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Trabajo Decente y Dialogo Social.

Profesor: OJEDA, Raúl.

Comisión: 0080.

Alumna: Vignola, Mariela Alejandra.

DNI: 28.283.261

Fecha de Entrega: 07/11/2016.

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TRABAJO DECENTE
Desde su introducción hasta su legalización.-

El Trabajo Decente es un concepto desarrollado por la OIT (Organización


Internacional del Trabajo) para establecer las características que debe reunir una
relación laboral. Promueve oportunidades para que mujeres y hombres consigan un
trabajo decente y productivo en condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad
humana. Su cometido es difundir la justicia social como base para lograr una buena
fundamentación de los derechos reconocidos universalmente.
Se conceptúa al Trabajo Decente en base al reconocimiento de que el trabajo es
fuente de dignidad personal, estabilidad familiar, paz social, democracias que actúan en
beneficio de todos y crecimiento económico, además de aumentar las oportunidades de
trabajo productivo. Por este motivo, es una expresión de las prioridades que se quieren
lograr a nivel social, económico y político del sistema nacional e internacional.
Este concepto tan amplio fue consensuado por gobiernos, empleadores,
trabajadores, sociedad civil y la misma comunidad internacional, preceptuando el empleo
productivo y el trabajo decente como elementos fundamentales para alcanzar una
difusión universalmente justa, y lo que es más importante reducir la pobreza y favorecer
un desarrollo equitativo, inclusivo y sostenible.

La adopción de la Agenda de Trabajo Decente en Argentina.-

Con respecto a la Argentina, el concepto de Trabajo Decente fue introducido en


medio de importantes transformaciones tanto políticas como económicas que afectaron
de manera muy negativa al mercado laboral, social e institucional. A consecuencia de la
crisis del 2001-2002 resurge el concepto de Trabajo Decente, dándole una perspectiva
más eficaz y tomándola como una herramienta para enfrentar las secuelas que
provocaron esas crisis.
De esta forma la OIT participó en aquel momento en el Diálogo Argentino, durante
el año 2002, promoviendo un proyecto de cooperación técnica titulado “Enfrentando los
Retos al Trabajo Decente en la Crisis Argentina” (2003-2006), con el consiguiente
amparo de una agenda de Trabajo Decente por parte del Gobierno y de las
organizaciones de trabajadores y de empleadores. También en el año 2003, el Gobierno
argentino y a solicitud de la OIT, con el consenso de las Naciones Unidas, incluyó el
objetivo de “Promover el Trabajo Decente”.
Se sanciona en el 2004 la Ley Nacional N° 25.877, de “Ordenamiento del régimen
laboral”, que en su art. 7 establece que “El Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad
Social promoverá la inclusión del concepto de trabajo decente en las políticas públicas
nacionales, provinciales y municipales”.
Desde ese preciso momento el concepto de Trabajo Decente y la consecuente
necesidad de su promoción ha sido desarrollado por ministros de Trabajo y ministros de
Relaciones Exteriores, incluido en normas legales, presupuestos, declaraciones, además
de ser tomado y analizado en múltiples artículos periodísticos para ser inserto en un

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dialogo social concreto. Se acordó la ejecución del Programa Nacional de Trabajo
Decente 2005-2007, el cual se articuló en base a dos ejes principales:
1) el primero, referido a la integración de políticas económicas y sociales con
el propósito de promover la creación de empleo decente y;
2) el segundo, referido al fortalecimiento de las políticas del Ministerio de
Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, en materia de empleo y formación,
regularización del trabajo no registrado, mejora de las condiciones de trabajo y
erradicación del trabajo infantil, junto con la búsqueda de una mejora de los ingresos del
trabajo y la ampliación del sistema de protección social y del seguro de desempleo.
Tras una rigurosa evaluación del Primer Programa Nacional de Trabajo Decente y
su satisfactoria apreciación, que fue suscripta por el Ministerio de Trabajo, Empleo y
Seguridad Social, la Unión Industrial Argentina y la Confederación general del Trabajo
de la República Argentina, se llegó al consenso de la elaboración de un nuevo Programa
Nacional de Trabajo Decente, para ser suscripto en los periodos 2008-2011, que se
destacó por la firma de un Memorándum de Entendimiento para la puesta en marcha en
la República Argentina del Programa de Trabajo Decente por el País.
Con este nuevo programa se profundizó en las acciones iniciadas desde la
normalización de la situación económica y social, a partir de 2003. Se contemplaron las
siguientes prioridades, por un lado se quiso organizar la política laboral nacional con las
políticas que tratan la calidad y cantidad del empleo; la mejora de las condiciones de
empleo y empleabilidad, con un mayor desarrollo en el empleo decente para la juventud;
la contribución a la prevención y la consiguiente erradicación del trabajo infantil;
favorecer la reducción de la economía no formal y del empleo no registrado; promoción
del trabajo decente en las políticas socio laborales a través de un efectivo dialogo social
y por último el ampliamiento de la cobertura de la protección social.
Como último resultado se firmó la estrategia “Argentina de Salud y Seguridad en
el Trabajo 2011-2015”, consistiendo de un acuerdo de acciones programáticas.

