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ISSN: 1794-8932
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Universidad La Gran Colombia
Colombia
SOFIA - SOPHIA
Resumen
Dada la importancia del movimiento losó co conocido como Empirismo lógico dentro de la
historia pasada y presente de la losofía de la ciencia, nada más necesario que tener claridad
de sus fundamentos. Con este propósito, el artículo hace una presentación sistemática de las
tesis centrales del Empirismo lógico, a partir de sus documentos programáticos. Las tesis
que se exponen son: 1) la tesis propiamente empirista, el conocimiento sobre la naturaleza
es sintético; 2) el conocimiento de la lógica y las matemáticas es analítico; 3) el principio
veri cacionista del signi cado como criterio de demarcación entre ciencia y metafísica;
4) el análisis lógico del lenguaje como método losó co; 5) la uni cación de las ciencias
empíricas; y 6) la estructura de las teorías cientí cas.
Abstract
Given the importance of the philosophical movement known as Logical Empiricism, in the
past and present history of science philosophy, nothing more necessary than be clear about
its foundations. With this purpose, this article makes a systematic presentation of the central
theses of the Logical Empiricism, based in its programmatic documents. The theses put
forward are as follows: 1) The thesis that is own of empiricism, the knowledge about nature
is synthetic; 2) The knowledge of logical and mathematics is analytic; 3) The principle
of veri cation of meaning as demarcation criterion between science and metaphysic; 4)
The logical analysis of language as philosophical method; 5) The uni cation of empirical
sciences; and 6) The structure of scienti c theories.
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«El camino a un empirismo consistente sólo está abierto a
aquellos que están dispuestos a interpretar el conocimiento
empírico en sus justos términos y a abandonar el prejuicio
de que las matemáticas representan el prototipo de todo
conocimiento». Hans Reichenbach (1948)
Introducción
empirismo lógico (o, también, positivismo lógico, neoempirismo neopositivismo
de la perspectiva losó ca que inauguraron los miembros del Círculo de Viena re eja
bastante bien los principios sobre los cuales se funda: una visión empirista (positivista) del
conocimiento (cientí co) y la utilización del método del análisis lógico. El primer principio
es epistemológico, en cuanto supone una teoría del conocimiento cientí co, y el segundo es
metodológico, al focalizar el trabajo losó co en el análisis lógico del lenguaje. Además, los
empiristas lógicos pondrán estos dos principios al servicio de dos objetivos muy concretos:
el rechazo de la metafísica en la ciencia y la uni cación de las ciencias. Los empiristas
lógicos dejaron constancia de estos aspectos de su losofía en el documento programático La
concepción cientí ca del mundo: el Círculo de Viena, escrito por Hans Hahn, Otto Neurath
y Rudolf Carnap en agosto de 1929 y dedicado a Moritz Schlick, en torno a quien se había
consolidado el grupo. Allí dicen, por ejemplo:
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E inmediatamente después enuncian el segundo de los dos objetivos que se proponen: “La
aspiración del trabajo cientí co radica en alcanzar el objetivo de la ciencia uni cada por
medio de la aplicación de ese análisis lógico al material empírico” (Hahn, Neurath y Carnap,
1929:115).
Como puede observarse, la primera tesis contiene dos subtesis, las cuales considero subrayan la
distinción sutil y básica que existe para los empiristas lógicos entre empirismo y positivismo: la
tesis empirista equivale al criterio de justi cación del conocimiento sobre la realidad, “hay sólo
conocimiento de la experiencia que se basa en lo dado inmediatamente”, y la tesis positivista
es el uso de este mismo criterio como criterio de demarcación entre ciencia y metafísica, “con
esto se establece la demarcación del contenido cientí co legítimo”.(Hahn, Neurath y Carnap,
1929:115).
Los empiristas lógicos también caracterizaron su perspectiva losó ca como oposición directa
a la epistemología kantiana, esto es, como el rechazo de los juicios sintéticos a priori; con
sus propias palabras: “Precisamente en el rechazo de la posibilidad de conocimiento sintético
a priori consiste la tesis básica del empirismo moderno… sólo reconoce oraciones de la
experiencia sobre objetos de todo tipo, y oraciones analíticas de la lógica y de la matemática”
(Hahn, Neurath y Carnap, 1929:115). En síntesis, podemos decir que las siguientes seis tesis
conforman la propuesta losó ca de los empiristas lógicos:
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Tesis centrales del empirismo lógico
Ahora bien, esto no nos puede llevar a pensar al empirismo lógico como un movimiento
losó co monolítico, libre de controversias, pues, tal y como veremos, algunos de estos puntos
serán objeto de diversas interpretaciones.
