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FORMAS DE EXCLUSION DE LA HERENCIA

Gustavo Palacio nos dice:[1] “En la doctrina civil de Derecho de Sucesiones se


entienden como formas de exclusión dela herencia, dos: A) La indignidad y B) la
desheredación, además del caso especial de incompatibilidad para heredar,
previsto en el art. 688 del cual código (Dispociones Generales sobre la Sucesión
testamentaria).
El actual código es más cercano en lo que concierne a las formas de exclusión
de la herencia, pues, contempla las causas y los efectos de la Indignidad en el
Titulo II de la sección Primera de Libro Cuarto, a diferencia del código derogado
que la incluía en el Titulo II dela sección Primera, entre las llamadas
“incapacidades para heredar”. A la desheredación le dedica el Código vigente el
título V de la sección que comprende la Sucesión testamentaria (Artículos742
al766).

CAPITULO I: LA INDIGNIDAD

1. Definición.
1.1 Luis Echecopar dice que:[2] “Se entiende por indignidad la sanción que se
impone a una persona y en virtud de la cual no puede heredar por haber incurrido
en actos de tal naturaleza, respecto del causante, que no justificaran que este le
dejase todo o parte de sus bienes. Los actos tiene que ser tan graves que
originen la disolución de toso vínculo familiar, moral o económico entre ambas
partes.
Nuestro código confunde la indignidad con la incapacidad, pero, en realidad, no
deben asimilarse. La primera tiene carácter penal y se impone en vista de graves
atentados contra el difunto o sus familiares, mientras que la segunda depende
enteramente de circunstancias personales que no envuelven falta de ninguna
clase.
Tampoco debe ser confundida con desheredación que es la privación de la
herencia por voluntad del causante, mientras que la indignidad existe por el
mérito de la ley.
La indignidad deriva de la institución romana llamada “Ereptorium” y en virtud de
la cual, por silencio del difunto, la ley privaba de la herencia a determinados
herederos indignos de suceder.
1.2 Gustavo Palacio nos dice que[3]: “Se entiende por indignidad la sanción legal
que produce como efecto o consecuencia, la pérdida del derecho hereditario en
el sucesor, sea a título de heredero o de legatario, como sanción por haber
cometido aquel, un determinado hecho, expresamente previsto por la ley, en
agravio o perjuicio del causante, o también de su cónyuge o aun de determinados
parientes, según sea el caso. La indignidad viene a ser una especie de
“penalidad civil” en el ámbito sucesorio.
El tratamiento que ahora recibe esta forma de exclusión de la herencia, llamada
indignidad permite poder establecer su diferenciación con la “incapacidad”, pues,
mientras esta última ópera de pleno derecho, imposibilitando adquirir la herencia
y, dependiendo de circunstancias personales que no se califican como falta.
Contrariamente, la indignidad si se basa en la comisión por parte del heredero,
de una falta que la ley prevé expresamente; además, se precisa de dela
expedición de una sentencia judicial que la declare concreta y personalmente”.
1.3 Rebeca Jara Quispe cita cuatro autores para dar definiciones de la indignidad
:” [4]La indignidad está normada en el Titulo III («Indignidad») de la Sección
Primera (Sucesión en general.) del Libro IV («Derecho de Sucesiones), en los
artículos 667 al 671.
Gatti define a la indignidad como “una sancióno pena civil, dictada por autoridad
judicial competente, a pedido de los interesados, que tiene por objeto excluir al
indigno de la sucesión, y que se traduce prácticamente por la caducidad del
derecho hereditario” (GAITI, 1950: 16).
Domínguez Benavente y Domínguez Águila califican a la indignidad como “una
anomalía de la vocación suceso La fundada en el demérito del sucesor, sea por
haber faltado a los deberes que tenía con el causante y durante la vida de éste;
sea por faltar a los deberes que el respeto a la memoria del de cujus le imponía”.
(DOMÍNGUEZ BENAVENTE; y DOMÍNGUEZ AGUILA, 1990, Torno I: 213).
Para Castañeda, “la indignidad crea prohibiciones para suceder. El indigno
podría ser heredero o legatario, pero debido a que ha cometido ciertos hechos
es excluido de la herencia por la ley, siempre que ésta sea invocada por los otros
herederos o por quienes van a ser herederos en sustitución del indigno”
(CASTAÑEDA, 1975, Torno 1: 46). El indicado jurista concluye que la indignidad,
en sustancia, constituye una imposibilidad jurídica de suceder» (CASTAÑEDA,
1975, Tomo I: 50).
1.4 José Arias nos dice al respecto de la indignidad: [5] “La herencia es, por
lo corriente, un favor un beneficio. Tal es así que el orden de la sucesión
intestada se funda en el posible afecto del de cujus. Es natural pues, que, con el
mismo fundamento, se lo prive de la herencia aquel cuya conducta ha debido
destruir o disminuir tal sentimiento y lo excluya por indignidad.
De acuerdo a lo ya adelantado, la indignidad de es una causa de exclusión de
un sucesor, tanto en la herencia ab intestato como en la testamentaria, fundada
en hechos graves cometidos por aquel contra el causante. La letra del art.3298
nos autoriza a incluiral legatario entre los que pueden ser sujetos de una
declaración de indignidad.
No se produce de pleno derecho como si lo quiere la jurisprudencia francesa (D.
54-2-257 y D. 56-2-195), desde luego interpretando el código Napoleón pues,
entre nosotros su admisión sería incompatible con las reglas de los artículos
3303, que se refiere al que ha sido declarado indigno de suceder, y el 3309 y su
nota que declara l indigno dueño efectivo de los bienes hasta la sentencia que lo
excluye. Insistiendo: en nuestro derecho la indignidad no se opera ipso iure por
la simple comisión del acto previsto por la ley.”

1.5 Benjamín Llanos nos dice acerca de la indignidad que: [6] “Cuando una
persona ha cometido inconductas contra el causante o sus parientes próximos
pueden ser excluidas de la herencia. Esta exclusión impuesta por decisión
judicial toma el nombre de indignidad.

El autor uruguayo Hugo Gatti la define como sanción o pena civil dictada por
autoridad judicial competente, a pedido de los interesados, y tiene por objeto
excluir al indigno de la sucesión, lo que se traduce prácticamente por la
caducidad del derecho hereditario.

Salvo la última expresión referida a la caducidad, estamos de acuerdo con dicha


definición, pues la indignidad es una forma de exclusión de una sucesión (la otra
forma es la desheredación) debido a una inconducta del sucesor, lo cual se
traduce en una suerte de pena civil expedida por la autoridad judicial, ya que la
indignidad no procede por decisión propia del causante ni de los herederos, sino
-que debe provenir de una decisión judicial que termina excluyendo de una
sucesión a la persona que ha cometido la falta tipificada por la ley.

Existen varias definiciones de la indignidad, como la de Rébora para quien es


una anomalía de la vocación hereditaria, o la de Alvadalejo, quien la califica como
ineptitud para suceder. En el Perú, Luis Echecopar refiere que se trata de una
sanción al sucesor en virtud de la cual no puede heredar por haber cometido
actos graves contra el causante, actos que han originado disolución de todo
vínculo moral entre el causante y el sucesor. Para nosotros queda claro que se
trata de una sanción judicial impuesta al sucesor que ha cometido actos contra
la persona o los intereses del causante, o contra sus cercanos y directos
parientes.”

2.Reseña histórica de la indignidad.

