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Costa Rica
Subsidio 3 — Itinerario de
Hora Santa
En la Fracción del Pan nos
encontramos los bautizados
NOS DESPEDIMOS
Oración final.
Detalles de bajo relieve esculpido por Louis Ferón, San Vicente de Moravia.
Bendito, bendito, bendito sea Dios,
Los ángeles cantan y alaban a Dios. (2)
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SUPLICAMOS Hora Santa
En la Fracción del Pan nos
Quien dirige dice:
encontramos los bautizados
Unámonos a las intenciones del Santo Padre Benedicto XVI y
pidamos todos juntos a Jesús que se quede con nosotros.
CANTAMOS
Todos: Pueblo de reyes, asamblea santa, pueblo sacerdotal:
pueblo de Dios, bendice a tu Señor.
"Quédate con nosotros, Señor, acompáñanos aunque no siempre
hayamos sabido reconocerte. Quédate con nosotros, porque en torno a Te cantamos, oh Hijo amado del Padre,
nosotros se van haciendo más densas las sombras, y tú eres la Luz; en te alabamos, eterna Palabra, salida de Dios.
nuestros corazones se insinúa la desesperanza, y tú los haces arder con Te cantamos, oh Hijo de la Virgen María.
la certeza de la Pascua. Estamos cansados del camino, pero tú nos confor- Te alabamos, oh Cristo nuestro hermano, nuestro Salvador.
tas en la fracción del pan para anunciar a nuestros hermanos que en ver-
dad tú has resucitado y que nos has dado la misión de ser testigos de tu Te cantamos a Ti, esplendor de la Gloria,
resurrección. te alabamos, Estrella radiante que anuncia el día.
Quédate con nosotros, Señor, cuando en torno a nuestra fe católica Te cantamos, oh Luz que iluminas nuestras sombras,
surgen las nieblas de la duda, del cansancio o de la dificultad: tú, que eres te alabamos, Antorcha de la nueva Jerusalén.
la Verdad misma como revelador del Padre, ilumina nuestras mentes con
tu Palabra; ayúdanos a sentir la belleza de creer en ti. Te cantamos, Mesías que anunciaron los Profetas,
Quédate en nuestras familias, ilumínalas en sus dudas, sostenlas en sus difi- te alabamos, oh Hijo de Abraham e Hijo de David.
cultades, consuélalas en sus sufrimientos y en la fatiga de cada día, cuando Te cantamos, Mesías esperado por los pobres,
en torno a ellas se acumulan sombras que amenazan su unidad y su te alabamos, oh Cristo nuestro Rey de humilde corazón.
naturaleza.
Tú que eres la vida, quédate en nuestros hogares, para que sigan Te cantamos mediador entre Dios y los hombres,
siendo nidos donde nazca la vida humana abundante y generosamente, te alabamos, oh Ruta viviente del cielo.
donde se acoja, se ame, se respete la vida desde su concepción hasta su Te cantamos, Sacerdote de la Nueva Alianza,
término natural. te alabamos, Tú eres nuestra paz por la sangre de la cruz.
Quédate, Señor, con aquellos que en nuestras sociedades son más
vulnerables; quédate con los pobres y humildes, con los indígenas y afroa- Te cantamos, Cordero de la Pascua eterna,
mericanos, que no siempre han encontrado espacios y apoyo para expre- te alabamos, oh Víctima que borras nuestros pecados.
sar la riqueza de su cultura y la sabiduría de su identidad. Te cantamos, oh Templo de la Nueva Alianza,
Quédate, Señor, con nuestros niños y con nuestros jóvenes, que te alabamos, oh Piedra Angular y Roca de Israel.
son la esperanza y la riqueza de nuestro Continente, protégelos de tantas
insidias que atentan contra su inocencia y contra sus legítimas esperanzas. Te cantamos, Pastor que nos conduces al Reino,
¡Oh buen Pastor, quédate con nuestros ancianos y con nuestros enfermos. te alabamos, reúne a tus ovejas en un redil.