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Einstein en 1905 y 1916 respectivamente, y la de la mecánica cuántica en 1925-1926.
La lógica antigua o clásica tenía como única base de análisis las proposiciones predicativas, que
S P, en donde el predicado P atribuye una propiedad o atributo al sujeto S;
mientras que la lógica formal o matemática trabaja además con la teoría de las proposiciones
relacionales y la teoría de las funciones proposicionales variables, e introduce además todo
un formalismo simbólico semejante al de las matemáticas. Uno de los proyectos importantes
dentro de esta nueva lógica fue la de concebir las matemáticas como una de sus ramas, esto
es, se esperaba probar que todos los conceptos y proposiciones de las matemáticas podían
derivarse, respectivamente, de los conceptos y proposiciones básicos de la lógica. Por tanto, la
naturaleza del conocimiento lógico es semejante al de las matemáticas y, de ahí, que también
sea analítico.
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En cuanto al conocimiento natural tenemos que, por una parte, la revolución iniciada por las
geometrías no-euclídeas fue completada por la teoría de la relatividad general de Einstein
al mostrar que el espacio físico es no-euclidiano, contrariamente a como lo había propuesto
Newton y lo había pensado Kant. Y, en segundo lugar, las teorías de Einstein y de la mecánica
cuántica no solo se fundamentan sobre principios contrarios a lo propuesto por la mecánica
newtoniana sino que también han sido con rmadas por un buen número de experimentos.
Tales revoluciones en la física no serían posibles si esta estuviese montada sobre principios
sintéticos a priori, los cuales son apodícticos, necesariamente verdaderos. Por tanto, concluyen
los empiristas lógicos, los principios de la física, como en general el conocimiento sobre el
mundo natural, han de ser sintéticos, deben justi carse en la experiencia y, por tanto, tienen que
ver con este mundo.
En síntesis, la primera tesis del empirismo lógico es la idea empirista según la cual el
conocimiento de las ciencias naturales (como el de las ciencias sociales) es sintético, esto es,
se “basa en lo dado inmediatamente”. En tanto que el conocimiento de las ciencias formales (la
lógica y las matemáticas) es analítico. En otros términos, los distintos enunciados del lenguaje
ordinario y cientí co pueden clasi carse como analíticos o como sintéticos. Veamos esto más
en detalle.
Los empiristas lógicos no entienden la analiticidad exactamente igual que Kant. Para este
último, la analiticidad tiene que ver con el análisis conceptual, en tanto que para los primeros
tiene que ver con los signi cados de las palabras; como lo asevera Coffa:
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De manera más precisa, para los empiristas lógicos la verdad o falsedad de un enunciado
analítico depende solo de su forma o estructura lógica y del signi cado de sus términos; por
tanto, su verdad o falsedad es independiente del estado del mundo: las verdades y falsedades
analíticas no dicen nada acerca del mundo real.
Así, hay enunciados analíticos que dependen solo de su estructura o forma lógica, tales como
las verdades lógicas o tautologías y las falsedades lógicas o contradicciones. El enunciado
‘todo soltero es soltero’ es verdadero por su forma e independiente del contenido o signi cado
de sus términos, pues se puede cambiar ‘soltero’ por cualquier otro término como ‘perro’, sin
cambiar el valor de verdad. Esto es, el anterior enunciado es verdadero porque posee la forma
lógica o esquema lógico ‘˅x, x = x’, que es el principio de identidad. Las leyes de tercero
excluido y de no contradicción de la lógica también son tautologías. En síntesis, el valor de
verdad de las tautologías y las contradicciones solo depende de su forma lógica.
Pero también hay enunciados analíticos verdaderos que no son verdades lógicas. Por ejemplo,
el enunciado ‘Todo soltero es no-casado’ es verdadero en virtud del signi cado de sus términos
y de su forma lógica. Esto es, el enunciado es verdadero porque soltero signi ca lo mismo
que no- casado y, teniendo esto último en consideración, el enunciado original también tiene
la forma lógica ‘˅x, x = x’. Las verdades matemáticas también son de este tipo y, por lo tanto
en primera instancia, no pertenecerían a la lógica; por ejemplo, ‘2 + 3 = 5’ es un enunciado
cuya verdad depende del contenido, de los signi cados, de cada lado de la igualdad, y no solo
1. Término introducido por Ludwig Wittgenstein en el Tractatus Logico-Philosophicus, 1922, véase parágrafo 4.46.
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Tesis centrales del empirismo lógico
de su forma. Por último, los ejemplos anteriores permiten observar que una verdad analítica
no dice nada acerca del mundo, su verdad es independiente de lo que se da en la realidad;
en otras palabras, una verdad analítica es una verdad necesaria, es una verdad bajo cualquier
circunstancia concebible, de modo que su negación es imposible.
