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- Tutorial nº 188 -

Instalaciones Termosolares para la Producción de


Agua Caliente Sanitaria (A.C.S.)
Índice de contenidos:

1- Introducción

1.1- Generalidades

1.2- Tipos de sistemas

2- Componentes de la instalación

2.1- Generalidades

2.2- Captador solar térmico

2.3- Intercambiador de calor

2.4- Depósito acumulador de agua caliente

2.5- Bombas / electrocirculadores

2.6- Tuberías

2.7- Válvulas y otros componentes

2.8- Líquido anticongelante

2.9- Aislamiento

2.10- El sistema de control

3- Dimensionado de una instalación solar térmica

3.1- Generalidades

3.2- Inclinación y orientación de los captadores

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3.3- Conexionado

3.4- Demanda de consumo

3.5- Método de cálculo F-Chart

4- Radiación solar

4.1- Generalidades

4.2- Datos de la radiación disponible

- Enlaces de interés:

›› Guía ASIT de la Energía Solar Térmica ( Asociación Solar de la Industria Térmica )

›› Pliego de Condiciones Técnicas en Instalaciones de Baja Temperatura

›› CHEQ4 - Programa informático para asegurar la aplicación, cumplimiento y evaluación


de la sección HE4 incluida en la exigencia básica "HE Ahorro de Energía" del Código
Técnico de la Edificación (CTE)

DESARROLLO DEL CONTENIDO

1- Introducción

1.1- Generalidades

Una de las formas de aprovechamiento directo de la energía solar es la que se consigue


empleando una instalación termosolar, donde la energía radiante del sol se transforma en
energía térmica, es decir, calor para generar agua caliente sanitaria (ACS) destinada al
consumo humano (agua que es potable).

A esta tecnología se le conoce también como conversión térmica a baja temperatura, dada
que el rango de temperaturas máximas que alcanza el fluido que forma parte del sistema
se sitúa en torno a los 100 ºC (T<100 ºC).

Al principio, durante años se permitieron las instalaciones directas de circuito abierto, es


decir, aquellas donde el agua de red era también el fluido primario que pasa por los
captadores solares para ser calentada, y luego ser consumida por el usuario como agua
caliente. Sin embargo, su uso ha venido presentando ciertas limitaciones e inconvenientes
en su funcionamiento, higiene y durabilidad, hasta que en la actualidad casi ninguna
legislación nacional lo permite.

Lo más común es emplear sistemas termosolares de circuitos cerrados e independientes


(al menos dos, un circuito primario y otro secundario), donde el agua de consumo no pasa
directamente por los colectores solares, sino que es un fluido caloportador el que circula
por el circuito primario pasando por los captadores solares para ganar energía térmica, y
posteriormente, a través de un intercambiador de calor, ceder el calor al agua de consumo
que forma parte de un circuito secundario e independiente. Por tanto, ambos fluidos, fluido
caloportador de trabajo y el agua de red, NUNCA se mezclan.
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De esta manera, todo sistema termosolar estará constituido, al menos en la versión más
simplificada, por dos circuitos independientes: un circuito primario por donde va el fluido
de trabajo caloportador (realmente es un líquido anticongelante para resistir las heladas
del exterior) que al pasar por una batería de tubos situados dentro de los captadores
solares, se calienta y aumenta su temperatura por la radiación solar recibida.

Posteriormente el circuito primario llega hasta un intercambiador, que en los sistemas más
sencillos se encuentra en el interior de un depósito acumulador (en otros casos el
intercambiador es de tipo externo al depósito acumulador).

En el caso de un intercambiador interno, éste se trata de un serpentín de tubos de cobre,


que actúa como un intercambiador de calor, por donde circula el fluido caloportador y cede
parte de ese calor ganado al agua contenida en el depósito acumulador, que proviene de la
red de abastecimiento de agua, la cual se irá calentando.

Por tanto, es en el interior del acumulador, mediante el empleo de un intercambiador de


calor, donde se produce la transferencia de calor entre el líquido anticongelante calentado
en las placas solares y el agua de consumo, que una vez caliente, se usará en nuestra
vivienda. Este agua caliente del acumulador pasará al circuito secundario, que mediante la
instalación interior de la vivienda se distribuirá a cada punto de consumo.

En caso que el agua contenida en el acumulador no alcance la temperatura de uso


deseada (por falta de radiación suficiente, por ejemplo), entrará en funcionamiento
automáticamente un sistema auxiliar de apoyo (caldera de gas o termo eléctrico) que se
encarga de generar el calor complementario. Todo el proceso es automático y vigilado por
un sistema de control que será necesario instalar.

NOTA IMPORTANTE: Nunca deben mezclarse los fluidos del circuito primario (fluido de
trabajo caloportador) con el secundario (agua de consumo), dado que el fluido del circuito
primario suele contener productos químicos, entre ellos, anticongelante y otros aditivos
para proteger de la oxidación y proporcionar durabilidad a los captadores solares que se
colocan en el exterior de la vivienda.

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El agua caliente que se obtiene en una instalación termosolar se emplea en los edificios
para usos sanitarios (baños, duchas, etc.) y para otros usos de limpieza (fregado de platos,
lavadora, lavavajillas, fregado de suelos, etc.), de ahí que las instalaciones termosolares
sean de gran aplicación en viviendas y en otras edificaciones tales como hoteles,
hospitales, comedores y restaurantes, vestuarios y en general en edificios donde el uso del
agua caliente sea necesario.

No obstante, además de para producir agua caliente sanitaria (ACS) para el consumo, la
tecnología termosolar tiene otras posibles aplicaciones tales como calentamiento de
piscinas, usos industriales, o empleada en los sistemas de refrigeración y calefacción de
edificios.

1.2- Tipos de sistemas

En función del mecanismo de circulación del fluido térmico, la mayoría de los equipos que
utilizan la tecnología termosolar se puede clasificar en dos grandes grupos:

- Sistemas por termosifón

- Sistemas por circulación forzada

a) Sistemas por termosifón:

Los sistemas por termosifón son los sistemas termosolares más conocidos (típicamente
se ven sobre las viviendas unifamiliares que disponen el depósito de acumulación sobre
los colectores solares), ya que es el más económico y de fácil montaje. En
contraprestación es menos eficiente que el de circulación forzada.

En este tipo, el movimiento del fluido de


trabajo por el circuito primario se produce
por el principio de convección natural, donde
el fluido al calentarse a su paso por la placa
captadora solar se dilata aumentando su
volumen, y por tanto disminuye su densidad.

Al pesar menos, dicho fluido asciende hacia


la parte alta del circuito donde está el
acumulador, mientras que el fluido más frío
contenido en el acumulador, con mayor densidad, se desplaza hacia la parte baja de la
instalación por la tubería de entrada a los captadores.

Así se genera una circulación natural del fluido, que se mantiene siempre que exista un
gradiente de temperaturas entre el fluido de los captadores y el que se encuentra en la
parte alta de la instalación dentro del acumulador.

Y es ahí, dentro del acumulador, donde se produce la transferencia de calor desde el fluido
de trabajo del circuito primario al agua de la red contenida en el depósito acumulador. Para
ello se emplea un intercambiador (serpentín de tubos de cobre) que se encuentra dentro
del depósito acumulador.

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Este agua del acumulador una vez calentada, pasa al circuito interno, en este caso circuito
secundario, para ser consumida en los puntos de consumo de la vivienda (duchas, lavabos,
lavadoras, lavavajillas, etc.).

Este sistema, de flujo natural, hace


que los termosifones sean fáciles
de instalar (sólo tenemos que
conectarlos a una toma de agua de
la red y al circuito de ACS de la
vivienda), además de ser muy
económicos, por lo que son los
más implantados en nuestras
ciudades.

No obstante, en los sistemas por


termosifón la fuerza impulsora del
movimiento es pequeña y, por lo
tanto, se debe prestar especial
atención al diseño y montaje de la
instalación para favorecer siempre
el movimiento natural del fluido.