Benjamín Llanos nos dice:[7] “Procede del Derecho imperial romano. La


indignidad se derivó de dos instituciones: La ex heredatio como posibilidad de
que el padre pudiera privar de los bienes a sus hijos, lo que dio lugar a litigios; y
el ereptorium, por el cual, en caso de silencio del difunto la ley apartaba a ciertos
herederos cuando eran indignos de heredar.
Procede de la palabra latina ereptorius a um, lo que debe ser quitado o
arrebatado. Las causas de indignidad estaban contempladas en el Digesto y en
general se refieren a conducta inmoral, delictiva o deshonrosa del heredero
respecto del causante.
En el Derecho germánico se admitió la indignidad en los únicos casos que
contemplaba el precepto legal, con exclusión del incontrolado arbitrio del cau-
sante. Según éste, quedaban privados de la herencia el que niega subsidio al
pariente, quien podía por este hecho transferir a un extraño todo su patrimonio;
el hijo que usa violencia contra el padre; el hermano u otro pariente que asesina
o intenta asesinar a la persona de cuya sucesión se trata; la hija que desobedece
al padre, especialmente cuando rompe los esponsales concluidos por él y se
casa con hombre de condición servil.”

3.Naturaleza jurídica.

Benjamín Llanos desarrolla: [8] “Binder y Maffia opinan que se trata de una
penalidad civil, pues no se trata de una incapacidad. Ésta, a decir de Cornejo
Chávez, se refiere al ser mismo, mientras que la indignidad se refiere a actos
sancionables cometidos por el heredero.

Por nuestra parte considerarnos que estarnos ante una pena o condena civil. En
efecto, el legislador usando su criterio establece determinadas conductas y las
considera agraviantes contra el causante y en función de ello determinauna
sanción civil, la cual se traduce en una inhabilidad sucesoria, pues se aparta al
ofensor de la herencia de su causante.”
4. Fundamentos.

Benjamín Llanos define que: [9]“La razón fundamental que explica la indignidad
sucesoria radica básicamente en el respeto y gratitud que debe guardar todo
posible sucesor hacia su causahabiente, no contrariando con su conducta los
sentimientos cíe afecto en que se basa la sucesión hereditaria como su
motivación natural. Coincidimos con José Arias pues, al igual que él,
consideramos que la sucesión encierra un beneficio para el sucesor, quien recibe
pura y simplemente sin dar nada a cambio. Dice Arias: «La herencia es por lo
corriente un favor, un beneficio, tal es así que el orden de la sucesión intestada
se funda en el posible afecto del de cujus. Es natural pues que, con el mismo
fundamento, se le prive de la herencia a aquel cuya conducta ha debido destruir
o disminuir tal sentimiento y se lo excluya por indignidad».

A todo ello debemos agregar una suerte de moral pública que el Derecho debe
tutelar, en este caso el cumplimiento de los deberes morales tanto de los
cónyuges, como de los padres e hijos recíprocamente, y lo hace fijando una
sanción al privar de la herencia a aquel que incumple estos deberes. En este
contexto se ubica la indignidad.”

5. Caracteres de la indignidad:
Gustavo Palacio nos dice que: [10] “Son caracteres de la indignidad:
 Es una sanción legal fundada en hechos graves expresamente mencionados por
la ley;
 Es personal, su comisión priva al sucesor de la herencia, con respecto a un
determinado causante;
 Funciona en la succión legal y también en la testamentaria;
 Solo es sancionada en una sentencia dictada en un proceso iniciado por el
interesado, con vocación sucesoria; esto es no opera de pleno derecho.
 Puede ser perdonada por instituirse al indigno, heredero y declarase en ese
sentido en testamento o en escritura pública art.670), norma esta que no se
encontraba en el código Civil derogado de 1936.”

