdese, que allá por los primeros meses del
año 1928, el entonces teniente 2v de Caballería don An
tonio Ortigoza, al mando de una fracción de Regimien
to de Infantería N? 5 Gral. Díaz, detuvo y los condujo
presos al Comandante de la 5? División Boliviana, Cnel.
Don Victoriano Gutiérrez, más dos Tenientes Corone
les, el Tte. Filiberto Lozada, un Sargento y un indio
que les servía de baqueano, mientras estaban entrega
dos a un profundo sueño, en una de las islas o montícu
los cercanos a nuestro Fortín Galpón.
Recuerdese que el 5 de Diciembre de 1928, una
compañía del Regimiento “QUIJARRO” de Infantería
N? 13 Boliviano con asiento en Vitrione, al mando de
un Capitán y los Tenientes Lozada y Manchego, fun
daron en la margen derecha del Río Negro, en terri
torio tradicionalmente reconocido como paraguayo, el
Fortín Vanguardia. Y ante este hecho insólito, el Co
194
mandante del Regimiento de Infantería N? 5 Gral. Díaz,
de guarnición por aquel entonces en este histórico lu
gar, asiento en el día de hoy de nuestra Base Naval,
toma sus medidas y de inmediato, sin esperar instruc
ciones u órdenes de sus superiores, en un día del mes
de Diciembre de 1928, hace invitar a sus ocupantes pa
ra que se retiraran y ante su negativa, procede a de
salojarlos a viva fuerza y a incendiar el Fortín, re
cién construido por las fuerzas militares de Bolivia, en
pleno territorio paraguayo.
Este hecho llegó a tener resonancia universal, todos
los periódicos, revistas y obras de publicidad de Amé
rica y del viejo mundo, publicaron en primera plana
dicho acontecimiento que denotaba, sin lugar a dudas,
que INDO-AMERICA, hasta ayer pacífica, estaba tran
sitando sobre el borde mismo de la Guerra. Es que
todo el pueblo paraguayo y el propio Ejército estaban
ya cansados de tantas ignominias, de tantas humilla
ciones ante el invasor.
Las gestiones de Cancillerías comenzaron entonces
a intensificarse, tratando por todos los medios y su
gestiones, de frenar los ímpetus de MARTE, que se dis
ponía a montar su brioso corsel, y a dar inicio a su
galope alado, para cumplir así su mandato de exter
minio, desolación y muerte.
Tales Señores, en brevísima y apretadas síntesis,
las motivaciones por las cuales he considerado este lu
gar sagrado del Territorio nacional, com o un lugar his
tórico.
Pero, sobre Bahía Negra, hay muchas cosas más
todavía que decir y constituye un filón histórico ina
gotable. En efecto, Bolivia mantenía una controversia
con los EE.UU. del Brasil, sobre sus límites reales por
el lado del estado de Matto Grosso; y, previa una corta
lucha desarrollada en el territorio del Acre, firmó con
EE.UU. del Brasil, el 13 de Noviembre de 1903, el
tratado de Petrópolis, por cuyas cláusulas Bolivia, en
tregaba al Brasil el rico territorio del Acre de 191.000
kmt2., además de otro territorio y todo ello a cambio
195
de una franja de tierra anegadiza, sobre la margen de
recha del Río Paraguay y que abarca desde la desem
bocadura del río Negro u Otuquis hasta cinco kilóme
tros antes del Fuerte de Coimbra, prácticamente, el
Brasil entregaba a Bolivia nuestra real y efectiva Bahía
Negra. Pués, vosotros notaréis que en este punto geo
gráfico donde se encuentra asentada esta población,
no existe ninguna Bahía ni cosa parecida. La verdadera
BAHIA NEGRA, se encuentra más al norte, comen
zando de este lugar a cinco kilómetros justamente en
esas tierras cedidas por el Brasil a Bolivia, donde exis
te realmente un gran hoyo de agua, y que lo forman
dicho gran lago, la cuenca del Río Negro y su ínterland
y que se extiende hasta las faldas de los contrafuertes
de la cadena de cerros y que comienza en el Fuerte de
Coimbra y sigue por los cerros de Vitriones, Santa
Cruz, Quijarro, San Juan, etc. Esa franja de territorio
donde se halla ubicado el hoyo de agua grande, el gran
lago, es la única y verdadera BAHIA NEGRA. Allí sí
que existe una verdadera y grande Bahía y no aquí,
en este simple punto geográfico. Nuestro Canciller Dr.