Para ello, el depósito de acumulación debe colocarse siempre en un nivel superior al de los
colectores solares para permitir la convección natural por diferencia de temperatura.

De hecho, para facilitar en todo lo posible el movimiento del fluido caloportador debe haber
una diferencia suficiente de temperatura entre el fluido que está dentro de los colectores
solares y el del acumulador, además de la mencionada diferencia de altura entre el
acumulador y los colectores, que se recomienda sea mayor de 30 centímetros.

En estos sistemas es difícil controlar la temperatura que pueda alcanzarse en el interior del
acumulador, sobre todo en periodos de máxima radiación solar (en verano durante las
horas centrales del día). Para evitar el riesgo de alcanzar temperaturas elevadas en el
depósito acumulador, éste se dimensiona con ratios de volúmenes mayores de 70 l/m 2 de
panel colector.

Los sistemas termosifón no consumen energía eléctrica, ya que no necesitan bomba para
la circulación del fluido, lo que los hace muy atractivos por su autonomía. Como
contrapartida, al ser necesario la instalación del equipo en una unidad compacta
(captadores solares y depósito deben ir juntos) es necesario comprobar la resistencia del
tejado del edificio donde se vaya a instalar el equipo.

b) Sistemas por circulación forzada:

El sistema por circulación forzada es más eficiente que el de termosifón, pero también
más caro. El movimiento del fluido caloportador se realiza a través de una bomba
circuladora que es capaz de establecer un caudal determinado según las necesidades
térmicas de cada momento y de vencer las pérdidas de carga del circuito.

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Al emplear una bomba para la circulación del fluido de trabajo, ya no es necesario que el
intercambiador de calor se sitúe en la parte alta de los captadores, por lo que el depósito
de acumulación, que contiene en su interior el intercambiador, no tiene por qué estar junto
a los captadores solares a la intemperie sobre el tejado de la casa.

De este modo, el depósito acumulador se puede situar en un lugar protegido del interior del
edificio sobre el suelo, lo que permite emplear depósitos acumuladores de mayor
capacidad y por tanto más pesados (que pueden ser de hasta 500-750 kg).

Los sistemas por circulación forzada, además de la energía eléctrica para activar la bomba
de circulación, necesita de una centralita para la regulación y control del sistema, que active
la bomba de circulación cuando exista un diferencial de temperaturas entre el fluido que
sale de los captadores y el que se encuentra en el acumulador, que permita que exista la
posibilidad de una ganancia de energía térmica en el intercambiador.

Por tanto, la unidad de control constará de un termostato diferencial que tendrá la misión
de arrancar la bomba cuando la temperatura en los paneles solares sea de un determinado
margen mayor que la registrada en el depósito de acumulación. Por otro lado, la unidad de
control deberá parar la bomba cuando la temperatura en los paneles y en el acumulador
sea aproximadamente la misma.

Para conseguir esto, el termostato diferencial tendrá, al menos, 2 sensores térmicos. Uno
de los sensores estará instalado en la parte superior del último panel solar, es decir, a la
salida de los captadores (punto de mayor temperatura del sistema) y el otro sensor estará
instalado en la parte inferior del depósito acumulador, cerca del serpentín (punto de
referencia de la temperatura del acumulador solar).

El control diferencial de temperatura deberá funcionar automáticamente, y podrá ser


programable por el usuario, controlando también el funcionamiento de la caldera de apoyo
(eléctrica, de gasóleo o de gas), pero siempre de manera que sea la energía solar la
predominante.

Normalmente, la centralita de control estará situada en el interior de la vivienda en lugar


fácilmente accesible para el usuario, y constará de un display donde el usuario podrá
consultar información relevante en el suministro de agua caliente del sistema.

Asimismo, este control inteligente deberá disponer de protección contra


sobrecalentamientos, control automático del caudal en los paneles solares e indicación
extensiva de alarmas.

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En estos sistemas, como el depósito acumulador e intercambiador suelen estar a una
altura inferior que los paneles de captación solar que están en la cubierta del edificio,
habrá que incluir también en el circuito primario una válvula antirretorno para evitar el
posible efecto termosifónico nocturno del fluido caloportador.

2- Componentes de la instalación

2.1- Generalidades

En toda instalación solar térmica de baja temperatura se pueden distinguir los siguientes
componentes principales:

- Sistema de captación: formado por uno o varios colectores o captadores solares que se
sitúan en la parte exterior y más alta del edificio, convenientemente orientados a los rayos
solares. Es la parte de la instalación que transforma la radiación solar incidente en energía
térmica del fluido que circula por su interior.

- Sistema de acumulación o acumulador: encargado de almacenar el agua caliente


obtenida para su posterior uso.

- Sistema de intercambio o intercambiador: realiza la transferencia de calor entre los


fluidos que circulan por circuitos diferentes. Puede ir instalado dentro o fuera del
acumulador. En la instalación mostrada en la figura el intercambiador de calor es externo al
depósito acumulador.

- Sistema de transporte o de circulación: formado por las tuberías dotadas de aislamiento


térmico y de los elementos de impulsión (bomba de agua) y otros accesorios, como vaso
de expansión, purgadores de aire, válvulas, etc.

- Sistema auxiliar de apoyo: para complementar el aporte de calor en aquellos periodos de


escasa radiación solar, o bien, cuando la demanda de agua caliente sea superior a la que el
sistema solar pueda proporcionar por su diseño.

- Sistema de control y regulación: asegura el correcto funcionamiento del conjunto de


componentes que conforman el sistema termosolar.

2.2- Captador solar térmico

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Es el componente de la instalación encargado de recibir la radiación solar y de transferir
esta energía a un fluido térmico que circula por su interior. Para los captadores solares de
baja temperatura se pueden distinguir dos grandes grupos: captadores solares vidriados y
no vidriados.

Los captadores solares no vidriados no disponen de una cubierta que aísle al captador del
exterior, por lo que las pérdidas de calor en este tipo de captador suelen ser muy elevadas.

Suelen fabricarse de material plástico, conformado por una multitud de microtubos por
donde circula el agua que se calienta al recibir la radiación solar.

Debido a su limitada eficiencia, necesitan una superficie más grande para conseguir las
prestaciones deseadas, pero lo compensan con su bajo coste.

Tienen aplicación en aquellos casos donde no se requiera alcanzar una temperatura


excesivamente alta, como pueda ser el calentamiento del agua de piscinas al aire libre.

En el otro grupo se encuentran los captadores vidriados. Estos disponen de una cubierta
de cristal por su parte frontal que lo aísla del ambiente exterior, reduciéndose así las
pérdidas de calor. Además, la cubierta de cristal va a favorecer que se produzca en el
interior del colector el llamado efecto invernadero, lo que hace aumentar la temperatura
que se alcance en su interior.

Dentro de este grupo se encuentran los captadores solares planos, los cilindro-parabólicos
(CPC) y los de tubo de vacío.

Los más empleados en el ámbito doméstico para la producción de agua caliente son los
captadores solares planos.

En un panel solar plano, tras la


cubierta de cristal, se encuentra lo que
se llama la placa absorbedora. Se trata
de una placa metálica en color oscuro
con objeto de mejorar su capacidad
absorbedora de la radicación solar.

La radiación solar que incide sobre el


colector solar, atraviesa la cubierta de
cristal, debido a que son radiaciones
electromagnéticas de onda corta, e
incide sobre la superficie de la placa
absorbedora, la cual parte la absorbe aumentando su temperatura y parte de la radiación la
vuelve a reflejar.

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Pero esta vez, la radiación que es reflejada por la placa absorbedora se emite como
radiación de onda larga, que se corresponde con las emisiones de calor o infrarroja, la cual
no puede atravesar la cubierta de cristal y queda atrapada en el interior del colector,
aumentando la temperatura de la placa absorbedora (es el conocido efecto invernadero).

Dentro de la placa absorbedora circula el fluido térmico de trabajo, constituido por un


líquido anticongelante especial para resistir las temperaturas extremas durante el invierno
sin congelarse.