6. Causales de la Indignidad y acción para hacerla efectiva.


Gustavo Palacio establece que: [11] “La exclusión por indignidad, dice el Art.668
del Código debe ser declarada por sentencia .Las únicas personas que pueden
promover un juicio con este objeto, son las que posean “vocación sucesoria”
que les sea suficiente para suceder a falta del indigno o en concurrencia con él
y que prueban la comisión de la falta o causal .Sin embargo, la acción prescribe
al año de entrar el indigno en posesión de la herencia o del legado.
6.1 Las causales de indignidad: se enumeran en el Art. 667 del C.C (en el
derogado se especificaban en el precepto 665).Son las siguientes:
1ª. La autoría o complicidad del homicidio doloso o su tentativa, en agravio del
causante, de su cónyuge, ascendientes o descendientes. Las circunstancias del
indulto del delito o la prescripción de la pena no la hacen desaparecer. Su
antecedente es el Inc. 1º.del 665 que extendía el agravio a los herederos y hacía
referencia al atentado contra la vida, que podía entenderse y tanto como la
comisión del delito, como también la mera tentativa.
2ª.La condena por delito doloso en agravio del causante, de su cónyuge,
ascendientes o descendientes. Este inciso reemplaza al 2do. Del artículo
mencionado que limitaba sus alcances a los delitos de homicidio, lesiones, riña
y contra el honor y las buenas costumbres
3ª.La denuncia calumniosa al causante por delito sancionado con pena privativa
de la libertad. Vemos que se requiere de una denuncia, en la cual el indigno
impute falsamente o sabiendo que tal delito no existe.
El Inc. 3º del artículo correspondiente del Código derogado, exigía únicamente
la denuncia por delito penado con prisión.
4º.El empleo de dolo o violencia para impedir al causante que otorgue
testamento; obligarlo a hacerlo; u, obligarlo para que revoque total o
parcialmente el ya otorgado.
5º. La destrucción, ocultación, falsificación o alteración del testamento, o el uso,
a sabiendas, de uno falsificado. Es una causal nueva que versa sobre
casos en que el indigno actúe sobre el testamento, y no sobre la persona del
testador, como en el caso previsto por el inciso anterior.
No es posible iniciar acción de declaración por indignidad contra los menores de
edad, incapaces, ni mayores de edad privados de discernimiento (última parte
del Art. 748).”
6.2 Personas que pueden ejercitar la acción de exclusión de la sucesión
por indignidad.
Rebeca S. Jara Quispe establece que: [12]En lo que respecta a las
personas que pudieran ejercitar la acción de exclusión de la sucesión por
indignidad, cabe indicar que, conforme al Código Civil, la exclusión por indignidad
del heredero o legatario debe ser declarada por sentencia, en juicio que puede
promover contra el indigno los llamados a suceder a falta o en concurrencia con
él. Ello según el art 668 del Código Civil.
Acerca de lo tratado en este punto, Hernández y Ugarte enseñan lo siguiente:
«En lo que se refiere a legitimación activa, (...) las exclusiones por causa de
incapacidad o indignidad no pueden ser demandadas sino por los parientes a
quien corresponda suceder a falta del excluido de la herencia o en concurrencia
con él.
(...) El cónyuge supérstite (...) también se encuentra habilitado para demandar la
indignidad, dada la condición sucesoria que (se) le otorga (...) y la posición
especial que se le ha dado, según la cual no es excluido por ningún otro orden,
concurre con descendientes y ascendientes y excluye a los colaterales, y
además es un heredero forzoso.
(...) El heredero instituido también podrá accionar por indignidad. Aun cuando no
sea pariente, como tiene vocación al todo de la herencia, y vocación potencial
expansiva derivada de su condición de heredero, también estará legitimado,
como el cónyuge sobreviviente (...).
En suma, los legitimados para demandar la indignidad serán los parientes -en
grado sucesible, obviamente el cónyuge y los herederos instituidos»
(HERNANDEZ y UGARTE, 1996: 89).
Según Lohmann Luca de Tena, puede demandar todo aquel que, de no haber
indignidad, hubiera concurrido con el indigno. Es decir, está legitimado el sucesor
que sigue en el puesto siguiente de la línea sucesoria. Por lo tanto, no es
solamente el llamado en el momento de la muerte del causante, sino también
quien siga a éste si muere o renuncia a la herencia, o situación semejante. No
están, pues, legitimados quienes como consecuencia de la declaración de
indignidad no pueden obtener un beneficio o mejorar el que les corresponda
(LOHMANN LUCA DE TENA, 1995, Tomo 177). El mencionado tratadista
nacional agrega que legitimados activamente no son sólo los llamados a
suceder a falta del indigno o que hubieran concurrido con él, sino también los
pasibles de una acción de reducción a pedido del presunto indigno, o de colación
por la participación de él» (LOHMANN LUCA DE TENA, 1995, Tomo I 179).
En opinión de ZANNONI
Las exclusiones por causa de indignidad no pueden ser demandadas si no por
los parientes a quienes corresponda suceder a falta del excluido en la herencia
o en la coocurrencia con el (al mencionarse) a los parientes llamados a suceder
a falta del indigno o en concurrencia con el pareciera (limitarse) la acción solo
a los herederos legítimos, cuya vocación ab intestato hace la ley en base al
vínculo de parentesco. Sin embargo, también están legitimados todos los que,
en concurrencia o exclusión del indigno tienen vocación hereditaria: así el
conyugue supérstite si es heredero; el heredero instituido en testamento, desde
que, aun cuando su vocación encuentra fundamento en un acto de última
voluntad del causante, independientemente del vínculo de parentesco, goza
tanto respecto de terceros como respecto de los coherederos de los mismos
derechos que los herederos legítimos y pueden ejercer todas las acciones que
podría ejercer un heredero legítimo, etc.
En cuanto a los deudores de la sucesión:
No podrán oponer al demandante la excepción de indignidad. Tampoco están
legitimados los acreedores de la sucesión desde que carecen de todo interés
jurídico, ni los acreedores de otros herederos podrán por la vía de la acción
subrogatoria demandar la indignidad del coheredero: estamos frente a una
acción no ejercible subrogatoriamente y reiteramos, el ejercicio de la acción no
se sustenta para ellos en la tutela de ningún interés legítimo.
Solo se legitima la acción entre coherederos con vocación actual, o eventual
realizable por la exclusión del indigno.
El fisco en ningún caso estará en condiciones de oponer la indignidad: ni aun
siquiera cuando se trate del único heredero (ZANNONO, 1976 VOLUMEN 1:
169-171)
BORDA en cuanto a las personas que pueden ejercitar la acción de exclusión
de la sucesión por indignidad, refiere lo siguiente:
Las exclusiones por causa de indignidad solo pueden ser demandadas por los
parientes a quienes corresponda suceder a falta del excluido de la herencia o en
concurrencia con él.
Se trata, por tanto, de un derecho excepcional, que la ley confiere únicamente a
los parientes interesados desde el punto de vista patrimonial en la exclusión del
indigno. Los restantes parientes no pueden promover la acción so color de la
defensa de la memoria del difunto. La ley ha dispuesto que si aquéllos, que son
los más allegados al causante, prefieren guardar silencio, no debe facultarse a
los demás para remover cuestiones tan íntimas (...).
Aunque la ley habla sólo de parientes y aunque, en rigor, el cónyuge no lo es, no
cabe duda de que también él tiene la acción, desde que su unión afectiva con el
causante es por cierto más íntima que la de cualquier otro pariente (...).
(..) Debe reconocerse la acción al heredero instituido no pariente. Debe
suponerse que en él confluyen el afecto hacia el causante y el interés patrimonial
de los parientes; es tan heredero como éstos (...).
(...) No pueden reconocerse la acción a los legatarios. Es verdad que ellos
también pueden tener un interés en la declaración de indignidad (corno ocurriría
en el caso de que el legado no pudiera cumplirse íntegramente por afectar la
legítima del heredero); pero (...) no es posible permitir que los extraños
promuevan estas cuestiones, por mucho que sea un interés económico.
Tampoco el Fisco puede demandar la indignidad. Su derecho no es propiamente
el de un heredero, sino que, cuando nadie se presenta, adquiere los bienes del
difunto por el derecho que le compete sobre todas las cosas sin dueño La
indignidad se
Funda sobre todo en razones morales; los parientes son los mejores jueces para
resolver si deben o no ventilar esas causas; el Fisco nada tiene que hacer con
ellas
Tampoco gozan de la acción los acreedores de la sucesión. Ellos ni siquiera
pueden invocar un interés económico, pues, cualquiera que sea el heredero, lo
mismo cobrará su crédito. Y si la solvencia del indigno les parece dudosa, tienen
a su disposición el recurso de pedir la separación de patrimonios.
(...) Se ha discutido si los acreedores del heredero que vendría a ocupar el lugar
del indigno pueden, por vía de la acción subrogatoria, intentar la demanda (...)
Es verdad que los acreedores tienen un interés patrimonial evidente en la
declaración de indignidad. Pero en esta materia pesan consideraciones más
importantes que las simplemente pecuniarias. Se trata de evitar que salgan a la
luz miserias disimuladas en el seno de la familia; de impedir el escóndalo que
significa dar a publicidad el mal proceder de un pariente muy allegado al
causante. El derecho de intentar la - acción de indignidad, por todas las
implicancias que supone, debe reputarse inherente a la persona; escapa, por
tanto, a la acción oblicua...» (BORDA, 1980: 105-108).
7. Efectos de la Indignidad.
Gustavo Palacio define que:[13] “El fundamental efecto es la pérdida en perjuicio
del indigno de la herencia de su causante, quedando obligado a restituir a la
masa los bienes hereditarios y a reintegrar los frutos percibidos que pasarán a
acrecentar el acervo sucesorio.
A partir de ese momento funcionará la Representación en línea recta o en línea
colateral, para los descendientes o hijos del hermano indigno, respectivamente,
tanto en la sucesión legal, como en la testamentaria, con la salvedad del Art.
685.
Además, el Art. 671 contempla el supuesto en que el excluido hubiera enajenado
los bienes hereditarios a terceros, supuesto en el cual rigen, con relación a dicho
tema para el adquiriente, las siguientes reglas:
 Si adquirió sin buena fe, es pasible de una sanción reivindicatoria interpuesta
por los beneficiarios con la exclusión, quedando obligado a resarcir los frutos
y el perjuicio que les hubiere ocasionado. La buena fe se presume por la debida
inscripción del derecho del heredero aparente, en la partida registral del
inmueble;
 Si posee el bien a título gratuito o sin título, los herederos verdaderos tienen
el derecho de reivindicarlo. (Ver Arts. 671, 665,666).”
8.Perdón al indigno.

Benjamín Llanos nos dice que: [14] “El artículo 669 del Código Civil de 1984
refiere que el causante puede perdonar al indigno de acuerdo a las normas de
desheredación, remitiéndose a lo dispuesto en el artículo 753 del Código Civil,
considerándose que el causante ha perdonado al indigno si lo instituye heredero
y lo declara expresamente en su testamento o escritura pública.
Sobre el particular nos parece un error del artículo 753 aludir a la escritura
pública, pues la única forma de instituir heredero o revocar la institución es el
testamento, tal como aparece en los artículos 734 y 799 del Código Civil. Por
otro lado, habría que señalar que el perdón supone que el causante conoció la
falta, por ello el perdón tiene que ser expreso, pues si el causante no conoció la
falta ¿cómo operaría el perdón? Se perdona cuando se conoce la falta, por tanto,
la sola designación de heredero no basta para que opere el perdón, puespara
que éste funcione el testador debe declarar que ha perdonado al heredero V en
atención a ello lo instituye como tal.
Una situación similar al perdón, en cuanto a los efectos, se da cuando los
sucesores llamados a accionar no lo hacen dentro del término de ley que fija el
artículo 668 del Código Civil de 1984. En tal caso no opera la indignidad y el
sucesor que cometió la falta participa de la herencia como cualquier oteo
sucesor.
El perdón, al reponer al indigno en todos sus derechos de sucesor, implica que
al abrirse la sucesión los sucesores no podrán iniciar acción alguna sobre la
indignidad.”

