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Arcaico Final y el Formativo Temprano presentan c) Otro grupo de investigadores, entre los que fi-
CULTURAS PREHISPÁNICAS
características de Estado. Mientras que Pozorski y guran R. Burger (1987), Burger y Salazar-Burger
Pozorski desarrollan un modelo sobre planeamien- (1991), Quilter (1991), desarrollan otras interpreta-
to urbano para el sitio del Formativo Temprano ciones. A base de evidencias recuperadas en los
Pampa de las Llamas-Moxeke en el valle de Casma, templos en U de Cardal y Mina Perdida del valle de
R. Shady asigna categoría de ciudad al complejo de Lurín, sur de Lima, R. Burger y L. Salazar afirman
Caral o Chupacigarro del Arcaico Tardío en el va- que Cardal fue producto de un modo de vida “ega-
lle de Supe. En ambos planteamientos observamos, litario”, con líderes carismáticos y saber sagrado,
sin embargo, que la organización del espacio no se sin la “connotación de poder y coerción”. A su vez,
ajusta al concepto de ciudad en la medida que un Quilter (1991:431) encuentra homogeneidad en di-
centro urbano combina diferentes funciones rela- versos patrones culturales (tamaño y forma de los
cionadas, siendo la ritual parte de ellas. Ambos asentamientos, patrones funerarios, etc.) durante el
asentamientos tienen fundamentalmente espacios Arcaico Tardío, siendo improbable la ocurrencia del
rituales. Estado durante esta etapa.
VI
EL FORMATIVO EN LOS ANDES CENTRALES
G.R. Willey y P. Phillips definieron este período lombia). La capa superior de Canapote proporcionó
por la consolidación de la vida aldeana, basada en la una fecha de 1 940 a.C. En el bajo Magdalena des-
agricultura u otra actividad organizada de subsis- taca el sitio de Bucarelia (cerca de Zambrano), em-
tencia colectiva (pastoreo por ejemplo), el aumento parentado con Puerto Hormiga y Barlovento. Otro
demográfico, la existencia de jerarquías sociales, la sitio sería Momil I, en el río Sinú del Caribe colom-
proliferación de centros ceremoniales. Generalmen- biano. En el noroeste de Venezuela, región de la
te los arqueólogos utilizan la alfarería para separar Guajira, se halla Rancho Peludo (2 820-445 a.C.),
este período del Arcaico, que para Perú retrocede a La Pitia y Santa Ana (anteriores a 500 a.C.). En Pa-
1 700 a.C. Este criterio es arbitrario, pues en el Ar- namá figura Monagrillo, en el río Parita (2 140
caico Tardío (2 500 a.C.) existían ya grupos prealfa- a.C.), con parecidos a Barlovento de Colombia y
reros con alto desarrollo sociopolítico, según lo tes- Valdivia de Ecuador.
tifican El Áspero (Supe), El Paraíso Valdivia es un lugar y una cultura del pe-
(Chillón), La Galgada y Huari- ríodo Formativo descubierta en la cos-
coto (callejón de Huaylas). ta del Guayas, Ecuador, fechada entre
En cambio, en Ecuador, 3 900 y 2 300 a.C., seguida cronológi-
Colombia, Venezuela y Pana- camente por Machalilla (2 259-1 320
má, se fabricaba cerámica ha- a.C.) y Chorrera (1 300-550 a.C.). Es,
cia el 3 000 a.C., según da- hasta la fecha, la cultura con cerá-
tos de Puerto Hormiga, de- mica más antigua en América.
partamento de Bolívar,
costa de Colombia (3 La tecnología alfarera se descubrió en
000 y 2 500 a.C.); Cana- tiempos diferentes en América. Hasta
hoy la proveniente de Valdivia y Real
pote, Tesca y Barlovento Alto (Ecuador) ha proporcionado
(este de Cartagena, en el antigüedades de más de 3 000 años para
Caribe colombiano), y San la fabricación de recipientes de barro (Lathrap
et al. 1977). En la vista fragmento de jarra de la
Jacinto (en el bajo Magdalena, Co- fase Valdivia 6.
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Silva Sifuentes
do por J. Marcos (1986) es Real Alto, en el sur de la en aldeas del Arcaico Tardío de la costa central, es-
península de Santa Elena, sobre una de las terrazas pecíficamente como ofrendas en tumbas de La Palo-
altas del río Verde, valle de Chanduy. Comprende ma (Chilca). Asimismo, Lanning (1967:83) encon-
un poblado alrededor de una plaza y dos edificios tró semejanzas entre la alfarería San Juan (1 850
frente a frente y situados en los bordes oeste (edifi- a.C.) y Negritos (1 500 a.C.) de Piura con la fase VI
cio de los Entierros) y este (edificio o Casa de Reu- de Valdivia. Por otro lado, los materiales de Bagua y
niones). Una fecha radiocarbónica en muestra vege- Pacopampa (Shady 1987) sugieren fuertes contac-
tal del edificio de los Entierros (u osario) proporcio- tos con Valdivia y Cerro Narrío de Ecuador.
nó una antigüedad de 3 000 a.C., existiendo otras En Perú la alfarería más antigua (1 700 a.C.) fue
dos fechas más antiguas asignadas por Marcos a su descubierta en numerosos lugares. En la costa figu-
fase Valdivia IA, provenientes de Real Alto, que se ran Guañape Temprano, Virú (1 849, 2 099, 1 449,
ubican en 4 326 ± y 4 196 ± 302 a. C. (Marcos 1986: 1 399 a.C.); Aldas, Casma (1 842 y 1 480 a.C.); Ca-
78, 79). Para J. Marcos, Real Alto es un asentamien- huacucho, Casma (1 450 a.C.); Ancón (1 825 a.C.).
to que se ajusta correctamente al proceso de neoli- A su vez, La Florida y Garagay (Rímac) presentan el
tización en el norte andino, cuya cultura más cons- primero 1 810 y el segundo 1 390, 1 220 y 1 140
picua es justamente Valdivia. a.C. Otro sitio en el bajo Rímac es Corpus 2, con 1
Los procesos sociopolíticos ligados a Valdivia no 250 a.C. Chira-Villa, en el litoral, exhibe edad simi-
fueron ajenos a lo que sucedió en Perú, al menos en lar a la de Ancón y La Florida. Curayacu, en San
la costa norte. En 1967, Lanning identificó pareci- Bartolo, 52 km al sur de Lima, igualmente presenta
dos entre los rostros humanos de los alfarería antigua. En Masto-
mates pirograbados de Huaca Prieta donte (Paracas) se obtuvo
(Chicama) y los de la alfarería Valdivia una fecha de 1 796 a.C.,
III (2 300 a.C.), y aseveró que los ob- mientras que en Erizo y
jetos de Huaca Prieta fueron hechos Mastodonte de la hacienda
por un artesano que conoció los dise- Callango (Ica), el primero
ños Valdivia. Lathrap afirmó que esos presenta 1 870 y 1 100 (en
mates fueron llevados ya hechos al va- Erizo se encontró el estilo
lle de Chicama. Cierta o no tal afirma- Hacha con 997 a.C.), y el
ción, esos parecidos no son un simple segundo 1 795 a.C. En Aca-
paralelismo cultural pues hubo con- rí (Arequipa) Hacha pro-
tactos entre el sur de Ecuador y la cos- porcionó 1 310 y 1 010 a.C.
ta norte peruana desde el Arcaico. Se (R. Ravines 1982).
refuerza este postulado por la presen- En la sierra, Santa Apo-
lonia (Cajamarca) tiene 1
900 a.C. A éste se agrega
Pandanche (Chota), que es
semejante a Valdivia VIII y
Machalilla de Ecuador, se-
gún su descubridor P. Kau-
licke (1975, 1976). San Blas
y Ondores, punas de Junín,
Dos piezas de alfarería del proporcionaron 1 870 y 1
Formativo Temprano, ambas 620 a.C. respectivamente.
procedentes del valle de En Huánuco, Kotosh-Wai-
Jequetepeque: botella con
decoración geométrica en
ra-jirca tiene 1 850 a.C. y
zona y en relieve (Museo de Shillacoto-Waira-jirca 1 650
Arqueología y Etnología a.C. En Apurímac, Huay-
UNMSM) y rostro en huaca tiene 1 490 a.C., y en
recipiente escultórico (Museo Cuzco, Pikicallepata alcan-
Brüning de Lambayeque).
za 1 037 a.C. En Puno, Qa-
luyu se fecha en 957, 995 y
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Origen de las civilizaciones andinas
CULTURAS PREHISPÁNICAS
ran Cobichaniqui con 1 637, 1 778,
1 418 a.C. y Pangotsi alcanza 1 275
a.C. En Tingo María, la cueva de Las
Lechuzas proporcionó alfarería simi-
lar a Tutishcainyo Tardío del Ucayali,
el cual tendría 1 500 a.C. Por otro la-
do, Tutishcainyo Temprano se ubica
entre 1 900 y 1 700 a.C.
El Formativo es el período más
estudiado y ha sido identificado fun-
damentalmente con la cultura Cha-
vín. Este período es más que eso, al
existir en el Perú otras sociedades
que la anteceden. Por eso fue dividi-
do por L. G. Lumbreras (1969b,
1976) en: Temprano (1800-1 000 Acceso a la cueva de las Lechuzas, valle del Monzón (Huánuco). Fue habitada por
a.C.), Medio (1 000-400 a.C.) y Tar- grupos del Formativo Temprano vinculados a la “tradición de la floresta tropical”.
dío (400-100 a.C.). El Formativo
Temprano, anterior a Chavín y co-
rrespondiente en el esquema de Rowe al período se asume que las tradiciones arquitectónicas (como
Inicial, trata sobre la ocurrencia por vez primera de los templos en U) corresponden a clases concretas
la alfarería. El Formativo Medio corresponde al Ho- de jefaturas. ¿Qué significa esta categoría sociopolí-
rizonte Temprano y se identifica con el estilo Cha- tica? Según Oberg (1955) son unidades territoriales
vín. El Formativo Tardío se asigna a los inicios del gobernadas por un gran jefe quien controla un gru-
Intermedio Temprano, distinguible por una alfare- po de aldeas. Aunque Steward y Faron (1959) dis-
ría llamada “Blanco sobre Rojo”. Últimamente, P. tinguen entre militaristas y religiosas, el rasgo más
Kaulicke (1994:284) propuso dividirlo en: Formati- notable de este tipo de sociedad preestatal es su
vo Temprano (3 400-3 000 antes del presente), For- orientación religiosa y redistributiva, ligada estre-
mativo Medio (3 000-2 650 antes del presente), chamente a la elite.
Formativo Tardío (2 650-2 400 antes del presente),
Formativo Final (2 400-2 200 antes del presente) y Cómo inferir jefaturas a través de los
Epiformativo (posterior a 2 200 antes del presente). vestigios
Jerarquías sociales, centralización del poder, pa-
SURGIMIENTO DE JEFATURAS O trones de poblamiento, prácticas funerarias, etc., se
SEÑORÍOS utilizan para inferir la existencia de jefaturas en el
pasado. Se tiene en cuenta por ejemplo:
Las investigaciones destacan por concentrar su a. Arquitectura monumental no doméstica (edi-
interés en la cronología y la arquitectura monumen- ficios ceremoniales, escultura lítica o de barro).
tal. Nuestro objetivo en este trabajo considerará b. Organización diferencial de las unidades do-
ambos aspectos, pero también se esforzará en exa- mésticas.
minar cuestiones económicas, jerarquías sociales, el c. Distribución diferencial de artefactos y ele-
desarrollo del poder y la autoridad. Por eso relacio- mentos arquitectónicos en las unidades domésti-
namos esta etapa con una organización sociopolíti- cas. Se asume que el hallazgo de ciertos objetos he-
ca similar a las jefaturas (Service 1962). En tal sen- chos en materiales exóticos (Strombus o Spondylus
tido, se asume que el desarrollo de jerarquías socia- por ejemplo) solamente ocurre en algunas vi-
les promueve la centralización del poder y la auto- viendas.
ridad en los templos, en torno a los cuales se rige la d. Patrones funerarios diferentes según el trata-
vida política y económica de la población. miento del cadáver y las ofrendas que lo acom-
Para tratar este tema partiremos de una defini- pañan.
ción del concepto social de jefatura y cómo se de- e. Jerarquía de asentamientos expresados en por
tecta su presencia arqueológicamente. Por ejemplo, lo menos dos tipos: centros ceremoniales y aldeas.
