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Sal 44, 22 ¿no se habría dado cuenta Dios, él, que del corazón conoce los secretos?
Hb 4, 13 No hay para ella criatura invisible: todo está desnudo y patente a los ojos de
Aquel a quien hemos de dar cuenta.
Am 9, 2-3 Si fuerzan la entrada del seol, mi mano de allí los agarrará; ni suben hasta el
cielo, yo los haré bajar de allí; si se esconden en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y
los agarraré; si se ocultan a mis ojos en el fondo del mar, allí mismo ordenaré a la
Serpiente que los muerda;
Jb 11, 8-9 Más alta es que los cielos: ¿qué harás tú? más honda que el seol: ¿qué puedes tú
saber? Más larga que la tierra su amplitud, y más ancha que el mar.
Jb 23, 8-9 Si voy hacia el oriente, no está allí; si al occidente, no le advierto. Cuando le
busco al norte, no aparece, y tampoco le veo si vuelvo al mediodía.
Jr 23, 23-24 ¿Soy yo un Dios sólo de cerca - oráculo de Yahveh - y no soy Dios de lejos? ¿O
se esconderá alguno en escondite donde yo no le vea? - oráculo de Yahveh -. ¿Los cielos y
la tierra no los lleno yo? - oráculo de Yahveh -.
Pr 15,11 Seol y Perdición están ante Yahveh: ¡cuánto más los corazones de los hombres!
Jb 34, 22 No hay tinieblas ni sombra donde ocultarse los agentes del mal.
Dn 2, 22 Él revela honduras y secretos, conoce lo que ocultan las tinieblas, y la luz mora
junto a él.
13. Porque tú mis riñones has formado, me has tejido en el vientre de mi madre;
14. yo te doy gracias por tantas maravillas: prodigio soy, prodigios son tus obras. Mi alma
conocías cabalmente,
15. y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo formado en lo secreto, tejido en las
honduras de la tierra.
16. Mi embrión tus ojos lo veían; en tu libro están inscritos todos los días que han sido
señalados, sin que aún exista uno solo de ellos.
Ml 3, 16 Entonces los que temen a Yahveh se hablaron unos a otros. Y puso atención
Yahveh y oyó; y se escribió ante él un libro memorial en favor de los que temen a Yahveh y
piensan en su Nombre.
Dn 7,10 Un río de fuego corría y manaba delante de él. Miles de millares le servían,
miríadas de miríadas estaban en pie delante de él. El tribunal se sentó, y se abrieron los
libros.
Sal 69, 29 del libro de la vida sean borrados, no sean inscritos con los justos.
17. Más para mí ¡qué arduos son tus pensamientos, oh, Dios, qué incontable su suma!
18. ¡Son más, si los recuento, que la arena, y al terminar, todavía estoy contigo!
Sal 31,16 Está en tus manos mi destino, líbrame de las manos de mis enemigos y
perseguidores;
Jb 15, 5 Ya que tu culpa inspira tus palabras, y eliges el hablar de los astutos,
Jb 11, 7 ¿Pretendes alcanzar las honduras de Dios, llegar hasta la perfección de Sadday?
Si 18, 5-7 El poder de su majestad, ¿quién lo calculará? ¿Quién pretenderá contar sus
misericordias? Nada hay que quitar, nada que añadir, y no se pueden rastrear las
maravillas del Señor. Cuando el hombre cree acabar, comienza entonces, cuando se
para, se queda perplejo.
Sal 40, 6 ¡Cuántas maravillas has hecho, Yahveh, Dios mío, qué de designios con nosotros:
no hay comparable a ti! Yo quisiera publicarlos, pregonarlos, más su número excede toda
cuenta.
19. ¡Ah, si al impío, oh Dios, mataras, si los hombres sanguinarios se apartaran de mí!
Sal 119, 115 ¡Apartaos de mí, malvados, quiero guardar los mandamientos de mi Dios!
20. Ellos que hablan de ti dolosamente, tus adversarios que se alzan en vano.
Jb 21, 14 Y con todo, a Dios decían: "¡Lejos de nosotros, no queremos conocer tus caminos!
21. ¿No odio, Yahveh, a quienes te odian? ¿No me asquean los que se alzan contra ti?
Sal 119, 158 He visto a los traidores, me disgusta que no guarden tu promesa.
Sal 5, 11+ Trátalos, oh Dios, como culpables, haz que fracasen sus intrigas; arrójalos por el
exceso de sus crímenes, por rebelarse contra ti. Y se alegren los que a ti se acogen, se
alborocen por siempre; tú los proteges, en ti exultan los que aman tu nombre. Pues tú
bendices al justo, Yahveh, como un gran escudo tu favor le cubre.
Sal 17, 3 Mi corazón tú sondas, de noche me visitas; me pruebas al crisol sin hallar nada
malo en mí; mi boca no claudica
Sal 26, 2 Escrútame, Yahveh, ponme a prueba, pasa al crisol mi conciencia y mi corazón;
Sal 5, 9 Guíame, Yahveh, en tu justicia, por causa de los que me acechan, allana tu camino
ante mí.
Sal 143, 10 enséñame a cumplir tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu espíritu que es
bueno me guíe por una tierra llana.
=>139:12 El texto añade una glosa aramea: «como la tiniebla, así la luz».
=>139:16 Texto difícil. El salmista medita sobre la omnisciencia divina: Dios conoce al hombre y su
destino, incluso antes de su nacimiento, ver Sal 22,11 a ti fui entregado cuando salí del seno,
desde el vientre de mi madre eres tú mi Dios. ; Sal 71,16 Y vendré a las proezas de Yahveh,
se utiliza en:
es sublime, y no lo abarco.
me agarrará tu derecha.
Te doy gracias,
NOEL QUESSON
50 SALMOS PARA TODOS LOS DIAS. Tomo II
PAULINAS, 2ª Edición
BOGOTA-COLOMBIA-1988.Págs. 234-237
2.
Viaje al interior
Salmo de contemplación
*****
A solas
Paso a paso
El celo
*****
Bajó Moisés del monte con las Tablas de la Ley en sus
manos. El pueblo, durante la larga ausencia de Moisés, había
fundido un becerro de oro; y, en ese momento, el pueblo
estaba cantando y danzando en torno de la estatua. Cuando
Moisés llegó al campamento, y vio el becerro y al pueblo
danzando en torno a él, «ardió en ira, arrojó de sus manos
las Tablas y las hizo añicos al pie del monte. Luego tomó en
sus manos el becerro que habían fundido, lo quemó y lo
molió hasta reducirlo a polvo, que esparció en el agua, y se
la dio a beber a los hijos de Israel» (Ex. 32,15-21).
Estás conmigo
LARRAÑAGA
SALMOS PARA LA VIDA
Publicaciones Claretianas
Madrid-1986. Págs. 83-96
3.
Del mismo modo que el curso del sol nos conduce hasta los
ámbitos más secretos, también nuestra fe en la resurrección,
que quizá habrá sufrido por verse demasiado expuesta al sol,
encuentra provechoso seguir los caminos del salmista, más
sombríos.
PAUL BEAUCHANO
LOS SALMOS NOCHE Y DÍA
Ediciones CRISTIANDAD
MADRID-1981. Págs: 179-185
4. DIOS ME CONOCE
Sentido histórico
Contenido doctrinal
Puntos de revisión
Oración
HILARI RAGUER
DOSSIERS-CPL/82
5. ME CONOCES A FONDO
CARLOS G. VALLÉS
BUSCO TU ROSTRO
ORAR LOS SALMOS
Paulinas Sal Terrae, pág. 255s.
Santander-1989.
7. 28-XII-2005