CAPITULO II: LA DESHEREDACIÓN

1. Definición.
1.1 Luis Echecopar nos dice que:[15] “En sentido genérico, dice Demófilo de
Buen, desheredar es no instituir herederos a quienes se consideran con fundad
expectativa de serlo; en sentido técnico, desheredación es una declaración
explicita de voluntad por la que un testador priva de su legitima a un heredero
“forzoso”.[16]
1.2 Gustavo Palacio nos dice que: “La desheredación consiste en una
declaración expresa de voluntad por la cual el “testador” priva de su legítima a
un heredero forzoso. Todo el que tiene facultad y capacidad para testar , la tiene
igualmente para desheredar , siempre que tenga de base una causal
expresamente prevista por la ley (Art. 713 C.C 36 y 742 del C.C vigente).
El Art. 742 del Código de 1984 contiene propiamente una definición de la
desheredación cuando dice que “Por la desheredación el testador puede privar
de la legítima al heredero forzoso que hubiera incurrido en alguna de las
causales previstas en la ley”. Consiste en una declaración expresa de la voluntad
del testador. La desheredación es considerada como una sanción moral, con sus
consecuencias de orden pecuniario para los herederos forzosos que no observe
una conducta, un comportamiento conveniente y, necesario como para merecer
recibir la legítima que les corresponde. Sería inmoral, el solo suponer que un
heredero forzoso luego de haber faltado de obra a su padre o a la cónyuge de
éste, o haberles negado injustificadamente los alimentos y cuidados que por su
avanzada edad requieren, se le beneficie con una cuantiosa fortuna , recibida de
éste , mortis causa.[17]
1.3 Rebeca Jara Quispe nos dice que:[18] “El Código Civil contempla a la
desheredación en el Título V («Desheredación) de la Sección Segunda
(«Sucesión testamentaria») del Libro IV («Derecho de Sucesiones»), los
artículos 742 al 755.
En el artículo 742 del Código Civil se precisa que por la desheredación el testador
puede privar de la legítima (parte de la herencia de la que no puede disponer
libremente el testador cuando tiene herederos forzosos, según el art. 723 del
Código Civil) al heredero forzoso (hijos y demás descendientes, padres y demás
ascendientes, y el cónyuge) que hubiera incurrido en alguna de las causales
previstas en la ley.”
1.4 Jesús Gómez Taboada nos dice que:[19] La desheredación es la privación,
por parte del testador, al legitimario de su derecho a legítima, en virtud de alguna
de las causas que establece la ley. Por eso el art. 451- 25.1 señala que “… la
desheredación justa extingue… (n) la respectiva legitima individual.”
1.5 José Arias define:[20] “La desheredación que, como se ha dicho, más que
una incapacidad, importa una exclusión de la herencia, solo funciona en las
sucesiones testamentarias y respecto a los herederos forzosos.
Esta circunstancia exige que se la contemple luego de haber precisado otros
conceptos. Plan que, por otra parte, sigue el Código Civil.
Digamos aquí, en términos generales, que la desheredación es la exclusión de
un heredero forzoso (¿excepto el cónyuge?) – esto es, con derecho a porción
legitima- hecha por el testador expresamente y con mención de una causa legal
en su testamento.
La ley de las XII Tablas autorizaba al paterfamilias a disponer libremente de sus
bienes. Sin embargo, la jurisprudencia entendió que ciertos herederos, sui,
aquellos que se encontraban bajo su potestad, debían ser objeto de una
exclusión expresa en el testamento.
La historia de la desheredación demuestra como en esta materia se fueron
extremando las exigencias.
Originariamente, mientras los hijos debían ser desheredados nominatim, es
decir, individualmente las hijas y otros descendientes podían serlo de una
manera colectiva. El derecho pretoriano exigió la desheredación expresa tanto
de los herederos suyos, como de los hijos emancipados, y nominatim a todos los
descendientes del sexo masculino. La violación de esas reglas possessio contra
tabulas.
Justiniano (Cód. VI, 28, 4) dispuso que todos los hijos, incluyendo los póstumos,
sin distinción de grado ni sexo, debían ser instituidos o desheredados
nominalmente en el orden en que fueran llamados a la sucesión ab intestato.
Luego, por la Novela 115 solo permitió la desheredación por las catorce causas
de ingratitud que enumera el capítulo III para los descendientes; y, en cuanto a
los ascendientes, por las ocho causas del capítulo IV. Ambos de la constitución
aludida.
Tanto Bibiloni como la Comisión Reformadora suprimen la desheredación que
fusionan con la indignidad. Sin embargo, en el informe de aquella, se guarda
silencio al respecto, no obstante ser necesaria la manifestación de los motivos
de semejante reforma, tanto más cuanto que, al considerársela, el Dr. Martínez
Paz abogo por el mantenimiento de la desheredación, recordando que ella figura
actualmente en legislaciones tan modernas como el Código Civil Alemán (art.
2333 (a 2338)), el Suizo (art. 477. (a 480)) y el Brasileño (art. 1741 (a 1745)).
A nuestro juicio debe subsistir la separación, por lo menos – si se quieren unificar
las causas de ambas- en cuanto a forma y efectos, no es lo mismo que el
causante desherede expresamente a un heredero, que se lo excluya por indigno
mediante juicio especial. En el primer caso hay una presunción de culpa el
fallecimiento del testador; en el segundo, no. Aparte de esto, tampoco pude ser
igual la situación de ambos desde la apertura del juicio sucesorio de ambos
desde la apertura del juicio sucesorio hasta la sentencia que admite o rechaza la
causal: el desheredado esta prima facie excluido; el indigno, no; y de allí que el
Código acuerde a los terceros que celebraron actos con este, los beneficios del
art. 3309.”
2. Origen.
Luis Echecopar define que: “[21]El derecho de desheredar fue reconocido en el
código de Hammurabi, dictado, según calcula, dos mil años antes dela era
cristiana.
En el derecho romano sufrió muchas vicisitudes. Originalmente el testador tenía
amplia libertad para disponer de sus bienes. No existía la legitima y, por
consiguiente, no cabía entonces hablar de desheredación. En tal época, y aun
durante el régimen establecido por la ley de las Doce Tablas, para desheredar a
un descendiente bastaba no mencionarlo en el testamento.
Posteriormente, cuando ya se fue admitiendo en Roma la existencia de
herederos forzosos, se consideró obligatorio mencionarlos a todos en el
testamento, aunque podían ser desheredados por voluntad del testador sin que
la ley especial determinase las causales respectivas.
Con el progreso del derecho, la justicia romana resolvió que el testador de todos
modos debía dejar algo al heredero forzoso, por deber moral u officiumpietatis
de su parte; y solo por causas muy restringidas podía desheredar a un
descendiente o ascendiente.
Este deber moral se transformó posteriormente en un deber legal y, ya en la
Novela 115 de Justiniano, se enumera expresamente las causales de
desheredación.
En España, el Fuero Juzgo y el Fuero Real se ocuparon de la institución,
estableciendo la posibilidad de desheredar a los descendientes. La
reglamentación culmino en las partidas, siguiendo las tendencias del derecho
romano.
La desheredación nace y existe, de acuerdo con lo expuesto, como una
consecuencia de la legítima. Donde y cuando hay libertad de testar no se le
necesita.
Las partidas disponían que el desheredado, por lo menos, debía tener la edad
de 10 años y medio, y consideraban entre las causas de desheredación la de
contraer matrimonio sin consentimiento paterno y matrimonio clandestino.
Nuestro Código de 1852 reglamento ampliamente la institución y el actual Código
(1936) ha seguido la misma tendencia, reproduciendo concretamente las
disposiciones del anterior, pero sin incluir entre las causales el matrimonio de un
menor sin consentimiento de sus padres, por pensar que el matrimonio puede
llevarse a cabo por razones que en nada afectan la organización normal de
la familia, ni el respeto que se debe al padre.”
3. Fundamento.
Luis Echecopar nos dice que: “[22]La desheredación tiene por objeto imponer la
disciplina familiar y dejar en manos del testador una facilidad para castigar a las
personas que le hayan ofendido gravemente o que por su conducta no sean
dignas de heredarle
Las reglas que autorizan la desheredación constituyen un estímulo para el
cumplimiento de los deberes familiares existentes de un modo reciproco entre
los herederos forzosos.
Nuestra comisión reformadora mantuvo tal criterio y conservo la institución en el
Código vigente.”