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Aplicación del concepto de jefatura en los ha hallado una estructura ceremonial en Hacha, va-
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Templo de Sechín (Casma): pared norte y detalle de bajorrelieve, en el cual los dos
rostros representados, presumiblemente cabezas trofeo, revelan dolor. La escena del
centro tal vez corresponda a la oreja.
siones. Sechín Alto fue descrito por Tello (1956:79- fondo rosado. La
83) como una gran pirámide y plaza de 300 m de segunda etapa o
largo, 250 m de ancho y 35 m de alto, rodeada por edificio de piedra
otras estructuras. Según Thompson (1964:207-208) muestra un cam-
en el centro de la plaza hubo un monolito. Destaca bio significativo
en este sitio un recinto circular de 80 m de diáme- pues la piedra
tro, asignado por Williams (1972:2) al tipo “recinto reemplaza al barro
circular simple”. Un edificio que sin mostrar las di- y se esculpen en
mensiones del anteriormente mencionado ha gene- bajo relieve seres humanos con facciones de dolor,
rado controversias en cuanto a su antigüedad. Se posiblemente sacrificados (Maldonado 1992, Sama-
trata de Sechín de las estelas (o simplemente Se- niego et al. 1995).
chín); situado al pie de cerro Sechín, cerca a la con- Las Haldas (1 800 a.C.) es un complejo ceremo-
fluencia de los ríos Sechín y Casma, y a unos cuan- nial compuesto por seis plataformas, que para algu-
tos minutos al este de la ciudad de Casma. Básica- nos tiene la forma de un animal mítico (Engel
mente se compone de un edificio principal o central 1957, Ishida et al. 1960) que alcanza 390 m de lar-
rodeado en sus flancos este, oeste y sur por dos edi- go y 70 m de ancho (Engel 1970). Una de sus tres
ficios más y plataformas. Un detalle son sus esqui- plazas contiene una estructura circular hundida de
nas redondeadas y las esculturas líticas de seres hu- 22 m de diámetro. Este complejo es similar a Se-
manos sacrificados que adornan las paredes del edi- chín Alto y ambos forman parte de una tradición
ficio de barro. El análisis de sus construcciones re- arquitectónica común (Williams 1972). En la déca-
vela una primera etapa (luego de 1 800 a. C.) iden- da de 1960 fue excavada por R. Fung (1969) pro-
tificada con el edificio de barro (y sus fases cons- poniendo una secuencia de cuatro fases que se ini-
tructivas) y una segunda etapa (iniciada hacia 1 300 cian en el Formativo Temprano y se prolongan has-
a. C.) correspondiente al edificio de piedra que ta el Formativo Medio (700 a.C.). La citada investi-
prácticamente encierra al de barro o edificio central. gadora recuperó también en este lugar datos de una
En la cámara central del edificio de barro destacan significativa ocupación asignándola al Arcaico Tar-
dos felinos pintados en negro, blanco y rojo sobre dío (aproximadamente entre 3 000 - 2 500 a.C.). R.
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dos fechas para esta fase: 870 y 1 200 a.C.
Kotosh Sajara-patac: Esta fase está repre-
sentada por construcciones rectangulares
cuyas funciones no se conocen. La alfarería
es de color marrón o rojiza, decorada con
motivos simples de círculos y puntos, inci-
siones anchas y punteados.
Kotosh Higueras: Fue identificada en la
superficie del edificio Kotosh y su alfarería
es distinta de las anteriores, por su aspecto
tosco y rojo natural, sin decoración. Algu-
nas piezas fueron pintadas mediante la téc-
nica del “negativo” y “blanco sobre rojo”.
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Fogones ceremoniales encontrados en Toril o Huaricoto, Marcará (Carhuaz, Ancash). Galgada, Huaricoto y
otros similares son parte de la “tradición religiosa Kotosh” (Burger y Salazar-Burger 1985).
troducción de alfarería en Huaricoto, que destaca ger y Salazar 1980) que el contenido ideológico y
por sus parecidos con los estilos costeños Guañape religioso ligado a estos recintos se correlaciona con
Temprano, Virú, y Las Haldas, Casma. ceremonias en las que se incineraban ofrendas (en-
Huaricoto: 1 200 y 1 000 a.C. Es la fase subsi- tre las que se incluirían alimentos, tejidos, objetos
guiente y presenta una serie de fogones rituales especialmente hechos o traídos de lugares distantes,
(VII, VIII, IX). El fogón IX tenía aspecto rectangu- etc.). Un aspecto vinculado a esta parafernalia cere-
lar y un piso, sin desnivel, revestido de blanco. El monial fue el permanente cuidado por mantener
VIII tenía un ventilador subterráneo, doble piso y limpios los recintos, y su sucesivo enterramiento in-
trazo circular. El Fogón VII carecía de doble piso tencional sugiere que una visión del mundo y las
pero llevaba un ventilador y abarcaba un diámetro cosas fue compartida por más de un milenio por
de 3 m. distintas comunidades del callejón de Huaylas.
Capilla: Marca el uso intensivo de los fogones ri-
tuales en la parte superior. Destacan también una Huacaloma, Cajamarca
estructura circular de 16 m de diámetro y el fogón Este asentamiento se encuentra a unos 4 km al
IV del Sector IIC. Éste tiene un trazo circular de 5,5 sureste de la ciudad de Cajamarca y por la informa-
m de diámetro promedio, piso a desnivel y dos chi- ción disponible se deduce que sus fogones rituales
meneas. son más tardíos en comparación a los del callejón
De manera similar a la superposición de recintos de Huaylas y Kotosh. Terada y Onuki (1982, ver
rituales de La Galgada, Burger y Salazar (1985) do- también Terada, 1985) identificaron dos fases:
cumentaron también una secuencia de recintos en Huacaloma Temprano: El concepto de los fogo-
Huaricoto (Marcará, Ancash), remarcando la ocu- nes rituales se incorporó a la tradición arquitectóni-
rrencia de rituales cada vez más sofisticados en la ca local del valle de Cajamarca, destacando un re-
“tradición religiosa Kotosh” planteada por los cita- cinto rectangular de 5,5 por 3,9 m, con un fogón
dos investigadores, así como la organización de las central, sin piso a desnivel y sin chimenea subterrá-
ceremonias y los ritos en los recintos sagrados de nea, pero enlucido con una fina capa de suelo arci-
Huaricoto. Ambos investigadores propusieron (Bur- lloso color crema-blanquecino. Arquitectónicamen-
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CULTURAS PREHISPÁNICAS
fogones centrales ha sido compuesta por plataformas asig-
encontrado también en el sitio de
nadas al Formativo Temprano. Le
Huacaloma, a 4 km de la ciudad
de Cajamarca. Su diseño sigue Piruru Pirwa cuyas cons-
arquitectónico es más simple que trucciones circulares se relacio-
los de La Galgada y Huaricoto nan al período Formativo.
(Terada 1985). El asentamiento de Piruru re-
vela también un patrón construc-
tivo que nos recuerda a los de Ko-
te es más simple que los de tosh, Huaricoto, La Galgada, en
La Galgada y Kotosh y se la medida en que a lo largo de
obtuvieron tres fechas: 1 más de 1 000 años se sucedieron
130, 770 y 890 a.C. unas doce cámaras rituales con
Huacaloma Tardío: Se fogón central. En este sitio se ex-
ubica entre 1 000 y 500 cavó un área de 200 m2 y alrede-
a.C. y la ocurrencia de fo- dor de 4 m de profundidad. Es
gones rituales tipo Kotosh notable la semejanza formal, por
no es clara para esta fase. sus esquinas redondeadas, con
Comprende edificios con los de La Galgada, aunque tam-
plataformas y fragmentos bién existen paralelos cercanos
de revoque de barro deco- con los templos de Los Nichitos y
rados, correspondientes a Las Manos Cruzadas de Kotosh.
un mural polícromo, usan- Bonnier y Rozenberg (1988) han
do hasta siete colores: ne- propuesto que este modelo arqui-
gro, blanco, amarillo, ver- tectónico corresponde a la “tradi-
de, azul, marrón y gris. ción Mito”, el cual, advierte Bon-
Destaca una estructura de 108 por 120 m de lado, 8 nier (1997:121) no debe confundirse con la “tradi-
m de alto, tres muros de contención o plataformas y ción religiosa Kotosh” de Burger y Salazar elaborada
una escalera de 10 m de ancho. en 1980. El primero se refiere solamente a las for-
Seki (1993:145) describe seis plataformas en mas arquitectónicas, el segundo va más allá en tan-
Layzón labradas en la roca natural de la colina. La to que se ocupa también de la parafernalia ritual
escalera de la sección más baja exhibe figuras geo- asociada a estas construcciones.
métricas parecidas a los diseños de la cerámica Hua- Las citadas investigadoras encuentran que varios
caloma Tardío. Existen además tres monolitos cerca detalles arquitectónicos se repiten en Kotosh y Piru-
de la plataforma 6, que representan seres humanos ru, en particular el uso de suelo rojizo para la cons-
en cuclillas similares a los de Kuntur Wasi (Seki trucción del altar y del fogón, el cual estuvo acom-
1993:148). pañado probablemente de la incineración ritual de
La antigüedad promedio de Layzón es de 500 objetos antes de concluida la construcción. En Pi-
a.C. y marca la masiva construcción de edificios ce- ruru las estructuras más profundas se componen
remoniales con plataformas y plazas hundidas en el solamente de un recinto con un acceso y pueden al-
valle de Cajamarca. La tradición de fogones rituales canzar unos 3 m por lado o 3 m de diámetro en el
continuó en esta etapa, pues se han encontrado res- caso de los recintos redondeados. El hallazgo de
tos de ductos de ventilación (Terada y Onuki restos de ceniza en el piso sugiere por otro lado que
1982:264,262). no solamente las ofrendas eran incineradas, sino
también probablemente eran extraídas del fogón y
Piruru, Huánuco (2 515, 1 990 a.C.) colocadas en el piso.
Se ubica en Tantamayo y presenta una sucesión
de fogones ceremoniales desde el Precerámico Final Huaynuná, Bahía Seca, Pampa de Las Llamas-
hasta el Formativo (Bonnier 1983, Bonnier, Zegarra Moxeke, Casma
y Tello 1985, Bonnier y Rozenberg 1988). Las fases El valle de Casma contiene restos de fogones ri-
identificadas son Piruru Wackcha con estructuras tuales que a pesar de su menor complejidad arqui-
subterráneas correspondientes al Precerámico. Se tectónica es obvio que formaron parte del modelo
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Kotosh. Fueron estudiados por Pozorski y Pozorski cada una, mientras que en la restante sólo existe un
CULTURAS PREHISPÁNICAS
(1993, 1996), quienes identificaron ocho estructu- ventilador. Por otro lado, los ejemplos de Casma
ras, ubicadas en el litoral (Huaynuná, Bahía Seca) y son menos complejos arquitectónicamente que sus
valle adentro (Pampa de Las Llamas-Moxeke, Tau- similares de La Galgada o Kotosh, correspondiendo
kachi-Konkán). aparentemente a una variante más reciente de este
En Huaynuná, fechada en 1 860 ± 50 a.C., el fogón modelo.
está en el centro de una estructura de 3 por 2,5 m,
construida en la parte superior de una pequeña plata- Edificios con plataformas y plazas
forma rectangular con paredes de piedra. Estructura conocida en la costa y la sierra, des-
En Pampa de Las Llamas-Moxeke existen tres taca por sus grandes plataformas que ascienden la
estructuras, una de ellas mide 2,55 por 2,45 m, con ladera de una colina. Las plataformas exhiben un
esquinas redondeadas y un ventilador parecido al frontis con grandes bloques de piedra, están conec-
de Huaynuná. La segunda es de planta circular y tadas por escaleras y asociadas a patios o plazas.
mide 3 m de diámetro. Fue construida sobre una
plataforma rectangular de baja elevación, con cua- Pacopampa y Pandanche
tro ventiladores subterráneos similares a los de Ba- Pacopampa en la provincia de Chota, Cajamar-
hía Seca. La tercera es más grande pues mide 7 m ca, presenta galerías interiores, corredores, ductos
por lado y no presenta ventilador, probablemente de ventilación y canales para drenaje, sugiriendo
por tratarse de un recinto más espacioso. que las actividades ceremoniales se realizaban en el
En Taukachi-Konkán existen tres fogones más. exterior, en las plazas y en el interior. Pacopampa es
Se hallan en el interior de plataformas rectangulares posiblemente uno de los ejemplos de mayor dimen-
observándose en dos de ellas cuatro ventiladores en sión de ese modelo. Sus tres plataformas fueron
construidas sobre una colina, con los
accesos situados en el este. La platafor-
ma inferior tiene galerías interiores y
una escalera central que la conecta con
la subsiguiente. Esta escalera estuvo
asociada con un felino esculpido en
piedra. La segunda plataforma también
exhibe galerías y una escalera central.
La tercera, que se halla en la parte alta
de la colina, muestra una plaza cua-
drangular que se conecta a una escalera
Centro ceremonial de
Pacopampa, Chota (Cajamarca).
En este templo, compuesto
básicamente de tres plataformas
que se superponen, se han
encontrado galerías interiores y
canales de drenaje.