Este fluido nunca debe entrar en contacto con el agua de consumo, dado que además del
anticongelante, contiene otros aditivos con objeto de proteger la instalación interior contra
la corrosión.

Este fluido de trabajo circula a través de un serpentín o circuito de tubos que se encuentra
soldado a la placa absorbedora de manera que el calor de la placa es transferida a su vez al
fluido a través de las paredes de estos tubos.

Este fluido caliente posteriormente, a través de un


circuito hidráulico primario, es conducido desde
los paneles colectores solares hasta un
intercambiador de calor, que puede estar dentro
del depósito acumulador a modo de serpentín de
tubos, o bien como un equipo aparte fuera del
acumulador.

En el intercambiador se realizará la transferencia de calor del fluido caloportador hacia el


fluido del circuito secundario (caso de un intercambiador externo) o al agua contenida en
el depósito acumulador (caso de un intercambiador interno).

Todo el conjunto que conforma el panel de un captador solar plano se monta en el interior
de una carcasa que le sirve de soporte. En el interior de dicha carcasa, normalmente
metálica, se dispone de una capa de aislamiento que cubra el fondo y los costados de ésta.
Sobre este aislamiento se montará la placa metálica absorbedora que contendrá soldados
a ella los tubos por el que circula el fluido de trabajo caloportador, como se ha dicho.

Los tubos que entran y salen del costado de la placa permiten que se pueda conectar con
el resto del sistema de la instalación. La carcasa, por su parte frontal, quedará cubierta por
la capa de vidrio transparente, de manera que el conjunto quede totalmente estanco para
evitar pérdidas de calor. La tapa frontal de vidrio, será de un vidrio templado que sea
resistente a impactos y a las oscilaciones térmicas.

A continuación, y a modo de resumen explicativo, se indicarán por separados los


componentes principales que conforman el conjunto del panel de un captador solar plano:

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- Cubierta exterior: es el elemento transparente que cubre la placa absorbedora,
generalmente de vidrio templado de bajo contenido en hierro para dotarle de resistencia y a
la vez buena capacidad de aislamiento.

El cristal de la cubierta debe comportarse como un elemento transparente a la radiación


solar incidente (radiación de longitud de onda corta), y a la vez mostrarse opaca a la
radiación de calor emitida por la placa absorbedora (radiación de onda larga), de manera
que se favorezca la generación del efecto invernadero.

- Placa absorbedora: es el elemento que absorbe la radiación solar, para luego transmitir
esta energía al fluido térmico que circula por su interior. Constituida por una lámina
metálica, normalmente de cobre o aluminio, bajo la que se dispone de un circuito de
tuberías de cobre por donde circula el fluido térmico de trabajo.

A esta lámina metálica se le suele someter a un tratamiento con pinturas negras


especiales, con objeto de mejorar su capacidad de absorción de radiaciones en longitud de
onda corta (radiaciones solares) y disminuir la capacidad de emisión en longitudes de
onda larga (para que no desprenda tanto calor), de manera que retenga el mayor calor
posible.

Este calor absorbido por la placa absorbedora es transferida a un circuito de tubos de


cobre adheridos por donde circula el fluido térmico caloportador. Este circuito de tuberías
se suelen disponer en dos configuraciones posibles: en parrilla de tubos (como se muestra
en la figura adjunta), o mediante serpentín.

- Aislamiento: para reducir las pérdidas de calor hacia el exterior, se coloca un material
aislante en el fondo de la carcasa y por los laterales que son las partes opacas del
captador por donde no se necesita que entre radiación solar. Los materiales más
empleados como aislantes son las espumas de poliuretano y las resinas de melamina.

Además de ofrecer un alto coeficiente de aislamiento, debe mantener inalterables sus


propiedades y no degradarse por el calor. Recordar que el aislamiento situado en el fondo
de un captador, bajo la placa absorbedora, puede alcanzar temperaturas similares a esta
(del orden de los 150 ºC), por lo que debe poder resistir sin descomponerse ni emitir gases
que puedan ensuciar la parte interior de la cubierta de cristal.

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- Carcasa o caja envolvente: es el elemento contenedor de los demás componentes que
constituyen el captador. Esta carcasa suele ser de aluminio anodizado, más ligera y
resistente a los agentes atmosféricos, o de acero galvanizado. Normalmente incluye un
marco que le confiere mayor rigidez y posibilita su anclaje a la estructura portante para
darle la inclinación y orientación debida al colector.

Una aplicación de esta tecnología al ámbito


doméstico son los sistemas compactos
para generación de agua caliente en
viviendas. Estos ya se venden montados en
una sola unidad para ser instalado en la
cubierta de la vivienda.

Típicamente estos sistemas compactos


para uso doméstico están compuestos por
un depósito de unos 150 litros de capacidad
y normalmente de dos colectores de aproximadamente 1 m2 de superficie de captación
cada uno.

Los colectores solares más empleados a nivel doméstico son los colectores planos,
seguidos cada vez más por otro tipo de colectores: los colectores solares de vacío.

Los colectores solares de tubos de vacío están formado por hileras paralelas de tubos de
vidrio transparente. Cada tubo contiene a su vez otro tubo interior de absorción recubierto
con pintura selectiva para mejorar la absorción de calor, por donde circula el líquido
caloportador.

Este tipo de captador incluyen una innovación respecto a los paneles solares planos
convencionales, que consiste en hacer el vacío en el espacio que queda entre el cristal
protector del tubo exterior y la superficie absorbente del tubo interior.

Con este cambio se consigue eliminar las pérdidas por convección interna, dado que se
elimina el aire que pueda transferirlas, por lo que se puede aumentar así la temperatura de
trabajo y el rendimiento de la instalación.

Como ya se ha comentado, los tubos de vacío están compuestos por un doble tubo de
vidrio, entre cuyas paredes se hace un vacío muy elevado (en torno a 0,005 Pa) con objeto
de minimizar las pérdidas de calor por conducción y convención. La superficie de vidrio del
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tubo interior suele llevar un recubrimiento selectivo a base de metal pulverizado para
aumentar la absorción de la radiación. Las dimensiones de los tubos son similares a las de
un tubo fluorescente, en torno a los 60 mm de diámetro y 180 cm de largo.

En un captador de vacío, la radiación solar atraviesa el tubo exterior de vidrio, incide en el


tubo de absorción interior y se transforma en calor. El calor se transfiere al líquido que
fluye dentro del tubo interior a través de sus paredes.

Estos, captadores permiten calentar agua hasta temperaturas de 110 ºC, hecho que
posibilita la utilización de sistemas de distribución de calor convencionales en
aplicaciones de calefacción con agua.

Además, por la propia configuración de los tubos de vacío que componen el colector solar,
éstos son capaces de capturar la radiación difusa, incluso de días nublados, llegando a
calentar el agua a niveles aceptables.

Este tipo de colector trabaja mediante el sistema antilegionela, dado que el agua que
recorre los tubos y se almacena en la parte alta del colector nunca se mezcla con el agua
caliente sanitaria (ACS) de consumo, sino que el agua de consumo circula por el interior del
depósito superior del colector gracias a un serpentín de cobre que actúa como
intercambiador de calor.

Otra característica de los colectores solares de vacío es que permiten adaptarse mejor a
aquellos casos donde no es posible una instalación con la inclinación u orientación óptima,
mejorando el rendimiento respecto a los colectores solares planos. Esta propiedad hace
que los captadores de tubos de vacío puedan integrarse aún mejor en la arquitectura de los
edificios que en cada caso será diferente.

2.3- Intercambiador de calor

El intercambiador de calor es el dispositivo donde se realiza la transferencia de calor desde


el fluido caloportador del circuito primario al fluido del circuito secundario que conforma la
instalación, manteniendo separadas las corrientes de ambos fluidos sin que lleguen a
mezclarse.

