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Revista Interuniversitaria
de Formación del Profesorado
continuación de la antigua Revista de Escuelas Normales
Número 82 (29.1)
Editor
José Emilio Palomero Pescador
Universidad de Zaragoza. Facultad de Educación (emipal@unizar.es)
Páginas web
http://www.aufop.com
Administrador del sitio web: José Emilio Palomero Pescador
ISSN: 0213-8646
DEPÓSITO LEGAL: Z-1573-87
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Facultad de Educación de la Universidad de Valladolid.
Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Burgos.
Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Zaragoza.
Número 82 (29.1)
ISSN 0213-8646
ÍNDICE
Editorial: Investigar para acompañar el cambio educativo y social. El pa-
pel de la Universidad.
Consejo de Redacción .................................................................. 11
Monografía
Investigar para acompañar el cambio educativo y social.
El papel de la Universidad
Coordinadores: Adelina Calvo Salvador, Carlos Rodríguez-Hoyos
e Ignacio Haya Salmón
Coordinated by
Adelina Calvo Salvador, Carlos Rodríguez-Hoyos
e Ignacio Haya Salmón
Número 82 (29.1)
ISSN 0213-8646
INDEX
Editorial: Carrying out research to support educational and social chan-
ge. The role of the university
Consejo de Redacción .................................................................. 11
Monography
Carrying out research to support educational and social change.
The role of the university
Coordinated by Adelina Calvo Salvador, Carlos Rodríguez-Hoyos
and Ignacio Haya Salmón
E
l monográfico que presentamos a continuación tiene su origen en el Congre-
so organizado por la AUFOP y la Universidad de Cantabria que, bajo ese
mismo título, se celebró en noviembre de 2014 en Santander. Los artículos
que lo conforman son un muestrario de las principales aportaciones que se discu-
tieron en el mismo y que tenían como finalidad última pensar el sentido de las
prácticas universitarias de investigación, docencia y gestión como facilitadoras y
acompañantes del cambio educativo y social.
En este marco general, tras el título «Con motivo aparente. La Universidad a
debate», los coordinadores del monográfico nos invitan a pensar sobre qué papel
debe jugar hoy la institución de educación superior, en un escenario donde el valor
monetario de las cosas parece estar por encima de todo lo demás. Al mismo tiem-
po, plantean algunas preguntas que deben ayudar a construir una Universidad
distinta, más orientada por la preocupación de los problemas de la comunidad y
de las personas menos favorecidas.
La segunda de las aportaciones del monográfico, que lleva la firma de Mar
Rodríguez Romero, aborda la cuestión de cómo investigamos desde la Universi-
dad, bajo qué modelo epistemológico y metodológico, desentrañando con ello las
condiciones en las que en la actualidad se produce la ciencia en el campo de la
educación. Bajo el título «El paisaje amenazante de la producción de conocimien-
to científico en educación bajo el capitalismo cognitivo», la autora analiza la impo-
sición de metodologías cuantitativas basadas en evidencias frente a enfoques más
cualitativos, diversificados y minoritarios.
Continuando con esta línea de análisis centrada en discutir cómo investiga-
mos, para qué y las consecuencias del trabajo académico en la mejora educativa
y social, el segundo de los artículos del monográfico, titulado «El compromiso de
la investigación social en la construcción de otra escuela posible», de Matías de
Stéfano, Luis Puche y José I. Pichardo, toma como punto de partida una reciente
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investigación realizada en España sobre diversidad y convivencia en los centros
docentes para reflexionar sobre cuestiones metodológicas y éticas en la investiga-
ción educativa que se reconoce como promotora de la inclusión social.
La cuarta de las aportaciones del monográfico, realizada por Nieves Blanco,
Mª. Dolores Molina y Asunción López, lleva por título «Aprender de la escuela
para dar vida a la Universidad» y puede leerse como un ejemplo de investigación
que se reconoce en los dilemas éticos y epistemológicos anteriormente señalados,
planteando la necesidad de recuperar un espacio de diálogo y encuentro con la
experiencia de docentes de educación primaria para mejorar la Universidad, co-
locando en el centro la experiencia de quienes enseñan y aprenden.
De la mano de David Buckhingham, el siguiente artículo del monográfico, «La
evolución de la educación mediática en Reino Unido: algunas lecciones de la his-
toria», nos invita a pensar en la historia de esa disciplina teniendo en cuenta el
momento histórico de cada una de las fases identificadas. Sin duda, sus reflexio-
nes son el marco ideal para comprender la importancia del siguiente grupo de
aportaciones que dan vida a este monográfico y que promueven y alientan el uso
de nuevos lenguajes en los centros educativos.
En este sentido, las siguientes tres aportaciones abordan el uso del Teatro
Foro, el cine y las redes sociales en diferentes contextos educativos, planteando
sus posibilidades como herramientas para la crítica y la transformación personal,
educativa y social. Tres propuestas que van desde la documentación de una expe-
riencia de Teatro Foro en la universidad (Adelina Calvo, Ignacio Haya y Noelia
Ceballos), hasta una reflexión más teórica que nos invita a perturbar nuestras
mentes a través de una educación por el cine (Carlos Rodríguez-Hoyos y Rafael
Manrique), pasando por el riguroso análisis político de las posibilidades del uso de
las redes sociales en la educación (Aquilina Fueyo, Gloria Braga y Santiago Fano).
Por último, cierran el monográfico dos aportaciones que ejemplifican el com-
promiso de la Universidad en la construcción de una educación e investigación
alternativas y su interés en la mejora de diferentes niveles educativos, desde la
educación infantil hasta el ámbito universitario. A través del relato de la experien-
cia de un centro de educación infantil se nos invita a pensar en la infancia como
un colectivo lleno de posibilidades, más allá de la discapacitante mirada del adul-
to, muy presente en la actual concepción de los centros educativos, de su cultura
y su currículum (José M. Osoro y Olga Meng). Así mismo, la propuesta titulada
«Una investigación colaborativa interuniversitaria para repensar un modelo do-
cente comprometido con el cambio educativo» relata una experiencia de investi-
gación en primera persona desarrollada entre varias docentes de diferentes uni-
versidades españolas que, a través de una metodología de investigación-acción,
conciben el aula universitaria como un ágora, punto de partida para mejorar su
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comprometida docencia universitaria (Elia Fernández-Díaz, Prudencia Gutiérrez-
Esteban y Lorea Fernández-Olaskoaga).
Los artículos compilados son ejemplos de investigaciones y prácticas docentes
que cubren todos los niveles educativos, desde infantil hasta la educación superior,
y que ejemplifican los ideales del trabajo en red, conjunto, entre instituciones y
profesionales bajo el mismo compromiso del pensamiento divergente, la demo-
cracia y la justicia social.
El monográfico presenta un sugerente conjunto de aportaciones que, con una
mirada renovada, plantean nuevos desafíos a la Universidad como institución que
está llamada al ejercicio del pensamiento crítico, aquél que no da nada por su-
puesto, que trata de explicar cómo está funcionando el poder en nuestras institu-
ciones y que se muestra escéptico ante el aparente discurso modernizador, demo-
crático y liberador que dice aportar el pensamiento neoliberal a la Universidad.
Una institución que, sin duda, merece ser pensada de nuevo, pero sin perder de
vista lo importante de esta discusión, cuáles son los mejores lugares desde donde
hacerlo.
El Consejo de Redacción
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Monografía
Coordinadores:
Adelina Calvo Salvador, Carlos Rodríguez-Hoyos
e Ignacio Haya Salmón
ISSN 0213-8646
Recibido: 15/1/2015
Aceptado: 28/2/2015
This paper reflects on the university, considering what their purposes should be, taking into
account some of the arguments raised by experts and managers about the challenges it has
to face. The changes that are happening in the university cannot be understood without taking
into account the central role of the economy of knowledge and the introduction of commercial
thought into teaching, research and bureaucracy. This article ends with some ideas on how to
build a different type of university, more concerned with finding solutions to the problems of
individuals and societies.
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Adelina Calvo Salvador, Carlos Rodríguez-Hoyos e Ignacio Haya Salmón
La segmentación del saber y de sus públicos tiene que ver, también, con
una estandarización de la producción cognitiva. Lo que parece alejarse res-
pecto a sus contenidos, se asemeja en cuanto a sus procedimientos. La
transversalidad ya no conecta experiencias sino modos de funcionar. Se
trate de lo que se trate, la cuestión es que todo funciona igual. Tres ejemplos:
la actividad académica, el mundo de la moda o el aparato mediático de la
opinión. En los tres casos vemos una situación similar: la yuxtaposición de
contenidos que funcionan bajo unos mismos parámetros y protocolos.
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Adelina Calvo Salvador, Carlos Rodríguez-Hoyos e Ignacio Haya Salmón
meten cada vez menos con tareas vinculadas a la gestión y al gobierno colectivo
de los centros. La actividad de servicio queda en un segundo plano y no se perci-
be como una obligación más del trabajo académico, que permite cambiar el pun-
to de vista profesional y aprender cosas nuevas, sino más bien como una actividad
que quita tiempo para el resto de tareas que son mensurables y que sí cuentan en
la carrera profesional (MacFarlane, 2008).
En este escenario, los docentes/investigadores deben decidir cómo vivir su
vida académica y desarrollar su identidad profesional. Ésta puede desarrollarse,
con múltiples matices, entre los dos grandes polos que hemos dibujado aquí. Pue-
de estar centrada, en exclusiva, en desarrollar una carrera académica de carácter
individualista, de espaldas a las necesidades sociales pero de cara a la lógica em-
presarial y a los sistemas externos de evaluación de la investigación, donde sólo
un grupo de expertos decide qué puede considerarse o no ciencia (en virtud de
sus posibilidades de decidir qué artículos se publican, qué proyectos de investiga-
ción se conceden, qué temas son prioritarios investigar, etc.). O bien, como alter-
nativa a lo anterior, puede tomar conciencia del papel que tiene en este juego del
capitalismo y realizar un ejercicio crítico frente a la lógica del rendimiento acadé-
mico/investigador bajo criterios exclusivamente monetarios y cuantitativos, tra-
tando de entender la realidad de forma más amplia y contribuyendo a la creación
de una verdadera comunidad de investigadores y docentes que trabajan por un fin
común, la mejora de las sociedades. Además, no conviene olvidar que cuestiones
como la edad, el género, la clase social o el tipo de vinculación con la institución
juegan un importante papel en este escenario.
Por último, pero no por ello menos importante, la lógica del mercado en la
educación universitaria afecta a las identidades de los estudiantes y a las expe-
riencias que viven y que esperan tener en la Universidad. En este sentido, la es-
tructura de los propios planes de estudio, organizados en materias exclusivamen-
te cuatrimestrales, genera una relación con el conocimiento de corta duración,
superficial y cercana a la lógica consumista. Según han señalado algunas investi-
gaciones, la implantación del plan Bolonia (o la lectura que de él han hecho al-
gunas universidades) no ha mejorado necesariamente esta situación, al aumentar
la exigencia del trabajo académico para los estudiantes, el número de los trabajos
de aula y de las actividades presenciales a realizar, pero sin modificar su relación
con el conocimiento (Lloret y Mir, 2007; Florido, Jiménez y Perdiguero, 2012).
Así, los estudiantes pasan por la Universidad deprisa, con una vivencia acelerada
y productivista del tiempo, centrando sus esfuerzos en superar una materia tras
otra, para olvidar rápidamente lo que estudiaron. Exigen de la institución cono-
cimientos útiles, aplicados, cercanos a lo que demanda el mundo empresarial y
el mercado de trabajo. Esta tendencia se acentúa todavía más en aquellos casos
en los que los jóvenes han pedido un préstamo para poder cursar estudios uni-
versitarios (Peters y Olssen, 2008). Como ha señalado Nuccio Ordine (2013),
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atendiendo a las posibilidades que ofrecen las humanidades y las artes como for-
mas de expresión de la libertad de los seres humanos. Ellas permiten el acceso a
nuevos relatos y experiencias, y con ellas nuestro mundo es más rico y se llena de
nuevas posibilidades.
El papel de la educación superior en el ejercicio y formación de ciudadanos en
un mundo global es crucial y debe tratar de prevenir situaciones en las que los
seres humanos se comporten mal y ejerzan violencia hacia otros grupos o perso-
nas, instrumentalizando a otros para sus propios fines. Esto ocurre cuando se dan
tres circunstancias: cuando no nos sentimos responsables de nuestros actos; cuan-
do nadie manifiesta una opinión crítica y cuando los seres sobre los que se ejerce
poder son deshumanizados y pierden su individualidad (Nausbbaum, 2010). Te-
niendo en cuenta estos tres principios, la educación universitaria debería ayudar a
los jóvenes a la creación de un pensamiento complejo y relacional que rompa las
rejas invisibles del conocimiento especializado y parcializado, aquel que no tiene
en cuenta las condiciones en las que dicho conocimiento se ha creado, ni las con-
secuencias que éste pueda tener para los diferentes grupos humanos. Para conse-
guirlo, debemos repensar no solamente los saberes que se ponen en juego en la
Universidad, sino también las metodologías docentes que utilizamos, las formas
de evaluación y nuestra forma de relacionarnos con el conocimiento (como do-
centes/investigadores y estudiantes).
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propio punto de vista, algo que podemos hacer en muchas ocasiones gracias a la
existencia de comunidades de docencia e investigación (mucho más en las segun-
das que en las primeras) pero que, sin duda, puede hacerse, también, trabajando
con los jóvenes. Sus experiencias, sus puntos de vista, opiniones, etc. mejoran la
educación como ya se ha hecho patente en diferentes investigaciones (Hayes y
Ljungberg, 2011; Haya, Calvo y Rodríguez-Hoyos, 2013).
Es precisamente en el marco de estos trabajos donde se ha evidenciado la
importancia que la experiencia de ir a la Universidad tiene para los jóvenes, seña-
lando cuestiones tan centrales como la importancia de la investigación y la cola-
boración para mejorar la docencia en la Universidad, el papel de la participación
de los jóvenes en diferentes aspectos de la vida universitaria, la importancia del
diálogo en los procesos educativos, así como el rol de la provocación como ele-
mento desencadenante del aprendizaje. Estos trabajos demuestran, también, las
posibilidades de trabajar con los estudiantes para revisar críticamente los sistemas
de evaluación externa de la docencia e investigación (Calvo & Susinos, 2010;
2012).
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Conclusiones y aperturas
En este trabajo planteamos la urgente necesidad de articular un debate sose-
gado en el que se discutan ampliamente las condiciones estructurales que, en
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Bibliografía
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Adelina Calvo Salvador, Carlos Rodríguez-Hoyos e Ignacio Haya Salmón
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RESUMEN
ABSTRACT
The paper analyses the trend towards the commodification of science in educational research,
revealing the links with neoliberal educational reforms and absolutist aims of official research.
Cognitive capitalism increases the State´s eagerness to control educational research and the
greed of knowledge enterprises. It encourages restrictive changes that disregard established
research methodologies, such as those that employ qualitative approaches and silence alter-
native ways of seeing the world and education, very different from positivist canons and the
new ideologies of human capital.
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Mar Rodríguez Romero
tividad (Fairclough y Wodak, 2009). El intento de hacer viables estos vínculos só-
lidos responde, parcialmente, al esfuerzo por resolver ciertas contradicciones del
posfordismo (Jessop, 2004 en Fairclough y Wodak, 2009). Las que atañen parti-
cularmente a la investigación y a la educación superior se refieren a la creciente
dependencia de la competitividad económica de ciertos factores extraeconómi-
cos, incluida la Educación, y a la contradicción entre el cálculo económico a corto
plazo y las dinámicas a largo plazo propias de ciertos recursos y capacidades
como el conocimiento y el aprendizaje que necesitan años para producirse. En la
UE hay una ofensiva oficial, tanto discursiva como estratégica, para reconstruir las
narrativas de la identidad europea, asegurando y legitimando, por una parte, la
estandarización e implementación de nuevas políticas para combatir el desempleo
y garantizar la competitividad y, por otra, un nuevo conjunto de valores prove-
nientes de las políticas neoliberales que incluyen la esencialización tanto de la
globalización como de la competitividad como hechos casi naturalmente dados
(Fairclough y Wodak, 2009). Al amparo de esta ideología, disposiciones recientes,
como la Education & Treaning 2020, encapsulan la concepción de la Educación,
circunscribiéndola a los viejos conceptos de educación profesional y capacitación
técnica, ahora revestidos de una supuesta novedad apoyada en las tecnologías
digitales y el espíritu emprendedor (Novoa, 2013).