Antolín Irala protestó ante el gobierno brasilero en
nota de fecha 29 de Abril de 1904, en salvaguarda de
nuestros legítimos derechos, ya que el mismo, lesio
naba los intereses territoriales de la nación.
La misma Bolivia se encargó de hacer una distin
ción entre este punto geográfico con coordenadas geo
gráficas: 20? 13’ 58” 07 de latitud Sur y 58? 09’ 58” 2
de longitud O. de G. para ellos PUERTO PACHECO
y la BAHIA NEGRA: dos puntos geográficos distintos;
pués, Puerto Pacheco es para éllos este mismo lugar;
y, Bahía Negra otro distinto y se refiere al hoyo de
agua de la cuenca del Río Negro y su interland y que
se extiende hasta muy cerca del Fuerte de Coimbra.
Así lo expresó el mismo Presidente de la República
de Bolivia, Dr. don Bautista Saavedra cuando en su
libro “EL ULTIMO GIRON DE LA PATRIA”, dice, des
pués de referirse al contrato de explotación del pe
tróleo suscrito con la Standar Oil Co. lo siguiente: “Den
tro de ese mismo pensamiento, pactamos con la Repú
blica Argentina la construcción de un ferrocarril que
196
correría a su cargo, y que partiendo de Yacuiba, rema
tase en Santa Cruz. Esa vía férrea no podía menos que
constituir un gran factor de dominio completo del occi
dente de las tierras disputadas.
De esa línea troncal se desprendería fácilmente ra
males y caminos de penetración hacia el oriente, apro
ximándose siempre hacia el río Paraguay. Y no fue
otro el espíritu que nos guió a realizar otro pacto con
el Brasil para la construcción del ferrocarril de puer
to Esperanza, en la margen izquierda del río Paraguay,
a Santa Cruz. Este ferrocarril habría llevado toda la
acción del país hasta la REGION DE PUERTO SUA-
REZ y BAHIA NEGRA (el hoyo de agua) para recu
perar Puerto Pacheco (este lugar geográfico) y avan
zar al sur hasta encontrar un Puerto que sirviese en lo
futuro a la enorme producción, etc.
Se nota que el mandatario boliviano conocía muy
bien historia y geografía, ya que determinó y llamó
las cosas por su verdadero nombre, al decir REGION
DE BAHIA NEGRA y nó REGION DE PUERTO PA
CHECO. Al referirse a Puerto Pacheco se refería al pun
to geográfico que en estos momentos estamos pisando
y al anotar REGION DE BAHIA NEGRA, se refería al
accidente geográfico de la gran bahía, al hoyo de agua
grande, al lago que nace de aquí a cinco kilómetros
al norte y que comprende la cuenca del río Negro y
su interland, del cual ya habíamos hablado, y que se
extiende hasta los contrafuertes de los cerros del Fuer
te de Coimbra, que es donde verdaderamente se halla
ubicada la real BAHIA NEGRA. Si no fuera así, hu
biera dicho REGION DE PUERTO PACHECO y no
REGION DE BAHIA NEGRA. Pero todas estas cosas
quedaron legalizadas, digámoslo así, y también quedó
sin efecto, prácticamente, nuestra nota protesta del 29
de Abril de 1904 firmada por nuestro Canciller Dr. An-
tolín Irala, con la entrega de parte de nuestro Chaco,
reconquistada a base de sacrificios y sufrimientos, con
sangre paraguaya derramada a torrentes, al firmarse en
Buenos Aires el Tratado definitivo de paz de 1938.