4. Condiciones de la desheredación.
Gustavo Palacio define que:[23] “De la propia definición que hemos dado de la
desheredación surgen, sus “condiciones”. Ellas son:
1. Indudablemente para la procedencia de la desheredación debe existir una causal
que la justifique. se trata no de cualquier causal, sino de alguna o algunas que
ya estén previamente previstas por la ley civil.
2. Que se trate no de cualquier heredero, sino precisamente de herederos forzosos
(esto es , el cónyuge del testador , sus descendientes o sus ascendientes ); y
3. Manifestación expresa de la voluntad de desheredar; esto es, que el testador
manifieste en forma indubitable su propósito de desheredar, y que surge clara,
nítidamente del propio testamento.
El que deshereda puede promover juicio para justificar su decisión. La sentencia
que se pronuncia, impide contradecir la desheredación; así lo dispone el Art. 751
del Código de 1984 (semejante al Art. 716 del anterior).
La acción contradictoria corresponde ejercitar a la persona afectada con la
desheredación, si considera que fue privada de la herencia, injustificadamente.
Se dirigirá contra los herederos del causante, debiendo probar que no incurrió
en las causales alegadas por el testador. Tal acción también compete a los
herederos del desheredado. La acción se extingue a los dos años, que se
cuentan desde la muerte del testador o desde cuando el desheredado toma
conocimiento del hecho de la desheredación.”
5. Causales de la desheredación.
Gustavo Palacio nos dice que:[24]“Se perciben algunas diferencias en relación
a las causales de la desheredación, entre el Código Civil vigente y derogado,
concretadas en un aumento del número de causales, por un lado y, la
especificación en tres artículos, para cada uno de los herederos forzosos, según
sea el caso. El Art. 713 del Código anterior constaba de 5 incisos, uno para cada
causal; en tanto que el vigente las distribuye de la siguiente forma:
5.1 Para los descendientes (Art. 744).
1. El maltrato de obra o la injuria grave y reiterada a cualquiera de los
ascendientes, sea el causante o a su cónyuge ;
2. La negación injustificada de alimentos o el abandono al ascendiente que se
encontrare enfermo de gravedad o imposibilitado de valerse por sí mismo;
3. La privación injustificada de la libertad;
4. Llevar una vida deshonrosa o inmoral.
Constituyen sus antecedentes, los incisos 1 y 2 del Art. 713 del derogado. El
primero por la negación a los ascendientes, sin motivo legítimo a proporcionar
alimentos; y, el segundo por cuanto el hecho de entregarse la hija o la nieta a la
prostitución, importa llevar una vida deshonrosa o inmoral.
5.2 Para los ascendientes (Art. 745).
1. Negar injustificadamente alimentos a sus descendientes:
2. Incurrir en alguna de las causales para la pérdida de la patria potestad o el haber
sufrido la privación de la patria potestad.
El art. 462 dl mismo cuerpo de leyes, como vimos oportunamente, señala que la
patria potestad se pierde por condena a pena que la produzca, o por abandono
al hijo durante seis meses continuos a cuando la duración, sumada del abandono
exceda de este plazo.
Por otra parte, la privación de la patria potestad, procede conforme al Art. 463
del vigente C.C en los tres supuestos siguientes: 1) Cuando los padres dan
órdenes, consejos o ejemplos corruptos o por dedicar a sus hijos a la
mendicidad; 2) Luego por tratarlos con dureza excesiva y 3) también pueden ser
privados de la patria potestad, como anotamos oportunamente, cuando se han
negado a prestarles alimentos.
En forma semejante estas causales de privación de la patria potestad estaban
previstas en el código derogad, en su Art. 428 (Ver Prop. 907 del II Tomo de
Elementos de D. Civil Peruano 3era Edición).
5.3 Para el cónyuge ( Art. 746)
En el Título V – Desheredación, se prescribe que son causales de desheredación
del cónyuge las mismas causales que conforme al Art. 333 del nuevo Código
Civil, sirven como causales para la separación de cuerpos y a las que en su parte
pertinente ya nos hemos referido. Recordemos que tales causales son:
El adulterio, la sevicia; el atentado contra la vida del cónyuge; la injuria grave;
luego el abandono injustificado de la casa conyugal por más de dos años
continuos, o cuando la duración sumada de los períodos exceda a este plazo.
Además, la conducta deshonrosa que haga insoportable la vida en común, Las
demás causales señaladas por el Art. 333 a partir del inc. 7, ya no producen la
privación de la patria potestad, sino sólo las antes enumeradas (Incs. 1 al 6 del
referido Art. 333).
El Inc. 5 del Art. 713 del anterior Código Civil, extendía las causales de
desheredación para él cónyuge a todas las previstas como causales de divorcio
por su Art. 247.
No es necesario, de otro lado, que haya sentencia de divorcio, ya que en el
supuesto se pierde ya la herencia.
Cabe observar la imposibilidad de desheredar a determinadas personas,
conforme al Art.748; así no pueden ser desheredados los incapaces menores
de edad o los mayores que por cualquier razón se encuentren privados del
discernimiento. Las mismas personas tampoco pueden ser excluidas de la
herencia por indignidad. Esta norma se justifica por sí sola.
6. Requisitos.
Jesús Gómez Taboada nos dice que:[25] “Dado que la legítima es una atribución
mínima legal, su exclusión se supedita a una serie de requisitos muy rigurosos
que podemos clasificar en 2 grupos:

6.1 Requisitos materiales: las causas de desheredación.


Solo procede la desheredación cuando media alguna (o algunas) de las causas
previstas por la ley. Estas se caracterizan por un comportamiento desfavorable o
negativo del legitimario hacia el causante, de manera que el ordenamiento
jurídico autoriza a este último para establecer la desheredación. No se nos debe
escapar la proximidad de esta figura con la indignidad, si bien esta última rige
también en la sucesión intestada mientras que la desheredación solo lo hace en
la testamentaria.
Según el art. 451- 17.2, “son causas de desheredación.”
a) Las causas de indignidad establecidas por el art. 412-3.
b) La denegación de alimentos al testador o a su cónyuge o conviviente en unión
estable de pareja, o a los ascendientes o descendientes del testador, en los
casos en que existe la obligación legal de prestarse los. [la determinación de esta
obligación se deberá hacer de acuerdo con las disposiciones del código de
familia.]
c) El maltrato grave al testador, a su cónyuge o conviviente en unión estable de
pareja, o a los ascendientes o descendientes del testador.
d) La suspensión o la privación de la potestad que corresponda al progenitor
legitimario sobre el hijo causante o de la que corresponda al hijo legitimario sobre
un nieto del causante, en ambos casos por causa imputable a la persona
suspendida o privada de la potestad.
e) La ausencia manifiesta y continuada de la relación familiar entre el causante y el
legitimario, si es por una causa exclusivamente imputable al legitimario.