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se de ella: el control sobre su uso con fines comerciales. Este fallo se aborda de
un modo bastante impositivo. Con la justificación de un uso racional del conoci-
miento, todo lo relacionado con la producción inmaterial de bienes de la sociedad
se está regulando a través de disposiciones férreas sobre la propiedad intelectual
(Rullani, 2004). Así que, paradójicamente, la defensa de la creación intelectual
viene acompañada de la modificación restrictiva de las leyes de propiedad intelec-
tual, porque se blindan derechos de exclusividad sobre la producción y distribución
de los bienes inmateriales (Rodríguez y Sánchez, 2004). Así, a través del ADPIC,
Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relaciona-
dos con el Comercio, que forman parte de los pactos que dan lugar a la Organi-
zación Mundial del Comercio (OMC, 1994) lo que se hace es universalizar una
manifestación extrema del derecho mercantil anglosajón (De Sousa Santos, 1999,
en Lander, 2005).
La producción científica se ve afectada de dos maneras radicales. Primera, fi-
nanciando la investigación productiva, o sea, la que está encaminada hacia la
creación de intangibles que tengan valor económico. Y, segunda, redefiniendo los
derechos de propiedad intelectual para controlar el uso y difusión del conocimien-
to científico por parte de los patrocinadores de la investigación.
Este modo de actuar supone el abandono de la producción científica no pro-
ductiva, por ejemplo la de carácter especulativo, y la imposición de métodos de
investigación basados en evidencias, que aseguren la producción de conocimiento
supuestamente estratégico. Esto implica una limitación considerable, porque la
especulación está en el centro del proceso de análisis y de generación de conoci-
miento y recoge el papel clave de la curiosidad, la visión, la intuición y la imagina-
ción. Precisamente el conocimiento que no procede de la experiencia y se basa
en pensamientos divergentes es el que abre una nueva línea, una nueva perspec-
tiva que moviliza el cambio (Somekh, 2007). Si la construcción social de las co-
munidades de investigación educativa ha estado ya dirigida hacia la conformidad,
y no hacia la especulación transgresora, imaginemos cómo puede afectar a nues-
tro quehacer científico el dedicarse exclusiva o preferentemente al conocimiento
tecnológico (Somekh, 2007). Al restringir el conocimiento especulativo como
parte de nuestras experiencias sobre la producción de conocimiento científico se
reduce el ámbito de lo que nos permitimos investigar y se obstaculiza la posibilidad
de cambio y de disidencia.
La restricción de los bienes intelectuales tiene como consecuencia que se nos
impide gozar del valor añadido que supone el acceso ilimitado a la producción
científica en términos de otras posibles creaciones científicas que pueden derivar-
se de ella, o impidiendo que su socialización las incorpore al saber común dando
lugar a nuevos usos y otras creaciones inmateriales (Rodríguez y Sánchez, 2004).
Se merman, así, los recursos del dominio público y se restringe la materia prima
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Esta deriva absolutista que, más explícitamente en unos países que en otros,
está marginando las formas narrativas y complejas de investigar y descartando,
por protocientíficas, epistemologías bien asentadas que legitiman formas de orien-
tarse en el mundo vinculadas a los grupos sin poder, nos obliga a preguntarnos
por el sentido de la investigación que producimos y los modos de racionalidad que
sostienen (Harding, 1996).
El conocimiento que genera la investigación es una forma de conocimiento
experto que inevitablemente participa en el proceso de construcción del mundo.
Contribuyendo a su producción podemos colaborar, o no, con la formas domi-
nantes de ver el mundo y la Educación. También podemos contribuir a perpetuar,
o no, los regímenes de verdad de nuestra propia comunidad de investigación.
Reivindicar el espacio de la investigación compleja, disidente e indisciplinada su-
pone hacer honor al legado de las formas cualitativas de investigar que conciben
la producción científica en Educación como un proceso en sí mismo inacabado y
cambiante, y cuyo valor reside en ofrecernos posibilidades inimaginables para
producir contextos de investigación y educación no anticipados.
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Matías DE STÉFANO BARBERO, Luis PUCHE CABEZAS y José Ignacio PICHARDO GALÁN
RESUMEN
ABSTRACT
This article describes and reflects on the study Diversity and Integration in Schools, conducted
in 2013 by the Universidad Complutense de Madrid (Spain) and focused on the analysis of
best educational practices on the matter. We consider how methodological choices and dis-
semination formats are important decisions to make in order to bring academic research to its
full potential for social change. In this case, we opted for and applied an analysis focused on
sexual and family diversity at schools, using these as the basis for an educational opportunity
for change towards more inclusive schools.
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Matías de Stéfano Barbero, Luis Puche Cabezas y José Ignacio Pichardo Galán
Introducción
La investigación Diversidad y Convivencia en los centros educativos1 (a partir
de aquí DyC) nace con el objetivo de dar respuesta a una persistente omisión en
la investigación educativa producida en el estado español en los últimos años,
cuyos análisis y reflexiones sobre el acoso escolar no han tenido apenas en cuen-
ta, en general, la homofobia y la transfobia2 como fuentes de discriminación en
los centros educativos (Defensor del Pueblo y Unicef, 2000; Avilés, 2003; Serra-
no e Iborra, 2005; Merino, 2008; Ortega, 2010). Este hecho ha contribuido a la
invisibilización de esta realidad y, por consiguiente, a la no actuación frente a ella:
no se lucha contra las discriminaciones que no se perciben porque no se tiene
conciencia de su existencia.
Precisamente por ello, venimos realizando desde 2004 una serie de estudios
sobre esta cuestión en los que la interdisciplinariedad de los equipos de investiga-
ción y la vocación aplicada han sido dos elementos centrales3. Profesionales de la
antropología, la docencia, la psicología y la pedagogía hemos trabajado conjunta-
mente para abordar el análisis de la diversidad sexual y familiar y de las identida-
des de género en los contextos educativos desde la perspectiva de las Ciencias
Sociales. Esta trayectoria de investigación, en la que DyC se destaca como el
proyecto de más reciente elaboración (finalizado a principios de 2014), ha sido
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acoso se centra en las personas que son o parecen lesbianas, gays o bisexuales,
en chicos que tienen actitudes y prácticas socialmente consideradas femeninas y
en las chicas que «salen con muchos chicos»). Por tanto, el género y la sexualidad
se encuentran entre los principales motivos de discriminación dentro de la comu-
nidad educativa. Con respecto al profesorado, observamos que existe una rela-
ción directa entre formación en diversidad e intervención educativa: cuanta más
formación se recibe para abordar la diversidad sexual y familiar en las aulas, ma-
yor y más constante es la actuación ante casos de homofobia y transfobia. Si
pensamos en las medidas que sería necesario tomar de cara a un cambio de acti-
tudes en el ámbito escolar, comprobamos que resulta indispensable trabajar a fa-
vor de la diversidad y la convivencia tanto con el profesorado y el personal de
administración y servicios, como con las familias y el alumnado. De hecho, la fa-
milia, en primer lugar, y el alumnado, en segundo lugar, son los dos colectivos a
los que más recurren en busca de apoyo los chicos y chicas que sufren acoso es-
colar. Es significativo, por último, que menos de un 5% de los estudiantes recurra
al profesorado cuando está siendo víctima de acoso, un dato para la reflexión de
quienes nos dedicamos a la docencia.
En las siguientes páginas se expondrán, en un primer apartado, algunos as-
pectos metodológicos que han sido claves en esta investigación y, en un segundo
apartado, las implicaciones a efectos de difusión e incidencia social que se derivan
del tipo de investigación aplicada (e implicada) que desarrollamos.
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6 Los talleres de infantil se basaban en el material de Familias de Colores, realizado por CC.OO.-
Enseñanza (http://www.ftpfe.ccoo.es/boletines/juv/FamiliasColores/#/1/) y en los talleres de
primaria se utilizó también el cuento Todos se meten con Melmer (Sánchez, 2010).
7 Se realizaron ocho entrevistas en distintos municipios de Sevilla, Cádiz y Madrid a docentes de
infantil, primaria y secundaria, dos entrevistas a estudiantes de secundaria (una de ellas grupal)
y una entrevista a una madre.
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las herramientas de registro audiovisual nos han ayudado a presentar las conclusio-
nes de la investigación de manera más atractiva para el gran público8.
Más allá del diseño metodológico, el equipo tuvo que hacer frente a algunas
limitaciones derivadas del contexto de precariedad material en el que se desarrolló
la investigación y que supusieron nuevos desafíos a resolver. Al comenzar con el
trabajo de campo, y utilizando la metodología de la bola de nieve para acceder a
los y las informantes, desde el equipo de investigación observamos dos dificultades.
Por una parte, y dados los escasos recursos económicos e institucionales con los
que contábamos, la muestra no podía ser considerada representativa estadística-
mente ya que no teníamos acceso aleatorio a cualquier centro educativo. Por otra
parte, y relacionado con lo anterior, observamos un sesgo importante en la mues-
tra, ya que quienes aceptaban participar en la investigación facilitando la difusión
de los cuestionarios en sus centros eran docentes que contaban con una sensibili-
zación previa sobre la diversidad sexual y familiar. Lejos de desanimarnos, estas
dificultades fueron traducidas en una oportunidad para redefinir el estudio hacia un
análisis de las buenas prácticas que el profesorado en activo estaba desarrollando
en sus aulas en torno a la diversidad. En esta línea, las sesiones de observación
participante realizadas durante los citados talleres en infantil y primaria nos permi-
tieron detectar que en las aulas en las que se venían trabajando estas cuestiones, el
alumnado estaba sensibilizado en mayor medida y contaba con recursos discursivos
y actitudinales que mejoraban significativamente el ambiente de convivencia.
Desde la perspectiva de la investigación aplicada e implicada que hemos adop-
tado, entendemos que el análisis de las buenas prácticas del profesorado al abor-
dar la diversidad sexual, familiar y las identidades de género en su desempeño
profesional, aporta información, experiencias y herramientas que favorecen nue-
vas estrategias para el cambio social. Por buenas prácticas entendemos aquellas
prácticas pedagógicas y actitudes que una parte del profesorado (y en ocasiones
también una parte del alumnado) está movilizando para combatir la desigualdad y
las distintas discriminaciones que se producen en el entorno escolar, haciendo de
ellas una oportunidad educativa. Se trata, en definitiva, de la puesta en marcha de
resistencias e innovaciones creativas para la construcción de otra escuela posible,
que no deje fuera a las personas LGBT como habitualmente ocurre cuando se
habla de atención a la diversidad.
8 Es significativo, en este sentido, el fuerte impacto que ha tenido la investigación en los medios
de comunicación en España (llegando incluso a aparecer reseñada en un diario en Argentina).
Además, a día de la escritura de este texto, el video de presentación de resultados de la investi-
gación cuenta con casi 20.000 reproducciones en Youtube (http://youtu.be/0dtbHwS94C0);
el video documental con entrevistas al profesorado y sus experiencias abordando la diversidad
sexual en los centros educativos, se acerca a las 10.000 reproducciones (http://youtu.be/
mPxo-_cRtgg).
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Los resultados de DyC muestran que los principales motivos que esgrime el
profesorado para no actuar frente al acoso por homofobia en los centros educa-
tivos son los siguientes: el no saber cómo hacerlo, el no sentirse con la seguridad
suficiente para ello y el temor a la reacción del centro, de los equipos directivos,
de las familias o del alumnado. Es por ello que la visibilización a través de la inves-
tigación social de las innovaciones, que el profesorado ya está poniendo en mar-
cha para abordar estas cuestiones en el aula y frenar la discriminación por homo-
fobia y transfobia, puede servir para favorecer su difusión y replicación, actuando
como generadora de nuevos referentes educativos. Lo veremos a continuación.
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difusión de esos resultados y del material audiovisual producido. Esta tarea de di-
fusión la hemos realizado de diversas formas: por medio de la publicación de los
resultados en un blog de acceso abierto, por medio de la difusión personal vía e-
mail a todas las personas que han participado en ella de forma activa, y también
a través de charlas, talleres y conferencias que hemos impartido a lo largo de
cuatro meses en los propios centros escolares participantes y en asociaciones
LGBT, centros universitarios (Universidad Complutense de Madrid, Universidad
Autónoma de Madrid, Universidad de La Rioja, Universidad de Cantabria, y en las
universidades argentinas de Buenos Aires, Córdoba y Mar del Plata), cursos y
centros de formación del profesorado, sindicatos y en congresos nacionales e in-
ternacionales, jornadas y seminarios sobre antropología y educación en España,
Argentina, Uruguay, Italia… Esta intensa labor de difusión se ha fundamentado en
una serie de principios que consideramos irrenunciables para el tipo de investiga-
ción social con orientación pública que practicamos:
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Conclusión
La experiencia de investigación que aquí hemos desgranado muestra hasta
qué punto la elección de una metodología de investigación y el formato en el que
se elaboran los resultados no son tareas meramente académicas, del orden de la
investigación, sino que son decisiones que afectan directamente al impacto que
tendrán las investigaciones en las sociedades estudiadas (e incluso en otras). Pode-
mos decir que ha sido sólo a través de la difusión de nuestra investigación que
hemos llegado a la conclusión de que los materiales producto de ella han resultado
ser considerados como material docente para trabajar la diversidad sexual y fa-
miliar y las identidades de género en los contextos educativos.
Así, consideramos que la tarea de difundir los resultados de investigación debe
ser parte también del compromiso de la labor académica. Ésta, apoyándose en el
activismo, puede contribuir a la transformación de la percepción de la diversidad
sexual y familiar, haciendo de la investigación social una aliada en construir otra
escuela posible junto con docentes, alumnado, familiares y autoridades. Confia-
mos entonces en que el presente artículo sirva también para dar una mayor visi-
bilidad a los resultados de nuestro proyecto y que contribuya a la reflexión sobre
las estrategias de investigación y difusión tanto en el mundo académico como en
el de la educación y el activismo.
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Nieves BLANCO GARCÍA, M..ª Dolores MOLINA GALVAÑ y Asunción LÓPEZ CARRETERO
ABSTRACT
In this article we present some of the lessons learned about the teaching profession which we
are developing in a research project that seeks to connect initial teacher training with primary
school teachers’ practical knowledge. We shadowed three female primary school teachers
during their daily duties to learn from and with them about matters of importance to the
teaching profession, to enable us to gain a deeper understanding of the educational
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Nieves Blanco García, M.ª Dolores Molina Galvañ y Asunción López Carretero
significance of forms of relationship and action with educational value for our students and for
us as female educators. In this way, we aim to take knowledge to universities that is capable
of connecting with the practical experience of those who teach and learn.
Introducción
Este trabajo surge en el marco de un proyecto de investigación1 que tiene el pro-
pósito de indagar sobre el saber profesional de educadoras/es y sus implicaciones
en la formación inicial. Nuestro foco de interés en esta investigación es profundi-
zar en el significado y la complejidad de los saberes docentes, para explorar el
valor formativo que pueden tener para nuestros estudiantes, futuras/os docentes
y educadoras/es. Para desarrollar esta tarea, hemos combinado el análisis de
nuestras propias prácticas como formadoras (a través del auto-estudio) con el se-
guimiento y análisis del proceder creativo de maestras de primaria (a través de
estudios de caso). Y en este trabajo con las maestras, lo que ha ido orientando
nuestra indagación ha sido el deseo de aprender de su experiencia. Aprender a
reconocer y nombrar los saberes que materializan en su actuación cotidiana para
enriquecer, con y desde ellos, la formación de nuestros estudiantes y la nuestra
propia.
Indagar en la complejidad, y la comprensión, de los saberes que demanda el
oficio educativo requiere involucrarse en un tipo de investigación que preste aten-
ción a la práctica cotidiana en las escuelas y al hacer educativo de las maestras.
Ponerse en relación con maestras que muestran, en su hacer, cualidades con valor
formativo para pensar la educación; y para pensar y entendernos mejor como
formadoras en el oficio docente. Se trata, entonces, de un estar atentas y un ha-
cerse disponibles a lo que el trabajo con las maestras hace en nosotras: cómo nos
toca, nos resuena, cómo nos interpela. Algo fundamental, si lo que pretendemos
es llevar algo nuevo y vivo a la formación inicial. En este ponerse en relación con
la maestras, y en este dejarse profundizar en las propias ideas, se manifiesta algu-
nas veces el cambio en nuestro hacer y, otras veces, nos coloca en la perplejidad.