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CULTURAS PREHISPÁNICAS
1. KW - Escalera Delantera
tructura situada en lo más 2. KW - Plaza Delantera
3. KW - Escalera Principal
alto del cerro. En esta plaza 4. Monolito
5. KW - Plataforma Introductoria
existen restos de columnas 6. Monolito
7. KW - Plaza Cuadrangular
y bloques de piedra pulidas. 8. Columna
Las excavaciones en las 9. KW - Plataforma Central 16
13 15
17
plataformas proporcionaron 12
14
10 9
11 PLATAFORMA PRINCIPAL
dos fases: Pacopampa-Paco-
8
7
pampa (1 200 a.C.) y Paco- 5
4
pampa-Chavín (700 a.C.) 3
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Origen de las civilizaciones andinas
CULTURAS PREHISPÁNICAS
Mano y mortero de piedra En consecuencia, las plata-
(Museo Brüning, Lambayeque).
El mortero presenta decoración formas y plazas son una des-
geométrica en bajorrelieve. cripción genérica en la medi-
da en que aparecen asociadas
a otros elementos arquitectó-
nicos. Corresponderían a la
categoría de Plataforma y
vestíbulo identificada por R.
Ceramio escultórico con bandas Ravines. Este tipo está repre-
decoradas geométricas y sentado por un edificio en-
figurativas (Museo Brüning,
Lambayeque). contrado en Pampa de Las
Hamacas situado al norte de
Tembladera y al oeste del
complejo de Monte Grande,
en la margen norte del río Je-
quetepeque. Se compone de
unas tres plataformas y una
plaza cuadrangular hundida.
La cerámica encontrada en
este lugar es similar a los tipos
alfareros del Formativo Tem-
prano de Huacaloma del valle
de Cajamarca, sugiriendo vín-
culos culturales entre estos va-
lles. En efecto, se han recupe-
rado restos de cerámica coste-
ña Cupisnique (La Libertad)
en Cajamarca y otros valles se-
rranos indicando que la inte-
racción económica y política
comprometió a la sierra norte y
la costa norte en su conjunto.
Otro sitio del valle de Jeque-
Las construcciones de la fase Ídolo fueron cu- tepeque Medio es Monte Grande, localizado a unos
biertas por la fase Kuntur Wasi fechada en 760±80 5 km al noroeste del distrito de Tembladera, margen
a.C., 610±60 a.C., 570±60 a.C. (Kato 1994:202), la norte del valle. Fue estudiado por M. Tellenbach
misma que se asigna al Formativo Medio y que des- (1997) y destaca por su complejidad funcional y ar-
cribiremos al ocuparnos de la cultura Cupisnique quitectónica en la medida en que presenta edificios
en las secciones siguientes. ceremoniales y viviendas en un área de 13 hectá-
reas, cuyo eje mayor de orientación es noreste. Sus
Tembladera, Jequetepeque Medio estructuras públicas más importantes se ubican en
Destacan sus estructuras piramidales asociadas el centro del asentamiento y se conocen con los
con plazas, figurando el sitio 10.4 compuesto por nombres de Huaca Grande y Huaca Antigua. Básica-
dos plataformas, situado sobre una sección que do- mente fueron hechos mediante plataformas cuyo di-
mina el cementerio de Monte Grande. La cerámica seño final es semejante a los complejos de Layzón y
se asigna al Período Inicial (1 400 a.C.) (Ravines Kuntur Wasi de Cajamarca.
1985:220,221).
En esta zona se descubrieron unos 30 asenta- Layzón, Cajamarca
mientos monumentales, además de cementerios y Se halla a 9 km al sur de la ciudad de Cajamar-
sitios domésticos, existiendo unas 6 categorías o ca. Es un edificio cuadrangular de 108 por 120 m de
clases de arquitectura monumental con funciones lado y 8 m de alto, y tres plataformas a desnivel cu-
97
Silva Sifuentes
yos muros de retención fueron hechos con grandes vinculada a Pacopampa (Chota) y con materiales
CULTURAS PREHISPÁNICAS
98
Origen de las civilizaciones andinas
Grande en el norte hasta Mala en el sur, pero su nú- grar en un marco religioso e ideológico común am-
CULTURAS PREHISPÁNICAS
cleo se ubica entre los valles de Supe y Mala, en la bos conceptos arquitectónicos.
costa central del Perú. Se puede afirmar que es una Los templos en U no fueron lugares vacíos. Sir-
tradición costeña y su presencia en Chavín se expli- vieron para centralizar el poder y la autoridad y
ca por los fuertes vínculos políticos y religiosos es- controlar a la población asentada en los alrededores.
tablecidos con sociedades de la costa. C. Williams Se han encontrado restos de viviendas en los alrede-
(1980, 1981) identificó 20 de ellos en la costa, pero dores de Chavín de Huántar, Bermejo, Cardal. En la
con toda seguridad esta cantidad es mayor, según zona de Ancón-Chillón los asentamientos de Hua-
indican los estudios realizados en los últimos cinco coy, Garagay, Chocas, y otros situados en la parte
años. Las copias más sofisticadas de este modelo se- media del Chillón estuvieron relacionados; así lo
rían Chavín de Huántar y Huaca de Los Reyes, esta prueba la cerámica de Ancón, la cual es similar a la
última en Moche. de Garagay, Pucará, Checta y Santa Rosa de Quives,
La edad de estos templos es un problema no re- situados a 64 km del litoral. Patrón semejante exis-
suelto. Por la cerámica encontrada en los edificios te en Huachipa-Jicamarca (Rímac), cuyas viviendas
se postula que su construcción se inició poco des- están cerca de un templo en forma de U.
pués del segundo milenio y se prolongó hasta la
quinta centuria antes de Cristo. Presentan pues un Garagay
largo desarrollo y uso estrictamente ceremonial y Se encuentra en la margen norte del Rímac, Ur-
parecen relacionarse a dos logros tecnológicos en la banización El Pacífico, distrito de San Martín de Po-
costa: la consolidación de la agricultura precisa- rres, Lima. Se compone de cinco edificios que for-
mente a partir del segundo milenio y la adopción de man una enorme U, en cuyo interior se observa una
la alfarería hacia 1 700 a.C. pequeña estructura similar situada en la base del
Los componentes y las funciones más importan- montículo central llamada vestíbulo. En la parte
tes de los templos en U se hallan en el edificio cen- media de este edificio existe otra construcción o
tral o base de la herradura, particularmente en el atrio que se abre hacia la plaza. El edificio o brazo
atrio o recinto situado en la parte media y en el ves- A se asocia con una estructura circular hundida de
tíbulo, todos conectados por una larga escalera. El 20 m de diámetro, y su plaza mide 13,5 hectáreas.
vestíbulo es un punto intermedio entre la plaza pú- Fue identificado con la cultura Chavín, pero R. Ra-
blica, abierta y visible, y el atrio, una sección a la vines (1975, 1979, 1984) recuperó datos que lo si-
cual llegaban los que ofrecían el ritual y los perso- túan desde 1 400 hasta 200 a.C.
najes más importantes de las elites sacerdotales.
El movimiento de las personas al interior de es- Frisos de Garagay
te modelo estuvo regulado pues habrían existido va- Las paredes del atrio del montículo B llevan re-
rios espacios sagrados con ritos específicos pero re- presentaciones en varios colores, destacando la pro-
lacionados entre sí. La plaza fue la zona ceremonial cesión mítica que se inicia en la entrada y prosigue
menos restringida en donde se congregaron las per- hacia el acceso oeste del atrio (Ravines 1984). Las
sonas de menor importancia social. Para llegar al representaciones consisten en figuras estilizadas se-
atrio fue necesario pasar por el vestíbulo. Por eso paradas por elementos geométricos. Las figuras in-
este patrón en U presenta tres áreas ceremoniales cluyen: a) una cabeza humana de perfil pero con
especiales: el atrio y el vestíbulo, las plataformas o fuerte apariencia felínica, pues la boca tiene tres
brazos laterales, y la plaza. colmillos superiores; b) una figura zoomorfa con
Es sugerente la aparición de recintos circulares cola en forma de pez y cabeza felínica; c) dos cabe-
hundidos en el diseño en U. Williams opina que tu- zas antropomorfas. Ravines indica que si la simetría
vieron un rol menor. En Cardal (Lurín) se hallan es la norma, entonces deben existir figuras similares
detrás de las plataformas este y sur, aparte de otros en las otras paredes del atrio. Estas figuras son pre-
dos en el borde norte de la plaza (Burger 1992:67). Chavín y anteceden también a las encontradas en el
En Garagay (Rímac) existe un recinto asociado al edificio A, las cuales exhiben elementos Chavín.
edificio A. En Pucará (Chillón) ocupa el espacio Existe controversia sobre los frisos del atrio del
formado por la U. Sucede lo mismo en Chavín de edificio A. Ravines y W. Isbell (1976, foto 20) iden-
Huántar. Es obvio que su incorporación en el pa- tifican al personaje más importante con un molus-
trón en U se produjo en la costa, quizá como resul- co o crustáceo. Ravines (1984: 39) agrega que se
tado de la decisión de una elite sacerdotal para inte- trata de una langosta marina. Salazar y Burger
99
Silva Sifuentes
Medio de Garagay en
bajorrelieve. El que representa
una cabeza humana fue
pintado con diversos colores; el
otro sería una araña o un
crustáceo, tema decorativo
muy frecuente en la cultura
Cupisnique.
100
Origen de las civilizaciones andinas
CULTURAS PREHISPÁNICAS
distrito de Carabayllo, Chillón
Bajo (Lima). Obsérvese al fondo
el edificio central que es el más
grande de este valle.
101
Silva Sifuentes
102
Origen de las civilizaciones andinas
CULTURAS PREHISPÁNICAS
(Trujillo). Este templo es parte del
complejo Caballo Muerto, el cual
habría sido construido por la elite
de la cultura Cupisnique.
Caballo Muerto
Reúne 8 edificios en 2 km2,
7 de los cuales exhiben planta
en forma de U. Se ubica en el cono de deyección de klin (1985: 139) presentó una secuencia de ocho fa-
la quebrada Río Seco, entre las haciendas de Laredo ses. Los dos primeros autores utilizan la arquitectu-
y Galindo, margen norte del río Moche, a unos 50 ra y los frisos para fechar las fases más recientes. En
km del mar. El edificio denominado Huaca de Los tal sentido, la última fase, frisos incluidos, se corre-
Reyes fue excavado en 1972 por L. Watanabe laciona con Cupisnique Transitorio, es decir unos
(1976) y por T. Pozorski en 1973 y 1974. 1 000 a.C. (Watanabe 1976). Por otro lado, datos de
Huaca de Los Reyes mide 270 m de este a oeste, restos más antiguos se recuperaron en la parte alta
230 m de norte a sur, 18 m de alto, y cubre 6,21 del edificio F. Muestras de cañas proporcionaron fe-
hectáreas. El sitio exhibe dos grupos simétricos en chas radiocarbónicas de 850, 1 190, 1 360 y 1 730
forma de U: uno formado por los edificios D, D’y F, a.C. Según Pozorski (1982: 248) estas fechas conce-
los cuales rodean a la plaza III. Los edificios C y C’ den un lapso entre 1 400 y 1 200 a.C. para la edifi-
son también parte de este diseño. El otro grupo es cación de la fase 1.
más grande y está formado por los edificios E, B, B’, Existen 58 frisos hechos de barro arcilloso, apli-
A y A’, los mismos que rodean la plaza I. Al este de cado sobre una matriz de cantos rodados y argama-
dicha plaza existe otra plaza, pero no se asocia a edi- sa de barro. Corresponden a la fase final y a pesar de
ficio alguno. ser repetitivos existe una ligera variación cronológi-
Watanabe (1979) propone que este templo fue ca aunque al interior de la misma tradición.
remodelado unas cinco veces. Pozorski (1982: 233) Los frisos de Huaca de Los Reyes presentan dos
postula dos fases constructivas. Por su parte, Con- clases de figuras: cabezas humanas estilizadas y se-
103
Silva Sifuentes
104
Origen de las civilizaciones andinas
CULTURAS PREHISPÁNICAS
el mar de Ecuador. asciende a la platafor-
En las líneas que siguen ma central en donde
presentaremos las caracte- se encontraron cua-
rísticas arquitectónicas y al- tro hoyos de 1,50 m
fareras de la plataforma su- de diámetro y 2,50 m
perior o principal (localiza- de profundidad los
da en la cumbre del cerro La cuales sirvieron para
Copa), la cual fue objeto de enterrar personas de
excavaciones intensivas y alto status. Otros en-
extensivas desde 1988 por tierros aparecieron en
la Misión Japonesa que diri- el cuarto noreste de
ge Yoshio Onuki (Onuki y la plataforma secun-
Kato 1993). daria.