La concepción de la OIT y su adopción en la argentina.-

A través de programas pertinentes, efectivos y eficientes, se busca aplicar los


cuatro objetivos estratégicos de la OIT:
I) crear trabajo, mediante una economía que genere oportunidades de inversión,
iniciativa empresarial, desarrollo de calificaciones, puestos de trabajo y modos de
vida sostenibles;
II) garantizar los derechos de los trabajadores, para lograr el reconocimiento y el
respeto de los derechos de todos los trabajadores y, en particular, de los
trabajadores desfavorecidos o personas debajo de la línea de pobreza que
necesitan representación, participación y leyes adecuadas;
III) extender la protección social, para promover tanto la inclusión social como la
productividad, al garantizar que mujeres y hombres disfruten de condiciones de
trabajo seguras, que les proporcionen tiempo libre y descanso adecuados, que
tengan en cuenta los valores familiares y sociales, que contemplen una
retribución adecuada en caso de pérdida o reducción de los ingresos y que
permitan el acceso a una asistencia de salud apropiada; y

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IV) promover el diálogo social, mediante la participación de organizaciones de
trabajadores y de empleadores, sólidas e independientes, que resultan
fundamentales para elevar la productividad, evitar los conflictos en el trabajo y
favorecer el desarrollo de sociedades cohesionadas.

Legislación Laboral y Diálogo Social.-

Con respecto a las relaciones laborales, se tiene que destacar la importancia del
dialogo social en la incidencia de políticas económicas y de ingresos, a través de las
negociaciones colectivas, el consejo nacional del empleo, la productividad y el salario
mínimo, vital y móvil, entre otros.
Se le da especial relevancia a temas referidos a la igualdad y equidad social,
como ser los Consejos Sectoriales de Formación Continua y Certificación de
Competencias Laborales; la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil y
la Comisión para el Trabajo con Igualdad de Oportunidades.

Los Derechos Humanos y el Trabajo.-


Prioridades de la OIT en materia de Derechos Humanos.-

Dadas las circunstancias en las cuales nacieron los derechos laborales en la


esfera del Trabajo Decente, la promoción de los derechos humanos ha sido uno de los
hechos más importantes del siglo XX.
La OIT se centralizó en concretar todas sus formas de acción, a las cuales le dio
primacía. Se pueden establecer tres (3): la promoción relativa a los principios y derechos
fundamentales en el trabajo y su seguimiento; la intensificación de la lucha contra el
trabajo infantil; y por último, la renovación de las actividades en lo que respecta a las
normas de la OIT.
Se ha establecido que la finalidad para los referidos casos es la promoción del
desarrollo sin deterioro de la dignidad humana y de la justicia social.

Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en


el trabajo.-

La Conferencia Internacional del Trabajo reafirmó su adhesión a los ideales


fundacionales de la OIT al adoptar la Declaración de la OIT relativa a los principios y
derechos fundamentales en el trabajo y su seguimiento.
Esta Declaración tiene como fin el compromiso de todos los Miembros de respetar
y promover de buena fe los principios y derechos relativos a:
 la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio;
 la libertad de asociación y la libertad sindical y el reconocimiento efectivo del
derecho de negociación colectiva;
 la eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación; y
 la abolición efectiva del trabajo infantil.