Pero siempre nos abre a una mirada más amplia y más compleja sobre el sentido
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Aprender de la Escuela para dar vida a la Universidad
de la práctica educativa y el mismo sentido del oficio docente. Es, por ello, una vía
de indagación fructífera para adentrarnos en el saber de la experiencia (Mortari,
2002; Alliaud y Suárez, 2011; Contreras, 2013). Hablamos del saber de la
experiencia en tanto que un saber de la relación y un saber de la alteridad, que es
constitutivo de las profesiones educativas; aquellas que exigen un hacer y saber
hacer encarnado, un saber «que no es simplemente algo que se posee, sino parte
de lo que se es, de tal manera que ser y saber no están escindidos» (Contreras y
Pérez de Lara, 2010: 56).
Por tanto, algo que caracteriza este trabajo es que la práctica indagadora y la
práctica docente están en relación. Y lo están en dos sentidos: investigamos mien-
tras enseñamos, y enseñamos a quienes van a ser educadoras/es en un futuro. Es
en este sentido que hablamos de la posibilidad de vivificar el conocimiento que se
genera en la Universidad. La posibilidad de darle vida, de encarnarlo en un doble
sentido: trayendo –a través de relatos de formación- a las maestras/os y a las
criaturas en sus contextos de vida cotidiana en la escuela; y haciéndonos media-
doras –como formadoras que somos- del saber en primera persona, aquel que ha
pasado por nosotras y al que damos cuerpo.
Es en este segundo aspecto en el que centramos este texto. Para ello, y tras
explicitar nuestra concepción sobre el sentido del oficio educativo, presentamos
-en primer lugar- lo que hemos aprendido en el proceso de acompañar a las maes-
tras, para detenernos luego en la reflexión sobre algunas de las cualidades del
oficio docente que hemos reconocido como sustanciales en las prácticas de estas
maestras. Finalmente, nos detenemos en la necesidad, como investigadoras, de
cultivar la disposición a mirar con ojos nuevos la escuela para vivificar el conoci-
miento pedagógico y llevarlo, a través de nuestras prácticas, a la formación inicial
de enseñantes y educadores.
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Nieves Blanco García, M.ª Dolores Molina Galvañ y Asunción López Carretero
Si los saberes de la experiencia son los que sustentan las profesiones educati-
vas, también son los que están en la base de nuestra práctica como formadoras
de enseñantes y educadores. Por eso, sentimos la responsabilidad de aprender a
cultivar la reflexión, a mantener una relación pensante con lo que hacemos y con
lo que vivimos como profesoras, para estar atentas siempre al sentido que orienta
nuestra práctica, a las tensiones que nos ponen en movimiento. Desarrollar nues-
tro conocimiento en tanto que formadoras de docentes y educadores es una tarea
compleja y, personalmente, muy exigente (Berry, 2009: 306). No en vano ense-
ñamos sobre aquello mismo que practicamos, y debemos manejar la complejidad
de, al mismo tiempo, desarrollar nuestros saberes y apoyar a nuestros estudiantes
a hacer esta misma tarea. No es fácil aceptar que enseñamos lo que somos, y que
si buscamos que la formación pueda llegar a ser una experiencia, y favorecer la
emergencia de saberes de la experiencia en nuestros estudiantes, debemos ofre-
cer nuestra mediación viva. Esto significa aceptar que no podemos enseñar aque-
llo que no hemos experimentado, que no hemos vivido.
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Recorrer un camino:
la narrativa como apuesta metodológica
Desde la preocupación y la pregunta por los saberes necesarios para la forma-
ción de enseñantes, en nuestra investigación estamos explorando la relación entre
la formación inicial del profesorado y el saber de la experiencia en docentes de
primaria, profundizando en dos dimensiones estrechamente vinculadas: a) conocer
con más profundidad el significado y la complejidad de los saberes docentes; y b)
explorar su valor formativo para la formación inicial de enseñantes y educadores.
Con un enfoque narrativo (Cladinin, 2013), y con una orientación fenomeno-
lógica (Van Manen, 2003) hemos combinado el análisis de nuestras propias prác-
ticas como formadoras de educadoras y educadores (a través del auto-estudio) con
estudios de casos con maestras de primaria, con el propósito de enriquecer la
formación de nuestros estudiantes y la nuestra propia.
En un primer momento de la investigación, hemos centrado la atención en la
exploración de nuestra propia experiencia, tratando de entender las claves de
sentido que nos orientan y aprendiendo sobre las tensiones que identificamos en
nuestras ideas y nuestras prácticas. El auto-estudio (Cochran-Smith y Lytle, 2002;
Loughran, 2004) en la medida en que nos ayuda a aprender sobre el oficio do-
cente y el conocimiento implicado en el aprender a enseñar, constituye un camino
necesario para acercarnos a la experiencia de enseñar de las maestras, para de-
sarrollar la sensibilidad para acompañarlas, estando atentas a las cualidades de la
práctica docente, y orientándonos hacia las preguntas necesarias para una com-
prensión profunda de lo que sucede en las aulas. En este proceso de auto-estudio
hemos desarrollado la capacidad de autoconocimiento y también de autoconcien-
cia (Berry, 2009: 308), necesarios para profundizar reflexivamente en nuestras
prácticas y en el oficio educativo. Y en este camino hemos necesitado explorar
formas de escritura capaces de dar cuenta de las dimensiones subjetivas y biográ-
ficas de nuestras vivencias, y de mantener una relación pensante con nuestras
vivencias como formadoras.
En un segundo momento, nos hemos centrado en los estudios con las maes-
tras. Hemos acompañado a tres maestras de primaria (que enseñan en distintos
niveles) y que hemos elegido porque conocíamos algunas cualidades de su hacer
pedagógico: se muestran preocupadas por su trabajo, ponen en el centro a las
niñas y los niños y su bienestar; maestras que reflexionan sobre sus acciones y que
se interrogan sobre el sentido y las consecuencias de su práctica, afrontando la
responsabilidad que tienen como educadoras.
A lo largo de un curso escolar hemos estado en sus clases, compartiendo sus
horas de escuela, realizando observaciones y grabaciones de momentos signifi-
cativos, conversando con las niñas y los niños, y manteniendo conversaciones
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reflexivas con las maestras a partir de las situaciones que hemos vivido en las au-
las. Nuestro propósito no ha sido estudiar a una maestra, ni tampoco identificar y
documentar buenas prácticas, sino acompañar a estas maestras intentando reco-
nocer, en su hacer y su pensar, cualidades que nos permiten profundizar en la
complejidad del oficio educativo.
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azares de lo que nos pasa nos asalten» (Bárcena, 2012: 395). Sin embargo, para
que esto pueda suceder, es necesario un ejercicio –fatigoso aunque al fin fructífe-
ro- de pasividad, o mejor, de receptividad que diría María Zambrano (2007), de
hacerse disponible. No se trata tanto de comprender como de sentir, de saber de
un modo corporal. Y no es algo que puedes disponer a voluntad ni que se deje
desmenuzar argumentativamente; se trata, más bien, de una colocación simbóli-
ca, de un dejarse decir y escuchar lo que piensas y sientes, desde una conciencia
de relación abierta y fluida.
Vivimos la investigación como una experiencia de relación porque la propia
práctica de indagación nos compromete de cuerpo entero. En ella nos dejamos
decir y al hacerlo nos exponemos, porque no sólo hay un reconocimiento a la
maestra sino también un reconocimiento de nuestra necesidad y nuestra insufi-
ciencia. Una aceptación, sincera, a despojarse de aquello que ya creemos saber.
Mirar, y acoger, el saber experiencial de la maestra nos abre la posibilidad de
pensar la práctica educativa como un acontecimiento nunca resuelto de encuen-
tro con la alteridad. Pero este carácter de encuentro inédito en la relación educa-
tiva es algo que también nos da que pensar de la relación investigadora. Estando
en relación de investigación con la maestra, con su práctica, con las criaturas…
estamos también en relación con la pregunta naciente y la posibilidad de poner en
juego nuestro saber, y no saber, como docentes para abrirnos al pensamiento
pedagógico. Por eso aprendemos con la maestra, porque en relación con ella
algo de nuestro hacer y de nuestro saber se mueve, se transforma.
Una segunda tensión, que ha resultado iluminadora, ha sido aprender la dife-
rencia entre que una maestra te deje entrar en el aula y el abrir-se a la relación.
Reconocer la discontinuidad y la distancia dada en ambos consentimientos nos
dice mucho de la relación como encuentro inédito e imprevisible. No es lo mismo
entrar en el aula que entrar en relación (ya sea en la relación educativa o en la
relación investigadora). Por ello, si lo que nos mueve es aprender de la maestra,
hay que procurar un contexto de relación que no nos lleve a juzgarla ni a reducir
el saber que pone en juego a un recopilar datos que trataremos de interpretar con
posterioridad. Aprender de la maestra nos pide un trabajo previo para cultivar la
disposición a la escucha, a la atención, a la apertura. Pero también exige de un
trabajo posterior, que tiene que ver con dejar resonar lo vivido en mí. Esto es lo
que andamos buscando; vivencias y situaciones que nos tocan, que nos interrogan
y nos ayudan a profundizar en las cuestiones pedagógicas, en el sentido de lo
educativo y de nuestro oficio. También por ello hablamos de un pensar con, o de
un investigar con.
Pensar la investigación como una experiencia de relación nos hace poner en
el centro el misterio de la relación y la centralidad de la misma en todo encuentro
que sea realmente educativo. Como lo es, también, una relación investigadora.
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Es por ello que reconocer la diferencia entre dejar entrar en el aula y abrirse a
la relación (Molina, 2013) nos recuerda que no es posible comprender la expe-
riencia de la maestra sin pasar, en el propio proceso de investigación, por la ex-
periencia del encuentro con la otra.
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es una llave maestra que abre un sinfín de puertas» (Sierra, 2013: 348), siempre
–añade- que cuidemos y alimentemos el deseo de querer abrirlas. Porque ponerse
a la escucha lleva consigo el dejarse decir.
Desde una perspectiva psicoanalítica, Mariflor Aguilar (2010) llama la aten-
ción sobre la falta de pensamiento en torno a la escucha. Se da por supuesto,
dice, que sabemos escuchar, «como si se tratara de un don natural». Pero no es
así. Desde una perspectiva clínica como la de la autora, pero también desde la
educativa, hay una tendencia fuerte a pensar la escucha poniendo la atención en
la información obtenida en el proceso de escuchar, y que se puede concretar en
un diagnóstico o en una evaluación. Pero esta práctica de escucha se convierte,
con frecuencia, en un ejercicio de poder y la información que obtenemos de ella
en un medio para gobernar la conducta de quien habla. Y así no hay apertura, ni
atención, sino instrumentalización del otro al servicio de nuestros deseos o de
nuestros intereses.
Lo que las maestras nos enseñan en su saber hacer, ser y estar en el aula, en
relación con las criaturas, es que la escucha, en tanto que experiencia de escuchar,
es una alternativa distinta a la fuerza. Una alternativa que genera confianza nu-
triendo relaciones de autoridad, no de poder. En este acompañar a las maestras
en su proceder, nos hacemos conscientes del tesoro y del riesgo que esta disposi-
ción trae consigo; porque abrirse al otro, a aquello que nos dice y sus significados
nos lleva a cambiar nuestra posición: la de quien escucha. Y nos recuerda que
salir de la escucha como una posición de poder es un reto educativo necesario que
está en nuestras manos. Que podemos aprender y que podemos enseñar. Porque
ponerse a la escucha, obedecer a lo que un oído y un corazón atento nos trae, es
un camino necesario en la formación y en la práctica profesional. Que ir más allá
de las dificultades y los obstáculos para escuchar es hacerse disponible en la rela-
ción, aceptando que la escucha es siempre, y primero, escucha de sí. Para apren-
der a cuestionar lo que sabemos e ir al fondo de las cosas; para no dar nada por
supuesto y poder así mantener abiertas las preguntas fundamentales, y para saber
que ni la escucha ni el aprendizaje de la escucha se alcanza para siempre.
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David BUCKINGHAM
RESUMEN
ABSTRACT
Media education in the UK has a long history, and has been an established element of the
school curriculum for around 25 years. However, in the past decade it has faced increasing
challenges. The aim of this article is to explain these developments, in the hope that Spanish
educators might avoid some of the obstacles that arose in the process. In doing so, I hope to
present the history of media education not just as a succession of ideas, but also to explain
why particular educational approaches have arisen in particular historical circumstances.
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David BUCKINGHAM
Enseñar a discriminar
La historia de la educación mediática en el Reino Unido debe situarse en el con-
texto de una larga tradición de pensamiento sobre educación, cultura y sociedad.
Uno de los primeros y más influyentes exponentes de esta tradición fue el poeta,
profesor y filósofo Matthew Arnold. A mediados del siglo xix, Arnold contempla-
ba con horror la creciente democratización de la sociedad en que vivía (Arnold,
1869/2009), pues temía que, tras los movimientos de protestas populares, las
revoluciones a lo largo de todo el continente europeo y el aumento de las deman-
das de sufragio universal, la sociedad estuviera degenerando hacia la anarquía.
Por ello, concebía la educación sobre la cultura como un medio de proteger a la
civilización de sí misma y sostenía que la principal tarea de la élite cultural del
momento era «educar a nuestros nuevos patrones», es decir, a las grandes masas
ignorantes, y que para ello había que exponerlos a grandes formas de arte y lite-
ratura. Para Arnold, la cultura era algo absoluto: una cuestión de «lo mejor que se
ha dicho y concebido en el mundo».
En un principio, al menos, la enseñanza de la cultura popular se veía como
una extensión de este enfoque (una explicación más detallada se puede encontrar
en Masterman, 1985, y Alvarado, Gutch y Wollen, 1987). En su libro Culture
and Environment: The Training of Critical Awareness (1933), el famoso críti-
co literario F. R. Leavis y su estudiante Denys Thompson presentaron el primer
conjunto sistemático de propuestas para la enseñanza en medios de comunica-
ción de masas en la escuela, centrándose principalmente en el periodismo, la
narrativa popular y la publicidad. Consternados por la modernidad, Leavis y sus
seguidores rememoraban la imaginada armonía de la comunidad orgánica pre-
industrial. Al igual que Arnold, Leavis observaba la herencia literaria como una
manera de defenderse ante el declive social y ponía sus esperanzas en una pe-
queña élite cultural asediada; si bien también mantenía que había que pasar a la
ofensiva en educación. La enseñanza de la cultura popular podría ayudar a los
estudiantes a «discriminar y resistir», a armarse contra la manipulación comercial
y los placeres superficiales de los medios de masas y, por consiguiente, a reco-
nocer lo que él veía como los méritos evidentes de la alta cultura. Críticas poste-
riores han descrito este proceso de enseñar a los estudiantes a discriminar como
una forma de inoculación, es decir, una manera de protegerlos contra una
enfermedad (Masterman, 1980).
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La evolución de la educación mediática en Reino Unido: algunas lecciones de la historia
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David BUCKINGHAM
Una vez más, es importante señalar que este enfoque era indicativo de su
tiempo, especialmente de las políticas revolucionarias de los años setenta. Master-
man rechazaba enérgicamente lo que veía como el enfoque evaluativo elitista de
Leavis y sus seguidores, y proponía tipos de análisis más científicos combinados
con el estudio minucioso de la economía de las industrias mediáticas (Masterman,
1985). Se instaba a los estudiantes a dejar a un lado sus respuestas subjetivas y de
disfrute de los medios, y a poner en práctica formas de análisis racionales y siste-
máticas que pondrían al descubierto sus ideologías ocultas. La discriminación
según el valor cultural fue sustituida, por consiguiente, por un tipo de desmitifica-
ción ideológica o política.