Las excavaciones en esa Luego de pasar es-
plataforma superior han ta plataforma central,
proporcionado datos que a una distancia de 17
permiten a Yoshio Onuki y m aparece una plaza
sus colaboradores atribuirla circular hundida de
a la cultura Cupisnique de 15,6 m de diámetro y
la costa norte peruana. En 2,1 m de profundidad.
este asentamiento, Cupisni- El complejo exhibe
que está representado por la una forma general en
fase Kuntur Wasi, la cual U, abierta al noreste,
como explicamos antes se cuyos semejanzas con
superpone a la fase Ídolo. Huaca de Los Reyes
del valle de Moche
Fase Kuntur Wasi (Trujillo) son muy
Está representada bási- obvias. La cerámica
camente por un edificio que de la fase Kuntur Wa-
se levanta en la plataforma si es muy similar al
superior o principal y se Pieza de oro representando una mano, encontrada en Kuntur estilo Cupisnique de
compone de dos cuerpos re- Wasi por Yoshio Onuki de la Misión Japonesa. la costa norte. Por
lacionados: el primero com- otro lado, los monoli-
prende la primera y la segunda terrazas, y el segun- tos con representaciones antropomorfas y felínicas
do la plataforma principal, con estructuras más corresponden también a esta fase. Por eso, su anti-
complejas. La primera y segunda terrazas constitu- güedad retrocedería a 700-800 a. C.
yen la base del complejo existiendo una escalera de
11 m de ancho y 6 m de alto en la cara frontal del Entierros en la plataforma central de Kuntur
muro de la primera terraza y una plaza cuadrada y Wasi
hundida de unos 26 m de lado, que se conectan a La Misión de la Universidad de Tokio, dirigida
través de una gran escalera con la plataforma prin- por Y. Onuki, descubrió siete entierros de personas
cipal, la cual muestra silueta escalonada. Esta plata- de alto rango en la sección ceremonial más impor-
forma principal mide 8,4 m de alto, 145 m de ancho tante del complejo (Onuki y Kato 1993). Cuatro se
y 170 m de largo, medidos en su base. hallan en el piso del atrio de la plataforma central,
La organización y distribución de las construc- un quinto entierro apareció en el recinto de una pla-
ciones siguen un eje que sirve para establecer una taforma secundaria situada al noreste de la platafor-
simetría entre las plataformas y las plazas. La esca- ma central. Otros dos estaban en la plaza central.
lera de la plataforma superior conduce a dos pe- Sus descubridores opinan que estos entierros co-
queñas plataformas y monolitos, antes de llegar a rresponden a la fase Kuntur Wasi y fueron hechos
una plaza hundida cuadrangular de 23 m de lado, antes de construirse la plataforma central de dicha
también rodeada por plataformas. Siguiendo el eje fase, posiblemente como parte de un rito relaciona-
105
Silva Sifuentes
CULTURAS PREHISPÁNICAS
Fosas correspondientes a
entierros de personajes de alto
status encontrados en la
plataforma superior de Kuntur
Wasi, por Yoshio Onuki,
director de la Misión Japonesa.
106
Origen de las civilizaciones andinas
CULTURAS PREHISPÁNICAS
CEREMONIAL DE CHAVÍN DE HUÁNTAR felínicas y antropomorfas. Dichos estudios modifi-
caron la cronología alfarera y los conceptos relacio-
Fue descrito desde los primeros años de la con- nados con el origen de Chavín. En 1974, R. Fung
quista y por viajeros del siglo pasado. En 1919, J.C. encontró una galería debajo del piso de la galería
Tello, con el auspicio de la Universidad de San Mar- “El Loco” (brazo norte del Templo Viejo), y restos
cos, hizo los primeros mapas y croquis de este com- relacionados a Kotosh al norte de ésta y a orillas del
plejo. En 1934 y 1940, Tello descubrió cerámica río Wacheqsa. En 1975 y 1976 R. Burger (1978) ex-
Chavín clásico, parte de las fachadas este y oeste del cavó fuera del templo obteniendo una secuencia de
edificio, nueve cabezas clavas, losas y piedras labra- tres fases. En la década de 1980 Federico Kauff-
das con figuras, y fundó un museo provisional en el mann y Francisco Iriarte realizaron excavaciones y
propio templo de Chavín que se perdió por un alud planos del complejo. Últimamente C. Campana
que bajó del oeste, por el río Wacheqsa, al desbor- (1995) publicó un análisis sobre el significado de
darse una laguna de la cordillera Blanca, el 17 de los personajes representados en la escultura lítica.
enero de 1945.
A partir de 1954, Chavín de Huántar estuvo ba- Las galerías
jo el cuidado de Marino González Moreno, quien se Este nombre designa a un conjunto de recintos y
dedicó a retirar los escombros dejados por el alud, pasadizos interiores de formas, dimensiones y fun-
correspondiéndole el mérito de ser el salvador de ciones distintas pero relacionadas. Tienen ductos de
las ruinas de Chavín. Marino González destaca tam- ventilación que permitieron la permanencia prolon-
bién por su enorme interés en colaborar con todo el gada de las personas y por debajo de sus pisos exis-
que llega a este templo para estudiarlo. No encuen- ten canales de drenaje. La iluminación se habría so-
tro mejor ocasión para expresarle mi personal reco- lucionado a base de fogatas o mecanismos descono-
nocimiento. El sitio fue investigado por diversos ar- cidos. J. C. Tello estudió la mayor parte de las gale-
queólogos como J. Rowe, quien se ocupó de la es- rías, especialmente la galería de El Lanzón (nombre
cultura lítica y propuso cuatro fases. En 1965, L. asignado por el citado estudioso). Es destacable en
Lumbreras y H. Amat (1969) excavaron las galerías su estudio una galería que se ubicaba sobre El Lan-
de Las Rocas, Las Ofrendas y Las Caracolas elabo- zón, destruida por el aluvión de 1945. Se supone
rando una cronología alfarera y arquitectónica. En que ambas se relacionaban a través de ceremonias
1972, L. Lumbreras (1974, 1977) descubrió la pla- que se realizaban simultáneamente en los citados
za circular del Templo Viejo de Chavín, bellamente recintos.
107
Silva Sifuentes
108
Origen de las civilizaciones andinas
Canalización de los ríos Mosna y Wacheqsa –que no presenta relación simétrica con el comple-
CULTURAS PREHISPÁNICAS
Ambos ríos fueron canalizados durante la época jo en su conjunto– podría ser de una etapa previa o
Chavín, no solamente para señalar los espacios ce- posterior. Seguidamente describimos brevemente
remoniales y sus límites, sino también para prevenir esta secuencia.
el desborde de estos ríos en épocas de lluvia (de di-
ciembre a abril). Hoy se aprecian algunos restos de Templo Viejo
muros de contención en las orillas del río Mosna, Corresponde a un edificio en U abierto al este,
existiendo la posibilidad de una zona libre y transi- que encierra un recinto circular hundido de 20 m
table en el tramo adyacente al área del complejo ce- de diámetro. Se llama templo del Lanzón pues la
remonial. Este tramo estuvo seguramente acondi- plaza circular se asocia a una escalera que asciende
cionado, tal vez con pisos empedrados, proporcio- el edificio central de la U y conduce a una galería,
nando visibilidad desde las márgenes opuestas, en- hoy destruida, que se hallaba justo sobre la galería
grandeciendo de esa manera la monumentalidad y del Lanzón o Gran Imagen. La plaza circular tiene
el carácter sagrado del citado santuario. aún dos hileras con losas grabadas. Las de la parte
superior representan seres humanos con rasgos felí-
Secuencia arquitectónica nicos que se dirigen a la escalera que conduce al
Este templo no es una masa sólida pues tiene ga- Lanzón. Las de la sección inferior exhiben jaguares
lerías y pasadizos interiores, además de plazas, dispuestos en fila, a manera de procesión, ordena-
atrios, escalinatas y plataformas exteriores. Destaca dos en similar orientación que las losas superiores.
también el sistema de canales interiores que sirvie- Según Lumbreras (1989: 26) parte de esta etapa ini-
ron para aprovisionar de agua al templo, así como cial es la primera ampliación en el brazo sur, en
para desaguarlo en tiempos de lluvia. Las paredes donde existe una galería con dos vigas grabadas con
estuvieron recubiertas de barro y algunas de las ga- peces y crustáceos, llamada galería de las Vigas Or-
lerías presentan vigas con grabados en bajo relieve namentales.
y pintados. El exterior estuvo adornado con corni- La galería del Lanzón fue la más privada del
sas y cabezas clavas antropomorfas y zoomorfas ta- Templo Viejo y tiene la forma de una cruz orienta-
lladas en bulto y sobresaliendo de las fachadas. In da a los cuatro puntos cardinales, midiendo sus pa-
situ sólo queda una en la esquina suroeste de la pi- sadizos no más de 1 m de ancho. Esta dimensión
rámide. Las fachadas exteriores tuvieron probable- angosta fue deliberadamente hecha para aumentar
mente enlucido de barro y quién sabe si hasta un su carácter
decorado con figuras propias del estilo Chavín sagrado e
(Lumbreras 1989: 32). Esto no podrá saberse pues inaccesible y
las lluvias de la zona han destruido todo vestigio. restringir el
Chavín presenta tres momentos constructivos acceso sola-
que fueron añadiéndose sucesivamente hacia el sur, mente a los
produciendo una estratificación horizontal y confi- sacerdotes de
gurando dos templos en forma de U: el más antiguo la más alta
exhibe una plaza circular. A éste se agregó una am- jerarquía.
pliación en la fachada sur de su brazo sur, y luego Probable-
se adosó a ésta una gran construcción cuyos rasgos mente las pa-
más notables son el pórtico de las falcónidas y la
plaza cuadrangular. Detalle del
Esta configuración, en la que nuevos recintos y Lanzón o Gran
Imagen del
espacios fueron organizándose tomando en cuenta Templo Viejo de
conceptos de simetría bilateral, nos obliga a asumir Chavín de
que ningún edificio o sección fue abandonado. Las Huántar. Ser
ampliaciones respondieron a la necesidad de en- antropomorfo
grandecer el prestigio de Chavín, creando nuevos con rasgos
felínicos. Nótese
espacios para celebrar ritos y ceremonias, tanto en los cabellos
el interior como en el exterior del complejo. En tal convertidos en
sentido, el edificio D o Templo Norte, situado inme- serpientes y su
diatamente al este del brazo norte del Templo Viejo gran arete.
109
Silva Sifuentes
Recinto circular
CULTURAS PREHISPÁNICAS
(aproximadamente 20 m de
diámetro) del Templo Viejo de
Chavín de Huántar y escalera
occidental que conducía a la
galería del Lanzón. Las paredes
de este recinto fueron hechas
con piedras labradas en
bajorrelieve.
110
Origen de las civilizaciones andinas
CULTURAS PREHISPÁNICAS
Es la repetición modificada del patrón en U de la Nuevo es la piedra o altar de Choque Chinchay, lo-
fase anterior. Esa modificación se observa en su ma- calizada a pocos metros de la esquina suroeste de la
yor tamaño y en la construcción de una plaza hun- plaza cuadrangular. Lumbreras ha propuesto que se
dida cuadrangular de 50 m de lado, la misma que se trata de la simbolización de la constelación Orión o
asocia a dos plataformas situadas al norte y al sur, las “7 cabritillas” que se observa en el despejado
así como a escalinatas y otras plataformas de baja cielo nocturno de Chavín de Huántar. Cerca de esta
elevación que se conectan con el edificio central. escultura J.C. Tello encontró en 1919 el monolito
Pertenecen a esta fase la portada de las falcónidas que lleva su nombre y que hoy se exhibe en el Mu-
hecha con piedras blancas en el lado sur y negras en seo Nacional de Arqueología, Antropología e Histo-
el lado norte, el atrio de las lápidas, la estela Rai- ria del Perú, Pueblo Libre, Lima. Hoy es ya difícil
mondi, la piedra de Choque Chinchay o de los sie- saber si ambas esculturas formaron una sola uni-
te morteros, la escalinata de los jaguares, la escalera dad. Es también problemático aproximarse al signi-
norte o de Middendorf, y otras esculturas tales co- ficado de la piedra de Choque Chinchay.
mo posibles columnas. La portada se compone de La escalinata de Los Jaguares es otro componen-
dos columnas cilíndricas grabadas en bajo relieve te que se encuentra en un punto intermedio entre la
con figuras de aves de rapiña hembra y macho de plaza cuadrangular y la Portada Albinegra. Junto a
pie, con cuerpo, piernas y brazos humanos portan- esta escalera se encontró una escultura lítica con re-
do una vara horizontal. Estas columnas sostenían presentaciones de bocas felínicas. Esta escalera, más
una gran viga decorada con falcónidas de perfil, dis- la situada a unos 30 m al norte y en la sección no-
puestas 7 de sur a norte y 7 de norte a sur. roeste de la plataforma que constituye el brazo nor-
te de la plaza cuadrangular, fueron
accesos importantes que conecta-
ron esta plaza con el Templo Viejo.