¡Fortalece a todos en su fe para que sean tus discípulos y misioneros!” Te cantamos, oh Cristo manantial de la gracia,
te alabamos, oh Fuente de agua viva que apaga nuestra sed.
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Te cantamos, oh Viña plantada por el Padre, Pidamos a Dios que nunca olvidemos las causas por las que entregó su vida. Pida-
te alabamos, oh Viña fecunda, nosotros tus sarmientos. mos perdón a Jesús por hacer de su resurrección un evento a nuestra convenien-
Te cantamos, oh Cristo maná verdadero, cia sin comprometernos con lo que Él dijo e hizo. Por ello, preguntémonos:
te alabamos, oh Pan de la vida que el Padre nos da.
Un ministro extraordinario (si el diácono o presbítero está ausente) expone el ¿Nuestro proyecto personal y comunitario coincide con el pro-
Santísimo Sacramento según las normas litúrgicas. (Ver normas en el ritual de la yecto del Reino de Jesucristo y su mandato misionero?
Sagrada Comunión y el Culto Eucarístico fuera de la Misa, N° 91) Luego prosigue:
Los dos discípulos tenían sus planes, pero eran los suyos, los que ellos se habían Lector 3
hecho y que les bloqueaban, cegándolos e impidiéndoles reconocerle; estos planes Haznos dignos de escuchar sólo tu voz,
se habían cumplido, aunque de manera diferente a como ellos se lo imaginaban, en de seguirte únicamente a ti,
este "extranjero" que en ese momento caminaba con ellos. Hablaban a Jesús, pero
el Pastor verdadero y victorioso,
tal y como ellos se lo imaginaban, y por ello no lo reconocen. y de ser acogidos por ti
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en el lugar que nos tienes preparado Es rocío del Hermón, que va bajando
en tu reino celestial, sobre el monte Sión.
oh Jesucristo, Dios y Señor nuestro. Porque allí manda el Señor la bendición:
Bendito seas, la vida para siempre.
con el Padre y con tu Santo Espíritu,
ahora y siempre,
Del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35
y por los siglos de los siglos.
Amén
Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba
sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que
CANTAMOS había pasado. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el
mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos
Por Ti, mi Dios, cantando voy para que no le conocieran. Él les dijo: «¿De qué discutís entre vosotros
la alegría de ser tu testigo, Señor. mientras vais andando?» Ellos se pararon con aire entristecido. Uno de
Es fuego tu Palabra que mi boca quemó, ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusa-
mis labios ya son llamas y cenizas mi voz lén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?» Él les dijo:
Da miedo proclamarla pero Tú me dices: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un pro-
“No temas contigo estoy”. feta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo;
cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y
Tu Palabra es una carga que mi espalda dobló, le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a
es brasa tu mensaje que mi lengua secó. Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto
Déjate quemar si quieres alumbrar, pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado,
“no temas, contigo estoy”. porque fueron de madrugada al sepulcro, y, al no hallar su cuerpo, vinie-
ron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían
Me mandas que cante con toda mi voz, que él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo halla-
no sé como cantar tu mensaje de amor, ron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron». Él les dijo:
los hombres me preguntan cuál es mi misión, «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los
les digo: “Tu testigo soy”. profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su
gloria?» Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas,
les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras. Al acercarse al
DIALOGAMOS pueblo a donde iban, Él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le for-
zaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha
declinado». Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a
Salmo 132
la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba
dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él des-
Ved qué dulzura, qué delicia,
apareció de su lado. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro
convivir los hermanos unidos.
corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos expli-
caba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén
Es ungüento precioso en la cabeza,
y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decí-
que va bajando por la barba,
an: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!» Ellos,
que baja por la barba de Aarón,
por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían
hasta la franja de su ornamento.
conocido en la fracción del pan.
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