Sie sind auf Seite 1von 6

La biorremediación puede ser útil para la degradación de algunos

contaminantes
Publicado por Remtavares el 22 marzo, 2010

La naturaleza tiene mecanismos de autorregulación. Cuando un ecosistema es dañado o


perturbado por la presencia de cualquier agente físico, químico o biológico, éste utiliza
mecanismos de recuperación, como bacterias y hongos que pueden degradar a los
agentes dañinos.
[CyPS-UCM-Grupo de Catálisis y Procesos de Separación]
La biorremediación puede definirse como el uso de organismos vivos, componentes
celulares y enzimas libres, con el fin de realizar una mineralización, una transformación
parcial, la humificación de los residuos o de agentes contaminantes y una alteración
del estado redox de los metales. La biorremediación usando microorganismos fue
inventada por el científico norteamericano George M. Robinson que trabajó como
ingeniero de la compañía Santa María de California en la década de 1960 y se dedicó a
experimentar con una serie de microbios en frascos contaminados de petróleo.
¿En qué consiste la biorremediación? La naturaleza tiene mecanismos de
autorregulación. Cuando un ecosistema es dañado o perturbado por la presencia de
cualquier agente físico, químico o biológico, éste utiliza mecanismos de recuperación,
como bacterias y hongos y algunas plantas y protistas como las algas que pueden
degradar a los agentes dañinos.
La biorremediación puede clasificarse en in situ o ex situ. La primera consiste en tratar el
material contaminado en el lugar en que se encuentra sin trasladarlo a otra parte. Algunos
ejemplos de estas tecnologías consisten en operaciones de compostaje, la ventilación
biológica, la filtración por raíces o la estimulación biológica.
En los procesos ex situ el material contaminado es trasladado a otro lugar para realizar o
completar su descontaminación. El tratamiento se efectúa en un biorreactor donde se
realiza el proceso en forma controlada, es decir se suministran nutrientes, se inoculan los
microorganismos deseados, se mantiene una aireación continua y se controla el pH y la
temperatura, en los valores adecuados para el crecimiento de los microorganismos.
La eliminación de una gran variedad de contaminantes del medio ambiente requiere un
conocimiento de la relativa importancia de sus ciclos químicos y redes de regulación
del ciclo del carbono en diversos ambientes y para cada compuesto en particular. Con
seguridad que esta tecnología se desarrollará aun más en el futuro
El uso de la ingeniería genética para crear organismos específicamente diseñados para la
biorremediación tiene gran potencial. La bacteria Deinococcus radiodurans (el organismo
más resistente a la radiación que se conoce) ha sido modificado para que pueda consumir
el tolueno y los iones de mercurio de desperdicio nuclear altamente radioactivo.
El proceso de biorremediación puede ser supervisado usando métodos como la medición
del potencial redox en el suelo o el agua junto con la medición del pH, temperatura,
contenido de oxígeno, concentraciones de productos de degradación (como el anhidrido
carbónico).
Recientemente investigadores de los centros TNO/Delta Research Institute y la
Wageningen University (Holanda), conjuntamente con el Centro Tecnológico de Gestión
de Residuos Orgánicos GIRO (España), han demostrado que el nonilfenol se puede
degradar en presencia de oxígeno gracias a la acción de microorganismos que habitan de
forma natural en estos ambientes acuáticos. Los resultados podrían ser adaptados para
futuras acciones de biorremediación en emplazamientos contaminados por nonilfenol.
Durante el proceso de depuración de las aguas residuales que se lleva a cabo en las
plantas de tratamiento (EDAR), se producen una serie de reacciones que dan lugar a la
aparición de compuestos tóxicos como el nonilfenol (NP). El nonilfenol proviene de los
nonilfenol polietoxilados (NPEO), unos compuestos presentes en los detergentes de uso
doméstico e industrial. El uso de los NPEO se está restringiendo progresivamente en
algunos países, pero todavía se utiliza mucho en la industria por su eficacia para eliminar
grasa, ya que son tensoactivos de amplio uso que se comercializan como mezclas
complejas de isómeros, con una variedad de configuraciones en la cadena