Según su emplazamiento, se pueden distinguir dos grandes grupos de intercambiadores, a


saber:

1.- Intercambiadores de calor externos :

En este caso, el intercambiador se


sitúa fuera del depósito de
acumulación, instalándose de
forma independiente ambos
elementos.

Este tipo de configuración se suele


emplear en sistemas termosolares
donde se emplean volúmenes de
acumulación superiores a los 1000 litros de agua caliente.
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El empleo de intercambiadores externos permite poder alcanzar potencias térmicas más
elevadas con sólo cambiar el intercambiador que se disponga por otro de mayor capacidad
de transmisión, sin necesidad de hacer más cambios en el resto de la instalación, o bien,
ampliando el intercambiador existente añadiendo más superficie de intercambio (más
placas).

Otra ventaja de usar intercambiadores externos es que permite abastecer a más de un


depósito acumulador con un único intercambiador, debido a que ambos elementos son
independientes.

Por ello, el empleo de configuraciones con


intercambiadores externos es típico para aquellas
instalaciones térmicas medianas y grandes.

Los intercambiadores de tipo externos se suelen


construir de placas en acero inoxidable soldadas entre
sí (semejante a un radiador), de forma que se generan
dos sistemas de canales completamente separados,
uno para cada fluido, manteniendo un flujo en contra-
corriente entre ellos para hacer más eficiente la
transmisión de calor.

Al situarse el intercambiador fuera del acumulador, hace necesaria la instalación de dos


bombas circulatorias, una en cada circuito (primario y secundario).

Evidentemente es una solución más cara, pero resulta más eficiente cuando el tipo de
instalación requiere de grandes necesidades térmicas y de mayores volúmenes de agua
caliente.

2.- Intercambiadores de calor internos:

En este caso, el intercambiador se sitúa dentro del depósito de acumulación realizándose


dentro de él la transferencia de calor.

Las dos soluciones comerciales más empleadas


son el sistema de intercambio interno mediante
serpentín y los de doble pared.

Los de serpentín, como el que se muestra en la


figura, consiste en sumergir una tubería (de cobre o
acero inoxidable) arrollada en forma de espiral
dentro del tanque de acumulación.

El serpentín se debe situar en la parte baja del


acumulador, dado que es la parte fría, de manera
que el gradiente de temperatura entre el fluido
primario caloportador (el que circula dentro del serpentín) y el fluido del circuito secundario
del acumulador sea el mayor posible. De esta manera, la potencia térmica de intercambio
será máxima.

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La entrada en el acumulador del fluido caliente del serpentín deberá realizarse a una altura
comprendida entre el 50 y el 75% de la altura total del acumulador, mientras que la salida
del serpentín se deberá realizar por la parte inferior del depósito acumulador.

Como ya se ha indicado, existe otra forma de realizar el intercambio de calor entre ambos
circuitos, y es empleando depósitos acumuladores de doble pared.

En este caso, el depósito acumulador


dispone de doble envolvente, es decir,
que realmente está compuesto por
dos depósitos, uno construido dentro
del otro.

De esta manera, el fluido caloportador


del circuito primario entra y rellena el
espacio comprendido entre el
depósito exterior y el interior.

Así, el fluido caloportador queda


rodeando el volumen de
almacenamiento del depósito más interior, donde se contiene el fluido a calentar del
circuito secundario.

Con esta configuración la pared intermedia que separa el depósito interior del exterior
funciona como elemento de intercambio, dando como resultado un rendimiento muy
aceptable.

En la figura adjunta se aprecia el detalle constructivo de un depósito acumulador e


intercambiador de doble pared.

2.4- Depósito acumulador de agua caliente

Además de poder servir como elemento de intercambiador de calor, según se ha visto en el


apartado anterior, la función principal de un depósito acumulador es la de almacenar y
conservar caliente el agua para consumo el máximo tiempo posible, normalmente entre 1 y
4 días para el caso de sistemas pequeños de viviendas unifamiliares.

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Un buen depósito cumulador debe contar con una envolvente aislante que minimice las
fugas de calor al exterior, un volumen de capacidad adecuado al consumo de agua caliente
previsto, ser seguro y ofrecer una larga vida útil en la instalación.

Suelen tener forma cilíndrica lo cual facilita el fenómeno de estratificación, es decir, la


capacidad de distribución vertical del agua por su temperatura, donde al agua fría se
situará en la parte baja mientras el agua más caliente ocupará la parte alta del depósito.

En este sentido, es recomendable utilizar depósitos cilíndricos verticales, donde la relación


entre la base y la altura sea lo menor posible.

Una característica importante en todo depósito acumulador es la de disponer de una buena


capacidad de estratificación dentro del depósito, lo cual va a favorecer el rendimiento
térmico del sistema.

En efecto, como ya se indicó en el apartador anterior, en caso de emplear un serpentín


como elemento intercambiador, éste se situará en la parte baja del acumulador, por lo que
interesa que el agua más fría en el acumulador se sitúe también en su parte baja.

De esta manera se asegura un mayor gradiente térmico entre el fluido caloportador del
serpentín caliente y el fluido exterior contenido en el acumulador, que mejorará la eficiencia
en la transferencia de calor.

En este sentido, asimismo se intentará evitar que la entrada o salida de agua del
acumulador se realice a alta velocidad. En efecto, una elevada velocidad en el flujo de agua
de entrada o salida al depósito favorecerá que se produzcan mezclas y corrientes de
circulación dentro del acumulador. Este efecto no es deseable que se produzca dado que
perjudica la estratificación del agua dentro del depósito.

Del mismo modo, se prestará atención a que las conexiones por donde se realice la entrada
o salida del agua no forme caminos preferentes de circulación dentro del acumulador.

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El emplazamiento de las distintas conexiones en el depósito acumulador se situarán de la
siguiente manera, según la configuración del sistema:

- La conexión de salida del agua fría desde el acumulador hacia el intercambiador, para la
configuración con intercambiador externo, o hacia los captadores se realizará por la parte
inferior del acumulador.

- Para la conexión de entrada de agua caliente procedente del intercambiador, para la


configuración con intercambiador externo, o de los captadores hacia el acumulador se
realizará a una altura comprendida entre el 50 y el 75% de la altura total del depósito.

- Para configuraciones de una sola aplicación, la conexión del retorno de agua ACS de
consumo hacia el acumulador se realizará por la parte inferior, mientras que la extracción
de agua caliente del depósito se realizará por su parte superior.

Para su fabricación se debe emplear sólo materiales que ofrezcan durabilidad y seguridad
en la construcción, como el acero al carbono, acero inoxidable, aluminio o fibra de vidrio
reforzado.

En los acumuladores fabricados en acero tratado al carbono se les suele someter


adicionalmente a un esmaltado o tratamiento vitrificado en el interior del tanque, con
objeto de mejorar su resistencia a la corrosión.

Así, para aplicaciones de sistemas pequeños (caso de viviendas unifamiliares con


capacidades de almacenamiento de hasta 500 o incluso 750 litros) se suelen utilizar este
tipo de depósitos acumuladores vitrificados que presentan una durabilidad frente a la
corrosión excelente.

En equipos de mayores volúmenes de almacenamiento se emplearán acumuladores en


acero inoxidable, preferentemente. No obstante, este criterio será revisado si el agua de la
zona donde se realice la instalación es especialmente agresiva, en concreto en relación a
su nivel de pH o contenido de cloruros. En estos casos no se recomienda emplear equipos
en acero inoxidable.

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En efecto, si el agua presenta un pH ácido, o si la concentración de
cloruros es elevada (>100 mg/l), el acero inoxidable es más vulnerable,
que puede traer consigo la aparición de puntos de corrosión por
picadura, debiéndose emplear es estos casos acumuladores vitrificados,
de aluminio o de fibra de vidrio.

En otro orden de cosas, el ratio a seguir para determinar el volumen del depósito
acumulador deberá ser de 30 a 60 litros por m2 de panel solar instalado, en sistemas
pequeños para viviendas unifamiliares, donde la producción de agua caliente es
consumida normalmente a diario.

