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William Roberto Daros

Posmodernidad y educación
en la concepción de G. Lipovetsky (*)

Resumen: Dado que la educación es un on capitalism and techno-science, individualism


proceso que depende siempre del contexto en and consumerism. In the paper it is hold the
vista del cual se organiza el proceso educativo hypothesis that educators (parents, teachers,
es de utilidad tener presente la descripción que society) must prepare for big changes. Students
realiza el filósofo y sociólogo G. Lipovetsky. have scattered attention and are full of panache
Se plantea, entonces, el problema acerca de skepticism towards knowledge. Young people
cómo debería ser la educación en el clima de vegetate without much motivation or interest.
la posmodernidad que vivimos. Lo que está en Lipovetsky makes the assumption that we should
marcha no es una unificación cultural mundial, seek help-tools in order to generate people who
sino versiones múltiples de una misma cultura are no longer satisfied with consumption, with
globalizada, que se basa en el capitalismo y unruly mechanics of financial flows.
la tecnociencia, en el individualismo y en el
consumismo. Se sostiene la hipótesis de que Keywords: Postmodernism. Education.
los educadores (padres, docentes, la misma Lipovetsky. Individualism. Consumerism.
sociedad) deben prepararse para grandes
cambios. Los alumnos poseen atención dispersa y
escepticismo lleno de desenvoltura ante el saber. 1. Introducción: clima cultural y
Los jóvenes vegetan sin grandes motivaciones
valores para la educación
ni intereses. Lipovetsky sugiere, entonces, que
se deben buscar herramientas de ayuda para
generar personas que ya no estén satisfechas con Son conocidos y numerosos los libros de G.
el consumo, con la mecánica ingobernable de los Lipovetsky,1 y sus reflexiones e interpretaciones
flujos financieros. sobre la sociedad y la época que nos toca vivir.
Tratemos de presentar algunas características
Palabras claves: Posmodernidad. Educación. generalizadas, por él percibidas, acerca de la
Lipovetsky. Individualismo. Consumismo. cultura posmoderna y el tema de la educación.
Los educandos posmodernos según este
Summary: Since education is a process that autor se muestran refractarios a las lecciones
always depends on the context in order to which pedagógicas abstractas. También aquí se da la
educational process is organized, it is useful to personalización como psicologización de las rela-
bear in mind the description by philosopher and ciones (Lipovetsky, 2006, 1999).
sociologist G. Lipovetsky. This paper raises the Se desea vivir en clima con suavización de
question about how education should be in the las costumbres, sentimiento creciente de respeto
postmodern climate we live in. What is underway y tolerancia, y una psicologización sin límites.
is not a world cultural unification, but multiple Lo primero es lo vivido. Lo teórico, lo con-
versions of a globalised culture, which is based ceptual es lo masculino.

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Hay un vaciamiento de los valores: ¿Quién estadísticamente con el siglo pasado. Se perfila,
cree en el trabajo, en la familia, en las virtudes en el desierto posmoderno, no la autodestrucción,
del esfuerzo, en la Iglesia o el Sindicalismo que sino el “estar hartos”, indiferencia por ausencia
no consiguen reclutar clientes? de teatralidad; y aun esta se ubica entre formas
Las instituciones funcionan con control endémicas de excitabilidad y depresión (Lipovet-
remoto, controladas por los especialistas, en un sky, 1994, 46).
desierto apático. Más bien, se percibe una generalización de
El vacío de sentido y de ideales no lleva a los estados depresivos de la clase burguesa: una
más angustia, nihilismo o pesimismo; ni resig- enfermedad de vivir.
nación ni autodestrucción, sino a la indiferencia, Solo en el desierto, sin apoyo trascendente, el
al descanso y al descompromiso moral, según estudiante posmoderno actual es vulnerable.
algunos intérpretes. Se da una deserción de la res publica y los
Lo verdadero y lo falso, el sentido y el sin- valores políticos. Y Narciso sale en búsqueda de sí
sentido, lo bello y lo feo, lo real y la ilusión se mismo. Los problemas personales toman dimen-
diluyen; no se oponen, sino que flotan como islas. siones desproporcionadas y los psicólogos, en tera-
La indiferencia crece, sin patetismo ni abismo. pias que duran años, no parece que puedan ayudar
El prestigio y la autoridad del cuerpo a resolverlos. Todo es problema: envejecer, engor-
docente han desaparecido, desplazados por los dar, afearse, hermosearse ante una moda dispersa,
mass media. dormir, educar a los niños, irse de vacaciones.
El alumno posee atención dispersa y escep- Hoy la soledad no es algo de héroes; sino,
ticismo lleno de desenvoltura ante el saber. “Los sin rebelión, un hecho cotidiano. La apatía lleva
jóvenes vegetan sin grandes motivaciones ni a una falta de intercomunicabilidad profunda, no
intereses” (Lipovetsky, 1994, 39). Claro está que obstante los fáciles medios virtuales de comuni-
no se trata de todos los jóvenes: hay jóvenes de cación. Se podría decir paradójicamente que el
excepción; pero aun estos pertenecen a nuevas prójimo es el lejano, aquel con el cual hablamos
generaciones, con nuevos valores. por teléfono, no el que tenemos en frente y distraí-
Cuanto más la escuela se dispone a escuchar damente atropellamos. Aquél lejano con el que
a los alumnos, la mayoría de ellos se dispersa. deseamos hablar, pero que podemos tenerlo lejos.
Posee una curiosidad dispersa.
Para un buen número de ellos, ya es posible No contento con producir el aislamiento, el
vivir sin objetivo ni sentido: indiferencia por sistema engendra su deseo, deseo imposible
hipersolicitación. Las ofertas de medios tecnoló- que una vez conseguido, resulta intolerable:
gicos son numerosas, pero no se tiene claro qué cada uno exige estar solo... (Lipovetsky,
hacer con ellas. 1994, 48).
En el clima cultural actual, dada la tecnología
de la información, se tiene más información y Se trata de un aislamiento a pedido. La
más de prisa, por lo que lo registrado se desplaza ausencia de las relaciones parentales clásicas hace
fácilmente al olvido. Antes, en la Modernidad, se difícil la interiorización de la autoridad familiar.
contaba con tiempo y dinero para acceder a libros El superyo está representado por la necesi-
y revistas especializadas. En la Posmodernidad dad de éxito y, de no realizarlo, da una crítica
todo esto está a la mano. Se exige más esfuerzo y implacable contra el yo y caemos en desilusiones.
motivación proponerse elaborar la información que Los medios masivos intensifican las fantasías
nos avasalla. Ante esto, como ante un centenar de narcisistas de celebridad, y hacen más difícil
canales de televisión se hace un rápido zapping y se aceptar la banalidad de la vida cotidiana.
va a dormir, pues nada parece satisfacer. No es fácil Los alumnos se convierten en fans. Los
encontrar una ruta cuando no se sabe adónde ir. padres y su capacidad educativa son suplantados
Sin embargo, G. Lipovetsky estima que la por los consejos psicológicos.
indiferencia generalizada no llevará al suicidio. El aumento de las ambiciones y la frustra-
Estos están en disminución, si los comparamos ción al no poder lograrlas generan un desprecio