Por otra parte, los enunciados sintéticos dicen algo del mundo real, de modo que su verdad o
falsedad depende de cómo sea la realidad. Además, lo que dice la negación de un enunciado
sintético es posible, no es contradictorio. Así, la distinción analítico / sintético se funda en
la distinción necesario / contingente: los enunciados verdaderos de las ciencias formales son
todos necesarios y los que re eren a este mundo particular son todos contingentes. Todos los
enunciados de las ciencias empíricas (física, química, biología, sociología, etc.) son sintéticos.
Por ejemplo, el principio de causalidad ‘Todo efecto tiene una causa’, ‘Todos los cuerpos son
extensos’ y ‘Todos los cuerpos son pesados’ son enunciados sintéticos porque hablan de este
mundo real y, por lo tanto, han de justi carse a partir de la experiencia. Recuérdese que para
Kant el primer enunciado es sintético a priori, el segundo analítico y el tercero sintético.
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de la contaminación de la ciencia con ideas metafísicas, de tal manera que es tarea de la losofía
no solo conseguir una ciencia libre de metafísica sino también consolidar una posición por
completo antimetafísica. Cuando los empiristas lógicos hablan de metafísica se re eren a la
“metafísica en el sentido propio, clásico del término, en especial a la metafísica escolástica y a
la de los sistemas del idealismo alemán, sino también a la metafísica escondida del apriorismo
kantiano y moderno” (Hahn, Neurath y Carnap, 1929:114).
Así, los empiristas lógicos consideran que es posible distinguir entre ciencia y metafísica a
través de un criterio empirista y en término de los signi cados de los enunciados; de ahí que
introduzcan el Principio veri cacionista del signi cado (PVS) como el mecanismo que permite
determinar si un enunciado es cientí co o metafísico. En otras palabras, la idea de partida es
que los enunciados de la ciencia (se excluyen las ciencias formales, los enunciados analíticos)
son enunciados con sentido, pues dicen algo sobre la realidad, y los de los sistemas metafísicos
son sin sentido al no decir nada sobre este mundo. Así, el PVS es el criterio para demarcar
el conocimiento cientí co del metafísico, es decir, lo que tiene sentido de lo que no lo tiene.
Este principio es, en primera instancia, semántico y no epistemológico; aunque, al reducirse la
noción semántica de signi cado de un enunciado al aspecto epistemológico de su veri cación,
es lo epistemológico lo que termina dominando.
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para decidir si es verdadero o falso; en caso contrario, si no existe dicho método, el enunciado
no tiene sentido. Ahora bien, como lo natural es suponer que todo enunciado es signi cativo,
entonces es más apropiado cali car de pseudoenunciados a aquellas expresiones que no pasan
la prueba del PVS. En de nitiva, un pseudoenunciado es una expresión con apariencia de
enunciado que carece de signi cado o sentido.
De acuerdo con los empiristas lógicos, los distintos enunciados de la ciencia cumplen el PVS,
mientras que los de un sistema metafísico no, de modo que estos últimos resultan siendo
enunciados sin sentido o pseudoenunciados. En síntesis, cabe resaltar las siguientes clases de
enunciados: las verdades lógicas y las verdades analíticas no lógicas, que pertenecen a las
ciencias formales; las verdades sintéticas de las ciencias empíricas; y los enunciados sin sentido
(pseudoenunciados) de los sistemas metafísicos.
Veamos algunos detalles relacionados con el PVS. Debemos comenzar por cómo entendieron
los empiristas lógicos lo dado. Si bien ellos estaban de acuerdo con el carácter fundamental de
lo dado, pues como dice Schlick: “Lo dado [es] una expresión que designa a lo muy elemental
y que por ello ya no fuera puesto en duda” (Schlick, 1930-31:90), en un comienzo no estuvieron
de acuerdo respecto a qué hacia referencia lo dado; por lo menos tres versiones se barajaron.