En el caso que se desee instalar un depósito mixto, que se use tanto para la producción de
ACS (agua caliente sanitaria) como para calefacción, entonces el ratio a seguir para
calcular el depósito acumulador es de 50 a 75 litros por m2 de panel solar instalado.

Como recordatorio, para sistemas unifamiliares es posible utilizar la siguiente regla que
suele ser válida para la mayoría de las veces: 50 litros de depósito por persona + 50 litros.
Es decir que, en la gran mayoría de los casos, para una vivienda unifamiliar donde convivan
de 4 a 5 personas, el depósito acumulador de agua caliente que se necesitaría tendría una
capacidad de entre 200-300 litros.

Usualmente, para aplicaciones de producción de ACS (agua caliente sanitaria) el volumen


de acumulación (V, en litros) y el área de los captadores (A, en m 2) guardarán la siguiente
relación:

50 < V/A < 180

Si se pretende de forma más precisa, para aquellas instalaciones donde se presuma un


consumo uniforme durante todo el año, el volumen (V) del depósito a elegir cumplirá con
las siguientes condiciones:

0,8·M < V < M

1,25 < (100·A)/M < 2

donde,

A es el área de los captadores solares instalados, en metros cuadrados;

M es el consumo de la instalación, en litros/día;

V es el volumen del depósito de acumulación, en litros.

2.5- Bombas / electrocirculadores

En los sistemas termosolares de circulación forzada, es necesario la instalación de


bombas circuladoras, normalmente de tipo centrífuga, también llamados
electrocirculadores que son accionados por un motor eléctrico.

Toda bomba circuladora, para unas determinadas condiciones de trabajo y tipo de fluido a
bombear, se caracteriza por el caudal de fluido bombeado y la altura manométrica de
impulsión.
17/32
Las bombas circuladoras, o circulatorias, de los sistemas
termosolares de circulación forzada, son necesarias para
generar el movimiento del fluido de trabajo desde la salida
del depósito acumulador, una vez pasado por el
intercambiador, hasta los colectores solares.

Al instalarse las bombas circuladoras para bombear el fluido


caloportador del circuito primario, ya el depósito acumulador
no es necesario colocarlo junto a los captadores solares en
una posición elevada en el exterior del edificio, sino que
pueden situarse en otra posición que más convenga, en el
interior del edificio por ejemplo, resguardado, y en un lugar
situado en posición más baja que los colectores solares.

En general, se pueden distinguir dos tipos de electrocirculadores:

- Electrocirculadores de rotor sumergido: son silenciosos, requieren un bajo mantenimiento


y se montan en línea con la tubería y el eje horizontal.

- Monobloc: pueden ser montados con el eje en cualquier posición.

Con el paso del tiempo y el uso, en las tuberías de agua caliente se producen
precipitaciones y corrosión, lo que hace disminuir el paso libre que queda dentro de la
tubería para el agua, produciendo un aumento de la pérdida de carga. En este aspecto, se
deberá cuidar la elección de los materiales de fabricación de las bombas para aplicaciones
termosolares, que deberán ser muy resistentes a la corrosión.

Además, aunque los cálculos hidráulicos para este tipo de instalación se suelen realizar
considerando agua como fluido de trabajo, en realidad el fluido de trabajo en el circuito
primario de este tipo de instalaciones es una mezcla de agua con anticongelante. Este
hecho unido al progresivo aumento de la pérdida de carga en las tuberías por
incrustaciones, aconseja un cierto margen de seguridad en la selección de las
prestaciones de la bomba, con objeto de poder hacer frente a estos imprevistos.

Las bombas circulatorias empleadas en los circuitos termosolares suelen tener varias
velocidades y el fabricante lo indicará en sus gráficas de funcionamiento. Lo aconsejable
es que se trabaje en una velocidad intermedia, con objeto de tener margen de actuación en
el caso de ser necesaria variar la presión de suministro de la bomba ante cambios en las
condiciones de la instalación.

Asimismo, previo a la aspiración de la bomba, se suele instalar un filtro con objeto de evitar
que entren al interior de la bomba impurezas procedentes de los cordones de soldadura y
otros desprendimientos del interior de la instalación.

2.6- Tuberías

Cuando se lleve a cabo el montaje de la instalación, tanto de las tuberías que conforman el
circuito primario como las del secundario, se llevará a cabo bajo las más estrictas
condiciones de limpieza, con objeto de evitar la formación de la legionela.
18/32
Ésta es una bacteria que se desarrolla en los circuitos de
ACS, preferentemente a temperaturas en torno a los 37 ºC,
por lo que es imprescindible someter a toda instalación
termosolar a labores de mantenimiento de prevención de la
legionelosis de acuerdo a la legislación vigente.

Para el circuito primario por donde circula el fluido de trabajo


caloportador desde los captadores solares hasta el
intercambiador y su posterior retorno, se suelen utilizar
tuberías de cobre o de acero inoxidable. En la actualidad se
están desarrollando nuevos materiales plásticos
termorresistentes, certificados y homologados para esta
aplicación.

Para el circuito secundario o el de circulación del agua caliente sanitaria para consumo
(ACS) se podrán utilizar tuberías de cobre, de acero inoxidable o de acero galvanizado, pero
NUNCA se utilizarán tuberías de acero negro para circuitos de agua caliente destino al
consumo.

A continuación se realizarán algunas indicaciones para ciertos tipos de tuberías que


pueden ser empeladas en las instalaciones termosolares:

- Tuberías de cobre: de todos es el tipo de tubería más recomendado, por su excelente


relación calidad/precio. Ofrece gran resistencia a la corrosión, es maleable y dúctil que
facilita las operaciones de montaje, y es inocua por lo que ofrece buenas condiciones de
salubridad.

- Acero galvanizado: aunque es muy empleado en instalaciones de fontanería/plomería en


agua fría, no se puede emplear como material en el circuito primario, dado que la
protección del galvanizado se deteriora cuando se alcanzan temperaturas superiores a los
65 ºC.

- Acero negro: No se puede emplear en instalaciones de agua caliente sanitaria (ACS), por
producirse oxidaciones que afectan negativamente a la potabilidad del agua. Sólo es
posible su uso como material de las conducciones del circuito primario.

- Tuberías de plástico termorresistentes: Actualmente se están desarrollando nuevos


materiales plásticos, que resultan muy competitivos de precio, y que pueden resistir sin
problema temperaturas de trabajo superiores a los 100 ºC. No obstante, por lo general este
tipo de materiales se deterioran por la exposición directa a los rayos solares, por lo que su
uso está restringido a espacios interiores o bajo estructuras de protección que los aísle de
la acción directa de los rayos solares.

2.7- Válvulas y otros componentes

De entre los accesorios que son necesarios para un funcionamiento correcto y seguro de
todo sistema hidráulico termosolar caben destacar las válvulas (en sus distintas versiones
según su funcionalidad), el vaso de expansión y el purgador de aire, entre otros. A
continuación se estudiarán brevemente cada uno de ellos:

19/32
a) Válvulas:

La elección del tipo de válvula más idónea se debe realizar atendiendo a la función que
realiza dentro del circuito. Además, el tipo de válvula instalada deberá ser capaz de
soportar con garantías los valores extremos de presión y temperatura que se alcancen en
el sistema.

En general, la elección del tipo de


válvula se realizará atendiendo el
siguiente criterio:

• Para funciones de aislamiento: se


suelen emplear válvulas de tipo
esféricas;

• Para el equilibrado de circuitos:


válvulas de asiento;

• Para vaciado de tuberías: válvulas de


esfera o macho;

• Para llenado de tuberías: válvulas de


esfera;

• Para purga de aire: válvulas de esfera


o macho;

• Para seguridad: válvulas de resorte;

• Para retención: válvulas de disco de doble compuerta.

En aquellos sistemas sencillos, suele ser suficiente con colocar válvulas de seguridad en
cada batería de captadores solares y en la entrada del sistema de acumulación.

