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MI VECINO ES
ANTIVACUNAS
Por Daniel Flichtentrei | Ilustración Enzo Rodríguez Suárez
Estos factores se traducen en un aumento de los riesgos de epidemias prevenibles
mediante la vacunación, como lo muestran los recientes brotes de sarampión, tos
ferina, varicela y otras enfermedades inmunoprevenibles tanto en Estados Unidos
como en Europa y otros lugares del mundo debidas exclusivamente a la absurda
tendencia cultural a rechazar la vacunación. La seguridad y la eficacia de las
vacunas disponibles ha sido demostrada muchas veces en diversos contextos y
con pruebas científicas rigurosas. Cada uno de los argumentos esgrimidos para
fundamentar el temor a vacunar a los niños ha sido desarticulado mediante
pruebas –no solo opiniones- y esas evidencias fueron replicadas decenas de
veces.
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12/4/2019 Mi vecino es antivacunas - Revista Anfibia
En 1998 Andrew Wakefield publicó una investigación en la prestigiosa revista
inglesa The Lancet proponiendo que existía una relación directa entre la
administración de la vacuna triple vírica y la aparición del autismo y ciertas
enfermedades intestinales. El trabajo fue refutado, la publicación retirada, el autor
sancionado como responsable de uno de los actos más fraudulentos de la historia
de la medicina; pero la mentirá siguió su curso, “inmune” a los hechos, en muchos
grupos sociales. Tal vez la metodología les resulte conocida, tal vez les recuerde
casos semejantes en otros ámbitos de la vida pública.
No es este el espacio, ni es la intención de este artículo, profundizar en la eficacia
de las vacunas tan demoledoramente demostrada, sino en la insistencia de
muchas personas en desconocer los datos científicos que lo demuestran y en
tomar decisiones basadas en creencias que los ignoran.
¿Por qué?
Ley de Brandolini: La cantidad de energía necesaria para refutar una estupidez es
muy superior a la necesaria para producirla.
Durante mucho tiempo el problema de la vacunación consistía en la desigualdad
del acceso, hoy los no vacunados ya no son los marginados de la educación y la
sanidad sino ciertos grupos educados que sostienen creencias sin fundamento. El
fenómeno no es nuevo, pero sus actores han cambiado.
La actitud menos científica y más contraproducente es la condena militante hacia
las personas que deciden no vacunar a sus hijos. La ciencia estudia los problemas,
analiza sus variables determinantes, formula hipótesis y las pone a prueba. No hay
ningún motivo para no aplicar su método también en esta circunstancia. Una jauría
de doctores acusando a los “herejes” con las manos repletas de papers es la
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12/4/2019 Mi vecino es antivacunas - Revista Anfibia
forma menos útil de abordar el tema y, desde ya, una contradicción para quienes
esgrimen a la razón y a la ciencia como sus herramientas.
Hoy se sabe bastante acerca de los procedimientos mediante los cuales tomamos
decisiones. La primera conclusión es que en nuestra vida cotidiana decidimos de
forma muy diferente a como creemos que tomamos decisiones. La evolución
aporta un marco teórico muy fructífero señalando el largo recorrido de la cognición
humana que empleamos a diario y acerca de la que casi nunca reflexionamos.
Nuestros cerebros han evolucionado constreñidos por la necesidad de tener que
tomar decisiones sin la información completa. Los sesgos y la intuición
(indeseables en ciencia) nos han permitido hacerlo con bastante eficiencia. Hemos
sobrevivido no solo pese a nuestros naturales desvíos cognitivos, sino, muy
probablemente, gracias a ellos. Permanecer con vida exige tomar decisiones
rápidas, y eso es lo que hemos hecho durante cientos de miles de años.
Nuestra cognición ha evolucionado de tal modo que tendemos a creer en las
causas singulares, las conductas intencionales, el libre albedrío, la responsabilidad
individual y la culpa; pero eso casi nunca sucede. Como especie hemos recorrido
un largo camino de racionalidad y socialización desde nuestros antepasados
instintivos. Esa distancia nos ha hecho olvidar que todavía lo llevamos a cuestas.
Entonces, no entendemos cuando “habla en nosotros” lo que sobrevive de él.
Nuestro cerebro está configurado para atribuir causalidad ilusoria, dar significado
al azar, sentir temores supersticiosos, hacer falsas asociaciones y pobres juicios
de probabilidad de hechos futuros. Eso nos ha sido muy útil para sobrevivir, pero
es mejor saberlo.
