Sie sind auf Seite 1von 2

R

RAZONES

Pescador La llamada de Jesús a los primeros discípulos para seguirle está enmarcada dentro de su
oficio de pescadores: los relatos de Marcos y Mateo son prácticamente idénticos. Así leemos

de hombres
en Mc 1, 16-20: “Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón,
echando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: ‘Venid en pos de mí y os haré
pescadores de hombres’. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelan-

(Lc 5, 10) te vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las
redes. A continuación los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se
marcharon en pos de él”. Igual que pescan peces, a partir de ese momento, pescarán hombres.
Estamos ante una sencilla metáfora que, como suele ocurrir en las enseñanzas del Maestro,
tiene su correlato en el Antiguo Testamento. En este caso, podemos recordar el oráculo del
profeta Jeremías, por medio del cual el Señor castigará a quienes han cometido el pecado de
idolatría en la tierra que Dios les entregó: “Voy a enviar a muchos pescadores a que los pesquen
[…]” (Jr 16, 16; cf. Am 4, 2; Hab 1, 14-15). Mientras que en el Antiguo Testamento los oráculos
aludidos focalizan la atención de la metáfora en su función de juicio y castigo, en el Nuevo
Testamento esa pesca, que es por medio de redes, señala la reunión de todos los hombres para
anunciarles y hacerles partícipes del Reino de Dios; y al mismo tiempo, mantiene el matiz
escatológico del Antiguo Testamento, pues es un anuncio salvífico.

El Evangelio de Lucas
Fijémonos cómo presenta esta llamada el Evangelio de Lucas. Conviene recordar que, del
JOSEP BOIRA único Evangelio, la “Buena Nueva” que consiste en el anuncio de Jesucristo, tenemos cuatro
—Profesor de relatos, de los cuales, tres de ellos (Mateo, Marcos y Lucas) los llamamos sinópticos, pues
Sagrada Escritura es fácil, al “verlos juntos” (eso indica la palabra “sinópticos”), descubrir sus afinidades y
semejanzas en cuanto al orden de la narración y al contenido. Pero también al verlos juntos
podemos descubrir sus diferencias, que dan razón de particularidades de cada Evangelio
(fase redaccional, lugar, destinatarios, intención del autor, etc.). Esas diferencias no hacen
más que enriquecer el “mensaje”, que es el mismo Jesucristo, el Verbo Encarnado, por el que
tenemos acceso al Dios invisible, inabarcable al entendimiento humano, pero que se ha he-
cho accesible no solo en su Humanidad, sino también en los Evangelios, textos inspirados,
pero humanos al mismo tiempo.

52 PALABRA — Enero 2019

SE ene.indd 52 26/12/18 15:31


SAGRADA ESCRITURA

Una de esas diferencias se puede apreciar en el relato que nos ocupa. Ni Marcos ni Mateo
narran ninguna pesca milagrosa. En cambio, sí lo hace Lucas (también Juan, al final de
su Evangelio, en combinación con una de las apariciones de Jesús resucitado). Y es en el
contexto de esa pesca donde Lucas introduce la llamada a los discípulos pescadores, pero
focalizándola en Simón Pedro. Este es el texto: “Una vez que la gente se agolpaba en torno a
él para oír la palabra de Dios, estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que
estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes.
Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra.
Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: ‘Rema
mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca’. Respondió Simón y dijo: ‘Maestro, hemos
estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las re-
des’. Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban
a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para
que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que
casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo: ‘Señor, apártate
de mí, que soy un hombre pecador’. Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que
estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago
y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Y Jesús dijo a Simón: ‘No temas;
desde ahora serás pescador de hombres’. Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo
todo, lo siguieron” (Lc 5, 1-10).
No podemos pararnos a analizar todos los elementos de semejanza y desemejanza de este
relato con el de Marcos y Mateo (en lo que se refiere a la llamada), ni con el de Juan (en lo que
se refiere a la pesca milagrosa). Quizá lo que más llama la atención es que el texto lucano
centra la atención en Simón: la barca sobre la que se sube Jesús y predica es la de Simón; a él
se dirige Jesús para que eche las redes; Simón es quien las echa fiado de su palabra y quien
muestra su indignidad ante el portentoso milagro. Y finalmente, es Jesús quien llama a Simón
a ser “pescador de hombres”.