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Aplicación de la Declaración de la OIT.-

A los efectos de su aplicación las declaraciones son herramientas a los que la OIT
ha recurrido con reserva, ya que en oposición de los convenios internacionales del
trabajo, que solamente obligan a los miembros que los ratifican, la Declaración rige
automáticamente para todos los países que hayan aceptado la Constitución de la OIT,
independientemente de que hayan ratificado o no los convenios fundamentales de la
OIT. Sin embargo, se incita a todos ellos a ratificarlos.

El respeto de los derechos fundamentales de los trabajadores.-

La Declaración reconoce al deseo general de que el crecimiento económico vaya


acompañado de la justicia social. Al respecto la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social
de Copenhague expresó ese deseo al abogar por el respeto de los derechos básicos de
los trabajadores. La OIT como organismo competente asumió plenamente la misión de
fijar y supervisar las normas del trabajo fundamentales, amparando la Declaración.
La declaración tiene un rol fundamental en la comunidad internacional, y
asimismo dentro de organizaciones de empleadores y de trabajadores, legisladores,
ONG, empresas multinacionales y demás organizaciones internacionales. Cumple con el
rol de encomendar a la OIT la tarea de que otras organizaciones internacionales lleven a
cabo la gestación de un clima favorable para el desarrollo económico y social que
respete los principios y derechos fundamentales del trabajador.
Por lo tanto la OIT encabezara un programa para que la Declaración promueva el
impulso de una política de aplicación de los principios al servicio del desarrollo y
respetando la igualdad entre todos los sexos, con la intención de que se perciba y
comprenda mejor el problema.

Programa de eliminación progresiva del Trabajo Infantil.-

En lo que se refiere al trabajo infantil, se plantea un extenso problema, que abarca


tanto lo económico, social y de derechos humanos. Se especula que en el mundo
trabajan 250 millones de niños, privados de una educación adecuada, de salud y de los
derechos fundamentales. Estos niños tienen la carga de sufrir los pesados
requerimientos laborales, pero sus países sufren también los efectos ya que cuando se
renuncia a lo que pueden aportar al porvenir los menores de edad se recorta la
capacidad nacional de progresar y prosperar.
A tales efectos se ha instaurado un Programa Internacional para la Eliminación
del Trabajo Infantil, enunciado en la Declaración, que se basa en las normas de la OIT
vigentes, entre ellas el Convenio sobre la edad mínima, entre otras. A estas
circunstancias se naturaliza la idea de darle un mayor interés a las normas ya existentes
con la adopción de nuevos instrumentos sobre la eliminación de las formas más graves
de trabajo infantil, por lo cual se ha optado por un modo de actuar que consta en que el
trabajo infantil es un problema complejo, motivado por la pobreza y la falta de educación.

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Se prestará un marco jurídico establecido para las futuras actividades prácticas de
la OIT mediante su “Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil”,
que tiene como particular característica la asociación y la complementariedad.
Este programa contempla el esfuerzo de diversos elementos como lo son los
gobiernos, las organizaciones de empleadores y de trabajadores, organizaciones no
gubernamentales y organismos multilaterales como el “UNICEF”, instituyendo de esta
forma una clase de complejidad institucional que podría servir de modelo para otras
acciones contempladas por la OIT.
El programa sobre la eliminación progresiva del trabajo infantil no solo pretende
impedir que trabajen los niños, sino que además intenta ofrecerles varias oportunidades
educativas y promover que sus padres accedan a un trabajo digno con ingresos
suficientes.
Arraigado con la problemática, se concentrará en las formas más injustas de
trabajo infantil. Se centralizara en tratar las categorías prioritarias, entre ellas las niñas
que trabajan en condiciones intolerables, y al trabajo clandestino en condiciones como el
comercio sexual y el servicio doméstico.-

CONCLUSIONES.-

Tanto los Derechos Humanos como el Trabajo Decente, son


conceptos aceptados internacionalmente, existe legislaciones internacionales que los
sustentan directa e indirectamente. Se entiende que los Derechos Humanos son
aceptados Universalmente, es decir, que se considera a las personas sin importar su
nacionalidad, religión, raza, color de piel, ni otras consideraciones, inclusive se plantea
que las legislaciones nacionales son las que se deben organizar a los
planteamientos que el derecho internacional establezca.
Todo parece indicar que el trabajo decente debe progresar para ser considerado
un concepto de aceptación Universal, que la nacionalidad del trabajador o trabajadora,
no se tome de sustento, ni tampoco importen las leyes locales, ya que debería ser este
el modelo a lograr para dichos trabajadores, y es el Estado y la sociedad como un todo,
quiénes deberían comprometerse para la obtención de este objetivo.
Por último, es requisito fundamental para lograr que tanto los Derechos Humanos
y el Trabajo Decente, sean efectivamente respetados y promovidos.