197
Finalmente: Vuestro constructivo y progresista go
bierno, le ha dado con estas obras algo de la jerar
quía que se merece y este pueblo que os rodea y sobre
todo la niñez de Bahía Negra, tiene motivos suficientes
para agradeceros y daros las infinitas gracias. Pero, no
solamente es la niñez de Bahía Negra que os debe di
chos agradecimientos, sino que es la niñera y la ju
ventud paraguaya toda, ya que vuestra terquedad pa
triótica, excelentísimo Señor, os ha impuesto la obli
gación sagrada de crear o levantar una ESCUELA por
semana. Y, no tan solamente eso, vuestro gobierno ha
creado nuevos y más colegios, nuevas y más escuelas
normales, nuevas y más Facultades y Universidades,
nuevos y más Institutos de Ciencias y Artes, y lo que
es más, la nunca bien ponderada labor de la Educa
ción de Adultos. Pero, aparte de esta labor de estruc
turación espiritual y cultural del hombre paraguayo,
lo más ponderable, lo más apreciable, lo más asombro
so y de capitalísima importancia, consiste en la nunca
suficientemente bien aplaudida paz, esta bendita paz
que habéis impuesto y de que goza, solazándose en ella,
toda la República. Y, mediante esta paz constructiva
es que vuestro preclaro gobierno, ha podido empren
der con acierto y con toda plenitud y eficacia, las trans
cendentales, tremendas y árduas labores de esta SE
GUNDA RECONSTRUCCION NACIONAL. Vuestro
Gobierno, excelentísimo Señor, nos ha dado una nueva
CONSTITUCION y es la única Constitución verdade
ramente nacional y democrática y auténticamente pa
raguaya, de entre todas las que tuvimos anteriormente
después de nuestra guerra grande. Esta bendita paz
nos ha traído una verdadera restauración democrática,
venciendo previamente todos los obstáculos de todo
orden para dicha restauración, este nuestro querido
GRAN CHACO, regado por la sangre generosa de sus
defensores, lo habéis incorporado definitivamente al
patrimonio y a la economía nacional, habéis hecho po
sible, positivamente, el principio constitucional que co
mienza diciendo “Todos los habitantes pueden transi
tar libremente por el territorio nacional etc.". Median
te las extensas rutas que cruzan todo el territorio na
198
cional y los miles y miles de kilómetros de ramales
y caminos vecinales. Antes de ahora, estos principios
y estos Derechos eran nulos e inaplicables precisamente
por la falta de rutas y caminos, eran preceptos cons
titucionales vanamente escritos.
Mediante esta paz es que tenemos también otro
don preciado de vuestro gobierno, y ese don es fun
damental, es Capital y consiste en la estabilización
monetaria, que es el índice y el signo verdadero del
progreso de una nación, y este índice lo tenemos para
bien de todo el pueblo paraguayo.
Nuestra ciudad capital cuenta, ahora, con el efi
ciente servicio de aguas corrientes, cuya falta otrora
constituía una verdadera vergüenza nacional: ella se
ha hermoseado mediante paseos públicos y mediante la
construcción de monumentales edificios, como el mo
derno y grandioso hospital Central del Instituto de Pre
visión Social, recientemente inaugurado, y otros varios
que no los cito por ir abreviando, se ha fundado ciu
dades como antaño como la Ciudad que lleva vuestro
ilustre nombre, contamos con usina hidroeléctrica del
Acaray, tenemos nuevamente una moderna flota fluvial
y de Ultramar, ampliación del Puerto de la Capital y
construcción de Puertos en el litoral, líneas aéreas in
ternas e internacionales y un adecuado Aeropuerto In
ternacional y centenares de pistas de aviación en el
interior de la República, se ha distribuido más de 60.000
mil títulos de tierra al campesinado mediante la crea
ción del Instituto de Bienestar Rural, de forma que,
cada hogar paraguayo, pueda tener un lote de tierra
propio para trabajarla. A la vera de la ruta y caminos,
observamos, ahora, colonias florecientes que hablan
con suma elocuencia del progreso nacional.