Hombres vivos
Esta última expresión también muestra una interesante diferencia con la expresión de los
otros sinópticos: “pescadores de hombres”. Por un lado, por ser dirigida solo a Simón; en este Para reflexionar
sentido, este texto, además de otros posibles títulos (“pesca milagrosa y vocación de los pri-
meros discípulos”), podría también titularse “primado de Pedro”, paralelo al más conocido
de Mt 16, 16-19 (e incluso al de Jn 21, 15-23, situado precisamente justo después de la pesca n ¿Qué pueden sugerir al lector
milagrosa). esas diferencias de contexto en la
Por otro lado, porque el término utilizado es distinto. Mt y Mc utilizan la misma palabra, presentación de la llamada de Jesús a los
tanto para los peces como, tomada metafóricamente, para los hombres: “pescadores” (en discípulos pescadores en los relatos de
griego, halieís). Sin embargo, Lucas utiliza otro término, que por derivación se suele traducir los evangelios sinópticos?
igual, pero que esconde un matiz relevante: zōgrōn. El verbo zōgreō (combinación del adjetivo
zōos, “vivo” y del verbo agreō, “coger”) significa “coger vivo”, “coger y dejar con vida”, “dejar a n ¿Por qué Lucas destaca la figura de
salvo”. El evangelista Lucas, al recoger la tradición sobre Jesús de la llamada a los discípulos Simón Pedro en este episodio, mientras
pescadores y la pesca milagrosa, si se puede hablar así, “mejora” esa tradición, utilizando un que en los relatos de Mateo y Marcos,
término que supera la metáfora y da un sentido más concreto a la llamada a seguir a Jesús: Simón es solo uno más entre los demás
salvar a los hombres, darles la verdadera vida. pescadores: su hermano Andrés, y los
Resulta muy oportuno recordar aquí las conocidas palabras de la homilía de Benedicto XVI, hermanos Santiago y Juan?
en la misa de inicio de su ministerio petrino, comentando este mismo episodio: “También hoy
se dice a la Iglesia y a los sucesores de los apóstoles que se adentren en el mar de la historia y n ¿Qué aporta de más la expresión de
echen las redes, para conquistar a los hombres para el Evangelio, para Dios, para Cristo, para la Lucas “pescador de hombres vivos”
vida verdadera. [Según] los Padres […], para el pez, creado para vivir en el agua, resulta mortal respecto a la de los otros dos sinópticos:
sacarlo del mar. […] Pero en la misión del pescador de hombres ocurre lo contrario. Los hombres “pescadores de hombres”?
vivimos alienados, en las aguas saladas del sufrimiento y de la muerte; en un mar de oscuridad,
sin luz. La red del Evangelio nos rescata de las aguas de la muerte y nos lleva al resplandor de la n ¿Qué sugiere el que Lucas sea el único
luz de Dios, en la vida verdadera. Así es, efectivamente: en la misión de pescador de hombres, sinóptico que relata una pesca milagrosa,
siguiendo a Cristo, hace falta sacar a los hombres del mar salado por todas las alienaciones y y que al mismo tiempo tenga algunos
llevarlo a la tierra de la vida, a la luz de Dios. Así es, en verdad: nosotros existimos para ense- elementos parecidos a la que narra Juan?
ñar Dios a los hombres. Y únicamente donde se ve a Dios, comienza realmente la vida […]”. n

Enero 2019 — PALABRA 53

SE ene.indd 53 26/12/18 15:31

Das könnte Ihnen auch gefallen