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Discriminación laboral por enfermedad

La problemática del Chagas

1. Introducción.

El objetivo de este trabajo es situar la enfermedad como tema de los derechos


humanos en el problema que conlleva la discriminación de las personas que sufren esta
enfermedad y analizar los diferentes aspectos de la exclusión laboral de las personas
con Chagas, dado que los enfermos que padecen esta enfermedad tienen serios
inconvenientes para ingresar al empleo y resultan muchas veces excluidos del mercado
laboral.

Se habla de Mal de Chagas, cuando la realidad es que hablar de “mal” es por


demás discriminatorio, ya que fomenta la estigmatización de la persona afectada, por lo
que el término empleado será enfermedad de Chagas tomado como una problemática a
nivel social.

1.1. La Salud como Derecho Fundamental.

Dentro de la dimensión de lo que es esta enfermedad, tiene especial importancia


los aspectos relacionados con la toma de decisiones tanto a nivel sanitario, legislativo,
educacional y económico, como así también, toda la toma de gestión pública y privada
que es llevada a cabo para la configuración de esta enfermedad.

Los Derechos Fundamentales como la Salud, es uno de los tantos Derechos


Humanos que le son reconocidos a todas las personas por la sola condición de serlo.
Este derecho a la salud es un derecho inclusivo, ya que es reconocido por diversos
instrumentos nacionales e internacionales, como la Declaración internacional de
Derechos Humanos de 1948, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
hombre del mismo año, entre otros. Con inclusivo se quiere referenciar a que no solo
abarca la atención, sino también a garantizar la existencia de otros factores que son
determinantes de la salud, como pueden ser el acceso al agua potable y el desarrollo de
acciones para la prevención de enfermedades.

Con la reforma del año 1994, el tema de la salud en la Argentina se conforma por
el deber de garantizar la disponibilidad, calidad, la no discriminación y accesibilidad
(física y económica) a la salud para todos los habitantes del territorio nacional.

2. Características biológicas de la Enfermedad de Chagas.

Esta enfermedad endémica infecciosa, denominada Tripanosomiasis americana,


es propia del continente latinoamericano, pero también se distribuye en regiones como
los Estadios Unidos de América, Canadá y con mayor frecuencia en muchos países
Europeos.
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Esta enfermedad es provocada por el parasito Trypanosoma Cruzi, que por su
condición necesita estar hospedado en otros organismos, como lo son las vinchucas y
mamíferos, incluidos los seres humanos. Puede penetrar por transmisión vectorial,
transfusiones de sangre, transmisión connatal y trasplante de órganos. La transmisión
más frecuente es la vectorial, que se produce cuando la vinchuca infectada (insectos
hematófagos porque se alimentan de sangre), pica la zona más expuesta del cuerpo, al
mismo tiempo defecando en la picadura, lo cual lleva a que si la persona se rasca lleve
las heces hacia el torrente sanguíneo penetrando el parasito al organismo. Otra forma
de transmisión puede ser si después de rascarse se tocare los ojos o alguna lesión
cutánea que no esté cicatrizada.

3. Fases Clínicas de la Infección.

Hay tres fases que distinguen una de la otra. La Aguda, Indeterminada y Crónica.
La Aguda es inmediata al ingreso del parásito en sangre y no siempre es detectada ya
que los síntomas pueden pasar desapercibidos. En la mayoría de los casos la infección
tiene lugar en menores de 10 años. Excepcionalmente la etapa aguda es grave,
pudiendo producir miocarditis con una mortalidad del 2-3 % o meningoencefalitis con
una mortalidad que puede llegar al 50 %.

La etapa Indeterminada - también llamada asintomática-. Constituye entre el 70 y


el 80% de la población chagásica. Puede durar toda la vida ya que estas personas
tienen serología positiva y son asintomáticas, no presentan alteración orgánica en los
exámenes clínicos.