En un caso, lo dado re ere a las cualidades sensoriales más simples, a las sensaciones que
se experimentan, a los datos sensibles o impresiones sensoriales; por ejemplo, al comer una
manzana, sensaciones como “rojo”, “redondo”, “dulce”, etc. En otro caso, y contrariamente
a las experiencias sensoriales atómicas del caso anterior, lo dado tiene que ver con las
experiencias sensibles globales (las vivencias) y a relaciones de semejanza entre ellas. Así,
en el ejemplo anterior de la manzana, la descripción incluiría todo lo que tiene que ver con
lo que se experimenta al comer esa manzana, lo cual no es fácil de describir. En el último
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caso, lo dado re ere a los objetos tal y como se les entiende ordinariamente, esto es, re ere
a objetos físicos ubicados espacio-temporalmente. La descripción en el ejemplo sería algo de
este tipo: la manzana, que es roja y redonda, me sabe dulce. Los empiristas lógicos nalmente
optaron por esta última forma de hablar, por el lenguaje sicalista, ya que este lenguaje re ere
a experiencias públicas objetivas, en tanto que el lenguaje de sensaciones (atómicas) y el de
vivencias (experiencias globales) re eren a experiencias individuales, a las cuales no tienen
acceso otras personas, de tal manera que por este camino se llega a lo que se cali ca como
solipsismo: el mundo que conozco no es un mundo público sino el mundo que experimento,
mí mundo.
Pero estos ejemplos y otros, como veremos a continuación, colocan en evidencia las di cultades
que enfrenta el PVS, esto es, la pretensión de identi car sentido con veri cación. El caso del
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Tesis centrales del empirismo lógico
núcleo del electrón es semejante en cierto aspecto al de las entidades metafísicas, pues en
ambos casos es claro que entendemos lo que se quiere decir; por lo que hemos de concluir
que las a rmaciones sobre núcleos de electrones, cosas en sí y lo absoluto tienen sentido,
son signi cativas, aunque efectivamente es cierto que no son susceptibles de veri carse. En
de nitiva, no es correcto igualar lo signi cativo con lo veri cable, “aunque la testabilidad es
ciertamente una condición su ciente para la signi cación de las proposiciones, no es necesaria”
(Mahner y Bunge: 1997:77), pues si un enunciado es veri cable es porque es signi cativo. En
otras palabras, como plantean Mahner y Bunge, hay que darle la vuelta al PVS: “La posesión de
signi cado es necesaria para la testabilidad” (Mahner y Bunge: 1997: 77); para poner a prueba
un enunciado, hay que comenzar por entenderlo, esto es, el enunciado debe ser signi cativo.
Un segundo tipo de problema surge con las leyes cientí cas, por ejemplo, las físicas. No es
posible veri car por completo la ley ‘Todos los metales expuestos al calor se dilatan’; lo que se
veri ca son casos particulares, este o aquel metal se dilata con el calor. Aquí estamos frente al
problema de la inducción planteado por Hume: no podemos dar razón de la supuesta necesidad
de las leyes de la naturaleza. La conclusión es que el PVS ataca directamente la columna
vertebral de la ciencia, las leyes de la naturaleza, las cuales serían un sinsentido al no poderse
veri car por completo.
Un tercer problema tiene que ver con los enunciados teóricos de la ciencia, el cual contempla
las leyes teóricas en general y es parecido al caso del núcleo del electrón. Como tendremos
Modelo de los dos niveles del lenguaje: estructura
de las teorías empíricas, el punto de partida del modelo de los dos niveles del lenguaje, que
dominó al interior del empirismo lógico, es que el conocimiento cientí co se caracteriza por no
restringirse o limitarse única y exclusivamente al ámbito de lo que se observa; pues en realidad
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dicho conocimiento va más allá al proponer un mundo subyacente que trasciende este ámbito
fenoménico de lo observable, y postular ciertas entidades, con sus respectivas propiedades,
y relaciones entre ellas. La ciencia, al postular ese mundo subyacente, introduce nuevos
conceptos para referirse a él y, por con siguiente, nuevos términos. De este modo los empiristas
lógicos introdujeron la dicotomía observacional / teórico, según la cual el lenguaje cientí co se
divide en un lenguaje observacional y un lenguaje teórico: el primero re ere a lo directamente
observacional y el segundo a lo teórico, a lo no observacional.