En cuanto a la política de buena vecindad y de
verdadera y franca amistad con todas las naciones del
mundo, vuestro gobierno ha brillado con luz propia
y en forma rutilante, habiéndose laureado de un pres
tigio internacional pocas veces visto. Las empresas de
199
servicios público, Ferrocarril, Administración Nacional
de Navegación y Puertos, Teléfonos, Ande etc., que an
tes de ahora estaban o funcionaban bajo la adminis
tración de capitales y empresas extranjeras, ahora cons
tituyen empresas nacionales y pertenecen al patrimonio
del estado.
200
huracanado, el ferviente e intenso clamor de todo el
pueblo paraguayo que os consagró como un lider ab
soluto e indiscutido.
Por todo esto y por algo más, estamos con vos,
excelentísimo señor, en esta emergencia y os ofrece
mos nuestros votos para las próximas elecciones.
Muchas gracias.
201
ASUNCION
21 DE JULIO DE 1973
Señoras, Señores:
Nos trae una difícil misión, pero muy difícil, la de
despedir en su última morada, al cruzar la frontera de
la vida, el Jefe más querido, el camarada más querido
y al amigo también más querido por todos. El Capi
tán Aponte no necesitará muchas palabras que puedan
encomiar la conducta de su personalidad bien conoci
da por todos los presentes. El no las necesita. Y, en
consecuencia, seremos muy breves porque la emoción
que nos embarga, nos traiciona; y, el corazón está san
grando de dolor, ante esta pérdida irreparable. Se nos
va este Jefe de la Marina de Guerra para dejamos so
lamente el consuelo del recuerdo de su polifacética per
sonalidad, con aristas bien definidas, de su existencia
llena de sacrificios, ya que ella la empleó íntegramente
en bien de la Marina de Guerra, su querida Institución,
202
y por ende, en bien de la Patria misma. No existe en
la Marina un sólo organismo, un sólo rincón que no
recuerde su paso por el mismo. Recuérdese que a su
regreso del extranjero, donde fuera a perfeccionarse y
adquirir nuevos conocimientos, se hizo cargo de la Ma
rina de Guerra, cuando ella estaba en los comienzos
de su vida institucional. Y en tales condiciones, fue él
quien mediante su dedicación asidua, mediante su pri
vilegiado talento, mediante su capacidad creadora y su
inmenso patriotismo, organizó la naciente Marina de
Guerra, todavía en pañales, asentándola sobre bases téc
nicas y firmes para capacitarla en su ulterior desenvol
vimiento, hasta alcanzar, mediante ella, el grado de pro
greso y eficiencia que en el día de hoy ha alcanzado
esta Institución. Esta Marina de Guerra y todos sus
miembros, le debemos mucho a este señor del patrio
tismo inmaculado que hoy nos deja. A él le debemos
la organización inicial, la creación, mejor dicho, de sus
bases fundamentales y necesarias para que esta Insti
tución alcanzara a ser lo que en el día de hoy lo es,
con su progreso, eficiencia y capacidad actuales. Re
sumiendo: no sería mucho decir, si afirmamos con to
da la fuerza de convicción de nuestros sentimientos más
sinceros, que el Capitán de Navio don Manuel Toribio
Aponte, fue el verdadero PADRE de nuestra gloriosa
Marina de Guerra actual y seguirá siendo el guía ru
tilante en cuyo reflejo podamos contemplar el ejem
plo viviente de austeridad, de virtudes militares que
imitar, para los señores Jefes y Oficiales del pasado,
del presente y del futuro. Su recuerdo será imperece
dero: Como Jefe, fue paternal y muy humano en la más
amplia acepción del vocablo sin dejar de ser enérgico
pero con el tacto necesario para que sus subordinados
puedan compenetrarse y aceptar con convicción sus di
rectivas y órdenes en cumplimiento del deber; como ca
marada, fue bueno con todas las virtudes que ador
nan al más perfecto; y, como amigo, fue todo cora
zón y de una exquisita afectuosidad que tratarlo era
un verdadero placer, en que la amistad se arrebuja
en solaz esparcimiento. Practicaba una amistad since
ra, franca sin dobleces y leal. El espacio de que dis
ponemos sería insuficiente para tratar de reseñar aun
203
que más no sea someramente, las virtudes del ilustre
extinto. Por eso, seremos breve.