Muchas de nuestras decisiones cotidianas las tomamos apelando a una narrativa
dentro de la que ciertos hechos resultan coherentes. El cerebro humano es un
procesador narrativo más que un procesador lógico. Emplear el razonamiento
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12/4/2019 Mi vecino es antivacunas - Revista Anfibia
analítico demanda un esfuerzo mayor y consume más energía. Las historias
generan sentido, cadenas causales y se recuerdan con menos esfuerzo que los
datos, las pruebas y la argumentación lógica. Somos seres narrativos. Las teorías
conspirativas funcionan más por su enorme capacidad de dar coherencia a los
prejuicios que por su valor de verdad. En muchos aspectos de la vida eso es
suficiente, es útil, es confortable. Pero a veces es una calamidad. Confundir unos
con otros convoca al desastre.
¿Cómo actúan las personas que consideran que es preferible no vacunarse
cuando se enfrentan a las pruebas que contradicen su creencia?
Gran parte de la dificultad para modificar lo que muchas personas creen
empleando argumentos radica en el modo en que los prejuicios se organizan. Las
creencias operan en clusters o paquetes con alta interconectividad. Es muy difícil
cambiar una creencia con evidencias ya que está sostenida por un “sistema de
creencias” que se refuerzan y se sostienen entre sí.
Se denomina “preferencia adaptativa” a un razonamiento que, al no ver cumplida
su predicción o preferencia, la modifica o desplaza para sostener la validez de su
teoría original. Un buen ejemplo de ello es la vieja fábula de la zorra y las uvas.
Nuestros mayores esfuerzos de racionalidad los aplicamos a justificar nuestras
creencias previas a los hechos más que a analizar los hechos en sí. Buscamos la
zona de confort con nuestra identidad a costa de la verdad. Muchas veces eso
está muy bien, otras nos puede costar la vida.
En diversos contextos equiparamos la veracidad con la intensidad emocional que
nos produce una afirmación. Es un error que nos hace vulnerables a la
manipulación. Las emociones nos informan qué sentimos nosotros no cuán
verdadero es lo que se afirma.
Es muy frecuente que se confundan conceptos muy diferentes: verdad,
plausibilidad, credibilidad.
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12/4/2019 Mi vecino es antivacunas - Revista Anfibia
COMENTARIOS
Agregar un comentario...
Natalia Alberti
Campaña del miedo. Mejor ni opino
Me gusta · Responder · 14 · 49 sem
Gabriel Brandán
Con palabras de Maury jaj
Me gusta · Responder · 4 · 49 sem
Natalia Alberti
Gabriel Brandán que tiene que ver no se. Mauri es
un hdp al cual no voté. No le agradezco en lo más
mínimo ni a el ni a la K la ampliación de calendario.
Un horror.
Me gusta · Responder · 3 · 48 sem
Gabriel Brandán
Natalia Alberti y bueh seguí con las supersticiones y
teorías infundadas.
Me gusta · Responder · 9 · 48 sem
Jessica Angeloff
tanto gregre para decir gregorio... lo que no dicen es que
ciencia es una cosa y empresa que monopoliza la salud y
hace un comercio con ella no es lo mismo...
Me gusta · Responder · 14 · 49 sem
Gabriel Brandán
Entonces?
Me gusta · Responder · 2 · 49 sem
Jessica Angeloff
Gabriel Brandán que con menos palabras podria
haber dicho hay que vacunar y listo, el resto es pura
retórica
Me gusta · Responder · 3 · 49 sem
Angeles Montes
Jessica Angeloff típico de quien se pone un montón
de títulos bajo el nombre, pero ninguno de esos
implica formación real o conocimiento científico.
Puro título mágico
Me gusta · Responder · 4 · 48 sem
Giselle Thevenet
Clarísimo.
Me gusta · Responder · 2 · 49 sem
Martina Luc
Me parece que hay mucha ignorancia con respecto al tema
entre los defensores de ambas posturas y que no deja de
ser una opinión sesgada.