La mecánica newtoniana permite una buena ilustración de lo anterior. Por una parte, esta teoría
explica distintos fenómenos que tienen que ver con el movimiento de cuerpos sobre la tierra
y cuerpos celestes. En el primer caso, movimientos como la caída de los cuerpos, el de los
proyectiles, el plano inclinado y el pendular; y, en el segundo caso, movimientos como el de la
Luna, el de los planetas y el de la Tierra. Por la otra, podríamos decir que este poder explicativo
de la teoría radica en haber introducido nuevos conceptos, como masa y fuerza (piénsese en
particular en la fuerza de gravedad), que se relacionan entre sí y con conceptos ya conocidos
como el de aceleración, a través de las conocidas leyes de movimiento y la ley de gravitación
universal. El carácter teórico (inobservable) de la fuerza de gravedad radica en que no es una
fuerza que actúa por contacto sino a distancia, que se trasmite a una gran velocidad (al parecer
in nita) y sin gasto de energía. La gravedad se trasmite en el vacío, no requiere de ningún
medio para ello, y no es posible detectarla directamente sino a través de los efectos que produce
entre cuerpos su cientemente masivos.
Pues bien, la di cultad que surge aquí es cómo aplicar el PVS a los términos o conceptos teóricos
y, en consecuencia, a los principios o leyes compuestos por estos, pues dada su naturaleza es
claro que no pueden veri carse directamente en la experiencia, de tal manera que resultarían
asigni cativos y, con ello, el mundo teórico que es una de las piezas importantes de la ciencia
moderna se igualaría con la metafísica.
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Para los empiristas lógicos era claro que un enunciado teórico no podía veri carse en forma
directa, aunque sí podía veri carse indirectamente reconstruyéndolo lógicamente en base a
enunciados que re eren a la experiencia inmediata. Pero para lograr tal reconstrucción, y dada
la división del lenguaje en observacional y teórico, debe haber enunciados mixtos que vinculen
los enunciados teóricos con los observacionales para que los primeros sean signi cativos.
Los empiristas lógicos llamaron a estos enunciados mixtos reglas de correspondencia, de tal
manera que, en de nitiva, se podría veri car (en realidad con rmar, tal y como veremos a
continuación) un enunciado teórico a través de los enunciados observacionales con los cuales
está relacionado. Ahora bien, esta veri cación no puede ser completa, pues de ser así, ello
implicaría que los términos teóricos se pueden de nir en términos observacionales, de tal
manera que estos resultarían siendo observacionales y por lo tanto super uos; y, además, esto
resultaría siendo contradictorio con la dicotomía observacional / teórico, que fue el punto de
partida. Como puede observarse, la situación a la que se llega es muy semejante a la del caso de
la ley de los metales, presentada arriba.
Es por esto que los empiristas lógicos hicieron una relectura del PVS, en donde dejaban claro
que los principios de una teoría o enunciados teóricos no pueden veri carse
mediante pruebas observacionales sino que son más o menos con rmados o no por estas;
desechando de este modo la certeza de los principios teóricos y, en su lugar, aferrándose a
su carácter hipotético (Véase Carnap, 1963, pp. 57 y 59). Esto llevó a una exibilización del
PVS, a la que los mismos positivistas lógicos cali caron como liberalización del empirismo
lógico. El PVS se cambio por el principio con rmacionista del signi cado; ahora se exige que
el enunciado teórico o ley solo sea con rmado en algún grado, y no en su totalidad, a través
de sus implicaciones observacionales. Carnap expresa muy bien este cambio de parecer en los
comentarios que añade en 1957 a la reedición de su escrito La antigua y la nueva lógica
SOFIA - SOPHIA
[…] el nuevo método cientí co del losofar, al que quizá pueda caracterizarse brevemente
diciendo que consiste en el análisis lógico de las proposiciones y conceptos de la ciencia
empírica. Con ello se han apuntado los dos rasgos más importantes que distinguen a este
método de la losofía tradicional. El primer rasgo característico consiste en que este losofar se
realiza en estrecho contacto con la ciencia empírica, e incluso solo con relación a ella, de modo
que una losofía no es ya considerada como un dominio del conocimiento por derecho propio,
igual o superior a las ciencias empíricas. El segundo rasgo característico indica en qué consiste
el trabajo losó co sobre la ciencia empírica: consiste en la aclaración de las proposiciones de
la ciencia empírica por medio del análisis lógico. Más especí camente, en la descomposición
de las proposiciones en sus partes (conceptos), en la reducción paso a paso de los conceptos
a conceptos más fundamentales y de las proposiciones a proposiciones más fundamentales
(Carnap, 1930-31: 151).
Esta concepción de la losofía se deriva directamente de la forma como los empiristas lógicos
2. En el Tractatus aparece el principio enunciado de muchas formas; he aquí una: “4.063 […] para poder decir ‘p’ es ver
dadero (o falso) tengo que haber determinado en qué circunstancias llamo verdadero a ‘p’, y con ello determino el sentido
de la proposición”.