En la etapa Crónica la enfermedad se manifiesta con un daño orgánico, en su


mayor parte con compromiso cardíaco y megavísceras (dilatación esofágica). Se calcula
que entre el 20 y el 30% de las personas infectadas desarrollará esta etapa. Sólo tendrá
serología positiva.

Se diferencian el infectado del enfermo, ya que el primero no tiene lesión orgánica,


es asintomático y tiene serología positiva. El enfermo chagásico es la persona que tiene
serología positiva y tiene lesiones orgánicas que dan lugar a síntomas. Por eso Infección
y enfermedad son dos situaciones distintas en el proceso de salud-enfermedad.

4. Tratamiento Médico especifico.

Dadas las distintas fases que presenta la enfermedad de chagas, cada una de ellas
conlleva a que tenga diferencias clínicas, por lo tanto el tratamiento a aplicar va a ser
específico para cada enfermo en especial.

Se definen dos tipos de tratamientos. El primero es el tratamiento Etiológico, que se


investiga el origen de la infección, es decir, el parasito. El segundo el tratamiento de las
manifestaciones clínicas.

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 Tratamiento etiológico o antiparasitario.

A nivel individual, con este tratamiento, llamado antiparasitario o tripanocida, lo que


se trata es de curar la infección y prevenir que el parasito no llegue a lugares donde
puede llegar a lesionar los órganos.

A nivel poblacional, se busca disminuir las posibilidades de transmisión del


Tripanosoma Cruzi. Actualmente las únicas drogas autorizadas para el tratamiento
tripanocida, son el benznidazol y el nifurtimox. Antes de comenzar el tratamiento es muy
importante que el médico explique los posibles efectos adversos y las medidas
terapéuticas para contrarrestar los mismos.

Se ha demostrado que el tratamiento etiológico es tanto más efectivo cuanto antes


se realice, esto implica una eficiencia mayor en estadios tempranos de la fase aguda, así
como en niños/as y adolescentes, alcanzándose en estas condiciones un éxito de
curación del 70 - 95 %. No obstante, es fundamental tener en cuenta que, a cualquier
edad, el tratamiento debe ser adecuadamente supervisado.

 Tratamiento de las manifestaciones clínicas.

Cuando el cuadro clínico de la persona infectada manifieste ser más severo, el


medico lo va a definir y va a aplicar este tipo de tratamiento y en función de los síntomas
y signos reconocido. Desde el punto de vista del control médico, quienes se encuentran
en la fase indeterminada (crónica asintomática) deben controlarse una vez por año para
detectar cualquier manifestación orgánica en forma temprana.

Siempre es de suma importancia que la detención de la enfermedad sea precoz,


sobre todo de las lesiones que importan la fase crónica para poder obtener una mejor
respuesta al tratamiento que se administre.

5. Distribución de la parasitosis.

Según datos oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2009 el


número de personas infectadas por el Tripanosoma Cruzi ascendía a doce millones en
todo el mundo, con la mayor cantidad de casos concentrados en veintiún países de
América Latina. Sin embargo, esta cifra mostró un descenso abrupto para 2013,
estimándose un total de entre siete y ocho millones de personas infectadas.

En Argentina, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 2006, al


menos un millón seiscientas mil personas se encuentran infectadas por el parásito que
causa el Chagas. Esta cifra representa casi el 4% de la población total del país.

Las últimas estimaciones de casos (OPS, 2006) indican que en Argentina habría
7.300.000 personas expuestas, 1.600.000 infectadas y más de 300.000 afectadas por
cardiopatías de origen chagásico.

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La seroprevalencia de infección por Tripanosoma Cruzi en embarazadas en el país
fue de 6,8 % en 2000 y de 4,2% en 2009. En base a estos datos, se estima que cada
año nacen 1.300 niños infectados por transmisión congénita. Cabe consignar que 9/10
niños tratados en fase aguda y 7/10 tratados en fase crónica se curan. La prevalencia
media de infección por Tripanosoma Cruzi en niños menores de 14 años fue de 1,5% en
2009.