hidrocarbonada. La degradación bacteriana lleva a la eliminación secuencial con
formación de compuestos con uno (NPEO1) y dos (NPEO2) grupos etoxi, compuestos
más tóxicos y recalcitrantes a la degradación que los compuestos originales y que se
acumulan en ambientes acuáticos, donde representan un riesgo sanitario a través de
efectos estrogénicos demostrados en peces, aves y mamíferos.
Los contaminantes estrogénicos interfieren con el sistema endocrino de los seres vivos,
incluido el ser humano. Uno de los efectos visibles de los estrógenos se ha observado en
la fauna marina (feminización de peces e invertebrados). Así pues, hoy día es
fundamental la investigación para encontrar estrategias de eliminación de estos agentes
tóxicos y de sus metabolitos secundarios.
Pero la biorremediación en el agua se ve afectada por la disponibilidad de nutrientes
debido a que éstos generalmente se encuentran en bajas concentraciones, por lo que
generalmente es necesario adicionar fósforo y nitrógeno como forma de estimular el
crecimiento de los microorganismos que potencialmente degradarán los compuestos
tóxicos. Entre los procesos más interesantes, la descomposición microbiana de
hidrocarburos es de considerable importancia económica y ambiental. Una de las
principales causas de contaminación del ambiente son los derrames de petróleo, tal como
ocurrió en marzo de 1989 cuando el superpetrolero Exxon Valdez chocó con varios
icebergs en el estrecho del Príncipe Guillermo en Alaska, derramando 11 millones de
galones de petróleo en el agua ocasionando un impacto ecológico inimaginable cuyo
gasto de limpieza se estimó en 1500 millones de dólares.
Los hidrocarburos varían en su habilidad de ser degradados y sus derrames en el agua
tienden a formar láminas en la superficie en donde el viento y el oleaje crean
microscópicas emulsiones. Esto permite que los microorganismos
predominantemente bacterias (pseudomonas, corinebacterias y micobacterias), algunas
levaduras y hasta algas verdes tengan una mayor superficie de contacto con la partícula,
facilitando el acceso a la misma y permitiendo su degradación.
En los derrames, la fracción de hidrocarburo más volátil se evapora con facilidad dejando
que diversos grupos de microorganismos oxiden los componentes alifáticos y aromáticos.
Algunas fracciones, como los hidrocarburos de cadena ramificada y los policíclicos,
permanecen mucho más tiempo en el ambiente principalmente si llegan a zonas
anaerobias ocasionando perjuicios a largo plazo.
Los hidrocarburos aromáticos polinucleares (HAPs) consistentes en dos o más anillos
bencénicos constituyen un grupo de contaminantes considerados de estudio prioritario
debido a sus propiedades mutagénicas, tóxicas y cancerígenas.
No todos los contaminantes son fáciles de biorremediar por medio de microorganismos.
Por ejemplo, los metales pesados como el cadmio y el plomo y el mercurio no son
absorbidos o capturados por estos organismos. La incorporación de algunos de estos
metales dentro de la cadena alimentaria (bioacumulación) agrava el problema. Se puede
usar la remediación por medio de plantas o fitorremediación. Es muy útil en estos casos
porque es posible usar plantas transgénicas que concentren estas toxinas en sus partes
aéreas (sobre la tierra), las cuales pueden ser cosechadas y eliminadas. Los metales
pesados obtenidos de esta cosecha pueden ser concentrados aun más por incineración
para ser desechados o bien reciclados para usos industriales.
Otro tipo de compuestos susceptibles de biorremediación son los xenobióticos,
sintetizados por síntesis químicacon fines industriales o agrícolas. Algunos de los
xenobióticos más conocidos son los plaguicidas entre los que se incluyen herbicidas,
insecticidas, funguicidas, etc. Algunas de estas sustancias pueden actuar como
donadores de electrones o como fuente de carbono para ciertos microorganismos.
Estos compuestos tienen diferencias en la persistencia en el ambiente ya que depende de
varios factores ambientales como la temperatura, el pH, la aireación y el contenido de
sustancias orgánicas del suelo. Por ejemplo algunos de los insecticidas clorados pueden
persistir más de 10 años.
Esperemos que las nuevas tecnologías permitan la degradación adecuada de los
contaminantes que se generan en la actualidad.