Germán Guerrero Pino
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Tesis centrales del empirismo lógico
Ahora bien, para los empiristas lógicos, el mejor instrumento que tiene la losofía para
adelantar esta tarea de clari cación conceptual y de asepsia metafísica es la lógica formal, cuyo
gestor principal fue Frege a nales del siglo XIX y que se consolidó a comienzos del XX con
SOFIA - SOPHIA
los trabajos de Russell, Whitehead y Wittgenstein, principalmente. Como es natural, el método
de análisis lógico del lenguaje debe combinarse satisfactoriamente con la aplicación de los
principios empiristas. Esto es, el examen de un problema particular debe estar orientado por los
principios empiristas establecidos, de tal manera que su aplicación esté orientada por el análisis
lógico de los conceptos y argumentos involucrados.
En de nitiva, ¿qué se entiende por análisis lógico del lenguaje? Antes de subrayar el énfasis en
el análisis lógico propiamente, lo primero que indica la máxima metodológica empirista lógica
es lo que suele cali carse como el giro lingüístico en losofía
y nuevos de la losofía han de abordarse en términos del lenguaje, de este modo se logra
claridad y precisión en los mismos; en de nitiva, los verdaderos problemas losó cos, de
haberlos, son problemas de lenguaje. Por ejemplo, en epistemología no tiene cabida una
perspectiva psicologista que indague por el origen del conocimiento y por cómo este queda
expresado en los pensamientos, ni cuestiones sobre el conocimiento aplicado, por ejemplo; la
perspectiva que debe privilegiarse es el estudio del conocimiento pero en términos del lenguaje
en el cual nalmente queda expresado. En segundo lugar, la máxima metodológica “análisis
lógico del lenguaje” no puede tomarse en sentido estricto haciendo referencia a la lógica pura,
a cuestiones puramente formales, sino en un sentido amplio que tiene que ver con la lógica
aplicada, la cual incluye las dimensiones sintáctica, semántica y pragmática del lenguaje y de
las teorías formuladas en un determinado lenguaje. Además, el análisis va acompañado de la
reconstrucción, esto es, en muchas ocasiones es importante hacer una reconstrucción lógica del
problema que se plantea para después hacer una crítica del mismo mediante el análisis.
A lo largo del presente artículo se han hecho distintas presentaciones que bien sirven como
ilustración del método de análisis lógico, y todas están expresadas en términos lingüísticos.
Comenzamos distinguiendo los enunciados analíticos de los sintéticos; después se introdujo el
PVS, que es semántico, para excluir los enunciados metafísicos de cualquier forma legítima de
conocimiento, en particular de la ciencia; y en los distintos casos se dieron ejemplos.
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Ciencia uni cada: educcionismo
Hemos presentado críticas a algunas tesis de los empiristas lógicos, y son muchas las que se les
harán, pero hay que reconocerles que son eles, consecuentes y coherentes con sus principios, y
no hay duda que el proyecto losó co de una ciencia uni cada que delinearon también cumple
con ello. El proyecto consistía en: “Aunar y armonizar los logros de las distintas ciencias a
través del trabajo colectivo, privilegiando el conocimiento intersubjetivo, la búsqueda de un
sistema total de conceptos, bajo un mismo simbolismo y lenguaje neutral” (Hahn, Neurath y
Carnap, 1929:112). Las ciencias que serían objeto de uni cación eran las ciencias naturales
(física, química y biología), la psicología y las ciencias sociales. Si bien hemos de reconocer
que a primera vista estas ciencias tienen objetos de estudio bien diferentes (la naturaleza, la
psiquis y la vida social, respectivamente), el proyecto de uni cación es realizable en la medida
que: al ser ciencias, es posible referir sus distintos conocimientos a lo directamente dado, a lo
que experimentamos directamente; en todas ellas es posible implementar el mismo método, el
del análisis lógico de los conceptos y argumentos; y, nalmente, también bajo la orientación de
la lógica, es igualmente deseable y posible construir un único lenguaje neutral, con un mismo
simbolismo, el cual permitiría una clara comunicación entre las distintas ciencias y, de seguro,
un progreso seguro y ágil en dichos campos.