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hacia uno mismo. La sociedad hedonista tras En una sociedad en que incluso el cuerpo,
su superficial capacidad de tolerancia engendra el equilibrio personal, el tiempo libre están
ansiedad, incertidumbre, frustración. solicitados por una plétora de modelos, el
individuo se ve obligado a escoger permanen-
Las figuras imponentes del saber o del poder
temente, a tomar iniciativas, a informarse, a
son apagadas con la indiferencia, ante la inca- criticar la calidad de los productos, a auscul-
pacidad de tolerar esa desigualdad que ponen de tarse y ponerse a prueba, a mantenerse joven,
manifiesto. Por ello, el abandono de los grandes a deliberar sobre los actos más simples: ¿qué
discursos de marxistas y psicoanalistas. Todo lo coche comprar, qué película ver, dónde ir de
absoluto desaparece; también la capacidad de vacaciones, qué libro leer, qué régimen, qué
entusiasmar a las masas. El tiempo, el trabajo, la terapia seguir? El consumo obliga al indivi-
admiración se hacen flexibles. duo a hacerse cargo de sí mismo y lo respon-
sabiliza... (Lipovetsky, 1994, 109).
Lo real se ha desubstancializado, en una
férrea crítica contra lo metafísico; primero se lo
No obstante en la lógica posmoderna, el
ha querido hacer transparente, y ahora se despla-
único deber es para sí mismo y puede cambiar-
za hacia lo virtual. Neutralizar el mundo con la
se. Hay derechos humanos universales, pero
potencia sonora, que genera una masa de sordos.
no hay deberes humanos universales. La lógica
Una gran mayoría de jóvenes parece llegar
del consumo socializa en cuanto exige estar
a un punto en el que no siente nada. Está aneste-
constantemente informado; pero, por otro lado,
siada por la abundancia en los países del primer
individualiza dando una aparente libertad de
mundo, mientras que, en los países del tercer elección: hay una coexistencia pacífica de los
mundo, aspira a ella. contrarios. Por un lado, el posmoderno es cui-
Estos jóvenes sin embargo tienen frecuen- dadoso con su cuerpo, pero por otro, lo arriesga
temente un malestar difuso, un sentimiento de corriendo en las autopistas y adhiriendo a las
vacío interior y de la vida como absurda. Tam- drogas. El joven posmoderno está más informa-
bién los síntomas neuróticos del capitalismo do en los adelantos de la ciencia que en tiempos
rígido (trabajo, ahorro, frugalidad, etc.) se hacen anteriores pero es permeable al esoterismo y la
trastornos difusos. parapsicología, alérgico al esfuerzo y esforzado
Las encuestas sobre los fines de la educación con los regímenes para adelgazar. El posmoder-
impartida en las familias revela que estas insisten, no es un individuo que obedece a lógicas múlti-
primeramente, en lograr que los hijos tengan una ples, a la manera de yuxtaposiciones.
profesión u oficio; y, luego, en que adquieran la El joven posmoderno banaliza la originali-
capacidad para defenderse solos en la vida; y, en dad: pone en el reino indiferente de la igualdad
tercer lugar, en que aprecien el valor de la libertad a todos los individuos. Denuncia el imperialismo
individual. En este contexto, no tiene mucho senti- de lo verdadero y afirma el derecho a las dife-
do el deber de obediencia de los hijos para con sus rencias. Aligera toda autoridad suprema, y toda
padres. “Cada uno se reconoce libre y vive, en pri- referencia a la realidad; liberaliza las costumbres,
mer lugar, para sí mismo” (Lipovetsky, 1994, 164). desestandariza la moda, licúa lo verdadero, ter-
Ayudar y socorrer al prójimo no es un valor mina con la edad disciplinaria.
primordial en la educación familiar. Si se lo El ideal de la autonomía individual respon-
hace, se realiza por motivos del impacto visivo- sable es primordial. Por ello, también se admite
televisivo y esporádicamente. la necesidad del esfuerzo libremente asumido,
No obstante toda forma de vida exige un como puede verse en el deporte que es, a la vez,
aprender a asumir, consumir y referir a cada ocio, esfuerzo y esparcimiento. Se trata de un
uno la forma de vida en la que vive. Siempre se constructivismo hedonista que aspira a un nivel
requiere educación aunque esta aparezca como medio de éxito, sin entrenamientos intensivos.
más informal, pero no menos necesaria que la “Con el esfuerzo deportivo, el individuo se auto-
escolar y formalizada. construye a la carta” (Lipovetsky, 1994, 113). Sin
embargo en todo esfuerzo deportivo hay algo de