Posiblemente en esta sección hubo
también otra portada, por la ocu-
rrencia de una columna en las cer-
canías.
Escultura lítica
Son notables las esculturas líti-
cas Chavín talladas en bulto y en
bajo relieve. J. Rowe (1962) propu-
so una secuencia dividida en cuatro
fases.
111
Silva Sifuentes
nos de la configuración de los personajes. Es fre- esquina suroeste del Templo Nuevo. Desde el pun-
cuente en esta fase la preferencia por representar fe- to de vista estilístico es similar a los tallados del
linos, sobre todo jaguares por las marcas que llevan Lanzón sugiriendo que esta cornisa estuvo antes en
en el cuerpo. También ocurren dos felinos sin mar- el Templo Viejo y fue trasladada al construirse el
cas en la cornisa de la esquina suroeste del Templo Nuevo. Destaca en esta losa el grabado de dos ser-
Nuevo, los cuales se tratarían de pumas. Por consi- pientes en actitud de enfrentarse. En la sección más
guiente, en el arte Chavín se ha representado felinos ancha se grabó dos felinos de perfil en actitud de
serranos y selváticos. marchar o caminar, uno detrás del otro. La posición
Otro personaje importante es el ser humano con de los ojos de las serpientes y los felinos es como la
elementos felínicos cuya máxima expresión aparece de El Lanzón, es decir dirigen la mirada al cielo.
en El Lanzón o Gran Imagen. Tello y Lumbreras lo Indudablemente, las esculturas líticas que for-
definen como un ser aterrador que personifica al man la pared de la plaza circular corresponden tam-
dios de Chavín y al ser más venerado del templo. bién a la fase AB. Las representaciones se organizan
Aunque su apariencia es humana, se transforma de en dos bloques horizontales. El de la pared superior
tal modo que adopta un rostro con facciones que muestra seres antropomorfos. A pesar de hallarse
impactan al observador. Es obvio que las modifica- erosionados, el mejor conservado presenta un ser
ciones más notables se concentran en el tercio supe- de perfil en actitud de portar un cactus, con la mi-
rior o la cabeza de este ser, convirtiéndose sus cabe- rada al cielo. Excepto por el cactus los elementos
llos en serpientes, y sobre éstos una suerte de toca- decorativos recuerdan al Lanzón. El bloque inferior
do con cabezas felínicas mostrando sus colmillos. está decorado con jaguares de perfil dispuestos en
Parece que el rostro fue tallado inicialmente con sentido similar a los del bloque superior.
una boca agnática (sin dientes), añadiéndose luego La fase C está representada por el Obelisco Tello.
los dientes y la mandíbula inferior. Destacan los col- Es una piedra de 2,52 m de largo y 32 cm de ancho
millos superiores y los ojos esculpidos de tal mane- encontrada por Tello cerca de la plaza cuadrangular
ra que se halla en actitud de mirar el firmamento. y el altar o piedra de Choque Chinchay. Lumbreras
tiene la impresión de que esta escultura se hallaba
originalmente en la plaza circular. En realidad, no
se conoce dónde estuvo, en la medida que Tello la
112
Origen de las civilizaciones andinas
CULTURAS PREHISPÁNICAS
Está tallada en sus cuatro caras re- Portada albinegra
del Templo Nuevo
presentando dos caimanes hembra de Chavín de
y macho, con cola de pez o de ave, Huántar, en cuyas
rodeados de plantas como yuca, columnas pueden
achira, maní y ají. Tello propuso apreciarse
que estos dos personajes se opo- falcónidas hembra
y macho, de pie y
nían entre sí, representando uno a con las alas
la estación lluviosa y el otro a la es- extendidas.
tación seca. Por su parte, D. Lath-
rap encuentra una oposición en la
que uno de los caimanes se identi-
fica con las profundidades, mien-
tras que el otro se relaciona con el
cielo. P. Kaulicke (1994: 464), si- Detalle de
guiendo los postulados de Tello y serpientes en
altorrelieve de una
Carrión Cachot, afirma que los dos grada del acceso
monstruos de esta escultura cons- sur que conduce a
tituyen el cosmos, dividido en el la portada
mundo de abajo, el mundo de los albinegra del
hombres y el mundo de arriba. Al- Templo Nuevo de
Chavín de
go así como el eje o principio Huántar. Las
del mundo. serpientes
Se asigna también a la fase C constituirían
los relieves del Templo de Cerro señalizadores.
Blanco del valle de Nepe-
ña (costa central norte),
así como un hueso graba-
do del valle de Huaura.
La fase D está repre-
sentada por las columnas
de la portada albinegra y
una losa en bajo relieve,
asociadas al Templo Nue-
vo. En las columnas se
observan dos falcónidas
hembra y macho, de pie y
con las alas extendidas,
talladas en bajo relieve.
Serían los guardianes de
la portada y no necesaria-
mente objetos de culto.
Estas columnas sostenían
un dintel con grabados de
falcónidas dispuestas una
detrás de otra. La losa en bajo relieve exhibe un ser la estela Raimondi y mide 1,98 m de alto y 74 cm de
humano de frente y de pie portando dos moluscos, ancho. Exhibe un ser humano fuertemente estiliza-
el de la izquierda debe ser un Spondylus. Rowe lo do de pie y de frente, portando dos báculos. Por eso
llama Dios Sonriente y es una versión abreviada Rowe lo llama “Dios de los Báculos”. Su rostro es fe-
del Lanzón. línico y en su cabeza se observa un tocado que so-
La fase EF es la más reciente y también se rela- brepasa en tamaño al personaje. Este tocado se
ciona con el Templo Nuevo. Está representada por compone de cabezas de cuyos costados surgen ca-
113
Silva Sifuentes
bezas de serpientes y apéndices. Posiblemente re- un cuadro, desde lo más antiguo a lo más reciente,
CULTURAS PREHISPÁNICAS
presentó al Dios Sonriente y estuvo en un lugar vi- dividido en: Kotosh, Ofrendas (asociada con Wa-
sible para que pudiese ser apreciado desde lejos por cheqsa, Raku y Mosna), Rocas, Capa H. Sin embar-
aquellos que no tenían acceso a los recintos más sa- go, más tarde hizo otros cambios (Lumbreras 1989:
grados del complejo. 186), incorporando los resultados logrados por R.
Este personaje tuvo significativo prestigio y po- Burger (1978) y formulando una cronología de
dría considerársele como un emblema religioso de cuatro períodos: Urabarriu (1 200-800 a.C.),
la elite Chavín que fue reproducido en otros mate- Ofrendas (800-600 a.C.), Chakinani (600-400
riales, en especial en tejidos como los encontrados a.C.) y Rocas o Janabarriu (400-200 a.C.). Seguida-
en el cementerio de Karwa (Carhua), a unos 7-8 km mente resumimos esas secuencias, empezando con
de la necrópolis de Paracas, departamento de Ica. la de Lumbreras.
Más allá de una influencia sin concesiones, su pre- El componente Kotosh es el menos conocido, a
sencia en Carhua respondería a vínculos y relacio- pesar de que existen evidencias en Chavín de Huán-
nes de elites religiosas por razones económicas y de tar. Fue identificado por Lumbreras y Amat (1969)
otra naturaleza, tal vez como parte de esfuerzos des- y ratificado por Lumbreras en 1972. Rosa Fung lo
plegados para reforzar sus relaciones. aisló en 1974 al excavar en la orilla sur del río Wa-
El “Dios de los Báculos” ha sido también repre- cheqsa. Aún no se establece qué construcciones se
sentado en alfarería del estilo Pucará (Puno) hacia asocian con esta alfarería, siendo el Templo Norte
los años 100 a.C., quizá como resultado de contac- una posibilidad.
tos entre las poblaciones de Paracas (Ocucaje) y el La cerámica Ofrendas fue encontrada en la gale-
Altiplano. Más tarde (300 d.C.), este ser lo encon- ría de Las Ofrendas del Viejo Templo del Lanzón.
tramos en la portada del Sol de Tiahuanaco (Boli- Corresponde a un solo período y según Lumbreras
via), así como en las urnas gigantes de Conchopata (1989:186) son vasijas puestas en este lugar con ali-
y Robles Moqo (Ayacucho) fechados hacia los 600- mentos y bebida. Hay cuatro variedades: Ofrendas,
700 d.C., en la etapa denominada Wari u Horizon- Dragoniana, Floral y Qotopukio. La variedad Ofren-
te Medio. das presenta semejanzas con cerámica de Ancón. La
Dragoniana es de color marrón, con figuras de sau-
Secuencia alfarera rios, serpientes y peces. Algunos personajes tienen
Tomando en cuenta la alfarería de las galerías, cabeza de cocodrilo o de serpiente, así como otros
plazas y otros recintos del templo, Lumbreras y recuerdan a los dragones del Obelisco Tello. Posi-
Amat propusieron en 1969 una secuencia que des- blemente fue propia del templo. La variedad Floral
pués modificó Lumbreras. Esa modificación se pro- es negro brillante y destaca la representación de la
dujo en 1972 luego de descubrir la plaza circular “flor de lys”, jaguares y halcones. Qotopukio es gris
del Templo Viejo. Lumbreras (1974, 1977) elaboró claro con atributos felínicos, flores, etc.
Plato y
cuenco con
representación
felínica
provenientes
de la galería
Ofrendas del
Templo Viejo
de Chavín de
Huántar
(Museo de
Arqueología y
Etnología
UNMSM).
114
Origen de las civilizaciones andinas
Junto a Ofrendas se encontraron los estilos alfa- De todos modos, ambas fases se asocian con el
CULTURAS PREHISPÁNICAS
reros denominados Raku, Wacheqsa y Mosna. Los Templo Viejo o del Lanzón. Chakinani (500-400
dos primeros son de la cultura Cupisnique, mien- a.C.) se parece a Ofrendas por sus incisiones cur-
tras que el tercero se relaciona con Cajamarca y el vas, círculos incisos con punto central, pero es pos-
alto Jequetepeque. Raku es gris y comprende bote- terior aunque antes que Rocas. Destaca para Chaki-
llas asa estribo de arco trapezoidal y algunos de sus nani la botella asa estribo con diseños que incluyen
elementos decorativos recuerdan a Urabarriu de toda el asa; esta alfarería se asignaría al Templo
Burger. Wacheqsa es el Cupisnique Transitorio y se Nuevo. Janabarriu (400-200 a.C.) es una alfarería
trata de una cerámica roja con zonas cubiertas con negra y lustrosa, con pigmento rojo pre-cocción.
grafito negro; las botellas tienen asa estribo de arco Los diseños son los mismos que los descritos para
rectangular. Mosna es una cerámica anaranjado-cla- Rocas por Lumbreras. Esta fase marca la máxima
ro y es frecuente en la zona de Cajamarca, sobre to- ampliación del templo de Chavín, así como su cre-
do en Huacaloma y Kuntur Wasi, aunque recuerda ciente prestigio en los Andes.
a los materiales de Yesopampa (La Pampa, Coron-
gos) y Kotosh. Significado sociopolítico de Chavín de Huántar
El período Rocas corresponde al llamado “Cha- La vieja idea de que Chavín deriva de la selva no
vín Clásico” y es llamado Janabarriu por R. Burger. resiste la menor verificación. Sus edificios religiosos
Es una alfarería negra y brillosa, de aspecto macizo. se construyeron siguiendo modelos arquitectónicos
La decoración es a base de incisiones, modelados y costeños como el plano en U y los recintos circula-
estampados, a los que se agregan el bruñido y el res hundidos. Ambos modelos surgieron indepen-
dentado para contrastar áreas de diseño. Existe la dientemente en la costa y expresaron conceptos
representación de una cabeza felínica en relieve so- ideológicos y religiosos particulares, tras de lo cual
bre el arco de un gollete estribo de una botella. posiblemente se integraron generando un nuevo
Con materiales de la zona exterior del templo, concepto ideológico y religioso. Esa convergencia
R. Burger (1978, 1993) propuso tres fases: Uraba- se produjo en varios asentamientos de la costa cen-
rriu, Chakinani y Janabarriu. Urabarriu (1 000-500 tral: Garagay (Rímac), Cardal (Lurín), Pucará (Chi-
a.C.) es contemporánea con los estilos Kotosh-Ko- llón). En este último, dicha integración debe asig-
tosh de Huánuco y Pacopampa-Pacopampa de Ca- narse al siglo XII a.C., es decir antes de la construc-
jamarca. Lumbreras (1989:94) encuentra que una ción del Templo Viejo de Chavín.
parte de la fase Urabarriu es anterior a Ofrendas.
Escultura lítica
representando un
felino. Chavín de
Huántar (Museo de
Arqueología y
Etnología UNMSM).