La biorremediación puede definirse como el uso de organismos vivos,


componentes celulares y enzimas libres, con el fin de realizar una mineralización, una
transformación parcial, la humificación de los residuos o de agentes contaminantes y una
alteración del estado redox de los metales. La biorremediación usando microorganismos
fue inventada por el científico norteamericano George M. Robinson que trabajó como
ingeniero de la compañía Santa María de California en la década de 1960 y se dedicó a
experimentar con una serie de microbios en frascos contaminados de petróleo.
¿En qué consiste la biorremediación? La naturaleza tiene mecanismos de
autorregulación. Cuando un ecosistema es dañado o perturbado por la presencia de
cualquier agente físico, químico o biológico, éste utiliza mecanismos de recuperación,
como bacterias y hongos y algunas plantas y protistas como las algas que pueden
degradar a los agentes dañinos.
La biorremediación puede clasificarse en in situ o ex situ. La primera consiste en
tratar el material contaminado en el lugar en que se encuentra sin trasladarlo a otra parte.
Algunos ejemplos de estas tecnologías consisten en operaciones de compostaje, la
ventilación biológica, la filtración por raíces o la estimulación biológica.
En los procesos ex situ el material contaminado es trasladado a otro lugar para
realizar o completar su descontaminación. El tratamiento se efectúa en un biorreactor
donde se realiza el proceso en forma controlada, es decir se suministran nutrientes, se
inoculan los microorganismos deseados, se mantiene una aireación continua y se controla
el pH y la temperatura, en los valores adecuados para el crecimiento de los
microorganismos.
La eliminación de una gran variedad de contaminantes del medio ambiente
requiere un conocimiento de la relativa importancia de sus ciclos químicos y redes de
regulación del ciclo del carbono en diversos ambientes y para cada compuesto en
particular. Con seguridad que esta tecnología se desarrollará aun más en el futuro
El uso de la ingeniería genética para crear organismos específicamente diseñados
para la biorremediación tiene gran potencial. La bacteria Deinococcus radiodurans (el
organismo más resistente a la radiación que se conoce) ha sido modificado para que
pueda consumir el tolueno y los iones de mercurio de desperdicio nuclear altamente
radioactivo.
El proceso de biorremediación puede ser supervisado usando métodos como la
medición del potencial redox en el suelo o el agua junto con la medición del pH,
temperatura, contenido de oxígeno, concentraciones de productos de degradación (como
el anhidrido carbónico).
Recientemente investigadores de los centros TNO/Delta Research Institute y la
Wageningen University (Holanda), conjuntamente con el Centro Tecnológico de Gestión
de Residuos Orgánicos GIRO (España), han demostrado que el nonilfenol se puede
degradar en presencia de oxígeno gracias a la acción de microorganismos que habitan de
forma natural en estos ambientes acuáticos. Los resultados podrían ser adaptados para
futuras acciones de biorremediación en emplazamientos contaminados por nonilfenol.
Durante el proceso de depuración de las aguas residuales que se lleva a cabo en
las plantas de tratamiento (EDAR), se producen una serie de reacciones que dan lugar a
la aparición de compuestos tóxicos como el nonilfenol (NP). El nonilfenol proviene de los
nonilfenol polietoxilados (NPEO), unos compuestos presentes en los detergentes de uso
doméstico e industrial. El uso de los NPEO se está restringiendo progresivamente en
algunos países, pero todavía se utiliza mucho en la industria por su eficacia para eliminar
grasa, ya que son tensoactivos de amplio uso que se comercializan como mezclas
complejas de isómeros, con una variedad de configuraciones en la cadena
hidrocarbonada. La degradación bacteriana lleva a la eliminación secuencial con
formación de compuestos con uno (NPEO1) y dos (NPEO2) grupos etoxi, compuestos
más tóxicos y recalcitrantes a la degradación que los compuestos originales y que se