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voluntad de poder, un estilo superior de dominio, está por pensarse y acometer (Lipovetsky,
que suscita la emoción del público. Pero ello 2008, 92).
debe lograrse con libertad y dignidad donde no
cabe el doping que es sinónimo de deslealtad y Aunque el espíritu de la ciencia fomente
de negación de la igualdad de oportunidades y la duda no podría sustituir a las humanidades
posibilidades ante los adversarios. que presentan referentes de sentido y marcos
La Posmodernidad es a la vez sincrética, con- históricos de inteligibilidad irremplazables para
vivencial y vacía. Placer, paz interior, perversión, ubicarse en una sociedad. Las ciencias y las
coexisten sin contradicción. Hay un eclecticismo humanidades se necesitan mutuamente.
cultural relativo (Lipovetsky, 1999). El hombre no es solo comprador; además,
piensa, lucha, construye. Debería proponerse la
norma de obrar de tal modo que el consumo no
sea omnipresente o hegemónico en su propia vida
2. La educación en el clima y en la de los demás (Lipovetsky, 2008, 123).
posmoderno
También es necesario, mediante una autén-
La educación entendida como producción tica formación, ofrecerles horizontes vitales
individualista genera un culto al joven. Entendida más variados, en el deporte, el trabajo, la
como personalización psicológica, desmantela la cultura, la ciencia, el arte o la música. Lo
personalidad y el narcisismo se vuelve violento, importante es que, con estas pasiones, pueda
con un yo flotante, sin estructura ni voluntad, el individuo relativizar el mundo del consu-
mo, encontrar el sentido de la vida al margen
lábil. La frustración de no tener todo ya genera
de la adquisición de bienes incesantemente
un híbrido que toma tranquilizantes, pero tam-
renovados (Lipovetsky, 2008, 124-125).
bién se vuelve avasallador. El crimen se realiza a
la luz del día, sin sentido, indiferente al anonima-
Una gran pasión motiva y carga de energía
to, lugares y horas. La violencia contra sí mismo
una vida, más que los goces del consumo. El goce
se manifiesta también en el creciente suicidio
no es el único principio y fin de la vida.
joven y en la utilización de drogas peligrosas.
A largo plazo, no hay otra solución realista
Es frecuente ver a grupos de jóvenes drogándose
que “la formación de los hombres, el desarrollo
antes de entrar a las instituciones educativas.
y la difusión del saber, la ampliación de las res-
Antes, la violencia era contra el Estado o la clase
ponsabilidades individuales”, el aprecio por la
social, hoy lo es contra el individuo.
inteligencia científica y técnica, por la política
Como en otros ámbitos, para Lipovetsky,
y lo empresarial. Estos temas constituyen, según
la educación en la Posmodernidad se halla en
Lipovetsky, una dimensión educativa permanente
la balanza. Si bien, por un lado, la cultura de la
(Lipovetsky, 1994, 19).
pantalla y la emoción sustituyen a la reflexión,
Los seres humanos no son mejores ni peores
y el espectáculo a la lectura, lo desechable a lo
que en otros tiempos. El gran medio de la huma-
duradero, por otra parte, no desparecen las críti-
nidad es la inteligencia teórica y práctica, sobre la
cas a la educación y a la televisión. O sea, se ha
base de principios humanistas, adaptada a la efica-
perdido la fe en el poder de la educación, aunque
cia, los intereses y circunstancias. Posiblemente las
a veces ella tome otras formas: se cuelga un blog
injusticias y torpezas nunca desaparecerán, pero es
cada segundo, se generan foros de debate en red,
posible limitar su extensión, actuando inteligente-
filocafés, etc.
mente. No solo importa tener un mayor respeto de
los derechos del hombre; sino, además, rectificar
El papel de la escuela será primordial para
aprender a situarse en la hipertrofia infor- de prisa lo intolerable y el dolor de los hombres.
mativa. Uno de los grandes desafíos del siglo Se ha dejado de creer en una educación
XXI será inventar nuevos sistemas de infor- rigorista de la voluntad y se ha optado, en la
mación intelectual, una escuela posdiscipli- Posmodernidad, por una educación comunica-
nal, pero también poshedonista... Casi todo cional, de iniciativa, centrada en la flexibilidad

