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Funcionales de Salud
Etiquetas Diagnósticas de la NANDA (M. Gordon)
Contaminación
Descuido personal
Disconfort
Protección inefectiva
Riesgo de asfixia
Riesgo de caídas
Riesgo de infección
Riesgo de intoxicación
Riesgo de lesión
Riesgo de sangrado
Riesgo de Shock
Riesgo de traumatismo
Deterioro de la deglución
Deterioro de la dentición
Hipertermia
Hipotermia
Ictericia neonatal
Termorregulación ineficaz
Volumen de líquidos, déficit de:
Diarrea
Estreñimiento
Estreñimiento subjetivo
Incontinencia fecal
Disreflexia autónoma
Fatiga
Habilidad para la traslación, deterioro de la:
Intolerancia a la actividad
Riesgo de caídas
Sedentarismo
Insomnio
Confusión aguda
Confusión crónica
Conocimientos deficientes
Desatención unilateral
Dolor agudo
Dolor crónico
Náuseas
Automutilación
Automutilación, riesgo de:
Desesperanza
Impotencia
Negación ineficaz
Riesgo de suicidio
Temor
Deterioro parental
Duelo
Duelo complicado
PATRÓN X- Afrontamiento /
Tolerancia al Estrés
Afrontamiento defensivo
Afrontamiento inefectivo
Síndrome postraumático
Deterioro de la religiosidad
Sufrimiento espiritual
Sufrimiento moral
Otros patrones
Asepsia
La higiene de las manos es una acción muy simple, y se debe de practicar por toda
persona que realice cuidados a un paciente, ya se trate de personal sanitario o
cuidadores.
LA PIEL:
Es una estructura que constituye una barrera protectora entre el medio externo y el
organismo impidiendo el paso de gérmenes al interior del mismo.
El agua y jabón, por lo general, son suficientes para eliminar la flora transitoria. Sin
embargo, para eliminar la flora permanente, necesaria en el caso de manejo de
heridas y en el cuidado de enfermos en determinados casos, es necesario el uso de
antisépticos en el lavado de manos.
A QUIEN VA DIRIGIDO:
Personal sanitario que mantienen un contacto directo e indirecto con el
paciente.
Cuidadores que mantienen un contacto directo e indirecto con el paciente.
Cualquier persona que trabaje en un centro sanitario.
CUANDO LAVARSE LAS MANOS:
Después de:
La exposición de las manos a sangre u otros fluidos corporales, a
mucosas, a piel no intacta y apósitos de heridas, o después de tocar
objetos potencialmente contaminaos u objetos situados en las
inmediaciones del paciente, al tocar material contaminado con
secreciones, aunque las manos estén aparentemente limpias.
Tener contacto con la piel intacta de un paciente (p.ej. al tomar el
pulso o la presión arterial, levantar al paciente, etc.) o su entorno.
Volver del comedor.
Utilizar los servicios.
Finalizar la jornada laboral en un centro sanitario.
Entre:
Contactos mantenidos con distintos pacientes (especialmente en unidades de
alto riesgo).
Manipulación de una zona contaminada a otra limpia del cuerpo del paciente
durante el cuidado del mismo.
Se recomienda el lavado de manos en todos los casos en que surjan dudas entre la
necesidad o no de realizarlo.
Los productos para la higiene de manos deben ser eficaces y tener un bajo potencial
de irritación, especialmente cuando se utilicen con frecuencia. Se ebe de valorar en la
elección la sensación, olor y tolerancia cutánea de los productos.
Los recipientes que contienen los agentes de lavado no se deben rellenar cuando
estén medio vacíos, ya que el producto se puede contaminar con bacterias. Es
preferible que dispongan de mecanismo dosificador, este habrá de mantenerse
siempre limpio.
Pasos de la técnica:
o Quitar los anillos, relojes, joyas, etc.
o Subir las mangas.
o Mojar las manos y muñecas.
o Aplicar una cantidad suficiente de jabón.
o Friccionar toda la superficie de la mano mediante una acción
mecánica y vigorosa de frotación con agua y jabón, cubriéndolas con
espuma durante un mínimo de diez segundos. Se lavará hasta la altura
de las muñecas con movimientos de rotación y fricción, haciendo
especial hincapié en los espacios interdigitales y las uñas (frotar con
un cepillo si es necesario).Luego con los dedos de una mano frotar la
palma de la otra mano, a continuación frotar el dorso de las manos y
entrelazar los dedos, frotando bien los espacios interdigitales y
posteriormente frotar las puntas de los dedos de una mano con
movimientos de rotación sobre la palma de la otra mano. Por último
frotar también con movimientos de rotación los pulgares sobre la
palma de la otra mano.
o Aclarar las manos debajo del chorro de agua con las puntas de los
dedos hacia abajo.
o Secar las manos con toallas de papel.
o Cerrar el grifo utilizando una toalla de papel de un solo uso.
No se deben utilizar sobre heridas, pueden dañar los tejidos e incluso perder
parte de su poder bactericida al combinarse con las proteínas de las mismas.
No deben utilizarse soluciones alcohólicas cuando las manos estén
visiblemente sucias, en estos casos es necesario realizar un lavado previo con
agua y jabón.
Deben aclararse bien las manos y utilizar lociones y cremas, al menos una vez al
día, para minimizar la incidencia de dermatitis irritante de contacto asociada al uso
repetido y frecuente de productos de lavado y antisepsia, siguiendo siempre las
recomendaciones del fabricante.
Las cremas, jabones y antisépticos deben estar en envases de un solo uso o con
válvulas dispensadoras, para evitar su contaminación.
Una medida eficaz para evitar los efectos adversos en la piel de las manos consiste
en intercalar los lavados con solución hidroalcohólica con lavados con agua y jabón.
Las uñas han de mantenerse cortas ya que debajo de las uñas se acumulan gran
cantidad de microorganismos. Evitar llevar esmalte, o uñas postizas cuando se va a
estar en contacto directo con pacientes de algo riesgo ya que podemos contaminarlo,
romper los guantes e incluso dañar a paciente.
Los guantes deben usarse siempre que exista riesgo de contacto directo con sangre u
otros materiales potencialmente infecciosos, mucosas y piel no intacta o cuando haya
una exposición indirecta por manipulación de instrumental u objetos contaminados
visiblemente con secreciones o fluidos del paciente.
Sin embargo no deben utilizarse guantes cuando no exista contacto potencial con
sangre o fluidos corporales en situaciones como la toma de constantes, vestido y aseo
del paciente, manipulación de objetos del paciente, manejo de la historia clínica, al
darle la comida, colocar oxigeno etc.
Una vez realizada la higiene con soluciones hidroalcohólicas o el lavado con agua y
jabón deberán dejarse secar por completo las manos antes de ponerse los guantes.
Se debe cambiar de guantes cuando se pase de una zona contaminada a otra limpia
de un mismo paciente, y cada vez que se cambie de paciente. Deben quitarse los
guantes después de atender a un paciente.