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La evolución de la educación mediática en Reino Unido: algunas lecciones de la historia
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David BUCKINGHAM
Un nuevo paradigma
Hasta cierto punto, todos los enfoques descritos hasta ahora han seguido ejer-
ciendo influencia. Sin embargo, en la década de los noventa, los educadores en
medios del Reino Unido y muchos otros países comenzaron a desarrollar enfoques
menos defensivos. Hubo diversas razones para ello. En cierta medida, este nuevo
enfoque refleja un cambio en la concepción de las relaciones de los jóvenes con los
medios, tanto en la investigación académica como a nivel más general en el debate
público. La noción de los medios como una industria de la conciencia todopode-
rosa o, de hecho, como totalmente perjudicial o carente de valor cultural, fue pues-
ta en duda. El desarrollo económico y tecnológico ha dado como resultado un en-
torno de comunicaciones más heterogéneo, incluso fragmentado; al mismo tiempo,
las investigaciones más recientes indican que los jóvenes son una audiencia mucho
más crítica y autónoma de lo que se ha creído convencionalmente. Mientras tanto,
la investigación en las aulas ha cuestionado la visión de la educación mediática
como una especie de cruzada política (Buckingham, 2003). Los educadores en
medios han llegado a la conclusión de que el enfoque proteccionista puede ser su-
perficial y contraproducente: sobre todo, cuando se trata de lo que los estudiantes
identifican como sus culturas propias y sus placeres personales, el efecto puede ser
que tiendan a resistirse o rechazar lo que el profesorado les explica.
Todas estas nuevas tendencias llevaron a la aparición de un nuevo paradigma
para la educación mediática, que se codificó claramente en una serie de publica-
ciones divulgadas por el Instituto de Cine Británico (BFI) a finales de los ochenta
y principios de los noventa (Alvarado y Boyd-Barrett, 1992; Bazalgette, 1989;
Bowker, 1991). Estos documentos plantean una definición del campo en base a
un conjunto de conceptos clave que a menudo se reducen a cuatro: lenguaje me-
diático, representación, producción y audiencia (Buckingham, 2003). Aunque
este modelo comparte algunos aspectos con el de Masterman, va un paso más
allá del enfoque defensivo o proteccionista. La educación mediática no parte de
una visión de los medios como necesaria e inevitablemente falsos o perjudiciales,
o de los jóvenes como simples víctimas pasivas de su influencia. Al contrario, la
perspectiva adoptada se centra en los estudiantes y parte de sus conocimientos y
experiencias preexistentes con los medios. El objetivo no es protegerlos de la in-
fluencia de los medios y orientarlos de este modo hacia cosas mejores, sino capa-
citarlos para tomar decisiones informadas por sí mismos. Los partidarios de este
enfoque enfatizan, por regla general, la importancia de la educación mediática
como parte de una ciudadanía democrática, si bien también reconocen la impor-
tancia del placer y el entretenimiento que los jóvenes encuentran en los medios.
En el terreno pedagógico, este enfoque no busca cambiar respuestas subjeti-
vas por objetivas, ni neutralizar mediante análisis racionales el placer que propor-
cionan los medios. Por el contrario, el objetivo es desarrollar un estilo de enseñan-
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La evolución de la educación mediática en Reino Unido: algunas lecciones de la historia
Políticas educativas
La evolución de los enfoques relativos a la educación mediática es un claro
reflejo del cambiante clima político, social y económico. Pero dependía aún más
de los grandes cambios introducidos en las políticas educativas. Hasta los prime-
ros años de la década de los ochenta, el profesorado de Reino Unido gozó de una
autonomía personal considerable, no sólo en lo que respecta a la pedagogía, sino
también en cuanto a definir el plan de estudios y la evaluación. En este contexto,
era muy fácil que los profesores se viesen a sí mismos (como ocurría con frecuen-
cia en las páginas de Screen Education, por ejemplo) como agentes para un
cambio trascendental. Sin embargo, a medida que los gobiernos empezaron a
ejercer cada vez más control sobre la educación, un proceso que se consolidó tras
la introducción del currículo nacional a finales de la década, esta visión se hizo
mucho más difícil de mantener.
A lo largo de las últimas tres décadas, la educación se ha convertido en un
asunto político muy discutido en Reino Unido. Hasta cierto punto, se puede con-
siderar como una respuesta a cambios sociales y culturales mayores. En concreto,
un sentimiento de crisis y pánico rodea a todo lo relacionado con la idea de infan-
cia (Buckingham, 2000). Los comentaristas mantienen que la infancia se ha per-
dido o ha sido destruida y que los medios son los principales responsables de ello.
Se cree que la infancia está cada vez más en peligro y necesita protección; esto
conllevó un mayor rechazo, tanto de la derecha como de la izquierda política, de
lo que se consideran las ideas peligrosamente permisivas de los sesenta y los se-
tenta. En educación, esto ha provocado una potente reafirmación de la autoridad,
que se manifiesta en la insistencia sobre la disciplina en el aula y también en el
control centralizado del currículo, la pedagogía y de la gestión diaria de las escue-
las. El resultado ha sido un cambio radical en la cultura de la escolaridad y lo que
muchos perciben como una desprofesionalización del profesorado (Ball, 2013).
Estos cambios han tenido consecuencias ambivalentes para la educación me-
diática. Los educadores en medios siempre han tenido que luchar por establecer
lo que aún se sigue viendo como un campo peligrosamente nuevo. La llegada del
currículo nacional era, en cierto modo, una oportunidad de conseguirlo y las pu-
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La evolución de la educación mediática en Reino Unido: algunas lecciones de la historia
objetivo, pero estaba lejos de estar bien definida. Mientras que el OFCOM adoptó,
en un primer momento, por un enfoque abierto y bastante amplio, el ámbito de
aplicación de la definición fue estrechándose progresivamente a medida que la
década avanzaba. Lejos de ser una cuestión general de competencia cultural o de
entendimiento crítico, la alfabetización mediática se redujo a tratar aspectos como
la seguridad en la red y la inclusión electrónica. Mientras tanto, en la política edu-
cativa la preocupación preponderante eran los exámenes y el rendimiento. La al-
fabetización era sin duda una cuestión clave en la política gubernamental, pero se
definió principalmente como capacidades descontextualizadas y como la decodifi-
cación mecánica de textos impresos: la alfabetización mediática no aparecía para
nada en las estrategias docentes ni en los sistemas de evaluación para la alfabetiza-
ción que se imponían en las escuelas, y no existía un diálogo significativo entre los
legisladores de las políticas de comunicaciones y de educación. Ahora que la alfa-
betización mediática ha empezado a tenerse en cuenta a nivel europeo (Buc-
kingham, 2009), los legisladores de Reino Unido la desecharon por completo en
2010 y el cambio de Gobierno de ese mismo año firmó su sentencia.
La reacción negativa
Mientras que los gobiernos laboristas que se sucedieron en el poder tenían una
actitud ambivalente o confusa sobre la educación mediática, la posición de la ac-
tual coalición con mayoría conservadora se sitúa abiertamente en contra. Los
Estudios Mediáticos como asignatura de especialización (tanto en escuelas se-
cundarias como en educación superior, con el nombre de Ciencias de la Informa-
ción) siempre han estado sujetos a cierto grado de escarnio público. Los conser-
vadores y tradicionalistas de la educación, y de hecho también algunos periodistas,
sostienen desde hace tiempo que es una asignatura fundamentalmente banal y
que requiere poco esfuerzo. Los reportajes de prensa a menudo retratan Estudios
Mediáticos como un indicio del empobrecimiento intelectual de la educación
moderna: es una asignatura maría, carente de credibilidad académica y de rele-
vancia profesional (Buckingham, 2013). Michael Gove, el Ministro de Educación
conservador de 2010 a 2014, criticaba de manera vehemente la asignatura: solía
describirla como una opción suave, a diferencia de las asignaturas serias o duras
(principalmente las de ciencias).
En el momento de escribirse este artículo (finales de 2014), los cursos especia-
lizados de Estudios Mediáticos parecen estar cada vez más amenazados por las
nuevas propuestas de revisión del currículo. La educación mediática ha desapare-
cido a todos los efectos del currículo nacional de Lengua Inglesa; de hecho, uno
de los últimos documentos propone incluso que «no se permitirán textos digitales»
como parte de los exámenes de la asignatura. Ante esta situación, los docentes en
medios se encuentran cada vez más a la defensiva.
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David BUCKINGHAM
Tecnología y creatividad
Los obstáculos a los que se ha enfrentado la educación mediática durante la
última década contrastan notablemente con el inexorable ascenso de la tecnología
en la educación. Hasta cierto punto, se debe a la política: muchos han visto en la
tecnología la respuesta a los problemas de la educación pública, así como un me-
dio esencial para asegurar la competitividad global del país (en especial, con res-
pecto a los países asiáticos, cuyos sistemas educativos son percibidos, de forma
bastante equivocada, como mucho más orientados hacia la tecnología). No obs-
tante, este progreso también ha sido ampliamente respaldado por las empresas
comerciales y debe concebirse como parte de la comercialización general de las
escuelas: el argumento de que la tecnología transformará y mejorará automática-
mente el aprendizaje es una pieza clave del discursito de venta.
La tecnología digital plantea importantes desafíos y oportunidades para la
educación mediática. Los medios digitales son evidentemente un objeto de estudio
interesante: los educadores en medios necesitarán estudiar Internet, los juegos de
ordenador y los medios sociales, al mismo tiempo que la televisión, el cine y otros
medios. Los medios digitales son asimismo una poderosa herramienta creativa,
que amplía significativamente lo que se puede hacer en cuanto a producción crea-
tiva en el aula. Con todo, los educadores en medios trabajan con medios, no
simplemente con tecnología: no se centran en la manipulación de dispositivos
técnicos, sino en formas de representación. En cambio, la mayor parte de la do-
cencia sobre tecnología (como en la asignatura de Tecnologías de la Información
y la Comunicación, que en la actualidad es obligatoria en los centros escolares de
Reino Unido) consiste en el desarrollo de habilidades mecánicas; el reconocimien-
to concedido a lo que los jóvenes hacen con la tecnología fuera del aula es muy
limitado, al igual que el énfasis en el entendimiento crítico. Asimismo, la alfabeti-
zación digital es definida principalmente como una cuestión de manejo de hard-
ware y software o (en últimas versiones) de aprender a programar; rara vez se
tratan aspectos de representación y significado, o de economía y política de las
tecnologías (Buckingham, 2007). Entre los educadores en medios, la tecnología
se ha asociado a menudo con la creatividad, un término que en un momento dado
estuvo muy en boga en los debates educativos de Reino Unido.
Sería una falsedad ignorar aquí el potencial de los medios digitales, tanto en lo
que respecta al acceso a la producción como en lo que a distribución del trabajo de
los estudiantes más allá del aula se refiere. No obstante, es importante tener cuida-
do con la idea de que la tecnología capacita instantánea y automáticamente; la
realización de medios requiere habilidad y conocimiento, así como un entendi-
miento crítico de cómo utilizar los medios para comunicar. Algunos académicos
insinúan incluso que estos medios harán que la educación mediática se vuelva su-
perflua: sostienen que en la era de los medios participativos los jóvenes aprende-
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La evolución de la educación mediática en Reino Unido: algunas lecciones de la historia
rán todo lo que necesiten saber por sí mismos, al producir sus propios medios.
Pues bien, el autor del presente artículo opina que esta declaración tan festiva ig-
nora la dimensión comercial de los medios sociales y que el análisis crítico es una
necesidad constante (Buckingham, 2010). La producción de medios es, sin duda,
un elemento clave de la educación mediática, pero el aprendizaje más efectivo re-
quiere una relación dinámica entre creatividad y crítica, entre teoría y práctica.
La lucha continúa
La evolución de la educación mediática en Reino Unido ha sido un proceso
irregular y ha estado supeditado a otros factores. Ciertamente, se puede analizar
como una historia de ideas, pero es también importante comprender el contexto
político en el que estas ideas se desarrollaban y traducían a la práctica. Durante
los últimos 30 años, hubo determinados momentos en que parecía como si la
educación mediática estuviera a punto de convertirse en un derecho fundamental
para todos los jóvenes. Pero nunca llegó a ocurrir, al menos hasta ahora. Perso-
nalmente, el autor considera inconcebible que durante la escolaridad se sigan ig-
norando los medios de comunicación primarios de la sociedad contemporánea.
Es obvio que los centros escolares deberían estar haciendo mucho más por desa-
rrollar el entendimiento crítico y las habilidades creativas que capacitarán a los
jóvenes para aprovechar al máximo los medios que dominan el mundo en el que
viven. Sucederá, sin duda, pero parece que habrá que esperar algunos años hasta
que lo haga.
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David BUCKINGHAM
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El Teatro Foro como estrategia pedagógica promotora
de la justicia social. Una experiencia de formación
inicial del profesorado en la Universidad de Cantabria1
1 Los autores del artículo agradecen a las profesionales del Grupo Spiral Teatro (Carolina Ruiz y
Marta Gomara) y al alumnado entrevistado (Ana Mª Río, Sara Giménez y Tobías Lobera) su
colaboración. Sin ellos este trabajo no hubiese sido posible.
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Adelina Calvo Salvador, Ignacio Haya Salmón y Noelia Ceballos López
the 2013-2014 academic year. Data collection was based on qualitative parameters. The
findings show to what extent the Forum Theatre can be a teaching tool that promotes critical
reflection and social transformation that emerges from the experiences of the participants. It is
an opportunity to rehearse change, within the context of a university model that is committed
to a critical approach to the training of educators and to society improvement.
KEYWORDS: Theatre of the Oppressed, Forum Theatre, Social Justice, Inclusive Education,
Teacher Training.
Introducción
Este trabajo se sitúa en la tradición crítica de formación del profesorado, enten-
diendo por tal aquella que se preocupa por promover la formación de educadores
comprometidos con el cambio social y la mejora de los problemas de desigualdad
e injusticia en las escuelas y la comunidad. Se trata de una forma de entender la
profesión docente que se interroga sobre cómo funciona el poder en las socieda-
des modernas y en sus instituciones, planteando alternativas para el desarrollo de
una educación más democrática y participativa, lo que sin duda requiere estrate-
gias de trabajo que nos permitan conocer quiénes son los colectivos o personas
excluidas o desfavorecidas en cada momento histórico y en cada evento o proce-
so educativo.
Es habitual encontrarnos, en cualquiera de los enfoques que se reconocen en
esta filosofía, referencias al concepto de justicia social, inclusión, exclusión, equi-
dad o lucha contra la desigualdad, y sus propuestas se agrupan bajo clasificaciones
como la tradición reconstruccionista social de formación del profesorado, la tradi-
ción crítica o la tradición poscrítica (Gore, 1996; Kincheloe, 2001; Zeicher, 2010;
Mclaren y Kincheloe, 2008).
Todas estas aportaciones teóricas nos ayudan a constituir una visión de cómo
trabajar por la justicia social que no niega la complejidad del fenómeno de la opre-
sión o de la exclusión, en tanto que realidades polimórficas, y que nos permite
comprender sus múltiples manifestaciones. Esto nos obliga a abandonar el faro
del paradigma distributivo de la riqueza para abrazar una perspectiva más comple-
ta y profunda, que ponga de relieve la importancia no sólo de tener acceso a re-
cursos materiales, sino de reconocer a cada persona como sujeto de creación de
cultura y de poder. En este sentido, el minucioso análisis de Young (2000) sobre
las cinco caras de la opresión: explotación, marginación, carencia de poder, im-
perialismo cultural y violencia, es una buena guía para comprender las múltiples
políticas y prácticas de apartamiento que se producen en las actuales sociedades
de bienestar capitalista.
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El Teatro Foro como estrategia pedagógica promotora de la justicia social…
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Adelina Calvo Salvador, Ignacio Haya Salmón y Noelia Ceballos López
plasma en el desarrollo del Teatro del Oprimido, y por extensión en el TF, hunde
sus raíces en el pensamiento del pedagogo brasileño Paulo Freire (1921-1997),
cuya visión de la educación quedó resumida en un primer momento bajo el térmi-
no de la Pedagogía del Oprimido (tras la publicación de su libro bajo este mismo
título en 1970).
Ambos teóricos entienden que la finalidad última de su labor (en el campo de
las artes y en el de la educación, en el campo de la cultura, en definitiva) es desa-
rrollar un pensamiento crítico entre los colectivos oprimidos que permita la inter-
vención en la realidad, siendo el diálogo la principal herramienta para construir
esa visión crítica del mundo. Sus metodologías de trabajo, en el caso de Boal el
TF y en el caso de Freire la alfabetización como proceso de concientización y la
educación como práctica de la libertad, se sostienen bajo cuatro grandes princi-
pios (Baraúna y Motos, 2009):
1. Todo ser humano es actor y sujeto de cultura y educación. Este es el pri-
mer paso para reconocer su papel en el mundo y su capacidad para trans-
formar la realidad.
2. La educación y el teatro son prácticas políticas y deben estar dirigidas a la
formación de las personas en tanto que ciudadanas.
