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Las enfermedades del tubulo renal o tubulopatias se definen como alteraciones clínicas en las que existe
una disfunción tubular específica con afectación escasa o nula de la función glomerular. Esto es válido
únicamente en los estadios iniciales, ya que en el curso evolutivo de una tubulopatía puede también
producirse una alteración glomerular secundaria. Las disfunciones tubulares pueden ser simples ó
complejas según se afecte el transporte tubular de una ó varias sustancias respectivamente. Pueden
también representar una anormalidad primaria casi siempre hereditaria del transporte tubular ó ser la
consecuencia de un trastorno secundario a otras enfermedades ó a la administración de medicamentos y
tóxicos.
En el glomérulo renal el agua y los electrolitos son libremente filtrados. De este modo, el contenido
electrolítico del ultrafiltrado al comienzo del tubulo proximal es similar al del plasma. Una serie de
procesos cuidadosamente regulados de reabsorción tubular y/o secreción tubular determinan el contenido
final de agua y composición electrolítica de la orina. En las porciones proximales de la nefrona ocurre un
movimiento en masa de solutos mientras que ajustes más finos tienen lugar distalmente. Modernos
avances en biología molecular han ayudado a determinar el rol de los segmentos específicos de la
nefrona en la regulación iónica y transporte de agua y en el conocimiento de la enfermedad que ocurre
como resultado de anormalidades de estos procesos.
Debemos tener presente que la capacidad de transporte tubular de neonatos (especialmente prematuros)
y lactantes son generalmente menores que en el adulto. Aunque la nefrogénesis es completa alrededor
de las 36 semanas de gestación una maduración tubular significativa tiene lugar durante la infancia. La
inmadurez tubular renal, reducida velocidad de filtración glomerular, disminución de los gradientes de
concentración y poca respuesta a la hormona antidiurética son características de los niños pequeños.
Estos factores pueden llevar a una alterada regulación de agua y electrolitos y de la homeostasis acido-
básica particularmente durante la enfermedad aguda.
Inicialmente revisaremos las características clínicas, diagnóstico y tratamiento de los defectos tubulares
que cursan con acidosis metabólica
La Acidosis Tubular Renal (ATR) es un trastorno caracterizado por acidosis metabólica hiperclorémica
con anión gap normal en sangre, producto de una alterada reabsorción de bicarbonato en el tubulo
proximal o defectuosa secreción de iones hidrógeno en el tubulo distal. El riñón es responsable del
mantenimiento del equilibrio ácido básico y de acuerdo con el defecto presente la ATR puede clasificarse
en tres formas principales: ATR proximal (tipo II), ATR distal (tipo I) y ATR hipercaliemica (tipo IV). Formas
mixtas (ATR tipo III) de acidosis tubular renal tipo I y tipo II pueden ocurrir en pacientes con deficiencia
congénita de anhidrasa carbónica tipo II.
Se produce por un defecto tubular en la reabsorción de bicarbonato y como consecuencia de esto los
pacientes presentan acidosis metabólica hiperclorémica con potasio normal o ligeramente disminuido.
Esta se produce como un defecto aislado, el cual puede ser primario o secundario o formar parte de una
disfunción generalizada del tubulo proximal (Síndrome de Fanconi) con pérdidas excesivas de
bicarbonato, sodio, potasio, glucosa, fosfato y aminoácidos. Las causas más frecuentes de ATR proximal
y síndrome de fanconi son: trastornos hereditarios (cistinosis, galactosemia, tirosinemia, intolerancia
hereditaria a la fructuosa, citopatias mitocondriales, etc), medicamentos (amino glucósidos, ifosfamida,
tetraciclinas envejecidas e inhibidores de la anhidrasa carbónica) y envenenamiento por metales
pesados.
La forma primaria se observa en lactantes y presenta un carácter esporádico, no hereditario, clínicamente
se caracteriza por retraso en el crecimiento y responde al tratamiento con alcalinos, suele desaparecer
espontáneamente.
Las formas hereditarias autosómica dominante y recesiva no son frecuentes pero la última se puede
presentar con baja talla, retraso mental y anomalías oculares. El retraso en el crecimiento, vómitos
recurrentes, anorexia y debilidad muscular son frecuentes en la ATR proximal, además la poliuria,
polidipsia, deshidratación y raquitismo caracterizan al síndrome de fanconi.
En estos pacientes los mecanismos de acidificación de la orina son normales y pueden presentar Ph
urinario por debajo de 5.5 en presencia de acidosis metabólica o una sobrecarga acida.