Por otro lado, y para evitar que el líquido anticongelante del circuito primario circule en la
dirección opuesta cuando el sistema está apagado, se suele monta una válvula de paso de
sentido único, o bien una electro-válvula que se abra en paralelo con el arranque de la
bomba. Esta válvula antirretorno se utiliza para evitar retrocesos del fluido caloportador
desde los colectores solares hacia la bomba causados por la convección natural.

b) Vaso de expansión:

Las variaciones extremas de temperatura que experimenta el fluido de trabajo en el circuito


primario, hacen variar su densidad, y por tanto el volumen que ocupa dentro de la
instalación.

En efecto, al aumentar la temperatura del fluido caloportador (por ejemplo, a su paso por
los captadores solares), ocasiona el aumento de su volumen dentro de las tuberías y por
tanto, también un aumento de la presión interior del fluido, que si no se dispone de algún
elemento que alivie este incremento de presiones, podría dar lugar a fugas y roturas de la
instalación.
20/32
Por tanto, con objeto de absorber las dilataciones del fluido caloportador se coloca un
dispositivo, denominado vaso de expansión, tal que el fluido sobrante que no cabe en la
instalación entre en el vaso de expansión, consiguiéndose así que la presión no suba.

Entre los más utilizados, son los vasos


de expansión de tipo cerrado, los
cuales consisten en un depósito
cerrado herméticamente, cuyo interior
se encuentra dividido en dos partes
separadas por una membrana
impermeable y extensible.

La parte del depósito rodeado por la


membrana está ocupado por un gas
(suele ser nitrógeno, que no se oxida ni estropea la membrana, aunque también se puede
emplear aire), mientras que la otra parte útil del depósito está conectada al circuito
hidráulico y es por donde entra y sale el fluido caloportador de la instalación.

Pues bien, como se ha dicho, al expandirse el fluido por aumento de su temperatura, parte
del fluido que no cabe en la instalación entra en el vaso de expansión empujando a la
membrana.

El gas que ocupa la parte del vaso de expansión se comprime y absorbe la entrada del
fluido sobrante, evitando así variaciones de presión en el circuito.

La parte del vaso de expansión ocupada por el gas suele disponer de una válvula de
seguridad para limitar la presión al valor especificado por el fabricante de la instalación.

c) Purgador de aire:

Las instalaciones termosolares también disponen de un purgador, cuya función es la de


extrae las burbujas de aire que se puedan formar dentro de las conducciones.

Es importante seguir las siguientes recomendaciones en el diseño de cualquier instalación


termosolar con objeto de evitar la acumulación de bolsas de aire dentro de las
conducciones, que dificultaría enormemente la circulación del fluido caloportador:

- Los purgadores de aire se colocarán en los lugares altos del circuito, que es donde
tenderá a acumularse las bolsas de aire, y será más fácil su eliminación;

- Las bombas circulatorias se montarán en tramos verticales, de forma que se impida la


formación de bolsas de aire en el interior de las mismas;

- Se recomienda que la velocidad del fluido por las tuberías nunca sea inferior a 0,6 m/s;

- En los circuitos cerrados se montará el vaso de expansión en la zona de aspiración de la


bomba;

- A todo tramo horizontal de tubería se le dotará de una ligera pendiente mínima del 1% en
el sentido de circulación para impedir la formación de bolsas de aire y que éstas queden
estancadas en la tubería;
21/32
- Al menos, en el punto más alto de la instalación se mantendrá una presión mínima de 1,5
kg/cm2.

Además de los anteriores elementos, se pueden montar otros accesorios y dispositivos


con funciones diferentes, como la instalación de un grifo mezclador a la salida del depósito
acumulador con objeto de permitir la mezcla de agua fría con la procedente del colector,
para así evitar el riesgo de quemaduras en momentos donde el colector alcance
temperaturas muy elevadas.

Otro dispositivo necesario es el de llenado/vaciado del circuito. En caso de disponer de un


vaso de expansión de tipo abierto a la atmósfera, éste puede ser empleado como sistema
de llenado.

En caso de disponerse de un vaso de expansión de tipo cerrado, entonces es necesario


instalar un dispositivo adicional para efectuar las operaciones de llenado y vaciado del
fluido caloportador y mantenerlo presurizado. En este caso, el dispositivo de llenado
deberá disponerse en la parte baja del circuito de manera que se evite la formación de
bolsas de aire durante las operaciones de llenado.

2.8- Líquido anticongelante

El fluido caloportador a emplear en el circuito primario (el que va y retorna desde los
captadores solares hasta el intercambiador/acumulador) deberá poseer propiedades
anticongelante con objeto de mantenerse fluido en los periodos de bajas temperaturas
(épocas invernales), al circular en instalación exterior la mayor parte de su recorrido.

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Por otro lado, deberá ofrecer una alta capacidad calorífica que permita absorber y
transportar gran cantidad de calor, y poseer un gran coeficiente de transmisión de calor
que proporcione un gran rendimiento en el intercambiador.

Asimismo, el fluido de trabajo que se emplee en una instalación solar térmica no deberá
hervir para el rango de temperatura y presión de trabajo de la instalación, no ser agresivo
químicamente con los componentes de la instalación, y ser además atóxico para que en
caso de fuga no ponga en peligro la salud de las personas.

Además de todo lo anterior, deberá ser un fluido que sea económicamente accesible para
que este tipo de instalaciones sea rentable.

Un fluido así, "ideal", no existe, siendo lo más cerca que se ha llegado al obtenido a partir de
una mezcla de agua y glicol, en un porcentaje del 60% de agua y un 40% de glicol
(Etilenglicol o Propilenglicol).
22/32
Para que el período de garantía de una instalación termosolar no se vea afectado, deberá
emplearse siempre como fluido de trabajo del circuito primario el líquido recomendado por
el fabricante, en caso de ser necesario su reposición, pues de lo contrario se corre el riesgo
de perder la garantía de la instalación por parte del fabricante.

2.9- Aislamiento

Con objeto de minimizar las pérdidas de calor, es necesario dotar de aislamiento las
paredes de las conducciones y accesorios del sistema hidráulico que conforma toda
instalación termosolar.

Por otro lado, las conducciones del circuito primario que conducen el fluido caloportador
suelen alcanzar temperaturas elevadas, especialmente si el sistema está parado, por lo que
el material que se emplee como aislante de dichas tuberías deberá ser tal que no se
degrade con el tiempo y pueda soportar sin problemas temperaturas de hasta 150º C.

A continuación se indican los espesores equivalentes del aislamiento térmico (expresado


en mm), necesarios para tuberías y accesorios fabricados con material de conductividad
térmica igual a 0,04 W/(m ºC), a 20 ºC:

Diámetro exterior Temperatura del fluido (ºC)


(mm)

40 a 65 65 a 100 100 a 150 150 a 200


ºC ºC ºC ºC

D ≤ 35 20 20 30 40

35 < D ≤ 60 20 30 40 40

60 < D ≤ 90 30 30 40 50

90 < D ≤ 140 30 40 50 50

140 < D 30 40 50 60

2.10- El sistema de control

En los sistemas termosolares de circulación forzada, es necesario la instalación de un


sistema de control y regulación que active y controle, entre otras variables, la velocidad de
bombeo de la bomba circulatoria del circuito primario en función de las necesidades del
sistema.

La variable principal que marca el funcionamiento de la bomba es el gradiente de


temperatura en el fluido caloportador del circuito primario que exista entre la salida de los
captadores solares y la temperatura del fluido a la salida del acumulador (o del
intercambiador térmico).

23/32
Para ello será necesario disponer, al menos, de sendas sondas de temperatura en las
zonas anteriormente indicadas, que enviará los datos marcados a la unidad de control.

El sistema de control recibirá ambas señales y comparará las temperaturas registradas por
los distintos sensores.