Esta última causa, novedad introducida por el CCCat; aparece como la que
tendrá más aplicación práctica.
El art. 412.3 al que se remite, como hemos visto, la letra “a” de este apartado
determina como causas de indignidad:
a. El que ha sido condenado por sentencia firme dictada en juicio penal por haber
matado o haber intentado matar dolosamente al causante, su cónyuge, la
persona con quien convivía en unión estable o algún descendiente o ascendiente
del causante.
b. El que ha sido condenado por sentencia firme dictada en juicio penal por haber
cometido dolosamente delitos de lesiones graves, contra la libertad, de torturas,
contra la integridad moral o contra la libertad e indemnidad sexual, si la persona
agravada es el causante, su cónyuge, la persona con quien convivía en unión
estable o algún descendiente o ascendiente del causante.
c. El que ha sido condenado por sentencia firme dictada en juicio penal por haber
calumniado al causante, si lo ha acusado de un delito para el que la ley establece
una pena de cárcel no inferior de tres años.
d. El que ha sido condenado por sentencia firme en juicio penal por haber prestado
falso testimonio contra el causante, si le ha imputado un delito para el que la ley
establece un pena de cárcel no inferior a tres años.
e. El que ha sido condenado por sentencia dictada en juicio penal por haber
cometido un delito contra los derechos y deberes familiares, en la sucesión de la
persona agravada o de un representante legal de esta.
f. Los padres que han sido suspendidos o privados de la potestad respecto al hijo
causante de la sucesión, por una causa que le sea imputable.
g. El que ha inducido al causante de forma maliciosa a otorgar, revocar o modificar
un testamento, un pacto sucesorio o cualquier otra disposición por causa de
muerte del causante o le ha impedido hacerlo, asi como el que, conociendo estos
hechos se ha aprovechado de los mismos.
h. El que ha destruido, escondido o alterado el testamento u otra disposición por
causa de muerte del causante.

6.2 Requisitos formales:


Viene recogidos (los cuatro primeros) en el art. 451-18, según el cual:
1) “debe hacerse en testamento, codicilo o pacto sucesorio”
2) “requiere la expresión de una de las causas tipificadas por el art. 451-17”
3) Exige “la designación nominal del legitimario desheredado”
4) Debe ser total y pura, de manera que “no puede ser ni parcial ni condicional”
5) No debe haber mediado perdón o reconciliación, pues según el art. 451-19, “I. la
reconciliación del causante con el legitimario que ha incurrido en causa de
desheredación, siempre y cuando sea por actos indudables, y el perdón
concedido en escritura pública dejen sin efecto la desheredación, tanto si la
reconciliación o el perdón son anteriores a la desheredación como si son
posteriores.
“La reconciliación y el perdón son irrevocables” este precepto nos conduce a los
siguientes comentarios:
- La reconciliación por “actos indudables” (o más propiamente “indubitados”)
planteará, con mucha probabilidad problemas de prueba.
- La escritura pública, sin embargo, proporciona seguridad y certeza al perdón.
- La reconciliación o perdón, aunque irrevocables, solo afectan a las conductas
del desheredado anteriores a dicho perdón o reconciliación, pues las posteriores,
como es obvio, no están cubiertas por esos mecanismos de sanación.
La inobservancia de algunos de los requisitos desemboca en la desheredación
injusta (art. 451-21.1), a que enseguida nos referimos.”
7. Efectosde la desheredación
Rebeca Jara Quispe nos dice: [26]Nuestro ordenamiento jurídico, en cuanto a
los efectos de la desheredación, prescribe lo siguiente:
a. Por la desheredación el testador puede privar de la legítima (parte de la herencia
de la que no puede disponer libremente el testador cuando tiene herederos
forzosos) al heredero forzoso (hijos y demás descendientes, padres y demás
ascendientes, y cónyuge) que hubiera incurrido en alguna de las causales
previstas en la ley (art. 742 del Código Civil).

b. Los efectos de la desheredación se refieren a la legítima y no se extienden a las


donaciones y legados otorgados al heredero, que el causante puede revocar, ni
a los alimentos debidos por ley, ni a otros derechos que corresponden al
heredero con motivo de la muerte del testador (art. 749 del Código Civil).
Acerca de los efectos de la desheredación, debe tenerse presente, además, el
texto del artículo 755 del Código Civil, numeral referido a la representación
sucesoria del desheredado y conforme al cual: A) los descendientes del
desheredado heredan por representación la legítima (parte de la herencia de la
que no puede disponer libremente el testador cuando tiene herederos forzosos)
que correspondería a éste si no hubiere sido excluido; y B) el desheredado no
tiene derecho al usufructo ni a la administración de los bienes que por esta causa
(vale decir, representación sucesoria) adquieran sus descendientes que sean
menores de edad o incapaces. A manera de ilustración diremos que la
representación sucesoria se halla contemplada en el Título V
(«Representación») de la Sección Primera (Sucesión en general') del Libro IV
(Derecho de Sucesiones) del Código Civil, en los artículos 681 al 685, que
establecen lo siguiente:
 Por la representación sucesoria los descendientes tienen derecho de entrar en el
lugar y en el grado de su ascendiente, a recibir la herencia que a éste
correspondería si viviese, o la que hubiera renunciado o perdido por indignidad
o desheredación (art. 681 del Código Civil).
 En la línea recta la representación es ilimitada en favor de los descendientes de
los hijos, sin distinción alguna (art. 682 del Código Civil).

 En la línea colateral sólo hay representación para que al heredar a un hermano,


concurran con los sobrevivientes los hijos de los hermanos premuertos que
tengan derecho a representarlo en los casos previstos en el artículo 681 del
Código Civil (art. 683 del Código Civil).

 Quienes concurran a la herencia por representación sucesoria, reciben por


estirpes lo que habría correspondido al heredero a quien representan (art.684
del Código Civil).

 En la sucesión legal, la representación se aplica en los casos mencionados en los


artículos 681 al 684 del Código Civil (citados precedentemente). En la sucesión
testamentaria, rige con igual amplitud en la línea recta descendente, y en la
colateral se aplica el artículo 683 del Código Civil (citado precedentemente))
salvo disposición distinta del testador (art. 685 del Código Civil).
Alteran (Citado por Rebeca Jara), sobre los efectos de la desheredación, enseña
lo siguiente:
«... El desheredado está privado de la calidad de heredero por el testamento, en
tanto no pruebe' su derecho a la Herencia por haber caducado las causas de d
desheredación. La situación del desheredado es distinta que la del indigno:
mientras no se pruebe la indignidad el indigno tiene título a la herencia, que no
corresponde al desheredado.
(...) Los descendientes del desheredado, como los del indigno, heredan por
representación del desheredado en la sucesión en la que éste fue excluido,
aunque el desheredado sobreviva al causante (...). Pero no se puede representar
a aquél de cuya sucesión se ha sido desheredado...), (ALTERINI, 1981: 670-
671).
Espín Canovas,(Citado por Rebeca Jara), en cuanto a los efectos de la
desheredación, expone lo siguiente:
Cuando la desheredación sea procedente, (...) su eficacia consiste en la
privación de la legítima al heredero forzoso, justamente desheredado (...).
Pero dado el carácter penal que asume la desheredación, sus efectos son
puramente personales en relación con el desheredado, sin que, por tanto,
perjudique a los descendientes del desheredado, al menos por lo que se refiere
a la desheredación de descendientes. En este sentido (..) los hijos del
desheredado ocuparán su lugar y conservarán los derechos de herederos
forzosos respecto a la legítima; pero el padre desheredado no tendrá el usufructo
ni la administración de los bienes de la misma...» (ESPIN CANOVAS, 1964,
Volumen V: 427).
Suárez Franco(Citado por Rebeca Jara),señala al respecto que:
«... El desheredamiento puede recaer sobre la totalidad de la cuota hereditaria o
sobre una parte de ella.
Cuando el testador se limita a consagrar en forma escueta el desheredamiento
en la respectiva institución testamentaria, significa que la sanción para el
asignatario es integral, vale decir, sobre la totalidad de su cuota hereditaria,
comprendiendo tanto la legítima corno las mejoras, e incluso las donaciones
revocables.
Pero si el testador limita expresamente el desheredamiento, ha de estarse a lo
dispuesto en el acto testamentario. Sin embargo, (...) la disposición
testamentaria contentiva del desheredamiento 'no se extiende a los alimentos
forzosos', a los que tiene derecho por ley el heredero, salvo el caso de injuria
atroz, que ocasiona su pérdida...» (SUAREZ FRANCO, 1989: 333).
Lanatta,(Citado por Rebeca Jara), en lo atinente a los efectos de la
desheredación, hace estas aseveraciones:
El primero de los referidos efectos consiste en excluir de la sucesión al
desheredado. En caso que éste haya entrado en posesión de la herencia, lo cual
puede ocurrir porque ignoraba el testamento, o porque pretendía ignorarlo, o
porque los demás coherederos no hicieron valer la exclusión, los interesados en
hacerla efectiva pueden accionar contra aquél invocando la desheredación y
usando la acción petitoria de herencia, pues el desheredado en este caso sólo
un heredero aparente porque carece de título para heredar, a menos que
demande la nulidad de la desheredación y obtenga éxito en el juicio.
El segundo de dichos efectos, se produce si el desheredado tiene hijos u otros
descendientes, pues en tal caso éstos entran automáticamente a ocupar el lugar
de aquél en virtud de la representación sucesoria (...). Si no hubiere lugar a la (.
representación sucesoria se produce la acrecencia en favor de los demás
coherederos.
(Se) priva al padre o madre desheredados, del usufructo legal de los bienes de
sus hijos menores que provengan de la sucesión de la que fueron excluidos
(LANATTA, 1981, Tomo II: 330-331).
Ferrero (Citado por Rebeca Jara), en relación a los efectos de la desheredación,
manifiesta lo siguiente:
Quien deshereda priva al heredero forzoso de su legítima y de su cuota
hereditaria en la medida que no haya dispuesto de la porción de libre disposición
La desheredación no se extiende a los siguientes conceptos:
1. Las donaciones, o sea, los anticipos de legitima, si no lo declara expresamente
el testador, lo cual está facultado a hacer; pues (…) el donante puede revocar la
donación por las mismas causas de dignidad para suceder de desheredación.