3. Las acciones deben estar dirigidas a que los sujetos hagan una «lectura
crítica del mundo», lo que supone analizar las relaciones de poder y opre-
sión en cada época histórica.
4. El teatro y la educación deben dirigirse a capacitar a los sujetos para que
se organicen con objetivos comunitarios, esto es, tratando de solucionar
problemas colectivos de la vida cotidiana.
En ambos casos, los objetivos que se persiguen giran alrededor de cuestiones
como la libertad, la igualdad, los derechos (sociales, humanos, políticos, etc.), la
democracia, la no discriminación y la exclusión social, la divergencia cultural o la
justicia social (Baraúna y Motos, 2009).
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Adelina Calvo Salvador, Ignacio Haya Salmón y Noelia Ceballos López
taller desde una mirada pedagógica. Tal y como explicitó el grupo de teatro en la
planificación realizada para el taller, éste tenía una dimensión eminentemente
práctica y estaba dirigido a experimentar en primera persona las dinámicas del TF
en las que todos los participantes son, a la vez, actores y espectadores de una
realidad (de ahí que se utilice el término espect-actor para referirse al participan-
te). Con ello, todas las personas tienen la oportunidad de observar y de actuar,
convirtiendo el evento en un debate teatralizado donde se analizan y se tratan de
modificar situaciones de opresión que afectan en primera persona a los partici-
pantes. Esta forma de trabajo hunde sus raíces en el método de la educación po-
pular desarrollada por Paulo Freire (1997) dado que en ambos se desarrollan las
siguientes dinámicas: reconocer una situación de opresión vivida por los partici-
pantes, analizar las causas, internas y externas, de esa situación, explorar solucio-
nes grupales a esos problemas y actuar para intentar cambiar la situación desde
las bases de la justicia social (Planificación Grupo Spiral).
Para hacer posible que en el TF los espect-actores puedan representar una
realidad, analizarla y tratar de transformarla, es fundamental la figura del Curinga,
Comodín o Joker que trabaja en la obra como maestro de ceremonias estimulan-
do el diálogo entre los espect-actores y el público. Su tarea es la de dinamizar las
actuaciones de aquellos que, desde el lugar del público, quieren parar la obra para
incorporarse al escenario, desarrollar el papel del actor en la situación de opresión
que se describe y modificarla.
El Joker en el TF es un artista con funciones pedagógicas y políticas
que ayuda al público a entender, expresar sus ideas y emociones, anali-
zar sus problemas y buscar sus propias alternativas para cambiar o resol-
ver lo que han visto en escena. El Joker no necesita tener respuestas
pero debe ser capaz de formular preguntas que aumenten las alternati-
vas a cada pregunta presentada a su vez en la pieza de TF (Santos,
2001).
El número de plazas ofertadas para esta actividad, por motivos de coherencia
con el diseño de la misma, ascendió a 20. Aunque el número de matrículas supe-
ró dicha cifra, finalmente participaron 16 personas (11 mujeres y 5 hombres). La
duración del taller fue de 10 horas, organizadas en dos jornadas intensivas que se
celebraron en el segundo cuatrimestre del curso 2013/2014.
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Resultados
El proceso de reflexión sobre la realidad.
Localizando situaciones de opresión
Tal y como hemos señalado, el objetivo del taller era que los participantes ex-
perimentaran en primera persona y aprendieran la filosofía y algunas técnicas bá-
sicas del TF que pudieran servir como estrategias útiles en su futuro trabajo como
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1. Escena de una clase en la universidad donde es obligatoria la asistencia. Los alumnos que
desean seguir la clase no pueden porque hay mucho ruido, generado por quienes se sientan
en las últimas filas.
2. En el patio de un colegio, los niños juegan al fútbol y ocupan todo el espacio. Las niñas que-
dan confinadas a un espacio muy reducido. Se crea un conflicto y los docentes señalan que
las cosas deben seguir como están «porque siempre ha sido así».
3. Un caso de maltrato infantil por parte de los padres. El niño acude al colegio, presenta mal
comportamiento, se lo cuenta a un compañero, y éste al profesor, pero el docente no hace
nada.
4. Un joven colombiano llega a España. Tiene varios grupos de amigos que pertenecen a distintos
colectivos (raperos, góticos, etc.). En un momento determinado comienza a consumir drogas
con otros jóvenes. Comete un delito, la madre le denuncia e ingresa en un centro de menores.
5. En un aula de educación primaria, la alumna más estudiosa es molestada por sus compañe-
ras. Ésta comienza a tener mal comportamiento y bajos resultados académicos hasta que
decide no volver al centro.
6. Un docente universitario tarda en incorporarse a sus clases varias semanas. Cuando se incor-
pora, los estudiantes demandan apuntes y aclaraciones sobre contenidos, metodología, eva-
luación, etc. de toda la parte de la asignatura que no han cursado. Los estudiantes van a hablar
con el decanato que no encuentra solución. La respuesta del profesor es «nos vemos en el
examen».
7. Un grupo de jóvenes universitarios que son amigos molestan a una joven que está estudiando
magisterio bajo el pretexto de que su carrera es muy fácil, no tiene valor, cualquiera puede
superarla, etc. Finalmente la joven abandona la carrera y deja de salir con sus amigos.
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qué habla la escena? ¿Qué refleja? ¿Qué sentimientos te genera? ¿Qué ideas nos
sugiere? ¿Qué nos dice?, etc.
Tras la presentación y discusión de las situaciones, cada grupo se reúne de
nuevo para decidir qué historia elige finalmente para teatralizar. En un primer
momento deberán presentar la historia al resto de los grupos a través de tres mo-
mentos clave que, basándose en la imagen estática, reflejen el planteamiento de
la situación, la ilustración del conflicto y su resolución o intento de la misma. Las
historias elegidas, finalmente, fueron la primera, sobre la presencialidad en las
aulas universitarias, la quinta, que abordaba cómo una alumna de educación pri-
maria deja de estudiar por el acoso de sus compañeros y la desatención de su fa-
milia y la séptima, sobre una joven que pierde sus amistades y deja de estudiar
Magisterio por la presión de su grupo de iguales.
Como se puede apreciar, las tres situaciones de opresión tienen un cariz neta-
mente educativo y están íntimamente relacionadas con las experiencias vividas
por los participantes, bien en primera persona, bien con otras personas muy
cercanas con las que comparten sus vidas y experiencias. Se trata de momentos
que ilustran situaciones de opresión porque los jóvenes no pueden expresar sus
voces ni vivir sus vidas como desean. Con ello, se localizan y colocan en la escena
los impedimentos, barreras o dificultades (materiales o personales) que les limitan
en el ejercicio de su derecho a ser y a expresarse como son y que les impiden al-
canzar los objetivos educativos y culturales que desean. Sin duda, se trata de tres
historias que reflejan opresión en su dimensión de no acceso a la educación, al
bienestar, a la cultura y al conocimiento, y que nos interpelan sobre cómo funcio-
na el poder y las relaciones de dominación en nuestras sociedades de capitalismo
avanzado. Tal y como señala Young (2000: 68):
La opresión consiste en procesos institucionales sistemáticos que impi-
den a alguna gente aprender y usar habilidades satisfactorias y expansivas
en medios socialmente reconocidos, o procesos sociales institucionaliza-
dos que anulan la capacidad de las personas para interactuar y comunicar-
se con otras o para expresar sus sentimientos y perspectiva sobre la vida
social en contextos donde otras personas puedan escucharlas.
Desde este punto de vista, podemos afirmar que durante el taller se logró pro-
mover entre los participantes su habilidad para reconocer, en primera persona,
situaciones de desigualdad que deberían ser cambiadas.
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Adelina Calvo Salvador, Ignacio Haya Salmón y Noelia Ceballos López
que ven, lo que sienten y las posibilidades de cambio que se abren. Su rol de
promotora del debate y del cambio se hace explícito, lo que le permite comenzar
a explicar y posteriormente profundizar en la figura del Joker en una obra de TF.
Se expone tanto la filosofía del personaje como algunas técnicas que debe utilizar,
invitando en la segunda sesión del taller a que alguno de los participantes realice
el papel de Joker en cada una de las obras representadas:
El participante que ha asumido el rol de Joker en el grupo ha de
pensar en qué momentos de la historia se podría intervenir para ensayar
alternativas/soluciones, esto es, momentos en los que el espect-actor/a
puede plantear «intentos de búsqueda de soluciones». Nos iniciamos así
en el hecho de comprender las historias que se representan en el TF
como situaciones complejas, de difícil solución. El Joker tiene que ani-
mar al espectador a buscar soluciones, no necesariamente a que las en-
cuentre (Diario de Campo 2).
El papel del Joker es también objeto de análisis y mejora dado que la respon-
sable del taller no se limita sólo a revisar las claves de esta figura, sus modos de
proceder, sentido y reglas, sino que también invita a todo el grupo a que valore
cómo han desempeñado este papel cada uno de los participantes, y a éstos a que
expresen sus dificultades y limitaciones. La conductora del taller piensa que esto
es una actividad central del mismo y subraya:
La estrecha relación que encuentra entre el papel del Joker y el rol
docente, señalando que «todos los docentes realizan tareas similares a
las del Joker, provocar, negociar, facilitar y guiar en la búsqueda de al-
ternativas y soluciones». De forma más o menos consciente con esta
afirmación la monitora se posiciona ante un estilo docente que ella de-
fine como «reflexivo, guía y motor de aprendizajes», descartando otros
modos de proceder de los docentes que «imponen, dejan poco espacio a
la participación, dictan normas y convierten sus lecciones en mera trans-
misión de contenidos. El Joker ha de conocer y desarrollar estrategias,
habilidades, destrezas que animen a participar al espect-actor, que lo
interpelen» (Diario de Campo_2).
Los participantes del taller han señalado la importancia del Joker en una obra
de TF pero, al mismo tiempo, reconocen que quizás no todo el mundo puede
desempeñar este rol debido a su dificultad (Entrevista Participante 1 y 3). Señalan
que han entendido bien cuál es el papel de este personaje en la obra pero que,
para ponerlo en práctica, se necesitan habilidades como «saber perfectamente
quién es el que tiene ganas de hablar y el que no se está atreviendo porque le da
apuro. Esa parte es la que veo más difícil» (Entrevista Participante 1). Otra partici-
pante señala:
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El Teatro Foro como estrategia pedagógica promotora de la justicia social…
[Lo más interesante del taller fue] la figura del Joker (…) [porque] es
lo más desconocido para mí y aunque no se pudo trabajar en profundi-
dad, porque hicimos un taller de 10 horas, yo creo que es una figura
clave que desde la educación se puede mover, ¿no? Este mediador entre
los actores y espectadores haciendo lo que se llama… espect-actores,
que explique las reglas del juego bien para que luego la gente no tenga
dificultades en meterse en esa dinámica (Entrevista Participante 2).
Efectivamente y como se ha señalado desde el TF, la función que realiza el
Joker en la obra es muy difícil porque en él cristalizan todos los elementos del foro
que en su sentido ideal es «teatro, fiesta, asamblea general, acto de solidaridad,
lugar de debate y de toma de decisiones» (Boal, 2003: 2). Es más, se considera
que el Joker está llamado a crear y sostener una especie de sociedad ideal donde
no existan relaciones de poder unidireccionales. En todo caso, el Joker debe ha-
cer posible la idea de que todo lo que se diga se puede discutir, criticar o cambiar
pero no juzgar (Boal, 2003).
Aun reconociendo la complejidad de la figura del Joker en una obra de TF,
ésta se presenta como indispensable y muy ligada, como ya hemos comentado, al
papel del docente. La experiencia de la responsable del taller señala que en su
trabajo con docentes percibe que se puede ir más rápido porque se trata de una
herramienta que está relacionada con su trabajo pues «los profesores, los educa-
dores, tienen un plus, tienen algo dentro que les anima a ser un Joker natural, a
expresarse… hay un interés» (Entrevista RT).
La dificultad del Joker también estriba en que se convierte en un personaje
que es capaz de ver cómo está funcionando el poder en los grupos, pero tiene que
evitar la tentación de modificar la situación desde su posición, su visión y con sus
estrategias, animando al público y a los actores a que encuentren su propio cami-
no para el cambio:
El problema del TF es que tú dejas hablar a la gente, entonces tienes
que estar dispuesto a oír cosas que tú no quieres oír. Hay que estar abier-
to a eso, porque cuando tú le das a la gente la palabra, la gente dice lo
que piensa. (…) El TF creo que es bastante controvertido. Yo, por ejem-
plo… a mí me gusta mucho dejar hablar a la gente. Y después, cuando
ese señor ha dicho esa burrada que ha dicho, yo como Joker transformo
su forma de ver eso, le saco al escenario, le pregunto al resto qué opina,
volvemos a la idea… pero yo a ese señor no le puedo decir que se calle.
Le puedo pedir respeto según lo que diga (Entrevista RT).
Es por ello que la responsable del taller expresará en otro momento de la en-
trevista que la herramienta del TF no puede ser usada por docentes que basan su
trabajo pedagógico en el control, pues reconoce que esta forma de hacer teatro
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Adelina Calvo Salvador, Ignacio Haya Salmón y Noelia Ceballos López
«es un espacio seguro en el que puede haber un total descontrol». O dicho de otra
forma, se trata de un espacio donde el poder circula en varias direcciones y donde
todos los participantes pueden expresar su opinión y su visión de la realidad. Se
trata de una actividad plenamente participativa donde se necesita involucrar a
todo el mundo. Así pues, la herramienta del TF nos invita a probar métodos pe-
dagógicos donde el poder y el control en el aula se gestione de forma más dele-
gada y no se concentre, en exclusiva, en la figura del adulto. Este es el primer
paso para abrir dinámicas de participación en el aula, involucrar a todos los alum-
nos en la tarea y promover el cambio.
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El Teatro Foro como estrategia pedagógica promotora de la justicia social…
permitir que todos los niños y jóvenes pudieran expresar su opinión y su visión de
la realidad, planteando qué cuestiones necesitan ser mejoradas. La potencialidad
de la herramienta es precisamente su capacidad para adaptase a diversos grupos
y situaciones, evitando la búsqueda de un mismo resultado estandarizado o de
unos objetivos previamente establecidos, más allá de la detección de situaciones
de opresión que deben ser cambiadas:
Cuando vi el planteamiento que ella hacía [la responsable del taller]
digo, muy bien, con adultos lo veo más claro pero con críos me costaba
más. Y entonces hubo uno de los ratos de descanso que estuve hablando
con ella y me dio la clave (…). No es el mismo el punto al que tú vas a
llegar si trabajas esto con adultos que al que vas a llegar con niños. Y
entonces ella me decía que lo ha trabajado hasta ahora con críos de in-
fantil y me decía, “a mí cuando trabajo con críos de infantil me sirven
cosas que en un grupo de adultos no me sirven”… Pero que en un grupo
de educación infantil haya un crío que se acerque a otro y le dé un abra-
zo, pues ahí está transmitiendo algo (…). Lo que ella decía es que mu-
chas veces tenemos la idea de que como hemos alcanzado aquí esto y
hemos llegado a este clima, (…) pues parece que tienes que esperar eso.
Y vas a trabajar con adolescentes, todos tienen que llegar ahí a solucio-
nar el mundo (…). Igual no, igual simplemente el moverles por dentro
es positivo ya, el trabajo del TF como herramienta lo has hecho, pero no
has llegado al mismo punto, pues genial, es positivo y con críos llegarás
a otro punto. Creo que es muy útil” (Entrevista Participante 1).
Al mismo tiempo, se ha reconocido el valor de este tipo de teatro como espa-
cio dinamizador, creador y difusor de la cultura, no entendida en su sentido más
tradicional, aquella que diferencia entre alta y baja cultura (Payne, 2002; Frith,
2002) y que concebiría el teatro como un arte desempeñado por artistas y que es
consumido o disfrutado por un público culto y fiel, sino en su sentido más amplio
que la entiende como toda creación humana:
Entiendo [el teatro] como algo (…) que tiene que partir de la difu-
sión de la cultura a la gente, digamos de a pie, que se conoce como
‘cualquier ciudadano’ y esta metodología de teatro, concretamente el
TF, me parece que es bastante acertada en estos términos de teatro, no
entendido como una cultura de élite, sino más bien de todo el mundo
(…). Me parece la manera más sencilla de transmitir valores, muchas
historias y mucha cultura e información a todo el mundo (Entrevista
Participante 2).