Si la diferencia de temperatura registrada en el fluido del circuito primario entre la salida de


los captadores solares y la salida del acumulador es superior a un valor programado
previamente por el instalador, de entre 4 y 6 ºC (el nuevo Código Técnico de la Edificación
establece este límite en 7 ºC), el sistema activará el funcionamiento de la bomba.

Por el contrario, cuando esta diferencia de temperatura se sitúa entre 2 y 4 ºC (el Código
Técnico de la Edificación lo marca a una diferencia menor a 2 ºC) el sistema detendrá el
funcionamiento de la bomba.

Asimismo, otras de las funciones del sistema de control es la de activar la unidad auxiliar
de apoyo para aportar calor adicional al agua de consumo en caso que la instalación solar,
por sí sola, no pueda aportar toda la energía térmica demandada en ese momento. Para
ello se dispondrá también de una sonda de temperatura que registrará la temperatura del
agua sanitaria a la salida del acumulador que se destina a su consumo.

Toda unidad de control se compondrá, al menos, de los siguientes módulos funcionales:

- Un teclado, para la introducción de parámetros de funcionamiento, por ejemplo, el rango


de temperaturas diferenciales que marque el arranque y parada de la bomba;

- Pantalla LED, que sirva para visualizar el estado de funcionamiento del sistema y de sus
parámetros de diseño;

- Un módulo de conexión analógica para entrada de datos, que sirva para el conexionado de
las sondas de temperaturas distribuidas por el sistema, etc;

- Un módulo de conexión para la salida de órdenes, que conecte con la bomba para activar
su arranque/parada, o con la unidad auxiliar de apoyo para su control, etc.
24/32
3- Dimensionado de una instalación solar térmica

3.1- Generalidades

El dimensionado de una instalación solar térmica dependerá de la demanda energética que


se necesite, de las condiciones climáticas del lugar (en especial de la irradiación solar a
temperatura ambiente disponible), de la fracción solar, y de la orientación e inclinación que
puedan darse a los captadores solares.

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En este sentido, la demanda energética que se requiere para el


dimensionado de una instalación solar térmica viene determinada
además por la temperatura de consigna que se desea que permanezca
constante en el acumulador de ACS (normalmente alrededor de 60 ºC),
del caudal de agua caliente requerido para el consumo y de la temperatura de entrada del
agua fría que se ha de calentar.

Evidentemente, a mayor temperatura de consigna para el agua almacenada en el


acumulador con respecto a la temperatura final del agua en el punto de consumo
(normalmente a 40 ºC), dará como resultado que el caudal que circulará por el acumulador
será menor.

A la hora de elegir la zona donde instalar el sistema de captación solar, ésta deberá ser la
que reciba mayor insolación y con la menor presencia posible de obstáculos alrededor que
puedan proyectar sombras sobre los colectores. Por ello, suelen ser las partes altas de las
construcciones (tejados y cubiertas) las más idóneas, aunque para ello haya que realizar
una comprobación previa resistente de la estructura de la cubierta para poder recibir con
todas las garantías de seguridad el nuevo peso propio del equipo.

Otro aspecto importante a cuidar es minimizar la distancia entre el captador solar y el


depósito acumulador. En los equipos compactos que funcionan por termosifón esto no es
un problema dado que el acumulador es obligatorio colocarlo sobre el panel captador, pero
en aquellos sistemas con circulación forzada donde el sistema es partido, habrá que cuidar
no separar mucho el acumulador de los captadores para no incurrir en pérdidas
innecesarias de calor durante el trayecto.

3.2- Inclinación y orientación de los captadores

La disposición de los captadores solares, definido por su orientación e inclinación,


repercute de manera decisiva en su rendimiento. Lo ideal es conseguir en todo momento
que los rayos solares incidan perpendicularmente sobre la superficie del panel solar.

Si la vivienda dispone de una cubierta plana accesible, se podrá dotar a los módulos
captadores de la orientación e inclinación que más convenga, con sólo emplear estructuras
auxiliares portantes para el equipo.

25/32
En otros casos, cuando el tejado de la vivienda es inclinado no permite obtener la
orientación e inclinación ideal para los captadores. En estos casos, las pérdidas pueden
ser compensadas aumentando la superficie de colectores. Sin embargo, en la actualidad se
fabrican equipos termosolares en los que desviaciones de orientación e inclinación no
suponen grandes pérdidas de rendimiento, y menos aún en el caso de utilizarse los
colectores de vacío, que ya incluso se colocan en posición vertical.

A) Orientación de los captadores solares :

La orientación (α) de los captadores solares será tal que éstos se dispongan siempre
"mirando" hacia el ecuador terrestre. Esto supone orientación sur geográfico para aquellas
instalaciones situadas en el hemisferio norte terrestre, y orientadas hacia el norte
geográfico para las instalaciones situadas en el hemisferio sur. No obstante, son
admisibles unas desviaciones de hasta ±20º respecto al sur o norte geográfico sin que se
produzcan grandes pérdidas de rendimiento.

B) Inclinación de los captadores solares :

Por otro lado, el ángulo de inclinación ( β) es aquel que forma la superficie del módulo con
el plano horizontal, tal como se ve en la figura adjunta. Su valor es 0º para módulos
horizontales y 90º si son verticales.

El valor de la inclinación de los paneles solares dependerá del uso del equipo solar. Así
cuando se pretende que la instalación se use todo el año con un rendimiento aceptable,
coincide aproximadamente con la latitud geográfica del lugar donde se instale.

Si la instalación se usa principalmente en invierno, entonces la inclinación óptima de los


módulos sería la obtenida de sumarle a la latitud 10º.

Y por el contrario, si la instalación va a usarse básicamente en verano, la inclinación que


habría que proporcionarle a los módulos solares sería el resultado de restar a la latitud del
lugar 20º.

3.3- Conexionado

El sistema de captación de energía solar térmica debe poder integrarse con el resto de la
instalación convencional de agua caliente de la edificación, y debe contar además con un
sistema auxiliar de apoyo (calentador, caldera de ACS o termo eléctrico) que aporte la

26/32
energía necesaria para garantizar el suministro de agua caliente en los periodos de poca o
nula radiación solar o cuando la demanda de agua caliente sobrepase las posibilidades del
sistema.

En general, un sistema termosolar estará compuesto por un conjunto de paneles o


captadores solares (dos o más) que deberán conectarse entre sí y con el resto de la
instalación.

La entrada del fluido caloportador al panel captador se realizará siempre por la toma
inferior del panel, y la salida por la parte superior opuesta a la entrada.

De entre las configuraciones básicas a la hora de interconectar los captadores solares


entre sí, caben destacarse las siguientes:

a) Conexionado de colectores en serie :

Es una configuración que se utiliza cuando se requiere alcanzar elevadas temperaturas en


el fluido del sistema.

Este tipo de conexión en serie


entre los captadores que
conforman la batería de paneles
permite que el fluido, al pasar de un
captador al siguiente, vaya
aumentando gradualmente su
temperatura.

No obstante, es una configuración


que no se recomienda emplear dado que los captadores finales trabajan a muy bajo
rendimiento.

Ello es así porque conforme la temperatura del fluido a la entrada del colector sea cada vez
mayor, el gradiente térmico que se puede alcanzar es cada vez menor a la salida del
colector, por lo que su rendimiento decrece.

Por lo tanto, si se necesita obtener temperaturas más elevadas lo razonable es acudir a


otra tecnología específica para este fin (captadores solares térmicos de media y elevada
temperatura), obteniéndose de este modo mejores resultados.

En todo caso, si se ha de utilizar este conexionado, se recomienda emplear hasta un


máximo de tres colectores conectados en serie para que la eficiencia del último colector
de la serie no decaiga mucho.

b) Conexionado en paralelo con retorno invertido :

Lo más común a la hora de conectar los paneles que conforman una batería de colectores
solares es hacerlo en paralelo.

27/32
Mediante la conexión en paralelo
con retorno invertido se evita la
instalación de válvulas de
equilibrado de caudal.

