Francisco Almeida

30/01/2019

Mi Lugar Favorito

Hay veces en las que no es necesario cambiar ni moverse para aprender, basta con

observar. Es así como aprendí tres importantes lecciones de vida en solo siete meses. Quito, la

capital del Ecuador es también la ciudad más poblada del país. (Wikipedia, 2019) es un lugar

importante para mi porque de cierta manera representa un punto estático en mi vida debido a

que mis mejores amigos, quienes por años fueron de las personas más importantes en mi vida,

decidieron aventurarse al exterior cuando yo decidí quedarme aquí. A través de esta decisión

llegué a perder a mi circulo social más intimo y esta difícil experiencia me ha enseñado que es

necesario estar listo para las infinitas variables puestas en cada camino. Salir de mi zona de

confort me llevó a un camino en el cual logré obtener más conocimiento acerca de la vida. La

primera lección, y tal vez la más impactante fue la tensión que existía entre todos al principio,

incluso en algunas escasas ocasiones se sentía una leve hostilidad La forma de reaccionar ante

la obvia -pero muy pocas veces aceptada- naturaleza individualista del ser humano captó mi

atención. Finalmente, con el transcurrir de los meses llegué a conocer a la lección más

importante. Es importante siempre estar preparado para el cambio, sin embargo, es imposible

estar totalmente preparado.

La capital de la República del Ecuador, Quito está situada en la región sierra

aproximadamente a dos mil ochocientos metros sobre el nivel del mar. Antes de ser

colonizada por los españoles fue un asentamiento indígena. Su geografía la convierte en una

ciudad alargada y no muy ancha ya que al estar en las faldas de varias montañas el terreno es

poco consistente y existen varias quebradas y otras formaciones geográficas que no permiten

la ampliación de la ciudad hacia esa dirección. La arquitectura de la ciudad varia de acuerdo

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con el sector. En el centro de la ciudad, existe arquitectura colonial hasta el día de hoy. De

hecho, el centro histórico de Quito es el más grande de Sudamérica. Hacia el norte de la

ciudad hay edificios más grandes y arquitectura más moderna, además que ahí están la mayor

parte de los centros comerciales de la ciudad. Al occidente se encuentra la parroquia de

Cumbayá, un valle que se encuentra a una elevación menor que la de Quito y gracias a esto

cuenta con un clima más favorable.

El miedo a lo incierto es un instinto profundamente arraigado en el ser humano,

Canetti dice, “Nada teme más el hombre que ser tocado por lo desconocido. Desea saber

quién es el que le agarra”. (Canetti, pág. 13). Esta frase refleja perfectamente mi observación

de la primera semana de clases en la universidad. Salvo una persona, estuve rodeado por

nuevas caras y es imposible esperar que no exista tensión alguna en una situación de esta

naturaleza. Con el pasar del tiempo la tensión bajo paulatinamente ya que se empezaron a

edificar nuevas relaciones y a medida que esto fue sucediendo el ambiente entre ciertos

individuos y grupos mejoró sustancialmente, sin embargo, esto tomó tiempo, pero además la

situación en la que la gran mayoría de personas se encontraba los empujó hacia esto,

empujando a las amistades a formarse más rápido. Por medio de esta pequeña experiencia con

mis compañeros de estudio abrí mis ojos a la realidad de las relaciones entre personas, y

aunque bien se sabe que la confianza nunca es dada fácilmente y se gana lentamente, noté que

existen ciertas condiciones que logran cambiar el ritmo o la velocidad en la cual el ser

humano crea vínculos.

A pesar de ser un ser social el ser humano está involucrado en la perpetua búsqueda

del bienestar individual, siempre conflictiva, pero motor del progreso a lo largo de la historia

de la humanidad. Por esto Norberto Bobbio dice que “el antagonismo es fecundo”. (Bobbio,
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1989). Situaciones como esta siempre dan espacios para observar el comportamiento humano

detalladamente. Para mi, esto siempre ha sido muy claro, el humano como individuo siempre

va a buscar la auto preservación para posteriormente intentar perpetuar sus genes. En este

caso lo interesante fue ver la reacción de otros ante el orden natural de las cosas. Hoy en día

todavía existen ideas con otra concepción del ser humano, una que tal vez se podría calificar

como más noble. O en otros casos la experiencia no ha abierto sus ojos al orden de las cosas.