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y en la autonomía creadora. Se busca formar a Ahora, en cambio, tenemos una fragilización


una persona polivalente, apta para reciclarse, creciente, así como una individualización
adaptarse e innovar. insegura… (Lipovetsky, 2011, 17).

La cultura-mundo o planetaria tiene, además,


3. ¿Qué podemos esperar de la una característica: designa el momento en que el
educación en un mundo posmoderno capitalismo se ha extendido por todo el mundo y
globalizado? el mercado se ha desreglamentado y privatizado.
Este triunfo del mercado no es solo económico,
sino además cultural y se constituye en el modelo
Según Lipovetsky, nos hallamos ante una
de vida actual, conquistando el imaginario colec-
cultura crecientemente planetaria: una cultura-
tivo e individual.
mundo o planetaria; pero que no suprime las
formas locales de vida. La escuela ya no tiene por misión superior
Esta denominación remite, por lo pronto, a: inculcar valores morales, republicanos y
patrióticos: funciona como un servicio que
1. La revolución de las tecnologías de la infor- se ofrece a consumidores exigentes y críticos
mación y comunicación (TICs). que deciden entre escuela privada y escuela
2. La organización de vastas redes mediáticas pública. Las humanidades ya no atraen a las
transnacionales. élites: las grandes escuelas de comercio han
3. La ampliación de industrias y entidades tomado el relevo (Lipovetsky, 2011, 25).
culturales canalizadas hacia un creciente
mercado globalizado. El capitalismo globalizado ya no es un fenó-
4, La vivencia local de las aquellas: la parte meno económico fundado en un enfoque racio-
de la cultura globalizada no pone fin a los nal sino que, además, es un fenómeno cultural,
sentimientos nacionales ni a la territorialidad nacido de un proyecto ideológico según el cual se
urbana (Lipovetsky, 2011, 14, 84). hace creer en el relato del libre mercado auto-
rregulado como lo mejor para todos los agentes,
Si bien la cultura humana implica todo lo que ocultando las desigualdades de este beneficio y
cultivan los hombres, se fueron llamando cultura la coacción de la globalización y las bacanales
culta, en el pasado, a saberes y artes excepciona- del consumo.
les reservados a los aristócratas y burgueses; y En realidad, estamos todos enredados en
opuesta a lo que se llamó luego cultura popular. la seducción del consumo. ¿Los consumidores
Como mediando entre ellas, pero yendo más allá son cándidos? Es posible. ¿Son idiotas? No
de ellas, emerge la cultura-mundo o planetaria. necesariamente. La promesa del consumo ha
Ella se despliega en un espacio universalizable llegado y había sido esperada por siglos. El
cosmopolitamente y con un cambio permanente: deseo de consumo pone en marcha lo lucrativo
informaciones, películas, programas audiovisua- para los creativos; y es una seducción para los
les, publicidad, música, festivales, viajes, museos, que lo consumen. La seducción es un acto de
Internet; y todo ello se realiza en forma comuni- sumisión voluntaria, difícil de resistir y más
cativa creciente y rápida, llena y caótica. difícil de desactivar. El consumo nos da la
suprema satisfacción de la autonomía y de la
De allí se sigue un estado de incertidumbre, autoafirmación (Bauman, 2013, 117). ¡El capi-
de desorientación sin precedentes, generali-
talismo que permite consumir y seducir parece
zado, casi total. Las culturas tradicionales
creaban un mundo ‘lleno’ y ordenado que
tan humano! ¿Pero lo es para todos o, más bien,
traía aparejada una suerte de identificación desactivan los valores profundamente humanos
con el orden colectivo y, por ello mismo, una de la responsabilidad, la solidaridad y de valores
seguridad identitaria que permitía resistir superiores al consumo desmedido que termi-
las innumerables dificultades de la vida… na dañando a quien consume de esa manera?