Me gusta · Responder · 49 sem
Diego Fojo
Imaginate tocarle el timbre a tu vecino y leele este texto y
decile que tenemos el plan vacunatorio mas amplio de
latam...mientras le haces escuchar el slogan de la radio que
dice que la vacunacion no tiene riesgos. Imaginate que tu
vecino te escucha atentamente. Al finalizar te cuenta que
ella creyo todo esto y vacuno a su hija de 11 años del
hpv...y te muestra como esta hoy su hija...postrada. Ahora
imaginate que le responderias a esa madre que ya no cree
en la vacunacion, ahora imaginate que creerias vos...//esto
no seria mas de filosofia barata como la que el autor vuelca
en la nota, si no fuera porque hay muchas de esas madres
vecinas...investiguen lean, cuestionen, no crean todo, no
tengan miedo de parecer la oveja negra y para dejar de ser
uno mas del revaño.
Me gusta · Responder · 15 · 49 sem
Julia Parodi
"El cerebro humano es un procesador narrativo más
que un procesador lógico. Emplear el razonamiento
analítico demanda un esfuerzo mayor y consume
más energía. Las historias generan sentido,
cadenas causales y se recuerdan con menos
esfuerzo que los datos, las pruebas y la
argumentación lógica. Somos seres narrativos. Las
teorías conspirativas funcionan más por su enorme
capacidad de dar coherencia a los prejuicios que
por su valor de verdad. En muchos aspectos de la
vida eso es suficiente, es útil, es confortable. Pero a
veces es una calamidad. Confundir unos con otros
convoca al desastre". Esa parte viene re bien para
tu ejemplo...
Me gusta · Responder · 3 · 48 sem
Maria Sol
Julia Parodi grosa!
Me gusta · Responder · 26 sem
Nicolás Tassone
Imaginate decirle tu discurso antivacunas a mi vieja,
que quedó renga después de la última epidemia de
polio que sufrió nuestro país. ¿Sabés por qué fue la
última? Gracias a las vacunas.
Wilfredo Galván
revistaanfibia.com/ensayo/mi-vecino-es-antivacunas/ 8/11
12/4/2019 Mi vecino es antivacunas - Revista Anfibia
Wilfredo Galván
Una nota que no considero a la altura de la revista; de su
amplitud de criterio, calidad y claridad discursiva.
Me gusta · Responder · 6 · 49 sem · Editado
Santiago Echazarreta
Por qué decís eso? Podrías fundamentarlo? A mí
me parece impecable, por eso te lo pregunto.
Me gusta · Responder · 1 · 49 sem
Wilfredo Galván
Santiago Echazarreta considero que la
argumentación del texto es extensa y de narración
tortuosa -para mi gusto-, y sostiene una opinión
que, en vez de ampliar el tema abordado, lo reduce
y cesga otros puntos de vista alternativos. y ahí se
pierde la riqueza de anfibia para mí.
Me gusta · Responder · 4 · 49 sem · Editado
Goya Noguer
“La actitud menos científica y más contraproducente es la
condena militante a las personas que deciden no vacunar a
sus hijos” dice y luego todo el artículo se dedica a tratarlos
como boludos........
Me gusta · Responder · 19 · 49 sem
Claudia Gonzalez
mas que boludos yo diria irresponsables ¿por que
mis hijos tienen que enfermarse por su culpa?
Me gusta · Responder · 3 · 19 sem
Artista plastica
tal cual, me resulto odioso este articulo.
Me gusta · Responder · 16 sem
Luciana Soria
Flichtentrei: como médico sos un pésimo filósofo, un dogma
tras otro, hasta Bunge es más entretenido. Concuerdo con
que darse ciertas vacunas es un acto de solidaridad pero
no necesito la teoría de la evolución para darme cuenta.
Me gusta · Responder · 1 · 49 sem
Jessica Angeloff
exacto! mas alla de que hace 30 años teniamos
menos de la mitad de las vacunas que hoy se
aplican
Me gusta · Responder · 2 · 49 sem
Nicolas Torino
claro, la gente dejó de enfermarse sola. Las
vacunas fueron una casualidad...
Me gusta · Responder · 1 · 48 sem
Jessica Angeloff
Nicolas Torino es que la gente nunca estuvo
enferma, si te pones a pensar quien que conozcas
de tu entorno se murio por una paperas? por gripe?
ahora cuantos de tu entorno mueren por diabetes,
cancer, acv, problemas coronarios...? cuando hace
25 me dieron todas las vacunas oficiales decian que
la inmunidad era completa y casi para siempre, hoy
en dia reconocen que no mas de 10.. Dejamos de
tener enfermedades que con solo con hacer reposo
y permanecer en tu casa a vivir de antibioticos..
Me gusta · Responder · 2 · 48 sem
Daniel Flichtentrei
ACADEMICO
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