En estos mismos términos se expresaba Augusto Boal cuando señalaba que la
Estética del Oprimido propone una nueva forma de hacer y de entender el arte
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3 Una visión internacional sobre los usos del TF y de otras técnicas del Teatro del Oprimido
puede consultarse en la web: http://www.theatreoftheoppressed.org.
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tro». [Nos hemos centrado] en cosas muy concretas, muy pautadas (En-
trevista Participante 1).
Además de la propia orientación o de la filosofía de fondo de los planes de
estudio, los participantes resaltan otro aspecto positivo del taller que debería for-
mar parte de sus estudios de educación: la posibilidad de crear espacios formati-
vos diferentes a los procesos de enseñanza y aprendizaje que tienen lugar en las
aulas, donde se fomenten relaciones más horizontales y menos académicas y
donde se puedan movilizar otras dimensiones del aprendizaje más allá del pura-
mente mental. En este sentido:
Me ha gustado mucho, también, que hubiese presencia, por ejemplo, de
profesores de la Universidad. Me ha parecido que era positiva esa mezcla. Te
ves en otro ambiente, reconoces que tienes muchos puntos en común, que no
quiere decir que en clase no lo veas, pero lo ves de otra forma. Siempre pare-
ce que estamos en trincheras separadas y cuando te ves en la misma trinche-
ra, eso me gusta, no sé, como que aprendes también de eso (…). Como que te
motiva a la hora de entender que estas cosas son útiles, que el aprendizaje no
se acaba nunca, que ese tipo de cosas te aportan mucho como alumno y como
profesor en el futuro (Entrevista Participante 1).
Otro aspecto de interés que ha suscitado el taller realizado, unido con las pre-
ocupaciones previas de los participantes, es la presencia de las artes en los estu-
dios sobre educación. De esta forma, se opina que el TF es una herramienta muy
valiosa para trabajar en el aula, tanto por el tipo de problemáticas que se pueden
abordar como por su filosofía de fondo: presentar el teatro como una actividad
accesible a todo el mundo, tanto en el papel de espectador como en calidad de
actor. Sin embargo, se reconoce que esto no es lo común, que hay un cierto mie-
do por entender que el teatro únicamente es arte en mayúsculas, algo que sólo
pueden realizar unos pocos. Esta concepción del teatro hace que en las escuelas,
como mucho, se ensayen técnicas de role-playing, algo que se queda en la super-
ficie de los problemas educativos:
El role-playing, muchas veces se queda en la mera actuación, ¿no?
No analiza, digamos, las causas que han llevado a una problemática. En
el TF siempre hay algo que es bueno, lo que decía la responsable del
taller, siempre acaba mal… La primera vez que se interpreta, luego hay
que analizarlo, buscar soluciones y ensayarlas, pero el role-playing, yo
creo que es simplemente llevar a escena una situación y muchas veces
ni se analizan después las posibilidades, los posibles cambios en el desa-
rrollo de la situación (Entrevista Participante 2).
Se ha subrayado, también, la potencialidad de entender las artes como lengua-
jes que permitan en el campo de la educación acceder a otras visiones de la reali-
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El Teatro Foro como estrategia pedagógica promotora de la justicia social…
dad y posibilitar que todos los participantes de los procesos educativos puedan
tener voz. Esto nos llevaría a concebir un currículum no especializado, no frag-
mentado, sino más bien globalizado:
Al empezar a estudiar magisterio una de las cosas [de las] que me he
dado cuenta es que segmentar las artes no tiene mucho sentido, sino
que el arte entendido como forma de expresión, da igual que sea un arte
plástico, que sea la danza, que sea a través del teatro, cualquiera puede
elegir la suya y combinar todas es mucho mejor. Entonces también des-
de que yo estoy en teatro es una cosa que veo muy claro, el decir: «oye,
hay críos que igual les cuesta mucho expresarse de forma oral pero la
expresión a través de esto les puede venir muy bien», e inconsciente-
mente, sin ellos saber que están haciendo teatro, cuando están jugando
en el recreo y están montándose su película, tú te das cuenta que ahí
están sacando cosas que son… están siendo otro personaje… A través
de eso te está manifestando muchas cosas (Entrevista Participante 1).
Así pues, podemos afirmar que el paso por el taller y el contacto con el TF ha
permitido a los participantes reflexionar sobre la formación educativa que están
recibiendo, pensando en algunas mejoras que se podrían introducir y que tienen
que ver tanto con los contenidos del plan de estudios como con la metodología,
la gestión del aula y la organización de los espacios y tiempos.
Consideraciones finales
El TF nos ayuda a aproximarnos, desde una mirada crítica y comprometida, a
asuntos como la desigualdad en las relaciones de poder, las situaciones de opre-
sión y la propia formación inicial del profesorado. Concretamente permite que los
participantes, denominados aquí espect-actores, puedan reflexionar sobre una
realidad que se torna tangible, para analizarla y ensayar posibles soluciones sobre
la misma. En este trabajo hemos identificado en la figura del joker, central en el
TF, modos de proceder que se relacionan con características de un docente com-
prometido con el cambio y la transformación, es decir, que estimula la discusión y
la crítica promoviendo análisis complejos y una lectura crítica de la realidad.
La documentación de esta experiencia formativa nos alerta sobre la necesidad
de cuestionar el carácter periférico de este tipo de propuestas, en el sentido de
anecdóticas y marginales. Cobra sentido reivindicar, apoyados en los relatos de
los participantes, su inclusión en los planes de estudio. Este hecho no solo aumen-
taría el número de posibles destinatarios que se beneficiaran de esta formación,
sino que daría respuesta a las demandas que nuestro alumnado reclama en rela-
ción a la aplicabilidad de los contenidos abordados en los estudios de grado. De
algún modo, la formación en las aulas universitarias ha de basarse en la propues-
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El Teatro Foro como estrategia pedagógica promotora de la justicia social…
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RESUMEN
ABSTRACT
This article analyses the didactic potential of films in Higher Education. To this end, a review
is carried out of various proposals for the integration of films into university lecture rooms,
which have been organised into two great traditions: film education and education through
films. Finally, a proposal is made for education through cinema, which attempts to recognise
and develop the potential of this medium to achieve personal and social types of transformations.
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Carlos Rodríguez-Hoyos y Rafael Manrique Solana
Introducción
En los últimos años se han ido diseccionando los hábitos de consumo cinemato-
gráfico de los estudiantes universitarios, describiendo tanto la frecuencia con la
que ven películas a través de diferentes canales (salas de proyección, alquiler de
dvd, descargas, etc.) como el tipo de películas que consumen. En ellos se eviden-
cia que el consumo cinematográfico del colectivo universitario es desigual y espo-
rádico, de forma que la mayor parte de las personas encuestadas en estos estudios
descriptivos manifiestan acudir una vez al mes a las salas de proyección (Rodrí-
guez Suárez y Agulló, 1999; De Miguel, Olábarri e Iturbe, 2001; Hinojosa, 2012;
Quintar y Borello, 2014). Los datos reflejan que es el alumnado de titulaciones del
campo de las Ciencias Sociales, Humanidades, Ciencias de la Comunicación,
Bellas Artes y Arquitectura el que más películas consume, frente al de las Ciencias
Aplicadas, Básicas o las relacionadas con el ámbito sanitario (De Miguel, Olábarri
e Iturbe; 2001; Quintar y Borello, 2014).
Los espacios en los que el alumnado universitario consume el cine han venido
sufriendo diferentes cambios como consecuencia, entre otros factores, de la digi-
talización del medio o del desarrollo de Internet. Si bien algunos trabajos sugieren
que las salas de cine siguen siendo el lugar al que, preferentemente, acuden los
jóvenes para ver las películas (Ledo y Castelló, 2013), otras investigaciones reve-
lan un consumo más intensivo de películas a través de la televisión por cable,
descargas de Internet o de reproductores de dvd que en las salas de proyección
(Quintar y Borello, 2014; Ríos, Matas y Gómez, 2014). A su vez, los estudios
analizados identifican que los géneros preferidos por parte de este colectivo son
la comedia, las películas de acción y los dramas, siendo los menos valorados el
musical, el western o el cine de autor (Rodríguez Suárez y Agulló, 1999; De Mi-
guel, Olábarri e Iturbe; 2001; Ríos, Matas y Gómez, 2014).
Los citados trabajos ponen de manifiesto que el cine sigue formando parte de
los hábitos culturales de los estudiantes universitarios, que estamos asistiendo a
una transformación general en los hábitos de consumo cinematográfico y que las
preferencias de este colectivo se orientan hacia el cine más comercial. Los datos
analizados parecen estar sugiriendo que la actual forma de consumo de cine entre
los estudiantes universitarios no favorece un adecuado desarrollo del efecto más
importante que puede producir: aprender a desear.
Por ello, nuestra propuesta trata de explorar la capacidad del cine para con-
vertirse en un medio capaz de generar y sugerir objetos de deseo, en una mani-
festación artística que permite desplegar fantasías que permiten a los sujetos sen-
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Perturbando mentes: el cine como herramienta de transformación personal
tirse menos carentes de alcanzar aquello que no pueden lograr en su vida real. Así
pues, el lenguaje cinematográfico se convierte en un dispositivo que posibilita la
concreción de relatos que pueden ayudar a alcanzar las motivaciones de los seres
humanos y, lo que es más importante, insinuar o posibilitar nuevos anhelos o
necesidades.
Para tratar de convertir esa potencialidad en una herramienta educativa, en la
primera parte del artículo realizaremos una revisión de algunas propuestas de
trabajo desarrolladas para llevar a cabo la integración del cine en las aulas univer-
sitarias. Ese análisis nos permitirá, en la segunda parte del mismo, sugerir una
propuesta que se encamina a desarrollar la potencialidad de este medio como
vehículo para la transformación personal y social.
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Carlos Rodríguez-Hoyos y Rafael Manrique Solana
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Perturbando mentes: el cine como herramienta de transformación personal
que vivimos lo llamamos experiencia, que, para ser tal, requiere que la persona
tenga consciencia de lo que está aconteciendo. Para ser comprendida y asimilada
ha de realizase con ella la construcción de una narración, esto es, aquello que uno
se cuenta a sí mismo y que se construye con la propia experiencia, pero también
con la participación de los demás. Derivada de la existencia de una experiencia y
una narración se produce una acción, que supone el inicio de nuevas experiencias
que, a su vez, alimentan nuevas narraciones, creando un ciclo cuya activación
produce la transformación personal (Jay, Efran, Lukens y Lukens, 1994; Manri-
que, en prensa). De esta forma, el ciclo Narración-Experiencia-Acción (NAE, en
adelante) se convierte en el eje del cambio en los seres humanos.
Todas las personas prácticamente desde el nacimiento tienen algún tipo de
disconformidad o malestar. Por ello, desean encontrar maneras de superarlo, con-
trolarlo o minimizarlo para que sea menos doloroso. Esos procesos pueden ocu-
rrir por diversas causas como pueden ser el azar, el paso del tiempo o las decisio-
nes de tipo personal. Pero hay otras, como el contacto con el cine, que son
azarosas e intencionales al tiempo. Nunca se sabe qué film va a producir este o
aquel impacto en cada persona. En ese sentido, puede señalarse que las películas
serán eficaces si llegan a activar el ciclo NAE, si bien no todos los cambios ni los
métodos a través de los que éstos se producen serán deseables para la persona o
para su entorno. Esta capacidad del cine, junto con su ubicuidad en los medios de
comunicación, convierten a este medio en un poderoso agente de transforma-
ción.
Es interesante observar cómo la activación del ciclo NAE que el cine produce
se da en el presente de quien lo realiza, pero tiene la capacidad de modificar,
hasta cierto punto, el pasado, así como de definir el futuro (Gergen, 2006; Hac-
king, 2010). Al ver una película la comparamos con el contenido de la memoria,
que no ha de ser entendida como un almacén, sino como una red conectora que
está siempre modificándose con la práctica del vivir y, desde el presente, llega a
modificar tanto el futuro como el pasado (Damasio, 2005).
Pero las características de las narraciones, acciones y experiencias no son
iguales. Toda experiencia es válida, toda narración es discutible y toda acción es
lógica, aunque puede ser buena o mala, permisible o no. Desde una perspectiva
puramente educativa todo aquello que pueda acarrear una mayor autonomía,
capacidad crítica y curiosidad del alumnado es deseable. Y, por ende, también lo
será todo el cine que contribuya a ello.
No podemos ni querríamos determinar los contenidos de una película, pero sí
desarrollar, animar, experimentar métodos de pensamiento y de acercamiento a
la realidad que el cine puede generar. Ver cine, incluso malas películas, puede
estimular actitudes básicas para apoyar el cambio personal. Algunas de esas acti-
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Carlos Rodríguez-Hoyos y Rafael Manrique Solana
tudes han sido definidas y teorizadas por numerosos autores en diversos campos
de conocimiento. Ahora se trata de hacerlas operativas y propias de la acción
educativa. Entre ellas merece la pena destacar las siguientes:
A. La copulación: sumar, añadir, adherir… Las transformaciones no se produ-
cen por alternativas o disyunciones del tipo esto o aquello. Los cambios se
producen por sumación, es decir, se van acumulando hasta que la persona
salta a otro estado (Deleuze y Guattari 2003; Morin, Roger Ciurana y Motta,
2003). El cine facilita que no tengamos que escoger entre alternativas bina-
rias. No se trata de ser niño o niña, alumno o profesor, rápido o lento, etc. Se
trata de poder ser todo e irlo alternando según las circunstancias y los deseos.
El cine nos añade vida.
B. El vagabundeo: no asentarse, no sujetarse… Muchas transformaciones ocu-
rren gracias al vagabundeo, la divagación y la dispersión. Se trata de no que-
darse con definiciones fijas ni con esencias, dado que no tiene que haberlas
para el pensamiento. El vagabundo, el paseante, el curioso experimenta,
prueba, actúa y va decidiendo según lo que va viendo. Cualquier lugar puede
ser su casa con tal de que cumpla ciertas condiciones. Sustituye la fe por la
curiosidad. Ver cine es otra forma de vagabundear. Dejarse sorprender, encan-
tar, horrorizar por los films. El cine, tanto el de contenido épico como el inti-
mista, sus personajes y lugares muestran que ello es posible.
C. La depravación: no organizarse, no estructurarse… Las transformaciones
se dan cuando no se está dividido en partes independientes, rígidas y lejanas.
Somos lenguaje, cuerpo, emociones y relaciones al tiempo. El depravado las
mezcla y decide que el lenguaje sea el cuerpo o que el cuerpo sea una emo-
ción, que el pensamiento sea el cuerpo o que la relación con los otros sea un
pensamiento (Passini, 2010). El objeto es mezclar sin respeto y disfrutar. Se
trata de no temer un cierto caos y anormalidad. Huir de la identidad de sexo,
raza, religión, patria, clase, etc. y de todo aquello que suponga una servidum-
bre. Las situaciones, las historias del cine muestran lo importante y divertido
de la mezcla.
D. La desviación: no estar en el mismo sitio, circular por lo secundario… La
lógica de la obediencia pide un único punto de vista compartido para analizar
la realidad. El desviado toma cualquier tema, cualquier verdad o realidad y lo
contempla desde un punto de vista diferente, inusual, oculto, secundario (De-
rrida, 2003). Trata de valorar aquello que no se dice siempre que se dice algo,
de ser consciente de las contradicciones y las aperturas a otra realidad, que
niega precisamente la que se está afirmando. El cine está hecho de persona-
jes no convencionales y si ellos muestran esa forma de estar, ¿por qué no
nosotros?
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Perturbando mentes: el cine como herramienta de transformación personal
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Carlos Rodríguez-Hoyos y Rafael Manrique Solana
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ISSN 0213-8646
RESUMEN
The incorporation of social media into educational work is an unavoidable task which must
necessarily be accompanied by a social and political analysis of the role that these networks
has in regards to citizenship, whilst avoiding idealised concepts. We also propose to exploit
the potential of social media to recreate classic pedagogical approaches in three areas: the
area of communication and development of interdisciplinary and collaborative projects, the
production of messages and content by students, and the opening of educational processes
to the social environment.
