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¿Quién o qué es Dios?

Es una pregunta que muy pocos se hacen ya que dan por sentada la imagen
de un Dios cuyos atributos se les ha enseñado. La respuesta a esta pregunta tal vez cambie la tu
percepción de la realidad y hasta tu rumbo en la vida. Si no crees en Dios, esto no es una
invitación a que creas y si eres creyente y religioso, y consideras que tu fe es fuerte, serás lo
suficientemente valiente para replantearte o analizar todo lo que has creído hasta el momento.

¿Es Dios vengativo y cruel?


Tanto cristianos como ateos suelen tener la concepción de un Dios enseñado por las iglesias. Por
esta razón, hubo, hay y seguirá habiendo interminables debates sin sentido que al fin y al cabo no
terminan convenciendo ni a uno ni a otro. Muchos ateos critican la existencia de un Dios por las
miserias del mundo mientras que muchos cristianos prefieren creer en un Dios personal que
favorece a quienes lo siguen y consideran que todo tipo de desgracia humana es producto
pecado. ¿Pero de donde nacen todos estos términos y atributos? La base de todo amor y odio
hacia Dios se encuentra sin duda, en la Biblia. Antes de que esto te pueda parecer ofensivo, te
invito a que te tomes el tiempo de escuchar y analizar con una mente abierta lo que en este
video se expondrá. Toda la información expuesta está documentada. ¿Por qué existe la creencia
de que Dios es indiferente a los males que sufre la humanidad? Parte de esto nace de la
enseñanza de un Dios personal, con atributos a veces un tanto egoístas y narcisistas, el cual se
apiada de aquellos que lo adoran, le rinden culto y lo “aman” en cierto modo, dejando a un lado
a todos aquellos que no decidan hacerlo. El origen de estos pensamientos inculcados nace de la
forma en la que se enseña la Biblia. A pesar de que hay cristianos que han pasado toda una vida
dentro de la iglesia, muy pocas veces se han preguntado de la configuración y el armado de la
Biblia, aceptando como respuesta que este fue un libro inspirado por Dios y que se debe aceptar
tal cuál y cómo es. Sin embargo, tuvo su manipulación por parte del hombre y es lo muy pocos
saben. ¿Te has preguntado alguna vez cuándo y dónde nació la primera Biblia? ¿Se juntaron todos
los libros de manera ordenada por arte de magia? Claro que no. La Biblia como hoy la conocemos
tuvo lugar y momento de nacimiento y fue en Roma hace aproximadamente unos 1700 años atrás.
En el año 325 más específicamente, en el llamado Concilio de Nicea. Este concilio fue clave para
la historia de las religiones y las iglesias, ya que se podría decir que de aquí partió todo, desde el
cristianismo, la iglesia actual y hasta la biblia. El propósito principal de este concilio fue el de
unir la fé, estableciendo la paz religiosa y construyendo la unidad de la Iglesia cristiana, ya que
hasta el momento existían grandes diferencias doctrinales y numerosas divisiones dentro del
cristianismo. Por este motivo, el emperador Constantino convocó dicho concilio que cambiaría
por completo el rumbo de la religión y el cristianismo, aunque su verdadera intención era, a
través de esta unificación, la de unir a un imperio romano que comenzaba a desvanecerse y
perder fuerzas poco a poco. Sin lugar a dudas, el cambio más significativo de este Concilio fue la
configuración de la Biblia, ya que se eligió qué evangelios incluir de acuerdo a sus intereses
dejando así el resto fuera. Fue aquí que también se reconoció el carácter de Jesús de Nazaret
como mesías e hijo de Dios por lo cual, este fue el comienzo del cristianismo oficial. Sin
embargo, se puede observar que el antiguo testamento y el nuevo testamento poco tienen que
ver, pues todo lo que se impone en el antiguo testamento parece derogarse en el nuevo y no
terminan de complementarse del todo. Aquí es donde se llega a la identidad de Dios. En el
concilio de Nicea fue cuando se unieron ambos testamentos para formar la Biblia. Pero el antiguo
testamento era ya una biblia en sí, ya que estos libros forman el Tanaj, es decir, la biblia hebrea.
Este se divide en tres grandes partes que son la Torá (Ley), los Nevi'im (Profetas) y los Ketuvim
(Escritos). La Tanaj o biblia hebrea, es decir el antiguo testamento, habla del Jehová, quien era
el Dios de los judíos y que los eligió como su pueblo. Como es sabido y se cuenta en el antiguo
testamento, Jehová era un dios que entre otras cosas pedía sacrificios, mandaba plagas,
reprendía y siempre favorecía a su pueblo elegido Israel. Sin embargo, en el nuevo testamento
Jehová no vuelve a ser mencionado otra vez. En su lugar, el protagonismo completo lo toma Jesús
de Nazaret, quien predica a un Dios totalmente diferente. De hecho, gran parte de los judíos no
reconoce a Jesús como mesías ni tampoco como el hijo el Dios. Este amalgamiento provocó que
muchas religiones cayeran en confusión al intentar encontrar el punto de unión entre ambas
doctrinas. Esto es porque se piensa que la Biblia es un libro único, directamente inspirado por
Dios y se acepta tal como es, ignorando que su configuración es producto del concilio de Nicea. El
Dios predicado por Jesús, por otro lado, se parece más a un Dios universal, ya que no se registra
preferencia o inclinación por un pueblo elegido, no condena y tampoco castiga. Una diferencia
más notable aún es la que salta a la luz en el evangelio de Juan donde dice que a Dios nadie le ha
visto nunca, muy diferente a Jehová que era un Dios que se presentó más de una vez delante de
sus hijos e incluso mantenía conversaciones cara a cara con ellos. Esta diferencia no solo está
marcada en la Biblia, Salvador Freixedo, ufólogo y ex sacerdote católico, afirma en su libro
“defendámonos de los dioses” que Jehová era un Dios más, con características humanas y que
incluso tenía superiores en la tierra.

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