115
Dos botellas procedentes de la la galería
de naturaleza redistributiva. Este se-
CULTURAS PREHISPÁNICAS
Ofrendas del Templo Viejo de Chavín de gundo aspecto se infiere por la pro-
Huántar. La primera con idealización
de colmillos de felino o plumas de
pia organización interna del com-
falcónida, la segunda con plejo que si bien contiene áreas es-
representación antropomorfa (Museo de trictamente sagradas (la galería de
Arqueología y Etnología UNMSM). El Lanzón por ejemplo), también
tuvo espacios que cumplieron fun-
ciones económicas y políticas. Esos
espacios serían las galerías del tem-
plo diseñadas para almacenar diver-
sas clases de objetos (mantas, cerá-
mica fina, objetos exóticos, alimen-
tos, etc.) producto del intercambio y
de presentes que periódicamente
llegaban al templo. Una parte de
esos bienes serviría para el consumo
de la elite del templo, pero otra par-
te se destinaría a la redistribución
La construcción de local y al intercambio con otras eli-
Chavín de Huántar en la tes. Por ejemplo, la cerámica Cupis-
confluencia de los ríos Wa- nique encontrada en la galería de
cheqsa y Mosna supone Las Ofrendas es explicable en el
asumir que hubo un grupo contexto de relaciones políticas y
local en el valle capaz de económicas de las elites Cupisnique
establecer relaciones con y Chavín. Por eso, el pretendido po-
grupos similares de la cos- der e influencia de Chavín sobre la
ta y el oriente. Excepto los costa, la sierra y la ceja de selva, es
estudios de R. Burger en la discutible. La presencia de sus sím-
zona externa al templo, no disponemos de mayor bolos fuera de Chavín respondería más bien a inter-
información sobre la población y su forma de vida. cambios mutuos (de símbolos) con otros grupos.
Los datos permiten sin embargo admitir que había
una significativa población en la cuenca del Puchka
o Mosna. Por consiguiente, Chavín de Huántar no
fue un centro ceremonial vacío. El templo y la po-
blación asentados en el curso medio y alto del Mos-
na revelan una organización jerárquica del sistema
de poblamiento, cuyas relaciones se canalizaron a
través de una sofisticada pero todavía no entendida Botella
parafernalia religiosa e ideológica administrada por Wacheqsa con
una elite “sacerdotal” que residió con toda seguri- representación de
dad en el propio templo. Puesto que en el período frutos,
proveniente de la
Formativo se consolidan numerosos grupos, para galería Ofrendas
los Chavín no habría sido difícil establecer vínculos del Templo Viejo
con ellos, asimilando y reformulando marcos ideo- de Chavín de
lógicos, religiosos y tecnológicos. La adopción de Huántar. Debe
los diseños arquitectónicos costeños en U y los re- tratarse de una
pieza Cupisnique
cintos circulares se explicaría en ese contexto. como resultado
En tal sentido, su construcción podría explicar- de intercambios
se por alianzas religiosas y económicas de dos o más rituales (Museo
jefaturas o señoríos. El edificio, las esculturas líti- de Arqueología y
Etnología
cas, la fina cerámica del templo, sugieren que Cha- UNMSM).
vín de Huántar fue la sede de un señorío religioso
116
Origen de las civilizaciones andinas
CULTURAS PREHISPÁNICAS
CEREMONIALES: FORMATIVO TARDÍO laciona a una plaza rectangular. Massey excavó en la
fachada para verificar la ocurrencia de imágenes hu-
Los tipos de templos descritos previamente per- manas y animales grabadas en sus paredes laterales.
duraron a lo largo del Formativo según se despren- En el suelo de esta fachada se encontraron también
de de sus sucesivas reconstrucciones y ampliacio- dos ceramios que fueron enterrados boca abajo,
nes. Pero no podemos señalar cuántos continuaron quizá como parte de una ofrenda a este pequeño al-
funcionando hasta la segunda o primera centuria tar o templo.
antes de nuestra era, pues solamente algunos han Las representaciones son complejas y tienen
sido excavados. Este problema se explica por la ine- apariencia felínica. En la pared oriental se aprecian
xistencia de una secuencia constructiva de estos tres figuras: una animal, un rostro de felino de fren-
templos para cada valle. te con un cuerpo curvo y pequeño, y una cabeza
trofeo en el lado norte de esta pared. En la pared
Rímac, Chillón, Lurín oeste se aprecian también otras imágenes, destacan-
Por ejemplo, en el Rímac existen 7 u 8 edificios do una figura humana en cuclillas con una lengua
pero solamente se han estudiado Garagay y La Flo- que se proyecta desde la boca. En la pared del cen-
rida. De éstos, Garagay es el más conocido y contie- tro se identificaron nueve paneles con seres diferen-
ne cuatro tradiciones alfareras, la última de las cua- tes en cada uno, tanto animales como humanos. Es
les se asigna a los 200 a.C., sugiriendo que dicho destacable la ocurrencia de dos felinos flanqueando
templo estuvo funcionando hasta esa centuria. En un ser antropomorfo central, situado cerca de la es-
Lurín se documentaron 6 edificios pero solamente calera central. Su cabeza nos recuerda a una calave-
dos fueron excavados. En el Chillón existe una si- ra humana y su cuerpo es pequeño. Ambos felinos
tuación similar, pues de sus 9 edificios sólo se estu- serían para Massey los guardianes de la imagen cen-
diaron dos. Sin embargo, tanto en Chillón como en tral que se vincularía a la muerte. También existen
Lurín, considerando las cronologías alfareras de An- otros felinos y una mantis.
cón y San Bartolo respectivamente, este período Estas construcciones se relacionan indudable-
muestra una larga ocupación; pero no se puede in- mente con la citada cultura Paracas u Ocucaje cuyo
dicar qué edificios en particular se correlacionan estilo alfarero, que exhibe símbolos Chavín, fue di-
con esos lugares domésticos. vidido por Tello en Cavernas y Necrópolis, y poste-
riormente en 10 fases por Menzel, Rowe y Dawson
Chincha, Pisco, Ica (1964). Por lo menos las 8 primeras presentan ele-
Más al sur, en Chincha, Pisco e Ica, existen da- mentos claramente Chavín y corresponden al Ca-
tos de edificios públicos modestos pero pertene- vernas de Tello, pero las restantes exhiben figuras
cientes al Formativo Tardío. Aún no se han identi- naturalistas y se trata de la modalidad Necrópolis.
ficado templos de similar edad a los del Rímac por J. Rowe aseveró que Paracas contiene elementos
ejemplo. En Chincha figuran las huacas Alvarado y tardíos del estilo Chavín. Esos elementos se asig-
Soto, hechas con adobes pequeños parecidos a can- nan al estilo Rocas de Lumbreras o Janabarriu de
tos rodados o granos de maíz. En Ica destacan Taja- Burger, y aparecen en las cuatro primeras fases Pa-
huana en el valle medio, Media Luna en Callango, racas. Puesto que Janabarriu es ubicado por R. Bur-
Cordero Alto en la parte alta y Cerrillos (fases Ce- ger (1993:110) entre 390 a 200 a.C., es lógico su-
rrillos e Isla), asignados a las fases 8-9 de la cultura poner que los contactos entre Ica y Chavín no du-
Paracas (Lumbreras 1976, Massey 1992). raron mucho pues se produjeron cuando el templo
Un asentamiento que llamó la atención a co- de Chavín ingresaba en los 200 a.C. al fin de su
mienzos de la década de 1980 fue Ánimas Altas, a apogeo.
50 km al sur de la ciudad de Ica, asignado a la fase
Paracas Cavernas por su descubridora Sarah Massey CULTURA PARACAS
(1990). Se extiende por unas 100 hectáreas y com-
prende plataformas con plazas rectangulares, cons- Ciertamente, desde la década de 1980 se ha in-
trucciones domésticas y posiblemente una zona de crementado nuestro conocimiento sobre Paracas, en
cementerio. Destaca en este lugar una pequeña pla- términos de sus rasgos iconográficos y estilísticos
taforma hecha de adobes de 40 por 25 m de lado y plasmados en su espléndida cerámica y sus colori-
5 m de alto, orientada hacia el norte. El frontis en dos tejidos. Igualmente se ha logrado avances signi-
117
Silva Sifuentes
118
Origen de las civilizaciones andinas
Forma de enterramiento de
CULTURAS PREHISPÁNICAS
fardos funerarios en la fase
Paracas-Necrópolis. A la
izquierda, detalle de fardo
funerario.
119
Silva Sifuentes
gobe blanquecino o naranja, y a veces altamente decir en un lapso de 275 años aproximadamente.
CULTURAS PREHISPÁNICAS
120
Origen de las civilizaciones andinas
isla de Las Viejas, llamada justamente Punta Car- Trascendencia de la cultura Paracas
CULTURAS PREHISPÁNICAS
huas– ha proporcionado una magnífica colección de Los datos recuperados por García y Pinilla reve-
tejidos pintados con personajes vinculados al “Dios lan que la zona de Paracas en particular e Ica en ge-
de los Báculos”, más comúnmente conocido como neral tuvieron un viejo desarrollo local, situación
Estela Raimondi, del Templo Nuevo de Chavín de que no fue impedimento para establecer relaciones
Huántar. con la costa central y norte, la sierra central, en es-
Las piezas de tejido pintadas de esta fase desta- pecial Ayacucho y el Mantaro, sin excluir la zona
can por su variedad, existiendo lienzos que posible- de Puno, en donde la cultura Pucará (aproximada-
mente colgaban de las paredes de los edificios, sir- mente 100 a.C.) incorpora en su cerámica técnicas
vieron como mantos funerarios, o simplemente co- decorativas, elementos de diseño y personajes co-
mo indumentaria. La técnica empleada en la ejecu- mo el Dios de los Báculos, posiblemente prove-
ción de estas piezas incluye bordado, tie-dye –téc- nientes de contactos con la zona de Ica. Los citados
nica decorativa en tejido llano que consiste en ha- investigadores enfatizan que la ocurrencia Chavín
cer nudos pequeños que se impregnan con pintura en Ica fue “breve”...e “inmediatamente traducida
y luego se desatan, quedando esa parte pintada (co- en un estilo regional de la costa sur...”.
municación personal de Aurora García)–, decora- Para la mayoría, Paracas es otro ejemplo de in-
ción calada, telas de doble cara, calados y pintados fluencia Chavín en la costa sur de Perú. Actual-
de rojo con plumas añadidas en los bordes. Aparte mente se recurre a los tejidos del cementerio de
del “Dios de los Báculos”, se aprecian cabezas hu- Karwa, a 8 km al sur de la necrópolis de Paracas
manas de aspecto geométrico enmarcadas en rom- para sustentar este postulado. En este lugar los
bos o hexágonos, quizá imitando a sus similares huaqueros descubrieron una gran tumba rectangu-
plasmados en objetos de oro y cerámica de la cultu- lar que contenía bellos tejidos y ceramios de las fa-
ra Cupisnique de la costa norte peruana. ses 8-10 de Paracas. Los tejidos exhiben típicas fi-
La cerámica Karwas es igualmente elaborada, fi- guras Chavín fase D, pintadas de color rojo-naran-
na y pulida, notándose frecuentemente botellas con ja, crema, marrón, olivo y azulado. A veces las fi-
doble pico y asa puente, y en menor proporción con guras están pintadas de blanco y comprenden
asa estribo, recordando nuevamente estas últimas a felinos y aves de rapiña plasmados en los bordes de
Cupisnique de la costa norte. La decoración es geo- los tejidos, rasgo ausente en la escultura lítica de
métrica, representando los diseños con líneas inci- Chavín. Sin embargo, el personaje más conspicuo
sas finas que forman rombos en unos casos o círcu- es el de los báculos, muy similar al de la estela Rai-
los concéntricos en otros. El empleo de pintura mondi de Chavín, descrito anteriormente. En Kar-
postcocción es consistente para rellenar las incisio- wa ese personaje es femenino, de pie y de frente,
nes. Las comparaciones estilísticas sugieren su con- con los pechos al descubierto y vagina dentada,
temporaneidad con la fase 3 de Paracas u Ocucaje portando un báculo en cada mano (aunque existen
(Ica), Rocas o Janabarriu (Chavín de Huántar), Po- también de sexo masculino). De los báculos y su
zuelo (Chincha). cabeza surgen, según P. Lyon (1978) y A. Cordy-
Collins (1979), copos de algodón. Por eso, este
Fase alfarera Cavernas personaje sería algo así como la madre del algodón.