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Aquilina Fueyo Gutiérrez, Gloria Mª Braga Blanco y Santiago Fano Méndez
Introducción
El inmenso despliegue que ha supuesto en Internet la popularización de las redes
sociales en combinación con la introducción de los múltiples dispositivos de la web
2.0 en nuestra vida cotidiana, ha producido un cambio radical en nuestra forma
de producir información e intercambiarla, de crear redes y comunicarnos dentro
de ellas, en las maneras de formarnos en modalidades diferentes a las de la edu-
cación formal -más allá de los espacios presenciales- , y en nuestras estrategias
para movilizarnos socialmente.
Las herramientas de los nuevos entornos tecnológicos han posibilitado nuevas
experiencias educativas, y otras que no lo son tanto, fundamentadas en nuevas
perspectivas sobre el aprendizaje que lo definen ahora como social, distribuido y
situado asumiendo que, en estos nuevos entornos digitales, se aprende de otra
manera porque se construye y se comparte conocimiento también de otra forma.
Desde la perspectiva de la cognición distribuida, el conocimiento ha dejado de
residir en el individuo para encontrarse disperso en las personas, objetos y herra-
mientas (Lèvy, 2004; Putnam y Borko, 2000; Siemens y Weller, 2011). No es
nueva la idea del aprendizaje como proceso de participación social en la tradición
pedagógica, pero esa idea clásica es reinterpretada hoy desde estos nuevos entor-
nos. Estos cambios de orientación teórica vienen a poner en un primer plano el
interés por la naturaleza y los tipos de aprendizajes que se producen en el espacio
virtual y, en relación con ellos, se empieza a centrar la atención en el aprendizaje
informal que se produce en dicho espacio popularizándose términos como apren-
dizaje distribuido, ubicuo, informal, invisible, incidental, conectivismo, etc. que, a
su vez, arrastran y se vinculan con denominaciones sobre la enseñanza que posi-
bilitarían estas nuevas formas de aprendizaje, tales como educación expandida,
pedagogía de la participación (arquitecturas de la participación) o pedagogía inte-
ractiva (Cobo y Moravec, 2011; Silva, 2005; Zemos 98, 2012 ).
Los discursos que están detrás de estas nuevas denominaciones no siempre
están respaldados por investigaciones que sustancien su existencia (Rodríguez-
Hoyos, Haya y Fernández-Díaz, 2015). En ocasiones ni siquiera son capaces de
explicar el valor de sus propuestas, más allá de presentarse como fórmulas educa-
tivas necesarias para los nuevos entornos tecnológicos. A veces son discursos
propagandísticos de escasa consistencia que se refieren al deseable y necesario
cambio educativo de una manera totalmente descontextualizada y sin aterrizar en
los problemas educativos reales. Incluso se presentan plagados de llamamientos a
acabar con las instituciones educativas tal y como hoy las conocemos, dejando
entrever un denodado interés en desmantelar las instituciones públicas. Si a todo
ello unimos que muchos de los adalides de estas proclamas son personas que
proceden del ámbito de la producción y comercialización de diferentes tipos de
tecnología, debemos ser muy cuidadosos a la hora de analizar estos discursos y,
sobre todo, de ponerlos en práctica.
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Redes sociales y educación: el análisis socio-político como asignatura pendiente
Con todo, los nuevos enfoques nos están indicando con claridad la necesidad
de revisar las formas de enseñar en un mundo en el que el aprendizaje y el acce-
so al conocimiento han sufrido importantes mutaciones (Miller, Shapiro y Hil-
ding-Hamann, 2008). Están insistiendo con acierto en que necesitamos nuevas
formas de entender el currículum, más abiertas a la cultura digital contemporá-
nea (Dussel, 2014), que rompan la estructura excesivamente disciplinar del mis-
mo, la desconexión entre los contextos escolares y no escolares, la primacía de
un tipo único de discurso y el abuso de la lectoescritura como único lenguaje
expresivo. Nos están indicando también que la fragmentación del conocimiento
y la descontextualización de las tareas académicas de los problemas de la vida
real (y la vida virtual también es real), conlleva una desafección de los estudiantes
(vivida cotidianamente por los docentes en las escuelas) que encuentran una ma-
yor fuente de gratificación en el aprendizaje realizado al salir de clase, producién-
dose así lo que Buckingham (2008) ha denominado «brecha digital educativa».
Finalmente, nos indican con claridad que la escuela debería incorporar una edu-
cación para estos nuevos medios capacitando a la ciudadanía del tercer milenio
para seleccionar la información proveniente de multitud de dispositivos tecnoló-
gicos y convertirla en conocimiento, siendo capaz de analizarla, juzgarla, contex-
tualizarla e interpretarla para producir sus propios mensajes y contrastarlos con
otros (o bien construirlos cooperativamente). Esa educación para los medios
debe incorporar necesariamente el estudio del papel social y político que las re-
des sociales tienen con respecto a la vigilancia, el control y la comercialización de
la información que producen en ellas los ciudadanos y ciudadanas, facilitando la
creación de un conocimiento social emancipador que realmente contribuya a la
formación de una ciudadanía crítica comprometida con un desarrollo social justo
y equitativo para todos y todas (Fueyo, 2011). Es en este último aspecto en el
que queremos insistir especialmente por ser, sin duda, uno de los que menos se
ha desarrollado.
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Aquilina Fueyo Gutiérrez, Gloria Mª Braga Blanco y Santiago Fano Méndez
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Redes sociales y educación: el análisis socio-político como asignatura pendiente
Una de las principales ventajas de las redes sociales reside en que podemos
utilizar su gran potencialidad comunicativa desde un punto de vista didáctico para
trabajar con distintas comunidades en entornos virtuales. En este sentido, el tra-
bajo con redes sociales viene a reforzar tradiciones metodológicas clásicas en
pedagogía desde la Escuela Nueva con clásicos como Freinet o metodologías
cooperativas. Técnicas freinetianas como la correspondencia escolar, la imprenta
o el diario escolar pueden ser hoy potenciadas y amplificadas en comunidades y
audiencias mucho más amplias, incluso interculturales, desde las redes sociales
(Torres, 2011). Estudios recientes sugieren que el potencial de las comunidades
virtuales para que los jóvenes se relacionen de formas nuevas en los espacios es-
colares y extraescolares es prometedor, aunque sabemos muy poco sobre la for-
ma en que dichas comunidades virtuales se constituyen, se desarrollan y funcio-
nan, o hasta qué punto los educadores pueden facilitarlas (Stornaiuolo, Dizio y
Hellmich, 2013).
Las posibilidades de tener a los estudiantes conectados a Internet y participan-
do en redes sociales (a través de dispositivos móviles o de otro tipo) puede ser útil
para recuperar planteamientos metodológicos clásicos como la metodología de
proyectos de trabajo en la que los alumnos de forma cooperativa se enfrentan a
la puesta en práctica de un proyecto social. Se trata de crear situaciones de apren-
dizaje no artificiosas, que partan de lo que ya hacen y saben los jóvenes, que les
permitan contrastar con saberes y personas expertas, con diferentes visiones y
culturas, y enfrentarse a dilemas propios de la vida conectada actual (privacidad,
dignidad, validez, etc.) (Fueyo, 2011). No debemos olvidar que las redes sociales
son un espacio clave de construcción de las identidades adolescentes, por lo que
cuestiones como justicia, diversidad, derechos o control deben ser analizadas so-
ciopolíticamente en esos espacios.
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Aquilina Fueyo Gutiérrez, Gloria Mª Braga Blanco y Santiago Fano Méndez
El trabajo con redes sociales se sitúa en línea con otro viejo ideal pedagógico:
la conexión con las vivencias de nuestros estudiantes, con la vida cotidiana, con los
problemas sociales que viven, en definitiva con el entorno. Establecer vínculos
entre el currículum formal y el cultural, entre la cultura académica y la popular, es
necesario en una escuela cada vez más alejada de los intereses, saberes, formas de
aprender y de comunicarse de nuestros jóvenes. ¿Es posible crear un espacio de
encuentro entre el aprendizaje del aula y los nuevos alfabetismos? Tenemos que
buscar conexiones respetuosas y provechosas entre los diferentes espacios alfabé-
ticos de los jóvenes (los propios de la escuela y los propios del nuevo entorno
mediático). Y el diálogo es posible porque no es cierto que la cultura popular de
hoy sea cognitivamente menos exigente. Hay que pensar la educación en términos
de equilibrio o conversación entre viejos y nuevos alfabetismos. Mientras que la
escuela acerca a los estudiantes al conocimiento a través de la mirada, procedi-
mientos y técnicas de las disciplinas académicas, los jóvenes muestran capacidades
de sistematización fabulosas en los juegos, producción de fanfiction2, visionado
activo de TV o remix. Sin embargo, la política educativa (a través del currículum
oficial, estándares de evaluación, pruebas oficiales, etc.) insiste cada vez más en
dos competencias básicas -lectoescritura y matemáticas-, consideradas además de
forma independiente, y potencia un currículum estrictamente disciplinar, desde el
que es muy difícil establecer conexiones con la cultura popular o utilizar nuevas
formas de expresión. Si el aprendizaje formal se traslada fuera del aula, a los am-
bientes que frecuentan los aprendices, tanto reales como virtuales, se establecerán
conexiones ricas entre recursos y personas (Lankshear y Knobel, 2008).
1 Conjunto de tecnologías y protocolos pensados para la navegación por Internet con aparatos
portátiles (móviles, tabletas, etc.).
2 El término fanfiction («ficción de fans») hace referencia a relatos de ficción escritos por fans a
partir de una obra literaria o dramática (ya sea película, novela, programa de televisión, video-
juego, etc.).
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Redes sociales y educación: el análisis socio-político como asignatura pendiente
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Aquilina Fueyo Gutiérrez, Gloria Mª Braga Blanco y Santiago Fano Méndez
2. El uso comercial de las interacciones sociales y el conocimiento que éstas ge-
neran con beneficios suculentos para las empresas que desarrollan estos arte-
factos.
3. La venta de información privada que las personas ceden, a veces sin ser cons-
cientes de ello, gratuitamente a agentes políticos y empresariales3.
4. El estudio y almacenamiento secreto del comportamiento de los usuarios, den-
tro y fuera de la red, con fines económicos y políticos.
5. Un acceso no libre a la comunicación entre usuarios a través de comunicacio-
nes mediadas, filtradas o censuradas.
6. El fomento, a través de diferentes mecanismos, de una cultura única ligada al
consumo y a la ideología neoliberal dominante.
Imagen 1. Intercambios mediados por intereses comerciales en las redes privativas.
A modo de conclusión
Consideramos que cualquier utilización de Internet y las redes sociales como
herramientas didácticas debe tener presente el análisis sociopolítico. Cuando ma-
nejamos las redes sin ese análisis crítico previo estamos moviéndonos en la pun-
ta del iceberg de un fenómeno global que no es fácilmente comprensible, ni tan
3 La cesión gratuita de la información en las redes por parte de los usuarios es ya una práctica
habitual que se realiza a veces sin ser conscientes. Se firman contratos de cesión de informacio-
nes al ingresar en las redes de uso privativo que proporcionan, a los dueños de las mismas,
datos de gran valor para el control de la información, la activación del consumo, el conocimien-
to de las tendencias de opinión de la ciudanía, etc.
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Redes sociales y educación: el análisis socio-político como asignatura pendiente
positivo en términos generales como a simple vista pudiera parecer. Bajo los
discursos que, con mucha alegría, jalean
nuestra recién nacida condición de pro-
sumers, se ocultan a veces intereses que tienen que ver exclusivamente con
nuestra condición única y exclusiva de consumidores. Nuestro entusiasmo con
las inmensas posibilidades de participación y movilización ciudadana que tiene la
red hace invisibles otros fenómenos que también están presentes en ellas como
las brechas digitales de diverso tipo o fenómenos como el slacktivismo (fusión
del término slacker –vago- y activist –activista-), término utilizado para designar
acciones destinadas a sentirse bien con el apoyo a una causa social a través de
las redes, aún a sabiendas de que nuestra acción no va a tener efecto práctico
alguno sobre dicha causa. Este tipo de acciones nos permiten obtener una cierta
satisfacción personal y social. Por su baja intensidad son sustitutorias de otras
con mayor nivel de compromiso que se materializan en los espacios sociales con
nuestra presencia y participación. Efectos similares ocurren con el uso educativo
de las redes.
En conclusión, si realmente queremos desarrollar proyectos en la enseñanza
que incorporen el uso de las redes sociales de forma crítica, es importante enseñar
a los estudiantes a utilizar las nuevas tecnologías para hacer «causa común en
beneficio propio mediante una actividad cooperativa-colaborativa» (Rheingold,
2002; citado en Lankshear y Knobel, 2008: 186) y, para ello, es imprescindible
incorporar de manera ineludible éstas y otras cuestiones al diseño y desarrollo de
los diferentes currículos educativos y formativos. En ese sentido, potenciar meto-
dologías que permitan desarrollar competencias para el análisis ideológico de los
contenidos y modelos de interacción de las redes sociales es uno de los grandes
retos a los que nos enfrentamos en la actualidad todas las personas que nos dedi-
camos a la formación y la educación. Unas competencias que, al hacer visibles y
explicitas las formas de control o las ideologías implícitas, nos permitan tomar
decisiones personales más libres e informadas sobre el uso que hacemos de las
redes sociales, convirtiéndolas en entornos favorecedores de una educación supe-
radora de las desigualdades de acceso y control de la información.
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RESUMEN
ABSTRACT
The construction of an educational project for a nursery school requires analysis and research
of the elements that comprise it. The article we present proposes a project that highlights the
main actors, the pupils, their characteristics and possibilities. The concept of a rich, powerful
childhood on which we must not impose limitations is a key element of the project. Along with
this, consideration of everyday life and what happens around it serves to anchor many of the
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José Manuel Osoro Sierra y Olga Meng González del Río
proposals developed. This work focuses on the review of those contextual elements (space
and time) for designing and developing our proposal. Finally, we propose some notes that
identify educational documentation as a tool for research and analysis of educational practice.
Contextualización
La posibilidad de que organismos públicos o empresas desarrollen propuestas
vinculadas con la educación creando escuelas infantiles, bien dentro de la misma
institución o en el entorno inmediato, es una realidad que va cobrando cada vez
más fuerza. El presupuesto de partida es la conciliación de la vida familiar y la-
boral, formando parte de las políticas de igualdad de género, que cobran una
especial relevancia en el contexto actual caracterizado por altas tasas de actividad
entre las mujeres más jóvenes, un todavía escaso acceso de los hombres al traba-
jo no remunerado, en el que se incluyen la educación y crianza de los pequeños,
y una maternidad que se considera ahora más tardía si comparamos la situación
actual con épocas históricas anteriores.
Desde sus inicios, la Escuela Infantil de la Universidad de Cantabria ha querido
superar la idea básica de conciliación de la vida familiar y profesional, centrando
su propuesta de trabajo en la configuración de un modelo que se basa en el dere-
cho de la infancia a tener una educación de calidad, junto a la mejora de las con-
diciones de vida de las familias. Como señalan Palacios y Castañeda (2011: 116),
«la situación de la infancia es un indicador de los niveles de equidad y cohesión de
la sociedad». Esto supone una reorganización de las relaciones entre las familias y
la sociedad a las que debemos de dar respuesta desde la educación.
El periodo 0-3 tiene una especial relevancia en la construcción de las redes
neuronales de los niños y niñas desde el momento del nacimiento; es, a la vez,
una incursión y ampliación de los procesos de socialización de los más pequeños;
y representa también un mecanismo de igualdad de oportunidades, porque pre-
viene la pobreza a través del esfuerzo por compensar determinadas carencias
educativas (a veces simplemente procesos de crianza familiar no adecuados o
empobrecidos). Para el desarrollo de estos y otros aspectos, la formación de un
equipo educativo que se haga cargo del diseño y desarrollo inicial es un aspecto
fundamental.