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¿No es contradictorio consumir en exceso y los pueblos, por ejemplo la africana (1981), que
llegar a ser obeso, para tener luego que consumir reivindica las tradiciones históricas y los valores
lo que se requiere para adelgazar? de la civilización africana; o la Declaración de
La cultura planetaria fogonea la forma de El Cairo (1990) que consagra la supremacía de
vida individual, el consumo permanente, esti- la ley islámica, como única fuente de referencia,
mulando el placer del bienestar y del ocio, de la sobre incluso las resoluciones de la ONU en los
moda y del entretenimiento. Desaparecieron los estados islámicos.
ideales del sacrificio, de solidaridad y del esfuer- De ambas partes, se utilizan las apelaciones
zo; y se presentan abiertamente los del goce de a los derechos humanos universales para justifi-
las sensaciones, del cuerpo reclinado, de la felici- car formas de gobiernos y de intervenciones mili-
dad privada y de las vacaciones colonizadas por tares: sobre todo de Occidente para intervenir en
el consumismo, sin sentido de culpa. países de Oriente y amordazar a las oposiciones.
Se cultivan las marcas de estrellas o famosos Como se advierte, no resulta fácil educar ni
(que las listas electorales incluyen para los elec- siquiera apelando a “valores humanos universa-
tores consumidores), mucho más que los nombres les”. Oriente y Occidente son aún cosmovisiones
de los grandes acontecimientos de la historia universalizables –esto es, con pretensiones de
humana, la literatura o la religión, en un mundo universalidad– pero no son aún universales y,
tecnológicamente banalizado (Beck, 2005). posiblemente, los dos no lo podrán ser sin llegar
Tanto en la vida social, como en el derecho a nuevas alianzas y mutuas interinfluencias.
y en la educación, hoy es el individuo el que se Incluso en ese intento unificador propio de la glo-
impone como sistema primordial de referencia, balización se halla también el intento localizador,
como foco central de sentido de la cultura mundo donde lo universal y lo particular dialécticamente
o planetaria. Como los individuos están en todas interactúan, sin que uno suprima al otro; por el
partes, ellos transportan este valor humano uni- contrario se necesitan. Nada es definitivo.
versalizable y lo hacen un sistema universalista En este contexto, entre lo universal y lo local,
y humanista. ¿en qué se entretiene la generación joven? Se
Los derechos humanos se convierten, enton- entretiene con las pantallas: con comunicaciones
ces, en un horizonte planetario. Esto no constitu- de chateo, Twitter, Facebook, juegos de vídeos,
ye, sin embargo, una panacea. etc. Hasta hace unos años, existir era sinónimo
de ser visto en las pantallas; ahora existir es ser
En nombre de la moral universal, los Estados activo en ellas: crear un blog propio, chatear,
extranjeros pueden intervenir en la política “twittear” (online social networking), presentar
interior de otros países y declarar guerras
sus fotografías o actividades brevemente, etc.
con objeto de promover la democracia y la
Se trata de una forma de comunicación light y
libertad de los pueblos, lo cual conduce a
legitimizar la guerra hipermoderna en tanto
visiva: el mundo se ha hecho una pantalla. En los
que ‘guerra humanitaria’ o ‘humanismo bares, o restaurantes, en los aviones, en las salas
militar’… Podemos hacer guerra en Irak o de espera, en los comercios, en las calles hay
en la antigua Yugoslavia, pero ni por asomo pantallas y música.
en China o en Rusia (Lipovetsky, 2011, 63). Lo que era atractivo y cultivador para otras
generaciones como la novela o los museos, ha
En este contexto, los derechos humanos dejado de serlo. El tiempo medio que pasa un
parecen estar menos al servicio de la moral que turista mirando una obra expuesta en un museo
al de la política, menos al servicio de una justicia o en una galería es de seis segundos, cuyo fin
universal que al de intereses nacionales estra- es pasar el tiempo: la órbita del arte ha caído
tégicos. Al parecer no se ha salido de una con- en el ritmo del hiperconsumo turístico. No se
cepción “judeocristiana del derecho” y del poder espera del arte la “elevación del alma”, sino
de origen eurocéntrico. Pero están apareciendo una recreación inmediata, estímulos hedonistas
otras Cartas de los derechos del hombre y de renovados sin cesar.

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No es ya la novela ni el teatro donde los la castración de los pervertidos sexuales. Todas