Las provincias de Chaco, Catamarca, Formosa, Santiago del Estero, San Juan y
Mendoza presentan un ALTO RIESGO de la transmisión vectorial de Chagas debido a
un aumento de la infestación domiciliaria y a una alta seroprevalencia en grupos
vulnerables.

Las provincias de Córdoba, Corrientes, La Rioja, Salta, y Tucumán, muestran una


situación de RIESGO INTERMEDIO con un índice de re infestación mayor al 5% en
algunos departamentos, e insuficiente cobertura de vigilancia en algunos casos.

La provincia de San Luis logró certificar la interrupción de la transmisión vectorial


del T. Cruzi por T. infestans. En el 2012 lograron certificar las provincias de Misiones y
Santa Fe, conjuntamente con 6 departamentos del Sur de Santiago del Estero (Aguirre,
Mitre, Rivadavia, Belgrano, Quebracho y Ojo de Agua).

Las provincias de Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, Neuquén y Río Negro poseen
BAJO RIESGO y lograron recertificar la interrupción de la transmisión vectorial.

Las provincias de Buenos Aires, Chubut, Santa Cruz y Tierra de Fuego, fueron
consideradas por la OMS como libres de transmisión domiciliaria por vector.

La Argentina ocuparía el primer puesto en América con aproximadamente


1.600.000 personas infectada con el parasito que causa la enfermedad (Trypanosoma
Cruzi), seguiría Brasil con aprox. 1.156.821 y México con aprox. 876.458. Por debajo,
estaría Bolivia con aprox. 607.186, y Colombia, con el 45,7% de las personas
infectadas de la zona andina.

5.1. La realidad sanitaria, social y cultural de la enfermedad de Chagas.

Esta patología es una de las más frecuentes en lo que respecta al ocultamiento del
Estado, dado que se necesita de plan de los organismos oficiales como la fumigación
para erradicación de la vinchuca, planes de vivienda limpia y educación sanitaria, que
muchas veces deben probar con resultados que no evidencian. Es por eso que los
Gobiernos ocultan la enfermedad de Chagas, juzgándola como una enfermedad de
pobres, acompañada de miseria e indigencia, lo que lleva a que la sociedad no tenga
interés y no tome conciencia sobre los riesgos que conlleva.

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Por otro lado, tampoco hay un gran interés en el sector salud en general, ni de
parte de los laboratorios que ponen el acento en los infectados de la población que
padecen la enfermedad por ser de una clase social baja, que casi siempre tiene una muy
baja educación o nula.

A esta falta de interés que sufren los enfermos chagásicos por parte de los
organismos gubernamentales y la negación del problema, se suman los médicos que
lamentablemente por factores como lo social, cultural, económico y psicológico, la
situación de pobreza e indigencia, en cada caso, del enfermo chagásico es un punto
decisivo para el desinterés y abandono del tema.

Se puede dividir en tres partes la problemática de la enfermedad chagásica para


así poder entenderla desde el punto de vista social.

 En primer lugar se encuentran los Sujetos Chagásicos, ya sean portadores o


enfermos, que son lo que presentan serología reactiva para Chagas;

 Sujetos comunes, aquellos que ignoran de que se trata la enfermedad de


Chagas, incluso no tiene interés, y;

 Funcionarios Públicos, tienen que tener un interés para el bien de la


sociedad, y una participación activa en los diferentes niveles del poder
político.

De estas tres formas de ver la negación de la enfermedad, que se desprende de


varios sectores de la sociedad, se encuentran los chagásicos, que son los más
marginados, personas que provienen de zonas endémicas, que habitan en ranchos, con
poca información sobre la vinchuca y la enfermedad que transmite, ya que tienen un
bajo grado de instrucción o carecen de ella, y lo que saben es por la poca difusión que
en algún momento se les otorgo en consideración al problema. En busca de mejores
posibilidades de vida y trabajo, estos sujetos emigran de las zonas rurales hacia las
grandes ciudades, y es ahí donde comienzan a tomar conciencia de la enfermedad y su
problemática, sobre todo cuando se detecta la serología positiva en cualquier examen de
admisión laboral, lo cual, es en ese momento donde casi siempre se enteran que están
enfermos de Chagas. Aparte, otro de los problemas relacionados dentro de esta
población chagásica, es la posibilidad de transmisión no vectorial, es decir sin infección
por vinchuca, sino por transfusiones, trasplantes y principalmente por la vía
transparentaría, que es el caso de las madres con Chagas, que ignoran estar enfermas y
que su bebe nacerá con Chagas (Chagas connatal).