2. Los legados, pues estos con mayor razón pueden ser revocados en cualquier
momento sin expresión de causa, porque son con cargos a la porción disponible
y tiene efectos solo con la muerte del causante (…)

3. Los alimentos a que obliga la ley (...).


El desheredado que entra en posesión de la herencia es un heredero aparente,
pudiendo los herederos no sólo defenderse en el proceso que éste inicie
contradiciendo la desheredación sino, además, incoar la acción de petición de
herencia; salvo que el desheredado contradiga la desheredación y obtenga éxito
en el juicio.
Otro efecto (...) es el carácter personal de la desheredación. (...) Los
descendientes del desheredado tienen derecho de entrar en su lugar y en su
grado a recibir la herencia que a aquél le hubiese correspondido de no haberle
perdido, y (...) los descendientes del desheredado heredan por representación la
legitima que correspondería a éste si no hubiere sido excluido. Esta
representación opera en la línea recta de los descendientes sin limitación
alguna...» (FERRERO, 2005: 510).
Puig Brutau,(Citado por Rebeca Jara), en lo que concierne a los efectos de la
desheredación, opina de esta manera:
a. El desheredado pierde su derecho a la legítima porque precisamente concurre
una de las causas legales que lo permiten (...). Si la causa de desheredación es,
además, causa de indignidad, sus efectos pueden ser de más alcance y privar al
indigno de todo derecho en la sucesión de que se trate, pero siempre que en tal
supuesto haya sido objeto de la debida prueba y declaración judicial
correspondiente.

b. La privación de la legítima tiene carácter personal, en el sentido de que sólo


afecta al desheredado y no a sus descendientes. (...) Los hijos del desheredado
ocuparán su lugar y conservarán los derechos de herederos forzosos respecto a
la legítima; pero el padre desheredado no tendrá el usufructo ni la administración
de los bienes de la misma (...)

c. El desheredado también pierde todo derecho a los bienes reservables (...).

d. El desheredado también pierde el derecho a percibir alimentos, en su caso

e. Cabe preguntar si la desheredación priva al desheredado de las donaciones


recibidas en vida del mismo causante. La respuesta ha de ser negativa, a pesar
de que regularmente serian imputables a la legítima (...), pues las donaciones
tienen sus propias causas de revocación que son las que en su caso han de
concurrir» (PUIG BRUTAU, 1977, Tomo V, Volumen III 236-238).
Domínguez Benavente y Domínguez Águila (Citado por Rebeca Jara), indican
sobre el particular lo siguiente:
.. Para determinar los efectos del desheredamiento habrá que considerar si el
testador no los limitó, dejando todo entregado a lo que disponga la ley, pero si
los ha limitado, se estará a esa voluntad
No limito los efectos En esta situación el desheredado pierde:
a. La legítima. Es el efecto fundamental (...).

b. Toda otra asignación por causa de muerte. Para que este efecto surta aplicación
es forzoso que el desheredador haya otorgado un testamento anterior, en que él
instituía, por ejemplo, al desheredado de hoy como legatario. De no ser así, no
se ve de qué otra asignación por causa de muerte podría ser privado.
c. De todas las donaciones. (...) Queda privado de las donaciones revocables y de
las irrevocables.
(...) La legítima de que se privó al legitimario, si tiene descendientes legítimos,
pasa a éstos, por derecho de representación (...).
Si no hay otros legitimarlos, se aplican las reglas de la sucesión intestada, en lo
pertinente, salvo que, junto con desheredar, el testador haya dispuesto de esos
bienes, porque entonces se estará a lo que se haya ordenado en el acto de última
voluntad.
En cuanto a los bienes objeto de donaciones y a título de legítima, tendrá lugar
el derecho de representación, si el desheredado tenía descendencia legítima
(...),
( ..)El desheredador limitó sus efectos. El testador puede privar al desheredado
de una parte de su legítima. Para ello se requiere de una declaración explícita
(...).
(...) Aplicaremos las reglas de la representación, en relación a la parte de que ha
sido privado el legitimario...» (DOMINGUEZ BENAVENTE; y DOMINGUEZ
AGUILA, 1990, Tomo II 448-450).
Domínguez Benavente y Domínguez Aguda destacan que, el padre o la madre,
en su caso, goza del usufructo legal de los bienes del hijo de familia Pero no
cuando esos bienes han pasado al hijo por desheredación del padre o madre.
Lo mismo hay que decir de la administración de esos bienes, de la que el
desheredado queda privado por la ley, (DOMINGUEZ BENAVENTE; y
DOMINGUEZ AGUILA, 1990, Tomo II: 452).
8. Desheredación injusta.
Jesús Gómez Taboada dice:[27]“Por último el art 451-21 se refiere a la
desheredación injusta en los siguientes términos:
1. La desheredación es injusta en los siguientes casos.
a) Si no se cumplen los requisitos establecidos por el art. 451-18.
b) Si no llega a probarse la certeza de la causa, en caso de que el legitimario la
contradiga.
c) Si el causante se había reconciliado con el legitimario o lo había perdonado.
2. El legitimario desheredado injustamente puede exigir lo que por legítima le
corresponde.
De este último apartado se reduce que las consecuencias de la desheredación
injusta son idénticas a las de la preterición intencional: el legitimario podrá
reclamar su legítima. (recordemos, sin embargo, que la preterición errónea, salvo
en algunos casos, permite al legitimario preterido solicitar la ineficacia del
testamento).”
9. Objeciones.
Luis Echecopar nos informa que:[28] “La desheredación no ha subsistido, sin
embargo en las legislaciones sino en medio de graves críticas. Sobre todo en los
países que siguen la tradición sucesoria española, se opina que la facultad del
testador de mejorar a sus herederos forzosos y de disponer libremente de una
buena parte de su herencia, le dan potestad suficiente para premiar o castigar a
quienes juzguen convenientemente, sin recurrir a las medidas extremas y
odiosas de la desheredación.
Se agrega que, en la sucesiones de pequeña cuantía, la desheredación no sirve
de freno para nadie y que, cuando se trata de grandes patrimonios, puedes servir
de estímulo para la rivalidad familiar, para la intriga baja y no para la disciplina,
que si desea penar al culpable de actos incorrectos bastaría con la indignidad.
Añaden todavía que la desheredación no vigoriza la autoridad doméstica, ni
constituye un acto de severa justicia, ni contribuye a estrechar los vínculos
familiares d, sino que es; por lo contrario, más bien un acto de venganza que
puede llegar a convertir al hijo en juez del padre en momentos en que esta al pie
de la tumba y cuando más bien debe pensar en la eternidad.
Algunos piensas que la desheredación puede ser una base de crueldad
conyugal que ahonda los abismos de odio y separa la familia.
Finalmente se critica la institución sosteniendo que, en la mayoría de los casos,
el desheredado no tiene oportunidad de defenderse y solo conoce la mediad de
que ha sido objeto, después de la muerte del testador y cuando ya no tiene
posibilidad de darle explicaciones. La intriga así puede triunfar sobre la conducta
intachable.”