acumulan en ambientes acuáticos, donde representan un riesgo sanitario a través de
efectos estrogénicos demostrados en peces, aves y mamíferos.
Los contaminantes estrogénicos interfieren con el sistema endocrino de los seres
vivos, incluido el ser humano. Uno de los efectos visibles de los estrógenos se ha
observado en la fauna marina (feminización de peces e invertebrados). Así pues, hoy día
es fundamental la investigación para encontrar estrategias de eliminación de estos
agentes tóxicos y de sus metabolitos secundarios.
Pero la biorremediación en el agua se ve afectada por la disponibilidad de
nutrientes debido a que éstos generalmente se encuentran en bajas concentraciones, por
lo que generalmente es necesario adicionar fósforo y nitrógeno como forma de estimular
el crecimiento de los microorganismos que potencialmente degradarán los compuestos
tóxicos. Entre los procesos más interesantes, la descomposición microbiana de
hidrocarburos es de considerable importancia económica y ambiental. Una de las
principales causas de contaminación del ambiente son los derrames de petróleo, tal como
ocurrió en marzo de 1989 cuando el superpetrolero Exxon Valdez chocó con varios
icebergs en el estrecho del Príncipe Guillermo en Alaska, derramando 11 millones de
galones de petróleo en el agua ocasionando un impacto ecológico inimaginable cuyo
gasto de limpieza se estimó en 1500 millones de dólares.
Los hidrocarburos varían en su habilidad de ser degradados y sus derrames en el
agua tienden a formar láminas en la superficie en donde el viento y el oleaje crean
microscópicas emulsiones. Esto permite que los microorganismos
predominantemente bacterias (pseudomonas, corinebacterias y micobacterias), algunas
levaduras y hasta algas verdes tengan una mayor superficie de contacto con la partícula,
facilitando el acceso a la misma y permitiendo su degradación.
En los derrames, la fracción de hidrocarburo más volátil se evapora con facilidad
dejando que diversos grupos de microorganismos oxiden los componentes alifáticos y
aromáticos. Algunas fracciones, como los hidrocarburos de cadena ramificada y los
policíclicos, permanecen mucho más tiempo en el ambiente principalmente si llegan a
zonas anaerobias ocasionando perjuicios a largo plazo.
Los hidrocarburos aromáticos polinucleares (HAPs) consistentes en dos o más
anillos bencénicos constituyen un grupode contaminantes considerados de estudio
prioritario debido a sus propiedades mutagénicas, tóxicas y cancerígenas.
No todos los contaminantes son fáciles de biorremediar por medio de
microorganismos. Por ejemplo, los metales pesados como el cadmio y el plomo y
el mercurio no son absorbidos o capturados por estos organismos. La incorporación de
algunos de estos metales dentro de la cadena alimentaria (bioacumulación) agrava el
problema. Se puede usar la remediación por medio de plantas o fitorremediación. Es muy
útil en estos casos porque es posible usar plantas transgénicas que concentren estas
toxinas en sus partes aéreas (sobre la tierra), las cuales pueden ser cosechadas y
eliminadas. Los metales pesados obtenidos de esta cosecha pueden ser concentrados
aun más por incineración para ser desechados o bien reciclados para usos industriales.
Otro tipo de compuestos susceptibles de biorremediación son los xenobióticos,
sintetizados por síntesis química con fines industriales o agrícolas. Algunos de los
xenobióticos más conocidos son los plaguicidas entre los que se incluyen herbicidas,
insecticidas, funguicidas, etc. Algunas de estas sustancias pueden actuar como
donadores de electrones o como fuente de carbono para ciertos microorganismos.
Estos compuestos tienen diferencias en la persistencia en el ambiente ya que
depende de varios factores ambientales como la temperatura, el pH, la aireación y el
contenido de sustancias orgánicas del suelo. Por ejemplo algunos de los insecticidas
clorados pueden persistir más de 10 años.
Esperemos que las nuevas tecnologías permitan la degradación adecuada de los
contaminantes que se generan en la actualidad.

Das könnte Ihnen auch gefallen