El número máximo de captadores


solares que se pueda conectar
según esta configuración quedará
limitado por lo recomendado por el
fabricante de los paneles.

Cuando sea necesario, se pueden disponer en varias filas los captadores, estando cada fila
conectada también en paralelo.

En este caso, es recomendable instalar válvulas de cierre a la entrada y salida de cada


batería de captadores, de modo que puedan aislarse para realizar labores de
mantenimiento, sustitución, etc.

c) Conexionado en paralelo con tubería exterior y equilibrado con válvula :

Este sistema de conexionado se


suele emplear cuando el anterior
sistema con retorno invertido no
puede llevarse a cabo.

En este caso, se puede realizar el


conexionado de los colectores en
paralelo según esta configuración.

Para ello será necesario emplear


una tubería externa que deberá ser equilibrada mediante el empleo de caudalímetros y
válvulas.

Cuando se emplee esta configuración, se recomienda no conectar en la misma serie más


de 10 colectores en paralelo, debido a que los colectores del centro van a recibir menos
caudal que los situados en los extremos.

3.4- Demanda de consumo

En el dimensionado de una instalación solar térmica se debe procurar no sobredimensionar


la instalación de manera que no se produzcan periodos con excesos de energía generada.

En este sentido, es conveniente ajustar el diseño a aquellos periodos donde la demanda de


energía sea más baja, que suele coincidir con los meses de verano donde al hecho de ser el
periodo con menor consumo de agua caliente, coincide además con el de máxima
irradiación solar.

Por tanto, elegir como dato de consumo de agua caliente el valor promedio del consumo
diario durante el verano, como criterio de diseño para el dimensionado de las instalaciones
solares térmicas, evitará que se produzcan situaciones de sobrecalentamiento del sistema.

28/32
Por otro lado, y según estimaciones deducidas de la experiencia, al final, durante los meses
de invierno, el aumento de consumo de agua caliente sanitaria (ACS) que circula a través
del acumulador suele representar entre un 15 y un 20% más respecto al consumo medio
durante los meses de verano, a fin de tener este dato en cuenta en el dimensionamiento de
la instalación.

La siguiente tabla muestra la demanda de agua caliente sanitaria (ACS), según criterio del
Documento Básico del Código Técnico de la Edificación "DB-HE Ahorro de Energía":

Criterio de Demanda Litros de agua caliente sanitaria


(ACS)
/ día (a 60 ºC)

Viviendas Unifamiliares 30 por persona

Viviendas Multifamiliares 22 por persona

Hospitales y Clínicas 55 por cama

Hoteles 70 por cama

Hostales 40 por cama

Camping 40 por emplazamiento

Hostal/Pensión 35 por cama

Residencias (ancianos, estudiantes, etc.) 55 por cama

Vestuarios/Duchas colectivas 15 por servicio

Escuelas 3 por alumno

Cuarteles 20 por persona

Fábricas y Talleres 15 por persona

Oficinas 3 por persona

Gimnasios 20 a 25 por usuario

Lavanderías 3a5 por kilo de ropa

Restaurantes 5 a 10 por comida servida

Cafeterías 1 por almuerzo servido

29/32
Para el caos de viviendas unifamiliares, con objeto de calcular la ocupación de personas
que corresponde por vivienda, se suelen aplicar los siguientes ratios:

• Viviendas de un dormitorio: 1,5 personas;

• Viviendas de dos dormitorios: 3 personas;

• Viviendas de tres dormitorios: 4 personas;

• Viviendas de cuatro dormitorios: 6 personas;

• Viviendas de cinco dormitorios: 7 personas;

• Viviendas de seis dormitorios: 8 personas;

• Viviendas de siete dormitorios: 9 personas.

3.5- Método de cálculo F-Chart

De entre los procedimientos existentes para realizar un dimensionado rápido de una


instalación termosolar se encuentra el denominado "Método de las Curvas F-Chart".

Método de las Curvas F-Chart

Procedimiento de Cálculo

Se adjunta en el lateral de un enlace con la opción de descargar el documento impreso


explicativo del procedimiento de cálculo empleado en el Método de las Curvas F-Chart.

Se trata de un método de naturaleza empírica que permite obtener la cobertura de un


sistema solar, es decir, de su contribución a la aportación de calor total necesario para
cubrir las cargas térmicas, y de su rendimiento medio en un largo período de tiempo.

Ampliamente aceptado como un proceso de cálculo suficientemente exacto para largas


estimaciones, no ha de aplicarse para estimaciones de tipo semanal o diario.

Para desarrollarlo se utilizan datos mensuales medios meteorológicos, y es perfectamente


válido para determinar el rendimiento o factor de cobertura solar en instalaciones de
calentamiento, en todo tipo de edificios, mediante captadores solares planos.

En el siguiente enlace, se ofrece la posibilidad de acceder a una aplicación informática del


método desarrollado por la web Censolar:

>> Aplicación "Método de las Curvas F-Chart " por Censolar (Centro de Estudios de la
Energía Solar)

Por último, se ha creído conveniente incluir en el siguiente enlace un ejemplo de proyecto


de dimensionado de instalaciones de energía solar térmica para producción de agua
caliente sanitaria (ACS), haciendo uso del método F-Chart, desarrollado por miembros de la
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Valladolid (España).

30/32
"Proyecto de Optimización del dimensionado de instalaciones de energía solar térmica para
la producción de agua caliente sanitaria"

4- Radiación solar

4.1- Generalidades

Como una forma habitual de medir la energía, o bien la potencia, que recibimos del sol
generalmente se emplea el término de radiación solar.

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La radiación del sol, que se define como la energía procedente del sol en forma de ondas
electromagnéticas, se compone principalmente de dos tipos: radiación directa y radiación
difusa.

La primera es la que llega a la superficie terrestre directamente desde el sol, mientras que
la difusa es la parte de la radiación que resulta después de la interacción con los
componentes atmosféricos. Así, en un día despejado casi toda la radiación recibida es del
tipo directa, mientras que en un día nublado será radiación difusa.

De esta forma, se tiene la "irradiancia" ( E) que define la potencia incidente de la radiación


solar sobre la unidad de superficie, expresándose en el Sistema Internacional de Unidades
(S.I.) en watios por metro cuadrado (W/m2).

En instalaciones solares fotovoltaicas se suele emplear el concepto " horas de sol pico "
como una forma de medir el aprovechamiento de la energía solar por efecto fotoeléctrico y
que representa las horas de sol disponibles a una hipotética irradiancia solar constante de
1000 W/m 2.

Pero si se quiere definir la radiación solar en términos de energía, entonces se emplea el


concepto de "irradiación", que se define como la energía solar incidente sobre una
superficie por unidad de superficie y a lo largo de un cierto período de tiempo. La
irradiación en el Sistema Internacional de Unidades se mide en kWh/m2.

4.2- Datos de la radiación disponible

El conocimiento de la radiación solar que se produce en el lugar donde se vaya a realizar


una instalación termosolar es determinante, tanto para conocer la energía disponible, como
para analizar el comportamiento de los componentes del sistema.

31/32
Este es un dato que va a ser muy variable, porque además de depender de las coordenadas
geográficas del lugar (latitud y longitud), dependerá de la estación del año, de las
condiciones climatologías de cada momento del lugar y además, de la orientación e
inclinación que tengan los paneles de captación, amén de las condiciones arquitectónicas
que rodeen la instalación, debido a la posibilidad que se generen sombras sobre los
captadores o que se tenga a los captadores más o menos resguardados de la acción del
viento, etc.

No obstante, el punto de partida suele ser el conocimiento de la radiación solar disponible


en el lugar donde se vaya a emplazar la instalación termosolar.

En este sentido existe una multitud de bases de datos de donde se puede obtener
información sobre la radiación solar disponible en cualquier lugar del planeta.

Se adjunta el siguiente enlace que proporciona valores de la radiación solar en el mundo:

>> PVGIS, Photovoltaic Geographical Information System

>> FIN DEL TUTORIAL

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