Desde otro punto de vista muy lejano se encuentran los sujetos comunes, que
tienen otra situación social, que son gente habitantes de las grandes ciudades sin
vinchucas, que tienen escaso conocimiento de la enfermedad y solo tienen información
de ella por medio de la marginalidad que se transmite de otros sectores sociales cuando
se habla de enfermos de Chagas como individuos pobres que viven en ranchos muy
lejanos, como si fuera la única forma de referenciarlos.

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6. Aspectos Habitacionales como conducentes a la problemática de la
Enfermedad de Chagas.

Dentro de lo que respecta a las zonas rurales, consideradas las zonas endémicas,
se encuentran las personas que tienen una mayor prevalencia a la enfermedad, y que
para ellos es una realidad a la que tiene que convivir cotidianamente. En este sentido el
chagas es y no es al mismo tiempo una enfermedad para ellos, ya que los afecta de una
manera muy cercana, pero bajo un velo por las mismas características que presenta la
enfermedad y su dolencia y también por las necesidades más urgentes que le confiere.
Sin embargo, suele no ser una cuestión prioritaria en sus vidas, lo que hace que en
general no sea un tema que se presente naturalmente en sus conversaciones.

Por otro lado, están las zonas urbanas, donde la enfermedad se hace más visible,
aunque no presente síntomas clínicos, se percibe la discriminación y con ella aparece
una nueva paradoja: la de estar enfermo sin estarlo, el marca social de un análisis
positivo, de ser portador de un parásito ajeno a la gran ciudad, sumado a la condición,
muchas veces, de ser “portador” también de un grupo humano diferente, con
costumbres y creencias también diferentes.
Es principalmente en las zonas urbanas donde hay más evidencia de las
cuestiones de clase y a su vez la discriminación, y se mantiene por ello la exclusión
alegórica del chagas.

7. La Discriminación Laboral y la realidad del Chagásico. Marco Legal.

7.1. La Ley 22.360 en la Argentina.

La consecuencia inmediata de tener la enfermedad de Chagas es el perjuicio que


trae aparejado. La discriminación se hace más notoria en el ámbito laboral, aun a pesar
de haber cambiado la legislación en torno al hecho discriminatorio, sigue prevaleciendo
el menoscabo. Veremos cómo fue cambiando la ley a través de los años.

En la Argentina, la discriminación laboral, en un principio, estaba ligada con la ley


Nacional 22.360 sancionada durante la última dictadura militar, hoy ya derogada. Esta
ley otorgaba el permiso a los empleadores para requerir del postulante u obligarlo a
hacerse el análisis de Chagas, donde si el resultado daba serológico reactivo, se le
negaba el trabajo.

DE LOS ASPIRANTES A EMPLEO PERMANENTE O TRANSITORIO


ENRELACION DE DEPENDENCIA Y DE LOS EMPLEADORES.-

Artículo 7: “Serán obligatorias las reacciones serológicas para determinar la


infección chagásica, así como los exámenes complementarios que permitan el
diagnóstico de enfermedades vinculables, de acuerdo a lo que establezca la autoridad
sanitaria nacional…”

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“…La simple serología reactiva para la enfermedad de Chagas no podrá constituir
elemento restrictivo para el ingreso al trabajo siempre que a la fecha del examen
preocupacional no existan otros elementos diagnósticos clínicos, radiológicos y
electrocardiográficos que indiquen disminución de la capacidad laboral imputable a
infección chagásica.”

Parecería que con esta ley se hubiese tratado de implementar una protección a
favor del trabajador que padecía la enfermedad, pero la realidad es fue todo lo contrario.
En los hechos, la obligatoriedad de este análisis fue una terrible actitud discriminatoria
para los infectados de chagas, ya que los empleadores, ante la eventualidad que se la
enfermedad se convierta en crónica (solo en un 20 % de los casos), o por ignorancia
acerca de la infección, tomaban la decisión de no tomar a la persona, sin informar su el
porqué de su rechazo.