jóvenes encuentran sus modelos, sino en ellas son manifestaciones de una forma deseada
el cine, en las ficciones audiovisuales, los de vivir, sin repercusión política directa.
estadios, el show-business: en gran medida, “Tal es lo que podríamos llamar el desqui-
la imagen y la ola musical han ocupado el
te de la cultura” (Lipovetsky, 2011, 88). Es un
lugar central que ocupaba antaño la literatu-
ra (Lipovetsky, 2011, 70).
ámbito de discusión donde la educación juega
un espacio importante, porque las instituciones
Lo que está en marcha no es una unificación educativas son (o pueden ser) espacios de crítica,
cultural mundial, sino versiones múltiples de una sobre todo en los niveles superiores. A ellas se
misma cultura globalizada, que se basa en el acercan jóvenes de todos los estamentos, credos,
capitalismo y la tecnociencia, en el individualis- vivencias y opiniones.
mo y en el consumismo. La presencia aún vigorosa del mundo consu-
La internacionalización de la economía y mista da muestras de ser hipertrófica e incapaz de
la gran empresa multinacional no eliminan en dar sentido a la vida.
absoluto los particularismos culturales, ni los
Sea cual fuere la intensidad de la fiebre
arraigos étnicos, sino que los hacen coexistir con
adquisitiva, las personas no han perdido la
la cultura de la racionalidad instrumental en una
capacidad de indignarse moralmente; no
diversidad de formas de vivirla, reapropiándose han perdido la voluntad de hacer triunfar
los orígenes. las causas justas, de definirse por algo más
que por su relación con las marcas, los via-
jes, los entretenimientos comercializados
4. Aún en la búsqueda del consumo, (Lipovetsky, 2011, 89).
la crítica y el sentido de la vida
Hay una nueva cultura crítica en algunos
La educación hace a la adquisición y creación movimientos juveniles que busca, a través de la
de las formas de vida: por ello, siempre es necesa- reflexión sobre los problemas reales, el desarrollo
ria, informal o formalmente. Ella se mueve en el sostenible, la denuncia a las desigualdades extre-
ámbito de la cultura en un sentido amplio y crítico. mas y a las tropelías financieras.
Ahora bien, en un mundo crecientemente glo- Hay un intento por buscar sentido a la vida,
balizado –desde el punto de vista de las transac- para entender mejor dónde nos encontramos,
ciones económicas– la cultura tiene una función para escapar a la inmediatez de lo superficial y
de desquite, en donde se hacen manifiestos los lo espectacular. Aquí el proceso educativo, facili-
deseos locales, aunque universalizables en el futu- tador de herramientas, puede ser de gran ayuda.
ro, que reorientan la vida colectiva. Los partidos Pero no es una tarea fácil, pues los movimientos
políticos, las iglesias, los sindicatos, todos están culturales parecen ir por delante de las institucio-
buscando cambiar sus formas de ser y de presen- nes educativas. Buena parte de los docentes es
tarse y todos parecen estar escasos de socios. aún moderna en sus formas de pensar y valorar;
Ninguna institución es ya capaz de imponer mientras, cada vez más, llegan a las aulas alum-
una concepción del mundo y un sistema de valo- nos posmodernos.
res irrefutables: nada escapa de los cuestiona- Como es sabido, la Hipermodernidad (como
mientos de los diferentes grupos. Las culturas no suele calificarla Lipovetsky), o Posmodernidad
son neutras: manifiestan formas de vidas. globalizada, funciona con la desrregulación, con
Los debates giran en torno del laicismo, la desinstitucionalización; trastorna todos los
los museos de la memoria, las reivindicaciones referentes y la relación con el mundo, con la
idiomáticas, el derecho a la existencia de sec- pérdida de confianza en las grandes instituciones
tas o nuevos cultos, las polémicas en torno del y relatos, con incertidumbre generalizada. Ni el
aborto, la eutanasia, la procreación asistida, la progreso ni la economía ni los medios ni la edu-
adopción de niños por parte de los homosexuales, cación escapan de esta avasallante forma de vivir.

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En épocas anteriores, el mundo era descifra- La misión superior de la escuela y de la cul-


ble: en principio, podía ser entendido y se busca- tura es aportar las herramientas que permitan
ban lo claro y distinto. Había autoridades y guías a los individuos superarse a sí mismos, ser
y, en el proceso de educación, se era iniciado en el ‘más’, cultivar las pasiones fecundas y
activas, su imaginario creativo, sea cual
manejo de esas herramientas para la comprensión
fuere la esfera de acción y de creación
del mundo.
(Lipovetsky, 2011, 92).
Entre esas herramientas predominaba el
libro. En la Posmodernidad el libro no va a
El proceso educativo debe ofrecer, según
desaparecer, pero se hará virtual y con caracte-
Lipovetsky, formas de vida que superen el vivir
rísticas propias, adecuadas a los nuevos deseos,
para el consumo efímero y tentacular. Se requie-
valores y preferencias. En la Unión Europea se re de grandes personas que se vuelvan hacia el
imprimían más de cien mil libros por año; pero futuro y consagren una idea más elevada de la
con la aparición del iPad, el libro pasa a ser vir- persona. Podemos pensar en algo más grande que
tual y, dentro de pocos años, será naturalizado comprar marcas y broncearnos al Sol.
leerlo en forma virtual. La lectura se mantendrá;
pero, en gran parte, el proceso de aprender se está Nuestra época espera más que nunca trans-
convirtiendo en un copiar y pegar (Ganito, 2010, formaciones del sistema educativo que per-
158). Se desea aprender al ritmo de la música y mitan dar referencias estructuradoras, abrir
las pantallas. La cultura como los deportes actua- el espíritu y la existencia a dimensiones
les tiende a deslizarse: surf, windsurf, aladelta, más diversas y creativas; promover la propia
jacuzzis, spas. estima mediante actividades que inciten a las
La educación y la cultura proporcionaban personas a superarse, a ser agentes de su vida
“marcos simbólicos permanentes” que daban sen- (Lipovetsky, 2011, 92).
tido a la vida y al mundo en que se vivía. “Esto se
acabó: bien mirado, lo que rige ahora es todo lo El proceso educativo sigue siendo ese domi-
contrario” (Lipovetsky, 2011, 90). nio en el que abundan las posibilidades de con-
El proceso de educación formal era el que quista, de cambio y reorientación hacia otros
posibilitaba, a los que aprendían, una cultura horizontes. Para ello se requieren personas que
general, esto es, la comprensión de lo producido ya no estén satisfechas con el consumo, con la
por la humanidad y lo que nos hacía humanos. mecánica ingobernable de los flujos financieros.
La cultura, a la antigua usanza, no está a la altura Según Lipovetsky, están apareciendo nue-
del reto: se requiere definirla de modo que aporte vos centros de poder; no un mundo bipolar sino
las grandes líneas de fuerza, las capacidades de policéntrico. “Europa ya no puede pretender ser
estructuración de la experiencia del mundo en el el agente superior de la civilización universal”. A
que cambiamos. Estados Unidos, aun en su condición de super-
potencia, la ve “quebrantada por la aparición de
Cuanto más triunfa el corto plazo de la infor- nuevos centros de poder económico y político,
mación, más tenemos que privilegiar el eje por su incapacidad para estabilizar el capitalismo
de la larga duración, el de la profundidad del globalizado, por su modelo económico basado en
tiempo histórico, para combatir la fuente del el superendeudamiento y la especulación desme-
desasosiego… (Lipovetsky, 2011, 91). dida y por su intervención en las guerras” (Lipo-
vetsky, 2011, 93). Mientras el centro del poder se
La cultura en sentido amplio establece mun- desplaza hacia Asia, “se expresa por doquier la
dos simbólicos e imaginarios, “construye al ser hostilidad por la arrogancia estadounidense, el
dándole reglas, fijándole objetivos y una jerar- desprecio por sus insignificantes valores mate-
quía de valores”. De este modo, “la educación no rialistas, la aversión por sus costumbres sexuales
puede disociarse de una formación humana más decadentes” (Lipovetsky, 2011, 94).
global”. Se requiere “aportar proyectos que no se No obstante, el aporte histórico de Occidente
reduzcan a consumir”. tan vilipendiado sigue aún siendo interiorizado