Si partimos por reconocer que lo dado o las experiencias directas son descritas mediante el
lenguaje sicalista que re ere a objetos y procesos ubicados en el espacio-tiempo, entonces
es claro que de acuerdo con la psicología conductista (que dominaba en la época) es posible
traducir los distintos conceptos psicológicos, que son subjetivos, en términos de la conducta de
un individuo, lo cual queda expresado en términos del lenguaje sicalista, propio de las ciencias
de la naturaleza. Algo semejante sería posible con las ciencias sociales, sus distintos conceptos
SOFIA - SOPHIA
podrían traducirse al lenguaje sicalista de este campo. Así, el proyecto de ciencia uni cada
es reduccionista, pero el reduccionismo no es ontológico sino metodológico, de acuerdo con
los empiristas lógicos. No hay pretensiones realistas, pues no se busca reducir las entidades
del mundo de la psiquis humana y de la vida social a cuerpos físicos y sus relaciones. Las
pretensiones son metodológicas, los conceptos psicológicos y sociológicos son traducibles a
conceptos físicos; pero igualmente se podrían reducir los conceptos físicos y sociológicos a
los psicológicos, pues los conceptos físicos pueden expresarse en términos de las experiencias
perceptivas de una persona y los sociológicos, en primera instancia, son reducibles a los físicos.
Todo lo que se busca es reconstruir los conceptos de un campo en términos del otro.
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Tesis centrales del empirismo lógico
los empiristas lógicos fueron los primeros en desarrollar y sustentar una teoría sistemática,
inscrita en una propuesta losó ca igualmente sistemática, que diese respuesta a qué es una
teoría cientí ca y cuál es su estructura. Dicha concepción de las teorías cientí cas tiene sus
orígenes, principalmente, en el logicismo de Leibniz, Frege, Russell y Whitehead, y en el
método axiomático formal de David Hilbert para las matemáticas.De manera concisa y técnica,
y siguiendo el esquema de la gura 1 , una teoría es un conjunto de enunciados organizados
deductiva o axiomáticamente, en sentido estricto. En otras palabras, una teoría cientí ca es un
cálculo (o sistema) formal axiomatizado, cuyos axiomas representan las leyes fundamentales
(o principios) de la teoría, los cuales están parcialmente interpretados mediante reglas de
correspondencia (o de interpretación o de niciones coordinativas) que relacionan términos
teóricos con términos observacionales. Esta idea de teoría ya estaba claramente expresada en
La concepción cientí ca del mundo (1929), mediante lo que allí se llama sistemas de hipótesis
y de axiomas
SOFIA - SOPHIA
3. La gura es una adaptación de la que aparece en Giere (1988), p. 25; la que a su vez es una reproducción de Feigl (1970).
4. Diez años después, Carnap (1939), expresa la misma idea así: “Podemos construir en primer lugar un cálculo y después
establecer la interpretación deseada en la forma de reglas semánticas que aportan una teoría física como un sistema inter
pretado con contenido factual” (p. 124).
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El sistema formal (axiomático) corresponde a la red de la parte superior del esquema. Los
nudos de la red representan los conceptos primitivos y las cuerdas los postulados o axiomas del
sistema formal, que está desinterpretado. Los axiomas equivalen a las leyes de la teoría pero
una vez tengan una interpretación empírica. Inmediatamente debajo de la red se encuentran
los conceptos derivados. Mientras que la parte inferior del esquema corresponde al nivel
observacional de la teoría, el cual está directamente vinculado con la experiencia, con el
mundo. Allí encontramos los conceptos empíricos u observacionales y las relaciones entre
ellos representan leyes empíricas o inductivas o de bajo nivel, como la ley Todos los metales se
dilatan con el calor. Los dos niveles, el formal y el observacional, están conectados mediante
el mecanismo de reglas de correspondencia (de niciones coordinativas) que relaciona los
conceptos primitivos con los conceptos empíricos. Así, las reglas son enunciados mixtos, teó
rico-observacionales, y es a través de ellas que el sistema formal adquiere una interpretación o
signi cación empírica, convirtiéndose de este modo en un sistema teórico o teoría empírica. De
no existir estas reglas, no habría teoría empírica (o teoría física), solo una teoría matemática o
un sistema lógico. En síntesis, una teoría empírica es un sistema formal con una interpretación
empírica, más todos los enunciados que se deriven de allí.
Dos observaciones nales. Este modelo permite precisar bastante bien la distinción entre ley
empírica y ley teórica; la primera se obtiene mediante inducción y solo está compuesta de
conceptos observables, en tanto que la segunda normalmente es resultado de un acto creativo
de un cientí co y es una relación entre conceptos teóricos. En segundo lugar, a este enfoque
de las teorías cientí cas se le cali ca de sintáctico porque hace énfasis en las teorías como
sistemas formales y, de acuerdo con la lógica, todo sistema formal se encuentra asociado con
la sintaxis de un lenguaje formal y, además, la derivabilidad es una noción sintáctica.