Durante la guerra del Chaco, se lo vio resplande
cer con la mayor eficiencia en todos los delicados ser
vicios de la Marina de Guerra. Fue un gran y eficiente
organizador en que todo había que improvisar y sacar
del ambiente y del medio todas las necesidades emer
gentes de la guerra, colocando a la Marina a la altura
de las circunstancias porque atravesaba la nación. Tra
bajador incansable, fue el verdadero puntal que sos
tenía la eficiencia en todos los servicios prestados por
la Marina de Guerra; ya sea en la retaguardia o en el
frente de operaciones, durante todo el tiempo que du
ró esta encrucijada de la vida nacional. Fue un hom
bre múltiple y la nación mucho le debe a este caba
llero del sacrificio y del patriotismo que dio todo por
la Patria en momentos difíciles en que ella necesitaba
del concurso de todos sus buenos hijos.
Capitán Aponte, nuestro muy querido Jefe: Vues
tros camaradas de armas os dice, presente y bebiendo
sorbo a sorbo, con una inmensa congoja en el alma,
las horas tristes que estamos viviendo en estos duros
instantes de la despedida en que hemos venido para
daros el último ADIOS, al trasponer la frontera de
la vida, sólo nos consuela la satisfacción que debeis
haber sentido al dar una mirada retrospectiva, al cru
zar dicha frontera, inevitable, y al no hallar o al no
encontrar nada, pero absolutamente nada que pueda
pesarle o empañar vuestra límpida trayectoria, a su p a
so por esta vida terrenal, para luego ir con toda la
tranquilidad de conciencia, presentarse a rendir cuen
ta de vuestros actos ante el supremo tribunal de Dios.
Capitán de Navio don Manuel Toribio Aponte:
Vuestros camaradas de armas de la Flotilla de Guerra
que hemos prestado servicios bajo vuestro mando, me
han encomendado la misión de despediros en esta tris
te emergencia, y, en nombre de todos ellos, os digo
adiós, paz en vuestra tumba y nuestra formal promesa
de que viviréis eternamente en el recuerdo.
204
RESOLUCION MINISTERIAL
Asunción
10 DE ABRIL DE 1970
MINISTERIO DE DEFENSA
NACIONAL
205
lo dispuesto por el Art. 2? del Decreto N? 572 del 28
de setiembre de 1943; en uso de sus atribuciones,
R E S U E L V E :
1?. — Otórgase la Condecoración “Cruz del Defen
sor”, a los siguientes miembros de la Agrupación Flo
tilla de Guerra, de acuerdo al Art. 2? del Decreto N?
572 del 28 de setiembre de 1943:
CAÑONERO “HUMAITA”