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POSMODERNIDAD Y EDUCACIÓN EN LA CONCEPCIÓN DE G. LIPOVETSKY 19

como estructura de fondo. La fuerza geopolíti- ascética, dando fuerzas al vivir que abrirán otros
ca de Occidente retrocede, pero su modelo de caminos a la felicidad.
organización y de vida sigue vigente: su raciona- La Posmodernidad no es un fenómeno total-
lidad tecnocientífica, el cálculo económico y los mente optimista. La felicidad de los individuos en
derechos humanos. No triunfa el occidentalismo, ella es efímera.
ni la supremacía del hombre blanco que tantos Tampoco se trata de hacer una fácil y super-
desastres ha causado (Lipovetsky, 2011, 186) y ficial denuncia apocalíptica.
que no podemos olvidar, ni el american way of Nos hallamos frente a una sociedad plu-
life erigido como modelo; sino la presencia de ral, pluridimensional, donde cabe ser, a la vez,
optimista y pesimista, sin contradicción, pues
una forma de pensar racional, con el aporte de la
depende de la perspectiva que se tome, dentro de
reactividad afectiva de otras culturas que puede
una complejidad de causas y efectos humanos,
generar una cosmopolización universalista de la
culturales y políticos.
realidad planetaria, una forma de vivir mejor y un Por un lado, se ha mundializado la idea del
sueño futuro y no tanto una dominación europeo- derecho a la salud; pero, por otro, nos hemos
americana (Lipovetsky, 2011, 207). cargado de incertidumbre e inseguridad. Se busca
seguridad ante el peligro que proviene de la tira-
nía de las minorías activas, que no hacen tamba-
5. Conclusión lear la democracia, pero que pueden generalizar
el terror y atemorizar la vida cotidiana (tribus
Los cambios culturales no tienen una sola urbanas, drogas, violencia juvenil) y romper los
causa. En ellos inciden lo económico, lo político, estilos de vida de tranquilidad pública.
los nuevos deseos y la seducción ante aquellos. Por un lado, vivimos en un clima hedonista
La escuela no es la única causante de los y progresista; pero, por otro, estamos cargados de
cambios sociales, ni será el único poder de cam- un clima de ansiedad. Estamos, a la vez, en una
bio. Las escuelas solas no podrán ni producir sociedad del entretenimiento y de la dificultad
para vivir.
ni cambiar una cultura; pero también es cierto
Si bien Lipovetsky percibe la Posmodernidad
que sin las escuelas, tampoco se podrá avanzar
como una época de decepción, también la con-
mucho en los cambios sociales. Las escuelas no
sidera una época con una búsqueda de felicidad
son una isla y pueden ser arrastradas ante las individual que puede llenar una vida. El com-
nuevas corrientes. promiso con las causas humanitarias, la investi-
¿Será necesario volver a los valores de la gación, la creación, la educación y la invención
modernidad? ¿Por qué volver? La vida biológica de formas de trabajos más gratificantes, no nos
y social como los ríos no vuelven: como afirmaba condenan a la desilusión.
Heráclito, nunca nos bañaremos dos veces en el En este contexto, si bien se le critica a Lipo-
mismo río. vetsky el atenuar los aspectos neoconservadores
La cultura del consumo tiene menos de un que incuba la Posmodernidad (Mardones, 2007,
siglo; es un pequeño momento en la historia 27; Bell, 1997, 88, Novak, 2004, 119), él no deja
humana. Ninguna cultura es eterna. Aunque la sin embargo de mencionar las grandes angustias
civilización consumista trajo beneficios, aunque que ella genera.
“desestructura a los individuos volviéndolos frá-
giles a nivel psicológico, la felicidad de las perso- Si la denuncia de la empresa tecnocrática
nas no progresa en proporción con las riquezas” y la celebración del individuo responsable
y creativo merecen el elogio al reactivar la
(Lipovetsky, 2008, 126).
tradición ética del respeto a la persona, no
Es posible pensar que vendrá una transfor- deben perderse de vista las nuevas contradic-
mación cultural que revalorice las prioridades ciones que resultan de ella: más independen-
de la vida, la jerarquía de los objetivos. El cia pero más ansiedad, más iniciativa pero
trabajo (primera necesidad de la existencia, más exigencia de movilización, más valora-
según Marx) podrá conciliarse con el goce y la ción de las diferencias pero más imperativo