Estas personas que son discriminadas de la esfera laboral se convierten en


desocupados, lo que los lleva a tener que buscar otras alternativas para sobrevivir, y
dado que la gran mayoría tiene una un bajo nivel educacional, terminan haciendo
trabajos informales, de poca monta, que no les da ningún beneficio social, y soportando
la etiqueta de chagásico durante toda su vida.

Esta ley era discriminativa en dos aspectos fundamentales. En primer lugar, la


obligación de hacerse el análisis de chagas a las personas que deseaban trabajar, que a
pesar de que diera positivo el resultado, jamás desarrollaría la patología, y en segundo
lugar, se observaba que además de los análisis de sangre, nada más se hacía, y con
solo eso ya era descartada la persona que le daba el análisis positivo, cuando el art. 7
habla de practicarles electrocardiograma y radiografía de tórax en el examen
preocupacional para tener una seguridad sobre la capacidad de la persona infectada. Lo
que nos lleva a determinar que el art. 7 en nada se cumplía.

Muchas veces podía pasar que cuando se hablaba de una discriminación por
enfermedad, no es tal en términos biológicos, sino como construcción social, porque no
sólo están sanos en el momento del examen sino que en su mayoría nunca se van a
enfermar. Se está discriminando a la no enfermedad.

La dificultad para trabajar, puede clasificarse desde el punto de vista médico de la


siguiente manera: a) El estadío 0 puede ingresar a cualquier empleo; b) Las personas
positivas sin evidencia de cardiopatía pueden desempeñar cualquier tarea. En el caso de
profesiones de alto riesgo deberán realizar controles específicos semestralmente; c) Las
personas con trastornos electrocardiográficos sin cardiomegalia podrán ejercer empleos
que no los condicionen a realizar esfuerzos físicos importantes; d) Las personas con
cardiomegalia solo podrán ejercer actividades sedentarias; e) Las personas con
insuficiencia cardíaca clínica deberán considerarse incapacitados, debiendo acceder a
una jubilación.

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7.2. La Nueva Ley 26.281 de Prevención y control del Chagas.

Desde el año 2007 el Poder Ejecutivo Nacional promulgo en la Argentina una ley
de Chagas que reemplazo a la ley 22.360, la cual fue derogada en el acto.

Esta nueva ley tiene por objeto declarar de interés nacional y asignarle carácter
prioritario la prevención y control de todas las formas de transmisión de la enfermedad
de chagas.

Dentro de la lista de artículos de la ley en cuestión, se encuentran dos muy


importantes, que tratan la problemática del chagas:

En su Artículo 5º, expresa: “Prohíbase realizar reacciones serológicas para


determinar la infección chagásica a los aspirantes a cualquier tipo de empleo o
actividad.”

Y en el Artículo 6º, agrega: “Los actos que, utilizando información obtenida por
aplicación de la presente ley y de las normas complementarias que en su consecuencia
se dicten, impliquen una lesión o menoscabo de los derechos de las personas afectadas
por la infección chagásica, son considerados actos discriminatorios en los términos de la
Ley Nº 23.592”.

Se sancionaron otras leyes, resoluciones y decretos, tanto nacionales como


provinciales, que aportan una mayor claridad al tema, se destaca la Resolución Nº
37/2010 de la Superintendencia de Riesgos de la Trabajo que en su art. 2º
establece:

Art. 2º — “Exámenes preocupacionales: objetivos, obligatoriedad, oportunidad de


su realización, contenidos y responsables.

1. Los exámenes preocupacionales o de ingreso tienen como propósito determinar


la aptitud del postulante conforme sus condiciones psicofísicas para el desempeño de
las actividades que se le requerirán. En ningún caso pueden ser utilizados como
elemento discriminatorio para el empleo. Servirán, asimismo, para detectar las
patologías preexistentes y, en su caso, para evaluar la adecuación del postulante — en
función de sus características y antecedentes individuales — para aquellos trabajos en
los que estuvieren eventualmente presentes los agentes de riesgo determinados por el
Decreto Nº 658 de fecha 24 de junio de 1996.

Queda excluida de los exámenes preocupacionales la realización de reacciones


serológicas para la detección de la enfermedad de Chagas-Mazza, conforme a lo
establecido en el artículo 5º de la Ley Nº 26.281.”

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8. Conclusiones.

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