La ATR distal ocurre como resultado de una alterada acidificación urinaria distal (secreción de ion
hidrógeno). Las formas primarias o secundarias se producen por alteración en el funcionamiento de uno o
más de los transportadores o proteínas que participan en el proceso de acidificación: H + ATP asa apical,
H+ - K+ - ATP asa, HCO3-/ CL- basolateral. Estos pacientes presentan acidosis metabólica hiperclorémica
con hipocaliemia. Se presenta como formas esporádicas o hereditarias asociadas a sordera nerviosa por
defecto genético en el transportador de la H+ ATP asa.
La forma primaria se manifiesta desde las primeras semanas de vida con vómitos, poliuria, polidipsia,
deshidratación, anorexia y poca ganancia de peso.
Diagnóstico
Antes de inicial la evaluación para una ATR se deben descartar otras causas de acidosis metabólica
como: EDA, Acidosis Láctica, Diabetes Mellitas e Insuficiencia renal. Debemos tener en cuenta que los
pacientes con diarrea persistente pueden depletar sus reservas de bicarbonato y la acidosis persistir, por
lo que se debe esperar a que el bicarbonato esté normal para estudiar al paciente.
Pensamos en ATR en todo niño con retardo en el crecimiento y acidosis metabólica hiperclorémica
persistente con anión gap normal en sangre. Debe tomarse primera orina de la mañana para Ph y
electrolitos simultáneamente con muestra de sangre para ionograma (fig 1). Un anión gap urinario
positivo (Na + K- Cl) y un Ph en orina > 5.5 son hallazgos de la ATR tipo I, además el potasio sérico está
generalmente disminuido.
Por el contrario, un Ph urinario < 5.5 e hipercaliemia coincide con ATR tipo IV.
En la ATR tipo II el Ph urinario es < 5.5 con anión gap urinario negativo.
El anión gap urinario es indicador de la excreción de amonio. Un anión gap negativo indica una
adecuada excreción de NH4 mientras un anión gap positivo muestra excreción de amonio disminuida y
sugiere un trastorno en la acidificación distal. La presencia de nefrolitiasis o nefrocalcinosis sugiere ATR
distal.
Acidosis Metabólica Hiperclorémica
ATR Distal (tipo I) ATR (tipo IV) ↑ ATR Proximal ↓ Pérdidas Gastrointestinales
Síndrome de Bartter
Es una enfermedad caracterizada por la incapacidad del riñón para concentrar la orina aún bajo
la estimulación de la hormona antidiurética. Puede ser congénita, la forma clásica se comporta
como una enfermedad ligada al sexo y causada por alteración del gen que codifica la síntesis
de los receptores V 2(vasopresina) donde actúa la hormona antidiurética en el conducto
colector, existen otras formas heredadas de manera autosómica causadas por mutaciones del
gen de la acuoporina 2.
Las formas secundarias (adquiridas) de diabetes insípida nefrogénica se ven en pacientes con
enfermedades que afectan la función tubular renal (Uropatías obstructivas, enfermedades
quisticas, nefrocalcinosis o por tóxicos como el litium o anfotericin B).
Desde el punto de vista clínico los pacientes presentan poliuria marcada y polidipsia desde el
nacimiento además de vómitos, anorexia pues priorizan la ingestión de grandes volúmenes de
líquidos, irritabilidad, constipación y pobre ganancia de peso. Estos niños presentan fiebre
inexplicable y episodios de deshidratación hiperosmolar, puede asociarse a trastornos de
conducta y grados variables de retraso del desarrollo psicomotor.
Diagnóstico
Síndrome de Bartter
Síndrome de Gitelman
Tratamiento
El tratamiento del síndrome de Bartter se dirige a reponer las pérdidas de líquidos y electrolitos
que se producen por la orina y de esta forma evitar la deshidratación, otro pilar del tratamiento
es corregir la hipocaliemia. Es importante además mantener el estado nutricional. Los
pacientes deben recibir cloruro de potasio y un inhibidor de la síntesis de prostaglandinas, ya
sea indometacina a la dosis de 2-5mg/Kg./día o naprosin a 5-10 mg / kg. /día, estos
medicamentos reducen la presión intraglomerular y de esta forma la carga filtrada de solutos.
Los pacientes con síndrome de gitelman requieren administración oral de cloruro de magnesio
asociado a sales de potasio o indometacina.
En la diabetes insípida nefrogénica la estrategia del tratamiento consiste en crear una ligera
contracción del volumen sanguíneo con el uso de hidroclorotiazida (1-2 mg/kg./día) y restricción
de la carga renal de solutos usando dietas hiposódicas. También es posible usar inhibidores de
la síntesis de prostaglandinas. La combinación de estos efectos incrementa la reabsorción
tubular proximal de líquidos.
El paciente debe recibir agua en cantidad y frecuencia suficiente para compensar la poliuria.
Referencias Bibliográficas