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20 WILLIAM ROBERTO DAROS

competitivo, más individualismo pero más al ocio, la cultura como mercancía, el ecologismo
espíritu de equipo y de «comunidad integra- como disfraz y pose social, entre otros.
da», más celebración del respeto individual
pero más conminaciones a cambiar y reci-
clarse (Lipovetsky, 1994, 279). Referencias
Por otra parte, queda claro que Lipovetsky no Bauman, Z. (2013). Sobre la educación en el mundo
atribuye las causas de estas limitaciones a la sola líquido. Buenos Aires: Paidós.
economía, al capitalismo o al neoliberalismo. Él Beck, Ulrich. (2005). La mira cosmopolita o la guerra
se contenta con describir, como sociólogo, la situa- es la paz. Barcelona: Paidós.
ción social como un cambio cultural, sin profundi- Bell, A. (2007). Las contradicciones del Capitalismo.
zar en las causas de esta: se ha dado un cambio en Madrid: Alianza.
Beltrán, L. (2006). Cristianismo y economía de
los deseos culturalmente vividos. Estos se orientan
mercado. Madrid: Unión editorial.
hacia el consumo, el placer individualmente vivido Ganito, Carla y Maurício Ana. (2010). Entrevista a
sin culpa y hacia la autoseducción. No obstante, Gilles Lipovetsky. Comunicaçâo e Cultura, 9,
fuera de Europa e incluso dentro de los EE. UU., 150-168.
quedan aún hoy millones de personas marginadas Lipovetsky, G. (2006). Educar en la ciudadanía.
de este mentado consumo en masa y de la vida pla- Valencia: Institución Alfons el Magnànim.
centera, hecho que es necesario no olvidar. Estos Lipovetsky, G. (1994). El crepúsculo del deber. La ética
pueblos aun en medio de sufrimientos y precarie- indolora de los nuevos tiempos democráticos.
Barcelona: Anagrama.
dades tienen también valores humanos (ligados
. (1994). La era del vacío. Ensayos sobre
principalmente a los afectos) que otros pueblos el individualismo contemporáneo. Barcelona:
“más avanzados” están perdiendo. Anagrama.
. (2008). La sociedad de la decepción.
(*) El autor agradece el otorgamiento de una beca a Barcelona: Anagrama.
la Universidad Adventista del Plata (UAP [Entre . (1999). La Cultura-Mundo: Respuesta
Ríos, Argentina), que hizo posible este trabajo, el a una Sociedad Desorientada. Barcelona:
cual se encuadra en el texto mayor de un libro en Anagrama.
preparación. En este libro, se hallan explicitadas Lipovetsky, Gilles y Hervé Juvin (2011). El Occidente
algunas afirmaciones y conclusiones solo enuncia- globalizado. Un debate sobre la cultura
das aquí, dados los límites que impone un artículo. planetaria. Barcelona: Anagrama.
Mardones, J. M. (2007). Posmodernidad y
neoconservadurismo. Estela (Navarra): Verbo
Nota Divino.
Novak, M. (2004). El espíritu del capitalismo
democrático. Buenos Aires: Tres Tiempos.
1. Gilles Lipovetsky nació en París, en 1944. Es un
filósofo francés, profesor agregado de filosofía,
profesor de la Universidad de Grenoble, miembro
del Consejo de Análisis de la Sociedad y consul-
William Roberto Daros (daroswr@yahoo.
tor de la asociación Progrès du Management. En es). Docente e investigador de la Universidad
sus principales obras hace un análisis de lo que Adventista del Plata (Entre Ríos, República
se ha considerado la sociedad posmoderna, con Argentina).
temas recurrentes como el consumo, el hiperindi-
vidualismo contemporáneo, la hipermodernidad,
la cultura de masas, la globalización, el hedonis- Recibido: el lunes 3 de marzo de 2014.
mo, la moda y lo efímero, los Mass media, el culto Aprobado: el martes 21 de octubre de 2014.

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