1. Ayudante de 1» Telmo Venancio Cabrera P.
2. Maestre de 2? Pablo A. Zapattini
3. Ayudante de 2? Fermín Solís
^ 99 99 99
Juan S. Orné
g 99 99 99
Isidro Ruiz Díaz
6. Conscripto Juan Ramón Pérez
7. Sub-Oficial Silvano Ramírez Franco
8. Cabo 2? Olimpio Pedroso
9. Conscripto Calixto Amarilla
10. Sub-Oficial Antonio Balbuena
11. Cabo 2? Raimundo Cantero R.
12. Conscripto Vicente Paciello
13. Severico Gavilán
14. Ayudante de 1? Femando Valinotti
15. Conscripto Marciano Robledo
16. Maestre de 2* Francisco Maldonado
y j 99 99 99
Jacinto Espinóla
18. Ayudante de 2^ Vicente Cabrera
19. Ayudante de 1? Wilfrido Cabrera
20. Conscripto Julián Artaza
21. Máximo Garay Sosa
22 . Angel Melgarejo
23. Leonor Ayala Ramella
24. Saverio Ricciardi
25. Sub-Oficial Modesto Bemal
206
26. Maestre de 1? Cleto M. Paredes
27. Sub-Oficial Juan Patino
28. Federico Fernández
29. Tomás Mendoza Torres
30. Reservista Sinforiano Meyer
31. Conscripto Eligió Lezcano M.
32. Miguel González López
33. Adrián Cabrera G.
34. Ricardo César Escobar
35. Lorenzo Pérez Belloso
36. Francisco M. Grassi
37. Julio R. Núñez
38. Vidal Burgos
39. Juan Estanislao Cabañas
40. Marco Eulogio Jara Portillo
41. Alejandro Báez Valdez
42. Albino Fretes
43. Vicente Vielma
44. Braulio Benítez
45. Ayudante de 2? Vicente F. Barrios
46. Cabo 2? Porfirio Amarilla
47. Maestre de 2* Máximo Berendsen
CAÑONERO “PARAGUAY”
1. Sub-Oficial Domingo Atilio Fernández
2. Nicolás Parra
3. Luis Alberto Larán Rojas
4. Roberto Ontano Bossio
5. Ramón Giménez
6. Leonardo Castro
7. Heliodoro González
8. Maestre de 2? Alejandro Zamphirópolos
9. Amado Silva
10. Sub-Oficial Raúl Domínguez
11. Ayudante de 1? Amulfo Sienra
12. Salomón Leandro Cacavelos
13. Claudio Martíne/z Trinidad
14. Clementino Ocampos
15. Ramón Marcial Centurión
16. Sub-Oficial Tito Talavera Bello
207
17. Maestre de 1? Roberto E. López Olmedo
18. José León Alderete
19. Cabo 1? César Filártiga
20. Darío Cano Díaz
21. Ayudante de 2^ Julián Risso
22. Grumete Eladio Martínez
23. Ayudante de 1? Alejo Guerrero
24. Ayudante de 2? Francisco Solano González
25. Conscripto Narciso Orué Fleitas
26. Eulogio Lezcano
27. José Zaván
28. Fausto Benítez
29. Pedro González G.
30. Miguel Angel Alfaro
31. Tomás Acha
32. Pedro Bemal
33. Juan Cleofe García
34. Antero Galeano Mendieta
35. José del Rosario Villalba
36. Rogelio Arrúa
37. Pascual Rivarola
38. Pedro R. Giménez
Es copia.
208
EPILOGO
SE R V IC IO S P R E S T A D O S
216
El 5 de marzo de 1929. Por Decreto del P. E. Nv 32.813. fue nom
brado Jefe de los Cursos Navales de la Escuela Mil tar
El 24 de diciembre de 1929. Por Decreto del P. E. N? 35.410, fue
nombrado Segundo Comandante del Cañonero "Adolfo Riquelme"
El 20 de enero de 1930. Por Decreto del P. E. N? 35.696, fue nom
brado Comandante del Aviso de Guerra "Triunfo”.
El 17 de marzo de 1930. Por Decreto del P. E. N? 36.231, fue de
signado a prestar sus servicios en el Departamento de Marina, como
Comandante de la Batería de Artillería de Costa.
El 1? de octubre de 1930. Por Decreto del P. E. N? 38.131, fue nom
brado Comandante de la Escuela de Aprendices Mecánicos.
El 27 de octubre de 1931. Por Decreto del P. E. N? 33.378, se le
concedió permiso para contraer matrimonio con la señorita Berta
Zoraida Chenú Rivarola.
El 20 de febrero de 1931. Por Orden D. M. I. N? 99, de la Dirección
del Departamento de Marina, fue comisionado a bordo del Cañonero
“Tacuarí", en carácter de Segundo Comandante.
Eí 27 de abril de 1931. Se presentó a exámenes de Teniente Se
gundo de Marina, por Resolución Ministerial del 13 de abril de 1931.