10. Diferencias entre la indignidad y la desheredación.

Gustavo Palacio Pimentel dice: [29] “Concretamente podemos señalar entre


ambas formas que reviste la exclusión de la herencia, las diferencias siguientes:
1. Las causales de una y otra no son las mismas; son diferentes. Mientras que
las causales que permiten desheredar se encuentran consignadas en los
Artículos 744 al 746 (del Título V- Desheredación); la indignidad se declara por
las causales previstas en el Art. 667 (Título III – Indignidad).
Cabe mencionar, sin embargo, que está permitido desheredar o excluir de la
herencia por indignidad, en base a las causales que se establecen para una u
otra y viceversa. Así se desprende del precepto contenido en el Art. 669;
igualmente de lo dispuesto por el Art. 747; esto es, el causante puede desheredar
por indignidad a su heredero forzoso, conforme a las normas de desheredación
y puede también perdonar al indigno de acuerdo con dichas normas.
Recíprocamente, “el testador puede fundamentar la desheredación en las
causales específicas de esta, enumerada en los artículos 744 a 746, y en las de
la indignidad señaladas en el artículo 667”.
2. Como una segunda diferencia: la desheredación priva de la legítima a los
herederos forzosos; en cambio, la indignidad priva de herencia, además, a los
herederos voluntarios y también a los “legatarios-2.
3. La indignidad funciona tanto dentro de la sucesión legal, como en la sucesión
testamentaria. En cambio la desheredación cabe únicamente en la sucesión
testamentaria. Esta diferencia es importante.
4. La desheredación precisa de expresa manifestación de testador, en tanto que la
indignidad necesita declaración basada en mérito de una expresa causal prevista
en la ley, sin haber declaración previa del acusante.
5. La indignidad se hace efectiva mediante el juicio que inicie cualquiera de los
sucesores llamados a suceder en concurrencia con el indigno. La desheredación
depende de la voluntad del causante, expresada en el testamento; no obstante
cabe promueva acción para justificar su decisión.

[1] PALACIO PIMENTEL, Gustavo, Manual De Derecho Civil Tomo II, 2da
Edición 1987, Editora y Distribuidora de libros “Huallaga” , 1043
[2] ECHECOPAR GARCÍA, Luis, Derecho de sucesiones Examen del libro
tercero del código civil peruano de 1936- Editorial Lumen 1946,Pag 52,53
[3] PALACIO PIMENTEL, Gustavo, Manual De Derecho Civil Tomo II, 2da Edición
1987, Editora y Distribuidora de libros “Huallaga”, 1044-1045.
[4] JARA QUISPE Rebeca, MANUAL DE DERECHO DE SUCESIONES, Jurista
Editores Arequipa 2009 pág. 63 – 65.
[5] ARIAS, José. SUCESIONES. Editorial Guillermo Kraft Ltda. , 1942. Pág.
285-286.
[6] AGUILAR LLANOS, Benjamín. DERECHO DE SUCESIONES. Ediciones
Legales. Primera Edición Julio 2010. Pág. 71.
[7] AGUILAR LLANOS, Benjamín. DERECHO DE SUCESIONES. Ediciones
Legales. Primera Edición Julio 2010. Pág. 73.
[8] AGUILAR LLANOS, Benjamín. DERECHO DE SUCESIONES. Ediciones
Legales. Primera Edición Julio 2010. Pág. 73.
[9] AGUILAR LLANOS, Benjamín. DERECHO DE SUCESIONES. Ediciones
Legales. Primera Edición Julio 2010. Pág. 74.
[10] PALACIO PIMENTEL, Gustavo, Manual De Derecho Civil Tomo II, 2da
Edición 1987, Editora y Distribuidora de libros “Huallaga”, pág. 1045.
[11] PALACIO PIMENTEL, Gustavo, Manual De Derecho Civil Tomo II, 2da
Edición 1987, Editora y Distribuidora de libros “Huallaga”, pág. 1045, 1046.
[12] JARA QUISPE Rebeca, MANUAL DE DERECHO DE SUCESIONES, Jurista
Editores Arequipa 2009 pág. 72 – 74.
[13] PALACIO PIMENTEL, Gustavo, Manual De Derecho Civil Tomo II, 2da
Edición 1987, Editora y Distribuidora de libros “Huallaga”, pág. 1046, 1047.
[14] AGUILAR LLANOS, Benjamín. DERECHO DE SUCESIONES. Ediciones
Legales. Primera Edición Julio 2010. Pág. 82-83.
[15] ECHECOPAR GARCÍA, Luis, Derecho de sucesiones Examen del libro
tercero del código civil peruano de 1936- Editorial Lumen 1946,Pág. 192.
[16] ECHECOPAR GARCÍA, Luis, Derecho de sucesiones Examen del libro
tercero del código civil peruano de 1936- Editorial Lumen 1946, Pág. 192.
[17] PALACIO PIMENTEL, Gustavo, Manual De Derecho Civil Tomo II, 2da
Edición 1987, Editora y Distribuidora de libros “Huallaga”, pág. 1047.
[18] JARA QUISPE Rebeca, Manual De Derecho De Sucesiones, Jurista Editores - Arequipa
2009 pág. 251.
[19] GOMEZ TABOADA, Jesús. DERECHO DE SUCESIONES. Juristas
Editores. Edición julio 2011, pág. 513.
[20] ARIAS, José. SUCESIONES. Editorial Guillermo Kraft Ltda. , 1942. Pág.
284-285.
[21] ECHECOPAR GARCÍA, Luis, Derecho de sucesiones Examen del libro tercero del código
civil peruano de 1936- Editorial Lumen 1946, Pág. 192 – 193.
[22]ECHECOPAR GARCÍA, Luis, Derecho de sucesiones Examen del libro
tercero del código civil peruano de 1936- Editorial Lumen 1946, Pág. 193
[23] PALACIO PIMENTEL, Gustavo, Manual De Derecho Civil Tomo II, 2da
Edición 1987, Editora y Distribuidora de libros “Huallaga”, pág 1047,1048
[24] PALACIO PIMENTEL, Gustavo, Manual De Derecho Civil Tomo II, 2da
Edición 1987, Editora y Distribuidora de libros “Huallaga”, pág. 1048, 1049,
1050
[25] GOMEZ TABOADA, Jesús. DERECHO DE SUCESIONES. Juristas
Editores. Edición julio 2011. Página 515-517
[26]JARA QUISPE Rebeca, MANUAL DE DERECHO DE SUCESIONES, Jurista
Editores Arequipa 2009 pág. 266-270
[27] GOMEZ TABOADA, Jesús. DERECHO DE SUCESIONES. Juristas
Editores. Edición julio 2011. Página 518.
[28] ECHECOPAR GARCÍA, Luis, Derecho de sucesiones Examen del libro
tercero del código civil peruano de 1936- Editorial Lumen 1946, Pág. 193, 194
[29]PALACIO PIMENTEL, Gustavo, Manual De Derecho Civil Tomo II, 2da
Edición 1987, Editora y Distribuidora de libros “Huallaga”, Pág. 1051, 1052
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