Superponiéndose a Karwas, aparece la fase Ca- Preferimos tratar esta cultura de otra manera. El
vernas en la secuencia de García y Pinilla (1995), la hecho de que Paracas haya utilizado símbolos Cha-
cual se subdivide en Temprano, Medio y Tardío. El vín para decorar sus edificios, su cerámica y sus te-
Temprano es equivalente a la fase Isla de Wallace y jidos, no significa que se sometió a éste. Recorde-
a Paracas u Ocucaje 6-7. En Cavernas Temprano se mos que la alfarería empleada en la seriación de Pa-
observa el uso de elementos geométricos para repre- racas procede de entierros y por lo general las
sentar los diseños, el Dios de los Báculos es reinter- ofrendas a los muertos incluyen objetos exóticos y
pretado localmente. El Cavernas Medio es coetáneo de primera calidad tanto en su fabricación como en
al Ocucaje o Paracas 8-9 y comprende los materia- su decoración. Es preferible tratar a Paracas de la
les de los entierros Cavernas de Cerro Colorado de misma manera como tratamos a Cupisnique de la
Paracas, descubierto por J.C. Tello, fase Tambo Co- costa norte, o a Kotosh de Huánuco. Es decir, co-
lorado (Pisco), San Pablo (Chincha y Pisco), Topa- mo a una sociedad que tuvo contactos políticos y
rá (Topará), Los Patos (Cañete). Cavernas Tardío es religiosos no solamente con Chavín, sino también
correlacionable con Paracas u Ocucaje 10. con otros grupos de la sierra y la costa centrales.
121
Silva Sifuentes
122
Origen de las civilizaciones andinas
limita las zonas decoradas y generalmente se trata cubriendo los recipientes. Tanto Terada (1982), Te-
CULTURAS PREHISPÁNICAS
de motivos geométricos. Estos materiales fueron re- rada y Onuki (1982), como Mujica (1984) advirtie-
cuperados debajo del relleno arcilloso Pucará, es de- ron semejanzas estilísticas entre esta fase y sus coe-
cir anteceden a la construcción de los edificios que táneas de la costa norte. E. Mujica reconoce este he-
se observan en superficie. cho con la alfarería de Cerro Arena, situado a 2,5
Sobre Cusipata apareció la cerámica Pucará, la km de huacas del Sol y la Luna y sobre un espolón
cual se distingue por mostrar una mejor cocción, del cerro Chuputur, en el valle de Moche. Presenta
sin manchas o coloraciones. La decoración es tam- zonas domésticas, edificios públicos y ceremoniales
bién diferente desapareciendo la pintura crema so- y según Mujica su cerámica es tan parecida a la de
bre engobe marrón. La tendencia consiste en confi- Layzón que resulta difícil establecer en cuál fue fa-
gurar motivos zoomorfos y antropomorfos, además bricada. Propone el citado autor que los atributos
de los geométricos que se vuelven más complejos. decorativos y el estilo en general de Cerro Arena
Se agregan también los colores naranja, marrón, provienen de Cajamarca, aunque no necesariamen-
amarillo, y el engobe rojo se aplica con mayor cui- te de Layzón. Estas semejanzas evidentemente ma-
dado. nifiestan una fluida interacción Cajamarca-Trujillo
Retornando al tema de la persistencia de los al final del período Formativo, aunque no debemos
templos hasta el Formativo Tardío, similar evento olvidar que esos vínculos fueron frecuentes desde
observamos en la costa norte o la sierra. Por ejem- etapas más tempranas.
plo, en Kotosh se identificó las fases Kotosh-Sajara- El final del Formativo es una fase parcialmente
patac e Higueras; en Chavín de Huántar correspon- conocida y hasta ahora no sabemos qué relación
de a Rocas o Janabarriu, la capa H y Huaraz; en Ca- existe entre el abandono de los templos y la elabo-
jamarca figuran las fases EL y Layzón para Layzón, ración de la cerámica conocida por el nombre de
la fase Sotera de Cerro Blanco, fases Copa y Sotera “Blanco sobre Rojo”, que aparece en la sierra norte
en Kuntur Wasi, fase E de Pacopampa (Lumbreras y central, y en la costa norte, central y sur, antece-
1977, Terada y Onuki 1988, Onuki y Kato 1993, diendo a las sociedades más representativas de la
Fung 1976). época de los Desarrollos Regionales. La citada alfa-
En Cajamarca, los centros de Pacopampa, Kun- rería corresponde a una innovación tecnológica
tur Wasi y otros, continuaron hasta el final del For- identificada por los nombres de Salinar en Chicama,
mativo. En el primero, la secuencia alfarera elabora- Puerto Moorin en Virú, Patasca en Casma, Huaraz
da por R. Fung (1976) revela una prolongada ocu- en Chavín de Huántar y el callejón de Huaylas, San
pación y una permanente comunicación con otros Blas en la puna de Junín, Baños de Boza en Chan-
centros, entre ellos Layzón en el valle de Cajamar- cay, Miramar en Ancón-Chillón, Huachipa-Jicamar-
ca. Layzón corresponde también a una fase ubicada ca D en el Rímac, Villa El Salvador 1 y 2 en Lurín (o
entre 500-200 a.C. por la Misión Japonesa de la fases 1 y 2 de T. Earle), Végueta para Huaura, Paqa-
Universidad de Tokio y es- llamoqo de Cuzco, posiblemente
tá representado por una es- Cancharín de Utcubamba.
tructura de 40 por 40 m de Este estilo no necesariamente
lado y 5 m de alto, que se constituye un rompimiento radical
superpone a las construc- con el de la etapa previa, pues man-
ciones del Huacaloma Tar- tiene elementos morfológicos y de-
dío, descritas antes. Son corativos. Por ejemplo, el estilo
también parte de la fase Huaraz se compone de cuencos en-
Layzón unas estructuras gobados de rojo cuyas formas son
circulares y una pequeña propias de la fase Rocas. Similar
construcción cuadrangular tendencia aparece en Salinar, la cual
empleada como fogón. conserva formas cupisniques. Con
En la fase Layzón se respecto al estilo Patasca de Casma
identificó una cerámica la decoración de esta cerámica es a
pintada con trazos rojos base de incisiones combinadas con
sobre base blanca, aparte pigmento blanco y rojo. En la costa
del uso de estampados y Fragmento de recipiente escultórico de central, las modalidades Baños de
aplicaciones de color rojo Huachipa-Jicamarca, fase D (valle del Rímac). Boza, Miramar, Huachipa-Jicamarca
123
Silva Sifuentes
D, Villa El Salvador 1 y 2, comparten formas y dise- plo, no fueron abandonados, en la medida que una
CULTURAS PREHISPÁNICAS
ños en sentido general. La muestra que excavamos parte importante de la alimentación provino del
en Huachipa se compone de cuencos finos de bases mar.
redondeadas y planas que recuerdan a los ceramios A partir de esta fase se observa una clara ocu-
de las fases tardías del Formativo de Ancón. rrencia de aldeas al interior del valle, sobre todo en
las riberas del río para aprovechar sus suelos que
ESTRATEGIAS DE SUBSISTENCIA anualmente eran regados por las crecidas de éste.
DURANTE EL FORMATIVO Asimismo, surgieron aldeas en el valle medio en
donde las condiciones fueron más favorables para el
La diversa geografía del territorio peruano obli- cultivo de coca, ají y otros recursos. Este proceso se
ga a proponer la ocurrencia simultánea de varios inició según Patterson (1983) en la fase que llama
patrones de subsistencia. Si bien es cierto que la
crianza y el pastoreo de camélidos, así como la agri-
cultura, se consolidaron en esta etapa, es necesario
advertir que no todos los pueblos las practicaron. A A
Hubo una interdependencia puna-valle, este-oeste y
norte-sur. En tal sentido, el intercambio permitió
obtener recursos de diverso tipo, sea en la forma de OCÉANO
objetos suntuarios y de prestigio, o como recursos PACÍFICO
estrictamente alimenticios. Los datos recogidos en
el Perú nos aproximan cada vez más al entendi-
miento de los patrones de subsistencia de los pue-
blos formativos. ¿Cuáles fueron esos patrones? En
los párrafos que siguen los describiremos, no sin N
antes advertir que no intentamos generalizarlos a
toda el área andina.
Estrategias en la costa
En la costa, la agricultura y la pesca fueron la ba-
se de la alimentación, pero la primera adquirió ma-
yor peso según se observa en la distribución de los
asentamientos a lo largo de los valles. R. Fung
(1972) concede en cambio especial relevancia a los
recursos marinos y su rol en el desarrollo de centros
ceremoniales tales como Las Haldas del valle de
Casma, durante el período Formativo. Este templo,
construido junto al mar, funcionó sin el sustento de
una alta producción agrícola en la medida que la
pesca proporcionó las proteínas básicas a la pobla-
ción asentada en sus alrededores. Fung propone
también tentativamente que edificios como éste
“…cumplirían las funciones de observatorio astro-
nómico, centro religioso y de control de la produc-
ción marina del sector para su envío a los centros
ceremoniales principales ubicados en los valles”.
PLANTA CORTE
Patterson (1971, 1983) y Moseley (1975) recono-
cen que en la costa central la agricultura se tornó pre-
dominante en la fase Gaviota (1 900-1 750 a.C.), lue- A' A'
go de un prolongado proceso de consolidación de la Centro ceremonial de Las Haldas, valle de Casma, construido
agricultura, lo cual significó el desplazamiento de la junto al mar, lo cual revela uso intensivo de los recursos
pesca a un segundo plano. Sin embargo, los asenta- marinos y que habría sido utilizado como observatorio
mientos del litoral, Ancón o San Bartolo por ejem- astronómico (Moseley 1975).
124
Origen de las civilizaciones andinas
complejo Florida (por el nombre de un templo en mativo Temprano (1 800 a.C.), expresados en el
CULTURAS PREHISPÁNICAS
forma de U en el distrito del Rímac), ubicada entre crecimiento gradual de la población y en la puesta
2 300 y 500 a.C., que se distingue por la intensifi- en práctica de una tecnología simple de riego, aun
cación de la agricultura y la construcción de peque- cuando ésta no ha sido debidamente documentada.
ños canales de riego para incrementar los campos A las plantas que se consumían en Ancón-Chillón
de cultivo y la producción. desde el Arcaico, se añadieron otras durante el For-
Aún no es clara la relación entre la predominan- mativo: coca (Erythroxylon sp.), papa (Solanum tu-
cia de la agricultura, la introducción de la cerámica berosum), maíz (Zea mays), así como palta (Persea
en la costa peruana y la proliferación de grandes americana), ciruelas (Bunchosia armenaica), yuca
complejos ceremoniales. Sin embargo, podemos (Manihot esculenta), frijoles comunes (Phaseolus
tentativamente postular que la producción agrícola vulgaris). Por otro lado, se observa menor consumo
estuvo controlada directamente por los templos en de animales marinos tal vez porque fueron reempla-
la medida que éstos se ubican en el piso del valle y zados por otros recursos o porque su caza excesiva
alrededor de los suelos agrícolas. Por otro lado, el los obligó a alejarse de los asentamientos.
maíz aparece con mayor frecuencia en el Formativo, Es pues obvio que la agricultura y la pesca gene-
añadiéndose a los alimentos ya conocidos desde el raron un patrón alimenticio mixto. Pero debe ano-
Arcaico como zapallos, achira, frijoles, ají, etc., que tarse que la primera actividad fue más importante,
se consumieron en combinación con productos ma- observándose una relación entre la distribución de
rinos obtenidos mediante aldeas especializadas. An- los asentamientos y la intensificación de la agricul-
cón pudo cumplir este rol en la zona Ancón-Chi- tura al ubicarse, siguiendo un patrón lineal, a lo lar-
llón, en tanto que los terrenos de cultivo para la po- go de los valles bajo y medio. En la costa central los
blación de este sitio están a 15 km de distancia, en edificios más grandes se hallan en el piso del valle,
la margen norte del Chillón. justo alrededor de los campos de cultivo. Ese es el
Cohen (1977) considera que existen cambios caso de Garagay y La Florida (Rímac), Huacoy
sustanciales en la costa central a comienzos del For- (Chillón), Mina Perdida (Lurín), etc. Probablemen-
te estos centros de la parte baja controlaron otros
más pequeños localizados en el valle medio, los
mismos que se dedicaron al cultivo de ají, tal vez
125
Silva Sifuentes
coca, y otros recursos. Se infiere este patrón por la tor propone que los canales de Vichansao y Moro
CULTURAS PREHISPÁNICAS
126
Origen de las civilizaciones andinas
tante que su carne. Otro recurso fue la sal, que se de Chavín posiblemente controló este sistema me-
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extraía de San Blas, muy útil para sazonar los ali- diante aldeas satélite tales como Pogoq, situada en
mentos. Con respecto a los valles interandinos, si- la cumbre de Shállapa, al noreste del templo.
tuados entre 2 500 y 3 500 m de altura, es obvio que El intercambio de productos y el acceso directo
la agricultura proporcionó los alimentos necesarios, a otros pisos ecológicos fueron piezas claves en la
complementados con productos provenientes de alimentación de los pueblos formativos. Para la sie-
otros lugares, sea la costa o las punas. En Ataura, si- rra sur del Perú (Cuzco y Puno), la zona alrededor
tuado cerca de Jauja y ocupado desde el primer mi- del Titicaca y el norte de Chile existen datos de pas-
lenio a.C., se encontró zapallos, frijoles, achira, ají, toreo, agricultura y trueque sobre largas distancias.