El 5 de junio de 1931. Por Decreto del P. E. Nv 40.393, fue nom
brado Secretario de la Dirección del Departamento de Marina
El 6 de octubre de 1931. Por Orden D. M. I. N? 432, de la Di
rección del Departamento de Marina, fue nombrado miembro de la
Comisión encargada de la revisión de todas las libretas de navega
ción expedidas a los navegantes.
El 2 de diciembre de 1931. Por Resolución D. M. I. N? 3, de la
Dirección c!el Departamento de Marina, fue nombrado Comandante
Militar de dicha Institución.
El 15 de diciembre de 1931. Por Decreto del P. E. N? 42.201, fue
nombrado miembro de la Comisión encargada de elaborar y redac
tar un Código de Señales.
El 31 de diciembre de 1931. Por Resolución D. M. I. N° 6, de la
Dirección del Departamento de Marina, fue comisio.ado al Estado
Mayor, para trabajar en la elaboración del Plan de Movilización.
El 15 de enero de 1932. Por Decreto del P. E. N.' 42.460, se le
confirió el grado de Teniente Primero de Marina.
El 12 de febrero de 1932. Por Decreto del P. E. Nü 42.697, fue
designado Segundo Comandante del Cañonero “Huma'tá” .
217
El 24 de setiembre de 1982. Solicita su traslado al Chaco Para
guayo en una de las unidades del Frente.
El 26 de octubre de 1932. Por Decreto del P. E. N? 45 292, fue
nombrado Comandante del Cañonero "Humaitá”.
El 12 de m an o de 1934. Por Decreto del P. E. N? 51.382. se le
confirió el grado de Capitán de Corbeta.
El 29 de enero de 1935. Por Decreto del P. E. N? 55.819, fue de
signado Prefecto General de Puertos.
El 29 de marzo de 1935. Por Decreto del P. E. N? 56.729, fue tras
ladado como Comandante del Destacamento de Marineros de la Guar
nición de Bahía Negra.
E l 11 de marzo de 1936. Por Orden Particular N? 5 de la Di
rección de la Armada, se hace cargo del Comando de los Arsenales
de Guerra y Marina.
El 6 de mayo de 1936. Por Decreto del P. E. N° 1.090, fue nom
brado Miembro Suplente del Superior Tribunal Militar y de Ape
lación.
El 29 de agosto de 1936. Por Decreto del P. E. N? 4.235, se le
confiere la Condecoración "Cruz del Defensor", por su actuación en
ia contienda con Bolivia.
E l 5 de octubre de 1936. Por Decreto del P. E. N? 5.419, se le
concede el Retiro de Oficio, ilegalmente por cuestiones políticas.
218
Creo, que, “esos altos y nobles destinos” se es
tán cumpliendo, merced a la política de re
conciliación, de pctz y de progreso, realizadas
por aquel cadete en las trincheras de ayer,
el actual Presidente de la República, Gral. de
Ejército don ALFREDO STROESSNER. La
visión profética del Mcal. Estigarribia, aquel
Día 12 de Junio de 1935, pués, se está haciendo
de un modo tangible, una plena e irreversible
realidad!
Rodolfo Dávalos
Cap. de Corb. (SR)
219
Este libro terminó de imprimirse el
25 de marzo de 1974, en los
talleres de la Imprenta "El
Gráfico”, Paraguarí 1546,
Teléf. 47 822. Asunción
del Paraguay.
INDICE
Páf .