He visto como la decepción ante esta realidad hace su camino lentamente en lecciones duras

para mucha gente. Aceptar esta dura pero útil característica de la especie humana nunca es

una tarea ligera, además que existen consecuencias de una conclusión de esta magnitud, como

la desconfianza. No todos tienen una misma perspectiva de cosas que a veces parecen tan

obvias como la gravedad. Al reflexionar sobre esta lección pude llegar a aprender más aún

porque saqué dos conclusiones. En primer lugar, estoy seguro de que existen personas que no

están dispuestas a admitir que esto es cierto, pero no por sus creencias sino por el miedo que

la realidad les produce. Se rehúsan a finalmente aceptar un mundo así y vivir de acuerdo con

la realidad. Se sienten atormentados por todas las implicaciones de aceptar esta realidad.

Siempre es posible prepararse mejor, eso nunca está demás. Pero incluso la

planificación más minuciosa contiene errores, repentinos imprevistos, o peor aún, es algo

contra lo que no se puede luchar esta es una lección muy importante que el autor ruso Mijail

Bulgákov nos enseña en su aclamada obra El Maestro y Margarita. En los meses previos a la

universidad pensé estar totalmente listo para dejar todo atrás y empezar desde cero.

Ciertamente este no fue el caso. Experimenté un cambió de ciento ochenta grados. No solo

mis actividades eran distintas, sino que también finalmente logré fijar otras prioridades que

siempre quise cumplir en el colegio, como estudiar, por ejemplo. Esto fue solo el principio,

mis intereses fueron cambiando poco a poco, pero de una manera más rápida que en el
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colegio. Como el cambio es parte del día a día muchas veces es difícil notarlo. Fue cuando

perdí el interés de hablar con algunos amigos que por fin miré hacia atrás y quedé sorprendido

de todo el cambio que ocurrió en tan poco tiempo. A medida que siguió pasando el tiempo

perdí el interés incluso en salir todos los fines de semana al menos dos días porque a eso me

dedicaba en el colegio. Han sido eventos que con toda franqueza puedo decir nunca pensé que

ocurrirían, pero amigos mayores e incluso mis padres me lo advirtieron. Lo mejor que pude

haber aprendido es esto, porque de cierta manera esta es una lección que te libera. Existen

casos en los cuales no se puede hacer nada, y todos nos enfrentamos a ellos como Joseph K.

en El Proceso de Franz Kafka. Si bien este cambio fue para bien, todas las circunstancias que

se dieron para que este ocurra fueron imposibles de combatir.

Las lecciones más importantes no siempre vienen de lugares lejanos de los cuales uno

a veces piensa que se puede adquirir el mayor conocimiento, o de experiencias

“trascendentales” hay veces en las cuales lo mejor que se puede hacer es sentarse y observar.

Si bien en algún punto quedarme parecía la opción cómoda terminó siendo todo lo contrario.

Exponerme a una situación distinta, a un solo cambio en la ecuación produjo un resultado

totalmente distinto. Estas tres lecciones aprendidas en un corto plazo han cambiado

radicalmente mi forma de pensar y ver el mundo porque no solo entiendo como

verdaderamente funcionan las personas, sino que también he visto el resultado de salir de mi

zona de confort y exponerme a nuevos vientos.

 Francisco Almeida
30/01/2019
Trabajos citados

Wikipedia. (29 de Enero de 2019). Quito. Obtenido de Wikipedia:

https://es.wikipedia.org/wiki/Quito

Canetti, E. (2018). Masse und Macht. Madrid, España: Alianza Editorial .

Bobbio, N. (1989). Liberalismo y Democrácia. Fondo de Cultura Económica.