SOFIA - SOPHIA
La ley de Boyle y su relación con la mecánica newtoniana nos permite ilustrar bastante bien los
diferentes elementos de una teoría desde la perspectiva empirista lógica . Se supone que la ley
de Boyle es de carácter empírico, es una generalización inductiva que relaciona los conceptos
observacionales de presión, temperatura y volumen de un gas, a través de la siguiente ecuación:
Presión (P) = Temperatura (T) / Volumen (V).
Por otra parte, se entiende que la teoría cinética de los gases es la que verdaderamente describe
el comportamiento interno de los gases, dando cuenta a su vez de la ley de Boyle, que solo
describe el comportamiento observacional de los gases. Esto es, la estructura subyacente de los
gases descrita por las leyes teóricas de la teoría de los gases permite describir los fenómenos
observables gobernados por la ley empírica de Boyle. Ahora bien, la teoría cinética de los
gases es, en esencia, la implementación de la mecánica newtoniana en este dominio particular,
ya que de acuerdo con esta última los gases están compuestos de moléculas en movimiento
que cumplen las leyes de la mecánica newtoniana, las leyes de inercia, movimiento (F = m .
a) y acción-reacción.
Pues bien, veamos cómo se presentan aquí los principales elementos de una teoría empírica, esto
es, los niveles teórico y observacional, y las reglas de correspondencia. Volumen, temperatura
y presión son conceptos observacionales, ya que se obtienen fácilmente por observación o
mediante mediciones relativamente sencillas. Los conceptos de fuerza y masa son teóricos, no
re eren a entidades directamente observables, sino que son introducidos por primera vez en
forma precisa por la teoría, en este caso por la mecánica newtoniana. Finalmente, podríamos
decir que las siguientes relaciones entre conceptos observacionales y conceptos teóricos, que
no son más que las de niciones aproximadas de los primeros en términos de los segundos,
hacen las veces de reglas de correspondencia.
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Tesis centrales del empirismo lógico
(1) El volumen de un gas está relacionado, básicamente, con el número de moléculas del gas y
su respectiva masa.
(2) La temperatura de un gas equivale a la energía cinética (masa y velocidad) promedio de las
moléculas del gas.
(3) La presión de un gas equivale al choque promedio (F) de las moléculas contra las paredes
del recipiente que lo contiene.
Lo anterior permite observar, además, la forma en que la teoría cinética da cuenta del
comportamiento macroscópico de los gases; en otras palabras, la forma como se deduce la
ley de Boyle a partir de las leyes de Newton. Por último, desde esta perspectiva, la mecánica
newtoniana equivale, básicamente, a las tres leyes de movimiento con la ley de gravedad, más
todos los demás enunciados que de esas leyes se deducen lógicamente.
Para nalizar, vale la pena subrayar algunas virtudes y de ciencias del programa losó co
de los empiristas lógicos que se harán evidentes, de una u otra forma, a lo largo de los
cincuenta años siguientes después de su formulación. No cabe duda que las distintas tesis de
los empiristas lógicos hacen gala de su exigencia de principio en cuanto a claridad y precisión;
además, le otorgaron un carácter profesional a la losofía de la ciencia al precisar viejos
problemas losó cos y cientí cos, al formular problemas implícitos, al presentar otros nuevos
e implementar el método de análisis lógico del lenguaje, todo esto dentro de este nuevo marco
de la losofía sistemática de la ciencia. En de nitiva, hay que reconocer que fueron eles,
consecuentes y coherentes con sus principios. Pero, paradójicamente, muchas de sus tesis y
método serán objeto de fuertes críticas debido a su radicalidad y estrechez. He aquí algunas
de estas limitaciones. 1) El empirismo que defendía, el cual, no recoge la losofía propia de la
SOFIA - SOPHIA
ciencia moderna y de la actual: mientras esta última ha dado evidencia de cómo trasciende los
fenómenos observable, el empirismo asume a estos como límite infranqueable. 2) El énfasis
excesivo en el lenguaje, en el análisis del lenguaje, pues se sacri ca el estudio de la ciencia
misma; el interés no recae en problemas que surgen al interior de las ciencias particulares, sino
en cuestiones que tienen que ver con exclusivamente el lenguaje cientí co. 3) Se desentiende
casi por completo (por no decir del todo) del papel que desempeña la experimentación en el
conocimiento cientí co, pues este queda reducido por completo a la observación directa y, por
tanto, la única función que tienen los experimentos (como la observación) es la de con rmar o
refutar teorías.
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6. Como dice Weber (2005) para los empiristas lógicos: “Tal distinción no tiene una relevancia sistemática para la epis
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