El proyecto educativo
«Nos ha costado siglos reconocer que el aprendizaje comienza desde el
nacimiento» (Peralta, 2008: 18). Nuestro proyecto nace con un presupuesto
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Infancia e investigación: unir teoría y práctica. El caso de la Escuela Infantil…
inicial que trata de superar la visión de la escuela 0-3 basada en el cuidado infantil
o en la estimulación temprana y se dirige hacia un modelo que implique un trabajo
realmente pedagógico. Lejos de situarnos en ese nivel preescolar muy vinculado
a la formación académica y a los aprendizajes instrumentales básicos como pre-
paración de la escuela primaria, nuestro proyecto trata de hacer propuestas de
trabajo que pongan a los niños y niñas en situaciones ricas desde el punto de
vista del aprendizaje, las relaciones, los estímulos, el descubrimiento, etc. Proba-
blemente, las pautas propuestas desde la Biología o la Psicología, centrándose en
una visión determinista del desarrollo y del aprendizaje, han debilitado las pro-
puestas realmente pedagógicas y didácticas. Y es en ese ámbito en donde debe-
mos de tomar las decisiones sobre qué trabajar y cómo hacerlo. Y en esa toma de
decisiones, nuestro inicio es ecléctico. Tomando como referencia las palabras de
Dahlberg, Moss y Pence (2005: 47), nuestro proyecto tiene sus inicios en la «in-
certidumbre, la complejidad, la diversidad, la ausencia de linealidad, la subjetivi-
dad, la multiplicidad de perspectivas y particularidades espaciales y temporales».
Esta perspectiva de actuación nos dirige hacia la valoración de lo que Rinaldi
(2006) denomina «pedagogía de la escucha» como una forma de relación, de es-
cuchar y ser escuchado, de reconocer múltiples lenguajes y códigos para expre-
sarnos, de trabajar sobre la duda y la incertidumbre, de hacernos preguntas, de
emocionarnos y de superar el anonimato de los niños y niñas. En su sentido más
amplio apunta hacia la búsqueda de significados, la de los niños y la de los adultos
o aquellos que son compartidos por ambos. Aun siendo complejo, la infancia sí
sabe buscar el significado de sus acciones, de sus relaciones y descubrimientos. El
punto de partida para el adulto es la consideración de esta infancia como activa,
competente, fuerte, que explora y encuentra significados. Es perceptible, por
tanto, nuestro alejamiento de concepciones universales del desarrollo y aprendi-
zaje de la infancia que pudieran aplicarse independientemente del contexto, los
tiempos y las situaciones particulares.
El origen en la construcción del proyecto no ha sido el curriculum oficial para
el primer ciclo de la educación infantil. Cualquier aproximación a este modelo nos
llevaba a plantear nuestro proyecto en torno a los elementos básicos/técnicos del
curriculum: objetivos, contenidos, actividades, procedimientos de evaluación…
Aspectos estos que nos llevarían a unas prácticas sumamente estructuradas y muy
vinculadas con el cuidado infantil y los aprendizajes. En nuestro caso, el análisis se
centró en algunos elementos que nos permitieran entender el aprendizaje, las
relaciones, la construcción del equipo docente o el espacio y los tiempos, de una
manera distinta. Esto crea incertidumbre, porque parte de la complejidad y de las
interpretaciones personales, pero a la vez nos permite construir un curriculum
personal que aglutina procesos y personas, que no se acaba en sí mismo porque
está en constante construcción. Desarrollaremos, a continuación, algunos de es-
tos elementos.
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José Manuel Osoro Sierra y Olga Meng González del Río
El análisis de la infancia
Conocer y llegar a acuerdos sobre el significado que damos a la infancia en la
construcción del curriculum y en el desarrollo de las prácticas educativas es, des-
de nuestro punto de vista, un primer referente de análisis. En textos anteriores
(Osoro y Meng, 2008) ya hemos desarrollado este aspecto, intentando dar res-
puesta a algunos de los discursos dominantes en relación a la infancia: ¿quién es
el niño sobre el que se centra la práctica? ¿Todos los niños deben de estar (o ser)
centrados en la misma práctica? Los modelos educativos que olvidan al sujeto o
recurren a prácticas homogéneas, promueven una imagen de la infancia descon-
textualizada en la que todos son iguales. Estaríamos dentro de una perspectiva
que admite (teóricamente) los procesos de individualización, pero en la que se
hacen las mismas propuestas a todos, lo cual nos lleva indefectiblemente al desa-
rrollo de un curriculum claramente homogeneizador. Plantear nuestra práctica
desde esta perspectiva supone abandonar claramente las características individua-
les, los contextos de crianza, las distintas relaciones que se establecen en el aula
pero, sobre todo, supone considerar a la infancia de manera uniforme, un estado
natural en el que todos somos, sentimos y aprendemos al mismo tiempo y de la
misma forma.
La consideración de la educación infantil como etapa clave en el desarrollo de
los niños para su éxito en las etapas escolares siguientes y para el desarrollo social
y económico de los países es otro de los elementos de análisis. Aun considerando
el valor de esta perspectiva, nos configura unas prácticas educativas en centros
educativos universales en los que se hace lo mismo, al mismo tiempo y con ma-
teriales más o menos estandarizados; pero, además, nos dibuja una idea de infan-
cia cuyo objetivo básico es obtener las habilidades y cultura necesarias para llegar
a la vida adulta de la mejor forma posible.
Nuestro modelo nace desde una perspectiva sobre la infancia que parte de su
complejidad y riqueza, frente a la imagen instalada en la bondad y la inocencia,
cuyo desarrollo más efectivo se realiza a través del juego y del trabajo creativo,
olvidando otra imagen, más compleja y rica.
Muchos de los planteamientos educativos de la educación infantil parten de la
idea de una infancia interpretada a priori y determinada, en la mayoría de los
casos, sobre lo que es capaz o no de hacer según los cánones que nos dicta la
Psicología Evolutiva o la Biología. Dar por supuesta esta determinación tiene múl-
tiples implicaciones para la pedagogía de la escuela infantil: en primer lugar, la
consideración de los niños como agentes individuales de su propio desarrollo, ol-
vidando la importancia de los contextos sociales y naturales en la construcción de
la primera infancia; en segundo, la parcelación del desarrollo infantil en categorías
evolutivas y de desarrollo: motriz, intelectual… Como consecuencia de ello, nos
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El espacio y el tiempo
Responden a las preguntas de cómo nos organizamos y organizamos la didác-
tica escolar. En el planteamiento educativo/escolar, espacio y tiempo se configu-
ran como elementos esenciales.
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Infancia e investigación: unir teoría y práctica. El caso de la Escuela Infantil…
seguimos un determinado objetivo, etc. Por lo tanto, este factor es otro elemento
didáctico a considerar. ¿Es necesario que la escuela se organice de forma unitaria?
No, desde nuestro punto de vista no siempre debemos de realizar las actividades
al mismo tiempo y con los mismos materiales. Podemos romper con esa estruc-
tura temporal unitaria y promover situaciones individuales o colectivas que pue-
dan convivir al mismo tiempo. Esto nos permite agilizar y atender de forma es-
pecífica las necesidades particulares de niños y niñas, y favorecer la autonomía
permitiendo que personas o grupos tengan su propio tiempo.
En un magnifico artículo, Hoyuelos (2008) señala que la escuela ha de reorga-
nizarse para entender cómo los tiempos de la vida, de la sociedad, de las familias
y del alumnado son diferentes, han cambiado y exigen la puesta en práctica de
nuevos derechos que la escuela debe reconocer. En este sentido, el tiempo como
elemento de investigación condiciona tanto las prácticas escolares dirigidas a la
infancia como a las familias y a los educadores y educadoras, lo que implica la
organización temporal para cada uno de ellos y los tiempos compartidos.
Lo que hemos aprendido en estos años de escuela infantil es que la infancia
necesita tiempo, y la escuela y sus educadoras no pueden pasar por alto aquellas
oportunidades que se desarrollan en un tiempo determinado. Nuestro modelo se
centra en la idea de una escuela sin prisa, lenta y que, en la medida de lo posible,
como nos señala Hoyuelos (2008), se aprovecha de las ocasiones y de los instan-
tes únicos. El tiempo es un derecho, de la escuela y de la infancia: el derecho a
tener tiempo, a la espera y al disfrute de las propuestas. Esto implica romper con
dinámicas escolares que se basan en la estimulación temprana o en la rápida con-
secución de aprendizajes preestablecidos, porque no adelantar acontecimientos y
disfrutar de los momentos no significa que la escuela no haga nada. Los niños y
niñas necesitan tiempo para la investigación. Las propuestas que se repiten o el
trabajo con los mismos materiales nos permiten ver los procesos de descubrimien-
to por los que van pasando los niños y niñas. Algunos de ellos tienen su base en
la observación del otro, en la repetición, en la copia, pero en todos ellos siempre
hay algo inesperado y nuevo que ocurre.
Esta didáctica del tiempo nos permite huir de la idea del todavía no que lleva
a la escuela hacia un tiempo de espera para empezar a trabajar, sin exponernos a
otras posibilidades de actuación. Lo que el niño y la niña no es no es excusa para
hacer propuestas arriesgadas o problemáticas.
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ABSTRACT
This paper is part of a research project that promotes collaboration between young resear-
chers from different universities. Its aims are to review and improve our daily teaching practi-
ces. We focus on a new phase aimed at strengthening our commitment to and involvement in
building bridges between the university and the school. The research results show the findings
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Elia Fernández-Díaz, Prudencia Gutiérrez-Esteban y Lorea Fernández-Olaskoaga
and difficulties related to practical changes in order to improve interaction between various
agents and contexts.
Introducción
En nuestra trayectoria profesional, hemos conseguido generar y consolidar un
contexto de trabajo para fomentar el intercambio de experiencias entre investiga-
doras noveles de diferentes universidades. En el año 2012, la Red Universitaria de
Tecnología Educativa (RUTE) nos concede una subvención para la realización del
Proyecto de investigación para reflexionar sobre la mejora de la docencia uni-
versitaria, surgiendo, gracias a esta coyuntura, el escenario de reflexión compar-
tida sobre la práctica docente en el que actualmente nos hallamos inmersas y que
describimos a continuación.
En la fase inicial de la investigación, partimos de la negociación de un modelo
de colaboración orientado hacia la explicitación de un enfoque crítico en el uso de
las tecnologías en el contexto educativo. Como se puso de manifiesto en trabajos
anteriores (Fernández-Díaz, Calvo y Rodríguez-Hoyos, 2014), es preciso poten-
ciar la revisión y el cuestionamiento de la propia práctica docente a propósito de
la reflexión sobre las innovaciones en las escuelas, para poder protagonizar la
gestión del cambio educativo, evitando asumir modelos impuestos externamente.
Por estas razones consideramos prioritario trazar un rumbo para que el futuro
profesorado pueda repensar su papel en la multifalfabetización crítica del alumna-
do (Gutiérrez-Martín, 2008; Twining et al., 2013).
Asimismo, en nuestro diseño inicial del proyecto asumimos un compromiso
para mejorar la dinámica de reconstrucción del conocimiento, así como para in-
crementar la apertura de nuestras propias aulas más allá del propio contexto
universitario, mediante la reformulación y contextualización creativa de experien-
cias de transformación del aula universitaria en ágoras o asambleas de trabajo
para discutir y permitir la confrontación de perspectivas en torno al rol investiga-
dor docente (Álvarez, Silió y Fernández-Díaz, 2012).
Tras el análisis realizado sobre el proceso de diseño y reflexión compartida en
torno a las innovaciones en nuestra práctica docente, comenzamos en el año
2014 una nueva etapa en la que consolidamos nuestro compromiso e implicación
en la creación de puentes entre la Universidad y la Escuela. Para ello, considera-
mos pertinente repensar la revisión del modelo de colaboración docente a partir
de las aportaciones de investigaciones, estudios y experiencias que suponen un
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Una investigación colaborativa interuniversitaria para repensar un modelo docente…
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Una investigación colaborativa interuniversitaria para repensar un modelo docente…
fundidad que caracteriza a este tipo de metodología, se han ido arbitrando modi-
ficaciones en el diseño a medida que la investigación transita desde una fase inicial
o de diseño (fase I) a una fase de profundización (fase II), como se advierte en la
síntesis recogida en la Tabla 1.
Alumnado Profesorado
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Elia Fernández-Díaz, Prudencia Gutiérrez-Esteban y Lorea Fernández-Olaskoaga
P3: Crear, ampliar los horizontes, proponer nuevas acciones, nuevas metas.
Establecer líneas de trabajo, propuestas de acción… Pero que éstas sean lo sufi-
cientemente flexibles y abiertas que permitan la creatividad, la incorporación de
nuevos elementos, el crecimiento, el intercambio… (…) Que los tiempos, las he-
rramientas y los espacios que se empleen permitan incorporarse al Otro, a lo que
yo he venido pensando, leyendo, experimentando, vivenciando… Crear un Nos-
otros (yo con los Otros). Esto es posible gracias a planteamientos más abiertos,
más interesados en la finalidad de los aprendizajes (qué queremos como nosotros,
como grupo) en este recorrido, sin la obsesión permanente por el producto final
que se elabora y/o las restricciones espacio-temporales que a veces marcan las
programaciones [grupo de discusión, C3_S48].
Nuestra primera fase de la investigación culmina en un ciclo de revisión cen-
trado en repensar el papel que juegan las herramientas en nuestro proceso de
colaboración, en la transformación y mejora de la práctica docente y, por último,
en la reflexión continua sobre la acción. Asimismo, perfilamos en su desarrollo el
proceso de expansión hacia otros escenarios y contextos, la toma de conciencia
de las dificultades y las mejoras a trazar para el nuevo ciclo de acción.
Con el propósito de difundir los hallazgos encontrados, así como la experien-
cia de innovación desarrollada, revisamos, asimismo, los posibles escenarios y
comunidades de práctica con los que intercambiar nuestras vivencias. En el pro-
ceso de toma de decisiones se ponen de manifiesto las limitaciones de las investi-
gadoras noveles en la divulgación del conocimiento. Aunque experimentamos la
necesidad de compartir y expandirnos, las cortapisas del contexto universitario y
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Una investigación colaborativa interuniversitaria para repensar un modelo docente…
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Elia Fernández-Díaz, Prudencia Gutiérrez-Esteban y Lorea Fernández-Olaskoaga
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TEMA MONOGRÁFICO
INVESTIGAR PARA ACOMPAÑAR EL CAMBIO
EDUCATIVO Y SOCIAL. EL PAPEL DE LA UNIVERSIDAD
COORDINADORES: ADELINA CALVO SALVADOR, CARLOS RODRÍGUEZ-HOYOS E IGNACIO HAYA SALMÓN
SUSCRIPCIONES PARA EL RESTO DE PAÍSES EXTRANJEROS: 100 EUROS · PRECIO DE ESTE EJEMPLAR SUELTO: 30 EUROS · PRECIOS PARA EL AÑO 2015, IMPUESTOS NO INCLUIDOS
35 El paisaje amenazante de la producción de conocimiento científico en educación
bajo el capitalismo cognitivo
MAR RODRÍGUEZ ROMERO
49 El compromiso de la investigación social en la construcción de otra escuela posible
SUSCRIPCIÓN NORMAL PARA ESPAÑA E IBEROAMÉRICA: 90 EUROS · SUSCRIPCIÓN INSTITUCIONAL PARA ESPAÑA (10 SUSCRIPCIONES EN UNA): 290 EUROS
MATÍAS DE STÉFANO BARBERO, LUIS PUCHE CABEZAS Y JOSÉ IGNACIO PICHARDO GALÁN
61 Aprender de la escuela para dar vida a la universidad
NIEVES BLANCO GARCÍA, M.ª DOLORES MOLINA GALVAÑ Y ASUNCIÓN LÓPEZ CARRETERO
77 La evolución de la educación mediática en Reino Unido: algunas lecciones de la historia
DAVID BUCKINGHAM
89 El Teatro Foro como estrategia pedagógica promotora de la justicia social.
Una experiencia de formación inicial del profesorado en la Universidad de Cantabria
ADELINA CALVO SALVADOR, IGNACIO HAYA SALMÓN Y NOELIA CEBALLOS LÓPEZ
109 Perturbando mentes: el cine como herramienta de transformación personal
CARLOS RODRÍGUEZ-HOYOS Y RAFAEL MANRIQUE SOLANA
119 Redes sociales y educación: el análisis socio-político como asignatura pendiente
AQUILINA FUEYO GUTIÉRREZ, GLORIA M.ª BRAGA BLANCO Y SANTIAGO FANO MÉNDEZ
131 Infancia e investigación: unir teoría y práctica.
El caso de la escuela infantil de la Universidad de Cantabria
JOSÉ MANUEL OSORO SIERRA Y OLGA MENG GONZÁLEZ DEL RÍO
143 Una investigación colaborativa interuniversitaria para repensar
un modelo docente comprometido con el cambio educativo
ELIA FERNÁNDEZ-DÍAZ, PRUDENCIA GUTIÉRREZ-ESTEBAN Y LOREA FERNÁNDEZ-OLASKOAGA
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