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En el paradigma de los 5 monos vemos una situación que puede ser bastante simple pero
que tiene unos resultados y una conclusión bastante inquietante y que se puede extrapolar a
muchos comportamientos de la sociedad de hoy en día.
A continuación te explico este paradigma de los 5 monos de forma un poco más detallada
por si no te había quedado claro con el vídeo.
Cinco monos se encuentran encerrados en una jaula mientras son estudiados por un grupo
de científicos. En el centro de la misma se coloca una gran escalera con un racimo de
plátanos arriba del todo. Los monos los identifican de inmediato y quieren llegar hasta a
ellos.
En el momento en el que uno lo intenta, los científicos lanzan agua fría sobre los que
quedan en el suelo.
Una vez que ha pasado un tiempo de razonamiento y asimilación de las circunstancias por
parte de los monos, si uno de ellos intentaba subir a coger los plátanos, el resto de ellos
lo cogían y golpeaban hasta que cesaba en su empeño.
Los científicos sustituyen a uno de los monos por otro que jamás ha estado en esa jaula.
Como es lógico, lo primero que intentará hacer es subirse a las escaleras para conseguir los
plátanos. Es en ese momento cuando sus nuevos compañeros lo cogerán y golpearán para
evitar que eso pase.
El mono no sabrá muy bien porqué está pasando eso pero empezará a aprender que
eso no debe hacerse por algún motivo.
Este proceso se repite poco a poco hasta que tan solo queda un mono sin sustituir.
Finalmente, este último mono, también es sustituido. Entonces nos quedamos con la
siguiente situación: tenemos un grupo de 5 monos que, aunque nunca han recibido
ningún baño de agua fría como castigo por coger los plátanos, actúan como si así
hubiera sido.
Podemos pensar que este experimento es aislado y que no tiene nada que ver con nosotros,
pero estamos equivocados. Con este experimento se demostró que los monos realmente
estaban viviendo con un miedo transmitido, pero que jamás habían conocido.
Nosotros muchas veces aceptamos muchos hechos sin cuestionarlos, simplemente porque
toda la vida se han hecho así. Si esos monos se hubieran podido detener un momento y
reflexionar sobre lo que estaba ocurriendo, quizá se hubieran aventurado a volver a intentar
coger un plátano.