maní, algodón y probablemente maíz. Por ejemplo, en Chiripa, situada en el lado sur del
Con respecto a Cajamarca, sobre todo en la lago Titicaca, se encontró obsidiana de Puno y Are-
cuenca del Chotano, se cuenta con información que quipa, y cobre proveniente del norte de Chile.
revela un patrón de subsistencia distinto por la ocu- Lynch (1983) propone por eso que los pueblos de
rrencia de otros recursos y la ausencia de pastoreo esta zona utilizaron simultáneamente varios pisos
de camélidos. La presencia de restos de llamas y al- ecológicos durante el primer milenio a.C. En cuan-
pacas en asentamientos del período Formativo en to al Cuzco se refiere, los estudios de Karen Mohr
esta región se explica fundamentalmente por el Chávez (1977) revelan un patrón de subsistencia
trueque o intercambio con poblaciones altoandinas mixta de agricultura y pastoreo, en el contexto de
de la sierra de Pasco, Huánuco o Junín. Un asenta- una permanente interacción con grupos del altipla-
miento que destaca en la cuenca del Chotano es el no peruano-boliviano. Los habitantes de Marcavalle
centro ceremonial de Pacopampa ubicado en un se especializaron en el procesamiento de carne de
punto que le permite utilizar más de un piso ecoló- camélidos, exportación de sal y probablemente ce-
gico: el temple (ambiente caluroso) y la quechua. rámica; pero también se dedicaron al cultivo de fri-
En esta zona se recogió datos de maíz y frijoles, ade- joles y maíz.
más de yuca en la parte baja o temple. Actualmente Con respecto a la selva Lathrap (1970) propuso
en Pacopampa se produce arracacha (Arracacia un modelo que llamó “culturas de la floresta tropi-
xanthorrhiza) en abundancia, probablemente culti- cal”, vinculado con un modo de vida basado en
vada desde el Formativo. El consumo de papas y agricultura de “raíces”, aprovechamiento de recur-
quinua fue menos frecuente para los pobladores de sos fluviales, lacustres y caza, esta última como ac-
esta zona. tividad complementaria. El alimento principal estu-
Para la región de Chavín de Huántar, concreta- vo constituido por la yuca, cuyo contenido calórico
mente para el Formativo Medio, la subsistencia se corresponde mayormente a carbohidratos. La yuca,
basó en la agricultura altoandina y el consumo de aunque dañina si no se consume en combinación
camélidos. R. Burger (1993) identificó restos de con abundante carne y otros vegetales, es indicador
maíz (Confite chavinense) para la fase Urabarriu (1 de contactos con grupos de la cuenca amazónica y
000 a.C.), aunque advierte que este grano no fue la las Guayanas, sea en forma de harina, pan o licor.
base de la alimentación en Chavín pues los análisis Otros componentes de esta cultura son la patata
en cuatro esqueletos de esa fase revelan que su con- dulce (Xanthosoma), el camote dulce (Cara), la
sumo sólo alcanza el 18% del total de plantas ali- achira y la jíquima. A éstas se agregan la anuna y la
menticias en esta zona. Por eso R. Burger postula palmera (chonta), el maní y una variedad de ají, fri-
que los tubérculos y otros recursos altoandinos fue- jol negro, una variedad de calabaza en forma de bo-
ron la base de la alimentación de los pobladores de tella, el algodón, la coca y el tabaco, además del
la región de Conchucos. Añade que una parte im- achiote.
portante de las proteínas provino del pastoreo de Lathrap agrega que estas plantas fueron domes-
camélidos en la puna y la caza (más del 54% de los ticadas en varias partes de la floresta tropical, lo
huesos de la fase Urabarriu corresponde a vicuñas). cual significa que hubo varias poblaciones amplia-
Sin embargo, en las fases subsiguientes Chakinani mente distribuidas, cada cual experimentando con
(700 a.C.) y Janabarriu (300 a.C.) se observa espe- el potencial de las plantas y animales locales contri-
cialización en llamas (95%). Esto implica procesa- buyendo de esa manera a configurar el sistema agrí-
miento de carne para charqui, pero sobre todo para cola de la floresta tropical. Añade que esta cultura
obtener lana, y uso de llamas como bestia de carga logró perfilarse hacia los 3 000 a.C., debiendo bus-
y para el intercambio con zonas alejadas. El Templo carse sus orígenes en las llanuras aluviales del Ama-
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Silva Sifuentes
zonas y en la parte norte de América del Sur. Tiene La territorialidad parece ser consecuencia de la
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especial importancia en este sentido la región del integración de las aldeas, pero es difícil de enten-
Maracaibo en Venezuela. derla pues apenas se conocen las variables espacio,
distribución de los sitios y la organización social in-
CONCLUSIONES volucrada. Los modelos arquitectónicos que se des-
cribieron antes nos ayudan, sin embargo, a entender
La asignación del período Formativo a una orga- el concepto de territorialidad. Por lo menos tres de
nización sociopolítica tipo jefatura o señorío se fun- ellos son útiles para este propósito pues serían pro-
damenta en cuatro aspectos relacionados: centrali- ducto de señoríos o jefaturas que controlaron terri-
zación de la autoridad, integración social, religión torios específicos; ellos son los fogones rituales de
como poder político y territorialidad. La centraliza- la tradición Kotosh, los edificios con plataformas de
ción de la autoridad se vincula a un liderazgo for- Cajamarca y los edificios en U de la costa.
malizado, en el que la elite actúa como un paraguas El modelo Kotosh se desarrolló a fines del Prece-
sobre las aldeas de tal modo que todos se sienten rámico (2 400 a.C.) y continuó hasta el Formativo
identificados con sus líderes. Este patrón se expresa Tardío, según restos de Huaynuná, Casma (1 600
a través de los centros ceremoniales que florecieron a.C.), y fase Layzón, Cajamarca, (500 a.C.). Por da-
en este período, entre 1 800 y 200 a.C., constituyen- tos de Kotosh y Huaricoto coexistió con Chavín. La
do el nivel jerárquico más alto. Las aldeas se inte- tradición de pirámides truncadas, con plataformas,
gran a los centros mediante una ideología religiosa de Cajamarca, que se concentra en Jequetepeque,
impulsada por la elite. En tal sentido, el orden so- valle de Cajamarca y el Chotano, presenta una si-
cial no es compulsivo. tuación semejante. Por ejemplo en Pacopampa la fa-
El liderazgo y los sistemas religiosos se relacio- se E de R. Fung (1976) exhibe elementos del For-
nan al poder político y la integración de las aldeas. mativo Tardío.
Steward y Faron (1959) puntualizaron hace varias Debe recalcarse que este modelo es una expre-
décadas que los templos tenían capacidad de convo- sión que si bien es cierto responde a una tradición
catoria suficiente como para obtener el apoyo de las religiosa, su materialización en ritos y ofrendas era
aldeas. La ventaja de los sistemas de creencias es responsabilidad de un pequeño grupo de “sacerdo-
que refuerzan la solidaridad entre las personas. Sin tes” quienes se congregaban en privado, al interior
embargo, aún no entendemos su real significado en de los recintos con fogón central, para llevar a cabo
el área andina. La evidencia más clara es la corres- las ceremonias. Parece pues que había un aislamien-
pondiente a los diversos tipos de arquitectura reli- to del propio ritual tal vez para magnificarlo y au-
giosa que hemos descrito, y cuya expresión más es- mentar su carácter sagrado. Por consiguiente, la
pectacular son los edificios en forma de U. participación de la comunidad se producía indirec-
A pesar de las diferencias en forma y tamaño de tamente. Por otro lado, el fuego era un componen-
estas tradiciones arquitectónicas, sus restos de- te esencial de los ritos y seguramente a través del in-
muestran que la religión reguló la sociedad. Esto se cineramiento no sólo se generaba un sentido de pu-
refleja en la separación de espacios dedicados al cul- rificación sino también posiblemente se simboliza-
to y a la vida diaria, así como en las medidas cada ba el rol del Sol en la vida y la muerte.
vez más rígidas para restringir el acceso a los recin- En cuanto a la sierra norte, a pesar de las seme-
tos en donde se realizaban los actos rituales más im- janzas genéricas que pueden establecerse sea con el
portantes. Esta actitud sobre la organización del es- nor-oriente, el sur de Ecuador o la costa norte pe-
pacio estuvo obviamente asociada a una concepción ruana, es problemático proponer un modelo para
específica del mundo. Un aspecto que merece men- esta región. P. Kaulicke (1975) tomó sin embargo a
cionarse en relación a este tema es la permanente Pacopampa (Chota) como un “caso del Formativo”
remodelación de los templos y su reproducción o en Cajamarca, con una fase temprana denominada
reinterpretación en diversos lugares. Este proceso Pandanche A que se ubica hacia 1 800 a.C. Esta fa-
posiblemente estuvo asociado con la idea de sofisti- se, al menos en el aspecto decorativo de la cerámi-
car el ritual en un esfuerzo de la elite por perpetuar- ca, sugiere semejanzas con las fases 7-8 de Valdivia,
se y generar a la vez estabilidad social en las aldeas. Ecuador, en la secuencia de Betsy Hill (1972). Sin
En consecuencia, el enriquecimiento de la parafer- embargo, debe mencionarse también la similitud
nalia ceremonial contribuyó a mantener intacto el decorativa con Guañape Temprano (1700 a.C.) del
apoyo de la población. valle de Virú, por la aplicación de tiras de arcilla y
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CULTURAS PREHISPÁNICAS
otro lado la zona de sis es la más viable
Bagua proporciona por datos recogidos
componentes alfare- en el Rímac, Chillón
ros relacionables con y Lurín. En el prime-
Cajamarca, el sur de ro, Garagay y La Flo-
Ecuador. Más allá de rida posiblemente
los rasgos locales el fueron construidos al
patrón de templo y mismo tiempo, pues
aldea es una constan- ambos contienen ce-
te, sobre todo en la rámica que los vincu-
cuenca del Chotano la además con el
y Jequetepeque. La asentamiento domés-
ocurrencia de la mo- tico de Ancón. En el
dalidad Chavín en Chillón, Pucará (km
esta zona se produce 59 de la carretera a
muy entrado el For- Canta) contiene cerá-
mativo Medio (qui- mica similar a la de
zá hacia 700-600 Huacoy (bajo Chi-
a.C.) en el contexto llón), aun cuando el
de relaciones econó- primero fue aparen-
micas que se estable- temente abandonado
cen entre las elites re- en el 1 000 a.C. En el
gionales. bajo Lurín, Cardal y
La tradición de Mina Perdida parece
templos en forma de que fueron construi-
U igualmente estuvo dos y abandonados al
en funcionamiento Guañape en el valle de Virú (La Libertad) es un sitio clásico pues mismo tiempo.
hasta concluir el For- ahí se encontró la cerámica más antigua de la costa (1 700 a.C.). ¿Cuán exitosos fue-
Por su decoración incisa se plantean relaciones culturales con la
mativo. Chavín de costa central durante esa época. ron las jefaturas o se-
Huántar parece que ñoríos del período
fue abandonado lue- Formativo? Existe la
go del 200 a.C. Sin embargo, queda por explicar por impresión de que no evolucionaron a formas más
qué se construyeron varios templos similares en un complejas de gobierno. En Chavín de Huántar, lue-
valle. Existen dos hipótesis: a) que a lo largo del go de que el templo se abandonó, jamás se constru-
Formativo unos fueron reemplazados por otros, es yeron edificios públicos en la zona. En la cuenca de
decir, se observa una secuencia de templos para ca- Huánuco se nota un proceso similar. En la costa
da valle; b) que hubo un centro principal cuyo mo- norte, la situación es un poco diferente pues las
delo se reprodujo a lo largo del valle, con edificios formas alfareras de Cupisnique prosiguieron en las
parecidos. Esta ramificación sería simultánea, pre- culturas posteriores. El concepto de los edificios
sionada por el incremento (en número) de la elite públicos continuó pero de manera diferente en la
sacerdotal asociada al templo principal. Si acepta- cultura Moche. En la costa central, los templos en
mos esta hipótesis debemos asumir que todos los U fueron reemplazados por edificios de adobitos
templos de un valle estaban relacionados no sólo re- con formas totalmente nuevas. A éstos se suma una
ligiosa y políticamente, sino también por lazos de alfarería pintada en varios colores, sin antecedentes
consanguinidad, en la medida que la jefatura o se- en la incisa y monocroma de la etapa previa. En la
ñorío procuró asegurar el poder a través de sus pa- costa sur, en cambio, notamos una tendencia evo-
rientes. lutiva de Paracas a Nazca, al menos en la cerámica.
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