Dedicatoria .................................................................................................. 5
Proclama del 12 de Junio de 1935 .................................................... 7
P resen tación ................................................................................................ 9
P r ó lo g o ......................................................................................................... 13
Primera Parte ............................................................................................ 17
Introducción — Causas mediatas de la guerra del Chaco ........... 19
Causas in m ediatas..................................................................................... 24
Motivos m e d ia to s....................................................................................... 30
Motivos in m ediatos................................................................................... 40
Segunda Parte — Evocaciones personales .......................................... 43
Breve Reseña .............................................................................................. 47
La Marina ................................................................................................... 51
Somera visión de nuestro improvisado ejército paraguayo y de
la Marina de G u e rra .......................................................................... 53
Cañonero Humaitá ..................................................................................... 63
Circunstancia del a ta q u e .......................................................................... 65
Especulaciones ............................................................................................. 66
Una orden de operación peligrosa ....................................................... 69
Visita del Comanchaco al Cañonero “ Humaitá” ................................ 72
Relevo en la Marina ............................................................................... 72
Nuestro traslado al Chaco ...................................................................... 74
Con la vaina corrimos a loa b oliv ia n os................................................ 75
Orden de Operaciones N? 1 .................................................................... 76
Aclaración de una Bituación................................................................... 83
Constitución del Estado Mayor del Sector Norte y Formación del
Regimiento de Infantería de Marina N? 1"RIACHUELO” — 83
Características y modalidades del Río P araguay............................... 99
Los cifrados .................. ............................................................................. 105
Por fin, la hora de la paz tan anhelada .......................................... 111
Movilización de entes privados ............................................................ 113
Movilización de los Transportes N acion ales........................................ 115
Movilización In d u stria l............................................................................. 116
Ataques aéreos bolivianos en el Sector Norte ................................. 117
La aviación Naval como complemento del dominio del Río — 119
Bombardeo Nocturno ................................................................................ 121
Tercera Parte — El día 12 de Junio (Rendirculto a la paz) — 123
A L O C U C IO N E S E N B A H IA N E G R A
12 de Junio de 1962 .................................................................................. 128
12 de Junio de 1963 .................................................................................. 135
12 de Junio de 1965 .................................................................................. 146
12 de Junio de 1966 .................................................................................. 158
12 de Junio de1967 . . . . ......................................................................... 160
12 de Junio de 1970 .................................................................................. 165
31 de Octubre de 1970 — En el Salón de las Banderas del Mi
nisterio de Defensa Nacional. Discurso pronunciado por el
veterano don César Filártiga Candia con motivo de la impo
sición de la Cruz del Defensor a los veteranos de la Flo
tilla de G u e r r a .................................................................................... 172
Alocución del autor con el mismo motivo de la imposición de la
Cruz del Defensor a los mismos veteranos ................................ 177
Pág.
INDICE DE ILUSTRACIONES
4 - '
fiM *u
* i
FE DE ERRATAS
Pag. 09. Línea ti. Falta decir: Cuyo Jefe de Estado Ma
yor del Sector Norte fue el (y luego sigue
como está: Cap. de Corb. don Rubén Ayala.
Pág. 89, linea 24. Falta decir: “Comandante del Ser.
Batallón fue el Tte. lv don Juan de la Cruz
Fretes.
Pág. 99. Línea 12. En vez de decir: “De Sector”, debe
decir: del Sector”.
Pág. 114. En la línea 39. En vez de decir: “ es la que
ha triunfado”, debe decir “es el que ha triun
fado”.
Pág. 138. En la línea 11. Debe agregarse como sigue:
“ cuando su Jefe cae y muere, no se amilana
y, por allí andando surge un segundo Jefe
reemplazante”.
Pág. 141. En la línea 10, falta agregar: “para la inde
fensión”.
Pág. 144. En la línea 18. Falta la palabra: “UN”, para
decir: “por un craso error etc.” .
Pág. 154. En la línea 39. En vez de decir: “ como el
de EL CARMEN, debe decir: “como la de El
Carmen”.
Pág. 163 En la línea 13. La palabra debe ser “SUB
SISTIR”.
Pág. 166. Línea 7. Falta la palabra “que” para decir
“QUE se cobraba vida”.
Pág. 193. Línea 38. En vez de decir Fuerte de BOR
DON debe decir: “BORBON”.
Pág. 210. En la línea 10. Debe suprimirse la palabra
“ya” para decir simplemente: “no había aque
lla etc.”. Y en la línea 40 en vez de decir:
“liberado”, debe decir “librado”.